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voltu aevolución y cultura
Número 4
Sugerencias y aportaciones
[email protected] RevistaRevoltura
R E R
evista Literaria Independiente
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INDEXME CARGA LA VIDApor Qirox-Reder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
EDIPOGÜEYpor Gabriel Nuñez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
TRAGOS DE AGUARDIENTEpor Caras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
HOMBRE INTENTANDO NO SUICIDARSE MIENTRASSE AFEITA
por Demennto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
FLORES DE JAZMÍNpor Bali . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 - 7
BESTIAS DE ABRILSecciónRevoltosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8-9
EL HOMBRE BALApor Luis Salgado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10-12
POEMARIO: La BURBUJA ETÍLICASecciónRevoltosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Los Gigantes del Continente AmericanoSecciónRevoltosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14-15
Ciudad de México.
Año 1, Número 4. Abril 2017
Dirección:
ColectivoRevoltura
Redacción:
Mikhell
Qirox-Reder
Franco Augusto
Caras
Dibujos:
Gospell
Erick Gabriel Nuñez Rangel
Edición:
Qirox-Reder
Correcciones:
Caras
Franco Augusto
Mikhell
Difusión:
Luis Salgado
Portada:
Indiosindio Lopez
Opiniones y aportaciones:
Facebook RevistaRevoltura
http://revista-revoltura.wixsite. com/revoltura
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Revista Revoltura. Revista Literaria Independiente. Año 1, Número 4. Abril
2017 es una publicación mensual de difusión literaria, editada y publicada de
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ISSN: En trámite. Impreso en:
Este número se terminó de imprimir el , con un tiraje de 1,000 ejemplares.
La reproducción total y/o parcial de las obras e ilustraciones inéditas del
presente ejemplar no están permitidas, excepto previa autorización por escrito
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Quizá fue bueno que toda esa tecnología se esfumara demis manos, me diera de cachetadas, me dejara seco y perplejo.Ahora que hasta mi licor se ha terminado quizá tenga tiempo asolas con mi mente. Entonces pienso, cada evento que meacontece parece que me dice que rumbo no seguir, lascircunstancias me guian por senderos desconocidos eincómodos. Y ultimamente no sé por qué evito trabajar, ya nome dan esas incontenibles ganas de ir y reparar los tejados ylas tuberias, es como si estuviese harto, fatigado y sinintención de pretender una mejoría. Y me pregunto ¿para quétrabajar contento? Para qué molestarme en realizar mis faenasy que sean vistas por el dueño y me diga -que bonito le quedo-si realmente nada cambiará para bien, todo va tomando laforma del interés, de la economía, del consumo, de la finitud...
Yo creo que por eso vino ese perro a cagarse en mi jardín adiario. Primero no le di importancia pues estos animalesabundan por todo el continente sin control, pero tras un par dedías ya no lo soportaba y me enfurecía contre el can, lemaldecía por venir a desecharse frente a mi puerta. Pasó unasemana y el animal a diario continuaba fastidiando nuestrogusto por el verde jardín, por lo que decidimos construir unapequeña cerca para evitarlo, pusimos tabiques, palos y piedrasal rededor, pero el astuto can sabía burlarse de nuestrainteligencia.
Después adquirimos cuerdas, alambre y madera a la medidapara construir una cerca más grande, resistente y sin huecos,compramos vinagre y pimienta negra (aunque en realidad serequería pimienta roja) y la esparcimos alrededor de la cercapara que su olfato irritase y más no entrase. Pero el perro seseguía cagando dentro del jardín. Había tardes y hasta nochesque dejabamos la puerta y ventanas abiertas para cacharinfraganti al infame can. A veces, cuando a la tienda ibamospor papitas y gaseosas, nos lo encontrábamos y como si este
comprendiese el castellano, le gritabamos con ira y con rencorque se abstuviese de sus sucios actos contra nuestra propiedadprivada. Y este, como si nosotros comprendiésemos perruno,nos ladraba y nos gruñia, quizá diciendonos, me cago donde
quiero.
Sus cacas, eran por lo regular, suaves y dificiles de quitar,apestosísimas y de un cafe rojizo que eran un fiel reflejo delestado interior del can. Cada mañana al desperar lo pimeroque nos decíamos mi roomie y yo era, ojalá no haya mierdaque limpiar esta mañana. Pero cada maldita mañana el jardínnos decía: huelan y miren esta mancha café sobre mi verdez, nocombina, ¡quítamela ya! Obedientemente y de mala gana lohaciamos, naturalmente.
Hasta que un día, fastidiado y ansioso por saber si habríamierda, cansado de batallar con un ser que mi dialecto noarticulaba, decidí cambiar de táctica y atacar con el poder delamor y de la benevolencia. Revertí las energías ondulantespara formar un nuevo paradigma. Así pues, la próxima vezque le ví, tome un balde y lo llené de agua, lo puse fuera deljardín y se lo ofrecí al mejor amigo del hombre. El perro meladró pues quizá no comprendía mi actitud. Con pocaspalabras le invite a beber y entre en la casa. Desde la ventana,recorriendo suavemente la cortina lo espie y cuando no me viómás, bebió como un perro. Desde entonces, en mi jardín laúnica mierda presente es la que traen en sus zapatos lostestigos de Jehova, pero también para ellos tengo agua.
Me cargala Vida
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Microrelato
Qirox-Reder
Qirox-Rieder
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El Güey mató a su padre y se cogió a su madre. Llegó muyfumado y le despachó un tubazo en la maceta. La partió endos: su madre asustada se dejó hacer por toda la madrugada,hasta que por fin llegó la policía y se lo llevaron derechito alReclusorio Norte.Dicen, que el pobre Güey, niño, siempre miró aquello: ¡cómose lo hacía su padre a la calenturienta de su jefa ya todaencuerada! Dormían los tres muy juntos en una sola camavieja que hacía más ruido que una matraca americanista.Siempre fue un niño y luego un hombre enorme y muygrueso en carnes. Su padre le decía: "Res, tráeme una cervezadel refri y alcánzame mis cigarros". La madre, una borrachamaniaca, sentía un morbo que le hacía agua la cola cuando losojos niños la veían coger como vil puta desbordada en sutemperamento; y, aún siendo el Güey ya adulto sentía que sele hacían agua los calzones al ser observada por la Res babosay de ojos muy pequeños y de abundantes cachetes. Quiénsabe por qué azar del destino – hasta entonces- el Güey notuvo hermanas ni hermanos: fue la única res de esa pocilgapromiscua.Lo de sus padres fue una unión de polluelos, su madre lo tuvoa los catorce. Así que cuando el Güey se chingo a su jefa,alcanzaba los diecinueve y su mamacita los treinta y tres; porlo que el ojete de su padre cumpliría -de no haberle caído laRes encima y el tubazo furibundo que le reventó el cocopelado a casquete y la vida- treinta y cuatro años al mes quesiguió a su asesinato incestuoso y brutal.
La Res se encerraba por lo común en el baño sin importarle laenorme fila del vecindario. Afirmaba la palomilla que se hacíala paja a diario: se la jalabapensando en las tetas y el culoexquisito de su madre. Los de laBondojito sólo le decían Güey,porque si se les ocurría de purapendejada decirle Res, losmadreaba hasta dejarlosprivados en el asfalto de tantoputazo, pues no los soltaba unavez que los pescaba: era denudillos duros y negros y losgolpes del oponente en turno nole hacían ni cosquillas a suhumanidad fofa. Aquella nocheinfausta el Güey se despachó conpomo y medio de ron blanco yun cuartote de Mota; ademásantes, ya se había chingado tressits de Tecate y fumado él solodos cajas del Marlboro rojos. Yaen planes pedos y muy motos, yya muy de madrugada; no leimportó, o al menos no lemolestó, que alguno de los putosdel callejón le hablara entoncesde su mamacita: le chuleara susnalgotas, su cintura y sussuculentas tetas.
