organon de la medicina

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Homeopatia

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  • ORGANON DE LA MEDICINA

    HAHNEMANN SEXTA EDICIN

    PROLOGO: HERNANDO CORAL ROSERO

  • M E D I C I N A H O M E O P T I C A

    ORGANON

    C.F. SAMUEL HAHNEMANN

  • ORGANON

    HOMEOPATA

    C.F. SAMUEL HAHNEMANN

    SIMILIA SIMILIBUS

    CURANTUR

    KIRPAL

  • FUNDACIN MEDICINAL HOMEOPTICA BIOLGICA MUNDIAL

    KIRPAL

    HERNANDO CORAL ROSERO Presidente

    SEDE MUNDIAL CRA. 12 No 9-01 TELEFONOS: 8960663 FAX : 8810024 8960665

    CALI-COLOMBIA

  • RECONOCIMIENTOS

    Es necesario el reconocimiento a una serie de personas que de una u otra manera han colaborado en la edicin del presente libro y en la divulgacin de la Homeopata a nivel profesional.

    Al Colegio de Mdicos de! Guayas. sensible al desarrollo de las corrientes modernas y aplicaciones teraputicas, quienes auspiciaron el Primer Curso de Homeopata, dado en Guayaquil, muy particularmente a su Presidente Dr. Jaime Romero Taysing y a su directiva 1977-1999.

    A mi discpulo. N.D. Leonardo Lpez Guzmn, por su trabajo como corrector de las pruebas previas a la publicacin y a su verificacin en la fidelidad de las traducciones del ingls al espaol. A la Srta. Janeth Bentez Rozo, por el apoyo brindado al recopilador de la obra. A la Ing. Mnica Campuzano por su dedicacin en la edicin y publicacin de la presente obra. Una mencin muy particular al Dr. Carlos Rodolfo Rodrguez Carrin. Director Ejecutivo de Consejo de Postgrado de la Universidad de Guayaquil y, a la Dra. Blanca Martnez Jara, Profesora de Semiologa Peditrica de la Universidad de Guayaquil, por su respaldo decidido al reconocimiento de la Homeopata en el Ecuador. Dr. Osear Aranda. representante de la Fundacin Homeoptica Kirpal. en el departamento e Homeopata, en Lima. Dr. Eduardo Burgos Revolledo. representante de la Fundacin Homeoptica Kirpal, en el departamento de Naturopatia, en Lima Dr. Flix Figueroa Goytizolo, Lima. Dr. Jos Alejandro de los Ros Len. Dr. Ral Gamboa Barrera. Dr. Rafael Curitumay Quincho, Dr. Asencin Guevara Ramrez. Licenciado en Medicina Biolgica. Dr. Jos Galvez Melendez Dra. Mara del Pilar Reyes Astocondor. Dra, Zoila Munarriz Cangre. Dr. Julio H. Esparta Crdenas. Dr. Urcisinio Crdenas Yattayo. Dr. Porfirio Huamn Moran. Dr. Elias E. Apaza Calsin. Dr. Segundo E. Burgos Revolledo. Dra. Mara Eugenia Barrenechea R..

  • M.H. .Ana Josefina Chiriboga de Canelos M.H. Walter Lozano Garca M.H. Mario Jimnez Gonzlez M.H. Manam Ortiz Willy M.H. Walter Espritu Pizarro. M.H. Juana Rosa Montero Huapaya. M. H. Luis Flores Rivas. M.H. Carlos Ennque Becerra Rios. MH .Abelardo Ponce Salcedo. M.H. Demetrio Cabrera Romn. M.H. Tony Rusca Salas. M.H. Elizabeth Cristina Alvarez M.H. Elias Eusebio Apaza Casin. M.H. Victor Alzamora Trocones. M.H. David Gondori Manani. M.H. Loyola Laime Salluca Dr. Juan Epigenio Diaz Cetrina. M.H, Julia Yolanda Quispe Navarro. M.H. Waker Humberto Lozano Garca. M.H. Jos Fabin Galvez Melendez. M.H. Ivn S. Silva Talavera. Arequipa. M.H. Roberto Cceres Bustamante. .Arequipa. MH. Noemi Kuffo Farias. M.H. Iris Elizabeth Armijo Vidal. M.H. Mara Doris de los Rios Alcntara M.H. Julio Casaretto Toledo M.H. Yadira Canales Morales M.H. Ivan Salomn Silva Tabera. Dr. Mauricio Quionez Mendoza. Profesor de Ciruga Prctica, L'niversidad de Guayaquil. Ecuador. Dra. Carolina Martinich Montalvo, Microbiologa -Laboratorio Clnico. Dr. Fabin Camn Herrera. Medico-Cirujano. Homeopata. Terapia Xeural. Dra. Yenny E. Ojeda Yinueza. Mdico-Cirujano, Hospital Naval de Guayaquil. Dr. Luis Urges Bemal. Medico-Cirujano. Homeopata y Terapia Xeural. Dr. Csar Aizaga Garca. Cirujano. Medicina Biolgica. Xutricin. Colonterapia Arq. Mario Zambrano Dueas. Homepata y Naturista. Dr. Freddy Juan Cabrera Pazmio. Mdico General. Dr. Washington Enrique Castro. Dra. Patricia Sandoval Ruiz. Dr. Miguel A. jeda C. Mdico. Dr. Justo Plas Gmez. Mdico Clnico Naturista. Sr. Valeriano Vergara Giraldo. Mdico Xaturista Tradicional. Dr. David Constante Paredes. Mdico clnico. Medicina Xatural y bioenergtica.. M.H. Augusto Marco Espinoza..Arequipa. Dr. Remigio Zamora Cevallos. Mdico Cirujano. Homepata. Terapia Xeural. A la fundacin Homeoptica Mundial Kirpal, y a su cuerpo directivo. por su apoyo constante a lo Largo de estos aos.

    Hernando Coral Rosero. M.H.

  • PRIMERA EDICIN

    1998

    Derechos. Es propiedad del autor. Esta publicacin no puede ser reproducida en todo ni en parte, Ni archivos por ningn medio electrnico, mecnico de grabacin, de fotocopiado en otra forma sin el previo consentimiento del autor. Derechos exclusivos. Hecho deposito de ley.

  • PROLOGO

    La Fundacin de Medicina Homeoptica Biolgica Mundial Kirpal. es una institucin dedicada a fomentar el intercambio entre las diferentes escuelas y laboratorios de la Medicina Homeoptica Mundial.

    La investigacin de la ciencia de la Medicina Homeoptica de ciencias biolgicas en sus especialidades para la divulgacin de planes, estudios y tratados. Reconocidos con la personera jurdica No. 0689 expedida el 18 de Junio de 1985 por la gobernacin del Valle del Cauca. Nuestra organizacin cuenta aproximadamente con 3.000 afiliados en toda Colombia y en otros 20 pases ms. En la ltima asamblea una buena cantidad de los miembros solicitaron que por medio de la Fundacin se realizaran obras del Dr. Federico Samuel Hahnemann, especialmente para el estudio de Homeopata de los nuevos afiliados, que se basen en libros de nuestro maestro y principalmente en el OROANON, que es una obra fundamental, donde Hahnemann realmente inicia y da el conocimiento absoluto del manejo de las enfermedades crnicas control de los miasmas y al mismo tiempo del sistema medicamentoso para trabajar basado en la energa vital de los pacientes en su estado agudo y crnico. Verdaderamente Hahnemann da en esta obra la ms grande demostracin filosfica, prctica y cientfica, basado en el ms austero conocimiento de la Medicina Homeoptica Mundial. Despus de analizar una variedad de libros Homeopticos hechos por escritores de varios pases, hemos visto que en muchsimas ocasiones se ha distorsionado la verdadera obra de Hahnemann, puesto que se han dedicado a hacer un tipo de tratamiento que muchas veces no concuerda con el verdadero precepto de Hahnemann. Es por esto y debido a la falta de libros originales especialmente en espaol que nos hemos visto obligados a tener que publicar las obras de l, para dar un verdadero enfoque y hacer un reencuentro con los Homepatas de la vieja data se debe partir de la obra original del autor. Es as que la Fundacin pone a su disposicin y de todos los colegas, esta magnfica obra que es la cumbre de Hahnemann, como iniciador y padre de la Homeopata, teniendo en cuenta que Colombia es uno de los pases donde ha tenido ms auge sabiendo que en todo el mundo, ha habido un despertar al descubrirse los beneficios de la divina Homeopata. El sabio alemn Dr. Samuel Hahnemann no se equivoc en el principio fundamental de la similitud y en el famoso aforismo "SIMILIA SIMILIBUS CURANTUR", creo tambin que es conveniente tener en cuenta que en 1.810 cuando se estaba dando el primer grito de la Independencia de Colombia, en el mismo ao se escriba la sexta edicin del ORGANON que es algo que debemos recordarlo profundamente. Todos los argumentos y aos de experiencia de Hahnemann se hacen meritorios a la publicacin que hoy en da la Fundacin Homeoptica

  • Kirpal, tiene el honor de presentar gracias al trabajo, esfuerzo e inteligencia de nuestro padre de la Homeopata. En esta obra Hahnemann, explica el porque y la verdad de como funciona la ley de semejanza en el tratamiento de las enfermedades crnicas, mal llamadas incurables. Hahnemann dice en el pargrafo No.2 El ideal ms elevado en una curacin, es restablecer la salud en manera rpida, suave y permanente, o quitar y destruir toda la enfermedad por el camino ms corto, ms seguro y menos perjudicial basndose en el principio de fcil comprensin. Tambin nos muestra como una perturbacin morbosa, altera la energa vital en el hombre, es por esto que al manifestarse la alteracin de la energa vital nos es ms clara la manifestacin de una enfermedad crnica que generalmente es producida por la psora. En todos los campos miasmticos, refirindose a la psora, la sfilis y la sicosis, Hahnemann deca; que si algn estado morboso referente a la sicosis o sfilis, hay la posibilidad de la psora crnica adquirida o hereditaria, interfiera directamente en general en una enfermedad o estado patolgico. Se debe atacar el miasma predominante. Tambin dice que cada paso patolgico debe tratarse individualmente, puesto que cada ser humano obedece a una serie de circunstancias que nica y exclusivamente hay en los estados tanto psricos, sifilticos y sicsicos, ya que un cambio puede alterar la fuerza vital del humano y que la enfermedad es el nico medio por el cual nos da a conocer el remedio que se necesita. El remedio al que se refiere Hahnemann, es el medicamento que absorba la totalidad o mayora de los sntomas psquicos y fisiolgicos, que analgicamente presentara el remedio en el hombre sano. Es por esto que el tratamiento debe ser estrictamente personal o individualizado, despus de hacer un examen completo y buscar el medicamento homeoptico anti miasmtico para tratar las enfermedades crnicas segn lo explica en el ORGANON. Tambin es necesario e indispensable conocer la dosis y la potencia adecuada de los medicamentos que debe utilizarse especialmente en las enfermedades crnicas. Es aqu donde Hahnemann expone su ms alto conocimiento, para la experimentacin pura que realiz en el hombre sano, que da como experiencia en los casos agudos y crnicos. La utilizacin de un medicamento que est en capacidad de escudriar lo ms profundo de la enfermedad crnica, hasta llegar al tope de hacer aflorar la psora, para as poder curar las enfermedades crnicas. Hace 243 aos, naci CRISTIAN FEDERICO SAMUEL HAHNEMANN, el 10 de Abril de 1755 en Meissen, en el pueblo de Sajonia, Alemania. Hahnemann estudi en la escuela Aristcrata de Saint Afra y luego se traslad a la Universidad de Laipzing en 1.777 para estudiar Medicina, despus de 2 aos viaj a Viena para graduarse en la Universidad de Erlangen como Mdico, en .Agosto de 1779, tambin estudi Metalurgia, Farmacologa y Toxicologa. Public el Lexicn Farmacutico, obra en 4 volmenes, sus trabajos sobre el mercurio y el tratamiento de la sfilis y la descripcin de la toxicologa del arsnico, son los primeros trabajos en la historia de la Medicina. Con esto quiero demostrar que Hahnemann, fue un sabio nato, fue algo que Dios cre a favor de la Naturaleza para as con l descubrir un sistema que pueda curar a todo ser humano y se especifique a un tratamiento sano, justo y razonable. Hahnemann fallece en Pars el 2 de Julio de 1.843. Diciendo sus ltimas palabras DIOS NO ME DEBE NADA Y YO A EL TODO! Su tumba est en el cementerio de Pre Lachaise. Este humilde prlogo termin con el deseo de que llegue a muchos pensamientos con el buen inters de aprender y con mi deseo ferviente

