papel do banco mundial

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Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales PLED-CCC 1 El Banco Mundial y la globalización de los presupuestos participativos Benjamin Goldfrank Whitehead School of Diplomacy and International Relations Seton Hall University Octubre 2012 No es ningún secreto que la expansión global del presupuesto participativo (PP) durante la última década ha significado su más allá de sus orígenes sudamericanos. Cientos de miles de personas están ahora participando directamente en la toma de decisiones sobre los presupuestos municipales de forma anual en más de un millar de ciudades de todo el mundo. Lo más sorprendente es que una de las principales organizaciones detrás de la difusión global del PP es el Banco Mundial. No sólo el Banco Mundial ha superado al Partido de los Trabajadores - que, junto con los movimientos sociales en varias ciudades brasileñas, había sido el principal responsable del origen y la expansión del PP a finales de la década de1980 - como impulsor de este tipo de iniciativas en los últimos años, sino que también podría decirse que el Banco se ha convertido en el actor más importante e influyente y, sin duda, quien cuenta con los mayores recursos. ¿Cómo sucedió esto? ¿Cómo el presupuesto participativo ha pasado de ser una innovación local en la gestión democrática a un proyecto de cooperación internacional? ¿Por qué el Banco Mundial promueve el PP? ¿Y cuáles son los efectos de este tipo de apoyo sobre el funcionamiento del PP? Los partidarios de las versiones autóctonas del PP en Brasil y en otras partes del mundo, ¿deberían desconfiar del Banco Mundial o darle la bienvenida? Este texto intenta responder a estas preguntas, centrándose sobre todo en la cuestión de los motivos dell Banco Mundial. Después de documentar el estancamiento o incluso la disminución del apoyo al PP al interior del Partido de los Trabajadores y la extensión paralela del rol activo del Banco Mundial (y, en menor medida, de otras organizaciones internacionales de desarrollo), se examinan las distintas perspectivas en debate sobre el la visión del Banco Mundial en torno a la participación en general y sobre el PP en particular. Tomo prestado una idea de Jeffrey Jackson en Los globalizadores (2005) al sugerir que algunos funcionarios del Banco Mundial han adoptado el PP como un "guión global" para los gobiernos municipales modernos y como una receta que facilitaría el desarrollo de la agenda neoliberal del Banco. Sin embargo, más adelanto, ardumento que la promoción del PP por parte del Banco Mundial no es necesariamente algo negativo, ya que general

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Como o nome indica, é um ensaio sobre o papel desempenhado pelo Banco Mundial.

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  • Programa Latinoamericano de Educacin a Distancia en Ciencias Sociales PLED-CCC

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    El Banco Mundial y la globalizacin de los presupuestos participativos

    Benjamin Goldfrank

    Whitehead School of Diplomacy and International Relations

    Seton Hall University

    Octubre 2012

    No es ningn secreto que la expansin global del presupuesto participativo

    (PP) durante la ltima dcada ha significado su ms all de sus orgenes sudamericanos. Cientos de miles de personas estn ahora participando directamente en la toma de decisiones sobre los presupuestos municipales de forma

    anual en ms de un millar de ciudades de todo el mundo. Lo ms sorprendente es que una de las principales organizaciones detrs de la difusin global del PP es el

    Banco Mundial. No slo el Banco Mundial ha superado al Partido de los Trabajadores - que, junto con los movimientos sociales en varias ciudades brasileas, haba sido el principal responsable del origen y la expansin del PP a

    finales de la dcada de1980 - como impulsor de este tipo de iniciativas en los ltimos aos, sino que tambin podra decirse que el Banco se ha convertido en el actor ms importante e influyente y, sin duda, quien cuenta con los mayores

    recursos. Cmo sucedi esto? Cmo el presupuesto participativo ha pasado de ser una innovacin local en la gestin democrtica a un proyecto de cooperacin

    internacional? Por qu el Banco Mundial promueve el PP? Y cules son los efectos de este tipo de apoyo sobre el funcionamiento del PP? Los partidarios de las versiones autctonas del PP en Brasil y en otras partes del mundo, deberan

    desconfiar del Banco Mundial o darle la bienvenida? Este texto intenta responder a estas preguntas, centrndose sobre todo en la

    cuestin de los motivos dell Banco Mundial. Despus de documentar el estancamiento o incluso la disminucin del apoyo al PP al interior del Partido de los Trabajadores y la extensin paralela del rol activo del Banco Mundial (y, en menor

    medida, de otras organizaciones internacionales de desarrollo), se examinan las distintas perspectivas en debate sobre el la visin del Banco Mundial en torno a la participacin en general y sobre el PP en particular. Tomo prestado una idea de

    Jeffrey Jackson en Los globalizadores (2005) al sugerir que algunos funcionarios del Banco Mundial han adoptado el PP como un "guin global" para los gobiernos

    municipales modernos y como una receta que facilitara el desarrollo de la agenda neoliberal del Banco. Sin embargo, ms adelanto, ardumento que la promocin del PP por parte del Banco Mundial no es necesariamente algo negativo, ya que general

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    el papel del Banco no ha servido para alcanzar los objetivos que los sectores neoliberales al interior del Banco tenan como razn para impulsar este tipo de

    procesos, y que en algunos casos la intervencin del Banco incluso ha significado mayor resistencia al neoliberalismo.

