para leer al anochecer presenta trece de las más ... · lo creó para la ocasión el guía de...

154

Upload: danghuong

Post on 23-Sep-2018

218 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

ParaleeralanochecerpresentatrecedelasmáscélebresyespeluznanteshistoriasdefantasmasescritasporDickens—«Elfantasmaenlahabitaciónde la desposada», «El juicio por asesinato», «El guardavías», «FantasmasdeNavidad»,«ElCapitánAsesinoyelpactoconelDiablo»,«Lavisitadelseñor Testador» o «La casa encantada», entre otras—, en una nuevatraducción al castellano. Villanos que mueren ahorcados, mujeresmisteriosasqueencarganretratosdesdeelmásallá,marinosdesaparecidosque hacen visitas inesperadas a los vivos, viajeros victorianos que seencuentranconsiniestrosniñosenoscuroscaserones…Purotalentogótico.

CharlesDickensestuvo interesadodurante todasuvidapor los fenómenosmisteriosos.Sunaturalinclinaciónhaciaeldramaylomacabrohicierondeélunextraordinarioescritordecuentosdefantasmas.

«ElartedeDickenseselmásexcelsoqueexiste:eselartedeemocionarydeagradaratodoelquesesumergeensulectura».G.K.Chesterton

www.lectulandia.com-Página2

CharlesDickens

ParaleeralanochecerHistoriasdefantasmas

ePUBv1.0Ozzeman12.07.12

www.lectulandia.com-Página3

Títulooriginal:TobeReadatDuskCharlesDickens,1852.Traducción:MarianWomackyEnriqueGil-DelgadoDiseño/retoqueportada:Desconocido/Ozzeman

Editororiginal:Ozzeman(v1.0)ePubbasev2.0

www.lectulandia.com-Página4

PARALEERALANOCHECER

Uno,dos, tres,cuatro,cinco.Habíacinco.Cincoguías,sentadosenunbancoenelexterior del convento que se encuentra sobre el collado delGranSanBernardo enSuiza, absortos en las cumbres lejanas tintadas por la puesta de sol, como si unaconsiderablecantidaddevinohubierasidoescanciadasobrelacimadelamontañaynohubieratenidotiempodehundirseenlanieve.

Elsímilnoesmío.Locreóparalaocasiónelguíadeaspectomásimponentedetodos, de nacionalidad alemana. Ninguno de los otros le prestó la más mínimaatención,comotampocomelaprestaronamí,queestabasentadoenelbancoalotrolado de la puerta del convento fumandomi cigarro, como ellos; y, también comoellos, contemplaba la nieve enrojecida y el solitario cobertizo cercano, donde loscuerpos de los viajeros tardíos, excavados delmismo, semarchitaban con lentitud,ajenosalacorrupciónenaquellaregióninhóspita.

Elvinoempapabalacimabajonuestramirada.Alcabolamontañasecoloreódeblanco, y el cielo de un intenso azul. Arreció el viento, y el aire trajo un fríopunzante. Los cinco guías se abotonaron sus ásperos abrigos. Hice lo propio, noexistiendo hombre cuyas acciones sean más fiables de ser imitadas en aquellascircunstanciasqueunguía.

Laimagendelamontañabañadaenelcrepúsculohabíaproducidounaltoenlaconversación de los cinco guías. Se trataba de una luz sublime, capaz de detenercualquiercharla.Encuanto lamontañadejódeencontrarsebañadaporaquella luz,retomaronsucharla.Noquierodecirconelloqueyohubieraescuchadopartealgunade su conversación previa. En realidad, me había costado sudores escapar delcaballero americano que, sentando delante del fuego en el salón para viajeros delconvento, había asumido como propia la empresa de ponerme al tanto de la seriecompletadesucesosquehabíanresultadoenlaacumulación,porpartedelHonorableAnanias Dodger, de una de las mayores adquisiciones de dólares que se habíaproducidojamásennuestropaís.

—¡Dios mío! —exclamó el guía suizo, hablando en francés, lo cual yo noconsideroserunaexcusasuficienteparautilizarunapalabrota,comoparecenhacerotrosautores, con la sola consideracióndequeescribirla enaquel idiomaharáqueparezcainocente—.Puessihablamosdefantasmas…

—Peroyonoestoyhablandodefantasmas—apuntóelalemán.—¿Entoncesdequéestáhablando?—preguntóelsuizo.—Si yomismo supiera de lo que hablo—dijo el alemán—, entonces con toda

probabilidadsabríabastantesmáscosasdelasquesé.Laconsideréunarespuestaintrigante,quedespertómicuriosidad.Asíquecambié

miposiciónarrimándomeal extremodemibancomáspróximoaellos,demanera

www.lectulandia.com-Página5

que,alapoyarmiespaldasobrelapareddelconvento,mefueraposibleescucharlesalaperfecciónsinqueellossedierancuentadequelosatendía.

—¡Rayosytruenos!—exclamóelalemán,animándose—,cuandounapersonaenconcretoplaneahacerteunavisitadeformainesperada,ysinqueéllosepaenvíaaalgúnmensajeroinvisibleparaqueintuyassupróximaaparición,¿cómoselellamaaeso? O cuando te encuentras caminando por una calle abarrotada de gente enFrankfurt, Milán, Londres, París, y piensas que alguien que pasa por tu lado terecuerdaatuamigoHeinrich,yluegoqueotrapersonadistintatambiénsepareceatuamigoHeinrich,ydeesamaneracomienzasasentirunasingularpremonicióndequedeunmomentoaotro te encontrarás conHeinrichenpersona, lo cual aconteceenefecto,aunquehastaentoncesestabasconvencidodequeseencontrabaenTrieste…¿Cómolellamaríanustedesaeso?

—Noesqueseapococomún loqueustedapunta—murmuraronel suizoy losotrostres.

—¡Pococomún!—dijoelalemán—.EstancomúncomolascerezasenlaSelvaNegra.EstancomúncomolosmacarronesenNápoles.¡YhablandodeNápoles!Esome recuerda a algo.Cuando la ancianamarquesa Senzanima se estremece duranteunapartidadecartasenChiaja—yomismovicómoseestremecíadeterror,ocurriómientras trabajabaconuna familiadeBaviera,ydaba lacasualidaddequeaquellanocheerayoelencargadodeserviralosinvitados—,comodigo,cuandolaancianamarquesaselevantadelamesadecartas,conlapalideztrasparentándoseatravésdesusmejillassonrosadasdeafeites,ygrita:«¡MihermanadeEspañaestámuerta!»—ycuandoresultaqueesahermanadeverdadsehamuerto,yqueademásfueenaquelpreciso instante en que la marquesa se levantó cuando ella falleció… ¿cómo lellamaríanustedesaeso?

—O también cuando la sangre de San Jenaro se vuelve líquida a petición delclero,comotodoelmundosabequeocurreenmiciudadnatalconanualregularidad—apuntó el guía napolitano tras una pausa, con unamirada divertida—, ¿cómo lellamaríanustedesaeso?

—¡Aeso!—gritóelalemán—.Bueno,creoqueconozcounnombreparaeso.—¿Milagro?—preguntóelnapolitano,conlamismacaramaliciosa.Elalemánselimitóafumaryareírse,ytodoslosdemásfumaronyserieron.—¡Bah!—dijoel alemánalcabo—.Yohablodecosasqueocurrendeverdad.

Cuandoquieroiraveraunilusionista,pagoparaveraunoquevalgalapena.Cosasmuy raras ocurren que no tienen nada que ver con los fantasmas. ¡Fantasmas!Giovanni Baptista, cuenta tu historia sobre la novia inglesa. No aparece ningúnespectro en ella, pero desde luego sí que pasan cosas igual de extrañas. ¿Me diráalguiendequésetrata?

Como todos se quedaron en silencio, miré a mi alrededor. El que me había

www.lectulandia.com-Página6

parecidoserese talBaptistaestabaencendiéndoseotrocigarro.Alpococomenzóahablar.Juzguéquedebíadesergenovés.

—¿Lahistoriadelanoviainglesa?—dijo—.¡Basta!,nodebedarsenaturalezadehistoriaaalgoquetienetanpocaimportancia.Enfin,puedenustedespensarloquequieran. Pero ocurrió de verdad. Mírenme con atención, caballeros: ocurrió deverdad.Notodoloquebrillaesoro;peroloquevoyacontarlesescierto.

Repitiólamismasalmodiamásdeunavezalolargodesunarración.

Hacediezaños,llevémiscredencialesauncaballeroinglésquesehospedabaenelLong’sHotel,enBondStreet,enLondres.Elcaballeroestabaapuntodeiniciarunviaje;puedequesetrataradeunviajequeduraseunañoentero,otalvezdos.Misreferencias le agradaron, y también mi persona. Accedió a informarse sobre lasmismas,yencontrófavorableslostestimoniosrecibidos.Mecontrató,pues,duranteseismesesrenovablesporotrostantos,concediéndomeunagenerosaasignación.

Eraunmuchachoapuesto,ydetemperamentomuyalegre.Estabaenamoradodeuna joven y hermosa dama inglesa, la cual poesía una fortuna adecuada y, por lotanto,estabanapuntodecontraermatrimonio.Paraacortar lahistoria,elviajequeíbamosaemprendereraprecisamenteeldebodas.Conelobjetodedescansardurantetresmesesenalgúnlugardeclimacálido—faltabamuypocoparalaestaciónestival—miamohabíaalquiladounaviejacasaenlaRiviera,juntoalacarreteradeNizaya una distancia apropiada demi ciudad natal, Génova. ¿Conocía yo el lugar?,mepreguntó.Sí.Ledijequeloconocíabien.Setratabadeunviejopalaciorodeadodeextensos jardines. Aunque tenía un aspecto algo desangelado, y resultaba un pocooscuroysombríoalestarprotegidopornumerososárboles,eraespacioso,históricoeimponente,ademásdeencontrarseaorillasdelmar.Entoncesélmedijoquequieneslehabíandescritoellugarlohicieronexactamenteenlosmismostérminos,yquesealegrabadequeyotambiéncorroborarasuimpresióninicial.Encuantoalaescasezde mobiliario, dijo que todos los lugares de ese estilo solían tener el mismoinconveniente, qué se le iba a hacer. Y en cuanto a su atmósfera lúgubre, afirmóhaberloalquiladoprincipalmenteporlosjardinesarbolados,puestoquetantoélcomomiseñoraplaneabanguarecersedurantelosmesesdeveranoasusombra.

—¿Demaneraquetodoestáenorden,Baptista?—mepreguntó.—Indudablemente,signore;todovademaravilla.Paranuestro trayectodisponíamosdeuncarruajeconstruidoespecialmentepara

ese viaje, y que contaba con todas las comodidades. Todo lo que llevábamos connosotrosera igualmentede lamayorcalidad,ynoechábamosenfaltaningunaotracosa. Los jóvenes se desposaron finalmente. Eran felices. Yo era feliz también, alconsiderar el resplandeciente futuro que nos aguardaba, y al encontrarme en unaposición tanencomiable.Además,viajábamosendirecciónamiciudadnatal,yyo

www.lectulandia.com-Página7

aprovechaba para irle enseñando mi idioma, entre los retumbos del coche, a ladoncella, la bella Carolina, cuya alma se encontraba rebosante de alegría, y queademáserajovenyteníarosasenlasmejillas.

El tiempopasó volando.Sin embargo, pronto comencé a observar—¡escuchadesto,osloruego!(yaquíelguíabajólavoz)—comencéaobservar,digo,unextrañocomportamiento en mi señora, que la sumía de tarde en tarde en sombríasmeditaciones, como si algo la aterrorizase, o la hiciera infeliz; una sombra deincertidumbreydealarmacerniéndosesobreella.Creoquecomencéapercibiraquelsombrío comportamiento una tarde en que el señor se había adelantado, y yo meencontraba caminando colina arriba a un lado del carruaje. En cualquier caso,recuerdohaberconfirmadomiprimera impresióndequealgoextraño lepasabanomuchodespués.Discurríamosporalgún lugarsituadoal surdeFrancia,yentoncesella,presadeungrannerviosismo,mepidióque llamaseurgentementeal señor;élregresó al punto y caminó a su lado durante un largo trecho. Vi cómomi amo lehablabaconternurayledabaánimos,lamanodeélsobrelaventanaabierta,yladeellasobreladeél.Devezencuandosereíacondespreocupación,comositrataradealiviarladealgoa la fuerza.Pocoapocoella tambiéncomenzóa reírse,y al cabotodovolvióalanormalidad.

Era algo curioso, quememantenía intrigado. Pregunté a la bella Carolina, sumenudaybonitadoncella:¿acasoseencontrabasuseñoramal?

—No.—¿Talvezalgotriste?—No.—¿Ledanentoncesmiedoloscaminosdudosos,oquizálosbandidos?—No.Y lo que lo hacía todo incluso más misterioso si cabía era que la muchachita

nuncamemirabaalosojosmientrasmerespondía;alcontrario,selimitabaaotearelpaisajealotroladodelcristal.

Sinembargo,undíamerevelóelsecreto.—Sideverasquieresaberlo—medijoCarolina—,meparece,portodoloquehe

podidoveryescuchar,quelaseñoraseencuentrahechizada.—¿Hechizada?¿Aquéterefieres?—Porsoñarconunacosa.—¿Conquécosa?—Conunacara.Durantelastresnochesqueprecedieronasubodasoñóconuna

cara;erasiemprelamismacara,nuncacambiaba.—¿Setratabadealgúntipoderostrolúgubre,quizás?—No.Eralacaramorenadeunhombredeaspectoraro,vestidodenegro,conel

pelooscuroyunbigotedecolorgris.Unhombreapuesto,exceptoporelairequelo

www.lectulandia.com-Página8

acompañaba,dereservaysecretismo.Segúnsé,miseñoranohabíavistoaquellacaraensuvida,nitampocoseparecíaenabsolutoanadiequeellaconociera.Perolomásraroesqueaquelindividuonohacíanadaenelsueño,selimitabaamiraramiseñoraconfijezaatravésdelaoscuridad.

—¿Yhavueltotuseñoraateneresesueñodesdeentonces?—No,nohavueltoatenerlo.Pero,ay,elrecuerdo…Esoesloquelaacongoja.—¿Yporquélepreocupa?Carolinadenegóconlacabezamientrasdecía:—Esoes loque sepreguntael amo—dijo labella—.Ellamismano lo sabea

cienciacierta,yseatormentapreguntándoseelmotivodesusufrimiento.Peroanochelosescuché.Ellaledecíaquesiporcasualidadfueraaencontrarseconunretratodeese hombre en la casa italiana, una idea que la aterroriza, cree que no podríaaguantarlo.

Lesdoymipalabradequemesentíincómodo,yalgoatemorizado,loconfieso,después de esta charla (dijo el guía genovés), no fuera a ser que al llegar al viejopalazzo nos topáramos con el maldito cuadro. Sabía que la casa conteníainnumerables pinturas y, cuanto más nos acercábamos al lugar, mayores eran misdeseosdeque toda lagaleríade retratoshubierasidoarrojadadentrodelcráterdelVesubio.Paraterminardearreglarlo,cuandoalfinnosíbamosaproximandoalacasa,eltiemposefuetornandodesagradableytormentoso.Lostruenosretumbabanenelcielo,yhededecirqueelbramidodelostruenosenmiciudadyenlosparajesquelarodean, rebotando entre las colinas, resulta de lo más sobrecogedor. Los lagartosentraban y salían presurosos de las hendiduras entre las piedras destrozadas de lamuralladeljardín,comoatemorizadosporalgo;lasranascroabandeformalastimerae hinchaban sus gaznates; el viento procedente del mar gemía, y las húmedasarboledasderramabansuslágrimassobrenosotros;yencuantoalosrayos…¡porloshuesosdesanLorenzo,quérayos!

TodossabemoscómosonlascasasantiguasquesuelenencontrarseenlaciudaddeGénova,oensusalrededores;elvientoprovenientedelmarlashaidoafeandoalolargodeañosymásaños; losapliquespintadossobre lasparedesexterioressehanido desprendiendo, convirtiéndose en desconchadas escamas de escayola; lasventanas de las plantas más bajas se han ido oscureciendo por la colocación deoxidadas barras de hierro; las malas hierbas se han ido apoderando del patio; losedificios exteriores sehan ido echandoaperderpocoapoco; conjuntos enterosdeedificaciones sehan idoconvirtiendoen ruinas.Puesbien,hededecirquenuestropalazzo hacía honor en todos los aspectos a dicha reputación. Había permanecidocerradodurantemeses.¿Mesesdigo?¡Másbienaños!Lorodeabaelfangosohedorde una tumba.El aromade los naranjos sobre el amplio jardín trasero, y el de loslimonesquemadurabanpegadosalamuralla,ytambiéneldediversosarbustosque

www.lectulandia.com-Página9

crecían rodeando una fuente quebrada, habían, de alguna forma, encontrado elcaminode entrada a la casa, y yanohubomododeque encontraran el caminodesalida.Cadahabitaciónestabainvadidaporelolorquedebíadetenerhacíasiglos,yquehabía idodebilitándoseconfinadoentreaquellasparedes.Languidecíaen todoslosarmariosyentodosloscajones.Enlashabitacionesquecomunicanlosgrandessalones,elhedorresultabaagobiante.Regresando a los cuadros, si se le daba la vuelta a alguno de ellos era posibleapreciarlotambiénagarradoalresquiciodeparedqueocultaba,aferradoaellacomoalgúntipodemurciélago.

Por toda la casa, las celosías estaban cerradas a cal y canto. Dos guardesasvestidasdegriscuidabandellugar,ancianasydecrépitas;unadeellassedetuvoenelumbral,murmurandoyenredando,conunhusoen lamano.Eraevidentequeanteshabrían dejado entrar al diablo en persona que un poco de aire puro. El amo, laseñora, la bella Carolina y yo recorrimos el palazzo. Yo inauguraba la marcha,aunque me haya mencionado el último, abriendo las ventanas y las celosías,sacudiéndome,enelproceso,elaguadelluviaquecaíaporloshuecosdeltecho,lostrozos de enyesado y, de vez en cuando, algún que otro mosquito somnoliento oalgunamonstruosa,oronda,sanguinolentaarañagenovesa.

Cuandoconseguíaquelaluzdelatardeseintrodujeraenunahabitación,elamo,laseñoraylabellaCarolinaentrabanenella.Entoncesrevisábamosunoaunotodoslos cuadros, y yo me adelantaba de nuevo hacia la siguiente estancia. La señoraparecíaaterrorizadaensecretoporencontrarseenalgunodeesoscuadrosconaquelhombrequeseleaparecióensusueño;enrealidadtodossentíamoslomismo.Pero,pormuchoqueinspeccionábamoscadaunodeloscuadros,noencontrábamosnada.LaMadonnay elBambino,SanFrancisco,SanSebastiano,Venus,SantaCaterina,ángeles, bandoleros, frailes, templos sumidos en el crepúsculo, batallas, caballosblancos,bosques,apóstoles,dogos…¿Todosaquellosviejosconocidos,halladosenmuchas otras ocasiones similares? Así es. ¿Hombres apuestos de piel morena yvestidos de luto, que miraban de forma intensa a señoras desde la oscuridad? Enabsoluto.

Porfinhabíamosrecorridotodaslashabitacionesyrevisadotodosloscuadros,yentonces salimos a los jardines. Estaban bastante bien cuidados, ya que estabanalquiladosaun jardinero,yeranampliosyconbastante sitiodondeguarecersedelsol.Enciertolugarsealzabaunaespeciederústicoteatroalairelibre.Elescenarioconsistíaenunalevependientetapizadadeverde,ytreshendidurassobreunacortinafrondosadehierbasaromáticashacíanlasvecesdebastidores.Laseñorarebuscóconsusojosinclusoallí,comosiestuvieraesperandoqueelrostroseasomasealarecibiralosinvitados,lagransaladelviejopalazzo.Elseñorlorecibióconcordialidad,ylepresentó a la señora.Entonces, trasponerse ella enpie, sumirada se ensombreció,

www.lectulandia.com-Página10

lanzóungemidoycayópesadamentesobreelsuelodemármol.AlinstantevolvímirostrohaciaelSignorDellombra.Entoncesfuiconscientede

larazóndeladesazóndemiseñora:elvisitanteibavestidodenegro,ylorodeabaunaire de reserva y secretismo; también, como el hombre del sueño, tenía la pielmorena,yelpelooscuro,yelbigotegris.

Elamo llevóa laseñoraenbrazoshastasuhabitación.Alpuntoenviéallía labellaCarolina.Labellamecontaríamástardequelaseñorasehabíallevadounsustode muerte al ver al recién llegado. La noche siguiente se la pasaría con nefastospresagiosqueteníanqueverconelhombredelsueño.

Elamoestabatanenojadoporlaextrañareaccióndesumujercomopreocupadopor su estado; enfadado con su esposa al tiempo que consciente de que debía sersolícitoconsu invitado.ElSignorDellombraerauncaballeroamable,ysemostrócomprensivorespectoalarepentinaindisposicióndelaseñora.UnvientodeÁfricahabíaestadosoplandodesdehacíavariosdías,oalmenosesolehabíandichoensuhotel de la Cruz de Malta; era consciente de que a menudo ese viento causabaextrañasdolenciasentre lagente.Esperabaque lahermosadamase recuperaseconprontitud.Solicitópermisopara retirarse,y tambiénpara repetirsuvisitaencuantorecibieralafeliznoticiadequelaseñoraseencontrabamejor.Elamoinsistióenquenodebíamarcharsedeesemodo,yfinalmenteamboscenaronsolos.

Elinvitadosemarchópronto.Aldíasiguienteseacercóhastalapuertamontadoacaballo para interesarse por la salud de la señora.Hizo lo propio dos o tres vecesduranteaquellamismasemana.

Porloquepudeobservar,yporloquemecontólabellaCarolina,meparecióqueapartirdeaqueldíaelseñorsemarcócomoobjetivocurarasuesposadeaquellosterrores inventados. Era la amabilidad personificada, pero al mismo tiempo semostraba juicioso y firme. Razonó con ella que dar pábulo a tales imaginacionesequivalía a alentar lamelancolía, o incluso la locuramisma.Que dependía de ellacomportarse como siempre lo había hecho. Que si lograba resistir su extrañadebilidadduranteunaocasión tansólo,con tantoéxitocomopara recibiralSignorDellombratalycomounadamainglesarecibiríaacualquierinvitado,venceríaasusmiedosparasiempre.Paraconcluirmihistoria,ynoalargarme,elsignorefinalmentevolvióahacerlesunavisitaformal,yelamalorecibiósinningunaaflicciónevidente,aunque todavía se la notara aprensiva, y no se comportara del todo como era ellamisma.Laveladatranscurriódelaformamáscalmadaquepuedaimaginarse.Elamoestabatanencantadoconestecambio,ytanansiosoporconfirmarsuvalidez,queelSignorDellombraseacabaríaconvirtiendoenuninvitadohabitualdelacasa.Eraunhombre conungusto excelente en lo concerniente a pintura, libros ymúsica; y sucompañíaencualquierpalazzo tan sombrío como el que nosotros ocupábamos porentonceshabríasidobienvenida.

www.lectulandia.com-Página11

Envariasocasiones,sinembargo,yonotabaquelaseñoranoseencontrabatanrecuperadacomoqueríahacernoscreer.EnlapresenciadelSignorDellombrabajabalos ojos o su cabeza se curvaba igual que lo haría una flor marchita. O bien loconvenía en objeto demiradas de fascinación o terror, como si sumera presenciaejerciera alguna influenciamaléfica o poder horrendo sobre su persona.A él solíaverlo en los jardines sombreados, o en la sala amplia y en penumbra, mirándola,podría decirse incluso que «clavando sumirada en ella a través de la oscuridad».Puesto que, ciertamente, yo no había olvidado las palabras de la bella Carolinadescribiendosurostroenaquelsueñofatídico.

RecuerdolaconversaciónquelosamostuvierontraslasegundavisitadelSignorDellombra:

—Ya loves,queridaClara, ¡todo sehaacabado!Dellombrahavenidoynohapasadonada.Tustemoressehanrotocomoelcristal.

—¿Volverá…?¿Volveráavisitarnos?—preguntómiseñora.—¿Quesivolverá?¡Puesclaro,seguroquesí!Ynoserálaúltimavez…¿Tienes

frío?—preguntóél,puestoquemiseñoratemblaba.—No, amor mío… Lo que estoy es aterrorizada… Es él quien me atemoriza.

¿Estássegurodequedebemosrecibirlootravez?—¡Porsupuestoquesí,Clara!—respondióelseñoranimadamente.Puesto que ahora albergaba toda la esperanza posible en su recuperación

completa.Conforme losdíaspasaban,másse ibaconvenciendoéldequesumujerolvidaríatalesfantasías.Ellaerahermosa.Élerafeliz.

—¿Todovabien,Baptista?—mepreguntaríadenuevo.—Sí,signore,graciasaDios.Todovaperfectamentebien.Duranteelcarnaval(continuóelgenovés,evitandoelevarlavoz)decidimospasar

unosdíasenRoma.Yomehabíaausentadodurantetodalajornadaencompañíadeun amigo mío, otro guía, que se encontraba sirviendo en la casa de una familiainglesa.Porlanoche,mientrasregresabaanuestrohotel,meencontréconlapequeñaCarolina,corriendodeformadistraídaporelCorso.Meextrañó,porquejamássalíasola.

—¡Carolina!¿Quéesloqueocurre?—¡Oh,Baptista!¡Oh,porelamordeDios!¿Havistoustedamiseñora?—¿Tuseñora,Carolina?—Faltadecasadesdeestamañana;cuandoelseñorsalióahacersusrecados,la

señoramepidióqueladejaradormir,porqueestabaagotadadenodescansarporlanoche.Medijoqueestabamuydoloridaporeltraqueteodelviaje,yquesequedaríaenlacamahastalanoche.Cuandoelseñorllegó,lallamó,yalverquenorespondía,echólapuertadesuhabitaciónabajo,¡yellanoestaba!¡Ay,miseñora,tanhermosa,tanbuena,taninocente!

www.lectulandia.com-Página12

Asíse lamentaba lamuchacha,ydesvariabaysehabríahechodañosiyono lahubieraagarradoa tiempo;cualquierahabríadichoquelehabíanpegadountiroenese momento, de cómo se desvaneció en mis brazos. Luego apareció el señor; yreconocí que era él por sus educadas maneras, porque ni su rostro ni su voz separecíanalosdelseñorqueyoconocía.Depositéalamuchachasobresucama,ylepedí a las doncellas del hotel que la cuidaran. El señor se montó conmigo en uncarruaje,yambosemprendimosunviajeenplenaoscuridada travésdeladesoladacampagna.Cuandoyaeradedía,nosdetuvimosenunamiserableparadadepostas,sóloparadescubrirque todos loscaballoshabíansidoalquiladosya,yenviadosendirecciones dispares. ¡Enviados, daos cuenta, por el Signor Dellombra!, que habíapasado por allí doce horas antes montado en otro carruaje. Según afirmaron lostestigos,leacompañabaunadamainglesa,alaquevieronencogidaenunaesquinaytotalmentemuertadeterror.

—Y díganme, ¿cómo le llaman ustedes a eso? —preguntó triunfante el guíaalemán—.¿Fantasmas?¡Perosienesahistorianohayfantasmas!Ydeloquevoyahablarlesyo,¿quémedicen?¡Espectros…!¡Ahínohayespectros!

En una ocasión fui contratado —comenzó el alemán— por un caballero inglés,soltero aunque ya de edad provecta, para que lo guiase en un viaje que tenía quehacerpormipaís,mimadrepatria.ElindividuoencuestiónerauncomerciantequeteníanegociosconAlemaniayqueconocíabienelidioma,peroquenohabíavisitadoelpaísdesdequeeraunniño;haríaunossesentaaños,segúncalculoyo.

Se llamaba James, y tenía un hermano gemelo llamado John, que también erasoltero. Ambos hermanos se tenían un enorme aprecio. Poseían varios negocios amediasenGoodman’sFields,perovivíancadaunoensupropiacasa.ElseñorJamestenía su morada en Poland Street, a la vuelta de Oxford Street, en Londres. Encambio,elseñorJohnresidíaporlazonadeEppingForest.

El señor James y yo planeábamos salir para Alemania en una semana. El díaexacto dependía de unos negocios que tenía que dejar solucionados antes de supartida. El señor John vino entonces a Poland Street, donde yome encontraba encalidaddeinvitado,parapasaresaúltimasemanaconelseñorJames.Sinembargo,cuandollevabatansólounpardedíasallí,elseñorJohnledijoasuhermano:

—James, creoquenomeencuentromuybien.Nomepasagrancosa,perometemoqueestoyalgogotoso.Lomejorseráquememarcheamicasaymepongabajoelcuidadodemiancianaamadellaves;ellasabecómotrataresadolencia,yalohahechoantes.Encuantomesientamejor,volveréyasímepodrédespedirde ti.Detodosmodos,sinologrorecuperarmeatiempo,¿porquénovienestúavermeantesdemarcharte?

ElseñorJames,porsupuesto,dijoqueasí loharía,ysedieron lamano,ambas

www.lectulandia.com-Página13

manos,comosiemprehacían,yelseñorJohnpidióqueprepararansucarruajepasadodemoda,ysefuedandotumbosasucasa.

Ocurriódosnochesmástarde,estoes, lacuartanochedeaquellasemana.Algomedespertódemiprofundosueño;alabrirlosojosviquesetratabadelseñorJames,quehabíaentradoenmihabitaciónenbata, iluminándoseconunavela.Sesentóalbordedemicamay,mirándomefijamente,medijo:

—Wilhelm,tengorazonesparacreerquealgúnextrañomalestarseciernesobremí.

Entoncesmefijéenqueteníaunaexpresiónmuyrara.—Wilhelm—continuó—,a tino temodecírtelo.Túvienesdeunpaísdegente

sensata,donde los sucesosmisteriosos son investigadosyaclarados,ydondenooscontentáis con pesarlos ymedirlos, si es que pueden ser pesados ymedidos, o encualquiercasodondeesossucesosnosonapartadosporcompletoyparasiempredeladiscusiónpública,comohemosvenidohaciendonosotrosdesdehacetantosaños.Loquetengoquedecirte,queridoWilhelm,esquecreoqueacabodeverelespectrodemihermano.

Confieso(dijoelguíaalemán)quelasangresemehelóenlasvenasalescucharaquello.

—Hace unmomento seme ha aparecido—repitió el señor James,mirándomedirectamente a los ojos, para que pudiera comprobar lo tranquilo que estaba— elfantasma demi hermano John.Me encontraba yo sentado en la cama, incapaz deconciliarelsueño,cuandomihermanohaentradoenmihabitaciónvestidotododeblanco y, tras contemplarme fijamente, ha cruzado la habitación hasta el otroextremo, ha revuelto algunos papeles sobre mi escritorio, se ha dado la vuelta y,mirándometodavíaconintensidadmientraspasabajuntoalacama,hasalidoporlapuerta. En fin, no estoy loco, de eso puedes estar seguro, y no estoy para nadadispuestoainvestiraesefantasmadeunaexistenciaexternafuerademímismo.Creoquenosetratamásquedeunaadvertenciadequemeencuentroenfermo.Meparecequeseríamejorquellamasealdoctor,paraquemesometaaunasangría.

Salté al instantede la cama (continuó el alemán)y comencé avestirme lomásrápidoquepude,rogándoleamiamoquenosealarmara,ydiciéndolequeyomismome encargaría en persona de ir buscar almédico. Estaba casi preparado para irmecuando en la puerta principal se oyeron unos golpes estridentes, acompañados devarias campanadas. Comomi habitación se encontraba en el ático trasero y la delseñor Jamesenel segundopisode lapartedelanterade lacasa, fueallídondenosdirigimos.Entoncesabrimoslaventanaparaverquéocurría.

—¿EselseñorJames?—dijounhombrequehabíaabajo.Estabacruzandoalotroladodelacalleparapodermirarhaciaarribademaneramáscómoda.

—Asíes—dijoelseñorJames—.Y,sinomeequivoco,túeresRobert,elcriado

www.lectulandia.com-Página14

demihermano.—Sí, señor. Siento decírselo, señor, pero el señor John está muy enfermo. Se

encuentrarealmentemal,señor.Inclusometemoqueestéalaspuertasmismasdelamuerte.Quiereverleausted,señor.Tengounaberlinaaquímismo.Leruegoquemeacompañe.Nohaytiempoqueperder.

ElseñorJamesyyonosmiramos.—Wilhelm—medijo—,estoesrealmenteextraño.¡Venconmigo!Loayudéavestirse,amediasensucuartoyamediasenlaberlina;ylahierbano

volvióacrecerbajoloscascosdehierrodeloscaballosquenosllevarondePolandStreetaEpping.

¡Ahora,escuchad!(continuóelguía).EntréconelseñorJamesenlahabitacióndesuhermano,yyomismoviyoítodoloquesigue.

Suhermanoestabaechadoensucama,alfondodeunalargaalcoba.Suancianaamadellavesestabaconél.Creoquehabíatrespersonasmásconél,talvezcuatro,quehabíanestadoasuladodesdequecayeralatarde.Elancianoestabavestidoconunatúnicablanca,comolafiguraquemiamovio.Afuerzateníaqueparecersealavisiónquehabíatenidomiamo,porquetambiénobservabaconfijezaasuhermanodesdequeésteentraraenlaalcoba.

Cuando su hermano alcanzó el lecho, el enfermo se incorporó despacio y,observándoloconmásintensidadsicabe,pronunciólassiguientespalabras:

—James,mehasvistoantes,estanoche…¡Ybienlosabes!¡Yasímurió!

Cuando el alemán acabó su relato, esperé a oir algún comentario sobre el insólitoepisodioquehabíanarrado.Peronadieosóromperelsilencio.Miréamialrededor,yloscincoguíassehabíandesvanecido,tanquedamentequeparecíaquelascumbresmontañosas se los hubieran tragado, absorbiéndolos en las nieves eternas. Paraentonces no tenía humor para quedarme sentado solo enmitad de aquel escenarioterrible,conelvientoheladoazotándomeconsolemnidad;o,sihededecirlaverdad,nohabríapodidoquedarmesoloenningúnlugar.Demaneraquevolvíaentrarenlasala del convento y, tras encontrar al caballero americano todavía dispuesto arelatarmelavidaymilagrosdeAnaniasDodger,decidíquemeapetecíaescucharlaenterita.

Extraídodelrelato«Elrecuerdo»,(1852)

www.lectulandia.com-Página15

ELGUARDAVÍAS

—¡Hola!¡Ahíabajo!Cuandoescuchólavozquesedirigíaaéldeesemodo,elhombreseencontraba

de pie en la puerta de su caseta, empuñando una banderola enrollada en un cortomástil.Cualquierahabríapensado,teniendoencuentalanaturalezadelterreno,quenohabríatenidoexcesivosproblemasparalocalizardedóndellegabalavoz;peroenvez de alzar la vista hacia donde yo me hallaba, en lo alto de un pronunciadoterrapléncasisobresucabeza,elhombresevolvióymiróhaciaabajo,hacialavía.Huboalgosorprendenteensumaneradehacerlo,aunqueniaúnacostademividapodría decir qué fue exactamente lo quehizo.Sin embargo, sé que fue lo bastantellamativo como para atraer mi atención, a pesar de que su figura se hallaseensombrecida y en escorzo, abajo en la profunda zanja, y lamía estuviese en altosobre su cabeza, tan impregnada del resplandor del airado ocaso que tuve queponermelamanoenviserasobrelosojosantesdepoderverlecontodanitidez.

—¡Hola!¡Eldeabajo!Dejódemirarhacialavíaparavolversedenuevoy,elevandosumirada,pareció

distinguirmifiguraenloalto.—¿Hayalgúncaminoporelquepuedabajaryhablarconusted?Memirósinresponder,yyolomiréamivezevitandoprecipitarmepararepetir

miabsurdapregunta.Justoentoncessobrevinounavibraciónimprecisaenelsueloyenelaire,quesúbitamentese transformóenunaviolentapulsaciónyenun rugidoaproximándosequemehizoretraerme,comosiaquelestrépitofuerasuficienteporsísoloparahacermecaerporelterraplénabajo.Cuandolanubedevaporquelanzabaeltrensehuboelevadohastadondeyoestaba,yluegodediluirseenelpaisaje,miréhaciaabajodenuevoyviaaquelhombreenrollandolabanderaquehabíaenarboladoalpasodeltren.

Repetímipregunta.Trasunapausa,durantelacualpareciócontemplarmeabsortoen suspensamientos, apuntócon subanderaenrolladahaciaunpunto situadoaminivel,aunasdoscientasotrescientasyardasdedistancia.«¡Deacuerdo!»,legrité,ymedirigíhacia elpuntoqueme indicaba.Trasbuscar concuidadoami alrededor,halléunabruptoyzigzagueantedesfiladeroqueseguíparabajarhastalavía.

El terraplén era extremadamente profundo e inusualmente escarpado. Estabaexcavado sobre la húmeda roca, y conformebajaba se ibavolviendomáshúmedo.Poresemotivo,elcaminosemehizolobastantelargocomopararecapacitarsobreelgestodereticencia,oquizásfueradecoacción,conelqueaquelindividuomehabíaseñalado el sendero de bajada. Cuando hube descendido por el angosto camino losuficientecomoparavolvera tenerloa lavista,observéqueestabadepieentrelosraíles de la vía por la que el tren acababa de pasar, en actitud de espera. Tenía la

www.lectulandia.com-Página16

barbilla apoyada sobre su mano izquierda y el codo descansando sobre su manoderecha, que tenía cruzada sobre el pecho. Su actitud era de tal expectación y suademántanvigilantequenopudeevitardetenermeuninstanteparacontemplarle.

Cuando terminé mi descenso y me aproximé hacia donde él estaba, vi que setrataba de un hombremoreno, cetrino, de barba oscura y cejas muy pobladas. Sucasetaestabasituadaenellugarmássolitarioydesangeladoquepudieraimaginarse.A ambos lados, una pared húmeda y goteante de afilada piedra excluía toda vistasalvounafinafranjadecielo; laperspectivahaciaunode loscostadosde lacasetaconsistíaúnicamenteenunatortuosaprolongacióndeesaenormemazmorra;lavista,más corta, en la otra dirección, terminaba en una lúgubre luz roja situada sobre laentrada,más lóbregasicabe,deun túnelnegrísimocuyasólidaarquitecturaposeíauna apariencia salvaje, deprimente y prohibida. Tan escasa era la luz del sol quellegabahastaesosparajes,queinclusoelaireeraterrosoymortecino;ytangélidoeraelvientoquecorríaatravésdeltúnel,quemeprovocóunescalofrío,comosiporunmomentohubieseabandonadoelmundoreal.

Antes de que semoviese,me acerqué tanto a él que habría podido tocarlo.Nisiquieraentoncesapartósusojosdelosmíos.Retrocedióunpasoyalzólamano.

Aquél, le dije, debía de ser un trabajo bastante solitario; me había llamado laatenciónsupresenciacuandolomirédesdeahíarriba,desdeaquelaltozano.Suponíaque las visitas que recibía eran escasas, y esperaba que la mía no resultaseinoportuna. Le pedí que no viese en mí más que a un hombre que había estadoencerradocasitodasuvidaenunespacioreducidoyque,habiendosidofinalmenteliberado,sentíacómodespertabaenélunsúbitointerésporestasgrandesestructuras.Contalpropósitomedirigíaél,peronoestoymuysegurodelostérminosenquelohice porque, además de que nome gusta iniciar las conversaciones, había algo enaquelhombrequemellenabadedesazón.

Dirigióunamiradabastanteextrañahacialaluzrojaquehabíajuntoalabocadeltúnelyactoseguidocomenzóamirarasualrededor,comosiechasealgodemenos;yentoncesclavósusojosenmí.

—Aquellaluzestáasucargo,¿no?—ledije.—¿Acasonosehadadocuenta?—respondióélenvozbaja.Mientrasexaminabaconatenciónsusojosfijosysurostrotaciturno,measaltóla

ideaterroríficadequeaquélnoeraunhombresinounespíritu.Desdeentoncesmehepreguntadosinosetrataría,talvez,dealgúnperturbado.

Por mi parte, retrocedí unos pasos. Al hacerlo, detecté en sus ojos un miedolatentehaciamí,quemehizoabandonaraquelpensamientoterrorífico.

—Ustedmemiracomosimetuviesemiedo—dije,forzandounasonrisa.—Meestabapreguntandosilehabíavistoantes—respondió.—¿Dónde?

www.lectulandia.com-Página17

Señalóhacialaluzrojaqueunratoanteshabíaestadomirando.—¿Ahí?—dije.Sinperdermedevistarespondió(aunquesinemitirsonidoalguno)quesí.—Perobuenhombre,¿quéibaahaceryoahí?Detodosmodos,seacomofuere,

nuncaheestadoahí,puedeustedjurarlo.—Creoquepuedo—añadió—.Sí.Seguroqueesasí.Susmodalessesuavizaron,al igualquelosmíos.Respondióamiscomentarios

debuenagana,eligiendobiensuspalabras.¿Teníamuchatareaallí?Sí,sepodíadecirqueaquelloacarreababastanteresponsabilidad,peroloqueserequeríamásbienerandotes de vigilancia y sentido de la exactitud; en cuanto al trabajo físico, apenas sirealizaba alguno. Cambiar alguna señal, orientar las luces, accionar la palanca dehierrodevezencuando,ypocomás.Respectoatodasaquellassolitariashorasqueamísemeantojabaninterminables,sólomepudodecirquehabíaconseguidoamoldarsuvidaaestarutinayquesehabíaacostumbradoaaquellugar.Allíhabíaaprendidounnuevoidioma,siesquepuedeconsiderarseaprenderunnuevoidiomareconocerlodevistaytenerunaideaaproximadadesupronunciación.Tambiénhabíatrabajadoalgo con las fracciones y los decimales, y hasta había intentado aprender algo deálgebra;aunquemeconfesóquedesdechicoeranegadoparalosnúmeros.¿Acasolehacían falta allí las matemáticas, cuando su única tarea consistía en permanecersumergidoenaquelcanaldeairehúmedo,sinhacerapenasnadamás?¿Podríaacasoelevarsealgunavezhastalaluzdelsolentreaquellosaltosmurosdepiedra?Bueno,esodependíadelmomentoydesuspropiascircunstancias.Enocasioneslaactividadenlalíneaférreadisminuía,ylomismoocurríaaciertashorasdeldíaydelanoche.Con el buen tiempo, aprovechaba a veces para elevarse un poco por encima deaquellas sombras inferiores; pero comopodía ser reclamadoen cualquiermomentoporlacampanillaeléctrica,aquelloredoblabasuansiedad,ysurelaxeramenordeloquecabríasuponer.

Mecondujoasucaseta,dondehabíaunfuegoencendido,unmostradorparaellibro oficial en donde tenía que realizar ciertas anotaciones, un telégrafo con susindicadoresysusagujas,ylacampanitaalaqueantessehabíareferido.Confiandoen que me disculpara si le decía que probablemente había recibido una buenaeducación(yqueconstequenointentabaofenderleconestaafirmación),talvezmuyporencimadesuactualposición,comentóqueejemplosdepequeñasincongruenciascomoaquéllararavezfaltabanenloscolectivoshumanosdetodotipo;segúnélhabíaescuchado,eraalgoquesucedíaenmuchosotrossitios,comolosasilos,elcuerpodepolicía e incluso en el ejército (ese último recurso que se toma casi siempre a ladesesperada). Sabía también que lo mismo ocurría en el caso del personal decualquiergrancompañíaferroviaria.Durantesujuventudhabíasido(siesquepodíadarcréditoasuspalabrasmientrasestabasentadoenaquellachoza—élapenaspodía

www.lectulandia.com-Página18

hacerlo,dehecho—)estudiantedefilosofíanatural,einclusohabíaasistidoaclases;pero en unmomento dado se descarrió, desperdició sus oportunidades, cayó y novolvió a levantarse nunca. No cabía lamentarse. El mismo se había labrado aquelporveniryyaerademasiadotardeparahacernadaalrespecto.

Discretamente,dividiendosusensombrecidasmiradasentreelfuegocrepitanteymipersona,fuerefiriendocuantoaquíheresumidohastaahora.Decuandoencuandointercalaba algún «señor», comopara hacerme comprender que él no pretendía sermás que lo que aparentaba. Varias veces su narración se vio interrumpida por lacampanilla, y hubo de descifrar los mensajes recibidos y enviar las respuestascorrespondientes.Enunmomentodadotuvoqueasomarsea lapuerta,desplegar labanderita mientras pasaba un tren y hacerle alguna comunicación verbal almaquinista.Observéquesemanteníamuyatentoymeticulosoeneldesempeñodesusobligaciones, interrumpiendoenocasionessudiscursoenmitaddeunasílabaypermaneciendocalladohastaquecumplíasucometido.

Enunapalabra,yohabríaconsideradoaestehombreunodelosmáscapacesparadesempeñarelcometidoqueleteníanencomendado,sinohubierasidoporelhechode que, mientras hablaba conmigo, por dos veces se interrumpió, se puso lívido,volviósurostrohacialacampanillasinqueéstahubiesesonado,abriólapuertadelacaseta—quemanteníacerradaparaevitaraquellainsalubrehumedad—ymiróhaciafuera, en dirección a la luz roja colocada junto a la boca del túnel. En ambasocasionesregresójuntoalfuegoconaquellaexpresiónmisteriosaeindefiniblequeyalehabíanotadoantes,cuandoleobservabadesdelasalturas.

Cuandoyamedisponíaamarcharme,ledije:—Casihabíallegadoaconvencermeusteddequemehallabafrenteaunhombre

satisfecho.(Metemoquehedereconocerquelodijemásquenadaparaanimarleahablar).—No le ocultaré que durante un tiempo lo estuve—añadió en voz baja, como

cuando se dirigió a mí por primera vez—, pero lo cierto es que vivo angustiado,señor.Vivoangustiado.

Si hubiese podido, le habría interrumpido para que no siguiese hablando. Sinembargo,yahabíaempezado,yyoaprovechélaoportunidad.

—¿Porqué?¿Quéleangustia?—Es muy difícil de explicar, señor. Es algo de lo que me cuesta muchísimo

hablar.Sialgunavezvuelveavisitarme,tratarédecontárselo.—Hededecirqueciertamente tenía la intencióndevolveravisitarledenuevo.

Diga,¿cuándocreeustedquepodríavenir?—Saldré temprano por la mañana y estaré otra vez de vuelta a las diez de la

noche,señor.—Vendréalasonce,pues.

www.lectulandia.com-Página19

Mediolasgraciasymeacompañóalapuerta.—Encenderé la luz blanca, señor—dijo, con esa voz queda a la queme tenía

acostumbrado—,hastaquepuedaencontrarporsísoloelcaminodesubida.Cuandodéconél,¡nogrite!Ycuandosehalleenloalto,¡nogritetampoco!

Su modo de pronunciar esas palabras hizo que el lugar me pareciese másinhóspitoaúnsicabe;peromelimitéaresponderlequeasíloharía.

—Ycuandobajemañanaporlanoche,¡nodévoces!Peroantesdequesevayausted, permítame hacerle una pregunta de despedida. ¿Qué le hizo llamarmeprecisamentecomolohizoestanoche,gritando«¡Hola!¡Ahíabajo!»?

—Quiénsabe—respondí—.Gritéalgoasí,cierto…—No,nogritónadaasí.Esas fueron laspalabrasexactasqueutilizó.Ya lashe

oídoantes.—Esasfueronlaspalabrasprecisas,loadmito.Lasdije,sinduda,porquelevia

ustedahíabajo,ynoporotrarazón.—¿Nofueporotromotivo?—¿Quéotromotivopodríatenerparadeciralgoasí?—¿Notuvolasensacióndequeleeraninspiradasdealgúnmodosobrenatural?—No,sinceramente.Medeseóentonceslasbuenasnochesmientrassosteníaenaltosucandil.Caminé

juntoalasvías(teníaladesagradablesensacióndequeuntrenmeperseguía)hastadar con el sendero. El ascenso resultó más sencillo que la bajada, y regresé a miposadasinmayoresavatares.

La noche siguiente, puntual a mi cita, me dispuse a bajar por el senderozigzagueantedenuevo.Unrelojdeunatorrelejanadiolasonce.Abajo,juntoalasvías,vialhombreesperándome,conlaluzblancaencendida.

—Nohegritado—susurrécuandoestábamosyacerca—;¿puedohablarya?—Desdeluego,señor.—Entonces,buenasnoches.Aquítienemimano.—Buenasnoches,señor,yaquítienelamía.Dichoesto,caminamoshombroconhombrohastasucaseta;entramos,cerramos

lapuertaynossentamosjuntoalfuego.—Hepensado,señor—empezóadecir,reclinándosehaciadelanteencuantonos

hubimossentadoyhablandoenuntonoligeramentesuperioraunsusurro—,quenotieneporquévolverapreguntarmedenuevoquéesloquemeangustia.Ayerporlatardeletoméporotrapersona,nadamás.Esoesloquemeangustia.

—¿Elhechodehaberseequivocado?—No.Esaotrapersona.—¿Dequiénsetrata?—Nolosé.

www.lectulandia.com-Página20

—¿Separeceamí?—Nolosé.Nuncalehevistolacara,enrealidad.Sueletaparseelrostroconel

brazoizquierdo,mientrasagitaviolentamentesubrazoderecho…Así.Seguí con la vista su brazo y vi que gesticulaba con la mayor pasión y

vehemencia,comosiquisieradecir:«¡PorDiossanto,apártesedelavía!».—Unanochede luna—dijoelhombre—,estabayo sentadoahímismo,donde

estáusted,cuandoescuchéquealguienmegritaba:«¡Hola!¡Ahíabajo!».Mepuseenpieymirédesdelapuerta.Delantedemí,juntoalaluzrojaalaentradadeltúnel,via alguien haciendo esos mismos gestos que acabo de mostrarle. Aquella personaparecíaestarronca,detantasvocesquedaba.Gritaba:«¡Cuidado!¡Cuidado!».Ydenuevo,«¡Hola!¡Ahíabajo!¡Cuidado!».Agarrécontodasmisfuerzaslalámpararojay corrí hacia aquella figura, respondiendo: «¿Quéproblemahay? ¿Quéha pasado?¿Dónde?».Eraunhombre.Estabadepiejustoalasalidadeltúnel.Meacerquétantoa él queme extrañó quemantuviera oculta su cara tras lamano. Corrí hasta él yalargué lamanopara retirar lamangade sucaracuandode repente, sin sabermuybiencómo,desapareció.

