página al viento no. 22

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Boletín informativo de la Editorial Universitaria Año III, No. 22 Agosto de 2014 Universidad Nacional Autónoma de Honduras Ciudad Universitaria, Edificio Juan Ramón Molina Tel. (504) 2232-4772 / 2232-2109 ext. 208 Correo: [email protected] editorialUNAH @editorialUNAH Diseño gráfico: Rony Amaya Hernández Mercadeo y publicidad: Tania Arbizú Apoyo logístico: Alejandra Vallejo, Maryori Chavarría Director: Rubén Darío Paz Edición: Suny del Carmen Arrazola Néstor Ulloa A gosto terminó, colmado de un gran acontecimiento: la celebración de los cien años del na- cimiento del “cronopio mayor”, el argentino universal Julio Cortázar, a quien desde la Editorial Universi- taria ya hemos homenajeado en oca- siones anteriores. De la misma forma, julio es la antesala de la celebración de otro centenario: el del nacimiento de otro latinoamericano universal, el pa- dre de la antipoesía, Nicanor Parra, el cual tendrá lugar en los primeros días del mes de septiembre. Página al viento ha querido en este marco y por justicia, resaltar la pro- ducción poética joven de Hondu- ras. Un grupo de poetas jóvenes, hombres y mujeres, que apunta- lan y pulen la palabra día con día, comprometidos con el proceso de construcción de un corpus poético generacional que, desde la diversidad de voces y estilos se proyecte y se configure como piedra de toque, en el a veces doloroso proceso de edificar una generación que marque con hierro ardiente la historia de nuestra poesía y que por derecho propio reclame su espacio, su tiempo y su voz. Presentamos un breve escrito —“Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, reza el adagio— del poeta Salvador Madrid, quien con un estilo incisivo y avasallante, nos presenta un vista- zo panorámico de la actual producción poética hondureña. Una entrevista con el poeta Fabricio Estrada, quien analiza la poesía hondureña a partir de “Casa To- mada”. Y para finalizar, una selección de poemas que dan fe de la calidad de la nueva poesía hondureña. Tiempo y voz 1990 y el inicio de la pos vanguardia En este número: Borrador antes de escribir sobre la nueva poesía hondureña / Salvador Madrid / 2 Honduras, país de poetas / Entrevista a Fabricio Estrada / 4 Muestra poética / 7 Taller “Casa Tomada”. Foto: Colección Rubén Izaguirre

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Número correspondiente al mes de agosto.

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  • Boletn informativo de la Editorial UniversitariaAo III, No. 22 Agosto de 2014

    Universidad Nacional Autnoma de HondurasCiudad Universitaria, Edificio Juan Ramn MolinaTel. (504) 2232-4772 / 2232-2109 ext. 208 Correo: [email protected] editorialUNAH @editorialUNAH

    Diseo grfico: Rony Amaya Hernndez Mercadeo y publicidad: Tania ArbizApoyo logstico: Alejandra Vallejo, Maryori Chavarra

    Director: Rubn Daro Paz Edicin: Suny del Carmen Arrazola Nstor Ulloa

    Agosto termin, colmado de un gran acontecimiento: la celebracin de los cien aos del na-

    cimiento del cronopio mayor, el argentino universal Julio Cortzar, a quien desde la Editorial Universi-

    taria ya hemos homenajeado en oca-siones anteriores. De la misma forma, julio es la antesala de la celebracin de

    otro centenario: el del nacimiento de otro latinoamericano universal, el pa-dre de la antipoesa, Nicanor Parra, el cual tendr lugar en los primeros das del mes de septiembre.

    Pgina al viento ha querido en este marco y por justicia, resaltar la pro-duccin potica joven de Hondu-ras. Un grupo de poetas jvenes, hombres y mujeres, que apunta-lan y pulen la palabra da con da, comprometidos con el proceso de construccin de un corpus potico generacional que, desde la diversidad de voces y estilos se proyecte y se configure como piedra de toque, en el a veces doloroso proceso de edificar una generacin

    que marque con hierro ardiente la historia de nuestra poesa y que por derecho propio reclame su espacio, su tiempo y su voz.

    Presentamos un breve escrito Lo bueno, si breve, dos veces bueno, reza el adagio del poeta Salvador Madrid, quien con un estilo incisivo y avasallante, nos presenta un vista-

    zo panormico de la actual produccin potica hondurea. Una entrevista con el poeta Fabricio Estrada, quien analiza la

    poesa hondurea a partir de Casa To-mada. Y para finalizar, una seleccin

    de poemas que dan fe de la calidad de la nueva poesa hondurea.