_Me cae Güey, que tu jefa esta rrechula, rrebuena: nalgona, debuenas tetas y de cintura deliciosa; y si no fuera tu mamacitasanta, la-neta-que-me-la-chingabaaa.. ._¡Ah puto, a mí se me hace qué eres puro pájaro nalgón; si vezel tamal de mi jefecita, me cae que luego luego se te arruga elpito! ¡Ja Ja Ja.. . !_¡Nones puto: les jalo las hojitas y luego luego Aflojan el tamal¿Qué no, putos.. .? –cuestionó a todos los briagos ymariguanos ahí presentes.Entonces, una carcajada múltiple se prolongó como ecohistérico en ese callejón triste y solitario a esas horas de lamadrugada. Ya se habían acabado el pomo y la Mota, así quecada cual jalo para su casa.
Cuando la policía lo sorprendió infraganti: estaba encima desu jefa dándole cuerda; o quizá, era su jefa la que movía lasnalgas hechas aguas encima de esa panza fofa: lo cierto es queen el Reclusorio Norte, le retacaron el culo de semen al Güey;y todo, por haberse chingado a su jefecita linda esamadrugada y por haber matado a su padre de un putazo en latesta.
Los días de visita sus cuatitas, el par de nenas que salieron dela vagina que alguna vez fue su casa -y que estaban, así, a casinada de volverse unas pirujas- le llevan sus cigarros y dieztortas cubanas; ¡ya se imaginaran ustedes, quien se ocupa delas visitas maritales que por derecho le correspondían a esaRes fofa; sí, cabezones: esa a quien le decía"¡cuida a mishijas.. . ! "; su madre, qué caray, pues ni de broma, a ese Güey sele asociaría nunca de los nuncas con alguna novia, si acaso conotra Res igual de babosa y excedida en sus carnes!
EdipogüeyCuento
Gabriel Nuñez Palencia
Erick
Gabriel
Nuñez
Ramgel
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Antes, cuando tenía más neuronas, me la pasaba piense ypiense todo el día y a veces hasta en la noche nomás nollegaba el sueño. Pensaba en todo, en cualquier cosa y noentendía nada, pero ora que tengo hartas neuronas muertas,(tantas como las ideas que se han borrado de mi cabezota) oratodo es más fácil, todo lo entiendo más sencillo. Y es que esode la muerte de mis neuronas no fue un evento que paso asínomás o que llegó de la nada, sino que yo mismo me hallé enla necesidá de hacerlo y cuando supe que los tragos grandesde aguardiente de esos que queman la garganta como si secomiera fuego, cuando supe que esos tragos mataban lasneuronas y te dejan medio adormilado no deje de tomarlos,porque me desesperaba pensar en todo, ya estaba biencansado de eso y al final ni resolvía nada, nomás pensabahasta desesperarme y luego hasta terminaba chille y chillecomo si juera yo un chiquillo, entonces pensé; mejor le entro alos tragos de aguardiente pa apendejarme, como dicen los delpueblo. Pero pa sincerarme con ustedes a ese aguardiente lehe agarrado harto cariño, ora todo lo resuelvo bien rápido, yalas cosas nomás las pienso una vez y luego luego decido yhasta ando pensando que me hizo más inteligente. Antes medecían que hay que pagar esto y comprar aquello y dale decomer a las gallinas y ve a desyerbar la siembra de frijol yluego la Paquita ni me dejaba hacerle el amor, aun cuandohabía hecho ya todo y el Domingo saliendo de misa nomásescuchaba susurrar a los vecinos que la Paquita me andabaengañando con el Eusebio y había hasta quien me lo decía defrente y luego escuchaba que el Eusebio andaba buscando laforma de aventarme a la barranca, a la misma barranca donde
seguido amanecían muertos y pa acabarla de joder otrastantas veces nomás escuchaba que mi hijo el Julián no salía delBar de Don Javier y escuchaba que ya estaba bien endeudadocon las muchachas que trabajan allí, yo nomás deseaba que nofuera a agarrar una de esas enfermedades que sabe Dios quienlas cura y que vas quedando seco como vara de tamarindo,hasta que acabas bien chupado y no tienes ganas de hacernada más que de morirte.
Pero ora ya nada de eso pasa, ora nomás debo preocuparmepor los dolores de cabeza y los vómitos por las mañanas y losdolores de panza, pero ora ando bien feliz porque esosdolores no se comparan con los de pensar.
Los Tragos de AguardienteCuentoCaras
Me despertó la resaca, ecos de vida o muerte (no sé).Vagué, en círculos, por mi mente (cosa que hagoexcelentemente bien). Me sentí en la ruina, esa en la que, hoydía, la humanidad está sumida.Como estoy harto de la vida, del amor, de mí, de mi frágil
mortalidad, de mi condición de partícula, ínfima porción demateria, mente retorcida (según algunos), de mi alma ebria ymi cuerpo extasiado, opté por revolcarme en el vicio, darvueltas en la cama (intentando volver a soñar.. . intentandodescansar), aplicarme psicoterapia, porque me siento enfermo,no del cuerpo, es mi alma impura lo que (ya) no soporto.Me sentí en la completa ruina, y es que todo el tiempo que heestado admirando el espejo noté el símil del elogio, vano, vil,despreciable y repulsivo, de una “civilización” destinada alolvido, al colapso, y a auto-depredarse, perderse (porque es lo
único que hace bien), a buscar y no encontrar.. . -suspiro paralimpiarme el alma y aliviar el cuerpo (lo único y poco quetengo), y aunque no lo considero un templo hay que darlemantenimiento, porque voy a estar encerrado en él (el cuerpo),este infierno, largo tiempo-.Siento pena y se asoma una sonrisa, esbozos de locura.
Sonrío de no-felicidad, es el infierno que se asoma, ese lugarsin límites y del que muy pocos están conscientes quehabitan.. . bajo las cuchillas del rastrillo.. . Me pregunto cuandome animaré a concluir ésto por fin. A veces (sólo a veces)quiero arrumbarme y esperar en silencio. Por suerte (¿paramí?) “a veces” llega a prolongar su ausencia meses y a vecesaños.. . Me largo a la escuela o al trabajo (da igual, es la mismamierda, sólo que en uno tienes un sueldo por sufrir).
Hombre intentando nosuicidarse mientras se afeita
Demennto
Buzón Revoltoso
IndiosindiosLopez
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Así que aquí estoy sentado, en una silla plegadiza de metalcomo de los salones de fiestas vulgares, de frente o detrás deun escritorio también de metal. También vulgar. Este olor memata es una inmunda mezcla de orines, mierda, sudor, miedo.Nunca había estado en esta situación, había estado aquí perono como ahora. Ya conozco este protocolo lo he visto un millónde veces, no tarda en aparecer un sujeto grande vestido desaco y pantalón verde marrón, con la barriga colgando y laespalda sumamente erguida por el exceso de prepotencia quesiente esta gente con su empleo. El crujir de la cerradura mesaco de mi cavilar, no había notado lo obscuro de este cuartohasta que me cegó el reflejo de la luz en el piso de fuera de micasi celda.
-Buenos días Lic. Le traje café, lamento mucho que losaquemos así del juzgado. A nombre de mi equipo y laorganización de investigación que represento le ofrezco unadisculpa. Urgía mucho hablar con usted, para que vea que nohay mala fe le traje café. Lo prepara la secretaria del licenciadoAcosta, le queda bueno.
- Le agradezco oficial
- ¡Detective por favor!
No repetí mi agradecimiento pero unas horas más tarde mearrepentí.
- Sé que usted ya habló con el oficial a cargo pero tendrá queplaticarlo conmigo también.
- ¡Cuántas veces tengo que dar mi declaración, la he contadomil veces. Ya he pensado que es mejor escribir un libro!