  • de que mis hijos Karin Hernando Coral Gonzlez, Isis Andrea Coral Gonzlez y Anglica Coral Chocont: algn da estudien Homeopata y sigan los pasos de Hahnemann y los mos. HERNANDO CORAL ROSERO Junio de 1998, Guayaquil - Ecuador.

    Pl La nica y elevada misin del mdico es la de restablecer la salud en los enfermos, que es lo que se llama curar.

    P2 El ideal ms elevado de una curacin es restablecer la salud de manera rpida, suave y permanente, o quitar y destruir toda la enfermedad por el camino ms corto, ms seguro y menos perjudicial, basndose en principios de fcil comprensin.

    P3 Si el mdico percibe con claridad lo que hay que curar en las enfermedades, es decir, en cada caso patolgico individual (conocimiento de la enfermedad, indicacin); si percibe claramente lo que hay de curativo en los medicamentos, es decir, en cada medicamento en particular (conocimiento del poder medicinal); y si sabe cmo adaptar, conforme a principios perfectamente definidos, lo que hay de curativo en los medicamentos, a lo que ha descubierto que hay indudablemente de morboso en el paciente, de modo que venga el restablecimiento. Si sabe tambin adaptar de manera conveniente el medicamento ms apropiado segn su modo de obrar al caso que se le presenta (eleccin del remedio, indicacin del medicamento), as como tambin el modo exacto de preparacin y cantidad requerida (dosis apropiada), y el periodo conveniente para repetir la dosis; si, finalmente, conoce los obstculos para el restablecimiento en cada caso y es hbil para removerlos, de modo que dicho restablecimiento sea permanente: entonces habr comprendido la manera de curar juiciosa y racionalmente y ser un verdadero medico.

    P4 Es igualmente conservador de la salud si conoce las cosas que la trastornan y las que originan la enfermedad y sabe apartarlas de las personas sanas.

    P5 Es til al mdico, pues le ayuda en la curacin, todo lo que se relaciona, con la causa excitante u ocasional ms probable de la enfermedad aguda, as como tambin los puntos ms importantes en la historia de la enfermedad crnica, que le ponen en aptitud de descubrir la causa fundamental, que generalmente es debida a un miasma crnico. En estas investigaciones debe tomarse en consideracin todo lo que pueda averiguarse de la constitucin fsica del paciente (especialmente cuando la enfermedad es crnica), su carcter moral e intelectual, su ocupacin, modo de vivir y costumbres, sus relaciones sociales y domsticas, su edad, funcionamiento sexual, etctera.

    P6 El observador exento de prejuicios -bien enterado de la sutileza de las especulaciones transcendentales que no son confirmadas por la experiencia-, no puede notar en cada enfermedad individual nada ms que los cambios en la salud del cuerpo y de la mente (fenmenos

  • morbosos, accidentes, sntomas), que pueden ser percibidos por medio de los sentidos; es decir, nota solamente las desviaciones del estado primitivo de salud del individuo ahora enfermo, que son sentidas por el paciente mismo, observadas por los que le rodean y por el mdico. Este conjunto de siglos perceptibles representa la enfermedad toda, es decir juntos forman la verdadera y nica imagen de la enfermedad.

    P7 Ahora bien, como en una enfermedad, de la cual no haya causa excitante o sostenedora evidente que remover (causa ocasionalis), no podemos percibir nada ms que los sntomas, deben (teniendo en cuenta la posibilidad de un miasma y las circunstancias accesorias) ser slo el medio por el cual la enfermedad pide e indica el remedio conveniente para aliviar; y an ms, la totalidad de los sntomas; de esta imagen reflejada al exterior de la esencia interior de la enfermedad, es decir, de la afeccin de la fuerza vital, debe ser el principal y nico medio por el cual la enfermedad da a conocer el remedio que necesita, la sola cosa que determina la eleccin del remedio ms apropiado, y as, en una palabra, la totalidad de los sntomas debe ser la principal nica cosa de que el mdico debe ocuparse en cada caso de enfermedad y removerla por medio de su arte, de modo que transforme en salud la enfermedad.

    P8 No se concibe, ni podra probarse por ninguna experiencia en el mundo, que despus de la remocin de todos los sntomas de la enfermedad y de todo el conjunto de accidentes perceptibles, quede o pueda quedar otra cosa que la salud, o que la alteracin morbosa del interior del cuerpo quede sin destruirse.

    P9 En el estado de salud, la fuerza vital (autocrtica) que dinmicamente anima el cuerpo material (organismo), gobierna con poder ilimitado y conserva todas las partes del organismo en admirable y armoniosa operacin vital, tanto respecto a las sensaciones como a las funciones, de modo que el espritu dotado de razn que reside en nosotros, puede emplear libremente estos instrumentos vivos y sanos para los ms altos fines de nuestra existencia.

    P10

    El organismo material, sin la fuerza vital, es incapaz de sentir, de obrar, de conservarse a s mismo; todas las sensaciones nacen y todas las funciones vitales se realizan por medio del ser inmaterial (el principio vital) que lo anima, tanto en el estado de salud como en el de enfermedad.

    Pll Cuando una persona cae enferma, es solamente la fuerza vital inmaterial y activa por si misma y presente en todas las partes del organismo, la que sufre desde luego la desviacin que determina la influencia dinmica del agente morboso hostil a la vida; el principio vital nicamente, en estado anormal, es el que puede dar al organismo las sensaciones desagradables e inclinarlo a las manifestaciones irregulares que llamamos enfermedad; pero, como es una fuerza invisible por s misma y slo reconocible por sus efectos en el organismo, sus perturbaciones morbosas nicamente las da a conocer por manifestaciones anormales de las sensaciones y de las funciones de aquellas partes del cuerpo accesibles a los sentidos del observador y del medico; es decir, por los sntomas morbosos y no de otro modo puede darse a conocer.

  • P12 Lo nico que produce las enfermedades es la fuerza vital afectada, por consiguiente los fenmenos morbosos accesibles a nuestros sentidos expresan al mismo tiempo todo el cambio interior, es decir, todo el trastorno morboso del dinamismo interno: en una palabra, revelan toda la enfermedad; por eso la desaparicin, debido al tratamiento, de todos los fenmenos y alteraciones morbosas distintos de las funciones vitales en estado de salud, indudablemente afectan y necesariamente implican al restablecimiento integral de la fuerza vital y por tanto, la vuelta al estado de salud de todo el organismo.

    P13 Por consiguiente, la enfermedad (que no cae bajo el dominio de la ciruga) considerada por los alpatas como una cosa distinto del todo viviente, del organismo y de la fuerza vital que lo anima, oculta en el interior y por ms sutil que la considere, es un absurdo que slo poda imaginarlo un cerebro materialista, y que ha dado por miles de aos al sistema mdico predominante todo este impulso pernicioso que ha hecho de l un arte (no curativo) verdaderamente perjudicial. P14 No hay nada patolgico en el interior del cuerpo, ni tampoco alteracin morbosa visible, susceptible de curarse, que no se d a conocer por s misma a la observacin correcta del mdico, por medio de signos y de sntomas; disposicin sta que est en perfecta armona con la infinita bondad del sabio Conservador de la vida humana. P15 La perturbacin morbosa del dinamismo (fuerza vital) que anima nuestro cuerpo en el interior invisible y la totalidad de los sntomas perceptibles externamente producidos por dicha perturbacin en el organismo y que representa la enfermedad existente, constituyen un todo; no son ms que una sola y misma cosa. El organismo es ciertamente el instrumento materia! de la vida, pero no puede concebirse sin el dinamismo que lo anima y obra y siente instintivamente; del mismo modo la fuerza vital no puede concebirse sin el organismo, por consiguiente los dos constituyen una unidad, aunque nuestra mente separe esta unidad en dos concepciones distintas a fin de que se comprenda fcilmente.

    P16 Nuestra fuerza vital, siendo un poder dinmico, no puede ser atacada y afectada por influencias nocivas sobre el organismo sano y producidas por fuerzas externas hostiles que perturben el armonioso funcionamiento de la vida, ms que de un modo inmaterial (dinmico); y de manera semejante todos esos desrdenes patolgicos (enfermedades), no puede el medico removerlos de ningn otro modo ms que por el poder inmaterial (virtual y dinmico) de las medicinas tiles y oportunas sobre la fuerza vital, que las percibe por medio de la facultad sensitiva existente en todo el cuerpo, de modo que solamente por su accin dinmica sobre la fuerza vital, el remedio deber restablecer y restablece la salud y armona vital, despus que los cambios en la salud del paciente, perceptibles por nuestros sentidos (la totalidad de los sntomas), hubieren revelado al mdico, cuidadosamente observador e investigador, la enfermedad, tan completa como sea necesaria, a fin de permitirle curarla.

    P17 Toda vez que la curacin que sucede a la extincin de la totalidad de los signos y sntomas perceptibles de la enfermedad, tiene siempre por resultado la desaparicin del cambio interior del principio vital, es

  • decir, la total extincin de la enfermedad, se sigue que el mdico con slo quitar la suma de sntomas har desaparecer simultneamente el cambio interior del cuerpo y cesar el trastorno morboso de la fuerza vital, esto es, destruir el total de la enfermedad la enfermedad misma. Pero destruir la enfermedad es restablecer la salud y este es el ms elevado y nico fin del mdico que conoce el verdadero objeto de su misin, que consiste en ayudar a su prjimo y no en perorar dogmticamente.

