pedagogia de la ternura

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PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Una aplicación a la Parábola del Buen Samaritano en clave de Pastoral Educativa Académica

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PEDAGOGÍA DE LA TERNURA

Una aplicación a la Parábola del Buen Samaritano en clave de

Pastoral Educativa Académica

"Vosotr@s sois nuestra carta... sois una carta de Cristo redactada por ministerio nuestro... escrita no con tinta sino con el Espíritu de Dios vivo, no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones" 2 Cor. 3, 2 -3

"Testigo me es Dios de cuanto os quiero a tod@s vosotr@s en el afecto entrañable de Cristo Jesús" Filipenses 1,8.

“Solo con el corazón se puede ver bien”

“Yo te alabo, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y prudentes y se las has dado a conocer a los sencillo. Si, Padre, así te ha parecido bien. Vengan a mi todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré. Aprendan de mí que soy sencillo y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus vidas” Mt. 11,25-28

“El hombre al nacer es blando y débil, pero al morir se vuelve rígido y duro.

Los diez mil seres, todas las plantas y los árboles,

Son blandos y flexibles mientras viven, pero secos y quebradizos cuando mueren.En verdad, la rigidez y la dureza son rasgos

de la muerte,la blandura y la flexibilidad son rasgos de la

vida”.

Tao Te King

"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple. Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos; solo se ve con los ojos del corazón. Lo esencial es invisible para los ojos repite el principito para no olvidarlo".

Saint - Exupery

La decisión por la ternura requiere, un enorme coraje: el coraje de nadar contra corriente, de realizar opciones diversas,

alternativas, respecto al uniformismo general, como por ejemplo en San Francisco que no sin razón puede calificarse como "una irrupción

de la ternura y de la alegría de vivir juntamente”. Como "un triunfo de la com - pasión y la misericordia“. Como un campeón "del vigor y la samaritanidad por los pobres y los débiles“. Como ejemplo extraordinario de vida, capaz de renovar la Iglesia y el mundo.

Capaz de renovar nuestros colegios.

1. SUS CARACTERÍSTICAS

Sabe captar la realidad que vive el otro y responder inmediatamente. Conoce a sus estudiantes y ellos lo conocen., se identifica con ellos, conoce su voz...

Ayuda a crecer, vivifica, bendice, fecunda, genera vida, transforma el caos en organización, el mal en bien. Ayuda a poner en orden la existencia, a organizarla de acuerdo a un Proyecto de Vida.

Hacia la pedagogía de la ternura en nuestros colegios.

No solo mueve el corazón sino que consolida, acompaña para producir procesos que producen vida. No obliga, abre caminos, siembra pasto en el desierto.

No se marcha se queda con sus estudiantes es fiel, inspira confianza, sostiene, consuela tiene el sentido de pertenencia. No es un empleado, genera relación comunión desde la amistad. Comparte lo que es y lo que tiene en plano de igualdad.

Da sabor a las relaciones, descubre el valor de cada uno y hace que se tome conciencia. Bendice: rescata el potencial de vida de cada uno.

Da vida, vivifica, convierte, sana, produce autonomía y madurez.

Un amigo es distinto de un empleado. El tiene que ser un servidor que genere vida, comunión.

Por esto es imposible comunicarse en profundidad si no es desde la amistad, la relación cercana, parámetro de la vida trinitaria, donde no es que esté cada persona junto a la otra, sino la una en la otra.

Normalmente quien cambia la vida no es el maestro , mucho menos el profesor, es el amigo: que es una bendición, una Buena Nueva.

2. LA TERNURA DEL EDUCADOR

Por esto la pregunta fundamental mía como Maestr@ es “Cómo me relaciono con mis estudiantes” Se trata de interrogarme, sensibilizarme frente a l@s niñ@s, sin olvidar que este salir de sí mismo es un don exclusivo de la divinidad.

Es la visión, el horizonte lo que tiene que cambiar. Jesús no trabajó con reglamentos, con leyes sino con programas, con proyectos de vida. Cuando entremos en esa línea, entramos en el seguimiento, el discipulado, aprender la nueva visión de Jesús, la causa de su Padre: El Reinado de Nuestro Dios.