    Tiempo y voz 1990 y el inicio de la pos vanguardia

    En este nmero: Borrador antes de escribir sobre la nueva poesa

    hondurea / Salvador Madrid / 2

    Honduras, pas de poetas / Entrevista a Fabricio Estrada / 4

    Muestra potica / 7

    Taller Casa Tomada.Foto: Coleccin Rubn Izaguirre

  • 2Borrador antes de escribir sobre la nueva poesa hondurea

    El golpe de Estado, en el plano cul-tural, nos dej serias resacas: mala poesa, o ms bien, un mal abordaje del gnero. Y digo esto porque es necesa-rio desnudar la falacia o la arbitrarie-dad de intentar configurar o justificar ciertos discursos culturales a partir del ltimo golpe de Estado de Honduras: a la falta de profesionalismo al escribir o de mostrar la brusquedad panfleta-ria se le buscan falsas justificaciones: la espontaneidad de la libertad, el caos creativo, la taras personales embelle-cidas. Tambin se trasluce una poe-sa copia del llamado realismo sucio, de la Generacin Beat, de Panero y de Bukowski, traslapados con el

    dmica; las bibliotecas se digitalizan, los libros estn en lnea; el cataclismo social es abrumador y arde en la vio-lencia, la marginalidad, la corrupcin, la migracin, la resaca de una posmo-dernidad que vomit su asco sobre los oropeles de instituciones y nombres que ven el arte como esttica natura-leza y a la belleza como campaa de alfabetizacin para el mal gusto de los consumidores de arte: llmesele p-blico, receptores, burgueses, profeso-res de arte y literatura, clase media en ascenso o proletariado. La plataforma que alienta el nuevo imaginario ya no es lo alternativo ese calificativo que se impostaba a finales de los noventa y a inicios de este siglo para potenciar una produccin surgida al margen de la vida acadmica, del canon, del lenguaje progresista de las vacas sa-gradas y del intento por visitar expre-siones ms urbanas o drsticamente marginales. En estos das comenzamos a saborear la nata de la contracultura, sin embar-go tal fenmeno nos lleg tarde y de otro modo, un poco desde la invasin de los objetos de la vida contempor-nea, otro desde la red. Y aquella idea del arte trasgresor es slo reflejo que enga a tantos, pues en la contempo-raneidad hay cosas ms trasgresoras que el arte, y en todo caso ese califi-cativo se restringe a un referente: tras-gresor ante qu sistema o qu cdigo o qu concepcin; un calificativo que puede ser reaccionario y efecticista, tanto as que podra hasta opacar la naturaleza revolucionaria del arte que a veces es tan sutil y certera y no es-truendosa como muchos creen.

    Salvador Madrid

    humor negro y los hallazgos persona-lsimos de poetas urbanos de los que se hacen malas copias en estos das.

    El panorama en el que creci la genera-cin cspide de poetas vivos de Hon-duras, gir de una vez para los poetas que hoy comienzan a consolidarse como relevo generacional (Fabricio Estrada, Rebeca Becerra, Samuel Tri-gueros, Heber Sorto, Mayra Oyuela, Roberto Becerra, Nstor Ulloa, Car-dona Chapas, Tomy Barahona, para mencionar algunos nombres) y que en pases tercermundistas poseen su

    fantasmagrica caracterizacin: las redes sociales eclosionan, el

    blog, la informacin fluye y no pide permiso ni tiempo para que se le considere des-de una perspectiva ms re-flexiva, mucho menos aca-

    Salvador Madrid

  • 3Cartula de La hora siguiente, antologa preparada por Salvador Madrid sobre la poesa joven de Honduras.

    Es probable que nuestros poetas ten-gan unos retos ms individuales que como generacin, pero eso apenas nos acerca a intereses culturales que en el contexto actual se ven afecta-dos por las distancias ideolgicas; la poesa en cambio seguir siendo esa voz ntima, marginal y autntica, esa otra manera de discursar que sobre-pasa el calificativo de reserva moral y se inserta como realidad y material de la memoria y no de la historia, de la vida y no de la estadstica, otra vez de la vida y no de la gestin cultural o de las polticas culturales recicladas y aprendidas como oferta de ocio y convivencia. La poesa a lo suyo, a la permanencia dialctica, a reinterpre-tar la necesidad humana o ms bien su naturaleza.

