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Nº 182012
Boletín InformatIvo del oBservatorIo de Culturas
ACEPTACIÓN DE LA DIFERENCIA, APROPIACIÓN DE LA DIVERSIDAD, RESPETO A LA VIDA
ObSERVACIONESDE CIuDAD
Observatorio de CulturasEl Observatorio de Culturas hace parte del proyecto 786 “Construcción de co-nocimiento para la participación ciudadana” en el marco del Plan de Desarrollo de la Bogotá Humana (2012-2016) y tiene como objetivos observar, medir, ana-lizar, monitorear, investigar y comunicar acerca de las acciones, prácticas y procesos ciudadanos del ámbito cultural en Bogotá, para generar y gestionar conocimientos que contribuyan al desarrollo y perfeccionamiento de políticas públicas.
Desde su creación en 1995, el Observatorio de Culturas se ha erigido como un proceso constante de consulta y participación ciudadana en democracia que permite la reflexión y aproximación de las personas y el Estado, además de reconocer a las diversas ciudadanías con su mayor o menor incidencia, información y calificación frente a los asuntos públicos. Ha aportado a las diferentes administraciones, la academia y la ciudadanía en general: cono-cimiento de los comportamientos, hábitos, valores, percepciones, actitudes, prácticas y preferencias de la ciudadanía capitalina; claridad en los conceptos de cultura ciudadana y democrática; exactitud en la generación de modelos de observación para análisis de información; formulación de líneas base, índices e indicadores para el monitoreo de políticas, planes y proyectos y experticia en la formulación y consolidación de otros observatorios de la ciudad y el seriado de seis Encuestas Bienales de Culturas.
Web: http://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/observatorio/index.htmlCorreo electrónico: [email protected] sociales: http://www.facebook.com/ObservatoriodeCulturas; http://twitter.com/observaculturas
Nº 182012
ObservaciOnesde ciudad
Boletín InformatIvo del oBservatorIo de Culturas
acePTaciÓn de La diFerencia, aPrOPiaciÓn de La diversidad, resPeTO a La vida
2aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad
Contenido
I. Presentación 3
II. Introducción 5
III. aceptación de la diferencia como dimensión de la cultura democrática 7
III.I superación de prejuicios 7
III.II actitudes de las y los adolescentes (13-17 años) frente a los prejuicios sociales en Bogotá 15
III.III actitud de las personas pertenecientes al nivel socioeconómico bajo (estratos uno y dos) frente a los prejuicios sociales en Bogotá 16
III.Iv actitud de mujeres y hombres frente a los prejuicios sociales en Bogotá 18
III.v mapeo, según localidad, de los prejuicios sociales en Bogotá 19
Iv. rechazo a la agresión contra personas vulnerables 21
Iv.I Contra una persona diferente al estereotipo heterosexual 21
Iv.II disposición a intervenir contra la agresión de un(a) vecino(a) contra su pareja 25
v. apropiación del derecho al disenso 28
vI. respeto a la vida 30
vII. ficha técnica 32
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I. PresentaciónSuperar la segregación socioespacial en Bogotá va mucho más allá de
generar condiciones que disminuyan las desigualdades económicas. Tiene que ver también con actitudes que faciliten las relaciones intercul-turales entre las personas y los diversos grupos humanos que cohabitan en nuestra capital. Como diría el ecuatoriano Enrique Ayala Mora:
La interculturalidad va mucho más allá de la coexistencia o el
diálogo de culturas, es una relación sostenida entre ellas. Es una
búsqueda expresa de superación de prejuicios, del racismo, de las
desigualdades y de las asimetrías que caracterizan al país, bajo
condiciones de respeto, igualdad y desarrollo de espacios comunes.1
En ese sentido, la Bogotá Humana ha planteado su Plan de Desarro-llo. Y el Sector Cultura, Recreación y Deporte hace una apuesta fuerte a través de su programa Ejercicio de las Libertades Culturales y Deportivas. Nuestros Corredores Culturales, para que sean revitalizadores, deben ser espacios de diálogo creativo y sostenido. En ese diálogo el patrimonio cul-tural adquiere nuevas significaciones. Los eventos culturales, artísticos, recreativos y deportivos, que producen la Orquesta Filarmónica, el Ins-tituto de las Artes, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño y el Instituto de Recreación y Deporte, deben servir para la superación de las fronteras prejuiciosas que impiden la fluidez de comunicación entre las distintas expresiones de las gentes bogotanas, algunas nativas del altiplano, u oriundas de nuestros litorales costeros, o de las llanuras amazónicas o de las otras cordilleras en nuestra rica y compleja geografía humana; tam-
1 Enrique Ayala Mora, Ecuador patria de todos, Quito, Corporación Editora Nacional, Uni-versidad Andina Simón Bolívar, 2005, p. 52.
aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad 4
bién entre las personas infantes, jóvenes y adultas, al interior de las familias y de otras comunidades más extensas o entre quienes siguen a los diferentes clubes deportivos. Así como propiciar el diálogo entre quienes tienen mayor vocación por las expresiones vernáculas y entre quienes que prefieren situarse en una cultura cosmopolita.
El desarrollo del proyecto Ciudadanías Juveniles se incrusta tam-bién dentro del amplio concepto de nuevas ciudadanías, donde irrumpe el mundo de la juventud como espacio privilegiado de la libertad, la diversidad y la pluralidad. Donde la indisciplina puede volverse creativa porque es búsqueda y afirmación de nuevas iden-tidades. Así, otros programas de la Bogotá Humana, como el de la Jornada Extendida, adquieren una dimensión cultural en las maneras de la enseñanza y del aprendizaje. Además de la riqueza de conteni-dos se debe sumar la riqueza pedagógica en una edad propicia para el desaprendizaje de los prejuicios heredados.
Por estas razones, el desarrollo de la democracia trasciende la ciu-dadanía política que nos permite participar y decidir en los asuntos públicos. Y va más allá de la ciudadanía social que nos lleva a ser solidarios con los débiles y exigentes con los poderosos. Se requieren nuevos conceptos y prácticas para una mejor protección del medio am-biente como espacio de vida y para una mejor relación entre hombres y mujeres en los espacios familiares y en los espacios públicos (incluyendo los virtuales). Y también, ¿por qué no? se necesitan nuevas y mejores formas para la protesta y el activismo contestatario que conduzcan a una mejor interlocución entre contrarios, interlocución que debe ser pacífica y fecunda. De esto trata también el propósito de la cultura en la Bogotá Humana; de eso trata la política del amor.
