perelman tratado de la argumentación

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  • 5/11/2018 Perelman Tratado de la argumentacin

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    f ; ; _ _ ~ . ' ~ ~ ~ t:A-~~ rr" - ~r~~:~_ ~_Q;~ ~ ~Uv:>" .CH . P ER ELMAN y L.OLBRECHTS -TYTECA.... B IBL IOTECA ROMAN ICA HiSPA .NICA

    f I J I C . I.. ..,,_\ FUNOADA POR OAMASO ALONSO

  • 5/11/2018 Perelman Tratado de la argumentacin

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    ,---

    Mientras que la Edad Media y cl Renacimicnto entcndicron ycultivarou la dialectica y In rct6rica aristotelicas, la Edad Modernade racionalismo hegemonico, las margin6.Ello significa, por tanto, que la suerte historlca de la ret6rieaha cstado ligada a Ia valoracion gnoseologica que, en.las distintasepocas, se IIa hecho deJa'""Opini6n en su relacion con 13 verdad,Para quienes Ia verdad puede surgir de la discusion y el contraslede par~re.s. la~algO mas que un Siillple medio de ex-presion, un elenco de tecnieas est il isticas, como la consideran aquc-1105 para quienes In vcrdad es fruto de una evidcncia racional 0 "sensible. Esto explica que can el predominlo del racionalisuio y el eD 1'P Tr is mo e n la f ilo so fia d e los siglos xvn a 1 XIX Ia retorica Iuesereducida .en los planes de cstudio a una especie de cstilistica. Escon los sistemas caractcristicos' de finales del XI X Y de este siglo(p'ragmalismo, historicismo, vitalismo, axiologia, cxistencialisnjj; ... )cuando se ernpiezan a sentar las bases para la rehabllitacion de Jarctorica y la teoria de Ia argumentaci6n.. . .

    , . Esle resurgimiento de la rct6rica esla tarnbien estrcchamente rc-I c r o c j O ~ con circ~nstallcias politicas y sociales. El desarrollo enI Tomado del TtGIQdo historico de reuirica jiiosojica de Jesus Gonzalez Bedo-,I ya, Madrid. Ed. Najera, 1988., ..i-

    EOI'IIONS DE L'UNIVERsnn ou [lRUXELLES, Drllsdas. 1989. EDITOlUAL GHEllOS. S . 1\., Sanchez Pacheco. 81. Madrid, 1994. pam la

    rraducciou espanola.

    Thuo origtno]: TUAITE DE L 'ARGUMENTA TlON. LA NOUVELLERIITORIQUE .s.' ed.

    PRIMER" EOICION, 1989.I.' REIMPRESION_

    Depos ito Legal: M. 27263-1994.ISBN 84-249-1396-5.lmprcso Cit Espana. Printed in Spain.GrMlcns C6ndor, S. A., Sanchez Pacheco, 81, Madrid, 1994. -- 6683.

    PR6LOOO A LA EDICION ESPANOLA

    PERELMAN Y LA RETORICA FILOs6FICA

    RET6RICA EN LA PRIMERA MIT AlJ DEL SIGLO XX

    iL- _ _ ..-- -_._..------_ ..-

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    8 Tratado de la argumentacion Pr%go a la edicion espatiola

    e n0 . . .ooI " - -LONs

    nuestro mundo actual de so~icdndes d!!10craticas, intcnsa y progre- co, de 10 irracional, todo el contenido de las cieucias humanas y.sivamente intercomunicadas en 10 informat ivo , 10pol it ico y 10 eco- [soCiales, que, como la etica, se resisten a una formalizaci6n 5610;nomlco, hace que, como en la Grecia claslca, se dcspierte en elias posible con verdades universal mente convincentcs, demostrables canctf Iuerza Ia necesidad y cl intcres por Ia retorica, par la argumen- pruebas constrictivas ,. . .tacion, par 1 a rav c en ua I, E inversamente, Asi, el prestigio que desde finales del siglo pasado habra adqui-la causa profun a del desinteres y olvido en que yacio la retorica rido para cl pens ad or occidental la 16giea formal, inducfn avcren epocas pasadas radicaria en la estructura dogrruitica, autoritaria, la retorica como una antigualla irrecuperable.coercitiva, en una palabra, antidernocratica, de aquellas sociedades. =Reducida. pues, la ret6riea a arte de la expresi.6.n, pcrdi6 todo

    En la primcra mitad de este siglo, la ret6rica habia degenerado interes filos6fico .. no siendo extrano par ello que no aparezca elen la ensenanza media~ una asignatura Ilamada Elementos terrnino ret6rica ni en el Vocabulario tecnico y crltico de fa filoso-de retorica, recuerd~, verifa a reducirse a un aprcndizaje s: flo, de Andre Lalande, ni en 1a nortearnericana Enciclopedia ojde memoria de una lista de figutas retoricas en consonancia can . Philosophy (1967). Laguna subsanada, sin embargo, por el Diccio-

    .. la noci6n vulgar 'que identifica ret6rica con es tilo florida, elocuen- f < Y { /Yario de fllosofia de Fcrrater Mora. . .IC , un arte del lenguaje. En esta noci6n se ha perdido ya casi or O . J 1 Y ." C O : . . ' No mejor suerte ha corrldo la r.et6rica en los }lafses socialistas.cmnpleto Ia definici6n aristotelica (arte de la per c Ci- ~Q., . . en donde ha sido eonsiderada como un simbolo de una educacion

    ~docere, movere, placere) e incluso la uintiliano: rs e- fo rmalista, inu li l, burguesa , an ti -igual ltaria.ne dicendi, donde el bene tiene una triple connotac e eficacla, ~ _ L ' J - Por' esto no es nada extrano que hasta haee apenas unos dece-e,oralidad y bclleza. Mas concrctamente, la ret6rica que perduro j-f'(- nios la opini6n predorninante sobre la retorica ha sido peyorativa:en_los planes deestudio durante los siglos XVI I, XVnI y XIX.l!w la sinouimo de artificio, de insinceridad,_~_e_decadencia. Incluso ac-equivalente al Libro III de la Retorica de AristOteles, es decir, una tualmente la retorica todavia ticne connotaciones peyorativas: esretorica nada relacionada con la formad6n de 13 opinion,Jina-rc- un ret6rico, no me vengas con retoricas, etc., son expresionesdu~-i~ a manual de estilo 0 tecnica expositiv~' Iniciadores de esto que indican que el terrnino ret6rica se asocia mas a menos con laIueron los francescs Pierre ae la Ramee y Talon (siglo xvu), ~ Ials ificacion, 10 insincero, la hinchaz6n verbal, la vaciedad concep-

    Par otra parte, si en' nuestro siglo ha tardado tanto la retorica.>-i % / . / \} . . A . f J tual ... Las camas de esa mala f'arna aparecieron ya en la epocaen resurgir cn Occidcnte, a pesar de una larga tradici6n demOCrKti- - t < J - A P postciceroniana cuando la retorica, por las razones politicas queca, clio se ha debido al prestigio prepotente de la ciencia positiva, (_}h tan acertadamcnte analizara Tacite en su Didlogo de oradores, em-a causa del cual nada sc consideraba persuasive si no se amoldaba ~ pezo a perder su dimension filos6fiea y dialectica, reduciendose pall-a criterios estrictarncnte cientificos, cosa que no cumple la retori- . . . ; J S A lat ina mente a un redundante ornamento; en otros terminos, la reto-ca 2, La 16giea de nuestro siglo se ha deeantado en exclusiva hacia r rica aristotelica se via reducida al Libro III, rnientras que los dos1a 16gica formal, demostrativa, arrojando asl al terrene de 10 i16gi- primeros iban siendo relegados 4.I Cr. J or di Der ri o, Teena social de /0 persuasion, Barcelo na, Ed. Mitr e, 1983,rags. 34-50.1Cf. Ch. Pcrelm arf" y L. Olbrechts-Tyteca, T ro Up d e "arg um en ta tio n (L a

    nouvelle rhetorique}, 3.' ed., E uilions de l'UniYcrsil t de B ruxelles, 19 76, rags. 3738.l Ibldelll. )4.35. '. Cf. K. Spang, Fundamentos de retorica, Pamplona, EUNSA. 1979 , p:l g. 13.

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    10 Tratado de la argumentacion

    REHAUILITACION ACTUAL DE LA RETORICA

    Historicarncnte, la retorica Iuc adquiriendo connotacioncs ncga-Livas a mcdida que se iba dcsvinculando de la Iilosofia con In quePluton y Ar istotclcs In hnb lan Iccundudo. Rchab il ita rla siguificaba,ante todo, dcvolvcrla al sitio que ocupaba dentro del corpus Iiloso-fico en cI pcnsamicnto de Platen y Aristotclcs. Muchas di.s..iplinas,

    (que han aspirado vanamcnte a vcrdadcs apodicticas solo conticncnopinioncs veroslrniles, plausibles; por tanto, sus argumcntacionesdcbcn pcrmaneccr abiertas a una continua t1iscusi6n y revision.

    EI ali'ie de los medics de cornunicacion de masas y de la vidadcmocratica en un crccicnte numero de paiscs cxplican los esf'uerzosque se estan rcalizando en In scgunda mitad de estc siglo desdemultiples dircccioncs para rchabiHtar la retorka clasica Como arlede persuasion, p ,o rque en las sociedades conternporaneas, los me-

    ( todos pam obtcner la adhesion vuclven a tener una gran actualidad;dirlamos mas, la ticncn en un grado superior a ninguna ctapa ante-rior de 1a historia ~.,

    Aunquc quiza demasiado lcntamente, el pcnsamiento occidentalde esta scgunda rnitad del siglo xx ha vcnido rehabilitando estaparte de la logica aristorelica 6, que es nccesaria, scgtin Arist6te-lcs 7, no 5610 para la vida practica (decision, c1ecci6n), ~ra. . . , - - -la fundamenlacl6ntle ]05 primeros rinci ios del saber. En efccto ,a rehabilitacioii actu c la retorica es dcbida sobre todo a filoso-fos, aunquc parad6jicamente fuescn estes quienes la denostaron du-rante dos mil anos. Para muchos fil6sofos, hoy Ja rctorica es un

    - ., J. Berrio, op. cit., p l1g. 12.o No se eornprcndc por qll~ no xc i n cl uy6 la rctor ica dcntro del Orgallon ....QuizJ

    por no habcr la consider ado parte sino anusuora (cornplemento) de la dialCctica1Crco que aqul r adica cl principal motivo de su margination y rnalcntcndimleutohistorico.