    La cada del PT y el surgimiento del Banco en la difusin de los presupuestos participativos

    A principios de 1990, ms o menos una docena de ciudades de Amrica del Sur ponan en prctica lo que ahora se conoce como presupuesto participativo, incluyendo no slo los casos brasileos de renombre, como Porto Alegre bajo la

    gestin del Partido de los Trabajadores (PT), sino tambin la capital uruguaya de Montevideo y Ciudad Guayana en Venezuela bajo gobiernos municipales liderados por partidos polticos de izquierda. Veinte aos ms tarde, el PP se ha implantado en

    cientos de ciudades y en todos los continentes. Otros estudios han examinado la difusin del PP en determinados pases (Hernndez-Medina 2007; Wampler y

    Avritzer 2005; Spada 2010), en Amrica Latina (Goldfrank 2007a; 2007b), y en el mundo (Sintomer et al 2010). Mi intencin aqu es argumentar que si bien el PT fue originalmente el actor ms importante para avanzar en la difusin de los

    presupuestos participativos, en la ltima dcada el Banco Mundial y otras organizaciones internacionales de desarrollo han superado al PT. Desde cierto punto de vista, parecera natural que la difusin mundial de un experimento tan exitoso

    como el presupuesto participativo se llevara a cabo por organizaciones internacionales en lugar de por un partido poltico. Sin embargo, muchos estudios y

    las declaraciones de redes internacionales de autoridades locales en el campo de la democracia participativa (Red FAL 2007), han advertido que difusin de PP ha supuesto una rebaja, una pasteurizacin ideolgica o el surgimiento de un tipo de

    "PP-lite" (Chvez 2008). En otras palabras, el temor es que bajo los nuevos patrocinadores representados por las agencias de desarrollo, el presupuesto

    participativo ya no represente un instrumento verdaderamente transformador de la soberana popular, sino ms bien una mera herramienta tcnica para alcanzar un gobierno local eficiente.

    Cundo fue que el entusiasmo del PT en torno a la presupuestacin participativa comenz a disminuir y cundo surgi el apoyo del Banco Mundial? Desde mi perspectiva de anlisis fue alrededor de los aos 2002 y 2003. Hasta entonces, el PT

    haba expandido rpidamente el presupuesto participativo a casi todas las grandes ciudades gobernadas por alcaldes de su orientacin poltica. Despus de la cumbre

    Habitat II de Naciones Unidas del ao 1996, en Estambul, donde PP de Porto Alegre gan una distincin como una de las "mejores prcticas", el PT haba mandatado a todos sus alcaldes en ciudades con poblaciones de 100.000 o ms habitantes a

    desarrollar procesos de PP (Wampler y Avritzer 2005). En el perodo 1997-2000, el 96 por ciento de las ciudades con ms de 50.000 personas controladas por el PT

    potenciaron procesos de presupuesto participativo, en ms de 100 ciudades de Brasil, y varios gobiernos estaduales tambin controlados por el PT tambin haban comenzado a experimentar con este tipo este tipo de gestin participativa (Spada

    2010, 13; Wampler y Avritzer 2005; Goldfrank y Schneider 2006). Adems, representantes del Partido de los Trabajadores viajaban por todo Brasil, Amrica

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    Latina y el mundo para difundir los presupuestos participativos, ya sea a travs de contactos bilaterales entre los municipios o a travs de proyectos de desarrollo

    patrocinados por diversas agencias de cooperacin internacional. El PT pareca creer en el lema adoptado por la administracin municipal de Porto Alegre en 1999: Oramento Participativo - Bom Para Todo Mundo (Presupuesto participativo - bueno

    para todos, o bueno para el mundo entero). Sin embargo, en la dcada de 2000, despus de ganar la presidencia federal con la candidatura de Lula da Silva, el PT

    no dej de promover el presupuesto participativo al interior o desde el gobierno nacional. A diferencia del programa nacional del PT para las elecciones del ao 2002, en el qu se sugera un intento de presupuesto participativo nacional, en los

    programas electorales de 2006 y 2010 no se mencionaba directamente al presupuesto participativo. Y a nivel municipal, en el perodo 2005-2008, el porcentaje ciudades con ms de 50.000 habitantes controladas por el PT y con

    procesos de presupuesto participativo en marcha ya se haba reducido a 73 (Spada 2010, 13).

    En total, del total de alrededor de 5.500 municipios existentes en todo Brasil, en la actualidad aproximadamente 200 estn desarrollando iniciativas de tipo PP (Sintomer et al. 2010, 9), pero Brasil ya ha dejado de ser el pas con el mayor

    nmero de ciudades con procesos de PP en marcha. Esta distincin pertenece al Per, donde con el apoyo de millones de dlares en prstamos del Banco Mundial para programas programticos de reforma social, el PP es ahora obligatorio para

    todos los 2.040 municipios y gobiernos subnacionales del pas, de acuerdo con una ley aprobada en 2003 (Banco Mundial, 2004, 2; Goldfrank 2007a, 119 ). De hecho,

    un estudio reciente realizado por el Banco informa de la participacin de alrededor de 150.000 peruanos en PP cada ao, considerando los 600 gobiernos regionales y municipales que participaron en el estudio (Banco Mundial 2011, 1-2). El apoyo del

    Banco Mundial para el PP en Per el pas donde el apoyo es ms evidente es emblemtico del liderazgo del Banco en la difusin global del presupuesto

    participativo. Otras organizaciones internacionales tambin juegan un papel importante en el apoyo al PP; por ejemplo, la organizacin alemana GTZ en la Repblica Dominicana (Hernndez-Medina 2007) y en otros lugares, la USAID en El

    Salvador (Bland 2011), y la Unin Europea a una escala internacional ms amplia (Sintomer et al 2010.). Pero el Banco Mundial se destaca por el nmero de programas de PP que apoya, el nmero de mtodos que utiliza para promover el PP,

    y la cantidad de recursos y esfuerzos de investigacin dedicados a la presupuestacin participativa. Slo el Programa de Naciones Unidas para el

    Desarrollo (PNUD) y la agencia Habitat podran competir con el Banco en este campo, y con frecuencia el PNUD y el Banco Mundial promueven conjuntamente programas PP.