—¿Dentrodeltúnel?—No.Me lancé al interior del túnel, recorrí como poco quinientas yardas.Me

paré,sostuvelalámparasobremicabeza,yvilasseñalesquemarcabanladistancia,ylasmanchasdelahumedaddeslizarseporlaparedygotearatravésdelarco.Salídeallícorriendo,másrápidodeloquehabíaentrado(sentíaunarepugnanciamortalhaciaaquellugar),ybusquéalrededordelaluzrojaconmipropialámpara,peroenvano.Trepéporlaescaleradehierrohastalagaleríaquehayenloalto,volvíabajarycorríhastalacabañadenuevo.Telegrafiéenambasdirecciones:«Sehadadounaalarma,¿hayalgúnproblema?».Larespuestaquellegóenamboscasosfuelamisma:«Todoenorden».

Resistiéndomeallentotactodeldedoheladoquerecorríamiespinadorsal,lehiceverqueprobablementefuevíctimadealgúntipodeilusiónóptica;yqueesasfigurasyapariciones,cuyoorigenresideeneldeteriorodelosdelicadosnerviosqueregulanlas funciones del ojo, son conocidas por atormentar con frecuencia a los que laspadecen, algunos de los cuales se hacen conscientes de la naturaleza de suenfermedadeinclusolahanvistodemostradaporexperimentosdelosquehansidoobjeto.

—Yen loque se refierealgrito—insistí—,no tienemásqueescuchardequémodosoplaelvientoenestevalleinhóspitomientrashablamosaquítanbajito,ysurasgueofuriosoenloscablesdeltelégrafo.

Todoesoestabamuybien,reconociódespuésdequemehuboescuchadoduranteunrato.Quénosabríaélsobreelvientoyloscables,él,quientantascrudasnochesdeinviernopasabaaquívelando,entotalsoledad,mientrasobservabalasvías.Pero

www.lectulandia.com-Página21

insistióenaclararqueaúnnohabíaterminadosurelato.Medisculpéyentonces, lentamente,posandosumanoenmihombro,añadiólo

siguiente:—Seis horas después de aquella aparición, tuvo lugar un accidente que será

tristemente recordado por siempre en esta comarca. Durante diez horas estuvieronsacandoheridosymuertos del túnel, justopor elmismo lugar dondehabía visto aaquellafigura.

Me sobrevino un desagradable estremecimiento, pero hice lo posible pordominarlo.Nopodíanegarse,repliqué,queaquellacoincidenciahabíavenidoquenipintada para dejar su mente profundamente impresionada. Aunque era un hechoincuestionableque tales coincidencias extraordinarias sucedendemodohabitual encasoscomoése,lociertoesquedebíaadmitir,(yaquímeparecióintuirqueestabaapunto de objetar algo en contra) que los hombres con sentido común no suelenotorgardemasiada importancia a las coincidencias cuando éstas tienenquever conlosavataresnormalesdelavida.

Denuevomeinterrumpióparadecirmequeaúnnohabíaacabadosurelato.Volvíapedirleexcusaspormisconstantesinterrupciones.—Loque voy a contarle—dijo, apoyando de nuevo sumano enmi hombro y

mirando de soslayo sobre el suyo con ojos apagados—sucedió hace justo un año.Habíanpasadoseisosietemeses,yyoyamehabía recuperadode la sorpresay laconmoción.Entonces,unamañana,alamanecer,estabayoenlapuertamirandohacialaluzroja.Derepentevolvióaaparecérsemeaquelespectro.

Sedetuvo,mirándomefijamente.—¿Gritaba?—No.Estabatotalmenteensilencio.—¿Yagitabaelbrazo?—No.Seapoyabaenelpostede la luz, cubriéndose la caraconambasmanos.

Así.Unavezmásvolvíaseguirsubrazoconlosojos.Setratabaestavezdeungesto

de lamento. Parecía la postura que adoptan las esculturas que hay colocadas sobrealgunossepulcrosenloscementerios.

—¿Seacercóustedhastaél?—Entré en la caseta yme senté, en parte para recapacitar, en parte porqueme

sentíamuydébil.Cuandovolvíalapuerta,yasehabíahechototalmentededíayelfantasmahabíadesaparecido.

—Pero,¿nosucediónadadespués?¿Nohuboconsecuenciasestavez?Me tocó en el brazo con su dedo índice dos o tres veces, asintiendo en cada

ocasióndeunaformafunesta:—Ese mismo día, al salir el tren del túnel, noté en la ventana de uno de los

www.lectulandia.com-Página22

vagonesloqueparecíaserunaconfusióndemanosycabezas,yalgoqueseagitaba.Lo vi justo a tiempo de hacerle al conductor la señal de parada.Apagó y echó elfreno,peroeltrenpasódelargo,siguiendosumarchaunascientocincuentayardasomás. Lo perseguí, y al llegar oí en su interior unos terribles gritos, y alguien quechillaba.Una jovendama,bastantebella,alparecer,había fallecidosúbitamenteenunode los compartimentos.La trajimos a la cabañay la colocamosen el suelo; lapusimosahí,justamentedondeestáusted.

Retiréinvoluntariamentemisillamientrasmirabahaciadondeélseñalaba.—Estotalmentecierto,señor,eslapuraverdad.Sucediótalycomoselocuento.Nosemeocurríanadaquedeciralrespecto.Notéqueteníalabocamuyreseca.

Elvientoyloscablesacogieronlahistoriaconunlargovagidoquejumbroso.Continuó.—Ahora,señor,presteatenciónyjuzgueustedlasrazonesporlasquemimente

sevecontinuamenteatribuladadesdeentonces.Elespectroregresóhaceunasemana.Desdeentonces,haestadoahí,atormentándomeunayotravez.Vayviene,ynoséquéesloqueleimpulsaahacerlo.

—¿Ysecolocajuntoalaluz?—Sí.Juntoalaluzdeemergencia.—¿Yquéesloquehace?Repitió,conrenovadapasiónyvehemencia,sicabe,elgestoqueyahabíahecho

antes:«¡PorDiossanto,apártese!».Continuóentonces.—Nome da tregua. Reclama mi presencia, durante minutos interminables, de

maneraagonizante:«¡Allíabajo!¡Cuidado!¡Cuidado!».Sequedaahí,gesticulando.Tocalacampanilla…

Caíenlacuenta.—¿Tocósucampanillaayermientrasyoestabaaquíyustedseacercóalapuerta?—Pordosveces.—Yaveo—dije—;creoquesuimaginaciónleestátraicionando,amigomío.Mis

ojos estaban puestos en la dichosa campanilla, ymis oídos atentos también, y porDiosqueledigoquelacampananosonóniunasolavezmientrasyoestabaaquí.No,nolohizo.Nienningúnotromomento,salvocuando,porcausasfísicasynaturales,laestaciónsecomunicóconusted.

Agitólacabeza.—Nuncahellegadoaequivocarmetanto,señor.Jamásheconfundidolallamada

delespectrocon lade loshombres.Ladel fantasmaesunaextrañavibraciónen lacampana que no proviene de ningún otro sitio.De hecho, observará que yo no heafirmadoenningúnmomentoquehayavistoagitarselacampanilla.Desconozcoporquénolaescuchóusted,perolociertoesqueyolaoí.

www.lectulandia.com-Página23

—¿Yelespectroestabaahí,cuandomiróustedfuera?—Allíestaba.—¿Lasdosveces?—Lasdos—repitióconfirmeza.—¿Seacercaríaustedconmigoalapuertaparaversiestáahíahora?Semordió el labio inferior, como si fuese reacio a hacerlo, pero finalmente se

levantó.Abrílapuertaymequedéquietosobreelpeldañomientrasélpermanecíaenelumbral.Allí, juntoal túnel,esperabala luzdeemergencia.Allíestabala lóbregabocadeltúnel.Allíestabanlaselevadasyhúmedasparedesdepiedradeldesfiladero.Allíestabanlasestrellas,iluminandotodoporencimadeellas.

—¿Loveusted?—lepregunté,prestandoespecialatenciónalaexpresióndesurostro.Susojosestabandesorbitadosporelesfuerzo,peronomuchomás,talvez,deloque loestaban losmíoscuando losdirigíafanosamentehaciaelmismopuntoalqueélmiraba.

—No—respondió—.Yanoestáahí.—Deacuerdo—dije.Entramos de nuevo en la caseta, cerramos la puerta y volvimos a nuestros

asientos. Parecía cavilar acerca de cómo aprovechar esta ventaja, si es que podíallamarseasí,cuandoretomólaconversaciónespontáneamente,asumiendo,sinmás,queningunode losdoscuestionaba loshechosmismosque relataba;viéndome,depronto,situadoenlaposiciónmásdébil,exclamó.

—Aestasalturascomprenderáustedclaramente,señor—dijo—,queloquetantomeatormentaeslapreguntaquenohagomásquehacerme,desdehacedías:¿Quéesloquemequieredecirelespectroestavez?

Ledijequenoestabasegurodeltododehabercomprendidosurazonamiento.—¿Contraquénosadvierte?—dijorumiandolaspalabras,conlavistafijaenel

fuego, desviándola hacia mí cada tanto—. ¿Cuál es el peligro que nos acecha?¿Dóndeestá?Unpeligroseciernesobrealgúnlugardelalínea,deesoestoyseguro.Sucederáalgunacalamidadespantosaencualquiermomento.Despuésde loqueyahasucedido,estaterceraveznohaquequedarleningunaduda.Aunque,desdeluego,loqueestáclaroesquealguienha lanzadouncruelhechizosobremí.¿Quépuedohacer?

Sacósupañueloyenjugóunasgotasdesudordesufrente.—Si telegrafiase avisandodeuna alarma a cualquiera de los dos ramales de la

línea,oaambosaltiempo,nopodríajustificarladeningúnmodo—siguiódiciendo,mientrassesecabalaspalmasdelasmanosenlapechera—.Mepodríameterenunlío,yademásnoserviríadenadaenrealidad.Metomaríanporloco.Estoesloqueocurriría: Mensaje: «¡Peligro! ¡Extremen las precauciones!». Respuesta: «¿A quépeligroserefiere?¿Dónde?».Mensaje:«Noloséexactamente.Pero,¡porDiossanto,

www.lectulandia.com-Página24

extremenlasprecauciones!».Sindudamerelevarían.¿Quéotracosapodríanhacer?Era lamentable constatar el sufrimiento que atenazaba a aquella alma. Aquello

constituíaunatorturamentalparaunhombretanmeticuloso,oprimidomásalládesuresistenciaporunaincomprensibleresponsabilidadhacialavida.

—La primera vez que se presentó bajo la luz roja, junto al túnel—continuó,retirándoseeloscuropelohaciaatrás,ypalpándoselassienesenungestodeangustiafebril—,¿porquénomedijodóndesucederíaelaccidente…?Detodosmodos,habíadepasarnecesariamente.¿Porquénomedijocómoevitarlo,siesquepodíaevitarse?Cuandoocultósurostrolasegundavez,¿porquéenlugardeesonomedijo:«Ellavaamorir.Hagaquesequedeensucasa»?Sienaquellasdosocasionessólovinoparamostrarmequesusadvertenciaseranreales,yasíprepararmeparaunatercera,¿porqué no me advierte ahora claramente de lo que nos espera? Y yo, ¡que Dios measista!,soytansólounpobreguardavíasenterradoenestepuestosolitario.¿Porquénosehabráaparecidoelespectroaalguienquegozasedeunmayorcréditoytuviesepodersuficienteparaactuar?

Cuandolevienaquelestado,medicuentadeque,tantoporlasaludmentaldeaquelpobrehombre comopor lapropia seguridadpública, si algohabíaquehacercon premura era tranquilizarle. Por lo tanto, dejando de lado toda discusión entreambossobrelarealidadoirrealidaddeloshechos,leplanteéquequienquisierallevara cabo su labor concienzudamente, debía hacerlo bien y que al menos él debíasentirse reconfortadopor saberenquéconsistíaaquella tarea, sibienyoseguía sinalcanzar a comprender la naturaleza de aquellas apariciones desconcertantes. Tuvemáséxitoenesteempeñoqueenelintentoderazonarconélparaqueabandonasesusconvicciones.Secalmó;lasocupacionesinherentesasucargoempezaronaexigirleuna mayor atención a medida que la noche iba avanzando, y así, a las dos de lamañana,medespedídeél.Meofrecíparaacompañarledurantetodalanoche,peroélnoquisonioírhablardeello.

Noveorazónalgunaparaocultarquemásdeunavezmevolvíamirarlaluzrojamientrasascendíaporelsendero,yquenomegustabaaquellaluz,yquesindudamecostaría conciliar el sueño si mi cama se encontrase junto a ella. Tampoco veomotivosparadisimularquenomeagradaronlospasajesquemehabíarelatadosobreelaccidenteylachicamuerta.

Peroloquefundamentalmenteocupabamimenteeranlasconsideracionesacercade cómo debía actuar yo, tras haberme convertido en el destinatario de aquellarevelación. Quedaba demostrado que se trataba de alguien inteligente, despierto,metódicoypreciso;pero,¿cuántotiempopodríaseguirasí,ensuscabales?Sibiensehallaba en una posición de subordinado, aún seguía recayendo sobre él unaimportantísima responsabilidad y, ¿estaría yo dispuesto (pongamos) a arriesgar mipropia vida, dado el caso, para que él continuase llevando a cabo su tarea con

www.lectulandia.com-Página25

precisión?Incapaz de sobreponerme a la sensación de que le traicionaría en parte si

comunicaseloqueélmehabíacontadoasussuperioresdelacompañía,sinhaberlohablado antes con él de un modo sincero proponiéndole una solución intermedia,resolví ofrecerme a acompañarle (manteniendo, en cambio, su secreto por elmomento)almédicomásprestigiosoquehubieseporlosalrededorespararecabarasísuopinión.Meinformódequeseproduciríauncambioenloshorariosdesuturnoala noche siguiente y que se ausentaría durante una o dos horas al amanecer y, denuevo,pocodespuésdelocaso.Quedéenregresarsegúnloprevisto.

Aldíasiguienteelatardecerfuemuyagradableysalítempranoparadisfrutarlo.El sol no había descendido demasiado todavía cuando ya caminaba por el senderocercanoa lacimadelprofundo terraplén.Alargaréelpaseoduranteunahora—medije amímismo—,media de ida ymedia de vuelta, y así haré tiempo hasta quellegueelmomentodeacercarmealacasetadelguardavías.

Antes de proseguir mi caminata, me acerqué al borde del precipicio y mirémecánicamentehaciaabajo,desdeelpuntoenquelohabíadivisadolaprimeravez.Soyincapazdedescribirel terrorqueseapoderódemícuando, juntoa labocadeltúnelvi loqueparecíaunhombreconsumanga izquierda sobre losojos, agitandoconfuerzasubrazoderecho.

El horror inenarrable dio paso a la extrañeza, ya que enseguida vi que aquellaaparición era de hecho un hombre de carne y hueso, y que junto a él, a cortadistancia,habíaunpequeñogrupodepersonas,antequienesaqueltipoparecíaestarrepresentandoalgunaescena.Laluzdealarmanoestabaencendidatodavía.Juntoalposte había una pequeña garita baja, enteramente nueva para mí, que había sidofabricadaconalgunostablonesyunaslonas.Parecíanomayorqueunacama.

Con una irrefrenable sensación de que algo andaba mal, y atenazado por unrepentinomiedoculpabledequealgúndañofatalsehubieseproducidopordejarallísoloaaquelhombresinavisarparaqueenviasenaalguienasupervisarocorregirsusacciones,descendíporelescarpadosenderolomásrápidoquepude.

—¿Quéocurre?—preguntéaloshombres.—Elguardavíassehamatadoestamañana,señor.—¿Nosereferiráalhombrequevivíaenaquellacaseta?—Si,señor.—¡Oh,Diosmío,yoconocíaaesehombre!—Si lo ha visto alguna vez, podrá usted ayudarnos a identificarle —dijo un

hombre que hablaba por los demás, descubriéndose la cabeza con solemnidad yalzando la lona por uno de sus extremos—; al menos, su cara ha quedadorelativamenteintacta.

—¡Oh!Pero,díganme,¿cómohaocurrido?—preguntévolviéndomehaciaunosy

www.lectulandia.com-Página26

otrosmientraslapuertadelagaritasecerrabadenuevo.—Fueseccionadoendosporunalocomotora,señor.NingúnhombreenInglaterra

conocíamejorsuoficio.Peroporalgúnmotivo,cuandoeltrenpasóestabaenmitaddelraílexterior.Ocurrió,además,enplenodía.Habíaencendidola luzyllevabalalámparaenlamano.Seencontrabadeespaldasaltúnelcuandolalocomotorasalióylo arrolló. Ese es el hombre que conducía el tren. Nos estaba enseñando cómosucediótodo.Cuéntaseloalcaballero,Tom.

Elhombre,queestabavestidoconunburdomonooscuro,secolocódenuevoenelmismolugar,alaentradadeltúnel.

—Altorcerenlacurvadeltúnel,señor—dijoél—,levialfondo,comoporuncatalejo.Nohabía tiempode reducir lavelocidad, aunqueyo sabíaqueél eramuyprecavido. Como no parecía hacer caso del silbato, dejé de tocarlo cuando nosaproximábamoshaciaélytratédellamarsuatencióngritándoletantocomopude.

—¿Quéesloqueledijo?—Legrité: «¡Allí abajo! ¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡PorDios santo, apártese!». ¡Uf!

Fueunmomentoterrible,señor.Nodejedegritarleniunmomento.Mecubrílosojosconelbrazoparanoverloyagitéelotrobrazotodocuantopude,perofueinútil.

Sin ánimo de prolongar más la narración para profundizar en alguna de lascuriosas circunstancias que concurrieron en aquel funesto suceso, querría, paraconcluir,destacarlacoincidenciadequelaadvertenciadelmaquinistaincluíanosólolaspalabrasqueeldesdichadoguardavíasmehabíadichoqueleatemorizaban,sinotambiénlaspalabrasqueyomismo(ynoél)asocié(enmicabeza)alosgestosqueélhabíaimitado.

ExtraídodelejemplardeAllYearRoundtitulado«EltransbordodeMugby»,

Navidadde1866

www.lectulandia.com-Página27

ELJUICIOPORASESINATO

(PARATOMARCONUNPELLIZCODESAL)

Siempre he observado que se requiere una fuerte dosis de coraje, incluso entre laspersonasdemayorinteligenciaycultura,cuandodeloquesetrataesdecompartirlaspropiasexperienciaspsicológicas,especialmentesiéstasadoptanuncarizextraño.Lapráctica totalidad de los hombres temen que aquello que pudiesen relatar a eserespectonohallaseparalelismoorespuestaalgunaenlavidadesuinterlocutor,ysurelato pudiese provocar suspicacias o risas.Unviajero dignode confianza que porazar hubiese avistado alguna criatura extraordinaria con apariencia de serpientemarina, no tendría reparos en mencionar su experiencia; pero ése mismo viajero,habiendo tenido algún presentimiento singular, un impulso, un pensamientoperegrino,unavisión(porllamarloasí),unsueñoocualquierotrotipodeimpresiónmental destacable, dudaría considerablemente antes de confiarle a nadie suspensamientos. A esta reticencia atribuyo buena parte del desconocimiento queimplicantalesasuntos.Nosolemoscomunicarnuestrasexperienciassobreestascosastansubjetivasdelmodoenquelohacemosconnuestrasexperienciascreativasmásobjetivas.Comoconsecuenciadeello,lamayorpartedeloacontecidoenesteaspectoaparece como excepcional, y en realidad lo es, por cuanto resulta tristementeimperfecto.

Enloquevoyarelatarnoalbergoningunaintencióndeestableceroapoyarteoríaalguna,nitampocodeoponermeaella.ConozcolahistoriadellibrerodeBerlín.Heestudiado el caso de la viuda de un difunto Astrónomo Real según la relatara SirDavidBrewster;yheseguidolospormenoresdeuncasomuchomásdestacabledeilusiónespectralsucedidoenelámbitodemipropiocírculoprivadodeamigos.Talvezseanecesariodejarsentado,encuantoaestoúltimo,queelsujetopaciente—unadama—nosehallaengradoalguno,siquieradistante, relacionadaconmipersona.Unasuposiciónequivocadapodríasugerirunaexplicaciónparaciertosaspectosdemipropio caso—pero sólo a ciertos aspectos— que a la postre resultaría totalmenteinfundada. Tampoco se debe a ninguna peculiaridad intrínseca que yo hayadesarrollado, pues nunca antes había tenido ninguna experiencia similar, ni nadaparecidomehasucedidodesdeentonces.

Noesrelevantesihanpasadomuchosopocosañosdesdeciertocrimencometidoen Inglaterra que provocó gran interés entre el público. Estamos más queacostumbrados a tener noticia de ciertos crímenes a medida que aumentan enfrecuenciaporsuprestigioatroz.Yoenterraría,sipudiese,lamemoriadeestabestiaen particular, al igual que se hizo con su cuerpo en la prisión de Newgate. Me

www.lectulandia.com-Página28

abstendré intencionadamente de proporcionar pista directa alguna sobre lapersonalidaddelcriminal.

Cuando el crimen fue descubierto, ninguna sospecha recayó —o, más bien,deberíadecir, yaquenopuedo ser demasiadopreciso en losdatos, queno sehizoalusiónpúblicaaqueninguna sospecha recayese—sobreelhombrequemás tardeseríallevadoajuicio.Alnohabersehechoreferenciaaélenlosperiódicosenaquelmomento, resulta obviamente imposible que éstos diesen alguna descripción suyaentonces.Serádeimportanciacapitalrecordarestedato.

Alabrirduranteeldesayunomidiariomatutino,enquesedabanoticiadeaquelprimer descubrimiento, lo hallé profundamente interesante y lo leí con minuciosaatención.Loleídosveces,puedequetres.Eldescubrimientohabíatenidolugarenundormitorio,y,cuandoapartélavistadelperiódico,mesacudióunfogonazo—ráfaga,corriente, no sé cómo llamarlo, ninguna palabra que busque puede ser losuficientemente descriptiva de lo que vi—, en el quemepareció contemplar aqueldormitorio pasando a través de mi habitación, como un cuadro imposible pintadosobrelacorrientedeunrío.Apesardequepasóenapenasuninstante,loquevifueperfectamentediáfano; tanto,quepudedistinguir, concierta sensacióndealivio, laausenciadelcadáverenlacama.

Esta curiosa sensación no tuvo lugar en ningún sitio romántico, sino en losmismísimos juzgados del distrito de Picadilly, próximos a la esquina de St. JamesStreet. Aquello fue algo completamente novedoso paramí. En aquellosmomentosestaba enmi silla reclinable, y recuerdo que la sensación vino acompañada de untemblorpeculiarquelevantólasilladesdesuposición.(Sinembargo,sehadeteneren cuenta que la silla era de esas que se deslizan sobre pequeñas ruedecillas).Meacerqué a una de las ventanas (había dos en la habitación, que se hallaba en unsegundo piso) a fin de intentar aclarar la vista fijándome en algún objeto enmovimiento, allá abajo en Picadilly. Era una brillantemañana de otoño, y la callerefulgía,seagitabaanimada.Elvientosoplabaconfuerza.Almirarhacialacalle,viqueelvendavaltraíadesdeelparqueunmontóndehojascaídasque,atrapadasporuna ráfaga, se arremolinaron en una columna espiral. Cuando se derrumbó lacolumna y las hojas se dispersaron, vi a dos hombres al otro lado de la calle,caminandodeoesteaeste.Unodelosdoscaminabaunospasospordelantedelotro.Elhombrequecaminabamásadelantadomirabaamenudohaciaatrás,porencimadelhombro.Elsegundohombreleseguíaaunadistanciadeunostreintapasos,consu mano derecha alzada en actitud amenazante. Al principio, la singularidad y lafirmezadeesegestoamenazadorenunavía tanpúblicaatrajeronsingularmentemiatención; y a continuación lo hizo la circunstancia, aúnmás notable, de que nadiepareciese tomarlo en cuenta. Ambos hombres se abrían paso por entre los otrostranseúntesconunaligerezaqueapenasteníanadaqueverconlaacciónmismade

www.lectulandia.com-Página29

transitar por la acera; por otro lado, ninguna criatura, almenos que yo notase, lescedíaelpaso,lestocabaosepreocupabalomásmínimoporellos.Alpasarfrenteamiventana,ambossepararon,alzaronlascabezasyfijaronsusmiradasenmí.Pudeversusrostrosmuyclaramenteysupequepodríareconocerlesencualquierlugar.Noes que hubiese observado conscientemente algo muy destacable en ninguno deaquellos dos rostros, salvo que el hombre que iba delante tenía un aspectoinusualmenteceñudoyquelacaradelhombrequeleseguíateníaelcolordelacerasucia.

Soysoltero,ymimayordomoysuesposasontodocuantotengo.Estoyempleadoen cierta sucursal bancaria y desearía que mis obligaciones como jefe dedepartamentofuesentanlivianascomolagentesupone.Aquelotoño,misdeberesmeretuvieronen laciudadcuandoloqueenrealidadnecesitabayoerauncambio.Nomeencontrabaenfermo,perohededecirquetampocoestababiendeltodo.Ellectorpuede sacar las conclusiones que se le antojen respecto al profundo hastío quemeembargaba, o albergar quizás un leve sentimiento de depresión al constatar lamonótona vida que llevaba por entonces, empeorada por el hecho de que en esosmomentosmehallara«ligeramentedispéptico»,segúnafirmabamidoctor,hombrederenombradoprestigio,quienmehaaseguradoquemiverdaderoestadodesaludenaquelmomentonomerecíaotradescripciónmássevera,siendoaélmismoaquiencitosegúnlanotaconquerespondióamiconsulta.

A medida que las circunstancias del asesinato, desentrañadas gradualmente,fueroncalandocadavezmásymásenlaopiniónpública,yodecidímantenerlasalmargendemipropiaopiniónyrecabaracercadeellastanpocainformacióncomomefueraposibleenmediodelmorboquecundíapordoquier.Sinembargo,síquellegóamiconocimientoquesehabíaabiertounacausaporasesinatopremeditadocontraelsospechosodelcrimenyqueéstehabíasidoenviadoaNewgateenesperadejuicio.TambiénllegóamiconocimientoquelavistahubodeposponerseduranteunadelassesionesdelTribunalCriminalCentral,porcausadelosprejuiciosgeneralizadosdelpúblico,yporqueladefensapidióal tribunalalgomásdetiempoparaprepararsusalegatos.Puedeinclusoqueconociera,aunqueestoycasisegurodequenofueasí,lafechamásomenos aproximada enquehabíande retomarse las sesiones del juiciopospuesto.

Hayquedecirquemisaladeestar,eldormitorioyelvestidorseencuentrantodossituadosenelmismopiso.Aesteúltimonosepuedeaccedermásquea travésdelpropio dormitorio. Es cierto que en tiempos existió una puerta que comunicaba laalcobaconlaescaleradeservicio,perohaceunosañoshiceinstalarunbaño,ydesdeentonces es imposible pasar por allí. En aquella época, coincidiendo con aquellareforma,lapuertasecegóyfuerecubiertaporelenteladodelapared.

Recuerdo que estaba en mi dormitorio, entrada ya la noche, dando algunas

www.lectulandia.com-Página30

instruccionesamimayordomoantesdeacostarme.Micarasedirigíahacialapuertaquedabaalvestidor,queenaquellosmomentossehallabacerrada.Mimayordomoestabadeespaldasaella.Derepente,mientrasleestabahablando,vicómolapuertase abría y un hombre se asomaba, haciéndome señas de forma misteriosa y conademán suplicante.Yhe aquí que lo reconocí: era elmismohombreque seguía alotroindividuoporPicadilly,aquelcuyorostroteníaesepeculiarcolordecerasucia.

Lafigura,habiéndomehechoseñasparaquemeaproximase,seretiróycerrólapuerta.Trasunabrevepausa,nomayorquelaquenecesitéparacruzarlahabitación,abrílapuertadelvestidorymirédentro.Llevabaunavelaencendidaenlamano.Enmifuerointernosabíaperfectamentequeallídentronohabíanadie,ydehechonomeequivocaba.

Conscientedequemisirvienteestaríaigualdepasmadoqueyo,mevolvíhaciaélyledije,altiempoqueapoyabamimanosobresupecho:

—Derrick, ¿podrías creer que el capricho demis sentidosme hecho creer quehabíavistoun…?

Entoncesél,depronto,estremeciéndoseviolentamente,exclamó:—¡Oh,Diosmío! ¡Señor! ¡Detrás de usted hayunhombremuerto haciéndome

señas!Cuandolopiensohoy,estoysegurodequeaJohnDerrick,mifielylealsirviente

durantemásdeveinteaños,noleparecióvernadahastaqueyoposémimanoensupecho.Justamentehastaesemomento.Elcambioensusemblantefuetaninesperadocuando le toqué, que verdaderamente creí que, de algunamanera oculta, yo era elmismísimocausantedesuvisión.

Ordené a JohnDerrick que trajese algo debrandy. Luego le ofrecí un trago ytomé otro yomismo.No le conté ni una sola palabra de lo que había precedido aaquellaapariciónnocturna.Reflexionandosobreello,estabaabsolutamentesegurodeno haber visto nunca aquella cara, si exceptuamos, naturalmente, el episodio dePicadilly.Comparando suexpresióncuandomehacía señasdesde lapuerta, con laque tenía cuando alzó la vista y memiró fijamente mientras yo estaba junto a laventana,lleguéalaconclusióndequelaprimeravezquelovi,loúnicoquedebíadeinteresarleerafijarsucaraenmimemoria,mientrasquelasegundaloquequeríaeraestarbiensegurodequeyolorecordaba.

Nomesentímuycómodoenloquerestódenoche,aunqueteníalacerteza—enciertomodoinexplicable—dequelafiguranoregresaría.CuandodespuntóeldíacaíenunprofundosueñodelquemedespertóJohnDerrick,acercándoseamicamaconunamisivaenlamano.

El papel en cuestión, según parecía, había ocasionado un altercado junto a lapuerta entre su portador ymimayordomo. Resultó que se trataba de una citacióndirigidaamipersona,enlaquesemepedíaqueasistieracomojuradoaciertojuicio

www.lectulandia.com-Página31

queseríacelebradoenelTribunalCriminalCentraldelOldBailey.Nuncaantesseme había citado para ser jurado, como John Derrick bien sabía. El creía (a estasalturas no estoy seguro de si con razón o movido por otros motivos que se meescapan) que esa clase de jurados solían ser elegidos entre personas de categoríasinferioresalasmía,asíqueenunprincipiodecidiónoaceptaraquellacitación.

Elhombrequelaportabasetomóelasuntoconmuchacalma.Aludióaquemiasistencia o inasistencia nada tenían que ver con él; allí estaba la citación y amícorrespondíaaceptarlabajomipropioriesgo,ynobajoelsuyo.

Duranteundíaodos estuve indeciso sobre si responder a tal emplazamientoohacer caso omiso de él. No era consciente ni del más leve prejuicio misterioso,influenciaoatracciónenunsentidouotro.Deloquedigoestoytansegurocomodecualquierotraafirmaciónquepuedaverterenestaspáginas.

Finalmente decidí, más que nada para romper la monotonía que por entoncesgobernabamivida,queacudiríaalllamamientodeltribunal.

Lamañanaseñalada,unacrudamañanadelmesdenoviembre,selevantóconunadensa niebla enPicadilly, que se fue volviendo auténticamente negra y opresiva aleste delColegio deAbogados delTribunal.Hallé los pasadizos y las escaleras deljuzgado elegantemente iluminados con lámparas de gas, y la propia sala del juicioigualmente iluminada.Yopienso quehastaque fui conducidopor losoficiales a laviejasaladeljuzgadoycontemplésuaspectoabarrotado,nofuiconscienterealmentede qué crimen iba a ser juzgado aquel día.Yopienso que, hasta que con enormesdificultadesfuiayudadoapenetrarenlaviejasaladeljuzgado,nosupeacuáldelosdos banquillos de la corteme llevaríanmis citadores.Esto no ha de ser entendidocomounaafirmaciónpositiva,yaqueenmiinteriornoestoycompletamentesegurodeningunodeambosextremos.

Mesentéenel lugarquesereservaalosmiembrosdel juradoparalosminutospreviosaqueéstostenganquesubirasusbanquillos,yechéunamiradaalrededordeltribunal lo mejor que pude a través de la nube de humo y de vaho que flotabapesadamentesobrenuestrascabezas.Observéelvapornegroquecolgabadel techocomo una cortina tenebrosa, y escuché el sonido ahogado de las ruedas de loscarruajessobreeladobeyelalquitránesparcidosporlacalle; tambiénelmurmullode la gente allí reunida que se veía ocasionalmente traspasado por algún pitidoestridenteoalgúncanturreoovoceoquesesuperponíanalresto.

Alpoco entraron los jueces—erandos—y tomaron asiento.El zumbido en lasalafueacalladodeunmodovehemente.Seordenótraeralcriminalfrentealestrado.Allí apareció.Enesemismo instante reconocíenél alprimerode losdoshombresquebajabanporPicadilly.

Simehubiesenllamadoporminombreenaquelmomento,dudodequehubierapodido responder demanera audible, pero fui citado en sexto, o quizás en octavo

www.lectulandia.com-Página32

lugar,yparaentoncesya fuicapazdearticularun tímido«¡Aquí!».Ahora,prestenatención.Mientras iba subiendo los peldaños que conducían hasta el banquillo deljurado,elprisionero,que loobservaba todoconatención,aunquesinmostrarhastaentoncessignosdepreocupación,seagitóviolentamentealvermeyempezóahacerseñasasuabogadoparaqueseleaproximase.Eldeseodelprisioneroderecusarmeeratanevidentequeeljueznotuvomásremedioquedecretarunapausa.Elabogado,con la mano apoyada en el banquillo de los acusados, cuchicheó un rato con suclientemientrassacudíapensativolacabeza.Mástardesupe,poraquelcaballero,quelasprimeraspalabrasqueelaterradoprisioneroledijofueron:«¡Cuesteloquecueste,recuseaesehombre!».Sinembargo,aquelextremonollegóaproducirse,yaqueelprisionero no pudo aducir ninguna razón para oponerse ami presencia, y hubo deadmitir que ni siquiera conocíami nombre hasta que lo oyó cuando fui llamado acomparecer.

Habiendo dejado ya por sentado que quisiera evitar revivir el recuerdodesagradabledeaquelasesino,ytambiénporqueelrelatodetalladodeunjuiciotanlargonoesenabsolutoindispensableparaeldesarrollodeminarración,meceñiréaaquellos incidentes que estuvieron directamente relacionados con mi personal ycuriosaexperiencia,durantelosdiezdías—consusnoches—quelosmiembrosdeljurado pasamos en estrecha compañía. Es a esto y no al crimen en sí hacia dondepretendoatraerel interésdemis lectores.Esparaesto,ynoparaglosarmeramenteuna página del Calendario deNewgate, para lo que ruego al lector queme presteextremaatención.

Fuielegidopresidentedeljurado.Durantelasegundamañanadeljuicio,trasunasesión de dos horas dedicada a la presentación de pruebas (lo sé porque oí lascampanadas en el reloj de la iglesia),me entretuve echando un vistazo a los otrosmiembros del jurado. Entonces me di cuenta de que hallaba una inexplicabledificultad para contarlos. Lo hice varias veces, pero la dificultad persistía.Resumiendo,cadavezquecontabamesobrabaunapersona.

Toquéenelhombrodelmiembrodeljuradomáspróximoamíylesusurré:—Leestaríamuyagradecidosinoscontaseustedatodos.Micompañeropareciómuysorprendidopor lapeticiónqueacababadehacerle,

perovolviólacabezaehizorecuento.—¿Porquérazón…—dijoderepente—somostre…?Perono,noesposible…

No.¡Enrealidadsomosdoce!Segúnmis recuentos de aquel día, individualmente concordábamos en número,

pero engrupo, siemprehabía unodemás.Nohabía ninguna apariencia—ningunafigura—queyo viese que sobrase; sin embargo, tenía un horrible presagio internosobrelafiguraquesabíaqueharíasuentradamuypronto.

EljuradosealojabaenlaLondonTavern.Dormíamostodosjuntos,dehecho,en

www.lectulandia.com-Página33

una espaciosa habitación, sobre camastros separados, bajo el ojo vigilante de unoficialespecialmenteencomendadoparanuestraseguridad.Noveorazónalgunaparaomitir el nombre de dicho oficial. Era un individuo inteligente, tremendamentecorrectoyatentoy—segúnmealegrédeoír—muyrespetadoenlaCity.Poseíaunapresenciaagradable,ojosbondadosos,unenvidiablemostachonegroyunabuenaysonoravoz.SellamabaHarker.

Elprimerdía,cuandosehizodenocheynosfuimosaacostar,elseñorHarkercolocó su cama atravesada delante de la puerta. En la noche del segundo día, nohallándome predispuesto a tumbarme y viendo al señor Harker sentado sobre sucama,fuiasentarmejuntoaélyleofrecíunpellizcoderapé.CuandolamanodelseñorHarkerrozólamíaaltomarlodelacaja,lerecorrióunextrañoestremecimientoyexclamó:

—¿Quiénesése?Seguí lamiradadel señorHarker,yentonces,al fondode lahabitación,via la

figura que estaba esperando: el segundo de los dos hombres que bajaban porPicadilly.Meincorporéyavancéunospocospasos;entoncesmeparéymevolvíamiraralseñorHarker.Comprobéqueyahabíarecuperadolacompostura.Memiró,despreocupado,rióydijodeformacomplaciente:

—Porunmomentopenséqueteníamostrecemiembroseneljuradoyqueaunolefaltabasucama,perosupongoquelaluzdelalunahadebidodeconfundirme.

Sin revelar nada al señorHarker, pero invitándole a caminar conmigo hasta elextremodeldormitorio,observéloquehacíalafigura.

Sedetuvounosinstantesjuntoallechodecadaunodemisoncecompañerosdeljurado, cerca de la almohada. Cada vez se aproximaba por el lado derecho de lacama,observabaalqueallíestabaacostado,yluegoseacercabaalacamasiguiente,pasandopordelantedelospiesdelcamastro.Parecíasimplemente,porlaactituddesucabeza,quemirasepensativoacadafigurarecostada.Nometuvoencuentaniamíniamicama,queeralamáspróximaaladelseñorHarker.Cuandolaluzdelalunaentró a travésdeungranventanal, la figurapareciómarcharse comovolandosobrelasescaleras.

Aldíasiguiente,duranteeldesayuno,resultóquetodoslosallípresenteshabíansoñadoconelhombreasesinado,aexcepcióndelseñorHarkerydemímismo.

AquellomepersuadiódequeelsegundohombrequebajabaporPicadillyeraelhombre asesinado, por así decirlo. Era como si aquello se hubiese revelado a micomprensiónmediantesutestimoniodirecto.Perotuvolugardeunamaneraparalacualyonoestabaenabsolutopreparado.

Enelquintodíadeljuicio,elcasodelaacusaciónestabafinalizando.Peroantesde terminar, se aportó como prueba un retrato enminiatura de la víctima, que nofiguraba en su dormitorio cuando el hecho fue descubierto y que más tarde fue

www.lectulandia.com-Página34

hallado en un lugar oculto donde el asesino había sido visto mientras cavaba.Habiendosidoreconocidoporeltestigoqueestabasiendointerrogado,fuemostradoenaltohaciaelestradoy,desdeallí,ofrecidoparaser inspeccionadoporel jurado.Mientrasunfuncionariocontoganegraseaproximabahacianosotrosconelretrato,lafiguradelsegundohombrequebajabaporPicadillysurgióimpetuosadeentre lamultitud,arrebatólaminiaturaalfuncionarioymelaentregóconsuspropiasmanosaltiempoquemedecíaconunaprofundavozcavernosa,yantesaúndequeyovieseelretrato,quesehallabatodavíaensuestuche:

—¡Entoncesyoeramásjoven,ymirostronoestabatanapagado!Luegosecolocóentremiasientoyeldelcompañerodeljuradoaquienlepaséla

miniatura,ydespuésentreésteyaquélalquemicompañeroselapasó,yasísiguió,hastaqueelretratovolvióamismanos.Decualquiermodo,ningunodelosjuradossepercatódelapresenciadeaquelhombre,salvoyo.

Cada vez que nos sentábamos a la mesa, y especialmente cuando estábamosconfinadosbajolacustodiadelseñorHarker,solíamosdiscutirlosprogresosdeldía.Enaquellaquintajornada,habiendoconcluidoelcasodelaacusaciónyteniendoantenosotrosesapartedelasuntototalmenteperfilada, ladiscusiónsetornómásseriayacalorada.Entrenosotrossehallabaunsacristán—elidiotaconlamolleramásduraconelquehe tenido laocasióndecruzarmeenmucho tiempo—queplanteaba lasobjecionesmásabsurdasantelaspruebasmásevidentesyqueestabaconstantementesecundadopordosindividuosdesumismaespecie,unosinsulsosparásitosdemirasestrechas; los tres habían sido reclutados para el jurado en un barrio tan dado aldesenfreno que perfectamente se les podría haber juzgado a ellos mismos por almenos quinientos asesinatos. Ya sería medianoche. Aquellos zopencos hablaban avocesyalgunosdenosotrosyanosdisponíamosaabandonarlareuniónymeternosen la cama. Entonces, de repente, vi de nuevo al hombre asesinado. Se manteníadetrásdeaquellostrespicaros,conactitudgrave,haciéndomeseñas.Alhacerademánde aproximarme hacia ellos e intervenir en la conversación, la figura se retiróinmediatamente. A partir de ese momento las apariciones se convirtieron enhabituales. Siempre que se formaba un corrillo con losmiembros del jurado, veíacómo la cabeza del hombre asesinado surgía entre las de los presentes.Cuando elcotejodelasnotasleperjudicaba,llamabamiatencióndemanerasolemne.

Sehabrádetenerencuentaquenofuehastaquesalióarelucirelretrato,enelquintodíadeljuicio,cuandoaquelhombreempezóaaparecersetambiénenlapropiasaladeljuzgado.Cuandoseiniciólapresentacióndelacausadeladefensa,hayqueseñalarqueseprodujerontrescambiosnotables.Permítasememencionar,antesquenada, dos de ellos. De primeras, destaquemos que ahora la figura estaba siemprepresenteenlasala,aunquenuncasecolocabajuntoamí,sinoalladodelapersonaqueestabaencadamomentoenusodelapalabra.Pondréunejemplo:sabíamosque

www.lectulandia.com-Página35

lavíctimahabía sidodegollada.Enel alegatodeaperturade ladefensa, se sugeríaquetalvezelfallecidopodríahabersecortadolagargantaélmismo.Eneseprecisomomento, lafigura,consugargantaenel terribleestadoalquenoshemosreferido(hayquedecirquehastaentonceslahabíallevadocubierta),separójuntoalorador,ydio en atravesar una y otra vez su tráquea, ora con la mano derecha, ora con laizquierda, como intentando sugerir al propio orador la imposibilidad de que unaheridade talescaracterísticaspudierahabersidocausadaporsupropiamano.Aquívaotroejemplo:untestigoquecompareció,unamujer,declaróqueelprisioneroeralapersonamásafabledelmundo.Lafigura,enaquelinstante,seplantófrenteaella,escrutando su rostro, y con su brazo extendido señaló el maligno semblante delprisionero, como intentando hacer notar este hecho a la mujer que estaba en elestrado.

Eltercerodeloscambiosacaecidosmeimpresionóaúnmásquelosdosprimeros,por ser el más significativo e inesperado de todos. No teorizaré sobre ello; loexpondréfielmenteyahílodejaré.

Sibienenprincipiolafiguranoerapercibidaporaquellosalosquesedirigía,sucercaníaaesaspersonas iba invariablemente seguidadealgunaclasedemolestiaoinquietudporpartede lasmismas.Medio la impresióndeque la figuraevitaba, acausa de normas que yo desconocía, revelarse totalmente a los demás, aunquepudiese, de modo invisible, mudo y oscuro, ensombrecer sus mentes. Cuando elabogado principal de la defensa sugirió la hipótesis del suicidio, por ejemplo, lafigurasecolocójuntoalletradoehizoelgestoterribledecortarsugargantaherida.Entonces, observé cómoel abogado se trababa en sudiscurso, perdíaduranteunossegundoselhilodesuingeniosaargumentación,seenjugabalafrenteconelpañueloyseponíaextremadamentepálido.Enelmomentoenquecompareciólamujeralaquemehereferidoantes,vicómolosojosdeellamirabanen ladirecciónhacia laquelafiguraseñalaba,ymostrabangrandesdudasypreocupaciónhacia lacaradelprisionero.Dosejemplosmásmeserviránparailustrarloquedigo.Duranteeloctavodía de sesiones, tras la pausa que se solía hacer a primera hora de la tarde paradescansar,volvíalasaladeljuzgadojuntoconelrestodemiscompañeros.Faltabantodavía unos minutos para que regresasen los jueces. Yo estaba de pie junto albanquillo,mirandoamialrededor.Recuerdoquepenséquelafiguranosehallabaenla sala. Pero entonces, alzando por casualidad la vista hacia la galería, la viabalanzándose hacia delante e inclinándose sobre unamujermuy respetable, comopara comprobar si los jueces habían vuelto o no a sus asientos. Inmediatamentedespués,lamujerdioungrito,sedesmayóyhuboquesacarladeltribunalarastras.Lomismosucedióconelvenerable,sagazypacientejuezquepresidíalassesiones.Cuandoelcasoestuvovistoparasentencia,ysuseñoríasedisponíaarecapitularelcasojuntoconsusdocumentos,viperfectamentecómoelhombreasesinadoentraba

www.lectulandia.com-Página36

porlapuertaquehabíajuntoaljuez,avanzabahaciaelescritoriodesuseñoríaysededicabaamirarpresadeunagranansiedadporencimadesuhombrolaspáginasdeapuntesqueélibapasando.Uncambioseoperóenelrostrodesuseñoría;sumanosedetuvo,eltemblorpeculiar,quetanconocidomeera,lerecorrió;titubeó:

—Discúlpenme unos instantes, caballeros. Me encuentro algo oprimido por elaireviciado.

Ynoserecuperóhastaquehubobebidounvasodeagua.En el monótono transcurso de seis de aquellos diez interminables días —los

mismos jueces en el estrado, por el que también fueronpasando, una tras otra, lasmismas personas, elmismo criminal en el banquillo, losmismos abogados en susmesas,losmismostonosenlaspreguntasylasrespuestaselevándosehastaeltechodeljuzgado,elmismogarabateodelaplumadeljuez,losmismosujieresentrandoysaliendo,lasmismaslucesqueseencendíanalamismahoracuandoyanohabíaluznatural,lamismacortinaneblinosafueradelosventanalescuandoestababrumoso,elmismo repiqueteo y goteo del agua cuando llovía, las mismas pisadas de loscarceleros y del prisionero, día tras día sobre el mismo serrín, las mismas llavesabriendo y cerrando los mismos pesados portones—, en el transcurso de aquellosdías, digo, cargados de toda esa fatigosa monotonía que me hacía sentir como sillevaseunlarguísimoperíododetiemposiendopresidentedeaqueljuradoyPicadillyhubiesesidocontemporáneadeBabilonia,elhombreasesinadojamásdejódehacerseperceptibleamisojos,ni supresenciaeramenosevidenteque ladecualquierotrapersonaquehubiesepisadolasala.Dehecho,debodecirquejamásvialaapariciónala que me refiero como el hombre asesinado mirar directamente al asesino. Mepreguntabaunayotravez:«¿Porquéno lohace?».Aunque lo cierto esqueno lohizonunca.

Y tampoco, desde el día en que se nos presentó el retrato, me volvió a mirardirectamenteamí,hastaquequedabanyapocosminutosparaquefinalizaraeljuicio.Faltabansieteminutosparaquedieranlasdiezdelanochecuandolosmiembrosdeljuradonos retiramosadeliberar.Elestúpidosacristánysusdosparásitosdementeobtusanosdieron tantosproblemasque tuvimosquevolverpordosvecesa lasalapara rogar que fuesen releídos algunos extractos de las notas del juez. Nueve denosotros no albergábamos lamásmínima duda sobre aquellos pasajes, ni tampococreo que las tuviese nadie en el tribunal; de cualquier modo, el triunvirato dezoquetes,sinotroafánquelaobstrucción,losdiscutíanporesemismomotivo.Alalarga,acabamosimponiéndonosy,finalmente,eljuradoregresóalasalacuandoeranlasdoceydiezdelanoche.

Elhombreasesinadoseencontrabaenaquelmomentoenfrentedeljurado,justoalotroextremodelasala.Mientrasmesentaba,susojosseposaronsobrelosmíoscongranatención;teníaunairesatisfechoyagitabaparsimoniosamente,sobresucabeza

www.lectulandia.com-Página37

ytodasufigura,ungranvelogrisquellevabacolgadodelbrazo.Nuncaantesselohabíavistolucir.Enelmomentoenqueleínuestroveredicto—«Culpable»—,elvelocayó,todosedesvaneció,yellugardondeantesestabalaextrañafiguraquedóvacío.

Elasesino,trasserpreguntadoporeljuez,comoescostumbre,siteníaalgoquedeclararantesdequesedictaselasentenciademuerte,murmuróalgoincomprensibleque al día siguiente fue descrito por los principales periódicos como «unas pocaspalabras inaudibles, incoherentes y desvariadas en las que parecía quejarse de nohabertenidounjuicioimparcialporqueelpresidentedeljuradoestabapredispuestoensucontra».Lasorprendentedeclaraciónqueen realidadhizo fueésta:«Señoría,supequemecondenaríanenelmismomomentoenqueelpresidentedeljuradopisóel estrado. Señoría, sabía que él nunca me dejaría libre. Porque antes de que meapresasen,dealgúnmodoquenoséexplicar,eseindividuoseacercóamicamaenplenanoche,medespertóymecolocóunasogaalrededordelcuello».

ExtraídodelejemplardeAllYearRoundtitulado«LasprescripcionesdeldoctorMarigold»,

Navidadde1865

www.lectulandia.com-Página38

LACASAENCANTADA

Losmortalesenlacasa

No ocurrió bajo el influjo de ninguna de las circunstancias que solemos calificarcomoescabrosas,ni tampocose tratabadelclásicoescenario tenebroso.Laprimeravezquemeencontréfrentealacasaqueeselobjetodeestecuentonavideñoelsolbrillaba.No hacía viento ni llovía a cántaros, ni retumbaban los rayos, ni ningunacircunstanciaacrecentabadeningúnmodoelefectoaterrador.Diréaúnmás, lleguéhasta la casa directamente desde la estación del tren, a pocomás de unamilla dedistancia.Simegirabadesdedondeestaba,observandolafachada,alcanzabaaverelcaminoporelquehabíallegadoyloscotidianostrenesdemercancíaatravesandoensilencio el terraplén que cruzaba el valle. No afirmaré que todo a mi alrededorpertenecieraalreinodeloordinario,puestoquedudoquenadie,aexcepcióndelaspersonassinimaginación,puedaproclamartalcosasingénerodedudas;yconestaafirmacióndelatomivanidad.Peromearriesgaréaafirmarquecualquierapodríaverlacasatalycomolaviyodurantecualquiermañanadeotoño.

