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EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. LUNES 8 DE AGOSTO DE 1938. T7TT

PAGINA DEL HOGAR pai*4

Un Fmnklm P RoeTelt

! W Voa JQiaAia PATCHOGUE. N. Y. Htn ledo ustedei, "La Juven-

tud Relata su Problema"? Es un informe del seor Howard M. Bell que puede obtener al precio de un dlar cincuenta

centavos en el Consejo Americano de Edu- cacin, Washington, D. C. Es uno de esos ra- ros documentos para el cual la juventud ha contribuido proveyendo toda la informacin necesaria. En este caso la juventud ayuda a educar a los adultos.

Es un cuidadoso "survey" de un estado, Maryland porque dentro de sus fronte- ras hay .suficiente variedad de condiciones tpicas similares a las de otros estados. Fue- ron entrevistados personalmente ms de tre- ce mil quinientos jvenes entre las edades de 16 a 24 aos. Los hechos revelados son sufi- cientes para hacer que los adultos se preocu- pen ms por el estado de la nacin. Las im-

plicaciones para el futuro son de una gran importancia. La mayor parte de los jvenes parece espetar ms y ms

del Gobierno, pero no es aparente que se d cuenta de las im- plicaciones de esta actitud. En una democracia esto tiene que unificar mayor responsabilidad por cada ciudadano indivi- dualmente; de otra iorma abrimos el camino para un indebi- do control por un hombre o un pequeo grupo de individuos.

El viento se llev algunos de los mosquitos#ayer y pudi- mos charlar tranquilamente en medio de los bosques. No han sido quemados, como ha ocurrido infortunadamente, en Long l-Iand. Son bosques umbros y misteriosos al oscurecer, y cuando el sol se cuela por entre las ramas hacen pensar en Robin Hood. Las yerbas crecen en profusin asombrosa, y hay cierta clase especial que produce una de las flores silves- tres ms bellas y ms raras que he visto nunca. Me gustara importar algunas de ellas a mi casa. En estos bosques se co- bija tambin mucha caza, que deja sus huellas sobre la tierra.

Ayer tuve en esta baha mi primera experiencia pescan- do almejas. En anteriores ocasiones me gustaba caminar so- bre la arena dorada buscando hoyos donde pudiera haber al- guna, para desenterrarla. Ayer por la tarde, sin embargo, nos metimos en el agua. El viento haba levantado alguna marea, y no podamos ver bien el fondo, pero de todas maneras echa- mos el ancla y nos sumergimos en el agua, que solamente nos llegaba hasta Ja mitad del pecho.

Afortunadamente la comida no dependa de mi, pues solo pude conseguir una almeja. Las otras damas del grupo tam- poco hicieron gran cosa, pero tenamos entre nosotras un buen pescador, de manera que conseguimos bastantes almejas para la comida. Desembarcamos en Fire Island con la inten- cin de hacer un gran fuego y comer contemplando las olas. Sin mebargo, el viento comenz a soplar tan fuerte que tu- vimos necesidad de buscar un punto protegido donde poder cocinar y comer. Cuando volvimos a casa, ya haban salido la luna y las estrellas, alumbrndonos el camino.

No hay nada como las excursiones al aire libre para bo- rrar las preocupaciones del espritu.

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Ln cuento breve

LOS OJOS EN LA VENTANA

Por Horacio A. Schiavo

SU SILUETA, SEORA Por Ida Jean KAIN

NOTAS DE MAYAGUEZ

Mateo Fajardo Dvila

El da 2 del mes en curso, falle- t ci en San Juan, el seor Mateo

Kaiardo. muy estimado en nuestro mundo ocial y comercial.

Al acto del sepelio, ei cual se verific en esta ciudad, acudi una nutrida concurrencia, que puso de

ve el gran prestigio que goza- ba en esta isla, el fenecido.

Nuestro sentido psame a todos tus deudos, muy especialmente a su seora viuda doa Carmita Ro- per y sus hijos, Wda y Hctor.

Advenimiento

La seora Josefina C. de Ca-, rrn obsequi a su esposo, el s-

m or Hctor Carrn, con un beb que vino al mundo el dia 28 del! pac prximopasado.

Hicia Estados Unidos

Recientemente, embarc hacia Es-

tado* Unidos, el Joven mayageza- no, Jaet Ramrez Ledesma.

Visitantes

Don Carlos de Castro, alcalde de la capital, y su esposa seora Pro- videncia Campos de De Castro, vi- sitaron esta ciudad, siendo huspe- des de don Manuel Marn y esposa.