    Las cifras exactas del apoyo financiero del Banco para el PP siguen siendo difcil de obtener en los sitios web y las publicaciones del BM, incluso con su nueva iniciativa

    Open Data. Sin embargo, segn mis clculos, el Banco ha otorgado prstamos o donaciones equivalentes a al menos 280 millones de dlares en apoyo de PP y proyectos relacionados en al menos quince pases desde 2002. Estas cifras

    probablemente subestiman la cantidad de dinero y el nmero de pases implicados, pero incluyen proyectos de PP en Albania, Bangladesh, Bosnia, Repblica

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    Dominicana, Ecuador, Gambia, Honduras, Indonesia, Repblica Kygyrz, Madagascar, Mozambique, Per , Filipinas, Uganda y Uruguay. Adems de ofrecer

    subvenciones y prstamos en apoyo de proyectos del PP, a un costo adicional el Banco Mundial tambin ha patrocinado varios talleres de PP en Europa del Este y frica, y ha entrenado a cientos de ciudadanos en PP a travs de su Programa de

    Inclusin Social y Empoderamiento Comunitario (Banco Mundial 2005, 26), as como a traves de su alianza con Habitat para financiar el "conocimiento regional del

    presupuesto participativo y sus centros de accin" en Amrica Latina y frica, a travs de CIGU (Centro Internacional de Gestin Urbana) y MDP-ESA (Asociacin Municipal de Desarrollo - Oriental y Meridional frica), respectivamente (Banco

    Mundial 2009, 5). Estos centros, y el propio Banco, ofrecen cursos de aprendizaje electrnico sobre el PP y proporcionan asesoramiento, formacin e investigacin a funcionarios del gobierno local y organizaciones no gubernamentales que deseen

    establecer o mejorar PP. El Banco tiene incluso un programa de cooperacin Sur-Sur, la Africa-Latin America Peer-to-Peer Mutual Action Learning Initiative, diseada

    para promover el PP. Por ltimo, el Banco ha publicado numerosos trabajos de investigacin sobre PP, incluyendo un libro completo en su serie dedicada a la gestin del sector pblico y la rendicin de cuentas (Shah 2007), junto a otros libros

    sobre temas tales como la gestin fiscal, la prestacin de servicios pblicos, la rendicin de cuentas y la lucha contra la corrupcin. En Amrica Latina, segn Sintomer et al (2010, 26): "El Banco Mundial es ahora el centro de investigacin ms

    importante sobre el PP a nivel continental".

    El Banco, la Izquierda y el PP: Convergencia o cooptacin? Muchos estudios ya han sealado el aumento del apoyo del Banco Mundial al PP. Sin embargo, muy pocos han dedicado ms que unas pocas palabras a responder la

    pregunta concreta sobre las razones que han motivado al BM antes conocido y resistido por su rol en la ejecucin de programas de ajuste estructural y proyectos

    de construccin de represas para convertirse en uno de los defensores ms activos del PP. Al mismo tiempo, varios eruditos han examinado a su vez la tendencia del Banco Mundial a mirar de forma ms positiva a las experiencias

    participativas, basadas en la sociedad civil, en su enfoque para la reduccin de la pobreza en general y los Poverty Reduction Strategy Papers (PRSP) en particular. Al contrastar las propias publicaciones del Banco con respecto a PP con las de la

    mayora de los observadores externos de los PRSP, se observa al mismo tiempo una perspectiva de convergencia y una perspectiva de cooptacin. Los funcionarios del

    Banco parecen verse a s mismos como convencidos de los argumentos a favor de la participacin ciudadana como un mecanismo beneficioso para el desarrollo, y pareceran apoyar al PP esencialmente por las mismas razones planteadas

    originalmentes por partidos de izquierda y activistas de los movimientos sociales, quienes a menudo utilizan el mismo lenguaje. Por otro lado, muchos crticos del

    Banco perciben la adopcin de enfoques participativos en general como un intento de cooptar las ideas de sus (ex?)oponentes en la sociedad civil con el fin de neutralizarlas o usarlas para ayudar a imponer una agenda neoliberal.

    En la mayora de las publicaciones del Banco Mundial sobre el PP la agenda neoliberal est oculta y se destacan con mucha fuerza las ventajas ofrecidas por el

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    presupuesto participativo en trminos de democratizacin, empoderamiento, y reduccin de la pobreza. Las primeras lneas del captulo introductorio del libro del

    Banco sobre los presupuestos participativos son un buen ejemplo, ya que fueron escritos por Anwar Shah, jefe del rea de gobierno del sector pblico en el Instituto del Banco Mundial:

    El presupuesto participativo es un enfoque de democracia directa para la

    presupuestacin. Se ofrece a los ciudadanos en general la oportunidad de aprender acerca de las operaciones del gobierno y de deliberar, debatir e influir en la asignacin de los recursos pblicos. Es una herramienta para la educacin, la

    participacin y el empoderamiento de los ciudadanos, y el fortalecimiento de la demanda de buen gobierno. El aumento de la transparencia y la rendicin de cuentas que el PP crea puede ayudar a reducir la ineficiencia gubernamental, el

    clientelismo, el nepotismo y la corrupcin. El PP tambin fortalece la gobernabilidad inclusiva, dando a los grupos marginados y excluidos la oportunidad de hacer or su

    voz e influir en las decisiones pblicas vitales para sus intereses. Si se hace bien, tiene el potencial de hacer que los gobiernos sean ms receptivos a las necesidades y las preferencias de los ciudadanos, y ms responsables ante ellos para la asignacin

    de recursos y la prestacin de servicios. De este modo, el presupuesto participativo puede mejorar el desempeo del gobierno y mejorar la calidad de la participacin democrtica (Shah 2007, 1).