    P18 De esta verdad incontestable, que fuera de los sntomas y de las modalidades que le acompaan, nada existe que pueda descubrirse por ningn medio y tenerse en cuenta para su curacin, se deduce innegablemente que la suma de todos los sntomas y condiciones de cada caso individual de enfermedad, debe ser la nica indicacin, la sola gua que nos lleve a la eleccin del remedio.

    P19 Ahora bien; como las enfermedades no son ms que alteraciones en el estado de salud del individuo, que se manifiestan por signos morbosos, y como la curacin slo es posible tambin por una vuelta al estado de salud del individuo enfermo, es evidente que las medicinas nunca podran curar si no poseyesen el poder de alterar el estado de salud del hombre, que consiste en sensaciones y funciones; dependiendo solamente, a la verdad, de esto, su poder curativo.

    P20 Esta fuerza inmaterial que altera el estado de salud del hombre, que permanece oculta, en la esencia intima de las medicinas, no podemos conocerla en s misma, por los solos esfuerzos de la razn; solamente por la experiencia que obtenemos de los fenmenos que desarrolla cuando obra sobre el organismo sano, podemos tener un conocimiento claro de ella.

    P21 Ahora bien; como el principio curativo de las medicinas no es perceptible por s mismo y como en la experimentacin pura de ellas, realizada por los observadores ms perspicaces, nada puede observarse que los haga considerar como medicinas o remedios, excepto ese poder de producir alteraciones distintivas en el estado de salud de! organismo humano, y particularmente en el de salud individual, y de excitar la aparicin de varios sntomas morbosos definidos; de aqu se sigue en cuando las medicinas obran como remedios, solamente pueden ejercer su virtud curativa, alterando la salud del hombre con la produccin de sntomas peculiares: por lo tanto, slo podemos contar con los fenmenos morbosos que producen en el organismo sano como la nica revelacin posible de su poder curativo intimo, a fin de conocer las enfermedades que produce y que cura cada medicina en particular.

    P22 Pero como en las enfermedades no se descubre nada que sea preciso quitarles para convertirlas en salud, sino el conjunto de sus sntomas y de sus signos, y como en los medicamentos tampoco se observa nada de curativo sino es la facultad de producir sntomas morbosos en los hombres sanos y de hacerlos desaparecer en los enfermos, siguiese de aqu por una parte que los medicamentos no toman el carcter de remedios, ni pueden extinguir las enfermedades sino excitando ciertos efectos y sntomas, es decir, produciendo cierto estado morboso artificial que remueve y anula los sntomas ya existentes, esto es, la enfermedad natural que se quiere curar. Por otra parte, siguiese tambin que por la totalidad de los sntomas de la enfermedad que se

  • trata de curar, debe buscarse (segn haya demostrado la experiencia), que los sntomas morbosos sean destruidos de modo ms pronto, ms cierto y ms duradero, volvindolos al estado de salud, ya sea por sntomas medicinales semejantes u opuestos.

    P23 Todas las experiencias puras, y todas las investigaciones cuidadosas nos demuestran que los sntomas persistentes de las enfermedades lejos de ser removidos y destruidos por los sntomas opuestos de las medicinas (como en los mtodos aloptico, enantioptico o paliativo) reaparecen, al contrario, despus de un alivio transitorio y aparente, con mayor intensidad y manifestaciones agravadas. Vase 58-62 y 69).

    P24 No queda, por lo tanto otro modo de emplear los medicamentos contra las enfermedades, eficazmente, que el mtodo homeoptico, por cuyo medio buscamos, sirvindonos de la totalidad de los sntomas de la enfermedad, una medicina que entre todas (cuyos efectos pato gensicos son conocidos, por haberse experimentado en individuos sanos) tenga el poder y la tendencia de producir un estado morboso artificial ms semejante al caso patolgico en cuestin.

    P25 Ahora bien, como quiera que en todo ensayo cuidadoso, la experiencia pura, el nico orculo infalible del arte de curar, nos ensea que el medicamento que en su accin sobre el hombre sano haya podido producir el mayor nmero de sntomas semejantes a los que se observan en la enfermedad que se trata de curar, tiene tambin, cuando se emplea en dosis de atenuacin y potencia apropiadas, la facultad de destruir rpida, radical y permanentemente, la totalidad de los sntomas del estado morboso, es decir toda la enfermedad actual convirtindola en salud; y que todas las medicinas curan, sin excepcin, aquellas enfermedades cuyos sntomas tienen una semejanza muy estrecha con los suyos, sin dejar de curar una sola de dichas enfermedades.

    P26 Esto se funda en la siguiente ley homeoptica de la naturaleza que, a la verdad, fue alguna vez sospechada vagamente, pero no reconocida hasta hoy de manera completa y a la que se ha debido toda curacin verdadera que haya tenido lugar: Una afeccin dinmica ms dbil es destruida permanentemente en el organismo vivo por otra ms fuerte, si la ltima (aunque diferente en especie) es muy semejante a la primera en sus manifestaciones. P27 La potencia curativa de las medicinas, por lo tanto, depende de sus sntomas, semejantes a la enfermedad, pero superiores a ella en fuerza ( 12-26), de modo que cada caso individual de enfermedad es destruido y curado ms segura, radical, rpida y permanentemente, slo por medio de medicinas capaces de producir (en el organismo humano) de la manera ms similar y completa la totalidad de sus sntomas, que al mismo tiempo sean ms fuertes que la enfermedad.

    P28 Como esta ley teraputica natural se manifiesta por s misma en todo experimento y en toda observacin verdadera en el mundo, queda por consiguiente establecido el hecho; importa poco cual sea la explicacin cientfica de cmo tiene lugar y no doy mucha importancia a los esfuerzos hechos para explicarla. Pero la siguiente manera de considerarla parece ser la ms verosmil, pues est fundada en premisas derivadas de la experiencia.

  • P29 Como toda enfermedad (no exclusivamente quirrgica) consiste solamente en una alteracin dinmica morbosa y especial de nuestra energa vital (del principio vital) manifestada por sensaciones y acciones, as en toda curacin homeoptica este principio vital dinmicamente alterado por la enfermedad natural; es embargada por otra enfermedad artificial, semejante y ms fuerte, creada por la administracin de una potencia medicinal elegida exactamente conforme a la semejanza de los sntomas. De este modo la sensacin de la manifestacin morbosa dinmica y natural (ms dbil) cesa y desaparece. Esta manifestacin morbosa ya no existe para el principio vital, que ahora est ocupada y gobernada solamente por la manifestacin morbosa artificial ms fuerte. Esta, a su vez, pronto agota sus fuerzas y deja al paciente libre de la enfermedad, curado. El dinamismo, as libertado, puede continuar guiando la vida en el estado de salud. Este procedimiento que es muy verosmil, descansa sobre las siguientes proposiciones.

    P30 El organismo humano demuestra la aptitud de ser mucho ms poderosamente afectado en el estado de salud, por las medicinas (en cierto modo porque tenemos la facultad de regular las dosis), que por las influencias morbficas naturales pues la enfermedades naturales se curan y vencer con medicamentos apropiados.

    P31 Las fuerzas enemigas, tanto psquica! como fsicas a que estamos expuestos en nuestra existencia terrenal, y que llamamos agentes morbficos, no poseen incondicionalmente el pode de perturbar morbosamente la salud del hombre solamente nos enferman cuando nuestro organismo est predispuesto y es susceptible a los ataques de la causa morbfica que puede estar presente, para se alterado en su salud, perturbado y hecho ; experimentar sensaciones y funciones anormales; aqu que no produzcan la enfermedad en todos, ni en toda poca.

    P32 Pero es completamente diferente con los agentes morbficos artificiales que llamamos medicamentos. Todo medicamento verdadero, principalmente, obra en toda poca, en todas las circunstancias, en todo ser humano vivo, y produce en l sus sntomas peculiares (perfectamente perceptibles si la dosis fuese suficiente), de modo que evidentemente todo organismo humano vivo, est sujeto a ser afectado, o como inoculado, por la enfermedad medicamentosa en todo tiempo y absolutamente (incondicionalmente) y que, como antes dije, no es el caso con las enfermedades naturales.

    P33 De acuerdo con este hecho, toda experiencia ha demostrado innegablemente que el organismo humano vivo est mucho ms predispuesto y tiene mayor riesgo de ser influenciado y perturbado en su salud por el poder medicinal, que por los agentes morbficos y miasmas infecciosos, o en otras palabras, que los agentes morbficos poseen un poder patolgico de perturbar la salud del hombre que es condicional y subordinado a menudo muy condicional: mientras que los agentes medicinales tienen un poder absoluto, incondicional, muy superior al primero.

    P34 La intensidad mayor de las enfermedades artificiales, producidas por medicamentos no es, sin embargo, la nica causa del poder que tienen

  • para curar las enfermedades naturales. Para que puedan efectuar una curacin es ante todo necesario que sean capaces de producir en el cuerpo humano una enfermedad artificial tan semejante como sea posible a la que se trate de curar, y que, con un poder superior, transforme en un estado morboso muy semejante al principio vital instintivo que por s mismo es incapaz de reflexionar o de recordar. No solamente oculta el trastorno causado por la enfermedad natural, sino de este modo le extingue y aniquila. Esto es tan cierto que ninguna enfermedad existente con anterioridad, puede curarse, ni an por la misma Naturaleza, con la aparicin de una nueva enfermedad desemejante, por fuerte que sea, e igualmente no puede curarse por un tratamiento mdico con drogas que sean incapaces de producir una condicin morbosa semejante en el cuerpo sano.

    P35 Para ilustrar esto, consideraremos en tres diferentes casos, tanto lo que acontece en la naturaleza cuando dos enfermedades desemejantes coexisten en una persona, como tambin el resultado del tratamiento mdico ordinario de las enfermedades con las inconvenientes drogas alopticas, que son incapaces de producir una condicin morbosa artificial semejante a la enfermedad que se trata de curar, con lo cual se demuestra que an la Naturaleza misma es incapaz de remover una enfermedad ya existente por otra que no sea homeoptica, por fuerte que sea. e igualmente pasa con el empleo no homeoptico, an de los medicamentos ms enrgicos, que nunca podrn curar una enfermedad, sea la que fuere. P36 I._Si dos enfermedades desemejantes que co-existen en el ser humano son de igual intensidad, o todava ms, si la ms antigua es la ms fuerte, la nueva ser rechazada por la antigua y no permitir que afecte el organismo. Un paciente que sufre de una enfermedad crnica grave no se infectar de una disentera benigna del otoo o de otra enfermedad epidmica. La peste de Levante, segn Larry no se presenta donde el escorbuto es endmico, y los que sufren de eczema tampoco se infectan de ella. Jenner alega que el raquitismo impide la evolucin de la vacuna. Los que sufren de consuncin pulmonar no estn predispuestos a los ataques de fiebres epidmicas de carcter no muy violento, segn Von Hidenbrand.

