pedro contesta a cristo automÁtico tú sabes que te amo, señor, tú lo sabes. ¿por qué con...
TRANSCRIPT
Pedro contesta a Cristo
Pedro contesta a Cristo
AUTOMÁTICOAUTOMÁTICO
Tú sabes que te amo, Señor, Tú lo sabes.
¿Por qué con dolorosa ternura me interroga tu cristalina voz
como un trino de aves?
Tú sabes que te amo, Señor, Tú lo sabes.
¿Por qué con dolorosa ternura me interroga tu cristalina voz
como un trino de aves?
Tú sabes que te amo, Tú lo sabes.
Y es tanto más amarga tu pregunta,
y es tanto más amarga tu insistencia
cuando sé, Señor, que en mi conciencia
un dedo negro mi traición apunta.
Tú sabes que te amo, Tú lo sabes.
Y es tanto más amarga tu pregunta,
y es tanto más amarga tu insistencia
cuando sé, Señor, que en mi conciencia
un dedo negro mi traición apunta.
Punzan mi alma como tres puñales tus interrogaciones
casi iguales: "¿Me amas?, ¿me amas?
y ¿me quieres?"
Punzan mi alma como tres puñales tus interrogaciones
casi iguales: "¿Me amas?, ¿me amas?
y ¿me quieres?"
"Tú sabes que te amo",
te respondo, pero me duele
el corazón muy hondo como todo sembrado
de alfileres. Mi deslealtad
es clara como el día.
"Tú sabes que te amo",
te respondo, pero me duele
el corazón muy hondo como todo sembrado
de alfileres. Mi deslealtad
es clara como el día.
Era yo tu discípulo, bebía de tus
divinos labios la enseñanza.
Era yo tu discípulo, bebía de tus
divinos labios la enseñanza.
Mi fe era a veces débil,
mas nunca pensé en abandonarte
y jamás truncarse miré
mi carrera de esperanza.
Mi fe era a veces débil,
mas nunca pensé en abandonarte
y jamás truncarse miré
mi carrera de esperanza.
Y aún cuando muchos te dejaron
y tu discipulado abandonaron
y Tú nos preguntaste: "¿Queréis iros
vosotros?".
Y aún cuando muchos te dejaron
y tu discipulado abandonaron
y Tú nos preguntaste: "¿Queréis iros
vosotros?".
Yo contesté resuelto:
"Señor, ¿a quién iremos?
Solo Tú tienes palabras
de Vida Eterna”.
Yo contesté resuelto:
"Señor, ¿a quién iremos?
Solo Tú tienes palabras
de Vida Eterna”.
“¿Quieres que te dejemos para seguir al mundo
también como esos otros?"
“¿Quieres que te dejemos para seguir al mundo
también como esos otros?"
Pero, Señor, te odiaba la maldad farisea;
porque tu verbo santo con vigor la abatía, y por crucificarte
tramaban cada día.
Pero, Señor, te odiaba la maldad farisea;
porque tu verbo santo con vigor la abatía, y por crucificarte
tramaban cada día.
Dejando entonces Tú la dulce Galilea,
viniste a la escarpada Jerusalén impía:
y por fin te prendieron y llevaron...
Dejando entonces Tú la dulce Galilea,
viniste a la escarpada Jerusalén impía:
y por fin te prendieron y llevaron...
Yo te seguí hasta el lugar cruento
donde enfurecidos te injuriaron
y con ardor salvaje te azotaron
hasta dejarte pálido y sangriento.
Yo te seguí hasta el lugar cruento
donde enfurecidos te injuriaron
y con ardor salvaje te azotaron
hasta dejarte pálido y sangriento.
Y yo, el valiente que nunca desmayaba
tuve temor... sentía mucho fríoy calentaba mi
corazón helado...
Y yo, el valiente que nunca desmayaba
tuve temor... sentía mucho fríoy calentaba mi
corazón helado...
¡Jesús mío!...¡cuán clara
en mi memoria la torpe escena veo!
Me dijeron: “¡Tú andabas
con ese Galileo!"
¡Jesús mío!...¡cuán clara
en mi memoria la torpe escena veo!
Me dijeron: “¡Tú andabas
con ese Galileo!"
Y yo, que en otro tiempo gozoso te servía,
te negué aquella noche, maldije con cinismo,
juré exaltado y rodé en el abismo
por el peso de plomo del miedo que sentía.
Y yo, que en otro tiempo gozoso te servía,
te negué aquella noche, maldije con cinismo,
juré exaltado y rodé en el abismo
por el peso de plomo del miedo que sentía.
Fue entonces cuando al canto del gallo
mi conciencia atravesó la noche
largamente...
Fue entonces cuando al canto del gallo
mi conciencia atravesó la noche
largamente...
Pasabas, me miraste, doloroso fulgor
tus ojos encendía; temblé ante tu presencia.
Pasabas, me miraste, doloroso fulgor
tus ojos encendía; temblé ante tu presencia.
Y de remordimiento me salí a las tinieblas y lloré amargamente.
Y de remordimiento me salí a las tinieblas y lloré amargamente.
Y por fin te pusieron en la cruz ominosa
donde te vi por vez última con los brazos abiertos.
Y por fin te pusieron en la cruz ominosa
donde te vi por vez última con los brazos abiertos.
Y cuando al tercer día descendí a tu fosa,
¡ya no estabas en medio de los muertos!
Y cuando al tercer día descendí a tu fosa,
¡ya no estabas en medio de los muertos!
Y ahora, Señor resucitado,
¿por qué con dolorosa ternura
me interroga tu cristalina voz como un claro
y límpido reclamo?
Y ahora, Señor resucitado,
¿por qué con dolorosa ternura
me interroga tu cristalina voz como un claro
y límpido reclamo?
El arrepentimiento, Señor, me rehabilita.
Tu sangre redentora mis culpas todas quita, y Tú, mejor que nadie,
sabes que…
El arrepentimiento, Señor, me rehabilita.
Tu sangre redentora mis culpas todas quita, y Tú, mejor que nadie,
sabes que…
¡Te amo!¡Te amo!
Te invito a conocer mis dos blogs:
"Pequeñas Semillitas" http://peque-semillitas.blogspot.com/
"Juan Pablo II inolvidable"http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/
Felipe de Urca