    1 Top lcos , [ 2, 101 b: 1-4; EliL"a rliCCllllaqW?a, I 3, I094b, 12-28 . C it ado por Per el -man, 1970, png. 7, ~. L

    Prologo a fa edicion eS P Ql10 la J 1medic para sacar ala Jilosofla de su Impas y darle dimensioninterdisciplinar a.

    Por eso, la nueva rctorica esta siendo considcrada un importan-tc hallazgo para campos Illosoficos como In filosofla del derccho,la logica, la etica y, en general, para todo aqucl saber que depcndade la razon practlca.

    Por otra parte, rcsulta [ogico q)1C en la rchahilitaci6n de In ret6~rica chi,sica h a ya i nf i" i ti do mucha Ia rehabilitati6n de sus crcadores,los sofistas, iniciada ya pur Hcgc~.. ! L a rehabilitation de la rct6rica corre hoy parcja COil la dcscon-fhlnza progresiva por la logicaIormal, iniciada Q?r Schope!!haucrun siglo antes. Para estc las leyes 0 vcrdades demostradas son con~venciones; teorlas cicntificas (de Ptolomeo, Newton ... ) dcmostra-das racionalmcnte ban result ado errorcs crasos. Schopenhaucr scadelanto tambitn a Perelman en su aguda vision de la no scparabi-Hdad entre la rCl6rica-arnumcntacion y 1a rct'6r'ka-ornamentaci6n,pues, para cl, $scr ibi r ncgl igcl ltementc sign inca no 'aEreclar lasw o-was ideas expresaoas, d el m is mo modo que una joya no se guardaen una caja de carton. .; (E I i nt cr es e xc ep ci on al que los filosofos atribuyen ultimamentea los problemas dellenguaje, el hecho de que la Iinguistica cs consi-dcrada'como cicncia humana g lobal, la rehabi li tac ion de la sofis-tica, la insistencia can que se proclama cl alcancc reducido de la ...logica formal, el surgimlento de logicas no formalcs, preparan larehabl li tac ion de la retorica como terrnino, at ticmpo que su reinte-gracicn en la problematica filosoflca 9.

    Par. todo esto no resulta extrano que algunos neopositivistasrnuestren al final cierta comprcnsion hacia la nueva retorica, Asl,Carnap reconoce que la logica formal no sirve para la vida. y, parsu parte, Ayer recensiona positivamente, en 1953, Rhetorique etPhilosophie, de Perelman 10.

    ~ Cf. V. Florescu, La rhetorique el fa neorbetortque, 2.' ed., POlis, Ed. Lesllcllcs Leures, 1982, pag, 4.

    9 Florescu, op. clt., pag. 159.10 Paris, PUF, 1952, pag. 158.

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    011- -). . . . . .01. . . . . .oo1J(J')

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    12 Tratado de la argumentacion

    (j)o,oo"-LO, . . . : . .~

    Rehabilitada In rctor ica en los aftos cincucnta, su aug e es talque hoy se la ve en cornpaiua de In cibernetica, la sociolcgla, lapsieologfa, l as ciencias de la informacion y de la comunicaci6n,y clio como materia de investigacion y c om o i ns tr umc nt o de crea-cion 0 de analisis, L a rhetorica nova, la retorica cientlfica, se p re-scnta no s610 como retorica literaria, sino como retor ica de l cine,como r eto ri ca d e I n p ub lic id ad , como r eto rlca d e In im ag en, comoretorica genera h) J I.

    Como observa Alfonso Reyes 12, donde la antigua retorica ha-lin su pr olong aci6n natur al . . . cs en esas obras, tan tlpicas de lacultura americana, qu e tienen como denominador cornun el know

    (haw: como obt ener exito en lo s negocios, c6mo triunfar, c6mo ha-

    blar bien en publico, como ganar amigos, etc..Pero la reh3bilitaci6n de 13 reloriea no d eb e o lv id ar se de Ia co-

    next5n entre ret6rica y eliea plantcada or Pla t6n. Conext6n C levita l im po r tancia en un r nun 0 C medias de com unieacion cad av ez m as p ote ntes y una p ro pag an da politica, ideologica, comercial...cada VCl ma s omn ip r es en t c. ESlO~ y otros muchos r iesgos del mun-d o a ctu al exigen qu e l a rehabilitad6n de 13 retorica sea filos6fica,in cJ uy en do su senti do humanis ta y etico,

    E n las circunstancias actuates, en q ue e l h um an isr no se ve casisofocado bajo e l e xceso d e esp ec ializ aci6 n, e n que la tecnica inven-ta medics d ia b6 lie os, c up aces de ex ter rninar a la hum an idad, la re-h a bi li ta c i6 n f il os o fl ca de la r ct6 ri ca a dq uic rc a mp lia s si gn if ic ac io -nes. E I i r ra c io n al is r no y e l d ogm at is m o de todos los malices, latendencia a m inim izar la idea de adhesion lib rc, bajo el efccto deIn per suasion. a un corpus de doctrina y a un prog ram a social seoponen a la resistencia de la r etor ica, que ofr eee una base teor icapara la r ehabilitacion de la dig nid ad hur nana , para h ac er er ec erl a c o nf ia n za en l a r az o n, para Ia p ro fu nd iz acio n d e r elac io ne s in te r-II K. Spang, op. ci t . polgs. 15-[6. .11 A. Reyes, Obra~compJetas. t. XIII, Mb(ico, Ed. Fondo de Cultura Economi-

    ca , 1961, p s g . 58.

    Pr%go a la edicion espanola 13

    PERELMAN Y LA REHADIUTACI6N DE LA RETORICA

    . AI principio de los anos cineuenta cornicnza la rehabilitacionde la retoric~~ t4, Viehweg y otros van cr eando una fc-c un da d is ci pl i~ a como n ue va r ct 6r ic a a te or ia d e lil a rgu -mentacion, Esta corriente supone un a marginacion de viejos abso-lutis rnos contrarios a 10 que de retorico hay en el pensamicnto, in-capaces de ver, como hacen la s filosoffas contempon\neas , 10 qu een cl Ienguaje natural hay de ereaci6n, de concepci6n del mundo,eq uid ista nte d el p ur o r ealisr no y de la pura arbitr ar iedad, U sar unI en g ua je n at ur al suponc adheri rse a la forma de ver la realidad (can~c:ili, sus prcjllicios, sus 16picos) g ue esc leng uajc com por tu .. El lidcrazgo de la nouvelle rhetorique le c or resp on de, sin n in gu -

    na duda, a Charm Perelman 15. Profundo conocedor de la filoso-Ifa, en genera l, y de la retorica clas ica, en par ticu lar, e llo Ie pcrrni-. t i6 emprender la r eh ab ilitacio n d e esta, porque se trata de una viaII Florescu, op. cit., pag. 198.u El primer lrabajo de Perelman sobre cI t en ia de la argumentacion fi le una

    conferencia de 1949, public ada un ailo ma s tarde bajo cl titulo de Logique et rheto-rique Yr eimpresa dos anos m61 tarde en su pr imer a obr a extensa sobre Ia cuest ion,RIII!loriqu~ et philosophle, PUF, 1952, a la que sigui6, en 1938, Traite dei'argumentation, .

    IS Vid , CII. Perelman, Le champ de J 'nrgsrmentation, Presses Univc:rsilaires deBruxelles, 1970, pAgs. 221-222.

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    14 Tratado de 1 0 argumentacion

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    Prologo 0 la edicion espanola 15gc numcrosus articulos ya publicados, algunos de elias cn colabora-cion con Olbrechts-Tytcca, autora can la que publicara en 1958su obra fundamental, el Traite de "argumentation 20.

    En 1970 aparece Le cluunp de l'argumentation, que recoge unaseric de estu dio s p ublicad os en diver sas r ev istas, en los que desarro-lIa divcrsos aspectos de su teo ria de Ja argumcntacion, Ell 1976aparece Logique juridique (nouvelle rhetorique), unico de sus librostraducido basta ahora at espanol (Logica juridica y nueva retorica,traduccion de Luis Dlcz Picazo).

    Asi, pues, una Iccha historica en la rebabilitaci6n de la rctoricaes 1952, aiio de la publicacion de su obra Rhetorlque et philoso-phic, Prueba de que este resurgimiento no es una mod a pasajera,como la de tantos otros ismos, cs la cantidad y la calidad ere-cientes de las obras a ella dcdlcadas.

    La nueva retorica de Perelman prelendc rehabilitar la rctoricaclasica menospreciada durante la Edad Moderna como sugestioncngaIiosa 0 como ar ti ficio l iterario 11, Para :cllo- retoma la distin-

    c jUSli0 EI subtitul de Nueva Reforicarica P er elm an c on v ar ias razones, La primera re c aza e nom re la c ti ca, quee n e l s en L id o -ar isto telico d e Bile de razonar a par tir de opiniones g ener alm cnteaceptadas hubics e side justo, pero que, tras su nueva acepclon impuesta en laI ilosofta actual pur Hegel , 5C ha alejado mucho de su sentido prlmitivo (ph. 6).