3. EL DERECHO A LA TERNURA

El amor no se mendiga, se recibe porque algo mágico en nosotros lo ha despertado, algo en el alma, en el corazón.

La ternura debe ser el eje de la fuerza de un colegio católico – cristiano.

INTRODUCCIÓN

No es fácil hablar de ternura y más difícil aún tratar de ser tierno. Se conocen por los menos tres peligros, desconfianzas, prejuicios, sorpresas:

Ser mal interpretado por los que confunden "ternura" con "sentimentalismo" con romanticismo. Ser mirado con recelo por los que confunden "ternura" con "debilidad". El hecho de que el que hable de ternura y trate de ser tierno sea un hombre.

El proyecto de Dios está condensado en el Bendecir palabra clave de la creación. El hilo conductor de la Biblia es el bendecir como Proyecto de Dios.

Bendecir pedagógicamente es crear, es ayudar a crecer a recuperar el potencial que hay en cada uno. Es todo lo contrario de estancarse. Para esto es preciso el desmonte de ciertos esquemas mentales.Es sacar del mal bien, del caos vida, de la desorganización organización.

Para Jesús el único valor real fue la persona, el ser humano. El valor es el otr@ que me estimula a salir de mi mismo, provoca mis sentimientos frente al otr@ descubriendo qué le pasa y moviéndonos para hacer algo.

Para esto es fundamental la ternura, la misericordia, el perdón que son acción creadora de Dios, que es bendición. Que son relación. Aquí está el centro de la Pedagogía de Jesús que busca construir personas nuevas, seres nuevos que ayuden a construir una sociedad diferente.

Un modo de acoger, de darse, de compartir. Es un modo de pensar y sentir la existencia humana con benevolencia, como don de Dios.

4. QUÉ ENTENDEMOS POR TERNURA?

Sentimiento de cariño y delicadeza, de afecto suave, de encanto, de atención amorosa, de ser movido por entrañas de misericordia como lo fue Jesús.

La ternura es flexibilidad, permeabilidad, apertura del corazón, disponibilidad de cambio, es fuerza, madurez y vigor interior. Se manifiesta en un rostro concreto de estima afectiva, de benevolencia, de amabilidad y cariño.

Es más fácil vivir la ternura que describirla, experimentarla que hablar de ella.

Brota tan solo en un corazón libre capaz de ofrecer y recibir amor. Responde al deseo de amor y la conciencia de ser amado exigencias fundamentales y permanentes inscritas en el corazón humano.

El sustantivo "ternura" del latino "teneritia" evoca la idea de algo blando, privado de dureza y de rigidez y evoca a un afecto interior que se experimenta con participación viva, afectuosa y dinámica. El adjetivo "tierno" del latino tenerum - tendere - supone e implica una actitud que orienta a salir del yo para encontrarse con el tu, tendiendo hacia el, en una relación real de entrega y de reciprocidad.

“La ternura es el punto en el cual finalmente nos hacemos blandos, permeables, dóciles para ser acogidos en una mano ajena, transparentes a la mirada del otro, libres de la angustia”.

Antonio Cajiao

La ternura reviste mil rostros, asume las más diversas situaciones afectivas, no representa una actitud opcional sino una vocación profunda que humaniza a la persona y la hace cariñosa, capaz de escuchar, de aceptar, de apreciar justamente a los demás, de tolerarlos, de demostrarles de una manera concreta y sana lo mucho que se los ama.

Vivir la ternura implica que los demás se encuentren a gusto con nosotros, se sientan amados, se transformen de seres extraños en amigos potenciales, y nos vean como un don y una riqueza para su existencia. Es hacer que se construyan relaciones respetuosas y constructivas de reciprocidad, igualdad, respeto. Cancelación de toda la figura del dominio u opresión.

"Los otros" para la ternura, no representan una abstracción genérica o tan solo unas "almas que salvar“ o “personas que enseñar” sino personas de carne y hueso, con un nombre y un rostro, con una historia, con sus esperanzas y sus sueños; son personas que esperan una mirada, una sonrisa, una broma, que necesitan un apretón de manos, un contacto solidario, de amistad y de cariño y que muchas, muchísimas veces desean y piden un abrazo fraternal, un beso sano y fresco, pero también un llamado de atención justo y amigable.

