peregrinos por las rutas del arte

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Peregrinos Por Las Rutas Del Arte

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  • PEREGRINOS POR LAS RUTAS DEL ARTE

    MANUEL OLMEDOVicepresidente de la AsociacinAmigos de los Museos de Osuna

    EL ao 2005 ha sido para nosotros prdigo en actividades viajeras, iniciadas en Mlaga, donde gozamos de las impresionantes belle-zas del Jardn Botnico, conocimos la obra del pa-dre y maestro de Picasso, expuesta en la Fundacin del genio, contemplamos en el Museo Municipal una esplndida coleccin de grabados de don Pablo, testimonio de sus obsesivas y perversas incursiones a los dominios de Eros y de Afrodita, y, fi nalmente, recorrimos el gran Museo dedicado al insigne ma-lagueo, en una de cuyas amplias salas pude ver y or a un grupo de visitantes que comentaban jocosa-mente unos cuadros, y las chanzas no me sorpren-dieron porque es sabido que las obras de Picasso asombran, embelesan, chocan o irritan, son acogi-das con respetuoso silencio o provocan reacciones de custica irona, como la del gran escultor y ami-go entraable suyo Manolo Hugu, que, cuando vio su primer retrato cubista, exclam: Pobre Pablo! Qu diras si vieras llegar por la estacin de Lyon a tu padre y a tu madre con jetas como esta?. Y Picasso se rea de la ocurrencia, porque ni le afl igan las censuras, ni le halagaban los elogios. l iba a lo suyo, que era buscar lo indito. Y en ese afn pas por el mgico tamiz de su sensibilidad a Cezanne y a Gauguin entre otros, fundi en su crisol artes de distintas civilizaciones y asimil la leccin del arte primitivo con toda su belleza mstica y eterna; y, ya en la cumbre, enalteci a maestros de siglos pasa-dos, entre ellos a Velzquez, su predilecto. Pint cuarenta cuadros, cubistas por supuesto, inspirados en y por Las Meninas.

    De Mlaga, peldao en la escala de ensueo, pasamos a la ciudad del Darro, reclinada sobre fl o-res, para visitar la exposicin Los Reyes Cat-licos y Granada, riqusima en arte y en historia; despus gozamos con la contemplacin de la res-plandeciente Capilla Real restaurada. La despedi-da, en el mirador de Moraima, artstico templo del buen llantar, de privilegiada situacin y arriesgado descenso pedestre, sobre todo si se realiza bajo los efectos de los vapores etlicos.

    El primer domingo del veleidoso mes en que los canes buscan la sombra, Sevilla nos ofreci los de-leites de las importantsimas exposiciones El Ba-rroco en la Pintura andaluza y la doble muestra conmemorativa del V centenario de la Universidad hispalense, visitadas en la docta y grata compaa de Juan Luis Rav, que, ya en tiempo primaveral, nos ilustr cumplidamente sobre los relevantes va-lores histrico-artsticos y ambientales de Bollu-llos de la Mitacin y de Benacazn, as como de la riqusima iglesia trianera de Santa Ana.

    Las visitas a los pueblos de la provincia culmi-naron con la realizada a El Arahal, ciudad que a los alicientes de su armonioso paisaje urbano y los valores singulares del Convento de Nuestra Seo-ra del Rosario y la iglesia del Santo Cristo, una el de la exposicin El viaje de los siglos, en la que fi guraban dos obras de nuestra Colegiata. Lstima que por causa de una siesta no pudiramos acceder a la iglesia de la Victoria, fundada en 1546 por el IV Conde de Urea, don Juan Tllez Girn.

    Y en nueva jornada sevillana, ya con rumores de peregrinaciones extrahispanas, una exposicin de pintura barroca procedente de Crdoba, otra neta-mente local, interesantsima, titulada La ciudad placentera. Noche y da de la vida moderna, de la que se edit una primorosa y utilsima gua, con sustancioso texto de Juan Luis Rav, y fi nalmente, la deleitosa visita a la exposicin de Cloweiler, in-tegrada por cuadros de temas fl orales, pulcramente realizados y poticamente sentidos.

    No me canso de ponderar la esplendidez de las ofertas culturales de Madrid, cumplidamente apro-vechadas por nosotros, como en el viaje en que se nos brind la oportunidad de comprobar y discernir gozosamente la perfeccin suma, el asombroso vir-tuosismo ostentados por las deliciosas, pulqurrimas obras de Durero, dibujos, acuarelas y grabados, per-tenecientes a la Albertina de Viena, y acogidos por el Museo del Prado. Y en el Tyssen, las seducciones de los maravillosos retratos de Memling, en los que se conjugan el primor, la elegancia y un profundo idealismo. Luego, en la Academia de San Fernando, la ingenua y atractiva expresividad del arte colonial nexicano, en las Monjas coronadas. Y tras estas exquisiteces, el fuerte contraste de Die Brcke (El puente), con sus vigorosas obras, representativas del expresionismo alemn, que en sus temas con-fronta crticamente a la civilizacin moderna con la invocacin de lo primigenio.