Acontinuaciónrelatarélaformaenlaqueacabéenaquellugar.ViajabayohaciaLondresdesdeelnorte,conlaintenciónderealizarunaparadaa

mitad del trayecto para inspeccionar el paraje en cuestión. Mi salud requería unaresidenciatemporalenelcampoyunamigomío,quelosabíayqueporcasualidadhabíapasadocercadelacasa,meescribiósugiriéndomelacomounlugarapropiadoparamidescanso.HacialamedianochemesubíaltrenymesentéacontemplarcómobrillabanlasLucesdelNorteatravésdelaventana.Medormíy,aldespertarme,pocodespués, tuve esa convicción, que ya había experimentado otras veces, de que nohabía logrado dormir en absoluto. Tan convencidome encontraba de ello que,meavergüenzadecirlo,inclusomehabríapeleadoconelhombrequesesentabafrenteamí. Aquel individuo llevaba toda la noche —algo demasiado habitual en lo querespectaalaspersonasquesesientanfrenteaunoenlostrenes—molestándomeconsuspiernasdemasiado largas,ydiríaquedemasiadoabundantes.Paraempeorar lascosas—alfinyalcaboeracuantopodíaesperarsedeél—,llevabaconsigounlápizyuncuadernodenotas,conlosquetomabaapuntessinpararsobrequiénsabequé.Enunmomento dadome pareció que aquellasmalditas notas solían coincidir con lasdiversassacudidasyvaivenesconqueavanzabael tren,por loqueentendíquemehallabaanteunaespeciedeingenierocivil,oalgoparecido;meresigné,pues,aquemesiguieramolestandoconsuscontinuasanotaciones.Yhabríaseguidocreyendolomismodurantetodalanochesinohubierasidoporqueprontomedicuentadequeelcaballeroenrealidadmanteníalosojosfijossobrealgúnpuntodemicabeza,yhacíacomosiestuvieraescuchandoalgo.Noesdeextrañar,pues,queelcomportamiento

www.lectulandia.com-Página39

de aquel personaje de ojos saltones y expresión perpleja acabara por parecermeinsoportable.

Eraaquélunamanecerlóbregoyhelado,conelsolaúnporelevarse.Hastiadodecontemplar tantolospálidosfogonazospropiosdeaquellaregiónferruginosapor laquediscurríamos,[1]comoladensapátinadehumoquemeseparabadelasestrellasydelincipientedía,megiréhaciamicompañerodeviajeylepregunté:

—Discúlpemecaballero,pero,¿acasotengoalgoraroenlacara?Pues,hededecir,parecíacomosienaquelmomentoaquelindividuotanextraño

estuvieratomandoapuntessobremigorrodeviaje,osobremicabello,haciendogaladeunaminuciosidaddelomásdescarado.Eltipodesviósusojossaltonesdelapareddelcompartimentodando la impresión,por laparábolaquedescribieron,deque seencontrabaacientosdemillasdedistancia.Acontinuaciónpreguntó,conunamiradadedespreciativacompasiónpormiinsignificancia:

—¿Ensucara,caballero…?B.—¿B,señor?—preguntéintentandofingiramabilidad.—No estoy en absoluto interesado por usted, caballero —continuó—. Mire,

permítamequeleexplique…O.Enunciólavocaltrasunapausaydeinmediatoprocedióaanotarla.Alprincipio

mealarmé;noescosadebromatoparseconunlunáticocomoaquelenelexpreso,yno tener posibilidad alguna de llamar al encargado. Pensé con cierto alivio que elcaballeroencuestiónpodríaserunodeesosmiembrosdelasectadelosEspiritistas,unosindividuos,hededecirlo,porquienessientoelmásaltorespeto,almenosporunos cuantos, aunque no tenga fe en absoluto en lo que hacen. Me disponía apreguntarlesisuprofesióneraladeEspiritistacuando,comosedicepopularmente,mearrancólatajadadelaboca:

—Confíoenquesabrádisculparme—dijoconciertodesdén—,simeencuentrodemasiadoavanzadorespectoalcomúndelosmortalesparamolestarmeenprestarleatención.Mehepasadolanoche,comodehechosuelohacercasitodoslosdíasdemivida,enfrascadoenunaconferenciaespiritual.

—¡Oh!—dijeconciertairritación.—Las comunicaciones de esta noche—continuó el caballero, volviendo varias

páginas de su cuaderno— se iniciaron con el siguiente mensaje: «Comunicadosmalintencionadosarruinanlasbuenasmaneras».

—Muyrazonable—apunté—.Pero,¿setrataacasodeunaideanovedosa?—Lonovedosoesqueloafirmenlosespíritus—contestóelcaballero.Sólo pude limitarme a reiterar mi irritado lamento, y a preguntarle si podía

honrarmeconlalecturadelúltimodeloscomunicados.—Oh,sí:«Másvalepájaroenmano»—comenzóelcaballero,leyendosuúltima

entradacongransolemnidad—«quecientonadando».

www.lectulandia.com-Página40

—Estoycompletamentedeacuerdo—dije—.Pero,¿nodeberíaservolando?—Vinohastamícomonadando—contestóelcaballero.AcontinuaciónmeinformódequeelespíritudeSócrateslehabíahechopartícipe

delasiguienterevelacióneneltranscursodelanoche:«Queridoamigo,esperoqueseencuentreconunasaludexcelente.Haydospersonasenestevagóndetren.¿Cómoestán?Haydiecisietemilcuatrocientossetentaynueveespíritusconnosotros,perono puede verlos. Pitágoras se encuentra aquí conmigo. No tiene el privilegio depronunciarse, pero espera que disfrute del viaje».Galileo también se había pasadoporallí,dandomuestrasdesugraninteligenciacientífica:«Meencuentrotanfelizdevolver a verlo,amico. Come sta? El agua se helará en cuanto refresque.Addio!».Asimismo,durantelanochesehabíanproducidolossiguientesfenómenos:elobispoButler [2] había insistidoendeletrear sunombre como«Bubler», produciendo talesofensasalabuenaortografíayalasbuenasmanerasquehabíasidoexpulsadodelareuniónhechounafuria.JohnMilton(sospechosodemistificacióndeliberada),habíarepudiadolaautoríadeElparaísoperdido,yhabíapresentadocomoco-autoresdelpoema a dos caballeros desconocidos, llamados Grungers y Scadgingtone. Por suparte,elpríncipeArturo,sobrinodelreyJuandeInglaterra,sehabíadescritocomotolerablemente cómodo en el séptimo círculo, donde estaba aprendiendo a pintarterciopelo bajo la dirección de la señora Trimmer [3] y de Mary, reina de losescoceses.

Si estos apuntes finalmente acabaran viéndose sometidos al escrutinio delcaballero que me honró con tales revelaciones, confío en que sepa excusar miconfesióndequelavisióndelsolelevándosealfinsobreelcielo,hechoquemehizoconstatarlainmutabilidaddelasfuerzasquedotabandeordenalvastouniverso,tuvoel efectode sumirmeenunestadodegran impaciencia.Esmás,de talmanerameexasperabansusmistificaciones,quemesentíagradecidodetenerquebajarmeenlasiguienteestaciónydepodercambiaraquellasnubesdevaporesqueemanabandeltrenporelairepurodelcampo.

Para entonces ya había despuntado lamañana en toda su hermosura.Mientrascaminabaentre lashojasquesehabíandesprendidode lassusurrantescopasde losárboles,doradasyocres,yexaminaba lasmaravillasde lacreaciónamialrededor,considerandolasleyesfieles,inmutablesyarmoniosasquelassustentan,comenzóaparecerme que la conferencia espiritista de aquel caballero había sido una de laspeores anécdotas de viaje que pudieran ocurrírsele a uno. Estaba sumido en aquelestadodeexcitaciónmental cuandoalcancé lacasaymedispuseaexaminarlaconatención.

Setratabadeunacasasolitaria,edificadaenmitaddeunjardíncuadradodeunosdosacresdeextensión,descuidadoymelancólico.DebíadedatardetiemposdelreyJorgeII,yeratanpocoelegante,tanfría,tanformalydotadadetanpocogustocomo

www.lectulandia.com-Página41

pudierandesearlosmásfervientesadmiradoresdelaestéticapreferidaporelcuartetoal completo de los Jorges. Aunque se encontraba deshabitada, había sido objetodurantelosdosañosanterioresdealgunosparcosarreglos,afindehacerlaalgomáscómoda.Sidefinodeestemodolostrabajosrealizadosenlacasa,esporqueéstossehabíanlimitadoalamerasuperficie;enloqueconcerníaalartesonadoyalapintura,porejemplo,laobrayahabíacomenzadoadesprenderse,apesardequeloscoloresfueranrecientes.Untablóntorcidoseinclinabasobrelatapiadeljardín,anunciandoque la vivienda se alquilaba «en condiciones muy favorables y completamenteamueblada». La casa se encontraba rodeada de innumerables árboles plantadosinquietantementecercalosunosdelosotros,confiriéndoleal lugarunairebastantesombrío. Entre ellos cabía destacar seis chopos que ocultaban casi totalmente lasventanas de la fachada principal, imprimiendo sobre la edificación un carácterexcesivamente melancólico. No había duda de que habían cometido un tremendoerroralelegirellugardondeplantarlos.

Nohacíafaltasermuyavispadoparaconstatarquesetratabadeunacasaquelagente evitaba, una casa que había sido rechazada por los habitantes del pueblocercano, hacia donde se dirigía mi mirada de continuo siguiendo la aguja de unaiglesia,situadaaalgomásdemediamilladedistancia.Setrataba,enresumen,deunacasa que nadie en su sano juicio alquilaría. Y de todo esto podía inferirse que setratabadeunacasaencantada.

Noexistehoraalgunadeentre lasveinticuatrode lasqueconstaeldíaquemeresulte tan solemne como las primeras horas de lamañana.Durante el estío esmicostumbre levantarme muy temprano para encerrarme en mi estudio a despachar,antes incluso de desayunar, el trabajo diario. En tales ocasiones nunca dejo desentirmeimpresionadoporelsilencioyelsosiegoquemerodean.Esmás,hayalgoespantoso en encontrarse con ciertos rasgos familiares sumidos en la quietud delsueño,puestoque talvisiónnoshaceconscientesdequeaquellosquenossonmásqueridos,yqueasuveznosamananosotros,cuandoseencuentranenunestadodeprofundaeimperturbableinconsciencia,anticipanesaotracondiciónmisteriosaalaque todos nos vamos acercando irremisiblemente.La vida detenida, los hilos rotosconelayer,elsillóndesierto,ellibrocerrado,lasocupacionesabandonadasaunantesdeconcluir,todasellassonimágenesqueprefiguranalamuerte.Laquietuddeesashorasesunreflejodelsosiegodelosmomentospostreros.Laluzmortecinayelfríode lamañana tienenconnotacionessimilares. Inclusoelaire familiarqueemanadelosobjetoscotidianos,despertándoseentre lassombrasdelanoche,nosinfundeunairedudosodequeacabamosdecomprarlos,ynos trasladahastaelpasado.Yestaimpresióninciertatambiéncoincideconlapérdidadelaimagenajadaproducidaporeltránsitomismo,puestoquelamuertevuelvearegalarnosunaextrañaaparienciadejuventud.

www.lectulandia.com-Página42

Recuerdo que fue a esta hora tan temprana cuando seme presentómi primeraaparición:setratabademipropiopadre.Aunquemiprogenitorseencontrabavivoygozabadebuenasalud,ylavisiónnoconstituyóenmodoalgunounoscuropresagio,lo cierto es que ocurrió en plenamañana.Estaba sentado en una silla, dándome laespalda, al lado demi cama.Apoyaba la cabeza en sumano, y no podría decir sidormía o si solamente se encontraba apesadumbrado. Asombrado al verlo allí meincorporé,ymelevantédelacamaparaobservarloconmayordetenimiento.Comono se movía, lo llamé repetidamente. Continuaba sin moverse, de manera quecomencéapreocuparmeyapoyémimanoensuhombro,oenellugarenelquecreíqueseencontrabasuhombro…Porqueallínohabíanada.

Por todas estas razones, y por otras menos sencillas de exponer de forma tanescueta,encuentroquelasprimerashorasdelamañanason,paramí,elmomentomásfantasmagóricodeldía.Aesahora todas lascasasmepareceríanencantadas,deunmodo u otro; y, por otro lado, una verdadera casa encantada tendría menosoportunidadesdeparecérmeloaotrashorasdeldía.

Medirigíhaciaelpueblomeditandosobreelabandonodeaquellugar.Meencontréconeldueñodelapequeñaposadalocalapostadojuntoalumbralde

sunegocio.Mesentéparatomarunfrugaldesayunoyaprovechéparamencionarelasuntodelacasa.

—¿Estáencantada?—pregunté.Elposaderoclavósumiradasobremí,negóconlacabezayrespondió:—Yonodigonada.—¡Entoncesloestá!—¡Bueno!—gritóelposadero,enunarrebatodefranquezaalgodesesperada—.

Simedejaranelegir,yoqueustednodormiríaallí.—¿Porquéno?—Si quisiera que todas las campanillas de una casa sonasen a la vez, aunque

nadie las tocara,yque todas laspuertas se cerrasenconestrépito aunquenadie lasempujara;ysimedivirtieraquetodaclasedepisadassemovierandeacáparaallá,aunquenadie,salvousted,hubiesepuestounpieenelinteriordelacasa…Bueno—explicóelposadero—,entalcasosíqueconsentiríaendormirallí.

—¿Esquealguienhavistoalgoextraño,quizás?El posadero volvió a mirarme fijamente y, de repente, con la misma aparente

desesperación,sevolvióhacialascaballerizasyllamóasuempleado:—¡Ikey!Almomentoaparecióunmuchacho jovenyfornido,conunrostroenrojecidoy

redondeado,unamatacortadepelodetonoarenoso,unabocaampliayrisueñayunanariz chata. Vestía un chaleco de manga ancha con líneas violetas, adornado conbotonesdenácar.Parecíacomosielchalecolehubiesecrecidoencimadelapiel;es

www.lectulandia.com-Página43

más, para comportarse con cierta justicia con el resto demiembros de su persona,dabalaimpresióndequeelchalecofueratambiénaterminarporcubrirsucabezaysusbotas,siantesnoseleponíacoto.

—Estecaballerodeseasaber—dijoelposadero—sialguienhavistoalgoextrañoen«LosChopos».

—Sí, unamujer encapuchada. Y algo que hacía «buu», «buu»—fue la rápidarespuestadeIkey.

—¿Quieresdecirunaullidofantasmal?—Quierodecirunpájaro,señor.—¡Ah! Una mujer encapuchada con un búho. ¡Dios mío! ¿Y tú la has visto

algunavez?—Hevistoalbúho.—¿Nuncahasvistoalamujer?—Notanclaramentecomohevistoalbúho.Perosiemprevanjuntos.—¿Havistoalguienalamujercontantaclaridadcomoalpájaro?—¡Diosbendito,señor!¡Muchoslahanvisto!—¿Quiénes?—¡Diosbendito,señor!¡Muchos!—¿Quiénes,porejemplo?¿Elcomerciantedeenfrente,esequeestáapuntode

abrirlatienda?—¿Perkins? Bendito sea, señor. Perkins no se acercaría por la casa tal que

anochezca.¡No!—explicóeljovenconconsiderablearrojo—;noesquePerkinsseamuylisto,peronoeslosuficientementeestúpidocomoparahacereso.

(Enaquelmomentoelposaderodijoentredientesque,porlacuentaqueletraía,confiabaenquePerkinsfuerainteligente).

—¿Quiénes,oentodocasoquiénera,lamujerencapuchadadelbúho?¿Losabenustedes?

—¡Bueno!—explicóIkey,agarrandosugorraconunamanomientrasserascabala cabeza con la otra—. Dicen por ahí que fue asesinada, y que el búho, desdeentonces,nohacemásqueulular,yulular.

Esteescuetoresumendeloshechosfuetodoloquelogrésacarlesaaquellosdossobreelasunto,ademásdequeaunjovenlugareño,quemeaseguraronqueteníatanbuenasaludyera tan robustocomocualquierotroquehubieravistoenmivida, leentró un ataque y sufrió de espasmos justamente después de toparse con lamujerencapuchada. Y también me dijeron que un cierto personaje, vagamente descritocomounhombremayor—deesaclasedevagabundos tuertosque sehacen llamarJoby,anoserquelesllamesGreenwoodyquecuandolohacestedicen:«¿Porquéno?Peroinclusosiestáustedenlocierto,lomejorseráqueseocupedesuspropiosasuntos»—, sehabía encontrado con la susodichamujer encapuchadaunas cincoo

www.lectulandia.com-Página44

seis veces. Pero ninguno de los dos testigos me sería de utilidad, puesto que elprimero residía en California y el segundo, como bien decía Ikey —extremoconfirmadoporelposadero—,podíaencontrarseencualquierlugar.

Ahorabien,aunquesuelotratarconuntonosolemneyenvozbajalosmisteriosinherentesaesagranbarreraquenosseparadelotromundoyalquesesometentodaslascosasqueenestemundohansido;yaunquenotendrélaaudaciadefingirquenosé nada de ellos, lo cierto es que no me es posible reconciliar las puertas que secierran con estrépito, las campanillas que repican, las maderas que crujen y otrasmenudenciasporelestilo,conlamajestuosabellezaylaomnipresenciadetodaslasreglasdivinasde lasque tengoconocimiento,enmayormedidade loque,unpocoanteseneldía,habíapodidoreconciliarlaconferenciaespiritualdemicompañerodevagónconlaimagendelsolsaliendoporelhorizonte.Esmás,yohabíavividoyaendos casas encantadas, ambas situadas en el extranjero. En una de ellas, un viejocaserón italiano que tenía la reputación de encontrarse repleto de fantasmas y quepocoantesdemillegadahabíasidoabandonadoporestamismarazón,residíduranteochomeses,ydisfrutéallídeunaexistenciatranquilayplacentera.Apesardeello,lacasa poseía un buen número de habitacionesmisteriosas que nunca se usaban, asícomounaalcobaencantadadeprimeracategoríaenlaguisadeunaestanciaalargadacontigua a mi dormitorio, en la que solía sentarme a leer con frecuencia. Condelicadeza comenté todas estas consideraciones con el posadero. Y en cuanto alhecho de que esta casa en cuestión, «Los Chopos», poseyera una reputaciónproblemática,denuevorazonéconélquemuchascosasteníanunamalareputacióninmerecida, y lo sencillo que resultaba otorgarla sin motivo. A continuación lepreguntésideverasnopensabaque,silosdosnosempeñábamosendifundirporelpueblo rumores sobre cualquier viejo borracho de aspecto singular, diciendo porejemploquehabíavendidosualmaaldiablo,sinocreía,ensuma,queconeltiempotodosacabarían sospechandoqueasí lohabíahecho.Perodeboconfesarque todosestos razonamientos no tuvieron el efecto deseado en el posadero. Todo miparlamento se reveló totalmente inefectivo, he de decir, y constituyó uno de losmayoresfracasosenestecapítuloqueheexperimentadoentodamivida.

Pararesumirestapartedemihistoria,lacasaencantadahabíalogradocautivarmicuriosidadyyaestabamedioconvencidodequedebíaalquilarla.Demodoque,unavezterminédedesayunar,conseguíqueelcuñadodePerkins(unfabricantedelátigosyarnesesqueseencargabadelaoficinapostal,yqueestabasometidoporlodemásaunarectamujerpartidariadelospersuasivosmétodosdelaSociedadAbstemiadelaDoublySecedingLittleEmmanuel),meentregaralasllaves,ymedirigíhacialacasaencuestión,acompañadoporelposaderoyporeljovenIkey.

Encontré el interior de la casa trascendentemente lóbrego, tal como habíaesperado. Las sombras de los pesados árboles ondulaban cambiantes y lánguidas

www.lectulandia.com-Página45

sobre la fachada principal, contagiándola de una tristeza inabarcable. La casa seencontraba mal ubicada, mal construida, mal planificada y mal equipada. Lahumedad campaba a sus anchas, la madera podrida evidenciaba la existencia deinnumerableshongosypodíamascarselapresenciaderatas.Parecíaquelacasaengeneralfueralavíctimacalladadeaquellaclasededecadenciaindescriptiblequevadepositándosesobrecualquierobrahumanacuandoéstaesabandonadaasusuerte.Las dependencias de la cocina eran demasiado amplias y se encontraban bastantealejadaslasunasdelasotras.Tantoenlasdependenciasdelosamoscomoenlasdelos sirvientes, las fértiles alcobas se encontraban separadas entre sí por pasillosextensos y yermos. Por si no fuera suficiente,muy cerca de las escaleras traseras,bajo la doble fila de campanillas de servicio, había un antiguo pozo cuya boca sehallaba recubierta por una especie de hongo verdoso que lo ocultaba casicompletamentedelavista,convirtiéndoloasíenunatrampamortal.Observéqueunadelascampanillasrezaba,enpequeñasletrasblancassobreunfondonegro:«JOVENAMOB.».Esta,medijeron,eralacampanillaquesonabaconmásfrecuencia.

—¿Quiéneraestetal«JovenAmoB.»?—pregunté—.¿Sesabequésolíahacercuandoululabaelbúho?

—Tocabalacampana—dijoIkey.Me sorprendió en extremo la destreza con la que el joven lanzó su gorra

directamente a la campana, haciéndola repicar con un desconcertante sonido de lomás desagradable. Las inscripciones de las otras campanillas correspondían a losnombres de las habitaciones a las que conducían sus hilos: «Habitación de losRetratos», «Habitación Doble», «Habitación de los Relojes», y así. Me dispuse aseguirlacampanilladelJovenAmoB.hastasupuntodeorigen.Descubríentoncesque el caballero había disfrutado de una alcoba de tercera categoría en un espaciotriangularquehabíajustodebajodelpalomar,conunachimeneaenunaesquinaquesemejaba una escalera piramidal que alguien de la talla de Pulgarcito hubieraconstruidohastallegaraltecho.AlgomedecíaqueelJovenAmoB.debíadehabersidounapersonaexcesivamentepequeñaparaconseguircalentarseaunmínimamenteconesachimenea.Elpapelpintadodeunadelasparedessehabíadesprendidodeunasolapieza,yahorabloqueaba laentrada. Inclusoconservaba todavía fragmentosdeyeso adheridos. Parecía ser que el Joven Amo B., en su forma fantasmal, tuvieraespecial preferencia por arrancar el papel pintado. Ni el posadero ni Ikey fueroncapacesdeexplicarelporquédeuncomportamientotanabsurdo.

Norealicéningúnotrodescubrimientoaqueldía,exceptoque lacasaposeíaunático de proporciones considerables y algo laberíntico. Las diversas estancias seencontrabanmoderadamente bien amuebladas, aunque sin excesos.Algunas de laspiezas,digamosqueunterciodeellas,databandelostiemposdelaconstruccióndelacasa.Elrestopertenecíanaépocasdiversasdelúltimomediosiglo.Semesugirió

www.lectulandia.com-Página46

que debía buscar a un cierto vendedor de maíz en el mercado de la capital delcondado,puestoqueéleralapersonaencargadadetodoslosasuntosconcernientesalacasa.Asíqueallímefui,ytrashablarconelvendedor,alquilélacasaporespaciodeseismeses.

Eramediadosdeoctubrecuandomemudéconmihermanasoltera,unamujerdeunos treinta y ocho años de edad, guapa, de buen juicio y mejor talante. Nosacompañabanunmozodecuadrassordo,misabueso«Turco»,doscriadasyloqueseconocecomounachicapara todo.De laúltima tengomis razonesparapuntualizarquesetratabadeunadelashuérfanasdeSanLorenzo,yquecontratarlafueunerrorterrible.

El año tocaba a su fin antes de tiempo, las hojas se desprendían con premura.Hacíaunfríocortantecuandotomamosposesióndellugar,ylaoscuridaddenuestronuevohogarresultabadeprimenteenextremo.Lacocinera,unamujersimpáticaperodecortasentendederas,rompióallorarcuandoviolacocinaypidióque,enelcasode que enfermara a causa de la humedad, su reloj de plata fuera entregado a suhermana, cuya vivienda estaba sita en el número 2 de los Tuppintocks Gardens,Liggs’sWalks,ClaphamRise.Por su parte, Streaker, la doncella, hizo gala de unafingida alegría, pero fue la que en mayor medida resultó martirizada una vez nosestablecimos.Lachicapara todo,quenuncahabíaestadoenelcampo,era laúnicapersonaqueparecíaalgocontenta,einclusotuvolaocurrenciadeplantarunabellotaenlaconfianzadequesalieseunrobleenteritoenelescuetojardínquehabíaalotroladodelaventanadelfregadero.

Antesdequeanochecierahabíamospasadoyaportodaslasmiseriasnaturales—las sobrenaturales tendrían que esperar— que se derivaban de la mudanza en sí.Informes deprimentes ascendían como el humo desde el sótano en profusión, ydescendían desde las habitaciones superiores. En la casa no había nada: no habíarodillo,nohabíasalamandra—locualnomesorprendió,yaquenoteníaniideadeloqueera—,yloquesíhabíaestabaroto.Supusequelosúltimosinquilinosdebíandehabervividocomopuercos.¿Porquéeldueñolaalquilaríaentalestado?Enmitaddeaqueldesastre,lachicaparatodosecomportódeunaformaejemplar,sinperderniunápicedesualegría.Peroparacuandotranscurrieronlasprimerascuatrohorastraslacaídadelsoltodoshabíamostrascendidoyaalplanoespiritual.Porsifuerapoco,lachicahabíavisto«algoconojos»yestabasumidaenunestadodehisteriagalopante.

Mi hermana y yo habíamos acordado no mencionar a nadie el tema delencantamiento,yaúnhoyestoysegurodequemientrasdescargábamoslosenseresnohabíadejadoaIkeysoloconlasmujeres,nicuandoestabantodasjuntasengruponicuandoalgunadeellasseseparabapuntualmentedelasotras.Apesardetodo,comodigo,lachicaparatodoafirmabahabervisto«algoconojos»;nuncasepudoextraernadamásdeellasobreelincidente.Esohabíasidounpocoantesdelasnuevedela

www.lectulandia.com-Página47

noche,perocuandodieronlasdiezyaselehabíaaplicadotantovinagrecomoaunatajadadesalmónenconserva.

¡Dejoalbuen juiciodemipúblicoqueconsiderencómopudesentirmecuando,sumidocomoestabaenlascircunstanciasdesfavorablesquemenciono,lacampanilladel Joven Amo B. comenzó a repicar de la manera más furiosa que pudieraimaginarse!Seríanlasdiezymedia,calculo.«Turco»,entonces,empezóaaullardeunmodotanfuriosoquelacasaenteracomenzóaresonarconsuslamentos.

Esperonotenerqueencontrarmenuncaconnadiesumidoenunestadomentaltanpococristianocomoelmíodurante las incontablessemanasenque lamemoriadelJovenAmoB.se fueapoderandogradualmentede la imaginaciónde losmiembrosdelservicio.Jamáslleguéasaberacienciaciertasieranlasrataslasquehacíansonarlacampanilla,osi talvezeran los ratones,o losmurciélagos,oelviento,oquizásalgún tipo de vibración accidental, o puede que en ocasiones hasta unamezcla detodos esos agentes; pero lo cierto es que la campanilla sonaba dos de cada tresnoches, hasta que llegué a concebir la feliz idea de retorcerle el cuello al dichosoJovenAmoB.conmispropiasmanos—o,enotraspalabras,arrancarlacampanilladecuajo—,silenciandoparasiempre,deacuerdoconmiexperienciaymiscreencias,aljovencaballero.

Para aquel entonces, la chica para todo había desarrollado una extraordinariahabilidadpara la catalepsia.Era tanpronunciada esta inconvenientedolencia en sucasoque,dehaberlobuscado,sehabríaconvertidosin lugaradudasensuejemplomáspalmario.Enlasocasionesmásdispares,lamuchachaseponíarígidaderepentecomosifueraunmonigotedeldíadeGuyFawkes.[4]Decidídirigirundiscursoalossirvientesdelaformamáslúcidaposible,destacandoquehabíaencargadopintar lahabitacióndelJovenAmoB.,afindequenohubierayapapelquepudieraarrancar;quehabía retirado lacampanilla,paraqueéstayanovolveríaa sonar.Y, si leseradadoimaginarqueelmalditoniñohabíavividoyfallecidocomportándosedemaneratalqueresultabadeltodoincuestionablequemerecíaunosazoteseneltraseroensuactual e imperfecto estado, ¿podrían llegar a imaginar que un pobre y simple serhumano como yo sería capaz de contrarrestar y limitar el poder de los espíritusincorpóreos de losmuertos, o de cualquier otro espíritu, empleandopara ello unosmétodos tan banales?Me atrevería a decir que, cuandome dirigía a ellos de estamanera, adoptaba ademanes muy directos y enfáticos, por no decir inclusoabiertamentecomplacientesconlosargumentosexpuestos.Perotodosmisesfuerzosresultaban envano cuando la chicapara todo seponía rígidade repente, desde losdedosdelospieshastalacoronilla,yclavabalosojosenelvacío,comosisehubieratransformadoenunaestatuabarata.

Streaker, la doncella, también poseía una cualidad de la naturaleza másinquietante.Soyincapazdedecirsiesqueeraelsuyountemperamentoinusualmente

www.lectulandia.com-Página48

linfático,oquéotracosaleocurría;perolociertoesqueestajovenseconvirtiódelanochealamañanaenunaespeciededestileríaconsagradaalaproduccióndelasmáscopiosasy translúcidas lágrimasquehaya tenidonuncaocasióndever.Combinadaconesacapacidad,hayquedecirqueposeíaunapeculiartenacidadparaaferrarseadichosespecímenes,demaneraque,enlugardedejarcaeréstos,losllevabatodoeldía colgados sobre el rostro y la nariz. En dicha condición, mientras meneaba sucabezaconungestodereprobaciónsutil,susilenciomeapesadumbrabamásqueloquepodríahaberhechoelAdmirableCrichton.[5]Lacocinera,porsuparte,insistíaenrecubrirme,comosisetratasedeunropaje,denocionesdelomásconfuso,puessolíaponerelcolofónanuestrasreunionespretextandoquelacasalaestabamatando,ocasiónqueaprovechabapararepetirconhumildadsuúltimavoluntadenloquesereferíaalrelojdeplata.

En lo que respecta a nuestra vida nocturna, sucumbíamos a una epidemia desospechasydemiedos,ambosaltamentecontagiosos;yhededecirquenoexisteuncontagio peor en elmundo. ¿Mujer encapuchada?De acuerdo con las habladurías,nos acechaba un convento entero de mujeres encapuchadas. ¿Ruidos? Con aquelniveldecontagioentre loscriados,variasvecesmeocurrióencontrarmeyomismosentadoenunodeaquellosdeprimentessalones,atentoacualquiersonido,hastaquehabíaescuchadotantosytandiversosqueperfectamentesemepodríahaberheladolasangresinolahubieracalentadomediantelaaudazaventuradeinvestigarsuscausas.Le reto a que intente esto mismo cuando esté en la cama, en mitad de la noche;intenteestomismojuntoasucómodachimenea,cuandoestéapuntoderetirarseadormir. Uno puede llenar toda una casa de ruidos si así lo desea, hasta que se esconscientedeunodistintoporcadacéluladesusistemanervioso.

Lorepito:secontagiabanentrenosotroslassospechasyelmiedo,ynoexisteuncontagio en el mundo peor que éste. Las mujeres, con sus narices sumidas en unestadodesensibilidadcrónicaporcausade lacontinuaaplicacióndesales,estabansiempreapuntodedesvanecerse,asícomodeexplotarporlacausamásnimia.Lasdos más mayores enviaban a la chica para todo a cualquier expedición queconsiderasenpeligrosa,yellamismasiempredemostrabaloacertadasqueestabanensus miedos cuando la veían regresar de su excursión totalmente cataléptica. Si lacocinera,olamismaStreaker,subíanporlanochealsegundopiso,sabíamosquedeunmomentoaotroescucharíamosungolpeeneltecho;yestoteníalugardeformatan constante que parecía como si hubiéramos contratado a un boxeador para queanduviera por la casa propinándole un «toquecito» de los suyos —uno de esossopaposquesuelenconocerseentre lasclasespopularescomo«ElSubastador»—atodaslasdomésticasconlasquesecruzase.

Nohabíanadaquepudiesehacerse,antetalepidemia.Noservíadenadaasustarsealverunbúhoeneljardín,paraacontinuacióndemostrarqueenrealidadesebúho

www.lectulandia.com-Página49

existíaynoeramásqueunbúhonormalycorriente.Noservíadenadadescubrirque«Turco» siempre aullaba cuando alguien tocaba por casualidad ciertas notasdiscordantesenelpiano.NoservíadenadacomportarsecomounRadamanto[6]conlas campanillas, demanera que si alguna de ellas sonaba sin razón aparente, se ladescolgabayselasilenciabaparasiempre.Noservíadenada,ensuma,encenderlaschimeneas, arrojar antorchas dentro del pozo, entrar de forma súbita en lashabitaciones sospechosas y voltear los escondrijos.Cambiamos de criados, pero lacosanomejoró.Elgruponuevoselargó,yvinountercergrupo,ylacosanomejorótampoco entonces. Al final nuestro hogar, que antaño había llegado a sermoderadamente cómodo, se volvió tan desorganizado y alcanzó un estado tanlamentablequeunanochenotuvemásremedioquedecirleamihermana:

—Patty, empiezo a pensar que nunca encontraremos a quien consienta en estaraquíconnosotros.Esmás,creoquedeberíamosmarcharnosdelacasa.

Mihermana,queesunamujerdotadadeunainmensaenergía,mecontestó:—No,John,noabandones.¡Notedejesvencer!Existenotrasmanerasdeafrontar

esto.—¿Aquéterefieres?—pregunté.—John —contestó mi hermana—, ya que no podemos permitir que se nos

expulsedeestacasaporningunarazón,seaéstacomprensibleparatioparamí,creoquedebemoshacernosunfavorydoblegarlacompletamentebajonuestromandato.

—Pero,loscriados…—dije.—Si los criados son un problema, pues prescinde de los criados—sugirió mi

hermanaconarrojo.Como la mayoría de las personas de mi época y condición, jamás me había

planteado la posibilidad de pasar sin aquellos fieles obstructores de la vidaacomodadaqueson los sirvientes.La ideame resultaba tannovedosaque,unavezsugerida,nodudéenexpresarmisreservas.

—Sabemosdeantemanoquevienenaquíasentirmiedoyainfectárselolosunosalosotros;y,efectivamente,encuantolleganpodemoscomprobarquenonoshemosequivocado:tienenmiedoyseinfectanentresí—explicómihermana.

—ConlaexcepcióndeBottles—observéenuntonomeditabundo.(Mereferíaamimozodecuadra,queessordo.Aúnloconservoamiservicio,enloqueconstituyeunfenómenodetaciturnidadsinigualentodaInglaterra).

—Por supuesto, John—asintiómihermana—,con la excepcióndeBottles. ¿Yquépruebaeso?Bottlesnohablaconnadie,ynoescuchaanadie,anoserqueselegritedirectamenteen laoreja.Ynuncahadadomuestrasdealarma,ni tampocohaalarmadoapersonaalguna.¡Niunasolavez!

Estoeracompletamentecierto.Elindividuoencuestiónseretirabacadanochealasdiezenpuntoasucamasituadasobrelacochera,sinotracompañíaqueunahorca

www.lectulandia.com-Página50

y un barreño de agua. Si me hubiera presentado a esa hora delante de Bottles, elbarreñodeaguahabríacaídosobremicabeza,y lahorcamehabríaatravesado,deesoestabaconvencido.Bottlestampocoparecíahabersehechoeconuncadeningunodenuestrosvariadosdramasdomésticos.Sesentabadelantedesucenaenunsilencioimperturbable, a pesar de la apariencia melancólica de Streaker y de la rigidezmarmóreadelachicaparatodo,yselimitabaaatiborrarseloscarrillosdepatatas,obien se aprovechaba del estado general de derrumbe anímico del servicio paraagenciarseunaporciónextradepasteldecarne.

—De manera que —continuó mi hermana— dejaremos fuera a Bottles. Y sitenemos en cuenta, querido John, que la casa es demasiado grande, y tal vez estédemasiadoapartadacomoparadejarlaenmanosdenosotrostressolos,propongoquebusquemosentrenuestrosamigoshastaquereunamosunnúmeroselectodelosmásfiablesydispuestos,yqueformemosunasociedadqueseestablezcaaquíporespaciodetresmeses,afindequenosayudemosentrenosotrosyvivamoscontentoslosunosconlosotros.Unavezhechoeso,yaveremosquéocurre.

Estaba tan entusiasmado con la sugerencia de mi hermana que la abracé allímismo,yapartirdeesedíadediquétodasmisenergíasaponerenprácticasuplan.

Nosencontrábamosenlatercerasemanadenoviembre.Peroafrontamosnuestrosnuevosplanescontantovigor,ynuestraempresafuetanbiensecundadapornuestrosamigos de confianza, que todavía quedaba una semana para que el mes expirasecuando un nutrido grupo de alegres camaradas se reunió con nosotros en la casaencantada.

A continuación mencionaré dos pequeños cambios que mi hermana y yointrodujimos cuando todavía vivíamos solos. Se me había ocurrido que lo másprobable eraque«Turco» sededicara a aullardurante lanocheenteradentrode lacasa, quizás porque algo en mi interior me decía que prefería quedarse fuera. Demaneraquedispuse su caseta en el jardíny lo dejé suelto, avisando a la gente delpueblodequecualquieraalqueelperroseencontrasemerodeandonodebíaesperarnadamenosdeélquelesaltasealcuello.AcontinuaciónpreguntéaIkey,comosindarleimportancia,sientendíadepistolas.

—Sí,señor;conozcounabuenaarmacuandolaveo.Asíquelepedíquevinieraalacasaparadarmesuopiniónsobrelamía.—Esbuenadeverdad,señor—dijoIkeytrasinspeccionarelriflededoblecañón

quehabíacompradoenNuevaYorkunoscuantosañosatrás—.Nohaydudadeello,señor.

—Ikey—dije—,nolomencionesanadie,perohevistoalgoenlacasa.—¿De verdad, señor? —susurró, abriendo mucho los ojos—. ¿Una mujer

encapuchada,señor?—No te asustes—le dije—. Era una figura que se parece a ti; de hecho, sois

www.lectulandia.com-Página51

comodosgotasdeagua.—¡Diosmío!—¡Ikey!—dije,estrechándolelamanoconsimpatía,inclusodiríaqueconafecto

—.Sihayalgodeverdadenesashistoriasdefantasmasquesecuentan,lomejorquepodríahacerportiesdispararaesafiguraquetantoseteparecelapróximavezquelavea.¡Yteprometo,portodosloscielos,queloharéconestaarmaencuantosemepresentelaocasión!

Eljovenmediolasgraciasysemarchóalgopreocupado,trasrechazarunvasodelicorqueleofrecí.Lehabíahabladodeaquellamaneraporquenomehabíaolvidadodeltododelaformaenquelanzaraaquellavezlagorraalacampanilla;porque,enotraocasión,mehabíafijadoenalgoqueseparecíamuchoaunagorradepieltiradaenelsueloapocadistanciadelamisma,alapostreunanocheenquelacampanillano había dejado de sonar; y, por último, porqueme había dado cuenta de que lasnochesmás fantasmagóricas eran aquellas que seguían a las visitas que Ikey hacíaparacalmaraloscriados.NoquieroserinjustoconIkey.Lacasaleasustabaycreíade veras que se encontraba encantada. Pero, a pesar de todo, parecía fingir queocurríanhechosinexplicablessiemprequeseledabaoportunidadparaello.

Otrotantopasabaconelcasodelachicaparatodo.Deambulabaporlacasaenunestado de terror absoluto y, a pesar de sus terrores verdaderos,mentía sobre otrosinventadosdelamaneramásmonstruosa,einclusollegóaimaginarsemuchasdelasalarmasqueluegodifundía,asícomoarealizarellamismamuchosdelosruidosquelosdemásescuchábamoscadanoche.Yomehabíadedicadoaobservarlosaambosyera perfectamente consciente de todo lo que pasaba.No es necesario que expliqueaquí este comportamiento tan ridículo;me contentaré con apuntar que le resultaráfamiliaracualquierhombreinteligenteconunaciertaexperienciaenmedicina,leyes,o cualquier otro trabajo que requiera la observación de las personas; que es tancomún como cualquier otro que pueda observarse, y que se trata de uncomportamientoquelaspersonasracionalesbienharánenexaminarantesdeafrontarotrotipodeindagaciones,yrechazaránsiemprequeinvestiguenasuntosmisteriosos.

Pero regresemos a nuestro grupo. Lo primero que hicimos cuando estuvimostodos juntos fue echar a suertes la distribución de las habitaciones. Una vez quehicimos esto, y todas las habitaciones—de una punta a otra de la casa— fueronsometidasaexamenporpartedetodosycadaunodelospresentes,nosdistribuimoslas distintas tareas domésticas como si, en vez de amigos de clase acomodada,formásemosparte deun campamentodegitanos, o bien fuéramosmiembrosdeungrupoalojadoenunyateodeparticipantesenunacacería,oinclusonáufragosenunaisladesierta.Acontinuación,compartíconnuestrosamigostodoslosvagosrumoresconcernientesaladamaencapuchada,albúhoyalJovenAmoB.,juntoconotrosaúnmásvagosquehabíancirculadodurantenuestraestancia:estoes,laridículapresencia

www.lectulandia.com-Página52

en la casa del espectro de una anciana que caminaba arriba y abajo cargando unamesa redonda tan espectral como ella misma, o la de un imbécil igualmenteimpalpable,puestoquenadiehabíasidocapazdeagarrarlotodavía.Algunasdeestasnocionessehabíanidotransmitiendoentrenuestrossirvientes,meatreveríaaindicarquesinlanecesidaddeserverbalizadas.Porúltimo,nosreunimosparajurarnoslosunos a los otros, con total solemnidad, que no nos encontrábamos allí para serengañados ni para engañar a nadie—para nosotros era casi lo mismo—, que noscomunicaríamossólolaverdadlosunosalosotros,yquedaríamospábulosóloalaverdad.Acordamosquecualquieraqueescuchaseruidosextrañosdurantelanocheyquedesearainvestigarlos,tendríalaobligacióndellamaramipuertaprimero;y,porúltimo,queenlaNochedeReyes,laúltimadelasfiestasnavideñas,todasnuestrasexperiencias individuales a partir de aquella hora en la quenos reuníamospor vezprimera en la casa encantada serían el objeto de una puesta en común. Juramosasimismoquehastaesanochenodiríamosnada,anoserquealgúnhechoespecialnosinstaraaromperelsilencioalquenoshabíamoscomprometido.

Éramos,ennúmeroyentemperamento,talcomorelataréacontinuación.Primeromencionaréamihermanayluegoamí,naturalmente.Enelsorteodelasalcobasmihermanahabíasacadosupropiodormitorio,yamímehabíatocado,curiosamente,eldelJovenAmoB.ElsiguientealquemencionaréseráanuestroprimohermanoJohnHerschel, llamado así por el brillante astrónomo; no creo que haya existido en lahistoriaunhombremáshábilconuntelescopio.Loacompañabasuesposa,unamujerencantadora conquien se había casado la primavera anterior.Penséquehabía sidoalgo imprudente traerla, puesto que en unas circunstancias como las que vivíamosnadie puede anticipar las consecuencias de una falsa alarma. Pero supongo que élsabríaloquehacía,ydebodecirque,sisehubieratratadodemipropiaesposa,nomehabría sido posible abandonar su encantador y jovial rostro. A ellos les tocó laHabitacióndelosRelojes.AlfredStarling,unjovendeveintiochoañosdeedad,deuna amabilidad fuera de lo común y por quien sentía una gran simpatía, sacó laHabitaciónDoble,quehastaentonceshabíasidolamía,yqueteníaaquelnombreporencontrarsedivididaendosalcobas,unadelascualeshacíalasvecesdevestidor,condos enormes ventanales cuyos postigos ningún tipo de calza lograba atrancar conéxito,yquegolpeabancontraelmarcodemaderatodaslasnochessinexcepción,yahiciera viento fuera o no lo hiciera. Alfred es uno de esos jóvenes que fingen ser«audaces»,otrapalabraquesirveparadescribira losdesmadrados,por loquecreoentender.Sinembargo,setratabadealguiendemasiadobondadosoyrazonablecomoparapermitirsehacerbarrabasadas.Deberíahabersedistinguidoya, sinduda, si nohubiera sido porque su padre le había dejado desafortunadamente con muy pocosmedios para garantizar su independencia, esto es, unas doscientas libras anuales,motivoporelcualsuúnicaocupaciónenlavidahabíaconsistidohastaelmomento

www.lectulandia.com-Página53

engastarseiscientas.Sinembargo,yoalbergoesperanzasdequesubanqueroserindaalgúndía,obienqueseinvolucreencualquieracuerdoespeculativoporelqueAlfredse vea obligado a pagar unos intereses del veinte por ciento; puesto que estoyconvencidodequesólosisearruinase,estejovenlograríahacersufortuna.BelindaBates, la amigadel almademihermanayunamuchachadeliciosa, amigable y dealtascapacidades intelectuales,sequedócon laHabitaciónde losRetratos.Belindaposeeungenioespecialparalapoesía,combinadoconuncelodelomásempresarial,y «le va» —por usar una expresión de Alfred— la Misión de las Mujeres, losDerechosdelaMujer, losProblemasdelaMujer,ytodoaquelloquetengaqueverconlasmujeres,con«M»mayúscula,obienconaquelloquenolotieneperodeberíatenerlo,obienconloquelotieneysinembargonodebería.

—¡Muybien,querida!Yqueelcieloteayude—lesusurrélaprimeranochequeme despedí de ella junto a la puerta de la Habitación de los Retratos—, pero noexageres. Y cuando pienses en la gran necesidad que existe, queridamía, demástrabajosreservadosalasmujeresdelosqueofrecenuestrasociedad,notelancesalcuello de los pobrecitos hombres, incluso los que te parezca que suponen unobstáculo, como si ellos fueran los opresores naturales de tu sexo. Puesto que,Belinda,créeme,enmuchasocasionesestoshombressegastantodossusingresosensusesposasysushijas,ensushermanas,susmadres,sustíasysusabuelas;asíquelahistoria no es como parece; no todos son lobos y caperucitas, sino que existenbastantesmáspersonajesenlahistoria.

Sinembargo,mesalgodeminarración.Belinda, como he mencionado, ocupaba la Habitación de los Retratos. Había

otros tres dormitorios: la llamada Habitación de la Esquina, la Habitación de losTrastos, y la Habitación del Jardín. Mi viejo amigo Jack Governor «colgó suhamaca»,comoéldecía,en laHabitaciónde laEsquina.SiempreheconsideradoaJackcomoelmarineromásapuestoquenuncahayasurcadolosmares.Ahorapeinacanas,peroestátandebuenvercomohaceuncuartodesiglo;no,estámejoraún.Unhombre imponente, alegre, una figura fornida de hombros anchos, con una sonrisahonesta, unos ojos negros y brillantes, y unas prominentes cejas oscuras. Lasrecuerdotodavíamásnegras,ydebodecirquemejorabanbajosunuevoaspecto,conesos trazos plateados que las recorrían. Jack ha estado en todos los lugares dondeondeanuestrabanderanacional,conlaquecomparteelnombre,[7]yenmisviajesheencontradoviejoscamaradassuyosenelMediterráneoyalaotraorilladelAtlántico,todosloscualeshansonreídoysehananimadotraslamencióncasualdesunombre,y me han preguntado: «¿Conoce a Jack Governor? ¡Entonces conoce usted a unhombrecomonohayotro!».¡Asíesél!YesdeformatanincuestionableunoficialdelaMarina,quesifuerasaencontrártelosaliendodeliglúdeunesquimalcubiertodeuna piel de foca, podrías persuadirte de que en realidad vestía el uniforme naval

www.lectulandia.com-Página54

completo.Enunaocasión,Jackposóesosojosrefulgentessuyossobremihermana;peroal

final acabó desposando a otra dama y se la llevó a Sudamérica, donde la damafalleció. De esto haría unos doce años, o quizámás. Cuando llegó a nuestra casaencantada,consigotraíaunpequeñobarrildecarnedeterneraensalazón;yesoeraporqueestabaabsolutamenteconvencidodequetodalacarnequenoconservabaélmismo no era más que carne pasada, e, invariablemente, siempre que bajaba aLondresincluíaunapiezadeestemanjarensuequipaje.Tambiénseofrecióatraerconsigo a un tal «Nat Beaver», un viejo camarada suyo, capitán de un buquemercante.ElseñorBeaver,conunacarayunaplantatanrígidacomosihubierasidotallado en madera, y aparentemente igual de fuerte, demostró ser un hombreinteligente con un montón de experiencias marinas y una gran cantidad deconocimientosdetipopráctico.Algunasveceslesobreveníauncuriosonerviosismo,en apariencia el resultado de alguna vieja enfermedad; pero apenas le duraba unosminutos. Se quedó con la Habitación de los Trastos y la compartió con el señorUndery,miabogadoyamigo,quehabíavenidocomoamateur,yconelcometidode«acabarconestocuantoantes»,comoélmismodecía.HayquerecalcarqueelseñorUnderyjugabaalwhistmejorquecualquieracuyonombresehallara incluidoen laLawList,desdelacubiertarojadelprincipioalacubiertarojadelfinal.[8]

Nuncafuimásfelizen todamividaqueenaquellosdías,ycreoqueéseeraelmismo sentimiento que compartíamos todos. JackGovernor, un hombre dotado demaravillosos recursos, fue nombrado el cocinero en jefe, y preparó para nosotrosalgunos de los platos más deliciosos que he probado en mi vida, amén de varioscurrisalosquemásvalíanoacercarse.Mihermanaejercíadesous-chefypastelera.Starling y yo actuábamos como pinches, alternando nuestros turnos, y, en lasocasionesquerequeríanmás trabajo,elcocinero jefe«obligaba»a trabajaralseñorBeaver. Disfrutábamos de una gran cantidad de deportes al aire libre y hacíamosbastante ejercicio, pero jamás se nos ocurría saltarnos ninguna de nuestrasobligaciones y no existía mal humor o malentendidos entre nosotros. Nuestrasveladasnocturnaserantandeliciosasquealmenosteníamosunarazónpositivaparaquenonosapetecierairnosalacamaporlanoche.

