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OBRAS COMPLETAS DE JUAN RUIZ DE ALARCON I TEATRO Los Favores del mundo. La Industria y la suerte. Las Paredes oyen. El Semejante a sí mismo. La Cueva de Salamanca. Mudarse por mejorarse. Todo es ven- tura. El Desdichado en fingir. Los Empeños de un engaño. Edición, prólogo y notas de AGUSTÍNMILLARESCARLO Introducción de ALFONSOREYES D FONDO DE CULTURA ECONOMICA MÉXICO-BUENOSAIRES I"

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OBRAS COMPLETAS DEJUAN RUIZ DE ALARCON

ITEATRO

Los Favores del mundo. La Industria y la suerte. LasParedes oyen. El Semejante a sí mismo. La Cuevade Salamanca. Mudarse por mejorarse. Todo es ven­tura. El Desdichado en fingir. Los Empeños de un

engaño.

Edición, prólogo y notas deAGUSTÍNMILLARESCARLO

Introducción deALFONSOREYES

DFONDO DE CULTURA ECONOMICA

MÉXICO- BUENOSAIRES

I"

1020 ADDENDA Y CORR:IGENDA

2822-2873.-¡ah, crüell Vete, por Dios ... / en darle fin lo mejor. Redondillas.Véase "La versificación", ZA.

Algunas erratas importantes se han salvado en las notas al texto. Ténganse encuenta, además, las siguientes: Pág. l l O, Jín. 15; dice: "Acto IH. 201l-2057: re­dondillas". Debe decir: "Acto III. 201l-2058: redondillas". Pág. l IO, Jín. 16; dice:"2058-2124: estrofas aliradas AB, a, Be, C". Debe decir: "2059-2124: estrofasaliradas ABaBcC". Pág. 227, v. 693; dice: "plegue". Debe decir: "plega". Pág. 257,vv. 1770 y 1771; dice: "mas". Debe decir: "más". Pág. 387, Jín. 2; dice: "2399".Debe decir: "2398". Pág. 387, lín. 3; dice: "2400". Debe decir: "2399". Pág.419, v. 1067; dice: "mas". Debe decir: "más". Pág. 480, v. 197; dice: "esodebiera". Debe decir: "eso os debiera". Pág. 498, v. 825; dice: "y mi cuidado".Debe decir: "y a mi cuidado". Pág. 848, Jín. 43; dice: 2539. Debe decir: 2538-2539. Pág. 872, lín. 24; dice: ll18. Debe decir: l117-ll18. Pág. 898, lín. 26;dice: 229:232. Debe decir: 231-232. Pág. 921, lín. 21; dice 2360-2«379.Debe decir:2360-2362. Pág. 961, lín. 15; dice 1656-1657. Debe decir: 1661-1662. Pág. 977,lín. Il; dice Los Favores, v. Debe decir: v. 1225. Pág. 980, lín. 14; dice: 1298-Debe decir: 1295-1297. Las referenciasa Ganar amigos (págs. 828, lín. 48-49; 834,lín. 15; 844, lín. 3; 848, lín. 48; 852, lín. 24, 32; 855, lín. 14; 859, lín. 32; 863, lín,u, 12; 869, lín, 36; 885, lín. últ.; 892, lin. 39; 925, lín. 39; 932, lin. 26; 979,lín. 7) deben aumentarse en diez números para que resulten exactas.

INDICE GENERALIntroducción, por ALFONSOREYES. . . . . . . . . . . . . . . . IX

Prólogo, por AGUSTÍNMILLARESCARLO. . . . . . . . . . . . xx1

OBRAS COMPLETAS DE JUAN RUIZ DE ALARCóN

Dedicatorias y prólogos del autor . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3Los Favores del mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Noticia, 7; Metros empleados, 10; Bibliografía, 10;Texto de la comedia, 13

La Industria y la suerte , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109Noticia, 109; Metros empleados, 109; Bibliografía,110; Texto de la comedia, 111

Las Paredes oyen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201Noticia, 201; Metros empleados, 203; Bibliografía,203; Texto de la comedia, 207

El Semejante a sí mismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295Noticia, 295; Metros empleados, 296; Bibliografía,296; Texto de la comedia, 297

La Cueva de Salamanca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 383Noticia, 383; Metros empleados, 386; Bibliografía,387; Texto de la comedia, 388

Mudarse por mejorarse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 471Noticia, 471; Metros empleados, 471; Bibliografía,472; Texto de la comedia, 474

Todo es ventura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 560Noticia, 560; Metros empleados, 560; Bibliografía,561: Texto de la comedia, 562

El Desdichado en fingir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 649Noticia, 649; Metros empleados, 650; Bibliografía,651; Texto de la comedia, 652

r 1021

carlosurani
Rectangle

1022 lNDICE GENERAL

Los Empeños de un engaño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 740Noticia, 740; Metros empleados, 740; Bibliografía,741; Texto de la comedia, 743

VARIANTES, ERRATAS Y NOTAS

Los Favores del mundo .Variantes, 825; Erratas, 825; Notas, 825

825

La Industria y la suerte , .Variantes, 870; Erratas, 871; Notas, 871

870

Las Paredes oyen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 894Variantes, 894; Erratas, 895; Notas, 895

El Semejante a sí mismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 928Variantes, 928; Erratas, 928; Notas, 928

La Cueva de Salamanca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 945Variantes, 945; Erratas, 945; Notas, 946

Mudarse por mejorarse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 964Variantes, 964; Erratas, 971; Notas, 972

Todo es ventura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 984Variantes, 984; Erratas, 984; Notas, 984

El Desdichado en fingir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 996Variantes, 996; Erratas, 997; Notas, 997

Los Empeños de un engaño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1006Variantes, 1006; Erratas, 1006; Notas, 1007

Addenda y Corrigenda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1018

Este primer tomo de las Obras comple­tas de Juan Ruiz de Alarcón se acabó deimprimir el día 23 de diciembre de 1957en los talleres de GRÁFICAPANAMERI­CANA,S. DER. L., Parroquia 911, Méxi­co 12, D. F. Se tiraron 5,000 ejemplaresy en su composición se utilizaron tiposElectra de 24, 18, 11, 10:11, 9:10 y 7:8pts. Cuidó la edición Carlos Villegas.

P A R T E

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P R I T ~ I L E G I O . En Madrid, por Ima Gonpleú.

O Biblioteca Nacional de Espafia

NOTICIA

LAS PAREDES OYEN

Una de las comedias cumbres del teatro de Ruiz de Alarcón, se sin­gulariza, "no sólo por las pinceladas maestras de los caracteres, porlos rasgos de ingenio, por las situaciones cómicas que tan oportuna­mente se intercalan sin romper la unidad del asunto, por la desenvol­tura del diálogo y la espontaneidad de la versificación; antes debieraproclamarse como preciosa perla del teatro español por ser iniciaciónde una tendencia moralizadora y modernizante que justifica en granparte el juicio del distinguido crítico de la producción alarconianaseñor Monner Sans, cuando dice:1 «no era el teatro, antes de la apari­ción en él del inspirado americano, escuela de costumbres; reflejabalas existentes sin pretender corregirlas: sólo en asuntos de la fe seencuentran graves ejemplos, no pocos fuera de la realidad de la vida».El atrevimiento y procacidad de los temas eróticos de los dramatur­gos contemporáneos de Alarcón, la sobrada licencia de no pocas pro'ducciones parecen ahora disimuladas bajo un tamiz de. intervenciónmás claramente educativa de las facultades del espíritu, hasta llegar adibujarse escuetamente la tesis moralizante de Las Paredes oyen, asícomo de otros productos literarios del propio ingenio" .2

Observa Barry 3 que en esta comedia, "con un método que le erafamiliar, procede Alarcón por contraste. Para dar más relieve a lafisonomía del mendoso don Mendo de Guzmán, joven señor elegan­te, espiritual y rico, lo pone en parangón con un pobre gentilhombre,don Juan de Mendoza, que posee preciosas cualidades morales, conun físico desagradable. La pieza tiene todos los caracteres de unaautobiografía: Don Juan de Mendoza, de corazón recto y cuerpo con­trahecho, es, sin duda, el propio Alarcón.! El maldiciente es muy pro­bablemente el temible Villamediana ... 5 Doña Ana, que al comien­zo ama a don Mendo por su apostura, y no siente por don Juan sinopiedad, se va poco a poco apartando del primero cuando le sorprendehablando mal de todos y de ella misma. Por contraste, al oír al sus­pirante contrahecho hacer el elogio de su rival y de la mujer queadora sin esperanza, no puede menos de estimarlo y de otorgarle sumano". Nos parece muy en lo justo Castro Leal cuando observa que"aunque es grande la indiscreción del galán, se la exagera con fre­cuencia. Cuando en la noche de San Juan niega los encantos de

1 Véase Bibliografía B, núm. 88.2 E. Vallés, prólogo a la edición núm. 20, p. 14.H Prólogo a su edición de La Verdad sospechosa, p. XXXIV.4 Véase nuestra nota al v. 12.5 Véase nuestra nota al v. 2498.

201

202 JUAN RUIZ DE ALARCóN

doña Ana, lo hace sólo para desviar la peligrosa curiosidad del Du­que, a quien teme como rival; y cuando pide al conde que expliquea Lucrecia la conversación que sobre ella han sostenido, espera deéste un favor que es costumbre conceder a un amigo. Nueva traicióndel Conde es el mostrar a Lucrecia la carta que había prometido en­tregar a doña Ana. Quítese la desgraciada casualidad de que éstaoyera, escondida en su balcón, las frases denigrantes de don Menda;suprímanse también las traiciones del Conde, y siempre quedará elamor un poco profesional de don Menda, que ve en doña Ana nadamás que a una mujer, frente a la arrebatada sinceridad de aficionadode Don Juan, que no puede ver en ella otra cosa que un ángel".1 Yel prologuista de la edición académica de 1867,2 después de ponde­rar el acierto con que Alarcón resolvió la que parecía dificultad ma­yor, o sea el modo de desarraigar otro amor "tan gradual, adecuada ymotivadamente", pone con sobrada razón de relieve el interés de laintriga, "que no cesa o se debilita un punto: bien es, que le sostieneny excitan entidades tan vivas y con papel tan proporcionado y come­dido a cada situación, que difícilmente se presentan cuadros tan ar­moniosos y bien entonados. Porque no ya son notables los tres perso­najes de quienes principalmente hemos hablado:3 eslo sumamente elgracioso Beltrán, hombre corrido, gran conocedor del mundo, de lasmujeres y de achaques de amor, y habilísimo auxiliar y consejero desu amo: agrada cuanto sale de su boca, órgano de la más chistosasensatez. Eslo Celia, que, ingeniosa, oportuna y resuelta, influye enel ánimo de su señora, quitándole la venda que la pasión primerahabía puesto en sus ojos, y haciéndole ver cada uno de sus galanesa su verdadera luz".4

Recientemente Gómez de las Cortinas 5 ha señalado como remo­to origen literario de Las Paredes oyen una fábula latina atribuída aFedro,6 la cual tuvo una directa derivación en el fabliau Le vair pale­froí, del poeta de fines del siglo xm Huon le Roi, y para que se apre­cie mejor la disparidad entre los procedimientos de Lope y de Alar­eón, compara El premio del bien hablar, del primero, con la piezaque nos ocupa del segundo.

Henríquez Ureña y Castro Leal sitúan la representación de LasParedes oyen en 1617: para Bruerton fue escrita entre 1616? y 1617.Por los datos apuntados al tratar de Los Favores del mundo, sabemosque una representación suya se había llevado a cabo en Madrid el 3de febrero de 1618.

1 Obr. cit., p. 127.2 Véase luego, núm. 8.3 Doña Ana, don Juan y don Mendo.4 Tomo II, pp: 519-520.5 Véase luego, p. 206.6 Appendix XIV.

Acro I

ACTO II

ACTO III

versos

1- 316:317-333:334- 445:446-523:524- 807:808- 893:894-1049:1050-1205:1206-1337:1338-1397:1398-1577:1578-1741:1742-1841:1842-1901:1902-1920:1921-1976:1977-2392:2393-2492:2493-2636:2637-2646:2647-2710:2711-2720:2721-2764:2765-2788:2789-2808:2809-2838:2839-2958:

NOTICIA 203

METROS EMPLEADOS

redondillas.soneto y tres endecasílabos.redondillas.estrofas aliradas: ABaBCC.redondillas.romance en o-o.redondillas.redondillas.romance en e-o.redondillas.espinelas.redondillas.romance en o-e.redondillas.seguidillas.redondillas.redondillas.romance en e-a.redondillas.espinela.redondillas.espinela.redondillas.romance en a-{f..espinelas.romance en a-a.redondillas.

BIBLIOGRAFlAManuscrito

Ejemplar, al parecer autógrafo, que existía en la Biblioteca delDuque de Osuna, en tiempos de Femández-Guerra. Cítalo éste (Bi­bliografía B, núm. 52, p. 497, nota 363), y reproduce -p. 258- laredondilla final de la obra, distinta de la impresa1 y "que importaconocer, porque demuestra el acierto con que Alarcón retocaba susobras". Cotarelo, "Las comedias en los conventos", etc., hace no­tar 2 que este manuscrito no figura entre los adquiridos por la Biblio­teca Nacional de Madrid, que compró todo lo que no tenía de aque-

1Véase el comentario a los vv. 2955-2958.2 Pp. 467-468.

204 JUAN RUIZ DE ALARCON

lla preciosa librería, y añade: "El citado manuscrito, si es que existeaún, contiene un reparto casi completo de los papeles de la comedia,por el que venirnos en conocimiento de cuál era lo mejor de la com­pañía que entonces acaudillaba Pinedo.1 A la cabeza de las damasestaba la ya entonces famosa y después mucho más María de Cór­doba, sobrenornbrada Amarífís. Hacía segundas y cantaba cuando eranecesario María de Vitoria, casada con Luis Bernardo de Bobadilla,que estaba en esta compañía y hacía segundos galanes. Los primerosestaban a cargo del que pasaba entonces por ser el mejor recitantede versos, Damián Arias de Peñafiel, luego autor también de com­pañías famosas. Los graciosos hacía Pedro de Villegas, hombre demuy poca gracia fuera de las tablas y que daba una estocada aunquefuese a un hermano de don Pedro Calderón de la Barca, como lo hizono muchos años después. Las graciosas eran primorosamente repre­sentadas por Dorotea de Sierra, ya casada con el músico, que lo erade esta compañía, Juan Mazana. Gabriel Cintar, gran declamador ygallardo por su persona, hacía en esta compañía galanes terceros, aun­que a veces suplía a Damián o a Bobadilla. Papeles secundarios: ha·cían: Frasquito, los vejetes; Diego de Azúa, Francisco de Robles yBernardino, cuyo apellido ignoramos, y otro músico llamado Barto­lomé Navarrete, que, con el autor Pineda, que hacía papeles de bar­ba y en esta comedia el de Marcelo, componen justamente las catorcepersones que dice trabajaban en ella."

EDICIONESl. En Parte primera de las Comedias de don Juan Ruiz de Alar­

cón (Madrid, 1628), fols. 47r-67v [núm. l].2. Las paredes oyen, s. d., s. a. Madrid, Bibl. Nac. T/15340.3. En Comedias escogidasde don Juan Ruiz de Alarcón y Men­

doza. Tomo I (Madrid, 1826), pp. 381 ss. [núm. 3].4. En Tesoro del teatro español (París, 1838), pp. 494-524 [nú-

mero 41. •5. Én Biblioteca de Autores Españoles ... Tomo vigésimo (Ma­

drid, 1852) pp. 43-62 [núm. 5].6. En Colección selecta del antiguo teatro español (París, 1854),

pp. 279 ss. [núm. 6].7. En La Verdad sospechosa... (México, 1865), pp. 39-72 [nú­

mero 7].8. En Comedias escogidasde Juan Ruiz de Alarcón. Edición de

la Real Academia Española. Tomo II (Madrid, 1867), pp. 353-514[núm. 8].

9. En Biblioteca escogida. Tesoro de autores españoles (Madrid,1868), pp. 119-216 [núm. 9].

1 Véase en la presente edición las noticias que preceden a Los Favores delmundo.

NOTICIA 205

10. En Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza por Don Luis Fernán­dez-Guerra y Orbe ... México, 1872. Tomo II, pp. 505-634 [núm.10]. 1

11. En Biblioteca Nacional Económica. Alarcón (Madrid, 1874),pp. 105-199 [núm. 11].

12. En Teatro de Juan Ruiz de Alarcón. Tomo II (París, 1884)[núm. 13].

13. I.ASPAREDESOYEN11 POR 11 JUANRUIZDEALARCÓNY MENDO­ZA 11 EDITEDWITH INTRODUCTIONANDNOTES 11 BY 11 CAROLINEB.BOURLAND,PH. D. 11 PROFESSOROF SPANISHIN SMITHCOLLEGE11 NEWYORK11 HENRYHOLTANDCOMPANY[1914].

sv.xxx + 189 pp., facsímil.Port. Preface. Introduction (I. Biography. II. Character of Alar­

con's work. III. Bibliographical note. IV. The meter). Text. Ta­ble of variants occurring in the edition of 1826 and of Hartzenbusch(1852). Notes.

Cfr. O. Reed en Modern Language Notes (Baltimore), XXXI(1916), pp. 95-104 y 169-178.

14. En Juan Ruiz de Alarcón. Páginas escogidas. Selección, pró­logo y notas de Alfonso Reyes (Madrid, 1917), pp. 148-182 [núme­ro 27].

