paciencia y penas nueva Époco nº2

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Editorial

Gracias….es lo primero que queremos decir desde este consejo de redacción, gracias a todos por vuestro recibimiento, por hacerlo con los brazos abiertos, por vuestro ánimo y por vuestro apoyo, ese sin el cual no tendrías este segundo número en tus manos, gracias a todos los Hermanos que nos habéis felicitado por la idea, a los que nos habéis animado a continuar, a los que colaboran económicamente y con sus aportaciones dan vida a Pa-ciencia y Penas, a los que se emocionaron el día de su presentación, a los que no se han molestado en mirarla, a los que nos han pedido que mejoremos, a los que deseaban verla a Ella en la portada, a todos….eternamente gracias.

Cuando el tiempo se ha adueñado del calendario de nuestra vida, en donde el reloj de nuestra Cofradía pasa inexorable por el itinerario de nuestra memoria, marcando las horas, de aquellos que cuentan los años por Miércoles Santos, toca disfrutar de la Semana más mágica del año, donde cambiaremos las rutinas por costumbres y las discusiones y mani-dos debates por sentimientos de una Fe, que el mismo Dios nos envió con el testimonio de Jesucristo. “….es hora de gritar que so-

mos Hermanos de Paciencia y Pe-nas y la mejor manera de hacerlo es siendo parte del cortejo, es hora de crecer como Hermandad….”

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Llegamos a un tiempo, donde el sueño se adue-ña de la realidad del presente para escribir a golpe de llamador esas efímeras realidades, que se agolpan en el lo más hondo de nuestro corazón.

Seguimos caminando por nuestro cincuentenario de forma lenta, pero con la segu-ridad de hacer las cosas bien hechas, los actos que ya se ha celebrado se verán incre-mentados con los que aún están por llegar y culminarán con esa salida extraordinaria con la que celebraremos nuestra primera mitad de siglo de existencia, dentro de esa celebración nos encontraremos con la realización de un sueño, la Hermandad pronto tendra nuevos hábitos y eso sin duda es una extraordinaria noticia, pero tenemos que ir mas allá de lo material, tras ese anhelado sueño hay una llamada al compromiso, a la participación, esa que ya se pudo palpar en el último cabildo o en la comida de primer domingo de mes, estamos llamados a ser parte de nuestra Hermandad de forma activa, es hora de gritar que somos Hermanos de Paciencia y Penas, y la mejor manera de hacerlo es siendo parte del cortejo, es hora de crecer como Hermandad.

En unos días se abrirán las puertas de nuestro templo y realizaremos manifestación pública de fe, es el día mas importante del año, pero no olvidemos que no es el único, que hay 364 días para ser y hacer Hermandad y manifestarlo de forma íntima y la mejor manera es haciéndonos presentes, es decir, siendo parte activa de la Hermandad.

Despertaremos del sueño y volveremos a la realidad de nuestros días, a la crudeza de los recuerdos, al anhelo de lo vivido…. así que vivamos las vísperas, nuestro quinario en San Juan de Dios culminado con un histórico Vía-Crucis, reparto de túnicas, montaje de pasos, pregón, mesa de póstula….todo se habrá consumado y nos quedará tan solo el aroma que nos regala el recuerdo, ese que ahora nos despierta para hacer estallar los sen-tidos de nuestra fe.

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4 A.L.M

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Sumario

Edita: Imperial y Venerable Hermandad Sacramental del Apóstol San Matías e Ilustre y Fervorosa Cofradía de Penitencia de Nues-tro Padre Jesús de la Paciencia y Maria Santísima de las Penas. Hermano Mayor: Jose Luís Pérez-Serrabona González. Dirección y Redacción: David Morente Rivas, Raúl Morente Rivas. Colaboraciones: Marisa Ogea Bermúdez, Carmen Jiménez Garzón, Fernando Egea Fernandez-Montesinos, Manuel García

Escobar, Jorge Martínez Garzón, Luis Recuerda Martínez, Cecilio Cabello Velasco, Manuel Amador Moya, Armando Ortiz,

Enrique Martínez Pérez, Miguel García Almagro y Antonio Cattoni Diseño Portada: Rafael Reina. Pintura Portada: Rafael Reina. Fotografía contraportada interior: Sergio Aguayo. Colaboraciones graficas: José Velasco, Fernando Daniel Fernán-

dez Alvarez, Sergio Aguayo, Armando López Murcia, Juan Alvarez Fernández, Manuel García Escobar,Rosa Jiménez Sánchez,

David Morente Rivas y Manuel La Chica. Diseño y maquetación: ñ-Creativa (Buensuceso 1 - Telf.: 958 26 67 92)Depósito Legal: GR-123-83. Correo electrónico: [email protected].

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EditorialCarta del Hermano Mayor

Carta del ConsiliarioAlrededor de San Matías

Conociendo a nuestros hermanosD. Juan Larios Navarro

24 Miércoles Santo

Tertuliando con....

44 Cofrades y Cofradías50 Via Crucis extraordinario

Nací como cofradeen las Penas

Saeta en San MatíasVolvamos la vista atrás

Investigación CofradeMaría Stma. de la Penas

y José Jiménez Mesa

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Cofrades de a pieDesde la distancia

35 Grupo de Teatro “Paciencia y Penas”

...Agrupación Musical Virgen la Estrella

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La Tribuna de los Pobres

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Carta del Hermano Mayor

Mi saludo afectuoso en este tiempo de convocatoria. Con la presentación del Cartel de la Semana Santa –que anuncia para siem-pre- parece que ya ha llegado nuestro tiempo. De nuevo, esta Revista hecha en cada una de sus páginas, de sus detalles, de sus artículos y dibujos, de sus ideas, de sus mensajes… con esfuerzo y con el amor que todo hermano ha de poner en las cosas que hace, llega a las manos de los lectores que la esperan. No es ya el fruto de luna ilusión que al fin se hizo realidad; ahora es la cita periódica, el reto lo-grado, la realidad, feliz y bella realidad, que debe esperarse en cada época. Ahora es un compromiso.

Mi saludo a ti, hermano de esta Cofradía, a la que un día te incorporaste por la causa que fuere, y en la que permaneces porque quieres vivir tu vida de cristiano de una manera es-pecial, más comprometida, más exigente. En estas páginas que debes leer con atención, en-contrarás lugar para la reflexión, para el pen-samiento, para la formación, para la expresión de ideas de quienes han enviado sus opinio-nes, para la colaboración –con nuestra grati-tud a quienes la prestan para engrandecer esta Hermandad y la propia Semana Santa-; para el pensamiento recogido e íntimo (en estos tiem-pos en que tan difícil es lograrlo); para exami-nar tu conciencia y comprobar –ante ti mis-mo- si estás cumpliendo con tu obligación de hermano, dando testimonio de una fe y de una manera de vivir; acaso simplemente te servirá de distracción. Puede –ojalá que así ocurra- que te sirva incluso para ponerte ante Jesús y hablar con Él, para pedir a María; para orar.

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Mi saludo a los Cofrades que nos leen –o que lo hacen a través de otros-. Si cuando sale en Estación de Penitencia nuestra Hermandad, a quienes acudís a rezar a nuestros Titulares o a admirarlos, os sentimos hermanos de nuestra Co-fradía, al menos aquella noche irrepetible y única del Miércoles de la Semana Santa de Granada, porque os unís a nuestra comunidad en el culto público a las Imágenes, (como cuando asistís a nuestros Cultos, a nuestros actos y a nuestras ini-ciativas), ahora que nos leéis, os sentimos tam-bién cerca, muy próximos a nuestra tarea, que también va dirigida hacia vosotros.

Mi saludo a ti lector, que quizás de modo casual, has recibido en tus manos (no sé en qué momento, aunque siempre será oportuno, porque el mensaje que intenta llevar la revista y su mi-sión no es temporal) este ejemplar de Paciencia y Penas que ve la luz, para vivir mucho tiempo, en los bordes de la primavera de este año 2010. Re-flexiona tú también sobre lo que lees; piensa tam-bién sobre ello, como hemos de hacer nosotros; examina tu papel y tu modo de vida. Y disfruta con la lectura de este número que te debe acercar –o hacerlo más- a esta Cofradía granadina, que piensa en ti, aunque no te conozca.

Es tiempo de convocatoria, decía. Y ese es también, en cierto modo, el fin de este número: prepararnos para la Semana Santa y, dado el año que vivimos, para una conmemoración que es-tamos haciendo poco a poco, paso a paso, día a día. Nuestro cincuentenario no debe ser de fue-gos de artificio, que suben, brillan, se admiran en una noche, entusiasman un instante y luego desaparecen para siempre y, en el mejor de los

casos, quedan en el recuerdo. Nuestro cincuen-tenario nos exige trabajar para prepararlo, para llevarlo a cabo; disfrutar con cada una de las actividades, hacer que permanezcan como rea-lidades en la vida de Hermandad. En cada oca-sión, haciendo real cada acto y cada culto, de-bemos comprometernos con nuestra tarea que –ayer, hace cincuenta años, hoy y mañana- debe ser la misma. Este número nuevo de Paciencia y Penas, me permite animaros a todos a vivir, con un espíritu renovado, en una nueva época, in-tentando hacer más grande esta Hermandad, lo que sólo se consigue si nos hacemos más gran-des, mejores, cada uno de nosotros.

Mi saludo a todos. Y, como estoy seguro que tenéis y conserváis con esmero el primero de los números (de esta nueva época de la revis-ta), cuando os admiréis de la belleza de esta por-tada, volved a aquél para recordar la del número 1. Son Nuestros Titulares, en una y otra ocasión, tras los que vamos, los que nos miran. La carta que os escribí entonces –a todos y a cada uno- sigue teniendo su sentido hoy; seguramente más sentido hoy. Os pido que volváis a leerla. Y que le deis la respuesta que se os pide.

Os daréis cuenta, al entrar en estas pági-nas, que el mensaje de todos es el mismo. Des-de lo más alto de la Iglesia se pide para que demos un testimonio cristiano; desde nuestra Iglesia más cercana, la parroquia, se nos cuida y mima y se nos señala el camino. Hagamos caso a lo que leemos.

Os deseo una buena Cuaresma, una Feliz Semana Santa.

F.D.F

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Carta del Consiliario

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Al redactar este texto, que hace unos días me solicitaron, acudo al recuero de los antiguos pregoneros de nuestros pueblos, (de los que también hice memoria en la homilía del Domingo).Toda una institución. Tras un largo toque de trompeta reclamando atención, y el consabido “se hace saber”, hasta los niños suspendíamos nuestra sagrada dedicación al juego para escuchar la noticia, que nos llegaba caliente, a viva voz.

Aunque resulte anacrónico en una época en que, tanto anuncios como noticias, viajan a velocidades supersónicas por Internet, en unos días en que el ateismo personifi-cado hace oración en Estados Unidos, permítanme que en homenaje a los pregoneros de antaño que se llevó el progreso, comience con el consabido “se hace saber”.

“Se hace saber” que este año la cuaresma nos abre a la Misericordia Divina. Que las Iglesias que peregrinan en Granada se disponen a celebrarla a través de un tiempo de penitencia expresada por la limosna, la oración y el ayuno.

De estos tres instrumentos, el mas difícil de situar es quizás el ayuno. La Limosna a menudo la realiza-mos a través de colaboraciones con organizaciones de ayuda a los mas desfavorecidos…(Últimamente Haití. Recogidos 3.972 € hasta la fecha en nuestra parroquia). También la hermandad nos ofrece espacios(Via-crucis, Eucaristías, Quinario) para que participemos en la Ora-ción. Estemos atentos a ellos para cubrir nuestras rela-ciones con los demás y con Dios.

¿Y el Ayuno? Es la expresión de la penitencia más difícil de vivir. Afecta directamente a nuestra relación con nosotros mismos, nos cuesta privarnos de la cer-veza u otros alimentos apetitosos en ciertas horas del día. El Ayuno debe hacernos discernir entre lo que verdaderamente nos alimenta y lo que no. Para ello, nada mejor que pasar hambre, de algo importante…para nuestra supervivencia, de una manera u otra. Sólo así haremos realidad lo que pedimos en la Oración de poscomunión del 1º Domingo de cuaresma:” Que nos haga sentir hambre de Cristo, pan vivo y verdadero, y nos enseñe a vivir constantemente de toda palabra que sale de su boca”.

Jesucristo, muerto y resucitado, es el verdadero alimento, a través de su palabra, a través de su cuerpo y su sangre. De él debemos sentir hambre de veras.

Cambiar el ritmo Manuel Carrillo Benitez

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Carta del Consiliario

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De los buenos futbolistas se alaba a veces que saben cambiar de ritmo en el momento oportuno, dando vida y eficacia al juego. La Liturgia tiene una pedagogía muy suya. Nos invita a vivir el misterio de Cristo con ritmos distintos a lo largo del año: de la alegría de Navidad, hace una semanas, pasábamos a una semanas de calma “ordinaria”, y ahora, de nuevo, cambiamos el ritmo y entramos en el camino de la cuaresma que nos pide a su vez otro cambio de ritmo para prepararnos bien y tengamos una buena salida penitencial la tarde del Miércoles santo. Lo imparte es preparar nuestro interior realizando un encuentro con Cristo que resucita dándonos vida.

¡Os invito a la reconciliación con Dios! (…) Así, el 17 de Febrero, miércoles de ceniza, en la hermandad ha de notarse que cambiamos de ritmo. Ayuno, Oración y Limosna han de ser nuestros escudos en esta preparación cuaresmal. También el Martes Santo (30 de Marzo) a las nueve de la noche ante las imágenes de nuestros titulares tendremos una celebración penitencial en la que podremos cambiar, no de ritmo sino de vida, ensamblándonos en la verdad de Dios.

La Eucaristía del Miércoles Santo debe ser “Acción de Gracias”, participada por todos los Hermanos que compartan la salida penitencial. ¡Nadie debe participar, tanto en la Eucaristía como en la procesión indignamente! Jesús pide belleza interior que refleje el “misterium passionis” que procesionamos. ¡Que nadie falsee nuestra Estación de Peniten-cia! ¡Procesionemos todos en Gracia de Dios! Es la Penitencia que Jesús pide.

En el tercer y en el quinto domingos leemos la parábola de la higuera estéril y el relato de la mujer adultera. La higuera estéril hace alu-sión a la última oportunidad que Dios brinda a todo el mundo para que cambie. La esterilidad es símbolo de una existencia inútil porque no da fruto, no ofrece vida para los demás. Es la típica imagen del cristiano en pecado.

La mujer adúltera muestra a Jesús incli-nándose y escribiendo en el suelo antes de de-cidirse. Esta actitud provoca cambio y ofrece al mismo tiempo una nueva oportunidad. Jesús no critica la ley que condena el adulterio ofre-ciendo al mismo tiempo la salvación de Dios. El hecho de inclinarse e incorporarse evoca la aniquilación y la exaltación con que Jesús reconcilia a toda la humanidad con Dios. La mujer, que pasa de la muerte a la vida, repre-senta al pueblo de Dios que recibe el perdón gratuito e incondicional de Dios.

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Alrededor de San Matías

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Comida de Hermandad:

En pasadas fechas se celebró la tradicional comida de Navidad en el seno de nuestra Hermandad, nuevamente estuvimos invitados a pasar un rato en compañía de nuestros Hermanos. Numerosos fueron los que no se quisieron perder la ocasión de pasar un buen rato, tal y como viene siendo habitual en los últimos años. El almuerzo estuvo precedido de una misa que se celebro en la capilla de “nuestra” segunda casa de Hermandad, en el Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago.

Convivencias de primer Domingo de mes:

El pasado 7 de Febrero, tras la misa de Hermandad celebrada en la Imperial de San Matías, se pudo degustar en el recoleto comedor del Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago un estupendo plato de cocido, con su correspondiente pringá. Muchos fueron los Hermanos que no quisieron perderse la oportunidad de pasar un buen rato en Hermandad y degustar un exquisito plato casero

Comenzaron los ensayos:

Las cuadrillas del Señor de la Paciencia y María Santísima de las Penas comenzaron sus ensayos el pasado 12 de Febrero. Los mismos se desarrollan en el Parking Nevada (junto a los Carmenes).La hora de ensayo es a la 21:30 y son numerosos los Hermanos que se acercan a presenciar la evolución de ambas cuadrillas.

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Alrededor de San Matías

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La Hermandad con San Cecilio

Desde la Parroquia de San Cecilio salió por primera vez, el pasado seis de Febrero, el Patrón de nuestra ciudad. Muchos fueros los que se acercaron al barrio del Realejo para vivir esa entrañable salida, la cual estaba organizada por la querida Hermandad de los Favores.Dentro se ese cortejo se encontraba una representación de nuestra Hermandad, encabezada por nuestro Vicehermano Mayor, Miguel Castillo.

Pregón de la Hermandad

El próximo Sábado de Pasión, 27 de marzo, a las 20:30 horas, en el salón de actos del Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago se llevará a cabo la XXIX edición del Pregón de la Hermandad, en esta ocasión el encargado para la realización de mismo ha sido el M.I.Sr.D. Manuel Reyes Ruiz, Vicario de la Diócesis de Granada. Tras la realización del mismo se celebrará la ya tradicional Cena de Hermandad.

Cambio de Capilla

Con motivo de la preparación de las obras de restauración de las cubiertas de la Igle-sia de San Matías y los daños que sufría, en concreto, el tejado del ala derecha de la nave, por este motivo se ha procedido a trasladar la Sagradas Imágenes Titulares de Nuestra Hermandad, a la Capilla del Corazón de Jesús (Capilla del Sacramento).Se trata de una ubicación provisional, hasta que se decida la que será finalmente.

J.A.F.J.A.F.

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Alrededor de San Matías

Tras mucho tiempo de espera, también de preparación, de dudas, de encargos… en el Cabildo del día 22 de enero, se presentó a los hermanos el que va a ser el nuevo hábito de la Hermandad. El Cabildo fue numeroso –es verdad que había muchos temas y que los hermanos van respondiendo a estas llamadas- pero creemos que el punto relativo al hábito, interesaba, aunque sólo fuese por curiosidad. Se presentó el modelo (o algunas opciones sobre el mismo), se detalló el material, la forma, el color preciso (eligiendo entre algunos)… y se adoptó el acuerdo de aprobar la confección de este nuevo hábito que, si bien no de modo completo, podría estrenarse esta Semana Santa de 2010, con un esfuerzo muy grande, eso sí, por parte de todos. Quizás el entusiasmo del momento, un momento largamente esperado, nos llevó a estar convencidos de que, en tan poco tiempo, los nuevos hábitos podrían estar confeccionados.

Función Inmaculada

Nuevo hábito

Tal y como viene siendo habitual, porque así lo reflejan nuestros estatutos, el pasado mes de Diciembre se celebro Función Principal en honor a María Santísima de las Penas, coincidiendo con la festividad de la Inmaculada Concepción.

Un día antes, el 7 de Diciembre, la imagen de María Santísima de la Penas estuvo todo el día en devoto besamanos, al cual se acercaron un gran número de Hermanos y cofrades en general.

Para tan señalada ocasión la Santísima Virgen estreno una saya traída desde La India, la cual ha sido donada por un Hermano.

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Alrededor de San Matías

Nunca las prisas han sido buenas; el propio hecho de que todos los hábitos sean “a me-dida” (que deben tomarse por quienes van a hacerlos, a quienes agradecemos también su disponibilidad para que este año pudieran estrenarse a pesar de todo, junto a su con-sejo de esperar al año próximo) pues cada hermano adquirirá el suyo; la necesaria financiación que exige tiempo, aunque la Hermandad quiera ayudar en esta tarea; el continuar con nuestra idea de que cada cosa no debe tener carácter provisio-nal, sino presentarse “completa” (algunos nos recordaban las filas de candelería guardadas en sus estantes, algún año, hasta que estuvo íntegra para estrenarse); la propia situación social de esta época, las necesidades de todos quienes se ven afectados por malos tiempos y algunas cosas más, nos han llevado a cumplir el mandato del Cabildo, desde luego, encargar los nuevos hábitos –y hacerlo desde ahora mismo, en que ya se han pedido los tejidos-, sa-biendo que no serán un estreno en la semana Santa del año 2011, si Dios quiere .(Este año, desechados muchos hábitos antiguos el pasado año, se han encargado más de cincuenta –en raso, como hasta ahora- para esta Semana Santa solamente).-

Pero la Hermandad tiene nuevo hábito. Y en la tarea de con-feccionarlo se encuentra. Es un hábito de terciopelo morado –ca-pillo y hábito- de muy elegante diseño. Cada hábito lleva capa blanca de damasco. El cíngulo es el usado hasta ahora, de cordón oro. En el antifaz, bordado, el Escudo de la Hermandad (enmar-cado en las formas de su Medalla) y en el hombro, igualmente bordado ahora en sedas, el emblema de la Sacramental de San Matías (que también se encuentra en nuestros bancos de la Iglesia). La bocamanga lleva motivos pasionistas y sacra-mentales. El modelo (también el del hábito de monaguillo y de acólito) puede verse en la Casa de Hermandad durante esta Cuaresma, donde cada hermano puede encargar su há-bito y elegir el modo de adquisición, que se acomoda a cada necesidad.

La Hermandad tiene nuevo hábito. En 1981, en un Cabildo de hermanos, se acordó también un cambio de hábito. El que se usaba hasta entonces, de raso morado y capillo de raso color oro, como las capas de los ma-yordomos, con fajín de raso, fue sustituido por el actual. Se conservó el color morado de pasión, se conservó el oro –ahora en el cíngulo- y se añadió la capa blanca (para traer al hábito un signo sacramental). El nuevo hábito no varía sustancialmente, aunque será de terciopelo, con capa y bocamanga para todos los hermanos y cíngulo oro.

