neopentecostalismo investigacion

Upload: luis-cisternas-rodriguez

Post on 04-Jun-2018

229 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    1/31

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32125008005

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Sistema de Informacin Cientfica

    Jaimes Martnez, RamiroEl neopentecostalismo como objeto de investigacin y categora analtica

    Revista Mexicana de Sociologa, vol. 74, nm. 4, octubre-diciembre, 2012, pp. 649-678

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Mxico, Mxico

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Revista Mexicana de Sociologa,

    ISSN (Versin impresa): 0188-2503

    [email protected]

    Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Mxico

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32125008005http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=32125008005http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=321&numero=25008http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32125008005http://www.redalyc.org/revista.oa?id=321http://www.redalyc.org/revista.oa?id=321http://www.redalyc.org/revista.oa?id=321http://www.redalyc.org/revista.oa?id=321http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=321http://www.redalyc.org/revista.oa?id=321http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32125008005http://www.redalyc.org/revista.oa?id=321http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32125008005http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=321&numero=25008http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=32125008005http://www.redalyc.org/
  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    2/31

    Palabras clave: movimientos religiosos, protestantismo, secularizacin, formacin de conceptos,neopentecostalismo.

    Key words:religious movements, Protestantism, secularization, formation of concepts, neo-Pentecos-

    talism.

    INTRODUCCIN

    Atravs de entrevistas en la Iglesia Evanglica San Pablo, en Ti-juana, pregunt a 53 congregantes cul haba sido su respuesta ala pregunta censal sobre pertenencia religiosa. La gran mayorarespondi cristianos o cristianos evanglicos y dos respondieron queno tenan religin. Ninguno se defini a s mismo como pentecostal oneopentecostal (Jaimes, 2007: 104). En el censo de 2000, este tipo de

    Doctor en ciencias sociales por El Colegio de la Frontera Norte. Instituto de In-vestigaciones Histricas de la Universidad Autnoma de Baja California. Temas de es-pecializacin: cambio religioso en Mxico, historia de las iglesias evanglicas, religiny procesos fronterizos, sociologa de la religin. Calzada Universidad 14418, ParqueIndustrial Internacional Tijuana, Tijuana, B.C., C.P. 22390. Tels.: 01 (664) 682-1696,ext. 108, y 01 (664) 682-1696. Correos electrnicos: y .

    El neopentecostalismo como objetode investigacin y categora analtica

    RAMIROJAIMESMARTNEZ*

    Resumen: Este trabajo reflexiona sobre laconstruccin del neopentecostalismo como objeto

    de estudio y sobre la utilidad del concepto comoherramienta analtica. Para hacerlo, se presen-ta el origen del trmino y del movimiento reli-

    gioso, se identifican sus limitaciones y alcances

    y se analiza la relacin de la categora con lateora de la secularizacin. Finalmente se pro-

    pone considerar al neopentecostalismo como ca-rismtico evanglico, un movimiento religiosodiferente al pentecostalismo, el cual puede estu-diarse desde una doble perspectiva sociolgicae histrica.

    Abstract:This study reflects on the constructionof Neo-Pentecostalism as an object of study andon the use of the concept as an analytical tool.To this end, it presents the origin of the term

    and the religious movement, identifies its limi-tations and scope and analyzes the link between

    the category and the theory of secularization.Lastly, it seeks to regard Neo-Pentecostalism ascharismatic evangelical, a religious movementthat is different from Pentecostalism, which canbe studied from a dual perspective-both sociolo-

    gical and historical.

    D. R. 2012. Universidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de Investigaciones Sociales.Revista Mexicana de Sociologa74,nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678. Mxico, D.F. ISSN: 0188-2503/12/07404-05.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    3/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ650

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    respuestas deban registrarse en una subcategora cuyo objetivo princi-pal era captar a los creyentes evanglicos que no se identificaran conlas agrupaciones tradicionales, como los protestantes histricos o los

    pentecostales.1

    Esto entraa un problema para el anlisis del fenmenoreligioso evanglico,2pues las iglesias como San Pablo son consideradascomo neopentecostales por los especialistas, es decir, una variacin msreciente del movimiento pentecostal.

    Sin embargo, que los congregantes de este tipo de iglesias no seasuman como nuevos pentecostales tiene mltiples implicaciones teri-cas y metodolgicas en el estudio del fenmeno religioso. Una de estasimplicaciones es la definicin tanto del bagaje conceptual como de lasherramientas analticas y metodolgicas. En este sentido, el censo resulta

    un buen ejemplo para ilustrar dicha contradiccin entre las autoads-cripciones individuales y las categoras analticas: Si las respuestas quelos creyentes que conceptualizamos como nuevos pentecostales dierona los entrevistadores censales fueron similares a las del trabajo de camporealizado en Tijuana, entonces seguramente no se registraron dentro dela subcategora diseada para tal fin y pudieron ubicarse indistintamenteen otras subcategoras o categoras, como Otras evanglicas o Sin reli-gin. En este trabajo se tratar la pertinencia de las categoras analticasutilizadas por socilogos, antroplogos e historiadores para estudiar elllamado neopentecostalismo.

    1La subcategora censal Otras evanglicas incluye todas las religiones identificadascomo Evanglicas no pentecostales, as como todas las declaraciones correspondientesa Evanglica y Cristiana. Por supuesto, los encargados del censo saben que esta res-puesta no implica que el entrevistado no sea pentecostal (INEGI, 2001).

    2El trmino evanglico es demasiado amplio para hacerle justicia en un espaciobreve. Dicho trmino ha tenido muchos significados en los casi cinco siglos en que sele ha asociado a las diversas iglesias protestantes, es decir, las que se originaron en lareforma protestante del siglo XVIy en los movimientos puritanos y revivalistas desde elsiglo XVIIhasta la actualidad en las religiones del mundo Atlntico (Gran Bretaa y Es-

    tados Unidos, principalmente). Etimolgicamente viene del griego, y significa buenasnuevas, las noticias de salvacin en Cristo-Jess. En la actualidad designa: 1. Una formade identidad colectiva supradenominacional entre las iglesias de tradicin protestante,la cual se fortalece en ideas y doctrinas como la autoridad de la Biblia, la competenciadel creyente, la salvacin por gracia y fe personal y la obra redentora de Cristo. 2. Unmovimiento fundamentalista que busca una serie de reivindicaciones conservadoras endiversos mbitos como la familia, las polticas educativas, el aborto, entre otras. 3. Unareivindicacin de los sectores teolgicamente liberales, proecumnicos e impulsores deuna eclesiologa con compromiso social, educativo y a favor de los derechos de las mi-noras.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    4/31

    651ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    En ltima instancia, sta es una cuestin que atae a la manera enque las ciencias sociales han representado dicha manifestacin religiosacomo tema de estudio, considerando que no se puede disociar la manera

    de nombrar al fenmeno que se pretende estudiar de la construccinmetodolgica que hace posible dicho estudio. En este artculo se buscareflexionar sobre este proceso, es decir, sobre la construccin del neopen-tecostalismo como objeto y sujeto de investigacin a travs de su anlisiscomo herramienta analtica. Para ello, en el primer apartado se estudiabrevemente la trayectoria del movimiento y las formas de nombrarlo; enel segundo se revisa cmo se ha analizado el neopentecostalismo en lasciencias sociales; en el tercero se examinan las limitaciones de sus refe-rentes conceptuales; y en el ltimo se trata el peso de la perspectiva de

    la secularizacin en el estudio del cambio religioso en Mxico.

    UNTRABAJOPARALAHISTORIA: ORIGENDELTRMINONEOPENTECOSTALISMO

    Una breve revisin de los trabajos que tratan sobre el origen del trminoneopentecostalismo, y el del mismo movimiento religioso, nos indicala necesidad de historizar la cuestin. Es decir, realizar un esfuerzo deexploracin y valoracin de las diversas fuentes que tratan sobre los

    movimientos neopentecostales y/o carismticosdesde los aos cincuenta.Por lo regular, quienes nos interesamos en el tema tomamos estos datosde los textos de nuestros predecesores (las primeras generaciones de so-cilogos y antroplogos interesados en el fenmeno religioso desde losaos ochenta), quienes, a su vez, los obtuvieron generalmente de fuentessecundarias confesionales.3Para esta investigacin se busc la informacinms antigua sobre el neopentecostalismo, en el entendido de que esto nonecesariamente significa que dicha informacin sea la verdadera.

