para la historia de la guerra de...
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MEMORIASPARA LA HISTORIA DE LA
GUERRA DE TEJAS,A el Sr. General de división y actual Presidente del
supremo Tribunal de guerra y marina
de la República
D on Vicente F il is ola.
T O M O I .
México.
CAPITULO VIII.
Nuevas intentona« de los ciudadanos de los Estados-Luidos para apode-., rarse de Tejas, no obstante la dem arcación delimites que acababa de ce., lebrarse entre aquel gobierno y la España, eu 2 de Febrero de 1819 —El general Long: su trágico fin en México el ano de 1822.—Proyecto de Moisés Austin, que pone la base de la colonia norte-americana que se estableció por primera vez en T ejas con permiso del gobierno de las provincias internas de Oriente.—Condiciones de este permiso.—Muerte de Moisés Austin.—Le succede en la empresa su hijo E stévan.—Viaje de éste á México.—L ogra del gobierno independiente que se estableció en esta capital en 1822 la ratificación del permiso para establecer la colonia que proyectó su padre.—Dictámea y decreto refereutes á ella.
J u s t o era esperar que por el debido respeto ¡í
este tratado, cesaran los conatos de los norteamericanos para establecerse clandestinamente
en el territorio m ex icano; pero luego se ad virtió que no habia de ser así. No bien se habia publicado aqu el, cuando en el mismo año varias
familias se establecieron de nuevo en Tejas; y
en Natches, sobre el Mississipi, se hizo una reu
nión de mas de och en ta aventureros, bajo las ordenes del general L ong, que llego a aumentarse
gradualmente hasta el número de trescientos hom bies, que lu ego marcharon con el designio
de imadir la villa de Nacogdoches. Mas noti-
MEMORIAS PARA LA Í I IST . DE TEJAS. 10?
e io so de aquel proyecto el g o b ernador y com an
dante militar de Tejas, los h izo atac ar entre los
rios B razos y el Trinidad, y habiendo sido der
rotad os completamente, se dispersaron en todas
d irecciones. Long, fugitivo, se dirigió para el
parage llamado Bolivar, de donde después de
haber reunido los dispersos, pasó á la N u e v a -
O rleans en solicitud de mas h ombres y aux ilios;
y h abiendo vuelto á reunir allí poco mas de dosc ientos hombres, y recursos suficientes para esta
fuerza, se decidió á marchar por segunda vez, y
en primer lugar atacar el presidio de la Bahía del
Espíritu Santo, que se encontraba con poca guar
nición. A sí fue que se apoderó de este presidio
sin la m enor resistencia, aunque por m uy pocos
dias; pues sabido en Béjar el suceso á las cua
renta y ocho horas de haberse verificado, inmediatam ente se aprestaron todas las tropas de que
pudo d isponer el gobernador, y acudieron a la
defensa. L os invasores, d espu es de una v ig o rosa resistencia , tuvieron que rendirse en núme
ro de ciento ochenta hombres que habían quedado: y éstos y su caudillo fueron remitidos ií
M éx ico á principios del año de 1820, en cuy i ca
pital estuvieron detenidos en calid ul de prisio
neros h a sta el año de 1821, que fueron puestos
en libertad por el gjbierno independiente, y el
general L ong fue reconocido com o tal. Pero
queriendo un dia entrar en un cuerpo de guardia
en qu e se custodiaba á un reo de muerte, se lo
im pidió el centinel.i, y Long, indignado, le dió
una bofetada, que le fue correspondida por el
soldado con un tiro de fusil con que le dejó muer
to en e l acto . E sto sucedió en 1822, como cu
señal quizá d e q ue la P rov id encia liabia destina
do á todos los em prendedores sobre T ejas un
fín desastroso , y d e que la ocupacion de T ejas
liabia de ser c a u sa de las horrorosas y perjudi
ciales e scen as d e sangre que se h an sucedido
posteriorm ente al tratado de 1819.Moisés A u st in , natural de Durh am, en el conti
nente, de edad de mas de cincuenta años, h om
bre de una cap ac idad 6 instrucción nada com unes, sagaz, em p rend edor y perseverante en sus
proyectos, sin em b argo del mal éx ito que liabia
esperim entado en tod as las n eg ociaciones en que
se liabia m e z c la d o en los E stados-U nidos, con
m otivo de la ce leb rac ión del tratado entre E spa
ña y éstos, en e l que se estipulaba que los indi
viduos de la L u is ia n a que quisiesen trasportarse
al territorio d e l r e y de España, serian admitidos
en él com o in d iv id u os de aquella nación; Moisés
A ustin, r ep e t im o s , concibio el proyecto de ser
también co lon izad or de T ejas , para ver si así re
sarcia sus pérd id as anteriores. En consecuen
cia, se d ir ig ió d e sd e la N u e v a -O rleans á San
Antonio de lJéjar: llego' allí en Diciembre de
1820; y aunque al principio filé recibido con al
guna d esconfianza , despues, por la mediación del
barón de B a s tr o p , fué oida su pretensión y aun
recom endada por e l gobernador D. A ntonio Ma
ría M artínez y e l ayuntam iento de Béjar al go
bernador de las cuatro provincias internas de
O riente, b r igad ier D . Joaquín de Arredondo, á
quien tocab a con ced er la o negarla. Ella se con
traía á so lo e l p erm iso de poder establecer A us
tin tresc ien tas fam ilias en Tejas; pero mientras
aquel trám ite s e evacuaba, se encontro' exhaus
1 0 8 MEMORIAS PARA
to de d inero A u s t in, y determinó volver á los
E s t ados-U nidos para proveerse del necesario; y
habiend o dejado en Béjar de su apoderado al re
ferido barón de Bastrop, verifico' su partida en
Enero de 18:21. E lp a is q u ed eb ia correr e s t aba
absolutamente desierto, por haber tenido cuidado los españoles de destruir, como hem os dicho,
cuantas habitaciones se habian establecido en él, para evitar en lo suces ivo mut uas pretensiones
y reclam os entre el gobierno de España y el de
los E stados-U nidos. Así es que los padecim ien
tos y miserias que sufrió' Austin, fueron im pon
derables, y las aum entó al estrem o la deslea l ra
pacidad con que fue robado y abandonado en el
desierto por los m ism os que lo acompañaban.