El otro no pide ser acogido solo verbalmente, sino ser auxiliado concretamente. Su invocación se convierte en una pro - vocación. Es lo clave de la parábola del Buen Samaritano. Es el despertar de yo como responsabilidad por los demas. Es no pasar de largo.

Ternura: descentración, estar abierto al otro, no pasar de largo, empatía con la otra persona, con la singularidad de sus vivencias. Relación sana, equilibrada.

Es superar el corazón de piedra - Endurecimiento de la piel - áspero de piel -, por un corazón de carne. Contacto cálido, de corazón, de fraternidad.

Se ha demostrado claramente que existe una relación directa entre el grado de proximidad que experimentan todas las personas especialmente los niños y su salud mental. Las demostraciones de afecto son necesarias para la salud en todo momento.

LA TERNURA ES UN SISTEMA DE COMUNICACIÓN

Llenar la vida cotidiana de ternura: Enseñar a saludar, sonreír, a ser amables, a dar un abrazo, un beso, a acariciar, a vivir plenamente la humanidad en nuestros colegios, formar sensibilidades, aceptar la dinámica afectiva en el ambiente educativo.

La ternura es un conjuro social destinado a colocar un dique a nuestra agresividad para que no se transmute en violencia destructora. Ser tierno para aceptar al diferente. Superar "la torpeza afectiva".

Es imposible acariciar, dar un beso, un abrazo por la fuerza eso sería maltrato. Para esto debemos contar con el otro, con sus reacciones y deseos. Tocar sin herir y soltar para permitir la movilidad del ser con quien entramos en contacto.

Al acariciar pretendemos transmitir nuestros sentimientos y buscar o sentir lo que el otro experimenta. Es renuncia a la posesión, es posibilidad de adentrarnos en la piel del prójimo. No es simple roce de epidermis es creación compartida.

Es participar en un encuentro que refuerza la singularidad. Es manifestación de afecto y de sentimientos. Es el don del cariño y la ternura.

LA TERNURA ES RENUNCIA A LA OPRESIÓN

La ternura no es ni puede ser una forma de encuentro superficial, anónimo o masificante. El sentido profundo de la ternura es asombro de ser, de benevolencia, de relación amigable que nos viene de Nuestro Dios que es en sí mismo una "relación", una comunión de tres que son uno, en un innegable intercambio de acogida, de don y de abrazo. El Padre, El Hijo y El Espíritu son entre sí y el uno para el otro una tierna acogida, un eterno don en un eterno abrazo.

LA TERNURA ES PROGRAMA DE VIDA, RIESGO:

La ternura es una opción, un estilo de vida humano y humanizador, pertenece a nuestro modo de ser. Su ausencia es signo de una naturaleza incompleta. Dejar que se nos escape la ternura es dejar que se nos escape la vida. Y como no existe vida sin riesgos, tampoco existe una ternura sin riesgos. Pero el mayor de los riesgos está en no vivir la ternura

La adquisición de la ternura no se da por descontada: supone el coraje de abrirse al prójimo con gestos concretos, más allá de las respuestas negativas que se puedan recibir. Para llegar allá se hace necesario un largo camino de disciplina espiritual, de esfuerzo ascético para dominar el egoísmo que está encerrado en nosotros y canalizar los impulsos, instintos y pasiones de forma madura. Como lo enseña bien la vida de Francisco de Asís "la verdadera ternura nace del vigor" requiere un aprendizaje, un periodo de maduración.

El contenido de la ternura es eminentemente interactivo: es abrirse al encuentro, ofrecer, recibir, compartir, hacerse capaz de compasión sincera y generosa. Es conmoverse, estremecerse por algo o por alguien.

Es una sensibilidad específica, llena de solicitud por los otros, llena de afección - del latín affectivo, affectus - y que significa: movimiento, disposición de ánimo, deseo. Actitud afectuosa de atención y amistad. Movimiento del alma que toca a la sensibilidad y abre al encuentro positivo con el otro o los otros. El aprecio y la amabilidad representan los dos rasgos característicos fundamentales de la ternura.