Otty Patiño Jefe Oficina Observatorio de Culturas
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La Encuesta Bienal de Culturas (EBC) empezó como una imposición del Concejo de Bogotá que tenía como finalidad medir el impacto
de la política de cultura ciudadana, planteada por el alcalde Antanas Mockus en el Plan de Desarrollo 2001-2004 “Bogotá para vivir todos del mismo lado”.
Hoy la EBC es un patrimonio público que va más allá de medir la urbanidad de los bogotanos y bogotanas en los espacios públicos, pues integró, en un solo formulario, dos aspectos de la cultura: como comportamiento positivo para la convivencia y como expresión de identidades artísticas, patrimoniales y deportivas. En el primer as-pecto, profundizó en el tema de las prácticas derivadas de los valores democráticos en los campos de la sociedad y de la política. El mandato constitucional de 1991, más allá de las obligaciones legales, planteó una propuesta cultural para un país de regiones, diverso y pluriétnico. En el centro de esa propuesta se encuentra un valor, una conducta de difícil admisión por quienes quieren persistir en prácticas hegemónicas o en visiones totalitarias: la aceptación de la diferencia.
La aceptación de la diferencia es la dimensión de la cultura demo-crática referente al respeto de las ideas, creencias o prácticas de las demás personas y su aceptación como interlocutoras. Supone la no discriminación de quienes por su aspecto, raza o condición son dife-rentes al estereotipo dominante. De acuerdo con este concepto, un nivel deseable de aceptación de la diferencia estará compuesto por la superación de prejuicios hacia representaciones que no cuentan con una fuerte aceptación social, así como el rechazo a la agresión contra quienes son considerados por la mayoría como opciones “no desea-bles”. La cultura democrática contempla también la superación de prejuicios, entendidos estos como actitudes desfavorables, intolerantes,
II. Introducción
aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad 6
injustas e irracionales hacia un determinado grupo social, derivadas de supuestas superioridades como el racismo, la xenofobia, el machismo, el clasismo y la homofobia. También el desprecio y abuso contra po-blaciones en condiciones de vulnerabilidad, el rechazo a la violación de derechos fundamentales, a la apropiación y defensa del derecho al disenso y a la vida.
Desde la perspectiva de la Bogotá Humana esta dimensión de la cultura es ineludible. Superar la segregación depende, en buena parte, de reconocer las brechas, los prejuicios y discriminaciones que desarrolló un sistema político patriarcal durante tantos años. El fin es construir políticas públicas, sobre todo en los campos de la educación y de la cultura, para validar y desarrollar unas relaciones más libres, igualitarias y respetuosas.
En los resultados obtenidos por la Encuesta Bienal de Cultu-ras 2011 encontraremos la persistencia de preocupantes prejuicios en significativos porcentajes de la población bogotana. También, afortunadamente, una fuerte tendencia hacia la superación de la discri-minación en algunos aspectos para seguir avanzando en la construcción de una cultura democrática.
Estos resultados y su comparación con los que se obtengan en la versión 2013 de esta encuesta nos darán pistas sobre los cambios y efectos que la Bogotá Humana ha aportado en la construcción de nuevas ciudadanías.
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III.I superación de prejuicios
Entendidos estos como actitudes desfavorables, intolerantes, in-justas e irracionales hacia un determinado grupo social, deriva-das de supuestas superioridades como el racismo, la xenofobia, el machismo, el clasismo y la homofobia o de temores como los que generan enfermedades tabú o el surgimiento de nuevas creencias.
La Encuesta indagó por tres tipos de prejuicios:
1. Los que se producen contra quienes por su aspecto, raza o con-dición son diferentes al estereotipo dominante.
2. Los prejuicios contra poblaciones, que aun siendo mayoritarias (como las mujeres o los pobres), son vulneradas por valores deri-vados de la cultura patriarcal o de la competencia económica.
3. Los prejuicios contra fenómenos nuevos que generan temor por ser vistos como amenazas contra la moral tradicional o la cohesión social.
Homofobia
“Desacuerdo con la posibilidad de que los homosexuales puedan ser profesores”. Las respuestas a esta afirmación muestran que existe un amplio prejuicio contra la población homosexual que es vista como un sector con tendencia a la corrupción y abuso sexual de los meno-
III. aceptación de la diferencia como
dimensión de la cultura democrática
aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad 8
res, razón por la cual estaría inhabilitada para ser educadora.2 Este prejuicio es mayoritario: 53,60% (ver gráfico 1). Las preguntas sobre tolerancia vecinal en Bogotá, frente a los homosexuales, en versiones anteriores mostraron avances significativos en cuanto a la superación del prejuicio homofóbico. El Observatorio de Culturas advirtió sobre fallas en la confección de este tipo de preguntas (tolerancia vecinal) puesto que se mezclaban tipos de población delincuencial con tipos de población rechazada por otras razones, creando sesgos complica-dos para la persona encuestada y para el análisis, razón por la cual se cambió, a partir de 2009, la forma de preguntar sobre este tema en particular. Los resultados son alentadores en cuanto a la disminución del prejuicio homofóbico (ver tabla 1).
Gráfico 1 A los homosexuales se les debe permitir ser profesores de colegio (EBC 2011, P28b)
Acuerdo
Desacuerdo
44,11%
53,60%
racismo
El racismo contra la población afrodescendiente, si bien no ha tenido en Colombia manifestaciones tan crudas como las que tuvo en Estados
2 Charol Shakeshaft, reconocida investigadora estadounidense sobre los delitos sexua-les cometidos por el personal escolar, plantea en su ensayo “Sexual abuse of students by school personnel” que las denuncias sobre crímenes sexuales cometidos por personas del mismo sexo en Estados Unidos son tenidas más en cuenta como verdaderas y lesivas que las denuncias sobre crímenes cometidos por el sexo opuesto. En otra investigación, la se-ñora Shakeshaft reconoce que la gran mayoría de los crímenes sexuales en las escuelas son cometidos por personas heterosexuales.