    P37 Del mismo modo, tambin con el tratamiento mdico ordinario, una enfermedad crnica antigua permanece incurable e inalterable si es tratada conforme al mtodo comn aloptico, es decir, con medicamentos incapaces de producir en individuos sanos una condicin de la salud semejante a la enfermedad, aunque el tratamiento dure aos y no sea de carcter demasiado violento. Esto se observa diariamente en la prctica, por lo tanto, no es necesario dar ningn ejemplo que lo ilustre. Si el sarampin se presenta, la inflamacin de la infeccin varilica permanece estacionaria y no contina, hasta que el sarampin haya completado su curso regular de siete das. En una epidemia de sarampin, esta enfermedad atac a muchos individuos en el cuarto o quinto da de la existencia de la viruela e impidi el desarrollo de sta, hasta que hubo recorrido su curso propio, entonces la viruela reapareci y procedi regularmente a su terminacin. La verdadera escarlatina lisa y erisipelatoide de Sydenham con angina, desapareci al cuarto da al aparecer la vacuna que recorri su curso normal y hasta que termin sta se estableci de nuevo la escarlatina. Pero en otras ocasiones, como ambas enfermedades parecen tener potencia igual, la

  • vacuna se suspendi al octavo da con la aparicin de la verdadera escarlatina lisa de Sydenham y la aureola vacunfera desapareci hasta que la escarlatina termin, entonces la vacuna inmediatamente continu su curso hasta su terminacin normal. El sarampin detuvo la evolucin de la vacuna; el octavo da cuando la vacuna estaba en pleno desarrollo, apareci el sarampin, entonces la vacuna permaneci estacionaria y no reanud y complet su curso sino hasta la descamacin del sarampin, de modo que a los diez y seis das presentaba el aspecto que de otra manera hubiera tenido al dcimo da, segn observ Kortum.

    P38 II._ La enfermedad nueva desemejante es la ms fuerte. En este caso la enfermedad bajo la cual el paciente viva primitivamente, siendo la ms dbil, ser detenida y suspendida por la aparicin de la ms fuerte, hasta que sta recorra su curso o sea, curada; entonces la antigua reaparece incurada. Segn observ Tulpius dos nios enfermos de cierta forma de epilepsia, se vieron libres de los ataques despus de haberse infestado de tina (empeine); pero tan pronto como la erupcin de la cabeza desapareci la epilepsia volvi lo mismo que antes. La sama, segn observ Schopf desapareci al presentarse el escorbuto pero despus de curado este, aquella reapareci. As tambin la tuberculosis pulmonar permaneci estacionaria al ser atacado el paciente por un tifos violento, pero sigui su marcha despus que el tifo recorri su curso. Si se presenta la mana en un tsico, la tisis con todos sus sntomas desaparece, pero si cesa la mana, la tisis vuelve inmediatamente y resulta fatal. Cuando el sarampin y la viruela dominan juntos, y ambos atacan al mismo nio, el sarampin que ya exista, generalmente es contenido por la viruela que se presenta ms tarde; el sarampin no termina su curso hasta que termina la viruela; pero no es raro que acontezca que la infeccin varilica se suspenda por cuatro das por la sobrevenida de sarampin despus de cuya descamacin la viruela complete su curso, como fue observado por Manget. Aunque la infeccin varilica tenga seis das, cuando el sarampin. An despus de existir el sarampin la vacuna prendi, pero no recorri su curso hasta que el sarampin hubo desaparecido, como igualmente observ Kortum.

    P39 Ahora bien; los partidarios de la escuela mdica vulgar han visto todo esto por muchas centurias; han visto que la misma Naturaleza no puede curar ninguna enfermedad por medio de otra, por fuerte que sea, si la enfermedad nueva es desemejante a la ya existente en el cuerpo. Qu pensaremos de ellos, que a pesar de esto, continan tratando las enfermedades crnicas con remedios alopticos, es decir, con medicamentos y prescripciones capaces de producir sabe Dios qu estado morboso, casi invariable, no obstante desemejante a la enfermedad que se trata de curar? An cuando no hubiese, hasta entonces, observado atentamente la naturaleza, los resultados miserables de su tratamiento deberan haberles enseado que estaban siguiendo un camino impropio y falso. No perciban al emplear como era su costumbre, un tratamiento aloptico agresivo en una enfermedad crnica, que por este medio solamente creaban una enfermedad artificial desemejante a la original y que mientras duraba su accin, mantena en suspenso, suprima y detena nicamente a sta, que ms tarde, sin embargo, volva siempre y deba volver tan pronto como la fortaleza del paciente no admitiese por ms tiempo la continuacin de los ataques alopticos, a la vida? As el exantema psrico no puede curarse la una a la otra. Al principio los sntomas venreos son

  • acallados y suspendidos cuando la erupcin psrica comienza a aparecer; con el tiempo, sin embargo (como la sfilis es al menos tan fuerte como la psora), las dos se juntan esto es, cada una ataca solamente aquellas partes del organismo que le son ms afines, y de este modo el paciente se hace ms enfermo y ms difcil de curar. Cuando dos enfermedades agudas infecciosas y desemejantes coexisten, como por ejemplo la viruela y el sarampin, una de ellas detiene el desarrollo de la otra, como se ha hecho notar antes; no obstante, ha habido tambin fuertes epidemias de esta clase, en que dos enfermedades agudas y desemejantes, en casos raros, se han presentado simultneamente en un slo y mismo organismo, y se combinan, por decirlo as, por corto tiempo la una con la otra. Durante una epidemia en que prevalecieron al mismo tiempo la viruela y el sarampin, de entre 300 casos (en que estas enfermedades se supriman o suspendan mutuamente, el sarampin se present veinte das despus de la viruela, y la viruela apareci diez y siete o diez y ocho das despus del sarampin, de modo que hasta despus que la primera enfermedad completaba previamente su curso normal) hubo un caso en que P.Russell encontr ambas enfermedades al mismo tiempo en una persona. Rayney fue testigo de la aparicin simultnea del sarampin y la viruela en dos muchachas. J. Maurice en toda su prctica solamente observ dos casos de esta clase. Casos semejantes se encuentran en las obras de Ettmller, en los escritos de algunos otros. Zencker vio la vacuna recorrer su perodo normal juntamente con el sarampin y con la prpura. Jenner observ que la vacuna recorri su perodo sin contratiempo durante el tratamiento mercurial de la sfilis.

    P41 Mucho ms frecuente que las enfermedades naturales asociadas y complicadas en un mismo organismo, son las complicaciones morbosas que el tratamiento mdico inadecuado (el mtodo aloptico) es capaz de producir con el empleo largo tiempo continuado de drogas inconvenientes. Con la repeticin constante de stas, se aaden, a la enfermedad natural que se trata de curar, condiciones morbosas nuevas y a menudo muy fastidiosas, que corresponden a la naturaleza de dichas drogas; estas condiciones se unen y complican con la enfermedad crnica que le son desemejantes (que son incapaces de curar por similitud de accin, es decir, homeopticamente), aadiendo a la enfermedad antigua una nueva artificial y desemejante de naturaleza crnica, dejando as al paciente afectado de dos enfermedades en vez de una, es decir, empeorado y en estado ms difcil de curar, con frecuencia completamente incurable. Muchos de los casos citados que se encuentran en peridicos mdicos, y tambin la relacin de otros en tratados de medicina, confirman la verdad de esto. De carcter semejante son los casos frecuentes en que el chancro sifiltico, complicado con la psora especialmente o con la discrasia de una gonorrea sictica, no se cura con un tratamiento largo tiempo continuado o frecuentemente repetido de grandes dosis de preparaciones mercuriales inadecuadas, sino que toma su lugar en el organismo al lado de la afeccin mercurial crnica que entre tanto se ha ido desarrollando gradualmente, y as unida a l, forma a menudo una complicacin monstruosa (bajo el nombre general de sfilis larvada), que entonces, aunque no completamente incurable, solamente puede ser transformada en salud con grandsima dificultad.

    P42 La misma naturaleza permite, como se ha dicho, en algunos casos, la presencia simultnea de dos (o tres) enfermedades naturales en un

  • mismo y slo cuerpo. Debe notarse, sin embargo, que esta complicacin acontece solamente en el caso de dos enfermedades, desemejantes, que de acuerdo con la eterna ley de la naturaleza no se destruyen, no se aniquilan y no pueden curarse la una a la otra, sino, como parece, ambas (o las tres) permanecen separadas por decirlo as en el organismo y cada una toma posesin de las partes y sistemas peculiarmente apropiados a ella y que por razn de la falta de semejanza de estas enfermedades entre si, puede muy bien suceder sin perjuicio de la unidad vital. P43 Sin embargo, el resultado es completamente diferente cuando dos enfermedades semejantes coexisten en el organismo, es decir, cuando a la enfermedad ya existente se aade una semejante ms fuerte. En tales casos vemos cmo puede realizarse una curacin por medio de la naturaleza, y adquirimos la enseanza de cmo debe el hombre curar.

    P44 Dos enfermedades semejantes no pueden ni (como se ha afirmado de las enfermedades desemejantes en el I) repelerse la una a la otra, ni (como se ha visto respecto a las enfermedades desemejantes en el II) suspenderse la una a la otra, de manera que la antigua vuelva despus que la nueva haya recorrido su curso; y exactamente lo mismo, no pueden dos enfermedades semejantes (como se ha demostrado en el III respecto a las afecciones desemejantes) existir la una junto a la otra, en el mismo organismo, o ambos formar una enfermedad doble o complicada.

    P45 No! dos enfermedades, que difieran, ciertamente, en la especie, pero muy semejantes en sus manifestaciones y efectos y en los sufrimientos y sntomas que produzcan individualmente, invariablemente se destruyen la una a la otra cuando se encuentran juntas en el organismo; es decir, la ms fuerte destruye a la ms dbil, por la sencilla razn de que el poder morbfico ms fuerte cuando invade el organismo, debido a su similitud de accin, ataca precisamente las mismas partes que previamente haba afectado la irritacin morbfica ms dbil, que, por consiguiente, no pudiendo obrar por ms tiempo en ellas, se extingue o (en otras palabras), la nueva potencia morbfica semejante, pero ms fuerte, domina las sensaciones del paciente y por esto el principio vital por razn de su peculiaridad, no puede por ms tiempo sentir la accin semejante ms dbil que entonces se extingue (no existe ms, pues no era nada material, sino una afeccin dinmica). De all en adelante, el principio vital solamente es afectado, y esto temporalmente, por la potencia morbfica nueva y semejante, pero ms fuerte.

    P46 Muchos ejemplos podran aducirse de enfermedades que han sido curadas homeopticamente conforme los procesos naturales, por otras enfermedades que presentan sntomas semejantes, aunque no es necesario, pues siendo nuestro objeto hablar de algo determinado e indudable, limitaremos nuestra atencin slo a aquellas (pocas) enfermedades que son por s mismas invariables, que dependen de un miasma fijo, y que por esto merecen un nombre preciso.