    Esta informacin proviene de una tesis de licenciatura en antropologa

    social cuyo autor, David Tinoco, cita los trabajos de Heinrich Schfer,3Por ejemplo, uno de los autores ms consultados por los estudios del pentecos-

    talismo en Mxico es Manuel J. Gaxiola, un importante ministro de culto de la IglesiaApostlica de la Fe en Cristo Jess, autor deLa serpiente y la paloma, una crnica de dichaiglesia. En este sentido, no existe ningn problema en utilizar este tipo de fuentes, puesson necesarias e imprescindibles, como las crnicas de los primeros frailes mendicantesen Mxico lo son para la historia de la Iglesia catlica. Sin embargo, es necesario unejercicio ms riguroso de crtica de fuentes y, al mismo tiempo, de triangulacin confuentes de archivo y orales.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    5/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ652

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    un socilogo y telogo alemn. Segn Tinoco, el neopentecostalismo seorigin como movimiento religioso en los aos cuarenta y el trmino fueacuado en 1963 por el editor de la revistaEternity, que llam neopen-

    tecostales a los creyentes de iglesias delmainline4

    omainstream(conocidoscomo protestante histricos en Mxico), que practicaban los dones delespritu a la manera pentecostal pero se rehusaban a integrarse a una desus iglesias.5En esas fechas el trmino neopentecostal estaba cargadode connotaciones negativas, pues no haca mucho que las iglesias pente-costales eran consideradas de minoras marginales y poco ilustradas.

    Segn Schfer, en los aos cuarenta estos creyentes preferan identifi-carse como carismticos. En otra de sus obras presenta datos ms precisos,pues seala que en sentido estricto la renovacin carismtica surgi

    aproximadamente en 1960 en el seno de iglesias del mainlinede VanNuys, California. Pastores y feligreses episcopales y presbiterianos ejer-citaban los dones o carismas del espritu santo, as como el bautismoen el espritu, cuyo signo ms evidente era la glosolalia, o don de len-guas.6En cambio, los creyentes que abrazaron la renovacin carismticapertenecientes al pentecostalismo clsico,7que bien podramos llamardenominacional, pues adoptaron el modelo de organizacin de las igle-sias delmainline, constituyen, propiamente hablando, el neopentecosta-lismo8(Schfer, 1997: 127).

    4Con este trmino se hace referencia a las denominaciones que arribaron a las co-lonias inglesas en el siglo XVIIo que se formaron entre los siglos XVIIy XVIIIen EstadosUnidos y Reino Unido: episcopales, discpulos de Cristo, bautistas, metodistas, presbite-rianos, congregacionales/Iglesia Unida de Cristo y luteranos (Steensland, 2000: 293).

    5El editor, llamado Rusell Hitt, titul su artculo Neopentecostalismo siendo,al parecer, uno de los primeros registros del nombre, aunque seala que los mismosneopentecostales preferan llamarse renovacin carismtica (Tinoco, 1998: 45).

    6Un grupo de pastores de una iglesia episcopal en California, quienes comenzarona sanar enfermos por el poder del espritu santo, rehusaron abandonar sus cargos ycongregaciones (Tinoco, 1998: 45).

    7Por pentecostalismo se entiende un movimiento religioso que surgi en EstadosUnidos durante la primera dcada del siglo XX, fruto de una sntesis de movimientos an-teriores; el ms importante, el de Santidad, a finales del siglo XIXentre iglesias metodis-tas. Segn Garma, es un tipo especfico del protestantismo, que a pesar de su diversidadcomparte elementos comunes como el bautismo del espritu y la manifestacin de dones,como el de sanacin y el habla en lenguas (Garma, 2004: 57).

    8Schfer y OConnor mencionan el caso de un laico en las Asambleas de Dios queen 1953 inici un trayecto neopentecostal. No obstante ser un hombre econmicamen-te pudiente, el empresario Demos Shakarian no tena posibilidades de ascender en lajerarqua pentecostal. Por lo tanto, construy su propia estructura paraeclesial: la Frater-

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    6/31

    653ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    En este sentido, ciertos telogos estadounidenses y europeos, iden-tificados con sectores liberales y ecumnicos, as como socilogos yantroplogos,9siguen las mismas distinciones mencionadas por Schfer:

    los neopentecostales son diferentes a los pentecostales, pues al abrazar larenovacin carismtica salieron de sus denominaciones (Stam, 2008). Porotra parte, los neopentecostales son diferentes a los carismticos, quie-nes propiamente hablando fueron los que iniciaron la renovacin en lasdenominaciones histricas y ms tarde en la Iglesia catlica. Por lo tanto,no se justifica utilizar este trmino exclusivamente para las expresionesdel movimiento en el catolicismo.

    Hasta este punto, pasando por alto que los creyentes a los que pri-mero se design en 1963 como neopentecostales seran en realidad

    carismticos, la distincin actual entre neopentecostales y carismticosparecera clara. Sin embargo, el mismo Schfer presenta un panoramams complejo cuando comenta un tercer movimiento, el neocarismtico,cuyo exponente ms notorio es Peter Wagner.10Sin embargo, el uso delas categoras se simplifica al extremo cuando, a pesar de las distincionesanteriores, se engloban en la categora neopentecostalismo, o bienpentecostalismo, en los textos sociolgicos, antropolgicos e histricosde Mxico y Amrica Latina.

    LARUPTURACATEGORIAL

    Si entendemos como categorauna construccin para explicar el mundosocial y, al mismo tiempo, una visin anticipada de ese mundo ademsde servir como orientador de los referentes conceptuales deberamos

    nidad Internacional de Hombres de Negocios del Evangelio Completo (Schfer, 1998:17; OConnor, 1974: 23).

    9A diferencia de los crculos acadmicos de la mayora de los pases de AmricaLatina, en Estados Unidos y en la Europa protestante tanto socilogos como historiado-

    res y antroplogos tienen un contacto estrecho con la teologa a travs de los estudiosreligiosos, con amplia tradicin en la currcula universitaria.

    10Desde la perspectiva de los sectores teolgicos liberales, Wagner es el gur deliglecrecimiento, la guerra espiritual y la autoridad apostlica; esto es, el rival del evan-gelismo liberal y antifundamentalista. Durante las dcadas de los setenta y ochenta,Wagner hizo del seminario Fuller uno de los centros principales de esta corriente ecle-siolgica cuyo impacto se materializ en las llamadas megaiglesias en Estados Unidos,Corea del Sur y Mxico. Fue, adems, quien acu la tesis de la tercera ola del espritusanto, que ha sido tomada en prstamo por los estudiosos del pentecostalismo y el cam-bio religioso en Amrica Latina (Stam, 2008; Scott, 1999: 405).

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    7/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ654

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    esperar que neopentecostalismo nos ayude a visualizar con cierta clari-dad dicha correspondencia. Es decir, la relacin entre la categora y esemundo complejo de interacciones entre sujetos, instituciones, movimien-

    tos, smbolos y prcticas esbozada por los telogos y los historiadores dela religin. Y, por supuesto, si el panorama estadounidense presenta dichacomplejidad, no podemos esperar algo diferente de los movimientosreligiosos en las sociedades latinoamericanas.

    No obstante la variedad de perspectivas tericas utilizadas por losestudiosos del fenmeno neopentecostal, desde la secularizacin clsica,o sus mltiples reformulaciones, la globalizacin o la postmodernidad,los conceptos sobre el objeto de investigacin que han construido tienendos rasgos generales: i)la preeminencia del pentecostalismo sobre el

    neopentecostalismo, al grado de que para algunos no existe ningunadiferencia entre ambos por lo que el neopentecostalismo sera slouna fase ms del movimiento pentecostal o simplemente olvidan queexiste;11yii)el grado de generalizacin conceptual, que al contrastarse encasos especficos de la realidad emprica se antojan demasiado simplespara la trayectoria compleja que los estudios religiosos estadounidensesy europeos han delineado.

    Lo mismo se puede decir de los trabajos sobre el neopentecostalismoen Amrica del Sur que han sido difundidos en Mxico, en los que autorescomo Mardones (2005), Semn (2005) y Deis Siqueira (2005) exploranla relacin entre el mercado y las creencias religiosas. En general, estosautores buscan analizar los vnculos entre diversos procesos sociales (comola influencia de los medios masivos de comunicacin, la participacinpoltica, las identidades juveniles, la literatura de superacin personal)y el neopentecostalismo. Sin embargo, otros autores, como Mansilla, lesreprochan el reduccionismo mercadolgico de sus trabajos, que puedeser resultado de la importante presencia de la Iglesia Universal delReino de Dios en Brasil y Argentina. Por otra parte, los investigadoresargentinos y brasileos tampoco distinguen entre neopentecostales ycarismticos.

    En los ltimos aos, Miguel ngel Mansilla ha planteado que elestudio del neopentecostalismo en Chile es incipiente, que los escasostrabajos no dejan claro en qu consiste y que son muy descriptivos y danpor sentado el concepto. Apunta como un obstculo su marcada tendencia

    11Autores como Bastian, Campiche, Garma y Hernndez consideran que el neopen-tecostalismo en Amrica Latina slo es la tercera fase del pentecosalismo, una manifesta-cin tarda de la oleada pentecostal (Bastian, 1997: 136; Bastian, 2007).

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    8/31

    655ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    economicista debido al nfasis que se pone en la teologa de la prospe-ridad y al invariable enfoque de estudiar al neopentecostalismo a travsde los elementos pentecostales (Mansilla, 2007: 88, 89).