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Conociendo al Pregonero

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En fechas atrás, la Junta de Gobierno decidió por unanimidad elegir pregonero de nuestra Hermandad a D. Manuel Reyes, Vicario General y moderador de Curia, de la ciudad de Granada, cargo que ocupa des-de Julio del año 2008.

Será esta, la primera vez que D. Ma-nuel Reyes se suba a un atril para prego-nar a una Hermandad de Semana Santa y como no podía ser de otro modo, lo hará en la nuestra, tal y como hicieran otros que con el paso de los años se convirtieron el oradores habituales.

Paciencia y Penas quiso conocer a nues-tro pregonero y lo encontramos puntualmen-te en su despacho de la Curia. Se declara ilu-sionado y con gran responsabilidad, no duda en reconocernos “que aún no se que voy a decir, aunque tengo claro que hablaré del misterio que esconde la paciencia del Señor y las penas de la Santísima Virgen”

Granadino de nacimiento, no concibe la Semana Santa de Granada sin su gente, “los que la viven dentro de los templos, con la ce-lebración de la liturgia, que es lo que da valor verdadero a la Semana Santa, la cual mani-festamos en la calle, con un desbordamiento de lo vivido interiormente” y se enorgullece de su ciudad, la cual “esconde unas caracte-rísticas especiales por su geografía, su histo-ria y su patrimonio artístico, convirtiendo la manifestación externa de la Semana Santa en algo extraordinario”, pero no duda en afirmar que “todo lo anterior no debe primar sobre el valor religioso de la Semana Santa”.

Conocedor del arte, como pocos en esta ciudad, reconoce en el Señor de la Paciencia a “una bellísima representación artística de lo que fue la entrega al Señor, el misterio de

la entrega ala voluntad del Padre por bien de sus hermanos los hombres. Cuando miro la imagen del flagelado de Pablo de Rojas me transmite un sentimiento de la profundidad del amor de Jesucristo para nosotros, y me transmite también, una llamada de reconoci-miento, de agradecimiento, de corresponden-cia y de acción de gracias a nuestro Señor”.

D. Manuel Reyes se muestro orgulloso de la Granada Cofrade, pero les pide “que vivan interiormente la Semana Santa que está a pun-to de comenzar”, se encuentra también preocu-pado por la situación actual, en la cual valora la función de las Hermandades, “en la sociedad que vivimos el gran peligro de las personas es la soledad, el aislamiento y el individualismo, que nos llevan a ser cada vez mas desgracia-dos, por este motivo es conveniente cultivar formas de solidaridad y encuentro entre las personas de ahí que la Hermandades sean un ámbito privilegiado para ello”

“…en la sociedad actual, cuyo ma-yor problema es la soledad, la labor de la Hermandades es imprescindible…”

Por último y antes de marcharnos, quiso felicitar a la Hermandad por su L Aniversario y animarnos “a continuar cultivando los valores propios de una Hermandad que es el amor a Jesucristo en el misterio de su Pasión y el amor entre todos vuestros Her-manos.

Q u e d a -mos todos citados para disfrutar con la prosa de D. Manuel Reyes.

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Formación

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Se le llama sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón y la paz".

Se le denomina sacramento de recon-ciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Dejaos reconci-liar con Dios" (2 Co 5,20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: "Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt 5,24).

Diversas formas de penitencia en la vida cristiana podrían ser el ayuno, la ora-ción, la limosna, los gestos de reconcilia-ción, la atención a los pobres, el ejercicio y la defensa de la justicia y del derecho, la corrección fraterna, la revisión de vida, el examen de conciencia, la dirección es-piritual, la aceptación de los sufrimientos, el padecer la persecución a causa de la justicia. Tomar la cruz cada día y seguir a Jesús es el camino más seguro de la peni-tencia (cf Lc 9,23).

En el Evangelio vemos a Jesús como "el que salvará a su pueblo de sus peca-dos" (Mt. 1,21). Es Jesús mismo el que perdona al paralítico y a la pecadora.

La Iglesia, por medio de sus minis-tros, en el nombre de Jesús otorga el per-dón tal como lo hacía Jesús, ya que el mis-mo Jesús comunica su poder de perdonar a sus Apóstoles: "A quien perdonéis los pecados, le quedan perdonados", afirma textualmente el Evangelio (Jn 20, 23).

Precisamente en este sacramento radica el origen de las Hermandades de Penitencia, ya que, después de que la Igle-sia impusiera la penitencia, los pecadores se constituían en un grupo penitencial u "orden de los penitentes". Los pecados no se proclamaban en público, pero si era pública la entrada al grupo, pues se hacía ante el obispo y los fieles, siendo las obli-gaciones penitenciales de tipo general, litúrgicas o estrictamente penitenciales, como la vida mortificada, ayunos, limos-nas y otras formas de virtud exterior.

Se denomina sacramento de la peni-tencia porque consagra un proceso per-sonal y eclesial de conversión, de arre-pentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador.

Es llamado sacramento de la confe-sión porque la declaración o manifesta-ción, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es también una "confesión", reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador.

Unidos por la PenitenciaJuan Spitzley Vilchez

El pecado es, ante todo, ofensa a Dios, ruptura de la comunión con él. Al mismo tiempo, atenta contra la comunión con la Iglesia. Por eso la conversión implica a la vez el perdón de Dios y la reconciliación con la Iglesia, que es lo que expresa y rea-liza litúrgicamente el sacramento de la Pe-nitencia y de la Reconciliación.

Cristo instituyó el sacramento de la Penitencia en favor de todos los miembros pecadores de su Iglesia, ante todo para los que, después del Bautismo, hayan caído

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en el pecado grave y así hayan perdido la gracia bautismal y lesionado la comunión eclesial. El sacramento de la Penitencia ofrece a éstos una nueva posibilidad de convertirse.

Entre los actos del penitente, la con-trición aparece en primer lugar. Es un do-lor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar. La confesión de los pecados, incluso desde un punto de vista simplemente hu-mano, nos libera y facilita nuestra reconci-liación con los demás. Por la confesión, el hombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable; asume su responsabilidad y, por ello, se abre de nuevo a Dios y a la comunión de la Iglesia con el fin de hacer posible un nuevo futuro.

Según el mandamiento de la Iglesia, todo fiel llegado a la edad del uso de razón debe confesar, al menos una vez al año, los pecados graves de que tiene conciencia. Quien tenga conciencia de hallarse en peca-do grave, que no celebre la misa ni comul-gue el Cuerpo del Señor sin acudir antes a la confesión sacramental, a no ser que con-curra un motivo grave y no haya posibilidad de confesarse. Los niños deben acceder al sacramento de la penitencia antes de recibir por primera vez la sagrada comunión.

Puesto que Cristo confió a sus após-toles el ministerio de la reconciliación, los obispos, sus sucesores, y los presbíteros, colaboradores de los obispos, continúan ejerciendo este ministerio. En efecto, los obispos y los presbíteros, en virtud del sa-cramento del Orden, tienen el poder de per-donar todos los pecados "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

Al celebrar el sacramento de la Pe-nitencia, el sacerdote ejerce el ministe-rio del Buen Pastor que busca la oveja perdida, el del Buen Samaritano que cura las heridas, del Padre que espera al Hijo pródigo y lo acoge a su vuelta, del justo Juez que no hace acepción de personas y cuyo juicio es a la vez jus-to y misericordioso. En una palabra, el sacerdote es el signo y el instrumento del amor misericordioso de Dios con el pecador.

Dada la delicadeza y la grandeza de este ministerio y el respeto debido a las per-sonas, la Iglesia declara que todo sacerdote que oye confesiones está obligado a guar-dar un secreto absoluto sobre los pecados que sus penitentes le han confesado, bajo penas muy severas. Tampoco puede hacer uso de los conocimientos que la confesión le da sobre la vida de los penitentes. Este secreto, que no admite excepción, se llama "sigilo sacramental", porque lo que el pe-nitente ha manifestado al sacerdote queda "sellado" por el sacramento.

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Formación

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“Yo vivo la Hermandad dia a dia y todo lo que me pasa en ella es bueno para mí”

D. Juan de Dios Larios Navarronuestro Secretario General y Celador Mayor

Días antes de un importante Cabildo y cuando los fríos de este crudo invierno no invitan a salir a la calle, nos recibe en su céntrico despacho. Es el máximo responsable de nuestra Her-mandad cuando el Miércoles Santo se abren las puertas de San Matías, lleva medía vida entregada a nuestra Hermandad y él, al igual que toda su familia, vive intensamente la vida interna de la misma.

1.- ¿Por qué llega a Paciencia y Penas y no a otra Hermandad?

Llego a Paciencia y Penas por mi hijo Juande, la que iba a ser su madrina era Hermana de la Hermandad, y cuando nace lo inscribe como Hermano y nos propone además, que el bautizo lo hiciéramos en San Matías, para poder bautizarlo delante de los titulares, poniéndolo en los brazos de la Virgen. Es así como tomo contacto por primera vez con la Hermandad, haciéndome también Hermano en el año 1978, inme-diatamente después que mi hijo.

Antes ya había tenido relación con el mundo de las cofradías, pues salí durante varios años en la Hermandad del Rosario, en la cual vestí por primera vez una túnica nazarena, aunque no llegué a ser Hermano, si siéndolo durante algunos años de la Cofradía de los Fa-vores y de la Virgen de las Angustias, de la que formaba parte del Cuerpo de Horquilleros.

2.- ¿Que recuerdos guarda de aquellos años?

En mi llegada me encuentro con una Hermandad con 20 años de vida pero muy bien formada, llena de gente joven cargada de ilusión, de ideas, con muchísimas ganas de tra-bajar y con un gran Hermano Mayor al frente, Francisco Gómez Montalvo.

3.- ¿Qué puestos a ocupado en nuestra estación de penitencia y cual le gustaría ocupar?

Inmediatamente después de mi incorporación a la Hermandad formo parte del cuer-po de Hermanos Costaleros de María Santísima de las Penas. Una lesión me aleja del mundo de la trabajadera y salgo durante uno o dos años de ayudante del Celador Mayor, siendo posteriormente nombrado por nuestro Hermano Mayor, José Luis Pérez Serrabo-na, Celador Mayor. En cuanto al puesto que me gustaría ocupar, considero que lo primor-dial no es el puesto que ocupas, sino sentirte Hermano de tu Hermandad y participar en la Estación de Penitencia, ¿hay algo más importante?

Conociendo a nuestros hermanos

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Conociendo a nuestros hermanos

4.- ¿Cuál es el peor y el mejor momento que ha vivido en el seno de nuestra

Hermandad?

Peores momentos no hay ninguno, y si los ha habido rápidamente se olvidan y de ellos jamás te acuerdas.

Y de los buenos, que han sido todos, no puedo destacar ninguno, porque todos son imborrables, y es que yo vivo la Hermandad día a día y todo lo que pasa en ella, es siem-pre bueno para mi.

5.- Estamos de aniversario, personalmente ¿Qué espera de tan importante efeméride?

Como en toda conmemoración, la Hermandad debe dejar constancia de esos 50 años que ya hemos cumplido, constancia que tiene que verla y sentirla toda Granada. Y es que la nuestra, es una Hermandad humilde en todos los aspectos, llena de ilusión y con una gran vida interna, y esto es lo que hay que hacer externo en todos los actos a celebrar, en definitiva, mostrar qué somos y como somos.

6.- Cuando la Hermandad se pone en la calle, Usted es el máximo responsable de la misma ¿Cómo asume esa responsabilidad?

Pues lógicamente, nunca como una carga, sino como un deber con mi Hermandad, aunque bastante respaldado por todos y cada uno de los que ocupan cargos con responsa-

bilidad, y muy directamente con el Vice-Celador, y el Hermano Mayor, e indi-rectamente con todos los Hermanos que forman parte de la Estación de Penitencia que hacen todo lo posible para que salga fenomenal.

7.- ¿Por qué cuando se abren las puertas de San Matías no viste el hábi-to de la Hermandad y lo hace cuando se cierran las puertas del templo?

El hacerlo así, principalmente, es por respeto a la Hermandad y a sus Hermanos, creo que cuando vistes el hábito has de ha-cerlo en su integridad, y dadas las especiales características que se dan en nuestra salida, no sólo la túnica, sino también el capillo difi-cultarían enormemente la movilidad.

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8.- ¿Qué le aporta la Hermandad a su día a día y que aporta Usted a la Hermandad?

La Hermandad en todo momento y desde el primer día que ingresé en ella me aporta satisfacciones y me ha enseñado a convivir con un grupo muy amplio de personas donde la amistad prevalece ante todo. Y lo que yo le aporto es toda mi ilusión y mi trabajo para intentar que cada día las cosas vayan saliendo mejor.

9.- Este año la Hermandad alcanza un reto que ha buscado durante varios años, la aprobación en Cabildo de nuevos hábitos, ¿supondrá esto mayor participación de Hermanos en filas? ¿Es imprescindible la participación de Hermanos en el día a día de la Hermandad para el crecimiento de la misma?

Estoy totalmente convencido de que supondrá un importante incremento en la par-ticipación de Hermanos en la Estación de Penitencia, de hecho cuando se empezó a hablar en Junta de Gobierno de este proyecto, yo comenté que este cambio contribuiría a que la Hermandad aumentase el número de Hermanos en filas, e incluso no solo a ello, sino que estoy seguro de que habrá un acercamiento a la Hermandad para formar parte de ella.

En cuanto a la participación de Hermanos en el día a día, estoy convencido de que la implicación de los Hermanos en la vida de la Cofradía es absolutamente necesaria, el crecimiento se consigue con las ideas, el trabajo y el esfuerzo de todos.

Conociendo a nuestros hermanos

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Conociendo a nuestros hermanos

10.- Todos los Hermanos de filas vestirán tunica con capa, la Hermandad gana presencia en la calle y se afianza como ¿una Hermandad de barrio o de centro?

Hay cosas que está muy bien que los doctos y los libros digan, pero en mi opinión, no creo que las diferencias entre una Hermandad de barrio y una de centro las marque que todos los Hermanos lleven o no capa. Yo considero que tiene que ser la propia Hermandad la que determine su carácter, sin tener en cuenta el tema de la capa. En cuanto a nuestra Hermandad, nuestro carácter esta consolidado en lo que se refiere a su presencia en la calle y el llevar capa no va a hacer que esto cambie, se ganará en cuanto a su aspecto pero el carácter será el mismo.

11.- Todos los años padecemos las apreturas de los horarios, ¿tiene solución este problema que sufrimos desde hace años?

Lo de apretura en los horarios es algo relativo, nosotros procuramos, en la medida de lo posible, hacerlo lo más liviano, lo que si padecemos es un problema a la hora de la sa-lida, ya que en ese momento nos encontramos que está pasando otra cofradía por la puerta, a la cual no hay manera de concienciarla de que tiene que pasar a su hora y dejarnos paso. Además, a ello se une el poco espacio que tenemos desde la Iglesia de San Matías hasta el comienzo de la Carrera Oficial, porque en esa poca distancia tenemos que organizar la Hermandad y si para colmo nos quitan minutos, se multiplica el problema. A todo ello hay que sumar que sufrimos de nuevo un parón, a la altura de Cuadro de San Antonio. El

S.A

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Miércoles Santo es un día complicado, porque nos encontramos todas las Hermandades en un espacio muy reducido, la solución es difícil, sólo se puede paliar si hay voluntad.

12.- Semana Santa de Granada, declarada de interés turístico internacional, ¿Está Granada a la altura de ese nombramiento?

Yo creo rotundamente que si. Las Hermandades de la Semana Santa de Granada se han ganado con creces ese nombramiento, y se lo han ganado con meritos propios, aun-que lo más importante es que la ciudad tome también consciencia de ello y se involucre.

13.- Todos sabemos que su punto habitual de ver a las Hermandades son los escalones que preceden a la Iglesia San Matías, ¿concibe nuestra Semana Santa sin esas entrañables escaleras?

No lo puedo concebir y es que esas escaleras forman parte de nuestra Hermandad durante toda la Semana Santa, “ La Tribuna de los pobres” como algunos la denominan, es algo totalmente ligado a nosotros, además de serlo para el Miércoles Santo, también

lo es durante los demás días de la semana para la Hermandad, porque es a pié de esos escalones, donde se recibe a todas las cofra-días que por ahí pasan diariamente, todos los Hermanos saben que allí se encuentra la Hermandad y es como un punto de unión con ellos, y si alguna otra Cofradía necesita algo, sabe que allí se va a encontrar con los hermanos de Paciencia y Penas.

14.-¿Qué espera del Miércoles Santo

que está punto de llegar?

Lógicamente espero, al celebrarse el Cincuentenario, que nuestra Hermandad, al igual que siempre, se comporte como lo ha hecho durante esos 50 años, que para mi es de una manera bastante ejemplar, de forma irreprochable, porque considero que todos los hermanos cuando iniciamos nuestra Es-tación de Penitencia sabemos como tene-mos que actuar y comportarnos. Por tanto espero que, en ese sentido, ni en este ni en ningún otro año, cambie.

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Quiniela Cofrade 1 2 31 2X1 2X1 2X1 2X1 2X1 2X1 2X1 2X1 2X1 2X1 2X1 2X1 2X1 2X

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15.- ¿Qué recuerdos guarda de Paciencia y Penas y que espera de esta nueva época?

Los recuerdos que yo tengo de aquella revista desde sus inicios, son de una labor realizada con muchísima ilusión por un grupo de hermanos con Eduardo García al frente, tanta, que lo que nació como una publicación interna dirigida a los Hermanos, paso a ser una revista dirigida a toda la Granada cofrade, llegando a convertirse en un referente dentro de las publicaciones que en aquellos años salían, sirviendo de ejemplo a las publicaciones que iniciaban su caminar, por tanto el recuerdo es de esos buenos, de los que antes hablábamos.

Y lo que espero de esta nueva época, a la vista de lo que ya hemos comprobado en ese primer numero, es que vamos por el mismo camino, con la confianza en que no volverá a desaparecer nunca mas y esperando también que sea de nuevo una re-ferencia para todos.

16.- ¿Se imagina un miércoles Santo en la playa?

Jamas. (Contesta de forma instintiva y alzando la voz), solamente un año he faltado por motivos personales y no lo he pasado peor en mi vida.

17.- Tres deseos para los próximos cincuenta años.

Ilusión, trabajo y que jamás pierda nuestra Hermandad su identidad.

1-Paciencia o Penas2-Pasos de Cristo o Pasos de Palio

3-Escaleras de San Matías o Tribuna Oficial4-Salidas o Regresos

5-Trabajadera o Costal6-Hermanos Costaleros o profesionales

7-Agrupación Musical o Cornetas y Tambores8-Albayzin o Realejo

9-Amargura o La Madruga10-Raso o Terciopelo

11-Paso dorado o Paso caoba12-Cofradías de barrio o Cofradías de silencio

13-Mayordomo o Hermano de luz14-Mantillas o Mujer Nazarena

Conociendo a nuestros hermanos

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Miércoles Santo 2010Miércoles Santo 2010 Estación de Penitencia 2010

Información sobre nuestra Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral

el Miércoles Santo día 31 de Marzo del año del Señor de 2010

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Miércoles Santo 2010Miércoles Santo 2010

Carta del Celador MayorJuan de Dios Larios Navarro

Un año más llega la Cuaresma, y en el corazón del cofrade resurge esa sensación que cada año se renueva y que nunca está dormida, se acercan esos días llenos de senti-miento, amor y esfuerzo, llega la Semana Santa. El movimiento en la Casa de Hermandad se acentúa, comienza el reparto de hábitos, tarjetas de sitio, montaje de los pasos, y las reuniones de organización de la Estación de Penitencia, además de multitud de actos con los que las hermandades demuestran que son instituciones vivas, abiertas e integradoras con la ciudad.

Así, con ánimo, disposición, voluntad, y porque no, con alegría, aquellos que no son aún hermanos y por devoción, promesa o simple ilusión, y por supuesto, todos y cada uno de nosotros acudiremos a la Casa de Hermandad y retirar nuestro hábito. No olvidemos que es deber de todo Hermano como integrante de la Hermandad participar en la Estación de Penitencia de un modo activo, no ser meros espectadores e implicarse en todos y cada uno de los actos que la Cofradía realiza, aunque una Hermandad cumpla distintos fines, se dice, que el principal es la Estación de Penitencia, y es por lo que debemos formar parte de ella, pero desde dentro, no tiene mucho sentido pertenecer a una institución y no ser partícipe de su acto más importante.

De igual modo, los Hermanos debemos acudir a sacar la tarjeta de sitio, y lo haremos no sólo como un acto de colaboración con la Hermandad, sino también, y considero que es el principal, por el significado que debe tener para todo Hermano, ser cada año un componente más de la Estación de Penitencia de su Hermandad, con independencia del lugar que ocupe o donde se encuentre, si existe algún impedimento. La tarjeta de sitio, es y debe de ser nuestra tarjeta de identidad para ese día y año a año el mejor de los recuerdos.

También en esos días previos, como cada año, y para que pueda tener lugar, el Miér-coles Santo, una parte muy importante para nuestra hermandad, y que sin ella no tendría mucho sentido lo demás, se procede por un grupo de hermanos, abierto a todo el que se quiera unir y colaborar, al montaje de los pasos. No debemos olvidar que nuestra pre-paración interna se manifiesta externamente a través de la devoción a Nuestros Titulares presentándolos en la calle de la forma debida, y todo esto requiere trabajo y esfuerzo por parte de todos.

Tendrán lugar las reuniones de preparación de la Estación de Penitencia con cada uno de los grupos que la componen, a las cuales estamos obligados a asistir, en ellas se nos darán las normas a cumplir para ese día y hablaremos de las novedades que surjan, y se expondrán las opiniones de todos los que lo consideren conveniente, siendo su finalidad mejorar cada año nuestra presencia durante el recorrido procesional, es en esta, porque no puede ser de otro modo, donde radica la importancia de estas reuniones, de ahí lo decisivo de vuestra presencia en las mismas.