    Otras publicaciones del Banco sobre el PP en pases especficos reflejan un lenguaje

    y objetivos similares. Por ejemplo, el programa de apoyo a Albania incluye "la inclusin social, la reduccin de la pobreza y el empoderamiento" como beneficios potenciales del PP, argumentando que el proceso de presupuestacin tradicional a menudo puede contribuir a la exclusin social y la pobreza debido a la captura del poder de decisin por las lites, los grupos de presin y los intereses de los

    poderosos. Al aumentar la voz de los ciudadanos y los grupos ms vulnerables, el PP potencialmente puede volver a dirigir las inversiones pblicas hacia los servicios bsicos en los barrios pobres. El aprendizaje social y los mecanismos de

    movilizacin cvica integradados en el PP ayudan a empoderar a los grupos vulnerables para aumentar su voz en las decisiones presupuestarias ( Social Development Team2006, 3). Y el informe reciente del Banco Mundial sobre PP en el

    Per sostiene que: Conceptualmente, el objetivo del PP es democratizar y hacer ms transparente el proceso de elaboracin del presupuesto pblico mediante la creacin

    de canales formales de participacin y promoviendo la inclusin de sectores dbiles en trminos econmicos y polticos en las negociaciones sobre el gasto asignacin. El objetivo ltimo del PP es la reduccin de la pobreza "(Banco Mundial 2011, 3).

    Estos textos suenan bastante similares, aunque no idnticos, a los argumentos presentados por los partidos polticos de izquierda que introdujeron los procesos de

    presupuesto participativo en la dcada de 1990. El PT en Porto Alegre, el Frente Amplio en Montevideo y La Causa R en Caracas abrieron nuevos canales de participacin ciudadana para democratizar el gobierno local, concediendo ms poder

    a los ciudadanos y un mayor control sobre el gasto pblico, aumentando la transparencia y ampliando los servicios pblicos a zonas previamente desatendidas

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    (ver Goldfrank 2011, 37-45). El nico estudio centrado en explicar el apoyo del Banco Mundial al PP que he encontrado sostiene, como se dice el subttulo, que se

    trata de un caso de convergencia de los planteamientos izquierdistas y neoliberales (Theuer 2010). Daniela Theuer (2010), documentando la creciente importancia de la participacin en las publicaciones del Banco Mundial en el transcurso de la dcada

    de 1990 y mostrando cmo el Banco ha pasado a tratar a la vez de responder a las demandas de actores de la sociedad civil, para que puedan participar y asegurar el

    buen gobierno, y evitar sobrecostos y la corrupcin en su proyectos. Un dato utilizado para sostener la tesis de la convergencia es que: Los antiguos miembros de la administracin de Porto Alegre fueron contratados al mimos tiempo como

    consultores de Hugo Chvez en Venezuela y tambin por el Banco Mundial (Theuer 2010, en lnea). Muchos observadores acadmicos que han observado el giro participativo del Banco

    Mundial, sin embargo, expresan un mayor grado de escepticismo (ver Rckert 2007). Como se ha mencionado, las crticas se centran principalmente en los

    documentos estratgicos de lucha contra la pobreza, que se introdujeron para acompaar a la segunda ronda de la Iniciativa para los Pases Pobres Altamente Endeudados (HIPC), que obligan a los pases receptores a formular polticas

    macroeconmicas y sociales para reducir la pobreza de manera participativa con el fin de recibir los fondos HIPC. La revisin de los informes anuales del Banco Mundial sobre el desarrollo y otras publicaciones permiten deconstruir su enfoque

    sobre la participacin y la reduccin pobreza. Paul Cammack (2004, 204) ha encontrado evidencias de que el Banco pretende utilizar la participacin para

    redefinir y reducir el papel del Estado en la prestacin de servicios pblicos y bienes colectivos y para empujar a los ciudadanos a asumir nuevas responsabilidades en su lugar. Cammack (2004, 190) describe segundas intenciones: mientras que el compromiso del Banco con la reduccin de la pobreza es real, dentro de ciertos lmites, est condicionada y subordinada a un objetivo ms amplio. Su principal

    objetivo es la transformacin sistemtica de las relaciones sociales e instituciones en los pases en desarrollo, con el fin de generalizar y facilitar la proletarizacin y la acumulacin capitalista a escala mundial, y especficamente construir hegemona

    capitalista a travs de la promocin de esquemas legitimadores de la participacin comunitaria. En su examen del proceso del PRSP en Nicaragua, Arne Rckert (2007) coincide con

    Cammack, y agrega la nocin de que el ascenso del discurso participativo representa la respuesta de las instituciones financieras internacionales al cuestionamiento de

    las prescripciones polticas neoliberales del Consenso de Washington, y que esta respuesta es un intento de cooptacin. Segn Rckert (2007, 97):

    Las instituciones internacionales tienen la funcin de cooptar a las lites de la periferia y absorber ideas contrahegemnicas para crear o asegurar el dominio de la

    ideologa hegemnica. En primer lugar, las instituciones hegemnicas involucran a las elites perifricas para dar una apariencia de amplia representacin y legitimar las polticas que aplican. En el proceso PRSP, las organizaciones de la sociedad civil

    que incorporan en el proceso de formulacin de polticas podra ser visto como un intento de cooptar a los actores de la sociedad civil en los pases en desarrollo en el

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    marco del desarrollo de las instituciones financieras internacionales, y para legitimar las controvertidas reformas neoliberales en los pases en desarrollo.