    Por otra parte, en Estados Unidos hacen poca referencia al trminoneopentecostalismo tanto en las ciencias sociales como en los estudiosreligiosos, a pesar de haber sido acuado en dicho pas. Para distin-guir a los movimientos ligados a la expresin de dones espirituales ocarismas dentro de las tradiciones protestantes-evanglicas, se utilizael trmino carismticos, y con menor frecuencia neocarismticos(Robbins, 2004: 121). Sin embargo, el prefijo neo puede generar unaconfusin similar a la provocada por neopentecostalismo, pues se im-plican otros supuestos que inciden en el anlisis. Principalmente, puesto

    que son nuevos pentecostales, que son una derivacin directa del primerpentecostalismo, lo que, como se tratar ms adelante, no se observa endiversos estudios de caso en Mxico. Aunque el trmino no responde a lanecesidad de distinguir la variedad de modalidades que un movimientoreligioso puede adoptar, tanto de orden temporal como de orden social ygeogrfico, en la literatura latinoamericana especializada es utilizado demanera extensa, pero en la prctica puede resultar una camisa de fuerza,pues en qu momento estos movimientos dejan de ser nuevos? A menosque se trate de una condicin perenne e inmutable.

    Una revisin general de los trabajos realizados en Mxico sobre estemovimiento religioso y la forma de utilizar el trmino puede sealarnosalgunas caractersticas comunes:

    1. La mayora son trabajos terminales (tesis) en universidades yprogramas de posgrado, o bien artculos o captulos de libro.12Esdecir, las investigaciones sobre los nuevos pentecostales en Mxicono alcanzan a convertirse, usualmente, en libros.

    2. De una u otra forma, el reconocimiento de que se trata de un

    movimiento religioso heterogneo, de difcil aprehensin.

    3. Se define al neopentecostalismo de una forma muy general y no seconsideran especificidades de tipo regional y temporal (al contrario

    12Entre los trabajos de tesis en Mxico pueden contarse los realizados por LucaVzquez Mendoza (2005), Milca de la Rosa (1997), David Tinoco Collantes (1998), FlorM. Ramrez (1998), Ramiro Jaimes (2007), as como artculos y captulos de libros deFelipe Vzquez (2000), Elio Masferrer (1998) y Alberto Hernndez (2002), entre otros.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    9/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ656

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    de lo que se hace, por ejemplo, en los estudios sobre la Iglesiacatlica, e incluso en estudios sobre los pentecostales).

    4. Se utilizan perspectivas tericas demasiado amplias, comosecularizacin, y teoras de la globalizacin, o categoras genricas,como nuevos movimientos religiosos o movimientos religiososalternativos.

    5. Ninguno realiza una exploracin metdica sobre el origen deltrmino ni sobre el del movimiento religioso, ni tampoco unavaloracin sobre las fuentes primarias (testimonios escritos u oralesde los mismos actores religiosos).

    En la bibliografa sobre el neopentecostalismo se sigue, en general, unadefinicin demasiado amplia, la de una corriente religiosa de tradicinprotestante, fruto de la pentecostalizacin de los protestantismoshistricos. Por otra parte, aunque ningn estudio se ha preocupado porcuestionar y explicar en qu consiste exactamente el proceso de pente-costalizacin, a los nuevos pentecostales se le caracteriza por combinarelementos litrgicos y prcticas propias del pentecostalismo, especial-mente dones espirituales, con doctrinas del protestantismo histrico y conla llamada teologa de la prosperidad y la guerra espiritual (Masferrer,

    1998: 9); estructurar tanto el gobierno eclesial como las prcticas ritualesalrededor de un liderazgo carismtico (Hernndez, 2002: 32); y reflejaruna mejor posicin socioeconmica con respecto a los pentecostales(Masferrer, 1997: 9; Hernndez, 2002: 32).

    Si los nuevos pentecostales se derivan directamente de los antiguos seesperara observar la forma en que sus pastores y creyentes promovieron(o influyeron) las congregaciones carismticas. Si bien existen algunoscasos en los que efectivamente los creyentes pentecostales se convirtieronen elementos centrales en este tipo de rompimientos con la tradicin

    denominacional (que implica tanto a los protestantismos llamados hist-ricos como a los pentecostales), tambin los hay en que no aparecen conclaridad como los agentes de dicha influencia. En cambio, es evidentela accin de pastores y creyentes pertenecientes a las denominacionesprotestantes histricas (Tinoco, 1998: 10; Ramrez, 1998; Vzquez, 2005:52; Jaimes, 2007: 147-149).

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    10/31

    657ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    LIMITACIONESYALCANCESDELCONCEPTO

    Segn Joel Robbins, la existencia de cierta confusin conceptual en el

    estudio del fenmeno religioso tiene dos causas: i) todos los trminosusados por la ciencia social como categoras analticas son tomados delos mismos actores religiosos y por lo tanto tienen significados muyconcretos y delimitados, que usualmente son imprecisos al aplicarse enforma ms amplia, yii)la poca atencin de los especialistas a la historiade los grupos y movimientos religiosos (Robbins, 2004: 119).

    Con respecto a la primera (la segunda se tratar en el siguienteapartado), en la actualidad la mayora de los estudiosos del fenmenoreligioso difcilmente ignora dicha cuestin. Sin embargo, no todos lostrabajos sealan con claridad estas limitaciones, que existen incluso entrecongregaciones de una misma denominacin o confesin religiosa. Porlo regular, estas diferencias tienen su origen en particularidades regiona-les, social e histricamente delimitadas, en especial en las referidas a laetnicidad, el papel de gnero y la ubicacin geogrfica, y, por supuesto,en las doctrinales y litrgicas.

    A pesar de dichas particularidades, se tiende a pensar los conceptosen forma general, lo cual dificulta observar la complejidad en el pa-norama religioso. Por supuesto, la generalizacin y la abstraccin sonrecursos tiles para la ciencia social; no obstante, ninguno de los dosdebe realizarse obviando elementos importantes del fenmeno estudia-do. Lo anterior no slo est relacionado con el desfase entre las grandesteoras generales y los datos empricos, sino que tambin tiene que vercon el creciente clamor entre los cientficos sociales por descentrar ydesoccidentalizar el bagaje terico para el anlisis del cambio religioso(Spickard, 2010).

    En este sentido, el problema no reside en el hecho de que las catego-ras provengan de los actores religiosos. Si bien es cierto que al utilizarla nomenclatura de los mismos involucrados se corre el riesgo de perder la

    capacidad de generalizar, no hacerlo podra resultar en la elaboracin deuna serie de construcciones enteramente desligadas de la realidad quese pretende explicar. Es por eso que para el cientfico social la cuestincentral reside en la forma de utilizar las categoras y su relacin con larealidad construida a travs de ellas.

    Pueden observarse los problemas de utilizar la definicin de neopen-tecostalismo en el caso concreto de una investigacin, como la de LucaVzquez, realizada en Tuxtla Gutirrez, Chiapas, quien al analizar a una

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    11/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ658

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    agrupacin neopentecostal (Anagnesis) encontr que su distincin res-pecto al pentecostalismo no es clara, por lo que tuvo dificultades paraubicarla en alguna de las dos categoras (Vzquez, 2005: 94).13Por tal

    motivo, en este apartado se revisarn algunas de las particularidadesdel llamado neopentecostalismo, especialmente las relacionadas con suaparente fuente motriz, el pentecostalismo.

    Un rpido recuento de la llegada a Mxico del movimiento caris-mtico termina por mostrar la ruptura con la categora y los referentesconceptuales, como puede observarse en el siguiente apartado. Por elmomento, slo hay que decir que en sus inicios en Mxico, como enEstados Unidos, el comportamiento usual de los carismticos en las de-nominaciones histricas era migrar hacia alguna iglesia pentecostal, lo

    que haba sido considerado tradicionalmente por los pastores como robode ovejas (Lpez, 1999: 20; Rivera, 1993: 57), pero luego la tendenciafue a organizar una congregacin nueva, ya fuera por un cisma en algunaiglesia denominacional o por el inicio de una pequea reunin en al-gn hogar con el auxilio de un pastor o laico del llamado protestantis-mo histrico (Baqueiro, 1990: 60, 61). En todo caso, es necesario pre-guntar hasta qu punto habra sido una opcin viable para profesionistasy empresarios de clases medias congregarse en las denominaciones pen-tecostales, entusiastas pero que no compartan su preocupacin por losnegocios de este mundo.

