para que la bruja no me coma

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UNIVERSIDAD JUAREZ AUTONOMA DE TABASCO División Académica de Ciencias de la Salud Lic. en Psicología Luis Alejandro de Dios Cornelio 122E42054 Psicología Infantil; Teoría y Práctica 3ºA Para que la bruja no me coma; Fantasía y miedo de los niños al infanticidio. Análisis del caso “No me gusta pensar que soy una Jirafa: La fantasía de una niña de tres años”. Las fantasías surgen de la necesidad de satisfacer deseos, Dorothy Bloch opta por la perspectiva donde la fantasía en la infancia- surge de la necesidad de defenderse contra el miedo de ser asesinados por los propios padres, pues estos le odian. Además, sus pensamientos, deseos y sentimientos de naturaleza mágica, lo hacen sentir culpable, ya que estos le dotan la capacidad para matar (odiar) a papá y mamá. Para el niño la comunicación es de vital importancia, ya que esta se presenta y es interpretada como un transmisor de sentimientos. Sin embargo, la violencia o la amenaza de violencia suele tener una respuesta violenta. Por otro lado aborda el tema de la influencia que tienen los padres en los problemas emocionales y como el deseo de matar al propio hijo les genera repugnancia. Los niños son vulnerables física y psicológicamente, sus fantasías surgen para proteger su estructura psíquica con un autoengaño, que les genera la esperanza de ganarse el cariño de sus padres. Las fantasías son, en otras palabras, una defensa contra el miedo. El caso que presenta Bloch es el de Elli, una niña de 3 años con dos fantasías defensivas, la primera era la de escapar de un monstruo que le perseguía, y la segunda era donde ella seguía portándose como un bebé, el cual no merecía cariño y buscaba la muerte. Estos eran reflejo del temor que tenia hacia su padre o que este la matara y por otro lado, de lo que ella creía hacerle sentir a su madre. Entre los problemas que presentaban están los del sueño y despertarse gritando, también mojaba la cama. El padre era una persona que, por su trabajo viajaba mucho, de carácter fuerte, parte de esto hacia que Elli interpretara su marcha como un signo de rechazo y su violenta llegada como una prueba más de que no la quería (recordemos que Elli era una “niña mala y desobediente”). La fantasía nunca esta divor cia de la

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Page 1: Para Que La Bruja No Me Coma

UNIVERSIDAD JUAREZ AUTONOMA DE TABASCO

División Académica de Ciencias de la Salud

Lic. en Psicología

Luis Alejandro de Dios Cornelio 122E42054

Psicología Infantil; Teoría y Práctica 3ºA

Para que la bruja no me coma; Fantasía y miedo de los niños al infanticidio.

Análisis del caso “No me gusta pensar que soy una Jirafa: La fantasía de una

niña de tres años”.

Las fantasías surgen de la necesidad de satisfacer deseos, Dorothy Bloch opta

por la perspectiva donde la fantasía –en la infancia- surge de la necesidad de

defenderse contra el miedo de ser asesinados por los propios padres, pues

estos le odian. Además, sus pensamientos, deseos y sentimientos de

naturaleza mágica, lo hacen sentir culpable, ya que estos le dotan la capacidad

para matar (odiar) a papá y mamá. Para el niño la comunicación es de vital

importancia, ya que esta se presenta y es interpretada como un transmisor de

sentimientos. Sin embargo, la violencia o la amenaza de violencia suele tener

una respuesta violenta.

Por otro lado aborda el tema de la influencia que tienen los padres en los

problemas emocionales y como el deseo de matar al propio hijo les genera

repugnancia.

Los niños son vulnerables física y psicológicamente, sus fantasías surgen para

proteger su estructura psíquica con un autoengaño, que les genera la

esperanza de ganarse el cariño de sus padres. Las fantasías son, en otras

palabras, una defensa contra el miedo.

El caso que presenta Bloch es el de Elli, una niña de 3 años con dos fantasías

defensivas, la primera era la de escapar de un monstruo que le perseguía, y la

segunda era donde ella seguía portándose como un bebé, el cual no merecía

cariño y buscaba la muerte. Estos eran reflejo del temor que tenia hacia su

padre o que este la matara y por otro lado, de lo que ella creía hacerle sentir a

su madre.

Entre los problemas que presentaban están los del sueño y despertarse

gritando, también mojaba la cama.

El padre era una persona que, por su trabajo viajaba mucho, de carácter fuerte,

parte de esto hacia que Elli interpretara su marcha como un signo de rechazo y

su violenta llegada como una prueba más de que no la quería (recordemos que

Elli era una “niña mala y desobediente”). La fantasía nunca esta divorcia de la

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realidad, los elementos que contienen son el niño y el mundo, su mundo; en el

caso de Elli la necesidad de sentirse querida la llevo a crear un monstruo

representativo de su padre.

El pensamiento de Elli “no me gusta pensar que soy una jirafa” y su

complemento “las jirafas no muerden” Es porque no le gusta estar furiosa –no

con su padre- y ser una jirafa, es sentirse grande –las jirafas son grandes- para

poder enfrentarse a alguien tan impotente como su padre, lo cual la protegía de

la violencia de su padre y lo protegía a el de la furia de su hija.

Con la terapia, el mundo de Elli tiene altos y bajos, a tal grado que siempre

llueve en ese mundo, en cualquier parte. Elli no podía hablar de sus

sentimientos, pero poco a poco consiguió hacerlo, “siempre llueve en este

mundo” y “la danza de la tristeza” son reflejo de los sentimientos de Elli. A

pesar de esto, ella era consciente de su problema, a tal grado que pudo

expresar un día “Mi padre quiere matarme, y no por qué”, lo cual hace que la

terapia tomo un camino de acción y se resuelva el primer conflicto, lo cual se

consigue hablando con la familia, y Elli diciendo que su miedo era por la pistola

de su padre.

Elli ya había logrado liberar su miedo a ser asesinada, sin embargo aun falta

liberar su agresividad, lo cual solo que especular, pues la terapia fue

interrumpida.