    Segundo, las instituciones hegemnicas absorben ideas contrahegemnicas y conceptos para hacer que parezca como si las preocupaciones de los crticos estn siendo escuchadas y tomadas en serio.

    Rckert (2007, 103-109) ha detallado cmo en el proceso supuestamente

    participativo de PRSP de Nicaragua, de hecho, participan muy pocas organizaciones de la sociedad civil y con muy limitada influencia, como el equipo del Fondo Monetario Internacional controlaba la poltica macroeconmica sugerida para la

    reduccin de la pobreza, y cmo el producto final conserva la mayor parte de las recetas neoliberales de los programas de ajuste estructural al tiempo que aade un poco de gasto para reducir la pobreza.

    Es justo aplicar las evaluaciones de los procesos PRSP del Banco Mundial a los presupuestos participativos? Es decir, es justo sugerir que el presupuesto

    participativo es una idea contrahegemnico que ha sido cooptada por el Banco para legitimar polticas neoliberales? O habra que ver el apoyo del Banco de PP como una verdadera convergencia con la izquierda? Mi propia interpretacin, presentada

    ms adelante, es que dentro del Banco Mundial se pueden encontrar dos tipos de defensores del PP los que creen en el potencial democratizador del PP y los que utilizan el lenguaje de la participacin como una especie de caballo de Troya para

    apoyar su propia agenda neoliberal pero que el Banco como institucin no est comprometido con el PP de la misma manera que lo ha estado en el marco de los

    Poverty Reduction Strategy Papers. Los pocos cientos de millones de dlares que el Banco habra prestado o concedido para proyectos relacionados con el PP (algunos de los cuales estn relacionados con los PRSP en cualquier caso) representan una

    nfima parte de la financiacin total del Banco, algo del orden de menos de una dcima parte del uno por ciento de los prstamos del BIRF. En otras palabras, a

    pesar de la importancia del Banco en la globalizacin de los presupuestos participativos, el PP no es muy importante para el Banco. A medida que la globalizacin del PP avanza, los resultados promovidos siguen variando

    considerablemente de una ciudad a otra, dependiendo probablemente menos del apoyo del Banco y ms del contexto poltico, social y econmico local, incluyendo la clase de polticos en el poder, la existencia de organizaciones de la sociedad civil

    dispuestas a participar, y el nivel de recursos disponibles.

    El Presupuesto Participativo como un guin global Mi interpretacin del papel del Banco Mundial en la globalizacin del presupuesto participativo se basa en un trabajo de Jeffrey Jackson (2005). En su estudio de

    cmo funcionan las agencias de desarrollo en Honduras, Jackson ofrece una serie de ideas acerca de la globalizacin, que ayudan a iluminar la difusin de los

    presupuestos participativos. En primer lugar, plantea que la globalizacin es hecha por los globalizadores los profesionales de la cooperacin internacional y que sus motivaciones no son del todo altruistas. Para Jackson (2005, 2), la globalizacin

    significa para las agencias de desarrollo como el Banco Mundial la creacin de un marco de gobernanza mundial que desarrolla y mantiene las polticas necesarias

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    para promover sus diversas agendas globales en todo el mundo. Es importante destacar que si bien el objetivo general es potenciar el capitalismo global no existe una agenda nica, sino ms bien una multiplicidad de agendas, con diferentes grados de importancia y, al igual que las propias agencias de desarrollo, algunos programas son hegemnicos y otros son perifricos (Jackson 2005, 10, 9 ). El mismo autor (2005, 9-10) caracteriza a tales agendas globales como guiones culturales o recetas, normas y marcos de referencia que definen y limitan el grado de independencia los Estados-nacin para funcionar en el contexto global .... La globalizacin implica naciones siguiendo las mismas recetas (ms o menos) para que las sociedades deben funcionar .... . Yo sostengo que las organizaciones de

    desarrollo son los principales promotores de estos guiones globales. Ciertamente, el PP es uno de los muchos guiones globales recientes, especialmente para los gobiernos municipales promovidos por agencias de cooperacin al desarrollo como el

    Banco Mundial. Sin embargo, como ya lo hemos observado, el PP es una especie de agenda perifrica dentro del Banco.

    El apoyo al PP se reparte entre diferentes unidades del Banco, en su mayora aquellas menos importantes en trminos de recursos, incluyendo especialmente al Departamento de Desarrollo Social. Gran parte de la promocin del PP de parte del

    Banco, y las actividades de investigacin, ha sido financiadas no por las fuentes principales del Banco, sino por fondos especficos del norte de Europa, en particular del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Ambiental y Socialmente Sostenible

    Noruego-Finlands y el Programa de Partneriados del Banco de Holanda (TFESSD), o en colaboracin con gobiernos de Europa del Norte. Los gobiernos sueco y holands,

    por ejemplo, financiaron investigaciones del Instituto del Banco Mundial y la publicacin del libro sobre los presupuestos participativos (Shah 2007, xvii), y el TFESSD apoya a CIGU y a MDP-ESA (World Bank 2009, 5). Como Michael Watts