    Una opinin sobre el panorama de la poesa actual, requiere de cierta cautela, en todo caso sera la opinin de un lector enterado de cuanto se publica: tengo los mismos nombres que he venido repitiendo estos aos: Leonel Alvarado, ese poeta de la dis-pora acadmica que antes de partir nos dej dos grandiosos libros Casa vaca y El reino de la zarza y que en los ltimos aos ha dado dos noticias maravillosas: Retratos mal hablados y Xibalb Texas; Jos Antonio Fnes y el libro compilatorio de su poesa Agua del tiempo; Marco Antonio Madrid con La blanca hierba de la noche y La secreta voz de las aguas; La poesa de Fabricio Estrada compilada en Impo-sible un ngel y su ltima publicacin Sur del medioda; Los espejos de Carlos de Nstor Ulloa y su libro indito ya en galeras; Sobre las mismas piedras y Las palabras del aire de Rebeca Be-cerra, Animal de ritos de Samuel Tri-gueros, la poesa de Mayra Oyuela en Escribindole una casa al barco, el Noctmbulo de Roberto Becerra y los poemas de Heber Sorto en Todos los das, libros de aos atrs como Los do-bles espejos de Cardona Chapas y otros ms, que sin duda merecen reconoci-miento crtico.

    De los libros de poesa publicados en los ltimos aos en Honduras por quienes seran la generacin ms jo-ven, hay muy poco que decir, ms ac-titudes de rebelda personal que buena pluma, pero lo primero es un derecho

    civil a ser como uno desea; lo segun-do es un reto esttico que casi siempre queda como intento ante el hasto.

    A esa percepcin cuantitativa o de tie-rra de muchos poetas, hay que ante-poner la de pas con una alta poesa: nombres de siempre, puntuales y de-finitivos. Una antologa de la poesa contempornea de Honduras sera un libro discreto y maysculo por su brevedad y no un ladrillo para matar hipoptamos.

    Las cosas estn claras: unos poetas mayores de aos que siguen escri-biendo con buen suceso, y los poetas que comenzaron a publicar a finales del siglo pasado y modulan su obra a principios de este siglo con un len-guaje universal, una poesa alentada por el pesimismo existencial, los des-cubrimientos de la edad adulta, de la ideologa, la poltica, el ostracismo o ms bien la marginalidad del creador, la deriva del gnero, el redescubri-miento de la tecnologa; una poesa a veces silenciosa o reflexiva, una poesa que profundiza en las preguntas. Y el poeta?, de l podemos decir mu-cho como figura: acadmico, gestor, publicista, viajero, explorador desde las mrgenes de su tiempo de toda la informacin posible, editor, presta sus servicios como maestro o como un tcnico; ya no es el eterno bohemio, sino ms bien un sobreviviente ilus-trado que se asume como poeta y en-tiende que puede vivir de ciertas ha-bilidades de su condicin u optar por otras donde la creatividad tambin forma parte de la oferta de servicios en el tercer mundo.

    En la contradiccin, Nadie asciende con una mancha de limo/ en su cos-tado. escribe Marco Antonio Madrid; es, en todo caso, la generacin de rele-vo de la nueva poesa hondurea, sin optimismo que aliente, dar sus mejores libros a partir de esta dcada; eso es certeza y no es-peranza.

    SALVADOR MADRID Poeta, editor y gestor cultural. Ha

    publicado el libro Visin de las cenizas y la antologa de poetas

    hondureos La hora siguiente. Fue coordinador de Paspoesible, ha

    trabajado de editor en docenas de publicaciones, realizado trabajos

    de crtica literaria y de artes visuales. Editor del proyecto Leer

    es fiesta que consisti en llevar la lectura a miles de personas

    a travs de la edicin masiva y gratuita de obras literarias. Escribe

    Viceversas, seccin cultural de la revista Siempre de diario El

    Heraldo. Actualmente es el gestor del ms grande evento cultural en

    Honduras : Gracias convoca, en Gracias, Lempira.

  • 4Honduras, pas de poetasentrevista a Fabricio Estrada*

    All a principios de los aos noventa participaste en el Taller Casa Tomada, del cual surgieron muchas de las voces que revitalizaron la poesa contempornea en el pas. Hablanos un poco de eso.

    FE: Casa Tomada fue una iniciativa de ahogados, de asfixiados, porque los noventa fue una poca en la que se em-pez deconstruir el compromiso pol-tico de todo el sector artstico. Haba una gran ausencia de poetas jvenes que estuvieran comprometidos polti-camente, o retomando la tradicin de las generaciones anteriores, donde es-tn los nombres de Pompeyo del Valle, Jos Adn Castelar, scar Acosta, Ri-goberto Paredes, etc. Es precisamente uno de ellos, Jos Luis Quesada, quien accede a conjuntar Casa Tomada, bajo la iniciativa de Rebeca Becerra, Alfredo Poujol, Rubn Izaguirre, Ro-berto Tinoco y Vctor Saboro, inicial-mente. Tambin Luis Mndez, Lorena Depienne, Gema Estrada, Diana Valle-jo, Francesca Randazzo, Roberto Be-cerra, scar Flores, Edgardo Florin, Lety Elvir y yo. Hubo muchos nombres que entraron y salieron. Al inicio fue como una especie de juego. Cuando yo entr en 1993, un ao despus de su conformacin, tenamos una din-mica de lecturas y revisiones, quitarse el peso de no ser escuchados. As, cada sbado, se fue haciendo ms precisa la crtica dentro del taller, leyendo cosas nuestras y de otros poetas de prefe-rencia. Hasta que desemboc en 1995 con la antologa de Casa Tomada, que patrocin la Alcalda Municipal bajo la

    revisin de Jos Luis Quesa-da.