E ste fatal acontecim iento lo abatió al grado de
que, habiendo enfermado de estas resultas, murió
en 10 de Junio de 1821, antes de llegar á los E s
tad os-U nid os y a n te s de concluir los preparativos
del trasporte de las familias de la colonia, cuyo
perm iso le fue dirigido en los dias de su partida
de Béjar, con fecha 17 de Enero del año citado
de 1821, el cual dejó en herencia á su hijo Esté-
van Austin , encargándole l levase al cabo la em
presa.Las condiciones que se le pusieron al efecto
en el citado perm iso, eran:1? Q u e pudiesen es tab lecerse en T e ja s tres
c ientas familias precisamente de la Luisiana, é
introducidas por Moisés Austin.2* L os individuos de estas familias debían
ser todos precisam ente católicos romanos, ó ha
cerse tales antes de entrar en el territorio de
T eias.
LA HISTORIA DE TEJAS. 1 09
3? Q,ue trajesen consigo c onstancias fidedig
nas de su b u ena vida y costumbres.
4* Q u e prestasen t odos el debido juramento
de ob ed ec er y defender al gobierno del rey de
España, y d e observar la constitución política de
la monarquía española, sancionada en 1812. A sí
m ismo el gobernador de T ejas esp id ió una ór-
den posterior , por la cual mando', que mientras
que la co lon ia no es tu v iese en estado de recibir
la organización debida para su gobierno político
y adm inistración de justicia , se mantuviera suje
ta á M oisés Austin; y á éste se imponia el deber
de gobernarla y mantener en ella el buen orden, procurando al m ism o tiem po su fomento y pros
peridad. E s to s docum entos le fueron remitidos
á M oisés A ustin con D. Erasm o Seguin , vecino
respetab le y acomodado de Béjar, quien se los
entregó á su hijo Estévan Austin en N atchito
ches, adonde se le fue á reunir desde la N u e v a -
O rleans, y de allí se volvieron ambos á Béjar, á
cuya c iudad arribaron juntos en 10 de A gosto
del refer ido año de 1821.
R esguardad o lu ego Estévan Austin con el pre
vio p erm iso del gobernador Martinez, fue con
algunos d e sus adictos á reconocer la provincia
para e le g ir el terreno en que le conviniera estab lecerse; y habiéndole agradado al e fecto el que
se h a lla situado sobre la orilla derecha del Bra
zos, á c o s a de treinta legu as de la costa, lo man ifestó á la autoridad de T ejas , y consigu ien te
m ente reg r esó en fines del mismo A g o sto á los
Estados-U nidos, para traer de allí las familias estipuladas.
P ero la conclusion de la em presa de A ustin , iiq
í 10 MEMORIAS PARA
debía ser tan llana y fácil, com o eran encubiertas
y ramificad as las principales miras que en ella se
llevaban; pues acontecim ientos nuevos é impre
v istos , le d ebían proporcionar también nuevos trabajos que sufrir y dificultades que vencer; pe ro es de saber, que si el padre habia sido p erse verante y tenaz en sus proposites , no lo fue m enos el hijo, y tal vez le superaba en lu c es , saga
cidad y tacto político.
Mientras, pues, que éste regresaba por seg u n da vez de los Estados-U nidos á Béjar, en 15 de
Marzo de 1822, con algunas familias, se habia
llevado al cabo la gloriosa revolución que e levo
á la nación m exicana de la c-ondicion de colonia
española al rango de nación soberana c independiente. E l gobernador Martínez se habia adherido á la nueva administración política, que
se organizó en México; y en consecuencia , m anifestó' á E sté van Austin que la concesion que
se le habia otorgado necesitaba para su validez
y firmeza futuras, de la ratificación del gobierno
nacional. En este concepto, Austin se vio' en la
necesidad de emprender un v iage á México, dejando encargada la dirección de su com enzado
establecim iento á una persona de su confianza. L legó á la capital el 29 de Abril, y en ella se te
nían unas ideas tan benévolas y una. confianza
tan grande en la política de la república vecina, que no encontró mayor dificultad c on el gobierno que entonces regia,' para la confirmación del
perm iso (pie se le habia concedido por el gobernador español. So lo se le hicieron algunas restricciones y se agregaron formalidades de poca
importancia, com o se verá en el decreto que al
LA HISTORIA I>E TEJAS. I I I
efec to se e sp id ió , y nos parece oportuno insertar
e n e s te lu g a r , para autorizar nuestra narración
en e s te punto .“ H a v is to el consejo de Estado, en sesión de
“ 1 4 de E n e r o de 182-3, el espediente instruido so-
“bre es ta b lec im ien to de trescientas familias lui-
“ s ia n esa s e n la provincia de Tejas, que promovió
“ el em p resa r io D. Es té van Austin.“ V arios son los puntos ú que se contrae la so
l i c i t u d d e éste; y el consejo, habiéndolos toma- “ do en consideración , pasa á esponer su dictá-
“ m en a c e r c a de cada uno de ellos.