    Otra raWI es que, habiendo dcsaparec ido el uso fIIos6fico de retorica, resul tnuti! y nccesario rcscatarlo. La tercera razon C5 que l a di al ecuca pone el ac cn to en10 oplnable COIllO algo verosimil, por -oposid6n al razonamientc analltico que tienepor objeto 10necesario; en cambio, la rctorica pone el aceuto en 10oplnable comoalgo a 10que se pucde prcstar dif 'e rentes grades de adhesion. Es decir , la argumcnta-ci on, como la ret cr lc a, se dc sar ro lla .en Iunc ion de un audhor io,

    Es clare que la retorica antigua era el arte de hablar en publico de manerapcrsuasiva (lenguaje hablado, mul ti tud reunida en un lugar publico, tesis objetode adhesion) . Pero nuest ra teorla de la argumenta tion (nueva rcter ica) no t iene porque limitar asl cl medio de expresion II i cI audilor io (pag. 7).

    lJ C i t. P er el rn au , Le cliamp de l'atgumentation, cn. , pag. 219,"La rctodea clasica, cl ar te de bien hablar, es decir , el ar te de hablar (0 de

    escribir) de rnancra persunsiva, se proponia estudiar los medics discurslvos de accion

    r

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    16 Tratado de fa argumentacion .on aristotcl ica entre logica como C i. cncia de In dcrnostracion y din-ctica y retorlca como ciencias de [0 probable, es decir, de la argu-entacion. ~~~etarica forma parte, par tanto, de In mosona, ya

    que esla no contiene demostraciones sino nre.!:!._mentaciones;....ladire-rencia entre filosofla y retorica cs solo de grade: micntras que 1aargumentaci6n ret6rka ya siempre dirigida a un auditorio concretoy particular, al que pretende ersuadim. la ar umentad6n filos6-fica se m ge a un audltor io ideal y universal, al que mten

    . _. - rsuarl lr y-- n eneer' n, pues, las dos fina1id~ de':-,----JI,., que eorresponden, respect ivamente, aIrel6riea Mientras la persuasion connota la conse-cuci noe un ['SU ta 0 practice, la adopcion de una aetitud deter-"7ninnda 0 su pyesla en pnictici" en T . i ' aecion, eI eonvencimi~'--rasciende I n eslSra mental.

    Par otra parte, rnientras J iencla e basa en 10 evidente, en::...premisas verdaderas Xnecesaria , rucbas irrefutables y raciona-

    t6ric lantean si'em re los problemas desdepreferiblcs. gue han de ser 5 esponsablemente.- La parad6jico de su tcoria de la argurnentacion es que Perelmanno lIega a ella desde [a retorica, a la que en un principia ignoraba.EI redescubrimiento de la retorica es fruto de su rneditacion sobreel ~to, ~, la I~Asi ve que, dcsde Descartes,la competencia de la razon h~Sra'do limitada al campo lcgico-rnatematico. Pero este modele racional unico, more geometrical noes aplicable al campo de las opiniones plausibles, veroslrniles, queresulta asi un campo abandonado a 10 i rracional , a los . ins tintosy a In violencia. Par otra parte, W verdades eternas, inamoviblcs,199radas pOLel [ ilZonamiento formal, resul! a que tambien:.estan his~toriea, psicologiea y sociologicamente determinadas, can 10 que elpensarniento apodfctico-demostrativo y el dialectico-rctorico estan

    sobre un auditorio , corr'vistas II gan ar o a umenrar su adhesion :i las tesis presentadaso s u a se nr im ie r no . 7 -

    Prologo a la edicion espar lofa 17mas intereonectados de 10 que una epistemologia de corte platoni-co. cartesiano 0 positivista quisiera adrnitir 22.

    La. tarea rehabilitadora de Perelman surge, pues, de la teorlaclasica del conoeimiento, de la demostraci6n y de In definicion dela evidencia (un tipo particular de adhesion).

    Su nueva rct6rica se va a centrar, pues, en el 'estudio de la}estructuras argumenlativas, as iran do a set una disci lina filosof'icarna erna con dominio propio: el am\lisis de los medias utilizadospar las ciencias humanas, el rlerccho y la mosoHa, para probarsus tesis 23.- - - r a nueva reiorica consiste, por tanto, en una te~lI- . Imentacion, complement aria de la tcorla de la demostraci6n Objcto~. uflde la 16gica formal. Mientras la ciencia se bas a en la raz6n tcoreti- - .ca, con sus eategorias de verdad y evidencia y su rnetodo dcmostraf) ~tivo , la ret6rica, la dialectica y 1a filosofia se bas an en la ralorlb--practica, con sus categorias de 1 0 verosirnil y la decision razonabley su metoda argumentativo , justificativo. La razon lcorelica se su-pedita a la razon r' tica, porque la nodon de !UstJ~la, alurnbradaor esta, es [a base del principio de contradiceion, supuesto funda-

    -mental tle aquclla.Gracias a cste nuevo metodo argumentative, Perelman cree que

    ya es posible aplicar la raz6n a1 mundo de los valores, de las 110r-mas, de la accion. Tal va a ser el mayor logro de su teoria deIa argumentacion, que es \111golpe tanto al irracionalismo.~oal dogmatismo racionalista.

    Con t a t 06Jetivo, Perelman va a investigar la razon coneretay situada. Establece relaciones interdisclplinarcs, sabre bases nue-vas, entre diversas clencias hurnanas y Ja f ilosofia; margina 1 0 queIs retorica tuvo de estetica y leoria de la ornamentaci6n: la orna-mentacion [delectate} retorica no entra en las prcocupaciones de

    - -

    I .iI

    22 Plen ses e en la t eo ri a de los pa rad lgmas ci en tl fi cos ( re votuciones e n la ci enci a)de Kuhn.

    11 Vid, Florescu, or. cit., r a g . 166.ARGUMENTACI6, .. . - 2

    . . . . . . ~ _ _ _ _ _ .. . . L . . . . .- ~ -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

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    , 18 Tratado de la argumentacionla nueva rctorica, como no cntraba sino tangcncialmcnte en laaristotelica.

    Es cicrto que cI exlto de la obra de Perelman sc debe a la favo-rable coyunlura de sus tesis: sc hacia scntir la nccesidad de extenderla razon a un campo del que habia sido dcstcrrada desdc Descartes.Pero, aparte de' su oportunismo, su cornpctcncia es indiscutiblc ysu m er ito in du dab lc,

    Par otra parte, Perelman tuvo ocasion de poner cn practice susideas call su activldad en la UNESCO, en la que dcstaca la sirnpatladernostr ada por los palscs social is tas, ell uno de los cualcs, Polonia,nacio y vivio hasta los doce anos 24.

    Perelman podria scr considcrado cI C i c . c . n : i J U l c . L s i g l o xx , en cuan-.to que gracias a el se opera unaJransl!:;W.lull.nyersa)l&ll la rel0rki!:de In ornamental a la instrumental, corrcspondiendo al diagn6sticode Tacite de que dcmocracia y retorica SOil inseparables. Si bienla dernocracia politica, formal, ya era un heche secular en lamayoria tic los palses curopcos , y clio podria contradccir a Tacitepor huber cxis tido dernocracia sin rctorica instrumental, sin embar-go, la vcrdadera democracia cultural s610 ha llcgado a EUropa conc 1 plcno desarrollo de los medics de comunicacion de rnasas.

    Su Tratado de la argumentacion (1958) podria ser valorado, sinincurrir cn cxageraci6n, como uno de los tres gr andes de la historiade la retorica, al lado del de Aristotclcs y el de Quintiliano.

    Sabre In cautidad y la calidad de la apcrtacion de la colabora-dora de Pere lman, L. Olbrechts-Tyteca, a su obra en general y so-brc lodo al Tratado de ia argumentacion, no podernos hacer sinoconjeturas, Parcce que en el Tralado esta se Iimilo a buscar y selec-clonar los tcxtos antologicos que ilustran la tcorla. Por derto, creoque tienc raton Olcron allamcntarse dc que estes textos ilustrativosdel Tratado no estuviescn tornados de 1a prcnsa contcmporanea,cn Ingar dc ir a buscarlos en los autorcs clasicos. La cornodidad

    l~ Vid. llndetn, p;\g. 168.

    ,Prologo a la edicion espanola 19de est~ opclon cs cvidcntc, pero cl anacronlsmo de que adolcccndlchos Lextos les rcsta in teres y claridad.

    Una de las prucbas mas clams del exito del pcnsamicnto percl-maniano cs.: sin duda, el haber crcado cscuela. Desde los anos 60,en lorno a Perelman sc fue consolidando el lIamado Grupe de Bru-scias, de modo similar a como en torno al maestro de Perelman,el suizo Gonscth, habia surgido el Grupe de Zurich, del que Perel-man fue tarnbien uno de sus mas destacados miembros, Las aporta-clones del Grupo de Bruselas son de 10 mas importante para laac tua l f ilosoHa del dcrccho y prueba de la fccundidad in tcrdiscipl i-nar de Ia teor ta de la argumentacion.

    Entre Rlu!torique et philosophie (1952) y eI Traite de I'argumen-tation (1957), la polaca Marian Dobrosielski publica un trabajo Ucrltico que pone de manifiesto las carcncias inicialcs de Perelman,as! como 1a Ievoluci6n y los avances que rcprcscnto el Traite, quevino a resolver varias de las objccioncs de. Dobrosieslki,

    Empicza cchando en [alta Dobrosielski un desarrollo sis tcmati-co de una teo ria retorlca, aunque reconoce que Perelman ya 10 tic-ne prometido: sera , prcc isamente, el Trailt 26, Rhetorique et philo-sophie es, en efecto, una rccopilacion de artlculos publicados enrcvistas: por eso parece injuslo ese rep roche de asistcmatismo, ParaDobrosielski, las principales objecioncs que se Ie pueden plantcara esta obra de Perelman, que trasluce clararncnte el intento de rcha-bilitar la retorica aristotelica cnriqueciendola y adaptandola al mundoactual, sedan las siguientes :

    - Fallan los principios Iilosoficos que sirven de base al conccptode retorica.No:consigue hacer de I~ rct6rica una disciplina cientIfica lnde-. pendiente.

    as Es un ar ticulo titulado Loglka II rctoryka y p ublicado en la rcvista de laUniver sidad de Y ar sov la, ruim . 4 , 1951. M alian D obr osiclski hace en e l u na c rh ic ad e Rh eto rl qu e c t P hl lo so ph ie .

    , 26 Vid. Dobroslelskl, op, cit. pag. 4 22.

    / .II~IIIr

    .' .