- Oh hágalo tendrá mucho tiempo en el lugar al que va. Yocomprare la primera edición y voy a ir a que me la autografiépersonalmente a la crujía que le asignen en Barrientos. Beba sucafé ¡Jaque mate! Pensé. He enviado mucha gente allí y otrasmás han ido porque creen que no hice bien mi trabajo.. . yademás, les cobre. Cuánto tiempo esperan que dure en eselugar.
- Cuénteme licenciado ¿Cómo fue que sucedió?
Llené mis pulmones lentamente de aire, acompañado derecuerdos, ilusiones y esperanzas para sacarlo secamente conarrepentimiento y dolor.. . creo que se llama suspirar.
- Cumpliríamos veintitrés años de casados por agosto, ellausaría un vestido de domingo con flores en tono marrón ycafé. Apenas lo compre.. . nunca lo estreno, iba a ser su regalo y
lo que ella tenía debajo, el mío. Iríamos a comer a un lindolugar por el sur de la ciudad; bailaríamos buena música,beberíamos buenas copas. Le gustaba el alcohol fino e iríamosa un lujoso hotel a pasar la noche como todos los agostos dehace veintidós años. Siempre fue así, con ligeros cambios parano caer en la rutina, pero en esencia era siempre lo mismo, ella,yo, los besos, las caricias, las maneras, no nos quejábamos.Cuando uno se da cuenta de que no puede tener hijos trata dever siempre el lado positivo en todos lados. Así éramos, sinhijos, con un amor lleno de sexo y mentiras positivas. Sabe enestos días me he dado cuenta de lo podrido y mercadotécnicodel amor y más aun de la cantidad de pendejadas que haceuno cuando está bajo el influjo de ese mal.. . y eso que tengo ya.. . tenía veinte dos años de casado
- Me imagino Lic. Continúe
- Bien, la conocí el aniversario pasado. Era la chica que traía lacomida en el restaurante, la mesera. Siendo una persona conbuen gusto para vestir y que además disfruta el deporte, notengo problemas con las mujeres ¡No los tenía! Creía que lasconocía a todas, que todas estaban para mi disfrute personalsin saber que era yo el que estaba atrapado en sus placeres,dilemas y desdichas. Cuando ella traía las bebidas o loscubiertos o los postres, deslizaba suavemente, sensualmente suentrepierna en mi brazo.. . ella es muy audaz en muchas cosas,hacia todo esto sin que mi esposa lo notara. Ella es muydiscreta cuando se lo propone, el problema fue que no siemprese lo proponía. Cuando estoy, perdón, cuando estaba con miesposa sabía comportarme. Le extendía la silla para que sesentara, no hablaba de manera inapropiada, no fumaba, nomiraba a otras mujeres aunque por dentro les arrancababruscamente la ropa para poseerlas como un animal. En esoscasos tenía que buscarlas unos días después y eso sicoincidíamos en miradas, sonrisas y más, usted sabe. Así comocon esta chica, Nancy.
Mientras pronunciaba su nombre mi mirada se perdió en elsentimiento más hermosoque puede sentir el hombre más desdichado.
- Sí, Nancy Torres Salazar, ya la interrogamos.
- ¿Ella está aquí?
- No, no se desespere. Eso fue ayer. Lleva dos días aquí,Licenciado. Su familia ha pagado muy bien por su protección.Debería usted estar agradecido. Continúe por favor, beba sucafé.
- Entre en el lugar, me senté en una mesa diferente a la queocupamos mi esposa y yo el día anterior. Espere por el
Flores de Jazmín
Al buzón de la Revoltura continúan llegando sus colaboraciones, estimados lectores-escritores. Para este número tenemos tres
escritos de nuevos revoltosos que se aventurarón a participar con nosotros, encuentrenlos en la secciónes del Buzón Revoltoso. Y no
teman a la crítica, al rechazo o a la alabanza, manden todo lo que tengan a [email protected] pues aqui no hay
malo o bueno, aqui nomás hay frenesí letrezco.
Buzón RevoltosoBali
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servicio. Después de unos minutos escuche detrás de mí elcanto de los ángeles, era ella. Suavemente colocaba las yemasde sus lados en mi hombro para iniciar una caricia llena dedeseo que se esparció por todo mi cuerpo. Mi piel se erizó,gire lentamente mi cabeza para hacer contacto con sus ojosmiel. Cuando vi sus labios no pude evitar sonreír y cuandomis ojos por fin se miraron a los suyosdespués de mirarla de pies a cabeza, hice nuevamente el gestode inhalar deseo y hambre de amor para sacarlo con sueños.Le di los buenos días y mi orden. Cuando se fue comencé aescribir en la servilleta serigrafiada del restaurant un versoque improvise en ese momento, aún lo recuerdo:
Si te acaricio con el pétalo de una rosaSe impregna de tu aromaSi a los pasos de tus desnudos pies pongo flores de jazmínEs para ver tus piernas caminar sin fin.
Me atendió bastante bien, no tardó en regresar con mi orden yponer su deliciosa entrepierna en mi hombro, como el díaanterior; me recuerda, pensé. Así que le entregue mi verso ycuando terminé de engullir mi comida, al pedir la cuenta leinvite a salir y todo eso. Salimos mucho tiempo, me la cogí, lecompre cositas, ropa y todas esas chingaderas que les gustan alas mujeres. Incluso la presente con unos amigos en una fiesta,pero hace unos días al llegar a casa cansado, con hambre,sucio, me encontré con mi esposa llorando, sentada en lacocina. Esto es lo que le interesa, Oficial. Me dijo: “hueles a esamujer”. Le dije que no tenía tiempo para sus locuras, que secalle y que me dé de comer. “¡No!” grito ella frenética, “¡que tealimente ella! Te la estas comiendo, ¿no?”. Le advertí que memolestaría mucho, y sus consecuencias. Ya estaba muyirritado. Ella continuo gritando “¡No hay comida para ti aquí!¿Qué no te llena la panocha de ella?”. No sabía que mi mujerconocía esas expresiones. Me dijo que todos nos habían visto,su mamá, amigas, mi mamá, colegas del negocio. Todo estabaen mi contra, decidí ignorarlo unos momentos, creí que secalmaría después de un rato, pero no lo hizo. Enloqueció más,gritaba con más furia, su rostro enrojeció bastante, parecía unaciruela que está por madurar. Me golpeaba agitando suspequeñas y bien ornamentadas manos. Yo le compre esosanillos dorados ¿Por qué me molesta? Collares, aretes, zapatos,todo se lo di yo.
- Incluso la muerte, Licenciado. Cuénteme ese detalle.
- Sí. Comenzamos a perder el control de los gritos, reprochabacosas que yo noentendía. Su cerebro hacía conexiones con recuerdos de haceaños, cosas sin sentido.
- ¿Qué clase de cosas?
- Recuerdos en fiestas familiares, decía que me desaparecía conuna prima mía.
- ¿Eso es cierto?
- Algunas veces
- Necesitaremos el nombre de esa prima suya
- En fin, me dió donde me dolía. Esas acusaciones me llenaronde pena, luego tristeza, y luego ira. La derribe al piso de ungolpe. En un momento había mucha sangre, le rompí la nariz,
creo. Esto había comenzado, ya no podía dar marcha atrás,sabía que ella trataría de acabarme. Tiene familia en el ejército.Cuando quiso levantarse me le monte como una yegua salvaje.Puse mis manos sobre su cuello y comencé a hacer presión,mucha presión. Sus ojos comenzaron a salir de sus cuencas,estaba casi morada, como la ciruela madura. Estiraba suscrispadas manos hacía mi cara, pero sus brazos no eran losuficientemente largos. Se retorcía en mis dedos. Para mí solopasaron unos segundos, para ella debieron ser horas. Melevante sudando, aún inconsciente de la atrocidad que habíacometido. Me dirigí al lavadero, moje mi cara para enfriar micabeza. Mis manos estaban apretadas, no podía mantenermeen pie, gire lentamente mi rostro por la cocina. Había unamancha, una muy grande. Y un bulto. Parecía el cuerpo deuna persona, no podía enfocar bien, no sabía lo que habíahecho.