“ El p r im ero es, que el gobierno apruebe y
“ confirm e la cantidad de terreno que Austin pro- “ m et ió dar á lo s emigrados, y que señalen porlí-
“ m ites d e aquel establecimiento, los que descri-
“be en e l m emorial; y observa el consejo que “ Atistin no es tu v o plenamente autorizado para
“ est ip u lar con los emigrados la cantidad de ter-
“ reno q u e deberían gozar en el nuevo establecim i e n t o , y q u e de consiguiente éstos se hallan suj e t o s a la s d isposic iones del gobierno: ademas, el
“ art. 10 de la ley de colonizacion, previene: que
“ los a su n to s pendientes de esta materia, aunque ¡
“h a y a n .ten id o principio en el gobierno anterior, “ se arreg len á dicha ley; y el art . 8? de la mis-
“ ma dispone: que á los colonos que se dediquen
“ á labrar la tierra, se les dé por lo menos una,
“ labor, y un sitio también por lo menos á lo?'
“ que se ejerciten en la cria de ganados; por lo
“ cual, y porque aunque en el art. 9? se autori-
“ za al gobierno para que pueda aumentar la>
“ p orciones referidas, según las diversas circunst a n c i a s v condiciones de los colonos, como
1 1 2 MEMORIAS PARA
I
“ aquellos de que actualm ente se t rata no tienen
“ un derecho de justicia para ex ig ir la cantidad
“ ofrec ida por Austin; opina el consejo , que S.
“ M. podrá mandar que se distribuya á cada co-
“ lono cabeza de familia, ó que se halle emanci-
“ pado de la pátria potestad, una labor ó un si-
“ tio, según sea la industria que profese, ofrec i é n d o l e que aumentará la cantidad de terreno á
“ todos aquellos que tengan una familia numeros a , ó que se hagan acreedores por el estableci-
“ m icnto ele un nuevo género de industria, o' por
“ la perfección de los ya conocidos, ó por otras
“ circunstancias que sean benéficas á aquella
“ provincia y al imperio; entendiéndose que al “ colono que á mas de ocuparse en la labranza, “ se dedique también á la cria de ganados, se
“ le dará sitio y labor, con arreglo al citado art. “8? P ero en cuanto á cpie se designe por de
m a r c a c ió n del nuevo establecim iento los lími-
“ tes que pretende Austin y describe en su me-
“ morial, e s de parecer el consejo que no debe
“a cced erse á esta solicitud, así porque en el e s
p e d i e n t e no h ay datos suficientes para calcular
“ la estension del terreno comprendido dentro de
“ dichos lím ites, como porque no hay motivo pa-
“ ra h acer tal demarcación, pues ésta será la es-
“ tension del terreno que gocen en plena propie
d a d aqu ellos colonos.“ E l segund o punto que el empresario pro
m u e v e , es , que se le autorice para distribuir á
“los co lon os las porciones de tierra, ponerlos en
“ pacífica p o ses ion de ellos, y librarles los títu-
“ los de propiedad; y es de dictámen el consejo,
“ que desde lu eg o podrá autorizarse á A ustin pa*
L A HISTORIA DE T EJAS. 1 1 3
“ ra que acompañado d e l gobernador de T ejas o
“ de un comisionado nom brado por éste que sea de
“ notoria probidad y lu c e s , proceda á repartir,
“ señalar y poner en p o se s io n á cada uno dé los
“nuevos co lonos de la cantidad de tierra que va
“ indicada; y que el gobern ad or de T e ja s les es-
“pida el título de p ro p ied a d a nombre del go
b i e r n o .“ El tercer punto q u e prom ueve A ustin , es re
l a t i v o á que se le a u torice de nuevo para lia-
“ cer venir de los E stados-U n id os mayor mínie-
“ ro de familias que e l de las trescientas del per-
“ miso, sobre lo cu a l, conform ándose el consejo
“ con el informe d el cap itan general de aque llas
“provincias, cree q u e las familias que á mas de
“ las trescientas c i ta d a s vengan á poblar en Te-
“jas , deben e s ta b le c e r s e en lo interior de la pro
v i n c i a , y al lado d e las antiguas poblaciones;
“precaución que h a c e necesaria la seguridad del
“ Estado, porque u n a poblacion numerosa de “ personas que hab lan un mismo idioma, tienen
“ las mism as co s tu m b res y conexiones con nna
“ nación vecina, que ocu p ase esclusivam ente un
“ misino terreno, s itu ad o entre el mar y rios na
v e g a b l e s , podria turbar algún dia la tranqnili-
“ dad del imperio; en cu y a virtud es de parecer
“que podrá es t ip u la rse con A ustin con la pre
c a u c i ó n indicada y en los términos que previt-
“ ne la lev de co lon izacion .