    Diferencias empricas entre nuevos y viejos pentecostales

    El primer problema de usar el trmino neopentecostalismo se refierea las diferencias que existen entre los pentecostales y el movimiento quesupuestamente se deriva de ellos. Los argumentos ms importantes paraconcebir a los nuevos pentecostales se basan en las doctrinas y prcticasque tienen en comn, por lo que la presencia de dones como la glosolalia,

    la sanidad y el bautismo del espritu parecen ser suficientes para asu-mir la continuidad entre ambos. Sin embargo, puede decirse que entreestos movimientos existen diferencias las cuales indicaran rupturas

    13El trabajo de Luca Vzquez se distingue por la revisin que hace del estado de lacuestin y un entramado terico y metodolgico consistente. Sin embargo, tuvo dificul-tades al analizar el caso de la agrupacin religiosa con el concepto de neopentecostalis-mo. Generalmente slo es posible enlistar una serie de prcticas y creencias que puedenencontrarse en casi todo el espectro evanglico.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    12/31

    659ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    importantes que pueden dividirse principalmente en tres grupos: doc-trinales y litrgicas, de organizacin y de gobierno e historia.14

    Con respecto al primer grupo, la principal diferencia es que el bautis-

    mo del espritu en la renovacin carismtica no tiene la importancia queocupa entre los pentecostales (Tinoco, 1998: 44), ya que mientras paraestos ltimos es el signo inequvoco de la salvacin, entre los carismti-cos es uno ms de los dones otorgados por Dios al creyente.15Puededecirse que, como sucede en muchas generalizaciones en el terreno doc-trinal, tiene demasiados matices que obligan a reformularla. ste es elcaso de la teologa de la prosperidad, un rasgo que se supone distintivodel neopentecostalismo pero que en realidad no tiene una manifestacinhomognea entre las iglesias carismticas. Mientras la Iglesia Universal

    del Reino de Dios (ms conocida en Mxico como Pare de Sufrir) tieneuna versin de dicha teologa, que se ha tomado como un rasgo general,en otras iglesias se observan otras modalidades.16De hecho, pueden en-contrarse doctrinas y creencias similares en todas las iglesias cristianas,por lo que es necesario utilizar conceptos y categoras menos amplios,como resultado una discusin previa que no descanse exclusivamente endoctrinas y prcticas.

    En el segundo grupo de diferencias entre pentecostales y carismticos,el que se refiere a la forma de organizacin, se puede observar un sentidosimilar a la ruptura doctrinal-litrgica, ya que mientras los pentecostalesse organizaron en denominaciones episcopales, la mayora de los caris-mticos lo hicieron en iglesias locales y agrupaciones independientes

    14Cabe aclarar que la comparacin se realiz con base en los estudios de caso reali-zados entre 1997 y 2007 por diferentes investigadores en Guadalajara, Puebla, Aguasca-lientes, Tuxtla Gutirrez, Jalapa, Distrito Federal y Tijuana.

    15En este sentido, entre los carismticos los dones no se conciben homogneamen-te. ste es el caso del don de la sanidad, que puede ser resultado de la mezcla entre fey ayuda mdica, mientras que entre los pentecostales la sanidad es entendida como un

    resultado exclusivo de la fe, por lo que no puede ser usada con otro modelo de sanidad,como la medicina alpata (Garma, 2000: 86; Jaimes, 2007: 12-13).

    16Segn Pablo Semn, la teologa de la prosperidad consiste en un conjunto deproposiciones dogmticas, rituales y eclesiolgicas en las que se afirma una relacin en-tre la comunin con Dios y el bienestar material. Sin embargo, el mismo autor planteaque dicha teologa ya no puede asociarse a un tipo neopentecostal, caracterizado por:

    i) guerra espiritual,ii) teologa de la prosperidad, yiii) flexibilizacin de usos y costum-bres, debido a que todo el campo religioso evanglico se encuentra atravesado por estasprcticas. Incluso Carlos Anacondia el modelo del evangelista neopentecostal sudame-ricano se opone a la teologa de la prosperidad (Semn, 2005: 73).

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    13/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ660

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    o semiautnomas.17Esto puede observarse en los casos estudiados enTuxtla Gutirrez, Guadalajara, Aguascalientes, Distrito Federal y Tijuana(Vzquez, 2005: 53; Ramrez, 1998; Tinoco, 1998; Jaimes, 2007; Jaimes,

    2001: 25, 186), que estn centrados en autoridades carismticas, en elsentido weberiano, en algunos casos apstoles,18y son asistidos por unconcejo de ancianos, que generalmente es consultivo (Tinoco, 1998: 61,77; Vzquez, 2000: 327; Jaimes, 2007: 12-13).

    Las estrategias de crecimiento y proselitismo de las denominacioneshistricas y pentecostales tenan como eje principal el templo-santuario,sede de la autoridad pastoral, alrededor del cual giraban las redes fami-liares, vecinales o laborales de los creyentes. A travs de ellas, los laicoscaptaban a los potenciales proslitos, a quienes se buscaba encauzar hacia

    las actividades cultuales del templo.19

    Eventualmente, las reuniones en loshogares podan mantenerse, incluso con un edificio propio, pero comoextensiones del templo y sujetas a la autoridad denominacional.

    Por su parte, las iglesias carismticas utilizaron tambin las reunionesen los hogares, pero con objetivos diferentes. Actualmente, programascomo G-12 o Visin Carismtica Internacional utilizan clulas (gruposde hogar) no slo para hacer proselitismo, sino como extensiones de lavida comunitaria que las denominaciones solan tener en el templo.20Estesitio, el templo, se mantiene como lugar de culto, aunque no exclusiva-mente, pues tambin se lleva a cabo en otros espacios no consagrados.En este sentido, en el fortalecimiento de las redes familiares y laborales, elculto y los programas tienen lugar dentro y fuera del templo: conciertos,obras de teatro, congresos, clulas, trabajo con asociaciones paraeclesis-ticas y otras actividades (Ramrez, 1998: 30). Por lo tanto, la organizacinen las congregaciones carismticas evanglicas se orienta, en funcin de

    17Otra diferencia entre los carismticos y Pare de Sufrir, pues se organiza como unadenominacin.

    18La figura del apstol ha sido, al igual que el don de lenguas en el caso pen-

    tecostal, una resurreccin carismtica. Las denominaciones del mainlineya habanestablecido el fin del apostolado como un cargo que muri con los doce apstoles deCristo. Como las lenguas, el apostolado para el protestantismo estadounidense habasido otorgado por Dios para probar su autoridad en una poca de transicin, mien-tras se completaba el canon bblico (la ltima y suficiente autoridad).

    19Muchas iglesias pentecostales pasaban mucho tiempo sin un templo, por lo quelas reuniones se realizaban en la casa del pastor o de algn congregante (Torres, 1999:20).

    20De hecho, en el G-12 colombiano las reuniones cultuales se realizan en estadios oauditorios y la convivencia tiene lugar en las clulas (Jaimes, 2007: 154).

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    14/31

    661ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    uno de sus objetivos, a impactar a la sociedad, por lo cual se buscaobtener visibilidad a travs de congresos, eventos y marchas. Los lderescarismtico-evanglicos impulsan especialmente las asociaciones, como

    las alianzas evanglicas locales y estatales, que los constituyen en inter-locutores del Estado (Masferrer, 1997: 9; Vzquez, 2000: 322).Luego de los cambios constitucionales de 1992, los mandatarios mexi-

    canos, federales y estatales, han considerado en forma creciente el factorevanglico. Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y, principalmente,los panistas Vicente Fox y Felipe Caldern han tenido acercamientoscon las asociaciones evanglicas y con los lderes de importantes megai-glesias, como Alejandro Lucas Orozco y su esposa Rosa Mara de la Garza,ambos pastores de Casa sobre la Roca, que despus de las elecciones

    de 2006 han ocupado cargos en los gobiernos panistas21

    (Rodrguez,2011).Finalmente, en el tercer grupo de diferencias entre pentecostales y

    carismticos se encuentra la forma de gobierno y su historia. Mientraslos primeros tienen formalmente un gobierno episcopal, los segundostienden a seguir un gobierno apostlico, cuya figura central es el pastory su familia. El gobierno apostlico reconoce slo la autoridad de unapstol (enviado), ungido por el poder de Dios. Adems, usualmentelos pastores asociados bajo la autoridad de un pastor principal sonreclutados entre la familia de ste, lo que convierte a la iglesia en unaempresa familiar.