    (2001, 283, 284) lo advirtiera al analizar el enfoque del Banco sobre el capital social, el presupuesto participativo habra sido un camino para que quien tienen menos poder dentro del Banco... estimularan el debate dentro del Banco proporcionado una plataforma para cuestionar la hegemona de la doctrina neo-liberal, pero en trminos de personal, recursos y legitimidad dentro de la estructura del Banco, el

    grupo que apoya al capital social [lase PP] sigue siendo totalmente insignificante. El centro de gravedad dentro de la institucin reside en otro lugar, muy especficamente alrededor del poder inexpugnable del la gente dedicada al ajuste estructural. (2008). Sam Dallyn, en su estudio del programa piloto del PP en Albania apoya esta

    interpretacin. Por ejemplo, Dallyn (2008, 1-2, 16-17) encuentra que el Banco slo aport $10.000 para apoyar la puesta en marcha del PP en cuatro regiones, en comparacin con un presupuesto de ms de $ 225 millones para proyectos totales

    en Albania por la misma poca, y que mientras el equipo del Departamento de Desarrollo Social quiso colocar al PP dentro de la Estrategia Nacional de Apoyo a a

    Albania, las ms poderosas unidades dedicadas a la reduccin de la pobreza y la gestin econmica impidieron. Por otra parte, los principales actores siguen sin estar convencidos por el PP. Shah (2008, 209-213) enumera los presupuestos

    participativos como un enfoque de desarrollo que no ha estado a la altura de las altas expectativas para mejorar el desempeo del gobierno y ofrecer a los

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    ciudadanos acceso a los servicios bsicos. Jackson (2005) seala que las agencias de desarrollo internacionales compiten sobre la priorizacin de los guiones globales.

    En el Banco Mundial, se observa la competencia entre los detractores del PP y los dos tipos de actores internos antes mencionados, sobre todo entre los financiados por los pases de de Europa del Norte (los verdaderos creyentes) y quienes apoyan al

    PP como parte de una agenda de modernizacin neoliberal. Este segundo grupo est referido a tema clave ya planteado por Jackson: la nocin

    de que las agencias de desarrollo estn cambiando gradualmente los Estados-nacin en el mundo en desarrollo (los llamados mercados emergentes) en Estados neoliberales funcionales para la gobernanza global. Los Estados neoliberales ofrecen tres servicios principales: proporcionar infraestructura como puertos y carreteras que facilitan el comercio mundial, la adopcin de las reformas neoliberales como polticas fiscales y monetarias que garanticen la estabilidad macroeconmica y la inversin extranjera orientada a la exportacin y el crecimiento econmico, y la promocin del orden orden social a travs de una amplia gama de actividades bajo los rubros generales de la reduccin de la pobreza, desarrollo social, 'y redes de seguridad social (Jackson 2005, 138-140). Algunos funcionarios del Banco Mundial ven los presupuestos participativos precisamente de esta

    manera, es decir, como una reforma del gobierno local que facilita la realizacin de estos servicios. El ex gerente del programa urbano del Instituto del Banco Mundial, Tim Campbell, por ejemplo, concibe a las nuevas formas de PP y otras expresiones

    de la participacin local en el marco de un nuevo modelo de gobernanza, uno que es ms fiscalmente disciplinado y eficiente (Campbell 2003, 145). Segn Campbell

    (2003, 98, 175), el Banco Mundial debe seguir apoyando la consolidacin de este nuevo modelo y expandirlo por razones que Jackson encontrara familiar:

    El Banco y sus prestatarios tienen nuevos motivos para resucitar la idea de una estrategia urbana para fomentar un papel apropiado para las ciudades, para medir

    su contribucin potencial al crecimiento, para abordar los problemas de las grandes aglomeraciones, y para alejarse de iniciativas fallidas como empresas patrocinadas por la ciudad de dcadas atrs. El crecimiento inducido por el comercio es en s na

    razn para coordinar los esfuerzos de la ciudad en la planificacin y provisin de la infraestructura para vincular los mercados urbanos y la produccin con inversiones intrarregionales, como los ferrocarriles, las carreteras y los puertos.

    Las ciudades no slo tienen un papel crucial en la provisin de infraestructura e el

    impulso al comercio. Campbell (2003, 98) hace hincapi en que la participacin democrtica a nivel local se est convirtiendo en un apoyo potencialmente importante en el manejo responsable del sistema financiero y, en definitiva, es parte

    del mecanismo para garantizar la estabilidad macroeconmica. A lo largo de su discusin sobre el nuevo modelo de gobierno local emergente en Amrica Latina,

    Campbell publicita al PP de Porto Alegre como un buen ejemplo: Los municipios de las ciudades ms importantes comenzaron a incorporar los enfoques de las empresas privadas que atienden a los clientes. Ninguna prctica es ms ilustrativa

    de este cambio como el presupuesto participativo en Porto Alegre (Campbell 2003, 151). Para desarrollar el nuevo modelo de gobierno municipal fiscalmente

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    responsable, Campbell (2003, 171-172) considera que el presupuesto participativo coexiste con la privatizacin de los servicios pblicos y la reduccin de los costes de

    personal municipal, e incluso contribuye a reforzar tales procesos. Campbell informa (creo que de forma errnea) que Tarso Genero [sic] ha reducido el personal Porto Alegre en una cuarta parte (Campbell 2003, 152; ver Goldfrank 2011, captulo 2). El otro tipo de actor interno del Banco en el debate sobre el PP, a quienes me he referido como los verdaderos creyentes, tambin mencionan los

    beneficios del PP en trminos de la disciplina fiscal y reduccin de costos, pero destacan otro componente aludido por Jackson cuando se refera a los Estados neoliberales: la reduccin de la pobreza y el desarrollo social (vase, por ejemplo,