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    (J)o,ooI"-..10I"-~

    20 Tratado de fa argumentacidn Pr%go a la edicion espanola- Toma de la dlalcct ica de Gonseth principios subjetivistas y rclati-

    v ist as que niegan al conocimiento objer ivo del mundo.- No logra definir la esencla de In retorica.- Su concept a interdisciplinar de In ret6riea arnalgama sociologla,

    psicologfa, semantica. No parcce tener un objcto especial (Gor-gias),

    - Se aparta de la practica, porque 110 contempla aires modos depersuadir 27.

    N o p od cm os d cten er no s a discutir ahora l a pe r t inenc ia o no deestas objeciones. L ir nitem onos a subr ay ar Ia ultim a, lam entandoque Perelm an, a 10 la rg o de toda su obra, haya restr ing ido SlI estu-dio a los medics racionalcs d e a r g umen ta c i6 n , distintos de los dela J6g ica for mal, y no contem ple apenas o tr os m ed io s persuasivosa menudo mas efieaces para alcanzar esc objc tivo de conseg uir 0au rn en tar la adhesion de alg uien a las pr opias tesis. En este sen tido,y cr elm an sig ue !!. tr adiclon occidental Q ue, como en Pascal y enJ:;ant, tiend e a v alor ar neg aliv am e:nte toda per suasio n no estr ic ta.m e nt e r a ci on a! .

    A p csa r d e e sta s li mi ta cio ne s, P er elm an a mp lf a c on sid er ab le me nt eel cam po de la nueva retorica en comparacion con el de Ia antigua:p re scin de d e q ue lo s a rg ur nen to s p er su asiv os sean o ra les 0escritos;se dir ig e a todo tipo de nuditor ios ar istotelicos cor respondicntes alo s g ef ll Cr os r et 6r ic os d eli be ra tiv o, ju dic ia l y e pid ic ti co ; la r eto ric aar isto te lic a se h ab la o lv id ad o tam b ie n d el rnetodo socratlco-platonlcodel dialog o, que es el ar te de preg untar y r esp on der , d e cr itic ary refuta r, en surna, de arg um entar , y que, obviam ente, es masdia lectico que los otr os tr es g encr os r ctor icos 28. I

    P ar a e sta in gen te ta rea, P er elm an sa be ap ro vec har d iv er sas '!POItaciones inter discip linar es, com o los estudios de psicolog 'a cxp~m en tal d e las au dicn cias (H ollin gw or th , Tire Psychology 0/ theA udiences, 1935), ca n fin es d e p ro pag an da p olitica, r clig io sa , y co -

    21m er cia l, que r csultar on pr ovceho sas. Por Stl par te, la sociolog ia delconocim iento (M ar x, D ur kheim , P ar eto) Ie of r edo tar nbien v aliosasapor tac lones para su tarca cm in e nt eme n te i nt er d is ci pl in a r 29.

    TRASFONDO FlLos6FICO DE PERELMANPere lman tuvo como principales maestros , adernds de Freg e , a

    Duprecl, L or enzen .. . S e mostro asim ism o intcr esado por Ia filoso-[f a analitica anglosajona, en par ticula r por autorcs eo ~Ha re y ~ que han estudiado ta rnbien las re lac iones entrelogica y jun~ ncia, e l r azonam iento practice, etc., pero sill re-Ia cio nar esto s temas co n la re t6 rica clasica,

    P er elm an per tcncci6 tar nbien al Grupe de Zur ich , caracte r izado '.por una tendencia filosofica denom inada (!neo dialecti9!_. E I Ilder.de este g rupo, en el que destacaban nom br es cO I1lo11achclar a~ D es-touches, ctc., fu e F. Gonscth (1890-1975); de ! . .e i ll t enc i~posi ti -vista y a ct it ud a nt im e ta ff si ca , r ec ha zl L qu e. .e x. is t~ sx-absolutas. De esta act itud filo s6 fica p ar te P er elm an p ar a justifi-car la necesidad de introducir de nuevo la arg urnentacion relor ica- ,en l a f il o so f ia 30. -

    L a e pis te mo lo gia d e P er el ma n se enm arca, pues, en Ia del G ru~ .~ ~. p o de Zur ich , cuyo org ano de expresi6n fue la revista Diatectica. ,

    [

    Para Gonseth , no s610 el mundo de los valores y de Ia f ilosofia - ~en g eneral, sino incluso el de la ciencia est a sornetido a las condi- ~ . -c lo ne s d e p r ob ab il id ad y p ro visio na lid ad p ro pia s d el cam ~ o d ~alec- .,j j~~tico d elim itad o p or A risto tele s. EI pr og reso r eal de.1 C lcn,cla 0 ~v-_ ~'l A d

    - cs un paso de ccr teza en ccr lez c '~1.A-pa 0 e una cvidencia rovisional aculllulativ " r CVi-~' t ; ;" I It' IIen cla p ro vIsIo n a y acum u a Iva

    29 Vid. V. Florescu. op . c it" rag, 164,]0 M~ Dobrosielski, op , c it " rag. 423,

    \ ,() . 3 ,' L'Idee de dlalect lque aux entretieus de Zurich, p;ig . 32; c lrado por J, L:\ Kinneavy, Contemporary Rhetori c, en W. Bryan Horner (ed.), The present state oj

    schotarship in his torical and contemporary rhetoric, pag. 179.21 Vid. Ibidem, p~g. 413.11 Vid, Ch, Perdrri;n. Le champ de "argumentation. clt., pdg. 13.

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    ,I1 '0i lI, L ' ... ,-------_.___. ~--

    22 Tratado de fa argumentacionLa cscucla ncodinlcctica ha prctcndido sintctizar, su os,

    cl rncionalismo e irracionalismo tradicionalcs. Esta sintcsis diaiecli~ de scr siemprc una tarca abicrta, una ~ricncla pcrrecQQllablc). Una ciencia que se somcta a una expe-ricncla sicl1lnrc dispucsta a recti Iicarse a sl misrna no ncccsitaparl ir dc primcros principles evidentcs, ya sean fruto dc una in-tuicion (mctaf'Isica tradicional) 0 de una hipo tcsis (axiorndt ica COII-tcmporanca). La ciencia dialcclica no cs una cicncia acabada sinouna cieucia viva ( ... ). POI" cso pucdc SCI", scgun Gcnseth, al rnismot icmpo ab icr la y sistematica ... n. ,

    Perelman comeluc can Ius ncodialecticos en rcchazar 1a n~ciollde Una Filosof 'ia primcra (prolofilosofia); la filoso ria debe sec rcgrc-siva, abierta. revisable. A pcsar de 10 cual, Perelman rcchaza seradscrito a una escuela concrcta, Se eonsidera pragmatists en cl sen-lido mas amplio del termino. La filosofia no debe tener un fin ensi misma, debe pcrscguir la claboracion de principios dirigentcs delpensarnientn y de la accion,

    En este scntido, cl articulo mas programatico de Perelman quizasea cl t itulado Filosofias primeras y rilosoffas rcgresivas. En lasprimcras incluye todos los sistemas occidentalcs, de Platen a Hci-degger, sistemas a los que considera Perelman dogrnaticosy cerra-dos porque pretcndcn Iundamentarsc sobre princlpios absolutes, va-lares y vcrdades primer as, irrccusablcmentc dcmostrados 0 eviden-tes por s1 mismos.

    Como altcrnativa a las filosoflas prirncras , l?-crclman propone. ..na filosona n~gresiva . .. .. ..bierla, no conclusa, siemprc volviendo ar-gumenlativamente sabre sus PIJH~ios supueslos, que, par tanto, SOl!rclativos y revisables. En su base estan los cuatro princlpios de 1ad ialec tica de Gonseth:

    Princi pi o de Int eg ridad : t odo nues tro saber e s i nt crdcpcndl en te.Principio de dunlismo: es llcticia toda dicotomia entre metodo

    )l J. Fcrratcr Motai' Diccionarlo de filosofr'a, 4 vols., Madrid, Alianza Editorial,anlculo Gonseth,

    Prologo a la edicion espanola 23

    . iI

    racional y rnetodo ernplrico: ambos deben c om pl ell le nt ar sc H .Principio tic revision: toda afirmacion, todo principio debe per-manecer abierto a nuevos argumentos, que podran anularlo, de-bilitarlo 0 ref orzarlo ~4. 'Pr incipio de r espo nsabilidad: cl Iuv cstig ad or , tanto cicntlflcocomo I il osof ico, compromc te su pc rsoual idad en sus afirmacioncsy teorlas, ya que debe elegirlas al no ser t in icas nl imponcrscsu juslificaci6n de forma automatica, sino radonal (bien csvcrdad que en la cicncia esto afccta solo a los principios y leo-rlas, y 110 a hechos somcriblcs, COIllO diria Platen, a mcdidasd e p eso , e xten sio n 0 nurne ro ) H

    Ternas secundarios de su obra fueron las paradojas logicas yel concepto de justicia, con los que inicio su andadura f ilos6f ica.A 10 largo de toda su obra subyace otro lema importante: el delos presupuestos fundamcntales de la filosofla. Pero la contribu-cion mas fundamental e influycnte de Perelman ha sido cl estudiode ta argumenlac iol1 fi losOf iea Un rcvalo ri l. ac i6n de 1 3 r e to . ri ca ~mo le-oria de la argumentacion, (Los estudios de Perelman sabrelaargumentacThn filos6fica estan fundados en una idea antiabso-lutista de la filosofla; Perelman Ita manifestado que se oponc alos absolutismos da clase y que no cree en revelaciones~itiya~ e inmulablcs});_.En otros t rr runos, se t ra ta aqui tamblen

    H Ch. Perelman, Traite de l'argutnentation, cit., pag. 676: Rechazarnos OPOS]' ..clones filos6ficas ... 'que nos presentan absolut ismos de lot io t ipo: dualisrno de Inrazon y de In irnaglnac ion, dc la cie ncia y de I II opi ni on , d e I II evi denc ia i rresistibley de la volunlad engaliosn, de [a objetividad universalmcnte admitida y de la subjeti-vidad incornunlcable, de Ia realidad que 5C impone II todos y de los vaJorcs puramen-Ie indivlduales, ,

    14 Ch, Pere lman , Traite de I'argsunentation, cit" r a g s . '676.677: No crecmosen revelaciones defin itivas c inmuta blcs. cualquiera que sea su naturalcza u origcn;los datos inmedlatos y absotutos, llarneseles sensaciones, evidencias racionnlcs 0 in-luiciones nustlcas, scran desechados de nuestro arsenal rrJos6flCo.. No harernos nuestrala prete nsion exorbitant e de exig ir en datos deflnit ivarnente claros, ir rebatibles, cie r-los elementos de conocimlcnto constituidos, lndependienres de las consccucncias so-c ia les c hist6ricas, fundamento de verdades necesarias y etcrnas.

