paul mccartney cumple 70 años
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Paul McCartney cumple setenta años el 18 de junio. Una recorrida por la vida del hombre que cambió el mundo con su música y todavía vive para recordarloTRANSCRIPT
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NOTA DE TAPA POR DENISE TEMPONE
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PAUL MCCARTNEY CUMPLE SETENTA AÑOS EL 18 DE JUNIO. UNA RECORRIDA POR LA VIDA DEL HOMBRE QUE CAMBIÓ EL MUNDO CON SU MÚSICA Y TODAVÍA VIVE PARA RECORDARLO.
PAUL PAUL
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1942 - 1952“DEFENDETE SOLO”
“Gordito” era el insulto favorito de sus compañeros
en el pequeño Instituto de Liverpool. Paul era un
chico rellenito, es cierto, pero esto no le creaba
ningún complejo. Se sabía amado. “Defendete”, le
aconsejaba su mamá, Mary, una mujer que sabía
en carne propia lo que era defenderse sola. Desde
que la Segunda Guerra Mundial había azotado a
Inglaterra, y Jim, su esposo, había tenido que dejar
su trabajo de algodonero para dedicarse a apagar
incendios durante la noche, ella había entendido
que iba a tener que salir al mundo a hacer lo suyo.
Mal no le fue. Ganaba más que su esposo y hasta
había podido acceder a la vivienda propia a través
de un subsidio estatal. Paul se sentía contenido
por ella, la admiraba tanto que juró que si alguna
vez tenía una hija, le pondría su nombre. Tal vez
por la relación directa de sus dos padres con la
vida, Jim salvándolas, y Mary ayudándolas a llegar
al mundo, la de los McCartney era una casa feliz.
Paul aprendió entonces a no dejarse apurar. “Era
terriblemente irónico e inteligente, ya por entonces
usaba muy bien el lenguaje”, recuerda una vieja
profesora, “podía hacer trizas a sus compañeros
con un simple comentario. Por suerte, siempre
paraba a tiempo”.
1952 - 1962“¿QUE HAREMOS SIN SU PLATA?”
“¿Que haremos sin su plata?”, preguntó Paul cuando le dijeron
que su madre había perdido la dura batalla contra el cáncer de
mama que había comenzado unos meses antes. Su padre lo
miró anonadado y algo humillado. Se trataba de un comentario
nervioso del que Paul se avergonzaría toda su vida. Tenía 14 años,
y estaba recién entrando a la adolescencia. Era imposible para él
expresar su dolor de una forma convencional. Pocos días después
compuso su primera canción, “I lost my little girl” (“Perdí a mi
pequeña niña”). Paul nunca admitiría la relación entre ese hecho
y su despertar como autor. Tal vez era muy doloroso entender que
algo bueno podía salir de semejante tragedia. Sin embargo, esa
pérdida sería decisiva para construir su destino. En junio de 1957
conoció a John Lennon en los jardines de la Iglesia Saint Peter.
Paul quedó impresionado por las agallas de este chico. “Estaba
en el escenario cantando una canción que yo también conocía.
Me di cuenta de que él no sabía la letra porque la inventó toda.
Me pareció que tenía muchas agallas”, recordó años más tarde.
Una cosa más lo impresionó: el hecho de que supiera afi nar la
guitarra solo, algo para lo que él aún necesitaba ayuda. Cuando
hablaron, Paul se estremeció al escuchar que John también había
perdido a su madre hacía poco tiempo. Un mismo dolor y una
misma pasión los estaban uniendo. Sus estados, en carne viva,
ayudaban a que sus sensibilidades se expresaran al máximo.
Sin embargo, mientras crecía la creatividad de ambos, crecía
también la competencia. Con esa dinámica de amor - odio que
los impulsaba a ser cada vez mejores, plantaron juntos la semilla
la banda de rock que cambiaría al mundo.