15. En Clásicos Castellanos . . . Edición, prólogo y notas de Al­fonso Reyes (Madrid, 1918), pp. 121-244 [núm. 16].

16. Las Paredes oyen. Editora Internacional. Madrid-Berlín-Bue­nos Aires, 1924. 171 pp. (Colección TEATROESPAÑOL).

17. En Biblioteca Literaria del Estudiante. Tomo XII. Selecciónhecha por José Vallejo (Madrid, 1926), pp. 191-256 [núm. 28].

18. BIBLIOTECADEL ESTUDIANTEUNIVERSITARIO11 6 11 JUANRUIZDEALARCÓNj 1 LASPAREDES11 OYEN 11 EDICIONESDE LAUNIVERSIDADNACIONALAUTÓNOMA!I MÉXICO. 1939.

89 183 pp. + 2 hojas.Anteport.-Port.-[ Advertencia] .-Texto.-Colofón.19. En Juan Ruiz de Alarcón. Comedias ... Edición, prólogo y

notas de J. Mallorquí Figuerola. Barcelona-Buenos Aires, 1942 [núm.19].

20. Las Paredes oyen 11 por 11 Juan Ruiz de Alarcón. 11 With In­troduction, Notes 11 and Vocabulary 11 by 11 PETERA. ÜRTIZ, Ph. D.11 ESPIGA 11 EDITORIALSÉNECA11 MÉXICO,D. F. [1942].

89-XLVII + 195 pp.Anteport. A la v.: Copyright y nota de impresión. Port. V. en bl.

Dedicatoria. Foreword. Table of contents. lntroduction. Selectedbibliography. Text. Notes. Vocabulary.

21. HS 11 PAREDES11 OYEN11 Juan Ruiz de Alarcón 11 CIEN (Em-

206 JUAN RUIZ DE ALARCON

blema) BIBLIÓFILOS11 CONDIBUJOSORIGINALES11 GRABADOSAL BOJEN CO- 11 LORES,PORA. GELABERT11 PRÓLOGODE E. VALLÉS.40 mlla. 145 pp. + 3 hojs. + 10 láms.

Cubierta. V. en bl. Prólogo. V. en bl. Texto del Prólogo. P. en bl.Portadilla. Texto. P. en bl. Justificación del tiro. Colofón: ACABADODE IMPRIMIREN LASPRENSASDE LA IMPRENTACLÁSICA11 DE BARCE·LONA,EL DÍA 23 DE MARZO 11 DE 1944, FESTIVIDADDE SANJOSÉ 11ORIOL,VICARIODE LA BASÍLICADE 11 NUESTRASEÑORADE LOSREYES11 PUBLICADOPORANTONIOGELABERT11 EN LAEDITORIALPEDAGÓGICA.

22. Las Paredesoyen. Nota preliminar de F[ederico] S[áinz] R]o­bles] (Madrid, 1945), pp. 427-569 [núm. 21].

23. En Teatro completo de Don Juan Buiz. de Alarcón. (Méxi­co, 1951), pp. 503-558 [núm. 22].

24. En Colección Literaria Cervantes. . . Prólogo de Luis San-tullano (México, 1952), pp. 145-262 [núm. 23].

TRADUCCIONES

Italiana (En prosa)25. Le pareti odono, en Teatro scelto spagnolo... (Torino, 1858)

[núm. 34].

Francesa (En prosa)26. Les murs entendent. Trad. de Charles Habeneck. En Chefs

d'oeuvre du ihéétre espagnol, traduits pour la premiere fois et annotés.París, s. a. (c. 1862).

ESTUDIOSAshcom, B. B. "An error in the text of Alarcon's «Las Paredes

oyen»'', en Modem Language Notes, LIII (1938), pp. 530-531.

Véase en la presente edición la nota a los vv. 1314-1317.

Ashcom, B. B. "Three notes on Alarcon's «Las Paredes oyen»", enHispanic Review (Philadelphia), XV (1947), pp. 378-384.

Sobre: Fortuna, "tormenta en el mar"; una posible fuente dan­tesca, e indiciar, "dar motivo para sospechar o conjeturar". Véanseen la presente edición las notas a los vv. 45-46; 265-272 y 542.

Gómez de las Cortinas, José Frutos. "La génesis de Las Paredesoyen de Juan Ruiz de Alarcón", en Revista de Filología Española(Madrid), XXXV (1951), pp. 92-105.

PERSONASDoN MENDO, galán.DoN JuAN, galán.EL DUQUE, galán.EL CoNDE, galán.CELIA, criada.ÜRTiz, escudero.MARCELO, criado del

LEONARDO,criado.BELTRÁN, gracioso.DoÑA ANA, dama viuda.DoÑA LucR'.ECIA, dama.FABIO, criado del Duque.UN ESCUDERO.

Duque. UNA MUJER.ARRIEROS.

La escena es en Madrid, en Alcalá de Henares, y a un cuarto delegua de Alcalá.

ACTO PRIMEROSala en casa de doña Ana, en Madrid.

ESCENA I

Don Juan, vestido llanamente, y Beltrán.

DoN JuAN: Tiéneme desesperado,Beltrán, la desigualdad,si no de mi calidad,de mis partes y mi estado.

La hermosura de doña Ana,el cuerpo airoso y gentil,bella emulación de abril,dulce envidia de Diana,

mira tú, ¿cómo podrándar esperanza al deseode un hombre tan pobre y feoy de mal talle, Beltrán?

BELTR.~N: A un Narciso cortesanoun humano serafín

207

10

L A S P A R E D E S

F I G V R A S D E Lh COMEDIA..

Dan. M r n d o ~ a l s n . . Ber'rrangracio f;. D 9 t l l u r n g ~ i ~ ; l n . DOGQ And dama viudd,. El D ~ ~ M F y.dan.. L%%i f.crcreciad~i;lmay ÉI ~on>&ldn. Celza ~ r i d d d ; Le onar do c t . r ' ~ : h . ~ Tfi efitwiero;,

ACTO PRIMERO.

-3hle dan luan zttj%do: ÍIfinamctltc ,y Beltrm.

Xjw.Ticnemt dcfefperado,, B;ieraii,la delisn~ldad, fino de tni calidad,

, de m:s partes,y mi eÍta;lo, La I~errnot~~ra d.: Jdña Ana,. eI cuerpo airofo y ge:itil, bella emalacion de Abril, d!tlce ern5idis de Diana. Mira tli como po:irin 63r ~ f ~ i r a 1 1 ~ 3 al defco di: vn hombre tan p.-ibre y fio, y L ~ c nial t~lle,BeIírant

Bel. A vn Narcifa corte knol vn hrimano Serafin rcfil1ir.i v l i íiglo,y al fin la ha!lbem bra~os de vn enano; -.

Y ri lds hiltorias creo,. y exsrnplos de A'srores graues. pii:s,aunque firtiience, iabes q le a racos efcriuo y leo, Me .lizen,que ciego amor, y fii1 conrejo iz i n r l i n ~ , qtic Is Emp:rarr;z Faufiina quilo vil feo clgriinidor.. Qe ini' t.iioitr tsdzieoc, p.~ri€os 1,)carnerire cii ella, wmylio W .pia noble y brlla

dc

208 JUAN RUIZ DE ALARCóN LAS PAREDES OYEN 209

resistió un siglo, y al fin siglos de merecimientola halló en brazos de un enano. trueco a puntos de ventura.

Y si las historias creo DoN JuAN: Eso mismo me acobarda.y ejemplos de autores graves Soy desdichado, Beltrán.(pues, aunque sirviente, sabes BELTRÁN:Trocar las manos podránque a ratos escribo y leo), 20 fortuna y amor: aguarda. 6o

me dicen que es ciego Amor, DoN JuAN: Si a don Mendo hace favor,y sin consejo se inclina; ¿qué esperanza he de tener?que la emperatriz Faustina BELTRÁN:En ése echarás de verquiso un feo esgrimidor; que es todo fortuna amor.

que mil injustos deseos, A competencia lo quierenpuestos locamente en ella, doña Ana y doña Teodora;cumplió Hipia, noble y bella, doña Lucrecia lo adora;de hombres humildes y feos. todas, al fin, por él mueren.

DoN JUAN: Beltrán, ¿para qué refieres Jamás el desdén gustó.

· comparaciones tan vanas? 30 DoN JuAN: Es bello y rico y mancebo. 70

¿No ves que eran más livianas BELTRÁN:¿Cuánto mejor era Febo,que bellas esas mujeres, y Dafnes lo desdeñó?

y que en doña Ana es locura Y cuando no conociera

esperar igual error, otro en perfección igual,

en quien excede el honor aquesto de decir malál milagro de hermosura? ¿es defecto corno quiera?

BELTRÁN:¿No eres don Juan de Mendoza? DoN JuAN: ¿Y no es eso murmurar?

Pues doña Ana, ¿qué perdiera . BELTRÁN:Esto es decir lo que siento.cuando la mano te diera? DoN JuAN: Lo que siente el pensamiento

.DoN JuAN: Tan alta fortuna goza, 40 no siempre se ha de explicar. So

que nos hace desiguales BELTRÁN:Decir ...la humilde en que yo me veo. DoN JuAN: Que calles te digo,

BELTRÁN:Que diste en el punto, creo, y ten por cosa segurade que proceden tus males. que tiene aquel que murmura,

Si Fortuna en tu humildad en su lengua su enemigo.con un soplo te ayudara, BELTRÁN:Entre tus desconfianzasa fe que te aprovechara en su casa entrar te veo:la misma desigualdad. sin duda que el gran deseo

Fortuna acompaña al dios engaña tus esperanzas.·que amorosas flechas tira; 50 Veste en desierto lugar,que en un templo los de Egira y no cesas de dar voces, 90

adoraban a los dos. y aunque tu muerte conoces,Sin riqueza ni hermosura nadas en medio del mar.

pudieras lograr tu intento: DoN JuAN: Lo que en gran tiempo no ha hecho,

210 JUAN RUIZ DE ALARCóN

hace amor en solo un día,venciendo al fin la porfía.

BELTRÁN:Que te sucede, sospecho,lo que al tahur, que en perdiendo,

solamente con decir"jque no sepa yo gruñir!"está sin cesar gruñendo. 100

Tú dices que desesperas,y entre el mismo no esperarnunca dejas de intentar:¿qué más haces cuando esperas?

¿Tú piensas que el esperares alguna confecciónvenida allá del Japón?El esperar es pensar

que puede al fin sucederaquello que se desea: 110

y quien hace porque sea,bien piensa que puede ser.

DoN JuAN: Pues si con esta invención

(Saca una carta.)

en su desdén no hay mudanza,aunque viva mi esperanza,morirá mi pretensión.

BELTRÁN:El mercader marinerocon la codicia avarienta,cada viaje que intenta,dice que será el postrero.

Así tú, cuando imaginoque desengañado estás,ya con nuevo intento vasen la mitad del camino.

Mas dime: ¿qué te ha obligadoa trazar esta invenciónpara mostrar tu afición,pudiendo con un criado

de su casa negociarlo que tú vienes a hacer?

DoN JuAN: No he de arresgarme a ofendera quien pretendo obligar;

120

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LAS PAREDES OYEN 211

que como es tan delicadala honra, suele perdersesolamente con saberseque ha sido solicitada.

Y así, del murmuradorpretendo que esté segurami desdicha o mi ventura,su flaqueza o su valor;

que aun a ti mismo calladoestos intentos hubiera,si en ti, Beltrán, no tuvieramás amigo que criado.

BELTRÁN:¿Toda esta casa, don Juan,a una mujer aposenta?

DoN JUAN: Seis mil ducados de renta,¿qué alcázar no ocuparán?

BELTRÁN:Celia es ésta.

140

ESCENA II

Sale Celia. Don Juan y Beltrán.

CELIA: ¿Qué mandáis,señor don Juan?

DoN JuAN: Celia mía,besar las manos querría,si licencia me alcanzáis,

a mi señora doña Ana.CELIA: Que será imposible, entiendo;

porque se está previniendopara partirse mañana

a una novena a Alcalá.DoN JuAN: ¿De la corte se desvía,

cuando el celebrado díade San Juan tan cerca está?

CELIA: Para los tristes no hay fiesta.DoN JuAN: Pues, Celia, verla me importa:

la visita será corta;sólo le quiero dar ésta

que le ha venido en un pliego,y me dice quien la envía

150

16o

212 JUAN RUIZ DE ALARCóN

que sólo de mí confíael darla.

CELIA: Yo salgo luego. (Vase.)

ESCENA III

Don Juan y Beltrán.

BELTRÁN:No hay pobre con calidad:si un villano rico fueras,a fe que nunca tuvierasen verla dificultad.

DoN JuAN: Si ella está tan de camino,que es justa la escusa creo.

BELTRÁN:Lo que con los ojos veo ...DoN JuAN: Malicioso desatino.BELTRÁN:¿Cuánto va que no la ves?DoN JuAN: De no alcanzar, no se ofende

quien lo difícil emprende.Mas doña Ana es muv cortés.

BELTRÁN:Y agora, ¿qué he~os de hacer,que ella se parte a Alcalá?

DoN JuAN: En tanto que ausente está,aguardar y padecer.

BELTRÁN:Bueno fuera acompañalla.DoN JuAN: Si como quien soy pudiera,

forzoso el hacerlo fuera,si así entendiese obligalla;

mas ni me ayuda el poder,ni ella lo agradecería,por la nota que daría,si se llegase a entender.

BELTRÁN:Ella sale.DoN JuAN: Dí, Beltrán,

que la Aurora bella y clara.

ESCENA IV

Doña Ana y Celia. Don Juan y Beltrán

DoÑA ANA: (Ap. a Celia.)

i70

¡Ay, Celia, y qué mala caray mal talle de don Juan!

DoN JuAN: Aunque me dijo, señora,Celia vuestra ocupación,con que fuera más razónel no estorbaros agora,

la importancia contenidaen esta carta que os doy,me disculpa.

DoÑA ANA: Nunca estoy,señor don Juan, impedida

para recebir mercedde tan noble caballero.

DoN JuAN: Vuestro soy: respuesta espero.Si sois servida, leed.

DoÑA ANA: Ser descortés me mandáis.DoN JuAN: Leed, que importa una vida,

que cerca está de perdida,si remedio no le dais.

DoÑAANA: Si está su defensa en mí,la pena y temor dejad.

DoN JuAN: El caso es grave: mandadque estemos solos aquí;

que tenemos que tratar,y el secreto es importante.

DoÑA ANA: Dejadnos solos.BELTRÁN: (Ap. Amante

fue el inventor de engañar.)

(Vanse Beltrán y Celia.)

LAS PAREDES OYEN

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ESCENA V

Doña Ana y Don Juan.

DoN JuAN: Pues contigo solo estoy,porque mi recato veas,

(Va a leer doña Ana, y detiénela.)

oye, señora: no leas,que la carta viva soy.

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214 JUAN RUIZ DE ALARCON

Que me atreva no te altere,pues estoy solo contigo,y un agravio sin testigoal punto que nace muere.

Desde que la vez primeravi la luz de tu arrebol,dos veces la ha dado el sola los signos de su esfera.

Como al que el rayo tocóde Júpiter vengativo,por gran tiempo muerto, vivoen un instante quedó;

como aquel que la cabezade la Gorgona miraba,por un peñasco trocabala humana naturaleza;

tal en viéndote me veo,tan absorto y admirado,que en admirarme ocupado,no doy lugar al deseo;

que esos divinos despojostanta gloria me mostraron,que al punto me arrebatarontoda el alma por los ojos.

DoÑAANA: Tened, don Juan. Eso, ¿páratodo en que amor me tenéis?

DoN JuAN: No, porque ya lo sabéis,y en vano el tiempo gastara.

DoÑAANA: ¿En que os morís?DoN JuAN: No, señora,

pues ni en morir parará;que en el alma viviráel amor que os tengo agora.

DoÑAANA: ¿Pára en pedirme que os quiera?DoN JuAN: Ni llega, señora, ahí,

que no hay méritos en mípara que a tal me atreviera.

DoÑAANA: Pues decid lo que queréis.DoN JuAN: Quiero ... Sólo sé que os quiero,

y que remedio no espero,viendo lo que merecéis.

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LAS PAREDES OYEN 215

Como el mísero dolienteque en el lecho fatigado,a cualquier parte inclinado,los mismos dolores siente,

y por huir del tormentoque en cada lado es mayor, 270

busca alivio a su doloren el mismo movimiento:

así yo con mi cuidadovengo a vos, dueño querido,no de esperanza inducido,sino de dolor forzado,'

por no morir con callallo,no por sanar con decillo;que es imposible el sufrillocomo lo es el remediallo. 280

Y así no os ha de ofenderque me atreva a declarar,pues va junto el confesarque no os puedo merecer.

DoÑAANA: ¿Queréis más?DoN JuAN: ¿Qué más que a vos?

Si entender queréis mi estado,en que os quiero está cifrado.

DoÑAANA: Pues, señor don Juan, adiós.DoN JuAN: Tened: ¿no me respondéis?

¿Desta suerte me dejáis? 290

DoÑAANA: ¿No habéis dicho que me amáis?DoN JuAN: Yo lo he dicho, y vos lo veis.DoÑA ANA: ¿No decís que vuestro intento

no es pedirme que yo os quiera,porque atrevimiento fuera?