Cunde la idea de que la ternura encierra una connotación casi meramente femenina o al menos escasamente viril: "califica" a la mujer y "descalifica" al hombre. Se trata de un prejuicio sin fundamento que es preciso desenmascarar con energía.

Sería como decir que la sensibilidad y la capacidad de expresar afecto, atención a la vida y a cada una de las personas , dulzura del amor de Dios o exquisitez evangélica de la caridad constituyen actitudes cerradas al horizonte del varón.

UN PREJUICIO A SUPERAR

La realidad es que el sentimiento de ternura atañe de manera total e imborrable tanto al hombre como a la mujer, a su humanidad y a su vocación de amar y a la comunión. Solo resignificando el animus y el anima de la ternura, lo masculino y lo femenino, en una integración armónica será posible construir una auténtica "civilización de la ternura" como lo quiere Nuestro Dios, el Dios de Jesús de Nazareth fuente inagotable y cumbre de toda ternura para todos los que se dejan amar por El y aprenden en el a amar tiernamente la vida, las personas y todas las realidades más sencillas y pequeñas de la creación "Cuando amas - observa estupendamente el poeta Khalil Gilbran - no digas "tengo a Dios en mi corazón. Di más bien: "Estoy en el corazón de Dios".

Como lo enseña la vida de Jesús y de los grandes santos vivir en la ternura, entendida en un sentido evangélico - teologal, se nos presentara como el sacramento de la pedagogía cristiana: su signo y su forma de actuación, capaz de dar cuerpo a la fe, alma a la esperanza y corazón a la caridad.

5. VIVIR LA TERNURA: SACRAMENTO DE LA PEDAGOGÍA CRISTIANA

Un corazón palpitante, acogedor, que sabe dar y compartir, capaz de com - pasión de benevolencia afable y de amistad gratuita. Es una implicación visceral de todo ser en una dimensión de conciencia responsable, de apertura hacia...

El cristianismo sin ternura, corre el riesgo de expresarse en una clave sumamente reductiva, casi meramente ritualista o moralista, incapaz de fascinar a niñ@s y jóvenes post - modernos que quieren saber amar con el corazón y sentirse amados de corazón. Que buscan con pasión humanidad en un mundo donde lo inhumano se ha hecho cotidiano!

La ternura no pertenece al orden del cogito sino al de la sensibilidad. Una sensibilidad cargada de afecto y participación, una dilectiod llena de valor humano que se concretiza en atención y efusión afectiva, calor vivo, cordialidad afectuosa para no reducirse a un gesto meramente material, ritual y frío tan lejos del agapé paradigma y cima de realización en todo cristiano que siga el estilo de vida de Jesús.

Se requiere una ternura nueva que conduzca a devolver su plena concreción de significado a la categoría típicamente cristiana de amor / caridad. Fuera de la experiencia de ternura se corre realmente el riesgo de no ser capaz de expresar una inteligencia adecuada del mensaje evangélico del Reino que es caridad, ágape.

6. LA TERNURA APELA A LA CARIDAD, LA CARIDAD SUPONE LA TERNURA Y LA REQUIERE

Es el sentir y no el entender lo que constituye el ambiente vital del sujeto humano. Es lo fundamental de la persona un sentir que en cada una, cada uno está radicalmente entrelazado de afectividad y de corporeidad, que apela a la sensibilidad como afecto dado y recibido.

Sin el Evangelio de la ternura no se responde plenamente al plan de Dios, al Evangelio del amor que el maestro nos dejó.

La ternura nos aleja del poder, del dominio y la exclusividad y nos coloca en el terreno del ser, de la autoridad. La defensa de la verdad tiene que nacer de un corazón amoroso, tierno, como el de un padre a una madre buenos, no de un espíritu arrogante o de un cálculo de poder y tiene que manifestarse en una forma de amor desarmado, como el de Jesús. Jn 18, 2,3.

El amor al prójimo no solo es una persona sino también la sociedad, la comunidad. Cuando Jesús habla de “Vida Plena” se refiere “A vida en comunidad”.Se trata de un amor eficaz que busca transformar a la persona, transformar la sociedad, construir auténtica comunidad, verdadera común – unión.