    ~ , Vid. M. Dobrosielskl, op, ci t . p6gs. 424 sigs.

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    e no,oo

    Tratado de la argllmenlacion- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -4

    16 J. Ferrater Mora, 0[1. C;f.,_.3r1icu]o Perelman,H Vd, Ch. P .erelrnan, Traite de I'argumentation, c it . . p:lgs. 675-676.

    de propugnar una filosofla abiertai 0 una f' ilosofla rcgresivacontra toda fil osofla primcra pretendidarnente absolut a J6.

    A pesar de su afinidad can la neodialectica, a la hora de bauti-zar su tcorla de la argumcntaci6n pref iere e l terrnino neorretorica

    / porque, se gu n e l, la dialectita arist6lelica, definida en lo s TopicosI ~_ r o - , ~ p como el Harte de razonar a partir de oplIllones generalmcnle acep. -

    ~ ~FI\\. I / ~s (Topicos, lib. I, cap. 1, 1000), ..e~ el cst lluio de las prop91ii-~ dancs veros{miles, . r,obables, opi~ables, fren~e a la analflica, quese ocupa de propOSIClones necesanas. ues bien, a la teorla de la

    ~ymcntacion Ie imEQIlan, m! s q u e las proposicio~con inlensidad variable, del auditorio a elias. Y tal es c 1 objetouc la relorica 0 arte de p-ersuadir, tat como la concibio Arist6telesy, tras el, la Antigiiedad clasica.

    Par otra parte, cl terrnino dialectica, sabre todo desde Hegel,ha ido adquir iendo connotaciones extra logicas , metafisicas inc luso ;en cambio, r etor ica cs un terr nino menos manoseado.

    Lo esencial de la teoria perelrnaniana de 1a argurnentacion seencucntra ya en la tcoria aristotelica de los razonamientos dialect i-cos (Topicos, 'Retortca y Refutaciones sofisticas). Pero se la puedelIamar nueva ';porque, tras ' cI racional isrno carteslano, se expuls6del campo de la ciencia todo 10 que no fuesen verdades evidentes,neccsarias , dernostrablcs . Por eso, Pere lman es conscien te de haberreasurnido y revitalizado una disciplina antlgua, pero dcforrnadadesde hace siglos y olvidada actualmente.

    La limitacion de la lcglca at examen de las prucbas que Arist6-teles cal if icaba de anali ticas y la reducci6n a estas de las pruebasdialectlcas -cuanda se tenia algun interes en su andlisis=- ha elimi-nado del estudio del razonarnienro toda referencia a la argumenta-ci(\n. Espcramos qu e nuestro trntado provoque una saludable reac-~-i'\II: ~; 'IU' SII sl.l:! presencia i1l1pedin~ ell cl futuro rcducir tad asla.~Ill,'ni,'lIs d,' III prudlll II In Il\~kll [ormul )' no vcr ell In razdnmas que una facultnd calculadorai 17.

    Pr6Jogo a la edicion espanola 25La que Perelman- ha prelcndido con su Tratado, inspirado en

    la retorica y dialectica griegas, es una ruptura can la concepcioncartesian a de la raz6n y eI razonamiento, hegem6nica en la filos()fia. occidental hasta hoy. Esta ha dcscuidado la Iacultad del scr razona-ble de del iberar y argumentar con razones plausiblcs, carent es , pore lla, de necesidad y evidcncia para conseguir la adhesion del oycn-te, Descartes desechaba 10 pro babic, plausible, verosimil , como -Ial -so porque no Ie sirve para su programa de dernostraciones basad asen ideas c laras y distintas, I,In saber const ruido a la rnanera geornc-trica can proposi ciones neccsarias, capaz de engendrar inexorable-mente e J acuerdo, la conviccion del oyerue .

    Debemos rcchazar la idea de evidencia como cam 0 exclusivede la raz6n [\Iera de a cual todo es irracional. Pues bien, ~d e la argurnentaclon es inviables i toda prucba es, como queda Leib..____ j... niz. una rcaucelan ala evidenda. . iEsa~adhesl6n de los espirilus es de intensidad :variable, nopende de la verdad. probabilidad 0 evidencia dc la tesis. POI'eso, distinguir en los razonamicntos 10 . rclativo a la vcrdad y 10relative a In adhesion es escncial para la teoria de In argurnenta-cion.A pesar de que este es cl siglo de la publicidad y la propaganda,la filosofia sc ha ocupado poco de la retorica. Por eso podcmoshablar de una nueva rerorica, CUYO objcto es cI estudio de las prue-bas dialecticas que Arist6teles presenta en los Topicos (exarnen) ~en su Ret6rica (funcionamiento). '

    Redescubrir y rehabilitar no significan, pues, asumiren bloque;ell la retorica antigun hay cosas rnenos aprovechables : 10 que t ienede arte del bien hablar, de la pura ornamentad6n.

    Mientras Ja ret6r ica sofista merecia la desca li ficaci6n de Platen ,. en el Gorgias, por dirigirsc demagogicamcnte a un publico ignoran-te can argumcnros que 110 serv fan , por tanto, para piiblicos cultiva- ~dos, la nueva rciorica cree, co n el Fedro platonico, que existc una

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    26 Tra(ado de fa argumentacion

    L rctoricn digna de filosofos y que, par tnnto, cad a rctorica Ita devalorarsc scgun el auditorio al que se dirige )8., .._ ~.sJa _J.lUcvaret orica , rnas quc los rcsortes de Ia elocuencia a la .fqnnn de comunicarse.oralmcllte.can el auditorio, cstudia la estruc-lura de In argumcntacion, cI mecanisme t iel pcnsamicn to pcrsuasi-vo; analizando sobrc todo textos cscritos. Por tanto, el objeto dela nueva tct6tica al incluir lodo tirm . ..ue discurso escri[o e incluso)a' deli6eraci6h CD soliJgquior CS mucho Illiis . .amp1io que cI de laantigun rctorica,

    La filosofia rctorica admitc, par contraposicion a la Iilosoflaclasica, la llamada a la razon, pero no concibc a esta como unafacullad scparada de las otras facuItades huma.nas, s ino como capa-,cidad verbal, que cngloba a todos los hombres razonablcs y cornpe-tenles en las cuestioncs debatidas i 39.

    Estc punto de vis ta. enri quccera cl campo de ~ca y, par-supucsto, el (lei razona .. AI igual que cl Discurso del metoda,sin ser una obra de matematlcns, asegura al rnetodo gcomctricosu. mas vasto campo de aplicacidn, asl las perspectivas que propo-ncmos ... asignun a la argumcntacion un lugar y una importanciaque no poseen en una vision m a s dogrnatica del universe 40.

    JESUS GONzALEZ BEDOYA

    H Ibidem, fllig. 9. ,)9 Ch. Perelman, La kigica jur idica y ffl nueva retorica, tr ad. de L, Diez Picazo,Madri d, Ed . Civit as , 1979 .40 Ch. Perelman, Tr(1ili de l'argumcntation, cit" pag. 376.

    I \L\,

    PREFACIO

    Cuando las Editions de I'Univers ite de Bruxellcs me pidicronque preparara la nueva cdici6n del Tratado, debe confcsar que du-de mucho antes de aeeptar. Dcspues de todo, se trata de uno delos grandes 'clasicos del pensarniento conternporanco, una de esasraras obras que, como las de Arist6tcles y Cicer6n, Quintiliano yVice, pcrdurara a traves de los siglos, sin que necesite ningunaint roduccion

    .Adernas de la Iidelidad a un pensamiento que se idcntifica dcsdehaec mucho tiernpo con In Escuela de Bruselas y la fidelidad a unhombre que fue un amigo Y uu inspirador, 10 qu e finalmentc medccidio a rcdactar las poeas lineas que sigucn es precisamente Ia. ...preocupacion por encuadrar nuevarncnte el Tratado, tanto en Intradici6n' ret6riea como en la Iilosofla en general. Pues , en ningunaparte del Tratado aparecc con claridad 10 que le conficre el ,can1eterespecifico de la aproximaci6n definida par la nueva. ret~~lca. Losautores, preocupados por l levar a 1apractica su propia VISIon, ape ...nas se han preocupado par situarse hist6ticamente, como 10 haheche, sin embargo, la mayorla de los pcnsadores dcsde Aristotelcs.

    Antes que nada, unas breves palabras sabre esta Escuela de.Bru ...selas. Hoy nadie puede dccir si sobrcvivira, pero una cosa es cierta:can Duprccl y Perelman, y en el memento actual, la problematolo-gla -una Illosof'ia espccifica que constituye 'In originalidad deBruselas=- ha nacido, ha crecido y se ha dcsarrollado de forma

    ..

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    (f)o,ooI"-cor - . I .c. o-O

    28 Tratado de la argumentacion Prefacio 29unica y cont inua , para afrontar 10 que se ha acordado Hamar laesencia del pensamicnto.