    Social Development Team 2006, 2-3). Un tercer conjunto de ideas planteadas por Jackson puede ayudar a entender cmo los dos sectores identificados al interior del Banco han alcanzado tal importancia en

    la difusin de PP. Especficamente, Jackson (2005, 64-71, 142-146) observa cmo los organismos de cooperacin al desarrollo tratan de posicionarse como expertos,

    como titulares de conocimientos especializados, y cmo utilizan cuatro mecanismos de poder: la insercin en la poltica local (invitados por las autoridades locales), la vigilancia para recopilar informacin, el diseo de una agenda que priorice sus

    recetas, y la obtencin del consentimiento de las autoridades locales y los ciudadanos, tanto para preservar sus competencias como para asegurar que sus prescripciones polticas se sigan. En cuanto al PP, en concreto, ya hemos visto cmo

    el Banco ha publicado numerosos estudios para erigirse como el Banco del Conocimiento que el ex presidente del Banco, James Wolfensohn, anunciara (Cammack 2004, 196). El Banco ofrece ahora asesoramiento experto sobre presupuestos participativos a travs de cursos a distancia, visitas de campo y publicaciones. En el prefacio de su libro sobre el presupuesto participativo, el

    Gerente de Reduccin de la Pobreza y Gestin Econmica del Instituto del Banco Mundial Roumeen Islam escribe que el libro hace avanzar la agenda del Instituto del Banco Mundial sobre el intercambio de conocimientos y el aprendizaje a partir de experiencias entre pases en el campo de la reforma de la gestin pblica. Su objetivo es ayudar a los responsables polticos y los profesionales de los pases en

    desarrollo en la toma de decisiones ms informadas (Shah 2007, xv). El Banco promueve invitaciones sobre procesos locales de PP y ofrece recomendaciones para su mejora, algo que se ha llevado a cabo no slo en el Per (Banco Mundial 2011, 3),

    sino tambin en uno de los sitios originales del PP: Porto Alegre (De Souza 2010, 39). Esta situacin tambin nos lleva a destacar otro de los argumentos de Jackson

    (2005, 15, 17): que los programas locales slo son exitosos cuando son capaces de vincularse a las agendas globales y que la cooperacin internacional beneficia fundamentalmente a los pases donantes (y yo aadira agencias de desarrollo) y no a los pases receptores. La literatura sobre la difusin global de los presupuestos participativos indica que en muchos, si no la mayora de los casos, los procesos de

    PP promovidos por autoridades locales estn vinculados a apoyos externos, como del Banco Mundial. Es ms dudoso, sin embargo, que el Banco haya obtenido mayores beneficios de su promocin del PP de parte de los gobiernos locales que lo

    implementaron. Jackson (2005) destaca los contratos adjudicados a empresas de los pases donantes y los empleos creados por expertos en desarrollo del Norte como los

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    principales beneficios que se derivan de la prestacin de la ayuda al desarrollo. Los beneficios potenciales que el Banco podra obtener de apoyar al PP incluyen una

    imagen pblica ms positiva, ms fuertes relaciones de colaboracin con otros organismos internacionales de desarrollo, y el acceso a informacin sobre los beneficiarios de prstamos. Posiblemente lo ms importante, el Banco podr

    beneficiarse de usar PP como punto de venta para sus prstamos y como una forma de reducir las prdidas y los fracasos de proyectos de desarrollo debido a la

    corrupcin. En cuanto a los primeros, en un documento del Banco dirigido al gobierno ruso, denominado "Grupo del Banco Mundial: Ventajas Comparativas", el Banco destaca su papel en la promocin del PP en varios pases en desarrollo,

    incluido un proyecto piloto en la Rusia rural (Banco Mundial 2006, Anexo 3, p. 4). Con respecto a esto ltimo, el Banco con frecuencia promociona el papel del PP en la reduccin de la corrupcin, por lo cual algunos observadores especulan que esta es

    una razn clave por la que el Banco apoya al PP (Dallyn 2008, 6, 19-20), y el sitio web del Banco incluye un trabajo de investigacin que evidencia que los municipios

    brasileos que utilizan el PP tienen menos y menos graves casos de corrupcin que aquellos que no lo utilizan (Zamboni 2007). Claramente, la corrupcin es un tema importante para el Banco Mundial, teniendo

    en cuenta los argumentos cada vez ms estridentes contra la ayuda extranjera sobre la base de que se derrocha por corruptas autoridades locales (vase, por ejemplo, Moyo 2010). Sin embargo, a pesar de los potenciales (pero difciles de medir)

    beneficios para el Banco Mundial al promover el PP, el hecho de que el Banco dedica slo un pequeo porcentaje de sus recursos a ello sugiere que la mayora de los

    funcionarios del Banco no estn convencidos de que los beneficios superan a los costos para el Banco, si es que existen tales beneficios. Sin embargo, si existen, superaran a los beneficios potenciales para los receptores del apoyo del Banco al

    PP? La seccin de cierre interar responder esa pregunta a partir de una breve mirada a los efectos de la presupuestacin participativa promovida por el Banco

    Mundial. Conclusin

    En este texto se ha tratado de ofrecer una visin matizada del apoyo del Banco Mundial a la presupuestacin participativa. En resumen, he sugerido que, si bien ciertas unidades del Banco Mundial han promovido el presupuesto participativo

    como un guin o una receta para que los gobiernos locales de todo el mundo algunos verdaderos creyentes de la capacidad transformadora del PP como

    instrumento para la democratizacin y la reduccin de la pobreza y otros que consideran al PP como un mecanismo para sostener una agenda neoliberal de hecho el apoyo al PP es bastante marginal dentro del Banco. Tambin he insinuado

    lo que creo es una de las razones de la condicin perifrica del PP entre los programas del Banco: las unidades ms importantes del BM no estn convencidas

    de que el PP hace lo suficiente para apoyar la poltica neoliberal o para proporcionar otros beneficios para el Banco y los principales pases donantes. Estoy de acuerdo con Dallyin (2008, 5, 32) cuando sugiere que el PP va a mantener un lugar pequeo pero significativo en una de las unidades del Banco, el Departamento de Desarrollo Social, pero seguir siendo marginal dentro de las actividades del Banco en general.