    Entre stas la viruela, tan temida por razn del gran nmero de sus sntomas graves, ocupa un lugar prominente, y ha removido y curado numerosas enfermedades con sntomas semejantes. Cun frecuentemente la viruela produce oftalma violenta, algunas veces hasta la ceguera! y mirad! inoculndola Dezoteux cur permanentemente una oftalma crnica, y Leroy otra.

  • Una amaurosis de dos aos de duracin, debida a la supresin de la tina de la cabeza, se cur por medio de ella, segn Klein. Con cunta frecuencia la viruela es causa de sordera y de disnea! Y ambas enfermedades crnicas las removi al llegar a su periodo lgido, como observ J. Fr. Closs. La hinchazn del testculo, an de carcter muy agudo, es un sntoma frecuente de la viruela y por esta razn, segn observ Klein pudo curar en virtud de su semejanza, una gran hinchazn dura del testculo izquierdo debida a un traumatismo. Y otro observador vio la curacin de una hinchazn semejante por ella. Una erupcin miliar de la cara, cuello y brazos excesivamente ardorosa, que haba durado seis aos y se agravaba en cada cambio de tiempo, con la invasin del sarampin asumi la forma de una hinchazn de la superficie de la piel, la cual, despus que el sarampin recorri su curso fue curada y no volvi ms.

    P47 Nada podra ensear al mdico de la manera ms clara y convincente que lo anterior, qu clase de agente morbfico artificial (medicina) debe escoger para curar de un modo seguro, rpido y permanente, conforme con los procesos que se verifican en la naturaleza.

    P48 Ni con los esfuerzos naturales, como hemos visto en los ejemplos anteriores, ni con el arte del medico, una enfermedad o afeccin existente. puede en ningn caso, ser removida por un agente morbfico desemejante, por fuerte que sea, sino solamente por una que sea semejante en sntomas y algo ms fuerte, conforme a las leyes eternas e irrevocables de la naturaleza, que hasta hoy no haban sido reconocidas.

    P49 Hubiramos podido encontrar muchas ms curaciones reales, naturales y homeopticas de esta clase, si por una parte la atencin, de los observadores se hubiera fijado ms en ellas, y por otra si la naturaleza no fuese tan deficiente en enfermedades homeopticas curativas.

    P50 Como hemos visto, la misma Naturaleza poderosa tiene bajo su dominio pocas enfermedades adems de las miasmticas de carcter constante (la sama), el sarampin y la viruela, agentes morbficos y que como remedios son, o ms peligroso para la vida y que deben temerse ms que las enfermedad que se trata de curar, o son de tal naturaleza (como la sama) que, despus de haber efectuado la curacin, necesitan ser curados a fin de desarraigarlos a su vez del organismo, circunstancias ambas que hacen su empleo, como remedios homeopticos, difcil, incierto y peligroso. Y cuan pocas son las enfermedades a que el hombre est sujeto, que encuentran su remedio semejante en la viruela, el sarampin y la sama! De aqu que con los procesos de la naturaleza, muy pocas enfermedades puedan curarse con estos remedios homeopticos inciertos y arriesgados y las curaciones realizadas por este medio estn tambin acompaadas de peligro y mucha dificultad, por la razn de que las dosis de estas potencias morbficas no pueden disminuirse de acuerdo con las circunstancias, como puede hacerse con los medicamentos. Entre los sntomas molestos de la viruela existe un estado disentrico; Fr. Wendt observ un caso de disentera, como un agente morbfico semejante. La viruela que venga despus de la vacunacin, tanto por razn de su poder mayor como por su gran semejanza, desde luego remueve

  • completamente la vacuna, de un modo homeoptico y no le permite llegar a su completo desarrollo; pero, por otra parte, cuando la vacuna est cerca de la madurez, por razn de su gran semejanza, disminuye homeopticamente y mucho, la viruela que sobrevenga y la hace muy benigna, como atestiguan Mhry y muchos otros. La vacuna, cuya linfa, adems de la sustancia preservadora, contiene un principio contagioso de erupcin cutnea de otra naturaleza, que consiste con frecuencia en granos pequeos y secos (raramente grandes y pustulosos) con una aureola pequea, frecuentemente asociada con manchas rojas y redondas y con picazn violenta, aparece en no pocos nios varios das antes ms frecuentemente despus de la aureola de la vacuna y desaparece en pocos das, dejando manchas pequeas, rojas y duras en la piel; por la semejanza de este miasma accesorio, la vacuna en desarrollo, cura perfecta y permanentemente, de una manera homeoptica, erupciones cutneas anlogas, en nios, a menudo de muy larga duracin y de carcter muy penoso, como atestiguan numerosos observadores. Sntoma principal, la erupcin, indiscutiblemente la remover y efectuar una curacin homeoptica. As una erupcin herptica crnica fue completa y permanentemente (homeopticamente) curada por la aparicin del sarampin, como observ Gotrum. El paciente afectado de semejante enfermedad de larga duracin, debe estar sujeto a toda enfermedad peligrosa y molesta; a todos los sntomas de la viruela, del sarampin (o sarna) que a su vez debern curarse. Y sin embargo, como se ha visto, podemos sealar algunas curaciones homeopticas notables efectuadas por esta coincidencia feliz, todo lo cual es prueba incontrovertible de la grande y nica ley teraputica de la naturaleza que las realiza; Curar con sntomas semejantes!

    P51 Esta ley teraputica, por medio de estos hechos que son ampliamente suficientes para este fin, se manifiesta con claridad a todo cerebro inteligente. Pero, por otra parte, ved cuntas ventajas tiene el hombre sobre los procedimientos azarosos y felices de la Naturaleza imperfecta. Cuntos millares ms de agentes morbficos homeopticos no tiene el hombre a su disposicin para aliviar los sufrimientos de sus prjimos, en las sustancias medicinales universalmente distribuidas en la creacin! En ellas tiene productores de enfermedades de todas las variedades posibles de accin, para todas las innumerables, concebibles o inconcebibles enfermedades naturales, a las que puede prestar ayuda homeoptica, agentes morbficos (sustancias medicinales) cuyo poder, cuando su empleo como remedio ha terminado, es destruido por la fuerza vital y desaparece espontneamente sin necesidad de un segundo tratamiento para su extirpacin, como la sama, agentes morbficos artificiales que el mdico puede atenuar, subdividir y potentizar casi hasta el infinito y cuya dosis puede disminuir a grado tal que quedase solo ligeramente ms fuerte que la enfermedad natural semejante que se trate de curar; de modo que con este mtodo incomparable de curacin, no hay necesidad de ningn ataque violento al organismo, para desarraigar una enfermedad aunque fuese inveterada y muy antigua; la curacin con este mtodo se realiza nicamente por una transicin suave, imperceptible y a menudo rpida del estado de enfermedad natural torturante al de salud permanente y deseada.

    P52 No hay ms que dos mtodos principales de curacin: el uno basado solamente en la observacin estricta de la naturaleza, en los experimentos cuidadosos y en la experiencia pura, el homeoptico (nunca usado intencionalmente antes de nosotros) y un segundo mtodo

  • que no obra as, el heteroptico o aloptico. El uno se opone ai otro, y slo el que no conoce ambos puede sostener el error que alguna vez pueden aproximarse o an unirse, o cometer el ridculo de practicar una vez homeopticamente y otra alopticamente, de acuerdo con el gusto del paciente; prctica que debera llamarse traicin criminal contra la divina homeopata.

    P53 Las verdaderas curaciones suaves slo tienen lugar conforme al mtodo homeoptico que, como hemos visto (7-25) por experiencia y deduccin, es incuestionablemente el apropiado, por medio del cual el arte obtiene curaciones ms rpidas, ms ciertas y ms permanentes, pues este arte descansa sobre una ley eterna e infalible de la naturaleza. El arte de curar homeopticamente puro, es el nico mtodo exacto, el nico posible al arte humano, el camino ms corto para curar, y estoes tan cierto, como que no hay ms que una lnea reda entre dos puntos.

    P54

    El mtodo aloptico utiliza muchas cosas contra las enfermedades, pero comnmente slo las impropias dominando por pocas, en diferentes formas llamadas sistemas. Cada uno de estos sucedindose el uno al otro, de tiempo en tiempo y diferencindose grandemente entre s, se honraba a si mismo con el nombre de Medicina Racional. Cada edificador de sistemas abrigaba alta estimacin de s mismo como si fuera capaz de penetrar la naturaleza interna del organismo sano, as como del enfermo y reconocerla con claridad, y conforme a esto daba la prescripcin que debera exterminar la materia daosa del organismo enfermo, y cmo exterminarla, a fin de restablecer la salud; todo esto conforme a suposiciones vacas y a hiptesis arbitrarias, sin haber interrogado imparcialmente a la naturaleza y haber escuchado sin perjuicios la voz de la experiencia. Se supona que las enfermedades eran condiciones que reaparecan casi siempre de la misma manera. Muchos sistemas dieron, por lo tanto, nombre a sus cuadros de enfermedades supuestas, clasificndolas cada uno de ellos de manera diferente, y se atribuy, a las medicinas poderes supuestos para curar estas condiciones anormales). (De aqu los numerosos textos de Materia Mdica).

    P55 Sin embargo, el pblico se convenci pronto que los sufrimientos de los enfermos se aumentaban e intensificaban con la introduccin de cada uno de estos sistemas y mtodos de curacin, si se aplicaban exactamente. Largo tiempo hara que estos mdicos alpatas habran sido abandonados si no fuese por el alivio paliativo obtenido, a veces, con remedios empricamente descubiertos, cuya accin favorable casi instantnea es aparente; y esto, hasta cierto punto, ha servido para mantener su crdito.

    P56 Por medio de este mtodo paliativo (antiptico, enantioptico) introducido de acuerdo con la enseanza de Galeno "Contraria contrariis", durante diez y siete siglos, los mdicos, hasta ahora, esperaban ganar crdito mientras ilusionaban con mejoras casi instantneas; pero veremos en lo que sigue, cuan intil y daoso es este mtodo de tratamiento (en las enfermedades que no recorren un curso rpido). Ciertamente es el nico de los modos de tratamiento adoptado por los alpatas, que tiene alguna relacin manifiesta con una parte de los sufrimientos causados por la enfermedad natural; pero, qu clase de relacin es sta? En verdad, la misma (la exactamente contraria de la positiva) que debera evitarse cuidadosamente si no quisiramos engaar y burlamos del paciente afectado de una enfermedad crnica.