Embarc

Rumbo a Itiasoori, --- a cursar de estudios avan.; .o, el li- cenciado Pedro Perea Resell, de esta poblacin.

Operada Sufri operacin quirrgica la se-

ora doa Asuncin Vda. de Cedo, de la cual, va recuperando.

Regres Despus de una excursin por

Cuba y Miami, regres a esta lo- calidad, la seora Tfcresita Sureda de Joffre.

;

CONTRACT BRIDGE

Ni carne ni pescado

Cmo Jugar

Cmo Ganar

LAS paore aeeleraefcoee * Oca- trae m aqullas V * -al eerae al peeeaa". * aur.ot raU Uenloi ten le q-J

M M baiaa al D ralorai MrM* *

lapaetelonee peieolfleai. Bto ti kridt* duplicado ee pueden heew ea lereere i eusrt aun* SeeJarestssm *** ra pelo muy hurla. la BMZO de hay lito e*tae oetamenta la fue araste.

Oeste, dedo*. or-Sur nUatereMee.

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neniando da la saereelde per tete M aeeeeerie dr aa al * OKU al doble di tata* ara tawa- estala cenaiderende laaai tal pique. Dabl comprender ee rene mdickba nne larra hilara da pnuee e la moo A Harta rpoeae ujBbUn M encostrarle eerte,*** doblado pidiendo aee]M). 7 tea Brx- poda corren al doMe de eeaae un deba pana; par *dt da a peee. Clara att* qua airo *a l*faa baOla, ea ru idaa da qua dea trteles tea a- maataa uriaa eau al faee aara aaa* a lu brete*. Harta eeea* asiaatasaai

^paTaT

la aut asa la, aea> taar aa fasaa a sw aataaaaa aattl* aa

multara aa coi a OH bajai (Stu ra ua opumlita) la lalvaeida f.ro valla la pana.

Na cabla minia ninguno tu li elaraeldn diada al puato da Tta da bu. Ooa hocore aa udsa lea O.O dabld eenddirarie tatfieba ean lat poi'.bUidid difiulMt. Si u eonpata- ra una usa suena maaa, al iirr. dt lea advirrtoi tarla muy dltlell; y ti Be la una na fuens itmt-ptlee'.6f!- eo wrla damariado eertete. T fu* muy eertoae ea raalldadl

Sur abra Jut eon a) rty da tribal eentitruanAe aea la ratna y ean ti u, tn toa eutltt Heru dateand dee oo- rssonat. Sur paa a la reina de eora- ,n * Harta fall. A seta nru:o un da. men bajo aaela la relaa uruide per os lanado falto de eoratda. Ha atra atilda da diamanta. Sur captur al rey de Cele danto a Heru el tereer falto di eeratoa. aatenoaa a MI la'.id de diamantes de Norte, lato ea eneenbat Un reeuraoe - n fallaba eea al nutre e leer, de piqua ator pedia haeor ea dtaa. Tai eemo roeadld * felto ean el aeeve de IM y Sur eoerefelld. qaedaade la *U Ubre pare toe tree no- norae aiue da Harte. daeir-vate etoto redaalto a una

aeta baaa, Madoee par eaniifuienu multada en MU besaa ea ua eontrete de ana tola.

tA MANO DS MAANA

Por momentos, cuando el viento stnainaba asordinando el largo gemido del pinar el reloj de pie ahondaba el silencio del saln con su ritmo grave. Afuera, la noche habla descendido sobre el parque; se habla filtrado a travs de la fronda y, resbalando por los tron- cos aosos, hablase expandido fi- nalmente por los senderos hmedos

! y solitarios. Pero volva el v.enlo a su carga y la sombra se pobla-

I ba de rumores, de quejas de rbo- les estrujados, haciendo asi ms neto el contraste con la apacibili- dad interior del recinto, amplio, tibio, envuelto en suave penumbra dorada, bien provisto de libros or- denados en sobrias bibliotecas que tapizaban las paredes.

Un murmullo de voces lleg ha- 1a la sala; al parecer, dos mujeres hablaban en voz baja cerca de all.

Edgardo levant la vista del .i- bro en que estudiaba y consultan- do la hora se puso de pie, disupes- to a averiguar el origen de esa con- versacin nocturna; pero algo le distrajo al incorporarse: el exa- men rie sus flamantes pantalones largos. Dio algunos pasos por a habitacin, orgulloso y complacido y, olvidando el motivo que le hi- ciera Incorporar, volvi a sentar- se cmodamente en su "maple" pa- j ra darse a divagaciones nuevas brotadas de un nuevo y reciente sentir.