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Miércoles Santo 2010

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Es época de preparación de las manifestaciones externas de la Hermandad, Viacrucis y Estación de Penitencia que culminan una parte muy importante de nuestra razón de ser y donde daremos testimonio ante la ciudad de Granada de nuestra fe profunda, devoción a Nuestros Titulares y buen hacer.

Este año Nuestro Padre Jesús de la Paciencia, será trasladado desde la Basílica de San Juan de Dios, hasta su sede en la Imperial Iglesia de San Matías, rezando las 14 Es-taciones del Santo Vía Crucis en su tránsito por las calles de Granada, el recorrido será el primitivo que hizo esta Hermandad y el día coincidirá con el que por primera vez se ce-lebró, El Viernes de Dolores. Es momento de recordar que fuimos la primera Hermandad, en Granada, en realizar el traslado de uno de sus titulares en Vía Crucis por la calles de la ciudad. Tendrá lugar el día 26 de marzo de 2010, a partir de las 20,00 horas.

El Miércoles Santo, día 31 de marzo de 2010, a las 19,20 horas iniciaremos la Es-tación de Penitencia hasta la Santa Iglesia Catedral Metropolitana, el recorrido será el mismo que en años anteriores, espero de los Hermanos su asistencia, con el deseo al igual que en años anteriores, de que nuestro comportamiento tenga la seriedad y recogimiento que nos caracteriza. La ayuda y colaboración de cada uno de vosotros, en ese día, es im-portantísima para la consecución de un gran resultado final, y esto no debemos olvidarlo, solamente redunda en beneficio de nuestra Hermandad. No hay que olvidar que la imagen que proyectamos es la que la ciudad piensa que somos.

Este año 2010, como sabemos, nuestra Hermandad celebra su L Aniversario, es por ello, por lo que os pido la mejor disposición y colaboración plena para todos y cada uno de los actos a celebrar, porque la ilusión y el trabajo de aquellos que los materializan, que en definitiva somos todos, lo merece. Espero, como todos los años, vuestra masiva asistencia tanto en el Santo Vía Crucis como en la Estación de Penitencia acompañando a Nuestros Titulares, y aunque nos han denominado, a veces, como una Hermandad silente, nosotros, siempre hemos sabido gritar nuestra fe, el amor, y la devoción a Nuestros Titu-lares, eso sí, siempre desde la serenidad.

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Reparto de papeletas de sitioDesde el pasado 3 de Marzo, en horario de 20:30 a 22:00 y hasta el 25 del presenta mes,

se encuentra abierta la casa de Hermandad para retirar las papeletas de sitio de todos aque-llos Hermanos que quieran participar en la Estación de Penitencia del próximo Miércoles Santo. Todos los Hermanos que tengan su hábito reservado desde el año anterior lo tienen a su disposición hasta el 8 de Marzo, rogándole a todos los Hermanos que aun tengan el hábito en su domicilio lo entreguen el la casa de Hermandad a la mayor brevedad posible.

Miércoles Santo 2010

Cuotas de Salida:Los precios de las cuotas de salida no

han sufrido modificación con respecto al año anterior, de tal modo que los precios fijados son:

- Cargos……30€- Camareras y Costaleros………..15€- Penitentes, Monaguillos, Dalmáticas

y otros…..30€- Manigueteros……90€

Cuotas atrasadas:Se encuentran al cobro los recibos del

presente año, del mismo modo si tiene al-gún recibo pendiente pueden ponerse al día en la casa de Hermandad los días de reparto de papeletas de sitio.

Para mayor comodidad para la secretaría se recomienda domiciliar los pagos de la Her-mandad.

Reuniones de Organización:Las reuniones a celebrar para la organi-

zación de la Estación de Penitencia, tendrán lugar en la Casa de Hermandad, siendo en esta y en los días señalados a continuación, donde se entregarán las tarjetas de sitio, fi-jándose las fechas siguiente:

- Cargos: 18 de Marzo a las 21:00 horas- Penitentes y otros: 20 de Marzo a

las 18:00 horas- Camareras: 22 de Marzo a las 21:00

horas- Costaleros: 24 de Marzo a las 21:30

horas

Tarjeta de Entrada:Aquellas personas que hayan decidido no participar en la Estación de Penitencia y de-

seen acceder al interior del templo, deberán presentar la tarjeta de haber hecho efectiva la cuota de salida, en el caso de todos aquellos que sean Hermanos, o en el caso de que no lo sean deberán retirar una tarjeta de entrada, anunciándose en el tablón de anuncios de la Casa de Hermandad el día que estarán a disposición de los interesados.

Correos electrónicos:

Se ruega a todos los Hermanos faciliten su correo electrónico en el momento de retirar la tarjeta de sitio, así se hará mas fácil la comunicación entre todos y las co-municaciones de carácter urgente

Misa de salida:El Miércoles Santo a las 13:30 se ce-

lebrará en nuestra parroquia de San Ma-tías la Santa Misa preparatoria para la Estación de Penitencia. Recordamos a nuestros Hermanos la obligatoriedad de asistencia a la misma, sobre todo por los enormes beneficios espirituales que la misma reporta a los Hermanos asistentes.

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Orden de la Estación de Penitencia, año 2010 Mayordomo de cabeza

Farol - Cruz de guia - FarolVara - S.p.q.r. - Vara

Faroles1ª seccion nazarenos (12)

Vara - Martillo – VaraFaroles

2º seccion nazarenos Bandera Pasionista

faroles3ª seccion de nazarenos

Farol - estandarte de n.p.j.p. - farolVara - vara - libro de reglas – vara - vara

Vara - vara - guion hermandad – vara - vara Comitiva historica presidencia autoridades

(hermanos de honor) ( madoc - diputación ) (ayuntamiento)Monaguillos

Acólitos ceriferarios acólitos turiferarios Paso de Ntro. Padre Jesus de la Paciencia

Promesas con vela Agrupacion musical (Virgen de la Estrella)

Cruz parroquial y ciriales Farol - guion de camareras -farol

1ª seccion de camarerasBandera asuncionista

2º seccion de camareras Vara - vela - guion sacramental - vela - vara

Presidencia (mayordomo sacramental - hermano mayor) Monaguilllos

Acólitos ceriferarios Acólitos turiferarios

Paso de Mª. Stma. de las Penas Promesas con vela

Banda de musica (Felipe Moreno)

J.V

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Miércoles Santo 2010

La Semana Santa es en mi recuerdo la calle San Matías y la esquina de Rosario con Navas, donde se hace uno de los giros más bonitos que se pueden ver en cualquier ciudad de España.

Los primeros recuerdos de Semana Santa son con mi familia, de la mano de mi padre, viendo entrar a nuestros titulares en San Matías, de los recuerdos más bonitos del mundo es cuando me apretaba la mano o me cogía en brazos para verlo mejor. Con unos padres cansados de trabajar todo el día, pero llevando a sus hijas a esa cita tan importante.

Otro recuerdo muy presente es la primera vez que mi hermana Encarni no vino a esta cita. Fue en 1979... Claro, pero el que no viniera con nosotros...no quiere decir que no acudiese, estaba empezado a salir con un muchacho y fue a verlo con él, era Domingo. Después ya no íbamos desgraciadamente de la mano de mi padre, empezamos a vivir la Semana Santa con Domingo, pero para mí cada año era motivo de estar con todos mis amigos del barrio callejeando y viendo en nuestra esquina de Rosario con San Matías procesiones, pero el día grande era el Miércoles, ese día cambiábamos el sitio, por la tri-bunilla de los pobres. Los mismos chiquillos que seguimos viéndonos año tras año en el mismo sitio y que ahora son padres y madres de familia. Pero sin embargo seguimos dis-frutando de los olores, colores y sonidos del barrio en Semana Santa. Los mismos niños de barrio que ayudábamos a don Nicolás en la iglesia.

Después, tengo muchos recuerdos y todos con nombres propios, también eran niños Quique, Juande, Andresito, Elo,Pili,Miguel, Cristina, Jorgito, Sergio, Olga, Miguel y se jugaba y se compartía en la "Sede social" de la calle Coches de San Matías.

Y los padres, y recuerdo mucho a Pilar, se hacían muchísimas cosas "en familia y con familias" esas cosas importantes y menos importantes se han vivido de cerca, bodas, bautizos funerales momentos que unen. La lista es interminable porque se va agrandando conforme van creciendo las familias.

A pesar de ser del barrio de Gracia, Domingo primero conoció con poquísimos años el barrio de San Matías y su parroquia, junto con Andrés fueron monaguillos, después conoció la Hermandad, la cual ha vivido desde sus orígenes, y nos cuenta historias que nos parecen de hace mil años, y encima son verdad, de su mano entró mi hermana, de su mano entré yo, y mi primera Estación de Penitencia, que no salida, con la Hermandad, fue en 1988, el mismo año que estaba por venir, meses más tarde, otro nuevo miembro, Jesús. El mismo que iba esa salida estaba en nuestros pensamientos y al año siguiente ya estaba viviendo su primer Miércoles Santo, desde entonces ha pasado y paseado por todos los rincones de la hermandad...su primera faja de costalero el 12 de abril de 1990 cuando su padre y sus compañeros de cuadrilla lo metieron junto a ellos fue emocionante, sus prime-ras albarcas se las calzó con sus primeros pasos, después de "aguaor" más tarde llevando a su Madre Maria Santísima de las Penas, a continuación con nuestro Padre, puede decirse que su familia son también sus titulares, porque viven dentro de él.

VivenciasMarisa Ogea Bermúdez

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Miércoles Santo 2010

Y un 16 de abril ocurrió lo mismo con Laura, a este paso no daba tiempo de pedir que todo fuese bien porque la familia crecía rápidamente.... su primera Semana Santa y también en abril. Uno de los meses más bonitos del año.

En la distancia también se vive el Miércoles Santo, todos pedían en el 95 que por mi, estando en Francia, para que todo saliese bien...y Myriam no pudo esperar nació un 4 de abril para poder estar en el mundo el Miércoles Santo 5 de abril. Y así fue, como no podía ser de otra manera teniendo fe en nuestros titulares y tantas personas amigas que a pesar de los kilómetros, pedían con tanto fervor. Primero mi familia, Encarni Domingo Jesús y Laura y junto a ellos, MªÁngeles, Juande, Maria Jose, Jor-ge, Carmen, Ángel, y las familias Castillo, García, Gómez Montalvo, García Román, Andrés....tantos a los que doy las gracias. Pero lo más gracioso, que no terminaban de dar gracias, porque una nueva hermana había venido al mundo y ya había otra en camino, el 4 de abril del 96 fue el primer año de vida de Myriam y la primera salida de Natalia, año tras año celebramos la Semana Santa en Miércoles Santo. Y año tras año son los mismos nervios y la misma emoción de la primera vez

Y poco a poco pasa la vida y poco a poco nuestra vida pasa por la hermandad, con nuevas vidas, nuevos proyec-tos, y siempre cada Miércoles, hay algo por lo que dar gracias, hay algo por lo que pedir, siem-pre es punto de encuentro de los niños y niñas de San Matías que fieles a su Cristo y a su Virgen no faltan a su cita, estén donde es-tén, el Miércoles Santo se vive en San Matías.

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Miércoles Santo 2010

Fernando García García

1.- Que sea el año que mar-que un antes y un después en la vida de nuestra Hermandad

2.-Que los próximos cin-cuenta años sirvan para asentar definitiva-mente a la Hermandad, con el objetivo de la mejora constante y convertirnos así en un referente para la Semana Santa de Granada

Mª Angeles López Jiménez:

1.- Que todo salga divino, que disfrutemos y que no llueva

2.- Que la vida de Herman-dad vaya en aumento y que

seamos muchos mas hermanos.

Jorge Mario Martín Guerrero:

1.- Espero que disfrutemos de un Miércoles Santo para recordar y que tengamos una buena Estación de Penitencia

2.- Que como mínimo disfrutemos tal y como hemos hecho estos cincuenta años, que la Hermandad siga hacia delante y que todo el que llegue, lo haga con la misma ilusión de los que ya estamos aquí.

Maria José Mateo Cabello

1.-Lo único que me gusta-ría es que todos los Hermanos participáramos en nuestra sa-lida y esa participación se vea reflejada en todo el año

2.- Que yo lo vea

Fernando Linares

1.- Pues que todo salga a pedir de boca y que participemos todos los Hermanos

2.- Tenemos que implicarnos todos un poco mas, para ir mejorando y que se haga todo de forma mas coordi-nada.

Juan Alarcón León

1.-Lo principal es que haga buen tiempo y mi deseo sería completo si todo saliese muy bien

2. Pues como yo ya no viviré, espe-ro que los que si lo hagan disfruten de la Hermandad y lo hagan de una forma verdadera

Miguel Castillo Domínguez

1.- Que los hermanos se acer-quen a “trabajar” y lo hagan con mucha ilusión

2.- Pues que jamás puede faltar: trabajo e ilusión.

Magdalena Mesa

1.- Este va a ser el año en el que realice mi primera Estación de Penitencia y lo único que quie-ro es disfrutarla y que a todos nos vaya muy bien

2.-Poder celebrar y contar los primero cien años de vida de mi Hermandad

1.- ¿Que esperas de de la próxima Semana Santa?2.- Un deseo para los próximos cincuenta años

¿ Que piensan los Hermanos?

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Carta de un Hermano

Me llega a las manos vuestra publica-ción y tras leerla detenidamente, me atrevo a enviaros este puñado de sentimientos y vivencias.

Unos amigos cofrades, igual que yo, me habían convencido para dejar mi ciudad y trasladarme a Gra-nada, comentándo-me la celebración del Entierro Magno, que allí en vuestra ciudad bautizasteis con el nombre de Passio Granatens-sis, yo amante de la Semana Santa y especialmente del arte, no dude en re-correr la distancia que une Córdoba con Granada y plan-tarme allí.

La ciudad la conocía, en va-rias ocasiones ha-bía acudido a ella, pero siempre con prisas y buscando objetivos no muy relacionados con la cultura…, ese verti-ginoso ritmo no me había permitido de-tenerme a admirar su belleza.

Tras pasar la mañana caminando y mirando al cielo, nos apresuramos a colo-carnos en un sitio desde el cual pudiéra-mos disfrutar de tal grandioso evento. En

la esquina de Marques de Gerona con calle Mesones fue donde decidimos ver pasar el cortejo.

Yo no te conocía, ni tan siquiera ha-bía oído hablar de ti; te conocí por una ca-sualidad, desde aquella esquina adiviné tu

presencia, en tu minúsculo paso, el cual resaltaba tu belleza, jamás mis ojos habían visto el dolor tallado con tanta dulzura, con tanta precisión y con tanto amor. Pregunté a la gen-te que me rodeaba quien eras y de que manos habías sali-do, no tardaron en comentarme que tu advocación era Paciencia y tu au-tor era el alcalaíno Pablo de Rojas.

Te acercas-te lentamente, tal y como pasa el tiempo tras la ventana de un Hospital, te miré a los ojos y los míos no pudie-ron evitar emo-cionarse, que

belleza tan sencilla, tan real, tal dolo-rosa….te alejabas y en tu espalda, per-fectamente tallada, clavé mis súplicas y quise que te detuvieras pero no escu-chaste mis ruegos.

Tu dolorosa belleza

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Carta de un Hermano

Fui a buscarte a tu barrio, tenía que volver a recorrer tu cuerpo con mis ojos. que vol-vieron a emocionarse al encontrarse con los tuyos. Jamás había visto tanta crudeza como la que desprendían tus manos, en ese momento pensé en subir a tu calvario y soltarte de tu columna para aliviarte tus heridas, y observar palmo a palmo la perfección de tu talla y la realeza de tu dolor, pero en ese momento tu paso se levanto, alejándote de nuevo, en ese instante te pedí por mi hijo, agarre su mano y sonrió.

El había nacido diferente al res-to de niños, necesitaba de ayuda para hacer prácticamente todo, los médicos no le ponían nombre a su minusvalía, pero mi niño era feliz y eso nos daba ánimo a su madre y a mi para seguir adelante, ahora pasados los meses mi hijo anda, se mueve y comienza a no necesitar ayuda para prácticamente nada…..seguramente no fueras tú el autor de tan magno milagro pero yo por si acaso te estaré eternamente agradecido y cada Miércoles Santo, acompañado de mi hijo, te veré ale-jarte por Marques de Gerona, mien-tras yo me quedo allí, contemplando tu dolorosa belleza.

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Grupo de Teatro

Casi sin recupe-rarnos de las actua-ciones de unos meses atrás, y empezando a asimilar que tene-mos que ponernos las pilas de nuevo, por fin ha llegado el mes de Septiembre, y se produce una primera llamada de teléfono, o cadena de e-mails. La dire (Mª Carmen Sáez) nos encarga hacer recuento de los actores con los que contamos este año, y tenemos una primera reunión (que sue-le resumirse en unos cuantos refrescos en cualquier terracita al fresquito, hablando de todo menos de teatro; son muchos meses y hay que ponerse al día).

Por fin sabemos el número exacto de gente que va a participar este año. Ahora toca buscar una obra que nos sea posi-ble adaptar a los que estamos y a nues-tros recursos. Y aquí llegó lo realmente genial: de pronto se nos ofrece un guión escrito por un conocido: Alejandro Sal-daña. "Historia de un robo bobo" resulta ser una obra fresca, divertida y amena, e incluso un reto por ser tan distinta a otras representaciones. Tras una adaptación de los personajes y unos últimos retoques al argumento, manteniendo una estrecha re-lación con el autor (cosa que antes no nos había pasado), comienzan los ensayos cada viernes, preparativos de vestuario y decorados, y la cervecita que Antonio García nos prepara después de cada en-sayo, llena de risas, comentarios, anécdo-tas... y jamón...

Ya tenemos el teatro reservado. Final-mente serán los días 16, 17 y 23 de Ene-ro. A nuestra Hermandad, GAEN y Cáritas Diocesana de Granada irán destinados los beneficios de este año, respectivamen-te. Comienza la cuenta atrás. Los nervios van haciendo acto de presencia conforme se acerca el día del estreno. Afianzar los papeles, los últimos retoques a los prepa-rativos y ensayar por fin en el propio tea-tro significa que la fecha está cerca y que ya no hay tiempo que perder. En Navidad se aprovechan los días de vacaciones y los ensayos son más frecuentes. Y así, entre nervios y mosqueos (fruto de los mismos nervios) llega por fin el día del estreno.

16 de Enero de 2010, Sábado, 09.30 horas_ Lalo (nuestro querido técnico de luces y sonido, personal del propio centro) abre la puerta lateral del teatro del Centro Cívico del Zaidín. Después de varios días de intensas lluvias, nos ha amanecido un día soleado, quizás el primer día soleado de 2010. Y allí estamos, entrando uno a uno, cargados de bolsas llenas de vestidos, guiones, jarrones, pelucas, disfraces, y el

Diario de una buena obra

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resto de accesorios que nece-sitaremos unas horas después (incluido un toro negro con campanillas y banderillas con los colores rojo y amarillo, indispensable en todo hogar español rancio que se precie).

Durante la mañana, ulti-mamos los detalles del deco-rado y pretendemos hacer un ensayo general medio serio. Imposible. El atrezzo sí queda listo, pero lo del ensayo... Llegada la hora de comer, se improvisa un almuerzo en un bar de tapas cercano, un café, una visita al supermercado para com-prar algo que nos alegre la tarde antes de salir a escena, y volvemos a la tarea cuanto antes. El ensayo de después de comer es el último antes de la representación y, por lo general, el que peor sale. Es cuando hace-mos perder los nervios a nuestra querida di-rectora (¡y a veces ella a nosotros también!), y sacamos de ella frases como "¡yo así me niego a hacer ninguna obra! ¡Por Dios! Pero ¿¡qué os pasa!?"... aunque en el fondo sabe que concentrarse a tan pocos minutos de la hora punta es muy difícil, y nos encomienda

a Jesús de la Paciencia y María Santísima de las Penas, porque sabe que ellos nos ayuda-rán a que todo salga bien.

Comienza la sesión de maquillaje, pe-luquería, vestuario, el "¿quién tiene sombra de ojos azul?", "¿dónde están mis zapatos?", "pruébate estos pendientes a ver cuál te combina mejor", "Y a los chicos, ¿no nos maquilla nadie?" y las frases imprescindi-bles en una tarea como ésta. Desde una hora antes de la representación, Sergio, interco-municador en mano, va entrando cada tres minutos repitiendo siempre la misma frase: "¡Dos minutos y a escena!", tras lo cual se oye siempre un murmullo nervioso y algún que otro insulto hacia su persona (siempre desde el cariño). Quedan quince minutos y

aún no estamos todos preparados. La veteranía hace que nos lo to-memos con calma y terminemos de arreglarnos dos minutos antes de empezar. A través del telón ya cerrado, escuchamos el jaleo del público que comienza a llegar y a ocupar sus asientos. A escondidas para que desde fuera no se vea, alguno no puede evitar asomarse por una rendija del terciopelo a ver la gente que entra por la puerta, y hacer balance del lleno o no de las butacas. Queramos o no, ése es un

Grupo de Teatro

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dato que nos interesa a todos y del que de-pende mucho el ánimo con el que salgamos a escena.

Estando ya a punto, nos reunimos to-dos (actores, dirección, atrezzo y demás colaboradores) para hacer una oración en la que nos acompaña nuestro Hermano Ma-yor, que nos da sus mejores deseos de que todo salga bien.

"Señoras y señores, la función va a comenzar". El silencio se hace hueco en la sala, y cuando el público ya está acomoda-do, Sergio traspasa el telón para dar la bien-venida y las gracias a los asistentes, y expli-ca brevemente la preparación y el objetivo concreto de realizar la obra de teatro. Tras esto, Lalo abre por fin el telón. Y comienza.