    La ret6rica sicmpr,c rcsurgc en perrodos de crisis. Para los grie -gas, la cafda del mito co incide can c I gran perlodo de los sof is tas.La irnposibi lidad de fundar 1 0 1 ciencia rnoderna , su apodfc tica mate-matica, en l a escolastica y la reologta, heredadas de Aris toteles,conduce a la retorica del Renacimieuto , Hoy, el fin de las largasexplicaciones monolltlcas, de las ideologias y, mas concretarnente,de In racionalidad c ar te si an a q ue se apoya en un sujeto libre, abso-luto e Instaurador de la realidad, e incluso complctarnente real, haacabado con. cierta eoncepci6n del logos. Este ya no tiene funda-menta indiscutible, 10 cual ha llevado al pensamicnto a un escepti-cismo moderno conocido can el nombre de nihilismo, y a una re-ducci6n tranquilizadora de l a razon, pero limitada: el positivismo,Entre el todo esta perrnitidr Y l a racionalidad 16gica es la racio-nal idad rnisma, surge la nueva retorica Yj de forma genera l, todala obra de Perelman. l .C6mo as iguar a 1a Raz6n un campo propio,que no se limite a la logica, demasiado cstrccha para ser modelounico , ni se sacri fiquc a la rnist ica del Ser, a l s ilencio wit tgenste inia-no, al abandono de la filosofla en nombre del fin -aceptado porPerelman- de la metafislca, en beneficia de la accion polltica, deJa literatura Y de la poesla? La retorica es esc espaclo de raZ6n,)en cI que la renuncia al fundamento tal como 10 concibio la tradi-ci6n no ha de idcntifiearse forzosamente can la sinrazon, Una filo-sofia sin rnetaffsica debe ser posible, puesto que no hay otra alter-nativa. El fundamento, 1a razon cartesiana en suma, servia decriterio a p rio ri o ex descartar l as t es is o pu es ta s. La nueva ret6rieaes, por tanto, c l d is cu r so del metodo de una racionalidad queya no puede evitar los debates y debe prepararlos bien y analizarlos argurnentos que rigen las decisiones. Ya no es cuestion de darprcferencia a la univocidad del lenguaje, la unicidad a priori dela tesis valida, sino de aceptar eI pluralismo, tanto en los valoresmorales como en las opiniones. Asi pues, la apertura hacia 10 mul-.. .~.

    tiple y 10 no aprerniante se convierte en la palabra clave tic laracionalidad,EI pensarnicnto cont ernporaneo, s in. embargo. apenas ha cscu-chado 1 0 que se proponia Perelman. AI abandono del cartesianismoha sucedido una filosofia centrad a en la nostalgia del ser. No obs-tante. si Descartes habra rechazado la ontologla, era precisarnentcporque el ser, supuestamentc multi forme, no podia sci-vir de funda-mento, ni de criterio de reflexi6n racional. Entre la ontologia, pocof lexible, pero inf ini ta, y 1a racionalidad apodictica, matematica 0 .slloglstica, pero limitada, Perelman ha optado par una tcreera via:la argumentacion, que razona s in oprimir, pero q~e no obliga arenunciar a la Razon en beneficia de 10 irracional 0 de 10 indcciblc.

    MICHEl. MEYER

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    _ .

    INTRODUCC16N

    ILa publicacion de un tratado dcdicado a la argumcntacion y

    su vinculacion !a una antigun tradicion, la de In rctorica y In dialec-tica gricgas, constituycn una rupture COli la concepcion de la razony del razonamiento que tuvo SII origen ell Descartes y que ha mar-cado con su sella la filosofia occidental de los tres ultimos siglos J.

    En efeelo, aun cuando a nadic sc le haya ocurrido uegar quela facultad de delibcrar y de argurncntar sea un signa distinto delscr ruc ional, los log icos y los tcoricos del conocimicnto han dcscui-dado par complete, desdc hace tres siglos, el cstudio de los medicsde prucba utiliz.ados para obtener In adhesion. Esta negligencia sedebe a 10 que ha y de no apremiantc ell los argumenios que sirvende base para una tesis. Leaturaleza misma de la deliberacion ydua arguIl1entaci6n se op_om:_aJa ner,;esiilaa~s

    . E . . 0 se dcl ib~a en_jos-casos~n los g!1e-Ja-sglu~a.d.!L!. li~u~cnla contr~ la evidcncia. E1 campo de la argumcntaci6nes cI o c 10 vcrosfnlll, 10 plausible, 10 probablc;-en-tu-mcdida cn.___ - - - - - -ue este ultimo escapa a la certcza del calculo. Ahara bien, la COIl-

    J Cfr , CII . Perelman, Ra ison t le rndl e, r ai son historique, en Actes du VI'Congros des SocMI~s de Phitosophi de longue francoise, Paris, 1952, pags, 347-354.- Veausc, al final,Ilel l ib ro, l as r efercnci as bibl iogr a fi cas cornp let as de IllS obrns

    citadas, '~

    IIjIf

    II

    Jill roduccion 31ccpclon expresada claramente por Descartes en la primera partedel Discours de. la Methode consis tia en tcncr presque pour faux(out ce qui 1/ 'etais que vraisembiable (casi por Talso todo 1 0 queno era m a s que veroslmil). Fue Descartes quicn, haclcndo de laevidencla el signo de la razon, 5610 quiso considerar racionalcs lasdemostraciones que, partiendo de ideas claras y distintas, prcpaga-ball, con ayuda de pruebas apodictlcas, la evidencia de los axiom asa todos los teorcmas,EI razonarniento more geometrico era el modelo que se les pro-ponla a los fil6sofos descosos de construir un sistema de pensa-miento que pudiera alcanzar la dignidad de unJ~ri efccto,una ciencia raciona] .no pucde contentarse con"opi1uoncs mas 0 me-nos veroslmiles, sino qucclabora un sistema de proposicioncs nccc-sarias que se irnpone a todos los seres racionalcs y sobre las cualeses inevitable estar de acucrdo. De 10 anterior se deduce que el dcsa-cucrdo cs signo de error.

    Tallies les [ois que deux hommes porten t sur fa meme chose linjugement contraire, if est certain -afirma Dcscartcs=- que l'un desdeux SI! trompe, J{ y a p lus , -aucun d'eux ne possede la ver ili; cars 'i l en avail wle vue claire et neue, it pourrait I'exposer d son ad"cr'sa ire de telle sorte qu'elle fin irait par forcer' sa conviction 1_

    (Sicmpre que dos hombr~ formulan juicios contraries sobre elmismo asunto, cs seguro que uno de los dos se equivoca. M a s aun,ninguno de los dos posee la verdad; pues, si tuviera una idea claray evidente, pod ria exponerla a su adversario de modo que terrninarapor convenccrlo).

    Para los partidarios de las cicncias cX_EcrimentaJg_cjnduct ivas-, ~ I10 que cuenta, mas que la necesidad de las proposrcrones, es suverdad, su conformldad COil los hechos. Para cI ernpirico, constitu-.ye una prucba, no Ia fuerza a la cual cl cspiritu cede y se encucn-tra obJigado a ceder, sino aquella a la cual debcria ceder, aquclla

    2 Descartes, Re g/ as p o u r f a d ir e ct io n d e l 'e s p ri t, en OEuvres , t, Xl , pligs. 205-206.

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    ~o,ool"-L)N

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    34 Tra{ado de la arguntentacionticmpo, como Ia Iucrza ante In eual todo cspiritu normal no puedeI11C!lOS que ceder y como si&!_1ode vcrdad de 10 que se impone par-que cs Q . 2 y i Q _ 4. L a e vid cn ci a c nla za ri a 10 p sico l6 gico can 1 0 1 6~ coy pcrrnltlrla pasar de un o de estes planes a1 otro. Toda pruebascrla una rcduccion a la cvidcncia y 10 que es obvio no ncccsituriade prucba alguna: es la aplicacion inmcdiata, por Pascal, de la teo-ria cartcsiana de la cvidcncia s.

    Leibniz ya se rebclaba contra esta limitaciou que, de csta forma,sc pretcndia imponcr a la logica. As! cs, Leibniz queriaqu'on demontrtit au donna; le moyen de demons trer tous les Axio -flies qui fie soul point primitifs; sans distinguer l'op inion que leshonuncs en ani . et sans se saucier s 'i ls y donnent leur consentemental l 110116.' '(que se dcmostrara 0 que se dicra cl media para dcmostrar todos105 axiomas que no fucran primitives: lodo ella sin tenet en cuentalas opinioncs que los hombres poseen al rcspccto , y sin preocuparse.de si dan su conscn ti rnien to 0 no).,

    Ahara bien, sc ha desarrollado la teorta de In demostracion si-guicndo a ~ibniz y no a Pascal, Y esta teorla solo ha admitidoue ~uc, era. obvlo no llc cc sita ba d c pruclla a lguna . Asimlsmo,a L eod a de la argumcnlacion no pucde de 0 l lg q ;c s i s .c _~ Q I ld be~ . J . : pruella como una rc ucci6n a In evidencia. Naturalmente, el ab-

    o jeto de csta leoria cs cI eSludio de las tecnicas discursivas que per-~ , . ., t A . . .. . .. . . nocol1fuPd,jr,al principio, los aspectos del razonamien1o-nrt:rr lvos~ady as que se refieren a la adhesion; sc deben estu iar po separado,~~re;;:s:-:;e:;:Crv:::a;;-;:Jdr. ::e-;p:::-:r~e:-;:::o:;;c;';"up~a~r~s~e""'d~'c"'s~p-;-:ur.cs~por5tJ"l1OSi"~rfcrene~rrespondencla, S6!0 can csta condiciones actible el desarrollo deuna teorla de la argumcntacion que tenga un alcance filos6fico.

    II ,.'Si durante estes tres ultimos siglos han aparccido obras de ecle-

    , siasticos que sc preocupaban POf l os p r ob lemas planteados por laJe. y la predicacion '. S 1 el siglo xx ha recibido, incluso, la call fica-cion de slglo de la publicidad Yde la propaganda y si se h an d cdica-do numerosos trabajos a este lema &, los 16gicos y los fil6sofos mo-demos, sin embargo, se han desintcrcsado totahncnte de nuestroasunto. Par esta razon, nuestro tratado sc acerca principalmcntea las preocupaciones del Renacimiento y, par consiguicnle;- a lasde los autores griegos y latinos, quiencs esludiaron el arte de per -,suadir y de conv~I..-la ecnica de la dcliberation y'ile la dis ....sion, Por este motivo tambien, 10 present amos como U ueva,.

