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Identidades colaborativas Ciclo de Cine Eslovaco C uando en 1918 se fundó el estado independiente de Checoslovaquia, hubo diversos puntos de vista sobre las identidades checa y eslovaca. El primer presidente, Tomáš Masaryk, cuyo padre era eslovaco y madre de Moravia, argumentó que los checos y los eslovacos constituyeron dos identidades relacionadas, pero a la vez diferentes: la lingüística y la étnica. Sin lugar a dudas, esta visión es la más convincente porque reconoce la realidad de dos culturas separadas junto con la noción de una colaboración continua. A pesar de que el largometraje Jánošík (Jaroslav Siakel’, 1921) –director y argumento eslovacos– fue una de las primeras películas creadas en el nuevo estado, no existía una industria independiente de cine eslovaco entre las dos guerras mundiales. No obstante, había importantes trabajos. En 1936, el director checo Martin Friˇ c hizo la internacionalmente reconocida obra Jánošík con el actor eslovaco Pal’o Bielik en el papel del legendario bandido eslovaco. Bielik, a su vez, se convirtió en un director clave en la recién creada industria de cine eslovaca después de la Segunda Guerra Mundial. Una serie de películas eslovacas de la posguerra fueron realizadas por directores checos. Pal’o Bielik se mantuvo activo durante los años cincuenta y sesenta. Sin embargo, en los sesenta hubo un giro hacia el cine de autor, apreciable en las primeras películas de Štefan Uher y Eduard Greˇ cner. La colaboración entre Uher y el novelista Alfonz Bednár anunciaba un arranque de importantes transformaciones, y Slnko v sieti (El sol en la red, 1962) fue un hito cinematográfico gracias a su innovación creativa anticipadora del nacimiento de la Nueva Ola Checoslovaca del año siguiente. La producción eslovaca mantuvo una identidad propia, aunque ambas, la checa y la eslovaca, se estudiaban de forma conjunta en la Escuela de Cine de Praga (FAMU) y la interacción creativa fue la norma. No obstante, a finales de los años sesenta el foco de la innovación parecía orientarse a Eslovaquia, gracias al trabajo de Juraj Jakubisko, Elo Havetta y Dušan Hanák. Fue el guionista Lubor Dohnal quien advirtió de este cambio de un cine basado en la política a otro basado en la estética. La coproducción con Europa Occidental fue también una característica del período, con tres películas de Jakubisko creadas en colaboración con socios franceses e italianos, como Vtáckovia, siroty a blázni (Birs, Orphans and Fools, 1969), pero el mágico período de libre creación llegó a su fin con la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968. Una de las consecuencias de la invasión en la cultura fue que las películas entre 1968-1970 no sólo fracasaron en el intento de conseguir una proyección internacional sino que también atrajeron la atención de la censura. Sin embargo, durante el período llamado de ”normalización” (1969 -1989), la producción eslovaca aumentó. El crítico polaco Marek Hendrykowski en The Oxford History of World Cinema (1996) escribió que la censura en Eslovaquia fue menos rigurosa que en la República Checa, y las numerosas películas de aquel período parecen confirmarlo. Por otro lado, las carreras de muchos creadores tocaron a su final, otros eligieron el exilio. Una de las película más destacable de la época, Ja milujem, ty miluješ (Yo amo, tú amas, 1980), fue inmediatamente prohibida. El mercado libre surgido después de la caída del comunismo y la creación de la República Eslovaca independiente en 1993 dio lugar a un rápido descenso en la producción que solamente ahora se está empezando a recuperar. El ciclo se inaugura el día 16, a las 19:30 h, con la proyección del film mudo “Jánošik” (1921) con acompañamiento musical de trío de cuerdas Más allá de la nueva ola 8.