    Como cierre del variado repertorio, una alacre y jocunda muestra de pintura naf, modalidad que cultiva con singular acierto el maestro Cristbal Martn, devoto de Rousseau El Aduanero, a quien dedic homenaje en una versin deliciosa de La carretela.

    Despus de Madrid, la breve visita a Toledo, para ver en el Palacio Arzobispal la exposicin ti-tulada A imagen y semejanza, que era como un recorrido por la Archidicesis, a travs de sus santos y beatos; muestra ms interesante en los aspectos

    VIAJES

    AMIGOS DE LOS MUSEOS 69

  • religioso e historiogrfi co, que en el puramente ar-tstico, con notorias desigualdades cualitativas.

    Allende nuestras fronteras, la singular y fascinante Rumana, refl ejada en las pginas de nuestra Revis-ta por Jos Mara Rodrguez-Buzn, feliz autor de un texto primorosamente elaborado, con un noble propsito didctico logrado a plenitud, que otorga al admirable trabajo rango de gua perfecta.

    La cautivadora Italia es pas multivisitado por los Amigos de los Museos de Osuna, y estimo oportuno recordar nuestro viaje de hace trece aos, con moti-vo de la exposicin de Ribera celebrada en Npoles para conmemorar el IV centenario del nacimiento del pintor de Jtiva, napolitano de adopcin.

    Primero fue Roma, la reina de las ciudades, segn Horacio, donde, adems de embriagarnos de arte oh genios gloriosos de Miguel ngel, de Bernini y otros colosos! tuvimos el emocionante gozo de las palabras del papa, con nuestro cordial prlogo de sevillanas.

    Ya en Npoles, vibrante, abierta, la magna ex-posicin de El Espaoleto, con tres de las cinco pinturas del maestro pertenecientes a la Colegiata. Despus, las venerables piedras de Pompeya, y, tras medido parntesis entonces no haba prisas, la inefable Florencia, cuna de artistas geniales, con el imponderable tesoro de las portentosas creaciones de Miguel ngel, Fray Anglico, Giotto, Boticelli, Donatello, y muchos ms, de una larga, asombrosa nmina de grandes del arte universal... La catedral, el baptisterio, el campanario, Galera de los Uffi ci, y tantos monumentos religiosos y civiles de fasci-nantes singularidades...

    De all a la ciudad de los canales. Venecia! All Venecia!... Del golfo transparente se abren las blancas olas con armonioso hervor, y una ciudad de mrmol alza la tersa frente, movida por la vara de un mago encantador. La plaza de San Marcos, la ms hermosa del mundo; la deslumbrante basli-ca bizantina, el Palacio de los Dux; toda una teora de templos cargados de arte y el Museo de la Aca-demia, albergue impar de inspiradas creaciones,

    grandes de forma y contenido. Y en obligadamente breves estancias, Padua, Verona y Miln, las dos ltimas tambin ciudades de paso tras el fascinante viaje por las hermossimas tierras helvticas, as como Florencia, Roma, Npoles, Pompeya y Her-culano, a lo largo del crucero por el Mediterrneo.

    En el viaje de este ao, a los felices reencuentros con Venecia, Florencia y Padua, visitadas intensa y extensamente en jornadas maratonianas, se han sumado las novedades esplndidas de Ravenna, Bolonia, Siena, Pienza, Orvieto, que atesoran un impresionante cmulo de monumentos, pinturas, esculturas, mosaicos y obras suntuarias de los ms diversos gneros, en cuya contemplacin, entre el asombro y el xtasis, se alcanzan las cumbres ms altas de la pura emocin esttica.

    Renuncio al empeo de describir esas obras de arte, magistralmente reseadas en la ejemplar con-vocatoria del viaje; obras debidas a privilegiados talentos creadores de la belleza, entendida como el acuerdo de lo real y lo ideal, de lo fi nito y lo infi nito, de lo visto y lo soado; obras en las que resplande-ce la seoreadora prestancia del pensamiento y del sentimiento, sustentada en la inconmovible base de la noble y severa disciplina del ofi cio, elevado a niveles de asombroso virtuosismo.

    En nuestro memorable viaje por la divina Italia, patria de triunfal renombre, estuvieron siempre presentes la fraternidad y la alegra. Y en la jo-cunda despedida, el maestro Cristbal Martn nos deleit con inspiradas e hilarantes muestras de su fecundo ingenio.

    Entrego estas notas en las optimistas vsperas de nuestro viaje a la mgica ciudad de Praga, valioso cofre de tesoros arquitectnicos, artsticos y cultu-rales, que posee un encanto singular. Esperamos que se cumplan nuestras ilusiones y que no nos daen los rigores del fro.

    DETALLE DE LOS REYES MAGOS. PALACIO MEDICI RICCARDI

    70 AMIGOS DE LOS MUSEOS