- Usted la mató, Licenciado.
- Sí, un momento después me di cuenta de eso. Mi cabezaestaba gris, no sabía qué hacer, llamar una ambulancia o almédico familiar, o su familia, la mía. No podía llamar a nadie,porque terminaría en este lugar.
- ¿Por eso la quemo?
- Sí. La enrolle en muchos trapos y ropa de ella. Baje al garajepara abrir la cajuela del Atlantic, que me pareció la másgrande. La metí con mucho cuidado para no lastimarla y cerré.Maneje casi dos horas, no sabía a donde iba ni donde estaba.Al llegar a lo que me parecía un buen lugar, me estacione. Eraun lugar muy solitario. No había casas, solo la luna, el silencioy yo. Comencé a cavar, sentí que lo hice por solo dos minutos;cuando me di cuenta era ya un agujero bastante profundo.Bajé el cuerpo con bastante prisa. Ya no me importó si se podíalastimar o no. Iba a empezar a rellenar cuando se me ocurrió latorpe idea de quemarla. Ordeñé el auto, tenía manguera ytodo lo necesario. La bañe con gasolina y sin pensarlo dosveces arroje muchos cerillos a la vez.
- Cerillos donde trabajaba Nancy
- Quería esperar a que el trabajo se terminara, pero tardabamucho y no quería que me encontraran ahí. Ordeñe una vezmás el Atlantic, arroje el bote lleno de gasolina, corrí al auto yregrese justo por donde vine. Lo demás ya lo sabe usted.
- Si, muchas gracias, Licenciado. Tal vez tenga que hablar conotras personas. No bebió su café.
- Preferiría beber mis orines.
- Todo se cumple en esta vida si se encuentra en los lugaresjustos y en las condiciones óptimas.
Jaque mate una vez más. Por eso estoy en esta situación, poractuar y hablar sin pensar.
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por la RedacciónCosa extraña en un hombre, o quizá única, como un privilegio,es nacer y morir el mismo día en el calendario. William
Shakespeare (1564-1616) fue uno de los dramaturgos másimportantes, reconocidos y leídos por los amantes de la literatura. El23 de abril fue la fecha elegida por este hombre para ir y venir delmundo físico. Varias fueron las piezas trágicas y cómicas que noslegó este inglés, quien bien supo plasmar la condición humana ensus dramas, dejando al descubierto el ambiente tras bambalinas dela época. Pero no sólo fue el drama lo que motivo a este hombrede letras, ya que también podemos leer sus más de mil versosen el poema “Venus y Adonis”, así como sus decenas desonetos. No muy lejos de aquellas geografías, coetáneo deShakespeare, Francis Bacon, también inglés, quienmuriera un 9 de abril de 1626, fue un filósofo quedebatiera acerca de los métodos y razonamientos, si esque los hubo, en la filosofía medieval. Bacon dio pasoa que muchos pensadores posteriores utilizaran sumétodo inductivo para acercarse a la verdad, esto através de razonamientos a través del análisis y laexperiencia general y particular. Por aquellas mismasépocas, en la segunda mitad del siglo XVII, aun en la épocavirreinal, fallece en México Juana Inés de Asbaje, el 17 de abril
de 1695. Mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, estagran mujer fue una de las representantes poéticas másreconocidas de México hasta la fecha. Su gran acierto fue elamor por la lectura y la escritura que tuvo desde pequeña,el cual la orilló a plasmar sus sentires y pensares en susgrandes sonetos, redondillas y demás mediciones poéticasde la época de los siglos de oro en España y la Colonia.Siguiendo en la línea femenina, encontramos a másmujeres de gran calidad literaria. Primeramente nosencontramos con la británica Charlotte Brontë, nacida un21 de abril de 1816, quien en sus novelas mostrara un claroromance con la época y su marcado feminismo, el cual fueraartífice para varias escritoras posteriores. Cambiando detiempos y espacios, encontramos a la mexicana Antonieta
Rivas Mercado, quien tiene como hermana a la victoria aladaubicada sobre la avenida paseo de la Reforma, en la Ciudad deMéxico. Esta gran mujer, nacida un 28 de abril de 1900, en plenoindicio de la Revolución mexicana, fue una importante promotoracultural de aquellos años, convirtiéndose en mecenas de muchosescritores de la época como Novo, Villaurrutia, Montenegro,Clementina Otero, por mencionar algunos. Una cabal feminista,Antonieta apoyó la candidatura del eminente José Vasconcelos, buscandopromover el voto a la mujer, así como una educación y respeto igualitariohacia ellas. No obstante, tras la supuesta victoria de Calles en lapresidencia de México, y debido a sus problemas con su antigua pareja,debe exiliarse en Francia, donde tras una fuerte depresión, ydecepcionada por la política y la sociedad mexicana, decide dar fin a suvida disparándose en la catedral de Notre Dame en la Francia de 1931.Paralelo a la época y el territorio, el pintor y poeta José Juan Tablada, nace enla Ciudad de México el 3 de abril de 1871. Este hombre de artes fue quien, trasun viaje a Japón, mezclara el occidentalismo literario de aquellos años,heredando a la cultura hispana los haikus y los caligramas. No muy lejosencontramos al peruano Cesar Vallejo, quien después de fallecer un 15 de abril
de 1938, dejó una nueva forma de escribir poesía, sin orden alguno que laobligara. Rompiendo completamente con el modernismo, Vallejo escribió susversos sin pedir permiso ni aceptación de nadie; siempre del lado humano, delrespeto y la fraternidad, la poesía de este hombre fue clave en las futuras
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por la Redacción
generaciones que siguieron rompiendo esquemas. Años mástarde, marcando el calendario 6 de abril de 1940, nace enMichoacán el prolífico poeta Homero Aridjis, quien hasta lafecha sigue deleitándonos con sus ensayos y análisis de lacoyuntura actual. Amplio defensor del medio ambiente, Aridjis
es parte de la cultura viva que aún le queda a México, y esmenester conservar sus ideas y anhelos.Volviendo al ámbito femenino, encontramos a dosexcelentes y talentosas mujeres latinoamericanas de laliteratura. Por un lado tenemos a la poeta uruguaya Idea
Vilariño, nacida en 1920 y fallecida el 28 de abril del
2009. Eterna enamorada de quien según ella nuncadebió enamorarse; Juan Carlos Onetti fue el personaje que
inspirara la mayoría de la poesía de Vilariño. Su encuentro con elamor frustrado, falsamente ilusionado, la lleva a escribir suanhelo por cortar ese haz de espadas que es la vida, hasta quetodo acabe y no duela más. Por otra parte, un poco más abajo en elmapa, nace el 29 de abril de 1936 en Argentina Alejandra
Pizarnik, quien se destacara de igual manera por su habilidadpoética, introduciendo en la mayoría de sus versos temas quehablan de la muerte, un espíritu rebelde que toca el surrealismo consus versos. Dos grandes poetas ellas a las que vale la pena leer yvolver a leer. Siguiendo en la línea de los escritoreslatinoamericanos, ya para el año de 1953, en Santiago de Chile, naceRoberto Bolaño el 28 de abril, quien tuviera que salir de su país trasla dictadura para llegar a México donde fue coparticipe delmovimiento poético de los infrarrealsitas. Nunca conforme, estuvo
viajando por varios países de Centroamérica, dejándonos una grancantidad de obras en las que es evidente su filiación política.Alejándonos un poco de la realidad para dar paso a eso que muchosescritores utilizaron e implementaron, y que osaron en llamar lo realmaravilloso, encontramos en Alejo Carpentier a uno de sus másvastos exponentes. El cubano quien falleciera un 24 de abril de 1980,nos dejó realmente maravillados con sus relatos con tintes históricos ysus grandes notas musicales. Dedicado y consagrado como musicólogo,Carpentier supo de manera magistral combinar la música con laliteratura y la historia, haciendo una mezcla exquisita por extravagante.Historias barrocas las que encontramos en los libros de este hombre y quebien vale la pena conocer. Regresando a la realidad, al modernismo, alconsumismo y toda la barbarie social que representa el progreso, aún nonos reponemos de la lamentable noticia de aquel 13 de abril del 2015. Hanpasado dos años y el golpe anímico, la tristeza, el enfado, siguen presenteen nuestro día a día. Desde que se fue el poeta uruguayo Eduardo
Galeano, no dejamos de recordarnos día con día que este hombre, granpensador, y sobre todo crítico, no logró ver el colapso de una civilización
que tantas veces atacó y despreció por considerarla ajena a la condiciónhumana. Este hombre que vivió de cabeza en un mundo patas arriba, nos legó
un vasto reconocimiento de la sociedad actual y su problema con el desenfreno yla enajenación, por lo que resulta imprescindible en nuestro catálogo cultural. Porúltimo, y regresando un poco el tiempo, nos remontamos al 8 de abril de 1911 enRumania, donde naciera Emil Cioran, filósofo, ensayista y sobre todo nihilista,declarado apátrida, este hombre rompió con la concepción de la vida humanapara declararla un completo vacío, un sino de preguntas y respuestas a las que élmismo daba soluciones y aberraciones. Cioran se caracterizó por su pesimismo ysu idea funesta de la vida, llevando la duda del existencialismo más allá delpensamiento. Sin duda alguna todos y cada uno de los escritores y las escritorasaquí mencionadas valen la pena ser conocidas y reconocidas. Si aún te falta porleer a alguno de ellos, no demores más y corre a la biblioteca, o a la librería máscercana y busca sus letras, sus ideas, sus pensamientos, sus tiempos. Porquesiempre es maravilloso entablar conversación con todos aquellos que tienen algoque decirnos.