ª Muestra de cine rumano E l Cine Doré de Madrid acoge un año más la Muestra de Cine Rumano, organizada por el Instituto Cultural Rumano y la Filmoteca Española. Desde la edición anterior, la Nueva Ola de Cine Rumano “ha inundado” las pantallas de España con el estreno de cuatro películas: Los exámenes, dirigida por Cristian Mungiu; El tesoro, realizada por Corneliu Porumboiu; Sieranevada, el tercer largometraje de Cristi Puiu, y Ana, mon amour, el nuevo trabajo de C˘ alin Peter Netzer que todavía sigue en la cartelera. Cabe destacar también la presencia en el Festival de San Sebastián de dos películas rumanas en la Sección Oficial: Solda˛ tii. Poveste de Ferentari, de Ivana Mladenovic y Pororoca, realizada por Constantin Popescu y que se podrá ver por primera vez en Madrid durante la muestra de este año. El actor protagonista de esta cinta, Bogdan Dumitrache, se llevó la Concha de Plata al Mejor actor en el papel del padre enloquecido por la búsqueda de su hija desaparecida. Pororoca, según el crítico de cine Luis Martínez, es “una salvaje, pausada y muy inquietante radiografía del vacío, realizada con un rigor inconmensurable, fuera de norma y medida”. Después de un decenio de éxitos, inaugurado por la Palma de Oro otorgada a la película 4 meses, 3 semanas, 2 días (2007) de Crisian Mungiu, que consagró internacionalmente la cinematografía rumana, la mirada crítica hacia el comunismo y las realidades sociales de la transición cede el lugar a una ampliación temática, conservando, sin embargo, una estética minimalista, austera y realista. La Muestra se inaugura en presencia del director Adrian Sitaru, cuya cinta, Fixeur, representa en 2018 a Rumanía en la carrera hacia el Óscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa. Tras la conmovedora Ilegitim, Sitaru se acerca en Fixeur al periodismo y al abuso que éste ejerce sobre aquellos que se encuentran en una situación vulnerable. En la misma línea, es decir, los límites y las libertades del periodismo, camina Breaking News, obra de la joven directora Iulia Rugin˘ a. Radu Jude, cuyo filme Aferim! fue galardonado en 2015 con el Oso de Plata, vuelve a cavar en las fuentes literarias. Inimi cicatrizate / Scarred Hearts cuenta la biografía de Max Blecher, un escritor judío inmovilizado por la tuberculosis ósea. El guion escrito por Jude sitúa los hechos en el año 1937, abordando aspectos tanto de la vida en el sanatorio, como de la realidad exterior, de una Rumanía cada vez más amenazada por el extremismo de derecha. La programación se completa con dos comedias, obras de dos realizadores de estilo muy singular: Afacerea Est / Eastern Business¸dirigida por Igor Cobileanski, y 6,9 pe scara Richter / 6.9 on the Richter Scale, la comedia rumana más taquillera del año. Adrian Sitaru inaugura la 8ª Muestra de Cine Rumano el día 8, a las 20:00 h., con la presentación y posterior coloquio de su obra “Fixeur”. Somos zombis U na de las circunstancias más tristes de nuestros tiempos es cómo la clase media bien educada de Occidente ha claudicado. Sabemos que el mundo está en franco declive pero no hacemos nada al respecto. Con HyperNormalisation me propongo despertar al ciudadano de su letargo”, afirma Adam Curtis, que visitará Madrid este mes invitado por el Museo Reina Sofía. El periodista político y documentalista británico, figura libre y contracultural que bucea en los archivos de la BBC con absoluta libertad y mirada expansiva para construir sus teorías sobre los sistemas de poder en el mundo, ya dirigió hace más de veinte años una miniserie titulada The Living Dead (1995). Allí, armando un abrumador collage audiovisual que hunde su inspiración en las estéticas trash y la dinámica pop, jugaba con la iconografía de los muertos vivientes para advertirnos de que el pretérito histórico siempre resurge de su tumba para modificar el presente. El Día de los Difuntos también nos recuerda que somos zombis, almas atrapadas en el continuum de los días, seres paralizados frente al estupor y el caos de nuestros tiempos. Como los marines muertos en Irak en la película de Joe Dante (Homecoming) o los disidentes cubanos en la de Alejandro Brugués (Juan de los muertos), son los muertos vivientes los que regresan para ejercer el papel de los vivos, ocupar la arena política que al decir de Curtis hemos abandonado. La figura esotérica y terrorífica procedente del culto vudú –el criollo haitiano, el kikongo del Congo o el bonda angoleño– ha evolucionado como un subgénero cinematográfico que en el siglo XXI se ha instalado en el corazón de la cultura popular de masas, de la televisión a los blockbusters, del cómic a los videojuegos. Pero no es solo charcutería lúdica lo que el ciclo “Universo Zombi” reclama para el espectador en trabajos tan desatados como Zombies Party (2004) o El diario de