    Al igual que el protestantismo histrico y el pentecostalismo, larenovacin carismtica entr a Mxico por diversas vas y en distintosmomentos. En una primera oleada se registraron brotes en Puebla, Ciu-dad Jurez y el Distrito Federal (Rivera, 1993: 57), al que lleg a finales

    21Este activismo poltico se observa tambin en otras localidades, como Tijuana,donde las dirigencias de las iglesias carismticas evanglicas resultaron un activo polticopara los gobiernos panistas y un pequeo partido regional, el Partido de Encuentro So-

    cial (PES). En las elecciones de 2006, en alianza con el Partido Accin Nacional, lograronobtener su registro. Adems, diversos funcionarios evanglicos o simpatizantes, comoel mismo alcalde en ese periodo, Jorge Ramos, se comprometieron a impulsar las de-mandas polticas evanglicas, que eran prcticamente las mismas que las de los gruposde presin ligados a la Iglesia catlica (promocin de valores familiares, leyes contra lalegalizacin del aborto y los matrimonios homosexuales). Por otra parte, al igual que lospastores de Casa sobre la Roca, el pastor de la Iglesia de la Unidad Cristiana de Mxico,conocida como la Arena (por ocupar el local de una antigua arena de box), Fermn Gar-ca hijo, realiz una activa propaganda al interior de su congregacin contra el Partidode la Revolucin Democrtica (PRD) en las elecciones presidenciales de 2012.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    15/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ662

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    de la dcada de los setenta, cuando el doctor Wayne Myers form ungrupo que se reuna en la casa del doctor Idilio Pardillo y su esposa,que comenzaron a agrupar a creyentes de denominaciones evanglicas

    (presbiterianos y metodistas) y seguidores de la renovacin carismticacatlica, principalmente jvenes profesionistas. Estaban motivados porlas mismas causas que los iniciadores del movimiento en Estados Unidos:buscaban espacios de alabanza, participacin y enseanza ms abiertos eincluyentes, que difcilmente encontraban en las iglesias denominaciona-les. Este grupo fue el origen de las iglesias identificadas como AmistadCristiana, A.C.22

    En el norte de Mxico, la renovacin carismtica se introdujo aprincipios de la misma dcada, proveniente de iglesias de Texas, y a di-

    ferencia de Amistad Cristiana, en sus inicios se transmiti al interior de lasdenominaciones evanglicas. En 1972 surgi en el metodismo en NuevoLaredo, Tamaulipas, en la iglesia El Divino Salvador, gracias a las rela-ciones de los creyentes mexicanos con los de las iglesias de Texas. De allpas a Ciudad Jurez y se esparci como reguero de plvora por todo elnorte, hallando un campo particularmente frtil en Monterrey, el centroms importante del metodismo norteo (Baqueiro, 1990: 57, 61).

    Podemos concluir que no obstante que se observa continuidad doctri-nal y ritual entre pentecostales y carismticos, esto no parece ser suficientepara pensar que estos ltimos son una derivacin de los primeros. Dichacontinuidad existe tambin entre las iglesias histricas y las denomi-naciones del pentecostalismo clsico y todas ellas han adoptado en algngrado diversos elementos de la renovacin carismtica (los mtodos deliglecrecimiento, la autoridad apostlica, la apertura doctrinal y ritual, lallamada guerra espiritual, la bsqueda de espacios sociales y polticos,la centralidad de la alabanza).

    Pentecostalismo ahistrico

    El trmino que nos ocupa en este texto, al igual que muchos otros en losestudios sobre el fenmeno religioso, adolece de cierto sesgo ahistrico.Es decir, no considera las continuidades y rupturas de los procesos que

    22Posiblemente las congregaciones de Amistad Cristiana constituyen el caso msimportante del movimiento carismtico en Mxico tanto por su extensin geogrficacomo por el nmero de adherentes. Vase Mapa Religioso de Chihuahua. Disponibleen: .

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    16/31

    663ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    estudia a travs del tiempo como un factor a investigar, no obstante quees un referente importante para la comprensin de cualquier fenmenosocial. Peter Burke ha sealado el rompimiento entre la sociologa y

    la antropologa con la historia a partir de los aos veinte como parte deun proceso de profesionalizacin que buscaba afirmar la cientificidadde las nuevas disciplinas (Burke, 1980: 21). En consecuencia, dejaron derecurrir a las fuentes, mtodos y explicaciones de la historia, y en su lugarutilizaron preponderantemente la materia prima del presente. Aparen-temente, dicho rompimiento se mantiene en la mayora de los trabajossobre religin en la ciencia social mexicana y latinoamericana.23

    Sin embargo, la indiferencia ante la dimensin temporal del fen-meno religioso no es un problema particular de los cientficos sociales

    que estudian el pentecostalismo, sino que, en general, puede verse enlos trabajos sobre los evanglicos o protestantes. La imagen de un pro-testantismo ahistrico, inmutable, puede ser el resultado de muchosfactores, como privilegiar las perspectivas generales sobre el fenmenoreligioso (como en la teora clsica de la secularizacin), dando un pa-pel secundario al anlisis de escalas menos agregadas o soslayando lasdinmicas internas del propio mbito religioso, que se asume como unsimple reflejo de los procesos sociales, supuestamente opuestos o divor-ciados de lo religioso.

    En este sentido, aunque a partir de la dcada de los ochenta mu-chos cientficos sociales comenzaron a estudiar las transformaciones delo religioso, se enfocaron a los elementos novedosos sin considerar laspermanencias, tomando as la historicidad del fenmeno slo como unelemento contextual. Esto llev a privilegiar una temporalidad coyunturalpor encima de una perspectiva de mediana o larga duracin. Una de lasconsecuencias de esta eleccin es el efecto de interpretacin atemporal,que puede observarse en el uso y abuso del trmino protestantismohistrico. Algunos investigadores estn conscientes de lo anterior, peroprefieren continuar con el mismo esquema porque cambiarlo hara di-fcil la comprensin para el pblico en general y la comunicacin entrela misma comunidad acadmica. Reconocen que el trmino es usadode manera acrtica, provocando una serie de juicios tendenciosos y laincomprensin de la ciencia social (Bastian, 1997: 19). En este sentido,el trmino protestante puede ser entendido peyorativamente, como ha

    23Aunque, recientemente, historiadores jvenes como Jael de la Luz Garca, ArielCorpus y Gloria Galaviz se han avocado a estudiar el cambio religioso no catlico.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    17/31

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    18/31

    665ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    una posible reforma protestante latinoamericana (Stoll, 1990). Tambinen los medios masivos de comunicacin y en la Iglesia catlica surgieronvoces que magnificaron el crecimiento de la poblacin protestante. No

    obstante, algunos indicadores y observaciones directas parecen sealarque la explosin pentecostal no se ha mantenido constante, alternandoperiodos de crecimiento alto con otros de crecimiento moderado. Losdatos de los censos de poblacin parecen confirmar lo anterior, puesentre 1980 y 2000 muestran un descenso en el ritmo de crecimiento dela poblacin cristiana evanglica y paraevanglica, como se observaen la grfica 1 (Jaimes, 2004: 366).

    FUENTE: Censos de Poblacin de 1940 a 1980 y 2000 y 2010, INEGI[en lnea]: Censos yConteos de Poblacin y Vivienda, Mxico: INEGI. Disponible en: ; INEGI, Sistema para la Consulta de laInformacin Censal (Scince) 1990-XI Censo General de Poblacin y Vivienda 1990, [CD-Rom] Mxico: Instituto Nacional de Estadstica Geografa e Informtica, 1993.* Cristianos no catlicos: formada por la suma de Protestantes y Otra Religin (ex-cepto para 2000 y 2010).Elaboracin propia.

    GRFICA1TASADECRECIMIENTODELAPOBLACINTOTAL, PROTESTANTE

    YCRISTIANANOCATLICAENMXICO, 1940-2010

    Poblacin total

    Protestantes

    Cristianos nocatlicos

    T

    asa

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    19/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ666

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    Si bien es cierto que los pentecostales no han dejado de crecer en tr-minos absolutos, los censos de 2000 y 2010 dejan ver que no constituyenla mayora en el campo evanglico ni son los de mayor crecimiento. Lo

    anterior contrasta con las investigaciones producidas en los aos ochenta,que sostenan que los pentecostales comprendan 70% de los evanglicosen Mxico (Bastian, 1994: 231; INEGI, 2005: 19).

    Segn datos del censo de 2000, los pentecostales y neopentecostalesconstituyen aproximadamente 31% de los protestantes o evanglicos enMxico, mientras Otros evanglicos subcategora censal diseada paracaptar a la poblacin residual que no se ubicaba en las grandes agrupa-ciones evanglicas presenta 53% (INEGI, 2001). En el censo de 2010, losporcentajes son, respectivamente, 21% y 66% (Inegi, 2011). Esto seala un

    desfase entre las categoras religiosas utilizadas por la ciencia social y ladinmica de las transformaciones del campo religioso, especficamentelas relacionadas con las adscripciones religiosas de los diversos actores,como se ve en las grficas 2 y 3 y en la tabla 1 (Jaimes, 2007: 85-94). Lasimplicaciones de este desfase en el campo religioso mexicano son mlti-ples, pero una de ellas sera que el pentecostalismo denominacional ya noes tan central como se pensaba. No obstante, tambin pueden plantearsetres escenarios:

    1. La evaluacin de los investigadores sobre el pentecostalismofue sobredimensionada, como resultado de cierta pentecos-talizacin de los estudios sobre el fenmeno religioso.

    2. Los datos del censo tienen limitaciones en la medicin que sehan reflejado especialmente en las categoras utilizadas, las cualestodava son demasiado generales para captar la complejidad de lastendencias de ruptura denominacional.

    3. El maremoto pentecostal se ha atenuado y el campo religioso ha

    experimentado transformaciones en su composicin; uno de susprincipales impulsos viene de movimientos transdenominacionales,como la renovacin carismtica.

    Provisionalmente puede pensarse que los tres escenarios son posibles yno necesariamente excluyentes; aunque, desde nuestro punto de vista,le podemos achacar al tercero mayor responsabilidad. Pese al aparenteagotamiento relativo del maremoto pentecostal, existe consenso entre

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    20/31

    667ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    FUENTE: Contar 2000. XII Censo General de Poblacin y Vivienda 2000 [CD-Rom] Mxi-co: Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica, 2001.Elaboracin propia.