“ En cuarto lu gar so lic ita el empresario, que
“ se le indem nice d e lo s gastos y fatigas que lia
“ sufrido hasta ahora y de los servicios que ol’re-
“ce hacer al im p erio , con que se le permita es
c o g e r para sí y su familia tanta cantidad de ter*
1 1 4 MEMORIAS PARA
“ reno, cuanta el gobierno considere que sea ju s-
“ ta; y acerca de esto opina el consejo, que el
“ gobierno le conceda las porciones de terreno
“ que se designan en el art. 19 de la citada ley ,
“bajo las condiciones que en ella se señalan.“ A cerca del quinto punto que prom ueve Aus-
“ tin, es el consejo de dictamen, que puede autor i z á r s e l e para que, con totalarreglo á la ley de
“ colonizacion, proceda á formar una poblacion
“ (que se llamará, pueblo, villa ó ciudad, según la
“ gracia que se le haga, ó se determine por las
“ leyes) de las familias que se hayan introducido
“ ó introduzcan hasta las trescientas del permi-
“ so, en el sitio mas á propósito del que actualm e n t e ocupan, procurando que sea el mas cen-
“ tral posib le de los terrenos distribuidos á los
“ colonos, quienes deberán acreditar que son cat ó l i c o s , ap ostó licos , romanos, y de buenas co s t u m b r e s , conform e espuso la diputación prov i n c i a l en su informe, y espresa el reglam ento
“ de estrangeros; advirtiéndose que el goberna
d o r de T e ja s ó su comisionado en unión de
“ A ustin , señale y mida el terreno en donde deba
“ fundarse la poblacion indicada, vendiendo lo s
“ terrenos para la fabricación de casas al precio
“ que se regu le por perito. Y en cuanto á los
“ demas porm enores que se contienen en el repe
t i d o punto, el conse j o los est ima equitativos, “ y cree que podia accederse á ellos; añadiendo
“ so lam ente , que el gobierno, conforme á los ar
t í c u l o s 15 y 16 de la citada lev de colonizacion,
“ y al título 2?, libro 4? de Recopilación de Indias,
“ cuide de que en dicha poblacion y en las que
“ en adelante se estableciesen, se proceda al ar-
LA HISTOR I A DE T EJAS. 1 1 5
“ reglo de su g ob ierno y que sean au x i liados con
“ el P a sto esp ir i tual.“ P retende A ustin igualmente que se le esp ida
“ carta de ciudadanía para gozar de todos los de
t e c h o s c iv iles del imperio; y el consejo, aun-
“ que considera que ha contraido mérito suficien
t e para disfrutar de es ta gracia, como no se h a
“ formado aún la constitución del imperio, y sub
s i s t e la española, opina que se pase esta solici
t u d á la junta instituyente , para su resolución, “ sin que por esto se dem ore el despacho de los
“ demas puntos consu ltad os, que son muy urgen
t e s .“ Por útimo, so lic ita el empresario, que se le
“ autorice para organizar á los nuevos colonos
“ en un cuerpo de m ilic ia nacional, para consc r-
“ var la tranquilidad interior y esterior : y el con-
“ sejo no encuentra inconveniente , sino antes
“bien, m ucha utilidad en que se le autorice
“ para este fin, dando cuenta de todo al g o b ern a
d o r de T e ja s y obrando bajo las órdenes de di-
“cho gefe y del capitan general de aquellas pro
v in c i a s ; creyendo que seria muy oportuno que
“ entretanto se organiza el gobierno en la pobla-
“cion que deben formar lo s colonos, se encargue
“ á A ustin que adm inistre justicia, corte lasd ife-
“ rencias que se susc iten entre ellos, y conserve
“ el buen orden y tranquilidad, dando parte al
“ gobierno de cu alquiera c o sa notable que ocurra.”
“ Esto parece al consejo , pero S. M. I. resolv e r á lo que sea m as conven iente . Rubricado
“ de los Sres. A lmanza.— V elazqu ez .— B arcena .—
“ Castillo.— A laez .— M aldonado.— R obles .— Mo-
“ reno.— M éxico, Febrero 18 de 182-3.— Habiendo
1 1 6 MEMORIAS PARA
“ dado cuenta á S. M. con el esped iente á que re-
“ ca y ó' e l dictamen que antecede, se ha servido
“ reso lver de entera conformidad; y en consecuen
c i a declara, por lo que toca á lo primero: que
“A ustin no estuvo autorizado para estipular
“ con los emigrados la cantidad de terreno que
“ deberían gozar en el nuevo establecimiento, “ sobre lo cual se hallan sujetos á las d isposic io
n e s del gobierno, con arreglo á la ley de la ma-
“ teria; y que en virtud de ella, se distribuya á
“ cada colono cabeza de familia, una labor ó un
“ sitio, segú n sea la industria que profese, ofre
c i e n d o aumentar la cantidad de terreno á todos
“ los que tengan una familia numerosa o se ha-
“ gan acreedores á ello por el establecim iento de
“ un nuevo género de industria, o por la perfec
c i ó n de los ya conocidos, o por otras circunst a n c i a s que sean útiles á la provincia o al im-
“ perio; entendiéndose que al colono que a mas
“de ocuparse en la labranza, se dedique á la cria
“ de ganado, se le dará sitio y labor, con arreglo
“ al artículo 8 de la citada ley; pero en cuanto á
“ que se designen por demarcación del nuevo es
t a b le c im ie n t o los límites que describe Austin
“ en su memorial, se declara no haber lugar por
“las razones que espone el consejo. En cuanto
“á lo 2 °, se autoriza á A ustin , para que, acom pa-
“ ñado del gobernador de T e ja s o de un comisio-
“ nado que éste nombre, proceda á repartir, se-
“ ñalar, y poner en posesion á cada uno de los
“ n u ev o s colonos, de la cantidad de tierra que
“ va indicada, y que le s espida el título á nombre
“ del gobierno, á cuyo fin, y para los demas que
“ indica el espediente , se remita copia testimo-
LA HISTORIA DE T EJAS. 1 1 7
“ niada de él al e spre s a d o gobernador. E n cuant o á lo tercero, todas la s fam ilias, que á mas
“ de las trescientas c itad as , vengan á poblar en
“ T ejas , deberán e s ta b le c e r s e en lo interior de