    ~ '~~stro analisls se refiere alas~as que A~J1amanil11 cticas ue exarnina en los' Top~ cuyo emn!cOJl1ucsir.a-cna etorica. S olo e sta e vo ca cio n Ycla te rm in olo gla a rlsto te lic a h u-Siera jusLificado el acercarniento de la teorla de 1a argumcntacion

    ,;

    7 Cfr. espccla lmente Richard D. D. Whate ly. Elements of Rhetoric, 1828; carde-, n al ! 'l ew ma n, Grammar of Ilssl!.nt , 1870., Para la b ibl iog ral la , vea se H. D. Lasswell , R, D. Casey y D. L, Smith, Propa-, ganda and Promotional Activit ies, 1935; B. L. Smith, H, D. Lasswell y R. D. Ca-, I t , sey, Propaganda, Communication and Public Opinion. 1946.

    U1- -'>-.JU1-.Joo-u> -(J)

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    36 Tratado de 1 0 argumentacioncan la d ialcc tica, concebida par el propio A ristote lcs com o el ar te

    __dc_ r_azonar -a - -p a !: J_ ir -de_on in iones genera lmcn tc acep tada s (eGA.~Pero varias razones nos ha n incitado a preferi~proximaci6na la retorica,

    L a p rim er a de e lia s e s la confUSi6ne;- drla causar este retor-no a Arist6tcles. Pues si el vocablo d a te C ti ~ ~ ha -: :s ~ vi dO ' d ur a nt esiglos, para dcsignar a Ia 16gica mism desd lHege~ y bajo la in-f lu en ci a d e d oc tr in as que en cl se inspir an, ha dquir ido un sentld o-.:..---muy alejado de su significaci6n primitiva y que, por 10 genera l ,es cl aceptado en [a terminologla fi. losMica contcmporanea, No su-cede 10 mismo can la palabra~oric~ cuyo empleo f ilo s6 fic o h acaido tanto en desuso que ni ~uiera la menciona cl vocabulariode la fi losofla de A. Lalande. Esperamos q ue n ue st ra tentativa re-\f ~ sucite u na t ra di ci 6n g/oriosa y secular. . .. ~ Otra razon, ernpero, mucho ma s importante para nosotros ha~ ._)~ otivado nuestra elecci6n: el espiritu mismo con el que la antigile-dad sc ocup6 de la dialectica y la ret6rica. Se est ima que el razona-. rn iento dialectico es paralelo 81 razonamiento analil ico, pero el pri-mero trata: de 10 veros lmB en lugar de versar. s roposicionesnecesarias. No se aprovecha a I ea e que 1a dialt:ctiG\ a.Ia s opinioncs. cs decir, a las lesis. a las cualcs cada persona se adhie-r e con una intensidad variable. Se dirfa que eI estatuto de 10 opina-ti"kes Impersonal y que las opiruonesno guar~~s~ er s~ que las aceptan, Por e l contrar io , la idea de l~ ny de las personas a las que va dir ig ido un discurso es esencial en -todas las antiguas teorias de la re t6 rica . Nuestro acercamiento aesta ultima pretcnde subrayar el hecho de qu e toda argumentacion. se desarrollo en !lincid!lAe UJL~ D~C.O.~tUdio de 10 opinable, en los 'PkO,L podra encontr~u lug.a r .

    Es evidente, sin em arg o, que n ue st ro t ra ta do de argumentacionrebasara e n c ie r to s aspectos, y ampliamente, l os Hm it cs de In ret6ri-

    e n-cQ ..oU

    i "9 Arisroteles, Topicos , IOOa, It

    Introduccion 37ca de los antiguos, al t iempo que no abordara otros aspectos quehablan . ado la a nci6n d e los maes de retorica ../ .\ " P ar a los antiguos, el objeto de la r t6 r ie er a, ante todo, ~Iarl'e-cre hab lar crr -- p'u lieo de forma per iva; se r efer ia, pues,al usc de la lcngua h ab lad a, d el d iscu rso , d clan te de un a muche-dum bre reunida en la plaza publica, ca n elfin de obtener su adhc-si6n a la tesis que se Ie presentaba. Asi, se advierte qu e el objetivo.del a rt e o r at or io , la adhesi6n de los oyentes, es eI m ism o que clde cualquier a r gur nen tacion. P er o no ten em os motives para limitareste estudlo a la presentacion ora l de una arg um entaci6n ni paralim ita r a una muchedurnbr e cong reg ada en una plaza el tipo deauditorio a1 qu e va dirigida la argumcntaci6n.

    EI [eehazo de la primcra I im i ta c i6 n , o b ed e ce at hecho de quenues t ras preocupaciones son m a s las de un Iogico deseoso de com-prender el m ecanism o d el pensamiento que la s de un maes tro dearatoria preocupado por formar a procuradores. \Bas1a ca n citarla Retorica de Arist6tcles para rnostrar qu e nuestra manera de en-focar In ret6r ica pucde vale r se de ejernplos i lus tres. Este estudio,a1 interesarse.PJjn.cip.rum.e.Jlte-12Qt. 1 3 estructura d e l a a rg u rn en ta ci on ,nti insistira en el modo en qu e se efectlla la.comuriicacion ca n cldi . - - - - - - - - .au Ilona. ..

    Si es cierto que la tecnica del ctisclirso publico oi nere de la deJ!!--ar.gumentaci6n escr ita, no p crnos, al ser nucs t ra intenclOn clanalisisde la argumentaci6n, limitarnos al exarnen de In tecnicade l discurso hablado. Ma s aun, dada la importancia y el papcl queen la actualidad tlene la imprenta, anal izaremos sabre todo los tcx-tos im pr eso s .

    No abordarem os, por el contra r io , la mnernotecnica n i el estu-di o de l a e lo c uc i6 n 0 la acei6n o rator ia. P uesto qu e estes proble-m as in cu rn be n a l os c on se rv ato rie s y a las escuelas de ar te d ram ar i-co, cr eem os que estam os dispensados de examinarlos ,

    Dado que los tcx tos escr itos se presentan de form a m uy variada,el hecho de destacar los hara que concibam os este estudio en todas u g e n er a li da d y que apenas nos dctcng am os en discur sos con sidc-

    'II,.

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    38 Tratado de la argutnentacionrados como una unidad de una cstructura y de una amplitud admi-tidas mas omcuos de maucra convcncional. Ya que, po r otra parte,la d iscusion con un unico interlocutor 0 inc luso Ia dcl iberac lon int i-ma dcpendcn, para nosotros, de una tcorla general de la argumen-taclon, In idea que tcncmos del objcto de nuestro cstudio, Iogica-mente, rcbasacon rnucho a1 de la rctorica clasica,

    Lo que COnGCfvamOs de la ret6rica tradicional cs Ia' a e audi~a cua aflora e I ie iato, en cuanto pensamos ell 1 s-curso. Todo discurso va dirigidll_1l !In

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    ef)'0.. .ool"'-I[)t o ! . .~

    40 Tralado de la argumentacion \i'muy a mcnudo, ni siquicra sc cxplican, Y cuando se trata de conse-guir la adhesion, nada mas scguro que la e xp er ie nc ia e xt cr n a 0 in-terna y el calculo conforme a las reglas acepradas de anlcmano.Pero recur r ir a In argumentac i6n es a t 0 u e no p uede ev itar se cu an -do una de las~e esJaUlli!ebas. cuan " C ) - n o se esta deacuerdo sobre su alcance 0 su interpretacion, sabre su valor 0 su ,relacion con los problemas con trovert idos.oda acci6n, par otra parte, que retenda obtencr In adhesionqueda ra cl campo e a argumentation, en la medida en queningun us el lenguaje la fl l nta ;-roler ~nto el quepredlca can el ejempla sin decir nada como el que emplea la cariciao la bofetada pucdcn conseguir un rcsultado apreciable, Ya se recu-rra a pr ornesas a a am enazas, s610 nos inte resaremos por estos pro-cedimieruos cuando, gracias alIcnguaje, se los evidencia. Es mas,hay casos -como la bendici6n 0 la maldici6n- en los que se em-plea el lenguaje como media de accion directa magica y no comomedio de .comunicacion. Unicarnente tratarcmos este punto si estaacci6n est a integrada en una argumentaciou,

    Uno de los factores esenciales de la propaganda -tal como seha desarrollado sobre todo en el siglo xx, pero cuyo uso era muyconocido desde la an tigt ledad y que ha aprovechado con un arteincomparable la Iglesia cat6lica- es el condicionamiento del audi-torio mediante numerosas y variadas tecnicas que utilizan todo 10que pucde influir en el cornportarnicnto humane. Estas t C C r u C 3 S ejer-cen un efecto inncgable para preparar al auditorlo, para hacerlomas accesible a los argurnentos que se Ie presentaran. He aqui otropunto de vista que no abordara nuestro analisis: ~Io trataremosdel condicionamient-e-4cl-aud.i.t.Q;:i.Q_J)Q.L.e~y~ 10 que se]desprenden consider:.acioIlc_s_a~.e.tCa_dcLor.dc.n-en_e1 gue debJ:ll-IH~s1ta~entos para que causen eI mayor efecto.

    Par ummo, -ias prue6as cxtta[~-en1eas, como las IIama Aristote-lcs lJ -cntcndi6iao por tales I~ue no dependen de la ~aII Aristotcles, Rf/Orica. 13.5.5b.