    GRFICA2PARTICIPACINPORSUBCATEGORACENSALENELTOTALDEPOBLACINEVANGLICA

    ENMXICO, 2000

    14%

    31%

    1%

    54%

    Otrasevanglicas

    54%

    Luzdel Mundo

    1%

    Histricas14%

    Pentecostales yneopentecostales

    21%

    FUENTE: XIII Censo General de Poblacin y Vivienda 2010, Inegi [en lnea]: Censos yConteos de Poblacin y Vivienda, Mxico: Inegi. Disponible en:.Elaboracin propia.

    GRFICA3PARTICIPACINPORSUBCATEGORACENSALENELTOTALDEPOBLACINEVANGLICA

    ENM

    XICO, 2010

    Histricas10%

    Pentecostales yneopentecostales

    21%

    Luzdel Mundo

    2 %

    Otrasevanglicas

    67%

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    21/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ668

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    los especialistas acerca de que ha sido uno de los procesos ms significa-

    tivos en el panorama religioso latinoamericano (Casillas, 2003: 49).Finalmente, la pentecostalizacin de los estudios sobre el fenmenoreligioso fue acompaada del nfasis en los factores externos, como al-gunas modalidades de la tesis de la privacin (Garma, 1999: 132). Tales el caso de la identificacin del pentecostalismo con la marginacin, loque se hizo por mucho tiempo con el protestantismo, que se conocacomo una religin de los pobres, aunque modernizados.25En este sentido,la expansin pentecostal en Mxico se ha entendido como una suertede reaccin y protesta contra el desarrollo capitalista dependiente

    (Bastian, 1997: 143). Sin embargo, es necesario considerar los casos en losque este argumento no es suficiente; es decir, cuando la precariedad no sepresenta con claridad como uno de los factores primordiales del cambioreligioso. No siempre son los pobres quienes conforman el cuerpo de

    25Si bien Bastian cita algunos autores que presentan informacin que matiza la iden-tificacin del pentecostalismo con la pobreza (Merle Davis), no altera su tesis principalsobre la importancia de la marginacin en el cambio religioso (Bastian, 1981: 1957).

    TABLA1PARTICIPACINPORSUBCATEGORACENSALENELTOTALDEPOBLACINEVANGLICA

    ENMXICO, 2000 Y2010

    Poblacinprotestante

    y evanglica 2000 %

    Poblacinprotestante

    y evanglica 2010 %

    Histricas 599 875 13.61 Histricas 820 744 9.79

    Pentecostales yneopentecostales 1 373 383 31.16

    Pentecostales yneopentecostales 1 782 021 21.25

    Luz del Mundo 69 254 1.57 Luz del Mundo 188 326 2.25

    Otrasevanglicas 2 365 647 53.67

    Otrasevanglicas 5 595 116 66.72

    Total 4 408 159 100.00 8 386 207 100.00

    FUENTE: Contar 2000. XII Censo General de Poblacin y Vivienda 2000 [CD-Rom].Mxico: INEGI, 2001; XIII Censo 2010, Inegi [en lnea]. Disponible en: .Elaboracin propia.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    22/31

    669ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    especialistas y colaboradores de la Iglesia, y probablemente tampoco unaparte importante de los creyentes con prctica religiosa constante.26

    LASECULARIZACINYLAPARADOJANEOPENTECOSTAL

    Esta tendencia a la pentecostalizacin del estudio del cambio religiosopuede ser consecuencia de la preeminencia del enfoque secularizadorasociado a escalas de observacin amplias y conceptos forjados para unavisin general. De hecho, casi todas las tesis en Mxico sobre el neopen-tecostalismo partieron de esta perspectiva.27Como se ya se mencion,la secularizacin y la modernidad son dos de los enfoques tericos msinfluyentes en el estudio del neopentecostalismo en Amrica Latina. Sin

    embargo, esto refuerza el reduccionismo mercadolgico con el que seestudia el neopentecostalismo (Mansilla, 2007: 89).

    Por supuesto, no se quita validez al estudio del cambio religioso aescala nacional o subcontinental, en el caso de Amrica Latina, pues essumamente necesario, pero debe considerarse el problema de la perspec-tiva, pues una mirada demasiado general puede pasar por alto detallesy procesos importantes, slo visibles en menores escalas de observacin(Jaimes, 2007: 65-77). Posiblemente sta es la razn por la cual el pa-radigma secularizador pretende contener en su interior tan diversos

    procesos y tendencias, que finalmente son explicados en forma igual-mente muy amplia, como el regreso de Dios, o la continua y complejarecomposicin del campo religioso, como si en el pasado hubiera sidohomogneo y esttico.

    Aunque algunos investigadores, como Roberto Blancarte, han plan-teado que posiblemente la teora de la secularizacin no puede aplicarseen Mxico, tanto en una perspectiva general como en una particular,pocos trabajos han considerado esta opcin. Dicho autor se pregunta

    26Es decir, en muchos casos no son los ms comprometidos dentro de la congre-gacin. Incluso es posible que un porcentaje nada despreciable de asistentes a dichasiglesias nunca haya experimentado el bautismo del espritu y se mantenga en un nivelde prctica fluctuante entre la consuetudinaria y la nominal (Jaimes, 2001: 250-261;Jaimes, 2004: 341, 345).

    27Al considerar a los neopentecostales como una manifestacin pentecostalizada enlas clases medias, doctrinalmente ms abiertas al mundo secular, menos desordenadas ri-tualmente y ms inclinadas a una mercadotenia religiosa (ideolgicamente influenciadaspor el neoliberalismo y el mercado global), tenan que ser religiosidades modernizadas,y por lo tanto secularizadas (Tinoco, 1998: 22-30; Rosa, 1997; Vzquez, 2005).

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    23/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ670

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    si no sera mejor abandonarla, junto con la teora de la modernizacin,para descentrar efectivamente la mirada sobre la actualidad religiosa(Tschanen, 2004: 360). Otros investigadores, como Felipe Gaytn, han

    sealado tambin las limitaciones de la secularizacin como recurso ana-ltico. Segn este autor, la secularizacin se simplific hasta el grado depresentarse como el ocaso inevitable de la religin en el mundo moderno,convirtindose entonces en un axioma, una realidad sin necesidad deverificacin (Gaytn, 2007).

    En este sentido, la secularizacin fue asumida como una condicinincontrovertible de la modernidad. Gaytn aboga por la reformula-cin del concepto debido a las numerosas excepciones, como la revo-lucin islmica, la influencia de la derecha religiosa en Estados Unidos

    y el maremoto pentecostal en Amrica Latina. La lista es tan numerosaque incluso Peter Berger afirma que su famosa propuesta terica ha sidofalseada (Berger, 1999: 1-18).

    Generalmente, pueden distinguirse dos posturas en la ciencia socialrespecto al paradigma de la secularizacin. La primera es la impugna-cin, es decir, el surgimiento de alternativas tericas y metodolgicas quebuscan explicar los procesos de cambio en la religin, rechazando la secu-larizacin. Pero no solamente se enfatizan las dificultades del paradigmasecularizador, sino que se abandonan los enfoques con alcance universal.En general, los impulsores principales del nuevo paradigma surgieronen las ciencias sociales en Estados Unidos. Dichos autores rompen con lasecularizacin, especialmente la propuesta por Peter Berger, por mediode un cambio de perspectivas y conceptos. En este sentido, una de lasvas para realizar dicho rompimiento ha sido buscar la especificidad dela religin en Estados Unidos por medio de la historia, pues consideranque la secularizacin se construy pensando en la experiencia europea(Warner, 2005: 18-21).

    La segunda postura es la reformulacin, y se observa principalmenteen Amrica Latina y Europa. Puesto que la idea central de la seculari-zacin clsica ha perdido importancia como explicacin general, se hareplanteado como un constante reacomodo de lo religioso por los procesosdesatados por una modernidad compleja (Hervieu-Leger, 1996: 44). Eneste sentido, aunque la religin no desaparece, se mantiene la secula-rizacin como cuerpo terico, y sus conceptos como herramientas quetodava explican procesos sociales, culturales y polticos vinculados a laconstruccin de una ciudadana participativa y democrtica.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    24/31

    671ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    A raz del llamado giro lingstico, muchos trabajos en Europa se hanapoyado en la crtica que se hace al paradigma de la modernidad. Estacrtica impugna, de modo general, el modelo eurocntrico de occiden-

    talizacin, y lo concibe como un proceso histrico de recomposicin demltiples programas culturales que se encuentran en constante mo-vimiento (Eisenstadt, 2000: 1). Apoyndose en la propuesta de Eisenstadtsobre la existencia de modernidades mltiples, otros investigadores,como Marian Burchardt, utilizan la nocin de secularidad.28Al serun modelo que no privilegia la perspectiva global o universal, enfocadoen las particularidades culturales y locales, asume que existen mltiplessecularidades.29De esta forma, renuncia a lo que llaman una lgica derepeticin esencialista, que subyace en la secularizacin con modelo

    occidental. As, busca una alternativa de interpretacin a dicho mode-lo considerando trasfondos histricos y culturales especficos, en funcinde los cuales los procesos religiosos se rearticulan y reconfiguran (Bur-chardt, 2010).