DoN JuAN: Así lo he dicho y lo siento.DoÑAANA: ¿No decís que no tenéis

esperanza de ablandarme?DoN JuAN: Yo lo he dicho.DoÑAANA: ¿Y que igualarme

en méritos no podéis, 300

vuestra lengua no afirmó?DoN JuAN:·Yo lo he dicho de ese modo.

216 JUAN RUIZ DE ALARCóN

DoÑAANA: Pues si vos lo decís todo,¿qué queréis que os diga yo? (Vase.)

DoN JUAN: ¡Oh!, venga la muerte, acabecon vida tan desdichada,que sólo puede su espadaremediar pena tan grave.

¿Qué delito cometíen quererte, ingrata fiera? 310

Q . D" ' p .¡ mera . 10s. . . . ero no qmera;que te quiero más que a mí.

ESCENA VI

Celia y Beltrán. Don fuan.CELIA: ¡Ah, desdichado don Juan!BELTRÁN:(A Celia.) Ayúdale.CELIA: ¡A Dios pluguiera

que mi voluntad valiera! (Vase.)BELTRÁN:Pues, ¿qué tenemos?DoN JuAN: Beltrán,

la verdad huyo; a la esperanza pidoengaños que alimenten mi deseo;eternos contra mí imposibles veo;nado en un golfo, ni de un leño asido. 320

Con el vuelo de amor más atrevidono subo un paso, y aunque más peleo,al fin vencido soy de lo que creo,vencedor sólo en lo que soy vencido.

Así, desesperado vitorioso,niego al deseo engaños, y a la gloriamás vivo anhelo, si su muerte sigo.· ¡Triste, donde es el no esperar forzoso,

donde el desesperar es la vitÓria,donde el vencer da fuerza al enemigo! 330

BELTRÁN:¡Triste, donde es forzoso andar contigo,donde hallar que comer es gran vitoria,donde el cenar es siempre de memoria!

(Vanse.)

LAS PAREDES OYEN 217

ESCENA VII

Sala en casa del Conde, en Madrid.El Conde, don Menda y Ortiz.

DoN MENDO:A mi señora Lucreciadad, Ortiz, ese papel. (Dale un papel.)

ÜRTIZ: Guárdeos Dios. (Vase.)DoN MENDO: Cosa crüel,

Conde, es una mujer necia.CONDE: ¿Cómo?DoN MENDO: Con celos y amor

sale Lucrecia de sí.CONDE: ¿Con causa, don Mendo?DON MENDO: Sí; 340

mas tanto el yerro es mayor.Si por doña Ana estoy ciego,

ella, ¿qué ha de remediarcon reñir y con celar,sino añadir fuerza al fuego?

CONDE: (Ap. ¡Quieran, Lucrecia, los cielosque te mude esta mudanza,y a mi perdida esperanzaabran la puerta tus celos!)

Y vos, ¿qué le respondéis? 350DoN MENDO: Nunca el negar hizo daño.CONDE:Mejor fuera el desengaño,

si en otra parte queréis.DoN MENDO: Dañarme, Conde, podría;

que su amor causó en mi pechoterrible incendio, y sospechoque hay centellas todavía.

Y quien antiguo cuidadoarraigado al alma tiene,ha de obligar el que viene, 36osin despedir el pasado;

que mil veces se agradóde la novedad Cupido.Y vuelve a buscar, rendidolo que arrogante dejó.

CONDE:Avariento sois de amor.

218 JUAN RUIZ DE ALARCON

DoN MENDO:Más el de doña Ana estimo.CONDE:Y ella, ¿os quiere?DoN MENDO: Pienso, primo,

que merezco su favor.CoNDE: ¿Qué hay de Teodora?DoN MENDO: Quería

que yo fuese su marido,corno si hubieran nacidomis abuelos en Turquía.

CONDE: Sin ser loca, yo no creoque ninguna mujer pidala esclavitud de una vidapor la muerte de un deseo.

DoN MENDO: Pues ya, después que mi amorsacó pies amedrentado,en ella crece el cuidado,y al paso dél mi rigor.

Ya sin esa condiciónestimara mis favores.

CoNDE: Dichoso sois en amores.DoN MENDO: En el signo del León

Marte y Venus concurrieronde mi nacimiento el día,y si hay cierta astrología,ellos amable me hicieron ...

Mas a Dios, primo, que es tarde,y a doña Ana quiero ver;que hoy su sol se va a poneren Alcalá.

CONDE: Dios os guarde. (Vase.)

ESCENA VIII

Leonardo. Don Mendo

LEONARDO:El coche a la puerta está;que ya se parte imagino.

DoN MENDO:Tenme el coche de caminoa la Puerta de Alcalá.

Parta al punto el repostero,y encárgales, por mi vida,

nlri

LAS PAREDES OYEN 219

que esté a punto la comida 400en la venta de Vivero.

Haz cómo doña Ana veaen mi prevención mi amor.

LEONARDO:Toda tu gente, señor,37° - su vida en tu gusto emplea. (Vanse.)

ESCENA IX

Sala en casa de doña Ana, en Madrid.

Doña Ana, de camino,ª y Celia.

DoÑA ANA: ¿De qué vas triste? ¿De qué

380 • lo van todas mis doncellas?Habla, dírne sus querellas.

CELIA: Señora, verdad diré,pues obligación me ·pones: 410

tienen tus criadas todasen la esperanza sus bodasy en la corte sus pasiones;

y corno de aquí a seis díases la noche de San Juan,cuando los amantes dan

39º • indicios de sus porfías,sienten el ver que esa noche

en la corte no han de estar.DoÑA ANA: Pues pierdan, Celia, el pesar, 420

que por la posta en un cocheconmigo entonces vendrán.

Porque se alegre mi gente,gozaré secretamentede la noche de San Juan,

y volverérne a la auroraa proseguir mis novenas.

CELIA: Alivie el cielo tus penas.Mas, ¿no era mejor, señora,

dilatar esta partida? 430DoÑA ANA: Si sabes que estoy muriendo

por dar la mano a don Mendo,y no hay cosa que lo impida

220 JUAN RUIZ DE ALARGóN

sino el cumplir las novenasque a San Diego prometí,¿dilataré, estando así,el remedio de mis penas?

Con esta traza que doy,ninguna queda quejosa.

CELIA: Hágate el cielo dichosa.A dalles la nueva voy.

DoÑA ANA: Encárgales por mi vidael secreto.

CELIA: Así lo haré.Don Mendo viene.

DoÑA ANA: Tendrébuen agüero en la partida.

440

ESCENA X

Don Menda de colot.: doña Ana.

DoN MENDO:Los campos de Alcalá, bella señora,desdeñan los favores del verano,y de la fértil Florano solicitan ya la diestra mano,después que primaveras les reparte 45ºla dichosa esperanza de mirarte.

Los arroyos, que esperan ser espejosen quien de esos dos soles celestialesse miren los reflejos,transforman sus corrientes en cristales,y el agua, en cambio de besallos, gratahace a tus blancos pies puente de plata.

Al nuevo sol que nace, agradecidasen verdes ramos las cantoras aves,a coros divididas, 46o

dando a los vientos músicas süaves,para explicar la gloria <leste díaarticular intentan su armonía.

Parte, ¡oh feliz! Que el céfiro süavelisonjear pretende codiciosola rodadora nave,de nueva Europa Júpiter dichoso,

LAS PAREDES OYEN

por quien en Indias vuelto Manzanares,España de sus glorias hace a Henares.

Parte, ¡oh primero móvil adorado!, 470de quien siguiendo voy el movimiento,si bien arrebatadopues tras mi centro corro, no violento;que yo, si lo merezco, gloria mía,voy a ser el lucero de ese día.

DoÑAANA: Los campos de esperanza matizados,la consonancia dulce de las aves,los cristales cuajados,las lisonjas del céfiro süaves,en nada estimo; y estimara sólo 480llevar por mi lucero al mismo Apolo.

Mas cuando el corazón lo solicita,forzosa acción de amor correspondiente,ni el honor acredita,ni el estado que tengo lo consiente.

DoN MENDO: Es imán de mis ojos tu presencia.DoÑA ANA: Justo efecto de amor es la obediencia.DoN MENDO: ¿Sin ti quieres dejarme?DoÑA ANA: Yo, don Mendo,

parto sin ti.DoN MENDO: ¿Qué mucho? Vas helada,

cuando yo quedo ardiendo. 490DoÑAANA: Segura fuese yo, como abrasada.DoN MENDO: No me apartes de ti, si desconfías.DoÑA ANA: Vive el recato entre las ansias mías.DoN MENDO: ¿No me llamas tu dueño?DoÑAANA: Y de mis ojos,

cierta lengua del alma, lo has sabido.DoN MENDO: ¿De quién temes enojos,

cuando te adoro yo, de ti querido?DoÑA ANA: Hasta el "sí" conyugal temo mudanza,

que no hay dentro del mar cierta bonanza.En tanto que a mis deudos comunico 500

la dichosa elección de vuestra mano,y devota suplicoen Alcalá a su dueño soberanoque lleve a fin feliz mi intento nuevo,y las novenas pago que le debo,

,r1

221

222 JUAN RUIZ DE ALARCóN

puede mudarse vuestro amor ardiente,y quedar mi opinión en opinionesdel vulgo maldiciente,que a lo peor aplica las acciones.

DoN MENDO: ¿Mudarme yo?DoÑA ANA: Temores son de amante.DoN MENDO:Más parecen cautelas de inconstante.

Si ya nuevo cuidado te fatiga,el fingido recato, ¿qué pretende?declárate, enemiga:no el desengaño, la mudanza ofende.Vete segura: ocuparé entre tantoel alma en celos y la vida en llanto.

DoÑAANA: Ofendes mi lealtad, si desconfías;mas porque de tu error te desengañes,pon secretas espías, 520prueba mi fe, como mi honor no dañes.

DoN MENDO: Confianza tendré, mas no paciencia,contra el rigor, señora, de tu ausencia.

ESCENA XI

Celia. Dichos.

CELIA: Doña Lucrecia, señora,viene a visitarte.

DoÑA ANA: ¿Quién?CELIA: Tu prima.DoN MENDO: (Ap. A impedir mi bien

la trae mi desdicha agora.)

ESCENA XII

Doña Lucrecia, con manto, y Ortiz. Dichos.

DoÑA LuCRECIA:No quise, prima, dejarde verte en esta partida.

DoÑAANA: Ni yo, Lucrecia querida,me partiera sin pasar

por tu casa, porque el veral pasar tu rostro hermoso,

530

._,11

LAS PAREDES OYEN 223

fuese presagio dichosodel viaje que he de hacer.

DoÑA LucRECIA: (Ap. a don Mendo.)Niégame agora, traidor,

las verdades que estoy viendo.DoÑA ANA: ¿Qué le dices a don Menda?DoÑA LucRECIA:Del vestido de color

le pregunto la ocasión, 540porque de irte a acompañarlo indicia el tiempo y lugar,y fuera galante acción.

DoÑA ANA: Tan alto merecimientocon mi humildad no conviene,y más que lisonja, tienemalicia ese pensamiento.

Mas, si conmigo partiera,de parecer, prima, soy,que pues yo de negro voy, 55ude color no se vistiera.

CELIA: Ya bien te puedes partir,que los coches han venido.

DoÑA ANA: Que no me olvides te pido.DoÑA LucRECIA: Por puntos te he de escribir.DoÑA ANA: A Dios, don Menda.DoN MENDO: Señora,

en el coche os dejaré.DoÑA ANA: Si alguno en la calle os ve,

sospechará lo que ahoraha sospechado mi prima. 560

Quedaos y salid después.DoN MENDO:Yo obedezco ... (Ap. a ella.)

Y vuestros piessigue el alma que os estima.

(Vanse Doña Ana y Celia.)

ESCENA XIII

Doña Lucrecia, Don Mendo y Ortiz.

DoÑA LucRECIA: (Saca un papel y tnuéstraselo a donMendo ): ¿Conoces este papel?

224 JUAN RUIZ DE ALARCóN

DoN MENDO:Yo, Lucrecia, lo escribí.DoÑA LucRECIA:Junta lo que has hecho aquí

con lo que dices en él.Traidor, fingido, embustero,

engañoso, ¿a ti te danapellido de Guzmán 570y nombre de caballero?

¿Qué sangre puede tenerquien tiene pecho traidor?¿Es hazaña de valorengañar una mujer?

DoN MENDO:Oye, señora ...DoÑA LucRECIA: No muevas

esos fementidos labios;que intentas nuevos agravioscon satisfaciones nuevas.

DoN MENDO:Pues, ¿qué quieres? ¿Condenarme 580sin oír satisfación,por sola una presunción?

DoÑA LucRECIA: ¿Qué disculpa puedes darme?¿Presunción llamas, traidor,

ésta tan clara probanzade mi agravio y tu mudanza?

DoN MENDO:En lo que fundas mi error,fundo la satisfación.

¿No te dijo de mi partetu escudero, que de hablarte 59ºdeseaba una ocasión,

donde el descargo sabríasdel recelo que te abrasa?Tuve aviso de tu casaque a ver tu prima salías,

y vine a esperarte aquí,y adelantéme en llegar,por no dar que sospechar,viéndome venir tras ti.

¡Mira por qué me condenas! 600DoÑA LucRECIA: ¿De modo que te disculpas,

multiplicando tus culpasy acrecentando mis penas?

Causa doña Ana mi daño,

LAS PAREDES OYEN

¡y con hallarte con elladas remedio a mi querella!

DoN MENDO: Porque fuese el desengañoen su presencia más fuerte.

DOÑALucRECIA: ¿Qué desengaño me diste?DoN MENDO: Como tu pena encubriste,

no quise hablando ofenderte;mas ten cierta confianza,

para asegurar tus celos,que en el orden de los cielos,antes que en mí, habrá mudanza.

Tuyo soy.DoÑA LucRECIA: Las obras creo.DoN MENDO: Presto, con la voluntad

de tu padre, su verdadte mostrará mi deseo.

ESCENA XIV

El Conde. Dichos.CONDE: (Ap. ¿Dónde hay con celos cordura?)

¡Lucrecia hermosa! ¡Don Mendo!DoN MENDO: Conde, que venís entiendo

traído de mi ventura;que Lucrecia ha de saber

de vos lo que hablamos hoyde su amor.

CONDE:DONMENDO:

Testigo soy.Eso a solas ha de ser,

que pensará que os obligocon mi presencia a abonarme. (Vase.)

ESCENA XV

El Conde, Doña Lucrecia, Ortiz.DoÑA LucRECIA: (Ap.

¡Tú dejas para informarmeen tu favor buen testigo!)

CoNDE: ¿He de decir la verdad?DoÑA LucRECrA: Para eso quedas aquí.

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630

CONDE: Pues escúchala de mí,pagues o no mi lealtad.

Y por prevenir el daño,si acaso no me creyeres,ten secreto lo que oyeres,y averigua si es engaño.

Que pues me dijo don Mendoque cuente lo que hoy pasó,cumpliendo lo que él mandó,nadie dirá que le ofendo;

que aunque su intento haya sidoque use contigo de engaño,no debo para mi dañodarme yo por entendido.

Dando hoy para ti un papeldon Mendo a Ortiz, tu criado,desdeñoso y enfadado,me dijo: "¡Co'>a crüel,

Conde, es una mujer necia!Después que a doña Ana dien servir, sale de síde amor y celos Lucrecia."

Yo le dije: "¿No es mejorno engañarla?" Y respondió:"Mil veces lo que dejóvolvió a desear amor,

y este caso previniendo,nada pierdo en conservalla."

DoÑALucRECIA: ¿Qué enredos inventas? ¡Calla!¡Tal pudo decir don Mendo?

¿Que tu afición agradezcaquieres así disponer?¿Piensas que te he de querer,aunque a don Mendo aborrezca?

CONDE: Oye.DoÑA LucRECIA: No me digas nada.CONDE:Averígualo advertida,

y dame pena ofendida,o premio desengañada.

Y, si por amarte yo,duda en mi verdad has puesto,

226 JUAN RUIZ DE ALARCON LAS PAREDES OYEN 227

sírvate de indicio aquesto,ya que de probanza no:

él va tras ella a Alcalá,y no es éste mal testigodel desengaño que digo.Despacha tú quien allá

con cuidado y sin pasiónsecretamente lo siga,y si mi verdad te obliga,premia un leal corazón;

que será culpable errorque prefiera tu cuidadoun engaño averiguadoa un averiguado amor.

DoÑA LucRECIA: La verdad diciendo estás,que si negándola estoy,no es que crédito no doy,sino que pena me das.

¡Ah, falso! ¡Ah, mal caballero!¡Plegue a Dios que en igual gradoamante y desengañadopruebes el mal de que muero!

¡Pluguiera a Dios, Conde mío,pudiera en esta ocasiónmudarse la inclinaciónal paso del albedrío!

Mas vive cierto, señor,que, si me has dicho verdad,te dará mi voluntadlo que te niega mi amor.

CONDE:Yo lo estimo de esa suerte.DoÑA LucRECIA: Tanto más me deberás

cuanto me forzare más,Conde, por corresponderte.

(Vanse.)

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228 JUAN RUIZ DE ALARCON 1LAS PAREDES OYEN 229

BELTRÁN:¿Es el azar encontrar

ESCENA XVI • una mujer pedigüeña?Si ése temes, en tu vida

La calle Mayor de Madrid, y en ella la casa de doña Ana. en poblado vivirás,

Don Juan y Beltrán, de noche. porque, ¿dónde encontrarás

BELTRÁN:El duque Urbino esta nochehombre o mujer que no pida?