“ la provincia, y al lado de las antiguas pobla
c i o n e s , en los térm inos p r e v e n i d o s por la ley
“ de c olonización. En conform idad de la mis-
“ ma, y por lo tocante al cu arto punto, se conce
d e n á Austin por via d e indem nización de los
“ gastos que ha erogad o , las porciones de terre-
“ no que correspondan á su familia, según lo dis
p u e s t o en el artículo 1 9 , bajo las condiciones
“ que en él se indiv idualizan . E n cuanto al quin
t o punto, se autoriza á A u stin , para que con
“ total arreglo á la in d ic a d a le y , proceda á for-
“ mar una población de la s fam ilias que se ha-
“ yan introducido e in tr o d u z c an hasta las tres
c i e n t a s del perm iso en e l s it io mas á propósito
“ del que actualm ente o c u p a n , procurando que
“ sea el mas central p o s ib le de los terrenos dis
t r i b u id o s á lo s co lonos , q u ie n e s deberán acredi
t a r que son ca tó licos , a p o stó l ic o s , romanos, y
“de buenas costum bres; advirtiéndose que el go
b e r n a d o r de T e ja s ó su com isionado, en unión
“ de Austin , señale y m id a e l terreno en donde
“ deba fundarse la p o b la c ió n indicada, vendiendo
“ los terrenos para la fab ricación de casas al pre
c i o que se regu le por p er ito s . Y en cuanto á
“ los dem as porm enores q u e se contienen en el
“ referido punto, com o p id e A ustin , quedando á
“ cargo del gobernador de T ejas, informar lo que
“ se le ocurra para el arreg lo d el gobierno de es
t a población, y que en e l la y las demas que se
“ f u n d e n , s e a n auxil iados con el Pasto espiritual,
1 1 8 MEMORIAS PARA
“A cerca de la ciudadanía que solicita Austin ,
“ notif íq u ese le , ocurra á la junta nacional insti-
“ tu yc ntc á quien toca concedérsela; y por últi-
“ mo, se le autoriza para que organice á lo s nue
v o s co lon os en cuerpos de milicia nacional, á
“ fin de conservar la tranquilidad interior, dando
“ cuenta de todo al gobernador de T ejas , y obran-
“ de bajo sus ordenes o las del capitan general
“ de la provincia, encargándosele al mismo tiem-
“ po, que m ientras se organiza el gobierno de la
“ poblaeion, administre justicia, corte las dife
r e n c i a s que se susciten entre Jos habitantes, y
“ con serve el buen orden y tranquilidad, dando
“ parte al gobierno de cualquiera cosa notable
“ que o cu rra .— Andrés Quintana.
“ E s cop ia de sus originales de que certifico.—
“ M éxico, 11 de Marzo de 1823.— Valle."
LA HISTOR IA DE TEJA*.
CAPITULO IX,
Caída del imperio de México.—Nuevo gobierno.—Confirma este jla concesión de tierras para la colonia de A ustin.—Regreso de éste.—T oma pose- sion y da nombre á su colonia.—Dificultades con que lucha nuevamente para fundarla.—Su guerra y paz con los indios bárbaro».
O c u r r i d a á poco t iem p o la abolicion de la mo
narquía, y a la que su cced io un diferente orden
de cosas, preva lec iend o las ideas de republica
nism o, que inm ed ia tam ente se generalizaron en
la nación, y produjeron d esp u es la adopcion del
sistem a federal, aum entaron los obstáculos á que
necesariam ente ten ia q u e hacer frente el citado
colonizador de T e ja s p a ra llevar adelante su em
presa; pues habiendo s id o anulados los actos del
Sr. Iturbid e com o em perador, y los de la junta
instituyente com o cu erp o leg is lativo , sometién
dolos á la revisión y aprobación del nuevo con
greso que habia de co n st itu ir á la nación, era in
dispensable que las co n ces io n e s otorgadas á
A u st in, hu biesen también de claudicar. Pero
habiéndolas sostenido y confirmado el supremo
poder ejecutivo que se instaló nuevam ente para
sustitu ir al emperador por decreto de 14 de Abri l
de 1823, A ustin pudo regresar con esta nueva
ventaja á su colonia, y en efecto así lo hizo, al
cabo de un año de su permanencia en México.En el curso de este mismo periodo, fueron
nombrados para comandante general de las pro
vincias internas de Oriente, el brigadier D. Gaspar L ó p ez , y el coronel D. José Fé lix T re s-P a la -
cios para gobernador de Tejas: en lugar de Ar
redondo aquel, y éste en lugar de Martínez;
pero por la caida del gobierno imperial, ambos fueron relevados, uno por el brigadier D. F e lip e de la Garza, y otro por el teniente coro
nel D . Luciano García, habiendo sido éste quien
so lem n em en te y con todas las formalidades que
se observan en tales casos, puso en posesion á
A ustin de las tierras que le habian sido concedi
das para su colonia, á cuya capital se puso el nombre de San Felipe de A ustin con que se co
noce h asta ahora. A simismo, y mientras que se
diesen las le y es á que debiese arreglarse la refe
rida co lonia , se concedieron á su gefe Austin fa
cu ltad es casi omnímodas, para dictar cuanto cre
y ese conven iente al órclcn, seguridad y progreso
de los n u evos establecim ientos, caracterizándolo
adem as con el nombramiento de teniente coro
nel del ejército mexicano.
Mas e s de notar que por lo que respecta á e s te individuo, no concluyeron aquí los trabajos
que hab ia de costarle la consumación de la em presa, sino que aun le restaban que pasar por
121 MEMORIAS PARA LA ll lST . DE T EJAS.
los m uy m ater ia les y penosos que lu ego se le si
guieron, con io lo s de desmontar el terreno, construir las hab itac iones &c. &c., cuyas operaciones
le fueron tanto mas dificultosas, cuanto era
grande y sen sib le la falta que esperimentaba ya
d e toda c la se de herramientas, útiles y aun de
los v íveres n ecesarios para la subsistencia y comodidad de aqu ellas familias, pues el buque que
se los d eb ia im portar por la bahía de Mata-gor
da, nunca llego' á aparecer, ya fuese por estravío
d por otra c a u s a que ignoramos.