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El cañón R9-11 salió desde el fondo del escenario, sus seis
metros de largo se posaban ante el asombro de más de cien
espectadores, que asombrados veían sus descomunales
dimensiones, las luces lo bañaban embelleciendo sus tonos blanco
y rojo en rayas verticales, en la punta se dibujaba un arillo
plateado alumbrado por pequeños focos de todos los colores, la
boca del cañón apuntaba al techo de la esplendorosa carpa del
Circo Hermanos Gasca.
Ocho bailarinas con una vestimenta de azafatas de alguna
aerolínea y gorro de aviador hacían dos filas en el escenario, sus
cortas faldas de lentejuela azul entallaban la finura de su cuerpo,
en cada mano llevaban una linterna que movían al ritmo de la
coreografía.
La voz oficial del circo se escuchó con gran talante y desenfreno:
— el circo Hermanos Gasca se complace en presentar a un hombre
disparado por un cañón, el último de los hombres bala.. . Israel
Gasca —, el cual salió con una vestimenta ajustada con las mismas
tonalidades del cañón. Caminó entre las bailarinas hasta llegar al
frente del escenario, saludó como los grandes pilotos de aviación a
la concurrencia que aplaudía y silbaba, que gritaba y ondeaba las
manos, los niños boquiabiertos miraban embelesados, hechizados
y maravillados por aquel hombre que estaba a punto de salir
volando desde el fondo del cañón. Toda la parafernalia esta
desbordada, el estruendo de la música plagaba de éxtasis la
atmosfera, la energía del público se hacia notar desde sus lugares,
las bailarinas sonreían con júbilo y entusiasmo, las luces bañaban
la pista e iban de un lado al otro destellando y haciendo lunas
policromáticas en toda la carpa, la red de seguridad pendía de
unos postes en espera del vuelo frenético de “el hombre bala” que
se dirigió valeroso, audaz e intrépido a su encuentro con el cañón.
Auxiliares del circo colocaron una escalera para que Israel Gasca
subiera a una plataforma colocada encima de una grúa con sirenas
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Buzón RevoltosoLuis Salgado
Qirox-Rieder
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que salpicaban luz a cada giro, sobre la plataforma se erguía la
base del R9-11, desde ese punto “el hombre bala” escalaba el
cañón, tambores con redobles acompañaron su camino hacia la
punta, el nerviosismo acrecentaba, algunas damas apretaban
sus labios y juntaron ambas manos en posición de rezo
colocándolas en su frente agachando la mirada, la mayoría de
los caballeros gritaban y silbaban alborozadamente, media
docena de niños preferían no ver lo que sucedía, mientras otros
tantos se colocaban al filo de sus asientos con las cuencas de los
ojos a punto de reventarles.
“El hombre bala” llegó a la punta de cañón, levantó su mano
derecha haciendo una señal con el puño cerrado, el
presentador dijo que todo estaba listo, los tambores
repiquetearon con locura y se introdujo con habilidad en la
boca, bajó hasta el fondo precedido de una cuenta regresiva.. .
cinco.. . cuatro.. . tres.. . dos.. . uno.. .
Aquella noche “el hombre bala” se encontraba saciado en su
camerino, había llevado a cabo un gran vuelo y los asistentes al
circo quedaron satisfechos, colapsados, entregados totalmente
con su acto, sentía el aire aún en su rostro y el camino que
recorría desde la boca del cañón hasta la red de seguridad le
parecía estar lleno de nubes que surcaba, que rompía y
traspasaba una a una con su cuerpo de aeroplano, para él el
vuelo duraba lo que dura el más alucinante sueño nocturno, lo
que tarda una oruga en volverse mariposa y lo que tarda un río
colmado de agua en secarse, pese a que solo unos segundos
duraba la trayectoria.
La puerta de su camerino fue tocada desde afuera
interrumpiendo sus cavilaciones, se levantó para abrirla, al
girar las bisagras se dejó ver en el marco a la hermosa Isabela,
la contorsionista que era capaz de girar treinta aros en su con
su cintura, hacer de goma su cuerpo para realizar un sin fin de
posturas y cautivar con su belleza y talento al público. Isabela
entró y al cerrar la puerta se colgó del cuello de Israel, un beso
apaciguó a la pareja que se abrazaba en una postal idílica y
poética.
Isabela lo felicitó por su acto y se derramó en elogios para su
amado, que la escuchaba y la miraba contemplando cada
finura de su rostro, sus ojos lo embrujaban, tenían el color del
plumaje de los colibríes.
—Hablé con tu primo Raúl para que cambiara la categoría de
tu seguro de vida, también para que aumentara el monto de
indemnización en caso de cualquier accidente —. Dejó caer un
folder con los documentos del seguro en el tocador, el espejo
dibujaba a la pareja observándose de frente, Israel no opinó
nada sobre el asunto e Isabela olvidó mencionar que ella había
quedado como beneficiaria del seguro, la pareja se tumbó en el
sofá y “el hombre bala” surcó otras nubes, otros cielos, otras
aguas y se embriagó del susurro cadencioso de la
contorsionista.
Dos años atrás llegó al gran circo Hermanos Gasca el cañón R9-
11, maquilado y armado en Minnesota, Estados Unidos,
adquirido por Raúl Gasca primo de Israel. El cañón mide casi
diez metros de largo, se alza a una altura de once metros desde
su plataforma montada sobre una grúa especial, el hombre que
sale disparado desde el fondo recorre una distancia de
veinticinco metros para llegar a la red de seguridad que lo
atrapaba y le impide caer directamente al piso. Un sistema de
cilindros con aire comprimido se activan por medio de
válvulas electrónicas que impulsan el mecanismo por el cual
sale disparado el individuo, un petardo artificial estalla solo
para simular una detonación y darle más espectacularidad al
acto, en realidad jamás se expone al fuego a ningún artista. El
acto estaba pensado para que lo realizaran los trapecistas, entre
ellos, Ricardo, el más diestro en los columpios, capaz de surcar
distancias intrépidamente con giros vertiginosos en el aire, de
gran musculatura, agilidad y adiestramiento únicos que lo
hacían sobre salir de los demás, sin duda el más capacitado
para realizar el acto. Raúl le pidió a Ricardo que se entrenara
para salir disparado del cañón y junto con los técnicos que lo
trajeron desde Minnesota se encargara de montarlo y
capacitarse para ello. Ricardo así lo hizo, durante un mes se
capacitó para el acto, participó en el montaje del cañón y le
explicaron cada parte del mismo, su mecanismo, el servicio
que tenían que darle cada cierto tiempo y cada una de las
piezas del mismo, pasado ese lapso los técnicos que vendieron
el cañón al circo Hermanos Gasca partieron a su país.
