notas en torno al movimiento anarquista chileno actual - anarkismo

3
Anarkismo.net http://www.anarkismo.net Notas en torno al movimiento anarquista chileno actual bolivia / peru / ecuador / chile | movimiento anarquista | opinión / análisis Friday October 09, 2015 14:23 by Claudio Narváez Solidaridad A partir de la lectura de un artículo publicado por el periódico La Boina titulado “Llamamiento anarquista” es que comencé a plantearme la necesidad de debatir de manera pública con compas que no militan en nuestras propias organizaciones, colectivos, grupos de afinidad, etc., de manera de comenzar a superar, poco a poco, el sectarismo que aqueja al movimiento anarquista chileno actual. Para todas y todos nosotros es difícil entender el peso histórico de las y los viejos militantes anarquistas chilenos, puesto que su generación es la generación de nuestros tatara y bisabuelos, y la línea de continuidad de su fuerza política se nos presenta como un bache difícil de subsanar. No heredamos directamente su praxis. Su fuerza histórica como idea, estrategia y programa de explotados y oprimidos se diluyó con los años, hasta caer prácticamente en el olvido como corriente proletaria durante el proceso de mayor algidezde la lucha de clases en Chile durante el gobierno de la UP. Más allá de los debates historiográficos siempre importantes en post de esclarecer el ascenso y el declinar del anarquismo como tendencia política, el anarquismo hoy reclama plena actualidad. El espíritu libertario de las y los oprimidos y explotados, la esperanza en la libertad social y política de la humanidad, deben volver a florecer si queremos construir un mundo nuevo, sin distinciones de clase, sexo, cultura, etc. En efecto, el anarquismo está latente como aprendizaje histórico en lo profundo de nuestra clase: en la acción directa como el método más efectivo de acción política, en la democracia directa de nuestras asambleas, y, en fin, en la solidaridad y apoyo mutuo que brota cada vezque nos vemos ante las necesidades más urgente. Por otro lado, la caída de los “socialismos reales” y el avance hegemónico del neoliberalismo en los noventas planteó nuevamente la crítica anarquista, y por cierto, de izquierda, a las conducciones partidarias que dirigen los procesos históricorevolucionarios en una dirección estatista y burocratizante. Y, sin embargo, es claro que hoy en día el anarquismo, como movimiento político y social, carece de una praxis liberadora capaz de permear al conjunto del pueblo y, así, constituirse como una fuerza contrahegemónica clave. La crítica que esgrime el compañero del Periódico La Boina en el artículo “Un llamamiento anarquista” es certera en este sentido, pues devela la carencia de orientación y la dispersión del movimiento ácrata santiaguino y, por qué no decirlo, del chileno. El movimiento anarquista cuenta con el número suficiente de personas, que aun siendo pocas, podría generar una cultura de masas y una praxis política liberadora, que no sólo sirva a proyectos condenados a la marginalidad y al fracaso producto del autoritarismo de sus afines, sino que esté en función de servirle al pueblo, del cual es parte, como una herramienta de lucha cotidiana y de largo plazo. La potencia del movimiento ácrata ha estado latente desde los años 90’s, en los cuales el anarquismo volvió a nacer en el pueblo chileno de la mano de la contracultura juvenil. Sin embargo, desde esa misma época es que el anarquismo está en

Upload: anonymous-ecyldzw

Post on 04-Jan-2016

214 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Movimiento anarquista actual

TRANSCRIPT

Anarkismo.net http://www.anarkismo.net

Notas en torno al movimiento anarquista chileno actual bolivia / peru / ecuador / chile | movimiento anarquista | opinión / análisis Friday October 09, 2015

14:23 by Claudio Narváez ­ Solidaridad

A partir de la lectura de un artículo publicado por el periódico La Boina titulado“Llamamiento anarquista” es que comencé a plantearme la necesidad de debatir demanera pública con compas que no militan en nuestras propias organizaciones,colectivos, grupos de afinidad, etc., de manera de comenzar a superar, poco a poco, elsectarismo que aqueja al movimiento anarquista chileno actual.