Durante las primeras veladas nocturnas se dispararon todas las alarmas. LaprimeranocheJackmedespertógolpeandomipuertaconunadescomunallinternadenavío en lamano, un artefacto que semejaba las agallas de algúnmonstruo de lasprofundidades,para informarmedeque seproponía«subir a loaltodel todo»paraarriar laveleta.Eraunanoche tormentosayprotestéante sudisparatada idea.PeroJack llamó mi atención sobre el hecho de que la veleta emitía un sonido querecordabadealgúnmodoaunllantodesesperado,yafirmóquealguienestaríamuypronto«dándolelasbuenasnochesaunfantasma»sinosehacíaloqueélsugería.De

www.lectulandia.com-Página55

manera que decidimos subir hasta el tejado de la casa. El señor Beaver nosacompañaba.Yo apenas podíamantenerme en pie a causa de la fuerza del viento.Jack,armadoconlalinternayseguidodelseñorBeaver,escalóhastalapuntadeunacúpula,unosdocepiesporencimadelaschimeneas,agarrándoseaDiossabequé,y,conuna frialdadquemeheló la sangre,martilleó laveletahastaque la arrancódecuajo.Losdoscaballerosseencontrabandetanbuenhumoralencontrarseaaquellasalturasyconaqueltempestuosovientoazotándoleslacara,quetemíquenotuvieranintencióndebajarnunca.Algunasnochesdespuésvolvieronasalir,yarrancaronlatapaderaparapájarosdeunade laschimeneas.Otranochecortaronuna tubería,yaqueemitíaunsonidocomodellantoatragantado.Cadanocheencontrabanunnuevoquehacer. Recuerdo incluso varias ocasiones en que ambos, haciendo gala de lamayor tranquilidad que pueda imaginarse, se lanzaron por las ventanas de susrespectivas habitacionespara «darle lo suyo» a algomisteriosoque rondabapor eljardín.

El acuerdo entre los presentes se cumplió a rajatabla, y nadie reveló nada. Loúnico que sabíamos era que si la habitación de alguien estaba embrujada, nadieparecíaverseespecialmenteafectadoporello.

ElfantasmaenlahabitacióndelJovenAmoB.

Unavezquemehubeinstaladoenlaalcobatriangularquetandistinguidareputaciónse había ganado entre los primeros moradores de la casa, mis pensamientos sedirigieron,comoeslógico,alapropiapersonadelJovenAmoB.Misespeculacionessobre él eran complejas ymuyvariadas.Dudé si su nombre de pila eraBenjamín,Bissextile(queeracomosellamabaamuchosquehabíannacidoenunañobisiesto),BartholomewoBill.Sisuinicialsecorrespondíaconsuapellido,yésteeraBaxter,Black,Brown,Barrer,Buggins,BakeroBird.Silohabíanencontradoabandonadoenelumbraldelacasa,yhabíasidobautizadoB.,asecas.Sieraunmuchachovaliente,y suB era un diminutivo deBriton, o de buey.O si era posible que hubiera sidofamiliadealgunadelasdamasquehabíanalegradolashorasdemipropiainfancia,yfueradelamismasangrequeMotherBunch.[9]

Meatormentémuchoconestasmeditacionessinpropósito.Lamisteriosainicialtambién me acompañaba en mis especulaciones sobre la propia apariencia ydedicacionesdel fallecido:mepreguntabaasí, siesque leponíanbigudíes,calzababotas —no creo que hubiera sido calvo como una bola de billar—, si era unmuchacho brillante, le interesaban los barcos, si poseía alguna habilidad comoboxeador, incluso si había pasado su boyante juventud bañándose en las playas deBognor,Bangor,Bournemouth,BrightonoBroadstairs.

www.lectulandia.com-Página56

Demaneraque,desdeelprincipio,mesentíbastanteafectadoporelsignificadodeesaletraB.

Notardéendarmecuentadequenunca,niporcasualidad,habíasoñadoconelJovenAmoB.,oconnadaquetuvieraqueverconél.Pero,enelinstanteenquemedespertaba,acualquierhoradelanoche,meabrumabanlospensamientosrespectoamipersona,ylashorassemeescurríandeentrelosdedostratandodeunirsuinicialconalgoquetuvieraalgúnsentido,pormínimoquefuera.

DuranteseisnochesseguidasmeocupédeestemodoenlahabitacióndelJovenAmoB,cuandoderepentemedicuentadequealgoibamal.

La primera aparición se me presentó temprano por la mañana, justo cuandocomenzabaaamanecer.Estabalevantado,afeitándomedelantedemiespejo,cuandode prontome di cuenta, parami sorpresa y consternación, de que esa persona queaparecíareflejadaenelespejo…¡noerayo!Yoteníacincuentaaños…Peroenlugardemireflejo,veíaaunniño.¡DeprontodescubríqueaparentementeyomismoeraelJovenAmoB.!

Tembléymiréporencimademihombro,peronovinada.Volvíamirardentrodelespejo,ypudeverlosrasgosylaexpresióndeunniñoqueseafeitaba,peronoparadespojarsedeunabarba,sinomásbienparalograrquelecrecierauna.Presadelespanto,diunascuantasvueltasporlaalcobayregreséalespejo,resueltoaimprimirfirmeza en mi mano y completar así la operación que había quedadomomentáneamenteinterrumpida.Sinembargo,alabrirmisojos,quehabíamantenidocerradosparaintentarcalmarme,meencontrédenuevofrentealespejo.Mirándomefijamente a los ojos, me observaba un hombre joven de unos veinticuatro oveinticinco años. Aterrorizado por esta nueva incursión espectral cerré los ojos, yreuní todas las fuerzas que pude para recuperarme. Al abrirlos de nuevo vi,afeitándose tras el cristal, ami padre, que hacía tiempo que habíamuerto. En fin,reconocíinclusoamiabuelo,aquienjamáshabíavistoenvida.

Aunque,comoesnatural,meencontrabamuyafectadoporestasaparicionestanincreíbles,resolvíguardarelsecretohastaentantollegaseelmomentoacordadoportodosparaponerencomúnnuestrashistorias.

Agitado por unamultitud de pensamientos extraños,me retiré ami habitaciónaquella noche preparado para hacer frente a alguna nueva experiencia de índoleespiritual.Ymipredisposiciónnofueenvano.Seríanlasdosdelamañanacuandomedespertédeunsueñoinquieto.E,¡imaginaosloquesentíalalargarlamanobajolassábanasydescubrirquecompartíaellechoconelesqueletodelJovenAmoB.!

Me incorporé de un salto, y el esqueleto hizo lomismo.Entonces escuchéunavozlastimeraquepreguntaba:

—¿Dóndeestoy?¿Quémehaocurrido?Entonces,mirandoconatenciónhaciaellugardedondeproveníalavoz,metopé

www.lectulandia.com-Página57

conelfantasmadelJovenAmoB.El espíritu del joven aparecía adornado con unas vestimentas muy pasadas de

moda;omásbien,noparecíaestarvestido,sinoempaquetadoenunasuertedetelasblancas y negras de poca calidad, horriblemente decoradas con botones brillantes.Observéquedichosbotonesadornabanenfilasdoblescadahombrodelfantasma,yque continuaban hasta descender por su espalda. El espectro llevaba un cuello deencaje.Sumanoderecha—lacualconstatéqueestabamanchadadetinta—reposabasobre suestómago.Conectandoesta acciónconalgunoscasi imperceptiblesgranossobresurostro,yconsuairedevaganáusea,concluíqueestefantasmaeraeldeunmuchachoque,envida,habíadebidodeingerirunagrancantidaddemedicinas.

—¿Dóndeestoy?—preguntóelpequeñoespectroconunavozpatética—.¿YporquénacíenlaépocadelCalomel,yporquémedierontantoCalomel?

Lecontestéque,contotalfranqueza,nopodíadarleunarespuesta.—¿Dóndeestámihermanita?—preguntóelespíritu—.¿Ydóndeestámiquerida

mujercita?¿Ydóndeestáesemuchachoconelquefuialaescuela?Rogué al fantasma que se consolase, y que, sobre todas las cosas, no se

entristecieraporlapérdidadesuamigodelaescuela.Leexpliquéqueeraprobablequesivolvieraaverloentenderíaqueelreencuentronohabríamerecidolapena.Leexpliqué que yomismo había vuelto a ver, a lo largo demi vida, a varios de loscompañerosquetuveenlaescuela,yqueniunosolodeelloshabíamerecidolapena.Expresémihumildeopinióndequesuamigotampocolamerecería.Ledijequenoeramásqueunpersonajedesupasadoimbuidodeaspectosmíticos,unafantasía,unatrampacreadaporunomismo.Lecontécómo,laúltimavezquemehabíatopadoconunodeellos,habíasidoduranteunacena,yquemiamigohabíaaparecidoparapetadodetrásdeunainmensacorbata,yquenoteníaopiniónningunasobreningúntemadeconversación,yqueteníaunacapacidaddeaburrirseabsolutamentetitánica.Lerelatéque, dadoquehabíamos estado juntos en «OldDoylance’s», se había invitado a símismoadesayunarconmigo(unaofensasocialdelamayormagnitud);ycómoyo,animadoporlallamapálidademiesperanzaenlavalíadelosantiguosalumnosdeDoylance’s,selohabíapermitido;ycómosehabíareveladocomounvagabundoqueperseguía a la raza deAdán, con sus extrañas ideas sobre el dinero, especialmentecon su propuesta de que el Banco de Inglaterra, bajo la pena de abolición, deinmediatoacuñaseypusieraencirculaciónDiossabecuántosmilesdemillonesdebilletesdeadiezchelinesyseispeniques.

Elfantasmaescuchóensilenciosinapartarsumiradademí.—¡Barbero!—apostrofó,unavezquehubeconcluidomihistoria.—¿Barbero?—repetíyo,puestoquenoejerzodichaprofesión.—Condenado—continuó el fantasma— a afeitar clientes en sucesión: primero

yo,despuésunhombrejoven;luegotú,talcomotúeres;despuéstupadre,despuéstu

www.lectulandia.com-Página58

abuelo; condenado asimismo a dormir con un esqueleto cada noche, y a levantartejuntoaélcadamañana.

(Tembléalescucharestesombríoanuncio).—¡Barbero!¡Sígueme!Había sentido, incluso antes de que aquellas palabras fueran pronunciadas, que

una fuerza me impulsaba a seguir al espectro. Lo hice, y de repente ya no meencontrabaenlahabitacióndelJovenAmoB.

Lamayoríadelagentehaoídohablardelaslargasyfatigosasjornadasnocturnasa las que se sometía a las brujas para que confesaran, y de lo efectivas que eran,puestoqueéstassolíanrevelartodalaverdadasistidasporpreguntasprecisasybajoamenaza de tortura. Insisto en que, durante el tiempo que ocupé la habitación delAmoB.,aquellahabitaciónencantada,sufantasmamellevóconélenexpedicionestan largas y escabrosas como las que acabo de mencionar. Es cierto que no fuipresentadoaningúnancianodecrépitoconraboycuernosdecabra—uncruceentrePan y un ropavejero—, anfitrión de recepciones tan absurdas como las que teníanlugaren lavida realymuchomenosdecentes;peromeencontréconotrasmuchascosasqueparecíanobedeceralmismosinsentido.

Yaqueconfíoenqueustedessepanquedigolaverdad,yqueserécreído,declarosinvacilaciónalgunaqueseguíalfantasma,enprimerlugar,sobreunaescoba,ymástardemontadoenunpequeñocaballodemadera.Podríaprestar juramentosobreelolor que emanaba la pintura del animal en cuestión, sobre todo tras el traqueteoconstantealquelosometí.Mástardeseguíalespectroenunvehículollamadosimón(todaunainstituciónconcuyoaromatampocoseencuentrafamiliarizadalapresentegeneración, pero que consiste—me atrevo a jurar de nuevo— en una mezcla deestablo,perroconsarnayfuellesmuyviejos.Sobreestoapeloalageneraciónquemeprecedióafindequeconfirmeorefuteloquedigo).Perseguíalfantasmamontadosobre un burro sin cabeza: al menos, sobre uno tan interesado en el estado de suestómago que la tenía todo el tiempo allí metida, investigándolo; sobre ponis queparecíannacidosconel solopropósitodedarcoces; sobre tiovivosycolumpiosdeferia; montado en un coche de punto, otra institución ya olvidada en la cual lospasajerossolíandormirseapoyandosuscabezasenelregazodelmismísimocochero.

Para no abrumarles con un relato detallado de todos mis viajes detrás delfantasma delAmoB., que fueronmás extensos ymaravillosos que los del propioSinbad, me limitaré a narrar una experiencia que permita quizás juzgar todas lasdemásqueseprodujeron.

Meencontrabamágicamentetransmutado.Yoerayo,peroalavezeraotro.Eraconscientedealgodentrodemíquehabíapermanecido inmutabledurante todamivida,yquesiemprehereconocidoentodassusetapasyvariantes;yalmismotiempoyonoeralamismapersonaquesehabíaacostadoenlahabitacióndelJovenAmoB.

www.lectulandia.com-Página59

Tenía la caramás suavey laspiernasmás cortas; yhabía colocadoaotra criatura,tambiénderostrosuaveypiernascomolasmías,detrásdeunapuerta,dondeyoleestabaconfiandounaproposicióndelamásincreíblenaturaleza.

Laproposicióneralasiguiente:queinstaurásemosunserrallo.Laotracriaturaaccediódeinmediato.Noposeíanociónalgunaderespetabilidad,

ni yo tampoco la poseía. Era la costumbre deOriente, del buen califaHarounAl-Raschid (permítanme que escriba mal el nombre aunque sólo sea una vez, ¡tanhenchidoseencuentradememoriasdulces!),ytalcostumbreerarespetadaydignadeimitación.

—¡Oh! ¡Hagámoslo! —decía la otra criatura dando animados saltitos—.¡Instauremosunserrallo!

No era porque dudásemos en absoluto del carácter meritorio del tipo deestablecimiento que proponíamos importar de Oriente a nuestros lares, sino quecreíamosque aquellodebía serocultadoa la señoritaGriffin.Eramásbienporquesospechábamos que lamujer en cuestión no teníamuchas simpatías por el génerohumano, y era incapaz de apreciar la grandeza del granHaroun.Lo guardamos ensecreto,pues,perodecidimoscompartirloencambioconlaseñoritaBule.

Éramos diez en la escuela de la señorita Griffin, en Hampstead Ponds: ochodamasydoscaballeros.LaseñoritaBule,queyojuzgabaquehabíaalcanzadolaedadmadura a los ocho o nueve años de edad, era la principal anfitriona de nuestrosjuegos. Le expliqué el asunto en el transcurso de aquel día, y propuse que laconvirtiéramosenlaFavorita.

LaseñoritaBule,trasbatallarconlamodestiatannaturalyencantadorapropiadesuadorablesexo,expresósentirsehonradaporlaidea,perodeseabasaberantescuálproponíamosqueseríael lugar reservadopara laseñoritaPipson.LaseñoritaBule,quelehabíaprometidoaaquellajovendamaunaamistadeterna,compartirlotodo,notener secretos hasta la misma muerte, promesa que se hizo ante los Servicios yLeccionesde la Iglesia, obra completa en dos volúmenes con caja y candado, dijoque ella no podía, como amiga de la señorita Pipson, ocultarle el hecho de que laseñoritaPipsonnoseríaunadelasElegidas.

Ahorabien,puestoquelaseñoritaPipsonposeíaunacabellerarubiaonduladayunosbonitosojosazules,locualsecorrespondíaconmiideadecualquiercosamortalyfemeninaquepudierallamarsehermosa,respondídeinmediatoqueyoconsiderabaalaseñoritaPipsonunaHermosaHadaCircasiana.

—¿Yentonces,qué?—preguntólaseñoritaBulepensativamente.Contestéquedebíasercambiadaentruequeporuncomerciante,traídahastamí

cubiertaporunvelo,ycompradacomoesclava.(La segunda criatura, por aquel entonces, había pasadoya a ocupar el segundo

puesto dentro del Estado, el de Gran Visir. Más adelante se resistió a que los

www.lectulandia.com-Página60

acontecimientoshubieransidodispuestosdeesemodo,peroletirédelpelohastaquebramódedoloryacabócediendo).

—¿Y no sentiré celos? —preguntó la señorita Bule, bajando los ojos conmodestia.

—Zobaida,no—contesté—.TúserásporsiemprelaSultanaFavorita,laprimeraenmicorazón,ymitronoseráporsiempretuyo.

LaseñoritaBule,hechasestasaseveraciones,consintióenproponerlaideaasussietecompañeras.Semeocurrió,eneltranscursodelmismodía,quesabíamosquepodíamosconfiarenunacriaturasonrienteydebuencorazónllamadaTabby,queeralasirvientademásbajacategoríadelacasa.Tantoquevalíamenosqueunacama,ycuyorostroseencontrabacasidecontinuorecubiertoporunaespeciedebetúnnegro.Una vez terminé de cenar, deslicé una nota en la mano de la señorita Bule paratransmitirleesaidea,refiriéndomealbetúnnegrocomounsignodelaProvidencia,yseñalandoaTabbyparaquehicieradeMesrour,elcelebradojefedelosNegrosdelHarén.

Hubodificultadesalahoradeconformarestainstitucióntandeseada,talycomoocurrecon todos losgruposnumerosos.Lasegundacriaturademostrósubajezadecaráctery,unavezfuevencidoensusaspiracionesaltrono,pretendióposeerciertosescrúpulosparapostrarsedelantedelCalifa; senegóa llamarloComandantede losFieles,hablódeéldeformadespreciativadesignándolecomounsimple«camarada»,declaró que no jugabamás—«¡Juega!»—, y se comportó de otrasmuchas formasofensivasypocoelegantes.Lavilezadesucomportamientofue,decualquiermodo,derrotada por la indignación general de un serrallo completamente unido, y yomeconvertíenelniñomimadodelharén,bendecidoporlassonrisasdeochodelasmáshermosashijasdeloshombres.

Las sonrisas únicamente podían producirse cuando la señorita Griffin mirabahaciaotrolado,yaunentoncessólodeunamaneramuycautelosa,puestoqueexistíauna leyenda entre los seguidores de la doctrina protestante de que la señorita eracapazdevernosdeespaldasmedianteunpequeñoadornoqueteníaenlamitaddelbordadodesuchalnegro.Perocadadía,duranteunahoradespuésdelacena,todosnos sentábamos juntos, y entonces la Favorita y el resto del harén real competíansobrequiénconseguiríaentreteneraHarounelSerenoensureposodelosasuntosdeestado,loscuales,comoocurreconlamayoríadelosasuntosdeestado,teníanqueverconlaaritmética,yaqueelComandantedelosFieleserabastantemalohaciendosumas.

Enestasocasiones,eldevotoMesrour,jefedelosNegrosdelHarén,siempreseencontrabapresente(laseñoritaGriffinsolíaconvocarleconciertavehemencia),perono actuaba jamás en ninguna forma que le hiciera ganar reputación histórica. Enprimerlugar,lamaneraqueteníadepasarlaescobaporeldivándelCalifa,incluso

www.lectulandia.com-Página61

cuandoHarounportabasobresushombroslatúnicarojadelafuria(elchalrojodelaseñorita Pipson), aunque podía ser disculpada, nunca resultaba completamentesatisfactoria.Ensegundolugar,suformadeirrumpiralbramidode«¡Quénenestanmonos!»,nuncaresultabaniOrientalnisiquierarespetuoso.Entercerlugar,aunquese le había requerido varias veces para que dijera «¡Bismillah!», de continuoexclamaba «¡Aleluya!». Estemiembro de laCorte, al contrario de los de su clase,tenía demasiado buen humor, mantenía la boca demasiado abierta, expresaba suaprobación de una forma demasiado incongruente, e incluso en una ocasión—fueconocasióndelacompradelaHermosaCircasianaporquinientasmilbolsasdeoro,demasiadobaratasalió—sepermitióabrazaralaesclava,alaFavorita,yalCalifa,atodoelmundo.(Entreparéntesis,déjenmedecirqueelSeñorbendigaaMesroud,¡yDios le haya dado hijos e hijas que hayan hecho sus días más llevaderos desdeentonces!).

LaseñoritaGriffineraunmodeloderespetabilidad,ynoalcanzoacomprendercuáleshabríansidolossentimientosdeaquellamujerdevirtudintachablesihubierasabido, cuando nos sacaba de paseo por Hampstead Road en fila de a dos, quecaminabaconpasofirmealacabezadelaPoligamiayelMahometanismo.CreoquecontemplaralaseñoritaGriffinendichoestadodeignorancianosembriagabadeunadicha sin igual, y nos embargaba un sentimiento algo malvado de que existía unterrible poder en nuestro conocimiento del que nada sabía la buena señora—quesabía todo loquepodía sabersede los libros—,yesemismosentimiento inspirabaqueguardásemoselsecreto.Y loguardamosdeunmodoexcelente,aunqueenunaocasión estuviéramos a punto de ser descubiertos. Fue un domingo. Los diez nosencontrábamos en una parte bien visible de la iglesia, con la señorita Griffinpresidiendo nuestro grupo —como ocurría todos los domingos, cuandopublicitábamoslaescueladeunaformamuypocosecular—.RecuerdoqueduranteelservicioseleyóladescripcióndeSalomónydesusgloriososarreglosdomésticos.Elmomentoenelquesemencionóalmonarca,laconcienciamesusurró:«¡TútambiénHaroun!». El ministro que oficiaba tenía un defecto en la vista, y eso hacía quepareciera como si estuviese leyendo personalmente para mí. Mi rostro se vioinundado de un poderoso color carmesí, y fue anegado por una sudoraciónconsiderable.ElGranVisirparecíamásmuertoquevivo,yelserralloalcompletoseruborizó, como si el atardecer enBagdadbrillara directamente sobre sus hermososrostros. En este instante terrible se levantó la señorita Griffin y, con una miradasiniestra, pasó revista a los niños del Islam.Mi propia impresión fue que tanto laIglesiacomoelEstadosehabíanpuestodeacuerdoconellaenunaconspiraciónparadescubrirnos,yqueprontonosexhibiríancomoherejesenmitaddelagalería.Perotan occidental era la señorita en su recta actitud—si se me permite utilizar estaexpresiónenoposiciónanuestrasveleidadesorientales—,quesimplementeselimitó

www.lectulandia.com-Página62

asospecharqueestábamoscomiendomanzanas,yasínossalvamos.Hedichoqueelserralloseencontrabaunido.Erasolamenteenlacuestióndesiel

Comandante de los Fieles tenía derecho a ejercitar su poder para besar a lasconcubinas dentro del santuario de la escuela sobre lo que sus integrantes seencontraban divididos. Zobaida ejercía su derecho, como Favorita que era, derascarse a su antojo, y la Hermosa Circasiana de refugiar su rostro dentro de unabolsaverdede fieltro, diseñadaoriginariamenteparaguardar libros.Porotra parte,una gacela de trascendental belleza llegada desde las planicies fructíferas enhermosuradeCamdenTown(dondehabíasidocomprada,porloscomerciantes,enlacaravana que cada medio año cruzaba el desierto tras las vacaciones) sosteníaopinionesmásliberales,peroreivindicabaqueselimitaraelbeneficiodelasmismasúnicamenteaeseperrohijodeunperro,elGranVisir,quenoteníaderechoanada,ya quien, por lo tanto, no se cuestionaba. Al final, dicha dificultad fue solventadamediante el nombramiento de una joven esclava como sustituta. La niña,montadasobreunabanqueta,recibíadeformaoficialsobresusmejillaslossaludosdestinadosporelgraciosoHarounalasotrassultanas,yerapremiadaporelloenprivadoconlasarcasdelasDamasdelHarén.

Y así fue cómo, en el disfrute más alto de mi dicha, me metí en tremendosproblemas.Comencéapensarenmimadre,yenloquediríasillevabaacasadurantelasvacacionesdeveranoaochodelashijasmáshermosasnacidasdeloshombres.Penséenelnúmerodecamasquetendríamosquedisponerenlacasa,penséenlosingresosdemipadreyenlafacturadelpan,ymimelancolíasemultiplicópordos.ElserralloysumalvadoVisir,adivinando lacausade la tristezadesuseñor,hicierontodo lo posible por aumentarla. Profesaron fidelidad sin límites, y declararon queviviríanymoriríanporél.Reducidoaunestadodetristezaindescriptiblepordichasprotestasdeafecto,mequedabadespiertodurantehorasenteras,rumiandomiterribledestino.Enmi desesperación, creo que habría aprovechado la primera oportunidadque se me presentase para caer de rodillas ante la señorita Griffin, admitiendoparalelismosconSalomón,yrogándolequesemetratasedeacuerdoalasofendidasleyesdemipaís;perounaformadeescapeimprevistaseabrióantemí.

Un día estábamos paseando en fila de a dos—con ocasión de lo cual elVisirhabía aprovechado para dar instrucciones de vigilar al muchacho que sostenía lalitera,teniendoencuentaquesiprofanabaconlamiradaalasbellezasdelharén,notendría más remedio que morir ahorcado en el transcurso de la noche—, cuandosucedió que nuestros corazones se vieron velados por la pesadumbre. Una accióninexplicableporpartede lagacelanoshabíahundidoen ladesgraciamásabsoluta.Esa encantadora, bajo la excusa de que el día anterior había sido su cumpleaños,había recibido una cesta que contenía grandes tesoros para su celebración (ambascosaseranmentira),yensecreto,perodemanerainsistente,habíainvitadoatreintay

www.lectulandia.com-Página63

cinco príncipes y princesas del vecindario a un baile con vituallas, con laespecificacióndeque«nose lespodría irabuscarhasta lasdocede lanoche».Talinvención de la gacela habíamotivado la llegada por sorpresa ante la puerta de laseñorita Griffin de un gran número de invitados vestidos de gala, montados endiversosmediosdetransporteyacompañadosdedistintosescoltas,loscualesfuerondepositadossobreelescalóndeentradaconunrubordeexpectaciónpara luegoserexpulsados entre lágrimas. Al comienzo de la doble llamada que suele preceder aestasceremonias,lagacelasehabíaescondidoenunáticotrasero;yconcadanuevallegada, la señorita Griffin se había ido agitandomás ymás hasta que finalmentehabíasidovistarompiendoenjironessublusa.Larendiciónporpartedelacriminalfueseguidadeunejemplarcastigo,ylatraidorahabíasidoencerradaenelarmariodelaropaapanyagua,yhabíamotivadounareprimendaparatodos,deunaduraciónvindicativa, en la cual la señoritaGriffin había usado las expresiones siguientes: asaber,primero,«creoque todos lo sabíais»; segundo,«cadaunodevosotroses tanmalocomolosdemás»;tercero,«soisungrupodepequeñosmezquinos».

Bajodichas circunstancias, caminábamos todos con el corazón apesadumbrado,yo en especial, sobre quien pesaban en mayor medida las responsabilidadesmusulmanasquehabíaasumido.Meencontraba,portanto,deunhumormelancólico.En esto, un hombre desconocido se plantó delante de la señorita Griffin y, trascaminarjuntoaelladuranteunbuenrato,posósumiradasobremí.Suponiéndoleunmaleante,ysospechandoquemihorahabíallegado,enunsantiaménechéacorrer,conelpropósitovagodellegarhastaEgipto.

Elserralloalcompletogritócuandomeviocorrertanrápidocomomepermitíanmispiernas(teníalaimpresióndequesitomabalaprimeraesquinaalaizquierda,yrodeabalaposada,llegaríaporelcaminomáscortohastalaspirámides).EntonceslaseñoritaGriffinsalióchillandodetrásdemí,eldeslealVisircorrióenmibusca,yelmuchachoenelpasodepagomeempujóhaciaunaesquina,comosifueraunaoveja,cortandomihuida.Nadieme riñómientrasme cogíanyme traían ante la señoritaGriffin; la dama se limitó a preguntar, conunagentileza sorprendente, ¡lo cual eramuycurioso!,queporquéhabíasalidocorriendocuandoelcaballeromemiró.

Sihubieraconservadoelresuellopararesponderalapregunta,creoquenohabríadicho nada. Al no tener aliento, por supuesto que no ofrecí respuesta alguna. LaseñoritaGriffinyelextrañome tomaronentreellosymecondujeronde regresoalPalaciocontodalaceremonia;perodesdeluegoquenocomosifuerauncriminal.

Cuando llegamosallí,entramossinmásenunahabitación,y laseñoritaGriffinllamóaMesrour, lajefadelossombríosguardianesdelharén,paraquelaayudase.EntonceslaseñoritaGriffinlesusurróalgoaloídoaMesrour,yéstarompióallorar.

—¡Diostebendiga,queridomío!—dijoestabuenapersona,girándosehaciamí—.¡Túpadreestámuyenfermo!

www.lectulandia.com-Página64

Pregunté,conelcorazónsaliéndosemeporlagarganta:—¿Estámuyenfermo?—¡Que el señor te proteja, angelito! —dijo la buena Mesrour, poniéndose de

rodillas para que pudiera acomodar mi cabeza sobre sus hombros—. ¡Tu papá hamuerto!

HarounAl-Raschildsedesvanecióconestaspalabras;el serrallodesapareció;ydesdeesemomentonovolvíaveraningunadelasochohijasmáshermosasdeloshombres.

Fui llevado a casa, y allí había tanta muerte como deudas, y se celebró unasubasta. Mi pequeña cama fue considerada con tanto desdén por un poderdesconocido para mí, llamado vagamente «El Comercio», que una carbonera debronce,unasadoryuna jaula fueronpuestosencimadeellaparaconstituirun lotecompleto,ylovendieron«regalado»,oalmenosesoescuché,¡yrecuerdoquepensé,quétristeregaloseríaparaalguien!

Entoncesmeenviaronaunaescuelaenormeparamuchachos, fría,desangelada,donde todas las comidas y las ropas eran gruesas e insuficientes; donde todo elmundo,grandeypequeño,eracruel;dondetodoslosniñossabíandelasubastaantesdemillegada,ymepreguntabancuántohabíasacado,yquiénmehabíacomprado,ymegritaban:«¡Uno,dos…tres! ¡Adjudicado!».NuncasusurréapersonaalgunaenaquellugarmalditoqueyohabíasidoHaroun,niquehabíatenidounserrallo;puestoqueeraconscientedeque,simencionabamisfracasos,mehabríanhechoobjetodetaleshumillacionesquenohabríatenidomásremedioqueahogarmeenelestanquellenodefangocercanoalpatio,tanmarróncomolacerveza.

¡Aydemí!Ningúnotrofantasmahaacosadolahabitacióndeaquelniño,amigosmíos,desdequeyolaocupé,másquelosfantasmasdemipropiainfancia,elespectrodemiinocenciaperdida,elespíritudemiscastillosenelaire.Enmuchasocasioneshe seguidoal fantasma,peroni siquiera conestospasosdelhombreque soy lohealcanzado, nunca con mis manos de hombre lo he rozado, nunca he conseguidoapretarlo contrami pecho en toda su pureza. Y asíme veis ahora, sometido amidestino, tan despreocupado y agradecido como puedo, sometido a mi destino deafeitar en el espejo a un número continuo de hombres distintos, y de acostarme ylevantarmeconeseesqueletoquesemehaconcedidocomocompañeromortal.

ExtraídodelejemplardeAllYearRoundtitulado«Lacasaencantada»,

Navidadde1859

www.lectulandia.com-Página65

ELFANTASMAENLAHABITACIÓNDELADESPOSADA

Eraunadeesastípicascasaantiguasdepintorescadescripción,enlaqueabundanlosgrabadospretéritos,ylasvigas,ylospanelesdemadera,yunaanticuadaypeculiarescalera,conunagaleríasuperiorseparadadelamismamedianteunacuriosaverjadearcaico roble, o tal vez de caoba antigua de Honduras. La casa era, y es, y será,durante muchos años venideros, una casa extraordinariamente pintoresca. Y laexistenciadeciertomisteriodeprofundanaturalezaleotorgabauncarácterdelomásmisteriosodespuésde lacaídadelsol,unmisterioquepermanecíaescondidoen lomásrecónditodelospanelesdecaoba,comosisetratasedeunconjuntodeestanquesde agua oscurecida; estanques parecidos a los que abundaban entre los árbolescuandoéstosexistían.

Una vez que el señor Goodchild y el señor Idle llegaron a la puerta y seinternaronenelhermosoperosombríovestíbulo,fueronrecibidospormediadocenadeancianosquedeambulabanenelmásabsolutosilencio,todosvestidosdenegro,deidéntica manera. Luego, los viejos se deslizaron escaleras arriba, acompañando alcasero y al mesonero con arcaica amabilidad, pero sin entorpecerlos en ningúnmomento, y tampoco sin que pareciera importarles si lo hacían o no realmente,desapareciendoacontinuaciónaderechayaizquierdadelcorredoraltiempoquelosdoshuéspedesentrabanenlasaladeestar.Todoestoocurríaaplenaluzdeldía.Noobstante, una vez cerraron la puerta tras ellos, el señor Goodchild no pudo evitarexclamar:

—Pero,¿quiéndemonioseranesosviejos?Ymástarde,ensusentradasysalidassucesivas,sedieroncuentadeque,pormás

quebuscaranportodalacasa,aquellosviejosparecíanhabersevolatilizado.Nohabíanvueltoaveraningunodeellosdesdeque llegaran;ni tan siquieraa

unosolo.Losdoshombrespasaronaquellanocheenlacasa,peronovolvieronaveraningunodelosancianos.ElseñorGoodchild,ensusexcursionesporeledificio,sehabíaasomadoapasillosyoteadoatravésdeumbrales,peronohabíaencontradonirastro de ellos. Tampoco parecía que ningún hombre de edad avanzada fueraesperado, o incluso se le considerara perdido, por ninguno de los empleados delestablecimiento.

Otrohechosingularlesllamópoderosamentelaatención.Poralgunarazónqueaellosselesescapaba,lapuertadesusalitadeestarparecíanoquerersequedarquietaduranteuncuartodehoraseguido.Alguienlaabríasinvacilación,haciendogaladeuna total seguridad,bienpracticandoapenasunabrevehendidura,obiendeparenpar, para cerrarse luego sinmotivo.No había nada que explicase aquel fenómeno.Dabaigual loqueestuvieranhaciendo: leyendo,escribiendo,comiendo,bebiendoo

www.lectulandia.com-Página66

hablando,osimplementedescansando;lapuertadesusalitaseabríasiemprecuandomenosloesperaban,yencuantoambosgirabanlamiradahaciaella,lapuertavolvíaacerrarse.Ysicorríanamirarafuera,resultabaquenohabíanadieporningúnlado.Cuandoestosehabíarepetidounascincuentasvecesseguidasmásomenos,elseñorGoodchildlevantólamiradadesulibro,yledijoasucompañeromedioenbroma:

—Empiezoapensar,Tom,quehabíaalgoextrañoenesosseisviejos.Denuevosehizodenoche.Llevabanescribiendodosotreshoras(escribiendo,

paraquenosentendamos,variasdelasnotassinimportanciadelascualessalenlashojas sin importancia que ustedes sostienen en estos momentos en sus manos).Habíandejadode trabajarya,y lasgafasdeambos reposaban sobre lamesa.Todoestaba en silencio. Thomas Idle se había echado sobre el sofá y, alrededor de sucabeza, volaban volutas de humo aromático. Francis Goodchild estaba mediotumbadoenlasillaconlasmanoscerradassobresubarriga,laspiernascruzadasylassienesdecoradasdelamismamaneraquelasdesucompañero.

Habíanestadodiscutiendovariostemassinimportancia,incluyendolanaturalezade aquellos ancianos tan extraños, y aún se encontraban en ello cuando el señorGoodchildcambiódeformaabruptasuactitudparadarlecuerdaasureloj.Ambosseencontraban en aquelmomento inmersos en una somnolencia tan incipiente que elmás mínimo incidente era suficiente para alertarlos. Thomas Idle, que estabahablandoenaquelmomento,sedetuvobruscamenteypreguntó:

—¿Quémarcaelreloj?—Launa—contestóGoodchild.Entonces,comosienlugardepreguntarlahoraacabaradeordenarlapresencia

deunmisteriosoviejo,ydichaordensellevaraacabodeinmediato(comoenefectoocurría con todas las órdenes en aquel excelente hotel), la puerta se abrió y unancianoaparecióenelumbral.

Elhombrenoentró,sinoquesequedóconlamanoenelpicaporte.—¡Tom,alfin,unodelosseisviejos!—exclamóelseñorGoodchildconsorpresa

—.Caballero,¿quéseleofrece?—Caballero,¿quéseleofreceausted?—Yonohellamado.—Puesalguienhizosonarlacampana—dijoelanciano.Dijocampana conunavoz tanprofunda,quecualquierahabríapensadoque se

referíaalacampanadeunaiglesiaenlugardealacampanilladeservicio.—¿Tuve el placer, o eso creo, de encontrarme ayer con usted? —preguntó

Goodchild.—Nopodríaasegurarlo—fueladesconcertanterespuestadelanciano.—Peromeparecequeustedsímevio,¿noesasí?—¿Verle?—dijo elviejo—.Oh, sí, por supuestoque levi.Pero todos losdías

www.lectulandia.com-Página67

veoamuchosotrosquenomevenamí.Eraaquélunancianofrío,grosero,conunamiradaintensaclavadaenladelseñor

Goodchild. Un anciano cadavérico, de discurso medido. Un anciano que parecíaincapazdepestañear,comosi tuviera lospárpadospegadosa la frente.Unancianocuyosojos—dospuntosdefuego—noposeíanmayormovimientoquesihubieranestadoatornilladosalanuca,conectadosporalgúncablealacara,yluegohubieransidoaseguradosconunengancheocultoentresucabellocanoso.

Según lanochefueavanzando, refrescó tantoqueelseñorGoodchildsepusoatemblar.Comentó,medioenbromaymedioenserio:

—Parececomosialguienestuvieracaminandosobremitumba.—No—dijoelextrañoanciano—,sobresutumbanohaynadie.ElseñorGoodchildmiróalseñorIdle,perolacabezadesuamigoseencontraba

envueltaenhumo.—¿Cómodiceusted?—Quenohaynadiesobresutumba;puedoasegurárselo—dijoelanciano.Cuandosepudodarcuenta,elancianohabíaentradoyaenlahabitaciónyhabía

cerrado la puerta tras él. A continuación, tomó asiento. No se dobló para sentarsecomohacíaotragente,sinoquediolaimpresióndehundirsetodavíaerguido,comosientraraenagua,hastaquelasilladetuvosucaída.

—Miamigo,el señor Idle—dijoGoodchildseñalandoa sucompañero,conuninterésinusitadoporintroduciraunatercerapersonaenlaconversación.

—Estoy—dijoelanciano—alserviciodelseñorIdle.—Siesustedunantiguohabitantedeestelugar…—comenzóelseñorIdle.—Asíes.—Tal vez pueda resolver una duda quemi amigo y yo teníamos estamañana.

¿Meequivocoal creerqueenelpasado solían traera loscriminalesaestecastilloparaquelosahorcasen?

—Creoqueestáenlocierto—dijoelanciano.—Y esos criminales, ¿eran ahorcados quizás mirando hacia esta fachada tan

imponente?—No —contestó el anciano—. Cuando te colgaban, te hacían mirar hacia la

muralla. Primero te ataban, y entonces podías ver las piedras expandiéndose ycontrayéndoseconviolenciabajo tuspies,yunaexpansiónycontracción similaresparecíantenerlugarentucabezayentupecho.Luegohabíaunacorrientedefuegoycomoun terremoto,yentonceselcastillo seelevabaenelaire,y túmismosentíascomositeestuvierascayendoporunprecipicio.

Sucorbataparecíamolestarleenalgúnsitio.Sellevólamanoalcuelloylomoviódeunladoparaotro.Elancianoteníalacarahinchada,conlanariztorcidahaciaunlado,comosilehubieranmetidoungarfioporellayhubierantiradoviolentamente.

www.lectulandia.com-Página68

El señor Goodchild se sintió tremendamente incómodo, y comenzó a pensar queaquellanocheenrealidadnohacíafrío;másbienempezabaasentircalor.

—Unadescripciónmuyvivida—observó.—Loqueeravividaeralasensación,másbien—replicóelanciano.ElseñorGoodchildvolvióamiraralseñorIdle.PeroThomasestabaechadocon

surostrogiradoconatenciónhaciaelanciano,ynodevolviólamiradaasuamigo.Enestemomento,alseñorGoodchildleparecióverhebrasdefuegobrotandodelosojos del anciano y enganchándose a los suyos. (El señor Goodchild describe estapartedesuexperienciay,conlamayorsolemnidadposible,protestaquelesobrevinounafuertesensacióndequeloobligasenamirardesdeaquelmomentofijamentealancianoatravésdeaquellaslíneasllameantes).

—Esmidebercontárselo todo—dijoelanciano,con lamiradapétreacomounrío,yfantasmagórica.

—¿Elqué?—preguntóFrancisGoodchild.—Vamos.Siustedsabeperfectamentedóndeocurriótodo.¡Porahí!Siseñalóhacialahabitaciónsuperior,otalvezhacialainferior,ohaciacualquier

otrahabitaciónenaquellacasapretérita,otalvezhaciaalgunahabitaciónsituadaenalgunaotracasapretéritadeaquellaciudadpretérita,el señorGoodchildnoestuvoseguro,niloestáahoraniloestaránunca.Sesintióconfundidoporelhechodequeeldedoíndicedelancianodieralaimpresióndeintroducirseenunodelosextremosdeaquella pátina de fuego para incendiarse almomento, y que se transformase en unpuntoen llamasenmitaddel aireque señalabahaciaalgún sitio indeterminado.Eldedo,trashaberindicadounlugarimprecisodeestamanera,seapagó.

—Ellaeralanovia,yalosabe—dijoelanciano.—Loqueséesquetodavíasiguensirviendosupastelnupcial—vacilóelseñor

Goodchild—.Vaya,estacorrientedeaireresultaalgoopresiva.—Eralanovia—dijoelanciano—.Eraunachicapálida,conelpelodelcolordel

heno, una muchacha de ojos grandes, sin carácter, que no servía para nada. Unamuchachadébil,incapazdenada,unceroalaizquierda.Noeracomosumadre.No,no.Ellateníaelcarácterdesupadre.

Sumadresehabíaencargadodeasegurarlotodoparasupropiobienestarcuandoelpadre de esta muchacha (una niña por aquel entonces) murió; y fue por su pocavoluntadparavivirporloquemurióelbuenseñor,puestoquenoestabaaquejadodeninguna enfermedad. Y, entonces, ÉL reanudó la amistad que lo había unido a lamadretiempoatrás.Él,enrealidad,habíasidoapartadoporelhombredelpelocolorhenoylosojosgrandes(osea,poreldonnadie),omásbienporeldineroqueéstetenía.Esopodíaperdonarlo,porquehabíadinerodepormedio.Loqueélqueríaeraunacompensaciónendinero.

www.lectulandia.com-Página69

Demaneraqueregresóalladodeaquellamujer,lamadre,laengatusódenuevo,leprestótodasuatención,ysesometióatodosloscaprichosdelaseñora.Ellacasiquiebra su voluntad con todos las manías que mente humana pudiera imaginar oinventar.Peroéllosoportóestoicamente.Ycuantomáslosoportaba,másdeseabasucompensacióneconómica,ymásseempeñabaenquefinalmenteseríasuya.

¡Pero,cuidado!Antesdeque laconsiguiera,ellademostrósermás listaqueél.Durante una de sus rabietas, lamujer se endureció igual que el hielo, y ya nuncavolvióaserlamisma.Unanoche,sellevólasmanosalacabezaentregritos,sepusorígidacomounamuerta,y,traspermanecerasívariashoras,murió.Unavezmás,élse había quedado sin su dinero… Tendría que esperar. ¡Que se la lleven losdemonios!Niunpeniqueibaasacardetodoaquello.

Durante aquella segunda tentativa, él la había odiado, y había esperado conimpacienciaaquellegaraelmomentodesuvenganza.Falsificólafirmadelamuertasobre un documento en que ella dejaba todo lo que poseía a su hija, que contabaentoncesapenasdiezaños.Aella,segúneldocumento,debíansertransferidastodassus propiedades sin excepción. De igual manera, el documento lo designaba a élcomoeltutorlegaldelapequeña.Mientrasélloescondíadebajodelaalmohadadelacamasobrelaqueellaestabadecuerpopresente,seaproximóalaorejasordadelamuerta,ysusurró:

—DoñaOrgullo,hacemuchotiempoquehedecididoque,vivaomuerta,debescompensarmecondinero.

Demaneraque ahora sóloquedaban ellosdos:ÉLy la niñapálida con el pelocolorheno, laniñabobadeojosgrandes,quemás tarde se convertiría en sunoviadesposada.

Élseafanóeneducarlaacordeconsusdeseos.Buscóaunamujersinescrúpulosque la vigilase, y la encerró en una casa antigua, oscura y opresiva, y llena desecretos.

—Mi querida dama —le dijo—, ante usted tiene una mente que debe sermoldeada.¿Meayudaráustedadomesticarla?

La mujer aceptó el encargo. A cambio del cual ella, también, esperaba sucompensacióneconómica.Yvayasilaobtuvo.

Lachicafueeducadaenel temoraÉL,yenlaconviccióndequejamáspodríaescaparse de su lado. Se la enseñó, desde el principio, a considerarlo su futuromarido,elhombrequealgúndíaladesposaría;constituíaaquélundestinosombríoysinescapatoria,unacertezaquenopodíaserevitada.Lapobre tontaeracomocerablancaysuaveenlasmanosdeambos,padrastroeinstitutriz,yaceptótodocuantoseledijo.Coneltiempolaniñaseendurecería,yaquellanuevadurezaseconvertiríaensusegundanaturaleza,inseparabledeellamisma,ydelaquesólopodríaescaparsesipreviamenteselearrancabalavida.

www.lectulandia.com-Página70

Durante once años habitó en aquella casa oscura y en el lóbrego jardín que lacircundaba.Lamanteníanencerrada,puestoqueélnosoportabaqueelaireolaluzlarozasensiquiera.Cególasampliaschimeneas,cubriólaspequeñasventanas,permitióque la hiedra se extendiese a su antojo cubriendo la fachada de la casa, y que elmusgoseacumulasesobrelosárbolesfrutalessinpodareneljardínamuralladoporuna pared de ladrillo rojo; y también que lasmalas hierbas ocultaran los caminosverdesyamarillos.Laobligóavivirrodeadadevisonesinequívocasdepesadumbreydesolación.Consiguióquecrecieraaterrorizadaporellugaryporlashistoriasquese contaban sobre él, con el único objeto de —so pretexto de demostrarle loinfundadosqueeranesoscuentos—abandonarlasola,obienobligarlaapermanecerencogida demiedo en algún pasaje oscuro.Y cuando sumente se encontraramásindefensa, sobrecogida por inquietantes terrores, entonces él saldría de uno de loslugares secretos en los que solía esconderse a espiarla, y se presentaría entoncescomosuúnicosalvador.

Deestamanera,alserlepresentadodesdesuinfanciacomolaúnicapersonaenlaquesepersonificaban tantoelpoderdeprohibircomoeldealiviar, seaseguróunasombríainfluenciasobreladébilmuchacha.Ellateníaveintiúnañosyveintiúndíascuandoambosentraronenlalóbregacasacomomaridoymujer;susumisaesposadetressemanas,mediotontayasustada.

Por entonces, él había despedido ya a la gobernanta —pues aquello que lequedabaporhacereramejorhacerlosintestigos—,yambosregresaronunanochedelluviaalescenarioenelqueellahabíasidosometidaasulargapreparación.

La lluvia se derramaba gota tras gota desde el tejado del porche cuando ella,paradaenelumbral,sevolvióhaciaélydijo:

—Oh,señor,¡eselsonidodelrelojdelamuertecontandolossegundosquemequedan!

—Bueno—respondióel—,¿yquésiloes?—Oh, señor —respondió la joven—, tenga compasión de mí, y tenga

misericordia.Leruegoquemedisculpe.Harétodoloquemepidasimeperdona.Aquéllasehabíaconvertidoenlacantinelaconstantedelapobretonta,juntocon

«Discúlpeme»,y«Perdóneme».Ellanisiquieramerecíasuodio,yélnosentíaporellanadamásqueindiferencia.

Pero hacía ya mucho tiempo que ella se interponía en su camino, y que él habíaperdidolapaciencia,ysutrabajoestabaprácticamenteconcluido,einevitablementeésteteníaqueserllevadoasufin.

—¡Estúpida!—ledijo—.¡Vetearriba!Ellaleobedecióconprontitud,murmurandomientraslohacía:«Harétodoloque

ustedmepida».Élseretrasóunratotodavía,mientrasechabatodosloscerrojosdelapesadapuerta—puestoqueseencontrabansolosenlacasa,yélhabíapedidoalos

www.lectulandia.com-Página71

sirvientesquevinieranduranteeldíaysemarcharanalanochecer—y,cuandoentróenlahabitaciónquehabíanpreparadoparalareciéncasada,laencontróencogidaenla esquinamás remota, como si la hubieran empotrado dentro. Tenía el pelo colorheno desordenado alrededor de la cara, y sus ojos inmensos observaban al reciénllegadoconunvagoterror.

—¿Dequétienesmiedo?Venaquíysiéntateamilado.—Haré todocuantomepida.Leruegoquemedisculpe,señor. ¡Perdóneme!—

fuetodoloqueellapudodecir,consuperennevocecitamonótona.—Ellen,aquítedejoundocumento.Debescopiarlomañana,detupropiopuñoy

letra. No estaría de más que la gente te viese ocupada en ello. Cuando lo hayascopiado correctamente, y hayas corregido todos los errores, busca a dos personascualquieraqueesténen lacasaenesemomento,y firmacon tunombredelantedeellos.Despuésguárdateloenel corpiño,dondeestará seguro,ycuandoyovengaasentarmemañanacontigo,melodarássinqueyotelopida.

—Loharétodoconelmayordeloscuidados.Harétodoloqueusteddesee.—Entoncesnotiemblesdeesamanera.—Intentarénotemblar,¡perosólosimeperdona!Aldíasiguiente,ellasesentóensuescritorioehizoloqueéllehabíaordenado.

Él se pasaba amenudo por la habitación para observarla, y en todas sus visitas laencontrabaabsortaensupapel,escribiendoconparsimonia.Serepetíaparasímismalas palabras que copiaba de formamecánica, y sin importarle el significado de lasmismas,sinsiquiera tratardeentenderlo.Deesemodocompletósu tarea.El lavioasimismocumplirentodossusparticularesconlasdirectricesrecibidas.Yalllegarlanoche, cuando se encontraban de nuevo a solas en su habitación de novia reciéndesposada, él aproximó su silla al fuego, y ella tímidamente se acercó hasta él, sesacóelpapeldelcorpiñoylopusoenlasmanosdelhombre.

Eldocumentoasegurabaquetodassusposesionespasaríanamanosdeélsiellafallecía. Él la agarró y lamiró a los ojos fijamente. Entonces le preguntó, con laspalabrasjustas,ylasmássencillasquepudoencontrar,sientendíaloqueacababadefirmar.