111

bien pudiera perdonarte.Cuando dar gritos oyeres

DoN JuAN: ¿Qué puede querer?diciendo: "[Lienzo!" a un lencero,

BELTRÁN: Llevarte 7rnte dice: "Dame dinero, 750

querrá consigo en el coche,si de mi lienzo quisieres."

amarrado a un duro banco,El mercader claramente

sin poderte entretenerdiciendo está, sin hablar:

cuando el decir y el hacer"dame dinero, y llevar

anda por las calles franco.podrás lo que te contente".

Que, noche de San Juan, hallo,Todos, según imagino,

si un peón sabe embestir,piden, que para vivir,

que suele solo rendires fuerza dar y pedir

más que treinta de a caballo;cada uno por su camino:

que hay mujer que en el engaño 720con la cruz el sacristán, 760

que en esta noche previene,con los responsos el cura,

librados los gustos tieneel monstro con su figura,

de los deseos de un año.con su cuerpo el ganapán;

Cuál llega al poblado cocheel alguacil con la vara,

de angélica jerarquía,con la pluma el escribano,

y siendo paje de día,el oficial con la mano,

pasa por marqués de noche.y la mujer con la cara.

Cuál sin pensar se acomodaY ésta, que a todos excede,

con la viuda disfrazada,con más razón pedirá,

que entre galas de casada 730 pues que más que todos da, 770

hurta los gustos de boda.y menos que todos puede.

Cuál encuentra y desbarata Y el miserable que el dar

una sarta de doncellas, tuviere por pesadumbre ...

de quien son las manos bellas -ellas piden por costumbre-

engazaduras de plata. haga costumbre en negar;

Cuál se llega a las que van que tanto, desde que nacen,

brindando los retozones, el .pedir usado está,

y trueca a mil refregones que pienso que piden ya

un pellizco que le dan. sin saber lo que se hacen:

DoN JuAN: Quien los encuentros enseña, 740 y así, es fácil el negar, 780

encuentre con un azar. porque se puede inferir

230 JUAN RUIZ DE ALARCON

que quien pide sin sentir,no sentirá no alcanzar.

DoN JuAN: Aunque más razones halles,no has de quitarme el temor,Beltrán; que el azar mayores el no tener que dalles:

y más si la que he adoradose dignase de mis dones.

BELTRÁN:¿Aun te duran tus pasiones? 790DoN JuAN: Ardo más, más desdeñado.BELTRÁN:Este es el Duque.

ESCENA XVII

El Duque y Don Mendo, de noche. Don fuan y Beltrán.

DUQUE: ¡Don Juan!DoN JuAN: Deme los pies vueselencia.DUQUE: Ya acusaba vuestra ausencia.DoN JUAN: Si don Mendo de Guzmán,

Apolo de discreción,acompañándoos está,señor, ¿que falta os haráel que en su comparación

luz de una estrella no envía? 800DoN MENDO:Merced recibo de vos.DUQUE: La amistad de entre los dos

extraña la cortesía.DoN JuAN: Decidme, pues, el intento

con que hemos sido llamados.DoN MENDO:Aquí tenéis dos criados.DUQUE: Dadme pues oído atento.

Hombre que a la corte vienerecién heredado y mozo,pájaro que estrena el viento, 810nave que se arroja al golfo,que a los ojos de su reyy a los populares ojosni debe mostrar flaqueza,ni puede esconder el rostro,ha de regir sus acciones

LAS PAREDES OYEN

por los expertos pilotos,obligados, por parientes,por amigos, cuidadosos.Con esta ley os obligo,y con esta fe os escojocapitanes veteranosdeste soldado bisoño.Acompañadme los dos,advertidme lo que ignoro,decidme el nombre, el estadoy la calidad de todos;y en lo de las cortesíasprincipal cuidado os pongo,advirtiendo que con nadiepretendo pecar de corto:que el señor siempre es señor,como Apolo siempre Apolo,aunque en lugares indignosentren sus rayos hermosos.Lengua honrosa, noble pecho,fácil gorra, humano rostroson voluntarios Argelesde la libertad de todos.Enseñadme los bajíosen que tocar suelen otros;cuál es Acates fíel,y cuál Sinón cauteloso;ya del dulce lisonjeroel veneno en vaso de oro,ya la canora sirena,porque me defienda sordo.Al fin los dos sois el hilo;la corte, el cretense monstro:por mí corren mis aciertos,y mis yerros por vosotros.

DoN MENDO:Yo confieso que es muy débilpara ese cielo este polo;más suplirán mis deseosel defecto de mis hombros.

DoN JuAN: De no ser un Quinto Fabiohoy con mi suerte me enojo;

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830

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850

232 JUAN RUIZ DE ALARCON

mas el que soy, obedientea serviros me dispongo.

DuQUE: Con eso, en nombre de Dios,seguro a la mar me arrojo.Vamos andando las callesmientras pregunto y me informo.

DoN MENDO:Ésta es la calle Mayor.DoN JuAN: Las Indias de nuestro polo.DoN MENDo: Si hay Indias de empobrecer,

yo también Indias la nombro.DoN JuAN: Es gran tercera de gustos.DoN MENDO:Y gran cosaria de tontos.DoN JuAN: Aquí compran las mujeres.DoN MENDO:Y nos venden a nosotros.DUQUE: ¿Quién habita en estas casas?DoN JuAN: Don Lope de Lara, un mozo

muy rico, pero más noble.DoN MENDO:Y menos noble que tonto.

(Hacen dentro ruido de baile.)

DUQUE: Tened, que bailan allí.DoN JuAN: San Juan es fiesta de todos.DoN MENDO:Yo aseguro que van éstos

más alegres que devotos.DUQUE: ¿Quién vive aquí?DoN JuAN: Una viuda,

muy honrada y de buen rostro.DoN MENDO: Casta es la que no es rogada:

alegres tiene los ojos.BELTRÁN:(Ap. ¡Bien haya tan buena lengua!

¡Vive Cristo, que es un Momo!)DoN JuAN: Esta imagen puso aquí

un extranjero devoto.DoN MENDo: Y entre aquestas devociones

no le sabe mal un logro.DoN JuAN: Un regidor desta villa

hizo este hospital famoso.DoN MENDO:Y primero hizo los pobres.BELTRÁN:(Ap. Por Dios que lo arrasa todo.)

8f10

LAS PAREDES OYEN 233

ESCENA XVIII

870

Doña Ana y Celia, a la ventana. Dichos, en la calle.

DoÑA ANA: Hoy hace, Celia, tres añosque mi esposo con sus díasdio fin a mis alegríasy dio principio a mis daños.

CELIA: Si de Alcalá te venistesólo a gozar la alegríaque Madrid hace este día, goo¿por qué quieres estar triste?

¿Por qué con esta memoriatan injusta guerra muevescontra el contento que debesa noche de tanta gloria?

Ya que tu luto funestote impide el salir de casahoy, que los límites pasael estado más honesto,

y estar quieres encerrada 910

noche que el uso permiteque los altares visitela doncella más honrada;

con quien pasa, tus enojosdivierte, señora mía,y niegue esta celosíalo que conceden tus ojos.

Las doce han dado, señora:oye del segundo esposoel pronóstico dichoso. 920

DoÑAANA: A don Mendo el alma adora.DoN MENDO: Don Juan de Mendoza ...DoÑAANA: ¡Ay, Dios!

don Mendo, ¿no es el que habló?CELIA: Sí; mas a don Juan nombró.DoÑA ANA: ¿Quién duda que de los dos

es don Menda de Guzmánpronóstico para mí,

880

890

234 JUAN RUIZ DE ALARCóN

pues antes su voz oíque no el nombre de don Juan?

CELIA: Mas, ¿qué fuera que ordenara 93ºel destino soberanoque tu blanca hermosa manopara don Juan se guardara?

DoÑA ANA: Calla, necia. ¿Quién pensótan notable desatino?¿Qué importará que el destinoquiera, si no quiero yo?

Del cielo es la inclinación:el sí o el no todo es mío;que el hado en el albedrío 940no tiene jurisdición.

¿Cómo puedo yo quererhombre cuya cara y talleme enfada sólo en miralle?

CELIA: El amor lo puede hacer.DoÑA ANA: Sólo quitará el morirme,

Celia, a don Mendo mi mano,que está el plazo muy cercanoy mi voluntad muy firme.

DuQUE: ¿Cúyos son estos balcones? 95ºDoN JUAN: De doña Ana de Contreras:

el sol por sus vidrierassuele abrasar corazones.

DoÑA ANA: Escucha, que hablan de mí.DUQUE: ¿Es la viuda de Siqueo?DoN JuAN: La misma.DuQuE: Verla deseo.DoN MENDO: Pues agora no está aquí.

(Ap. Ni yo en mí, que estoy sin ella.)DuQUE: ¿Dónde fue?DoN MENDO: Velando está

a San Diego en Alcalá. 960DUQUE: La fama dice que es bella.DoN JuAN: Pues por imposible siento

que en algo la haya igualadoel dibujo que ha formadola fama en tu pensamiento;

que en belleza y bizarría,

LAS PAREDES OYEN 235

en virtud y discreción,vence a la imaginación,si vence a la noche el día.

DoN MENDO: (Ap. ¡Plega a Dios que esta alabanzano engendre en el Duque amor!Que con tal competidormal vivirá mi esperanza.

Yo quiero decir mal dellapor quitar la fuerza al fuego.)Ciego sois o yo soy ciego,o la viuda no es tan bella.

Ella tiene el cerca feo,si el. lejos os ha agradado;que yo estoy desengañado, 98oporque en su casa la veo.

DuQuE: ¿Visitáisla?DoN MENDO: Por pariente

alguna vez la visito;que si no, fuera delito,según es impertinente.

DoÑA ANA: ¡Ah, traidor!DoN MENDO: Si el labio mueve

su mediano entendimiento,helado queda su alientoentre palabras de nieve.

BELTfü\N: (Ap. ¡Ya escampa!)DoN JuAN: (Ap. a Beltrán.)

,,~1:¡,

¿Que trate así 990un caballero a quien ama?

BELTRÁN:Esto dice de su dama:¡mira qué dirá de ti!

DoN MENDO: Pues la edad no sufre engaños,aunque la tez resplandece.

DoÑA ANA: ¡Ah, falso! ¿Qué te parece? (A Celia.)Aun no perdona mis años.

DoN MENDO:Mil botes son el Jordáncon que se remoza y lava.

DUQUE: (Ap. los dos.)¿Pues cómo don Juan la alaba? 1000

DoN MENDO: Para entre los dos, don Juan

es un buen hombre, y si digoque tiene poco de sabio;puedo, sin hacerle agravio.Vuestro deudo es y mi amigo;

mas esto no es murmurar.DoN JuAN: ¡Que queráis poner defeto

en tan hermoso sujeto!DoN MENDO:En la rosa suele estar

oculta la aguda espina.DoN JuAN: Ellos son gustos, y al mío,

o del todo desvarío,o esta mujer es divina.

DoN MENDO: Poco sabéis de mujeres.DoN JuAN: Veréisla, Duque, algún día,

y acabará esta porfíade encontrados pareceres.

DoN MENDO: (Ap. Don Juan me quiere matar,y aquello mismo que he hechopara sosegar el pecho 1020

del Duque, me ha de dañar.)CELIA: (A su ama.) ¿Qué te parece?DoÑAANA! Estoy loca.CELIA: ¿A este hombre tienes amor?DoÑA ANA: El pecho abrasa el furor:

fuego arrojo por la boca.¿Posible es que tal oí?

Vil, ¿a quien te quiere infamas?¿Así tratas a quien amas?

CELIA: No ama quien habla así.Él te engaña.

DoÑA ANA: Claro está.Dí que me traigan un coche:volvamos, Celia, esta nochea amanecer a Alcalá,

que lo que ahora escuchécastigo del cielo ha sidopor haber interrumpidolas novenas que empecé.

CELIA: Antes este desengañole debes a esta venida.

236 JUAN RUIZ DE ALARCóN

1010

Don Juan y Beltrán, el Duque y Don Mendo.

(Hacen dentro ruido de cuchilladas.)

DoN MENDO:Allí suenan cuchilladas.DUQUE: Estas damas, de mi voto,

sigamos.DoN MENDO: (Aparte con don Juan.) Es más devoto

de mujeres que de espadas.DoN JuAN: (Ap. a su criado.)

Y así al más amigo abona,para que advertido estés.

BELTRÁN:(Ap. a don Juan.) Su lengua en efeto esla que a nadie no perdona.

LAS PAREDES OYEN 237

DoÑAANA: Si con él pierdo la vida,mejor me estaba el engaño.

(Quítanse de la ventana.)

1040

ESCENA XIX

ACTO SEGUNDOESCENA I

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1o60

Habitación del Duque en Alcalá de Henares.

El Duque, Don Juan y Beltrán, todos de color.

DuQUE: ¿Cómo los toros dejáis?DoN JuAN: Viéndome sin vos en ellos,

estaba de los cabellos.Del juego, ¿cómo quedáis?

Que era robado el partido.DUQUE: Cogiéronme de picado.

He perdido, y me he cansado.DoN JuAN: Mil cosas habéis perdido,

el descanso y el dineroy los toros.

BELTRÁN: ¿Que haya juicioque del cansancio haga vicio,

1050

238 JUAN RUIZ DE ALARCON

y tras un hinchado cuero,que el mundo llama pelota,

corra ansioso y afanado?¡Cuánto mejor es, sentado,buscar los pies a una sota

que moler piernas y brazos!Si el cuero fuera de vino,aun no fuera desatinosacarle el alma a porrazos.

Pero, ¡perder el alientocon una y otra mudanza,y alcanzar, cuando se alcanza,un cuero lleno de viento;

y cuando, una pierna rota,brama un pobre jugador,ver al compás del dolorir brincando la pelota!

DoN JuAN: El brazo queda gustososi bien la pelota dio.

BELTRÁN:Séneca la comparóal vano presuntüoso;

y esa semejanza ha dadosin duda al juego sabor,porque no hay gusto mayorque apalear un hinchado.

Mas si miras el contentode un jugador de pelota,y un cazador que alborotacon halcón la cuerva al viento,

¿por dicha tendrás la risaviendo que a presa tan cortaque, vencida, nada importa,corre un hombre tan de prisa,

que apenas tocan la yerbalos caballos voladores?¡Válgaos Dios por cazadores!¿Qué os hizo esa pobre cuerva?

DUQUE: De la guerra has de pensarque es la caza semejanza,y así el ardid, la asechanza,

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LAS PAREDES OYEN 239

el seguir y el .alcanzares gustoso pasatiempo.

BELTRÁN:¿Mil contra una cuerva? Sí,bien dices, que son asílas pendencias <leste tiempo.

DoN JuAN: Beltrán, satírico estás.BELTRÁN:¿En qué discreto, señor,

no predomina ese humor?DoN JuAN: Como matas morirás.BELTRÁN:En Madrid estuve yo

en corro de tal tijera,que la pegaba cualquieraal padre que lo engendró;

y si alguno se partíadel corro, los que quedaban,mucho peor dél hablabanque él de otros hablado había.

Yo, que conocí sus modos,a sus lenguas tuve miedo,y, ¿qué hago? Estoyme quedohasta que se fueron todos.

Pero no me valió el arte;que ausentándose de allí,sólo a murmurar de míhicieron un corro aparte.

Si el maldiciente miraraeste solo inconveniente,¿hallárase un maldicientepor un ojo de la cara?

DoN JuAN: ¿Fuera por eso peor?BELTRÁN:Espántome que eso ignores:

más que cien predicadoresimporta un murmurador.

Yo sé quién ni con sermones,ni cuaresmas, ni consejosde amigos sabios y viejos,puso freno a sus pasiones,

ni sus costumbres redujoen gran tiempo; y solamentede temor de un maldiciente,vive ya como un cartujo.

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240 JUAN RUIZ DE ALARCON • LAS PAREDES OYEN 241

DUQUE: Digo que tenéis, don Juan, 1 DUQUE: Que a su tiempo me despiertes,entretenido criado, te encargo.

DoN JUAN: Es agudo, y ha estudiado DoN JuAN: Tendré cuidado.algunos años Beltrán.