los muertos (2007), donde el maestro George A. Romero, recientemente fallecido, integraba en la cultura de la información digital las figuras catatónicas de su obra maestra La noche de los muertos vivientes (1968), genuina semilla del terror moderno y filme que inaugura el ciclo en la noche de Halloween. Desde el primer retrato conocido de un muerto viviente en la gran pantalla, White Zombie (1932) de Victor Halperin, hasta el fenómeno de The Walking Dead en la cadena AMC, todo un espectro de alegorías de ultratumba ha conformado la variada estirpe de zombis en la gran pantalla. Con Casa de Lava (1994), el portugués Pedro Costa propuso una muy particular y exigente reescritura de la fundacional obra de Jacques Tourner Yo anduve con un zombi (1943) –proponiendo un fantástico “Juego de espejos”–, mientras que frente a los filmes Low Life (2011) de Nicolas Klotz y Qui’ils réposent en révolte (2010) de Sylvian George es legítimo establecer analogías entre las figuras zombificadas y los inmigrantes atrapados en tierra de nadie. La cinematografía nacional no ha permanecido ajena, aunque sea en clave metafórica, a la figura del zombi. Resucitamos para la gran pantalla Cada ver es… (1981) de Ángel García del Val, espeluznante documento en 16mm sobre un embalsamador de cadáveres que fuera enviado a la morgue del cine maldito por sus rupturas perceptivas y formales. Paco Plaza presentará [REC] (2007) en la sala principal del Doré el día que se cumplen diez años del estreno del film que propulsó el fantaterror nacional a otra dimensión, y cuyo culto no anda muy alejado del que se le profesan a trabajos asociados a la subcultura como No profanar el sueño de los muertos (1974) de Jordi Grau o Acosada. El hombre que regresó de la muerte (1985, Sebastián D’Arbó), Entidades colaboradoras: Agradecimientos: The Estate of Ana Mendieta Collection, Sarah Landry (Galerie Lelong, Nueva York), Ángel García del Val, Inmaculada Trull (IVAC-Filmoteca de Valencia), Fran Gayo (OUFF - Festival Internacional de Cine de Ourense). Suscripción a la alerta del programa mensual del cine Doré Sede Filmoteca Española: C/ Magdalena,10 28012 Madrid Tel.: 91 467 2600 [email protected] Precio: Normal: 2,50 € por sesión y sala 20,00 € abono de 10 sesiones. Estudiante: 2,00 € por sesión y sala 15,00 € abono de 10 sesiones. Horario de taquilla: Desde las 16:15 h. hasta 15 minutos después del comienzo de la última sesión. Venta anticipada: 1/3 del aforo para las sesiones del día siguiente. De 21:00 hasta cierre de taquilla (mínimo 21:30) Sala de proyección: Cine Doré C/ Santa Isabel, 3 28012 Madrid Tel.: 91 369 3225 91 369 1125 (taquilla) 91 369 2118 (gerencia) Entrada libre a cafetería Horario de cafetería: 16:00 h. - 23:00 h. LUNES CERRADO Buzon de sugerencias: [email protected] noviembre 2017 8.ª Muestra de Cine Rumano en Madrid Ciclo de Cine Eslovaco Mariano Llinás. Retrospectiva (OUFF) Universo Zombi Mi Primer Festival de Cine. Filmoteca Junior La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1968) Historias extraordinarias (Mariano Llinás, 2008) Pororoca (Constantin Popescu, 2017) © Filmgalerie 451 que formará parte del maratoniano programa de “Sala:B” ideado para este mes dedicado a los difuntos. Radicales libres Enmarcado también en la apuesta por ampliar la programación incorporando otras historias del cine, otras miradas, lecturas y visiones más allá del canon clásico, Filmoteca Española inaugura este mes una nueva sección fija que, bajo el título de “Radicales libres”, abre los primeros sábados de cada mes un espacio fijo y estable para el cine de vanguardia. Entendiendo que la labor de una Filmoteca es también la de ayudar a repensar la historia y el presente del cine, “Radicales libres” pretende integrar de forma natural las tradiciones del experimental, la vanguardia y el cine en relación a otros campos artísticos. El título de la sección no hace solamente referencia a esos elementos químicos altamente reactivos e inestables, capaces de actuar de forma espontánea al entrar en contacto con otras moléculas, sino que retoma el título de la película Free Radicals: A History of Experimental Film (2011) con la que el cineasta Pip Chodorov trazó un historia muy personal de cierta parte de la vanguardia norteamericana. Así, “Radicales libres” se abre como un