Habíamanchasdetintasobreelcorpiñodesutrajeblanco,quehacíanparecersurostromásmacilentoaúndeloquesolíaser,ysusojosmásgrandes,mientrasasentíacon la cabeza. Había manchas de tinta sobre su mano, que utilizaba para jugarnerviosamenteconsusfaldasblancas,plantadadepiefrenteaél.

Éllaagarródelbrazoylamirótodavíamásfijamente.—¡Yahora,muérete!Noquierosabernadamásdeti.Ellaseencogióyreprimióungemidodeespanto.—Novoyamatarte.Nopiensoponermividaenpeligroportucausa.¡Muérete!Yapartirdeentonces,subíacadadíaysesentabaanteella,enaquella lóbrega

www.lectulandia.com-Página72

habitaciónpreparadaparalosdesposorios,ylaespiabaatodashoras,aundenoche,ysumiradatransmitíaesamismapalabrafatídicaenlasocasionesenlasquenollegabaapronunciarlaconloslabios.Cuandolosojosdelamuchacha,grandesyausentesdesignificado,abandonabanlasmanos,conlasquesesosteníalacabeza,paraimplorarclemencia a la opresiva figura que permanecía sentada a su lado con los brazoscruzadosyelceñofruncido,loquepodíanleerenaquellapétreaexpresióndeélera:«¡Muérete!».Cuandocaíadormidayexhausta,eradevueltaalaconcienciamedianteun escalofriante susurro: «¡Muérete!». Cuando por fin lograba superar entresufrimientos la noche interminable, y el sol se elevaba, inundando de luz lapenumbrosahabitación,éllasaludabaconlafrase:«¿Cómo?¿Otrodíamásyaúnnotehasmuerto?».

Ocurrióduranteunamañanadeviento,antesdequeamaneciera.Elluegocalculóqueseríanalrededorde lascuatroymedia,peroesedíasehabíaolvidadodedarlecuerda a su reloj, y no podía estar seguro del todo de qué hora era. Ella se habíadeshechodeéldurantelanocheconunestremecedoreinesperadogrito,elprimerode una larga serie, y él se había visto obligado a taparle la boca con las manos.Entonces, ella se había arrastrado a un rincón de aquella habitación recubierta depanelesdemanera,ysehabíaquedadoallíacurrucada,ensilencioysinmoverse.Yéllahabíadejadoenelrincónyhabíaregresadoasusillaconlosbrazoscruzadosyelceñofruncido.

Entonces la vio venir hacia él arrastrándose por el suelo, más pálida aún bajoaquella luzmortecinadel amanecer, el pelodesmadejado, y el vestidoy sumiradasalvaje,comoimpulsadosporunamanotorcida.

—¡Oh,perdóneme!Haré loquedesee. ¡Señor, le ruegoquemedigaquepuedovivir!

—¡Muérete!—¿Tanresueltoestáaquemuera?¿Esquenohayesperanzaparamí?—¡Muérete!Sus ojos grandes se esforzaban enmirarle a través de la sorpresa y del terror;

luegolasorpresayelterrormutaronenreproche;yelreprocheseconvirtióasuvezen una oscura nada. Estaba hecho. Al principio él no estuvo seguro de que loestuviera;loestuvo,sinembargo,dequeelsoldelamañanacolgabajoyasenelpelodeella;pudoverdiamantes,esmeraldasyrubíes,brillandoentreelcabelloenpuntosdiminutos.Entonces,alfinlacogióenbrazosyladepositósobrelacama.

Pronto fue la tierradonde ladepositaron.Ypor finnoquedabanadiemás,yélhabíaobtenidoconcreceslacompensaciónquesemerecía.

Teníalaideadeviajar.Enabsolutopretendíamalgastarsudinero,puestoqueeraunhombrebastanterácanoquedisfrutabaindeciblementecuandoloposeía(másquecualquierotracosa,dehecho).Peroseencontrabacansadodeaquellacasadesolada,

www.lectulandia.com-Página73

y anhelaba darle la espalda y no tener que volver a verla nuncamás. Pero la casavalía dinero, y el dinero no podía tirarse así como así. Decidió venderla antes departir.Contratótrabajadoresqueseocuparandelosjardines,conelpropósitodequelacasaparecieraalgomenosdecrépitayasípoderconseguirunpreciomáselevadopor ella. Debían cortar la madera muerta, podar la hiedra que caía en grandescantidadessobrelasventanasylastejas,ydespejarloscaminosenlosquelasmalashierbascrecíanhastalarodilla.

Elmismo trabajó con ellos. Se quedaba enfrascado en alguna tarea cuando lostrabajadores se habían marchado, y una noche, hacia el crepúsculo, se encontrótrabajandoconunapodadera.Eraunanochedeotoño,ysudesposadallevabamuertayacincosemanas.

—Está oscureciendo demasiado para continuar trabajando —se dijo—. Debodejarloporhoy.

Detestaba lacasa,yyasóloentrarenella le suponíaunsuplicio.Miróhaciaelporche sombrío, que lo esperaba allí, comouna tumba, y sintió que la casa estabamaldita.Cercadelporche, justoal ladodedondeseencontrabaenaquelmomento,habíaunárbolcuyasramassebalanceabanfrentealaventanadelahabitacióndeladesposada, la habitación donde todo había ocurrido. El árbol giró de repente, yentonces él pegó un salto. El árbol volvió a moverse, aunque la noche estabatranquilaynohabíaviento.Miróhaciaarriba,yviounasiluetaentresusramas.

Era la silueta de un hombre joven, que lomiraba desde la copa del árbol. Lasramassebalancearonycrujieron;lasiluetadescendióconrapidez,ysedeslizóhaciaél.Eraunhombrejovenybienformado,másomenosdelaedaddelajoven,conunalargamelenadecolorcastañoclaro.

—¡Menudoladronzueloestáshecho!—ledijo,agarrándoloporelcuello.Eljoven,alsoltarse,lepropinóungolpeconelbrazoquelealcanzólacara.Se

prepararon para pelear, pero el joven dio un paso atrás, gritando con un vozarrónestremecedor:

—¡Nometoques!¡Preferiríaquemetocaseeldiablo!Élsequedódepie,conlapodaderaenlasmanos,mirandoaljoven,puestoquela

miradadel jovenera comoaquellamiradaúltimade ella, y él nohabía creídoquevolveríaaverlajamásmientrasviviera.

—Nosoyunladrón.Inclusosilofuera,notocaríaniunamonedadetufortuna,aunquemebastaraparacomprarlasIndias.¡Asesino!—¡¿Qué?!

—Yo trepé por primera vez ese árbol—dijo el joven señalando el tronco quehabíaasuespalda—unanoche,hacecuatroaños.Ylohicesolamenteparaasípodermirarla.Recuerdocuandolaviallí,enlahabitación.Habléconella.Desdeentoncestrepéporesteárbolmuchasnoches,sóloparaverlayescucharla.Noeramásqueunniñoqueserefugiabaentresusramas,cuandoellameentregóestodesdelaventana.

www.lectulandia.com-Página74

Leenseñóunrizodepelocolorheno,atadoconunfúnebrelazonegro.—Suvida—continuóeljoven—estuvosiempremarcadaporelluto.Ellamedio

estocomopruebadeesacircunstancia,ycomoseñaldequeestabamuertaparatodosexceptoparati.Sihubierasidomayor,silahubieravistoantes,talvezpodríahaberlasalvadodetusgarras.Peroellaseencontrabayapresaentuteladearañalaprimeravezquetrepéporelárbol.¿Yquéesperanzamequedabadepoderliberarla?

Mientras desgranaba su historia se había ido abandonando poco a poco a unsollozo,débilalprincipio,queprontoseconvirtióenunagitadollanto.

—¡Asesino!Trepéporelárbollanocheenquelatrajistederegresoconvertidayaentuesposa.Escuchédesuspropioslabiosreferirsealrelojdelamuertequecontabalossegundosquelequedabandevida.Tresnoches,mientraspermanecisteencerradoconella,yoatisbabadesdelasramas,observándotemientraslamatabaslentamente.Desdeelárbollavimuerta,tendidasobresucama.Teheestadoobservandotodoestetiempo,esperandohallaralgunapruebadetuculpabilidad.Todavíanopuedoprobarnada,yaquecontinúasiendounmisterioparamílamaneraenquelascosassehandesarrollado.Peronopiensodejarteenpazhastaque lehayasentregado tuvidaalverdugo. ¡Nunca,hastaentonces, te librarásdemipresencia! ¡Yo laamaba!Nuncapodréperdonarte.¡Asesino!¡Yolaamaba!

El sombrero del joven yacía junto al árbol. Se le había caído allí mientrasdescendía por el tronco. Elmuchacho comenzó a caminar en dirección a la verja.Para llegar hasta ella, tenía que pasar por su lado. Había espacio de sobra entreambos.Dos carruajes podrían haberse cruzado perfectamente en aquel sendero sinque ninguno de ellos tuviese que modificar su trayectoria; el joven, mientras sealejaba, se separó del dueñode la casa todo cuanto le fue posible. Su rostro y suspropiosmovimientosevidenciabansuprofundarepugnanciaporaquelhombre.Este(yahoramerefieroalotro),mientrastanto,nohabíalogradomoverunsolomúsculodesdequesedetuvieraparamiraraljoven.Ahoragirósucaraparaseguirloconlosojos.Enelmismomomentoenqueeljovenseencontrabafrenteaél,deespaldas,vioclaramente una línea roja y curva que se extendía desde su propia mano hasta ladesnuda nuca del chico. Supo entonces, incluso antes de usar la podadera, dóndehabía impactado su golpe fatídico. Digo «impactado», y no «habría impactado»,puestoque,segúnsuvisióndelasunto,lacosaestabahechainclusoantesdequeélloacometiera. La podadera partió en dos la cabeza del muchacho, y se quedó allíatrancada.Viocómoéstesedesplomabaycómosucaraseestampabacontraelsuelo.

Enterróelcuerpoesamismanoche,alosmismospiesdelárbol.Tanprontocomoclareóeldíaseafanóenremovertodalatierracercanaal tronco,ycortóycercenótodas lasramasy losarbustoscercanos.Cuandollegaronlos trabajadores,nohabíanadaenellugarquehiciesepensarqueallíhabíaocurridounasesinato,asíquenadiesospechónada.

www.lectulandia.com-Página75

Sin embargo, en un instante de obcecación había echado por tierra todos susproyectos,ydestruidoelplantriunfalquelehabíatenidoocupadodurantetanlargotiempoyquehabíallevadoalaprácticacontantoéxito.Habíaconseguidolibrarsedeladesposadayheredarunafortunasinponerenpeligrosuvida;peroahora,conunamuertequenolereportaríajamásgananciaalguna,acababadecondenarseavivirconunacuerdarodeándoleelcuello.

Además,ahoraseencontrabaencadenadoaaquellacasaque tancargadaestabademelancolíaydehorror,ynosecreyócapazdesoportarlo.Estabaobligadoaviviren ella, puesto que le asustaba venderla, o incluso dejarla abandonada, y que sedescubrieraalgoensuausencia.Contratóaunmatrimoniodeancianoscomocriados,y decidió quedarse en ella, aunquepresa de un continuo sobrecogimiento.Durantemuchotiempo,lomásdifícilfuesaberquéharíaconeljardín.¿Cuálseríalamaneramás seguradeno atraer la atenciónhacia él? ¿Debíamantenerlo cuidadoo, por elcontrario,dejarqueseechaseaperdercomoantaño?

Elmismoseconsagróalmantenimientodeljardín,locuallemanteníaentretenidoporlastardes,enocasionesrequiriendolaayudadelanciano,peronopermitiéndolenunca que trabajara él allí solo. Y se construyó un cobertizo que apoyó contra elárbol, demanera que pudiera sentarse en él, y asegurarse de que estaba todo bajocontrol.

Conelcambiodelasestaciones,mutabaelárboltambién,ysumentepercibíalallegadadepeligrosquemutabandeigualmodoensuimaginación.Duranteeltiempoenquelashojasempezaronacrecerdenuevo,leparecióquelasramassuperioresdelárbolibanadoptandolaformadeunhombrejoven,yquereplicabanconexactitudlasiluetadealguiensentadosobreunaramaquemecíaelviento.Durantelaépocaenque tocaba que cayeran las hojas, le pareció que éstas se desprendían formandopalabrasdelatadorassobreelsendero,oinclusoqueteníantendenciaaagruparseenprotuberancias que recordaban a tumbas sobre el lugar en que elmalhadado jovenestaba enterrado. Durante el invierno, cuando el árbol se encontraba desnudo, sehallabaconvencidodequelasramassebalanceabanrepitiendolaversiónfantasmalde aquel golpe que el joven le había dado, y que esos movimientos constituíanabiertas amenazas. En la primavera, cuando la savia trepaba por el tronco, sepreguntó si ínfimas partículas de sangre del muchacho estarían trepandotransportadasporella,paraformar,deformamásobviasicabetodavíaesteañoqueelpasado,lafiguradeljovenbalanceándoseentrelashojas.

Sinembargo,consiguiómultiplicarsudinerounavezyotra,ydenuevounavezmás. Estaba metido en negocios turbios, negocios que reportaban gananciasconsiderables,negociossecretosqueloconvertíantodoenoro.Enelespaciodediezaños había multiplicado su dinero tantas veces, que todos los comerciantes y losarmadoresque tratabanconélnomentían—porunavez—cuandodeclarabanque

www.lectulandia.com-Página76

sustratosconélhabíanincrementadosusfortunasenunmildoscientosporciento.Ciertoesquefuehacecienañoscuandoélvivió,yfueentoncescuandoposeyó

susriquezas,yporentonceslagentedesaparecíaconfacilidad.Sabía,además,quiéneraeljovenalquehabíamatado,puestoquesupoque,cuandodesapareció,sehabíaorganizadoinclusounabúsqueda.Peropocoapocoelasuntofuecalmándose,ytodolorelacionadoconelmuchachoseolvidó.

Elcicloanualdeloscambiosfísicosqueafectabanalárbolserepitiódiezvecesmásdesdeaquellanochefatídicaenqueelmuchachomurió.Entoncessedesatóunagrantormentasobretodalacomarca.Estallóamedianocheyestuvorugiendohastabienentradalamañana.Cuandoamaneció, loprimeroquesuviejosirviente ledijofuequeelárbolhabíasidoalcanzadoporunrayo.

El rayohabíaalcanzadoalárbolde lleno,y lohabíapartidoendos:unade lasmitadescayócontralapareddelacasa,ylaotracontrauntramodelaviejamuralladeladrillorojo,yensucaídahabíaabiertounahendidura.Sedespertóunaenormecuriosidad en toda la comarca por ver el árbol. El, que vio revivir sus antiguosmiedos, se pasaba el día sentado en su cobertizo —ya era un hombre viejo porentonces— y se dedicaba a observar a la gente que peregrinaba hasta allí paracontemplarlo.

Loscuriososcomenzaronaacudirconrapidez,enunnúmerotanalarmantequesupropietariosevioobligadoaclausurarlaverjadeljardín,yrehusóadmitiranadiemás.Peroocurrióqueentrelosvisitantesseencontrabanvarioscientíficosquehabíanviajado desde una distancia considerable para estudiar el árbol, y él, en una horafatídica,losdejóentrar.¡Quéeldemonioseloslleveatodos!

Queríanexcavarlaruinadeárboldesdelasraíces,yexaminarlasconcuidado,ytambién la tierra a su alrededor. ¡Nunca! ¡No mientras él viviera! Le ofrecierondinero.¡Ellos!¡Científicos,alosquepodríahabercompradoalpesoconungarabatodesupluma!Loscondujounavezmáshacia laverjadel jardín,yechóelcandadotrasellos.

Pero aquellos hombres no eran de los que aceptaban un no por respuesta, ysobornaronalancianocriado,untipodesdichadoydesagradecidoqueteníaelhábito,siemprequerecibíasupaga,dequejarsedequeenrealidadmerecíamásdineroporsu trabajo. Entraron los científicos en el jardín por la noche armados con suslinternas,suspicosysuspalas,yselanzaronsinmássobrelosrestosdelárbol.El,mientras, descansaba en una habitación de la torre, al otro lado de la casa (lahabitaciónde la desposadahabía permanecido sin ocupar desdequeocurrieron losfatídicoshechosqueprovocaronsumuerte),peronotardóensoñarconpicosypalas.Unruidoledespertóyselevantódelacama.

Seasomóaunaventanasuperiordeaquelaladelacasa,desdedondepudootearaloshombresconsuslinternas,ytambiénlatierraremovidaenunmontículoenel

www.lectulandia.com-Página77

mismo lugar en el que él mismo había hecho lo propio tantos años antes. Loscientíficoshabíanencontradoelcadáver.Loshombresseinclinabansobreelmuerto.Unodeellosdecía:«Elcráneoestáfracturado»,yotro:«Mira,aquíestánloshuesos»,yotromás:«Yaquíestánlasropas»,yacontinuaciónelprimerovolvíaameter lapalamientrasexclamaba:«¡Unapodaderaoxidada!».

A partir del día siguiente notó que lo estaban sometiendo a una estrechavigilancia,ytambiénquenoleeraposibleiraningunapartesinserseguido.Antesde que transcurriera una semana, fue detenido y puesto a buen recaudo. Lascircunstanciassefueronconjurandoensucontra,conunamaldadqueparecíamanarde la propia desesperación, así como de un apabullante buen juicio entre susconvecinos.¡Escuchacómoseleaplicólajusticiadeloshombres!Fuecargadoconlaacusacióndehaberenvenenadoalajovenenlahabitacióndeladesposada.El,quehabía puesto tanto cuidado en no correr ningún peligro por su causa, que la habíaobservadodejarsemorirporcausadesupropiaincapacidadparavivir.

Se dudó por cual de los dos asesinatos debía ser juzgado primero; finalmenteeligieron el que realmente había cometido, y lo encontraron culpable, y locondenaron a muerte. ¡Desgraciados sedientos de sangre! Lo habrían acusado decualquiercosa,tanconvencidosestabandequedebíapagarconsupropiavida.

Sudineronopodíasalvarle,yfueahorcado.Puesbien.Hededecirlequeyosoyél.Yosoyese individuo. ¡FueamíaquienahorcaronhacecienañosenelcastilloLancaster,mientrasmeobligabanamirarhacialamuralla!

Trasesteterroríficoanuncio,elseñorGoodchildtratódeponerseenpieygritar.Perolasdoslíneasdefuegoqueseextendíandesdelosojosdelancianohacialossuyosleimpedían siquiera moverse, y encontró que tampoco era capaz de emitir sonidoalguno.Susentidodeloído,sinembargo,estabaintacto,ypudoescucharelrelojdarlas dos de la mañana. ¡Entonces, tan pronto como dieron las dos, vio que teníadelanteadosancianos!

Dos.Cadaunodeellosconectandosumiradaaladeélmediantedoslíneasdefuego;

cada uno de ellos exactamente igual al otro; cada uno de ellos dirigiéndose a élprecisamente en el mismo instante; cada uno castañeando los mismos dientes deidéntica manera, con la misma nariz torcida encima de la cara, e idéntico rostroenrojecido.Dos ancianos.Diferenciándose en nada, iguales por completo, la copiatanrealcomoeloriginalasulado,elsegundotanpresentecomoelprimero.

—¿Aquéhora—preguntaronambos—llegóustedalapuertadeentrada?—Alasseisenpunto.—¡Yhabíaseishombresenlaescalera!ElseñorGoodchildsesecóelsudorfríodelafrente,ointentóhacerlo,mientras

www.lectulandia.com-Página78

losdosancianoscontinuabanenunasolavozyalunísono:—Mehabíananatomizado,peroaúnnohabíanvueltoamontarmiesqueletopara

colgarlodeunganchodehierro,cuandoempezóarumorearsequelahabitacióndeladesposadaestabaencantada.Estabaencantada,yerayoquienmeencontrabaallí.

¿Odeberíadecirnosotrosestábamosallí?Ellayyoestábamosallí.Yo,sentadoenlasillapróximaalachimenea;ella,otravezundesechoblanquecinoquesearrastrabahaciamísobreelsuelo.Peroyoyanoeraelquehablaba,ylaúnicapalabraqueellamerepetíadesdelamedianochehastaelamanecerera:«¡Vive!».

Eljoventambiénseencontrabaconnosotros.Apostadosobreelárbolalotroladodelaventana.Loveíaydejabadeverlodependiendodelaluzquelalunaarrojabasobre las ramas, mientras el árbol se balanceaba bajo su peso. Desde entonces haestadoallí,observándomeenmitormento,revelándoseamídemaneracaprichosaenlaluzpálida,oentrelassombras,susidasyvenidasconlacabezadescubierta,ylapodaderaincrustadaenlacoronilla.

En la habitación de la desposada cada noche, desde la medianoche hasta elamanecer—con la excepción de un únicomes al año, comovoy a explicarle—eljovenseescondeentrelasramasdelárbol,yellaavanzahaciamíarrastrándoseporelsuelo; siempre acercándose un poco más, pero nunca llegando hasta mí del todo;iluminadacadanoche tansólopor lapálida luna, tengamos lunaono la tengamos;siemprerepitiendolamismapalabraentrelamedianocheyelamanecer:«¡Vive!».

Pero cuando llega elmes en el cualme arrancaron la vida—elmes de treintajornadas en el que nos encontramos ahora—, la habitación de la desposadapermaneceencalmayensilencio.Noasímiantiguacelda.Noasílashabitacionesenlas cuales viví, sin descanso y aterrorizado, durante diez años enteros demi vida.Todas ellas se encuentran a veces encantadas durante esos días. A la una de lamadrugada,soycomomevieroncuandoelrelojdioesahora,unsoloanciano.Alasdos de la madrugada, me convierto en dos ancianos. A las tres, soy tres. Cuandolleganlasdocedelmediodía,soydoceancianos.Unoporcadacientoporcientodemisviejasganancias.Cadaunodelosdoce,condocevecesmimismacapacidaddesufrimientoyagonía.Desdeesahorahasta lasdocede lanoche,yo,docehombresancianosqueagonizanantepremonicionesfunestas,aguardanlallegadadelverdugo.¡Alasdocedelanoche,yo,docehombresarrancadosdeunplumazodeestemundo,balanceándose invisiblesen losbatientesdelcastillodeLancaster,condocerostrosgiradoshacialamuralla!

Laprimeravezquelahabitacióndemidesposadafueencantada,semehizosaberqueestecastigonoterminaríahastaquemefueraposiblerelatarlesuscausas,ytodamihistoria,adoshombresvivosalmismotiempo.Heesperadoaño trasañoaquedoshombresvivosentraranjuntosenlahabitacióndeladesposada.Fueinculcadoa

www.lectulandia.com-Página79

mi entendimiento —soy ignorante de la forma en que esto se hizo— que si doshombres vivos, con los ojos bien abiertos, se encontraran en la habitación de ladesposadaalaunadelamañana,meveríansentadoenmisilla.

Porfin,elrumordequelaestanciaseencontrabaespiritualmenteturbadaatrajoadoshombresavivirunaaventura.Acababadeaparecermecercadelachimeneaalasdoceenpunto—aparezcoaquícomosi la luzme revelasedesúbito—,cuando losescuché subiendo las escaleras.Lo siguiente que vi fue a los hombres entrar en lahabitación.Unodeelloseraunhombreactivo,alegreyaudaz,enlomejordesuvida,deunoscuarentaycincoañosdeedad;elotrotendríaunosdoceañosmenos.Traíanunacestarepletadeprovisiones,améndevariasbotellas.Losacompañabaunamujerjoven,conalgodeleñayunabolsadecarbónparaencenderelfuego.Unavezqueestuvoencendido,elmásaudaz,alegreyactivodelosdosatravesóconellalagaleríaqueseencuentrafueradelahabitación,ylaacompañóescalerasabajohastaqueseencontróasalvo,yluegoregresóriéndosealahabitación.

Cerró la puerta con llave, examinó la estancia, cubrió la mesa frente a lachimeneaconloscontenidosdelacesta—sindarsecuentademipresencia,sentadoenellugarindicadocercadelachimeneaasulado—,llenólosvasos,ysedispusoacomeryabeber.Sucompañeroloimitó.Susmanerasresultabantandespreocupadasyalegrescomolasdeél,aunqueelhombremayorparecíaserellíderdelgrupo.Unavez que hubieron cenado, sacaron sus pistolas y las pusieron sobre la mesa, seacercaronalfuego,yencendieronsuspipascompradasenelextranjero.

Habían viajado juntos, habían pasadomucho tiempo juntos, y poseían un grannúmerodetemassobrelosquedebatir.Enmitaddesucharlaydesusrisas,eljovenhizoreferenciaalabuenadisposiciónqueeldemayoredadsiempredemostrabaparacualquieraventura,yafueraésaocualquierotra.

Elotrocontestóconlassiguientespalabras:—Nolocreas,Dick;aunquenomeasusteningunaotracosa,yomismomedoy

miedoaveces.Suacompañantelepreguntóenquésentidosedabamiedo,ycómo,aunquesus

palabrasdenotasenquecomenzabaamostrarsignosdecansancio.—Pues te lo diré—contestó—: hay un fantasma que debe ser probado que es

falso.¡Bueno!Nopuedodecirteadondeseiríamibuenjuiciosiestuvierasoloaquí,oquéjugarretasmeharíanmispropiossentidossimetuvieranasudisposición.Peroencompañíadeotroserhumano,yespecialmentedeti,Dick,meatreveríaadesmentiratodoslosfantasmasqueeneluniversoenterohayansido.

—Noteníalamásmínimaideadequemipresenciaresultaradetantarelevanciahoy—dijoelotro.

—Puesasíes—continuóellíder,hablandoconmásseriedaddeloquelohabíahecho hasta entonces—.Esmás, por las razones que acabo de darte, no habría de

www.lectulandia.com-Página80

ningúnmodoaceptadopasarlanocheaquísolo.Quedaban pocos minutos para que diera la una de la mañana. El joven había

comenzadoadarcabezadasmientrassuamigoleconfiabaesteúltimocomentario,yaltérminodelmismosucabezasehundióinclusomásensupecho.

—¡Dick!¡Mantentealerta!—dijoellíderdivertido—.Lashoraspequeñassonlasmásterriblesdetodas.

Eljovenlointentó,perosucabezavolvióacaer.—¡Dick!—leurgióellíder—.¡Mantentedespierto!—Nopuedo—murmuróeljoven—.Noséquéinfluencianefastaseciernesobre

mí,peronopuedo.Sucompañerolomiróconunsúbitoespanto,yyofuipartícipedeaquelhorrora

mimanera;elrelojdiolauna,ysentíqueconseguíasometeralsegundoobservador,yquelamaldiciónsobremímeobligabaahacerquesedurmiera.

—¡Levántateyanda,Dick!—gritóellíder—.¡Inténtalo!Envanoseacercóalasilladeldurmienteylezarandeó.Sonólauna,yelhombre

demayoredadpudoverme,ysequedópetrificadoantemí.A él solome vi obligado a contarlemi historia, sin esperanza alguna de sacar

beneficio de ello. Ante él fui solamente una aparición terrorífica, realizando unaconfesióninútil.Entendíqueestabacondenadoarepetirlamismasituacióndenuevo.Dos hombres vivos entrarían juntos, pero no para liberarme.En cuantome hicieravisible,unodelosdossedormiría,ynomeveríanimeoiría.Mihistorianuncaseríarelatadamásqueaunsolitariotestigo,yseríaparasiempreinútil.¡Oh,tristeza!

Mientraslosdosancianosasíhablaban,mesándoselasmanos,elseñorGoodchildtuvo lasúbita revelacióndeencontrarseen lasituación terribledeestarsoloconelespectro,ydequelainmovilidaddelseñorIdlerespondíaalhechodequehabíasidohechizado al sueño justamente a la una en punto de la madrugada. A pesar delespantoindescriptiblequeleprodujotalrevelaciónsúbita,forcejeócontalansiedadporverselibredeloscuatrohilillosdefuego,quefinalmentelogróromperlaligazón.Unavezestuvoasí liberado, recogióalseñor Idledelsofá,y juntosseprecipitaronescalerasabajo.

Extraídode«Elperezosoviajededosaprendicesociosos»,publicadoenHouseholdWords(1857),

yescritoencolaboraciónconWilkieCollins

www.lectulandia.com-Página81

ELLETRADOYELFANTASMA

Conocíaunhombre—déjenmever—harácomocuarentaaños,quealquilóunviejo,húmedo y humilde conjunto de despachos, que llevaban cerrados y vacíosmuchísimos años, en uno de los edificiosmás antiguos de la ciudad.Corrían todaclasedehistorias sobreaquel lugary,desde luego,ningunadeellas erademasiadojovial.Sin embargo, aquelhombre erapobrey lashabitaciones eranbaratas, razónqueaéllebastabaaunquehubiesensidodiezvecespeoresdeloqueyaeran.

Ocurrió que este hombre se vio forzado a quedarse con algunos mueblesdesvencijadosquehabíanquedadoallíabandonados.Entretodosellos,destacabaunenorme y pesado armario de vitrina como los que suelen utilizarse para archivarpapeles.Teníaunasgrandespuertasacristaladas,cubiertasenelinteriorporcortinasverdes.Ciertamente,setratabadeuncachivachebastanteinútilparasunuevodueño,puestoqueéstenoteníapapelesqueguardar;encuantoasuropa,noteníamásquelopuestoytampocoteníanecesidaddeprocurarseunlugardóndecolocarla.

Pues bien, ya había terminado de trasladar allí todos sus muebles —que nollegaronniaocuparuncarrocompleto—yloshabíadesperdigadoporlahabitaciónparahacerqueaquellascuatrosillasqueteníapareciesenunadocena.Estabaaquellamisma noche el hombre sentado frente al fuego pensando en los dos galones dewhisky que había adquirido a crédito—y preguntándose si alguna vez llegaría apagarlosy,encasoafirmativo,cuantosañostardaríaenhacerlo—,cuandosumiradafueaposarsecomoporcasualidadenlasacristaladaspuertasdelavitrina.

—Ah—suspiró—, si no me hubiese visto obligado a aceptar ese adefesio alprecioquefijóelviejocasero,podríahaberconseguidoalgomejorporesedinero.Tediré lo que te habría pasado, viejo trasto.—No teniendo nadie con quien hacerlo,hablabaenvozaltaa lavitrina—.Sinofueseporelgranesfuerzoquemecostaríahacerpedazostuviejaestructura,teutilizaríaparaalimentarelfuego.

Apenashabíapronunciadoestaspalabrascuandounsonidoqueseasemejabaaundébilgemidopareciósalirdelinteriordelarmario.Aquellolesobresaltóalprincipiopero,trasreflexionarunosinstantes,pensóquedebíadetratarsedealgúnjovenzueloque hubiera entrado en el despacho contiguo, y que estuviese volviendo de cenar.Colocó lospies sobre la rejillade lachimeneay tomóelatizadorcon intenciónderemoverlasbrasas.

Enesemomentovolvióaescucharelruido,yseasustó.Almismotiempo,unadelas puertas de cristal del armario comenzó a abrirse lentamente, dando paso a unafigurapálidaydemacrada,vestidaconunosmanchadosropajeshechosjironesyquepermanecíamuyerguidadentrodelavitrina.Setratabadeunafiguradelgadayalta.Su rostro expresaba preocupación y angustia, pero había una apariencia de algoinefableensutonodepiel,ensuextremadelgadezyensuaspectosobrenatural.

www.lectulandia.com-Página82

—¿Quién es usted? —dijo el nuevo inquilino, poniéndose muy pálido yblandiendoelatizador (porsiacaso)mientrasapuntabadirectamenteal rostrode lafigura—.¿Quiénes?

—No intente arrojarme ese atizador —respondió la figura—. Aunque me lolanzaseconlamayorpuntería,pasaríaatravésdemí,sinencontrarresistencia,eiríaaclavarseenlamaderaquetengodetrás.Soyunespíritu.

—Dígame,¿yquébuscaaquí?—dijoentrecortadamenteelinquilino.—Sepaqueenestahabitación—respondiólaaparición—segestómidesgracia,

ylaruinademishijosylamía.Enestavitrinafueronacumulándose,duranteaños,los legajos de una demanda interminable. En esta habitación, cuando yo ya habíamuerto de pena y de esperanzas largamente postergadas, dos taimadas arpías sedividieronlasriquezasporlasqueyohabíaestadopleiteandodurantetodaunavidaplagadadeestrecheces,ydelascuales,finalmente,niunsolopeniquefueapararamisdescendientes.Medediqué a aterrorizarlas inmediatamente, claro está, ydesdeaqueldíahemerodeadoporlanoche(elúnicoperiododuranteelquepuedovolveraestemundo)alrededorde losescenariosdemiprolongadamiseria.Estosaposentossonmíos:¡márcheseydéjemeenpaz!

—Si insiste en aparecerse por aquí—dijo el inquilino, quien había conseguidoreunir algo de valor y de presencia de ánimomientras el fantasma pronunciaba suprosaicodiscurso—,ledejaréquelohagaconelmayorplacer,peroantesmegustaríahacerleunpardepreguntas,siustedmelopermite.

—Adelante—dijolaapariciónseveramente.—Bueno —dijo el arrendatario—. No es que sea mi intención dirigir esta

observaciónaustedenparticular,puestoqueesigualmenteaplicablealamayorpartede los fantasmas de los que he oído hablar, pero me resulta de algún modoinconsistenteque,teniendocomoustedestienen,laposibilidaddevisitarlosmejoresparajesde la tierra (yaquesupongoqueelespacionosignificanadaparaustedes),siempreinsistanenregresaraloslugaresdondejustamentefueronmásdesgraciados.

—Ehhh…esoesmuycierto;nuncahabíapensadoenelloantes—respondióelfantasma.

—Comopuedeustedver,señor—continuóelinquilino—,éstaesunahabitacióndelomásincómodaydesangelada.Porelaspectodeesavitrina,meatreveríaadecirquenoestádeltodolibredeinsectosydemássabandijas,yenrealidadcreoque,siusted se lo propusiera, podría encontrar aposentos mucho más agradables; por nohablardelclimatandesapaciblequetenemosenLondres…

—Tieneustedmucharazón,señor—replicóeducadamenteelespectro—.Nomehabíadadocuentahastaahora.Creoquecambiarédeaires.—Y,dichoesto,comenzóadesvanecerse;esmás,mientrasdecíaestosuspiernasyahabíandesaparecidocasideltodo.

www.lectulandia.com-Página83

—Yseñor—dijoelinquilinointentandollamarsuatenciónantesdequesefueradefinitivamente—, si tuviese usted la bondad de sugerirles a las otras damas ycaballeros que se encuentran ahora ocupados en hechizar viejasmansiones vacías,que estaríanmuchomás a gusto en cualquier otro lugar, le prestaría usted un granservicioanuestrasociedad.

—Loharé—respondióel fantasmayaconunhilillodevoz—;debemosdesergente bastante aburrida, ahora que lo dice; es más, muy monótonos; no consigoimaginarmecómopodemoshabersidotanestúpidos.

Conestaspalabras,elespírituseesfumóy,cosasorprendente,nuncamásvolvióaaparecerseanadie.

www.lectulandia.com-Página84

FANTASMASDENAVIDAD

MegustavolveracasaporNavidad.A todosnospasa,oalmenosasídebería ser.Todos regresamos a casa, o deberíamos hacerlo, para disfrutar de unas brevesvacaciones—aunquecuantomáslargassean,mejor—desdeelenormeinternadoenel quenospasamos el día trabajando ennuestras tablas de aritmética.A todosnosconvienetomarnosunrespiro,ésaeslaverdad.Encuantoairdevisita,¿aquéotrositio podríamos ir si no? ¡Pues junto al árbol deNavidad, para proclamar nuestrosbuenosdeseosalmundo!

Yasípartimoslejos,haciaelinvierno,acolocarnuestrosanhelosjuntoalárbol.Nosponemos en camino, y atravesamos llanuras bajas, parajes brumosos, páramossumergidos en la niebla; subimos largas colinas enroscadas comocavernasoscurasentre las tupidas plantaciones que casi ocultan las estrellas centelleantes; y asícontinuamos,porampliasmesetas,hastadetenernos,conunsilenciorepentino,frenteaunaavenida.Lacampanajuntoalaverjaresuenaprofundaycasiespantosaenelairehelado;losbatientesdelaverjaseabrensobresusgoznesy,amedidaquenosdirigimoshacialagrancasa,laslucesresplandecientesseagrandanenlasventanas,ylashilerasdeárbolesquehaydelanteparecenretrocedersolemnementehaciaambosladosparapermitirnoselpaso.Porunmomento,aniquilaelsilenciolaraudacarreradeunaliebrequealolargodetodoeldía,porintervalos,sehadedicadoaatravesarelblancotapetenevado;oelestrépitolejanodeunamanadadeciervospisoteandolaescarcha endurecida. Si pudiésemos, tal vez veríamos sus ojos vigilando entre loshelechos,rutilantescomogotasheladasdelrocíosobrelashojas;peroestánquietosytodopermaneceencalma.Deestemodo,conlaslucesqueseagrandanylosárbolesque se retiran ante nosotros y se reúnen de nuevo tras nuestro paso, llegamos a lacasa.

Probablementeflotaentodomomentounaromaacastañasasadasyaotrascosasbuenas,puestoqueestamosnarrandohistoriasinvernales(oparanuestravergüenza,historiasfantasmales)alrededordeunfuegonavideño,ysólonoslevantaremosparaacercarnosmásaélycalentarnos.Sinembargo,todoestocarecedeimportancia.

Llegamosalacasa,unaviejamansióncoronadaporgrandeschimeneasendondeardelaleñaanteperrosviejosquesearrimanalhogaryretratosmacabros(algunosdeellosconleyendasigualmentemacabras)quemiranhoscosydesconfiadosdesdeel entablado de roble de las paredes. Somos gentilhombres de mediana edad ycompartimosunagenerosacenaconnuestrosanfitrionesysusinvitados.EsNavidady la casa está repleta de gente. Decidimos retirarnos pronto. La nuestra es unahabitación muy antigua. Cubierta por tapices. Nos desagrada el retrato de uncaballero trajeado de verde, que cuelga sobre la chimenea. Grandes vigas negrasrecorrenlatechumbreysehadispuestoparaalojarnosungrandoselnegroquealos

www.lectulandia.com-Página85

piessevesustentadopordosgrandesfigurasnegrasqueparecensacadasdesendastumbas de la vieja iglesia del barón, ubicada en los jardines. A pesar de ello, nosomos caballeros supersticiososynosda lomismo. ¡Bien!Despachamos anuestrosirviente,cerramoslapuertaconllaveynossentamosfrentealfuego,enfundadosennuestrabata,ameditarsobremultituddeasuntos.Finalmentenosacostamos.¡Bueno!Nopodemosdormir.Nosrevolvemosunayotravezsinpoderconciliarelsueño.Losrescoldos del fuego arden relampagueantes y hacen parecer la habitación másfantasmagóricasicabe.Nopodemosevitarescudriñar,porencimade lacolcha, lasdosfigurasnegrasquesostienenlacama,ysobretodoesecaballerodeverde,dotadode un aspecto tan perverso. Parecen avanzar y retirarse en medio de la luztemblorosa,locual,apesardequenosomosenabsolutohombressupersticiosos,nonos resulta nada agradable. ¡Bueno! Nos vamos poniendo más y más nerviosos.Decimos:«Estoesabsurdo,perolociertoesquenopodemossoportarlo;fingiremosestar enfermos y haremos que acuda alguien en nuestra ayuda». ¡Bueno!Precisamente, estábamosapuntodehacerlo, cuandode repente lapuerta se abreyentraunajovendeunapalidezmortecinaylargoscabellosrubiosquesedeslizajuntoalfuegoytomaasientoenlasillaqueanteshabíamosocupado,frotándoselasmanos.En ese momento advertimos que sus ropas están mojadas. Tenemos la lenguaadheridaalpaladarynosomoscapacesdearticularpalabra,perolaobservamoscondetalle. Su ropa está húmeda; su largo cabello está salpicado de barro; va vestidasegún la moda de hace doscientos años y lleva en el cinto un manojo de llavesherrumbrosas.¡Bueno!Ellasiguesentada,sinmoverse,yestalelestadoenquenoshallamos que ni siquiera somos capaces de desmayarnos.En esemomento, ella selevantayempiezaaprobarsusoxidadasllavesentodasycadaunadelascerradurasdel dormitorio sin que ninguna sirva. Entonces fija su mirada en el retrato delcaballerodeverdeyexclama,conunavozgraveyterrible:«¡Losciervoslosaben!».Acontinuación,vuelveafrotarselasmanos,pasajuntoalacamaysaleporlapuerta.Nosponemos labataapresuradamente,echamosmanode laspistolas—sin lasquenuncasalimosdecasa—ynosdisponemosaseguiralamuchacha,cuandohallamoslapuertacerrada.Giramoslallavey,alasomarnosaloscuropasillo,nodivisamosanadie.Deambulamosinútilmenteenbuscadenuestrosirviente.Recorremoslagaleríahasta que rompe el día para luego volver a nuestra desolada habitación, caerdormidosyserdespertadospornuestrocriado(aélnada leaterroriza),quecuandoabrelaventananosrevelaunsolresplandeciente.¡Bien!Tomamosuntristedesayunoy todoelmundonoscomentaqueparecemos indispuestos.Concluidoeldesayuno,recorremoslacasaconnuestroanfitriónyleconducimoshastaelretratodelcaballerode verde y en ese momento todo se aclara. Engañó a una joven ama de llaves,conocida por su extraordinaria belleza, quien se ahogó intencionadamente en unestanqueycuyocuerpofuedescubierto,pasadoyamuchotiempo,porquelosciervos

www.lectulandia.com-Página86

senegaban abeber de sus aguas.Desde entonces, se rumoreaque ella sededica adeambularporlamansiónamedianoche(aunquesobretodoapareceenlahabitacióndel caballerodeverde, a findenodejar dormir a su inquilino) probando todas lascerraduras con sus llaves oxidadas. ¡Bien! Contamos a nuestro anfitrión cuantohemosvistoyunasombraseciernesobresusemblante.Nossuplicaqueguardemossilencioynosotrosobedecemos.Sinembargo,todoloquehemoscontadoesciertoyasílorelatamosantesdefallecer(ahoraestamosmuertos),amuchaspersonasseriasquenosquierenescuchar.

Son innumerables las viejas casas solariegas, con sus pasillos retumbantes, sussombríosaposentosysusalashechizadasquellevanañosclausuradas,atravésdelascualespodemosdivagar,mientrasun agradable escalofríonos recorre la espalda, ytoparnoscon todo tipodefantasmas.Aunque—talvezsea importante recalcarlo—engeneraléstosse reducenaunospocos tiposoclases,yaque,debidoa laescasaoriginalidad de los espectros, en su mayoría suelen deambular haciendo rondaspreviamente fijadas.Resulta habitual también que haya ciertas baldosas de las queseaimposibleborrarlasmanchasdesangrequequedaronentalocualhabitaciónodescansillo, y que datan de cuando cierto amo malvado, barón, caballero ogentilhombresesuicidóenaquelmismolugar.Unopuederasparyraspar,comohaceeldueñoactual, opulir ypulir, tal y como lohiciera supadre, o frotary frotar, aligual que hizo su abuelo, o intentar hacerlas desaparecer mediante la acción dediversosácidos,comohizoelbisabuelo,perolasangresiemprepermaneceráahí—nimás ni menos pálida—, siempre igual. También ocurre que en otras casasencontramos puertas encantadas, que jamás lograremos mantener abiertas muchotiempo;obien,unapuertaquenohaymaneradecerrar;obiencasasdondesuenaadeshoras el crujido hechizado de una rueca, o golpes demartillo, o pisadas, o unllanto,ounlamento,ounruidodecascosdecaballo,oelarrastrardecadenas.Talvez haya un reloj en su torre que al llegar la medianoche dé trece campanadascoincidiendoconlamuertedelcabezadefamilia.LlegóasucederqueunatalLadyMaryfuedevisitaaunacasadecampoenlas tierrasaltasescocesasy,sintiéndosefatigada por el largo viaje, se retiró pronto a dormir. Al día siguiente, durante eldesayuno,comentóinocentemente:

—¡Meresultóextrañísimoqueanochecelebraranunafiestaaunahoratantardíaenunlugartanremotocomoéste,yquenomehablarandeella!

Cuandotodoslepreguntaronquéqueríadecir,LadyMaryrespondió:—¡Puesquehahabidoalguienquesehapasado toda lanochedandovueltasy

másvueltasconsucarruajebajomiventana!Entonces,elpropietariodelacasasepusolívido,aligualquesuseñora.Porsu

parte, CharlesMacdoodle—de losMacdoodle de toda la vida— conminó a LadyMaryanodecirniunapalabramássobreelasunto,ytodoelmundoguardósilencio.

www.lectulandia.com-Página87

Despuésdeldesayuno,CharlesMacdoodlecontóaLadyMaryqueera tradiciónenaquella familiaqueaquelajetreodecarruajesenelpatiopresagiasealgunamuerte.Así quedó probado cuando, dosmesesmás tarde, falleció la dueña de lamansión.LadyMary, quien a la sazón formaba parte de las Damas de Honor de la Corte,contabaamenudoestahistoriaalaviejareinaCharlotte;yesporestoporloqueelviejoreysepasabaeldíadiciendo:

—¿Eh?¿Cómo?¿Fantasmas?¡Nimentarlos,nimentarlos!Ynodejabaderepetirlounayotravezhastaqueseretirabaadormir.Elamigodeunapersonaaquienlamayoríadenosotrosconocemos,cuandoera

todavíaunjovenestudiante,tuvounamigobastantepeculiarconelquehabíallegadoa un pacto de lomásmacabro: acordaron que si era cierto que el espíritu de unapersonaescapazdevolveraestemundotrashaberseseparadodelcuerpo,aqueldelosdosqueprimeromuriesehabríadeaparecersealotro.

Transcurrido un tiempo, a nuestro amigo se le había olvidado ya aquel trato;ambos jóveneshabíanprogresadoen lavidayhabían tomadocaminosdivergentes,muy alejados entre sí. Sin embargo, una noche, transcurridos muchos años,encontrándosenuestroamigoenelnortedeInglaterrayalojándosepor lanocheenunaposadajuntoa lospáramosdeYorkshire,sucedióquemirófueradesucamayallí,alaluzdelaluna,apoyadojuntoaunburópróximoalaventana,vioasuviejocolegadeestudiosobservándolefijamente.Sedirigiósolemnementealaaparición,yéstalerespondióenunaespeciedesusurro,aunquebastanteaudible:

—No te acerques a mí. Estoy muerto. Heme aquí para cumplir mi promesa.Vengodeotromundoperonopuedorevelarsussecretos.

Enesemomento,laapariciónpalideció,pareciófundirseconlaluzdelalunaysedesvaneció.

Cuentan también el caso de la hija del primer ocupante de una casa isabelina,bastantepintoresca,que sehizo relativamente famosaennuestrobarrio. ¿Hanoídoquizáshablardeella?¿No?Puesbien,siendounabellamuchachadediecisieteaños,dioensaliruna tardedeveranoduranteelcrepúsculoa recoger floresenel jardín.Pero,depronto,supadrelaviollegarcorriendoalapuertadelacasa.Estabaaterradaygritabacondesesperación:

—¡Ay,Diosmío,queridopadre,meheencontradoconmigomisma!Ellaabrazó,laconsolóyledijoquenosepreocupase;probablementehabríasido

víctimadealgúncaprichodesuimaginación.Ellaentoncesledijo:—¡Oh, no! Te juro que me encontré conmigo misma cuando caminaba por el

paseo. Estaba muy pálida recogiendo flores marchitas, y giraba la cabezasosteniéndolasenalto.

Aquellamismanoche,lamuchachamurió.Secomenzóapintaruncuadroconsuhistoria,sibiennuncafueterminado,ydicenque,aúnhoy,elcuadropermaneceen

www.lectulandia.com-Página88

algúnlugardelacasa,vueltodecaraalapared.El tíodemicuñadovolvíaacasaacaballo.Eraunatardeapacible,yyaestaba

anocheciendo.Derepente,enunaveredacercanaasupropiacasavioaunhombredepiefrenteaél,ocupandoelcentromismodeunestrechopaso.

—¿Por qué estará ese hombre de la capa ahí en medio? —pensó—. ¿Acasopretendequelepaseporencima?

Perolafiguranoseapartaba.Eltíodemicuñadotuvounaextrañasensaciónalverleallíenelsendero,taninmóvil.Sinembargoaflojóeltroteysiguiócabalgandoendirecciónaél.Cuandosehallótancercadelcaminantequecasipodíatocarloconsuestribo,elcaballoseasustóyentonceslafigurasedeslizóaloaltodeunterraplén,deunaformarara,poconatural(dehechoseescurrióhaciaatrássinaparentementeusarlospies),ydesapareció.Eltíodemicuñadodiounrespingo.

—¡SantoDios!¡PerosiesmiprimoHarry,eldeBombay!Espoleóalcaballo,quedeprontosudabaunabarbaridad,y,preguntándoseportan

extraño comportamiento, saliódisparadohacia la entradade su casa.Cuando llegóallívioalamismafigurapasandojuntoalalargadomiradorquehayfrentealasalade estar de la planta baja.Arrojó las bridas a su criado y se precipitó detrás de lafigura.Suhermanaestabaallísentada,sola.

—Alice,¿dóndeestámiprimoHarry?—¿TuprimoHarry,John?—Si.EldeBombay.Meloacabodeencontrarenelcaminoylohevistoentrar

aquíahoramismo.Nadiehabíavistonada,Perofueenaquellahoraexacta,comomástardesesupo,

cuandosuprimofallecíaenlaIndia.Hubociertaviejadamamuysensataque fallecióa losnoventaynueveaños,y

quemantuvo sus facultadeshastael final.Puesbien, estabuenamujerviocon suspropiosojosalfamosoNiñoHuérfano.Estaesunahistoriaqueconciertafrecuenciasehavenidocontandodemaneraincorrecta.Heaquíloqueocurrióenrealidad(pues,dehecho,setratadeunahistoriaqueocurrióennuestrapropiafamilia:laviejadamaeraunapariente lejana).Cuando tenía alrededorde cuarenta años, época en la queaúneraconocidaporsubellezapococomún(hayquedecirquesuamadomuriómuyjoven,razónporlacualellanuncasecasó,aunquerecibiónumerosasproposicionesal respecto), se trasladóconsuhermano,queeracomerciantedeartículos indios,aunacasaqueéstehabíacompradonohacíamuchoenKent.Corríalaleyendadequeaquellugarhabíasidounavezadministradoporeltutordeunniño.Aqueltutoreraelsegundo heredero de la propiedad, y mató al niño tratándole de manera severa ycruel.Ladamanosabíanadadeesto.Sedijoqueenlahabitacióndeellahabíaunajaulaenlaqueeltutorsolíaencerraralniño.Nuncahubotalcosa,dehecho.Allítansólohabíaunropero.Unanochesefueadormir.Alamañanasiguientecuandoentró

www.lectulandia.com-Página89

ladoncella,ellalepreguntócontodatranquilidad:—¿Quién era ese niño tan guapo y de aspecto tan melancólico que ha estado

asomándoseporelroperotodalanoche?Lamuchachaemitióunfuertechillidoyseesfumóalmomento.Ladamaquedó

sorprendida.Sinembargo,comoeraunamujerconunanotablefortalezamental,sevistióellamisma,bajóalpisoinferiorysereunióconsuhermano.