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Unidos o en Sudáfrica, con efectos de segregación apenas superados en el siglo pasado, se mantiene como prejuicio. Si nos atenemos al modelo de disociación trabajado por la profesora Patricia G. Devine,3 el prejuicio proviene de un estereotipo negativo. En Colombia hay muchos de estos estereotipos regionales negativos: “los pastusos son brutos”, “los paisas avivatos”, “los rolos hipócritas”, “los costeños ruidosos”, “los santandereanos atravesados”, etc. Pero no todos estos estereotipos negativos devienen en actitudes prejuiciosas. Solo cuan-do se le concede verosimilitud a un estereotipo puede convertirse en prejuicio. Así, la consideración de una inferioridad congénita de la raza negra, alimentada por la supuesta superioridad de la raza blanca basada en su predominio colonial en el mundo occidental, ha sido superada constitucional y legalmente en todos los países. Más no culturalmente. El racismo contra los afrocolombianos4 se mantiene disfrazado bajo formas más sutiles: humanitarias (compasivas), libe-rales (de tolerancia) o morales (de rechazo descalificador a prácticas y estéticas de origen afro). Hoy, en el mundo, son muy pocas las perso-nas abiertamente racistas. El resultado obtenido en el 2011 donde el 25,64% de la población bogotana (ver gráfico 2) declaró su creencia en la inferioridad de los afrocolombianos es altamente preocupante sobre todo si se tiene en cuenta el contexto en el que una nación, con una tradición racista tan fuerte como Estados Unidos, realizó una acción afirmativa de una colosal contundencia, a través de la elección de un presidente mulato. Preocupante también porque a Bogotá han llegado, víctimas del desplazamiento forzado, multitud de familias provenientes del Chocó y otras zonas pobladas por afrocolombianos nacidos en el Pacífico colombiano.
3 Correo electrónico: [email protected] Con afrocolombianos nos referimos a la población negra, palenquera y raizal.
aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad 10
Gráfico 2 Por sus características, los negros siempre tendrán limitaciones (EBC 2011, P28d)
Acuerdo
Desacuerdo
25,64%
72,72%
Si comparamos los resultados de 2011 con los obtenidos en el 2009, se genera de inmediato una alerta importante: hay una tendencia al alza en el racismo contra los afrocolombianos (ver tabla 1).
También se preguntó, en el 2011, sobre el prejuicio frente a la población indígena asociándola con atrasos milenarios e insalvables.
Es bueno recordar que Bogotá está asentada sobre una antigua civilización indígena y se conservan todavía sus huellas en algunos res-guardos muiscas y en cementerios como el que se halló en la localidad de Usme. La negación de la humanidad plena de los indígenas fue un prejuicio creado por la colonización hispánica y mantenido en la era republicana donde los indígenas fueron considerados como “menores de edad”, es decir, no tenían atributos para ejercer la ciudadanía. Esta situación cambió con la Constitución de 1991 pero, al igual que pasó con los afrocolombianos cuando se abolió la esclavitud, el remanente cultural, basado en el prejuicio colonialista, ha persistido hasta nues-tros días. El racismo contra los indígenas cubre un alto porcentaje de la población bogotana: una de cada cuatro personas (27,34%) man-tiene ese prejuicio.
Gráfico 3 Por más que se les ayude, nuestros indígenas nunca saldrán del atraso (EBC 2011, P28g)
Acuerdo
Desacuerdo
27,34%
70,44%
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machismo
La vieja sociedad patriarcal dividió totalmente los roles de la mujer y el hombre entre lo doméstico y lo público. Creó prejuicios tan profundos como denominar prostituta a la mujer pública en el entendido que el único lugar donde la mujer podía estar con dignidad y prestancia era el hogar, donde se le asignaron relaciones de sumisión, servicio y cuidado. Una mujer independiente, insumisa y letrada siempre fue considerada como no virtuosa, por decir lo menos. El siglo XX signi-ficó una gran transformación social y política en el papel de la mujer, quien se erigió como igual en la sociedad conyugal y alcanzó compen-saciones legales por el ejercicio de la crianza y de la maternidad. Hoy en día el machismo es mirado por la mayoría de las personas como un atraso. Sin embargo, se sigue venerando de forma casi religiosa a la mujer-madre o a la mujer-esposa. Esa veneración es una de las tantas maneras de disfrazar el viejo prejuicio patriarcal. La Encuesta Bienal de Culturas preguntó sobre el acuerdo o el desacuerdo con respecto a la educación que deben recibir las niñas para que puedan asumir su papel de madres o esposas y el acuerdo con el prejuicio machista alcanzó el 39,49% de la población bogotana (ver gráfico 4). Lo interesante es la gran disminución de ese prejuicio en tan solo dos años (-11,68%) (ver tabla 1). El Observatorio de Culturas realizó un análisis con las principales diferencias de la EBC 2011 a partir de la percepción de mujeres y hombres sobre el trabajo, el espacio público, la libertad y la calidad de vida, y encontró una situación de profundas desigualdades que persisten como rezago de la cultura patriarcal y de la insuficiente protección a las vulnerabilidades derivadas de la naturaleza y condi-ción de las mujeres.
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Gráfico 4 Una educación adecuada para las niñas es la que da preferencia al desarrollo de sus roles de madre y esposa (EBC 2011, P28e)
Acuerdo
Desacuerdo
39,49%
59,28%
Clasismo
Si existe un elemento profundamente segregador, en la sociedad bogotana, es la extrema desigualdad socioeconómica que se refleja en el coeficiente Gini. Al respecto, como lo señala el economista Leonardo Bonilla, Bogotá y Cho-có, polos opuestos en el ingreso per cápita, se encuentran entre las regiones más desiguales. A esta segregación, de carácter objetivo, se suma un pre-juicio clasista que pone en tela de juicio la honradez de las personas pobres.
Por supuesto no es el único prejuicio clasista, los hay en contra de quienes son ricos como el de San Jerónimo que sentenció: “todo rico es ladrón o hijo de ladrón”.