Llegaron otra vez voces veladas; luego, un rumor de pasos cortos y apresurados... El viento aull con' furia entre los pinos y grandes go- tas comenzaron a redoblar contra los cristales. i

Observ -Edgardo las ventanas, para cerciorarse de que .todas esta- ban bien cerradas y, al hacerlo, ' clavse su mirar, azorado, en una de ellas amplia y baja que da- | ba al parque, a la noche: Dos ojos le miraban desde allf.

Inmovilizado deseando un grito que no poda articular, mantuvo su mirada en la otra, en la de j aquellos ojos desconocidos que bri- llaban Iluminados por la luz del interior, pero Junto a los cuales

i

EN LAtlUDAD DE ARECIBO SE INSTALO

Una corte de las Hijas Ca- tlicas de Amrica

Recientemente fu Instalada en la ciudad de Arecibo una Corte de Hijas Catlicas de Amrica. A lnl-t dativas de un nmero de seoras' y seoritas de esta ciudad, y con el nombre de "Santsima Trinidad", han vuelto a surgir laa Hijas Ca- tlicas en Arecibo.

Despus de tenerlo todo organi- zado, la digna Gran Regente de Es- tado seora Marlanita L. C. de Val- ds. con un buen nmero represen- tativo de Hijas Catlicas de Am- rica de San Juan y la isla, se tras- lad a Arecibo para llevar a cabo la instalacin de dicha Corte, y to- ma de posesin de la directiva - duclr de peso hasta llegar a lo normal, deb# limitar el uso de l- quidos en laa comidas a un mxi- mo de ocho onzas. Esta pequea regla para au dieta puede operar un gran cambio en la escala. To- me todo el agua que quiera entre comidas, porque ello no ejercer influencia sobre el peso.

El hbito de comer algo a me- dianoche debe usted cortarlo de raz. Desde luego, que usted sen- tir apetito antes de Irse a la ca- ma, puesto que ha estado acos- tumbrada a comer siempre algo a esa hort. Adquiera #1 hbito de irse a dormir tranquilamente sin investigar lo que hay en la neva- ra y en dos semanas no estar pensando continuamente en que tiene hambre y- debe comer algo por la noche.

La sal, el azcar y el agua le parecern a usted insignificantes, pero juegan un papel Importante en su programa de reduedn.

nada ms se poda distinguir, ni faccin ni rastro alguno que per- mitiera identificar a la persona que allf se encontraba. Ojos en '.a noche, ojos de la noche, ojos sur- gidos de la sombra o la tempes- tad, vivos, fijos inquisidores, sin parpadeos... Una impresin de terror comenz a invadirlos... Pe- ro menude la lluvia y los extraos ojos se apagaron o se diluyeron en ella, volviendo a ser la ventana tan slo un rectngulo sombro.

Cuando pudo incorporarse diri- gise hacia las habitacionees de su padre, pero antes de franquear su puerta se detuvo meditando sobre el efecto que en aqul producirla su relato; al hacerlo, record pres- tamente el carcter agrio y enr gico de su padre y, decaldo volvi sobre sus pasos, como si hubiera odo, en verdad, una carcajada ir- nica por toda respuesta a tan ex- traa confesin. De retorno, atra- ves la biblioteca con los ojos ba- jos, apresurando su andar. Se me- ti en su habitacin corri las cor- tinas que daban al parque y co- menz a desvestirse con lentitud, re- flexionando, no ya en lo que ter- minaba de ver sino en la conducta que siempre habla observado sii padre para con l... Ya en el le- cho, muchas cosas se agolparon en su cerebro: Aquellos ojos, su pa- dre, su infancia, su soledad... Al siguiente dia se lo propusolo contarla todo a Miss Harriet, la buena y fiel ayuda de su niez. Tal vez ella... E iluminse su vigilia con viejas estampas en cuyo cen- tro, se hallaba siempre Mlss Ha- rriet. su grande afecto, lo ms pa- recido a una madre para l.

Era muy pequeo, entonces. Tam- bin la noche era tempestuosa y negra. Hada ya mucho tiempo de todo esto... El escenario era otro: se hallaba en la casa de campo de su padre y jugaba en un desvn atiborrado de esos objetos en des- uso que nunca se terminan de arro- jar, aesso por la ptina de recuer- dos que les recubre. All tambin habla una ventana que daba a un parqua. o a la noche... Y, por vez primera, aparecieron all los ojos vigilantes, aterradores. Se ech a llorar y lo recordaba Miss Ha- rriet acudi presurosa. "No. A l le habla parecido, pero no exis- tan... O si no... Ah! Si! Era ella quien tabla mirado por a ventana..." Edgardo sabia que aquellos no eran los ojos de Miss Harriet; pero olvid.