    A tu criterio, por qu se dar el fenmeno de que muchos autores y autoras que formaron parte de estos grupos literarios no siguieron publicando. Y en muchos casos, luego de aparecer en antologas como Casa Tomada o Los novsimos desaparecieron del mapa.

    FE: Porque lo que inicialmente se busca es compaa. Como te deca al principio, haba asfixiados, pero unos los estbamos de la poesa y otros ms del mbito cultural. Los asfixiados lite-rarios encontramos oxgeno y eso nos ha permitido vivir hasta ahora dentro de la literatura. Los dems encontraron la compaa de un buen grupo; voy a tener que decirlo, pero a veces son con-diciones esnobs de las agrupaciones: existe gente que llega, se nutre, crece a nivel de sensibilidad y se vuelven p-blico cautivo de la poesa, en este caso, pero no se vuelven autores. En toda agrupacin se da el caso, que igual es positivo, porque llenan de vida y abren mayores espacios; son fundamenta-les. Yo, por ejemplo, no puedo imagi-nar Casa Tomada sin la presencia de compaeros que nunca publicaron

    Aunque no precisamente se trate de haber nacido en tal ciudad, el centrar las actividades en cierta zona, da a entender que la ests representando. Y siempre se ha hablado de la rivalidad potica, por as decirlo, entre Tegucigalpa y San Pedro Sula. A qu se debe?

    FE: El sentido regionalista, provincial. El arte siempre va punzando la din-mica econmica de una regin y sus nichos de produccin; en la mayo-ra de los casos es algo inevitable. Por ejemplo se miraba en Estados Unidos, los autores sureos como Faulkner y John Steinbeck frente a los del norte. Hay una forma de escribir la geografa, o ms bien el espacio semntico de la literatura desde la geografa. Aqu, por ejemplo, no es por cmo se escribe o qu estilos se manejen. Es la actitud hacia la poesa y cmo asumirla como un instrumento para algo. En su mo-mento, los de San Pedro Sula dijeron que la poesa no serva para cambiar socialmente a un pas, sino que solo para s misma, para crear. Aqu en Te-gucigalpa, bajo un proceso coherente que viene desde los cincuenta y los se-tenta en Tegucigalpa, con Clementina Surez sobre todo y Pompeyo del Valle, respectivamente, se vive la actitud de la poesa respecto a lo social. Noso-tros nunca nos llamamos vctimas de la tradicin, sencillamente seguimos una lnea lgica de lo que ha sido la poesa en esta parte central del pas. En el norte, sobre todo los de mi ge-neracin, han tenido un alto valor he-donista por la poesa, la ven como algo que est hecho por y para la creacin literaria como tal, y as entra el desen-fado y el desmarcarse de razones so-ciales. Ese provincianismo, que lleg a pugnas bastante fuertes, es una ico-noclasia intergeneracional, algo como un canibalismo intrauterino, que creo que est bien, es perfecto que sucedie-ra eso, porque hay autores como Daro Clix y Gustavo Campos actualmente, o como Giovanni Rodrguez, Murvin Andino y Otoniel Natarn, que vienen

    * Poeta y gestor cultural. Ha concedido esta entrevista de manera exclusiva para este nmero de Pgina al viento.

  • 5de ms atrs, que son nombres que ah estn, produciendo con calidad. Con esa pugna, de buena forma marcamos una dinmica muy diferente a lo que manejaba Helen Umaa, Sara Rolla, Julio Escoto, Armando Garca, escri-tores racionalizados en el canon de lo que se traa como consecuencia hist-rica. Haba que quitarse el corset de ejes tradicionales. Si bien es cierto, se lleg a extremos de ceguera en algunos mo-mentos: porque aqu han existido poe-tas y demostraciones poticas escritas, que son sper agresivas en cuanto al rompimiento del canon. Est la obra de Florin, ntegra, que en medio de todo su desastre personal, mantiene su ebullicin; se dio all por 1997 el caso scar Ordez Lastra, con Sombra y carne, haciendo un libro potentsimo, de alto intimismo urbano, muy desafo-rado. Con esto quiero explicar que al final no se hace poesa para matricu-larse a la regin en la que se pertenece, pues mientras ms se sale y se rompen fronteras, mucho mejor.