Todo estaba listo para el estreno del acto de “el hombre bala”,
pero por una extraña razón que nadie se explicó jamás Ricardo
renunció a ser el protagonista del acto, habló con Raúl Gasca y
llegaron al acuerdo de que capacitaría a alguien más para el
número, después de todo nadie podía obligarlo y la
responsabilidad era demasiada, nada más y nada menos que se
jugaría la vida el hombre que saliera volando, así que la
decisión tenía que tomarse con mucha cautela. La
preocupación estaba al borde del colapso en el circo, Raúl se
devanaba los sesos pensando en quién podía realizar el acto.
Una tarde después de los ensayos llegó Israel hasta el camerino
de su primo, entró sin anunciarse, rompiendo toda regla de
cortesía, se paró frente a su escritorio y sin más, carraspeó la
garganta, esperó a captar su atención y le dijo: — Quiero ser “el
hombre bala” —. Raúl lo miró perplejo, inmóvil y con cara de
circunstancias, después de unos segundos rompió el mutismo
soltando una carcajada. Hablaron largo rato.
Israel formaba parte de los trapecistas, no era catalogado como
uno de los mejores pero siempre mostraba gallardía y gran
esmero en los ensayos y entrenamientos, su corta edad y su
rostro agraciado de niño tierno eran sus cualidades principales,
su cuerpo escueto y enjuto no se comparaba con el físico
marcado de Ricardo que lo rebasaba no solo en eso sino en
años de experiencia en el trapecio. Después de una acalorada
charla, Israel expuso un sin fin de motivos rogando por la
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oportunidad de ser “el hombre bala”, Raúl aunque renuente,
decidió darle la oportunidad y lo mandó de inmediato a
capacitarse con Ricardo que se mostró hostil al entrenarlo.
Cada día era un suplico para Israel, los entrenamientos eran duros,
los ejercicios lo molían de forma sebera, fue adiestrado en lo físico
y poco le mostró Ricardo sobre el funcionamiento técnico del
cañón, ni del mantenimiento, mucho menos de la función de cada
una de las piezas, Israel se mostraba impaciente, manifestaba su
ímpetu por subirse al cañón y hacer la primera prueba para salir
disparado surcando el aire hasta llegar a la red de seguridad.
Isabela la contorsionista, novia de Israel veía los entrenamientos
cada tarde, no podía evitar admirar y quedar hipnotizada por el
porte y galanura de Ricardo, él le lanzaba miradas traviesas y
sonrisas mustias, haciendo el sublime juego del coqueteo amoroso.
Israel se concentraba cien por ciento a su entrenamiento y no veía
el perverso juego que se hacía frente a él.
Así los días pasaron, Israel se entrenó en el acto del cañón, siguió
cada consejo y aprendizaje sobre este, se volvió más ágil, trabajó la
resistencia de su cuerpo, la condición física y la concentración. A
su vez, el amor clandestino acrecentaba entre su novia Isabela y su
entrenador Ricardo, era un juego perverso de citas furtivas, de
besos vedados, de pasiones siniestras en cualquier escondite
dentro y fuera del circo.
Comenzaron a debatirse entre lo que podía pasar si los
encontraban juntos y todas vicisitudes que conllevaría ello, seguro
que Raúl, director del circo Hermanos Gasca, los echaría sin más,
en estos tiempos en que la ley que refiere a la prohibición de
animales en los circos, muchos cerraron y quedaron en la banca
rota, así que sería difícil colocarse en uno, y en el que estaban era
de gran renombre y hacían giras tanto nacionales como
internacionales, así que antes de marcharse a vivir su
desmesurada pasión tenían que asegurarse un buen futuro.
El esperado acto de “el hombre bala” se estrenó con gran éxito en
la carpa, Israel se sintió satisfecho con su actuación y sintió algo
mágico e indescriptible, una fascinación trepidante le recorrió todo
el cuerpo, sentir las luces, los gritos, los aplausos de la gente y él
como protagonista único de esas emociones desbordadas. Pasaron
muchos meses, Israel y el cañón se hablaban de frente, susurraban
sus miedos y los desechaban a cada vuelo que era un aprendizaje
para ambos, surcar el viento una y otra vez como haciendo el amor
entre nubes vapor tibio, entre matorrales cálidos de aroma fresco,
altos como los de un roble de décadas, compartían los aplausos y
la red que sostenía el vuelo era la cómplice idílica de cada función.
El cuerpo de Israel era una autentica bala que salía de la boca del
imponente cañón, su cuerpo se erguía surcando los veinticinco
metros de recorrido como una flecha rapante que sale directo al
blanco, cada disparo del cañón era un éxito y se ganó el respeto de
su primo Raúl y el de todos los artistas del circo, el público lo
aclamaba desaforadamente.
El circo Hermanos Gasca partió a Cali Colombia, al Valle de Lilí,
ahí celebrarían el lanzamiento número cien de “el hombre bala”,
con gran júbilo y excelsitud fue anunciado el acto. Aquella noche
el circo se encontraba desbordado en la butacas, la gente quería ser
participe del vuelo cien de aquel hombre que rompía el viento con
su cuerpo y que desafiaba a la muerte a cada disparo. Ricardo e
Isabela tenían su propio festejo, su propio plan, su propia función,
Ricardo visitó el camerino de la contorsionista dejando dos boletos
de avión en su tocador, la miró a los ojos con una decisión
inamovible, con una seguridad irrefutable, — En la salida nos
espera un taxi —, sentenció antes de salir. Isabela tomó los boletos
y los guardó en una mochila junto con un folder que contenía los
papeles del seguro de vida de Israel. Ricardo se dirigió al cañón,
era el encargado de vigilar cada punto antes de que se realizara el
acto, a fin de cuentas el lo instaló y se preparó para ello con los
técnicos del extranjero, ajustó tornillos y arandelas, lubricó
válvulas e inspeccionó los dispositivos electrónicos, todo estaba
maliciosamente listo.
“El hombre bala” salió encrestado al escuchar la música que
anunciaba su acto, caminó entre las bailarinas como cada noche,
sonrió con su risa de sol matinal, saludó con entusiasmo a la
concurrencia y partió a la boca del cañón. Los tambores y las
gradas reventaban, las luces oscilaban en un ir y venir delirante, el
nerviosismo se acumulaba provocando energía cataclísmica como
un asteroide lleno de pedazos de estrellas.
“El hombre bala” llegó a la punta de cañón, levantó su mano
derecha haciendo una señal con el puño cerrado, el presentador
dijo que todo estaba listo, los tambores repiquetearon con locura y
se introdujo con habilidad en la boca, bajó hasta el fondo
precedido de una cuenta regresiva.. . cinco.. . cuatro.. . tres.. . dos.. .
uno.. .
Al salir disparado sintió el aire golpear su rostro, era un aire
diferente al que había sentido en anteriores disparos, era un aire
frío, montuno, taciturno, un aire bucólico y lapidante, pudo
observar desde esa altura a Ricardo y a Isabela dirigirse de la
mano a la salida, él le pintó una risa satírica de demonio, ella
levantó su delicada mano ondeándola, giraron sin mirar atrás.
