nuevanovelaquerefrendasucalidadliteraria houellebecq … pn 783 - la vanguardia… · líptico...

Download nuevanovelaquerefrendasucalidadliteraria Houellebecq … PN 783 - La Vanguardia… · líptico –como lo es La carretera de Cormac McCarthy– de lo vegetal sobre lo humano. El autor

If you can't read please download the document

Upload: lenguyet

Post on 05-Feb-2018

217 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 6Cultura|sLa

    Vanguardia

    Mircoles,31agosto2011

    ESCR

    ITURAS

    ROBERT SALADRIGASPor dnde empezar? Es lo queplantea, a la hora del balance, unapoderosa novela de clara ambicinglobal, cosmognica, o como se leprefiera llamar, de un autor (deici-da) que suplanta Dios no para ha-cer suyo el reto de construir unmundo sino para diseccionar elque tenemos en su progresivo de-clive, con el propsito (visionario)de vaticinar que se encamina haciael triunfo (absoluto) peronoapoca-lptico como lo es La carretera deCormac McCarthy de lo vegetalsobre lo humano. El autor es Mi-chel Houellebecq (Isla de la Re-unin, Francia, 1958), y la obra Elmapa y el territorio (La carte et leterritoire), su ltima novela con laque obtuvo el premio Goncourtdel 2010.En contra de lo que cabra supo-

    ner de una obra de tal magnitudque parece no imponerse lmite nirestriccin alguna, no hay pasajescrpticos en el texto. Por decirlo dealguna manera, se lee con la flui-dez y la expectacin de una novelaapasionada cuyo ritmo, pese a sudensidad conceptual, no desfalleceen ningn instante. El mrito debeatribuirse a la construccindel for-midable artefacto literario, quenunca rechina, y a la alta calidadde la prosa que mantiene el pulsode la primera a la ltima lnea.Aho-ra bien, El mapa y el territorio esuna de esas novelas de gran caladoque no siendo polifnicas pero spolidricas, en la que conviven g-neros diversos y sus tentculos, re-chazan que uno, tras la experien-cia de leerla, la condense para otrofuturo lector. Es como si exigieraimperativamente insolentemen-te ser leda, sin admitir ms op-ciones.Insisto en tener en cuenta que

    aqu Houellebecq se inviste con laomnipotencia de Dios y opera co-mo tal. Al comienzo el foconarrati-vo se centra en Jed Martin, hiloconductor de la historia, un artistasolitario y arisco que observa conmirada de etnlogo la sociedad desu tiempo y alcanza la fama mun-dial fotografiando losmapas de ca-

    rretera Michelin, luego una seriede oficios sencillos, y ms tardepinta retratos de personalidadesde diferentes sectores en su ejerci-cio profesional. Para el catlogo dela exposicin de estos ltimos pideun texto al famoso escritorMichelHouellebecq que vive autoexiliadoen Irlanda. Es entonces (pg. 140)queHouellebecq entra en escena yocupa el primer plano. Es decir, elHouellebecq narrador en tercerapersona de la novela no vacila ensituarse frente alHouellebecq per-sonaje de ficcin y a la vez real,puesto que no slo nos ofrece suautorretratopoco autocomplacien-te sino su visin amarga de la viday delmundo que habita como a re-gaadientes.

    AutoanlisisAestas alturas lanovela ha aborda-do desde puntos de vista crticoslas relaciones de familia, el amor,las perversidades del capitalismosalvaje, su influencia en el arte con-temporneo y hasta qu puntocoarta la libertad del artista. Hanintervenido ya otras personas connombres y apellidosas el novelis-ta Frdric Beigbeder, autor de13,99 euros yUnanovela francesa. ola editora TeresaCremisi de Flam-marion pero la irrupcin deHouellebecq es abrumadoramenteespectacular y capital.Pero de repente, en la Tercera

    Parte (pg. 239), la novela (de te-sis? Metafsica? Pardica? Nihi-lista? Costumbrista?) da un girobrutal y enfila otro rumbo: se pro-duceel horrible asesinato (descuar-

    tizamiento) de una celebridad, in-terviene el inspector Jasselin y suequipode investigadores, y, dema-nera brusca, nos encontramos in-mersos en un relato criminal quesostiene la intriga porque respeta

    escrupulosamente los cdigos delgnero. Les adelanto que la inter-vencinde JedMartin y elmspu-ro azar, a lo Auster, contribuyen aesclarecer el enigma. Pero hay queaguardar al Eplogo para advertirque el relato entero trasciende susupuesto contexto temporal. Hantranscurrido losmeses; los aos; elTiempo. Estamos en el futuro, porlo menos en la segunda mitad delsiglo XXI. Houellebecq y Beigbe-der han muerto. La vieja Franciarural, ensimismada y agreste conlos extraos, es solo un destino tu-rstico. Jed Martin se ha atrinche-rado en la antigua casade sus abue-los en la Creuse que convierte enuna fortaleza. All dedica los lti-mos aos de vida a experimentarcon imgenes reales,manipulndo-

    Escrituras Despusde la tormentaElnarradormsdiscutidoypolmicodeFrancia vuelve a la carga conuna

    nuevanovela que refrenda su calidad literaria

    Houellebecqfrente a smismo

    El Houllebecq narradorno vacila en situarsefrente al Houellebecqpersonaje de ficciny a la vez real

    Michel HouellebecqEl mapa y elterritorio / El mapai el territoriTraduccin alcastellano de JaimeZulaika y al cataln deOriol Snchez i Vaqu