    Cules fueron las diferencias ms fundamentales entre la poesa que surgi de los autores

    de las dcadas del sesenta y setenta Sosa, Acosta, Quesada, Castelar y tus contemporneos? Se puede hablar de vanguardia y pos vanguardia?

    FE: Las lecturas que tuvieron ellos y las nuestras. Nosotros, por ejemplo, leamos mucha novela. Veamos mu-cho cine; la entrada del videoclip fue fundamental para entender el porqu de las imgenes y la plasticidad de ciertos poemas y ciertas autoras y au-tores. Adems, tenamos de por me-dio el lirismo de Antonio Jos Rivas y Jaime Fontana, la crudeza de Nelson Merren; luego Jos Luis Quesada, Jos Adn Castelar y Rigoberto Paredes que eran los ms cercanos; y, por supues-to, la presencia permanente de Rober-to Sosa, quien con su obra nos mostr qu era la poesa y cules fueron las formas que crecieron hacia el exterior. As, para 1997, Vctor Saboro public De magos y seres naturales en un for-mato muy novedoso para la poca, con fotografas de l mismo al interior, ha-ciendo un performance. Ligado a ello, su poesa es muy cinematogrfica, con un ritmo totalmente diferente y de mu-

    chas combinaciones, era muy adelanta-da para lo que se estaba haciendo. Creo que ese libro y Viaje al paraso, que vino un poco despus, son el partea-guas de lo que haba sido la tradicin y lo que deba continuar con nosotros. Para m son fundamentales y repre-sentan la bisagra del rompimiento y el desmarque de lo que era la tradicin de vanguardia, y paradjicamente no son muy conocidos.

    Esa poca es importante tambin por la forma en que se empez a publicar el objeto-libro, con nuevas formas de diseo, nuevas formas de transferir la poesa; se rompe con la idea de lo que debera parecer un libro. Sextos de llu-via en 1998, que se publica en un for-mato pequeito y largo. Y despus un nuevo salto en 2001, con Blanco de Rubn Izaguirre: un libro cuadrado, con una portada al centro, totalmente negra, abstracta, y su poesa epigra-mtica. Al principio caus risas y se cuestionaba lo que se estaba haciendo, porque se tena sacralizado el formato de media carta. Pero dimos un salto preciso.

    Vos que participaste en diversos colectivos Casa Tomada, Paspoesible, Artistas en Resistencia tens la experiencia de que no siempre terminan de la mejor forma. Cres que el organizarse en esos grupos sea lo ms adecuado para proyectar el trabajo de los integrantes o penss que hay otras plataformas ms efectivas?

    FE: La poca es la que organiza. Quin nos organiz en los noventa?: la sole-dad. Quin organiz Paspoesible?: la necesidad de crear y gestionar espa-cios paralelos a lo que se daba en el res-to de Centroamrica, con grupos como Octubre azul en Guate-mala. Y Artistas en Resistencia surgi de la necesidad de hacer

    Fabricio Estrada. Foto: Coleccin personal.

  • la revolucin. Estamos condicionados a la presin de la psique colectiva. A veces terminarn mal las cosas, pero empezaron muy bien y, realmente, terminaron cuando deban terminar. Todo dur lo que deba durar.

    Qu opins de lo que se escribe por las mujeres?

    FE: Es un trabajo genial. Siempre se maneja el discurso de que la poesa femenina sigue otra ruta y otro estilo diferente, pero no creo que sea as. De cierta forma hay una unidad en lo es-crito por hombres y mujeres y es lo que otorga el nombre de poesa hondurea. Por otro lado abundan los comentarios de que en Honduras las mujeres solo escriben poesa ertica o que son femi-nistas, que a mi juicio no es as, pero si as fuera no vera el problema. Te-nemos autoras como Rebeca Becerra, con una obra fuerte e indefinible, muy consciente, y a mi juicio, similar al tra-bajo de Nelly Sachs, la poeta alemana. Francesca Randazzo, con una obra en-teramente pos vanguardista, donde en-contrs cambios de cdigos semiticos y un manejo del lenguaje extraordina-rio. Mayra Oyuela tiene un trabajo im-presionante y nico, que personalmen-te admiro mucho: su poesa roza entre lo surrealista y lo lrico y seguramente va a trascender. Diana Vallejo, sobre todo cuando empez. En la actualidad me gusta lo que hace Ingrid Ortez y Venus Meja, con una poesa muy er-tica pero existencialista a la vez; Nincy Perdomo y Karen Valladares que ya se han ido encaminando muy bien. Y por supuesto, est Amanda Castro que es un referente y no solo de la poesa de mujeres, sino de todos nosotros: ella pervive en cada lnea, cruzndola, con la diversidad que tena su estilo.