Israel voló solo quince metros aquella noche a una altura de once
metros sin poder llegar a la red de seguridad, su cuerpo cayó en la
pista ante el asombro del público que por unos segundos
quedaron mudos y perplejos ante lo que sus ojos observaban,
aquel vuelo número cien, será recordado por el circo Hermanos
Gasca, por que en una noche de función perdió a sus tres mejores
artistas en un capricho desenfrenado.
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A mi corta edad puedo decir que estoy muriendo lentamente,
como casi todos los habitantes de este planeta, pero esa lentitud
mortuoria no evitará que mi paso sea preciso y constante. Yo tomo las
riendas de mi caballo, como un centauro voy llevando mis pasos por
senderos maravillosos, algunos pantanosos, otros desaforados y uno
que otro inexistente. Tratando de esquivar los obstáculos y las
negligencias que se oponen al camino, voy sorteando todo tipo de
encuentros y desencuentros, siempre con el anhelo de salir avante, y
aunque sea derrumbado, siempre es bueno levantar los escombros,
ver qué queda intacto, qué se debe arreglar y qué debemos desechar
sin chistar. Pero hay ciertos obstáculos que no cesan, y que nos quitan
las armas, el tiempo, incluso la fatiga, el enfado y hasta el olvido, ¿o
era la memoria? No lo sé, pero esas dulces y rasposas piedras que nos
hacen trastabillar, como salidas de la tierra, engendradas por ella, son
tan deliciosas, tan bellas como las musas que inspiran al poeta a
deshacerse de sus pieles y plasmarse con las entrañas.
Más de diez años han pasado desde que tropecé por primera vez con
ellas, y por más que las esquivo no dejan de salir, como topos en un
juego de niños que buscan burlarse de mí y mi inútil intento por
deshacerme de ellas. Pero son tan deleitantes estas piedras, que
resulta imposible dejar que te golpeen directo en la cara, que te
aturdan con su licor al romperse dentro de ti, y que te devuelvan a la
irrealidad de lo real con una linda resaca, a veces con una amnesia de
la cual no sabes si volverás. Podemos comparar esta relación tortuosa
con la de hombres y mujeres, o mujeres y mujeres, incluso hombres y
hombres, la combinación es lo de menos, pero es una buena analogía
el pensar que mi relación con las piedras es como las relaciones de
pareja que no cesan de pelear. Discuten y discuten una y otra vez,
para al final terminar abrazados, perdonándose las palabras fuertes y
los malos entendidos, asegurándose que es la última vez que sucede
algo semejante.
Pero no, yo no soy tan hipócrita. A mí me gusta ser vapuleado por la
piedra en mi cabeza, en mi inconsciente, incluso en mi organismo; yo
no le lloro a la piedra que me tumbó, ni le reclamo su falta de tacto, ni
su dulzura o amargura en exceso. Acarició mi piedra como el filósofo
a la roseta, no en busca de sabiduría, sino en busca del olvido, ese
olvido que te blanquea la memoria y elimina toda la mierda que se
estanca en los canales de tu cerebro. Sin embargo no es suficiente, ni
mucho menos eficiente este método. Y como aún no he podido
encontrar uno más confiable, seguiré buscando piedras en el camino
con las cuales limpiar mis engranes oxidados por tanta decadencia
impregnada en el aire; seguiré siendo consumido por la corrosión del
olvido mientras vibra el choque de las piedras que caen por mi boca,
saciando mi sed de esperanza, de triunfo, de anhelos.
Bienvenidas las malnacidas frutas de la tierra, las que tienen el
veneno de la verdad en sus entrañas, las que libertan condenados
encadenados. Dulce veneno el que ha de darnos muerte, una muerte
electrizante, vibrante desde su nacimiento hasta su concepción. Es
por eso que el paso es preciso y constante, para llegar en buen
término al destino último. Entonces por qué no disfrutar ese camino,
y que mejor que hacerlo con esos licores que nos regala la tierra que
parió la semilla de vida, y embriaga con su simiente a todo cuanto osa
en probar su manjar. Mi camino será plagado de piedras que pateo y
que me golpean de vuelta; la física básica de acción reacción. Por ello
es mejor estar en constante movimiento, desempolvar los sentidos y
aclarar las ideas, llevarse por los aires etéreos y por el éter de los
líquidos.
Poemariopor Mikhell
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L a Revoltura les trae en el número de este mes, el inicio de una
saga de artículos que expondrán a sus ojos, literatura e historia
retirada y guardada deliberadamente al humano contemporáneo.
En esta primer entrega, maravillense con los encuentros de lasexploraciones de reconditos pasajes al Nuevo Continente.Pasmos provocados por seres de colosal envergadura queatraen los ojos de curiosos y los oidos de fisgones. Vistos porojos extranjeros por vez primera en los siglos XV y XVI, lespersiguieron y aniquilaron, no solo con violencia, sino con lanumerosa cantidad de gérmenes y virus que en sí llevaban losconquistadores. Sepa usted también que no solo fueronextranjeros los aniquiladores pues tribus locales vecinas siglosantes los sometieron sin piedad. Estos humanos, estos seres,no son sino ancestros perdidos y olvidados. Por lo tanto,reproduciermos en el presente artículo algunos de los reportesliterarios que fueron publicados en las bitacoras de viajes yciencia de la época, que daban crédito a lo presenciado porsus sentidos.
Comencemos desde el sur de nuestro continente, cuando elexplorador holandes Sebald De Weert, a quien se le atribuyeel descubrimiento de las Islas Malvinas, menciono elavistamiento de gigantes desnudos remando en botes cuandocruzaba el estrecho de Magallanes. Ya en tierra, el capitan DeWeert disparó y mató a tres de ellos, mientras los demásgigantes arrancaban arboles junto con sus raices paradefenderse de los disparos y contraatacando. Su tropaholandesa tomó cautivas a una madre con sus dos hijas enTierra del Fuego, pero cambiarón de opinion y decidierondejar a la madre y a la hija menor, por lo que solo se llevarona la primogénita hacia Europa, en donde murió a los pocosdías. Dichos avistamientos de gigantes no eran inusuales en laépoca pues el mismo Magallanes los observo en su paso porel estrecho de San Julian en 1520.
También al sur del continente pero más cerca del Ecuador, elflorentino Amerigo Vespucci (mercader, explorador ycartógrafo, quien fue el primero en afirmar que estecontinente no comparte de ningun modo región alguna con elcontinente Asiatico, razón por la cual un cartógrafo alemán,Martin Waldseemüller, propuso llamar al nuevo mundo conel nombre de pila de su colega italiano) en su segundo viajepor el nuevo continente encontró varias aldeas nativas de lascuales el y sus hombres salian victoriosos. Continuando suviaje se dirigieron por mar a una isla que se encuentra a 15leguas del continente. A esa isla hoy se le conoce comoCuraçao, tierra venezolana. Ahi, Amerigo nos cuenta: "Trascaminar poco más de dos leguas llegamos a un poblado dealrededor 20 casas, en la cual había 7 mujeres que eran tanaltas que no había ninguna de ellas que no fuese almenos unpalmo y medio (30cm) más alta que yo. Cuando nos vieron seasustarón mucho,
y la mujer lider, quien lucia como una mujer discreta, nos guiócon señas hacia una casa en la cual nos prepararón refrigerios.Las mujeres eran tan grandes que estabamos determinandollevar tres de ellas para nuestro rey; pero mientras debatiamoseste asunto, 30 gigantes entrarón en la casa donde estabamosbebiendo. Cuando ellos entraron, algunos de nuestroshombres estabn tan espantados que temieron por sus vidas,pues los hombres traían enormes arcos y flechas, además delas inmensos bastones en forma de espadas". Pero como vieronque los europeos eran pequeños en estatura intentaronconversar con ellos para aprender quienes eran y de dondevenían. Los exploradores les respondieron con señas ypalabras que eran hombres de paz y solo con la intención dever el mundo. Finalmente los europeos decidieron volver pordonde habían llegado, los gigantes los acompañaron hasta laplaya, donde los vieron abordar sus barcos.El famoso Capitán Cooke también escribió en su bitacora nosolo los avistamientos, sino que logró capturar a uno de ellos,
Los Gigantes delContinente Americano
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La Saga del Sigilopor la Redacción
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el cual logró escapar tras romper las sogas que lo sujetaban almastil y se aventó a la mar. En 1767 el Capitán John Byronpublicó un libro tras su retorno de un largo viaje alrededor delmundo titulado"Voyage Round the World in His Majesty'sShip the Dolphin" en el cual dice ponerle fin a la disputa quepor más de dos siglos ha subsistido entre geógrafos, enrelación a la existencia de una tierra con gente de muy largaestatura, que ahora, dice, con el testimonio de la flota a bordodel Dolphin pueden dejar sin lugar a las dudas.