  • P57 Para poder llevar a la prctica este mtodo antiptico, el mdico vulgar da, para un slo sntoma molesto entre otros muchos de la enfermedad a que no da importancia, un medicamento que se sabe que produce sntomas exactamente opuestos al morboso que se pretende dominar, del cual puede esperar el alivio (paliativo) ms rpido. Da grandes dosis de opio para toda clase de dolores, porque esta droga embota con prontitud la sensibilidad, administra el mismo remedio para las diarreas porque detiene rpidamente el movimiento peristltico del intestino y lo hace insensible; y tambin en el insomnio porque el opio con rapidez produce un sueo estuporoso y comatoso; da purgantes cuando el paciente ha sufrido largo tiempo de estreimiento; hace introducir la mano quemada en agua fra que parece quitar, como por magia, instantneamente el dolor ardoroso, debido a su temperatura baja; pone al paciente que sufre de frialdad y deficiencia del calor vital en un bao caliente que le reconforta inmediatamente; hace ingerir vino al que sufre de debilidad prolongada, con lo cual instantneamente lo reanima y vivifica; y del mismo modo emplea otros remedios opuestos (antipticos), pero posee muy pocos adems de los que acaban de mencionar, porque la escuela mdica vulgar slo conoce la accin (primaria) peculiar de muy pocas sustancias.

    P58 Si al estimar el valor de este modo de emplear las medicinas, pasaremos, an, por alto la circunstancia de que es un tratamiento sintomtico en extremo defectuoso (v.nota al 7) en que el prctico dedica su atencin de una manera unilateral a un slo sntoma, por consiguiente, a una pequea parte del todo, por lo cual no puede evidentemente esperarse el alivio de toda la enfermedad, que es lo que desea el paciente, debemos, por otra parte, interrogar a la experiencia si, en un caso particular de afeccin crnica o persistente en que se ha usado de tales medicamentos antipticos, despus de la mejora pasajera no sobreviene un progreso en la agravacin de los sntomas que fueron dominados al principio de una manera paliativa, una agravacin, realmente, de toda la enfermedad? Y todo observador atento convendra en que, despus de semejante mejora corta y antiptica, seguir la agravacin en todo caso sin excepcin, aunque el mdico vulgar acostumbra dar otra explicacin a su enfermo de esta agravacin subsecuente, y achacarla a malignidad de la enfermedad original manifestndose ahora por vez primera, o a la presentacin de una enfermedad completamente nueva.

    P59 Nunca se han tratado con tales remedios paliativos, antagnicos, los sntomas importantes de una enfermedad continua, sin que el estado opuesto, una recada, una agravacin evidente de la enfermedad, se presente pocas horas despus. Para una tendencia persistente al sueo durante el da el mdico prescriba caf, cuya accin primaria es la actividad, y cuando su accin se agotaba la somnolencia diurna aumentaba; para el insomnio frecuente daba en la noche, sin tener en cuenta los otros sntomas de la enfermedad, opio, que en virtud de su accin primaria produce en la misma noche sueo (embotado, soporoso), pero en las noches siguientes haba mucho ms insomnio que antes; a la diarrea crnica opona sin considerar los otros signos morbosos, el mismo opio, cuya accin primaria es producir el estreimiento, y despus de una detencin pasajera de la diarrea vena la agravacin subsecuente; violentos y frecuentes dolores de todas clases poda suprimir con el opio pero por corto tiempo, despus siempre volvan con agudeza mayor, a menudo intolerable, a alguna afeccin ms grave vena a sustituirlos. Par las tos nocturna de larga duracin el mdico vulgar no saba nada mejor que administrar opio,

  • cuya accin primaria es suprimir toda irritacin; la tos quizs podra cesar la primera noche, pero durante las siguientes sera todava ms intensa, y si fuese suprimida una y otra vez con este paliativo en dosis cada vez mayor, se aadir fiebre y sudores nocturnos a la enfermedad, la debilidad de la vejiga con la natural retencin de orina, se trato de dominarla con la accin antiptica de las cantridas, que estimulan los conductos urinarios, por lo cual se efectu, ciertamente, al principio la expulsin de la orina, pero despus la vejiga se hizo menos capaz al estmulo y menos apta para contraerse, siendo inminente su parlisis; con grandes dosis de drogas purgantes y sales laxantes se trat de remover la tendencia crnica a la constipacin, pero en su accin secundaria los intestinos se estrieron todava ms; el mdico vulgar trata de vencer la debilidad crnica con U ingestin de vino que, sin embargo, slo estimula por su accin primaria, de aqu que las fuerzas se debilitan grandemente al venir la accin secundaria; con sustancias amargas y condimentos picantes, trata de vigorizar y calentar un estmago crnicamente dbil y fro, pero con la accin secundaria de estos paliativos, que en su accin primaria son estimulantes, el estmago se hace cada vez ms inactivo; la deficiencia de calor vital de larga duracin y la disposicin al enfriamiento, cedern seguramente con la prescripcin de baos calientes, pero luego por accin secundaria el paciente estar todava ms dbil, ms fro y escalofriado; las quemaduras graves se alivian instantneamente con la aplicacin de agua fra, pero despus el dolor quemante aumenta a un grado increble y la inflamacin se extiende y crece a un grado de intensidad todava mayor) por medio de remedios estornutatorios que provocan la secrecin de moco, se pretende remover la coriza, con obstruccin de la nariz de largo tiempo, pero se escapa a la observacin que la enfermedad se agrava mucho ms con estos remedios antagnicos (en su accin secundaria), y la nariz se obstruye ms; con la electricidad y el galvanismo, que en su accin primaria estimula fuertemente las contracciones musculares, se provoc pronto mayor actividad en sus movimientos, pero la consecuencia (accin secundaria) fue la prdida completa de toda irritabilidad muscular y la parlisis; por medio de las sangras se intent remover el flujo crnico de la sangre a la cabeza, pero stas siempre fueron seguidas de una congestin mayor; los mdicos vulgares no conocen nada mejor con que tratar la torpeza paraltica mental y risica, con inconsciencia, que prevalece en muchas clases de tifus, que las grandes dosis de valeriana, porque ste es uno de los agentes medicinales ms poderosos para producir actividad espiritual y aumentar la facultad motora; sin embargo, en su ignorancia no saban que sta accin es solamente la primaria y que el organismo, despus que esto haya pasado, cae, sin duda, en la accin secundaria (antagnica), en un estado de mayor estupor e inmovilidad, es decir, en una parlisis mental y fsica (y la muerte); no han visto que las mismas enfermedades en que daban ms abundantemente valeriana, que obra en tales casos como remedio opuesto y antiptico, eran los que infaliblemente terminaban con la muerte. El mdico de la escuela antigua se regocija de que es capaz de reducir por varias horas la velocidad de un pulso pequeo y rpido en pacientes caqucticos, con una primera dosis de digital purprea (que en su accin primaria hace el pulso ms lento); sin embargo, su rapidez vuelve pronto y si se dan dosis repetidas y mayores el pulso disminuye an ms en su rapidez y al fin se hace incontable en la accin secundaria; desaparece el apetito, el sueo y el vigor y una muerte rpida es invariablemente el resultado, o bien se presenta la mana. Cuan a menudo, en una palabra, se agrava la enfermedad, o se produce algo an peor por la accin secundaria de semejantes remedios antagnicos (antipticos) y que la antigua escuela, con sus falsas teoras, no percibe, pero que la experiencia demuestra de una manera terrible.

  • P60 Si se presentan estos malos efectos, como es muy natural que se espere del empleo de los medicamentos antipticos, el mdico vulgar se imagina que vencer la dificultad en cada agravacin que aparezca, dando una dosis ms fuerte del remedio, con lo cual se realiza una supresin igualmente pasajera; y como luego hay, sin cesar, mayor necesidad de dar cantidades cada vez ms grandes del paliativo, sobreviene, ya sea otra enfermedad ms grave o la incurabilidad con frecuencia, an el peligro de la vida y la muerte misma, pero nunca la curacin de una enfermedad larga o inveterada.

    P61 Si los mdicos hubiesen sido capaces de reflexionar sobre los tristes resultados de la aplicacin de los remedios antipticos, hace mucho tiempo que hubieran descubierto esta gran verdad: que para obtener un mtodo de tratamiento que produzca curaciones reales y verdaderas es preciso seguir un sistema opuesto al que hasta ahora han seguido. Hubieran conocido que as como un efecto medicinal contrario a los sntomas de la enfermedad (remedio administrado antipticamente) no proporciona ms que un alivio de corta duracin, despus del cual el mal empeora constantemente, del mismo modo el mtodo inverso, es decir, la aplicacin homeoptica de los medicamentos, conforme a la similitud de los sntomas, debe proporcionar una curacin perfecta y duradera con tal que se sustituyan las enormes dosis con otras tan pequeas como sea posible. Pero, a pesar de las pocas dificultades que presenta esta serie de raciocinios, a pesar de que ningn mdico ha obtenido una curacin verdadera de enfermedades crnicas, si por casualidad no ha predominado en sus frmulas un medicamento homeoptico; a pesar de este otro hecho no menos positivo, que la naturaleza jams ha conseguido una curacin rpida y completa sino aadiendo a la enfermedad primitiva otra semejante a pesar de todo esto, durante una tan larga serie de siglos no han sabido hallar una verdad que es la nica por cuyo medio puede obtenerse la perfecta curacin de los enfermos.

    P62

    Las causas de que dependen" los resultados perniciosos del tratamiento paliativo. Antiptico y la eficacia del opuesto, del tratamiento, homeoptico, se explican por los hechos siguientes, deducidos de mltiples observaciones, que ninguno antes que yo ha encontrado, aunque eran muy palpables y muy evidentes y de una importancia infinita para el arte de curar.

    P63 Todo agente que obra sobre la vitalidad, todo medicamento, desarmoniza ms o menos la fuerza vital y produce cierta alteracin en la salud del individuo por un periodo ms o menos largo. Esta se llama accin primaria. Aunque producida a la vez por el medicamento y por la fuerza vital, principalmente se debe al primero. A esta accin nuestra fuerza vital intenta oponer su energa propia. Esta accin de resistencia es una propiedad, es ciertamente una accin automtica de nuestra fuerza vital de conservacin, que lleva el nombre de accin secundaria o reaccin.