    Sents que ustedes, los y las autoras que arrancaron en los noventa, estn en deuda con la generacin pasada?

    Giovanni Rodrguez, Otoniel Natarn, Murvin Andino, Nadia Daz, entre otros, que gracias al padre Fausto logra-ron publicar su antologa. De esa raz surgen Gustavo Campos, Daro Clix, Karen Valladares, y todo lo que sigui a los movimientos de San Pedro Sula ya en los ltimos aos. En fin, no podemos hablar de superar otras cosas, porque ni siquiera buscamos eso, pero s hubo una permanente y lgica gestin potica a partir de los aos noventa.

    Nombres ineludibles:

    Heber Sorto: Si hay un cimiento en nuestra potica generacional es Heber. Para m es un santn de la poesa, que ha sido fundamental. Muchos hemos ido a su lado, pero logramos aprender con su lgica lo que es vivir la poesa.

    Edgardo Florin: Siempre celebro el hecho de que Florin continu ah, es-cribiendo, y compartiendo todo cerca de nosotros. A l lo entienden pocos, as como pasa con su obra, pero en su momento el circuito va a tener que res-catarlo como poeta de culto.

    Salvador Madrid: Tiene un trabajo no muy prolfico, porque se ha decantado ms por la gestin cultural, pero cuan-do escribe, lo que sale es de alto nivel. Visin de las cenizas, su nico libro, nos presenta una poesa muy sarcstica, cruda y tierna a la vez.

    Nstor Ulloa: Logr re entender la de-solacin en la que estamos sumidos por vivir en Honduras. Decidi venir de Comayagua, sin cursileras ni falsas hu-mildades. Lo hizo con propiedad, cuan-do, dichosamente estuvimos ah el da que present su libro. Y descubrimos que era un poeta.

    Samuel Trigueros: Es como una espe-cie de delfn oscuro que nos ha acompa-ado, pero que se esconde y luego salta todos estos cambios de la poca. Es un tipo muy consciente del quehacer po-tico.

    FE: S, por supuesto. Sabemos que tene-mos nuestro espacio, pero hay nombres que ah estn y van a seguir. Por eso, cuando inici Paspoesible, realiza-mos homenajes permanentes a Nelson Merren, Jaime Fontana, Pompeyo del Valle. Hicimos nuestras cosas pero estu-vimos pendientes de cmo eran las vo-ces de nuestros antecesores inmediatos.

    De hecho, con Paspoesible logramos acercar a muchos poetas que no se lle-vaban desde haca tiempo, y relanzamos la idea de que haba que unirnos genera-cionalmente. Aqu se engloba, tambin, el esfuerzo de Pez Dulce, que fue el esla-bn que sigui inmediatamente a Casa Tomada; ah estbamos Rubn Izagui-rre, Gabriel Vallecillo, Evaristo Lpez, Enrique Ponce Garay, Lito Herrera y yo. Pez Dulce impuls tres proyectos ma-ravillosos: la biblioteca ambulante y las lecturas itinerantes; Hondureos para llevar, un bolso con boletines que con-tena seis poetas de renombre histrico; y la publicacin de toda una lnea edi-torial con alrededor de veinticinco au-tores publicados, como Yolani Martnez, Livio Ramrez, Roberto Sosa, Francesca Randazzo, incluso un autor que decidi publicar annimamente, pues dijo que no quera ser poeta, pero quera sacar ese libro. Luego en 2004 arranca la ini-ciativa de Fausto Maradiaga con el taller Edilberto Cardona Bulnes del cual surgi el grupo literario Mscara Suelta, que concretara su trabajo en la antolo-ga Caballo verde; ah estn los nombres de Ludwing Varela, Magdiel Midence, Euclides Valds, Armando Maldonado, Manuel Martnez, Josu Molina, Lza-ro Murillo, entre otros. Ellos estuvieron trabajando muy cerca de Paspoesible. Igualmente en esos tiempos conocimos a Dennis vila un ldico de marca, Tomy Barahona, y Carlos Ordez, y a otros nombres como Dark Barahona, Guillermo Brune, Carlos Palma, que se reunan en el Instituto de Cultura His-pnica, como entusiastas de la literatura, y que ahora los ves a todos como poetas muy serios. En San Pedro Sula, se ges-t el movimiento de Los novsimos:

  • 7Muestra potica

    Mayra Oyuela

    ndole

    Deja que respiremos el veloque nos oculta el uno al otro.Paul Celan Aprend de la nostalgiala parte ms oscura del camino,cuando la luz es un vuelo cegadorque no permite pasos firmes,ni huellas hundidas para dar de bebera la fiera que camina tras cualquier errante.Aprend:la palabra es el suceso,la circunferencia,el tomo que respira tras la tinta en el papel.Aprend a creer no slo en lo sensorial y evidentela poesa es lo que est dentro del guante,el pabilo sumergidouna y otra vez en la parafinapara luego abrirse en luz en una casa de bajareque,en pleno noviembre, en plena madrugada.Aprend a asumirun tembloroso no en los dedos,a entender lo lcido del miedocuando la enfermedad llega a la cama de la madre.Aprend, que no he de aprender a decir adisy mucho menoscuando se trata de esos huidizos poemasque delibero y nunca he de escribir.Aprend a no llamarme poeta en el primer encuentro,

    a ser atinada con los seresque de antemano sospecho comenzar a amar,aunque no sepa hablar de amory tampoco quiera aprenderlo.Aprend que la intimidad no existe,las ideas novedosas son el principioo el final del dilogo entre los transentesque rozan tu hombro en medio del camino.No hay nada nuevo en este mundoy eso debo aprenderloporque aunque s,que cada individuo es un evento irrepetible,el ser es como una mancha en el techoal que se le hallar todo tipo de formas.

    Murvin Andino

    Homenaje

    Slo he querido morirme,dselos t Rey Lagarto en tu silencio,t que llegaste a las alturasy volaste como cuervo entre las nubes del olvidomientras Pars finga dormir para ti.Dselos t Hemingwayinmortal eternizador de soledades,t que alzaste el vuelocuando todos aprendimos a sufrir.Yo que slo he deseado unas copas, lluviay tener la certeza de marcharmeal tiempo esperadoy a la orilla de los hroes venerados, les recuerdo.

  • 8Dialctica

    Y est el hombre joven frente al hombre viejo de mi tierra.Y el hombre joven ve que la nica ventanaa la que puede aspirar en su vidaes el agujero en el pecho del hombre viejo.Y porque as es el tiempo,hoy soy de los hombres jvenes de esta tierra,pero slo siento un sabor a ranciedad en estos aos nuevos;nada ms palpo en la gran claridad del vrtigola deriva de una moneda que cae por una escalera infinitay arrastra en sus giros lo poco de almaque le quedan a esas cosas que nos pertenecen.No ha sido fcil tomar este caminopor donde nos sealaron que se llega al amor.No ha sido fcil decidirse a perderlo todo para ganar un poco.Y est el hombre joven viendo al hombre viejo,y puede que alguien se acerque a dar una leccin,a decirnos que debemos ser as, mansos, de modales dulcesy que el hombre viejo es un ejemplo de vida.Yo he sabido que no es mansedad la del hombre viejosino pesadumbre.He sabido que su siluetaes un pesado martillo que para nada sirve.No es necedad, ni asunto de conciencia,pero poco vale este agujero por donde quieren que vea la viday poco vale la vida si uno necesita un agujero para verla.

    La ventana

    Nunca pens en sacar el rostro a la calle;una lluvia desafiante como un rbolcerr las ventanas dentro de mis ojos,el presente entonces, era slo un chorro de palabrasque goteaba de la fuente de mi mano.Siempre am las ventanas aunque nuncatuve una para compartirla,pero alguien me habl, que a ratos el paisaje se miraa travs de paredes o de lgrimas,que el horizonte llora de espaldas como el ocano,que los nios golpean el ro para deshacer las tormentas,que hay que cruzar muchas calles para llegar a otros ojos,que el silencio se hace de borrones,que el espejo de pronto se abre y nos traga,pero yo siempre abr la ventana que no tuvey tengo rboles y calles y lunasy tambin tengo aquello que siempre quise encontrar;la ciudad que no conozco donde recojo mis pedazos.

    Heber Sorto

    Salvador Madrid

  • 9El lenguaje verdadero

    De esos das en que me levantoy despliego el velamen pulmonary ardo de una fiebre redonday el sol abre la puerta y achica los ojosal no poder verme a la cara,y los planetas todos, a una sola vozcantando estridentes en los patios,despertando a los rosque haban quedadoa medio camino del mar.

    De esos dasen que todo me induce al abrazoe intuyo que vos, all, en tu cantome inclus en la vida,me hacs ser la viday las alas del ngel en que no creoy las promesas ms audacesque ambos renegamos.

    De esos das son los que hablo,cuando tu nombre irrumpeen medio de cualquier palabraque a todos pronuncio.

    Imperfecta dama

    l quera tener mujer con da y noche maanitas de aderezo domingos de pastel una cocina blanca paredes sin agenda mujer de azcar ovejita de algodn. Sabihonda en medidas exacta al caminar puntual en la cita precisa en el acierto perfecta en el orgasmo sin amor. Pero ella sola ser metfora al ajillo ambigedad al tiempoagua entre las manos punto de fuga en el retrato del despiste sexo y amor imperfecta dama mujer entre perro y lobo.