espacio para la historia, pero también para el presente y el futuro de esas otras ramas del cine, un lugar de conocimiento, experimentación, descubrimiento, sorpresa y, por qué no, estudio y reivindicación. Para la primera de las sesiones, presentamos por primera vez en España, en el contexto de una sala de cine, una muestra del trabajo de la artista visual cubana Ana Mendieta, uno de los nombres clave, y al mismo tiempo más ocultos, del arte contemporáneo. Mendieta, nacida en La Habana en 1948 y muerta en Nueva York en 1985, al precipitarse en extrañas circunstancias desde la ventana de su apartamento tras una discusión con su pareja, el también artista Carl Andre, es dueña de una obra corta pero extremadamente prolífica que abarca la fotografía, la performance, el dibujo, la escultura, además del vídeo y el cine, y fue una de las primeras artistas en trabajar de forma explícita sobre la identidad política y el feminismo, usando su propio cuerpo como espacio de batalla. Sus trabajos giran en muchos casos en torno a la inscripción dramática de su cuerpo (o su silueta) en el espacio. La selección de los quince títulos que presenta Filmoteca Española ha sido realizada en colaboración con The Estate of Ana Mendieta Collection y la Galerie Lelong, responsables de la preservación del legado de Mendieta, que incluye más de 100 trabajos audiovisuales realizados en un periodo de diez años. Su trabajo se ha presentado en espacios como el Whitney Museum of American Art de Nueva York, el Museum der Moderne Salzburg de Austria o la sección Wavelenghts del Festival de Toronto. Este mes podremos descubrirlo en el Doré. Acaso también para rescatarnos de nuestra catatonia. La gran aventura Mariano Llinás - OUFF E l cine argentino, esa entelequia multiforme, paradójica y contradictoria, encontró en Mariano Llinás (Buenos Aires, 1975) a una figura clave. A pesar de que su corpus filmográfico como director es acotado en cantidad de títulos, su concepción del cine marcó un punto de inflexión en el cine argentino. Cuando las exigencias de los festivales repercutían en un formateo estandarizado de los filmes argentinos, que con poco disimulo se adaptaban a la estética del “poquitismo”, Mariano Llinás llegó para patear el tablero y enarbolar la idea del regreso de la (gran) aventura como motora del relato, sustentándose en la (verdadera) independencia como marco ideológico y estético sobre el cual edificar su cine. Balnearios (2002), su primer largometraje, presenta una visión corrosiva de los argentinos durante sus vacaciones, combinación explosiva si las hay. Historias extraordinarias (2008), verdadero hito del cine independiente argentino, extiende los lazos con Invasión (1969) de Hugo Santiago al presentar a un grupo de hombres empecinados en una misión insólita, ridícula, posiblemente destinada al fracaso, a la que se entregan por completo con el fin último de la revelación. La retrospectiva se completa con la primera parte de La Flor, megapelícula episódica aún inconclusa, prodigio de producción que demandó casi una década de realización desde los márgenes. Si hoy los géneros están de vuelta en la ficción televisiva, Llinás se apoderó de ellos para corroerlos internamente y extirpar de raíz las resoluciones argumentales, ese viejo cuento heredado desde los tiempos de Aristóteles. Pero la gran aventura del cine de Mariano Llinás es su carácter colectivo, surgido del modelo creativo propiciado por la productora El Pampero, que ha permitido conjugar lo personalísimo del cineasta con el trabajo grupal de cada uno de sus miembros. Porque, como dijo Jonas Mekas, la historia del cine es una historia invisible: la de amigos juntándose, haciendo lo que aman. Sebastián Santillán Drector de Revista Marienbad Ciclo realizado en colaboración con OUFF - Festival Internacional de Cine de Ourense Mariano Llinás presentará “La flor: Primera parte” y “Balnearios” los días 7 y 8 de noviembre en el Cine Doré Joseph Losey. El americano errante (II) El ojo en la materia. Dziga Vertov y el cine soviético (II) DICIEMBRE 2017 Francisco Regueiro Glauber Rocha Jerry Lewis JOSEPH LOSEY OCTUBRE NOVIEMBRE 2017 EL AMERICANO ERRANTE EL AMERICANO ERRANTE NOVIEMBRE 2017 Sweating Blood (Ana Mendieta, 1973) © The Estate of Ana Mendieta Collection, L.L.C. Courtesy Galerie Lelong & Co.