(Vase el Duque.)DUQUE: ¿Qué hay de doña Ana?DoN JuAN: Esta noche

parte, sin duda, a Madrid. • ESCENA IIDuQUE: Nuestra invención prevenid.DoN JuAN: Ella, Duque, va en su coche; Don [uan y Beltrán.

su gente en uno alquilado. 1150

DUQUE: Bien nos viene. BELTRÁN:¿Por qué, señor, no has pintado 1180

DoN JuAN: Así lo espero. caballos, toros y suertes?DuQUE: ¿Apercibióse el cochero? Que con eso, y con tratarDoN JuAN: Ya, señor, lo he concertado. mal a los calvos, hicierasDUQUE: ¿Y está en los toros doña Ana? comedias con que pudierasDoN JUAN: No la he visto, pero sé tu pobreza remediar.

que cuando en ellos esté, A que te cuenten, me obligo,ni en andamio ni en ventana seiscientos por cada una.

de suerte estará que pueda DoN JuAN: Pues supongamos que en unaser de nadie conocida; eso que me adviertes digo;que no por fiestas olvida u6o en otra, ¿qué he de decir? 1190

obligaciones que hereda. Que a un poeta le está malDuQUE: ¿Cuántos toros vistes? no variar, que el caudalDoN JuAN: Tres, se muestra en no repetir.

y entró don Mendo al tercero, BELTRÁN:Para dar desconocidosdespreciando en un overo estos platos duplicados,al amor y al interés. dar aquí calvos asados

Salió con verde librea, y acullá calvos cocidos.robando así corazones, Pero, señor, a las verasque aun el toro a sus rejones vuelva la conversación.con su muerte lisonjea. ¿No me dirás la intención 1200

DuQUE: ¿Tan bueno anduvo el Guzmán? u70 que llevan estas quimeras?DoN JuAN: En todo es hombre excelente ¿Para qué se han prevenido

don Mendo. los dos capotes groseros?DUQUE: (Ap. ¡Cuán diferente ¿Qué es esto de los cocheros?

suele hablar él de don Juan!) DoN JuAN: Escucha: irás advertido.Cansado estoy. Desde aquella alegre noche

DoN JuAN: Reposar que al gran Precursor el suelopodéis, señor, entre tanto celebra por alba hermosaque da Tetis con su manto del Sol de Justicia eterno;a nuestra invención lugar. de la encontrada porfía 1210

242 JUAN RUIZ DE ALARCóN LAS PAREDES OYEN 243

en que me opuso don Mendo, para esto la prevencióna mil gracias que conté de los capotes groseros;de doña Ana, mil defetos, que a tales trazas obligaen el corazón del Duque en ella, el recato honesto,nació un curioso deseo en el Duque, sus antojos,de cometer a sus ojos y en mí, Beltrán, mis deseos.la difinición del pleito. BELTRÁN:Todo lo demás alcanzo,A don Mendo le explicó y eso postrero no entiendo.

126oel Duque este pensamiento, ¿Cómo en el amor del Duquey para ver a doña Ana 1:1120 funda el tuyo su remedio?quiso que él fuese el tercero. DoN JuAN: Mientras sin contrario fuerteEl se excusó, procurando ame doña Ana a don Mendo,divertirlo <leste intento, ella está en su amor muy firme;o temiendo mi vitoria, a mudalla no me atrevo;o anticipando sus celos. y como el Duque es personaCreció en el mancebo Duque a cuyas fuerzas y ruegosel apetito con esto; puede mudarse doña Ana,que sospechando su amor, que la conquiste pretendo,hizo tema del deseo. para que andando mudable, 1270

Declaróme su intención, 1230 entre los fuertes opuestos,y yo en su ayuda me ofrezco, no estando firme en su amor,dándome esperanza a mí esté flaca a mi deseo.lo que temor a don Mendo. BELTRÁN:Ésa es cautela que enseñaY como doña Ana estaba el diestro don Luis Pacheco,aquí velando a San Diego, que dice que está la espadavenimos hoy a los toros más flaca en el movimiento.más por verla que por verlos. DoN JuAN: Mejor se sujeta entonces:Y sabiendo que esta noche de esa lición me aprovecho.

1280se parte mi dulce dueño, BELTRÁN:Y dime, por vida tuya,por quien ya comienza Henares 1240 ¿agora sales con esto?el lloroso sentimiento, ¿No eres tú quien me dijiste:por poder gozar mejor "Si desta vez no la muevo,de su cara y de su ingenio, morirá mi pretensión,porque las gracias del alma aunque vivan mis deseos?"son alma de las del cuerpo, DoN JuAN: Imita mi amor al hijotrazamos acompañarla, de la tierra, aquel Anteo,sirviéndole de cocheros, que, derribado, cobrabanuevos faetontes del sol, nueva fuerza y valor nuevo.si atrevidos, no soberbios. BELTRÁN:Pensé que desesperado 1290

Con los cocheros ha sido 1250 lo curabas como a muerto,para este fin el concierto, que aunque la traza es aguda,

244 JUAN RUIZ DE ALARCóN

pongo gran duda en ·SU efeto,que el Duque es muy poderoso:llevarála.

DoN JuAN: Por lo menos,si vence, alivio seráque por un Duque la pierdo;y si no, consolarámever que lo que yo no puedo,tampoco ha podido un Duque.

BELTRÁN:En fe de aquesos consueloshas cortado la cabezatotalmente a tus intentos,y estando tu mal dudoso,has querido hacerlo cierto.Quieres que el Duque la llevepor quitársela a don Mendo,y del daño el daño mismohas tomado por remedio.El epigrama que a Faniohizo Marcial, viene a pelo.

DoN JuAN: ¿Cómo dice?BELTRÁN: Traducido,

dice así en lenguaje nuestro:"Queriendo Fanio huírsus contrarios, se mató.¿No es furor, pregunto yo,para no morir, morir?"

DoN JuAN: El epigrama es agudo,mas la aplicación te niego;que no es, como tú imaginas,que venza el Duque, tan cierto;que si él es grande de España,es el querido don Mendo,y esto es ser grande tambiénen la presencia de Venus.

BELTRÁN:Grandes son los dos contrarías,y tú, señor, muy pequeño;mas si Fortuna te ayuda,juzgo posible tu intento.Dos valientes salteadorespor un hurto que habían hecho

1300

Sala de paso en la casa donde se hospeda doña Ana, en Alcalá.

Doña Ana y Doña Lucrecia, de camino.

DoÑA ANA: ¿Cómo en los toros te ha ido?DOÑALucRECIA: Jamás hicieron provecho

en las dolencias del pecho 1340

los remedios del sentido;que en un rabioso cuidado,

tanto con el alma asisto,que aunque los toros he visto,"prima, no los he mirado.

DoÑAANA: Yo apostaré que hay amor.DoÑA LucRECIA: Forzoso es ya que te cuente,

porque el daño no se aumente,.la causa de mi dolor.

Doce veces ha vestido 1350

Febo de luz a su hermana,después, hermosa doña Ana,que me sujetó Cupido.

Mas no fácil en mi amorllevó el que adoro la palma,que al postrer precio del almale rendí el primer favor.

Hasta aquí te lo he callado,porque muestra liviandadla que sin necesidad 1360

manifiesta su cuidado;mas ya que teme el amor,

si callo, un agravio irijusto,

LAS PAREDES OYEN

riñeron; que cada cuallo quiso llevar entero:y mientras ellos reñían,un ladroncillo raterocogió la presa.

DoN JuAN: Dios quieraque me suceda lo mesmo.

(Vanse.)

ESCENA III

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246 JUAN RUIZ DE ALARCON

viendo que se anega el gusto,se arroja a nado el honor.

Don Menda es, pues, el sujetopor quien quiso amor que muera,que menor causa no hicieraen mí tan tirano efeto.

Supe que daba en mirar 1370tu belleza soberana;que sólo por ti, doña Ana,me pudiera a mí olvidar.

A mi celosa querellasatisfacer intentó;mas aunque el fuego aplacó,quedó viva la centella.

Supe que a Henares veníahoy con galas y librea:¿por quién quieres tú que sea, 13Bosi a mí en Madrid me tenía?

Pedí a mi padre licenciapara venir a Alcalá,y porque estabas tú acá,me ha permitido esta ausencia.

No vine a los toros, no,mas a impedir nuestro daño,con que sepas tú tu engañoy mi desengaño yo.

Y porque probar pretendo 1390mi verdad, este papelmira, y confirma con éllas traiciones de don Menda.

A los celos satisfacede que yo cargo le hice:mira de ti lo que dice,y contigo lo que hace.

(Da un papel a doña Ana.)DoÑAANA: (Lee.) "Tu sentimiento encareces,

sin escuchar mis disculpas:cuanto sin razón me culpas, 1400tanto con razón padeces.Si miras lo que mereces,

verás cómo la pasiónte obliga a que sin razónagravies en tu locuracon las dudas la hermosura,con los celos la elección.

Lucrecia, de ti a doña Anaventaja hay más conocida,que de la muerte a la vida, 1410de la noche a la mañana.¿Quién a la hermosa Dianatrocará por una estrella?Deja la injusta querella,desengaña tus enojos,que tengo un alma y dos ojospara escoger la más bella."

DOÑALucRECIA: ¿Qué dices de ese papel?DoÑAANA: Si estás viendo, prima, aquí

lo que él ha dicho de mí, 1420¿qué quieres que diga dél?Pierde el cuidado crüelque te obliga a recelar,cuando así me ves tratar,si es cosa cierta el nacerla injuria de aborrecer,y la alabanza de amar.

Mas cansada te imagino:entra a reposar un rato,que para hablar de tu ingrato, 1430será tercero el camino.

DoÑALucRECIA: Mi celoso desatinoel sueño me ha de impedir.

DoÑA ANA: A las doce es el partirforzoso.

DoÑALucRECIA: Y tú, ¿no reposas?DoÑAANA: No, Lucrecia; que mil cosas

me faltan por prevenir.DoÑA LucRECIA: ¿Puedo ayudarte?DoÑAANA:· Ayudarme

dejarme sola será.DoÑALucRECIA: El obedecerte es ya 1440

forzoso. (Vase.)

LAS PAREDES OYEN 247

248 JUAN RUIZ DE ALARCON

DoÑAANA: (Ap. Como el matarme.)¡Celia! (Llamando.)

ESCENA IV

Celia. Doña Ana.DoÑAANA: Ven, ven a ayudarme

a lamentar mi tormento:presta tu voz a mi aliento;que en desventura tan grave,por una boca no cabea salir el sentimiento.

CELIA: ¿Qué ha sido?DoÑA ANA: Nuevos agravios

del vil don Mendo, que en sumafirma también con la pluma 1450lo que afirmó con los labios.

CELIA: Mudar consejo es de sabios;hasta aquí nada has perdido;tu misma vista y oídote han avisado tu daño:agradece el desengañoque a tan buen tiempo ha venido.

Quien así te injuria ausente,y presente lisonjea,o engañoso te desea, 146oo deseoso te miente;y cuando cumplir intentelo que ofrece y ser tu esposo,si ordinario y aun forzosoes el cansarse un marido,¿cómo hablará arrepentidoquien habla así deseoso?

DoÑAANA: No es, Celia, mi corazónángel en aprehender,que nunca pueda perder 1470la primera aprehensión:no es bronce mi corazón,en quien viven inmortaleslas esculpidas señales;

LAS PAREDES OYEN

mudarse puede mi amor:si puede, ¿cuándo mejorque con ocasiones tales?

No pienses que está ya en mítan poderoso y enteroel gigante amor primeroa quien tanto me rendí.Desde la noche que oímis agravios, la memoriaen tan afrentosa historiatan rabiosamente piensa,que entre el amor y la ofensadudaba ya la vitoria;

pero con tan gran pujanzala nueva injuria ha venido,que del todo se ha rendidoel amor a la venganza.

CELIA: ¿Serás firme en la mudanza?DOÑAANA: O el cielo mi mal aumente.CELIA: Tus venturas acreciente,

como el contento me ha dadotu pensamiento, mudadode un hombre tan maldiciente.

Que desde que estando un díaviéndote por una reja,la cerré, y me llamó vieja,sin pensar que yo lo oía,tal cual soy, no lo querría,si él fuese del mundo Adán.

DoÑAANA: Que eran botes mi Jordándijo de mí: ¿qué te alteraque a tus años se atreviera?

CELIA: ¡Cuán diferente es don Juan!Ofendido y despreciado,

es honrar su condición,cuanto el lengua de escorpiónofende, siendo estimado.Una vez, desesperado,don Juan se quejaba así:"¿Qué delito cometíen quererte, ingrata fiera?

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250 JUAN RUIZ DE ALARCóN

¡Quiera Dios! ... Pero no quiera;que te quiero más que a mí."

¡Si vieras la cortesíay humildad con que me hablócuando licencia pidiópara verte el otro día!¡Si vieras lo que decíaen mi defensa a un errado,que porfiaba arrojadoque si yo dificultabala visita, lo causabaser él pobre y desdichado!

¡Si vieras! ... Pero, ¿qué vierasque igualase a lo que viste,cuando del traidor le oístedefenderte tan de veras?Ya te ablandaras, si fuerasformada de pedernal.

DoÑA ANA: ¿Qué te obliga a que tan malte parezca mi desdén?

CELIA: Tener a quien habla bieninclinación natural;

y sin ella, me obligarala razón a que lo hiciera.

DoÑA ANA: Celia, ¡si don Juan tuvieramejor talle y mejor cara! ...

CELIA: ¡Pues cómo! ¿En eso reparauna tan cuerda mujer?En el hombre no has de verla hermosura o gentileza:su hermosura es la nobleza,su gentileza el saber.

Lo visible es el tesorode mozas faltas de seso,y las n1ás veces por esotopan con un asno de oro.Por eso no tiene el moroventanas; y es cosa claraque, aunque al principio reparala vista, con la costumbre

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LAS PAREDES OYEN

pierde el gusto o pesadumbrede la buena o mala cara.

DoÑA ANA: No niego que desde el díaque defenderme le oí,tiene ya don Juan en mí 1560mejor lugar que solía;porque el beneficio críaobligación natural:y pues el rigor mortalaplacó ya mi desdén,principio es de querer bienel dejar de querer mal.

Pero no fácil se olvidaamor que costumbre ha hecho,por más que se valga el pecho 1570de la ofensa recebida;y una forma corrompidaa otra forma hace lugar.Mas bien puedes confiarque el tiempo irá introduciendoa don Juan, pues a don Mendahe comenzado a olvidar.

CELIA: ¿Podré yo ver el papel?DoÑA ANA: Pide luces, que la oscura

noche impedirte procura 1580ver mis agravios en él.

(Celia se entra por un momento a dar el recado, y vuelve.)

ESCENA V

Un escudero, con luces; Celia. Después, el Duque y don Juan.Doña Ana.

CELIA: Ya están las luces aquí.DoÑAANA: Ten el papel. (Dale el papel a Celia.)EscuDERO: (A doña Ana.)

Dos cocherospiden licencia de veros.

DoÑA ANA: Entren.EscuDERO: Entrad.

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252 JUAN RUIZ DE ALARCON

(Vase el Escudero, y salen el Duque y don Juan, de cocheros)

DoN JuAN: (Ap. al Duque.)Pues a ti

nunca te ha visto, segurohabla de ser conocido,mientras yo callo, escondidoen manto de sombra obscuro.

DUQUE: El cielo os guarde, señora. 1590

DoÑA ANA: Bien venido.DuQUE: Acá me envía

el cochero que os servía,y no puede hacerlo agora,

rendido a un dolor crüel.¿A qué hora habéis de partir?Que os tengo yo de serviresta jornada por él.

DoÑAANA: ¿Tanto es su mal?DoN JuAN: Por lo menos

no podrá serviros hoy.DoÑA ANA: Pésame.DUQUE: Persona soy rfoo

con quien no lo echaréis menos.DoÑAANA: A media noche esté el coche

prevenido a la carrera.DUQUE: Y será la vez primera

que el sol sale a media noche.DoÑA ANA: ¿Cómo es eso?DUQUE: Como es eso.DoÑA ANA: ¿Tierno sois?DUQUE: ¿Es contra ley?

Alma tengo como el rey:aunque este oficio profeso,

no huyo de amor los males, 16wque si por ellos no fuera,yo os juro que no estuvieracubierto destos sayales.

DoÑA ANA: ¿Pues qué? ¿Son disfraz de amorpor infanta pretendida?

DUQUE: Puede ser.

DoÑA ANA: ¡Bien, por mi vida!(Ap. El cochero tiene humor.)

CELIA: Don Mendo viene.DoÑA ANA: Id con Dios,

y a media noche os espero.DUQUE: Tengo, por mi compañero,

también que tratar con vos;que es suyo el coche en que va

vuestra gente; y esta nocheya veis cuánto vale un coche,y concertado no está.

La visita recebid,que los dos esperaremos.

DoÑAANA: Por eso no reñiremos,si con bien llego a Madrid.

DUQUE: Señora, entre padres e hijosparece bien el concierto.

(Retíranse el Duque y don Juan, pero quédanse acechandouna puerta.)

LAS PAREDES OYEN

ESCENA VI

Don Menda y Leonardo. Dichos.

DoN MENDO: ¡Gloria a Dios, que llego al puertode combates tari prolijos!

DUQUE: (Ap. a don Juan.)Escuchar pretendo así

si a don Mendo favorecedoña Ana.

DoN JuAN: Pues, ¿qué os parece?DUQUE: Que por mi daño la vi.

ESCENA VII

253

1620

1630

tras

Doña Lucrecia y Ortiz, quedándose a una puerta en acecho.Dichos.

DoÑA LucRECIA: (Medio para sí.)¡Don Mendo con ella, cielos!

254 JUAN RUIZ DE ALARCóN

ÜRTIZ: (Ap. a su ama.) ¿Si sabe que estás acá?DoÑA LucRECIA: Cerca el desengaño está. r640

ÜRTIZ: Hoy averiguas tus celos.DoN MENDO: ¿Qué es esto, doña Ana hermosa?

¿No me respondes? ¿Qué es esto?¿Quién ha mudado tan prestomi fortuna venturosa?

¿Tú, señora, estás asígrave y callada conmigo?¿Quién me ha puesto mal contigo?¿Quién te ha dicho mal de mí?

Habla: dime tu querella. rGso

DoÑAANA: ¿Tú puedes causarme enojos,teniendo "un alma y dos ojospara escoger la más bella?"

DoN MENDO: (Ap. Palabras son que escribía la engañada Lucrecia.)Esperado habrá la neciaLucrecia tener de mí

favor con hacerme daño;mas no pienso que le importe.Vamos, señora, a la corte: 166o

verás si la desengaño ...DoÑA LucRECIA: (Ap. ¡Ah, falso!)DoN MENDO: Que su favor

no estimo, porque concluya,lo que una palabra tuya,aunque la engendre el rigor.