Durante hora y media, y como por arte de magia, Alejandro Saldaña ve su obra he-cha realidad. Lo que un rato antes había sido un caótico espectáculo de gente intentado parecer un grupo de teatro en un ensayo ge-neral, y una directora subida por las paredes,

de pronto ha tomado forma y orden y, sin saber cómo, van transcurriendo las escenas una tras otra y todo va saliendo bien.

Es increíble cómo una simple cortina negra puede dividir dos espacios en los que suceden cosas tan distintas. En escena, al-gunos están metidos en su personaje y van dando forma a un montón de papeles escri-tos a ordenador. Detrás de la cortina otros entran y salen, se preparan, repasan un tex-

to, dan una última instrucción a su compañero de escena, o se ríen de las pintas de unos y otros. El siguiente en salir a escena ya está preparado jun-to al apuntador que le va a dar la entrada. El que ha acabado su turno sobre las tablas entra sofocado y se prepara para su siguiente intervención.

Pero en realidad, la ma-gia del teatro no reside en el trasiego de los preparativos, en un decorado más o menos trabajado, ni siquiera en este

jaleo de gente entrando y saliendo. Lo verdaderamente mágico tiene lugar en las miradas de las personas que están hacien-do escena en ése momento. Es maravillo-so tener frente a ti a otro como tú, saber qué tienes que decirle y tener la seguri-dad de que te va a responder. Poder, con un gesto, echarle una mano si se atranca con el texto, improvisar un movimiento sabiendo que él lo va a entender, aguantar la risa cuando de pronto inventa algo que no estaba en el guión. Es mágico cuando estás ahí en medio con alguien en quien confías plenamente, y no necesitas más que una mirada para hablarle.

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Por supuesto, también es mágica la comunicación con el público, que te va guiando para que hagas lo que quieren ver. Aunque desde la escena no se ve más que dos o tres filas de buta-cas, sentir el murmullo, las risas y el entusiasmo de la gente que te está viendo hace que tu actua-ción quizás no tenga nada que ver con ninguno de los ensayos, y de pronto vas modificando tu personaje para darle al público lo que te está pidiendo. Por ello, no hay dos representaciones iguales.

Así ha ido transcurriendo la hora y me-dia que ha durado nuestra primera represen-tación. Se cierra el telón y ahora todo se con-vierte en abrazos y felicitaciones, y alguna que otra visita a los vestuarios de alguien conocido. Estamos realmente contentos, porque creemos que ha sido un buen trabajo.

17 de Enero de 2010, Domingo, 16.30 horas _ Vuelta a empezar. Se repite todo el protocolo, pero algo cambia el guión de la tarde. Toma forma la idea que alguien tuvo ayer: colaborar con Haití. Durante diez años estamos ofreciendo ayuda a gente que lo necesita, donando los beneficios de nues-tro trabajo a causas benéficas. Y este año, desgraciadamente, ha comenzado dándo-nos un potente motivo por el que trabajar. Las fechas de las funciones están cerradas (16, 17 y 23), y los beneficios ya están ad-judicados, pero... ¿y si buscamos otro día? ¿Y si estuviera libre el teatro el Domingo 24, y podemos aprovechar que lo tenemos todo montado para hacer una función más? ¿Y si llegamos más allá y, en vez de una

sola función, hacemos dos el mismo día? Nada es un obstáculo para nosotros. Efecti-vamente, el teatro está libre el día 24, pare-ce que nos estaba esperando. Con la ilusión que nos produce haber improvisado todo esto en un rato, salimos a escena y la obra hoy es otro gran éxito.

Transcurre una semana de locos. No es fácil organizar un evento así en sólo cinco días, pero lo hemos hecho. Colocamos nue-vos carteles, hicimos nuevas entradas (300 para cada función) y trípticos, contactamos con Cadena Ser, Onda Cero, el periódico, el programa cofrade de TG7, enviamos pu-blicidad por e-mail, Tuenti, Facebook, en foros y en la página web de la Asociación... Las entradas se están vendiendo mejor de lo que esperamos. Para la función de las 19.30 están casi agotadas aún a cuatro días de la representación. La Fundación Docete Omnes y el Colegio de los Agustinos están colaborando con nosotros y la difusión está siendo un éxito.

23 de Enero de 2010, Sábado, 16.30 horas _ Hoy actuamos para Cáritas Dio-cesana de Granada. Tras una semana corta pero muy intensa, la tarde transcurre como

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estaba previsto. La obra sale adelante, el público ha disfrutado viéndola y Cáritas ha recaudado un dinero que, seguro, será bien empleado en estos tiempos por los que es-tamos pasando. Tras la función, nos arre-glamos y nos vamos a cenar todos juntos... ¡que no todo va a ser trabajar!

24 de Enero de 2010, Domingo, 15.30 horas _ Es el día del gran reto. Tenemos curiosidad por saber lo que se siente ac-tuando ante un patio de butacas a rebosar (no, nunca nos había pasado, aunque ha-yamos estado cerca). A las 16.30 se abren las puertas y comienza a entrar la gente. Pasadas las 17.00 se abre por cuarta vez el telón para nosotros, y comenzamos. Hay caras conocidas, muchos vienen por segunda, tercera e incluso cuarta vez a ver esta obra, y eso nos da mucha fuerza mientras actuamos. El público está pa-sándolo bien y la recaudación está sien-do un éxito. Tras esta primera función de hoy, tenemos casi una hora para volver a cambiarnos, recomponer el decorado y empezar otra vez. A las 19.20 el patio de butacas ya está lleno. Nos llegan noti-cias de que se está quedando gente en la puerta porque ya no hay más entradas. A pesar del cansancio que acumulamos por

la primera actuación, la euforia es el sen-timiento común entre todos los que es-tamos detrás del telón. Salimos a escena con más energía y ganas de hacerlo bien que nunca, y es algo que todos los que nos están viendo también notan. Es un círcu-lo cerrado: nuestra euforia nos entrega al público, el público lo recibe, lo agrade-ce y nos lo transmite, y así nosotros nos crecemos aún más sobre el escenario. Sin duda, ha sido la experiencia más bonita en estos diez años de actividad. Aunque lo mejor estaba aún por llegar...

Unos días después, cuando ya todos estamos más tranquilos y ha terminado toda esta odisea, nos toca hacer las cuentas para saber cuánto dinero vamos a enviar a Haití. Superamos todas nuestras expectativas. En una tarde... en una sola tarde... en un rato...

¡¡Hemos recaudado 4.949,84 €!!

Y nos apetece tanto redondear la cifra que nos pro-ponemos poner no-sotros mismos lo que falta. Así que... ¡5.000€ rumbo a Haití!

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Tertuliando con...

Cuando cada Miércoles Santo, se hace el silencio en la calle San Matías y comienzan a adivinarse los primeros sones de Saeta, todos los hermanos de la Hermandad recono-cemos a “nuestra” banda, esa que lleva veinte años acompañándonos con sus compases albaicineros , que comenzaron a formarse a allá por un lejano Septiembre del año 1979, es decir, la Agrupación Musical María Santísima de la Estrella acaba de conmemorar su trigésimo aniversario y desde Paciencia y Penas queremos felicitarlos y rendirle un me-recido homenaje.

El año 2009 quedará en la memoria de todos los componentes de la agrupación, ya que han vivido intensamente la celebración de esta efeméride, muchas han sido las vivencias experimentadas, según nos comenta su director, Roberto López, “ sería difícil poder elegir tan solo un recuerdo, pero si tuviera que hacerlo me quedo con uno y es lo vivido entre los componentes( a nivel interno) cuando celebramos nuestro concierto en el emblemático escenario del Teatro Isabel la Católica(tal y como se hizo en 1980).Cuando finalizó el acto la emoción se apoderó de todos nosotros, quedando siempre sellado en nuestros corazones…”

Desde sus comienzos como Banda de Cornetas y Tambores han pasado por sus filas cerca de mil componentes, atravesando en ese tiempo por diferentes etapas, “ac-tualmente los sones de Agrupación están de moda, gracias a sus “nuevos” sonidos y marchas mas estructuradas, de ahí que podamos afirmar que a día de hoy vuelven los platillos con mas fuerza que nunca, aunque no podamos olvidarnos de aquellos lejanos años noventa en los que las agrupaciones musicales lo pasamos muy mal, hasta el punto que algunas de ellas se vieron obligadas a desaparecer, nosotros decidimos apostar fuer-te y seguir con nuestro estilo, gracias al apoyo de Hermandades como Las Penas o el Resucitado de Regina Mundi, que siempre fueron fieles y confiaron en nosotros”

Ellos vieron como su Hermandad de la Es-trella los acogió y los formo desde su inicio y hasta la fecha, no en vano, D. Francisco Martí-nez Ladrón de Guevara(antiguo Hermano Ma-yor de la corporación albaicinera) les ha ayu-dado siempre que lo han necesitado, sin olvidar también a D.Joaquin Tesifón, o como ellos lo conocen cariñosamente, el “maestro Quiny”, ese amor que ellos han palpado durante años se ve reflejado cuando emocionados te afirman que no cambian por nada el poder acompañar cada Jueves Santo a Nuestro Padre Jesús de la Pasión musicalmente, no hay cosa mas grande para nin-gún miembro de la Agrupación.

30 años de historia

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...Agrupación Musical María Stma. de la Estrella

Para un músico es muy duro pasar un año entero ensa-yando, pero según nos comenta Roberto “compensa totalmente, en especial lo que se vive inte-riormente, poco o nada tiene que ver con las vivencias de cual-quier otro hermano de la Her-mandad. Yo siempre le comento a mis compañeros que todos los momentos que se pierden duran-te un año (familia, amigos, ocio, etc….) después ven sus frutos en una sola semana y poder vivirlo desde atrás, desde la trasera de un paso, es una estación de peni-tencia única”

La Hermandad ha sido testigo silente de la evolución de la Agrupación, veinte años de unión dan para mucho, se ha pasado por años mejores y por años mejorables, pero la unión entre cuadrilla y banda es total, y eso quedó demostrado en la Passio Granatenssis y mas aún cada Miércoles Santo, pero si hay un momento especial e irrepetible para la banda y por supuesto también para la cuadrilla, ese es la vuelta por la calle San Matías, “es uno de los momentos que mas esperamos durante el año y que cada año se supera lo vivido…es un momento único, en el que puedes encontrar muchos ex componentes de la Agrupación porque ellos saben como nadie lo que sucede ahí. La fusión entre cuadrilla y banda se hace hay mas patente que nunca, todos somos uno, con el mismo sentimiento, y con el mismo fin lo mas importante viviendo al minuto lo que veníamos esperando desde hacia un año. Los labios ya no están dolidos, los cuerpos no están cansados y parece que sobre sus hombros el Señor de la Paciencia no pese tanto”

Esta Semana Santa se presenta bien para la Agrupación ya que conservan todos los contratos del año pasado e incluso alguno más y es que “los proyectos no quedaron pa-rados con el XXX Aniversario, seguimos renovando nuestras ideas y gracias a la sabia nueva que llega al seno de la formación, continuamos afrontando que nos hagan mejorar un poco más año tras año. Este año sumamos diez nuevos componentes a la Agrupación, pasando a ser un total de sesenta” , nos comenta Roberto, director de la Agrupación.

Cunando les preguntas por un sueño de cara al futuro, cada uno tiene el suyo, como es normal, pero es especial, por su carga sentimental el desea del caja y director de la Agru-pación, “ lo que mas ilusión me hace es poder ver algún día a mi hijo compartiendo filas

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Tertuliando con...

conmigo….la generación que viene de hijos nuestros cada día está mas cerca y dentro de poco compartiran formación con nosotros, de hecho, muchos de ellos asisten a los ensayos para acompañar a sus padres, tal y como hizo en su día el joven Cristian Fornell, que con tan solo cuatro años acudía a nuestros ensayos para acompañar a su hermano….hoy con catorce años, es uno mas de nosotros y toca la caja como si llevara toda la vida haciéndolo”.

La Agrupación cuenta en su repertorio con “clásicos básicos”(como a ellos les gus-ta llamarlos) pero si por algo se identifican es por su amplio número de composiciones propias, destacando “Una estrella te consuela”, “Angustia en tu mirada”, “Un costal de Pasión” o la recientemente estrenada “Christi Passio”, dedicada al Señor del Rescate, esta es la linea que ellos se han marcado, con la cual aspiran a tener una identidad propia, si es que ya no la tienen.

En pocos días volverán a formar tras el Señor de la Paciencia y para ese día tienen un deseo “que la lluvia no aparezca y podamos disfrutar de una muy buena estación de peni-tencia, donde seguro disfrutaremos, como siempre, la cuadrilla y su banda….Desde aquí queremos felicitar a todos los hermanos de Paciencia y Penas por el cincuenta aniversario, estamos seguros que todos lo vivirán intensamente y os podemos asegurar que “vuestra” banda os va a sorprender”.

Suena la Marcha Real, el Señor está en el Altar Mayor, comienza el sueño, un sueño que durará trescientos sesenta y cinco días, la banda sonora de ese sueño la interpreta, como no podría ser de otro modo, la Agrupación Musical de la Estrella.

Felicidades y gracias por marcar el son al caminar del Señor.

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Cofrades y Cofradías

La tragedia, que siempre parece cebarse con los más pobres, despierta nuestra con-ciencia del letargo al que la vida diaria la tiene relegada.

La crudeza de la realidad que con frecuencia nos presentan los medios de comunica-ción, nos hace caer en la cuenta de lo urgente y necesario de ponernos en marcha y dispo-sición de ayuda para aportar lo mejor de nosotros mismos en favor de nuestros hermanos. En un primer momento nos alarmamos ante la necesidad inmediata de los damnificados por la tragedia, posteriormente, a poco que reflexionemos y sepamos verlo, caemos en la cuenta que pequeñas tragedias personales nos rodean y claman en silencio cada día en nuestro entorno mas cercano. Y si ya somos capaces de hacer un ejercicio a más largo pla-zo nos daremos cuenta que catástrofes como la del Tsunami, la de Haití, una vez pasado su etapa clamorosa, de consternación y movilización general, se acrecientan mas aún si cabe, una vez que la normalidad se va asentando, se terminan las ayudas y subvenciones, se retiran los cooperantes, en definitiva cuando la desgracia deja de vender y de ocupar horas de programación en los medios, quedando tan solo la cruda realidad y los sufrimientos personales de quienes han perdido hasta la esperanza. Precisamente es en ese momento cuando mas hace falta nuestra ayuda.

Las más de ciento cincuenta mil vidas segadas recientemente por un terremoto no puede ser el simple resumen de la tragedia, sino que hemos de apreciarla en toda su di-mensión, teniendo en cuenta a todos aquellos a los que no les ha quedado otro bien que su propia vida, su propia soledad, su miseria entre un desolador panorama de muerte, carencias y dolor.

Las anteriores afirmaciones, aunque puedan parecer recurrentes, tópicas y excesi-vamente frías ante la magnitud de unos sucesos que a todos nos han dejado una pro-funda huella en el corazón, no encaja o no debiera encajar en el fondo con la profunda conciencia social que desde su propio origen y por su propia naturaleza inspira al mo-vimiento cofrade.

Es lógico que ante el dolor desbordante de la tragedia, nuestra reac-ción inicial sea compa-siva ante el sufrimiento ajeno y una predisposi-ción inmediata a cola-borar en la medida de nuestras posibilidades a través de los medios y las entidades que los ar-ticulan.

Hermandades y Caridad Luis Recuerda Martínez

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Cofrades y Cofradías

Pero como cofrades, como Iglesia, hemos de ser concientes que nuestra reacción, por encima de la natural compasión humana, debe inspirarse en el amor al prójimo y debe encauzarse en el ejercicio de la caridad, como uno de los pilares básicos sobre los que se asientan las hermandades. Amor al prójimo que ha de llevar la cercanía del Amor de Dios a quienes sufren.

Como la propia Iglesia, porque Iglesia son las Hermandades, e Iglesia somos los cofrades, nos asentamos sobre tres pilares, ejes fundamentales de la eclesialidad cofrade: La acción caritativa y social, a favor de nuestros semejantes desfavorecidos, el culto y la formación, no pudiendo entenderse uno sin el otro y conformando en unida la sólida roca que ha de sustentar nuestra vivencia cofrade. La caridad, el amor al prójimo que dimana directamente del Amor de Dios, nos urge a compartir, a servir y atender a nuestros herma-nos mas desfavorecidos.

En el mundo cofrade, a nadie se le escapa el hecho objetivo de la importancia de la conciencia social, que deriva desde los más remotos orígenes de nuestro carisma.

Hermandades gremiales, hospitalarias, confraternidades de barrio o parroquia han sido históricamente artífices impulsores y protagonistas de la acción caritativa y social de la Iglesia cuando la propia Iglesia no disponía de otros medios para articularla. Acción caritativa llevada a cabo en primer lugar entre los propios cofrades, para posteriormente articularse y extenderse en el ámbito del entorno mas próximo territorial –la Parroquia- y funcional –el gremio o colectivo-.

La asistencia a los enfermos, la acción frente a las epidemias, y hambrunas, el ente-rramiento de los más pobres, la redención de presos, junto con la propia articulación de la enseñanza de los oficios tradicionales de los colectivos que conformaban la corporación, son simples ejemplos de la inquietud de la conciencia social de las Hermandades.

La Doctrina Social de la Iglesia, que cobra una especial dimensión a partir del S. XIX, ha venido a consolidar doctrinal y documentalmente lo que ya históricamente era una realidad cofrade, por cuanto señala que todo el pueblo de Dios estamos llamados a intervenir activamente a favor de los demás, no por una simple motivación compasiva, sino por el imperativo del Amor.

Las Hermandades han visto siempre en el servicio a los necesitados un camino de encuentro con Cristo, un servicio desinteresado y movido por la única recompensa que nos proporciona el compromiso con nuestra fe. Para esto los cofrades somos unos privile-giados, como cristianos a pie de obra, imbricados profundamente en la sociedad, amplia-mente distribuidos en todos sus sectores y con la ventaja de la cercanía, la proximidad a los necesitados, a los que sufren y a quienes padecen la cruel invisibilidad que impone la sociedad actual.

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Cofrades y Cofradías

Las Bolsas de Caridad de nues-tras Hermandades, que surgen arti-culadas y estructuradas como tales allá por la segunda década del S.XX, nacen como un avanzado dispositivo de acción caritativa y social, de aten-ción inmediata, de escucha y acogida cercana. Aunque su denominación ha quedado gramaticalmente algo desfasada, lo cierto es que en lo con-ceptual no es así, por cuanto como tales las Bolsas de Caridad fueron pioneras en su forma de articularse de lo que con posterioridad han ido asumiendo las Cáritas Parroquiales, e incluso en un primer momento los servicios sociales de la administra-ción. Un asistencialismo inicial, una beneficencia institucional, hoy día

transformada en un punto de acogida del hermano –en el amplio sentido del término-.

Conviene eclesialmente la articulación e integración de las propias bolsas de caridad en el plano Parroquial con las Cáritas Parroquiales, donde existan, bien sea en un plano de estrecha colaboración o lo que sería mas deseable de integración, para llevar a cabo una acción coordinada mas eficaz.

¿Qué mejor semilla para la constitución de las Cáritas parroquiales en aquellas Pa-rroquias donde no existan que la de un grupo de cofrades, cristianos comprometidos con su fe, prestos a ejercer su compromiso y a difundir el evangelio mediante el amor al pró-jimo?.

Todo lo anterior no quita, sino bien al contrario, nos sitúa en una mejor disposición para poder hacer frente y dar una adecuada respuesta –dentro de nuestras limitadas po-sibilidades- ante acontecimientos de tal magnitud que nos desbordan emocional y en lo humanamente racional. Tragedias como la de Haití o la que en cualquier rincón de nuestro propio barrio puede estar viviendo cualquier vecino han de llamar a nuestro corazón co-frade y nuestra respuesta no puede ser otra que la de una misericordiosa levantá al cielo para dar la mejor y más larga chicotá de amor.

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Via Crucis extraordinario

Una vieja capilla de Hospital

Ntro. Padre

Las paredes de una vieja y fría capilla siguen preguntando por ti, echan de menos tu dolorosa belleza, tu primorosa dulzura y el reflejo de tu sinuosa espalda, te recuerdan amoratado, inundado de dolor y suplicando un perdón eterno.

Por unos días vuelves al pasado, ese que me lleva a mi infancia, a primeros Domin-gos de mes, a visitarte en días de angustias y encontrar tu puerta cerrada, a santiguarme al pasar por una Basílica señorial de puertas cerradas, que me hacía imaginarte en tu infinita soledad y buscar en el letargo de mi inocencia tu recuerdo.

Esas paredes saben de Pablo de Rojas, de retintes en paños de pureza y de amoratadas heridas escondidas tras el paso de los años, esas paredes saben de súplicas de Hermanos por tu autenticidad, no por una fría copia por puntos que me hiciera perder el sentido de mi fe, esa que te busca desde mi lejana infancia, esa que te recuerda un Domingos de Cua-resma atravesando las calles de una Granada ansiosa de palmas allá por San Andrés, esas paredes saben de primeros amores, de sueños labrados en días de eternas travesuras, esas paredes saben de promesas incumplidas y de otras que nunca se podrán cumplir.

En pocos días volverán a intuirte, presagiaran tu presencia y adivinaran tu silente llegada, sabrán que eres Tú, aquel que oyó las plegarias de enfermos y necesitados, de

efímeros visitantes y de hermanos celosos de esas pa-redes que hoy te reciben con cánticos de añoranza y plegarias de angustias. Y es que vuelves a tu casa, a esa que te acogió con los brazos abiertos y que te despidió con recelosas lágrimas, sabiendo de tu vuelta, fugaz pero eterna.