    ANAGRAMA /EMPRIES384 /352 PGINAS21,90 EUROS

    PATROCINADO POR

    Maria TeresaResaltadoMaria TeresaResaltado
  • 7Cultura|sLa

    Vanguardia

    Mircoles,31agosto2011

    ESCR

    ITURAS

    las con aparatos y procedimientosde tecnologa avanzada. Simple-mente quiere dejar constancia delmundo.Se despide de este modo de

    unaexistencia por la quenuncaha-ba sentido ungran apego. El lega-do visual que deja para explicar elfin de la era industrial, la aniquila-cin de toda industria humana,es de carcter trgico por cuantopreconiza llanamente la extincinde la humanidad bajo un mar dehierbas agitadas por el viento. Allector solo le queda el placerpiado-so del vrtigo y el escalofro por lacondena de los mortales como l.Debe quedar claro que esto es

    tan solo un intento de acercamien-to reduccionista a la esencialidadde El mapa y el territorio. Imposi-

    blede transmitir la irona, el sarcas-mo, el tono corrosivo, pero tam-bin el fondo sensible, la nostalgia,la tristeza, la impotencia, la sabidu-ra y la agudeza que exuda el textopor todos sus poros. Creo que esta-mos ante un libro serio, honesto,valiente, que por fuerza consagra aquien lo ha escrito cualquiera quesea la fama que arrastre. Para mresulta fascinante la forma conquedentrodel espaciode libertad abso-luta de la ficcin, Houellebecq, elhurao con fuertes tendenciasmi-santrpicas y que apenas le dirigala palabra a su perro, se las arre-gla para confrontarse consigo mis-mo sin caer en la trampa de justifi-carse. Igual que lo hizo J.M. Coet-zee en Verano. Con idntica ejem-plaridad. |

    Homenaje cruzadoHouellebecqprologa este librodeun colega a quien tambinhahechoaparecercomopersonaje en su Elmapay el territorio

    Sutil BeigbederR.S.De no haber acabado justamentede leer El mapa y el territorio, deMichel Houellebecq, que comentoen esta misma doble pgina y don-de se explica que Frdric Beigbe-der (Neuilly-sur-Seine, 1965) espresentado como criatura de fic-cin; y si el libro de BeigbederUnanovela francesa (Un roman fran-ais, 2009) no apareciera precisa-mente con un prlogo sensato yecunime de Houellebecq coinci-diendo ambas traducciones en elarranquede la nueva temporada li-teraria, confieso que no me hubie-ra pasado por la cabeza relacionarlas dos novelas ni a sus autores.Son tan distintos! Como digo, elnoveln deHouellebecq impresio-napor su ambicin radial y hondu-ra. Su amigo Beigbeder ha escritounaobra (lamayor cualidadde es-te libro estima el prologuista es,sin ninguna duda, su honestidad)visceral, muy francesa, desenfada-da e insolente como suele ser habi-tual en el personaje, que corre elriesgo de ser injustamente tachadade banal. Cuando si se lee con ladebida atencin, podr interesar oconvencer ms o menos, pero ba-nal seguro que no es.Recuerdan a Beigbeder, aquel

    brillante creativo publicitario quede pronto conquist el xito con13,99 euros? Paramuchos era un ti-po inteligente, frvolo y glamoroso,producto de la alta burguesa pari-sina emparentado con la vieja no-bleza francesa. Pues bien, en lama-drugada del 28 de enero del 2008sucedi que Beigbeder y un amigosuyo de francachela fueron sor-prendidos esnifando cocana sobreel cap de un coche y llevados a lacomisara delDistritoVIII. Duran-te las cuarenta y ochohorasquepa-s de una mazmorra a otra hasta

    que el malvado fiscal de Pars,JeanClaude Marin, decret porfin su libertad, en el nimomaltre-chodel famoso escritor se produje-rondosmutaciones capitales: recu-per la memoria de su infancia de-liberadamente olvidada, y abrilos ojos de la conciencia a lasmise-rias del gobierno de Francia y de laadministracin de justicia. Eso entantoque suhermanomayor sedis-pona a recibir la Legin deHonorde manos del presidente de la Re-pblica.He aqu Una novela francesa, es

    decir, un vmito de bilis en el quesemezclan los recuerdos de un hi-jo de padres divorciados, y la vi-sin crtica de la sociedad francesapor parte de un ciudadano con evi-dente complejo de superioridadque, de repente, descubre la acidezque corroe su estmago y la suelta

    sin miramientos. Eso s, intempe-rancias aparte, el conjunto es unbuen retrato personal y de poca.Y, sin duda, las mejores pginastambin lo seala Houellebecqson las dedicadas a la pequeaChlo, asimismo hija de padres di-vorciados, cuando en la playa deCnitz (PasVasco francs) le ense-a a practicar el arte de las cabri-llas como lo haba hecho treinta yseis aos antes su abuelo Pierre deChasteigner. Es un cuadro melan-clico, intemporal, en el queFrd-ric Beigbeder logra lo que quizsse haba propuesto desde la prime-ra lnea: inspirar ternura. |

    FrdricBeigbederUna novelafrancesa / Unanovella francesaPrlogo de MichelHouellebecq.Traduccin alcastellano deFrancesc Rovira y alcataln de MariaLlopis i Freixas

    ANAGRAMA /AMSTERDAM213 / 174PGINAS18,50 EUROS

    Frdric Beigbeder en el 2008 JORDI ROVIRALTA

    Recuper la memoriade su infanciadeliberadamenteolvidada, y abri losojos de la conciencia

    El escritor fotogra-fiado en 1998SOPHIE BASSOULS /

    CORBIS

    Maria TeresaResaltadoHouellebecq PN 783 - La Vanguardia 1.pdfHouellebecq PN 783 - La Vanguardia 2