DoÑAANA: ¿Cómo, pues, "si el labio muevemi mediano entendimiento,helado queda mi alientoentre palabras de nieve?"

DoN MENDO: (Ap. Don Juan le debió de dar r670cuenta de nuestra porfía;mas aquí la industria míalas suertes ha de trocar;

que si la verdad confieso,y que el amor y el podertemí del Duque, es mujer,y despertará con eso.)

LAS PAREDES OYEN 255 11

¡111

Vuelve ese rostro, en que veocifrado el cielo de amor.

DoÑAANA: Don Menda, así está mejorquien tiene "el cerca tan feo".

DoN MENDO:Ya colijo que don Juande Mendoza, mal mirado,la contienda te ha contadode la noche de San Juan;

que conozco esas razonesque el necio dijo de ti,porque yo le defendítus divinas perfecciones.

DoN JuAN: (Medio para sí.) ¡Ah, traidor!DUQUE: (Ap. a don Juan.) Disimulad.DoN MENDO: Pero don Juan bien podía

callar, pues que yo queríaperdonar su necedad.

Mas ya que estás clesa suerteele mí, señora, ofendidaporque le dejé la vidaa quien se atrevió a ofenderte,

no me culpes, que el estarel duque Urbino presentepudo de mi furia ardiente r700

el ímpetu refrenar.CELIA: (Ap. a su ama.) ¡Qué embustero!DoÑA ANA: (Ap. ¡Qué engañoso!)CELIA: (Ap. a su ama.) ¡Mira con quién te casabas!DoN MENDO: Si por eso me privabas

de ver ese cielo hermoso,vuelve; que presto por mí

cortada verás la lenguaque en tus gracias puso mengua.

DoÑA ANA: Pues guárdate tú de ti.DoN MENDO: ¡Yo de mí! ¿Luego yo he siclo 1710

quien te ofendió?DoÑA ANA: Claro está.

¿Quién sino tú?DoN MENDO: ¿Cuánto va

que ese falso, fementido,lisonjero universal

r68o

256 JUAN RUIZ DE ALARCON

con capa de bien hablado,por adularte ha contadoque él dijo bien y yo mal?

Mas brevemente veránesos ojos, dueño hermoso,castigado al malicioso. 1720

DoÑA ANA: "Para entre los dos, don Juanes un buen hombre; y sí digo

que tiene poc0 de sabio,puedo sin hacerle agravio:vuestro deudo es y mí amigo;

mas esto no es murmurar".DoN MENDO:Eso dije a solas yo

al Duque, que se admiróde verle vituperarlo que yo tanto alabé. 1730

DoÑA ANA: Dílo al revés.DoN MENDO: Según esto,

quien contigo mal me ha puesto,el Duque sin duda fue.

¿Aun no ha llegado a la corte,y ya en enredos se emplea?¿O piensa que está en su aldea,para que nada le importe

su grandeza o calidadal necio rapaz conmigo,para no darle el castigo? 1740

DUQUE: (Medio para sí.) ¡Ah, traidor!DoN JuAN: (Ap. al Duque.) Disimulad.DoÑA ANA: ¿Qué sirven falsas excusas,

qué quimeras, qué invenciones,donde la misma verdadacusa tu lengua torpe?Hablas tú tan mal de mí,sin que contigo te enojes,¿y enójaste con quien pudocontarme tus sinrazones?Quien te daña es la verdad 1750de las culpas que te ponen.Sí pecaste y yo lo supe,¿qué importa saber de dónde?

LAS .PAREDES OYEN 257

Pues nadie me ha referidolo que hablaste aquella noche:verdad te digo, () la muerteen agraz mis años corte.Y siendo así, sabes túque son las mismas razoneslas que aquí me has escuchado, 176oque las que dijiste entonces.Y pues las sé, bien te puedesdespedir de mis favores,y, a toda ley, hablar bien,porque las paredes oyen. (Vase.)

ESCENA VIII

Don Menda, Celia y Leonardo; el Duque y don Juan, acechandodesde una puerta; doña Lucrecia y Ortiz, acechando desde otra.

DoN MENDO:Vuelve, escucha, dueño hermoso,lo que mí fe te responde;y pues oyen las paredes,oye tú mis tristes voces.

DoÑA LucRECIA: (Ap ..Mas que de tristeza mueras.) 1770

(Vanse doña Lucrecia y Ortíz.)

CELIA: (Ap: Mas que eternamente llores.)DUQUE: (Ap. a don Juan.) ¿De dónde pudo doña Ana

saber lo que aquella nochehablamos?

DoN JuAN: Yo no lo he dicho.DuQuE: Ni yo.DoN JuAN: Las paredes oyen.

· (Vanse el Duque· y don Juan.)"

DoN MENDo.: óyeme tú, Celia: asítus 'floridos años logres.

CELIA: Las que ya llamaste canas,¿cómo agora llamas flpres,?.

258 JUAN RUIZ DE ALARGO!'<

DoN MENDO: ¿Quién te ha dicho tal de mí,Celia?

CELIA: Las paredes oyen. (V ase.)

ESCENA IX

Don Mendo y Leonardo.

DoN MENDO: ¿Qué es esto, suerte enemiga?¿Por tan falsas ocasiones,tan verdadera mudanzaen voluntad tan conforme?¡Que pueda ser quien me ha dadolos más estrechos favores,a mi acusación de ceray a mi descargo de bronce!¿A mis contrarios escuchas?¿A malos terceros oyes?¿A mí el oído me niegas?¿A mí la cara me escondes?

LEONARDO:Con la pasión no discurres.¿Posible es que no conocesque tan extraños efetosa mayor causa responden?No por las culpas que dice,hay mudanza en sus amores;antes por haber mudanza,aquestas culpas te pone;que si el enojo que vescausaran tus sinrazones,no tan resuelta negaralos oídos a tus voces;que a quien obligan ofensasde quien ama a que se enoje,la satisfación deseacuando la culpa propone.Doña Ana no quiso oírte,y así me espanta que ignoresque culpas ha menester,pues huye satisfaciones;y el que anda a caza de culpas,

1780

179º

1800

1810

LAS PAREDES OYEN

intención resuelta esconde,y pretende dar colorde castigo a sus errores.

DoN MENDO:Bien imaginas.LEONARDO: Señor,

ciego estás, pues no conocessu desamor en su ausencia, 18~0su engaño en sus dilaciones.Dilató por las novenasel matrimonio: engañóte;que no hay mujer que al amorprefiera las devociones.Con secreto caminabaa otro fin su trato doble;y por si no lo alcanzase,entretuvo sus amores.Ya lo alcanzó, y te despide 1830sin que en descargo le informes;que ha menester que tus culpassu injusta mudanza abonen.

DoN Mnxno: Agudamente discurres;mas por los celestes orbesjuro que me he de vengarde su rigor esta noche.

LEONARDO:Poderoso eres, señor.DoN MENDO: De allá han salido dos hombres.LEONARDO:Cocheros son de doña Ana.. 1840DoN MENDO: La fortuna me socorre.

ESCENA X

El Duque y don Juan, de cocheros. Don Mendo y Leonardo.

DUQUE: (Ap. con don Juan.) Ni vi hermosura mayor,ni igual discreción oí.

DoN JuAN: ¿Luego a don Mendo vencí?DUQUE: Preguntádselo a mi amor.

¡Vive el cielo, que estoy loco!DoN JuAN: (Ap. Mi invención es ya dichosa.)DUQUE: Será mi esposa.DoN\JuAN: ¡Tu esposa!

259

260 JUAN RUIZ DE ALARCóN

DUQUE: Sí.DoN JuAN: (Ap. Ni tanto ni tan poco.)DoN MENDO: Dios os guarde, buena gente.DUQUE: ¿Quién va allá?DoN MENDO: Don Mendo soy

de Guzmán.DuQUE: (Ap. a don Juan.) Por darle estoy

el castigo aquí.DoN JuAN: Detente,

que es de doña Ana esta puerta.DuQUE: ¿Qué mandáis?DoN MENDO: Que me digáis,

pues a doña Ana lleváis,a qué hora se concierta

la partida.DuQUE: A media noche.DoN MENDO: Una cosa habéis de hacer,

que me obligo a agradecer.DuQUE: Decilda.DoN MENDO: Apartar el coche

en que fuere vuestro dueño,del camino un trecho largo,haciendo del yerro cargoa la obscuridad o al sueño.

DuQUE: ¿Para qué fin?DoN MENDO: Solamente

hablarla pretendo, amigos,con espacio y sin testigos.

DuQUE: ¿Cosa que algún hecho intenteque nos cueste? ...

DoN MENDO: No os dé pena,cuando yo os amparo, el miedo.La obligación en que os quedopublique aquesta cadena,

que podéis los dos partir.DuQuE: No, señor.DoN MENDO: Esto ha de ser.

(Dale una cadena, y tómala el Duque.)

DuQuE: Una cosa habéis de hacer,si os habemos de servir.

i850

1860

1870

LAS PAREDES OYEN 261

DoN MENDO: Hablad, pues.DUQUE: Que a la ocasión

no vais más de dos amigos,porque cuantos son testigos, 1880tantos enemigos son.

DoN MENDO: Solos iremos los dos:desto la palabra os doy.

DuQUE: Con eso, a serviros voy.DoN MENDO:Y yo a seguiros.DuQUE: A Dios;

que es hora ya de partir.DoN JuAN: (Ap. al Duque.)

¿Dónde con tu intento vas?DuQUE: Presto, don Juan, lo verás.

(V ase, y síguele don Juan.)

ESCENA XI

Don Menda y Leonardo.

DoN MENDO:Manda luego apercebir,Leonardo, los dos rocines i890de campo, para alcanzaresta fiera. Hoy he de dara esta caza dulces fines.

LEONARDO:No lo dudes, pues estátan de tu parte el cochero.

DoN MENDO: Como eso puede el dinero.LEONARDO:Contra su dueño será,

si de su favor te ayudas.DoN MENDO: El primer cochero agora

no será que a su señora i900haya servido de Judas.

(Vanse.)

ESCENA XII

Campo inmediato al camino real de Alcalá a Madrid, a uncuarto de legua de aquella ciudad.

Arrieros y una muier; después, don Mendo y doña Ana,todos dentro. ·

UN ARRIERO:(Dentro, cantando.)Venta de Viveros,

¡dichoso sitio,si es cristiano el ventero,y es moro el vino!

¡Sitio dichoso,si el ventero es cristiano,y el vino es moro!

ARRIERO29: Con mi albarda y mi burrono envidio nada,que son coches de pobresburros y albardas.

UNAMUJER: Tan gustosa vengode ver los toros,que nunca se me quitandentre los oios.

ARRIERO39: Unos oios que adorollevo a las ancas:¿quién ha visto los oiosa las espaldas?

ARRIERO49: ¿Gruñes, o gritas o cantas?ARRIERO39: Mis males espanto así.ARRIERO49: ¿Somos tus males aquí?

Porque también nos espantas.Calla y toma mi consejo,que no es la miel para ti.

ARRIERO39: ¿Fuiste a ver los toros?ARRIERO49: Sí.ARRIERO39: ¿Pues no hay en tu casa espejo?ARRIERO29: ¡Ah del coche! ¿Dónde bueno?

Del camino se han salido.ARRIERO19: O el cochero se ha dormido,

o han de hacer noche al sereno.ARRIERO29: ¡Ah, Faetón de los cocheros,

que te pierdes! ¡Por acá!ARRIERO19: Por esos trigos se va.ARRIERO29: Y tras él dos caballeros.

262 JUAN RUIZ DE ALARCON

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1930

LAS PAREDES OYEN 263

ARRIERO19: De malas lenguas se quitaquien va al desierto a morar.

ARRIERO29: No van ellos a rezar,que por allí no hay ermita. 1940

ARRIERO19: ¡Arre, mula de Mahoma!Ella hace burla de mí.¡Dale, Francisco!

ARRIERO29: ¡Echa aquí!ARRIERO19: ¡Arre! ¿Qué diablo te toma? (Vanse.)DoN MENDO: (Dentro.) ¡Pára, cochero!DoÑA ANA: (Dentro.) ¿Quién es?DoN MENDO: (Dentro.) Don Mendo soy.DoÑA ANA: (Dentro.) ¡Anda!DoN MENDO: ¡Pára!

ESCENA XIII

Don Mendo, doña Ana, doña Luctecia y Leonardo.

DoÑA ANA: ¿Quién sino tú se mostraraconmigo tan descortés?

DoN MENDO: Mi exceso y atrevimientodisculpo con tu mudanza. 1950

DoÑA ANA: Llámala justa venganzay cuerdo arrepentimiento.

DoN MENDO: ¿Quién lo causó?DoÑA ANA: Tus traiciones.DoN MENDO: ¡Ah, falsa! ¿Engañarme piensas?

¿Acreditas mis ofensaspor abonar tus acciones?

Pues no lograrás tu intento.

(Llega don Mendo a pelear con doña Ana, doña Lucrecia aayudarla, y Leonardo a tener a doña Lucrecia.)

DoÑA ANA: ¿Qué es esto?DoN MENDO: Justo castigo

de tu mudanza.DoÑA ANA: ¿Conmigo

tan grosero atrevimiento? 196oDoÑALucRECIA: ¡Justicia de Dios!LEONARDO: Teneos.

264 JUAN RUIZ DE ALARCóN

DoÑAANA: ¿Hay excesos más extraños?DoN MENDO: A pesar de tus engaños

he de lograr mis deseos.

ESCENA XIV

El Duque y don Juan, de cocheros, que sacan las espadas y dansobre don Menda y Leonardo, que dejan luego a doña Ana

y doña Lucrecia.DuQuE: (Ap. a don Juan.) La venganza nos convida.DoÑA ANA: ¿Dónde están mis escuderos?

Vendido me han los cocheros.DuQuE: Por vos, señora, la vida

vuestros cocheros darán.DoN MENDO: ¿A don Mendo os atrevéis, 197º

viles?

(Desenvainan las espadas don Menda y Leonardo.)LEONARDO: Cocheros, ¿qué hacéis?

¡Que es don Mendo de Guzmán!A vuestro coche os volved.

DoN MENDO: (Ap. Furias del infierno son.)DoÑA LucRECIA: ¡Qué pena!DoÑA ANA: ¡Qué confusión!

(Retíranse don Menda y Leonardo, y el Duque y don Juanvan tras ellos.)

Cocheros, ¡tened, tened!

ACTO TERCEROESCENA I

Sala en casa de doña Ana, en Madrid. Está amaneciendo:la pieza tiene poca luz.

Doña Ana y Celia; el Duque y don Juan, de cocheros: esteúltimo retirado detrás del Duque.

DoÑA ANA: ¿No advertís lo que habéis hecho?¿Cómo tan despacio estáis?

LAS PAREDES OYEN 265

DUQUE: Por nosotros no temáis:quietad el hermoso pecho;

pues con probar la violenciaque intentó aquel caballero,en nuestro favor esperoque tendremos la sentencia.

Y por su reputaciónle estará más bien callar:no penséis que ha de tratarde tomar satisfación

por justicia un caballero.¿No veis lo mal que sonaraque herido se confesaradel brazo vil de un cochero

un tan ilustre señor,dueño de tantos vasallos?Destos casos, el callalloses el remedio mejor.

DoÑA ANA: Siéntome tan obligadade vuestro valor extraño,que el temor de vuestro dañotoda me tiene turbada.

DuQuE: No temáis.DoÑA ANA: El pecho fiel

el daño está previniendo.DuQUE: Quien pudo herir a don Mendo,

podrá defenderse dél.CELIA: (A doña Ana al oído.)

En hablar tan cortesanos,tan valientes en obrar,mucho dan que sospecharestos cocheros.

DoÑA ANA: (A Celia al oído.)Las manos

les mira, que la verdadnos dirán.

CELIA: Es gran razónpagalles la obligaciónque tienes a su lealtad,

(Toma las manos al Duque.)

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pues por estas manos quedatu honestidad defendida.(Vuélvese a hablar aparte a doña Ana.)¡Ay, señora de mi vida!Blandas son como una seda,

y en llegando cerca, sonsus olores soberanos.

DoÑA ANA: (Ap. a Celia.)¡Buen olor y buenas manos!Clara está la información.

Disimula.CELIA: (Ap. El otro está

siempre cubierto y callado:cogerélo descuidado,pues la aurora alumbra ya

lo que basta a conocello.)

(Va Celia por detrás de todos a coger de cara a don Juan.)

266 JUAN RUIZ DE ALARCON

DoÑAANA: Amigos, puesto que asíos arresgastes por mísin obligación de hacello,

desta casa y de mi haciendaos valed.

DUQUE:

CELIA:

Los pies os beso,mas yo no paso por eso;que no es razón que se entienda

que fue sin obligaciónel serviros; pues de un modose la pone al mundo todovuestra rara perfección:

porque a quien os llega a verdais gloria tan sin medida,que aunque os pague con la vida,os queda mucho a deber. 2040

(A don Juan.) Y vos, ¿sois mudo, cochero?¿De qué estáis triste? Volved,alzad el rostro, aprendedánimo del compañero.

El que riñó sin temer,¿teme sin reñir agora?

LAS PAREDES OYEN 267

2020

DuQuE: En vano os cansáis, señora;que es mudo.