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Page 1: noviembre Somos zombis1d0ad366-217a-4d52-bb08-9345ffe4d359/... · Inimi cicatrizate / Scarred Hearts cuenta la biografía de Max Blecher, un escritor judío inmovilizado por la tuberculosis

Identidades colaborativasCiclo de Cine Eslovaco

Cuando en 1918 se fundó el estado independiente de Checoslovaquia, hubo diversos puntos de vista sobre las identidades checa y eslovaca. El primer

presidente, Tomáš Masaryk, cuyo padre era eslovaco y madre de Moravia, argumentó que los checos y los eslovacos constituyeron dos identidades relacionadas, pero a la vez diferentes: la lingüística y la étnica. Sin lugar a dudas, esta visión es la más convincente porque reconoce la realidad de dos culturas separadas junto con la noción de una colaboración continua.

A pesar de que el largometraje Jánošík (Jaroslav Siakel’, 1921) –director y argumento eslovacos– fue una de las primeras películas creadas en el nuevo estado, no existía una industria independiente de cine eslovaco entre las dos guerras mundiales. No obstante, había importantes trabajos. En 1936, el director checo Martin Fric hizo la internacionalmente reconocida obra Jánošík con el actor eslovaco Pal’o Bielik en el papel del legendario bandido eslovaco. Bielik, a su vez, se convirtió en un director clave en la recién creada industria de cine eslovaca después de la Segunda Guerra Mundial. Una serie de películas eslovacas de la posguerra fueron realizadas por directores checos. Pal’o Bielik se mantuvo activo durante los años cincuenta y sesenta. Sin embargo, en los sesenta hubo un giro hacia el cine de autor, apreciable en las primeras películas de Štefan Uher y Eduard Grecner. La colaboración entre Uher y el novelista Alfonz Bednár anunciaba un arranque de importantes transformaciones, y Slnko v sieti (El sol en la red, 1962) fue un hito cinematográfico gracias a su innovación creativa anticipadora del nacimiento de la Nueva Ola Checoslovaca del año siguiente.

La producción eslovaca mantuvo una identidad propia, aunque ambas, la checa y la eslovaca, se estudiaban de forma conjunta en la Escuela de Cine de Praga (FAMU) y la interacción creativa fue la norma. No obstante, a finales de los años sesenta el foco de la innovación parecía orientarse a Eslovaquia, gracias al trabajo de Juraj Jakubisko, Elo Havetta y Dušan Hanák. Fue el guionista Lubor Dohnal quien advirtió de este cambio de un cine basado en la política a otro basado en la estética. La coproducción con Europa Occidental fue también una característica del período, con tres películas de Jakubisko creadas en colaboración con socios franceses e italianos, como Vtáckovia, siroty a blázni (Birs, Orphans and Fools, 1969), pero el mágico período de libre creación llegó a su fin con la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968. Una de las consecuencias de la invasión en la cultura fue que las películas entre 1968-1970 no sólo fracasaron en el intento de conseguir una proyección internacional sino que también atrajeron la atención de la censura. Sin embargo, durante el período llamado de ”normalización” (1969 -1989), la producción eslovaca aumentó.

El crítico polaco Marek Hendrykowski en The Oxford History of World Cinema (1996) escribió que la censura en Eslovaquia fue menos rigurosa que en la República Checa, y las numerosas películas de aquel período parecen confirmarlo. Por otro lado, las carreras de muchos creadores tocaron a su final, otros eligieron el exilio. Una de las película más destacable de la época, Ja milujem, ty miluješ (Yo amo, tú amas, 1980), fue inmediatamente prohibida. El mercado libre surgido después de la caída del comunismo y la creación de la República Eslovaca independiente en 1993 dio lugar a un rápido descenso en la producción que solamente ahora se está empezando a recuperar.

El ciclo se inaugura el día 16, a las 19:30 h, con la proyección del filmmudo “Jánošik” (1921) con acompañamiento musical de trío de cuerdas

Más allá de la nueva ola8.ª Muestra de cine rumano

El Cine Doré de Madrid acoge un año más la Muestra de Cine Rumano, organizada por el Instituto Cultural Rumano y la Filmoteca Española. Desde la edición

anterior, la Nueva Ola de Cine Rumano “ha inundado” las pantallas de España con el estreno de cuatro películas: Los exámenes, dirigida por Cristian Mungiu; El tesoro, realizada por Corneliu Porumboiu; Sieranevada, el tercer largometraje de Cristi Puiu, y Ana, mon amour, el nuevo trabajo de Calin Peter Netzer que todavía sigue en la cartelera.