Por otra parte, les era casi preciso á aquellas
gen tes es tar s iem p re con las armas en la mano
para d e fen d erse de las agresiones de los indios
bárbaros de q u e se hallaban rodeadas, ora de las
tribus in d ígenas del mismo Tejas , y ora de los
que los E s ta d o s -U n id o s arrojaban hacia el ter
ritorio m e x ic a n o por el despojo de las tierras
que p ose ian , con la apariencia cuando mas, de
com p rárse las por cantidades muy insignificantes.
Pero las q u e m as que hacer dieron á la colonia,
fueron las ele lo s Carancahuaces que habitaban
las lagun as el e M ata-gorda, Arroyo de la Baca y
d esem b ocad u ra del rio!Guadalupe; llegando átal estrem o su s crueldades y depredaciones, que
p r e c isa r o n ^ Mr. A ustin á tomar la ofensiva pa
ra libertarse d e e llos .
P ú sose , p u e s , á la cabeza de unos sesenta de
sus co lon os arm ados v logro batir á los indios,v O
hacerles a lg u n o s muertos y obligarlos á cele
brar un tra tad o , por el que se compromentieron
á no p asar n u nca á la banda izquierda del rio
C olorado. C uando esto pasaba en 1824, ya se
habia dado en M óxico la constitución federal por
1 2 2 MEMORIAS PAfíA
la que T eja s vino á ser parte int egrante del A s
tado d e C oahuila y T ejas , y Mr. Austin habia
introducido com pletam ente sus trescientas familias y levantado la milicia local de la colonia que
lo habia nombrado su comandante.
LA HISTORIA DE TEJAS. 1 2 3
CAPITULO X .
N uevas leyes de co lo n iza c ió n .—Juicio critico que se liare de ellas.—Fu
nesta» consecuencia» de su a b u so por los colonizadores de T ejas , y tolerancia de las autoridades e n c a r g a d a s de su mejor cum plim iento.— Exije- Fe en Coahuila y T ejas , un a com an dan cia militar.—G eles que se succe-
dieron en ella .—S u b ord in an te d espues i la comandancia genera l de las provincias de O riente.— N om bram iento del general Bustam ante .—Xue. vas in cursiones de los bárbaros.— Vana intentona de independer á Tejas, bajo el nombre de rep ú b lica de Frcdonia.— Paz celebrada con las tribus bárbaras.
S i g u i e n d o la marc h a de los acon tec im ientos
que desde aquellos pr im eros dias de la colonia
le jana, preparaban lo s pesares y quebrantos que
despues han sobreven id o por su causa á los me
xicanos, nos parece co n v en iente observar en és
te lugar: que no contribuyeron poco á tan fata-
l e s resultados la e x c e s iv a libertad y amplitud
con que fueron con ced idas las leyes sobre colo-
nizacion, de Enero d e 1823 y A g o sto de 1824:
ellas no pudieron p r eca v e r los enorm es fraudes
que se com etieron ti su nombre, ni e l que multi
tud de familias de lo s E stados-U n id os viniesen
ú apoderarse c landestinam ente, <> con dominen-
tos fa lsos, de los terrenos de Tejas . En la N ue-
v a - O rleans y también en N ueva-Y ork pulula
ban individuos que suponiéndose propietarios ó
com isionados del gobierno general de la R ep ú
blica ó del de e l Estado de Coahuila y T ejas , vendieran á otros tan malvados como e llos , ó á
lo m enos incautos, porciones considerables de
aquel territorio; y de esta manera se c o m et ie
ron tantas y tan repugnantes irregularidades,
que nos es imposible comprender cóm o p u d ie
ron tolerarse por las autoridades de Coahuila y
T eja s , ni atribuirlo á otro principio que una bon
dadosa v mal entendida generosidad. Pero no*•' o
era así por parte de los colonos, que en nada
m enos pensaban que en correspender debidam en te á tan señalados favores; pues tí mas de
que disfrutaban de las mayores franquicias del sistem a liberal que acababa de adoptar la nación,
se manejaban tan absolutamente á su voluntad,
que llegaron á desconocer todas las otras leyes
q u e no eran las de su antojo. E x en to s adem as
de toda c lase de impuestos y de cargas en fa
vor del pais que los acogia, nada podía motivar
el ódio que despues han manifestado contra Mé
x ico , nada tam poco podía hacerles falta para el progreso de sus colonias, sino las virtudes, el
amor al trabajo y la lealtad á que estaban obligados h acia una nación que tan generosam ente
le s había admitido en su seno. Por esto era
que aunque en las condiciones de colonizacion
se había establecido que la* familias conque había de hacerse ésta, habían de acreditar previa
m en te que profesaban la religión católica a p o s
tó lica romana y ser de buenas costumbres: que
MEMORIAS PARA LA HIST. DE TEJAS. 1 2 5
lo s em presarios no debían permitir entre ellas
la perm anencia de individuos criminales, A'agos
ni de mala conducta ó reputación: que debían
también estab lecer escuelas de lengua española,
erigir Igles ia s para el culto, proveerlas de or
nam entos, vasos sagrados y solicitar sacerdotes
para la adm inistración de los sacramentos, y pa
ra el desem p eñ o de las demas funciones religio
sas; con nada de e s to se cumplía, ni por parte
de los em presarios, ni de los colonos, ni fueron
bastantes tam poco para conseguirlo las continuas ex itac ion es de las autoridades del Estado.