Para todas y todos nosotros es difícil entender el peso histórico de las y los viejos militantesanarquistas chilenos, puesto que su generación es la generación de nuestros tatara y bisabuelos, y lalínea de continuidad de su fuerza política se nos presenta como un bache difícil de subsanar. Noheredamos directamente su praxis. Su fuerza histórica como idea, estrategia y programa de explotadosy oprimidos se diluyó con los años, hasta caer prácticamente en el olvido como corriente proletariadurante el proceso de mayor algidez de la lucha de clases en Chile durante el gobierno de la UP. Másallá de los debates historiográficos siempre importantes en post de esclarecer el ascenso y el declinardel anarquismo como tendencia política, el anarquismo hoy reclama plena actualidad. El espíritulibertario de las y los oprimidos y explotados, la esperanza en la libertad social y política de lahumanidad, deben volver a florecer si queremos construir un mundo nuevo, sin distinciones de clase,sexo, cultura, etc. En efecto, el anarquismo está latente como aprendizaje histórico en lo profundo denuestra clase: en la acción directa como el método más efectivo de acción política, en la democraciadirecta de nuestras asambleas, y, en fin, en la solidaridad y apoyo mutuo que brota cada vez que nosvemos ante las necesidades más urgente. Por otro lado, la caída de los “socialismos reales” y elavance hegemónico del neoliberalismo en los noventas planteó nuevamente la crítica anarquista, y porcierto, de izquierda, a las conducciones partidarias que dirigen los procesos histórico­revolucionariosen una dirección estatista y burocratizante. Y, sin embargo, es claro que hoy en día el anarquismo,como movimiento político y social, carece de una praxis liberadora capaz de permear al conjunto delpueblo y, así, constituirse como una fuerza contrahegemónica clave.

La crítica que esgrime el compañero del Periódico La Boina en el artículo “Un llamamiento anarquista”es certera en este sentido, pues devela la carencia de orientación y la dispersión del movimientoácrata santiaguino y, por qué no decirlo, del chileno. El movimiento anarquista cuenta con el númerosuficiente de personas, que aun siendo pocas, podría generar una cultura de masas y una praxispolítica liberadora, que no sólo sirva a proyectos condenados a la marginalidad y al fracaso productodel autoritarismo de sus afines, sino que esté en función de servirle al pueblo, del cual es parte, comouna herramienta de lucha cotidiana y de largo plazo. La potencia del movimiento ácrata ha estadolatente desde los años 90’s, en los cuales el anarquismo volvió a nacer en el pueblo chileno de lamano de la contracultura juvenil. Sin embargo, desde esa misma época es que el anarquismo está en

una orfandad de sentido práctico y de orientación histórica: es sólo una potencia latente, sin expresiónconcreta. Por esta razón, es que el surgimiento del CUAC a finales de los noventas marca un antes yun después en la historia del anarquismo organizado. Evidentemente, su existencia estuvo marcadapor las contradicciones de quien decide meter las patas al barro, y en ese sentido, su existencia no fuepacífica. De hecho, su intento de generar articulación y proyección organizativa en torno a un proyectopolítico específicamente anarquista con inserción en las luchas del pueblo, terminó generando en elaño 2003 dos organizaciones actualmente existentes: el CRA y la OCL. Esta última, en el año 2013,tuvo una deriva o cambio ideológico y estratégico que todas y todos ya conocemos, y que, por cierto,no compartimos (pero que aún así respetamos), pues seguimos creyendo posible y necesaria unaestrategia antiestatal ¿Vamos a seguir lamentando la “falta de anarquismo” de una organización comoOCL (Izquierda Libertaria) o seguiremos quedándonos con la crítica fácil de anarquistasantiorganizadores como Rossineri que nos conducen a donde mismo estamos? ¿No debiésemossuperar y aprender de los errores del pasado? ¿Cómo es posible que el movimiento anarquista actualsiga en la misma lógica divisora, excluyente y autoritaria de los años noventa? ¿Qué vamos a hacer lasy los anarquistas ante esta situación?

Como bien señala el compañero de La Boina, la primera tarea que debiese asumir cualquierrevolucionario es la inserción y el trabajo en sus espacios sociales (sindicales, territoriales yestudiantiles) para desde allí, con el resto de nuestra clase, dar las luchas por aquellas causascomunes que nos afectan a todas y todos, superando las exclusiones por causas puramenteideológicas. Entendemos que la construcción y fortalecimiento de organizaciones populares es unaprioridad, por cuanto, por un lado, la sociedad capitalista neoliberal es tremendamente eficiente endispersar, desorientar y aislar a la clase trabajadora, y por otro lado, puesto que para construir unasociedad basada en la solidaridad, la libertad y el reconocimiento, el grado de organicidad social debeser elevado. En este sentido, preferimos la organización a la dispersión, puesto que la acción colectivatiene más capacidad para transformar las relaciones sociales que la acción individual. En esoestaríamos de acuerdo buena parte no sólo de las y los anarquistas, sino que de las y losrevolucionarios.