CELIA: Bien puede ser.(Ap. Mas yo don Juan de Mendozapienso que es ... Él es: ¿qué dudo? 2050

El triste se finge mudopor no perder lo que goza

mientras encubierto está.)¿Quién dirás, señora, que esel callado? (Ap. a ella.)

DoÑA ANA: Dilo, pues.CELIA: ¿Quién piensas tú que será?DoÑAANA: No lo sé.CELIA: ¿Quién puede ser

quien siendo gran caballero,quisiese ser tu cocherosólo por poderte ver? 206o

¿Quién, el que con tal valoren un lance tan estrecho,pusiese a la espada el pechopor asegurar tu honor?

¿Quién, el que en penar se gozapor tu amor, y tu desdénsigue enamorado? ¿Quién,sino don Juan de Mendoza?

DoÑA ANA: Bien dices: sólo él haríafinezas tan extremadas. 2070

CELIA: Bien merecen ser premiadas.DoÑAANA: Que no las pierde, confía.DuQUE: El sol sale, porque vos,

que sol al mundo habéis sidoen tanto que él ha dormido,reposéis agora. A Dios.

Y así los cielos, que os danbelleza, os den larga vida,que no os inquiete la heridade don Mendo de Guzmán. 2080

(Vase retirando.)DOÑAANA: Tras la ofensa que ha intentado,

no hay por qué inquietarme pueda,

2030

268 JUAN RUIZ DE ALARCóN

que ni aun la ceniza quedaen mí del amor pasado.

Detén a don Juan, que quierohablalle. (Ap. a Celia.)

CELIA: A servirte voy.DoÑA ANA: Y mientras con él estoy,

entretén al compañero.CELIA: (A don Juan, que se retiraba,

siguiendo al Duque.)Señor cochero fingido,

mi dueño os llama: esperad. 2090

DoN JuAN: ¡Hum! ...CELIA: No hay hum: volved y hablad ...

(Ap. a él.) Que ya os hemos conocido.DoN JuAN: ¡Eso debo a mi ventura!

(Vase Celia, hablando bajo con el Duque.)

ESCENA II

Doña Ana y don Juan.

DoÑAANA: ¿Qué es esto, don Juan?DoN JuAN: Amor.DoÑA ANA: Locura, dirás mejor.DoN JUAN: ¿Cuándo amor no fue locura?DoÑA ANA: Sí; mas los fines ignoro

destos disfraces que veo.DoN JuAN: Así miro a quien deseo;

así sirvo a quien adoro. 2100

DoÑAANA: No; traidoras intencionesencubren estos disfraces.

DoN JuAN: Falsas conjeturas hacespor negar obligaciones.

DoÑA ANA: El probarte lo que digo,no es difícil.

DoN JuAN: Ya lo espero.DoÑAANA: ¿Quién es este caballero,

y a qué fin viene contigo?Traer quien me diga amores,

y escuchallos escondido, 2110

LAS PAREDES OYEN

¿podrás decir que no ha sidocon pensamientos traidores?

DoN JuAN: ¡Cuán lejos del blanco das,pues si traidores los llamas,la mayor fineza infamasque ha hecho el amor jamás!

DoÑA ANA: Díla, pues; que a agradecella,si no a pagalla, me obligo.

DoN JuAN: Por obedecer la digo,no por obligar con ella.

Como mi mucha aficióny poco merecimientoengendró en mi pensamientojusta desesperación,

vino amor a dar un medioen desventura tan fiera,que a mi mal consuelo fuera,ya que no fuera remedio:

y fue que te alcance quiente merezca: tu bien quiero;que el efecto verdaderoes éste de querer bien.

A este fin tus partes bellasal duque Urbino conté,si contar posible fueen el cielo las estrellas.

Él, de tu fama movido,de tu recato obligado,este disfraz ha ordenado,con que te ha visto y oído.

Y ojalá que conociendotu sujeto soberano,dé con pretender tu manoefecto a lo que pretendo;

que yo, con verte en estadoigual al merecimiento,al fin quedaré contento,ya que no quede pagado.

Ésta ha sido mi intención;y si escuchaba escondido,fue porque el ser conocido

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270 JUAN RUIZ DE ALARCONLAS PAREDES OYEN 271

no estorbase la invención. todos los pechos Cupido;

Que juzgues agora quiero y aunque el Duque tenga amor,

si he merecido o pecado, galán querrá ser, don Juan:

pues de puro enamorado y honra más que un rey galán,

vengo a servir de tercero. un marido labrador.

DoÑA ANA: Tu voluntad agradezco, Y aunque en el Duque es forzosa

pero condeno tu engaño; la ventaja que le doy,

que presumes por mi daño grande para dama soy,más de mí que yo merezco; 216o si pequeña para esposa. 2200

porque no es a la excelencia DoN JUAN: Nadie con tal pensamientodel Duque igual mi valor; ofende tu calidad.que no engaña el propio amor DoÑA ANA: De mi consejo, dejaddonde hay tanta diferencia. de terciar en ese intento,

Fue mi padre un caballero porque mayor esperanzailustre; mas yo imagino puede al fin tener de míque pensara honrarle Urbino quien pretende para sí,si lo hiciera su escudero. que quien para otro alcanza. (Vase.)

Y así, a tan locos intentostus lisonjas no me incitan; 2170 •que afrentosos precipitan

ESCENA III

los soberbios pensamientos. Don Juan; y después, Beltrán.DoN JuAN: Mucho, señora, te ofendes,

porque sin tu calidad, DoN JuAN: ¿Posible es que tal favordigna es por sí tu beldad merecieron mis oídos? 2210

de más bien que en esto emprendes. ¡Dichosos males sufridos!No te merece gozar ¡Dulces vitorias de amor!

el Duque, ni el Rey, ni ... "Que tendrá más esperanza,DoÑA ANA: ¡Tente! dijo, si bien lo entendí,

La fiebre de amor ardientete obliga a desatinar. 2180

quien pretende para sí,

Tu amoroso pensamientoque quien para otro alcanza."

encarece mi valor:Que la pretenda mi amor

¡diérasle al Duque tu amor,me aconseja claramente:

que yo le diera tu intento!y la mujer que consiente

DoN JuAN: ¿Quién podrá quererte menosser amada, hace favor. 2220

en viendo tu perfección? (Sale Beltrán.)DoÑA ANA: Al fin, por tu corazón BELTRÁN:Mira que el Duque te espera,

quieres juzgar los ajenos:y es engaño conocido

y no el padre de Faetón,

que si el tuyo por mí muere, 2190que a publicar tu invención

no con una flecha hiereapresura su carrera.

272 JUAN RUIZ DE ALARCON

DoN JuAN: En cas de mi amada bellason los años puntos breves.

BELTRÁN:En la taberna no bebes;pero te huelgas en ella.

DoN JuAN: Bien lo entiendes.BELTRÁN: Alegría

vierten tus ojos, señor.DoN JuAN: Hacen fiestas a un favor.BELTRÁN:Mucho alcanza la porfía.

ESCENA IV

Celia. Don Juan y Beltrán.

DoN JuAN: Celia amiga, Dios te guarde.CELIA: Y te dé el bien que deseas.DoN JuAN: Como de mi parte seas,

no hay ventura que no aguarde.CELIA: Si en mi mano hubiera sido,

tu dicha fuera la mía;mas, don Juan, sirve y porfía;que no va tu amor perdido.

(Vase don Juan.)

ESCENA V

Celia y Beltrán; después, doña Ana.

BELTRÁN:Y a mí, ¿me aprovecharíael servir como a mi amo?

CELIA: ¿Pues amas también?BELTRÁN: Yo amo

por sólo hacer compañía.

(Sale doña Ana.)

DoÑA ANA: (Ap. Celia está con el criadode don Juan, y no sosiegohasta hablalle: ya está el fuegoen mi pecho declarado.)

CELIA: (Ap. a Beltrán.) Mi señora.

2230

LAS PAREDES OYEN 273

BELTRÁN:DoÑA ANA:

volved. ¿Quién sois?BELTRÁN: Soy Beltrán,

un criado de don Juande Mendoza.

DoÑA ANA: ¿Queréis algo?BELTRÁN:Servirte sólo quisiera.

Aquí a Celia le decíaque amo por compañía.

DoÑAANA: No es conclusión verdadera.¿Satirizas?

BELTRÁN: No conviene;que eso puede sólo hacerquien no tiene qué perder,o qué le digan no tiene.

Pero yo, ¿cómo queríasque predique sin ser santo?¿Qué faltas diré, si hay tantoque remediar en las mías?

DoÑAANA: Tu gusto desacreditascon esa cuerda intención,porque a la conversaciónla mejor salsa le quitas.

BELTRÁN:Si ella es salsa, es muy costosa,señora; que bien mirado,ni hay más inútil pecadoni falta más peligrosa.

Después que uno ha dicho mal,¿saca de hacerlo algún bien?Los que le escuchan más bien,esos lo quieren más mal;

que cada cual entre sídice, oyendo al maldiciente:"Éste, cuando yo me ausente,lo mismo dirá de mí."

Pues si aquel de quien murmuralo sabe, que es fácil cosa,¿qué mesa tiene gustosa?¿Qué cama tiene segura?

Viciosos hay de mil modos

Voyme. Hidalgo,

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274 JUAN RUIZ DE ALARCON LAS PAREDES OYEN 275

que no aborrecen la gente, DoÑA ANA: Celia, ten: cierra los labios;y sólo del maldiciente mira que mi honor ofendes,huyen con cuidado todos. cuando de mi pecho entiendes

Del malo más pertinaz que olvida así sus agravios.lastima la desventura; 2290 No los males he olvidadosolamente al que murmura que ha dicho de mí don Menda:lleva el diablo en haz y en paz. la infame hazaña estoy viendo

En la corte hay un señor, que hoy en el campo ha intentado,que muchas veces oí ... en que claramente veo,(Ap. Esto encaja bien aquí pues tan poco me estimaba, 2330

para quitarle el amor) que engañoso procurabaque está malquisto de modo sólo cumplir su deseo:

por vicioso en murmurar, con que ya en mi pensamientoque si lo vieran quemar no sólo el fuego apagué,diera leña el pueblo todo. 2300 pero cuanto el amor fue

¿No conoces a don Menda es el aborrecimiento.de Guzmán? Mas esto no da licencia

DOÑAANA: Beltrán, detente: para que un bajo criado,el vicio del maldiciente de hombre tan calificadohas estado maldiciendo, hable mal en mi presencia; 2340

¿y con tal desenvoltura que no por la enemistadde don Mendo has murmurado? que entre dos nobles empieza,

BELTRÁN:Pienso que es exceptüado pierden ellos la nobleza,murmurar del que murmura. ni el villano la humildad.Dicen que el que hurta al ladrón Esto, Celia, me ha obligadogana perdones, señora. 2310 a indignarme con Beltrán;

DoÑA ANA: Dicen mal. Vete en buen hora. que no porque ya don JuanBELTRÁN:Da a mi ignorancia perdón, no esté solo en mi cuidado.si acaso te he disgustado. CELIA: ¿Al fin su fe te ha vencido?(Ap. Mal disimula quien ama.) (Vase.) DoÑA ANA: Con lo que anoche pasó, 2350

cuanto don Menda bajó,ESCENA VI • él en mi rueda ha subido.

CELIA: ¿Declarástele tu amor?Doña Ana y Celia. DoÑAANA: ¿Tan liviana me has hallado?

CELIA: (Ap. Apagado se ha la llama, ¿No basta haberle mostradomas mucha brasa ha quedado.) resplandores de favor?

Pues su ofensa te ofendió, CELIA: ¡Liviana dices, despuéssin duda que en tu memoria de dos años que por tiha borrado amor la historia ha andado fuera de sí!que esta noche te pasó. 2320 Bien parece que no ves 236o

276 JUAN RUIZ DE ALARCóN

lo que en las comedias hacenlas infantas de León.

DoÑA ANA: ¿Cómo?CELIA: Con tal condición

o con tal desdicha nacen,que en viendo un hombre, al momento

le ruegan, y mudan traje,y sirviéndole de paje,van con las piernas al viento.

Pues tú, que obligada estásde tanto tiempo y fe tanta 237.,

(si bien señora, no infanta),honestamente podrás

decirle tu voluntadcon prevenciones discretas,sin temer que a los poetasles parezca impropiedad.

DoÑA ANA: Poco a poco, ¿no es mejor?CELIA: ¿Tú quiéreslo?DoÑA ANA: Celia, sí.CELIA: ¿Sabes que él muere por ti?DoÑA ANA: Bien cierta estoy de su amor. 2380

CELIA: Pues cuando de esa verdadhay certidumbre, yo hallomás crueldad en dilatalloque en decillo liviandad;

que el tiempo sirve de dardel amor información,y es necia la dilaciónsi no queda qué probar.

DoÑAANA: El sujetarme es forzoso,Celia, a tu agudeza extraña. 2390

CELIA: Es verdad que es poca hazañapersuadir a un deseoso.

(Vanse.)

ESCENA VII

LAS PAREDES OYEN

Sala en casa de don Menda, en Madrid.

Don Menda, vendado y sin espada, y el Conde.

DoN MENDO: "Mis cocheros me han vendido",dijo mi enemiga apenas,cuando en espadas y dagastruecan azotes y riendas;y como animosos, mudos,indicio de su fiereza(que da el valor a los pechoslo que les quita a las lenguas),embistieron dos a doscon tal ímpetu y violencia,que pensé, viendo el excesode su valor y sus fuerzas,que transformado en cocheroJove por mi ingrata bella,vibraba rayos ardientespara vengar sus ofensas;porque sus valientes golpeseran tantos, que no suenanen la fragua de Vulcanolos martillos tan apriesa.Al fin, primo (que a vos solopuedo confesar mi afrenta),la espada de un hombre humildepudo herirme en la cabeza,y tanta sangre corría,con ser la herida pequeña,que cegándome los ojospuso fin a la pendencia.Volví a curarme a Alcaláque estaba a cuarto de legua,más con rabia de la causa,que del efecto con pena.Esto ha podido en doña Anauna mal fundada queja

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278 JUAN RUIZ DE ALARCON

y éste es el premio que traigode celebrarla en las fiestas.

CONDE: ¡Hay suceso más extraño!¿Y habéis sabido quién erancocheros tan valerosos?

DoN MENDO: Como se va con cautelaprocurando, por mi honor,que el suceso no se sepa,no es averiguarlo fácil;mas yo tengo una sospecha:que siempre estas viudas mozas,hipócritas y santeras,tienen galanes humildespara que nadie lo entienda.Tal valor en un cocherolos celos no más lo engendran;que nunca así por lealeslos hombres bajos se arriesgan.Esto se viene rodado,que si no, no lo dijera;que ya sabéis que no suelometerme en vidas ajenas.

CONDE: (Ap. ¡Así tengas la salud! )No vengo en esa sospecha.El enojo os precipitacontra tan honradas prendas,y no es justo hablar asíde quien puede ser que seavuestra esposa.

DoN MENDO: Ya he perdidola esperanza y la paciencia.

CONDE: ¿Tan presto?DoN MENDO: Volverme quiero

a mi constante Lucrecia.CONDE: (Ap. ¡Malas nuevas te dé Dios!)

Indicios dais de flaqueza.Si doña Ana está engañada,procurad satisfacerla.

DoN MENDO:Niega a mi voz los oídos.CONDE:Entrad y habladla por fuerza;

porque quien el dueño ha sido,

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siempre tiene esa licencia.Mientras no se satisfacede que es la mudanza cierta.Quizá enojada os castiga,y no os despide resuelta. 2470O decid vuestras disculpasen un papel.

DoN MENDO: Yo lo hicierasi hubiera de recebillo.

CONDE:Yo me obligo a que lo lea.DoN MENDO: ¿Cómo?CONDE: Dádmele, que yo

lo pondré en sus manos mesmas.DoN MENDO:Al punto voy a escribir. (Vase.)

LAS PAREDES OYEN 279

~44º

ESCENA VIII

2450

EL CONDE:Y yo a pedir a Lucreciaque me cumpla su palabra,pues ha visto sus ofensas; 2480que pues con doña Ana vinode Alcalá en un coche, es fuerzaque viera lo que has contado,y su desengaño viera.Y este papel ha de ver,para que negar no pueda;que modo habrá de excusarmecuando don Menda lo sepa.Y consiga yo mi intento,suceda lo que suceda; 2490que no mira inconvenientes·el que ciega amor de veras. (Vase.)

246o ESCENA IX

Sala en casa del Duque, en Madrid.Don Juan y Beltrán.

BELTRÁN:¿Que llegó el tiempo?

280 JUAN RUIZ DE ALARCóN

DoN JuAN: Llegóel fin de las ansias mías.

BELTRÁN:¡Gracias a Dios, que en mis díasun milagro sucedió!

¿Que a doña Ana le das pena?¿Que olvida al Guzmán Narciso?Éste es el tiempo que quisover el marqués de Villena.

Es verdad que de cada añolo mismo decir he oído,pero viene aquí nacidocon suceso tan extraño.

¿Que te quiere bien?DoN JuAN: Sin duda:

ya lo dijo claramente,y un ángel, Beltrán, no miente.

BELTRÁN:Todo, en efeto, se muda,pues algún tiempo, averiguo

que fue ya la calva hermosa.Jamás el tiempo reposa:¿no dice un romance antiguo:

"Por mayo era, por mayo,cuando los grandes calores,cuando los enamoradosa sus damas llevan flores?"