Otra vez, contaba ya once aftot. los ojos haban aparecido en el gran ventanal del comedor. El as- taba cenando con s padre -solos, coma siempre y el muchacho ter- minaba de alejarse. De pronto, en un ngulo inferior del ventanal ha- blan aparecido los ojos: luego una mano my fina, muy plida, se ha* ba posado sobre el cristal, a la al- tura que vendra a corresponder a la boca de la misteriosa personi; por dos veces, las yemas de esos dedos hablan tocado con suavidad, como obedeciendo a un mandato interior que indicara llamar; pero el silencio no habla side- quebrado. Inconscientemente se habla puesto de pie y se habla ido a refugiar en su padre; pero ste, que segura- mente habla visto tambin, arro- jando la servilleta y apartando al nio de si, haba salido del come* dor por la puerta que daba al par- que, a la obscuridad. En ese mo- mento, Mlss Harnet habla entrado por otra puerta, rpidamente, para hacerte cargo de Edgardo; tu roa*

tro, apenado, denotaba que algo iba a ocurrir; era grande au dea- asociego... Ms cariosa que nun- ca, habindole de muchaa cosas a la vez, le habla llevado a su dor- mitorio ..." "No. No era nada..." Pero llegaba hasta ellos el eco de una discusin. Su padre estaba muy enfadado. Alguien llora... "Harriet" "Harriet" Alguien llora! Quin es el que llora? Por favor! Quin llora, Ha- rriet!" Ms no llegando la res- puesta l tambin se haba echado a llorar amargamente, convulsiva- mente... Y sin saber por qu...

Hablas transcurrido ya muchos das desde la ltima aparicin de los ojos en la ventana; como en las veces precedentes, su imagen hablase debilitado en el cerebro de Edgsrdo. Hasta habla llegado a creer en un defecto de su vista, cansada por la lectura...

Una maana, ms temprano que de costumbre, el muchacho llam a su habitacin: le comunicaba que su padre deseaba hablarle y le aguardaba en su escritorio. Se visti con mucha inquietud y sali con premura; pero al hacerlo tro- pez, en el pasillo, con el mucamo quien a causa del econtronazo del caer algo que llevaba: Ropas de hombre. Un traje negro.

Extraado, se detuvo: pregunt. SI. seor. Un traje nuevo. Es

para usted. De pie junto a su mesa de traba-

Jo, el padre aguardaba. Su cor- bata de luto polariz la atencin de Edgardo; luego, tambin sus ojos grises le sorprendieron; ha- blan perdido su expresin habitual imperativa tras una niebla suave, de cansancio o de dolor... Pero el tono de su voz esa el mismo de siempre, seco, cortante. Y Edgar- do lo supo todo muy brevemente; su madre habla fallecido, lejos, en otro pas. Deba l vestir un tra- je negro ese mismo dia: se lo en- tregara Miss Harriet. Cuando fuera mayordto sabra ms.

Se retir sin lgrimas, pero con sed de llanto; con el ansia impo- sible de conocer el rostro de su ma- dre para llorarle en el recuerdo. Y Miss Harriet, como siempre, reu- nise prestamente a l. Ah Ella la haba conocido! La habla que- rido mucho! Comenz a describir- la y lo hacia muy bien; no bostan-

La Moda al Da

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te. algo faltaba... Harrit, cmo eran loe ojos de

mi madre? Y Harriet call. No. No. tenia

valor. El silencio te fu agrandan- do, se fu agrandando... Y da pronto fu roto por un grito de hombre. Haba comprendido ai fin! *

Y aquellos ojos fijos, anhelantes, ansiosos, que para verle creer1 tenan que mirar furtivamente desde la sombra en noches de bo- rrasca, no volvieron a aparecer.

Enlace Garca-Castro

A las nueve de la maana del prximo mircoles contraern ma- trimonio en la Iglesia del Perpetuo Socorro, en Miramar, Jote Miguel Garca e Irma E. Castro, de la so- cledad de Santurce. Sern padrinos de los contrayentes doa Beln Cas- tao, amiga de loa novios, y Gui- llermo Castro, hermano de Irma.

Carmen Irene Cutara de Marxuach

La semana pasada ofreci una fiesta informal en su quinta de Ba- rranqultas la bella seora Carmen Irene Cutara de Marxuach, esposa del seor Acisclo Marxuach, de es- ta capital. Distinguidos elementos de la sociedad de San Juan visita- ron a los esposos Marxuach-Guta- ra. Las damas jugaron "bridge" ob- teniendo las vencedoras originales y finos regalos.