¿Qué podia esp erarse de todo esto? Lo que
despues se ha v isto .A m ediados del año de 1825, fue releATado del
mando de las provincias internas de Oriente, ya
elevadas al rango de Estado libre é independien
te por la con st itu c ión de 1824, el general D. Fe
lipe de la Garza, nombrándose en su lugar al co
ronel D. B ernardo Gutierrez de Lara, quedando
también unido, c o m o queda dicho, el gobierno de
T ejas al de C oahu ila , dándose á esta comandan
cia el título de com andancia principal, y ponién
dola al cargo del cap itan D. José D om ingo Casta
ñeda, quien s u s t i tu y ó al teniente coronel D. Lu-
c ianoG arcía ,para q u e éste volviese á Tamaulipas
en cuya guarnición servia. A fines del mismo año,
y por d isposic ión d e l E xm o. Sr. presidente de la
República, gen era l D . Guadalupe Victoria, se or
ganizo una nueva fu erza para guarnecer el depar
tam ento de T e ja s , y fué com puesta de doscientos
infantes del 12? batallón y cien dragones del nú
mero 9 de caballería , confiando el mando de to
da ella, al ten ien te coronel D. M ateo Ahumada,
1 2 6 MEMORIAS PARA
á quien se encargó también de la comandancia
principa l de dicho departamento.P o c o s m eses después, fué nombrado coman
dante general é inspector de los E stados inter
nos de Oriente, el general de división D. A nastasio B ustam ante, conforme una ley espedida al efecto por el congreso general en 21 de Marzo
de 182G. E l general Bustam ante se puso en
m archa al momento: llegó al Saltillo á fines de
A g o sto s iguiente; y desde lu ego com enzó á ejercer sus funciones con la mayor aceptación de
aquellos pueblos. Sus primeras tareas se dirigieron á la reorganización de las compañías pres id ía les y á llenar cuantos otros objetos se le d e
terminaban por la ley citada; pero habiendo re
cibido frecuentes partes de las incursiones que
repetian los indios bárbaros, aprovechándose de
la aproxim ación del invierno que com enzaba á
sentirse y cuya estación les era mas favorable
para em prenderlas, pues no solo invadieron mu
chos puntos de la frontera, sino cpie llegaron á
acercarse á Monterrey mas inmediatamente que
en ninguna otra época; se determ inó el general
á partir aceleradam ente al auxilio de dicha ciu
dad. A penas habia aposentádose en ella, cuando recib ió los partes del comandante principal de T eja s , en que se le noticiaba que un ameri
cano llamado Havden Edwards, residente en
N acogd och es , resentido en estrem o de que se le
hubiese anulado un contrato que se oponía á las
le y es de colonizacion, y deseando tomar ven
ganza, se habia puesto de acuerdo con el Dr.
Juan D um s Hunter, también norte-Americano,
que tenia las mismas intenciones porque iguaj-
LA HISTORIA DE T EJAS. 1 2 7
m ente se le habian n e g a d o las tierras que queria
en la frontera adon de a cababa de llegar, acompa
ñado de dos a g en t e s de los C herokees, que lo
eran Ricardo F ic ld s y B o w les , en busca de poses iones conque c o m p e n s a r á sus com itentes de
las que los habian d esp o ja d o en los Estados-Uni-
dos de América. E l p royec to de estos hombres
era, que m ientras q u e F ie lds y B o w les revolvie
sen el pais con sus in d io s y adictos, E dw ards tra
bajase en el N orte -A m ér ica para proporcionarse
refuerzos de h o m b r e s , armas y recursos bastan
tes para sostener la g u e r r a y hacer independien
te á T ejas del g o b ie r n o de la Union bajo el nom
bre de República de F redonia.Con tales miras s e habian propuesto también
comenzar por a p o d e r a r s e de la única casa de
piedras que habia en la villa de N acogd och es , y
por proclamar la R epítb lica de Fredonia; para cuya cerem onia e n a rb o la ron un pabellón peculiar
manchado de b lan co y colorado, cuyos co lores
habian de indicar la u n ió n de indios y blancos.
L u ego esparcieron u n gran número de procla
mas á los co lonos e s ta b le c id o s sobre el rio Brazos, y á los h a b ita n te s de las orillas del rio Ro
jo , invitándolos á q u e se adhiriesen á tan infa
me plan. P ero u n a d e aquellas fué in t ercepta
da antes de que l l e g a s e á su dirección por Esté-
van Austin en su e s t a b lec im iento de San Felipe.
E n el acto h izo p o n e r p reso al conductor, y
dio noticia de a q u e l la s noved ades al coman
dante D. M ateo A h u m a d a , com o este g e íe lo hi
zo por su parte al g e n e r a l B ustam ante , y sin
pérdida de m o m en to s e p u so en marcha asocia
do del gefe p o lít ico D . José A ntonio Saucedo,
1 2 8 MEMORIAS PARA
h acia N acogdoches con una -fuerza d e ciento
treinta hom bres para ahogar en su nacim iento
aquella pérfida intentona.