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    No obstante, incluso desde esta posicin perifrica, los defensores del PP en el Banco seguirn desempeando un papel importante en la difusin del PP.

    Algunos observadores sostienen que el papel del Banco tiene efectos negativos sobre la prctica del presupuesto participativo. Sintomer et al (2010, 31) han observado un contraste entre el modelo original de Porto Alegre y un modelo apoyado por el

    Banco, y sostienen que en muchos pases latinoamericanos el PP se aplica principalmente de arriba hacia abajo y no se basa en la movilizacin independiente

    de sociedad civil, que tales procesos slo controlan una cantidad limitada de dinero y que se basan en metodologas que no otorgan ningn verdadero poder de decisin o de control de las organizaciones de la comunidad, lo que significa que es

    muy poco probable lograr un empoderamiento de los pobres, y que el Banco Mundial ejerce una influencia importante sobre algunos procesos de PP. Estos argumentos sugieren que el apoyo del Banco al PP no tiene mucho que ofrecer a los

    destinatarios y que los defensores de los PP deben desconfiar de cualquier intervencin del Banco. Por desgracia, tales afirmaciones son difciles de verificar, ya

    que Sintomer y sus colegas no proporcionan pruebas ni especifican en qu casos de PP creen que se cumplen tales criterios. Otros estudios han sugerido un papel menos nefasto para el Banco. Dallyn (2008, 22-30) encuentra indicios de que los

    proyectos piloto patrocinados por el Banco en Albania han logrado movilizar a los ciudadanos al menos parcialmente, en particular entre los grupos ms pobres y marginados (como los gitanos), en la creacin de una proceso razonable de

    empoderamiento, y extendindose a otras ciudades en Albania sin apoyo del Banco. En el Per, el caso emblemtico del PP apoyado por el Banco, los resultados han

    sido mixtos en cuanto al nivel de participacin, la mejora y la mayor igualdad en el acceso a la infraestructura y los servicios, la inclusin de grupos empobrecidos pero han mejorado con el tiempo (Goldfrank 2007a; Banco Mundial 2011). No est

    claro si el Banco ha desempeado un papel importante en la produccin de cualquiera de los diversos resultados o la mejora de los resultados, pero mi

    sensacin es que es poco probable. Hay muchos factores que influyen en el xito de la presupuestacin participativa, incluyendo la forma en que se ha diseado, y las condiciones econmicas, sociales y

    polticas en las que se implementa Goldfrank (2007a). Mientras que en inicio del PP el apoyo del Banco Mundial puede influir en el diseo, las autoridades polticas en general tienen la mayor influencia, Varias publicaciones del Banco an se quejan de

    los polticos que temen perder poder con el PP y queden bloquear la participacin efectiva o negarse a aplicar las decisiones de PP (Social Development Team 2006, 35;

    Banco Mundial 2011, 9-13). Y el Banco Mundial no tiene prcticamente ninguna influencia sobre los aspectos clave del contexto local, ctales omo la ideologa del alcalde, la fuerza de los actores polticos opuestos al PP, y la vitalidad de las

    asociaciones cvicas locales. Adems, uno puede encontrar historias de xito del PP incluso en condiciones adversas (Goldfrank 2011, captulo 7). Como Dallyn (2008,

    30) concluye: En ltima instancia, ... son los propios participantes quienes dan vida al PP. Debemos entonces ver con satisfaccin el apoyo del Banco Mundial al presupuesto

    participativo? Yo veo poco peligro en la relacin con el Banco, especialmente con quienes trabajan para su Departamento de Desarrollo Social, que parecen ser los

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    verdaderos creyentes. No me convence la opinin aparentemente sostenida por algunos (Campbell 2003), que mediante la adopcin de PP los ciudadanos lleguen a

    reconocer la necesidad de aplicar la agenda neoliberal de reduccin del Estado. Eso ciertamente no parece haber ocurrido en el Per, donde el PP es el ms frecuente. Si uno ve PP en el Per como una prctica verticalizada, de arriba hacia abajo, y que

    ofrece pocas posibilidades de empoderamiento, debemos recordar que el PP ha coincidido con una mayor resistencia al neoliberalismo, como lo demuestra el

    aumento generalizado de la protesta anti-neoliberal, as como la eleccin de Ollanta Humala. Adems, incluso en los casos supuestamente verticalizados de PP sustentados en el apoyo del Banco, Sintomer et al. (2010, 31) han observado una

    mayor transparencia y rendicin de cuentas, as como la disminucin de la corrupcin y algunas polticas pro-pobres que ayudan a mitigar un poco las enormes desigualdades de las sociedades latinoamericanas. El presupuesto participativo promovido por el Banco no puede ser un panacea para todo lo que impide el desarrollo igualitario, y no siempre puede conducir a grandes logros por

    parte del gobierno local; sin embargo, como Dallyn (2008, 31) escribe, una de las razones de su adopcin inmediata en muchos pases en desarrollo es que, en muchos casos, ha significado una mejora drstica frente a lo que exista antes. Al final, el presupuesto participativo ayuda a iniciar una conversacin amplia sobre las prioridades sociales y econmicas, y una vez que existe, incluso a partir de un proyecto piloto apoyado por el Banco Mundial, se puede desarrollar unproceso de

    democratizacin y redistribucin que sera realmente bueno para el mundo entero.

    .

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