—Bien, Walter —dijo—, he de confesarte que no he podido pegar ojo. Unaespeciedeniñodeaspectomelancólico,bastanteguapo,haestadoimportunándometoda lanochey saliendoporelvestidordemicuarto, cuyapuerta, eso te lopuedoasegurar,nohayalmahumanaquepuedaabrir.¿Quéclasedetrucoeséste?

—Metemoquenoesningúntruco,Charlotte—respondióél—.Eseniñoformapartedelaleyendadeestacasa.EselNiñoHuérfano.¿Quéesloquedicesquehizoanoche?

—Abría lapuerta sigilosamente—dijoella—,y seasomaba.Avecesavanzabaunpasoodosdentrodeldormitorio.Entoncesyolellamabaanimándoleapasar,yélseencogíaconunestremecimientoysedeslizabadentrodelvestidordenuevo,traslocualcerrabalapuerta.

—Ese gabinete no comunica con ningún otro lugar de la casa, Charlotte. Estáclausurado—dijosuhermano.

Estoeraverdad.Hicieronfaltadoscarpinterostrabajandotodaunamañanaparaconseguir abrir el vestidorypoder así examinarlo.Enaquelmomento,miparienteestababastantecontentadehabertrabadorelaciónconelcélebreNiñoHuérfano.Apesardeello,lapartemásterribledelahistoriaesque,posteriormente,tambiénseríaavistadosucesivamenteportresdeloshijosdesuhermano,queacabaronmuriendojóvenes. De vez en cuando alguno de los niños caía enfermo. Y, curiosamente,siempreeradocehorasdespuésdevolveracasaacaloradodiciendo,vayaporDios,quehabíaestado jugandobajocierto robleenciertapraderaconunextrañoniño…Unniñoguapoydeaspectomelancólico,queeramuycalladoylehacíaseñasparaquelesiguiera.Delafatalexperiencia,lospadresdedujeronquesetratabadelNiñoHuérfano y que el destino de los niños quedaba inexorablementemarcado por eseencuentro.

www.lectulandia.com-Página90

CUATROHISTORIASDEFANTASMAS

Laprimerahistoria

Haceunospocos años, un reconocido artista inglés recibió el encargoporparte deuna tal Lady F** de pintar un retrato de sumarido. Se acordó que el encargo serealizaríaenlamansióndeF**Hall,enelcampo,puesloscompromisosdelpintoreran demasiados como para permitirle dar comienzo a un nuevo trabajo hasta quehubieseterminadolatemporadaenLondres.

Comoquiera que él se hallase en términos de estrecha amistad con suspatrocinadores,elarreglofuesatisfactorioparatodaslaspartes,yel13deseptiembreelartistapartióconbuenánimopararealizarsuencargo.

Tomó,pues,eltrencondestinoalaestaciónmáspróximaaF**Hall,ycuandoentróensuvagónsediocuentadequeviajaríasolo.Encualquiercaso,susoledadnosevioprolongadamuchotiempo.EnlaprimeraparadadespuésdeLondres,subióalvagón una joven dama que se sentó en la esquina opuesta a él. Tenía un aspectodelicado,conunasorprendentemezcladedulzuraydetristezaensusemblante,algoqueunhombreobservadory sensible comoélnopodíapasarpor alto.Duranteunrato ninguno de los dos abrió la boca. Sin embargo, una vez fue avanzando elrecorrido,elcaballerosedecidióadeslizarloshabitualescomentariosquesesuelenhacer en tales circunstancias, acerca del tiempo o del paisaje; así, una vez roto elhielo,finalmenteentraronenconversación.Hablarondepintura,cómono.Elartistasehallababastantesorprendidoporlosconocimientosqueellaparecíatenersobresuobraysobreélmismo.Estababastanteseguro,sinembargo,denohabervistonuncaantesaaquellamujer.Susorpresanodisminuyóenabsolutocuando,depronto,ellalepreguntósiseríacapazdepintar,dememoria,el retratodeunapersonaa laquesólohubiesevistounavez, o a lo sumodos.El dudabaqué responder cuando ellaañadió:

—¿Creeusted,porejemplo,quepodríapintarmedememoria?El replicóquenoestaba segurodel todo, aunquequizáspodríahacerlo si se lo

proponía.—Bien —dijo ella—, pues fíjese en mí. Tal vez así se haga una idea de mi

aspecto.Elatendióaquellaextrañapeticiónyellaentoncespreguntóconimpaciencia:—Ybien,¿creequeseríacapazdehacerlo?—Creoquesí—respondióél—,aunquenopodríaasegurarlo.Enesemomentoel trensedetuvo.La jovense levantódesuasiento,sonrióde

formaenigmáticaalpintorysedespidiódeél,añadiendomientrassalíadelvagón:—Esperoquevolvamosaencontrarnospronto.

www.lectulandia.com-Página91

El tren partió traqueteando, y Mr H** —el artista— quedó sumido en susreflexiones.

LlegóasudestinoalahoraprevistaycomprobóqueelcarruajedeLadyF**yaestaba allí para recogerle.Tras un agradable recorrido, llegó a su lugar de destino,sitoenunodeloscondadosaledañosaLondres,yfuedepositadofrentealapuertaprincipalde lacasa,endondesusanfitriones leaguardabanpara recibirle.Unavezintercambiadoslosamablessaludosderigor,elpintorfueconducidoasuhabitación,puesestabayapróximalahoradelacena.

Tras completar su aseo, bajó a la sala de estar. Mr H** quedó gratamentesorprendidoalver,sentadaenunabutacaotomana,asujovencompañeradetrayectoen el vagón del tren. Ella le saludó con una sonrisa y él la correspondió con unainclinacióndereconocimiento.Sesentaronjuntosdurantelacena,yellasedirigióaélendosotresocasiones,interviniendoenlaconversacióngeneral,sintiéndoseasusanchas.MrH**no tuvodudaalgunadeque se tratabadeunaamiga íntimade suanfitriona.Laveladatranscurriódelaformamásagradable.Laconversacióngiróentornoalasbellasartesengeneraly,duranteunrato,sobrelapinturaenparticular.Susanfitriones suplicaron aMrH**que lesmostrase alguno de los bocetos que habíatraídoconsigodesdeLondres.Elartista lossacóalmomento,y la jovenmostróundespiertointerésporellos.

Ya era tarde cuando la reunión se disolvió y sus miembros se retiraron a susrespectivosaposentos.

Al día siguiente, temprano, Mr H** se vio tentado por la soleada mañana aabandonarsudormitorioydarunpaseoporlosjardines.Lasaladeestardabahaciaeljardín;preguntóauncriadoquesehallabaocupadoorganizandoelmobiliariosilajovendamayahabíabajado.

—¿Quédama,señor?—preguntósorprendidoelhombre.—Lajovenquecenóaquíanoche.—Ninguna joven cenó aquí anoche, señor —respondió el hombre mirándole

fijamente.Elpintornoañadiónadamás,pensandoparasíqueelcriadodebíadeserbastante

estúpidoobienquedebíadetenermuymalamemoria.Portanto, trasabandonarellugar,seadentrópaseandoeneljardín.

De regreso a la casa se topó con su anfitrión, con el que intercambió lasacostumbradassalutacionesmatutinas.

—¿Sehamarchadosurubiayjovenamiga?—apuntóelartista.—¿Quéjovenamiga?—inquirióeldueñodelcaserón.—Esajovenquecenóaquíanocheconnosotros—respondióMrH**.—No logro adivinar a quién se refiere —replicó el caballero, bastante

sorprendido.

www.lectulandia.com-Página92

—¿Nohubounajovendamaquecenóypasólaveladaaquíayerconnosotros?—insistióMrH**,desconcertado.

—Puesno—respondiósuanfitrión—.Desdeluegoqueno.Alamesanohabíanadiemásqueusted,miesposayyomismo.

Después de aquello, no volvió a tratarse el asunto, si bien nuestro artista seresistíaacreerquesetratabadealgunailusión.Sitodoaquellohabíasidounsueño,ciertamenteconstabadedospartes.Estabatansegurodequeaquelladamahabíasidosu acompañante en el vagón, comode que había estado sentada junto a él durantetodalacena.Encualquiercaso,todosenlamansión,salvoél,parecíandesconocersuexistencia.

FinalizóelretratoquelehabíasidoencargadoyvolviódenuevoaLondres.Durantedosañoscontinuóconsutrabajo,esforzándoseyacrecentandoconello

sureputación.Noobstante,durante todoaquel tiempo,noolvidóniunasoladelasfacciones de su pálida compañera de viaje. No contaba con pista alguna que leayudaseadesvelarsuorigen,osiquierasuidentidad.Pensabaamenudoenella,perono le habló a nadie del asunto. Había algún misterio en aquello que le imponíaguardarsilencio.Setratabadealgoextraño,disparatado,totalmenteinenarrable.

YocurrióqueMrH**acudióaCanterburypornegocios.Unviejoamigosuyo—aquienllamaremosMrWylde—residíaenaquellaciudad.EstandoMrH**deseosodeverle,ypuestoquecontabaconescasashorasparasuvisita,leescribióunanotatanprontocomollegóalhotel,rogandoaMrWyldequesereunieseallíconél.Alahora fijada, se abrió la puerta de su habitación y le fue anunciada la visita deMrWylde.Cuandolovio,alartistaleresultóuncompletodesconocido,yelencuentroentreambosfueuntantoembarazoso.Dabalaimpresión,segúnloexpuesto,dequesu amigo había dejado Canterbury hacía algún tiempo, y de que el caballero queahora se encontraba cara a cara frente a él era otro Mr Wylde, a quien habíanentregadolanotadestinadaparaelausente,yquehabíaacudidoa lacitapensandoquesetratabadealgúnasuntodenegocios.

La frialdad de la sorpresa inicial se disipó y los dos caballeros entablaron unaconversaciónalgomáscordial,puestoqueMrH**mencionósunombreyéstenoeradeltododesconocidoparasuvisitante.Trashaberconversadoduranteunbrevelapso,MrWyldepreguntóalartistasialgunavezhabíapintado,osiseríacapazdehacerlo,unretratobasadoenunameradescripción.MrH**respondióquenuncahabíahechotalcosa.

—Lehagoestaextrañapregunta—dijoMrWylde—porque,haráunosdosaños,perdí ami querida hija.Era hija única y yo la quería de todo corazón. Su pérdidasupuso un gran sufrimiento para mí, y lamento profundamente no tener ningúnrecuerdosuyo.Ustedesunhombredeprobadogenio.Sipudiesepintarmeunretratodeminiñita,leestaríadelomásagradecido.

www.lectulandia.com-Página93

Entonces,MrWyldedescribiólosrasgosyelaspectodesuhija,yelcolordesusojosydesucabello,e intentódarleunaideadelaexpresióndesurostro.MrH**,escuchandoatentamenteycompadeciéndosedesudolor,realizóunapunte.Noteníaniideadesuapariencia,aunqueteníalaesperanzadequeelafligidopadrelotuvieseencuenta,peroéstesacudiólacabezaalverelboceto,ydijo:

—No,noseleparecenada.Elartistavolvióaintentarloydenuevofracasó.Losrasgosestabanbien,perola

expresiónnoeralasuya,yelpadredesistió,agradeciendoaMrH**susesfuerzos,aunquedesesperandode cualquier resultadopositivo.Súbitamente, unpensamientosacudióalpintor;tomóotrahojadepapel,hizounrápidoyvigorosobosquejoyseloalargóasuacompañante.Almomentolacaradelpadreseiluminóconunabrillantemiradadereconocimiento,altiempoqueexclamaba:

—¡Es ella! ¡Es seguroquedebede haber visto usted ami hija, o jamáshabríapodidoalcanzarunparecidotanasombroso!

—¿Cuándofalleciósuhija?—preguntóelpintor,presadelaagitación.—Hará dos años, el 13 de septiembre. Murió al atardecer, tras una breve

enfermedad.MrH**consideróelasunto,peronohizomenciónalgunadesuscavilaciones.La

imagendeaquelpálidorostrosehabíagrabadoprofundamenteensumemoria;ahorase cumplían las extrañas y proféticas palabras que ella había pronunciado tantotiempoantes.

Unas pocas semanas después, habiendo terminado un bello retrato de cuerpoenterodeladama,seloenvióasupadre,ytodoscuantoslovierondeclararonqueelparecidoeraexacto.

Lasegundahistoria

Entre las amistades demi familia se contaba una joven dama suiza quien, con tansólounhermano, sequedóhuérfanadurante su infancia.Ellay suhermano fueroncriados por una tía; y los niños, que tuvieron que apoyarsemutuamente, crecieronmuyunidosentresí.Alaedaddeveintidósaños,elhermanosevioobligadoapartirhacialaIndia,yvioqueseacercabaelterribledíaenquehabríadesepararsedelajoven.No es necesario describir aquí la agonía por la que pasan las personas bajotalescircunstancias,perolaformaquebuscaronestosdoshermanosparamitigar laangustiadesuseparaciónfuedeltodosingular.Acordaronquesicualquieradeellosfallecíaantesdelregresodel joven,elquehubieramuertohabríadeaparecérselealotro.

El joven partió y, entretanto, su hermana se casó con un caballero escocés,abandonósucasa,pasandoaser laalegríay la inspiracióndelhogardesumarido.

www.lectulandia.com-Página94

Resultóserunaesposadevota,quenuncaolvidóasuhermano.Solíanintercambiarcorrespondenciaconciertaregularidad,ylosdíasenqueellarecibíacartasdesdelaIndiaeranlosmásfelicesdelaño.

Unfríodíadeinvierno,transcurridosdosotresañosdesdesumatrimonio,estabaellasentadahaciendosuslaboresjuntoaunanimadofuegoensupropiodormitorio,situadoenlaplantasuperiordelacasa.Sehallabamuyatareadacuandounextrañoimpulso la hizo levantar la cabeza ymirar a su alrededor.La puerta se encontrabaligeramenteabiertay,juntoalagrancamaantigua,habíaunafiguraque,enunrápidovistazo,ellareconociócomoladesuhermano.Conungritodeemociónsepusoenpieycorrióhaciaélexclamando:

—¡Oh,Henry!¿Cómohaspodidodarmeestasorpresa?¡Nomedijistequeibasavenir!

Peroélhizoungestoconlamano,tristemente,comoprohibiéndolaacercarse,yellaseparóenseco.Élseleacercóunospasosydijoconunavozsuaveyprofunda:

—¿Recuerdasnuestropacto?Hevenidoparacumplirlo.Yacercándosemása ella la tomópor lamuñeca.Sumanoestaba fría comoel

hielo,ysu tactoprovocóenellaunescalofrío.Suhermanosonrió,conunasonrisaapagada y triste; hizo un gesto de despedida con la mano, dio media vuelta yabandonólahabitación.

Cuandoella sehubo recuperadodeun largodesvanecimiento, sedio cuentadequeensumuñecahabíaunamarca;yanodesapareceríanunca.ElsiguientecorreoquellegódelaIndiatraíaundespachoenelqueseleinformabadelfallecimientodesu hermano; había sido aquelmismo día y a lamisma hora en que él se la habíaaparecidoeneldormitorio.

Latercerahistoria

AorillasdelasaguasdelestuariodelForthvivía,haceyamuchosaños,unafamiliade antigua raigambre en el reino de Fife. Se trataba de unos jacobitas, francos yhospitalarios. La familia estaba formada por el hacendado o terrateniente —unhombredeedadavanzada—,suesposa, treshijosvaronesycuatrohijas.Loshijosfueronenviadosavermundo,aunquenoaprestarserviciosalafamiliareinante.Lashijas eran todas jóvenes y estaban solteras. La mayor de ellas y la más joven sehallaban estrechamente unidas entre sí. Compartían el dormitorio y el lecho, y nohabía secretos entre ambas. Sucedió que entre aquellos que visitaban la viejamansión, llegó un joven oficial de lamarina, cuyo bergantín de guerra recalaba amenudoenlasbahíascercanas.Fuebienacogido,yflorecióentreélylamayordelashermanasuntiernoidilio.

Las perspectivas de aquel enlace no complacían a la madre en absoluto y, sin

www.lectulandia.com-Página95

siquiera explicarles los motivos, los amantes fueron conminados a separarse. Elargumento esgrimido fue que en aquel momento no podían permitirseeconómicamentecontraermatrimonio,yquedebíanesperaraque llegasenmejorestiempos. Aquélla era la época en que la autoridad de los padres—sobre todo enEscocia—equivalíapocomenosqueaundecretodeldestino,ylajovensintióquenole quedaba nada por hacer salvo despedirse de su amado. El, sin embargo, no seresignó.Eraunhombregallardoybienintencionado,asíque,acogiéndosealapalabradelamadre,tomóladeterminacióndehacerloimposibleparaaumentarsufortuna.

Enaquel tiempo tenía lugarunaguerracontraalgunapotenciadelnorte—creoque era Prusia—, y el amante, que contaba con las simpatías del almirantazgo,solicitóserenviadoalBáltico.Sudeseoseviocumplido.Nadieseopusoaquelosjóvenes pudieran despedirse; así, lleno él de esperanzas y desalentada ella, sesepararon.Convinieronescribirse tanprontocomo les fueraposible.Dosvecesporsemana—losdíasenquellegabaelcorreoalpueblovecino—lahermanamásjovenmontabaen suponye ibaalpuebloenbuscade lascartas.Cadacartaque llegabaprovocabaenellaunasensacióndegozocontenido.Muyamenudo,lashermanassesentaban juntoa laventanaparaescucharel rugidodelmarentre las rocasduranteunaveladaenteradelcrudo invierno,esperanzadasy rezandoporquecada luzquebrillaba en lontananza fuese la señal luminosa colgada delmástil del bergantín delamado acercándose. Pasaronmuchas semanas en las que sus esperanzas se vieronpostergadasy,depronto,seprodujounatreguaenlacorrespondencia.Conelpasodelosdías,elcorreodejódetraercartasdesdeelBáltico,ylaagoníadelashermanas,sobretododelaquesehabíaprometido,setomócasiinsoportable.

Comoya hemencionado, ambas dormían en lamismahabitación y su ventanaestabaorientadaa lasaguasdelestuario.Unanoche, lahermanamenorsedespertódebido a los fuertes lamentos de la hermanamayor.Habían llevado una vela a suhabitación para así poder ver, y la habían colocado en el alféizar de la ventana,pensando(pobrecillas)queserviríacomofaroalbergantín.Enelcandordelavela,lapequeñaviocómosuhermanaserevolvíaenunmolestosueño.Trashaberdudadounosinstantes,tomóladecisióndedespertaraladurmiente,que,dejandoescaparunchillidoysujetándoseelpelohaciaatrásconlasmanos,exclamaba:

—¿Quéhashecho?¿Quéesloquehashecho?Suhermanatratódeserenarlaylepreguntóconsuavidadsialgoleasustaba.—¿Asustada?—respondió,aúnmuyexcitada—.¡No!¡Perolehevisto!Entrópor

esapuertayseacercóhastalospiesdelacama.Parecíamuypálidoysupeloestabamojado.Estabaapuntodehablarmecuandotúleahuyentaste.¡Oh!¿Quéhashecho?¿Quéhashecho?

Noesqueyocreaqueelfantasmadesuamadoseleapareciórealmente,peroelhecho es que el siguiente correo que llegó desde el Báltico informaba de que el

www.lectulandia.com-Página96

bergantín,contodossustripulantesabordo,sehabíaidoapiqueduranteunagalerna.

Lacuartahistoria

CuandomimadreeraunaniñitadeochoonueveañosyvivíaenSuiza,elcondeR**deHolsteinsetrasladó,porcausadesusalud,alaciudaddeVevey,endondetomóunacasaconlaintencióndepermanecerallídurantedosotresaños.Enseguidatrabóconocimientoconmisabuelosmaternos,ydicharelacióndesembocóenunaamistad.Sereuníanconstantementeycadavezteníanmayorafinidadentresí.Conociendolasintenciones del conde, en lo que a su estancia en Suiza se refería, mi abuela sesorprendió mucho cuando una mañana recibió de él una breve nota en la que leinformaba de que, demodo urgente, se veía obligado a regresar aAlemania aquelmismodíaporunosinesperadosasuntos.Enlamisivaañadíaquesentíamuchotenerquepartir,aunquedebíahacerlo;yterminabadeseándoletodaclasedeparabienes,yesperandoquetuviesenocasióndereencontrarsealgúndía.MarchódeVeveyaquellatardeynadamássesupodeélnidesusmisteriososasuntos.

Transcurridos unos pocos años desde su partida,mi abuela y uno de sus hijosfueronaHamburgoapasarunatemporada.LlegóaoídosdelcondeR**lanoticiay,teniendodeseosdeverles,lesinvitóasucastillodeBreitenburg,dondesequedaronduranteunosdías.Se tratabadeunparajebelloyagreste,yelcastillo,unaenormemole,erauna reliquiade los tiempos feudales.Comoocurrecon lamayoríade losvetustos lugares de esa clase, se decía que estaba hechizado. Desconociendo lahistoriaenlaquesebasabantaleshabladurías,mimadreincitóalcondeaqueselarelatase.Trasalgunasdudasyreparos,elancianoconsintióenello.

—Existe una habitación en esta casa—comenzó— en la que nunca nadie hapodidodormir.Seescuchanconstantementeruidoscuyaprocedenciaesdesconocidayquesuenancomoun incesantemovimientoychirridodemuebles.Hicevaciar lahabitación,hiceretirarelantiguosueloymandécolocarunonuevo,perolosruidosno desaparecieron. Al final, desesperado, la hice tapiar. Esta es la historia de esecuarto.

Hacíaunossigloshabíamoradoenaquelcastillounacondesacuyacaridadhacialospobresycuyagentilezahaciatodoelmundonoteníanparangón.Portodaspartessela conocía como«laBuenaCondesaR**»y todos la apreciaban.Lahabitaciónencuestiónerasualcoba.Unanocheladespertóunavozqueoyójuntoaellay,cuandomirófueradelacama,vio,aladébilluzdesulámpara,aunhombrecillodiminuto,comodeunpiedealtura, juntoasu lecho.Ellaestabadel todosorprendidayél lehablódiciendo:

www.lectulandia.com-Página97

—BuenaCondesadeR**,vengoapedirlequesealamadrinademihijo.¿Aceptausted?

Ellaasintióyél ledijoquevolveríaabuscarlaalcabodeunospocosdíasparaasistiralbautizo;conesaspalabraselhombrecilloseevaporódelahabitación.

A lamañana siguiente, reflexionando sobre los incidentes de aquella noche, lacondesallegóalaconclusióndequetodoeraproductodeunextrañosueñoynolediomás vueltas. Sin embargo, pasados quince días, cuando ya había olvidado porcompletoelsueño,fuedenuevodespertadaalamismahorayporelmismopequeñoindividuo,quiendijoquevenía a reclamar el cumplimientode supromesa.Ella selevantó, se vistió y siguió a su diminuto guía escaleras abajo por el castillo.En elcentro del patio de armas había —y aún sigue habiendo— un pozo de brocalcuadrado,muyprofundoyqueseextendíalejos,pordebajodeledificio,hastaquiénsabe dónde. Habiendo llegado junto al pozo, el hombrecillo vendó los ojos a lacondesay,ordenándolequenotuviesetemoryquelesiguiese,descendieronporunospeldañosdesconocidos.Estasituacióneranuevayextrañaparalacondesa,ysesintióincómoda, pero decidió que, a pesar de cualquier riesgo que pudiera correr, unapromesaeraunapromesa,yquellevaríaaquellaaventurahastaelfinal.

Llegaronasíhastael fondodelpozo,ycuandosuguía le retiró lavendade losojos,lacondesaseencontróenunahabitaciónllenadepersonastanpequeñascomoelhombrecillo.Elbautizotuvolugar,ylacondesaejerciódemadrina.Alconcluirlaceremonia,cuandoladamaestabaapuntodedespedirse,lamadredelbebécogióunpuñadodeastillasdeunrincónylasmetióenelmandildesuvisitante.

—Hasidoustedmuyamableamadrinandoamihijo,buenaCondesadeR**—ledijo—, y su generosidad no quedará sin recompensa. Cuando se levante ustedmañana,estasastillasquelehedadosehabrántransformadoenmetal.Conéldebeusted hacer fundir inmediatamente dos peces y treinta silberlingen—una monedaalemana—.Cuandolostengatallados,cuídelosconesmero,pues,duranteeltiempoque permanezcan en su familia, todo será prosperidad; pero si alguno de ellos sepierdealgunavez,padeceránmiseriassincuento.

Lacondesaseloagradecióylesdeseóatodoslomejor.Trascubrirledenuevolosojosconlavenda,elhombrecillolacondujosanaysalvafueradelpozo,yasupropiopatio,endondeleretiróelvendaje.Nuncamásvolvióaverle.

Al día siguiente, cuando la condesadespertó, se sintió confusa.Leparecióquetodoloquehabíapasadoaquellanochehabíaformadopartedealgúnextraordinariosueño. Mientras estaba en su toilette, recapacitó detalladamente sobre todo losucedido, y se descubrió devanándose los sesos mientras le buscaba algunaexplicación. Se encontraba en estas tribulaciones cuando pasó la mano sobre sumandilysesorprendióalnotarqueestabaanudado;cuandolodesató,encontróentrelosplieguesunmontóndeastillasdemetal.¿Cómohabríanllegadohastaallí?¿Había

www.lectulandia.com-Página98

sidoelsueñoreal?¿Acasonohabíasoñadoconelhombrecilloyelbautizo?Duranteeldesayunosedecidióacontarlahistoriaalosdemásmiembrosdelafamilia.Todosestuvierondeacuerdoenque,significaseloquesignificaseaquelobsequio,nodebíandespreciarlo. Por lo tanto, convinieron que debían fabricarse los dos peces y lasmonedas, y que habrían de ser cuidadosamente custodiados entre las reliquiasfamiliares.EltiempotranscurrióytodoempezóaprosperarenlacasadelosR**.ElreydeDinamarcalescolmódehonoresyprivilegios,ylesadjudicólaadministraciónde laAltaTesorería de suHacienda.Ydurante los siguientes años todo les fue demaravilla.

De repente, para consternación de la familia, uno de los peces desapareció. Sellevaronacaboarduosydenodadosesfuerzospordarconsuparadero,envano.Y,justodesdeaquelmomento,todoempezóairdemalenpeor.Elconde,queaúnvivía,teníadoshijosvarones;mientrascazaban juntosunomatóalotro.Sedesconoce sifue demanera accidental o no, pero siendo ambos jóvenes bastante conocidos porenzarzarseencontinuasdisputas,ladudaempezóaplanearsobreelasunto.Aquélfueelcomienzodeunaépocacolmadadedesgracias.Cuandolosucedidollegóaoídosdelrey,pensóquesehacíanecesariodespojaralcondedelcargoqueostentaba.Sesucedieron otros muchos infortunios. La familia cayó en descrédito. Sus tierrasfueronvendidasodecomisadasporlacoronahastaquenolesquedómásqueelviejocastillodeBreitenburgylosangostosdominiosquelocircundaban.Estedeterioroseprolongódurantedosotresgeneraciones.Además,pararemate,enlafamilianofaltónuncaalgúnmiembrotrastornado.

—Y aquí —continuó el conde—, viene la parte más extraña. Yo nunca pusedemasiadafeenestaspequeñasreliquiasmisteriosas,yasíhabríacontinuadodenoser por la concurrencia de ciertas circunstancias extraordinarias. ¿Recuerdan miestanciaenSuizay lo repentinode su final?Puesbien,ocurrióque, justoantesdesalir de Holstein, había recibido una curiosa carta. Su remitente, un caballeronoruego,me contaba en la carta que se hallabamuy enfermo, pero que no queríamarcharsealotromundosinantesvermeyhablarconmigo.Penséqueaquelhombredeliraba,puesnuncaanteshabíaoídohablardeél.Consideréquenoeraposiblequetuviésemosasuntoalgunoquetratar.Portanto,desdeñélacartaynovolvíapensarenelladuranteuntiempo.

De cualquier manera, mi remitente no parecía darse por satisfecho, y prontovolvió a escribirme. Mi secretario, quien durante mi ausencia atendía lacorrespondencia, lehizosaberquemeencontrabaenSuizapormotivosdesalud,yquesiteníaalgoquecomunicarmeseríamejorquelohicieseporescrito,puestoqueamímeseríaimposibledesplazarmehastaNoruega.

Tampocoestosatisfizoalcaballero,que insistióconuna terceracartaen laque

www.lectulandia.com-Página99

meimplorabaquefueseaverleyenlaquedeclarabaqueloqueteníaquedecirmeeradecapitalimportanciaparaambos.Misecretariosesintiótanimpresionadoporelterminante tono de la carta que me la hizo llegar junto con su consejo de nodesestimaraquellasúplica.EstafuelacausademirepentinapartidadeVevey;nuncamealegrarélosuficientedenohaberpersistidoenmirechazo.

Siguióunlargoypenosoviajeportierrasnórdicas.Enmásdeunaocasiónmeviseriamente tentadopor laposibilidaddeabandonar,peroalgúnextraño impulsomellevaba en volandas hacia mi destino. Me vi obligado a atravesar buena parte deNoruega; con frecuencia pasé jornadas completas cabalgando a solas, cruzandopáramos salvajes, cenagales inundados de brezos, atravesando riscos, montañas yparajes desolados, y contemplando, siempre a mi izquierda, la costa rocosa,desgarradaporelvientoyazotadaporeloleaje.

Finalmente,despuésdeinnumerablesfatigasypenalidades,lleguéalpuebloquemencionaba la carta, en la costa norte deNoruega. El castillo del caballero—unagran torre circular— estaba edificado sobre una pequeña isla alejada de la costa ycomunicadaportierramedianteunaestrechapasarela.Arribéallíaaltashorasdelanoche,ydeboadmitirque sentí algunos recelosmientras cruzabaelpuentebajoelresplandorindecisodeunfarolilloymientrasoíaelembatedelasaguasoscuraspordebajo demis pies. Un individuome abrió la verja y volvió a cerrarla tan prontocomoestuvedentro.Sehicieroncargodemicaballoyfuiconducidoalosaposentosdelcaballero.Setratabadeunpequeñohabitáculocircular,escasamenteamueblado,casienlomásaltodelatorre.Allí,sobreunacama,yacíaunancianocaballero,queparecíahallarsealbordemismodelamuerte.Cuandoentrétratódeincorporarse,yentoncesmelanzótalmiradadealivioygratitudquesugestomecompensóportodaslaspenuriasquehabíaexperimentado.

—No puedo agradecerle suficientemente, Conde de R**, el que haya podidoatenderamipetición—dijoél—.Simehubieseencontradoendisposicióndeviajarlehabríavisitadoyomismo,peroesoeraya imposible,y lociertoesquenopodíadejarestemundosinanteshablarconustedenpersona.Serébreve,aunqueloquehededecirleesdevitalimportancia.¿Reconoceesto?

Y sacó de debajo de su almohada mi pez, largamente extraviado. Yo, porsupuesto,loreconocíalinstante;élcontinuó:

—No sé cuánto tiempo llevaba esto en mi casa, ni tuve noción alguna de suprocedencia hasta que, recientemente, supe a quién pertenecía legítimamente. Nollegó hasta aquí enmis tiempos, ni tampoco en los demi padre, y es unmisterioquiénnos lo trajo.Cuando caí enfermoymi recuperación se anunciaba imposible,unanocheescuchéunavozquemedecíaquenodebíamorir sinhaberle restituidoanteselpezalCondedeR**,deBreitenburg.Yonoleconocíaausted,nitampocohabíaoídohablarjamásdenadiedesufamilia,asíquealprincipiohicecasoomiso

www.lectulandia.com-Página100

de aquella voz. Sin embargo, siguió acuciándome, cada noche, hasta que,desesperado, tomé la determinación de escribirle. Entonces la voz paró. Llegó surespuestayvolvíaoírlaadvertenciadequenodebíamorirhastaqueustedllegase.Por fin supe que vendría, y no tengo palabras para agradecerle tanta amabilidad.Estoysegurodequenopodríahabermuertoenpazsinantesverle.

Elancianomurióesamismanoche,yoasistíasuentierroyregresédespuésacasaconmitesororeciénrecuperado.Fuerestituidopuntualmenteasulugar.Esemismoaño,mihermanomayor,aquienconoceránporhabersidoduranteañoshuéspeddeun sanatoriomental, falleció y yo pasé a ser el propietario de este castillo. El añopasado recibí, para mi grata sorpresa, una amable misiva del rey de Dinamarcarestituyéndomeelpuestoqueocuparanmisantepasados.Enelpresenteañosemehanombradoadministradordesuhijomayor,yelreymehadevueltobuenapartedelaspropiedadesconfiscadasamifamilia.AsíqueelsoldelaprosperidadparecebrillarunavezmássobrelacasadeBreitenburg.Nohacemucho,enviéunadelasmonedasaParísyotra aVienaconel findeque fuesenanalizadaspara saberdequémetalestáncompuestas,peronadiehasidocapazdedarmeunarespuestasatisfactoriasobreesteasunto.

DeestemodoelCondedeR**terminósurelato,despuésde locual llevóasuimpacienteinterlocutoraallugardondeseatesorabanaquellosobjetospreciososyselosmostró.

www.lectulandia.com-Página101

PÁLPITOSCONFIRMADOS

El autor, quien está a punto de relatar tres experiencias fantasmales propias en elpresenteartículoverídico,consideraesencialaclararquehastaelmomentoenquesevioafectadoporéstas,nuncahabíacreídoentoquesniengolpecitosmisteriosos.Sustópicasnocionessobreelmundoespirituallehacíanconsiderarasushabitantescomoseres avanzadosmás allá de la supremacía intelectual de lugares comoPeckhamoNuevaYork;yledabalaimpresión,considerandolamuchaignorancia,presunciónylocura que se dan en este mundo, de que era del todo innecesario acudir a seresinmaterialesparacomplaceralahumanidadconhechizosburdosysupercheríasaúnpeores;dehecho,supresunciónseenfrentabademodofrontala laconstatacióndequeaquellasrespetadasvisionessuelentomarselamolestiadeveniraestemundosinmáspropósito que el de comportarse delmismomodoque esos idiotas que suelensentirse felices pasándose de la raya. Este era, a grosso modo y dichodescarnadamente,elestadomentaldelautorhastahacebienpoco:enconcretohastaelpasadoveintiséisdediciembre.Enaquellamemorablemañana,doshorasdespuésdequeamaneciera—esdecir,a lasdiezmenosveintesegúnel relojdelautor(queactualmentepuedeverseenlaeditorialquepublicaestarevista)yquequedaráaquíidentificadocomounsemi-cronómetrodelacasaBautte,deGinebra,connúmerodeserie67709—,puesbien,enaquellamemorablemañana,digo,doshorasdespuésdequeamaneciera,habiéndoseincorporadoelautorensucamaconunamanopegadaalafrente,sintióclaramentediecisietefuertespalpitacionesolatidosenaquellaregióndesucabeza.Veníanacompañadasdeunciertodolorenlazonaydeunasensacióngeneral que no difería mucho de la que normalmente acompaña a los trastornosvesiculares.Cediendoaunimpulsosúbito,sepreguntó:«¿Quédiablosseráloquemepasa?».

Larespuestaquellegóalmomento(enformadelatidosopalpitacionessobresufrente)fue:«Ayer».

El que esto escribe, dándose cuenta de que no estaba despierto aún del todo,preguntó:«¿Yquédíafueayer?».

Respuesta:«EldíadeNavidad».Elautor,queyaseencontrabaalgomásdespejado,volvióapreguntar:«¿Quién

tratadecomunicarseconmigo?».Respuesta:«Clarkins».Pregunta:«¿ElseñorolaseñoraClarkins?».Respuesta:«Ambos».Pregunta:«Porseñor,¿quéentiende?¿EljovenClarkinsoelviejoClarkins?».Respuesta:«Ambos».Puesbien,dabalacasualidaddequeelautorhabíacenadolanocheanteriorcon

www.lectulandia.com-Página102

su amigo Clarkins—de quien pueden pedirse puntuales referencias en el BoletínOficial de la Prensa—, y durante aquella cena se había debatido el tema de losespíritusbajodiversasópticasyperspectivas.Elautor también recordabaque tantoClarkins Sénior como Clarkins Júnior habían participado muy activamente en ladiscusión, e incluso terminaron por imponérsela a sus acompañantes. También laseñora Clarkins se sumó animadamente al debate, e hizo la observación (cuandomenos«alegre»siesquenofueabiertamente«extravagante»)dequeaquelloocurría«sólounavezalaño».

Convencido, por aquellas señales, de que el golpeteo era de cariz espiritual, elautorprocediócomosigue:«¿Quiénesusted?».

Los golpecitos en la frente se habían reanudado, aunque de manera másincoherente.Duranteunciertotiempofueimposibleentenderloquedecían.Trasunapausa,elautor—apoyandosucabezaenlaalmohada—repitiólapreguntaconunavozsolemneacompañadaporungemido:

«¿Quiénesusted?».Comorespuesta,recibiódenuevounaseriecompletadegolpeteosincoherentes.Entonces, volvió a preguntar con la misma solemnidad de antes y con otro

gemido:«¿Cómosellama?».Larespuestalellegóbajolaformadeunsonidoqueseasemejabaconmeridiana

exactitud a un fuerte hipido. Más tarde se supo que aquella voz espiritual fueclaramente escuchada porAlexander Pumpion, su asistente—y séptimo hijo de laseñoraviudadePumpion,lavandera—,enundespachocontiguoalsuyo.

Pregunta:«¿SellamaustedHipo?Hiponoesunnombreadecuado».Alno recibir respuesta, el autordijo:«¡Leconmino solemnemente,pornuestro

conocidocomúnClarkins,elmédium—ClarkinsSénior,Júnioryseñora—,aquemerevelesunombre!».

La respuesta, transmitidamediantegolpecitosextremadamentedesganados, fue:«ZumodeEndrinas,Campeche,Zarzamora».

Al autor esto le recordaba en ciertomodo a una parodia sobre Tela deAraña,Polilla y Semilla deMostaza, enEl sueño de una noche de verano; para justificaraquellaréplica,preguntó:«¿Ésenoserásunombre,verdad?».

Elespíritudelosgolpecitosadmitió:«No».«Entonces,¿conquénombreseleconocenormalmente?».Pausa.«Vuelvoapreguntarle:¿conquénombreseleconocenormalmente?».El espíritu, evidentemente bajo coacción, respondió del modo más solemne:

«¡Oporto!».Estahorriblecomunicaciónhizoqueelautornopudieseevitarquedarsepostrado,

www.lectulandia.com-Página103

casialbordedeldesmayo,durantecasiuncuartodehora:tiempoduranteelcualelgolpeteo prosiguió sus comunicaciones más violentamente si cabe que antes, ydesfilaronantesusojosunamultituddeaparicionesespectralesdeuncolornegruzco,yconungranparecidoarenacuajosocasionalmentedotadosdelacapacidaddegiraren remolino hasta convertirse en notas musicales mientras se zambullían en elespacio.Después de haber contemplado una vasta legión de dichas apariciones, elautorsedirigiódenuevoalespírituquedabalosgolpecitos:

«¿Cómodebo imaginarlesaustedes?¿Acuál,de todas lascosasdelmundo,separecenmás?».

Laterriblerespuestafue:«¡Betún!».Encuantoelautorfuecapazdecontrolarsusnervios,queeranbastantes,inquirió:

«¿Deberíatomaralgo?».Respuesta:«Sí».Pregunta:«¿Puedoescribiralgo?».Respuesta:«Sí».Almomentoselevinieronalasmanos,comoporensalmo,unlápizyunpedazo

depapelquehabíaenlamesilla,juntoalacama,yseencontróasímismoforzadoaescribir(conunaletrararaeinsegura,inclinadahaciaabajo,cuandolociertoesquesuletranormalmenteerabastanteclarayrecta)lasiguientenotaespiritual:

ElSr.C.D.S.PooneypresentasusrespetosalaSra.BellyCompañía,IndustriasFarmacéuticas, Oxford Street, frente a Portland Street, y le ruega que tenga labondad de enviarle con el portador de ésta, una genuina píldora azul de cincogranosyunaauténticadosisnegradepodersimilar.

Antes de confiarle este documento a Alexander Pumpion —quien,desafortunadamente, lo extravió a su regreso, aunque sospecho que pudo haberlometidoadredeenalgunodelosagujerosdelhornodeunacastañeraambulanteparavercómoardía—,elautorresolvióponerapruebaalespíritude losgolpecitosconunapreguntadefinitiva.Paraello,preguntóconvozprofundaeimpresionante:

«¿Meprovocarántalesremediosdolordeestómago?».Es imposible describir la confianza profética de la réplica: «Sí». Aquella

afirmación se vio completamente respaldada por el resultado ulterior, comolargamente recordará el autor; así que, después de aquella experiencia, se hizoinnecesariorecalcarqueelautoryanopodíaseguirdudandodeaquelfenómeno.

La siguiente comunicación contó con la participación de un personajeverdaderamenteinteresante.Tuvolugarenunadelasprincipaleslíneasdeferrocarrildenuestropaís.Lascircunstanciasbajolascualeslefuehechalarevelaciónalautor

www.lectulandia.com-Página104

de estas páginas—en el segundo día de enero del presente año— fueron éstas.Elautor ya se había recuperado de los efectos de la sorprendente visita de la semanaanterior, y había vuelto a participar en las tradicionales fiestas navideñas. El díaanterior lo había pasado entre risas y celebraciones. Estaba de camino hacia unaimportanteciudad(unconocidoemporiocomercialenelqueteníaasuntosquetratar)yhabíaalmorzadoconmásprisadelahabitualenlosferrocarriles,debidoalretrasodeltren.Sucomidalehabíasidoservida,deformareacia,porunajovenqueestabaconvenientementeatrincheradatrasunmostrador.Lamuchachaencuestióndebíadeencontrarseenaquelmomentomuyocupadaenarreglarseelpeloyelvestido,porloquesuexpresivosemblantedenotabaunciertodesdén.Yaseverácómoesta jovenacabóresultandoserunapoderosamédium.

El autor volvió a su compartimento de primera clase, en el que, casualmente,viajaba solo. El tren había reanudado ya su marcha y él se quedó levementetranspuesto. En el implacable reloj, anteriormente mencionado, ya habían pasadocuarenta y cincominutos desde su encuentro con lamuchachadel bar, cuando fuedespertadoporuninstrumentomusicalmuypeculiar.Esteinstrumento,quepercibióconadmiraciónnoexentadeciertaalarma,sonabadirectamentedesdesuinterior.Sustonos eran graves y repetitivos, difíciles de describir; aunque, si se admite lacomparación,recordabanenciertomodoaunsonoroardordeestómago.Seacomofuere, al autor le parecieron muy semejantes a los que conlleva esa humillantedolencia.

Coincidiendoconelmomentoenquesediocuentadelfenómenoencuestión,elautor se percató de que llamaba su atención una acelerada sucesión de furiosaspalpitacionesenel estómago, acompañadasdeunaopresiónenelpecho.Comonoera ya un escéptico, decidió entablar inmediata comunicación con el espíritu. Eldiálogofuecomosigue:

Pregunta:«¿Conozcosunombre?».Respuesta:«Diríaquesí».Pregunta:«¿EmpiezaporlaletraP?».Respuesta(porsegundavez):«Diríaquesí».Pregunta: «¿Tiene, por un casual, dos nombres de pila, que empiezan

respectivamenteporlaPyporlaC?».Respuesta(porterceravez):«Diríaquesí».Pregunta:«¡Leordenoqueabandoneesasfrívolasmanerasyquese identifique

porsunombre!».Elespíritu,trasreflexionarunossegundos,deletreolapalabraP-A-S-T-E-L.Entonces, el instrumentomusical dio paso a la interpretación de unos breves y

pautadoscompases.ElespírituempezódenuevoydeletreolapalabraC-A-R-N-E.Puesbien—comobien lesgustarásabera losmás tragones—, justohabíasido

www.lectulandia.com-Página105

este tipo de hojaldre, esta vianda o comestible en concreto, el que había sidoencargadoporelautorcomoplatoprincipaldesualmuerzo;y,esmás,tambiénhabíasidoelmismoplatoquelefueservidoporlajovenalaqueahora,alavistadelosacontecimientos,elautornoteníamásremedioquereconocercomoaunapoderosamédium.El escritor continuó la conversaciónmuysatisfechopor laconvicción, asíforjadaensumente,dequeelenteconelquehablabanopertenecíaaestemundo.

Pregunta:«¿Sellama,pues,PasteldeCarne?».Respuesta:«Sí».Pregunta (que el autor formuló tímidamente tras vencer algunas reticencias

normales):«¿Asíqueesenverdadunpasteldecarne?».Respuesta:«Sí».Sería inútil intentar describir aquí el alivio que el autor sintió tras esta

trascendentalrespuesta.Continuó:Pregunta:«Aclaremosunpunto.¿Esustedpartecarneypartepastel?».Respuesta:«Exacto».Pregunta:«¿Dequéestáhechalapartedeustedqueespastel?».Respuesta:«Demantecadecerdo».Entonces notó unos compases tristes procedentes del instrumento musical, y a

continuaciónlapalabra:«PRINGUE».Pregunta:«¿Cómodeboimaginarqueesusted?¿Aquéseparece?».Respuesta(muyrápidamente):«Plomo».Unasensacióndeabatimientolesobrevinoenaquelmomentoalautor.Cuandola

hubologradocontrolarenciertamedida,continuó:Pregunta: «Su otra naturaleza es de tipo porcino. ¿De qué se alimenta

principalmente?».Respuesta(enérgica):«¡Decerdo,desdeluego!».Pregunta:«Noesasí.¿Sealimentaacasoelcerdodecerdo?».Respuesta:«Noesasíexactamente».Unaextrañasensacióninterior,parecidaaunvuelodepalomas,sacudióalautor.

Entoncesparecióiluminarsedemanerasorprendenteydijo:«¿Esta sugiriendo que la raza humana, atacando imprudentemente al indigesto

fuerteque llevasunombre,yno teniendo tiempoparaasaltarlo—debidoa lagransolidezdesuscasiimpermeablesmuros—,hadesarrolladoelhábitodedejarmuchasdesussatisfaccionesenmanosdelosmédiums,quienescontalcerdoalimentanaloscerdosdefuturospasteles?».

Respuesta:«¡Asíes!».Pregunta:«Entonces,parafraseandolaspalabrasdenuestrobardoinmortal…».Respuesta(interrumpiendo):«Elmismopuerco,ensumomento,sirvióparahacer

muchospasteles,almenossieteempanadas».

www.lectulandia.com-Página106

Enestepunto,laemocióndelautoreraprofunda.Sinembargo,deseosootravezdevolveraevaluaralespíritu,yparaestablecersi,utilizandolapoéticafraseologíadelosavanzadosvidentesdelosEstadosUnidos,leeraposibleaccederaalgunodelosmásíntimosyelevadoscírculos,pusoapruebasusconocimientosenestesentido:

Pregunta: «En la salvaje armonía del instrumento musical que mora en miinterior,delaquesoyconsciente,¿dequéotrassubstanciashayaromas,ademásdelasquehamencionado?».

Respuesta: «Madreselva, Goma Guta. Camomila. Melaza. Vapores de vino.Destiladodepatatas».

Pregunta:«¿Nadamás?».Respuesta:«Nadaquemerezcalapenamencionar».¡Que tiemblen los desdeñosos y rindan pleitesía; que se sonrojen los débiles

escépticos! Para almorzar, el autor había pedido a la poderosamédium un vaso dejerezytambiénunacopitadebrandy.¿Quiénpodríadudardequelasmateriasprimasseñaladaspor el espírituno lehabían sido suministradasporellabajoaquellosdosnombres?

En otras circunstancias, mi testimonio sería suficiente para demostrar queexperiencias como la anterior han de dejar de cuestionarse, y debería considerarseprimordialeltratardeexplicarlas.Esunexquisitocasodepálpito.

EldestinodelautorlehabíallevadoaabrigarunenamoramientosinesperanzashacialaseñoritaL**B**,deBungay,enelcondadodeSuffolk.Enelmomentoenque sucedieron las palpitaciones, la señorita L** B** no había rechazadoabiertamente todavía la propuesta del escritor de ofrecerle sumano y su corazón;pero,desdeentonces,parecíaprobablequeellasehubieravistodisuadidadeesaideapor temorfilialhaciasupadre,elseñorB**,quienerafavorablea laspretensionesdel autor. Entonces suenan los latidos. Un joven, repugnante a los ojos de laspersonasinteligentes(desdequesecasaraconlaseñoritaL**B**),estabadevisitaenlacasa.EljovenB**,porsuparte,habíavueltoacasadesdeelinternado.Elautorestaba tambiénpresente.Lafamiliasehabía reunidoalrededordeunamesa.Era lahoramágica del crepúsculo de unmes de julio. Los objetos no se distinguían conclaridad. De pronto, el señor B**, cuyos sentidos habían estado adormecidos,infundióelterrorennosotrosprofiriendounapasionadochillidooexclamación.Suspalabras(porunaeducacióndesatendidaensujuventud)fueronexactamenteestas:

—¡Maldición!¡Hayalguienquemeestádeslizandounacartaenlamano,bajomipropiamesa!

Laconsternaciónseapoderódelgrupo.LaseñoraB**alimentóladesesperaciónreinante al declarar que alguien le había estado pisando suavemente los pies enintervalosdemediahora.Unacongojaaunmayorsecerniósobrelosallíreunidos.El

www.lectulandia.com-Página107

señorB**pidióqueseencendiesenlasluces.Entoncessuenanloslatidos.EljovenB**gritó(citotextualmente):—¡Son los fantasmas, padre!Me han estado haciendo esto mismo desde hace

quincedías.ElseñorB**preguntaentonoirascible:—¿Quéquieredecirusted,joven?¿Quéesloquehanestadohaciendo?EljovenB**responde:—Tratan de convertirme en una oficina postal, padre. Siempre están

introduciendo en mí cartas impalpables, señor. Alguna carta debe de habersearrastradohastaustedporerror.Debodeserunmédium,padre.¡Oh,ahívieneotra!—gritaeljovenB**—.¡Soyuncondenadomédium!