Eternamente quedará en nuestros recuerdos las Funciones Principales en esa vieja y fría capilla, mu-chos fuimos los niños que allí te conocimos, que nos pusimos allí la medalla de nuestra Hermandad, que juramos devoción a tu advocación, esa que ahora in-culcamos a nuestros hijos, ahora unos cuantos años después, celebraremos muy cerca de allí, exactamen-te en la Basílica de San Juan de Dios, el acto más importante de nuestra Hermandad (dejando a un lado nuestra Estación de Penitencia), pero en esta ocasión, mientras eso sucede, cerca, muy cerca, cuatro paredes añorarán tu presencia, esa que por muchos años nos costó padecer a todos los que ahora te encontramos junto a Ella, en la que por siempre será tu casa, la Parroquia de San Matías.

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Solemne Via Crucis

Jesús de la PacienciaNtro. Padre

Tendrá lugar el Viernes de Dolores, día 26 de Marzo de 2010, comenzando a las 20:00 ho-ras, iniciándose el recorrido desde la Basílica de San Juan de Dios y culminando en la Parro-

quia de San Matías. Dicho Via Crucis será presidido por la imagen de :

A su termino se procederá al traslado de la Bendita Imagen a su paso procesional para la Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral del próximo Miércoles Santo

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La Imperial y Venerable Hermandad Sacramentaldel Apóstol San Matías e Ilustre y Fervorosa Cofradía de

Nuestro Padre Jesús de la Paciencia y Maria Santísima de las Penas

establecida canónicamente en la Parroquia de San Matíascelebrará

Solemne Quinarioen la Basílica de San Juan de Dios

presidido por la imagen de

Nuestro Padre Jesús de la

PaCIENCIaDará comienzo el lunes 15 de Marzo a las 19:30

con el rezo del Santo Rosario y Ejercicio del Quinario.a continuación, celebración de la Santa Misa, estando la

predicación a cargo de:

Iltmo. Sr. D. Juan José Hernández, Rector de la Basílica de San Juan de Dios

El Domingo 21 de Marzo a las 12:30 horas

FUNCION PRINCIPAL DE INSTITUTOAntes del ofertorio, hará la Hermandad Pública y Solemne Protestación de Fe Católica, voto y

juramento de defender los Dogmas y Misterios de nuestra religión, así como la promesa de defender y cumplir las reglas. Durante este acto se procederá a la imposición de medallas de la Hermandad

a todos aquellos nuevos Hermanos que lo deseen.

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La tribuna de los pobres

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Mi primer recuerdo de una casa con sabor cofrade lo tengo cuando a los ocho años me empeñé en salir de penitente en aquella Semana Santa de 1974. Obstina-damente le insistía a mi madre y a mi tía. Ellas, sin conocer a nadie, fueron pregun-tando y preguntando hasta encontrar un cofrade y terminaron por contactar con el hermano mayor de la Santa Cena. Entonces nos citaron en una casa señorial con patio de la calle Puentezuelas, donde después de revisar los armarios y comprobar que no quedaban túnicas de penitente nos ofrecieron salir de monaguillo. Nos nega-

mos pues mi empeño, y el de mi hermano Alberto, era el de desfilar como penitentes e insistimos en cumplir nuestro sueño de participar desde dentro en la Semana Santa.

Después de no pocos esfuerzos, mi madre lo-calizó el lugar de reparto de túnicas de la herman-dad de las Penas. Era un buen piso, que debía estar cerca del Ayuntamiento en lo que mi memoria de niño ubicaba, amplio y de techos altos donde en su recibidor una señora elegante, de edad avan-zada, nos recibió muy educadamente. Después nos sacaron de un baúl y probaron unas túnicas de raso morado con un olor mezcla a vieja igle-sia y naftalina, aunque a mi aquellos efluvios me parecieron el mismísimo incienso de la Semana Santa. La ilusión de aquella tarde fue inolvidable, más aún que la de los Reyes Magos y es que, a los cofrades, estas cosas son las que más nos emocio-nan. Aquella noche nos probamos varias veces los hábitos y nos paseamos por el pasillo de casa. Nos sobraban varias tallas en mangas y bajos pero mi madre hizo milagros.

Hoy día todo es diferente. Ahora a nuestros hi-jos los metemos desde que nacen en este ambiente. Los vestimos de monaguillos desde bebes. Sin em-bargo, en aquellos años para un niño poder acercar-se al mundo fascinante de las cofradías resultaba difícil si tu familia no era cofrade. No había tantos cofrades como ahora, y existía mucha menos información en los medios de comunicación.

Aquel Miércoles Santo fue único e inolvidable. Te acercabas en coche hasta el centro y aparcabas cerca de la iglesia. ¡Qué tiempos! Salías vestido, que no tapado. Tampoco ha-bía esa buena costumbre de cubrirse desde la salida de casa y deambulabas con el capirote bajo el brazo por las calles hasta el templo. Ibas acompañado de tus padres que te dejaban

Nací como cofrade en las Penas Fernando Egea Fernández-Montesinos

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La tribuna de los pobres

en la puerta casi más nerviosos que tú. Entrar en la iglesia y verte rodeado de penitentes revestidos, y descubrir los pasos montados te provocaba un gusanillo por el estómago que te sobrecogía. Después salías ya tapado emocionado y algo tambaleante bajo la puerta de San Matías y tanteando cada peldaño de la interminable escalinata, nervioso, asustado y capiroteando. Capiroteando ya que era la primera vez que uno llevaba el cartón sobre su frente y aquello se movía mucho, se hincaba en la sien y te dejaba a ratos sin poder ver nada de nada. Poco a poco entendías la utilidad del cordón que se ataba a la barbilla y el

motivo de llevar la mano pegada en el rostro, que no era otro que ayudar a ubicar los agujeros de la tela en los ojos. Quizás lo más emocionante de aquella aventura penitencial era darte cuenta de que nadie, excepto tu madre, te reco-nocía por las aceras. Otra sensa-ción nueva, ser invisible por unas horas en las calles más céntricas e históricas de tu ciudad. Después de Navas, entonces llena de sillas, se entraba solemne a la plaza del Carmen, donde un mayordomo te decía siempre que guardaras la distancia ya que llegábamos a tribuna. En aquellas edades uno confundía el poder municipal con el Federativo y Eclesial, y pensa-ba que en Tribuna debían de estar todos los poderes fácticos del Es-tado español.

Después no se iba hasta la Catedral sino que se subía por Reyes Católicos hacía arriba. Allí recuerdo como anécdota como un niño se acercó a arrancarme un precioso chupón de cera y me bastó un ronco bufido bajo el ca-

pillo para asustarlo y que saliera a la huida, cual perro apedreado, y es que un capillo impone mucho. Después descubrí el encanto de la llama de un cirio encendido chispeando en el pabilo. A lo largo del recorrido mi madre aparecía y reaparecía con el bocadillo, amor de madre que entonces no entendías, pero uno siempre se resistía a comer hasta encerrar a los Titulares. Entonces y a pesar de ir tapado, terminabas tramando amistad

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con la pareja de penitente que te había tocado en suerte. Y digo bien tocado en suerte pues eso de organizar la hermandad por la antigüedad llegó años después. Entonces nos colocaban sencillamente por estatura, los bajitos delante y los altos detrás. El dolor del brazo al sostener horas el cirio te llevaba a una complicidad especial con el naza-reno que hacía de pareja y después de varios intentos mirando de reojo al mayordomo lograbas cambiar de lado para aliviar el esfuerzo. En aquellos años la Hermandad era la más nueva en Granada, llevaba en la calle sólo quince, y la gente preguntaba una y otra vez: “Niño, ¿está cuál es?”. Las Penas respondías una y otra vez. Hasta que algún gracioso te decía con una guía en la mano: “¡No, dime el nombre completo!”. Aquello era demasiado, menos mal que nadie descubría como te ruborizabas.

El segundo año, en 1975, volvimos a salir mi hermano Alberto, un primo y yo, y recuerdo que con los guantes, que uno llevaba ya puestos desde casa, perdí el tacto y debió caérseme la papeleta de sitio por la calle San Matías pues al llegar al templo no la llevaba. Que mal rato, con las lágrimas a flor de piel temí no poder salir. Menos mal que las cosas no eran tan estrictas entonces y pronto me colocaron en filas con mi cirio. En aquellos años la Virgen iba sin palio y su estética era totalmente distinta. Sin embargo, las Penas im-ponía, era y sigue siendo una Señora de elegancia y devoción. Aquel año no salió el Cristo, cosa de la que te enterabas al llegar a la iglesia y no antes. Mirabas y mirabas y no en-contrabas a Jesús atado a la colum-na. Pensabas que hubiera otra de-pendencia en San Matías bajo la que estuviera escondido el paso, fanta-sías de niño. Después, por las calles, la gente te preguntaba: ¿por qué no sale el Cristo, niño? Y uno no sabía qué responder. Debía estar entonces en ciernes la primera restauración moderna de la sublime talla de Pa-blo de Rojas. ¿Cuántas veces lo habré visto desde entonces? Siem-pre obra maestra, siempre amable y siempre hablándome. Imagen a la que desde entonces miro con un cariño especial y le rezo pensando en mis hijos cofrades de ahora y en el niño que fui.

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Saeta en San Matías

Queridos Reyes Magos:

Mi madre me dice que sois una ilu-sión y por eso yo creeré eternamente en vosotros, solamente tengo once años, que son los mismos que llevo perteneciendo a mi Hermandad, aunque mis padres no contaron conmigo para ello, estoy muy agradecido por tan sabia elección, este año tengo claro lo que os voy a pedir: quiero ser mayor, si mayor, quiero ser costalero de mi Hermandad y disfrutar con mis amigos de mis ensayos y de po-der llevar el Señor que me ha visto crecer, se que el sueño va a tardar en cumplirse, pero dejarme que siga soñando, mientras tanto acompañaré a papá a todos los ensa-yos y me meteré debajo del paso cuando se quede vacío e imitaré a los mayores dando pasos largos o cortos, según sea

la música, eso me dice mi padre, y esos pasos, me llevarán a cumplir mi sueño….este año mientras tanto, dejarme un hábi-to morado, que es el color de mi Herman-dad, que mi amigo Gonzalo y yo vamos a salir de nazarenos por primera vez.

Queridos Reyes Magos:

Por fin os escribo esta carta, que por cierto creo que va a ser la última. Hoy cumplo dieciocho años y ya no os voy a pedir ser mayor, ya lo soy, o por lo me-nos lo suficiente para ser costalero, una cosilla tengo que deciros, sé quien sois, aunque para mi seguiréis siendo eterna-mente una ilusión. Quiero una faja mora-da y unas albarcas, como las de mi padre y como las que tiene Gonzalo, creo que a el le hace mas ilusión que a mi, si es que eso es posible, pero lo veo ya nervioso y eso que aún quedan tres meses, espero que todo nos vaya bien, seguro que si. Mi padre nos habla de sencillez y humildad, de disfrutar y respetar y de saber de don-de venimos y a donde vamos (esto último no lo entiendo muy bien, pero el se pone

muy serio cuando me lo dice).No me lo puedo creer voy a ser costalero de mi Hermandad y poder sacar a mi señor

Queridos Reyes Magos:

Hoy cumplo treinta y cinco años y aunque llevo tiempo sin escribiros hoy necesitaba hacerlo. Mi hijo, que tan solo tiene tres años, me comienza a decir que quiere ser costalero y por este motivo os escribo, si os llega la carta de un niño llamado Jesús, que os pide ser costalero no le hagáis ni caso, esto no es lo que me enseñó mi padre, y no es lo que quiero

que aprenda mi hijo. Yo iba a los ensa-yos de mi padre y siempre estaba rodeado de los que hoy son sus grandes amigos, lo pasaban bien y no les preocupaba si la calle caía o no para un costero, yo creo que en aquellos años las calles no tenían

Queridos Reyes Magos

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Saeta en San Matías

ni caídas, o por lo menos mi padre y sus amigos no las conocían. Ya no queda hu-mildad, se gastó hace años y la cambia-mos por el ego y por el protagonismo, los jóvenes de hoy no piden albarcas y fajas, piden camisetas de tirantes y cos-tales que no les dejan ver y no lo digo en el sentido estricto de la palabra, que también, lo digo porque no les deja ver que no somos imprescindibles y que lo importante es El o Ella, que sin ellos nada de esto tendría sentido y todo seria mentira, como mentira era mi amistad con mi amigo Gonzalo, él se olvidó pron-to de los sueños de infancia y de la mirada tierna de su Señor y se fue lejos, a otra ciudad, a sacar pasos, aquí, en la que vi-vimos, también los saca, e incluso varios días, y por cierto, en esos que saca deben de llevar calefacción porque siempre lo veo “remangao” por las rodillas.

Por todos estos motivos si os llega la carta de mi niño, dejarle juguetes y a ser posible de los de antes.

Queridos Reyes Magos:

Ahora en el letargo de mis días, os escribo la que sé que va a ser mi última carta, hace años que mis Reyes se fue-ron, allí donde quiera que estén, cuidan de mis anhelos y deseos, que ya por mi edad son pocos, pero aún me queda la ilu-sión esa que me inculcó mi madre y que me ha acompañado siempre que he pen-sado en vosotros. No os voy a pedir nada en esta ocasión, solo quiero agradeceros todo lo me habéis concedido, son muchas las cosas que me habéis regalado y os las quiero enumerar: Mis amigos, esos con los que empecé a modelar mis sueños en largas tardes de ensayos, aunque algunos

se perdieran por el camino inundados de envidia y falsedad, mi afición, esa que se

empeñaron en quitarme aquellos que con modas y aires de superioridad se olvida-ban que lo único que no se puede perder, ni con el paso de los años es la devoción, esa que me empaña los ojos en estos últi-mos días de mi vida y por último, el haber podido compartir e inculcar ese amor por mi Hermandad y por mi afición costalera a mi hijo, el mismo que el ha sabido trans-mitir a lo mejor de mis días, mi nieto, el otro día escuche como su padre le decía “no olvides nunca de donde venimos y a donde vamos….”

Se despide un costalero y por encima de todo, un Hermano de su Hermandad.

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La Imperial y Venerable Hermandad Sacramental del Após-

tol San Matías e Ilustre y Fervorosa Cofradía de Nuestro

Padre Jesús de la Paciencia y Maria Santísima de las Penas.

El sábado 1 de Mayo a las 7:30 horas se celebrará el tradicional

Rosario de la Aurora por las calles cercanas a la feligresía y posterior ofrenda floral.

A su finalización se celebrará Función de Instituto en honor a

María Santísima de las

PENASOcupará la Sagrada Cátedra el

Rvdo. P. Manuel Carrillo Benítez, consiliario de la Hermandad

En el trancurso de la misma se impondrá la medalla de la Herman-dad a todos aquellos nuevos Hermanos que lo deseen

Al finalizar la celebración eucarística la Sagrada Imagen quedará expuesta en

DEVOTO BESAMANOS

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El 1 de julio de 2009 llegaba a la capi-tal de Bagdhis, Qala e Naw. (Afganistán), como un componente más de la Fuerza AS-PFOR XXIII constituida sobre la base del Mando de Canarias. Por delante quedaban cuatro meses y medio… Llegaba ilusionado y a la vez expectante. Preparado para cumplir con la misión encomendada, con un espíritu de entrega y servicio.

Iba a conocer una de las provincias más subdesarrolladas de Afganistán, en con-creto la segunda más pobre del quinto país más pobre del mundo. La po-blación es de unos 500.000 habitantes en unos 20.000 K i l ó m e t r o s cuadrados y su medio de vida es la agri-cultura y la ganadería. La mayoría es de etnia tayika, religión suní y lengua darí (persa) seguida de las etnias pas-tún y en menor porcentaje turcómanas, uz-becas y hazaras. Miles de personas carecen de alimentos, vivienda y asistencia sanitaria con lo cual su denominador común es convi-vir con la pobreza, la miseria, la escasez, la penuria y la carencia, derivando todo ello en una esperanza de vida que ronda los 48 años.

Territorio donde las tormentas de arena abofetean a más de 40 grados, obligan a ce-rrar la boca y los ojos y, cuando se puede, uno intenta refugiarse a cubierto. Este era el escenario donde iba a desarrollar mi misión.

Contar las vivencias del día a día sería imposible. Pero en mi mochila quedan algu-nas experiencias que a veces su significado se olvida o, incluso, no queremos utilizar.

Quisiera hablar, en primer lugar, de una buena amistad, ya que en este periodo de tiempo las casualidades de la vida quisie-ron que dos granadinos nos conociéramos. Parece increíble, pero así ocurrió. Cada uno dependía de un Ministerio diferente, pues en nuestra área de actuación, el equipo de reconstrucción provincial (PRT) a cargo de

España cuenta con un equi-po civil de-pendiente de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) y una unidad militar que depende del Ministerio de Defensa. Y así

fue como cada uno realizando nuestra labor nos conocimos y aprendimos a valorar lo importante que es la amistad.

Y como no podía ser de otra manera, qué vivencia más enriquecedora el comentar con tus compañeros las actividades que se habían desarrollado durante ese día y compartir esas ricas viandas que te habían mandado tu fami-lia. O poder “cantar” los jueves por la tarde que se han podido organizar: ¡Bingo!

Bingo, que organizaba el capellán y el equipo de cooperación. “Cartones” que han

Un hermano en Afganistán

Manuel García Escobar

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hecho posible al finalizar la misión sufragar los gastos de la ropita de los niños del orfa-nato para el duro y crudo invierno.

Y cómo no, la más importante: el regre-so a la Base de los compañeros que forman-do una patrulla o un convoy cumplían con la misión de esa jornada “sin novedad”.

Al hablar anteriormente del capellán, quisiera referirme a la labor tan importante que hace la Iglesia en estas misiones. Consi-dero que es bueno que esté junto a los mili-tares, muchos de nosotros, la mayoría somos creyentes, lo son nuestros hijos. Y, especial-mente, en estas misiones se necesita cultivar y alimentar nuestra fe, la cual nos ayuda a vivir con más sentido nuestra profesión y misión, no exenta de pruebas, dificultades y peligros, lejos de nuestras familias, sopor-tando el peso de la separación, la prueba de la distancia y la preocupación por el riesgo que se asumimos. A su vez, son nuestras fa-milias las que sobrellevan el peso de la mi-sión y las que merecen un especial recono-cimiento. Son las esposas, los maridos, los padres, los hijos, los hermanos…quienes tienen que suplir las obligaciones familiares, los que sostienen en la distancia la moral, los que sufren la ausencia, y también los que re-zan por los que estamos aquí, en la misión.

A pesar de todas estas experiencias po-sitivas, el 7 de octubre de 2009 sufrimos un duro golpe. El BMR en el que viajaban el Cabo Cristo Ancor Cabello Santana, y los cinco compañeros sufrió un ataque con una mina anticarro colocada en la carretera. El Cabo Cristo Ancor llegó al hospital muy gra-ve, sus cinco compañeros heridos físicamente y anímicamente el resto. Antes de morir pidió recibir el sacramento del bautismo. El dolor

contenido de todos nosotros iba acompañado de serenidad, firmeza y la voluntad de cum-plir la misión de la mejor manera posible.

Jesucristo dijo: nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los demás. Puedo decir que los compañeros con los que he convivido, en Afganistán han dado lo me-jor de si mismos, aunque no se lo hubieran propuesto, incluida la propia vida. Por ello no quiero terminar estas líneas sin tener presente a los 89 militares españoles que han entrega-do su vida a lo largo de estos años de misión en tierras de Afganistán, Unos y otros han ser-vido y sirven a la causa de la paz, la libertad y la justicia. Con su entrega y sacrificio están sembrando un futuro más pacífico, seguro y mejor en Afganistán y en nuestra nación.

En homenaje a todos los hombres y mujeres que entregaron valientemente su vida por la Patria:

Lo demandó el honor y obedecieron, lo requirió el deber y lo acataron; con su sangre la empresa rubricaroncon su esfuerzo la Patria engrandecieron.

Fueron grandes y fuertes, porque fueronfieles al juramento que empeñaron. Por eso como valientes lucharon, y como héroes murieron.

Por la Patria morir fue su destino, querer a España su pasión eterna, servir en los Ejércitos su vocación y sino.

No quisieron servir a otra Bandera, no quisieron andar otro camino, no supieron morir de otra manera.

Un hermano en Afganistán

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Queridos hermanos y hermanas: Cada año, con ocasión de la Cuaresma,

la Iglesia nos invita a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas. Este año quiero proponeros al-gunas reflexiones sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación paulina: «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22).

Justicia: “dare cuique suum” Me detengo, en primer lugar, en el sig-

nificado de la palabra “justicia”, que en el lenguaje común implica “dar a cada uno lo suyo” - “dare cuique suum”, según la famo-sa expresión de Ulpiano, un jurista romano del siglo III. Sin embargo, esta clásica defi-nición no aclara en realidad en qué consiste “lo suyo” que hay que asegurar a cada uno. Aquello de lo que el hombre tiene más ne-cesidad no se le puede garantizar por ley. Para gozar de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su imagen y seme-janza, puede comunicarle.

Los bienes materiales ciertamente son útiles y necesarios (es más, Jesús mismo se preocupó de curar a los enfermos, de dar de comer a la multitud que lo seguía y sin duda condena la indiferencia que también hoy provoca la muerte de centenares de millones de seres humanos por falta de ali-mentos, de agua y de medicinas), pero la justicia “distributiva” no proporciona al ser humano todo “lo suyo” que le corresponde. Este, además del pan y más que el pan, ne-cesita a Dios. Observa san Agustín: si “la

justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo… no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios” (De Civitate Dei, XIX, 21).

¿De dónde viene la injusticia? El evangelista Marcos refiere las si-

guientes palabras de Jesús, que se sitúan en el debate de aquel tiempo sobre lo que es puro y lo que es impuro: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda con-taminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre… Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas” (Mc 7,15. 20-21). Más allá de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, pode-mos ver en la reacción de los fariseos una tentación permanente del hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exterior.

Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupues-to: dado que la injusticia viene “de fuera”, para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pen-sar ?advierte Jesús? es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal. Lo reconoce amargamente el salmista: “Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre” (Sal 51,7). Sí, el hombre es frágil a causa de un impulso profundo, que lo mortifica en la capaci-dad de entrar en comunión con el prójimo. Abierto por naturaleza al libre flujo del

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compartir, siente dentro de sí una extraña fuerza de gravedad que lo lleva a replegar-se en sí mismo, a imponerse por encima de los demás y contra ellos: es el egoísmo, consecuencia de la culpa original. Adán y Eva, seducidos por la mentira de Satanás, aferrando el misterioso fruto en contra del mandamiento divino, sustituyeron la lógica del confiar en el Amor por la de la sospecha y la competición; la lógica del recibir, del esperar confiado los dones del Otro, por la lógica ansiosa del aferrar y del actuar por su cuenta (cf. Gn 3,1-6), experimentando como resultado un sentimiento de inquie-tud y de incertidumbre. ¿Cómo puede el hombre librarse de este impulso egoísta y abrirse al amor?

Justicia y Sedaqad En el corazón de la sabiduría de Israel

encontramos un vínculo profundo entre la fe en el Dios que “levanta del polvo al des-valido” (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justicia: sedaqad,. En efecto, sedaqad significa, por una parte, aceptación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad con el prójimo (cf. Ex 20,12-17), en especial con el pobre, el forastero, el huérfano y la viuda (cf. Dt 10,18-19).

Pero los dos significados están relacio-nados, porque dar al pobre, para el israelita, no es otra cosa que dar a Dios, que se ha apiadado de la miseria de su pueblo, lo que le debe. No es casualidad que el don de las tablas de la Ley a Moisés, en el monte Si-naí, suceda después del paso del Mar Rojo. Es decir, escuchar la Ley presupone la fe en el Dios que ha sido el primero en “escu-

char el clamor” de su pueblo y “ha bajado para librarle de la mano de los egipcios” (cf. Ex 3,8). Dios está atento al grito del desdichado y como respuesta pide que se le escuche: pide justicia con el pobre (cf. Si 4,4-5.8-9), el forastero (cf. Ex 20,22), el esclavo (cf. Dt 15,12-18). Por lo tanto, para entrar en la justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia, del pro-fundo estado de cerrazón, que es el origen de nuestra injusticia. En otras palabras, es necesario un “éxodo” más profundo que el que Dios obró con Moisés, una liberación del corazón, que la palabra de la Ley, por sí sola, no tiene el poder de realizar. ¿Existe, pues, esperanza de justicia para el hombre?

Cristo, justicia de Dios El anuncio cristiano responde positiva-

mente a la sed de justicia del hombre, como afirma el Apóstol Pablo en la Carta a los Romanos: “Ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifesta-do… por la fe en Jesucristo, para todos los que creen, pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su jus-ticia (Rm 3,21-25).

¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo?

Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás. El he-cho de que la “propiciación” tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto

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del amor de Dios que se abre hasta el ex-tremo, hasta aceptar en sí mismo la “mal-dición” que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14). Pero esto suscita en seguida una objeción: ¿qué justicia existe dónde el justo muere en lugar del culpable y el culpable recibe en cambio la bendición que corresponde al justo? Cada uno no recibe de este modo lo contrario de “lo suyo”?

En realidad, aquí se manifiesta la jus-ticia divina, profundamente distinta de la humana. Dios ha pagado por nosotros en su Hijo el precio del rescate, un pre-cio verdaderamente exorbitante. Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: sa-lir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigen-cia de su perdón y de su amistad.

Se entiende, entonces, como la fe no

es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener necesidad de Otro que me libere de lo “mío”, para darme gratuitamente lo “suyo”. Esto suce-de especialmente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo, nosotros podemos entrar en la justicia “más grande”, que es la del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido más de lo que podía esperar.

Precisamente por la fuerza de esta ex-periencia, el cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades jus-tas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amo.

Queridos hermanos y hermanas, la

Cuaresma culmina en el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la justicia divina, que es plenitud de cari-dad, de don y de salvación. Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de inten-so conocimiento del misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica.

Vaticano, 30 de octubre de 2009 BENEDICTUS PP. XVI

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Diez Cuaresmas

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Te miro y te veo sonreir, lejos, en la distancia, con tus mejores galas, me estas mi-rando y ves en mi la mirada del niño que fuí, del monaguillo que reparte estampas desde que sale de su casa y cuando llega a tribuna se ha quedado ya sin ellas, del niño vestido de Domingo de Ramos que pide una ayuda para su Hermandad en una mesa de póstula, del nazareno que hace feliz a los niños regalándole la cera de su cirio, del joven costalero que se faja por primera vez viendo aparecer las lágrimas en las mejillas de su madre…..

David Morente

Ha pasado el tiempo y sigo aquí, con los mismos defectos y menos virtudes, mis sue-ños han cambiado, pero mis ilusiones siguen siendo las mismas, intactas, sigo emocionán-dome cada Miércoles de Ceniza cuando el martillo del tiempo anuncia que se acerca una nueva Semana Santa, cuando con el frío del mes de Enero me reuno con mis amigos para empezar a dar-le forma a interminables chicotás, cuando te veo a Ti, solitario, en una esquina del altar mayor y me pierdo en la ternura de tu mirada, cuando cada Domingo de Ramos siento el peso de tu amor sobre mi cerviz…..si, me sigo emocionando y es que sigo siendo el mismo niño que tu meciste, que tu sacaste a pasear un Miércoles Santo, que tu veías meterse debajo de un paso desde un viejo banco de una fria iglesia; ahora que llevo diez cuaresmas sin acariciar tus estropeadas ma-nos quería decirte que ha vuelto hacerse realidad el sueño de un niño: Es Semana Santa

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En vísperas de la Semana Santa de 1983 veía la luz esta veterana publicación a la que, personalmente, estuve vinculado por lazos de amistad. Tenía por entonces esta hermandad

miembros con los que compartía vínculos de buena relación, compa-ñeros de estudios y buenos conocidos con los que coincidíamos en actividades cofrades y cotidianas de nuestras vidas, por lo que supe de su nacimiento desde su concepción embrionaria. También influía una, lo confieso, vinculación a mi parroquia de bautismo, San Ma-tías, y mi vieja aspiración de niño de vestir la túnica nazarena a la que no tuve alcance por falta de estatura. Por entonces, digo, quien firma era el responsable de la publicación “La Chía” que editaba el cuerpo de hermanos costaleros de Nuestra Señora de la Soledad, del monasterio de San Jerónimo. “Paciencia y Penas” nació en los albo-res de la Semana Santa de 1983.

Aquella “La Chía” había nacido con carácter bimensual a finales de 1981. Los primeros números eran muy artesanales. La vieja “Olivetti Pluma 22” usurpada discretamente a nuestros padres reproducía, tecla a tecla, los artículos manuscritos que escribían aquellos jóvenes costaleros con alma de noticieros y las colaboraciones, entrevistas y crónicas que se plasmaban en las páginas fotocopiadas. Luego, una cinta en su lomo tapaba los grapeados que le daban forma de revista. Una edición tan simple como aquella era diana de críticas y opiniones variopintas que, cada dos meses, se agotaba en la pequeña tirada que se imprimía y cuyo único punto de venta se situaba en la portería del monasterio renacentista. Editábamos aquellos costa-leros llenos de ilusión un boletín informativo que, como hoja dominical, nos servía para establecer comunicación periódica entre los miembros de aquella cuadrilla. Paralelamente, bajo la misma cabecera, los hermanos costaleros te-

níamos una pequeña hoja donde nuestro hermano Francisco Tejerizo, hoy Misionero Redentorista, plasmaba las oraciones más empleadas

en los actos de culto convocados por aquellos jóvenes, ante la inexistencia de actividades religiosas en la

cofradía. ¡Cuánto ha llovido, Señor, ¡ desde entonces. Lejanas hojas amarillentas que conservo embutidas en

folios plastificados como si no quisiera que el tiempo fluyera con la implacable justicia de las canas y los ca-

lendarios descolgados parsimoniosamente.

Después llegó un paso más en la edición de La Chía. Cuando ya era popular en los círculos cofrades nos atre-

vimos a realizar una edición en imprenta, recogiendo la última tecnología del momento, es decir impresión “offset”

de artes gráficas. Pensamos en llenar un hueco inexistente en

Aquel “Paciencia y Penas” Jorge Martínez Garzón

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los quioscos granadinos y nos apresuramos a publicar un número extraordinario que vio la luz en la cuaresma de 1984. Su portada azul con la reproducción de una instantánea similar a la del cartel oficial de aquel año, protagonizado por Nuestra Señora de la Sole-dad, a su paso por el ábside de San Jerónimo. Han pasado ya veintiséis años desde aquella aventura. Se vendían por vez primera los números de “La Chía” en los quioscos de prensa de la ciudad. Todo un logro y una satisfacción encontrar aquellas portadas rodeadas de diarios, prensa especializada, semanarios, revistas y los primeros fascículos y coleccio-nables. La prensa por entonces no hacía grandes promociones ni ofrecían los recortes de las siluetas de los nazarenos de Sevilla, ni los pins, ni los llamadores a pequeña escala, ni el mosaico de la Virgen del Rocío. No había ediciones de videos reco- pilatorios de la Semana Santa, ni el mercado buscaba un hueco a través de la venta de los cordones de las medallas cofrades de Andalucía. Pero estaba “La Chía” orgullosa de su breve pasado e ilusionada con su prometedor futuro. Aquel número extraordinario lo presentó entonces el hoy pregonero de la Semana Santa de Granada, José Antonio Lacárcel Fernández, en la Sala Capitular del Monasterio contemplativo que albergaba nuestra vida costalera. Fue el 6 de abril de 1984.

En esto de las publicaciones cofrades había también una revista, “El Costalero”, de la cuadrilla de la cofradía de la Victoria que, capitanea-dos por Antonio Méndez. Se plantearon una edición, con cierta sorna y crítica, que fue pionera en este tipo de trabajos editoriales. Los más coleccionistas aún guardarán algún ejemplar en sus bibliotecas, como se custodia también una vieja publicación de esta misma cuadrilla, edi-tada con portada a color, en 1980. La producción editorial en nuestras cofradías fluyó a partir de la década de los años noventa. Boletines, revistas, programas de horarios e itinerarios y algunas ediciones de libros, se guardan para la consulta y el recuerdo en nuestras librerías. Fue la cofradía de la Alhambra la que dio, como en tanto, el primer paso. “Cruz de Guía” era su cabecera y José Luis de Vicente uno de sus promotores. Aquella, dio lugar al popular programa de la Cadena Cope, aún hoy en emisión, por fortuna. “Cruz de Guía” tuvo tres épocas. La incipiente, como boletín de la cofradía alhambreña en los años cincuenta. La segunda, hacia mediados de la década de los ochenta y una tímida tercera época hace unos años, con poca duración en el tiempo.

No quiero dejar en el tintero la mención de una publicación, editada por la Real Fe-deración de Cofradías, al amparo del trabajo de Francisco Gómez Montalvo, exhermano mayor de la cofradía de Jesús de la Paciencia, que pocos conservan pero que se convierte en un instrumento, cuidadoso y curioso, de la Semana Santa granadina de mediados de la década de los setenta, aquella que vio peligrar la continuidad de las estaciones peniten-

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ciales de nuestras hermandades. “Semana Santa. Granada´76” plasma las cofradías del blanco y negro, con innegable acierto.

Bienvenido, pues, este “Paciencia y Penas”, remozado con ilusión y trabajo. Soy un enamorado de la producción de publicaciones y bibliográfica de nuestras hermandades. Tuve el alto honor de estar al frente de una revista como “La Chía”. Luego, los derroteros de la vida me llevaron a la información cofrade. Tal vez por ello aprecie más estos trabajos que son espejo del esfuerzo, dedicación y estímulo de sus hacedores. A aquellos directores y responsables de las revistas de Semana Santa les tiendo mi modesto homenaje a través de “Paciencia y Penas”. Muchos de sus nombres quedaron en el ostracismo. Otros, en el recuerdo del staf de sus revistas. Los más, arrumbados detrás de horas restadas al descanso o a la familia. En la edición de “Paciencia y Penas” hay un nombre para mí entrañable y siempre presente. Detrás de esta cabecera, Eduardo García Román paseó sus inquietudes, sus desvelos, sus folios manuscritos, sus pruebas de imprenta, su tarea como publicista, sus diseños y su tiempo escatimado al día a día de los ensayos, las juntas de gobierno y al propio trabajo personal. Para todos ellos mi abrazo y recuerdo siempre sincero y amigable.

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Efemérides

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Hace ahora quince años, la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia fue protagonista del Cartel Oficial de nuestra ciudad. Queremos recuperar en estas pagi-nas parte de la presentación, que en su día realizo D. Armando López Murcia. Dicha presentación se llevó a cabo en la clausura de las primeras Jornadas de Cofradías de la Diócesis de Granada y Guadix. El autor de la fotografía que ilustraba el cartel era Fernando López Rodríguez cuya fotografía recoge al Señor de la Paciencia ante la Casa de Hermandad del Rosario.

Comenzó Armando di-ciendo: “… entre las cuatro esquinas de este cartel, se condensa, hecha puro primor, la impronta que la tenue luz de la noche penitencial dejó para siempre en la cámara de mi buen amigo Fernando Ló-pez, quien fue capaz de en-contrar el momento idóneo para capturar con su objetivo la belleza, única e irrepeti-ble, del paso del Señor de la Paciencia, en su camino de regreso, detenido ante la casa de Hermandad de la cofradía del Rosario. Muchas veces volverá Cristo azotado y ata-do a la columna, a pasar por delante de ese lugar, muchas veces, incluso, interrumpirá su marcha ante esa misma fachada pero ya nunca será igual…”.

Tras esas breves palabras de agradeci-miento a Fernando, quiso Armando dedicar unas entrañables palabras al Señor de La Paciencia, afirmando que “…y desde su in-finita paciencia nos mira. Cristo siempre nos mira, conmoviéndonos con su gesto, tierno,

indefenso, pálido como de cera vieja pero sereno, pues sabe que no está del todo sólo, que la Madre viene detrás abogada en la más morada de las penas. La gubia de Pablo de Rojas arrancó a los trozos de madera su pro-digio de realismo y Granada, a través de los siglos, le entregó su devoción…”.

Continuó Armando diciendo “… este cartel, que estalla de puro cromatismo, pre-gona Semana Santa y pregona a Granada. Conscientes de ello, los sensacionales fa-roles que custodian a Cristo e iluminan su senda doliente, pierden su timidez y saltan

hasta esta fotografía como jaulas coronadas en las que revoloteará un inquieto paja-rillo de lumbre. Hasta uno de los que va en trasera se atreve, descarado, a hacernos un gui-ño de luz sacramental por en-cima de la espuma de claveles sangrantes…”

Para finalizar, Armando afirmó que “… todo esto trae a mi memoria tu fotografía, amigo Fernando, pues esos son los recuerdos, pinceladas

del pasado que acuden antojadizas a no-sotros para explicarnos quienes somos… Seguro que todos veréis en esta foto mu-chas más cosas que las que este pobrecito fotógrafo charlatán supo contaros y canta-ros. Hora es ya de que prepares tus mejores galas, Granada, porque ahí tienes tu Cartel; ¡ Porque ahí tienes a Granada! Hagan so-nar los ángeles sus bocinas y canten loas al Altísimo mil legiones de coros celestiales porque hoy, nuestra ciudad, ya es Semana Santa… porque hoy ve la luz el Cartel Ofi-cial de 1995. He dicho. Gracias”

Quince años de CartelRaúl Morente

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S.A.

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Con agradecimiento a Dª Rosa Jiménez Sánchez.

Fue el Domingo de Ramos, diez de abril de 1960, en la imperial iglesia de San Matías. La recién erigida Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia y Ma-ría Santísima de las Penas vivía su primer gran acontecimiento. Ni más ni menos que la solemne bendición de la imagen de su titular mariana, obra realizada por el Maestro de Taller de talla en madera de la Escuela de Artes y Oficios Artísti-cos de Granada, don José Jiménez Mesa,

quien, a través de don Pablo Vergara Reyes, cofrade de la nueva corpora-ción penitencial y comisionado por la Junta Directiva de la misma, había recibido el encar-go de realizar una Dolorosa de can-delero. Debería hacer una masca-rilla del rostro del

busto de otra, obra de José de Mora, que se conserva en el Convento de Zafra y, luego, realizarla en madera. Nos dice Tito Ortiz en su “Guía práctica de la Semana Santa granadina” que aquellos cofrades “que-rían “algo nuevo”, pero con los rasgos in-mortales del mejor barroco moratiniano”.

Don José se puso manos a la obra a final de 1959 y concluyó su tarea en el domicilio de Gómez Montalvo, en la Plaza del Carmen, a mediados de febrero del siguiente.

Pero, ¿quién era este Jiménez Mesa?

Don José Jiménez Mesa había nacido en Granada el día 4 de febrero de 1906. Fue el tercer vástago del matrimonio entre don Manuel Jiménez González y doña Carmen Mesa Montero.

Ya desde la niñez empezó a manifestar sus, diríase que innatas, dotes como tallista.

Tras recibir una formación académi-ca que le permitió realizar los estudios pri-marios, ingresó como aprendiz en el gran taller del imaginero y orfebre don José Navas Parejo. Enseguida descolló por sus cualidades artísticas y por su gran habili-dad en la talla de madera. Allí se interesó y aprendió, igualmente, el método de “sa-cado de puntos” que le permitió afianzarse como escultor.

Con el advenimiento de la Repúbli-ca, y, sobre todo, con la Guerra Civil, la ac-tividad de los talleres decayó notablemen-te, incluso fuerza el cierre de algunos. Así, quienes aprendían y trabajaban en ellos se ven avocados a la inactividad y a interrum-pir su formación. Esto hizo que no pocos incipientes artistas y artesanos abandona-ran definitivamente su vocación.

No fue el caso de quien nos ocupa, que, tan habilidoso como perspicaz, para subsistir, se especializó en la realización de tallados de estilo renacentista en muebles, en lo que alcanzó gran maestría.

Sus convicciones políticas izquier-distas y su alineación republicana le supu-sieron sufrir alguna contrariedad, que in-cluso le llevó a la cárcel.

María Santísima de las Penas y José Jiménez MesaMariano Sánchez Pantoja

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Casado el cinco de noviembre de 1938 con doña Concepción Sánchez Cas-tilla, el matrimonio pasó serias dificulta-des económicas cuando el esposo se que-dó sin trabajo.

Paradójicamente, la posgue-rra fue un período que trajo consi-go mucha actividad a los talleres de imaginería, pues la gran des-trucción del patrimonio artístico eclesiástico hizo que las autorida-des se empeñaran en sustituir, en la mayor medida posible, las imá-

genes destruidas por otras de nueva factura que volvieran a captar el fervor y la devo-ción del pueblo.

Esto empujó a Jiménez Mesa a lla-mar a las puertas de su querido y añora-do taller de Navas Parejo, pero su solici-tud fue, sorprendentemente -o quizás no tanto- rechazada.

Por fortuna, los lazos de sangre y la bonhomía movieron a su primo, don Do-mingo Cecilio Sánchez Mesa, a atender su demanda, conocedor de su valía como ta-llista y como escultor y sabedor de su pro-fesionalidad incuestionable, de su formali-dad y celosa entrega a su trabajo. En aquel taller realizó numerosas obras. También comenzó a recibir encargos particulares, tanto de imágenes como de muebles.

A principio de la década de los cincuenta preparó oposiciones, y el seis de diciembre de 1951 obtuvo la plaza de Maestro de Taller de Talla en Madera en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Granada. Quince días después tomó pose-sión de la misma y en ella permaneció has-ta su jubilación en 1976.

Lograda, al fin, la tan ansiada se-guridad laboral y estabilidad económica, renunció, incluso, a otras oposiciones a las que tenía previsto presentarse; las de

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Maestro de Taller de Carpintería Artística, Vaciado y Modelado.

Se inició, así, la época más personal del artista Jiménez Mesa, que, poniendo en práctica todo lo aprendido, afronta realiza-ciones de cierta importancia. Sin abando-nar en ningún momento la talla renacen-tista, y ahora también la rococó, realizó gran cantidad de encargos de Crucifijos e Inmaculadas, copias y versiones en peque-ño formato del Cristo de la Misericordia, de Mora, y de la Purísima, de Cano, que le hacen ganar nombre y prestigio entre los comitentes, cada vez más numerosos, atraídos, también, -todo hay que decirlo- por los precios que cobraba -siempre muy por debajo de lo que realmente valían-, lo que, con la perspectiva del tiempo, pudo serle contraproducente.

Sus dotes artísticas quedan patentes en sus obras, repartidas por infinidad de domicilios particulares granadinos en los que se guardan aquellos Cristos y aque-llas Purísimas antes mencionados, a los que hay que sumar los trípticos en madera y marfil, los bajorrelieves, los camafeos, los ajedreces, los bustos y, sobre todo, los muebles de madera tallada. También pin-taba acuarelas y óleos.

Todo esto evidencia que vivió con unas limitaciones económicas, consecuen-cia, en gran medida, como queda dicho, de su gran humanidad y humilde carácter que le impedía cobrar lo que su trabajo real-mente merecía. Esto le obligaba a coger encargos en que empleaba menor tiempo de realización y cuyo cobro le fuera más inmediato, perdiendo, así, la oportunidad de crecer más como buen imaginero, con-

tinuador, sin duda, de la mejor escuela gra-nadina, para lo que apuntaba maneras. Así lo prueban sus bocetos y sus obras de ima-ginería, de muchas de las cuales -lamenta-blemente, y además, no de todas- sólo hay testimonios gráficos.