Cabe destacar también la presencia en el Festival de San Sebastián de dos películas rumanas en la Sección Oficial: Soldatii. Poveste de Ferentari, de Ivana Mladenovic y Pororoca, realizada por Constantin Popescu y que se podrá ver por primera vez en Madrid durante la muestra de este año. El actor protagonista de esta cinta, Bogdan Dumitrache, se llevó la Concha de Plata al Mejor actor en el papel del padre enloquecido por la búsqueda de su hija desaparecida. Pororoca, según el crítico de cine Luis Martínez, es “una salvaje, pausada y muy inquietante radiografía del vacío, realizada con un rigor inconmensurable, fuera de normay medida”.

Después de un decenio de éxitos, inaugurado por la Palma de Oro otorgada a la película 4 meses, 3 semanas, 2 días (2007) de Crisian Mungiu, que consagró internacionalmente la cinematografía rumana, la mirada crítica hacia el comunismo y las realidades sociales de la transición cede el lugar a una ampliación temática, conservando, sin embargo, una estética minimalista, austera y realista.

La Muestra se inaugura en presencia del director Adrian Sitaru, cuya cinta, Fixeur, representa en 2018 a Rumanía en la carrera hacia el Óscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa. Tras la conmovedora Ilegitim, Sitaru se acerca en Fixeur al periodismo y al abuso que éste ejerce sobre aquellos que se encuentran en una situación vulnerable. En la misma línea, es decir, los límites y las libertades del periodismo, camina Breaking News, obra de la joven directora Iulia Rugina.

Radu Jude, cuyo filme Aferim! fue galardonado en 2015 con el Oso de Plata, vuelve a cavar en las fuentes literarias. Inimi cicatrizate / Scarred Hearts cuenta la biografía de Max Blecher, un escritor judío inmovilizado por la tuberculosis ósea. El guion escrito por Jude sitúa los hechos en el año 1937, abordando aspectos tanto de la vida en el sanatorio, como de la realidad exterior, de una Rumanía cada vez más amenazada por el extremismo de derecha. La programación se completa con dos comedias, obras de dos realizadores de estilo muy singular: Afacerea Est / Eastern Business¸dirigida por Igor Cobileanski, y 6,9 pe scara Richter / 6.9 on the Richter Scale, la comedia rumana más taquillera del año.

Adrian Sitaru inaugura la 8ª Muestra de Cine Rumano el día 8, a las 20:00 h.,

con la presentación y posterior coloquio de su obra “Fixeur”.

Somos zombis

Una de las circunstancias más tristes de nuestros tiempos es cómo la clase media bien educada de Occidente ha claudicado. Sabemos que el mundo

está en franco declive pero no hacemos nada al respecto. Con HyperNormalisation me propongo despertar al ciudadano de su letargo”, afirma Adam Curtis, que visitará Madrid este mes invitado por el Museo Reina Sofía. El periodista político y documentalista británico, figura libre y contracultural que bucea en los archivos de la BBC con absoluta libertad y mirada expansiva para construir sus teorías sobre los sistemas de poder en el mundo, ya dirigió hace más de veinte años una miniserie titulada The Living Dead (1995). Allí, armando un abrumador collage audiovisual que hunde su inspiración en las estéticas trash y la dinámica pop, jugaba con la iconografía de los muertos vivientes para advertirnos de que el pretérito histórico siempre resurge de su tumba para modificar el presente.

El Día de los Difuntos también nos recuerda que somos zombis, almas atrapadas en el continuum de los días, seres paralizados frente al estupor y el caos de nuestros tiempos. Como los marines muertos en Irak en la película de Joe Dante (Homecoming) o los disidentes cubanos en la de Alejandro Brugués (Juan de los muertos), son los muertos vivientes los que regresan para ejercer el papel de los vivos, ocupar la arena política que al decir de Curtis hemos abandonado. La figura esotérica y terrorífica procedente del culto vudú –el criollo haitiano, el kikongo del Congo o el bonda angoleño– ha evolucionado como un subgénero cinematográfico que en el siglo XXI se ha instalado en el corazón de la cultura popular de masas, de la televisión a los blockbusters, del cómic a los videojuegos.