El general Bustamante también se d ir ig id a-
presuram ente hacia Lampazos para organizar
allí una sección respetable con el doble objeto
de auxiliar al comandante Ahumada, y en caso
de que no fuese necesario, servirse de e s ta fuerza para emprender una campaña formal contra
los bárbaros que continuaban hostilizando la fron
tera.Al paso de A hunnda con su tropa p or San
F e lip e , se le unió Austin con otro.? varios co lon os
arm ados, para cooperar á la pacificación del pais;
y ya en su m troha de San Felipe para N a c o g d o
ches, supieron que los revoltosos se habian di-
sue lto , porque habiendo algunos de e l lo s h echo com prender á B ow les , quien tanto por sí com o
otros de los suyos, habian entrado en aquel pro
y e c to con el objeto de adquirir tierras en donde
estab lecerse , que bien podrían conseguirlas sin tener que esponerse á tantos r iesgos y dificultades
abrazando la cansa del gobierno m exicano, y po
niendo á su disposición á los directores de aquella em presa criminal desesperada; B o w les , con
vencido de cuán acertado y preferible d eb ía ser
le es te medio, se habia separado con sus indios
de los revoltosos, hecho matar á Hunter y per
seg u id o á F ie ld s que habia logrado escaparse;
y el cual, habiendo sido alcanzado en e l paso
del rio Sabina, fue muerto como Hunter. L os
d em as aventureros de que se habia form ado
aquella reunion, huyeron á los E stados-U nidos, y
los que no, fueron perdonados; terminando «así
LA HISTORIA DE T EJAS. 1 2 9
una rev o lu c ió n , que si hubiese llegado á tomar
cuerpo, h u b iera desde luego concluido desde enton ces con las nacientes colonias de Tejas.
E l com and ante Ahumada continuó sin embar
go h a sta N a co g d o ch es para restablecer el órdei
en aq uella villa . En seguida, señaló tierras ■<
los C h e r o k e c s de B ow les hácia la parte del ca
mino que v a para Bejar, y dejando un destaca
mento de infantería y un piquete de caballería
en d icha v il la , regresó á su residencia por el ca
mino de S a n F e lip e y la Bahía del Espíritu San
to, ahora G oliad . A su arribo á este presidio,
encontró al genera l Bustamante, que con una
sección de cuatrocientos hombres de caballería,
se habia avan zad o hasta allá para reforzarlo en
caso de n eces id a d , según dejamos indicado an
tes; m as no s iendo ya necesario, vi ó con gusto
el gen era l , que bien podia dedicarse á realizar
su p rem ed itad a espedicion contra los coman-
ches, y am p ar icas , huacos y tahuacanos, que no
cesaban (l e hostilizar el territorio de las cuatro
provincias de su mando. Con esta mira comen
zó á d ictar las providencias necesarias para abrir
cuanto a n tes la campaña y se puso en combina
ción con C hih uah u a, N uevo-M éxico , Nacogclo-
clies y lo s voluntarios de la colonia de Austin,
quienes s e ofrec ieron á acompañar al general,
en número (le dosc ientos , montados, armados, y
m anten idos de su cuenta, llevando á su frente al mismo E sto v a n .
E n esta sazón , llegaron noticias al general
B u stam an te , que los Carankahuaces, Cocos y
Cufanos q u e debian quedar á la espalda, habían
renovado su s h osti l idades contra los colonos do
1 3 0 MEMORIAS PARA
Victoria, G onzález y Austin, y las p rosegu ían
con el mayor encarnizamiento. Para acudir á
esta nueva urgencia, citó para la colonia naciente
de Martin de León, en el rio G uadalupe, á los
principales g efes de los indios sublevados y á
los em presarios y personas de influencia de dichas
colonias; y estando presentes todos en G uadalupe Victoria, lo s arengó exitándolos á la paz y á
la armonía, amenazándolos con que castigaría rigorosam ente al que de alguna manera intentase
turbarla entre ambas partes, pues en medio de
la paz, podrían prosperar, y de lo contrario, les
seria im posib le ex istir y formar sociedades de
hom bres libres y virtuosos.E s te razonamiento produjo los mas felices
efectos que podia haber deseado su autor. T o dos se conformaron y unieron cordialmente, en
m uestra de lo cual les hizo abrazar en su pre
sencia y Ies convidó á comer á su mesa, á que
asistieron también todos los g efes y oficiales que
lo acompañaban. En fin, les ob ligó á firmar un
tratado de paz recíproco, en el que se designaron los lím ites que debían guardar entre sí, y las
cond ic iones con que debían de e ntrar los de unas
en otras p osesion es, y se cuidó asimismo de de
jar deslindadas por s upuesto tierras que correspondían á los indígenas desde tiempo inmemorial,
y que debían ser respetadas y quedar perpetuam ente exen tas de las em presas colonizadoras.
En lo s m ism os dias que esto pasaba, el gen e
ral B u stam an te recibió también á los comisiona
dos que le enviaron los C herokees, K ikapsu ,
Córliates, y otras tribus que se habian es tab le cido clandestinam en t e en las inmediaciones de
LA HISTORIA DE TEJAS. 13 1
132 MEMORIAS PARA LA I I I S T . DE TEJAS.
N acogdoches, solicitando e l perm iso de perma
necer allí en paz y seguridad. E l general se lo
concedió Ínterin que el gob ierno de la unión 110
determinase lo contrario; o frec iéndoles recomen
dar, como efectivam ente lo h izo , su solic itud para que obtuviese el mas p rov is to y feliz despa
cho, pero con la precisa condicion de serle siem
pre fieles y de conservarse en tranquilidad en
tre sí y con los dem as habitantes.
R egresó á la Bahía, y cu an d o ya estaba alis
tándose para comenzar la cam p añ a de que he
mos hablado poco antes, rec ib ió el citado gene
ral un espreso de Béjar, en q u e se le participa
ba, que otra comision en v iad a por los principa
le s «refes de los com anches y de lo s Tahuaca-O *
nos, se habia presentado allí p idiendo la paz para los suyos, á nombre tam b ién de otras tribus.
E sta inesperada ocurrencia, h izo al general Bus
tamante suspender las ó rd en es dadas y todas
las combinaciones que habia estado haciendo pa
ra la campaña; y d ir ig iéndose á Béjar con todas
sus fuerzas reunidas, se o c u p ó inm ediatam ente
de formalizar con los g e fe s de lo s indios com
prom etidos, los prelim inares d é l a paz general,
que luego fué ratificada por e l gobierno de la
federación m exicana.