Entonces el muchacho se convulsiona violentamente, babeando, y agita suspiernasysusbrazosdeunmodocalculadoparaprovocarme(yloconsigue)unseriomalestar; pues yo sostenía a su respetablemadre (al alcance de sus botas) y él secomportaba como un telégrafo primitivo. Todo aquel tiempo el señor B** habíaestadomirando por debajo de la mesa buscando la carta dichosa, mientras que elrepulsivojoven,desdequesecasaraconlaseñoritaL**B**,protegíaadichadamadeformaabominable.

—¡Oh,aquívieneotravez!—EljovenB**llorabasincesar—.¡Seguroquesoyunmalditomédium!¡Ahíviene!¡Habráuntemblorenseguida,padre!¡Cuidadoconlamesa!

Entonces suenan los latidos. La mesa se ladeó tan violentamente como paragolpearalseñorB**almenosunadocenadevecessobrelacalva,mientrasmirabaaver quién había debajo de ella; lo que hizo que emergiese con gran agilidad, y lafrotase (su calva) con gran suavidad y la maldijese (a la mesa) con vehemencia.Señalar que la inclinación de lamesa iba en dirección uniforme hacia la corrientemagnética, es decir: de sur a norte; o, desde el joven B** hacia el señor B**, supadre. Y habría hecho algún comentario más profundo sobre aquel extremo taninteresante, de no ser porque entonces la mesa se agitó y se inclinó hacia mí,tirándome al suelo con una fuerza aumentada por el impulso que le transmitió eljovenB**alvenirsehaciaellaenunfrenéticoestadodeexaltaciónmental,quenopudo ser reducidohastapasadoun rato.Entre tanto,yoera conscientede cómosupesoyeldelamesameaplastaban;ydecómogritabaasuhermanayalrepugnantejovenquenodejabadeclamarquepresentíaquehabríaotra sacudidaencualquiermomento.

Sin embargo, aquellono llegó aocurrir.Nos recuperamosdespuésdeunbrevepaseoenlaoscuridad.Nosenotaron,duranteelrestodelavelada,efectospeoresquelos presenciados, salvo una ligera tendencia a la risa histérica y una llamativa

www.lectulandia.com-Página108

atracción(casipodríadecirfascinación)delamanoizquierdadelmuchachohaciasucorazón(¿oquizáserahaciaelbolsillodesuchaleco?).

¿Fue o no fue éste un caso de palpitaciones? ¿Se atreverán a responder elescépticoyelburlón?

www.lectulandia.com-Página109

LAVISITADELSEÑORTESTADOR

El señor Testador alquiló un conjunto de habitaciones en Lyons Inn. Contaba conescasomobiliarioparasudormitorioynoteníaningunoparasusaladeestar.Durantecasi todo el invierno se había visto obligado a vivir en aquellas condiciones, y lashabitaciones le parecían desnudas y frías. Una noche, pasadas las doce, estabasentadoescribiendomientrasesperabalahoradeacostarse,cuandosediocuentadequeselehabíaterminadoelcarbón.Recordóqueenelsótanohabíaunacarbonera;sinembargo,nuncahabíabajadohastaallí,ynosabíasidebíaaventurarsesoloporaquellasprofundidadesaunahora tan tardía.Encualquier caso, la llave sehallabasobre la repisa de la chimenea, y pensó que si bajaba y abría el cuarto al quecorrespondía, bien podría entenderse que el carbón que hubiese allí sería suyo.Lamujerqueseencargabadesucoladavivíaenalgúntugurioignotojuntoalrío,entrelos carboneros y los barqueros del Támesis—pues por aquel entonces aún habíabarquerosenelTámesis—,bajandoporcallejuelasyangostospasajesalotroladodelStrand.EnLyons Inn todos soñaban—dormidosodespiertos—,y se ocupabandesus propios asuntos; borrachines, llorones, malhumorados, apostadores, dándolevueltastodoeldíaalamaneradeconseguirundescuentoenlatienda,opensandosirenovar el contrato…Así que no había peligro de toparse con nadie que pudieseobstaculizarsu tarea.ElseñorTestador tomóenunamanoelcubometálicoparaelcarbón,y supalmatoriay la llavedel sótanoen laotra,ydescendióa las lóbregasmazmorrasdeLyonsInn.Desdelacallellegabaelestruendodeloscarruajesqueaúncirculabanaaquellahora.También,porelrumordelascañerías,dedujoquetodoslosdesagües del barrio debían de estar atascados —como la palabra «Amen» en lagarganta deMacbeth—y tratabande respirar.Después de tantear aquí y allá entrepuertasbajasquenoabrían,elseñorTestadordioalfinconunherrumbrosocandado.Probó con la llave, y comprobó que el candado cedía. Abrió la puerta con grandificultady al asomarsedentrono encontrónadade carbón; en su lugar había unacaótica montaña de muebles apilados. Alarmado por su intrusión en lo queevidentementeera lapropiedaddeotrapersona, cerróconcuidado lapuertay, trasencontrar su propio sótano, rellenó el cubo con carbón y volvió a subir a sushabitaciones.

Hastaquefinalmentesefueadormir,alascincodelamañana,nopudoapartardesumentelosmueblesquehabíavistoallíabajo.Estabaespecialmentenecesitadodeuntablerosobreelqueescribir,yenaqueltrasterohabíavistounamesaqueiríanipintadaparaesepropósito.Cuandolamuchachaquelehacíalastareasemergiódesumadriguera la mañana siguiente y puso una tetera a hervir, él procuró llevararteramentelaconversaciónhaciaelsótanoylosmuebles,aunqueellanosupo,onoquiso,conectarensumenteambasideas.Despuésdequeellasehubomarchado,él

www.lectulandia.com-Página110

se sentó a desayunar tranquilamente. No podía apartar los muebles de su cabeza.Recordóelestadotanlamentableenqueseencontrabalaoxidadacerradura,ydedujoqueaquelmobiliariodebíadellevarmuchotiempoalmacenadoenaquelsótano.Talvez estuviera abandonado, o podía incluso que su dueño hubiese fallecido ya.Reflexionó sobre ello durante algunos días, al cabo de los cuales no pudo extraerningunainformacióndelasgentesdeLyonsInnacercadelanaturalezadeaquellosmuebles.Desesperado,aquellamismanochedecidióbajarytomarlamesaprestada.Noacababadehacerseconellacuandoseleantojósubirsetambiénunabutaca,ynobienlatuvoentresusmanoscuandotomóladeterminacióndearramblartambiénconuna librería entera, después con un diván, y con una alfombra y un felpudo…Entonces sintió que había llegado tan lejos con aquel asunto de los muebles, quehabía poca diferencia entre llevarse unos cuantos y llevárselos todos. Hizo esto yluegodejóbiencerradoelsótano,puessiemprelocerrabacongrancuidadodespuésdecadavisita.Noche trasnoche, sehabía ido llevandocadaartículopor separado,aprovechandolaoscuridad.Sesentía,comopoco,tanmezquinocomounprofanadorde tumbas. Cuando los fue subiendo a sus habitaciones, todos los objetos estabanajadosyteníanunacapadepolvoencima.Él,demaneracasidelictivayculpable,loslimpióypuliómientrastodoLondresseentregabaalsueño.

El señor Testador vivió en aquellos aposentos amueblados durante dos o tresaños,omásy,gradualmente,sefuehaciendoalaideadequeaquellosensereseransuyosenrealidad.Habíallegadoaaquelrazonamientotanconvenientecuando,unanoche,escuchóunospasosquesubíanporlaescalera.Depronto,unamanorozósupuertabuscandoelpicaporte;enesemomentounrepiqueteoprofundoysolemnelehizosaltarcomoimpulsadoporunresortedelabutacaenlaqueestabasentado.

Sujetandounavela,elseñorTestadorabriólapuertayseencontróconunhombrepálido y de elevada estatura, encorvado sobre unos amplios hombros, queenmarcaban unos estrechos pectorales.El individuo en cuestión tenía la narizmuycolorada; era, en suma, una especie de caballero zarrapastroso. Iba envuelto en unlargo abrigo negro deshilachado que llevaba abrochado con más imperdibles quebotones.Bajosubrazoretorcíaunparaguassinmango,comosiestuviesetocandolagaita.Elhombresedirigióaél.

—Leruegoquemedisculpe,pero¿podríadecirme…?—yseinterrumpiófijandosumiradaenelinteriordelaestancia.

—¿Decirle qué? —preguntó el señor Testador, repentinamente alarmado alpercibiraquellapausa.

—Discúlpeme—dijo el extraño—, pero… y que conste que esto no es lo quequería preguntarle en un principio… ¿es posible que esté viendo por aquí algúnpequeñoobjetoqueseaporcasualidaddemipropiedad?

El señor Testador comenzó a tartamudear una disculpa inconexa. Pero para

www.lectulandia.com-Página111

entonces el visitante ya se había tomado la libertad de deslizarse dentro de suhabitación. Empezó amoverse por toda la estancia como si fuera un duende, y alseñor Testador se le heló la sangre. Primero examinó el escritorio y dijo: «Mío»;después la butaca y dijo: «Mía»; a continuación la librería y añadió: «Mía»; luegolevantó una esquina de la alfombra y volvió a decir: «¡Mía!». En una palabra,inspeccionócadapiezadelmobiliariodelsótano,paradeclararacontinuaciónquelepertenecía.

Seríahaciaelfinaldesuexamen,cuandoelseñorTestadorsepercatódequeelvisitanteestabaempapadoenalcohol;enconcretolepareciópercibirquesetratabade ginebra. Sin embargo, el visitante no parecía vacilante en su habla o en suequilibrio, aunque sí se le notaba cierta rigidez en sus andares, aunque quizás esopodríaserachacablealapropiaginebra,pensóelseñorTestador.

El señor Testador se encontraba, ciertamente, en un estado mental deplorable.Estaba convencido —según lo que deducía por el comportamiento del extrañopersonaje—deque lasconsecuenciasdesu temeridadysuatrevimientofinalmentecaeríansobreélcontodasuviolencia.Trasunosbrevesinstantesenlosqueambosestuvieron frente a frente, escrutándose las miradas, el señor Testador comenzó atartamudear:

—Señor,soyconscientedequeledebounacompletaexplicación;esmás,ledebounacompensación,sinduda.Permítamesuplicarlequenoseenfadeconmigo,aunqueentiendoquesuirritacióneslegítima.Quizáspodríamos…

—¡Tomaruntrago!—leinterrumpióelextraño—.Mepareceunplanperfecto.El señor Testador en realidad quería decir «tener una pequeña conversación»,

pero con gran alivio aceptó la sugerencia. Sacó una garrafa de ginebra, la colocósobrelamesa,ysepusoabuscarafanosamenteaguacalienteyazúcar.Cuandosediocuenta, comprobó que su visitante ya se había bebido la mitad de la frasca. Pocomenosdeunahoradespués—siesquepodíaconfiarenelcarillóndelaiglesiadeSt.Mary, en elStrand—, suvisitayahabíadadobuenacuentadel restode laginebrajuntoconelaguayelazúcar.Devezencuanto,entretragoytrago,musitabaenunsusurro:«¡Mío!».

Cuando se acabó la ginebra, el señor Testador le preguntó a su visitante quépasaríaacontinuación.Elextrañopersonajeselevantóy,poniéndoseaúnmásrígidosicabe,dijo:

—¿Aquéhoradelamañanalevienebienquevuelva?ElseñorTestadorseaventuróadecir:—¿Alasdiez?Eltipolerespondió:—Perfecto,alasdiez.Allíestaré,señor.—EntoncescontemplóalseñorTestador

demodocalmosoysoltó—:¡Dioslebendiga!Ydígame,¿cómoestásumujer?

www.lectulandia.com-Página112

ElseñorTestador—quenuncahabíatenidoesposa—replicóconsentimiento:—Estáalgonerviosa, lapobrecilla,peroporlodemásestáperfectamente.Entonceselvisitantesevolvióhacialapuertaysemarchó,cayéndosedosvecesmientrasbajabalasescaleras.Desdeesemomentonosevolvióasabernadamásdeél.Tampocosesuposisetratabadeunfantasma,odeunailusiónespectraldelaconciencia,odeunborrachoquesehabíaequivocadodecasa,odel legítimoyebriopropietariodelosmueblesquesehubieraplantadoantesupuertaaprovechandounlapsomomentáneodesulocura.Nisesupotampocosillegóbienasucasaoinclusositeníacasaalaque llegar; o si murió alcoholizado por el camino, o bien si vivió desde entoncesentregadoal licorpara siempre.Nuncamásvolvióaoírsenadadeél, ni avérsele.Estaeslahistoriaqueacompañabaalmobiliarioyquefueaceptadacomoválidaporsusegundoposeedor,en losaposentosdelapartamentosituadoenunode lospisossuperioresdeladesoladaLyonsInn.

www.lectulandia.com-Página113

LAHISTORIADELRETRATISTA

En estas mismas páginas fue publicado recientemente un texto cuyo título rezaba«Cuatro historias de fantasmas». La primera de esas historias narra la extrañaexperienciavividaporunreconocidoartistainglés,alquebautizamoscomoMrH**.AlapublicacióndeaquelrelatoelpropioMrH**sorprendióaleditordeestediariohaciéndole llegar su propia versión de los acontecimientos recogidos en el relato.TeniendoencuentaqueMrH**nosescribióabiertamente(consunombrecompletoydesdesupropioestudioenLondres),yqueademásnonoscabíadudaalgunadeque se trataba de un caballero responsable, se hacía imprescindible leer sucomunicadoconatención.Inconscientemente,segúnnosdecíaelcaballero,sehabíacometido una grave injusticia en la primera de las citadas «Cuatro historias defantasmas», por lo que la reproducimos aquí íntegramente, tal como el reconocidoartistanoslaremitió.Porsupuesto,estapublicaciónsehaceconelbeneplácitoylaautorizacióndelpropioMrH**,yélmismosehaencargadodecorregirlaspruebas.Hemosdescartadocualquierteoríapropiaencuantoalaexplicacióndelaspartesmáscontrovertidas de esta interesante narración, y hemos decidido hacer prevalecer laversióndeMrH**,queaquípresentamos sin comentarios introductorios.Tan sólorestaañadirqueenningúnmomentonadiemedióentrenosotrosyMrH**enesteasunto.Todoelrelatoes,portanto,deprimeramano.BastedecirquecuandoMrH**leyónuestroartículo«Cuatrohistoriasdefantasmas»,nosescribióhaciendogaladeuna excelente franqueza y de un mejor talante: «Soy el Mr H** del que ustedeshablan; el mismo a quien se hace mención en su artículo. Desconozco cómo hallegado a trascender mi historia, pero ésta que les mando está contada de formacorrecta.Mesucedióamípersonalmente,ytalcomoocurriólacuento».

Soypintor.Unamañanademayode1858estabasentadoenmiestudio,entregadoamisquehacerescotidianos.Aunahoramástempranaquelareservadahabitualmenteparalasvisitas,recibíladeunamigoaquienhabíaconocidoenRichmondBarracks,en Dublín, haría un año o dos. Aquel individuo en concreto era capitán de la 3.a

MiliciadeYorkOccidentaly,porlahospitalidadconlaquemerecibiócuandofuisuhuésped en aquel regimiento, así como por la afinidad personal que surgió entrenosotros, personalmente me sentí en la obligación de ofrecer a mi visitante unadecuadorefrigerio.Ydeesemodonosdieronlasdosdelatardeyseguíamosbienmetidos en conversación, fumando habanos y decantando un buen jerez. Seríaaproximadamenteentoncescuandoelsonidodeltimbremerecordóuncompromisoqueteníaconunajovenmodelodeesbeltocuelloyarmoniosorostro,queseganabala vida posando para diversos artistas. No hallándome de humor para trabajar,

www.lectulandia.com-Página114

convine con ella en que viniese al día siguiente con la promesa, cómo no, deremunerarsupérdidade tiempo,yasí semarchó.Regresóa loscincominutos;mepidióhablarenprivadoyacontinuaciónmeconfióquecontabaconeldineroporelposado de aquel día, y que se veía contrariada por esa necesidad; por lo que mepreguntósipodríaadelantarleunapartedesuestipendio.Nopuseobjecionesaello,ylamuchachavolvióamarcharse.Cercadelacalleenlaquevivo,hayotracalledenombre parecido y aquellos que no están familiarizados con mi dirección confrecuenciaacabanallíporerror.Elcaminodelamodelolacondujodirectamenteallíycuandollegó,sevioabordadaporunadamayuncaballeroque lepreguntaronsipodíainformarlesdedóndeestabamicasa.Habíanolvidadoladireccióncorrectaysehabíanpropuestodarconmigopreguntandoalaspersonasconlasqueseencontrasen.Pocosminutosdespuéssepresentabanenlapuertademivivienda.

Estos nuevos visitantes me eran absolutamente desconocidos. Habían visto unretratoqueyohabíahechoydeseabanquelespintaseaellosyasushijos.Elprecioque fijé no les disuadió y, llegados a un acuerdo preliminar, me sugirieron quefuéramosamiestudioafindeelegirelestiloyeltamañodelcuadroquepensabanencargarme. Mi amigo de la 3.a de York Occidental, que era alguien dotado deexquisitasmanerasydeunfinohumor,hizo lasvecesdemarchante, resaltando losméritos de cada obra con unos modales que yo no me habría permitido adoptar,obligadoporlafaltadeconfianzaenunomismoqueseesperadeunhombreaquienseponeenelbretedehablardesupropiaproducción.Satisfechosporlainspección,mepreguntaronsitendríainconvenienteenviajarasucasadecampoparapintarlosretratos.Yonoencontréobjecionesatalpetición,asíqueacordamosunacitaparaelsiguienteotoño.Quedéenescribirlesfijandounafechaenlaquepodríaausentarmedelaciudadparaatendersuencargo.Trasaclararaquelpunto,elcaballerometendiósutarjetaylosvisitantessemarcharon.Tambiénmiamigosefue,alcabodeunrato.Cuando,yamástranquilo,mefijéenlatarjetaquehabíandejadolosdesconocidos,me vi contrariado por el hecho de que, aunque contenía el apellido deMr yMrsKirkbeck,puestalerasunombre,éstanorecogíaningunadirecciónalaquepudieradirigirme.TratédedarconellabuscandoenelRegistro,pero taldenominaciónnofigurabaenningúnlado,asíquemetílatarjetaenmiescritorioyporuntiempomeolvidédetodoelasunto.

Y así llegó el otoño, y con él una serie de compromisos quemevi obligado aatenderenelnortedeInglaterra.Haciafinalesdeseptiembrede1858,meencontraba,pues, asistiendo a una cena de gala en una casa solariega en los límites de loscondadosdeYorkshireyLincolnshire.Elhechodequeestuvieseenaquellacasaerapuramente accidental, pues en realidad era un total desconocido para la familia.Había planeadopasar un día y una noche conun amigoque vivía cerca y que eraíntimodemisanfitriones.Miamigohabíarecibidodeellosunainvitaciónparacenar,

www.lectulandia.com-Página115

y al coincidir ésta con el día de mi visita, les había pedido que me permitiesenacompañarle.Lafiestaestabamuyconcurrida;amedidaquelacenaibafinalizandoyllegabanlospostres,laconversaciónseanimó.Aquídeberíamencionarquemioídoesbastantedefectuoso,unasvecesoigomásyotrasmenos,yqueaquellanocheenconcreto me veía aquejado de una notable sordera, tan pronunciada que laconversación sólo me llegaba bajo la forma de un estrépito constante. De todosmodos, en ciertomomento logré escuchar claramente una palabra, aunque ésta fuepronunciadaporunapersonaqueseencontrabaaunaconsiderabledistanciademí.La palabra era «Kirkbeck». En la vorágine de la temporada londinense, me habíaolvidado totalmente de aquellos visitantes que en primaverame habían dejado esaextraña tarjeta sin dirección. La coincidencia atrajomi atención e inmediatamenterecordéeltratoquehabíamoshechomesesatrás.Enlaprimeraoportunidadquetuve,lepreguntéa lapersonacon laquehablaba sihabíaen la zonaalguna familia conaquelnombreencuestión.ComorespuestasemedijoqueMrKirkbeckvivíaenlalocalidaddeA**,enelextremomásalejadodelcondado.Aldíasiguienteescribíalcaballeroencuestióndiciéndolequecreíaqueeraelmismoquemehabíavisitadoenmiestudiolaanteriorprimavera,yquehabíamosllegadoaunacuerdoquemehabíavistoimpedidoacumplirpornoconstarningunadirecciónensutarjetadevisita;porotrolado,lecomentabaque,enmiregresodesdeelnortehastaLondres,mehallaríabrevemente en aquella zona. Finalmente le pedía que, en caso de queme hubieraequivocadoalescribirle,nosetomaselamolestiaderesponderaminota.ConsignémidirecciónenlalistadecorreosdelaEstafetadeYorky,tresdíasdespués,recibíunanotadeMrKirkbeckenlaqueexpresabasusatisfacciónaltenernoticiasmíasymecomunicabaquesiteníatiempodevisitarleamivuelta,dejaríamosorganizadoelasuntode loscuadros; tambiénmepedíaque leanunciasemi llegadaconundíaalmenosdeantelación,paraasípoderatenderasuscompromisos.Finalmente,trasotranotamía, convinimos en que iría a su casa al sábado siguiente yme quedaría allíhasta el siguiente lunespor lamañana.RegresaríadespuésaLondres,para atenderciertosasuntosqueteníapendientes,yvolveríadossemanasmástardeasucasaparafinalmentepintarelcuadro.

El día acordado para mi visita, desayuné presto y ocupé mi plaza en el trenmatutinoquevadeYorkaLondres.EltrenhizoescalaenDoncasterydespuésenelempalmedeRetford, endonde tuveque apearmepara tomar la líneaque atraviesaLincolnhastalalocalidaddeA**.Eraundíafrío,húmedoybrumoso;undíadelomásdesapaciblequeyohayaconocidoenInglaterrasiendo,comoera,sóloelmesdeoctubre.Nohabíaningúnotroocupanteenelvagónapartedemí,peroenDoncastersubióunadama.Miasientoestabasituadojuntoalapuertadelvagón,enelsentidocontrario a lamarcha.Como se consideraque ése esun asiento reservadopara lasdamas, le ofrecí ocuparlo, imitación que la recién llegada declinó graciosamente,

www.lectulandia.com-Página116

sentándose en la esquina opuesta y diciendo, con una voz muy agradable, que legustaba sentir la brisa en las mejillas. Pasó los siguientes breves minutosacicalándose.Extendióelguardapolvoaunlado,sealisólafaldadelvestido,estirósusguantesyrealizóesosfrívolosarreglosensuplumajequelasmujeresnopuedenevitarhacerantesdeacomodarseenlasiglesiasoenotroslugares,siendoelúltimoymasimportantedetodosretirardelsombreroelveloqueocultabasusfacciones.Pudefijarme entonces en que se trataba de una dama joven, seguramente no mayor deveintidós o veintitrés años; aunque era moderadamente alta, de hechuras algorobustasydeexpresiónresuelta,podríahaberpasadoperfectamenteporalguiendosotresañosmásjoven.Supongoquesuconstituciónfísicaseconsideraríanormal:teníaelpelodeuncastañorojizobrillante,mientrasquesusojosysusmarcadascejaserancasi negros. El color de susmejillas era de un pálido tono transparente que hacíadestacarsusgrandesyexpresivosojos,ytambiénladecididaexpresióndesuboca.Observada en conjunto, resultaba más atractiva que bella en sí; había ciertaprofundidad y armonía en sus facciones, que, si bien no eran del todo regulares,resultaban infinitamentemás agradables que si hubiesen sidomodeladas siguiendolasmásestrictasnormasdelasimetría.

Noescosadesdeñablepoderdisfrutardeunagratacompañíaconlaquedepartirduranteunmonótonorecorridoenundíahúmedo;alguienconquienconversaryqueposealasustancianecesariacomoparahacerleolvidaraunoloextensoytediosodelviaje. A este respecto, no tenía motivo de queja, pues la joven se reveló,decididamente, como una conversadora ciertamente agradable. Cuando se huboinstaladocómodamenteasugusto,mepidióquelepermitieseecharleunvistazoamiBradshaw,10ynosiendoningunaexpertaentanardualabor,requiriómiayudaparadeterminar a qué hora pasaba de nuevo el tren por Bradford en su regreso desdeLondres aYork.La conversacióngiró en torno a los habituales tópicos que suelenintercambiar los viajeros. Sin embargo, y para mi sorpresa, ella la condujo haciatemas más particulares con los que me supongo se hallaba más familiarizada. Dehecho, no puedo evitar destacar que susmodales, que yo diría que eranmás biendiscretos,correspondíanalosdealguienquesupieradealgúnmodoquiénerayo,seaporconocimientopersonaloporreferencias.Habíaensumaneradecomportarseunaespecie de confidencialidad que no suele darse entre extraños, y, a veces, parecíainclusoreferirseadiferentescircunstanciasconlasqueyohabíatenidorelaciónenelpasado.

Despuésdetrescuartosdehoradeconversación,eltrenllegóaRetford,dondeyotenía que cambiar de línea.Al apearmey desearle buenos días, ella hizo un ligeromovimientoconlamanocomosipretendieseestrecharlamía,yalcorresponderyoasugesto,ellasedespidiódiciendo:

—Meatreveríaaasegurarquevolveremosavernos.

www.lectulandia.com-Página117

—Espero, efectivamente, que volvamos a encontrarnos —le respondí yo, delmodomáscaballerosoquepude.

Deesemodonosseparamos;ellapartiócaminoaLondresyyotomélalíneaqueatraviesaelcondadodeLincolnshireyquellegaaA**.Elrestodelviajesemehizohorrendamentefrío,húmedoygris.Echabademenoslaagradablecharlaquehabíatenidoconaquelladama,ytratédesuplirlaleyendounlibroquellevabaconmigo,yluegoeldiarioTheTimes,quemehabíaprocuradoenRetford.Sinembargo,hastalosrecorridosmás desagradables tienen un final, y elmío concluyó poco antes de lascincoymediadelatarde.Elcocheroquemeaguardabaenlaestaciónmedijoquetambién se esperaba la llegada deMr Kirkbeck, que venía en el mismo tren. Sinembargo,comoelcaballerofinalmentenoapareció,elcocherodecidió,conformealas instruccionesquehabía recibidopreviamentedeél, llevarmesóloamíyvolvermediahoramástardeabuscarasuamo.

Cuando llegué, la familia estaba todavía ausente, por diversos quehaceres.Meinformarondequelacenaseríaservidaalassiete,yyomedirigíamihabitaciónparadeshacer el equipaje y vestirme adecuadamente. Tras completar estas operaciones,bajéalasaladeestar.Probablementeaúnquedabaunratohastalahoradelacena,yaque las lámparas no estaban encendidas todavía; en su lugar, un fuego llameantearrojabaunchorrodeluzsobrecadarincóndelahabitación,ymásespecíficamentesobre una dama que, vestida de un negro riguroso, esperaba de pie junto a lachimenea calentándoseunode sus esbeltos pies al bordedel guardafuego.Al estarconlacaravueltahaciaelladoopuestodelapuertaporlaqueyohabíaentrado,nopude distinguir sus rasgos en un primermomento. De todosmodos, conforme fuiavanzandohaciaelcentrodelasala,ladamaretiróinmediatamenteelpiedelcalordelachimeneaysevolvióparadirigirseamí.Cuálnoseríamisorpresacuandomedicuentadequenoeraotrasinomicompañeradetrayectoeneltren.

Si sintió algún tipo de perplejidad al verme allí, no la dejó traslucir; bien alcontrario,conunodeesosgestosjovialesquehacenquehastalamujermássimpleparezcabella,meacogiórecordándomesuantiguapredicción:

—Yaledijequevolveríamosavernos.Enaquelmomento,elpropiodesconciertodeencontrarlaenlamismacasaenla

queyomealojabameimpidióarticularpalabraalguna.Nosabíaenquéferrocarril,oporquémediospodríahaberllegadohastalacasa.Estabasegurodehaberladejadoenel trenquesedirigíaaLondres;yomismo lahabíavistopartirconmispropiosojos. La única manera posible de llegar hasta allí, cavilé, era siguiendo hastaPeterboroughyregresandoporunramalsecundariohastaA**.Esdecir,recorriendouna ruta de unas noventa millas. En cuanto la sorpresa me permitió recuperar elhabla, le dije que, de haber sabido adonde se dirigía, me habría encantadoacompañarlaensuviaje.

www.lectulandia.com-Página118

—Esohabríasidoalgodifícil—repuso.Justoentoncesaparecióelcriadoconlaslámparasymeinformódequesuamo

acababadellegarybajaríaenunosminutos.Lajoventomóentoncesdeunaestanteríaunlibrodegrabadosy,extrayendouno

deellos(unretratodeLady**),mepidióquelomirasebienyledijesesiencontrabaalgúnparecidoconella.

Estabaenfrascadoeneldibujo, tratandodeformarmeunaopiniónrespectoa loque la dama me había preguntado, cuando aparecieron los Kirkbeck. Ambos meestrecharon la mano efusivamente entre disculpas por no hallarse en casa pararecibirme. El caballero concluyó su bienvenida pidiéndome que acompañase a laseñoraKirkbeckhastalamesa.

Con laseñorade lacasacogidademibrazo,pasamosalcomedor.CiertamentedudéuninstantesicederleelpasoprimeroalseñorKirkbeck,quecaminabajuntoalamisteriosadamadenegro,peroelseñorKirkbecknoparecióentendermigestoyfinalmente entramos todos aun tiempo.Comoéramos sólo cuatro comensales, nosacomodamos sin problemas; nuestros anfitriones en los extremos de la mesa y ladamadenegroyyoacadaunodeloslados.Lacenatranscurriósegúnlohabitualentalescircunstancias.Siendoyoelinvitado,dirigímiconversaciónprincipalmente,sinoenexclusiva,haciamianfitriónymianfitriona.Nopuedorecordar,ahoraquelopienso, que nadie se dirigiese a la dama sentada frente a mí. Viendo esto yrememorandoalgoque seasemejabaauna ligera llamadadeatenciónhacia ella alentrar al comedor, saqué la conclusión de que debía de tratarse de una especie degobernanta,oalgoasí.Observé,esosí,quecenómagníficamente;degustólaterneraylaempanadayacabódandocuentadeungenerosovasodeclarete.Probablementenohabíaalmorzado,pensé,oquizáselviajelehabíaabiertoelapetito.

La cena concluyó, las señoras se retiraron y, tras el correspondiente oporto, elseñorKirkbeckyyonosvolvimosareunirconellasenlasaladeestar.Paraentonceslareuniónsehabíaampliado.Fuipresentadoavarioshermanosycuñadasquehabíanacudidodesdesusrespectivasresidenciasenelvecindario,ytambiénavariosniños,acompañados de su institutriz, Miss Hardwick. Caí en la cuenta de que mispresuncionessobreladamadenegroestabanerradas.Trasocupareltiempoprecisoensaludaralosniñosyalasdistintaspersonasquemehabíansidopresentadas,meencontrédenuevodepartiendoconlamisteriosadamadeltren.Nuestraconversacióndelatardesehabíaceñidoprincipalmentealosretratos,yellaloretomóencuantotuvooportunidad:

—¿Creeustedquepodríapintarmiretrato?—inquirió.—Sí.Creoquepodría,sisemedieselaoportunidad,naturalmente.—Deacuerdo,puesfíjesebienenmicara.¿Creeustedquepodríarecordarmis

rasgossiselopropusiera?

www.lectulandia.com-Página119

—Si,estoysegurodequenuncaolvidaríasusfacciones.—Esperabaquedijesealgoasí.Pero,¿creequepodríaretratarmedememoria?—Bueno,siesnecesariolointentaré;aunque,¿nocreequeseríamejorqueposara

algunavezparamí?—No,esoesdeltodoimposible.Nopuedeser.Casitodosdicenqueelgrabado

que le mostré antes de la cena guarda un gran parecido conmigo. ¿Está usted deacuerdo?

—Permítame disentir —respondí—. No tiene en absoluto su expresión. Sipudieseposarparamí,aunquesólofueseunavez,seríamejorquenada.

—No,noloveoposible.Para entonces la noche estaba ya bastante avanzada y se habían encendido las

lucesdelosdormitorios.Ladamadenegrodeclaróqueseencontrabamuycansada,estrechómimanosentidamenteymedeseóbuenasnoches.Elmisterioquerodeabaaaquellamujerme dio bastante en qué pensar durante la noche.Nadieme la habíapresentado;nolavihablarconnadiedurantetodalavelada,nisiquieraparadarlasbuenasnochescuandosemarchó…Seguíasinexplicarmecómohabíalogradocruzarla región con tal rapidez. Además, ¿por qué diablos quería que la pintase dememoria? ¿No seríamejor queposase directamente paramí?Envista de lo difícilque resultaría resolver todas estas cuestiones, decidí posponer ulterioresconsideracioneshastalahoradeldesayuno,cuandosuponíaqueelasuntoseaclararíaporsísolo.

Cuandobajé,alamañanasiguiente,encontréservidoeldesayuno,peronohalléaladamavestidadenegro.Terminadalacolación,marchamosjuntosalaiglesia,luegovolvimosparaelalmuerzo,yasítranscurrióeldía;peroseguíasinhaberseñalesdeladamaninadiehizoreferenciaalgunaaella.Entonceslleguéalaconclusióndequedebíade tratarsedealgunaparienteydequehabríapartido tempranoparavisitaraalgúnotromiembrode la familiade losmuchosquevivíanporallícerca.Aunasí,estababastantedesconcertadoporelhechodequenoselamencionaseenabsoluto;no hallando la oportunidad de guiar mi conversación con los familiares hacia esetema,mefuiadormiraquellasegundanochemásconfusotodavíaquelaprimera.Alllegarelcriadoporlamañana,meaventuréapreguntarleporelnombredeladamaquehabíacenadoconnosotroslanochedelsábado.Surespuestamedejóanonadado:

—¿Unadama,señor?Nohabíaningunadama,sólolaseñoraKirkbeck,señor.—Sí,merefieroaladamaqueestuvosentadafrenteamí.Ibavestidadenegro.—¿TalvezserefiereaMissHardwick,nuestraamadellaves,señor?—No,noesMissHardwick;ellabajómástarde.—Puesyonovianingunaotradama,señor.—¡Ohsí,caramba,ladamavestidadenegroqueseencontrabaenlasaladeestar

cuandoyolleguéantesdequeelseñorKirkbeckvolvieseacasa!

www.lectulandia.com-Página120

Elhombrememiróconcaradesorpresa,comosialbergaseseriasdudasacercademisaludmental.Entoncesselimitóaresponder:

—Leaseguroquenohevistoaningunadamacomolaqueusteddescribe,señor.Ydichoestoseretiró.Elmisteriosepresentabaahoramásimpenetrableaunsicabe.Reflexionésobreél

desdetodoslospuntosdevistasinllegaraencontrarningunaexplicación.Teníaquecogermi trenhaciaLondres,asíquedesayunétempranoynotuvetiempomásqueparahablardelasuntoquemehabíallevadohastaallí;deesemodo,trasacordarquevolveríaalastressemanasparapintarlosretratos,medespedíypartíhacialaciudad.

SólomereferiréamisegundavisitaaaquellacasaparadejarsentadoquetantoelseñorcomolaseñoraKirkbeckmeasegurarondelmodomástajantequeenlacenadeaquelsábadoenconcretonohubouncuartocomensal.Surecuerdoalrespectoeranítido,pues inclusohabíanconsideradodecirleaMissHardwick, el amade llaves,que ocupase el asiento vacío, aunque finalmente no lo hicieron. Tampoco podíanrecordaranadieconesadescripciónentresucírculodeconocidos.

Pasaron algunas semanas. Faltaba poco para la Navidad. Era un típico día deinvierno, y la luz comenzaba a declinar en mi habitación. Recuerdo que meencontraba sentado frente amimesa, escribiendo algunas cartas para enviar en elcorreodelatarde.Mehallabasituadodeespaldasalosbatientesdelaspuertasquedabanalasalitaenlaquenormalmentehacíaesperaramisclientes.Llevabayaalgúnratoescribiendocuando,sinsabermuybienporqué,puesnadaviniescuchéquemedieraseñaldeello,notéqueunapersonahabíatraspasadoelumbralyahoraestabadepie observándome.Mevolví y allí, junto amí, estaba lamisteriosa damadel tren.Supongo que algo en mi comportamiento debió de indicarle que me habíasobresaltado,pues,trasloshabitualessaludos,ladamadijo:

—Perdónemesilehemolestado.Supongoquenomeoyóustedentrar.Sumaneradeconducirse,aunquemástranquilaysuavedeloqueyorecordaba,

nopodíacalificarsedeseria,nimuchomenosdetriste.Habíaalgúncambioenella,sí,peroeracomoesoscambiosinaprensiblesqueconfrecuenciasuelenobservarseenla gente; como cuando la espontaneidad sincera de una joven inteligente setransformaenserenidadyautodominiocuandoéstasehaprometidoenmatrimoniooacaba de dar a luz.Me preguntó si había hecho algún intento de retratarla.Me viobligado a confesar que no era así. Lo sintiómucho, ya que quería el retrato paraentregárseloasupadre.Traíaconsigoungrabado—unretratodeLadyM**A**—,pensando queme sería de ayuda.Eramuy parecido a aquél sobre el que pidiómiopiniónenlacasadeLincolnshire.Meinsistióenquesiemprelehabíandichoqueelparecidoeraasombroso,yqueporesoqueríadejármelo.Entonces,posandosumanofirmementesobremibrazo,añadió:

—Leestaríarealmentedelomásagradecidasilopintase—y,simimemoriano

www.lectulandia.com-Página121

metraiciona,recuerdoqueañadió—:puesdeellodependenmuchascosas.Viendo su insistencia, tomémi cuaderno de apuntes y, a la escasa luz que aún

quedaba, comencé a ensayar con carboncillo un somero bosquejo de su perfil. Detodosmodos,alvermehaceresto,lejosdeprestarmesuayudaenloposible,sevolviósimulando que miraba a los cuadros que había por la habitación, pasandoocasionalmentedeunoaotroypermitiéndomeasícaptarsusrasgosdemodofugaz.Apenasconseguídibujardosapresuradosbosquejos,aunasíbastanteexpresivos.Envista de que la débil luz nome permitía ya continuar, cerrémi cuaderno y ella sedispusoamarcharse.Aquellavez,enlugardelhabitual«buenasnoches»,mededicóun expresivo «adiós», al tiempo que sostenía mi mano con más fuerza que si laestuvieseestrechando.Laacompañéhastalapuertay,alcruzarla,diolaimpresióndeque se fundía con la oscuridad exterior; aunque supongo que fue cosa de miimaginación.

Enseguida pedí cuentas a la criada de por qué nome había sido anunciada lavisita de la dama. Dijo no saber nada de ninguna visita, y que si alguien habíaentrado,debiódehaberlohechoaprovechandoqueellahabíadejadolapuertaabiertamediahoraantes,cuandotuvoquesaliraunbreverecado.

Pocosdíasdespuésdequeestosucediese, teníayoqueacudiraunacitaenunacasasituadacercadeBosworthField,enLeicestershire.Salídelaciudadunviernes.Unasemanaanteshabíaenviado,enuntrendecarga,algunoscuadrosqueresultabandemasiadograndesparaquepudierallevarlosyomismo,conelfindequeestuviesenallíamillegada.Detodasformas,alllegaralacasameencontréconquenadiesabíanadade losmismos, y al preguntar en la estación,me informarondequeuna cajacomo la que yo describía había pasado en el tren y había seguido de camino aLeicester.Alserviernesyhaberpasadoya lahoradelcorreo,nohabíaposibilidadningunadeenviarunavisoaLeicesterhastaelsiguientelunesporlamañana,pueslaoficina de equipajes permanecía cerrada durante el domingo. En consecuencia, nopodíacontarconrecuperarlaspinturasantesdelmartesodelmiércoles.Lapérdidade tresdíassuponíaunperjuicioconsiderableparamí,asíque,conel findeevitarmales mayores, le sugerí a mi anfitrión que partiría de inmediato para resolveralgunosasuntosenSouthStaffordshire,puesmeveíaobligadoaatenderlosantesderegresar a la ciudad, aprovechando así el intervalo que se me presentaba yahorrándomealgodetiempoalconcluirmivisitaensucasa.Estearreglocontóconsu aprobación, así que salí a toda prisa hacia la estación de Atherstone en elferrocarrildeTrentValley.PorlasreferenciasquefigurabanenelBradshaw,viquemirutaseextendíaatravésdeLitchfield,endondedebíahacertrasbordohaciaS**,enStaffordshire.LleguéjustoatiempodetomareltrenquemedejaríaenLitchfieldalasochodelanoche.Segúnanunciabalaguía,habíauntrenquesalíadesdeallíhaciaS**alasochoydiez(dedujequecomoenlaceconaquellalíneaenlaqueyoestabaa

www.lectulandia.com-Página122

puntodeviajar).Porlotanto,nohabíamotivosquemehiciesendudardequeaquellamismanochepodríacompletarmi trayecto.Sinembargo,al llegaraLitchfieldmisplanessefrustraroncompletamente.Eltrenllegópuntualyyosalíconlaintencióndeesperarenelandénlallegadadelosvagonesdelotroservicio.Medicuentaentoncesde que, aunque ambas líneas pasaban por Litchfield, la estación donde paraba elferrocarrildeTrentValley,enelqueyohabía llegado,estaba justamenteenel ladoopuesto de la ciudad en donde se encontraba el apeadero de la línea de SouthStaffordshire.Tambiéndescubríqueyanohabía tiempode llegara laotraestaciónpara coger el tren aquella misma noche; de hecho, aquel tren acababa de pasarjustamentebajomispiesporunavíainferior,yllegarhastalaotrapuntadelaciudad,endondesólosedetendríadosminutos,quedabatotalmentedescartado.Notuvemásremedio, pues, que buscar alojamiento para aquella noche en el Swan Hotel. Medisgusta especialmente tener que pasar, siquiera una velada, en un hotel deprovincias.Enesoslugaresesimposiblecenardemodopasable;prefieroprescindirde lacomidaque tenerquecenaralgoquenomeapetece.Nunca tienenunmíserolibroparaentretenersemientras secena,y losperiódicos localescarecende interésparamí.YamehabíaleídoelTimesdecaboaraboduranteeltrayectodeltrenqueme había llevado allí. Además, no suelo congeniar con el tipo de gente que unoencuentra en estos lugares, que no suelo frecuentar. Bajo tales circunstancias,generalmente me limito a tomar un té a fin de que el tiempo pase lo más rápidoposible,yluegoaatenderlacorrespondenciaatrasada.

HedeañadirquenuncaanteshabíaestadoenLitchfield.Mientrasesperabaaquemesubieranelté,caíenlacuentadequeendosocasionesdurantelosúltimosseismeseshabíaestadoapuntodeirapararaaquelmismolugar:unavezporqueteníaquerealizarunpequeñoencargoparaunviejoconocidoquevivíaallí;ylaotraparacomprar los materiales de un cuadro que me había propuesto pintar sobre unincidentedelainfanciadelDoctorJohnson.Enambasocasioneshabríaterminadoenaquella ciudad si otros asuntos no me hubiesen desviado de mi propósito y mehubieranhechoposponerelviajedemaneraindefinida.Aunasí,nopudeevitarqueme rondara la cabeza un extraño pensamiento: «¡Qué raro!», me dije. «Aquí meencuentro, en Litchfield, sin habérmelo propuesto, cuando por dos veces hedesaprovechadolaocasión».CuandoterminéeltésemeocurrióquepodríaescribirleunanotaaunviejoamigoquevivíaenCathedralClose,unacalledeaquellamismaciudad,ypedirlequeacudieseamihotelparacompartirconélunaodoshoras.AsíquellaméalacamareraylepreguntesiconocíaauntalMrLute,quevivíacercadeallí.

—Sí,señor.—¿EnCathedralClose?—Enefecto,señor.

www.lectulandia.com-Página123

—¿Podríahacerlellegarunanota?—Porsupuesto,señor.Leescribíunanotadiciéndoleamiamigoquemeencontrabaenlaciudadyque

mepreguntabasipodríareunirseconmigoparacharlarsobre losviejos tiempos.Lanota le fue llevada y, transcurridos unos veinteminutos, entró por la puerta demihabitaciónuncaballerodebastantebuenver,deunaedadentremadurayavanzada,sosteniendomicartaenlamano.Nadamáspresentarsemedijoque,alparecer,yolehabíaenviadounacarta,yquesuponíaquehabíasidoporequivocación,puestoqueminombre leera totalmentedesconocido.Comprobéalmomentoquenose tratabadelapersonaaquienyopretendíaescribir,asíquemedisculpéylepreguntésiesquehabíaotroMrLutequevivieseenLitchfield.

—No,nohayningúnotro—merespondió.Desde luego, yo recordaba quemi amigome había dado la dirección correcta,

pueslehabíaescritoallívariasveces.Eraunapuestojovenquehabíaheredadounahacienda tras lamuertede su tíoduranteunamontería enQuorn.El jovendelquehablo se había desposado, haría como dos años, con una dama cuyo apellido desolteraeraFairbairn.

Eldesconocido,conmuchacalma,respondió:—Serefiereusted,sinduda,aMrClyne.VivíaenCathedralClose,lorecuerdo.

Perohaceuntiempoyaquesemudó.Aquelhombreestabaenlociertoy,consorpresa,exclamé:—¡Oh,vaya! ¡Ahora caigo!Ese era el nombre, efectivamente; pero, ¿qué es lo

quemehabráhechopensarenusted?Leruegoquemedisculpe;escribirleadivinandosu nombre inconscientemente es una de las cosasmás inexplicables que jamás hehecho.Perdonelaconfusión…

Muytranquilamentecontinuó:—Noesnecesarioque sedisculpe.Aunquepuedeque esta haya sidouna feliz

casualidad;precisamente llevaba tiempopensandoen llamarleaustedparaquenosentrevistáramos. Porque usted es el famoso pintor, ¿no es cierto? El hecho es queestaríamuyinteresadoenquepintaseelretratodemihija.—Ytrashacerunapausa,continuó—:¿Seríamuchoinconvenienteparaustedsilepidoquemeacompañeamicasa?

Me encontraba en extremo sorprendido por la forma en que había conocido aaquelcaballero,yporelcariztaninesperadoquehabíantomadolosacontecimientos.Porelmomentonomehallabaendisposicióndeaceptarsuencargoyleexpusemisituación,aclarándolequesólocontabaconunpardedíasparahacereltrabajo.Aunasí, él insistió con tanto empeño que prometí hacer lo que me fuera posible enaquellos dos días. Tras recoger mi equipaje, le acompañé a su casa. Apenas sicruzamospalabraduranteelcamino,aunquesutalantetaciturnoparecíatansólouna

www.lectulandia.com-Página124

prolongacióndesutranquilacomposturaenlaposada.Anuestrallegadamepresentóa su hijaMaria y entonces nos dejó solos.MariaLute era unamuchacha rubia deunosquinceaños.Penséqueeraunachicamuyguapa,vayasi loera.Susmodaleseranmásmadurosdeloquesuedaddabaaentender;evidenciabanunacomposturay(enelmejorsentidodelapalabra)unafeminidadquesólosedaaesasedadesentreaquellaschicasquehanquedadohuérfanasdemadreoque,porotrosmotivos,nohantenidomásremedioquevalerseporsímismas.

Evidentemente,nohabíasidoinformadadelmotivodemivisitaysólosabíaquehabíaidoallíapasarunanoche,porlocualseexcusóparaausentarseunosinstantesyasídarórdenesa laservidumbreparaquemepreparasenunahabitación.Cuandoregresómedijoqueyanovolveríaaverasupadrehastalamañanasiguiente,puessuestado de salud le obligaba a retirarse al anochecer; sin embargo, esperaba quepudiera volver a verlo al día siguiente.Mientras tanto,me instaba a considerarmecomoenmipropiacasayanodudarenpedircualquiercosaquenecesitara.Ellasesentaríaen lasaladeestar,aunquetalvezyoquisierafumaro tomaralgo,encuyocasohabíaunfuegoencendidoenlosaposentosdelamadellaves,yellamismameharía compañía, pues esperaba la visita del médico que había de llegar de unmomentoaotro,yésteprobablementesequedaríaatomaralgoyafumarduranteunrato. Accedí al momento, ya que la jovencita parecía recomendar esa opción. Nofuménitoménada,sinembargo;melimitéasentarmefrentealachimenea,yellasereunió conmigo poco después. Pronto se reveló como una excelente conversadora,con un dominio del lenguaje inusual en una persona tan joven. Sin mostrarse enabsolutoinquisitiva,ysinevidenciarquesuintenciónfuerasacarmeinformacióndeningúntipo,meexpresósudeseodesaberquéasuntoeraelquemehabíallevadoalacasa.Lecontéquesupadrequeríaqueyopintasesuretrato,oeldesuhermana,enelcasodequetuvieraalguna.

Permaneciósilenciosaypensativauninstante,yentoncespareciócomprenderlotodo.Me contó que su única hermana, a quien su padre se hallaba estrechamenteunido, había fallecido casi cuatro meses atrás; que su padre aún no se habíarecuperadodelprofundotraumadesumuerte.Confrecuenciaélhabíaexpresadosufervientedeseodetenerunretratodeella;dehecho,eraloúnicoenloquepensabaúltimamente. Ella tenía la esperanza de que, haciendo algo al respecto, su saludmejoraríanotablemente.Aldeciraquellotitubeó,empezóatartamudearyfinalmenterompióallorar.Despuésdeunapausacontinuó:

—Notienelógicaelocultarleaustedloquemuyprontoacabaráporsaber.Papáestáalgo trastornado, supongoque sehabrádadocuenta…Dehechohaestadoasídesde que enterraron a la pobre Caroline. Siempre dice que está viendo a nuestraqueridaCaroline;sehalla,sinduda,bajoelinflujodeterriblesdelirios.Eldoctordicenosabercuántomáspuedeempeorar,ynosharecomendadoquemantengamosfuera

www.lectulandia.com-Página125

desualcancelashojasafiladas,loscuchillosytodocuantopudieraserutilizadoparainfligirsedañoasímismo.Comprendaquenopodíamospermitirquevolvieseaverleustedestanoche;apartirdedeterminadahora,simplementeesincapazdehablarconlucidez,ytemoquelomismolesucedamañana.Talvezpuedaustedquedarsehastaeldomingo.Yopodríaayudarleensupropósito.

Pregunté si contaban con algúnmaterial a partir del quehacer el retrato—unafotografía,algúnbosquejo,cualquierotracosaqueayudase.Noteníannada.