Aún hoy se pueden contemplar un Crucificado y una Virgen de la Esperanza en la iglesia de Cádiar, varios Nazarenos de vestir, una Inmaculada, en la capilla de la Clínica homónima, en Granada, una Entra-da de Jesús en Jerusalén, en Bailén o tal vez en un pueblo de la provincia de Murcia, una virgen de la Aurora, en Guajar- Fon-dón. También refiere su familia de una Do-lorosa en las antiguas Fernando Poo o Sidi Ifni. Entre las fotografías de obras suyas que conserva su hija hay dos especialmente llamativas; son sendos bocetos en barro de un Cristo yacente y un San José con Niño, realmente extraordinarios.

Para la Semana Santa granadina realizó en 1959 la imagen de la Virgen de las Penas, obra, finalmente, de inspiración personal y libre, que, lamentablemente, en los primeros años de la década de los ochenta del pasado siglo, sufrió unas desafortunadísimas mani-pulaciones, sobre todo en sus ojos, llevadas a cabo por personas cofrades sin una cuali-ficación profesional idónea, que en 1984 re-quirieron la intervención urgente, y por otra parte poco acertada, del imaginero Barbero Gor, quien, en lugar de restituir, consuma un cambio radical en la fisonomía de dicha Do-lorosa, perdiendo, en mi opinión, su primige-nia expresión de “ dolor granadino”, su poli-cromía original y esa marcada personalidad que patentizan fotografías antiguas.

Posteriormente, en 1965, la Cofradía

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del Silencio le encarga las tallas en made-ra y marfil del “trono” que se estrenó en la madrugada del Viernes Santo de 1966, y años después, en 1975, la realización de la copia por puntos de la sagrada imagen del santísimo Cristo de la Misericordia, de José de Mora, encargo, este último que declina aceptar -según recuerda su hija- para no te-

ner que subir diariamente por las cuestas del Albaicín hasta el templo de San José, siendo ya casi septuagenario.

Murió don José Jiménez Mesa en su Granada natal, el día siete de abril de 1981, víctima de un infarto agudo de miocardio. La Misa de “corpore insepul-to” se celebró en la parroquial de Santa Teresa. Dejaba mujer y una única hija. La Escuela de Artes y Oficios, en la que durante veinticinco años ejerció su ma-gisterio, realizó y regaló la lápida para la tumba en que descansan sus restos mor-tales. Se encargó de ejecutarla el maes-tro Juan Ramírez. Actualmente no existe dicha lápida, que fue sustituida cuando murió su viuda.

Hoy, veintinueve años después de su desaparición, quizás sea llegado el momento de que la persona y la obra de Jiménez Mesa sean estudiadas con dete-nimiento, pues aunque sus circunstancias vitales - epocales, personales, familiares, laborales y económicas- probablemen-te le impidieron un mayor desarrollo y proyección de su potencial artístico, no cabe duda que tiene en su haber méritos sobrados para que, por ejemplo, el Ayun-tamiento de la ciudad se los reconozca dedicándole una de sus calles.

Empedernido lector –llegó a re-leer varias veces el Quijote-, quienes le conocieron lo tuvieron por hombre culto y reservado, un tanto rebelde frente al régi-men político imperante y ante situaciones personales o sociales que él considerara injustas. Todo esto influyó no poco en la seriedad y una cierta acritud de su carácter.

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Jiménez Mesa fue un superviviente a una cruenta guerra que perdió su bando, un sobreviviente de la represión posterior y de la durísima posguerra, de la que logró sobreponerse por su férrea voluntad de sa-lir adelante con y por su familia. Por eso, sólo cuando halló estabilidad con su plaza de Maestro de Taller expresó serenamen-te sus grandes dotes como tallista y como polifacético artista, que en el campo de la imaginería no se prodigó demasiado. Sin embargo, cuando ejerció este oficio, lo hizo sin atenerse exclusivamente, como se ha pretendido hacer creer, a reproducir “por puntos” -en lo que, ciertamente, alcanzó gran maestría-, sino que supo plasmar su propia creatividad, fiel, eso sí, a la mejor tradición de la escuela local aprendida en los talleres por los que pasó.

Volvemos ahora a retomar y revivir aquel momento memorable del Domingo de Ramos de hace medio siglo.

La imagen de la nueva Dolorosa -be-lla obra de arte- según la califica el diario Patria dos días después- se colocó en el cru-cero de un templo de San Matías adornado con gallardetes, banderas y guiones de la Cofradía con los escudos del emperador Carlos V, que son también los de la iglesia, la cual ofrecía un aspecto de luminotecnia extraordinario. Al órgano se interpretaron diversas composiciones sacras.

Lucía María Santísima de las Penas rico “habito-túnica” de terciopelo morado bordado en oro, obra del siglo XVII, cedida para este acto y para su primera salida pro-cesional por el Museo Provincial de Bellas Artes. La cabeza y los hombros se cubrían con una toca de damasco oro.

Ocupaban la presidencia del acto el hermano Mayor, don Luís García Alix; el Presidente de la Federación de Cofradías, don Eladio de Lapresa; el Secretario de la misma, don Narciso de la Fuente; el Concejal, se-ñor Vergara Reyes; el Inspector General de las Escuelas de Artes y Oficios, don Gabriel Morcillo, y otros directivos de la Cofradía.

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Las camareras estaban presidi-das por la Camarera Mayor, doña Josefa Montalvo de Gómez. También estaban presentes doña Trinidad Morcillo Raya y doña Victoria Jiménez, viuda de Montalvo.

El acto consistió en una misa reza-da y, de seguido, el cura párroco, don Julio Aneas Martín, pronun-ció una sentida plática.

Terminada la Misa, se procedió a la bendición de la imagen según el ritual, tras lo que se desarrolló el de-voto besamanos.

Entre las ofrendas figuraron grandes ramos de flores obsequiados por la Federación de Co-fradías.

También para el diario Ideal del Martes Santo “la imagen está conseguida en su tota-lidad, tanto en la expre-sión de su cara como en sus manos maternales; su autor…está recibiendo felicitaciones por ello”.

Y llegó el esperado Miércoles Santo de 1960. A las ocho y cuarto de la noche iniciaba su primer “desfile procesional” la Cofradía de Paciencia y Penas. Lo hizo si-guiendo este itinerario: plaza de San Ma-tías, Sacristía de San Matías, San Rafael, San Matías, plaza de Mariana Pineda, Ga-nivet, Puerta Real, Reyes Católicos, Gran Vía, Cetti- Meriem, Elvira, Reyes Católi-

cos, Colcha, plaza de las Descalzas, San Matías, San Rafael, Sacristía de San Ma-tías, plaza de San Matías, a su iglesia.

Cuenta la corporación con trescien-tos cincuenta cofrades y unas cuatrocientas camareras.

Los hábitos son de color mora-do y los capirotes y fajines, dorados. También las capas de los mayordomos son doradas.

El distintivo es el escudo impe-rial de Carlos V, fundador del tem-plo-sede.

Las diversas secciones del cor-tejo se separaban con guiones en los que figuraba el es-cudo del Cesar.

“El “desfi-le” de esta nueva cofradía -se leía en el diario Patria del

día siguiente-, puede considerarse como un verdadero triunfo por su organización, riqueza ornamental y considerable número de cofrades y de camareras”.

Inició el paso ante tribuna oficial a las nueve y cuarto en punto; precedida de Guardia Municipal montada, en traje de gala -aclara Ideal-.

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Seguía la Banda de Cornetas y Tam-bores de Infantería. A continuación, la Cruz guía, penitentes portadores de banderas y largas filas de más penitentes. El “trono” con la imagen del Señor de la Paciencia ata-do a la columna iba escoltado por la Guar-dia Civil en traje de gala y destacaba por su gran severidad “con únicos cuatro cirios y montículo de lirios. Esta imagen recibe cul-to en la capilla del Hospital de San Lázaro”.

“A continuación- sigue el Patria-, la presidencia oficial” y representaciones.

“La segunda sección de penitentes

fue, asimismo, muy numerosa”.

Seguía el “trono” de la Virgen de las Penas “verdaderamente espléndido”, escol-tado, igualmente, por la Guardia Civil.

La nueva imagen iba vestida con la rica túnica con que se bendijo “en tanto puedan ser adquiridas las correspondien-tes vestiduras para la bellísima Virgen, que rica y profusamente alhajada con joyas y magnífica corona “con gran diadema, de-bida al orfebre señor Moreno”. “Así mismo el “trono” barroco iba adornado con abun-dante candelaria y jarrones de flores” a los que se sumaron los ramos ofrendados en tribuna “por la dirección del Hotel Neva-da Palace”, por la Hermandad de Alféreces Provisionales, que son Hermanos Mayo-res Honorarios, y varios establecimientos comerciales. También, al pasar frente a la Peña de los Monteros le fue ofrecido otro magnífico ramo por la Camarera Mayor, doña Pepita Montalvo.

Detrás del paso de la Virgen desfila-ron el clero parroquial y más de doscientas

camareras con mantilla, todas ellas, porque así se acordó para esta primera ocasión, eran señoritas, y el señor Estella Dobal, en representación del Ayuntamiento.

Cerró el cortejo la Banda de Música del Regimiento de Infantería “Córdoba 10”.

Elogios unánimes mereció la primera salida procesional de la Cofradía de Nues-tro Padre Jesús de la Paciencia y María Santísima de las Penas.

Cincuenta años han transcurrido. Y muchos más quedan por delante, si Dios lo tiene a bien. Pues que así sea. Y que vi-vamos los máximos posibles con salud y buenas compañías.

Fotos cortesía de DªRosa Jiménez Sánchez

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En breves fechas la cuadrilla de costaleros de nuestra Hermandad cumplirá treinta y dos años, ahí es nada, lejos queda ya aquel mes de Diciembre de 1977, cuando un joven llamado Manuel le dijo al tesorero de la Hermandad que el quería sacar su Virgen, la de su barrio, hasta ese año portada por costaleros asalariados. Pero esa historia merece ser contada con todo detalle, ya que ese joven inquieto llamado Manuel sigue debajo de los faldones de Mª.Stma de la Penas, al igual que otros, así que vaya esta historia en homenaje a Manuel y unos cuantos mas….

Manuel es un joven nacido en la mismísima calle San Matías, cuenta con veintitrés años cuando se presenta en la iglesia de su barrio, acompañado de su inseparable hermano Pepe, para hacerse hermano de la Hermandad de la iglesia que colinda con su vivienda, Manuel ya sabía lo que era participar en un cortejo, ya que años atrás había pertenecido a la vecina Hermandad del Rosario, pero a el le gustaba esa dolorosa que dormía en San Matías, y que con el paso de los años se convertiría en “su Virgen” .

Ese año 1977 Manuel ve a su Hermandad salir a la calle portada por costaleros asa-lariados y se promete así mismo que eso no volvería a ocurrir. Esa idea le ronda la cabeza durante los meses posteriores, hasta que en Diciembre de ese mimo año se acerca a una tienda de muebles, ya desaparecida, donde encuentra a Juan Manuel Molina Chacón, te-sorero de la Hermandad por aquella época y le comenta que el quiere sacar a la Virgen y

Juan Manuel, conmovido por el ímpetu de ese joven, decide transmitirle la idea al capataz de la Hermandad, Jorge Mario Martín, el cual no cree lo que está oyendo.

Pasan los días y Juan Manuel y Jorge se citan con el joven Manuel en el Bar Caballe-ro, allí con descaro, Manuel se dirige a Jorge y le dice:

- ¿Cuántos costaleros hacen falta para sa-car a la Virgen?

- Con veintiocho esto va para adelante- Mañana los tienes

Jorge y Juan Manuel no dan crédito a lo que escuchan y piensan que se trata de un sueño difí-cil de conseguir, en ese momento no imaginaban que ese sueño pasaría de padres a hijos…..

Días después Jorge busca la autorización del Hermano Mayor, D. Francisco Gómez Mon-

La Virgen de mi barrio: 32 años de devoción David Morente

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talvo, el cual le muestra todo su apoyo y le ánima a ayudar a ese grupo de jó-venes; posteriormente consultan con el párroco de San Matías, D. Nicolás Ro-dríguez, el cual les autoriza a montar las parihuelas de ensayo en el interior del templo, comenzando los mismos el jueves16 de febrero, fecha que pasaría a la historia de la Hermandad y de la granada cofrade, era el primer ensayo de una cuadrilla de costaleros no asala-riados, los cuales siguieron ensayando en fechas posteriores, concretamente 23 de Febrero, 2, 9, 16 y 19 de Marzo, coincidiendo este último ensayo con el Domingo de Ramos de ese inolvidable 1978.

Esa cuadrilla de costaleros, que se había formado para llevar sobre sus hombros a María Santísima de las Penas, no pudo ver su sueño cumplido, ya que ese año, la Junta de Gobierno decidió que esa joven cuadrilla portara el paso del Señor de la Paciencia debido a la juventud de todos y cada uno de ellos, pero ese cambio de planes no frenó la ilusión de esa primera cuadrilla de “aficionados”.

Por aquella época era famosa en Granada una cuadrilla que venía a sacar la Virgen de la Victoria, procedente desde Utrera, conocida popularmente como la cuadrilla de Pepe “el cojo”, horas antes de sacar a la “niña de Santo Domingo” los costaleros utreranos vi-sitaron San Matías, al ver entrar en el interior del templo las andas que portaban el Cristo del Consuelo, que por aquellos años hacían su salida procesional desde allí mismo, cual fue su sorpresa, que al entrar en el templo, se encuentran ensayando a una cuadrilla de costaleros con la cual se mezclan para enseñarle a coger un compás que no tardaron mu-cho en aprender y tan intenso fue el encuentro, que ese mismo día, Jorge acompañó a Pepe “el cojo” y a su cuadrilla a pasear a la Virgen de la Victoria.

Y así, sin querer, llegó el día que Manuel llevaba dos años esperando, era Miércoles Santo y se disponía junto a sus amigos a meterse bajo las trabajadoras de uno de los pasos de su Hermandad, pero no pudo evitar mirarla a ella, segundos antes de hacerlo, le pidió protección y salud para estar dentro de un año llevándola sobre sus hombros; Eduardo García y Juan Manuel Molina fueron los elegidos para guiar los pasos de esa cuadrilla que ha pasado a la historia y que estaba formada por los siguientes costale-ros: Rafael Carrillo Pozo, Celedonio García Sánchez, Julio García Román, Manuel José Gómez Ruiz, José María Pozo García, Rafael Pozo García, Ignacio Pozo Jorge

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Javier Menéndez, Paco Ubago, Francisco Vaquero Moles, Andrés Torres Montoya, Federico Vive Gutiérrez, Felipe la Peña, Ramón Novales González, José Cabreri-zo Sánchez, Claudio Torres Donaire, Juan Manuel Cabrerizo Sánchez, Jorge Durán Suárez, Antonio Fernández Rodríguez, Antonio Luís Alguacil Sánchez, Juan Antonio Carpena Gómez, Francisco José Carpena Gómez, Rodolfo Castillo, Jorge Castillo, Juan Martínez Madrid, Ricardo Alarcón Estella y Pepito Abril.

En el paso de palio Jorge mandaba a los asalariados, pero fue el último año que lo hizo, ya que, en palabras de Manuel “se

había prendido la llama, todos salimos emocionados y sin decirnos nada, al día si-guiente quedamos para ver las hermandades en las escaleras que preceden a nuestra iglesia, bautizándola desde ese año como la Tribuna de los Pobres, estábamos desean-do que llegaran de nuevos los ensayos…” y estos no tardaron en llegar, ya que en Enero de 1980 comienzan los ensayos unos 56 jóvenes, que ese año portarían los dos pasos de la Hermandad….y como no podía ser de otro modo, ese año Manuel cumplió su sueño y se sintió costalero llevando sobre sus hombros a la Virgen de su barrio. En el mes Junio de ese caluroso año, la Junta de Gobierno invita a la cuadrilla a comer en el restaurante La Mosca, del granadino barrio del Sacromonte, para ese momento ya todos los costaleros eran hermanos de la Hermandad.

Durante muchos años esa joven cuadrilla ayudo a algunas Hermandades de Granada a sacar a sus titulares a la calle, ejemplos como la Virgen de la Paz, la Virgen de las Mara-villas, el Cristo de la Expiración, la Soledad de Mora, el Huerto de los Olivos, etc…

Ahora han pasado los años, muchos han sido los costaleros que han tenido la suerte de per-tenecer a esa cuadrilla y muchos los que siguen perteneciendo a la misma, tras años de compromiso y devoción(Raimundo Perez, Juan Ramon Lachica, Juanma Cueto, An-tonio Tello) y de aquella histórica

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cuadrilla aún quedan hermanos bajo las trabajaderas de Nuestros Sagrados Titulares, nombres como José María Pozo y como no. nuestro protagonista, Manuel Lachica, él con su esfuerzo, su compromiso y su amor a nuestro titula-res consiguió dar forma a su sueño, ese de sacar a la Virgen de su barrio con costaleros no asalariados, ese que le hizo soñar con que algún día su hijo estaría debajo de ella, a su lado, y ese sueño también se hizo realidad y en la pasada Semana Santa, Manuel tuvo la suerte de ceder la pata, esa que ha llevado durante los últimos treinta años, a su hijo, también llamado Manuel, por todos conocido, ese momen-to jamás lo podrá olvidar, al igual que otros muchos, en los que junto con un grupo de amigos hizo realidad su sueño y sin el saberlo, el de muchos, y es que gracias a su cons-tancia y a la de muchos como el, esta ciudad puede presu-mir de Hermanos Costaleros, por eso desde aquí te doy las gracias y espero que por siempre sigamos escuchando….llámate Manué.

Gracias a Manuel y a Jorge por regalarme sus recuerdos…..

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Colaboración

En los últimos años mucho se sabe y mucho se ha dicho sobre el tema que vamos a tratar, personalmente creo que incluso se llega a “machacar” en demasía, pero aún así todavía observamos detalles en el orden de nuestros cortejos, que por desconocimiento, o mas bien por desidia, aún estando mal, no le damos importancia. Por otra parte, desde niños vemos ciertas curiosidades en nues-tras estaciones penitenciales que probable-mente no supiéramos explicar si alguien nos preguntara su significado.

Sirvan estas líneas, no para dictar sen-tencia, ni tampoco para explicar nada, mas bien para una mayor comprensión de algo que nosotros mismos creamos.

Ya se sabe, como digo, la existencia de las primitivas hermandades de sangre, de ánimas, de viático, de enfermos e impe-didos; cortejos de disciplinantes, de antor-chas, rosarios de la aurora, etc….También sabemos como fue, mas por moda que por prohibición real, que se pasara de las disciplinas públicas al concepto peniten-cial de cargar cruces al hombro y que esto fuese movido por la incorporación en la imaginería de la representación de Cristo con la cruz al hombro camino del Calva-rio, apareciendo así el apelativo de “naza-renos”, aunque tuvieron que pasar varios siglos hasta que el esnobismo transfor-mara los sayales de penitencia(hechos en sarga de cuerda y tela de saco) propios de ermitaños, en vistosos y vaporosos hábi-tos cofrades(realizados en tejidos nobles: sarga de algodón, terciopelo, raso, damas-co…..)tal y como hoy los conocemos, in-cluso llegamos a saber que cada color sig-nifica algo, así que adentrémonos por un momento en el significado de los colores:

1.- Verde: puede tener varios sig-nificados, dependiendo de cómo y para que se utilice, de ahí que signifique espe-ranza (en imágenes de la Virgen), tiempo ordinario(en ornamentos sagrados de la liturgia católica y romana) o regeneración del Alma, a través de las buenas obras(si es en ropajes de imágenes sagradas y no marianas)

2.- Rojo: El salvador del mundo (en imágenes cristíferas), la sangre de los martires(en imágenes de mártires y en el común de los mismos en la liturgia de la Iglesia), los que escuchan y anuncian la buena noticio(en imágenes secundarias, como los apóstoles) o el fuego del Espíritu Santo(también en la liturgia de la Iglesia)

3.- Azul: Color del cielo, de la eternidad.

4.- Celeste: De la Inmaculada Concepción

5.- Blanco: De la pureza o el nudo de la castidad

Podríamos continuar enumerando una larga y maravillosa lista de símbolos y sig-nificados, pero lo que sucede es que saber todos estos detalles, no conlleva que todo lo que hagamos tenga un sentido, por nom-brar un caso: muchas de nuestras dolorosas aparecen ataviadas de color Burdeos en el mes de Octubre y nada tiene que ver ni con fiestas del Espíritu Santo, ni de mártires, ni tampoco con el mes del Santo Rosario.

También existen en nuestros cortejos un sin fin de colores, que muchos de ellos no tienen significación ninguna, como po-dría ser el caso de las ceras en tonos tinie-bla, morado o azul.

Nuestros cortejos Manuel Amador Moya

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Colaboración

Lo que si mantenemos intacto es el comienzo de todos nuestros cortejos con el símbolo de la cruz(imposible, por extenso, sería detenernos en tipos de cruces)siempre acompañadas por luz y en algunos casos antecedidas de artificios barrocos secunda-rios como son bocinas, el hermano “quita-sangres”, los hermanos “limosneros”, el diputado de cruz o el muñidor, personaje este que ya antecedía los cortejos fúne-bres al son de su lugubre campana, es por esto que poco sentido tiene la presencia de este elemmento en una Hermandad que tiene por imagen la de un Cristo vivo.

Detengámonos ahora, una vez co-menzado el cortejo, en insignias de poca o muy poca significación, como es el “senatur”, cuyo sentido es recordar el pe-riodo histórico en el que Jesucristo “…padeció, murió y fue sepultado”, las her-mandades realizan auténticas obras de arte, las cuales tienen un coste elevadísi-mo, que mejor estarían destinadas a otras carencias de una Hermandad puesta en la calle, en lugar de destinarlo a una insignia totalmente de carácter pagano.