El prejuicio sobre la proclividad de la gente pobre hacia el delito nace posiblemente de la escasa movilidad social existente en nuestro sistema socioeconómico que termina asociando a la gente pobre e inconforme con la posibilidad inminente de que incurran en actividades delictivas. Es la misma reflexión de quien supone la honradez de una persona pudiente basándose en que “no necesita robar”. Este prejuicio es asumido muy frecuentemente por el pobre que disculpa su pobreza cuando afirma ser “pobre pero honrado”. También puede estar asociado con la cultura seño-rial que daba títulos perpetuos de honradez solamente a los hidalgos, es decir, a quienes tenían propiedades, eran hijos de matrimonio bendecido y tenían reconocimiento social. El resto de las personas debía probar su honradez. Sea como fuere, el origen de este prejuicio tiene una amplia
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aceptación en la población bogotana (57,13%) (ver gráfico 5).Lo alen-tador es que, en los dos últimos años (2009-2011), dicho prejuicio tuvo una caída porcentual de 4,21% (ver tabla 1).
Gráfico 5 Cuando la gente es pobre, es más propensa a cometer delitos (EBC 2011, P28c)
Acuerdo
Desacuerdo
57,13%
42,02%
Prejuicio contra las personas enfermas de sIda
A lo largo de la historia de la humanidad han existido enfermedades tabú asociadas a castigos sobrenaturales. La lepra, la epilepsia y la sífilis fueron catalogadas como maldiciones para quienes caían en desgracia con la divinidad o eran poseídos por los demonios. Actualmente el Sida tiene también los contornos de una enfermedad tabú por su extraño origen y porque ha estado asociada con el mundo de la homosexualidad masculina y de la drogadicción. Desprovista de todo origen sobrena-tural, el Sida mantiene su condición de castigo moral generando un prejuicio que trasciende su alcance contagioso. La tendencia a aislar a las personas enfermas de Sida no descansa en una medida preventiva de salud pública, está más conectada con la idea de una moral pública prejuiciosa contra la población homosexual. Este prejuicio ha merecido debates de mucha trascendencia y realizaciones cinematográficas tan conocidas como Filadelfia5 con actores de primera línea. Actualmen-te, en Bogotá, este prejuicio tiene una tendencia al alza (ver tabla 1).
5 Filadelfia (1993) es una película dirigida por Jonathan Demme y protagonizada por Tom Hanks y Denzel Washington.
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Gráfico 6 Las personas enfermas de Sida deben ser alejadas del resto de personas (EBC 2011, P28f)
Acuerdo
Desacuerdo
21,04%
77,45%
Prejuicio contra nuevas creencias religiosas
La tradición religiosa en Colombia consagró a la religión católica como la religión oficial del país. Se entronizó como “la única religión verda-dera” y sirvió de guía moral y ritual para la mayoría de la población. Marcó una huella tan profunda que dejó de ser una opción libre para convertirse en parte de la identidad nacional y la renuncia a ella es mal vista por buena parte de la feligresía. El Estado laico, consagrado por la Constitución de 1991, propuso hacer el tránsito de la cultura de la “tolerancia religiosa” hacia una cultura de “libertad religiosa”. ¿Qué tanto Bogotá ha roto el prejuicio contra nuevas creencias religiosas? Por los resultados obtenidos (ver gráfico 7) hay un fuerte anclaje del prejuicio frente a otras creencias religiosas y ese prejuicio viene en aumento (ver tabla 1).
Gráfico 7 Entre más religiones se permitan en el país, es más difíficl preservar nuestros valores (EBC 2011, P28c)
Acuerdo
Desacuerdo
49,12%
48,77%
Como se puede observar en la tabla 1, la homofobia, el machismo y el clasismo son prejuicios con tendencia a la disminución en Bogotá.
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Mientras que el racismo y los prejuicios contra enfermos de Sida y contra nuevas creencias religiosas tiende al alza.
tabla 1
Prejuicios en Bogotá EBC 2009 EBC 2011 Variación % prejuicio
Homofobia 57,28% 53,60% -3,68
Racismo contra afrocolombianos 22,93% 25,64 2,71%
Racismo contra indígenas No se indagó 27,34% N/A
Machismo 51,17% 39,49% -11,68%
Clasismo contra pobres 61,34% 57,13% -4,21%
Contra enfermos de Sida 17,28% 21,04% 3,76%
Contra otras religiones 46,78% 49,12% 2,34%
III.II actitudes de las y los adolescentes(13-17 años) frente a los prejuicios sociales en Bogotá
Si comparamos los porcentajes de la población entre los 13-17 años con el promedio de la población de Bogotá de 13 años y más, en cuanto a prejuicios, encontramos que el prejuicio acerca de que los homosexuales no deben ser profesores de colegio, el racismo contra los afrocolom-bianos y el prejuicio de que hay que alejar a los enfermos de Sida son más altos en esta población que en el promedio general (ver tabla 2).
Las diferencias, en cuanto a mayor resistencia a admitir a homo-sexuales como profesores de colegio, son explicables en una edad y en una situación de escolaridad como la de la población de 13-17 años. Lo mismo, por extensión del prejuicio homofóbico, con los enfermos de Sida. Lo que habría que examinar, con más cuidado, es el mayor
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porcentaje de población de esa edad con prejuicios raciales contra la población afrocolombiana.
También podemos observar en la tabla 2 que en las variaciones según edad (13-17 años), la única cifra porcentual que se mantiene igual en ambos años es el racismo contra los afrocolombianos (26,6%).
tabla 2
Prejuicios en BogotáEBC 2009 EBC 2011 Variación % pre-
juicio 13 a 17 añosGeneral 13-17 años General 13-17 años
Homofobia 57,28% 58,48% 53,60% 56,10% -2,38
Racismo contra afrocolombianos 22,93% 26,61% 25,64% 26,62% 0,01%
Racismo contra indígenas N/A N/A 27,34% 26,53% N/A
Machismo 51,17% 44,16% 39,49% 39,02% -5,14%
Clasismo contra pobres 61,34% 56,16% 57,13% 51,84% -4,32%
Contra enfermos de Sida 17,28% 19,50% 21,04% 22,37% 2,87%
Contra otras religiones 46,78% 42,31% 49,12% 47,23% 4,92%
III.III actitud de las personas pertenecientes al nivel socioeconómico bajo (estratos uno y dos) frente a los prejuicios sociales en Bogotá
La composición, respecto al nivel socioeconómico en la ciudad de Bogotá, se obtiene a partir de la estratificación propia del Catastro Dis-trital y es una medida que, de alguna manera, ofrece un panorama de la situación económica de las y los habitantes de la capital. Sin embargo no considera los casos en los que las personas, que viven en estratos bajos, tengan altos niveles económicos y viceversa. Ahora, según las proyecciones del Dane, en convenio con la Secretaría de Planeación
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Distrital, el 50,87% de la población de 13 años y más vive en los es-tratos uno y dos (Nivel Socioeconómico Bajo), el 36,33% en el estrato tres (Nivel Socioeconómico Medio) y por último el 12,8% habita en los estratos cuatro, cinco y seis (Nivel Socioeconómico Alto). A la luz de esta perspectiva es importante observar el comportamiento de la mayoría de la población NSE Bajo respecto a los diferentes prejuicios indagados, población a la que se dirigirán los retos y esfuerzos que la Bogotá Humana se ha planteado en el ejercicio de la solidaridad propia de la política del amor.