Pues ves aquí se ha pasadoa setiembre ya el calor.Pero sospecho, señor,que tú también te has mudado.

¿De qué tal melancolíate ha cargado en un instante?Tahur parece el amante,pues no dura su alegría.

Pero advierte que es flaqueza ...DoN JuAN: Déjame con mi aflicción.BELTRÁN:¿Ello importa a la invención,

señor? Pues va de tristeza.DoN JuAN: Beltrán, la mudanza mía

en mudarse todo está;que también se mudarála causa de mi alegría.

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LAS·PAREDES OYEN

Que adora así su beldadel duque Urbino, que creoque por lograr su deseo;perderá la libertad.

BELTRÁN:¿Que se case temes?DON JUAN: Sí.BELTRÁN:Pues si tu querida alcanza

de vista aquesa esperanza,bien pueden doblar por ti;

que por llamarse excelencia,¿qué no hará una mujer?

DoN JuAN: Eso me obliga a perderla esperanza y la paciencia.

BELTRÁN:Pues al remedio, señor.DoN JuAN: Dilo tú, si alguno ves.BELTRÁN:Si él ama así, no lo es

el declaralle tu amor.Mas, pues que tu amada bella

contigo está declarada,antes que él la persuada,cásate, señor, con ella.

DoN JuAN: ¿Cómo la podré obligartan brevemente?

BELTRÁN: Fingiendoque la herida de don Mendose ha sabido en el lugar,

y con esto el vulgo. tocaen la opinión de doña Ana;que tengo por cosa llanaque por taparle la boca,

si se ha de determinartarde, que quiera tempranodarte de esposa la mano.Con esto puedes mostrar

un desconfi:ado pechocon recelos de su fe,porque la mano te dépara verte satisfecho.

Que pues dice claramenteque te quiere, y tú la quieres,

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DoN JuAN: Señor .DUQUE: Don Juan amigo, yo muero .DoN JuAN: ¿Cómo?DuQUE: En un combate fiero

de celos, desdén y amor.Al ingrato como bello

ángel que adoro escribíhoy un papel ...

DoN JuAN: (Ap. ¡Ay de míl )DuQUE: Y no ha querido leello.DoN JuAN: (Ap. El alma al cuerpo me ha vuelto.)

¿Pues cómo tanto rigor?DuQuE: Nacido es de ajeno amor

un disfavor tan resuelto.DoN JuAN: Yo a ser amada atribuyo

el mostrarse tan ingrata.DuQUE: Cuando el efeto me mata,

sobre la causa no arguyo.Lo que es cierto es que yo muero:

vos, don Juan, me aconsejad.DoN JuAN: De tan resuelta crueldad

la mudanza desespero.Dejallo es mi parecer,

antes que crezca el amor.DUQUE: Ya no puede ser mayor.DoN JuAN: Pues amar y padecer.

282 JUAN RUIZ DE ALARCóN

o ha de hacer lo que quisieres,o ha de confesar que miente.

DoN JuAN: Al jardín irá esta tarde;allí la tengo de ver,y seguir tu parecer.

BELTRÁN:Nunca ha vencido el cobarde.El Duque es éste.

ESCENA X

El Duque y Fabío. Dichos.

LAS PAREDES OYEN 2s;.

ESCENA XI

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Marcelo. Dichos.

MARCELO:¿Puedo hablarte?DuQUE: Sí, Marcelo.MARCELO:Dame albricias.DuQUE: Tu tardanza

me mata.MARCELO: Ya tu esperanza

ha hallado puerta en tu cielo.Hoy va tu dueño crüel

al jardín, y un escudero(que esto ha podido el dinero)quiere darte entrada en él.

DUQUE: Abrázame.BELTRÁN: (Ap. ¡Qué doblones!)DUQUE: ¿No iréis conmigo, don Juan? 2610

DoN JuAN: Señor, los que solos vangozan bien las ocasiones.

DUQUE: Bien decís: vedme despuésque se esconda el sol dorado;sabréis lo que me ha pasado.

(Vase el Duque, y los dos criados con él.)

DoN JuAN: ¡Mal haya el vil interés,por quien ni honor ni opinión

podemos asegurar!BELTRÁN:Lo que importa es madrugar

y hurtalle la bendición. 2620

(Vanse.)

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ESCENA XII

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Jardín en Madrid.

El Conde y doña Lucrecía.

CONDE: ¿Negarás, señora mía,la palabra que me diste?

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de la que yo le deseo!Sólo pretendo que dél

entiendas lo que te quiere. 2680.(Ap. Haréle el mal que pudiere,pues da ocasión el papel.)

JUAN RUIZ DE ALARCON

DoÑALucRECIA: Yo no la niego.CoNDE: ¿Y que viste,

cuando doña Ana veníade Alcalá, tu desengaño?

DoÑALucRECIA: Eso tampoco te niego;mas aunque se apagó el fuego,quedan reliquias del daño.

CoNDE: Pues porque arrojes del pecholas cenizas que han quedado, 2630mira el papel que me ha dadodon Mendo, de amor deshecho,

para aplacar el rigorde doña Ana de Contreras.Si más agravios esperas,será bajeza y no amor.

(Dale un papel.)

DoÑALucRECIA: (Lee.) "El que sin oír condena,oyendo ha de condenar;y esto me obliga a pensarque es sin remedio mi pena. 2640Ya que el cielo así lo ordena,dadme sólo un rato oído,que si culpado lo pido,para más pena ha de ser,sino que os daña saberque jamás os he ofendido."

CONDE: ¿Conoces la letra?DoÑA LucRECIA: Sí.CoNDE: ¿Ves tu engaño?DoÑA LucRECIA: Ya lo veo,

Conde; y pagarte deseolo que padeces por mí; 2650

que demás de que premiartees justo tan firme fe,gusto a mi padre daré,que es en esto de tu parte.

Hazme gusto de escondertepor el jardín: no te veami prima.

CONDE: El alma deseapor gloria el obedecerte. (Vase.)

LAS PAREDES OYEN

ESCENA XIII

Doña Ana y Celia. Doña Lucrecia.

(Hablando con su ama al salir.)

CELIA: ¿Que de esa manera estás?DoÑAANA: Después que estoy declarada,

cuanto más resistí helada,tanto voy ardiendo más.

¡Quién detrás <leste arrayánsúbitamente lo hallara!

CELIA: "¡Ay, Celia, y qué mala caray mal talle de don Juan!"

¿Ves lo que en un hombre valeelbuen trato y condición?

DoÑAANA: Tanto, que ya en mi opiniónno hay Narciso que le iguale.

(Acércase a doña Lucrecia.)

Prima, ¿qué es eso que lees?DoÑA LucRECIA: Un billete de don Mendo,

y mostrártelo pretendo,por si sl1spromesas crees.

DoÑA ANA: Ni lo escucho ni le creo:Bien puedes. vivir segura.

DoÑALucRECIA: ¡No le dé Dios más ventura

(Da el papel a doña Ana, y ella se pone a leerlo.)

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. 2670,

28() JUAN RUIZ DE ALARCóN

ESCENA XIV

Don [uan. Dichas.

CELIA: (Ap. a don [uan, que se llega por un lado a doñaAna.) Llega atrevido y dichoso.

DoN JuAN: (Ap. Un papel está leyendo,y es la letra de don Mendo.)¿Tendrá licencia un celoso,

a quien tu dueño has llamado,para ver ese papel?

DoÑA ANA: Don Juan, si ha nacido délese celoso cuidado, 2690

pide licencia primeroa mi prima, y lo verás.

DoN JuAN: ¿Luego licencia me dasde decille que te quiero?

DoÑA ANA: Sí; que éste es lance forzoso,puesto que el alma te adora.

DoN JuAN: (A doña Lucrecia.)Dadme licencia, señora,por amante o por celoso,

para ver este papel.DoÑALucRECIA: Mi gusto en doña Ana vive. 2700

DoÑA ANA: Agora sabe que escribedon Mendo a Lucrecia en él.

DoN JuAN: ¿Don Mendo a Lucrecia?DoÑA ANA: Sí:

decirlo puede mi prima.DoN JuAN: Si tanto tu gusto estima,

más que eso dirá por ti;pero aquí el mismo papel

es bien que el testigo sea.DoÑA LuCRECIA:Satisfacerme desea,

y audiencia me pide en él. 2710

(Toma el papel don [uan.¡

DoN JuAN: (Lee.) "El que sin oír condena,oyendo ha de condenar;y esto me obliga a pensar

LAS PAREDES OYEN

que es sin remedio mi pena.Ya que el cielo así lo ordena,dadme sólo un rato oído,que si culpado lo pido,para más pena ha de ser,sino que os daña saberque jamás os he ofendido."

Doña Ana, ¿qué te ha obligadoa pretenderme engañar?¿Qué te puedo yo importar,no querido y engañado?

A ti vienen dirigidaslas razones que he leído;que sobre lo sucedidoson palabras conocidas.

DoÑAANA: Cuando a mí venga el papel,¿da gracias de algún favor,o quejas de mi rigor?Luego te obligo con él.

DoN JuAN: Mejor modo de obligarfuera no haberlo leído,que quien escucha ofendidono huye de perdonar.

¿Ajeno papel recibescuando mía te has nombrado?O poco me has estimado,o livianamente vives:

de donde he ya conocidoque vivir me está más biendesdichado en tu desdén,que en tu favor ofendido.

Yo me iré donde jamáspueda otra vez engañarmetu favor ...

DoÑA ANA: ¿Quieres matarme,señor?

DoN JuAN: ¡Suelta!DoÑA ANA: No te irás

sin oírme. Prima mía,¡ayúdamele a tener!

DoN JuAN: ¡Soltad!

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288 JUAN RUIZ DE ALARCON

DoÑA LucRECIA: Ya es esto perderla debida cortesía.

CELIA: Don Menda está en el jardín.DoÑA ANA: ¿Don Menda?CELIA: Por fuerza ha entrado.DoÑAANA: A coyuntura ha llegado,

que daré a tus celos fin.Los dos tras ese arrayán

os entrad, donde escondidos,los ojos y los oídossatisfación os darán. 276o

DoN JuAN: Sola tu mano ha de serquien me tenga satisfecho.

DoÑAANA: Señor eres ya del pecho:poco te queda que hacer.

(Escóndense don Juan y doña Lucrecia, y retírase Celia[unto a ellos.)

ESCENA XV

Don Mendo. Doña Ana; doña Lucrecia y Don Juan, escondidos;Celia, retirada, cerca de ellos.

DoN MENJ)O: Ni quiero que me perdones,ni volver quiero a tu gracia;y si tal pidiera, cierrael oído a mis palabras.Mis descargos solamentequiero que escuches, doña Ana, 2770por volver por mi opinión,no por culpar tu mudanza.Si al duque Urbino detidije una noche mil faltas,fue temor de que en su pechoengendrase amor tu fama;porque don Juan de Mendozacontaba sus alabanzas,y a la pólvora de un mozola menor centella basta. 2780

A tu prima le escribí

LAS PAREDES OYEN 289

mil agravios por tu causa,desengañando su amory encareciendo tus gracias:si ella te ha dicho otra cosa,presto verás que te engaña,que el traslado traigo aquí:oye sus mismas palabras.(Lee.) "Tu sentimiento encareces,sin escuchar mis disculpas:cuanto sin razón me culpas,tanto con razón padeces.Si miras lo que mereces,verás cómo la pasiónte obliga a que sin razónagravies en tu locuracon las dudas la hermosura,con los celos la elección.

Lucrecia, de ti a doña Anaventaja hay más conocidaque de la muerte a la vida,de la noche a la mañana.¿Quién a la hermosa Dianatrocará por una estrella?Deja la injusta querella,desengaña tus enojos;que tengo un alma y dos ojospara escoger la más bella."

Mira si más claramentepude yo desengañarla:si ella lo entendió al revés,en mí no estuvo la falta.Que quise en el campo usarde fuerza, dirás. ¡Ah, ingrata!Como a esposa lo intenté,si te ofendí como a extraña;y delinquir en el campono fue mucho, si llevabaanticipado el castigocon mil flechas en el alma.Tus quejas y mis disculpaséstas son: la furia amansa;

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2~0 JUAN RUIZ DE ALARCON

huya de tu hermoso cielola nube de tu desgracia;que el cielo, el aire, la tierrason testigos de mis ansias:no hay quien dude mis verdadessino tú, que eres la causa.Ésta es mi mano de esposo,y con disculpa tan clara, 2830o no niegues mi firmeza,o confiesa tu mudanza.

DoÑA LucRECIA: (Ap. Aquí se casan sin duda.)DoN JuAN: (Ap. Aquí sin duda se casan.)

(Ap. a ella.) ¿Saldré, Celia?CELIA: No la enojes

cuando te importa obligalla.

ESCENA XVI

El Duque, con un escudero, quedándose al paño. Dichos.EscuDERO: (Ap. al Duque.) De aquí podéis aguardar

a que don Mendo se vaya. (Vase.)DoÑA ANA: Don Mendo, yo te confieso

que tu descargo es muy llano,y que con darme la manopuede cerrarse el proceso;

pero tu intento no tieneremedio; ya me has perdido,y resuelto el ofendido,tarde la disculpa viene.

Digo que fue la intencióncon que hablaste mal de míal Duque, querer asílibrarme de su afición;

mas fue público el hablar;la intención oculta fue.Si por lo escrito juzgué,no te me puedes quejar:

y agora te desengañade cuán malo es hablar mal,pues con ser la causa tal

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LAS PAREDES OYEN

y el fin tan bueno, te daña.Por el mal medio, condeno

el buen fin: todo lo igualo; 286oen que verás que lo malo,aun para buen fin, no es bueno.

Tu lengua te condenósin remedio a mi desdén:a toda ley, hablar bien;que a nadie jamás dañó.

Con esto, si eres discreto,mudar intento podrás.

DoN MENDO: ¿Resuelta, en efeto, estás?DoÑAANA: Resuelta estoy, en efeto. 2870DoN MENDO:Mira lo que dices.DoÑA ANA: Digo

que es vana tu prevención,porque ésta, resoluciónes, don Mendo, no castigo.

DoN MENDO:Ya lo que dice de tila fama creer es justo;que informa de tu mal gustoel aborrecerme a mí.

Del cochero que me hirióse habla mal, y mal sospecho, 2880que tal brío en bajo pecho,de tus favores nació.

DOÑAANA: Tente, no me digas más.Yo estorbaré mis afrentas:por donde obligarme intentas,del todo me perderás.

El cochero que te hirió,- don Mendo, mostrarte quiero.Bien podéis salir, cochero.

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ESCENA XVII

Don fuatt y doña Lucrecia por un lado, y por otro el Duque;después, Beltrán y el Conde. Doíia Ana, don Mendo, Celia.

DoN JuAN: Yo soy el cochero.DUQUE: y yo. 2890

292 JUAN RUIZ DE ALARCON

(Sacan las espadas los cuatro caballeros.)

DoÑA ANA: Caballeros, deteneos;que a mí ese daño me hacéis.

DuQUE: Basta que vos lo mandéis.DoN JuAN: Serviros son mis deseos.DoÑA ANA: Éstos los cocheros son

por quien mi opinión se infama;y por quitar a la famade mi afrenta la ocasión,

le doy la mano de esposaa don Juan.

DoN JuAN: Y yo os la doy. 2900

(Danse las manos.)

CELIA: ¡Buena pascua!BELTRÁN: ¡Loco estoy!DUQUE: (Empuñando contra don Juan.)

Vuestra amistad engañosacastigaré.

DoN JuAN: Deteneos,que yo nunca os engañé.Recato y no engaño fueencubriros mis deseos;

que si os queréis acordar,sólo os tercié para vella,y en empezando a querella,os dejé de acompañar. 2910

DoÑAANA: Y en fin, si bien lo miráis,el dueño fui de mi mano,y sobre mi gusto, en vanosin mi gusto disputáis.

A don Juan la mano di,porque me obligó diciendobien de mí, lo que don Mendaperdió hablando mal de mí.

Éste es mi gusto, si bienmisterio del cielo ha sido, 2920

con que mostrar ha queridocuánto vale el hablar bien.

DoN MENDO: Antes sospecho que fue

LAS PAREDES OYEN 293

pena del loco rigor,con que, por ti, el firme amorde tu prima desprecié.

Mas con llorar mi mudanzay gozar su mano bellaestorbaré su querellay mi engaño y tu venganza. 2930

DoÑALuCRECIA:¿Quién os dijo que sustentahasta agora el alma míavuestra memoria?

BELTRÁN: (Ap. Él hacíasin la huéspeda la cuenta.)

DoÑA LucRECIA: Vos hablastes, pretendiendoa doña Ana, mal de mí.

DoN MENDO: ¡Yo a doña Ana mal de ti!DoÑA LucRECIA: Las paredes oyen, Mendo.

Mas puesto que en vos es talla imprudencia, que queréis 2940

ser mi esposo, cuando habéishablado de mí tan mal,

yo no pienso ser tan neciaque esposa pretenda serde quien quiere por mujera la misma que desprecia;

y porque con la esperanzael castigo no aliviéis,lo que por falso perdéis,el Conde por firme alcanza. 2950

Vuestra soy. (Da la mano al Conde.)DoN MENDO: ¡Todo lo pierdo!

¿Para qué quiero la vida?CONDE: Júzgala también perdida

si en hablar no eres más cuerdo.BELTRÁN:Y pues este ejemplo ven,

suplico a vuesas mercedesmiren que oyen las paredesy, a toda ley, hablar bien.