El relato del Buen Samaritano que - no por casualidad es identificado por los padres de la Iglesia con la figura del salvador - nos indica que debemos hacernos compañeros de viaje de todos los que pasan dificultades, participando de su situación, con ternura, con afecto, con cariño, con generosidad. Si pasamos de largo si no descendemos de la cabalgadura, el Evangelio queda atrofiado y mutilado deja de ser Buena Nueva.

Sin la ternura la razón se transforma en racionalismo y la libertad en dominio y prevaricación. Fuera de la ternura no hay ni puede haber auténtica humanidad.

La ternura nos salva de la ceguera y de la hipocresía los únicos pecados combatidos por Jesús.

Estamos por tanto ante una alternativa entre una cultura de la ternura: de la vida, del amor y una anti - cultura de la violencia y por tanto de la muerte y del egoísmo.Solo manteniendo o recobrando el sentido de la ternura superaremos toda agresividad y fatalismo y nos abrimos a nuevas opciones y nuevos estilos de vida trazados por el sentido de la hospitalidad, por la valoración de las diferencias, por el respeto amoroso a las personas y a la naturaleza. Se trata de que la atención al otro / a la otra y la ternura, actúen como constitutivos de nuestro existir.

El Dios de Jesucristo nos pide a sus seguidores que nos hagamos, unos con otros y unos para otros, evangelizadores de la ternura.

"Lo que ha faltado hasta ahora a los mensajeros del cristianismo es la ternura".

Hay veces no es fácil llegarles al corazón, al alma de las personas. Se hace necesario encontrarle salida a su actitud.

Resistirnos a la posibilidad del contacto es querer perpetuar una jerarquía del poder en vez de abrir un nuevo campo de interacción. Lo afectivo no puede seguir confinado al cuarto de San Alejo. El alimento afectivo es tan importante como el alimento material. Una inversión sensorial es necesaria para resignificar la vida diaria. El tocar como estrategia de comunicación humana auténtico punto de encuentro entre sujetos. Brindar calor y compañía, enriquecer con nuestra presencia. Recibir y transmitir energía.

Sufrimos una de las privaciones más peligrosas: la incapacidad de expresar nuestro amor con un afecto abierto y sincero, sano y sin temor.

"Helen Colton, en su libro titulado “El placer de tocar”, asegura que la hemoglobina de la sangre crece de forma importante cuando te tocan, acarician y abrazan. La hemoglobina es la parte del flujo sanguíneo encargada de suministrar las aportaciones vitales de oxígeno al corazón y al cerebro; la autora dice que, si queremos estar sanos, debemos tener contacto físico con los demás, debemos amarnos y abrazarnos. Una de las cosas más penosas de nuestra cultura es que marcamos desmesuradamente el acento en el aspecto sexual de la relación amorosa. Es una lástima, pues de esta forma pasamos por alto la ternura y el calor humano".

Debemos tener cuidado con la indigencia emocional. Se impone la reconstrucción del tejido afectivo. Cuidemos de percibir la ternura como un peligro. La ternura sana y cura, es una forma de bendición.

7. LA TERNURA NOS SALVA DEL ANALFABETISMO AFECTIVO

Es asunto de los modelos, de ideología, de cultura. Para unos se trata de dejarse querer y expresar ese querer, para otros es todo lo contrario.Desde décadas atrás, hemos sido educados en el miedo y para el miedo. Nos hemos acostumbrado a una pedagogía del temor.

Estamos viendo las corazas; la careta estereotipada, el silenciamiento corporal. Insensibilizarse a muchas vivencias singulares.Se ven mal los Intercambios afectivos en el ambiente

"Desmond Morris sugiere que el temor a tocar está relacionado con antiguos y generalmente inconscientes tabúes sexuales. Esta idea ha hecho que nos resulte difícil permitirnos cualquier tipo de contacto físico que no implique una participación sexual".

A la ternura se opone a: La violencia explícita e implícita, acción que tiende a impedir la expresión de la singularidad. Intolerancia frente a la diferencia y a la resistencia.

Eliminar al diferente, al resistente por el fusil - El Gesto - La Manipulación psicológica

El Chantaje afectivo: es una forma de violencia: hacerle saber al otro de manera explícita o implícita que tiene nuestro apoyo y cariño solo si es como nosotros queremos que sea. Es una práctica vejatoria muy extendida en la vida cotidiana y particularmente en nuestros colegios.