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1963 -1973“NADIE ESTÁ PREPARADO PARA ALGO ASÍ”
Los Beatles salieron al mundo y Paul se vio catapultado en una vertiginosa carrera
que afectó su personalidad. Cuánto más crecía la banda, más caótica se volvía su
vida pública y privada. Ante la sorpresa de sus viejos amigos, Paul comenzaba
a incursionar en costumbre rockeras y superponía novias con total descaro,
oscilando entre groupies, oportunistas, fans y verdaderas enamoradas. La misma
Linda Eastman, quien sería el gran amor de su vida, tuvo que competir con una
tal Maggie McGivern, por el puesto de “esposa”. Durante este intenso tiempo de
rivalidad, la competencia con John se convirtió en algo feroz. El resto de la banda lo
notaba especialmente en el escenario: una batalla se libraba con el volumen de sus
amplifi cadores, ellos intentan taparse mutuamente. “John sacaba lo mejor y lo peor
de mí. Crecía gracias a él, pero también conocí cosas de mí que no me gustaron
en absoluto”, confesó. Las cosas se magnifi caron cuando en sus caminos se cruzó
Bob Dylan. Hasta entonces su única aproximación a las drogas había sido mediante
las anfetaminas, para resistir el alocado ritmo de las giras, pero ese encuentro en
Nueva York les presentó el mundo de las sustancias químicas. Su incursión en este
universo afectó el funcionamiento de la banda y también su reputación. Una vez,
Paul fue detenido por la policía japonesa por llevar sustancias ilícitas y pasó nueve
días en la cárcel rodeado de fans convictos. “Fue un infi erno. Todos sabían quién
era yo y me pedían que cantara todo el tiempo”, recuerda. La tensión de esta etapa
estalló en 1970. Paul anunció la separación de Los Beatles, luego de enterarse de
que John estaba negociando su contrato solista a sus espaldas. El anuncio le valió el
resentimiento del resto de la banda que lo vio como una estrategia de promoción de su
etapa solista, a costa de ellos.
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1972-1982“ENAMORADO, LOS PROBLEMAS DESAPARECEN”
A pesar de lo que muchos podían especular,
Paul vivió la disolución de Los Beatles como
un verdadero duelo. “Por primera vez en mi
vida yo estaba hecho trizas. Un desempleado
cualquiera puede decir: ‘sos millonario, no es
tan grave’. Pero para mí, no tenía nada que
ver con dinero. Era la terrible decepción de
no ser útil para nadie. Fue un vacío que pasó
a través de mi alma. Hasta ese momento,
yo realmente era una especie de engreído.
Era la primera vez que la confi anza en mí
mismo sufría tal impacto. Casi no salía
de la cama, y si lo hacía, era para tomar”,
recuerda. Linda no entendía cómo ese ídolo
mundial al que había conocido en la cresta
de la ola, se había convertido en semejante
esperpento inseguro. Las cosas comenzaron
a mejorar a medida que Paul entendió que
su carrera solista podía funcionar. “Cada
vez que lo escuchábamos en la radio o lo
veíamos en una tapa de revista, saltábamos
de alegría. Era como si recién comenzara
a hacerse famoso”, señaló Linda. La paz
comenzó a llegar de a poco. La rivalidad con
John, si bien no estaba superada, parecía un
mal recuerdo. Ambos seguían compitiendo,
pero al menos, ahora era a la distancia. En
el hogar, Paul encontró contención. Adoptó
a la primera hija de Linda, Heather, y luego
llegaron Mary (como su madre), Stella
y James. Todo parecía estar en paz. Sin
embargo, en la mañana del 9 de diciembre
de 1980, la paz se terminó. Paul se despertó
en Londres con la noticia del asesinato de
John. Una catarata de imágenes invadió su
mente, pero las frenó. Se fue a trabajar a
su estudio como un día normal. A las pocas
horas, la prensa lo escuchó declarar que el
asesinato era “una molestia”, y no mucho
más. Lo miraron con el mismo desconcierto
que con el que lo miró su padre aquella vez
en que le anunció la muerte de su madre.
“Sé que reaccioné mal, no es la primera
vez que lo hago. Pero conozco a mucha
gente relacionada a la banda que reaccionó
así, simplemente teníamos que hacer de
cuenta que la vida seguía. Admitirlo era
demasiado doloroso”, confesó años después
para obtener la redención de sus fans. Paul
quedó traumatizado y durante años no dio
conciertos por miedo a ser asesinado en
escena.