Los resultados indican que, en todos los prejuicios indagados, la aceptación es mayor porcentualmente entre las personas procedentes del NSE Bajo, fenómeno que se presenta en los dos años, y las bre-chas más amplias se ubican en el prejuicio contra los afrocolombianos y el clasismo contra los pobres. Sin embargo, pese a que los niveles de prejuicio son altos, se observó una disminución en cuatro de los seis prejuicios indagados en los dos años, aunque se incrementaron los porcentajes de personas del NSE Bajo con prejuicios en contra de las personas enfermas de Sida y contra otras religiones distintas a la católica (ver tabla 3).
tabla 3
Prejuicios en BogotáEBC 2009 EBC 2011 Variación % pre-
juicio NSE BajoGeneral NSE Bajo General NSE Bajo
Homofobia 57,28% 57,43% 53,60% 54,95% -2,48%
Racismo contra afrocolombianos 22,93% 31,35% 25,64% 26,57% -4,78%
Racismo contra indígenas N/A N/A 27,34% 29,34% N/A
Machismo 51,17% 55,63% 39,49% 41,32% -14,31%
Clasismo contra pobres 61,34% 66,15% 57,13% 60,07% -6,08%
Contra enfermos de SIDA 17,28% 19,63% 21,04% 22,92% 3,29%
Contra otras religiones 46,78% 50,00% 49,12% 53,02% 3,02%
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III.Iv actitud de mujeres y hombres frente a los prejuicios sociales en Bogotá En Bogotá, según proyecciones del Dane y la Secretaría de Planea-ción Distrital, el 52,57% de la población son mujeres, mientras que el 47,43% son hombres. No obstante, esta aparente superioridad numérica de las mujeres sobre los hombres no se mantiene al indagar acerca de los escaños políticos obtenidos por ellas, al ver el porcentaje de mujeres que acceden a la universidad, la proporción de mujeres que practica algún deporte o el número que accede a la oferta cultural y recreativa de la ciudad. Vivimos todavía en medio de una cultura pa-triarcal en la que no existe una real equidad entre hombres y mujeres y en el caso de los prejuicios uno de los más comunes es el de la división sexual del trabajo, es decir, la feminización y masculinización de algu-nas labores. El machismo se hace invisible incluso al permear todas las esferas de la vida de las personas y al hacerse parte de los hábitos de la gente. En este sentido, es importante revisar el estado de apropiación de derechos de la población de mujeres, de los derechos para consigo mismas y para con quienes son diferentes a ellas.
Los resultados revelan una disminución en los porcentajes de per-sonas con prejuicios homofóbicos, racistas, clasistas y machistas en los dos sexos, y un incremento en los prejuicios contra otras religiones y las personas enfermas de VIH. Es necesario señalar que, para el caso de las mujeres, los porcentajes que muestran prejuicios de orden ma-chista, clasista, homofóbico y contra las personas enfermas de Sida son menores que los de los hombres, caso contrario al del racismo contra los afrocolombianos que fue proporcionalmente mayor en ellas en los dos años. Vale la pena resaltar, como gran logro, la variación en el prejuicio machista en los dos sexos, puesto que tanto en hombres como en mu-jeres disminuyó significativamente en menos de dos años (ver tabla 4).
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tabla 4
Prejuicios en Bogotá
EBC 2009 EBC 2011 Variación % pre-juicio mujeres
Variación % pre-juicio hombresMujeres Hombres Mujeres Hombres
Homofobia 55,62% 59,14% 52,79% 54,50% -2,83% -4,64%
Racismo contra
afrocolombianos29,50% 28,35% 26,40% 24,80% -3,10% -3,55%
Racismo contra
indígenasN/A N/A 27,36% 27,32% N/A N/A
Machismo 50,20% 52,26% 37,16% 42,08% -13,04% -10,18%
Clasismo contra
pobres59,37% 63,55% 56,38% 57,95% -2,99% -5,60%
Contra enfermos
de Sida16,12% 18,60% 20,58% 21,55% 4,46% 2,95%
Contra otras
religiones46,65% 46,92% 50,88% 47,18% 4,23% 0,26%
III.v mapeo, según localidad, de losprejuicios sociales en Bogotá Tal como se ha podido apreciar, en la ciudad de Bogotá no existen comportamientos homogéneos entre los diferentes sexos, edades y niveles socioeconómicos de sus habitantes. Gracias a la robustez de la EBC es posible ubicar esas diferencias que hacen de la capital una sinfonía de pensares, actitudes y manifestaciones. La división, según localidad, también arroja diferencias indispensables para la implemen-tación de políticas diferenciadas para cada territorio, como se puede ver en el gráfico 8.
aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad 20
Gráfico 8 Prejuicios en Bogotá (EBC 2011, P28)
Bog
otá
Usa
quén
Cha
pine
ro
Sant
a Fé
San
Cri
stób
al
Usm
e
Tunj
uelit
o
Bos
a
Ken
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Font
ibón
Enga
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dos
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iño
Puen
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La C
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lari
a
Ref
ael U
ribe
Uri
be
Ciu
dad
Bol
ívar
50,00%
60,00%
70,00%
Porc
enta
jes d
e po
blac
ón q
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anifi
esta
pre
juic
ios
40,00%
30,00%
20,00%
10,00%
0%
Contra otras religiones
Racismo contra afrocolombianosHomofobia
Machismo
Clasismo contra pobres Contra enfermos de Sida
Racismo contra indígenas
Para identificar las localidades con mayores proporciones de per-sonas, que expresan prejuicios, se creó un índice de manifestaciones prejuiciosas según localidad, en el que se sumaron los porcentajes de los siete prejuicios indagados y se sacó un promedio. Los resultados indican que el índice de manifestaciones prejuiciosas para Bogotá está en el 0,3905 mientras que la localidad con mayor proporción de personas con prejuicios, frente a las siete variables, fue Los Mártires con 0,4989 y la localidad en el último lugar de este “prejuiciometro” local fue Teusaquillo con 0,2953 (ver gráfico 9).