    Puesto que el argumento principal de la secularizacin reformuladaconsiste en que sta se manifiesta no en la desaparicin de lo religiososino en su constante reacomodo, una de sus evidencias principales serala expansin de grupos protestantes pentecostales en Amrica Latina.Para autores como Bastian, dicha expansin sigue realizndose sobresectores sociales marcados por la anomia y la precariedad. Afirma quela llamada pentecostalizacin no es otra cosa que el cambio estructuralde los protestantismos, tendiente a la afirmacin de la comunidad comocentro de referencia ante fuerzas endgenas y exgenas que la disuelven.Dichas fuerzas se originan en la particular modernidad latinoamericanay, en ltima instancia, son movimientos de afirmacin del pobre y elexcluido (Bastian, 1997: 214).

    En conclusin, el neopentecostalismo es un buen ejemplo de lasmencionadas contradicciones y ambigedades de la perspectiva secula-rizadora, como cuerpo terico y como proceso sociohistrico. Es decir,

    28sta es una configuracin de significado cultural referida a formas de diferen-ciacin entre la religin y otras esferas sociales, en un nivel, y entre la religiosidad y otrosaspectos del individuo, en el nivel de los sujetos. A su vez, la secularidad implica unareferencia a diversas caractersticas, como la memoria histrica e individual, los inter-cambios globales, las coyunturas crticas, que pueden cambiar bajo ciertas condiciones.

    29Sus configuraciones no responden a causas unvocas, con dinmicas cambiantesque se manifiestan a diferentes niveles (poltico, jurdico, artstico, econmico, estilo devida). Por lo tanto, los debates pblicos sobre la secularidad se ven determinados porestas configuraciones.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    25/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ672

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    representa una paradoja ms de la secularizacin latinoamericana, por lomenos de aquella delineada por autores como Bastian. Si la interpretacindel cambio religioso en Mxico pasa principalmente por el maremoto

    pentecostal, es necesario explicar cmo algunos sectores medios y mediosaltos son captados por esta forma de religiosidad de la precariedad y laanomia.

    CONSIDERACIONESFINALES:LACOMPLEJIDADDELOSMOVIMIENTOSRELIGIOSOS

    Como puede constatarse, las principales carencias de la categora y los re-ferentes conceptuales del neopentecostalismo se deben a su dependencia

    del pentecostalismo, a su imprecisin, su enfoque atemporal y su reduc-cionismo mercadolgico y doctrinal. En este sentido, se ha construidoun objeto-sujeto de estudio con la lgica de una denominacin o Iglesiams que un movimiento religioso. Por lo tanto, debido a la falta de unadefinicin precisa como movimiento religioso, una posible alternativaadems de la incorporacin de la perspectiva histrica sera recurrira las herramientas conceptuales que se han utilizado para estudiar otrosfenmenos, como los movimientos sociales.30

    En la dcada de los noventa, algunos trabajos sealaron la convenien-

    cia de vincular los fenmenos religiosos con los movimientos sociales yanalizarlos con dicha perspectiva (Canto, 1991: 175, 181). No obstantesu probada utilidad como categora analtica capaz de estudiar y repre-sentar la complejidad social, las obras sobre movimientos sociales hantendido soslayar la dimensin religiosa31(Ortiz, 2012: 20-25). Durantelos aos ochenta, dicho tipo de trabajos slo consideraban en esta cate-gora a los que se planteaban transformar polticamente el orden social(Touraine, 1988: 68).

    Por lo tanto, por carecer, aparentemente, de objetivos prcticos para

    transformar el orden social, los movimientos religiosos no calificabancomo movimientos sociales, aunque compartieran ciertos rasgos. Si bienalgunos autores propusieron romper con la dicotoma religin-sociedad

    30Sin embargo, esta transversalidad no es nueva, sino que forma parte de los proce-sos del mercado religioso estadounidense desde el siglo XVIII, como puede verse en losdespertares o avivamientos en la llamada religin trasatlntica (Gran Bretaa y Esta-dos Unidos).

    31En este sentido, Alejandra Ortiz propone estudiar los movimientos religiosos re-formulando algunas nociones de Melluci, Alberoni y Castells (Ortiz, 2012: 12-20).

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    26/31

    673ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    integrando los movimientos religiosos a los sociales, siguieron viendo alos primeros casi totalmente determinados por los segundos (Tapia, 1986:13, 88). Pero los movimientos sociales son muy diversos y desde hace

    tiempo la discusin terica se ha abierto a dicha complejidad de actorescon diferentes objetivos, estrategias y formas de organizacin (Parra,2005: 73). De esta forma podra abrirse tambin a lo religioso.

    Adems de buscar insumos de otras perspectivas para el estudio delmovimiento carismtico, como los utilizados para el caso de los movi-mientos sociales, tambin es necesario historizar tanto el concepto comoel mismo movimiento religioso (estudiando sus trayectorias temporalesy regionales) y problematizar los trminos y supuestos implcitos aunquesean prstamos de los mismos actores religiosos que se analizan. La his-

    toria puede clarificar las implicaciones conceptuales. A fin de cuentas,la nica forma de acceder a los objetos-sujetos de estudio es a travs delas categoras y conceptos que construimos. En el caso del neopentecos-talismo, parece que comienzan a reconocerse sus limitaciones.

    En ltima instancia, la discusin que se plantea es sobre qu tan tilpuede ser distinguir entre pentecostales y carismticos, o si es conceptualy metodolgicamente correcto continuar concibiendo a los neopentecos-tales como una simple extensin de los pentecostales. En este texto sesostiene que el pentecostal y el carismtico son dos movimientos distintos,aunque estn muy relacionados. Ambos han resultado fundamentalesen la reconfiguracin del campo religioso mexicano en el siglo XXy lasprimeras dcadas del XXIdebido a su doble capacidad de penetracinen las instituciones religiosas ms jerarquizadas y en sectores socialesgeneralmente alejados de estas instituciones.

    BIBLIOGRAFA

    BAQUEIRO, scar G. (1990).La conferencia anual fronteriza. Sntesis hist-

    rica. Mxico: Direccin de Literatura y Comunicaciones de la IglesiaMetodista de Mxico.

    BASTIAN, Jean-Pierre (1994).Protestantismos y modernidad latinoamericana.Mxico: Fondo de Cultura Econmica.

    BASTIAN, Jean-Pierre (1997). La mutacin religiosa de Amrica Latina.Mxico: Fondo de Cultura Econmica.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    27/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ674

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    BERGER, Peter L. (1999). The desecularization of the world: a globaloverview. En The Desecularization of the World: Resurgent Religion andWorld Politics, ed. por Peter L. Berger. Washington, D.C.: Ethics and

    Public Policy Center.BURCHARDT, Marian, y Monika Wohlrab-Sahr (2010). Multiple seculari-

    ties: Public controversies in comparison. Ponencia presentada en elXVII World Congress of Sociology, ISA, Gotemburgo, Suecia, 10-18de julio de 2010.

    BURKE, Peter (1980). Sociologa e historia. Madrid: Alianza Editorial.

    CANTOCHAC, Manuel (1991). Los cristianos y los movimientos socialesen Mxico. En El estudio de los movimientos sociales: teora y mtodo,

    coordinado por Vctor G. Muro y Manuel Canto Chac. Mxico: Uni-versidad Autnoma Metropolitana-Xochimilco/CSH/Departamento dePoltica y Cultura.

    CASILLAS, Rodolfo (2003). El mundo plural: un desafo seductor parala Iglesia catlica.Metapoltica, nms. 26-27, vols. 6 y 7 (noviembre2002/febrero 2003): 46-52. Mxico: Cepcom/Gobierno de Chiapas/El Colegio de la Frontera Norte.

    EISENSTADT, S.N. (2000), Multiple modernities.Deadalus, 129 (invier-

    no): 1-29.GARMA, Carlos (1999). Conversos, buscadores y apstatas. Estudio sobre

    la movilidad religiosa. EnPerspectivas del fenmeno religioso, compila-do por Roberto Blancarte y Rodolfo Casillas. Mxico: Secretara deGobernacin/Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

    Garma, Carlos (2000). La socializacin del don de lenguas y la sanacinen el pentecostalismo mexicano. Alteridades, 20 (julio-diciembre):85-92.

    GARMA, Carlos (2004).Buscando el espritu. Mxico: Universidad Autno-ma Metropolitana-Iztapalapa/Plaza y Valds.