1982 -1992“A VECES, CUANDO ESCRIBO, ESCUCHO COMENTARIOS DE JOHN”
Paul estrenó sus cuarenta años con el deseo de
renovarse y crecer en otras ramas del arte pero sin
poder deshacerse del fantasma de John. “A veces,
cuando escribo, escucho sus comentarios en mi
cabeza, es como si me dijera: ‘mejor probemos esto’,
‘no, eso no funciona’. He trabajado con mucha gente
pero con nadie volví a sentir esa magia que sentía con
él”. Su nostalgia lo haría volver a intentar acercarse a
Yoko, quien en primera instancia volvió a rechazarlo.
“La verdad es que yo nunca me llevé bien con Yoko.
Era John quien se llevaba bien con ella. Extraño como
parece, yo sólo comencé a conocerla después de la
muerte de John. Quería saber si yo podía ser de alguna
ayuda. Al principio, su actitud de ‘no quiero ser la viuda
del año’ me alejó. Pensé, ‘bueno, allá ella’. Pero luego
refl exioné. Creo que comencé a conocerla, a entender
por lo que ella estaba atravesando en lugar de estar
pendiente sólo de mi punto de vista. Ahí me di cuenta
de que teníamos muchas cosas en común. Aún así,
nunca alcanzó”, confesó.
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1992 - 2002“SIEMPRE CREÍ EN EL AMOR”
A los cincuenta, Paul comenzó con George y Ringo para
trabajar en el proyecto “The Beatles Anthology” y completar
dos demos que Lennon había dejado inconclusos.
Finalmente Paul conseguía hacer las paces. Sin embargo,
poco tiempo después, todo volvió a derrumbarse cuando
a Linda le diagnostican cáncer de mama. No podía ser
verdad. Su gran amor enfermaba de lo mismo que había
matado a su madre. La noticia fue un shock para él,
pero decidió reponerse y acompañarla en su proceso de
curación. Desafortunadamente, ese proceso nunca se
completó, la enfermedad se negó a retroceder y tres años
después tomó su hígado. Linda murió en la casa que ambos
tenían en Arizona. Devastado, días después Paul debió
aclarar que su esposa había muerto naturalmente y no
mediante suicidio asistido como aseguran algunos medios.
El mismo Paul esparció las cenizas de Linda en la fi nca de
la familia en Peasmarsh, en el condado de East Sussex,
Inglaterra. El mundo lamentó el triste fi nal para una pareja
que parecía indisoluble y muchos temieron que éste fuera
también el fi nal de Paul. Nada más lejos de la verdad. Dos
años más tarde, Paul contrajo matrimonio con Heather
Mills, una ex modelo con una pierna amputada, que le haría
conocer el verdadero sentido de la humillación.
2002 - 2012“NUNCA SE ES LO SUFICIENTEMENTE VIEJO PARA APRENDER”
Cuando los invitados a la boda lo vieron caminar hacia el altar nuevamente en el 2011,
no podían creerlo. Apostar al amor tras semejante experiencia traumática parecía lo más
osado que había hecho este súper héroe del rock. Heather Mills había logrado hacerse
con 48 millones de dólares luego de acusarlo de maltratador y manipulador psicológico.
Junto a ella, Paul había vivido sus años mediáticos más tormentosos y aún debía seguir
viéndola, ya que ambos habían tenido una hija, Beatrice. Sin embargo, ahí estaba el ex
Beatle, casándose nuevamente, por tercera vez. En esta ocasión, con Nancy Shevell,
una mujer de la sociedad neoyorkina, de 51 años y gran fortuna, quien además era,
curiosamente, sobreviviente de un cáncer de mama. La ceremonia parecía rodeada de
fantasmas. Paul había elegido casarse el 9 de octubre, día del cumpleaños de John
Lennon, en el mismo lugar en que había contraído matrimonio con Linda décadas atrás.
Sin embargo, no había rasgos de nostalgia en Paul. Los pocos invitados que había lo
conocían bien, sabían que sólo evocaba el pasado para mirar hacia el futuro. No estaba
ahí lamentando a quienes se habían ido, sino celebrando a quienes llegaban. Luego de
seis décadas de una fructífera existencia, él no estaba dispuesto a renunciar al amor, ni
a la música y mucho menos al futuro. Ese día fi nalmente todos entendieron que Paul no
parecía haberse enterado de la existencia de algo llamado vejez, eso que se supone, debe
prescindir de sobresaltos, desafíos, noches apasionadas y proyectos a futuro. A nadie se
le ocurrió decírselo tampoco, probablemente no lo hubiese entendido. Ese día, Paul volvió
a confi rmarle a su entorno que hay ciertas personas que no entienden de categorías ni
de límites. Son esas personas que llegan para burlar las convenciones de los demás. Con
su fe en el amor y su hambre de vida, Paul volvió a demostrarles, con sus setenta joviales
años, que es una de esas personas.