Las divergencias, casi mortales, surgen cuando debemos encarar las siguientes tareas de importancia:la generación de una praxis coherente con una estrategia y un programa revolucionario. Por estarazón, en segundo lugar, es necesaria la construcción colectiva e histórica, paso a paso, de unprograma anticapitalista de manera que entendamos de qué manera un mundo radicalmente nuevo esposible y deseable. Al igual que en la construcción de organización popular, el programa anticapitalistano le puede pertenecer a ningún partido, ni colectivo, ni grupo de afinidad, ni siquiera a individualidadalguna, puesto que le pertenece a la clase trabajadora, y a las y los oprimidos en general, en su luchapor la libertad. En este sentido, debemos entender la necesidad del debate, el diálogo y la críticafraterna entre las distintas expresiones de las y los revolucionarios anticapitalistas para poderencontrarnos en la acción, que es el elemento primordial de todo revolucionario. El programaanticapitalista debe, por tanto, dejar de ser la conceptualización del mejor mundo posible queindividualidades y colectivos se imaginan y que guían sus prácticas, para pasar a ser el sentidocolectivo de nuestra lucha, aquello que queremos poner en lugar del sistema capitalista y que nosseñala un camino y una praxis. Con un programa compartido se consigue un objetivo básico en lalucha por un mundo nuevo: un grado importante de coherencia en la acción; dejando atrás eldesencanto posmoderno en cuanto que querer otro mundo para todas y todos es una necesidad. Porotro lado, con un programa anticapitalista se logra superar el etapismo y el reformismo de losprogramas antineoliberales tan en boga por cierta parte de la izquierda chilena.

En este punto debemos ser un poco más claros: las y los revolucionarios hoy en día constituyen unafuerza marginada y dispersa, aún débil, tanto anarquistas como marxistas se hallan en la necesidad degenerar un bloque histórico portador de un proyecto político revolucionario, capaz de superar alcapitalismo y al Estado burgués, que tenga en su seno la capacidad de dar soporte al pueblo en sulucha por libertad. Ahora bien, a quienes nos declaramos anarquistas nos cabe una tareaimportantísima en la construcción histórica de un programa anticapitalista: la construcción actual deuna estrategia y un programa antiestatal, que muestre a través de nuestras luchas que lo único quegenera los verdaderos cambios es nuestra propia acción colectiva. En este sentido, nuestrasestrategias de lucha y nuestras acciones concretas apuntan al fortalecimiento del pueblo, con el

This page has not been translated into Castellano yet.

This page can be viewed inEnglish Italiano Deutsch

objetivo de que éste pueda autogobernarse y autogestionar su poder y su riqueza, eliminando lanecesidad de tutelas externas. Pero, no obstante, en este momento parece del todo superfluo excluir aorganizaciones marxistas por el sólo hecho de que en algún posible momento construirán un nuevoEstado bajo control de un único partido, o porque en este momento apuestan por controlar una cuotadel poder estatal (por más simbólico, intrascendente y burocrático que nos parezca esto último). Si estonos preocupa es señal que las y los anarquistas hicieron o están haciendo las cosas mal. Lanecesidad actual está, en primer término, en fortalecer a las y los revolucionarios en su conjunto, y ensegundo término, en fortalecer a las y los libertarios y constituirlos en una fuerza capaz de disputar elprograma anticapitalista desde ya.

En tercer lugar, y como consecuencia de lo anterior, nuestra opción política es más polémica en elmedio anarquista, pero la creemos tan necesaria como todo lo anterior, puesto que si queremosconstruir un programa anticapitalista y un bloque histórico capaz de anidar la diversidad revolucionaria,que supere el fratricidio ideológico, necesitamos construir una organización libertaria, horizontal yfederativa, una herramienta organizativa con unidad táctica e ideológica, capaz de contener en su senoa anarquistas, marxistas libertarios o antiautoritarios que, más allá de estos adjetivos o identidades,aporten en la construcción de una organización libertaria, de una estrategia y un programa antiestatal,y, naturalmente, que con acciones concretas lleven todo esto a cabo. La necesidad de la organizaciónpolítica está dada en virtud que sólo con coordinación y reflexión nuestras acciones tienen mayorgrado de profundidad e implementación. La tarea de construir una organización comunista libertariadebe ser una tarea seria y social, de modo que en ella haya espacio para todo tipo personas y no sólopara quienes se visten de negro. No nos sirve una organización que funcione a modo de tribu urbana,con más ideología que praxis, lo ideal sería que hasta nuestras abuelas quisieran militar con nosotras ynosotros. Entendemos que la construcción de una organización política es, igualmente, un procesohistórico, y que en la diversidad anarquista existen diferentes perspectivas, pero en esto quiero serclaro: debemos organizarnos con perspectiva de perdurar y de vencer, desde la diversidad a la unidady la acción conjunta. Así lo han estado haciendo las y los anarquistas griegos con su llamamiento delos cuatro y los brasileños con su coordinación anarquista. Más allá de sus limitaciones ycircunstancias, su voluntad de unidad vale la pena mencionarse como un esfuerzo histórico y actual delas y los anarquistas por superar el capitalismo.

http://www.anarkismo.net/article/28598

Anarkismo.net is a international anarchist­communist newsservice