Carmeri Badillo de Hernndez

En la noche del juevea da cua- tro de este mes la seora Carmen Badillo de Hernndez, esposa del Lodo. Rafael Hernndez Usera, reu- ni en su residencia de "Placld Court" a sus compaeros de clase en la "AUiance Francalae". El se- or Cnsul de Francia y la seori- ta Esther Fano, profesora del sim- ptico Club, fueron invitados de honor.

La fiearta result muy animada. Se destacaron como protagonistas Adela Carreras, que cant "La Mar- sel lesa" con bro y armona; Rafael Segura, que recit varias poesas; lu hermanas Ada y Rafaelita Fa- jardo, que recitaron "El dulce Mi- lagro" y "Tu me quieres blanca", respectivamente; y Josefina Blas- coeohea y Alda Fajardo que canta- ron a do dulce y graciosamente.

La bella anfitflona, seora Badi- llo de Hernndez Usera, recit tam- bin. Su declamacin fu nmero privilegiado.

Golosinas riqusimas, "cocktails", emparedados, y, sobre todo, suma gentileza le ofrecieron los esposos Hernndez Usera-Badlllo a sus In- vitados. Un bizcocho artstico ocu- paba el centro de la fina mesa de los obsequios. Le bandera francesa ondeaba triunfadora en la parte superior.

Este grupo de amantes de la cul- tura francesa disfrut de una no- che inolvidable.

Lucy Rinaldi

Toma un curto eepedal en la temporada de verano de la Univer- sidad de Puerto Rico la hermosa dama de la sociedad poncefta Lucy Rinaldi, distinguida profesora que ejerce su magisterio en acuella ciu- dad.

Enfermedades cardacas FILADELFIA. (PU). La "Aso

dacin del Corazn", de Filadel- fra, ha comenzado una campaa para educar al pblico- en relacin con los peligros de las enfermeda- des del corazn. Esta campaa re efecta despus de un aumento de 100% en las muertes por enferme dadea cardicea en FHsdelfla des de 1920.

Car me lina A cha de Echeandia

Despus de pssar varios das jun- to a sus padres en Santurce, regre- s a au hogar en San Sebastin, en compaa de sus dos nios, la joven seora Carmelina Acha de Echean- dia, esposa del seor Pedro ngel Echeandia, conocido hombre de ne- gocios.

Ivan Paganacci Disfruta de una agradabje tem-

porada de vacaciones en Puerto Ri- co el seor Ivn Paganacci, com- patriota nuestro que haca varios sftos ha fijado su residencia en .San Jos de Cosa Rica, donde desem- pea un alto puesto en la Compa- a de la Luz.

Restablecida

Se encuentra ya restablecida en su residencia de Santurce la joven se- ora Carmen Lydia Felices de Ossrj, quien por varios das se vid obliga- da a guardar cama con motivo de una fuerte gripe.

Comida en la Y MCA

Loa seores Emilio del Toro y Manuel Bueno, Presidente y Secre- tario, respectivamente, de la Aso- ciacin Cristiana de Jvenes de es- ta capital, noa invitan para la- o mida que en celebracin del JOCV Aniversario de la Asociacin se lle- var a efecto en el edificio de dicha inatitucin el mlrocles de esta se- mana, a las ocho de la noche. El seor William G. Coxhead, Secre- tario General de U Y.M.C.A. de St. Peteraburg. Florida, ex-secretario de la Y.M.C.A. de San Juan, Mi. uno de los huspedes de honor.

A delita Astol Despus de realizar una excur-

sin interesantsima por Santo Do- mingo, Cuba y Miami se encuentra de nuevo entre nosotros la bella dama Adelita Astol, hija de nues- tro ilustre compsflero don Eugenio Astol y doa Siails Arce de. Astol. del alto mundo social de esta ca- pital.

Jos Alberto Coll Moya . El viernes cinco de este mes dej

de existir el joven Jos Alberto Coll Moya. La muerte prernstura de Jos Alberto llena de luto a la sociedad de San Juan.

EL MUNDO extiende a os fami- liares y amigos, todos del Joven des- aparecido su ms sentido psame, especialmente a sus padres don Jos Coll Cuch y doa Josefina Moya de Coll y a sus hermanos Luis, Ada- la, Josefina, Enrique, Mara Asun- cin Francisco, Daniel y Adrin.

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