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LAS HISTORIAS DETRÁS DE LOS CLÁSICOS
YESTERDAY (1965)Paul compuso la melodía gracias a un sueño que tuvo
en la casa de la familia de su novia, Jane Asher, en el
que se le ocurrió la melodía completa. Al despertarse,
fue rápidamente al piano, puso en funcionamiento un
grabador y la tocó, para no olvidarla. “Durante cerca
de un mes fui a ver gente del negocio de la música,
preguntándoles si habían escuchado eso antes, pensé
que la estaba plagiando. Fue como si hubiera encontrado
algo que debía entregar a la policía. Pensé que si en
unas semanas nadie la reclamaba entonces sería mía”,
recuerda hoy. Después empezó a hacerse cargo de la letra.
Originalmente, la canción tenía el título de “Scrambled
Eggs”, “Huevos revueltos”, mientras encontraba la letra
y un título más adecuado. Terminó la letra en unas
vacaciones en Lisboa.
LIVE AND LET DIE (1973)Paul compuso esta canción junto a Linda por encargo
para la película de James Bond luego de leer un
libro de Ian Fleming sobre la nueva saga del agente
secreto. “Lo leí muy rápido y lo más difícil fue pensar
la canción alrededor del título. Finalmente vino a mí
esta idea de que cuando uno es joven dice cosas
como ‘vive y deja vivir’, pero cuando envejece empieza
a entender que la vida es un poco más dura y hay que
vivir y dejar morir y la idea salió alrededor de eso. Me
tomó quince minutos escribirla, fue divertido”.
HEY JUDE (1968)Originalmente se llamaba “Hey Jules” y Paul la había
escrito para consolar a Julian Lennon, de cinco
años, que vivía traumáticamente el divorcio de sus
padres (John y su primera esposa, Cynthia). Luego
cambió el nombre por “Jude” inspirado por el música
“Oklahoma!”, la cual le encantaba. En 1987, cuando
Julian y Paul coincidieron en un hotel de Nueva York,
Paul le reveló la historia y Julian le confesó que muchas
veces lo había sentido aún más cercano que su propio
padre, a quien no veía con mucha frecuencia.
LET IT BE (1970)La leyenda cuenta que esta canción le vino a Paul en
sueños en un momento de mucha ansiedad. En ese
estado, él se reencontraba con su madre, quien le
decía palabras sabias: “Let it be”, “Déjalo ser”. Paul no
recuerda qué otros consejos le dio, sólo sabe que se
levantó con una paz completa. “Let it be” se convertiría
para él y para muchas personas en el mundo, una
declaración acerca de dejar los problemas atrás y
seguir adelante con la vida. Esta canción dio nombre
al último álbum que Los Beatles hicieron juntos.
Paradójicamente ese mismo disco que brega por el
futuro, se iba a llamar “Get Back” (“Volvé”) e iba a ser
un retorno a las raíces de la banda. Sin embargo, la
gran hostilidad que había en ese momento entre ellos
hizo que el disco fuera terminado por el productor, Phil
Spector, a quien ese nombre le pareció más acorde a lo
que realmente sucedía.
“MICHELLE” (1965)John solía invitar a Paul a fi estas francesas donde
había lindas chicas. Paul trataba de encajar
sentándose en un rincón y fi ngiendo ser francés. A
veces intentaba cantar canciones pero sabía muy
poco del idioma. Tiempo después, Paul decidió
hacer una canción al respecto y le pidió a una
amiga, profesora de francés, que le diera un lindo
nombre en ese idioma y le enseñara frases que
rimaran. “Michelle, ma belle”, por ejemplo. Jugando
con esa idea surgió el clásico de Los Beatles, que
demuestra a la perfección cómo el músico puede
reírse de sí mismo.