    Lety Elvir

    Fabricio Estrada

  • 10

    Recuerdo cuando tu boca se iba sin pronunciar palabra.Tambin recuerdo tus ojos en blanco,tu pecho abierto junto al moen aquella rutina de sangre envenenada.Tuvimos la oportunidadde cruzarnos para siempre,de quedar impuestos el uno al otroen el reino indcil de nuestro dios de revista.

    Pero te fuiste a morir a otro lado.

    Quisiste hielo puroen vez de un torbellino de cenizas.Luego, no s si han pasado nubes,pero mi corazn an escupe sangreque no le pertenece. Tal vez vaya a morir por all cerca,tal vez encuentre hielo o fantasa barata,pero tus ojos blancos, tu boca virgen,tus huesos incmodos,caramba, eso s es difcil de olvidar.

    Slo tu cuerpo, solo,entrando en la sangre de la tierra,acumulando las huellas que se le escapan al sol.

    Slo tu cuerpo, solo,conociendo las races, el silencio,persiguiendo el llanto de la lluvia.

    Slo tu cuerpo, solo,entregndose, repartindose,explotando,consumiendo la madera.

    Slo tu cuerpo, solo,alimentandocambiando de piel,nutriendo la luz.

    Slo tu cuerpo, solo,danzando con las horasque escapan del relojdormido en tu mueca.

    Slo tu cuerpo, solo,solosolo.

    Rebeca Becerra

    Rubn Izaguirre

  • 11

    Retrato de quien espera un pjaro

    Nunca me conmovi el dolor de un desconocido.Egostamentehice mis retratos de hombre atribulado;haba algo bello en desanimarme,en ignorar,pero qu es el bien?cul el egosmo?Nunca me conmovi el dolor de un desconocido.Vi sueos borrndose en las calles, como pavimento cubiertode tendidos cuerpos fros ydestruidas cajas.Camin sin inmutarme, borracho,pensando en mis fracasos,esperando que uno de ellos reclamara mis entraas,mi sangre,y se fuera sonriendo, amargo, como yo,a esperar un pjaro, una llaga,un llanto.

    Las horas

    Las horas son el viento del espacio. Lo rasgan, lo cubren, lo llenan de crca-vas irremediables; ponen en su corazn un torrente de granos de carcoma.

    Las horas son un chorro de ira, una ampolla de incendios. Nos llenan de cadveres vivientes, nos asesinan desde adentro de nosotros mismos.

    La transparencia que vemos (o no vemos) es la repetida fulgurancia de las horas y su vertiginoso movimiento: una cada atroz de la navaja, la desnu-dez del vaco, el vidrio de los sueos, la velocidad de la arena erosionada, la fosforescencia del parpadeo, el cuerpo del abismo, la estela de un sol errante, el descenso infinito de una gota. Las horas tajan en dos el velo de la perpetuidad, muestran el alma sin ro-pajes, cortan la realidad en partes irreales, hacen del mundo una inmensa playa de cenizas.

    Cada hora es un guerrero victorioso. Su escudo se hincha de luz, su lanza nos traspasa, su vaho mortal hiere la carne, aja el odre rojo de la sangre, dis-persa el polvo de los huesos, nos otorga el favor de su encono y, finalmente, nos da la brasa de su abrazo, una y otra vez, tan tierna e implacablemente.

    Gustavo Campos

    Samuel Trigueros

  • 12

    Instrucciones para la hora sealada

    Asomar a la orilla el peso de uno mismo.Dejar que caiga, pjaro extenuado hecho de papel y tiempo.Luego esperar con la mirada ausente.Or el eco del golpe imaginado contra el suelo.Dejar pasar el da, la noche, la vida que sea necesaria.Y descansar ah, cerca tan slo del sonido lejano de las cosas tristes /oyendo el aire abrirse, oyendo cuanto cae de uno mismo.

    Giovanni Rodrguez

    Hoy mis pies pesan

    hoy mis pies pesan tantoque a cada pasocon la tierra al cuelloel cielo es ahora el nico horizonte.

    hoy mis pies pesan tantoque en vez de huellasvan dejando tumbas.

    Rolando Kattn

    Se me han agotado las palabras

    Y de nuevo me quedo vaca.Pienso en todas las tardes,en todas las noches,en todas las maanasen el nico nombre que mi boca pronuncia.Y lo pronuncio sin ninguna prisa.Hay algo que voy acumulando dentro de m.Hay tantas cosas que me vuelven nostlgica.Pero solo observo todo.No tengo nada que escribir, las manos se me han paralizado por completomis manos entonces tambin se vuelven vacas, mudas. Parapljicas.Se me han agotado las palabras.Que alguien me diga que decir entonces.Para no morir en absoluto silencio. Karen Valladares