Pero no es solo charcutería lúdica lo que el ciclo “Universo Zombi” reclama para el espectador en trabajos tan desatados como Zombies Party (2004) o El diario de los muertos (2007), donde el maestro George A. Romero, recientemente fallecido, integraba en la cultura de la información digital las figuras catatónicas de su obra maestra La noche de los muertos vivientes (1968), genuina semilla del terror moderno y filme que inaugura el ciclo en la noche de Halloween. Desde el primer retrato conocido de un muerto viviente en la gran pantalla, White Zombie (1932) de Victor Halperin, hasta el fenómeno de The Walking Dead en la cadena AMC, todo un espectro de alegorías de ultratumba ha conformado la variada estirpe de zombis en la gran pantalla. Con Casa de Lava (1994), el portugués Pedro Costa propuso una muy particular y exigente reescritura de la fundacional obra de Jacques Tourner Yo anduve con un zombi (1943) –proponiendo un fantástico “Juego de espejos”–, mientras que frente a los filmes Low Life (2011) de Nicolas Klotz y Qui’ils réposent en révolte (2010) de Sylvian George es legítimo establecer analogías entre las figuras zombificadas y los inmigrantes atrapados en tierra de nadie.

La cinematografía nacional no ha permanecido ajena, aunque sea en clave metafórica, a la figura del zombi. Resucitamos para la gran pantalla Cada ver es… (1981) de Ángel García del Val, espeluznante documento en 16mm sobre un embalsamador de cadáveres que fuera enviado a la morgue del cine maldito por sus rupturas perceptivas y formales. Paco Plaza presentará [REC] (2007) en la sala principal del Doré el día que se cumplen diez años del estreno del film que propulsó el fantaterror nacional a otra dimensión, y cuyo culto no anda muy alejado del que se le profesan a trabajos asociados a la subcultura como No profanar el sueño de los muertos (1974) de Jordi Grau o Acosada. El hombre que regresó de la muerte (1985, Sebastián D’Arbó), Entidades colaboradoras:

Agradecimientos:

The Estate of Ana Mendieta Collection, Sarah Landry (Galerie Lelong, Nueva York), Ángel García del

Val, Inmaculada Trull (IVAC-Filmoteca de Valencia), Fran Gayo (OUFF - Festival Internacional de Cine

de Ourense).

Suscripción a la alerta del programa mensual del cine Doré

Sede Filmoteca Española:C/ Magdalena,1028012 MadridTel.: 91 467 [email protected]

Precio:Normal:2,50 € por sesión y sala20,00 € abono de 10 sesiones.Estudiante:2,00 € por sesión y sala15,00 € abono de 10 sesiones.

Horario de taquilla:Desde las 16:15 h. hasta 15 minutos después del comienzo de la última sesión.

Venta anticipada:1/3 del aforo para las sesiones del día siguiente. De 21:00 hasta cierre de taquilla (mínimo 21:30)

Sala de proyección:Cine DoréC/ Santa Isabel, 328012 MadridTel.: 91 369 3225

91 369 1125 (taquilla)91 369 2118 (gerencia)

Entrada libre a cafetería

Horario de cafetería:16:00 h. - 23:00 h.

LUNES CERRADO

Buzon de sugerencias:[email protected]

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8.ª Muestra de Cine Rumano

en Madrid

Ciclo deCine Eslovaco

Mariano Llinás. Retrospectiva

(OUFF)

Universo Zombi

Mi Primer Festival de Cine.Filmoteca Junior

La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1968)

Historias extraordinarias (Mariano Llinás, 2008)

Pororoca (Constantin Popescu, 2017) © F

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que formará parte del maratoniano programa de “Sala:B” ideado para este mes dedicado a los difuntos.

Radicales libres

Enmarcado también en la apuesta por ampliar la programación incorporando otras historias del cine, otras miradas, lecturas y visiones más allá del canon clásico, Filmoteca Española inaugura este mes una nueva sección fija que, bajo el título de “Radicales libres”, abre los primeros sábados de cada mes un espacio fijo y estable para el cine de vanguardia. Entendiendo que la labor de una Filmoteca es también la de ayudar a repensar la historia y el presente del cine, “Radicales libres” pretende integrar de forma natural las tradiciones del experimental, la vanguardia y el cine en relación a otros campos artísticos. El título de la sección no hace solamente referencia a esos elementos químicos altamente reactivos e inestables, capaces de actuar de forma espontánea al entrar en contacto con otras moléculas, sino que retoma el título de la película Free Radicals: A History of Experimental Film (2011) con la que el cineasta Pip Chodorov trazó un historia muy personal de cierta parte de la vanguardia norteamericana. Así, “Radicales libres” se abre como un espacio para la historia, pero también para el presente y el futuro de esas otras ramas del cine, un lugar de conocimiento, experimentación, descubrimiento, sorpresa y, por qué no, estudio y reivindicación.