    GAYTN, Felipe (2007). El errantengelus Novus. Ambigedades en tornoa la secularizacin. Ponencia presentada en el XXVI Congreso Alas,organizado por la Asociacin Latinoamericana de Sociologa, Univer-sidad de Guadalajara, Guadalajara, 13-18 de agosto de 2007.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    28/31

    675ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    HERNNDEZ, Alberto (2002). El nuevo mapa religioso de Mxico.Ciudades, 56 (octubre-diciembre): 30-36.

    HERVIEU-LGER, Danile (1996). Por una sociologa de las nuevas formas

    de religiosidad: algunas cuestiones previas. En Identidades religiosasy sociales en Mxico, coordinado por Gilberto Gimnez. Mxico: Uni-versidad Nacional Autnoma de Mxico-Instituto de InvestigacionesSociales.

    INEGI(2001). XII Censo General de Poblacin y Vivienda 2000 [CD-Rom].Mxico: Instituto Nacional de Estadstica Geografa e Informtica.

    INEGI(2005). La diversidad religiosa en Mxico. XII Censo General dePoblacin y Vivienda 2000. Mxico: Instituto Nacional de Estadstica

    Geografa e Informtica.INEGI(2011). Censo de Poblacin y Vivienda 2010 [en lnea]. Disponible

    en: .

    JAIMESMARTNEZ, Ramiro (2001). Pentecostalismos urbanos en la ciu-dad de Mxico: el caso de Iztapalapa. Tesis de maestra en estudiosregionales. Mxico: Instituto Mora.

    JAIMESMARTNEZ, Ramiro (2004). Urbanizacin y cambio religioso en la

    zona metropolitana de la ciudad de Mxico, 1950-2000. EnMiradasrecurrentes, t. II, coordinado por Mara del Carmen Collado. Mxico:Instituto Mora-Universidad Autnoma Metropolitana.

    JAIMESMARTNEZ, Ramiro (2007). La paradoja neopentecostal. Unaexpresin del cambio religioso fronterizo en Tijuana, Baja Califor-nia. Tesis de doctorado en ciencias sociales. Mxico: El Colegio dela Frontera Norte.

    LPEZTORRES, Samuel (1999).Historia de la Iglesia Apostlica de la Fe en

    Cristo Jess en Tijuana, 1927-1997. Mxico.MANSILLA, Miguel ngel (2007). El neopentecostalismo chileno.Revista

    Ciencias Sociales, nm. 18 (invierno): 87-111.

    MARDONES, Jos Mara (2005). Religin y mercado en el contexto detransformacin de la religin. Desacatos, nm. 18 (mayo-agosto):103-110.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    29/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ676

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    MASFERRER, Elio (1997). Iglesias y nuevos movimientos religiosos.Revis-ta Acadmica para el Estudio de las Religiones, t. I. Mxico: Publicacionespara el Estudio Cientfico de las Religiones.

    MASFERRER, Elio (1998). El campo religioso despus de Acteal.RevistaAcadmica para el Estudio de las Religiones, t. II. Mxico: Publicacionespara el Estudio Cientfico de las Religiones.

    OCONNOR, Edward Denis (1974). La renovacin carismtica en la Iglesiacatlica,traduccin de Mario B. Cantolla. Mxico: Lasser Press Mexi-cana.

    ORTIZCHACN, Alejandra (2012). La historia del compaerismo es-tudiantil, 1953-1998. Tesis de licenciatura en historia. Mxico:

    Universidad Autnoma de Baja California.PARRA, Marcela Alejandra (2005). La construccin de los movimientos

    sociales como sujetos de estudio en Amrica Latina.Athenea Digital,8 (otoo): 74-94.

    RAMREZLEYVA, Flor Micaela (1998). Del campo a la prctica religiosade la disidencia. Luchas por la legitimacin. Tesis de maestra ensociologa de la cultura. Aguascalientes, Mxico: Centro de Arte yHumanidades. Departamento de Sociologa y Antropologa.

    RIVERA, Rubn Pedro (1993).Itinerario del viento. Resea de un avivamientoen Mxico, veinte aos despus (1973-1993). Mxico: CUPSA.

    ROBBINS, Joel (2004). The globalization of pentecostal and charismaticChristianity.Annual Review of Anthropology, 33: 117-143.

    RODRGUEZGARCA, Arturo (2011). Caldern, el evanglico. Proceso,nm. 1799 (23 de abril de 2011).

    ROSA, Milca de la (1997). El ritual protestante tradicional y neopentecos-tal ante la secularizacin en la ciudad de Puebla. Tesis de maestra.Mxico: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antro-pologa Social.

    RUIZGUERRA, Rubn (1992). Hombres nuevos. Metodismo y modernizacinen Mxico (1873-1930). Mxico: CUPSA.

    STAM, Juan (2008). Peter Wagner: Apostol o falso profeta? [en lnea].Disponible en: .

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    30/31

    677ELNEOPENTECOSTALISMOCOMOOBJETODEINVESTIGACIN

    Revista Mexicana de Sociologa74, nm. 4 (octubre-diciembre, 2012): 649-678.

    SCHFER, Heinrich (1997). Oh Seor de los Cielos, danos poder en latierra. El fundamentalismo y los carismas: la reconquista del campo deaccin en Amrica Latina.Mesoamrica, vol. 18, nm. 33: 125-146.

    SCHFER, Heinrich (1998). El pentecostalismo y el neopentecostalismoen el marco de la globalizacin y nuestra fe en el Espritu Santo.Ponencia presentada en la conferencia Jubileo: Fiesta del Espritu,Conferencia Evanglica Pentecostal Latinoamricana, La Habana, 23al 28 de septiembre de 1998.

    SCOTT, Lindy (1999). La conversin de inmigrantes mexicanos alprotestantismo en Chicago. En Fronteras fragmentadas, ed. por GailMummert. Mxico: El Colegio de Michoacn/Centro de Investigaciny Desarrollo del Estado de Michoacn.

    SEMN, Pablo (2005). Por qu no?: el matrimonio entre espiritualidad yconfort. Del mundo evanglico a los best sellers.Desacatos, 18 (mayo-agosto): 71-86.

    SIQUIERA, Deis (2005). Religiosidad contempornea brasilea: Mercado,medios, virtualidad y reflexibilidad. Desacatos, nm. 18 (mayo-agosto): 87-102.

    SPICKARD, James (2010). Are we stealing the Elgin Marbles? Exploring

    the limits of a world-conscious sociology. Ponencia presentada enel XVII Congreso Mundial de Sociologa, ISA, Gotemburgo, Suecia,11-17 de julio de 2010.

    STEENSLAND, Brian et al. (2000). The measure of american religion:Toward improving the state of the art. Social Forces, 1 (septiembre):291-318.

    STOLL, Eric (1990).Is Latin America turning protestant?Berkeley: Universityof California Press.

    TAPIA, Jess (1986). Campo religioso y evolucin poltica en el Bajo zamo-rano. Mxico: El Colegio de Michoacn/Gobierno del Estado deMichoacn.

    TINOCOCOLLANTES,David (1998). Entre la formalidad y la espontaneidad.Una interpretacin antropolgica de dos iglesias neopentecostales enGuadalajara. Tesis de licenciatura en antropologa social. Guadalajara,Mxico: Universidad Autnoma de Guadalajara.

  • 8/14/2019 Neopentecostalismo Investigacion

    31/31

    RAMIROJAIMESMARTNEZ678

    TOURAINE, Alain (1988).Los movimientos sociales, traduccin de GonzaloFlores. Puerto Rico: Universidad de Puerto Rico/CIESE.

    TSCHANEN, Olivier (2004). La revaloracin de la teora de la seculari-

    zacin mediante la perspectiva comparada Europa Latina-AmricaLatina. EnLa modernidad religiosa: Europa Latina y Amrica Latina en

    perspectiva comparada, coordinado por Jean-Pierre Bastian. Mxico:Fondo de Cultura Econmica.

    UNIDADDEESTUDIOSHISTRICOSYSOCIALES(2005). Mapa Religiosode Chihuahua [en lnea]. Universidad Autnoma de Ciudad Jurez.Disponible en: [Consulta: 15 de julio de 2011].

    VZQUEZMENDOZA, Luca (2005). Los jvenes y el neopentecostalismo. Elcaso de la agrupacin religiosa Impacto Juvenil. Tesis de maestra enantropologa social. San Cristbal de las Casas, Mxico: Centro deInvestigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social.

    VZQUEZ, Felipe (2000). El caso de Amistad de Xalapa, A.C. Los neopen-tecostalismos como nuevas formas de religiosidad. En Sectas o iglesias.Viejos o nuevos movimientos religiosos, compilado por Elio Masferrer Kan.Colombia: ALER/Plaza y Valds, 2000

    WARNER, Stephen (2005). Work in progress toward a new paradigm forthe sociological study of the religion in United States. En A Churchof our own. Disestablishment and Diversity in American Religion . NuevaJersey: Rutgers University Press.

    ZALPA, Genaro (2003). Las iglesias en Aguascalientes. Mxico: El Colegiode Michoacn.

    Recibido: 20 de julio de 2011.

    Aceptado: 07 de septiembre de 2012.