Boletín 18/2012 | 2120
Iv.I Contra una persona diferente al estereotipo heterosexual Las poblaciones que se apartan de los estereotipos dominantes no solo son víctimas de actitudes discriminatorias, fruto de los prejuicios; también,
Iv. rechazo a la agresión contrapersonas vulnerables
Gráfico 9 Índice de manifestaciones de prejuicios, según localidad (EBC 2011, P28)
Los Mártires
Kennedy
La Candelaria
Ciudad Bolívar
Bosa
Tunjuelito
Bogotá
Reafael Uribe Uribe
Santa Fe
San Cristóbal
Suba
Usaquén
Fontibón
0,4989
0,4460
0,4405
0,4376
0,432849,32%
0,4214
0,4055
0,3913
0,3905
0,3753
0,3870
0,3734
0,3861
0,3513
0,3773
0,3315
0,2953
0,3754
0,3246
0,3038
Puente Aranda
Usme
Engativá
Barrios Unidos
Teusaquillo
Chapinero
Antonio Nariño
aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad 22
en ocasiones, son víctimas de violencia física. La Encuesta Bienal de Culturas 2011 indagó por el grado de indiferencia o aceptación ante un hipotético caso de victimización de una persona perteneciente a los grupos poblacionales LGBTI.
Los resultados muestran que el 67,06% de las personas manifiesta una postura de rechazo ante la situación propuesta, bien sea porque no haría nada por temor o porque defendería al agredido. El 28,36%, un poco más de la cuarta parte de la ciudadanía, acoge respuestas de aceptación o indiferencia frente a las burlas y agravios sobre una perso-na desconocida por pertenecer a la población LGBTI (ver gráfico 10).
Gráfico 10 Si una persona desconocida por ser lesbiana, gay, bisexual o transgenerista recibe burlas y agravios... (EBC 2011, P27)
No haría nada por temor
Le sería indiferente
No haría nada porque está de acuerdo con el agravio
Le daría risa
Defendería al agredido
Ns/Nr
24,59%
4,58%
1,36% 1,21%
42,48%
25,79%
Se encontró que dos de cada tres personas, residentes en Bogotá, rechazan este tipo de agresiones, lo cual constituye un importante capital social. Ese capital está en crecimiento. Si observamos el gráfico 11, donde se comparan los resultados obtenidos en el 2009, es posible encontrar un importante crecimiento en las actitudes de solidaridad para rechazar este tipo de conductas, el cual creció, en solo dos años, en un porcentaje de 11,37%.
Boletín 18/2012 | 2322
Gráfico 11 Respuesta frente a una agresión contra una persona LGBTI (EBC 2011, P27, EBC 2009, P28)
Defendería al agredido 38,82%
42,48%
27,47%
25,79%
21,80%
24,59%
1,72%
1,36%
1,36%
8,82%
1,21%
4,58%
Le sería indiferente
No haría nada por temor
No haría nada porque está de acuerdo con el agravio
Le daría risa
Ns/Nr2009 2011
Con relación a la edad, la población mayor de 50 años es la que, en me-nor porcentaje, manifiesta defender al agredido y son quienes, en mayor proporción, dicen no hacer nada por temor aunque muestran su solidaridad con este grupo de personas. Es preocupante que el grupo comprendido entre los 18 y los 26 años muestre la mayor proporción de personas indife-rentes, y que en el grupo más joven (13-17 años) se encuentre el más alto porcentaje de personas a las cuales el agravio les daría risa (ver gráfico 12).
Gráfico 12 Si una persona por ser lesbiana, gay, bisexual o transgenerista recibe burlas y agravios usted... (EBC 2011, P27) Edad
42,24%
42,11%
43,76%
46,03%
38,45%
25,41% 25,42% 3,31%13 a 17 años
18 a 26 años
27 a 35 años
36 a 49 años
50 años o más
39,00%
No haría nada por temorLe sería indiferente
No haría nada porque está de acuerdo con el agravio
Le daría risaDefendería al agredido
Ns/Nr
3,73% 1,89%
19,72% 29,85% 4,84%1,87% 1,61%
25,20%
22,77%
29,23%
25,26% 3,91%0,54% 1,32%
23,97%
25,86%
5,13%
4,90%
0,83%
0,48%
1,27%
1,07%
aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad 24
Frente a la desagregación, según nivel socioeconómico, en 2011 se encontró que la proporción de personas que repudian el hecho, ya sea que defienden al agredido o que no hacen nada por temor, es superior en el NSE Alto donde llega al 71,81%, mientras que en el NSE Ba-jo es del 64,62%. La indiferencia y el acuerdo con el agravio fueron mayores en el NSE Bajo, lo cual es importante en la construcción de una ciudadanía solidaria con expresiones y condiciones diferentes a los estereotipos dominantes (ver gráfico 13).
Gráfico 13 Si una persona por ser lesbiana, gay, bisexual o transgenerista recibe burlas y agravios usted... (EBC 2011, P27) NSE
Bajo
Medio
Alto
No haría nada por temorLe sería indiferente
No haría nada porque está de acuerdo con el agravio
Le daría risaDefendería al agredido
Ns/Nr
41,75%
41,52%
48,08%
27,30% 25,61% 3,14%1,47% 0,96%
39,00%22,87% 26,94% 5,54%1,13% 1,78%
23,73% 21,73% 4,85%0,75% 0,87%
Respecto a la división según sexo, en 2011, es posible apreciar, en el gráfico 14, que las mujeres manifiestan una mayor solidaridad con la población LGBTI en caso de presenciar un agravio, incluso al punto de tomar cartas en el asunto y defender al agredido. Se podría decir que el principal motivo por el cual los hombres no intervienen, a favor del agredido, no es el temor sino la indiferencia.