Para la primera de las sesiones, presentamos por primera vez en España, en el contexto de una sala de cine, una muestra del trabajo de la artista visual cubana Ana Mendieta, uno de los nombres clave, y al mismo tiempo más ocultos, del arte contemporáneo. Mendieta, nacida en La Habana en 1948 y muerta en Nueva York en 1985, al precipitarse en extrañas circunstancias desde la ventana de su apartamento tras una discusión con su pareja, el también artista Carl Andre, es dueña de una obra corta pero extremadamente prolífica que abarca la fotografía, la performance, el dibujo, la escultura, además del vídeo y el cine, y fue una de las primeras artistas en trabajar de forma explícita sobre la identidad política y el feminismo, usando su propio cuerpo como espacio de batalla. Sus trabajos giran en muchos casos en torno a la inscripción dramática de su cuerpo (o su silueta) en el espacio. La selección de los quince títulos que presenta Filmoteca Española ha sido realizada en colaboración con The Estate of Ana Mendieta Collection y la Galerie Lelong, responsables de la preservación del legado de Mendieta, que incluye más de 100 trabajos audiovisuales realizados en un periodo de diez años. Su trabajo se ha presentado en espacios como el Whitney Museum of American Art de Nueva York, el Museum der Moderne Salzburg de Austria o la sección Wavelenghts del Festival de Toronto. Este mes podremos descubrirlo en el Doré. Acaso también para rescatarnos de nuestra catatonia.

La gran aventuraMariano Llinás - OUFF

El cine argentino, esa entelequia multiforme, paradójica y contradictoria, encontró en Mariano Llinás (Buenos Aires, 1975) a una figura clave. A pesar de que su

corpus filmográfico como director es acotado en cantidad de títulos, su concepción del cine marcó un punto de inflexión en el cine argentino. Cuando las exigencias de los festivales repercutían en un formateo estandarizado de los filmes argentinos, que con poco disimulo se adaptaban a la estética del “poquitismo”, Mariano Llinás llegó para patear el tablero y enarbolar la idea del regreso de la (gran) aventura como motora del relato, sustentándose en la (verdadera) independencia como marco ideológico y estético sobre el cual edificar su cine.

Balnearios (2002), su primer largometraje, presenta una visión corrosiva de los argentinos durante sus vacaciones, combinación explosiva si las hay. Historias extraordinarias (2008), verdadero hito del cine independiente argentino, extiende los lazos con Invasión (1969) de Hugo Santiago al presentar a un grupo de hombres empecinados en una misión insólita, ridícula, posiblemente destinada al fracaso, a la que se entregan por completo con el fin último de la revelación.

La retrospectiva se completa con la primera parte de La Flor, megapelícula episódica aún inconclusa, prodigio de producción que demandó casi una década de realización desde los márgenes. Si hoy los géneros están de vuelta en la ficción televisiva, Llinás se apoderó de ellos para corroerlos internamente y extirpar de raíz las resoluciones argumentales, ese viejo cuento heredado desde los tiempos de Aristóteles.

Pero la gran aventura del cine de Mariano Llinás es su carácter colectivo, surgido del modelo creativo propiciado por la productora El Pampero, que ha permitido conjugar lo personalísimo del cineasta con el trabajo grupal de cada uno de sus miembros. Porque, como dijo Jonas Mekas, la historia del cine es una historia invisible: la de amigos juntándose, haciendo lo que aman.

Sebastián SantillánDrector de Revista Marienbad

Ciclo realizado en colaboración con OUFF - Festival Internacional de Cine de Ourense

Mariano Llinás presentará “La flor: Primera parte” y “Balnearios” los días 7 y 8 de noviembre en el Cine Doré

Joseph Losey.El americano errante (II)

El ojo en la materia.Dziga Vertov y el cine soviético (II)

DICIEMBRE 2017

Francisco Regueiro Glauber Rocha

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JOSEPH LOSEYOCTUBRE

NOVIEMBRE 2017

EL AMERICANO ERRANTEEL AMERICANO ERRANTE

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NOVIEMBRE2017

Sweating Blood (Ana Mendieta, 1973)© The Estate of Ana Mendieta Collection, L.L.C. Courtesy Galerie Lelong & Co.