—¿Seríacapazdedescribirmeclaramenteasuhermana?Medijoquecreíaquesí,yademásenalgúnsitioteníanungrabadodeunamujer

queguardabaungranparecidocon suhermana.Sin embargo,desgraciadamente lohabíanextraviado.Subrayéque,ante talesdesventajasyausenciademateriales,nopodía vaticinar un resultado satisfactorio. Ya antes había hecho retratos bajocircunstancias parecidas, si bien su éxito había dependido en gran medida de lascapacidadesdescriptivasdelaspersonasqueteníanqueayudarmepormediodesusrecuerdos. Había obtenido algunos éxitos, cierto era, pero es bien sabido que lamayoríadelasvecesesosintentosconcluyenenfracaso.

El médico debió de venir, pero yo no le vi. Supe, sin embargo, que habíaordenadoquesevelasealpacientehastaqueélvolvieraaldíasiguiente.Haciéndomecargodelasituaciónydelasmuchasobligacionesalasquelajovendamateníaqueatender,meretiréadormir temprano.Por lamañanaoíquesupadreseencontrababastante mejor; había preguntado insistentemente al despertar si yo aún meencontraba bajo su mismo techo y, durante el desayuno, me envió recado de queesperabaquenadameimpidieserealizarelretratosinmástardanza,paralocualtalvezsehallaríaendisposicióndevermealolargodeldía.

Nada más desayunar me puse enseguida a la tarea, guiándome por lasdescripcionesquemedabalahermana.Lointentéunayotravez,aunquesinéxito.Incluso, secretamente, empecé a perder toda perspectiva de alcanzarlo. Ante misintentossemedijoquelosrasgos,consideradosporseparado,seasemejaban,perolaexpresiónenconjuntoestababastantealejadadelarealidad.Durantebuenapartedeldíaseguíesforzándomesinquelosresultadosmejorasen.Losdiferentesretoquesquehice recibieron la misma respuesta: no lograba captar la esencia del retrato queperseguíamos. Me empleé a fondo y, de hecho, me sentía bastante fatigado,circunstanciaéstaquelajovenpercibió,altiempoquemeexpresabasusmáscálidosagradecimientosporelinterésquemeestabatomandoenlamateria.Enunmomentodado,susexplicacionessetiñerondeunvagosentimientodeirritación.Enalgúnsitioteníaungrabado—setratabadelretratodeunadama,dehecho—queseleparecíamuchoasuhermana,peronolograbaencontrarlo.Noharíanitressemanasquehabíadesaparecidocomoporensalmodel libroenelqueseencontraba.Alguienlohabíaarrancado. El asunto era de lomás decepcionante, pues estaba convencida de que

www.lectulandia.com-Página126

aquelretratomehabríasidodegranutilidad.Lepreguntésipodíadecirmequiéneraladamadelretrato,porsiyolaconocía,yalpuntomerespondióquesetratabadeLadyM**A**.

Aquelnombremerecordódemodoinmediatolaescenaconladamadeltren.Esedebió de ser elmismograbado que ellame enseñó,me dije.Tenía el cuaderno deapuntesarriba,enmiportafoliosy,porunaafortunadacasualidad,ensu interiorsehallabaelgrabadoencuestiónjuntoconlosdosbocetosalápiz.Inmediatamentebajécon ellos y se losmostré a la jovenMaría Lute. Los observó por unmomento y,volviendolavistahaciamí,dijolentamente,algoasustada:

—¿Dedónde los ha sacado?—yañadió, sin esperar ami respuesta—:Déjemeenseñárselosapapá.

Se ausentó unos diez minutos y regresó acompañada de su padre. Él no seentretuvo en saludos formales. Adoptó un tono y unas formas que yo no le habíaobservadoconanterioridad.

—Yoteníarazóntodoeltiempo.¡Esaustedaquienviensucompañía,yestosapuntessólopuedenserdeella!Valenparamímásquetodasmisposesiones,salvoestaqueridachiquilla.

Lahijatambiénasegurabaqueelgrabadoqueyohabíallevadoalacasateníaqueserelquefaltabadellibrodesdehacíatressemanas,enpruebadelocualmeseñalólasmarcasdecolaqueteníapordetrásyquesecorrespondíanexactamenteconlasmarcasquehabíanquedadoenlahojaenblancodellibro.Desdeelmomentoenqueelpadrevioaquellosapuntesrecobrósusaludmental.

No se me permitió retocar ninguno de los dos dibujos a lápiz del cuaderno,temiendoquepudiesenestropearse;peroenseguidacomencéuncuadroalóleo,conelpadre sentado junto a mí, hora tras hora, dirigiendo mis pinceladas, conversandoracional y hasta alegremente mientras lo hacía. Evitó las alusiones directas a susvisiones,aunquedevezencuandotratódellevarlaconversaciónalascircunstanciasenqueyohabíatomadoaquellosapuntes.Eldoctorsepresentóaquellamismatardey, tras elogiar el tratamiento que él mismo había aplicado, diagnosticó la notablemejoríadelpaciente,definitivaensuopinión.

Aldíasiguienteeradomingoyfuimostodosalaiglesia.Elpadrelohacíaporvezprimeradesdequecomenzarasuduelo.Traselalmuerzomeinvitóaquediéramosunpaseo.Entoncesvolvióasacareltemadelosbocetosy,trasdudarunosinstantesdesidebíaconfiarenmí,medijo:

—ElqueustedmeescribiesepersonalmentedesdelaposadadeLitchfieldfueunode esos hechos inexplicables que supongo imposibles de clarificar. De cualquiermodo,yoyaleconocía;puedodecirqueyalehabíavisto.Cuandolosqueestabanami alrededor dudaban de mi lucidez y consideraban cuanto decía una sarta deincoherencias,sóloeraporqueyoveíacosasqueellosnopodíanver.Desdequeella

www.lectulandia.com-Página127

murió, yo sé, con una certeza inamovible, que en diferentes situaciones me heencontradoantelapresenciavisibledemiqueridahijafallecida…Algoqueocurriómásamenudo,incluso,justoenlosdíasquesiguieronasumuerte.Delasnumerosasvecesqueestohasucedido,recuerdoconclaridadunaenlaquelavisentadaenunvagóndetren.Hablabaconlapersonaqueteníaenfrente.Quiéneraaquellapersonaesalgoquenopuedoasegurar,puesyoparecíaestarsituadoinmediatamentedetrásdeella,trassucabeza.Despuéslavicenandoenunamesajuntoconotraspersonasentre las que, incuestionablemente, se hallaba usted.Más tarde supe que en aquelmomento los doctores y mi familia consideraron que sufría uno de mis másprolongadosyviolentosparoxismos,puesseguíaviéndolamientrashablabaconusteddurantehoras,enmediodeunagranreunióndegente.

«Ydenuevovolví averla, al lado suyo,mientrasusted se encontrabaocupadoconunoscuadernos,puedequeescribiendo,oquizásdibujando.Unavezmáslavolvíaver,peroenloqueaustedtoca,lasiguientevezquelereconocífueyaenelsalóndelaposada.

Todoeldíasiguientelodediquéacompletarelrostrodeladifunta.DespuésmellevéconmigoelcuadroaLondresparaterminarlo.

MeheencontradoconMrLutevariasvecesdesdeentonces;susalud,pasadoslosaños, se ha restablecido completamente, y su conversación y susmodales son tanjovialescomocabeesperarsedealguienquehapasadoporunagravepérdidaperoquehaconseguidodejarlaatrás.

El cuadro ahora cuelga en su dormitorio, flanqueado por el grabado y los dosbocetos.Bajoélsehallaescrito:«C.L.,13deseptiembre».

www.lectulandia.com-Página128

ELCAPITÁNASESINOYELPACTOCONELDIABLO

Noexistenmuchoslugaresquemegustetantovolveravisitar,cuandoestoyocioso,comoaquéllosen losquenuncaheestado.Debidoaquemiconocimientode talesparajes se ha hecho esperar tanto tiempo, y ha madurado hacia una intimidad denaturalezatanafectuosa,metomouninterésparticularenasegurarmepersonalmentedequepermaneceninmutablesenmimemoria.

Nunca estuve en la isla de Robinson Crusoe y, sin embargo, regreso allí confrecuencia.Lacoloniaqueélfundósedisolvióenseguida,yyanoviveallíningunodelosdescendientesdelosseriosycaballerososespañoles,niWillAtkinsyelrestode amotinados, y la isla ha vuelto a su condición original. No queda ni una solaramitadelasqueseutilizaronparafabricarsuschozasylascabrashacetiempoquesehanasilvestrado;sialguiendisparaseallíunapistola,unanubedelorosdecoloresllameantesoscureceríael sol entrealaridos;ningunacara se reflejayaen lasaguasdelarroyueloatravésdelqueVierneshuyónadandocuandoeraperseguidoporsusdoshermanos caníbalesde estómagos afilados.Despuésdehaber comparadonotasconotrosviajerosque tambiénhanvueltoavisitar la islay lahan inspeccionadoaconciencia, me he convencido de que no contiene vestigios ni domésticos niteológicosdeMrAtkins,aunqueaúnhayquerastrearel legadoqueéstedejóen lamemorable tarde en que arribó allí para desembarcar a su capitán, cuando se vioconfundido por los señuelos y dio vueltas ymás vueltas hasta que oscureció y subarcoencallóy leempezarona flaquear las fuerzasyelespíritu.Lomismosucedecon la cumbre de la colina en la que Robinson quedómudo de alegría cuando elreinstauradocapitánseñalóalbarcoquehabíadesacarledeallí,navegandoamediamilladelacosta,enelvigésimonovenoañodesureclusiónenaquelsolitariolugar.E igual pasa con la arenosa playa en la que quedaron grabadas sus memorableshuellasyhastalacuallossalvajesarrastrabansuscanoascuandoseaproximabanalaorillaparacelebrarsusmacabros festines, tras loscualesensayabanunadanzamássalvajeaúnquelapropiajerigonzaquesalíadesusenormesbocas.Tambiénocurreasí con la cueva donde los ojos llameantes de la vieja cabra hacían pensar en unafantasmagóricaapariciónenlaoscuridad.YtambiénconlacabañadondeRobinsonvivía con su perro, su loro y su gato y en donde se enfrentó a aquellas primerasagonías de la soledad, que—curioso—no trajeron consigo apariciones espectralesprecisamente;¿unacircunstanciasorprendentequetalvezélexcluyódesubitácora?Cientosdetalesobjetos,ocultosentreeldensofollajetropical,dondeelcálidomardelostrópicosrompeeternamente;yporencimadeelloselcielotropicalque,salvoeneltranscursodelabreveestaciónlluviosa,brillalímpidoydespejadodenubes.

Jamásheestadoenelbretedevermerodeadopormanadasdelobosenlafrontera

www.lectulandia.com-Página129

entre Francia y España; jamás —con la noche oscura a punto de cernirse sobrenuestras cabezas, y todo el suelo cubierto de nieve—, hemandado detenerse amipequeñacompañíayparapetarsetrasunpuñadodeárbolescaídosquenossirviesenderefugioparadesdeallídispararabultotodouncargamentodepólvora,contantadestrezaquedeprontologramosacertaratres,cuatrolobos,loscuales,incendiadosenllamas,iluminanduranteunosinstantestodoeloscurobosqueanuestroalrededor.

Sinembargo,avecesregresoaesalúgubreregiónyvuelvoatemblaranteelsolohechodeolerlachamusquinaacarneasadadeloslobosardiendo,ycontemplocómose incendian, tropezando los unos con los otros; y cómo ruedan por la nieveintentandoenvanosofocarlasllamas,ycómosusaullidossontransportadosporelecohacialosbosquesdondeseocultanlosdemáslobos.

Nunca he estado en la cueva de los bandidos, en la que vivióGilBlas, pero amenudoregresoallíyabrolatrampilla—tanpesadadelevantar—,mientrasobservoa ese viejo y lisiadoNegro lanzando eternasmaldicionesmientras se tumba en sucama. Ni siquiera he visitado el estudio en el que Don Quijote leía sus libros decaballeríashastaque,enloquecido,salíayselanzabaensurocíncontralosgigantesimaginarios para después refrescarse el gaznate con grandes tragos de agua; enaquellabibliotecanadiepodríamoverunsololibrodesusitiosinmiconocimientonimi consentimiento. Jamás disfruté —¡gracias a Dios!— de la compañía de esaancianita que salió renqueante de un arcón y le dijo al comerciante Abudah quepartieseenbuscadelTalismándeOromanes;aunqueyomismomelasarregléparasaberquelamentadaseñoraseencuentratodavíaenbuenestadodeconservación,ysigue tan insoportable como siempre. Nunca visité la escuela en la que el niñoHoratio Nelson se escapó de la cama para robar las peras —no porque a él leapeteciesen,sinoporqueningúnotroniñoseatrevíaahacerlo—y,sinembargo,heidovariasvecesasuAcademiaparaverledescolgarseconunasábanaporlaventanadesuhabitación.IgualocurreconDamasco,yconBagdad,yconBrobdingnag—unlugar a menudo condenado a comprobar cómo su nombre se escribe de modoincorrecto—,y conLilliput, y conLaputa, y con elNilo, y conAbisinia, y con elGanges, y con el PoloNorte y conmuchos otros cientos de lugares… en los quenunca estuve, aunquemi obligación seamantenerlos intactos, y a los que siempreestoyvolviendo.

Sin embargo, recuerdo una vez que estuve en Dullborough, visitando a misamigosdelainfancia.Miexperienciaeneseterrenoserevelóinútil,ymeviincapazderecordarlacantidaddepersonasalasqueresultóquehabíasidopresentadoporminiñera antes de cumplir los seis años, y los lugares a los que solían obligarme avolver, sin apetecerme, por la noche—hay que decir que todos ellos, personas ylugares,erantotalmentedesquiciantesperonoporellomenosreales,paramialarma—.Si todospudiésemoscontrolarnuestrasmentes—enunsentidomásampliodel

www.lectulandia.com-Página130

que concede el acervopopular a esta frase—, sospechoque hallaríamos a nuestrasniñerasresponsablesdelamayorpartedelosrinconesoscurosalosquenosvemosforzadosavolvercontranuestravoluntad.

Elprimerpersonajediabólicoqueirrumpióenmipacíficajuventud—comotuveoportunidad de recordar aquel día en Dullborough— era alguien al que llegué aconocercomoelCapitánAsesino.Aqueldesdichadodebiódehabersidounvástagodel clanBarbaAzul, como poco, aunque por aquel entonces yo no sospechase unparentesco tal. Su alarmante nombre no parecía, al menos hasta entonces, habergenerado prejuicios en su contra, puesto que formaba parte de la alta sociedad yposeíaenormesriquezas.LaaspiracióndelCapitánAsesinoeraelmatrimonio:esolepermitíasaciarsuapetitocaníbalporlasnoviastiernas.Cadavezqueseprometíaconunanuevavíctima,eldíadelaboda,porlamañanatemprano,solíahacerplantaraambos lados del pequeño sendero de entrada a la iglesia unas curiosas flores, ycuando lanovia lepreguntaba:«QueridoCapitánAsesino,nuncahabíavisto florescomoéstas,¿cómosellaman?»,élrespondía:«SellamanGuarniciónparaCordero»,ysereíadeunamanerahorribledesuchisteatroz,mostrandosuafiladadentaduraeinquietandolasmentesdelosnoblesacompañantesdelanovia.Solíacortejarlasenuncochedeseiscaballos,quecambiaba,eneldíadelaboda,poruncochetiradopordocecorcelesdeunblancoinmaculado,todosloscualesteníanunamancharojaenellomoqueélmandabacubrirconlosarneses,yaquelamanchaaparecíaenelmismolugarcadavez,apesardequetodosloscaballoseranperfectamenteblancoscuandoel Capitán Asesino los compraba. La mancha la causaba la sangre de las jóvenesnoviasasesinadas.(Aestepasajetanterribledebomiprimeraexperienciapersonaldeestremecimiento y sudor frío recorriéndome la frente). Cuando finalizaban laceremoniayelconvite,despuésdehaberdespedidoasusnoblesinvitados,elCapitánAsesino se retirabaunmesa solascon sunovia.Tenía la costumbrecaprichosademandar fabricar un rodillo de oro y una tabla de amasar de plata. Previamente,durante el noviazgo, se interesaba vivamente por saber si la dama en cuestión eracapazdecocinarunaempanadacrujiente.Yenelcasodeque,bienporsunaturaleza,bien por su educación, no supiera cocinarla, si convenía en ser adiestrada en taloficio.Bien.CuandolanoviaveíaqueelCapitánAsesinohabíamandadofabricarelrodillodeoroylatabladeamasardeplata,recordabaloquesabíay,arremangándoselosencajesdeseda,seencerrabaenlacocina,dispuestaaprepararlaempanadaqueasumaridotantolegustaba.ElCapitántraíaentoncesunaenormebandejadeplataytambiénharina,mantequilla,huevosytodaslascosasnecesarias,salvoelrellenodela empanada: aquellos ingredientes que iban dentro del hojaldre nunca los sacaba.Entonces,laencantadoranoviapreguntaba:«QueridoCapitánAsesino,¿dequévaaestar rellena la empanada?». «De carne», respondía él. Y la adorable muchachitadecía:«PeroqueridoCapitánAsesino,noveolacarneporningúnlado».ElCapitán

www.lectulandia.com-Página131

replicaba con buen humor: «Mira en el espejo». Ella miraba, pero allí no veíaningunacarneyenesemomento,elCapitán,congrandescarcajadas,desenfundabaamenazantesusableyleordenabaextenderlamasa.Asíqueellaextendíaelhojaldrederramandograndeslágrimas,ycuandohabíarellenadoelmoldeconlamasayhabíacortadolapartequeserviríadecobertura,elCapitándecía:«¡Veounmontóndecarneen el espejo!». Y la novia miraba hacia el espejo justo a tiempo de ver cómo elCapitán le cercenaba la cabeza; luego la despedazaba en cachitos, le añadía sal ypimienta y la usaba como relleno de la empanada. Luego lamandaba al panaderopara que la cociese en su horno y se la comía entera hasta no dejar más que loshuesos.

Y así continuaba el CapitánAsesino, prosperandomuchísimo, hasta que eligiócomonoviaaunamuchachaqueteníaunahermanagemela.Alprincipionosabíaacuáldelasdoselegirparasusfines,yaque,aunquelaunaerarubiaylaotramorena,ambaseranigualmentebellas.Sinembargo,eligióalagemelarubia,queseenamoróde él, puesto que la hermana morena le detestaba vivamente, y sin duda habríaimpedidoelmatrimoniopor todos losmedios a su alcance.Encualquier caso,unanoche antes de la boda, acrecentadas sus sospechas hacia el Capitán Asesino, lahermanamorenasaliósigilosamenteytrepóporelmurodesujardín.AllímiróporunarendijaenlapersianadesudormitorioyheteaquíquevioalCapitánafilándoselosdientesconunalima.Aldíasiguiente,procuróprestaratenciónatodoloquesedecía,yescuchóalCapitánhacerlabromadelaguarniciónparaelcordero.Unmesdespués, como ocurrió con todas las demás novias anteriores, el Capitán mandóextender lamasa, decapitó a la gemela rubia, la hizo cachitos, la salpimentó, se lamandóalpanaderoparahornearlayselacomióhastanodejarmásqueloshuesos.

La gemelamorena estaba cada vezmás suspicaz, sobre todo después de habervistoalCapitánafilándoselosdientesyhaciendolachanzadelcordero.Cuandosehizopúblicalamuertedesuhermana,logrójuntartodaslaspiezasdelrompecabezas.Así, llegó a la conclusión de que su hermana había muerto asesinada y decidiótomarsevenganza.DemodoquefuehastalacasadelCapitán,golpeólaaldaba,hizosonar el timbre, y cuando el Capitán abrió la puerta le espetó: «Querido CapitánAsesino,cáseseconmigosintardanza.Siempreleheamado;simeheportadoasíconusted,eraporqueestabacelosademihermana».ElCapitánlotomóporuncumplido,yasíelmatrimonioquedóacordado.Lanocheantesdelaboda,lagemelavolvióaencaramarsehastasuventanaydenuevovioalCapitánafilándoselosdientes.Antetalvisión,lanzóunarisatanterribleporlarendijadelapersianaquealCapitánselehelólasangre.Entoncesél,sabiéndoseobservado,exclamó:«¡Esperoquenosehayaproducido ninguna contrariedad!».Al oírlo, ella se rió con una carcajada aúnmásterroríficayélabriólaventanabuscandoalrededor,peroellahabíabajadoágilmentedelmuro,yallínohabíanadie.Alamañanasiguienteambosfueronalaiglesiaenel

www.lectulandia.com-Página132

carruaje de doce caballos y contrajeron matrimonio. Justo un mes después ellapreparó lamasa y el Capitán Asesino le cortó la cabeza, la trituró en pedazos, laaderezó,laenvióalobradoryselacomióenteritahastanodejarmásqueloshuesos.

Sin embargo, antes de extender la masa, ella había ingerido un veneno conpropiedades letales, destilado a base de ojos de sapo y médulas de serpiente. ElCapitánAsesinohabíaterminadoderoerelúltimodeloshuesos,cuandocomenzóanotarsehinchadoyaponerseazulya llenarsedemanchasyachillar.Yasísiguió,hinchándosecadavezmásyponiéndosemásymásazulycadavezconmásmanchasydandocadavezmayoresgritos,hastaqueyaalcanzabadesdeelsuelohastaeltechoyabultabadeunaparedaotra,yentonces,seríalaunadelamadrugada,estallóconuna sonora explosión.Losblancos e impolutos caballos, asustadospor el estallido,rompieronsusbridas,enloquecieronyarrollaronatodoscuantosselescruzaronpordelante (empezando por la familia del herrero que hacía las limas para afilar susdientes)hastamatarlosatodosparadespuéshuiragalopetendido.

Escuché esta leyenda cientos de veces durante mi tierna juventud, y en cadaocasiónquelohicemesentítentadoalevantarmedelacama,mirarahurtadillasporlaventanadelcapitán,comolohicieralagemelamorena,volverasucasafatídicaycontemplarle agonizando, azul y lleno de manchas y dando gritos, mientras sehinchabahastallenartodalahabitación.

LajovenquemedioaconocerlahistoriadelCapitánAsesinoparecíasentirundisfrute perverso observando cómo me invadía el terror. Recuerdo que solíacomenzarsurelatoconunrasgueodegarrasenelaireconambasmanos,amododeoberturaintroductoria,traslocualproferíaunprolongadoyespeluznantealarido.Talera la angustia queme causaba con aquella ceremonia, que ella combinaba con lahistoriadelterribleCapitán,queenocasionesmesorprendíaansiandoserlobastantefuerte y lo bastantemayor como para volver a escuchar la historia de nuevo. Ellajamásmeahorróniunacomadel relatoy,esmás,meconminabaabeberdeaquelterrible cáliz como la única protección conocida por la ciencia contra el fatídico«GatoNegro»,unextrañofelinodemiradaferozyaspectosobrenatural,dequiensecreíaquemerodeabapor elmundodenoche,dejandoa losniños sin respiraciónyquetenía(segúnsemedioaentender)unansiaespecialpormipersona.

Aquella narradora—espero que mi deuda con ella en asuntos de pesadillas ysudoressehallavistoreparada—reapareceenmimemoriatransmutadaenlahijadeuncarpinterodebarcos.SunombreeraPiedad,aunqueconmigono tuvoni lamásmínima.Hededecirquehayunciertosabordeastilleroenlasiguientehistoriaquevoyacontar.Siemprelaheasociadoalaspastillasdecloratodemercurio,puesmeera narrada en las tristes noches en queme hallaba decaído por los efectos de esamedicina.

ExistióunavezuncarpinterodebarcoscuyonombreeraChips.Trabajabaenun

www.lectulandia.com-Página133

astilleropúblico.ElnombredesupadreeraChipsyelnombredelpadredeésteeratambién Chips; todos en la familia se llamaban Chips. Chips el padre se habíavendidoalDiabloporunateteradehierro,unpuñadodeclavosdeadiezpeniques,media tonelada de cobre y una rata que podía hablar; y Chips el abuelo se habíavendidoalDiabloporunateteradehierro,unpuñadodeclavosdeadiezpeniques,mediatoneladadecobreyunarataquepodíahablar;yChipselbisabuelosehabíavendido asimismo bajo los mismos términos y condiciones. Así que el susodichopactodiabólicosehabíavenidocelebrandoenlafamiliadesdehacíamucho,muchotiempo.Undía,cuandoeljovenChipsestabatrabajandodentrodelaoscurabodegadeunviejobarcodel setenta y cuatro, previamente izadopara su reparación, se lepresentóelDiabloenpersonayledijo:

¡Lalimonadaesparaelestío,elastilleroparaelnavío,yalgúndíaChipsserámío!

(Noséporqué,peroelhechodequeelDiabloseexpresaraenlenguajerimadomeresultabaalgoparticularmenteagobiante).

Chips alzó la vista al oír esas palabras y allí, delante de él, vio al Diablo enpersona, conojos comoplatosquebizqueabande formaexageradayque lanzabancontinuosdestellosdefuegoazul.Cuandoparpadeaba,loschorrosdechispasazuleslesalíandelosojos,ylaspestañashacíanunestrépitocomodepedernalymetalesfriccionándose.Colgando de uno de sus brazos llevaba la tetera de hierro, bajo suotro brazo había media tonelada de cobre, y sentada sobre uno de sus hombrosportabaunarataquepodíahablar.AsíqueelDiablodijootravez:

¡Lalimonadaesparaelestío,elastilleroparaelnavío,yalgúndíaChipsserámío!

(El invariableefectodeestaalarmante tautologíaporpartedelEspíritudelMalsolíaprivarmedemissentidosporunrato).

Chipsnodijoniunapalabra,ycontinuósutarea.—¿Quéesloquehaces,Chips?—preguntólarataquepodíahablar.

—Estoycolocandounasplanchasnuevasahídonde túy tuscompañerashabéisroídolasquehabía—dijoChips.

—Volveremos a comérnoslas—añadió la rata quepodía hablar—,ydejaremosqueentreelaguayahogaremosatodalatripulación,ynoslacomeremostambién.

Siendo Chips sólo un carpintero y no un marinero de un buque de guerra,

www.lectulandia.com-Página134

respondió:—Adelanteconello.Sinembargonopodíaapartarsuvistadelamediatoneladadecobreydelpuñado

declavosdeadiezpeniques,puestoque losclavosyelcobre son loscompañerosinseparablesdeuncarpinterodebarcos,ytodoslosdeloficioestándeseandohacerseconellossiemprequepueden.ElDiablo,dándosecuenta,ledijo:

—Ya veo lo que estásmirando, Chips. Deberías aceptar el pacto. Conoces lascondiciones.Tupadreantesque tú, así como tuabueloy tubisabueloantesqueélestabanbienfamiliarizadosconellas.

Chipsreplicó:—Aceptaría el cobre y los clavos, y nome importaría quedarme con la tetera,

perolarata…Laratanomegusta.ElDiablo,enojado,exclamó:—¡Nopuedesquedarteelmetalsinoaceptastambiénlarata…!Yademás,esuna

rareza.Enfin,ahítequedas.Chips,temiendoperderelpuñadodeclavosylamediatoneladadecobre,gritó:—¡Dámelos,dámelos!Asíquealfinalsequedóelcobreylosclavosylateteraylarata,yelDiablose

fuetalcomovino.Chipsvendióentonceselcobreylosclavos,yhabríavendidolateterasinohubierasidoporquecadavezqueselaofrecíaaalguien,laratasemetíadentroy loscomerciantes la soltabanpresadeunagranhisteriaynoqueríansabernadadeltrato.Envistadeello,Chipsresolviómataralarata.

Un día estaba trabajando en el astillero junto a un gran hervidor lleno de breaardiente.Asuladoteníalateteraconlarata;entoncestrasvasólabreahirviendoalatetera y la llenó hasta el borde. Procuró no quitarle ojo hasta que se enfrió y sesolidificó;dejóquereposaseduranteveintedíasydespuésvolvióacalentarlabreaylavertióenelhervidor, tras locualsumergió la teteraenaguaduranteotrosveintedíasmásyacontinuaciónseladioalosdelafundiciónparaquelametiesenenelhornootrosveintedías,alcabodeloscualesseladevolvieronalrojovivo,quemásbienparecíacristalfundidoenvezdehierro…Perocomprobó,desolado,quelarataseguíaallí,igualquealprincipio.LaratamiróaChips,yleespetó,convozburlona:

¡Lalimonadaesparaelestío,elastilleroparaelnavío,yalgúndíaChipsserámío!

(Habíaestadoesperando,conterrorindescriptible,aquealguienvolvieseacontareldichosochascarrillo).

EnesemomentoChipstuvolacertezadequenopodríaseparasejamásdelarata,

www.lectulandia.com-Página135

yésta,comosilehubieraleídoelpensamiento,dijo:—Mepegaréati…¡comolabrea!Aldeciresto,laratadiounsaltofueradelateterayChipsalbergólaesperanzade

que el bicho no cumpliese su palabra; pero algo terrible sucedió al día siguiente.Cuandollególahoradelacenaysonólacampanadelmuellequeanunciabaelfinaldelajornada,Chipssemetiólareglaenelbolsillolateraldesuspantalones.Ydentroseencontróalarata;sibiennoeralamismaratadelprincipio,sinootrarata.Alirseaponersusombreroencontróotradentro;yotraenelpañuelodesubolsillo;ydioconotrasdosmásen lasmangasdesuabrigocuandose lopusoparasaliracenar.Desdeentoncesseacostumbróaque todas las ratasdelastillero le treparanpor laspiernasmientrastrabajabaysesentaransobresusherramientasmientraslasutilizaba.Eranratasparlanchinas,igualesquelaprimera,yhablabanlasunasconlasotras,yélentendíaloquesedecían.Seadueñarondesudormitorio,selemetierondentrodelacama,yanidaronenlatetera,dentrodelacervezayhastaseencontróunascuantasenlasbotas.Ibaacasarseconlahijadeuntratantedecereales,yaliraentregarleuncostureroqueélmismo lehabía fabricado,una ratasaltó fueradeély lepegóa laprometidaunsustodemuerte;ycuando,alintentarconsolarla,fueapasarleelbrazoalrededordelacintura,otrarataseledescolgóporelbrazo.Naturalmente,tuvieronquesuspenderelmatrimonio,apesardequeyasehabíanhecholasamonestacionesdosveces,comobienatestiguaráelsacristán,quien,aldarlealpárrocoellibroenlasegunda ocasión, siempre recordaría cómo una rata grande y gorda, que salió dequién sabe dónde, empezó a corretear sobre una de las hojas. (A estas alturas delrelato, ya notaba cómo me recorría la espalda literalmente una cascada de ratas.Desde entonces, a ratosmehe sentidomorbosamente atemorizadode explorarmispropiosbolsillos,convencidodeque,rebuscandoenellos,daríasindudaconalgúnejemplarodosdeesasalimañas).

TalvezpiensenustedesqueaquelloerabastanteterribleparaChips,pero,apesarde todo, no era lo peor que le pasaba. Él sabía además lo que hacían las ratasdondequieraqueestuviesen.Aveces,inopinadamente,rompíaallorarcuandoestabaenlacantinaporlanoche.

—¡Oh!—decía—.¡Expulsadalasratasdelcementeriodeconvictos!¡Nodejéisquehaganeso!

Obien:—¡Hayunaenelqueso,enelpisodeabajo!Otambién:—¡Hayunpardeellasolisqueandoalbebéeneldesván!Yotrascosasporel estilo.Finalmente sevolvió locoyperdió suempleoenel

astillero y no pudo encontrar otro trabajo. Sin embargo, el rey Jorge andabanecesitadodehombresyenpocotiempoChipssevioempleadocomomarinero.Una

www.lectulandia.com-Página136

tardelellevaronenunboteasubarco,fondeadoenSpithead,yqueestabalistoparazarpar.LaprimeracosaquelevinoalacabezaalverlofueelmascaróndeproadelviejonavíodelsetentaycuatroenelqueseleaparecióelDiablo.ElbarcosellamabaElArgonauta. Pasaron remando justo bajo la proa donde estaba elmascarón. Esterepresentaba a un hombre con un vellocino en lasmanos y que llevaba puesto unmantoazulmientrasmirabahaciaaltamar.Sentadasobresufrente,observándole,seencontrabalarataparlanchina.

—¡Chips a la vista! ¡Eh, viejo! ¡Nos zamparemos las tablas, la tripulación seahogaráyentoncesnoslazamparemostambién,enterita!

(Al llegar a este pasaje del relato me sentía desfallecer, y sin dudarlo habríapedidounvasoaguadenoserporqueyaestabasinhabla).

ElbarcosedirigíaalasIndias(«siignorasdóndeestán,yadeberíassaberlo;ysino,noirásnuncaalCielo».Aquellamujermehizosentirquemicondenaenelfuturoerasegura).Talcomoestabaprevisto,elbuquezarpóaquellamismanocheynavegóynavegósinpararendirecciónasudestino.Chipssesentíafatal.Sinduda,nuncasehabía sentido tan aterrorizado. Un día, por fin, pidió permiso para hablar con elAlmirante.Alllegarjuntoaloficial,enelgrancamarotequeésteocupaba,Chipssepostróderodillas.

—Señoría,porsuhonorysinpérdidadetiempo,hagaregresarelbarcoalacostamáscercana.¡EstebuqueestámalditoysunombreesAtaúd!

—Joven,hededecirquesuspalabrasparecenmásbienlasdeunloco.—No,señoría,¡ellasestánroyendoyroyendoahoramismo!—¿Ellas?¿Aquiénserefiere?—Alasratas,suseñoría.¡Sóloquedaránagujerosypolvodondeahorahaytablas

de roblemacizo! ¡Las ratasestáncavandouna tumbaparacadahombrequeestáabordo!¡Ay!¿Quieresuseñoríavolveraverasumujeryasuspreciososhijos?

—Puedeustedestarsegurodeello.—Entonces, ¡por Dios todopoderoso, ponga rumbo al puerto más cercano! En

estemomentolasratashanparadoderoeryleestánobservandoaustedatentamente,con sus dientes desnudos, y se dicen entre ellas que jamás de los jamases volveráustedaverasufamilia.

—Mi pobre amigo, el suyo es un caso clínico. ¡Centinela, ocúpese de estehombre!

Asíselollevaron,ylesometieronasangrías,yletrataronconampollas.Estuvoasíduranteseisdíasenterosconsusnoches.Transcurridoesetiempo,Chipspidiódenuevopermisoparahablar conelAlmiranteyéstevolvióa accedera recibirlo.Searrodillódenuevoenelgrancamarote.

—Bien, Almirante, créame, ¡usted morirá! ¡No ha hecho caso de misadvertencias,yenconsecuenciatienequemorir!Lasratasnuncaseequivocanensus

www.lectulandia.com-Página137

cálculos.Mehandichoqueamedianochehabránatravesadoyaelcascodelbarco.Asíquevayaacostumbrándosea la idea:¡morirá…!¡Yyotambiénmoriré,y todoslosdemásloharán!

Alasdoceenpuntoseinformódequesehabíaabiertounagranvíadeaguaenelnavío.Un torrente imparable inundó el casco y nada pudo detenerlo. Se ahogarontodosycadaunodelosocupantesdelbarco.LosrestosdeChips—loquedejaronlasratas, ratas de agua— flotaron hasta la orilla; sentada sobre su cadáver mediodevoradonavegabauna inmensa ratade tamañodescomunal,quese reíacomounaloca.Cuandoelcuerpoarribóalaplaya,laratasesumergióenelmarparanovolverasalirnuncamás.Enlosalrededoreshabíaunagrancantidaddealgas.Sisecogendiecisietedeesasalgas,sesecanyseechanalfuego,sonaráncontodaclaridadestasdiecisietepalabras:

¡Lalimonadaesparaelestío,elastilleroparaelnavío,yalgúndíaChipsserámío!

Lamismamuchacha queme contaba estos cuentos—posiblemente surgida deentre aquellas antiguas brasas terribles, que parecían haber existido con el únicopropósito de atribular lasmentes de los hombres cuando empiezan a investigar loslenguajes—, hacía un constante alarde queme obligó en granmedida a regresar anumerosos lugares espantosos cuya visita yo habría evitado por todos losmedios.Pretendía convencerme de que todas aquellas historias de fantasmas habían tenidocomo protagonistas a sus propios parientes. El respeto debido hacia tan meritoriafamilia, por tanto,me impedíadudarde sus relatos, que enmimente adquiríanuntonodeautenticidadqueperjudicódeporvidamidigestión.

Otradesusnarracionestratabasobreunanimalsobrenatural,unacriaturaqueeraelmismísimopresagiodelamuerte,yqueseleaparecióenplenacalleaunamozadeservicio que «iba a buscar cerveza» para la cena. Al principio —ahora que lorecuerdo— la fiera semanifestababajo la guisa deunperronegrísimoquepoco apocoseibaelevandosobresuspatastraserasyseibahinchandohastaconvertirseenun ser cuadrúpedode sorprendente parecido a unhipopótamo, a cuya apariciónyoapenassipodíadarcrédito(noporquelojuzgaseimprobable,sinoporquelacriaturame parecía demasiado grande como para poder darle carta de naturaleza). Si bienPiedad,consuorgulloherido,replicóquelamozaencuestiónerasupropiacuñadaenpersona,asíqueyosentíquenomequedabaotraalternativaqueladeresignarmeaaceptaraquelfenómenozoológicocomocierto.

Otra de sus historias, lo recuerdo bien, tenía como protagonista a una jovenaparecida que salía de una urna de cristal y embrujaba a otramuchacha, a la que

www.lectulandia.com-Página138

pedía que recuperase sus propios huesos (¡pensar que se preocupaba tanto por susrestosmortales,Diosmío!)ylosmetieseenlaurnadecristal.Luegoleexigíaquelosinhumaseenciertolugarqueellaleindicaba,contodalasolemnidadyelboatoquepudiesencomprarveinticuatrolibrasydiezchelines.

Personalmente, recuerdoquesolíaponerendudaaquellanarraciónenconcreto,porque,aunqueencasa teníamosunascuantasurnasdecristal,ypuestoqueyonoestabasegurodeltododepoderlibrarme,sisemehubierapresentadoelcaso,deunaaparecidaquemeexigieseunentierroquecostaseveinticuatrolibrasydiezchelines,¿cómoibaapermitírseloalguiencomoyo,cuyapagasemanalascendíaadosmíserospeniques?Peromidespiadadaniñera,previendomisobjeciones,mequitabadegolpela alfombra sobre la que se asentaban mis inocentes pies, y me informaba,imprimiendoasuvozunmatizdegranmisterio,quelaotrajoven,aquéllaaquiensehabíahechoelterribleencargodelquehablabalahistoria,noeraotraqueellamisma.Ante tal revelación, comprenderán ustedes que yo no fuera capaz de dudar de suspalabras.Noeraposible,sencillamente.

Estos son algunos de los viajes que, contra mi voluntad, me vi forzado aemprender cuando era muy joven y adolecía, por tanto, de gran capacidad dediscernimiento.Viajesquenomeaportaronnadabuenoyque,ahoraquemedetengoapensarenello,noseprodujeronhacetantotiempo,dadoquenohacemuchosemepidió que volviese, una vez más, a realizar alguno de ellos, siempre conimperturbablesemblante.

www.lectulandia.com-Página139

ELNIÑOQUESOÑÓCONUNAESTRELLA

Érase una vez un niño que había salido a dar un largo paseomientras pensaba enmuchas cosas.Tenía una hermana, pequeña, como él, que le acompañaba siempre.Losdosjuntossolíanmaravillarsetodoeltiempo.Seasombrabandelabellezadelasflores,deloelevadoyloazuldelcielo,delaprofundidaddelasaguasbrillantes;ysemaravillaban de la bondad y del poder de Dios que había creado aquel preciosomundo.

Avecesseplanteabanelunoalotro:«Suponiendoquetodoslosniñosdelmundosemuriesen, ¿se entristecerían las flores, el agua y el cielo?». Ellos creían que sí,pues,segúndecían,losbrotesdelasplantaserancomolosniñosdelasflores;ylosarroyuelosjuguetonesquebrincabancolinaabajoerancomolosniñosdelagua;ylosbrillantespuntitosdiminutosquejugabantodalanochealesconditeenelcielodebíandeser,seguramente,comolosniñosde lasestrellas;y todosellossepondríanmuytristessinovolviesenavernuncamásasusamiguitos,losniñosdeloshombres.

Habíaunaestrellaclaraybrillantequeaparecíaenelcieloantesquelasdemás,cercadelaagujadelatorredelaiglesia,sobrelastumbasdelcementerio.Eramásgrande y más bella, pensaban los hermanos, que las otras; y cada noche los dosesperabancogidosdelamanoaquelaestrellitaapareciesejuntoalaventana.Elquelaavistabaprimerogritaba:«¡Yaveolaestrella!».Amenudolohacíanalavez,puessabíanbiencuándosolíasalirypordónde.Yasí,crecieronsiendotanamigosdeellaque, antes de acostarse en sus camitas, volvían a asomarse otra vez para desearlebuenas noches, y cuando se volvían para dormir decían: «¡Dios bendiga a laestrella!».

Sin embargo, siendo aún muy, muy pequeña, la hermana cayó enferma, y sequedó tan débil que ya no podía levantarse para quedarse junto a la ventana cadanocheconsuhermano;ycuandoelniño,queselevantabasoloymirabatristehaciafuera, veía por fin salir la estrella, se volvía y le decía a la enfermita de rostrodescolorido que estaba en la cama: «¡Veo la estrella!», y entonces ella sonreía ydejabaescaparconunadébilvocecilla:«¡Diosbendigaamihermanoyalaestrella!».

Muyprontoelniñoseencontrómirandoél solopor laventana,ynohabíaunacaritaenlacama,aunquesí,encambio,unapequeñatumba,queantesnoestabaallí,y que estaba rodeada demuchas otras; y cuando la estrella enviaba sus alargadosdestelloshacialatierra,éllosveíaveladosatravésdesuslágrimas.

Aquellos rayos eran tan brillantes y parecían señalar un camino tan fulgurantedesde la tierrahastaelCielo,quecuandoelniñovolvíaasusolitariacamasoñabaconlaestrella,yéstalemandabadestellos.

Soñaba que, desde donde estaba acostado, podía contemplar una procesión depersonas que unos ángeles conducían por aquella reluciente senda. Y la estrella,

www.lectulandia.com-Página140

abriéndosedeltodo,lemostrabaunmundodeluzenelqueotrosmuchosángeleslesaguardabanpararecibirlos.

Todosesosángelesqueesperabanvolvíansusojosrefulgenteshacialaspersonasqueeranguiadashastalaestrella;yalgunossesalíandelaslargasfilasporlasqueeranconducidosyselanzabanaloscuellosdelagente,besándolesconternura,ysemarchaban con ellospor avenidas luminosas, y eran tan felices juntosque el niño,tendidoensucama,llorabadealegría.

Aunque había algunos ángeles que no se marchaban en compañía de nadie, yentreaquéllos,unacaraqueélreconocía: lacaradelaenfermitaqueunavezhabíaestado allí, en la cama, y que estaba ahora toda embellecida y radiante, aunque sucorazónlaencontróentretodoslosquerecibíanalosdemás.

El ángel de su hermana se demoraba cerca de la entrada a la estrella y lepreguntaba a quien estuviera a cargo de organizar la fila: «¿Habéis visto a mihermano?».

Yelloslerespondían:«No».Ella ya se volvía cuando su hermano extendía los brazos y la llamaba: «¡Oh,

hermanita!¡Estoyaquí!¡Llévame!».Yentoncesellasevolvía,yleiluminabaconsumirada,ysehacíadenoche,ylaestrellabrillabaenlahabitación,enviándolelargosdestellos,mientraséllamirabaentrelágrimas.Desdeentonces,elniñomirabahaciala estrella como al hogar al que iría cuando llegase su hora, y pensaba que ya nopertenecíasoloa la tierrasino tambiéna laestrellaadondeelángeldesuhermanahabíaviajadoantesqueél.

Ynacióunbebéquehabríadeserelhermanitodelniño,ysiendo tanpequeñoqueaúnnisiquierahablaba,cayódesucamayfalleció.

Volvióelniñoasoñarconlaestrellaabiertayconlacompañíadelosángelesconsusojosrelucientesvueltoshacialascarasdelaspersonas.

Preguntóelángeldesuhermanaalencargado:«¿Vaavenirmihermano?».Yéstelerespondía:«No,éseno.Perovendráotrohermanito».Mientraselniñocontemplabaalángeldesuhermanoacurrucadoenlosbrazosde

ella,gritaba:«¡Oh,hermanita,estoyaquí!¡Llévamecontigo!».Yellasevolvíaylesonreía,ylaestrellabrillaba.Elniñocrecióhastaconvertirseenunapuestojoven.Sehallabaundíaocupado

consus libroscuandouncriado llegóy ledijo:«Sumadreha fallecido.Traigosusbendicionesparasuqueridohijo».

Denuevovio laestrellapor lanocheya todaaquellacompañía.Preguntabaelángeldesuhermanaaquienestabaalcargo:«¿Vienemihermano?».

Yledecían:«No,estumadre».Unpoderosogritodealegríaatravesó laestrellacuando lamadrese reuniócon

susdoshijos.Yelmuchachoextendíalosbrazos,llamando:«¡Oh,madre,hermanos,

www.lectulandia.com-Página141

aquíestoy!¡Llevadmeconvosotros!».Elloslerespondían:«Todavíano»,ylaestrellabrillaba.Eljovensehizounhombreysupeloempezóaencanecer.Estabaundíasentado

juntoalfuego,apesadumbradoyconelrostrosurcadoporelllanto,cuandolaestrellaseabrióunavezmás.

Preguntóelángeldesuhermana:«¿Vieneyamihermano?».Ylerespondían:«No,estavezessuqueridahijita».Yelhombre,queundíahabíasidoniño,vioasuhijareciénperdidacomouna

criaturacelestialentreaquellostresángelesquelacircundaban,ydijo:«Lacabezademihijareposasobreelpechodemihermana,ysubrazoestáalrededordelcuellodemimadreyasuspiesseencuentraaquelbebédelosviejostiempos,yyonopuedosoportarsepararmedeella,¡alabadoseaDios!».

Ylaestrellabrillaba.Entonceselniñosevolvióancianoysuantañosuaverostrosearrugó;ysuspasos

sevolvieronlentosydébiles;ysuespaldaseencorvó.Yunanoche,mientrasyacíapostrado en su cama rodeado de sus hijos, gritó, como ya lo hiciera tanto tiempoantes:«¡Veolaestrella!».

Ellossesusurrabanentresí:«Seestámuriendo».Lesrespondió:«Asíes.Semecaenlosañoscomounaprendadesgastadayme

dirijohacialaestrellacomounniño.Y,¡oh,Padremío!¡Ahorateagradezcoqueseabracontantasuavidadparaencontrarmeconaquéllosquemeesperan!».

Ylaestrellabrillaba;yaúnhoysiguebrillandosobresutumba.

www.lectulandia.com-Página142

CHARLESDICKENS,nacióenPortsmouthen1812,aunquepasólamayorpartedesuinfanciaenLondresyKent.Noempiezaaacudiralcolegiohastalosnueveaños.Traselencarcelamientodesupadreporelimpagodedeudas,sufamiliasetrasladaalacárcel,yaquelalegislacióndelaépocapermitíaquelosfamiliarescompartieranlaceldadelmoroso.EljovenDickensseveobligadoentoncesatrabajarcomooperarioenunafactoríadebetúnparazapatosbajodurascondicioneslaborales.Coneldineroqueganabapagabasupropiohospedajeyayudabaasufamilia.Trasunaformaciónprácticamente autodidacta, consiguió un puesto como secretario de un abogado en1827, y poco después se convirtió en cronista parlamentario.Gracias a este oficiopudopublicaren1833suprimeraobra,Esbozos,bajoelseudónimodeBoz.Enestalínea continuó publicando, hasta que su obra Los papeles póstumos del ClubPickwick lo convirtió en un autor aclamadomundialmente. Que la mayoría de suobra fuera publicada en entregas periódicas le daría gran popularidad e influenciaentreelpúblicoinglés.ViajóporEuropayEstadosUnidos,dondeeramuyconocido,aunquetraslacríticaquerealizadelNuevoMundoensunovelaMartinChuzzlewit,se ve rechazado por la sociedad norteamericana. Entre sus obras más célebres seencuentranOliverTwist,CancióndeNavidady,sobretodo,DavidCopperfield,delque vendería en poco tiempo más de 100.000 ejemplares y que resume de modomagistral sus penurias infantiles. En el ámbito personal disfrutó de un fecundomatrimonio que le aportó diez hijos pero que finalmente se vio perturbado por lasrelaciones extramatrimoniales que Dickens mantenía con una actriz de teatro.Hombre enérgico y comprometido, compaginó su extensa labor literaria con otros

www.lectulandia.com-Página143

campos de la cultura tales como la dramaturgia y la edición (fue fundador delsemanario HouseholdWords, donde publicaría por entregas dos de sus obras másconocidas, Casa desolada y Tiempos difíciles). Administró diversas asociacionescaritativas y luchó por conseguir reformas sociales que favorecieran a las clasesobreras, así como por la abolición de la esclavitud en Estados Unidos. Murió enGadshillPlace,el9dejuniode1870,trassufrirunaapoplejía.Fueincinerado,ysusrestosreposanenlaEsquinadelosPoetasdelaAbadíadeWestminster.

www.lectulandia.com-Página144

Notas

www.lectulandia.com-Página145

[1] Se refiere a las llamaradas de las torres mineras. (Todas las notas son de lostraductores.)Volver

www.lectulandia.com-Página146

[2]JosephButler(1692-1752).ObispodeDurhamyfilósofo.Volver

www.lectulandia.com-Página147

[3]SarahTrimmer(1741-1810).Filántropayeducadora.Unadelasprimeraspersonaseninteresarseporlaescrituraparaniños.Volver

www.lectulandia.com-Página148

[4] Guy Fawkes (1570-1606) planeó el motín de la pólvora en 1605. Dickens serefierealasefigiesquesonquemadasenInglaterracada5denoviembre.Volver

www.lectulandia.com-Página149

[5]PersonajeprincipaldelaobrateatraldeJamesM.Barrie,TheAdmirableCrichton(1902),queversa sobreunmayordomoquedemuestra suvalía apesarde suclasesocialtrasservíctimadeunnaufragio.Volver

www.lectulandia.com-Página150

[6]EnlaantiguaGrecia,unodelosjuecesdelosmuertos.Volver

www.lectulandia.com-Página151

[7]LabanderabritánicaseconocecomoUnionJack.Volver

www.lectulandia.com-Página152

[8]SerefierealtomoencuadernadoencuerorojoquecontienelalistadeabogadosenInglaterra.Volver

www.lectulandia.com-Página153

[9] Versión inglesa de la norteamericana Mother Goose —Mamá Ganso—,protagonistademuchosdeloscuentosyrimasquesenarranalosanglosajonesensutiernainfancia.Volver

www.lectulandia.com-Página154