Boletín 18/2012 | 2524
Gráfico 14 Si una persona por ser lesbiana, gay, bisexual o transgenerista recibe burlas y agravios usted... (EBC 2011, P27) Sexo
No haría nada por temorLe sería indiferente
No haría nada porque está de acuerdo con el agravio
Le daría risaDefendería al agredido
Ns/Nr
40,11%
44,61% 28,19% 21,34% 4,16%0,89% 0,81%
Hombres
Mujeres
20,60% 30,72% 5,04%1,56% 1,97%
Iv.II disposición a intervenir contra la agresión de un(a) vecino(a) contra su pareja El mito de que la violencia es permisible, en la privacidad doméstica, está siendo superado con mucha fuerza. En Bogotá, frente a un caso hipotético de violencia ejercida por algún vecino(a) contra su pareja, la reacción favorable a la intervención fue de 83,77% (ver gráfico 15).
Gráfico 15 Porcentaje de la población y sus actitudes con relación al evento de que una persona vecina esté golpeando a su pareja (EBC 2011, P43)
Interviene para detener la agresión
Llama a alguna autoridad
No hace nada
Otra
Ns/Nr
0,98%0,32%
9,70%
74,07%
14,93%
aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad
La desagregación, según rangos etarios, muestra un menor porcen-taje de personas que manifiestan intervenir para detener la agresión entre quienes tienen 27 o más años. Por otra parte, los menores por-centajes de personas que dicen no hacer nada se encuentran en el rango comprendido entre los 27 y los 49 años (ver gráfico 16).
Gráfico 16 Si usted sabe que un vecino está golpeando a la pareja con quien convive, ¿usted que hace? (EBC 2011, P43) Edad
12,58% 70,24% 1,64%13 a 17 años
18 a 26 años
27 a 35 años
36 a 49 años
50 años o más
Llama a alguna autoridadOtra
Ns/NrNo hace nadaInterviene para detener la agresión
15,54%
12,51%
8,19%
9,00%
8,15%
70,65% 1,36%
75,68% 1,24%
76,74% 1,22%
74,53% 1,22%
15,48%
14,89%
13,04%
16,10%
Gráfico 17 Si usted sabe que un vecino está golpeando a la pareja con quien convive, ¿usted que hace? (EBC 2011, P43) NSE
Bajo
Medio
Alto
Llama a alguna autoridadOtra
Ns/NrNo hace nadaInterviene para detener la agresión
11,07% 71,33% 1,5%16,10%
8,28%
8,30%
77,68% 0,9%
74,70% 1,64%
13,14%
15,36%
Como se puede apreciar en el gráfico 17, el mayor porcentaje de intervención directa frente al incidente se ubica en el NSE Bajo, no obstante es el segmento que, en mayor proporción, manifestó no ha-cer nada; también es el segmento que, en menor medida, utiliza a un
26
Boletín 18/2012 | 2726
tercero, como lo es la autoridad, para dirimir el conflicto. Las personas de estrato tres, es decir NSE Medio, son quienes, en mayor medida, manifiestan su solidaridad con la víctima, ya sea por que intervienen directamente o acuden a alguna autoridad (ver gráfico 17).
Al desagregar, según sexo, es posible apreciar que si bien son los hombres quienes, en mayor proporción, dicen intervenir para detener la agresión, son también quienes, en mayor medida, afirman no hacer nada. Por otra parte, las mujeres intervienen directamente en menor escala pero acuden a las autoridades en una mayor proporción. Estas conductas dejan entrever rasgos de la cultura patriarcal, en la que las mujeres prefieren no intervenir directamente por temor, mientras que los hombres son quienes se prestan para enfrentar personalmente el conflicto (ver gráfico 18).
Gráfico 18 Si usted sabe que un vecino está golpeando a la pareja con quien convive, ¿usted que hace? (EBC 2011, P43) Sexo
Hombres
Mujeres
Llama a alguna autoridadOtra
Ns/NrNo hace nadaInterviene para detener la agresión
11,79%
7,82%
70,77% 1,19%
77,04% 1,4%
16,25%
13,74%
aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad
Una característica de la cultura democrática es la capacidad de las personas de tener relaciones libres y horizontales. Esta capacidad
se indagó con la pregunta plasmada en el gráfico 19:
Gráfico 19 Si a uno alguien muy importante le regaña injustamente, ¿qué es mejor: responderle o quedarse callado? (EBC 2011, P42)
Responderle
Quedarse callado
Ns/Nr
59,25%
39,71%
1,04%
El 59,25% de la ciudadanía tiene apropiado el derecho al disenso. Ni siquiera el hipotético caso en dónde una persona, con el atributo de ser muy importante, comete una injusticia, reprime el derecho ciudadano a responder (ver gráfico 19). Preocupa el silencio de casi 40% de las personas frente a las situaciones injustas que directamente le afectan.
Gráfico 20 Costreñimiento de la libertad para opinar en distintos ambientes (EBC 2011, P30)
e. Ante desconocidos
d. En su vecindario
b. En su trabajo
c. En su lugar de estudio
a. En su casa
35,14%
20,54%
14,01%
16,61%
6,41%
28
v. apropiación del derecho al disenso
Boletín 18/2012 | 2928
Si comparamos los resultados obtenidos en los gráficos 19 y 20 podemos apreciar que en el ambiente donde pueden percibir mayor constreñimiento las personas para expresar sus opiniones, “ante des-conocidos”, apenas llega el porcentaje al 35%, que es la opción de “quedarse callado”. Lo cual nos remite a la hipótesis de que la opción de “quedarse callado” nace, en muchas personas, de un estimativo de que las condiciones para reaccionar, con eficacia, frente a un regaño injusto de alguien importante no se dan. Es decir, un numeroso gru-po de personas opina que no se vive en democracia. Para examinarlo veamos los resultados de la pregunta 32 en el gráfico 21: ese NO que alcanza el 24,67% y esa relatividad de la democracia que se expresa en el “Si, en parte” con el 49,14% pueden ser una explicación sobre el peso del sistema político (no totalmente percibido como democrático) en las conductas de las personas. Esta hipótesis tiene sentido porque, en el gráfico 12, lo que muestran los resultados es que mientras el ámbito sea más público (y por tanto más impersonal), la sensación de libertad para expresar opiniones es menor. La confianza, uno de los principales capitales sociales del régimen democrático, tiene una pérdida importante en un mundo excesivamente constreñido y lleno de riesgos como en el que viven en Colombia las personas del común y corriente.