En el fondo, todo esto significa que, en nuestra cultura, lo que se valora y lo que más importa es “lo fuerte”, lo propio del macho. Y por tanto, lo que interesa y se busca es lo que culturalmente simboliza lo fuerte: el poder, el prestigio, la influencia social, económica y política, el talento, el dominio que se tiene sobre los demás, la sangre fría, la capacidad de escalar y subir, el triunfo en todas sus manifestaciones, aunque eso se consiga a base de vender e incluso de aplastar a quien se ponga por delante.

Ahora bien, una cultura en la que se distribuye así lo que a cada cual le corresponde y en la que se privilegia así al varón sobre la mujer, entraña un tipo de sociedad que arrastra una consecuencia sencillamente aterradora, a saber: todos vamos por la vida como seres deformes. Porque – diciéndolo de manera brutal – nos parten por la mitad. Quiero decir que, en la medida en que nos identificamos con las exigencias de nuestra cultura, no tenemos más remedio que reprimir y, si es necesario, machacar una parte esencial de nosotros mismos.

Por eso, en las familias y en la educación en general, se procura y se insiste en que el joven o la joven triunfe, tenga éxito, escale puestos, sea una persona influyente, que gane, que domine, que mande y que se imponga. Si es una persona con una gran capacidad de ternura, de sensibilidad, de afecto, de cercanía humana, de manera que viva todo eso porque se siente necesitado de cariño y con capacidad para expresar ese cariño, todo esto a poca gente le importa y a pocas familias y colegios les quita el sueño.

La consecuencia que esto tiene es que abunda demasiado la gente que se cuida mucho de reprimir la afectividad, la ternura, la delicadeza. Al tiempo que casi todos nos pasamos la vida soñando con éxitos, cargos y poderes que seguramente nos vienen grandes y que, además, nunca llegamos a alcanzar. De ahí la cantidad de gente frustrada. Y, sobre todo, la cantidad de gente solitaria en la vida.

Hemos reflexionado en nuestros colegios sobre este asunto capital?

No hay que ser un sabio para darse cuenta de que, si reprimimos la sensibilidad, la ternura, la bondad y, al mismo tiempo, nos dedicamos a exaltar el poder, el dominio y la fuerza, la convivencia se convierte en un infierno. Porque la competitividad se hace la dueña del escenario del mundo y nos puede a todos. La consecuencia es que la vida termina siendo un campo de batalla en el que no sólo agredimos a los demás, sino que además nos agredimos a nosotros mismos, sin darnos cuenta de lo que estamos haciendo.

La ternura de JesúsRevela lo más humano que hay en

DiosY lo más divino que hay en la

persona humana.Un colegio sin ternura

Sería un colegio sin corazónY un colegio sin corazón seria

Un colegio lejos del Reino de Dios.La ciencia

Que no se deja transformar por la ternura

Es una ciencia que produce muerte

La única manera de tener ternura Consiste en ser ternura.

CONCLUSIÓN

ES POSIBLE ACARICIAR

“Ser tierno requiere una fortaleza propia de aquellos profetas que se adelantan a su tiempo y muestran una nueva forma de vivir sin limitarse a denunciar.

También anuncian con su vida que es posible ser tierno en situaciones límite y en la cotidianidad. que es posible perdonar al enemigo. Que vale la pena descentrarse de sí mismo para encontrar al otro.

Que es posible acariciar y no agarrar o manipular otro. Que es necesario comprometerse con la insurgencia de la ternura en una sociedad violenta.

Que es posible redescubrir el valor de lo pequeño, lo frágil, lo cotidiano, por encima del tener, el poder y el saber como conquista de los privilegiados.

Que es posible aceptar el reto de creer y amar al otro con la validez de sus emociones y sentimientos para construir la paz y una nueva convivencia. Que es posible arriesgarse a romper el círculo vicioso del egoísmo para descubrir que “donde tú eres tierno, eres plural”.

“LOS HUMANOS NECESITAMOS HUMANIDAD”

Benedicto XVI