Más al norte del continente, otro ejemplo claro y certero es eldel Fray Diego Duran, quien llegó desde España a lo queahora es México en 1542. Vivió entre los aztecas y entrevistó amuchas tribus del nuevo continente durante 32 años. Escribióla historia de México, desde sus origenes hasta la conquista yla sujeción a manos españolas. En ella cuenta que Los aztecasle mencionaron batallas de seis tribus (Xochimilca, Chalca,Tecpaneca, Colhua, Tlahuica y Tlaxcaltecas) venidas de Aztlanen el 902 A.C. que llegarón al valle de México y tomarónposesión de las tierras. Ahi habitaban dos pueblos, losChicimecas -tribu salvaje y cazadora- y los Quiname -quesignifica hombres de gran estatura-. Esta tribu de gigantes eransimples cazadores que comian cruda la carne de sus presas,además carecían de sofisticación en su civilización, eran pues,salvajes. Habitaban principalmente en las tierras que hoy seconocen como Tlaxcala, Cholula y Huexotzingo. Pero fueronderrotados con artimañas, traición y engaño a manos de losinvasores de Aztlan. De igual manera, como lo relata elexplorador holandés en sus viajes por la patagonia, losgigantes de la américa central arrancaban los arboles con lafacilidad que uno desprende un nabo, y así intentaróndefenderse, pero al final, fueron asesinados. Podemos cotejartales afirmaciones con las notas dejadas por Bernal Díaz delCastillo, hombre que lucho en las filas de Hernan Cortésdurante la conquista y quien escribió una excepcional yprecisa narrativa de las campañas. Escribió en 1519 tras lavictoria sobre la ciudad de Tlaxcala lo siguiente: "Ellos nosdicen que sus ancestros les contarón que hombres y mujeresmuy altos con enormes huesos habían habitado una vez entreellos, pero porque eran gente muy mala con costumbresmalvadas habían tenido que pelear contra ellos y matarlos, yaquellos que quedaron vivos perecieron más tarde. Y paramostrarnos cuan grandes estos gigantes habían sido, nostrajeron el hueso de una pierna, el cual era muy ancho y tanalto como un hombre actual, ese hueso era de la cadera a larodilla. Me medí junto el y era tan alto como yo, aunque soyde una altura razonable." De igual manera Bernardino deSahagun menciona en sus -12 volumentes de la historia delMexico- a los gigantes Quiname. Jose de Acosta menciona ensus memorias que en 1586 se encontró enterrado en una de sushaciendas el esqueleto de un gigante, cuyo diente era deltamaño del puño de un hombre, y lo demás era de tamañoproporcional a esto.
En tierras ahora norteamericanas también los hubo. Porejemplo en 1519, Alonso Alvarez de Pineda, lider de unaexpedición que buscaba un estrecho en Florida, encontrogigantes a lo largo del Rio Mississippi, no muy lejos de dondese une con el golfo de México. Estos nativos se comportaronamigablemente con el explorador por lo que este se quedo 40días entre ellos. Hizo también notar en su bitacora que teníancomida en abundancia y usaban muchos ornamentos de oroen sus bocas, cuellos, naríz y otras partes del cuerpo, que,presumiblemente, encontraban en los rios aledaños. Dichos
gigantes llegaban a medir entre 11 y 12 palmos de altura (250-300cm). Al continuar su exploración y tras no encontrar elestrecho, redirigió el rumbo y fue encontrando lugares quehoy se conoce como Alabama, Louisiana y Texas. En losbordes de este ultimo, hoy conocida como Bahia Matagorda,encontro a otros gigantes llamados Karakawas. En un reportedel Buró Americano de Etnología, el linguista y antropólogo,John R. Swanton, describe a estos hombres como "muy altos ybien proporcionados.. . su cabello es extrañamente grueso ytan largo que llega hasta la cintura. La agricultura no espracticada por estos Indios, su comida la obtienen del agua,de la caza y de la flora, y en casos extremos, carne humana.Pues como muchas de las tribus texanas, son canibales. Viajanen canoa y tienen refugios subterraneos. El aplanamiento desu cabeza y los tatuajes son practicados comunmente. Poco sesabe de su estructura de gobierno excepto que tienen un jefecivil y uno de guerra". Evidencia de tribus no canibales degigantes ha sido encontrada en Montana, Ohio, Alabama,Carolina del Sur. En San Francisco tambíen fueron avistadospor Sir Francis Drake, un navegante y capitán inglés quienllegó a ser el segundo al mando de la flotilla Britanica contrala Armada Española en 1588. También el explorador Pedro deCastañeda encontró más tribus de gigantes en Colorado,llamados Yuman. Otros ejemplos se son el de CharlesDebrosses, que en 1756 en la costa de Port Desire encontrógigantes de más de 3 metros de altura, él mismo midió lashuellas dejadas por uno de ellos, las cuales eran 4 veces másgrande que las de un hombre ordinario.
Mucha de la evidencia encontrada en aquella época ahora estáperdida. O mejor dicho, la perdieron. Por ejemplo, en febrero 3de 1909 se publicó en el New York Tribune el hallazgo de queen Ixtapalapa, un pueblo (en aquel entonces) cerca de laciudad de México, se había encontrado enterrado un gigantede tamaño extraordinario (casi 4 metros). El alcalde deentonces, Romulo Luna, se llevo el esqueleto, el cual seconservaba completo, excepto el cráneo, y dijo, lo entregaría alMuseo Nacional en cuanto el cráneo fuese encontrado. Sinembargo no hubo seguimiento y no se sabe más de aquelhallazgo. Otro caso es el de un esquelo gigante momificado(entre miles) que se encontró en San Diego en 1895. El cual fuevendido al museo Smithsoniano por 20,000 dls. Tras habersido declarado auténtico por especialistas en el ramo, fueenviado a Washington D.C. solo para ser deshechado despuéspor el gobierno norteamericano reclamando que era falso.Hoy día se desconoce quien tenga dicho esqueletomomificado.
Se requieren de libros (que los hay) para relatar cada historia yanécdota mencionada acerca de los gitantes a lo largo de lahistoria del continente Americano. Por lo que ustedes podránprofundizar en el tema si se aventuran a hojear y entrar ensiguientes libros y links de donde nos apoyamos para elpresente articulo. Porque es menester conocer nuestra historiaa través de la literatura del pasado, observar sus aciertos yrepertirlos, señalar sus errores, no olvidarlos y aprender deestos. Pues es usualmente olvidado que la conquista de estastierras y su historia han sido silenciadas y editadas.
Edward J. Wood. (1868) Gigantes y Enanos.Bernal Diaz, Historia verdadera de la Conquista de Nueva EspañaJoseph de Acosta, (1590) Historia Natural y Moral de las IndiasFray Diego Duran, (1880) Historia de la Nueva españa, Los gigantes de México.Castaneda, (1940) Expedition of Coronado.Hodge, (1971)Handbook of American Indians North of Mexico, Part I
http://www.bibliotecapleyades.net/gigantes/GiantsNAm2.html
http://s8int.com/phile/page54.htmlhttp://s8int.com/giants1.html
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