    P64 Durante la accin primaria de los agentes morbficos artificiales (medicamentos) sobre nuestro cuerpo sano, como se ver en los ejemplos siguientes, la fuerza vital parece conducirse simplemente de una manera pasiva (receptiva), como si estuviese obligada a sufrir las impresiones del poder artificial exterior que la domina y de ese modo altera su estado de salud; despus sin embargo, parece como si despertara de nuevo para desarrollar (A) la condicin de salud

  • exactamente opuesta (reaccin, accin secundaria) a este efecto (accin primara) producida sobre ella, si existiese tal estado opuesto, y a un grado tan grande como fue el efecto (accin primaria) del agente morbfico artificial o medicinal, y proporcional a su energa; o (B) si no hubiese en la naturaleza un estado exactamente opuesto a la accin primaria, intenta neutralizarse a s misma, es decir, hacer su poder superior til en la extincin del cambio verificado en ella por el agente extemo (por el medicamento), en cuyo lugar sustituye su propio estado normal (accin secundaria, accin curativa)

    P65 Los ejemplos de (A) son muy conocidos de todos. Una mano sumergida en agua caliente al principio est mucho ms caliente que la otra que no ha sido tratada de este modo (accin primaria); pero cuando se la saca del agua caliente y queda completamente seca otra vez, se pone en poco tiempo fra y ms tarde mucho ms fra que la otra (accin secundaria). Una persona acalorada por un ejercicio violento (accin pnmaria) despus sufre de frialdad y escalofro (accin secundaria). Uno que se acalor ayer tomando mucho vino (accin primaria) hoy siente demasiado fro todo soplo de aire (reaccin orgnica, accin secundaria). Un brazo que ha estado largo tiempo metido en agua muy fra est al principio mucho ms plido y ms fro (accin primaria) que el otro; pero quitado del agua fra y secado, se pone despus no slo ms caliente que el otro, sino an ardiente, rojo e inflamado (accin secundaria, reaccin de la fuerza vital). Al uso del caf fuerte sigue excesiva vivacidad (accin primaria), pero despus queda por mucho tiempo pereza y somnolencia (reaccin, accin secundaria), si siempre esta no es removida otra vez, por corto tiempo, absorbiendo nuevas cantidades de caf (paliativo). Despus del profundo sueo estupefaciente producido por el opio (accin primaria), la noche siguiente se estar tanto ms sin dormir (reaccin, accin secundaria). Despus de la constipacin producida por el opio (accin primaria), sobreviene diarrea (accin secundaria); y despus de purgantes que irritan los intestinos, sobreviene constipacin que dura varios das (accin secundaria). Y de la misma manera sucede siempre, despus de la accin primaria de un medicamento que a grandes dosis produce un cambio profundo en una persona sana, un estado exactamente opuesto se produce en la accin secundaria por nuestra fuerza vital, cuando, como se ha observado, existe realmente tal estado.

    P66 Como fcilmente puede concebirse, no se nota una accin secundaria antagnica y evidente de las dosis muy pequeas homeopticas, de los agentes perturbadores sobre el cuerpo sano. Ciertamente una dosis pequea de cualquiera de ellos produce una accin primaria que es perceptible por el observador suficientemente atento; pero el organismo viviente slo emplea contra ella tanta reaccin (accin secundaria) como es necesaria para el restablecimiento de la condicin normal.

    P67 Estas verdades incontrovertibles que en la naturaleza y la experiencia se nos ofrecen a la observacin espontneamente, nos explica la accin benfica que tiene lugar con el tratamiento homeoptico: mientras que por otra parte demuestran la falsedad del tratamiento antiptico paliativo de las enfermedades, con medicamentos que obran antagnicamente. En las curaciones homeopticas la experiencia nos ensea que por las dosis infinitamente pequeas que se usan en este mtodo de tratamiento, que son exactamente suficientes para dominar y remover de las sensaciones del principio vital, la enfermedad natural, por la similitud de sus sntomas, queda ciertamente despus de la

  • destruccin de esta, cierta enfermedad medicinal sola en el organismo, pero que debido a la extraordinaria exigidad de la dosis es tan pasajera, tan ligera y desaparece tan rpidamente por s misma, que la fuerza vital no necesita emplear contra esta pequea desviacin de su salud, an ms considerable reaccin que la que bastara para elevar el estado presente al de salud, es decir, que la que bastara para efectuar el restablecimiento completo, para la cual, despus de la extincin del antagnico no puede (como en el tratamiento homeoptico) ocupar el lugar de la desviacin morbosa presente en el organismo como una enfermedad semejante, ms fuerte, y no puede, por lo tanto como un medicamento homeoptico, afectar la fuerza vital con una enfermedad artificial semejante, de modo que sea capaz de penetrar en el campo de la perturbacin morbosa natural primitiva; el medicamento paliativo siendo una cosa totalmente diferente y opuesta a la desviacin patolgica, deja a sta intacta; la vuelve, como se ha dicho antes, por una neutralizacin dinmica aparente imperceptible a la fuerza vital, pero como toda enfermedad medicinal, pronto se extingue espontneamente y no slo deja tras s la enfermedad tal como era antes, sino que impele a la fuerza vital (pues tiene que darse, como todo paliativo, en grandes dosis a fin de realizar la eliminacin aparente) a producir una condicin opuesta 63-64) a este medicamento paliativo, al reverso de la accin medicinal, por consiguiente, el anlogo de la perturbacin morbosa natural presente y no destruida que necesariamente es reforzada y alimentada por esta adicin (reaccin contra el paliativo) producida por la fuerza vital. El sntoma morboso (esta parte individual de la enfermedad) por consiguiente se empeora despus que cesa la accin del paliativo; agravacin en proporcin con la magnitud de la dosis. Conforme a la magnitud de la dosis de opio (para conservar el mismo ejemplo) administrada para calvar el dolor, desarreglo morboso anterior, no se requiere sino un pequeo esfuerzo

    P69 En el tratamiento antiptico (paliativo) sucede precisamente todo lo contrario. El sntoma medicinal que el mdico opone al sntoma morboso (como la insensibilidad y el estupor que constituye el efecto primario del opio, opuesto a un dolor agudo), no es del todo extrao y aloptico a este ltimo; existe una relacin evidente entre el sntoma medicinal y el morboso, pero en sentido inverso de lo que debiera ser; pues aqu se intenta destruir el sntoma morboso por la accin de un sntoma medicinal opuesto lo que sin embargo es imposible. No hay duda de que el medicamento elegido antipticamente obra precisamente en el mismo punto enfermo del organismo, como el medicamento homeoptico elegido por razn de la afeccin semejante que produce; pero el primero slo cubre ligeramente el sntoma opuesto de la enfermedad y la hace imperceptible a nuestra fuerza vital slo por corto tiempo, de modo que en el primer periodo de accin del paliativo antagnico la fuerza vital no percibe nada desagradable de ninguno de los dos (ni del sntoma morboso ni del sntoma medicinal), pues ambos parece haberse removido y neutralizado dinmicamente (por ejemplo, el poder estupefaciente del opio respecto al dolor). Al principio la fuerza vital se mantiene perfectamente bien, y no siente ni el estupor del opio ni el dolor de la enfermedad. Tanto ms aumenta el dolor rebasando su intensidad original, tan pronto como ha agotado su accin.

    P70 De lo que se ha dicho ya no podemos dejar de sacar las siguientes consecuencias: Que todo lo de carcter realmente morboso que el mdico puede descubrir en las enfermedades, y que debe ser curado, slo consiste en los sufrimientos del enfermo y en las alteraciones de su salud perceptibles a los sentidos, en una palabra, solamente de la

  • totalidad de los sntomas, por medio de los cuales la enfermedad indica el medicamento indispensable para su alivio; mientras que, por otra parte, toda causa interna a que se atribuya, toda cualidad oculta o principio morbfico material imaginario, no son sino sueos vanos. Que esta desviacin de la salud, que llamamos enfermedad, slo puede convertirse al estado fisiolgico, por otra revolucin producida en dicho estado por medio de medicamentos, cuyo poder curativo nico, por consiguiente, slo consiste en la alteracin de la salud del hombre, es decir, en una produccin peculiar de sntomas morbosos que se conocen con mayor claridad y pureza experimentndolos en el cuerpo sano. Que conforme a todas las experiencias, una enfermedad natural nunca puede curarse con medicamentos que posean el poder de producir en el individuo sano un estado morboso extrao (sntomas morbosos desemejantes) diferentes al de la enfermedad que hay que curar (nunca, por lo tanto, por un tratamiento aloptico), y que ni an la naturaleza realiza la curacin de una enfermedad con la adicin de otra desemejante, por fuerte que sta sea. Que adems, toda experiencia demuestra que por medio de medicamentos que tienen la tendencia de producir en el individuo sano un sntoma morboso artificial, antagnico a un sntoma de la enfermedad que se trata de curar, la curacin nunca se realizar en un padecimiento de larga duracin sino solamente un alivio pasajero, seguido siempre de su agravacin; y que, en una palabra, este tratamiento meramente paliativo y antiptico en enfermedades de curso largo y carcter serio, es absolutamente ineficaz. Que, no obstante, el tercero y nico posible tratamiento (el homeoptico), en que se emplea para la totalidad de los sntomas de una enfermedad natural un medicamento capaz de producir los sntomas ms semejantes posibles en el individuo sano, administrado en dosis apropiada es II._ Cmo adquiere el conocimiento de los instrumentos apropiados para la curacin de las enfermedades naturales, el poder patognesis) de los medicamentos? III. Cul es el mtodo ms conveniente de emplear estos agentes morbficos artificiales (medicamentos), para la curacin de las enfermedades naturales?

    P72 Con respecto al primer punto, lo siguiente servir como una nocin preliminar general. Las enfermedades a que el hombre est sujeto son ya procesos rpidos y morbosos de la fuerza vital anormalmente desviada que tienen tendencia a terminar su perodo ms o menos rpidamente, pero siempre en un tiempo de duracin mediana, que se llama enfermedades agudas; o son enfermedades de carcter tal que. con un principio pequeo e imperceptible, desvan dinmicamente el organismo vivo, cada una a su manera peculiar, que le obligan a separarse gradualmente del estado de salud de tal modo que la energa vital automtica, llamada tuerza vital, cuyo fin es preservar la salud, solamente les opone al principio y durante su curso. Una resistencia imperfecta, impropia e intil, que es incapaz por s misma de destruir y las sufre irremediablemente (y las desarrolla) siendo cada vez ms apartada de la normal, hasta que al fin el organismo se destruye; estas enfermedades se llaman crnicas. Son causadas por infeccin dinmica con un miasma crnico. P73 En cuanto a las enfermedades agudas, pueden ser de tal naturaleza que afecten al organismo humano individualmente, siendo la causa excitante influencias perjudiciales a las que se ha expuesto particularmente. Los excesos en la alimentacin o su deficiencia, impresiones fsicas intensas, enfriamientos, acaloramientos, disipacin, esfuerzos, etc., o irritaciones fsicas, emociones mentales, y otras semejantes, son causas excitantes de tales afecciones febriles agudas;

  • sin embargo, en realidad, generalmente slo son explosiones pasajeras de la psora latente que espontneamente vuelve a su estado latente si la enfermedad aguda no fue de carcter demasiado violento y reprimido prontamente. O son de tal naturaleza que atacan a varias personas al mismo tiempo, aqu y all (espordicamente), por medio de influencias atmosfricas o telricas o agentes dainos; la susceptibilidad de ser morbosamente afectado por ellos, slo la poseen pocas personas a la vez. A estas enfermedades pertenecen las que atacan muchas personas con sufrimientos muy semejantes del mismo origen (epidmicamente); estas enfermedades generalmente se vuelven infecciosas (contagiosas) cuando prevalecen entre masas compactas de individuos. Por esta razn producen fiebres ah cada caso de forma peculiar y debida a que la enfermedad tiene un origen idntico. Determinan, en todos los que ataca un proceso morboso idntico que abandonado a s mismo termina en un espacio de tiempo de duracin mediano, con la muerte o con el restablecimiento. Las calamidades de la guerra, las inundaciones y el hambre son frecuentemente sus causas excitantes y productoras; algunas veces son miasmas agudos peculiares que reaparecen de la misma manera (de aqu que se las conozca por algn nombre tradicional), que unas veces atacan a las personas una sola vez en la vida, como la viruela, el sarampin, la tos ferina, la fiebre escarlatina de Sydenham, la papera, etc., u otros se presentan frecuentemente varias veces de la misma manera como la peste de Levante, la fiebre amarilla el clera Asitico, etc.