Los mas llamativo e interesante lo encontramos en las insignias propias de algunas de nuestras Hermandades, de ca-racterísticas muy “suigeneris” en algunos casos. El estandarte de los atributos pasio-nistas de la cofradía de la “Cañilla”, cono-cido popularmente como el “estandarte del gallo”, o el banderín gigante de la Herman-dad de Ntra.Sra de los Dolores o la ban-dera de damasco verde, bordada por Dña.Trinidad Morcillo, de la cofradía de la Es-peranza, son algunos ejemplos, todos ellos como consecuencia del devenir histórico de la corporación y que hoy en día o son uti-

lizadas como bandera de paso, o no tienen sentido ninguno. Otros detalles aún mas personales podrían ser el martillo de grana-das sobre cojín que procesiona la Herman-dad de la Paciencia o el de la Hermandad de la Alhambra, el primero para reivindicar la la apertura de las puertas catedralicias

y el segundo para abrir la Semana Mayor granadina, muy curiosos ambos e impor-tante que perdure su presencia en los cor-tejos de ambas corporaciones, como muy importante es la figura de las “Chías”, algo sin parangón en el resto de España(que no en Italia, que ya existían en el norte)que forman un recuerdo imborrable de nuestra niñez cofrade y una maravillosa estampa del Viernes Santo.

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Y hablando de elementos estéticos propiamente granadinos, no quisiera ter-minar sin antes hacer “varias paradas” en el orden de nuestros cortejos, exactamen-te en el segundo tramo de los mismos, y es que, mal copiando de otra ciudad, muchas veces llamada “innombrable, es decir Sevilla, hemos importado la cos-tumbre de abrir el tramo de Virgen con el estandarte llamado vulgarmente “sim-pecado” y es que en otras ciudades, al no existir la figura de las Hermanas “cama-reras” tampoco existe el Estandarte de las mismas y por este motivo no aparece, por lo tanto en ningún orden de cortejo de los existentes.

Al copiarlo nosotros no caemos en un detalle, y es que si respetamos la línea ascendente de importancia en la ubica-ción de insignias, no debería estar antes el símbolo alusivo a la Inmaculada Con-cepción de la Santísima Virgen, que un mero guión que representa a un colectivo del seno interno de nuestras cofradías, lo correcto sería colocar tras la banda del paso de Cristo la cruz parroquial, o la

cruz alzada y después de esta el estandar-te de la rama femenina de la Hermandad; y reubicar de “simpecado” escoltado por faroles mas atrás, exactamente en el se-gundo tramo.

Otro detalle aún mas importante y que causa terror si se discuta, es el último tra-mo de todos los cortejos, este debería de ser por historia y por justicia el tramo de “antigüedad”, o lo que es lo mismo, el tra-mo de nuestros mayores, obviando claro está el sexo de los mismos, pero en esta nuestra ciudad, si esos mayores no son se-ñoras ataviadas de mantilla española, no pueden ir antecediendo el paso de Palio, sin embargo una mujer puede vestir la tú-nica nazarena propia del hombre(concepto este equivocado).

Lo correcto seria dejar tras las cama-reras un tramo de cera blanca llevada por nazarenos(mujeres y hombres) de mayor nú-mero de años en el seno de la hermandad.

Como se puede comprobar estamos ante un tema apasionante y apasionado,

¡cuantas cosas aún por hacer! Y cuantas in-signias aún por ver en nuestros cortejos, por ejemplo: el guión de la epifanía para la cofradía de Jesús de Gran Poder, el guión de la corona-ción en la Hermandad de Favores, o algunos corporativos como el de la Hermandad Fe-rroviaria, o algunos de aniversarios ya conme-morados….

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La primera vez que me en contre con ELLOS era todavía un niño, aun no había cumplido los diez años de edad cuando gracias a Eduardo García Román acudí a re-coger mi primer habito nazareno un Viernes de Dolores, impaciente y temeroso a la vez por si no hubiera ya hábitos para mi, al fin respire tranquilo cuando Jorge Mario me encontró el adecuado, volví a mi casa con la alegría rebosante y con la misma, me recibió mi madre que sabia sobradamente de mi gran ilusión desde muy pequeño por poder realizar mi primera salida con una Hermandad.

Aquel Miércoles Santo realicé al fin mi primera Estación de Penitencia con un pequeño banderín que los mas pequeños portábamos inmediatamente después de la Cruz de Guía, eran las primeras Estaciones de Penitencia que efectuaba la Hermandad y se respiraba la ilusión y la inquietud propia de los comienzos que se convierten, con el tiempo, en recuerdos cargados de emoción.

Después continuaron mas Estaciones de Penitencia, año tras año, hasta que a la edad adolescente de 16 años D. Francisco Gómez Montalvo me llamó para formar parte de la Junta de Gobierno, convirtiéndome en Albacea de la Hermandad, tiempo inolvidable que recurrentemente ha vuelto a mí muchas veces en mi vida.

Un tiempo más tarde las obligaciones universitarias y mi posterior salida de Granada para ejercer mi profesión, me apartaron del día a día de la Hermandad a la que solo me acercaba cuando cada año acudía a verla por las calles de Granada cada Miércoles Santo.

Hoy cuando abro la ventana de estos 50 años de la Hermandad, solo puedo con-templar con una dulce nostalgia y con un inagotable cariño, aquellos años que viví tan cerca de Nuestro Padre Jesús de la Paciencia y de Maria Santísima de las Penas, nunca podré olvidarlos, porque forman, desde siempre, una de las vivencias mas importantes de mi vida.

Es mucho, mas de lo que muchos puedan pensar, lo que esta Hermandad a apor-tado a la Semana Santa de Granada, hoy día, el Miércoles Santo no podríamos enten-derlo si no la viéramos recorrer las calles de Granada, son muchos los motivos por los que esta Hermandad puede y debe sentirse orgullosa, su historia, su vida interna, su patrimonio, que con sumo gusto ha ido enriqueciéndose con el tiempo, con iniciativas que en muchas ocasiones se han convertido en referentes importantes para nuestra Semana Santa, esta revista es un ejemplo evidente y por la que no cabe mas remedio que agradeceros su recuperación, por su patrimonio espiritual que es ejemplo de vida cristiana para muchos cofrades, entre los que me encuentro, pero hay algo de lo que debe sentirse también muy orgullosa esta Hermandad y es del hecho de que cualquiera que haya pertenecido a ella nunca en su vida deja ya de sentir que es “su” Hermandad, sintiendo ya para siempre los lazos de unión con ella.

La Memoria del corazón Armando Ortiz

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GRACIAS por los 50 años que esta Hermandad nos ha regalado, y hoy desde estas paginas, quiero agradecer a Dios que me permitiera haber vivido aquellos años entre vosotros y que hoy me pueda sentir orgulloso de haber pertenecido a ella y haberle entregado aquellos años tan importantes de mi vida, podéis estar seguros que siempre me sentiré vinculado a esta Hermandad y a vosotros.

Que Jesús de la Paciencia y Maria Santísima de las Penas os sigan fortalecien-do para que sigáis siendo siempre, como hasta ahora, un ejemplo vivo para la vida cofrade de Granada.

A LA VIRGEN DE LAS PENAS

Se olvida uno al mirarteSi tienes corona o sayaSi tu palio es de sedaO tus varales de plata

Se olvida uno al mirarteVirgen de las Penas a la cara

Si tu rostrillo es de tul O tu rosario de nácar

Se olvida uno al mirarteSi tu toca es de fina mallaSi tu cera esta encendida

O de la flor que llevan tus jarras

Se olvida uno al mirarteVirgen de las Penas a la caraDe la entrecalle que permite

Cruzarme con tu mirada.

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La Semana Santa granadina ha avan-zado mucho en los últimos lustros. Esto es algo incuestionable para todo aquel que tenga un mínimo de referencia histórica de los últimos 40 años. Y ese avance se debe en gran medida al esfuerzo contra viento y marea muchas veces, de los cofrades gra-nadinos, rara avis en una ciudad tan indivi-dualista, tan apática para tantas cosas, tan poco dada al asociacionismo y a los gran-des acuerdos ciudadanos.

También es cierto que desde que yo tengo memoria, la polémica es una com-pañera característica de ese avance. Y den-tro de la misma, los grandes problemas de nuestro universo cofrade siempre se vienen achacando a agentes externos al movimien-to de las hermandades y cofradías. Que si los curas no nos quieren, que si las institu-ciones públicas no apoyan salvo cuando se acercan las elecciones, que si las asociacio-nes profesionales se lo llevan calentito sin poner un duro a cambio, ….

Sin duda que parte de razón hay en muchas de estas reflexiones un tanto tópi-cas y algo genéricas. Pero no creo que en estos factores este el origen de los males de las Hermandades, sino la consecuencia de algunos otros aspectos mas profundos.

En una sociedad cada vez mas laicista como la nuestras, al que no le gusta esto, generalmente vocifera a destiempo, donde puede o donde le dejan, y en Semana Santa se va a la playa, o algún destino de moda.

Los políticos, como políticos que son, “mangonean” los que nuestros responsa-bles cofrades les dejan, en algunas ocasio-

nes deslumbrados por el oropel del cargo, o la mayoría de las veces, permitiendo prosti-tuir un poco la vara dorada, en busca de un poco de “árnica” para las maltrechas arcas de las Hermandades granadinas.

Los ácidos comentarios hacia nuestra Iglesia nunca dejan de sorprenderme, es-pecialmente por los relevantes tiralevitas que la mayoría de las veces los pronun-cian. La Iglesia granadina siempre ha sido así, con sus virtudes y defectos. No entien-do muchas veces de qué nos extrañamos. Siempre ha ido a lo mismo, a lo suyo. Y, salvo gloriosas excepciones, mientras no haya cofrades, laicos o consagrados, que nutran sus estamentos, lo suyo nunca co-incidirá con lo nuestro.

Y con relación a la posición cicate-ra de empresarios y profesionales en esta ciudad, ya fue brillantemente definida por el poeta refiriéndose a su amada tie-rra como la del “chavico”. Donde no hay mentalidad empresarial arraigada, hablar de “inversiones” en Semana Santa no deja de ser una burda quimera.

Pero, pese a todo, sigo pensando que nuestros problemas nos son exógenos, sino que para encontrarlos deberíamos muchas veces mirarnos a nosotros mismos.

El verdadero enemigo de la Semana Santa está dentro de las Hermandades, en nuestro día a día. Enemigos son los afilados comentarios de taberna y caña cofrade, las mesas camilla que sustituyen con infamias la práctica democrática de los Cabildos, la banalización que se hace cotidianamente de lo Sagrado, la falta de compromiso y es-

No vale todo Quique Martínez

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fuerzo de los hermanos, la hipocresía entre lo sentido y lo vivido, la corneta que prima sonar a pelea de gatos mas que a verdadera oración sonora, el quítate tú para ponerme yo, la sublimación de un costero pinture-ro en detrimento del hermano costalero, el aceptar que todo vale aunque al final todo valga nada, el querer llamarlo poesía cuan-do no pasa de mal ripio, el confundir el diseño de un costal con las pintadas de un grafiti callejero, el no distinguir la línea que separa la vestimenta del disfraz.

Y, sin duda, que los únicos responsa-bles de ello somos los propios cofrades, que hemos permitido que la grosería, la vulgari-dad y la visceralidad entre en nuestras casas de hermandad, los que hemos dejado que tomen el mando aquellos que esto no de-jan de entenderlo solo como mera afición o actividad de ocio y tiempo libre. Los que

hemos consentido que nos hagan ver como modelos de elegancia y buen gusto, pautas estéticas algo megalomaníacas y mas pro-pias de un universo freaki.

Todo ello esta derivando en prácti-cas inadmisibles en nuestras Herman-dades, a las que asistimos impávidos, como el desarrollo de algunos Cabildos a cara de perro. Vemos normal que mí-nimas discrepancias en aspectos cofra-des intrascendentes, derivan en atávicas enemistades personales. Consentimos, lamentablemente, que en nuestras corpo-raciones se de cobijo a mucho mediocre con ansias de relevancia, y se enaltezca, por oscuras razones, a quien hace de la difamación gratuita un estilo de vida.

Son estos algunos de los valores de una cada vez más extensa minoría, que nos están minando a todos, que restan fuerza y credibilidad a las Hermandades en sus relaciones con el resto de instituciones y representantes de la sociedad granadina. Y estoy convencido que así lo ven claramente quienes desde fuera nos atacan.

Las Hermandades deben poner fre-no a esto aunque sea tan solo para que no siga creciendo, para que no siga contami-nando gravemente a esa inmensa mayoría de buena gente que, perteneciendo a una Hermandad, se limitan tan solo a poner su granito de arena para que cada año siga-mos recreando la Pasión del Señor, y que asisten, atónitos, a algunas de estas situa-ciones que, si no ponemos coto, terminarán acabando con la esencia de esto que todos tanto queremos. O, al menos, eso decimos a boca llena.

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El paso de los años, a veces, es esa “pátina” mágica y privilegiada que en al-gunos casos otorga la facultad o capaci-dad de la extrema belleza, lo óptimo, el momento ideal y buscado, el culmen, etc. La Semana Santa y el mundo de Herman-dades y Cofradías de nuestra Granada no es una excepción en este apartado y está sujeta y depende en todas sus facetas del devenir de los años o mejor dicho del paso de generación tras generación de cofrades.

Nuestra cultura cofrade, la forma de vivir y sentir nuestra Religión y Fe es un legado que heredamos de nuestros ante-pasados por el simple e importante hecho de querer ser cristianos, voluntariamente elegimos vivir nuestra Fe y devoción a Cristo y María participando y siendo par-tícipes de la comunidad cofrade, si bien debemos tomar conciencia de la respon-sabilidad y compromiso adquirido man-teniendo y transmitiendo ese legado a aquellos que tomarán el relevo generacio-nal, pues nuestra tarjeta de sitio, por ley de vida, tiene fecha de caducidad pero las de nuestras hermandades y cofradías no la tienen o no deben de tenerla.

El mundo de la trabajadera como parte activa y propia de las hermandades y cofra-días no es ajeno a este compromiso y debe contribuir a reforzarlo asegurando la perpe-tuidad y continuidad de nuestro legado.

Centrándonos en la faceta costalera y si nos situamos por un momento en los años setenta, al efectuar un análisis compa-rativo del escenario que se vivía y el actual del siglo XXI, se observa una evolución vertiginosa que nos lleva a distintas formas de concebir y sentir el término costalero.

En la actualidad estamos viviendo, fru-to de esa evolución, un punto de inflexión marcado a grandes rasgos por la disyunti-va de dos formas de describir o entender el sentimiento costalero. Por un lado está aquel que el término costalero lo siente como un elemento inseparable y unido a la Hermandad y a su devoción, y por otro está la vertiente que se siente costalero por afi-ción y oficio primando otros factores distin-tos al elemento devocional o de hermandad.

Efectivamente, y dejando a un lado la evolución y avances en cuanto a la técnica se refiere, aspecto este incuestionable, en este caso la “pátina” del tiempo ha actuado pero de que manera. Cada opción tiene sus partidarios, siendo ambas respetables y de-fendibles, si bien existe un matiz importan-te que las diferencia y es la definición del ya mencionado concepto “compromiso”.

No podemos obviar que las necesida-des de cada momento en la historia de las Hermandades y Semana Santa de nues-tra ciudad han marcado en gran medida la labor y el lugar a ocupar por aquellos que son y se sienten costaleros. Los pro-fesionales dieron paso a las cuadrillas de costaleros no asalariados y a las cuadrillas de hermanos costaleros, siendo el último eslabón que evita las ruedas en nuestros “pasos”. En cierta medida el compromiso adquirido en esos años de inicio y tran-sición fue constituirse en manantial de juventud que nutría de vida y actividad a nuestras hermandades y cofradías.

El denominador común durante este tiempo y donde han ido dirigidos todos los esfuerzos y anhelos es hacia la con-fección de cuadrillas propias de costale-

El costalero del siglo XXI Miguel Almagro

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ros conformadas por hermanos de cada corporación. Este empeño no ha sido ni es tarea fácil por distintos y diversos mo-tivos entre los cuales se pueden encontrar el funcionamiento interno de la herman-dad en cuestión y el insuficiente número de personas que aspiraban a cubrir las ne-cesidades bajo las trabajaderas.

La Semana Santa y nuestras Herman-dades han crecido cualitativamente y cuan-titativamente, atesorando hoy por hoy un importante patrimonio humano y artístico. En muy poco se parece la Semana Santa de hoy a la de hace treinta años, todos los cofrades hemos contribuido en este avance desde nuestra faceta pero quizá no lo sufi-ciente para llegar a ese “estado ideal”.

Frente a todo lo previsible y bus-cado en los últimos años se agudiza y aumenta el perfil del costalero que en-fatiza y prima aspectos mucho más ex-ternos y superficiales relegando el com-promiso y el nexo con la hermandad a la definición mínima. Este hecho según mi opinión es a largo plazo un lastre “pan para hoy hambre para mañana”. Es un error que estamos alimentando y somos responsables todos, tanto juntas de gobierno y capataces como el propio costalero.

Es momento de profundizar en el en-riquecimiento cualitativo, en el sentido de ser costalero de Hermandad, con todo lo que el término conlleva y no me estoy refiriendo a pedir exclusividad pues cada uno es libre de elección y acción.

No contaminemos nuestra forma de vivir y sentir. Conjuguemos el carácter superficial y humano con el carácter sen-timental, espiritual, religioso y devocional del privilegio otorgado al ser Costalero. No convirtamos nuestra pasión en un “de-porte sacro”. No entremos en este mundo sin tener claro e ignorando el compromiso real que se vive de faldón hacia dentro. No canjeemos el orgullo y fortuna de una tar-jeta de sitio por mil y una tarjeta de relevo.

El mundo de la trabajadera también está condicionado por modismos dando como resultado un amplio y dispar catálo-go de características y rasgos identificati-vos del individuo. Sí digo bien, el indivi-duo, pues del concepto de grupo, cuerpo o cuadrilla de costaleros hemos pasado a singularizar el término. Actualmente vi-vimos una exaltación y proliferación del costalero egocéntrico más preocupado en buscar el reconocimiento público en sus logros o anhelos que de asumir su respon-sabilidad y lugar dentro del colectivo.

Todos somos necesarios, y confío plenamente al igual que hicieron las ge-neraciones que nos precedieron sigamos viviendo y trabajando en nuestras Her-mandades y para la Semana Santa de Granada. Ese es el compromiso adqui-rido. El legado debe prevalecer por los siglos de los siglos.

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Desde la distancia

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Lo malo de todo esto, dice mi compañero y amigo Fran López de Paz, es que la Semana San-ta coincide en todas partes en la misma y exacta semana. Por tanto estas líneas sólo pueden dibu-jar bocetos nebulosos. Puedo creer que estos días grandes en Granada se articulan en torno a los mismos conceptos que en cualquier otro lugar de Andalucía. Intuyo que, como dijo Carlos Colón, la Semana Santa vuelve a ser aquí un acto de co-nocimiento, una celebración de todos en la calle, en la que los símbolos se enlazan a los sentidos como en una cadena que desemboca en la razón y al corazón.

Y eso que Granada es otro poliedro. Ni las cofra-días articulan la sociedad del mismo modo que en Se-villa, ni el entorno urbano tiene la misma fisonomía, ni la tibieza de la primavera se manifiesta de idéntico modo. Con todo, insistimos, la fiesta tiene una lectura similar: enriquecedora sobre los hombres, la historia, la vida, la memoria, la ciudad o Dios.

Es partiendo de esa base donde Granada, in-

tuye un servidor, aporta además sobre la mesa las cartas de su herencia. Primeramente en su estética

Granada: dolor y bellezaAntonio Cattoni

del preciosismo, que García Lorca encriptaba en la torre de Santa Ana, que parece ‘hecha más para las palomas que para las campanas’. La ciudad no puede negar la influencia del arte islámico, que acá obtuvo su apogeo mayor, porque los musulmanes ( al igual que los judíos) rodearon lo sagrado de ornamentos, ya que no pueden representarlo de forma directa.

Y un segundo ingrediente aún más evidente pone el carácter granadino en este gazpacho: Lo que el poe-ta de Fuentevaqueros reflejó en los versos que presi-den estas torpes líneas: ‘del lirio de Judea al clavel de España’. De la flor del sufrimiento a la flor de la sensualidad o dicho sea de otra forma, que ya acuñaba Beethoven: a la belleza por el dolor.

El imaginario andaluz acude por estos cami-nos afirmarse rotundamente, tanto más en una tierra marcada por la tragedia como la granadina. Sólo por eso una ciudad como ésta puede ponerle a uno de sus más hermosos rincones ‘Paseo de los Tristes’ y sólo así puedo imaginar tras el vitral del dolor, la belleza del Señor de la Paciencia saliendo de San Matías en la ciudad carolina, o la languidez del cor-tejo y aún de la imagen de Santa María de la Alham-bra bajando por la colina que llora óxido de hierro. El dolor abre paso a la belleza de forma en absoluto gratuita, ni fetichista, sino cargada de argumentos, cuajada de enseñanzas.

Cristo que pasaDe lirio de JudeaA clavel de España. Federido García Lorca

En la mezcla, el significado; en la preñez la ri-queza; en el mestizaje, la creación. Así habla Granada, poniendo en un mismo calderillo la Pasión de Cris-to, el peso de oriente,. la minuciosidad musulmana, la humanización manierista, la efímera grandeza del barroco o la languidez romántica. Por esa múltiple vira de oro de la tarde (Romero Murube dixit), por el agua lenta, en la lorquiana conciencia del dolor que florece... ¡Cuánto quisiera ver cómo baja a Granada Jesús Nazareno!

D.M.R

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