Gráfico 21 Percepción sobre si Colombia vive en democracia (EBC 2011, P32)
Si, en parte
No
Ns/Nr
Sí
49,14%
24,67%
2,83%
23,35%
30aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad
La Encuesta Bienal de Culturas quiso medir el respeto a la vida humana con una pregunta dura que confronta una situación ad-
mitida por un porcentaje de la población que valida la pena de muerte de manera extrajudicial. “Limpieza social”, “dar de baja”, “ajuste de cuentas” son nombres eufemísticos que se han instalado en la mente de muchas personas para eludir su responsabilidad moral o institucional con los crímenes que a diario se cometen y cuya impunidad transita por la indiferencia de la sociedad.
Gráfico 22 Quien mate o mande a matar a alguien considerado “lacra social”, ¿debería ser castigado con todo el peso de la ley? (EBC 2011, P26)
Ns/Nr. 1,60%
Sí. 90,27%
No. 8,13%
La pregunta 26 de la EBC 2011 confronta duramente esa indife-rencia al plantear : “Quien mate o mande matar a alguien considerado ‘lacra social’, ¿debe ser castigado con todo el peso de la ley?”. El re-sultado nos dice que el 8,13% de la población bogotana de 13 años y más tiene una posición indulgente con quien comete crímenes contra
vI. respeto a la vida
30Boletín 18/2012 | 31
personas socialmente repudiadas; el porcentaje más bajo de esa posi-ción indulgente lo tiene el grupo etario de 13 a 17 años, mientras el más alto lo tiene la población de 27 a 35 años (ver gráfico 23).
Gráfico 23 Porcentajes de población, según grupos etarios, que opinan que no debe ser castigado con todo el peso de la ley quien mate o mande matar a alguien considerado “lacra social” (EBC 2011, P25)
7,32%
7,37%
8,91%
7,76%
9,24%
13 a 17 años
18 a 26 años
27 a 35 años
36 a 49 años
50 años o más
De la misma manera, la proporción más baja de esa manifestación de indulgencia la tienen los estratos bajos, mientras que la más alta la tienen las personas de los estratos cuatro, cinco y seis (ver gráfico 24).
Gráfico 24 Porcentajes de población, según NSE, que opinan que no debe ser castigado con todo el peso de la ley quien mate o mande matar a alguien considerado “lacra social” (EBC 2011, P25)
Alto
Medio
Bajo
9,37%
8,63%
7,46%
Sean cuales sean las razones de estas diferencias, aunque mínimas, son importantes como tendencias. El estimado de esa población bo-gotana indulgente con quienes cometen esos crímenes es de 471.563 personas, lo que equivale a la población de una ciudad como Pereira.
32aceptación de la diferencia, apropiación de la diversidad, respeto a la vida oBservaCIones de CIudad
encuesta Bienal de Culturas 2009 2011
Periodo de recolección: Septiembre-noviembre de 2009 Octubre y noviembre de 2011
Cobertura: Zona residencial urbana de Bogotá Zona residencial urbana de Bogotá (19
localidades)
Metodología muestral utilizada: Muestreo probabilístico estratificado
bietápico con una fase
Muestreo probabilístico multietápico
en fases, estratificado por nivel loca-
lidad, nivel socioeconómico, grupo
etario y sexo
Tamaño de la muestra: 13.010 encuestas efectivas 13.453 encuestas efectivas
Población objetivo: Población de 13 años y más residente
de la zona urbana residencial de Bogotá
Población de 13 años y más residente
de la zona urbana residencial de Bogotá
Tipos de instrumentos aplicados: Encuesta semiestructurada Encuesta semiestructurada
Confiabilidad de la información: 95% 95%
Error muestral ponderado: 0,96%. Estimaciones porcentuales
menores al 2%, con respecto al total
general, tendrán errores de estimación
mayores al 10%
Para estimaciones del 50% con res-
pecto al total, el error del muestreo
es de 1,01%
Estimaciones inferiores al 1,05% ten-
drán errores superiores al 10%
vII. ficha técnica
© Alcaldía Mayor de Bogotá© Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte
Gustavo Petro UrregoAlcalde Mayor de Bogotá
Clarisa Ruiz CorrealSecretaria de Cultura, Recreación y Deporte
Otty Patiño HormazaJefe Oficina Observatorio de Culturas
Alejandro FlorezJefe Oficina Comunicaciones
César Pinzón-MedinaCoordinador Observaciones de Ciudad
Edilneyi Zúñiga AviramaEstadística Observatorio de Culturas
Dirección y redacción Observaciones de CiudadCarrera 8 No 9-83 Tel. (0571) 3274859
Página de Internetwww.culturarecreacionydeporte.gov.coCorreo electró[email protected]
Coordinación editorial: María Bárbara GómezDiseño de portada y armada electrónica: David ReyesFotografías: Archivos Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y Observatorio de CulturasImpresión: Subdirección Imprenta Distrital DDDIImpreso y hecho en Colombia
ISSN: 2145-2067
Todos los derechos reservados, ninguna parte de esta publica-ción puede ser reproducida, almacenada en sistema recuperable o transmitida, en ninguna forma o por ningún medio magné-tico o electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros sin el previo permiso escrito de los editores.
Boletín InformatIvo del oBservatorIo de Culturas
ACEPTACIÓN DE LA DIFERENCIA, APROPIACIÓN DE LA DIVERSIDAD, RESPETO A LA VIDA
la encuesta Bienal de Culturas es fruto de un proceso participativo; 13.453 ciudadanos y ciudadanas confiaron su información personal para dar cuenta de las múltiples culturas que habitan nuestra ciudad.
Gracias a ellos Bogotá cuenta con información útil y confiable para seguir los derroteros de la actual administración. la encuesta Bienal de Culturas es una gran consulta ciudadana que nos muestra cómo
somos, sin adjetivos ni valoraciones instrumentales o economicistas. es una consulta ciudadana útil para gobernar.