    P74 Entre las enfermedades crnicas debemos contar, desgraciadamente, con aquellas que tal comnmente se encuentran, producidas artificialmente en el tratamiento aloptico con el uso prolongado de medicamentos heroicos violentos, administrados en grandes y progresivas dosis, por el abuso del calomel, del sublimado corrosivo, del ungento mercurial, del nitrato de plata, del iodo y sus ungentos, del opio, de la valeriana, de la cinchona, de la quinina, de la digital, del cido prsico, del azufre, del cido sulfrico, de los purgantes continuos, de las sangras, de las sanguijuelas, de los exutorios, de los sedales, etc.. por cuyo medio la fuerza vital es debilitada a un grado de extensin despiadada y algunas veces si no sucumbe, gradualmente se desva (de un modo peculiar por cada sustancia) de tal modo que al fin de sostener la vida contra estos ataques enemigos y destructores, produce una revolucin en el organismo, unas veces privando a alguna parte de su sensibilidad e irritabilidad y otras exaltndolas a un grado excesivo, determina dilatacin o contraccin, relajacin o induracin y an destruccin total de ciertas partes y desarrolla alteraciones orgnicas aqu y all, en el interior o en el exterior (lisiando el cuerpo interna y externamente), a fin de preservar al organismo de la destruccin completa por los ataques hostiles siempre renovados de semejantes fuerzas destructoras.

    P75 Estos trastornos de la salud realizados por la alopata, que no es un arte de curar (particularmente en los tiempos actuales), son las ms deplorables de todas las enfermedades crnicas, las ms incurables; y siento aadir que es aparentemente imposible descubrir o encontrar remedios para curarlas cuando han alcanzado gran desarrollo.

    P76 La Divinidad benfica nos concedi, en la Homeopata, los medios para proporcionar alivio solamente en las enfermedades naturales; pero las devastaciones y mutilaciones internas y externas del organismo humano realizadas durante muchos aos por el ejercicio inhumano de un falso arte con sus drogas y tratamientos nocivos slo pueden ser remedios por la fuerza vital (ayudndola convenientemente,

  • desarraigando algn miasma crnico que puede suceder que exista oculto en el fondo), si no ha sido demasiado debilitada por tales actos perjudiciales, y pueda disponer de varios aos para este enorme trabajo, sin molestia alguna. No hay ni puede haber arte curativo humano para restablecer al estado normal estas innumerables condiciones anormales tan a menudo causadas por el arte aloptico, que no es curativo. P77 Son impropiamente llamadas enfermedades crnicas las que sufren las personas que se exponen continuamente a influencias nocivas evitables, que tienen por costumbre entregarse al uso de alimentos y bebidas daosas, que son adictos a excesos de varias clases que minan la salud, que sufren de la privacin prolongada d cosas necesarias para el sostn de la vida, que viven en localidades. Insalubres, especialmente distritos pantanosos, que habitan en stanos u otras casas reducidas, que estn privados de aire libre y no hacen ejercicio, que arruinan su salud con trabajo mental o fsico excesivo, que viven en un estado constante de preocupacin, etc. Estos estados de mala salud que la gente se ocasiona, desaparecen espontneamente con tal que no exista en el cuerpo ningn miasma crnico, mejorando el modo de vivir, y no pueden llamarse enfermedades crnicas.

    P78 Las verdaderas enfermedades crnicas naturales son las que se originan de un miasma crnico, las cuales abandonadas a s mismas o no dominadas con el empleo de los remedios que les son especficos, siempre van en aumento y empeorndose, no obstante el mejor rgimen mental y fsico, y atormentan al paciente hasta el fin de su vida con sufrimientos que siempre se agravan. Estas, exceptuando las producidas por tratamiento mdico errneo, son las ms numerosas y la calamidad ms grande de la raza humana, pues la constitucin ms robusta, el mtodo de vida mejor regulado y la energa de la fuerza vital ms rigurosa, son insuficientes para destruirlas o desarraigarlas.

    P79 Hasta ahora slo la sfilis ha sido conocida, hasta cierto punto, como tal enfermedad miasmtica crnica, que sin medicacin cesa solamente con la terminacin de la vida. La sicosis (enfermedad condilomatosa) igualmente indesarraigable por la fuerza vital sin tratamiento mdico apropiado, no era reconocida como enfermedad miasmtica crnica de carcter peculiar, a pesar de que lo es indudablemente, y los mdicos piensan que la ha curado cuando han destruido las escrecencias de la piel, pero escapaba a su observacin la discracia existente ocasionada por ella.

    P80 Es incomparablemente mucho mayor y ms importante que los dos miasmas crnicos que se acaban de citar, el miasma crnico psrico que, mientras los otros dos revelan su discracia especfica interna, el uno por el chancro venreo y el otro por excrecencias en forma de coliflor, l tambin, despus de realizar la infeccin interna de todo el organismo, se manifiesta por una erupcin cutnea peculiar consistente a veces en algunas vesculas acompaadas de intolerable comezn cosquillante y voluptuosa (y un olor peculiar), el monstruoso miasma crnico interno, la psora, la nica causa fundamental, real y productora de todas las otras numerosas, y puedo decir innumerables formas de enfermedad que bajo los nombres de debilidad nerviosa, histeria, hipocondras, mana, melancola, imbecilidad, locura, epilepsia, convulsiones de todas clases, reblandecimiento de los huesos (raquitismo), escoliosis y cifosis, caries, cncer, fungus hematodes, neoplasmas, gota, hemorroides. Ictericia, cianosis, hidropesa,

  • amenorrea, hemorragia del estmago, nariz, pulmones, vejiga y tero; de asma y ulceracin de los pulmones, de impotencia y esterilidad, de hemicrnea, sordera, catarata, amaurosis, clculos urinarios, parlisis, defectos de los sentidos y dolores de toda clase, etc... Aparecen en obras sistemticas de patologa como enfermedades peculiares e independientes.

    P81 El hecho de que este agente infectante extremadamente antiguo, haya pasado gradualmente a travs de muchos millones de organismos humanos, en algunos cientos de generaciones, alcanzando as un desarrollo increble, hace concebible en algn modo cmo pueda ahora desplegar tan innumerables formas morbosas en la gran familia humana, particularmente cuando consideramos que nmero de circunstancias contribuye a la produccin de esta gran variedad de enfermedades crnicas (sntomas secundarios de la psora), adems de la diversidad indescriptible de hombres respecto a su constitucin fsica congnita; de manera que no debe sorprender si tal variedad de influencias nocivas obrando interna o externamente y a veces continuamente sobre tal variedad de organismos compenetrados del miasma psrico, produzca una variedad innumerable de defectos, lesiones, desarreglos y sufrimientos que hasta ahora haban sido tratados en las obras antiguas de patologa bajo cierto nmero de nombres especiales, como enfermedades de carcter independiente.

    P82 Aunque por el descubrimiento de esa gran fuente de enfermedades crnicas, como tambin por el de los remedios especficos homeopticos para la psora, la medicina ha avanzado algunos pasos acercndose al conocimiento de la naturaleza de la mayora de las enfermedades que tiene que curar, no obstante, para fijar la indicacin en cada caso de enfermedad crnica (psrico) que el mdico es llamado a curar, es tan indispensable al medico homepata el deber de una cuidadosa comprensin de sus sntomas observables y caractersticos, como lo era antes de ese descubrimiento, pues no puede verificarse la curacin real de esta o de cualquiera otra enfermedad sin un tratamiento estrictamente personal (individualizacin) de cada caso; solamente existe alguna diferencia en la investigacin segn se trate de una enfermedad aguda o de rpido desarrollo o de una enfermedad crnica; considerando que en las enfermedades agudas los sntomas principales nos impresionan y son evidentes a nuestros sentidos con ms rapidez, y de aqu que se requiera mucho menos tiempo para trazar el cuadro patolgico y un interrogatorio breve como que todo es evidente por s mismo, mientras que en una enfermedad que ha estado gradualmente progresando por varios aos, los sntomas son mucho ms difciles de descubrir. P83 El examen individualizado de un caso de enfermedad, para el cual slo dar en este lugar las instrucciones generales de las que el prctico slo retendr en su mente lo que es aplicable a cada caso individual, no exige al mdico ms que ausencia de prejuicio y sentidos perfectos, atencin al observar y fidelidad al trazar el cuadro de la enfermedad.

    P84 El paciente detalla la historia de sus sufrimientos; los que le rodean refieren que se ha quejado como se ha portado y lo que han notado en l; el mdico ve, oye y observa con sus otros sentidos lo que haya de alterado o extraordinario. Escribe con exactitud todo lo que el paciente y sus amigos le han dicho con sus propios trminos. Guardando silencio les permite decir todo lo que tengan que referir y se contiene de interrumpirlos a menos que se desven hablando de otros asuntos. El medico les indica al principio del examen que hablen despacio a fin de

  • que pueda anotar las partes importantes de lo que digan.

    P85 Empieza otra lnea con cada nueva circunstancia mencionada por el enfermo o sus amigos, de modo que los sntomas estarn todos colocados separadamente unos debajo de otros. De este modo podr aadir a cualquiera de ellos algo que al principio hubiese sido relatado de una manera demasiado vaga, pero que subsecuentemente se ampliase con claridad.

    P86 Cuando los narradores hubiesen concluido su relato espontneo, el mdico entonces revisa cada sntoma individual y saca una informacin ms precisa de l de la manera siguiente: lee uno por uno los sntomas que le relataron y acerca de cada uno de ellos averigua ms particularidades, p.ej. en qu tiempo se present este sntoma? Fue antes de ingerir el medicamento que hasta ahora haba estado tomando? Mientras lo tomaba? O solamente despus de algunos das de dejarlo de tomar? Qu clase de dolor, que sensacin precisamente, se han presentado en esta regin? Cul era la regin exacta? Vino el dolor por accesos y espontneamente, en diferentes perodos? O fue continuo, sin intermitencias? Cunto tiempo dur? A qu hora del da o de la noche y en qu posicin del cuerpo se agrav o ces por completo? Cul era la naturaleza exacta de este o aquel acontecimiento o circunstancia mencionada, descritos con palabras sencillas o llanas?

    P87 Y as el mdico obtiene una informacin ms precisa respecto a cada detalle en particular, pero sin hacer nunca sus preguntas de modo que sugiera la respuesta al paciente y slo tenga que responder s o no; adems ser inducido malamente a responder afirmativa o negativamente algo incierto, a medias verdadero, o no rigurosamente exacto, ya por indolencia o a fin de complacer a su interrogador, de lo que