    Introducckin 41rct6rica-. s610 enlradn en este cstudio cuando haya dcsacuerdo.~.-; - - - - - - . -n cuanto a las conclusiones que pucden :allie. Pucs, nos interc-

    -- -sa -nt e desarrollo completo de Ull debate que los esquernasargurnentativos pucstos en juego. La antigua denominacion de prue-bas extratecnicas cs correcta: nos recuerda que, mientras que nucstracivilizacion -caracterizada par su extrema ingeniosidnd en las tee-nicas destinadas a influir en las cosas- ha olvidado por completola tcorfa d e l a a rg ume nt ac io n, de In in fluenc la sabre l os i nd lv id u ospor rned io del discurso, los griegos In consideraban, CO n el nornbree ret6rica, la l:XVll por excelcncia,

    HILa teoria de la argurnentacion que pretende, gracias al discurso,

    influir de modo eficaz en las personas, hubiera podido cstudiarsccomo una rama de la pslcologia. Naturalmente, si los argumentosno son apremiantes, si no deben convencer necesariamcntc sino que

    I poscen cierta Iuerza, la cual puede variar scgun los audltorios, en-~..1: tonces i.acaso se la puede juzgar por el efecto producido? EI estu-1 dio de la argumentaci6n se convicrte asl en uno de los objetos de ~I ' la psicologia experimental. en la que se pondrian a prueba difercn- y-: , ) \ , tes argumentac iones ante d is tintos aud itor ios , 10 suficicntemente bien : : : . , \ P .~ conocidos para que se pudiera, a partir de cstas experiencias, saear~"'/: conc1usiones de cierta gcneralidad. No han faltado psic61ogos arne- '\. '3, , ricanos que se hayan dedicado a estudios parecidos, cuyo intcres \ JJY

    no es discut ible 14. ' , : . yNuestra manera de proceder sera diferentc, lntentarernos , en pri-

    mer lugar, caractcrizar las diversas cstructuras argumentativas, cu-yo anal isis debe preceder a cualquier prueba experimental a I" que

    1. Constll te se espec in ltucnte H, L. Hollingworth. The psychology 0/ tbe audien-ce o 1935; C. I. Hovland, Effect s of the Mass Media of Ccmmunicarlon, en llond-book 0/ social psychology. ed, Gardner Lindley, 1954 . cap ., 28 .

    : ~ t,,,I.; " 1 -~ i .

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    42 T ra ta do d e In a rg um en ta cio nsc quicra sornctcr su cf'icacin. Y, par otra parte, no pensamos quecl metodo de laboratorio pucda detcrminar cI valor de las argurncn-tacioucs utilizadas en las ciencias hurnauas, en dcrccho y en Iiloso-fia, pucs In misma mctodologla del psicologo constituyc ya un pun-10 de controvcrsia, y qucda fuera del presentc estudio.

    Nuestro camino se distinguira radicahncnte del camino adcpta-do par los Iilosofos que se csfuerzan por reducir los r azonamlcntossabre problemas socialcs, pol iticos 0 fllosoficos, inspirtindose enlos modelos proporcionados por las ciencias deductivas 0 expert-mentales, y q ue r cc ha za n, por j uz ga rlo c ar cn te de valor, todo 1 0que no sc confor rna a los csqucmas im pu csto s d e a nte ma no , Noso-tros, en cambia, nos inspira rc rnos en Io..~ pero para imita r-los metodos que les han dado tan buenos Irutos dcsde haec un sigloaproximadamente.

    No olvidcrnos , en cfeclo, qu e en Ia primcra r nitad d el siglo XIXla Iogica no gczaba de prestigio alguno, ni en los medias cicntif icosni entre el gran publico. Whately cscribia con razon, hacia 1828,

    \que si In rctorica ya no disfrutaba de la estirna del publico, la logl ca

    se vela aun mcnos favorecida 15. - ..L a logica ha conseguldo un brillante impulso durante los cicnultirnos allos, y esto desdc eI momcnto en que deio de rcpeti r vicjas

    formulas y se propuso analizar los medias de prueba cf'cctivamcnteutilizados par los matcrn ic s. Ica ormal moderna se ha~nslituiJa como c t cslliffi os medias de dcm oslra . a-""dos en las ma ematicas. Pero, resulla que su campo esta limitado,pucs todo 10 que ignoran los rnatcmatlcos es desconoddo para la16gica formal. Los 16gicos debcn eomplctar co ~argumcnlaci6n la leona c a em s rae I nas i ablenida. Nosotrosprocuraremos construrr a ana Izando los medias de prucba de losqU~Cffcras--humaJ~' e l d e rc c ho y In flIosofi~-

    ~m os las arg umen[aclol1cs prcscntadas por los pubHclstas CI!l9Speri6dicos, par Im-putft icos en los i li scursos, por lo s a~ogados en I:

    -II~ Richa rd D . , .~ . Wha te ly , Elements of Rhetoric, 1828, Prcfacio . 2{7

    IrII

    Introduccionlos alegatos, par los jucces CII los considerandos, par los fil6sofosen los t ratados.

    N uestr o cam po dc estudio, que es inmcnso, ha estado yermodurante siglos. Espcramos qu e nuestros prirneros resultados animena otros investigadores a cornplctarlos y a pcrfcccionarlos.

    43

    . .

    IlI\~

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    I. DEMOSTRACION Y ARGUMllNTACION

    Para exponer bien los caractercs particulates de la argurnenta-cion y los problemas inhcrcntes a su estudio, nada mejor que opo-:ncrla a la concepcion clasica de la demostracion y. mas concrcta-t-mente, a la logica [annal que se limita al exam en ~mcdios

    ,[ de prueba dcmoslraUvos. ' :; ,, En la logica modema, la cual tuvo su origen en una rcflcxionsabre el razonamicnto, ya no se establcce una relaci6n entre lossistemas forrnales y eualquier evidencia racional. EI 16gico c s I ib rede 'c1aborar como lc parezca el lenguaje artificial del sistema quecsta construyendo, es libre de deterrninar los signos y las cornbina-clones de signos que podran uti lizarse. A el, Ie corresponde dccidircuales son los axiomas, 0 sea , las expresiones consideradas sin pruebaalguna validas en un sistema, y decir, por Ultimo, cuales son las ~reglas de transformaci6n que introduce y que pcrmiten deducir, delas expres iones validas , otras expres iones igualmcnte valid as en clsistema. La (mica obligacion que se impone al constructor de siste-mas axiornaticos formalizados y que convierte las demostrac ioncsen apremiantes, es la de e1egir los signos y las rcglas de modo quesc eviten las dudas y ambigUedadcs. Sin vaci la r e incluso rnecanica-mente, cs precise que sea posible establcccr si una scrie de sign osesta adrnitida dentro del sistema, si su forma es identica a otraserie de signos, si sc la cstima valida, por ser un axiorna 0 exprcsiondeducible, a partir de los axiomas, de una forma conforme a lasrcglas de deduccion, Toda consideracion relativa al origcn de los

    U'1-. . . . .U'1. . . . .oo" ' C J~

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    48 Tratado de fa argumentacionaxiomas 0 de las reglas de dcduccion, at papel que se supone quedcsempcna el sistema axiornatico en la elaboracion de l pensarnien-to, es ajena a la logica asf concebida, en cI sentido de que se salede los limites del formalismo en cucstion. La biisqucda de la univo-cid ad in disc utib lc h a llcv ad o, incJuso, a los 16gicos formalistas aconstruir sistemas en los que ya no se preocupan por el sentidoc las expresiones: sc sientcn satisfechos can que los signos introdu-cidos y las t ransforrnaciones que les conciernen esten Iuera de todadiscusidn, Dejan la interpretacion de los elementos del sistema axio-matico para quienes 10 apliquen y tengan que ocuparse de su ade-euaci6n al objetivo perseguido,

    Cuando sc trata de dcmostrar una proposicion, basta con indi-

    ~

    car qu e procedimientos permiten que esta proposici6n sea la ultimaexpresion de una serie deductiva cuyos primeros elementos los pro-porciona quien ha construido el sistema axiornatico en el interior. del cual se ef'ectua la dernostracion, 1,De donde vienen estos elemen-tos? i,acaso son verdades impersonales, pensarnientos divinos, re-sultados de experiencias 0 postulados propios del autor? He aqufalgunas pregunras que el 16gico Iorrnalista considera extranas a sudisciplina. Pero, cuando sc trata de argumentar 0 de influir, pormedia del discurso, en la intensidad de la adhesion de un auditorio

    I a cie r tas tesis, ya no es posible ig nor ar po r complete, al creerlasirrelevantes, las_condiciones psiquicas y j9..~ sin las cuales ~

    (argumentacion no tendrfa o6jeto nl efecto. Pues~~ioll pretende 10 adhesion de 70s indiv iduos y, por tanto, suponela existencia de lin con/acto intetectual.

    Para que haya argumentacion, es necesario que, en un mornen-to dado, se produzca una comunidad efectiva de personas. Es pre-ciso que se este de acuerdo, ante todo y en principia. en Ia forma-cion de esta . .s.om~ad inte1ectual y. despues, en c J hecho de ~b5tir juntos una cuesti6n dctcrminada. Ahora bien, esto no resulta( Ie n ing t ir i ,.moao eVldenle.En elter r eno de l a de libera c ion intima, i nc lu so, e x is te n condi-ciones previas :~Iaargurnentacion: es preciso, principalmente, que

    .2. EI contacto intelectual 49~ea como si estuviera dividido e interloclltorcs,por 10 meno~e-pnrtict n en a eliberacicn. y~on;-nada nos autoriza a considcrarla necesaria. Parece que estd canst i-tuida sabre el modele de la deliberacion can los dcmns, por 1 0 quees previsiblc que, en In delibcracion can nosotros mismos, volva-mos a encontrarnos can la mayorfa de los problemas relatives alas condiciones previas a la discusion can los dcmas, Muchas expre-siones 10 testimonian. Mencionemos solo algunas formulas. comoNo escuches a tu mal genio, No discutas de nuevo este punta,que aluden, respectivamente, a las condiciones previas que af'ectana las personas y al objeto de In argurnentacion.

    2. EL CONTACTO INTELECTUAL

    La formaci6n de una comunidad efectiva de personas exige unaserie de condiciones.

    Lo mas indispensable. para In argumeruacion es, al parecer, laexistencia de u;- lenguaje .comun: de una tecnica que permit a Incomunicaci6n. Esto no basta. Nadie 10 rnuestra rnejor que el autorde Alicia en eJpOlS de las moravil las. En efecto, los seres de escpals cornprenden mas 0 menos el lenguaje de Alicia. Perc, paraella, el problema reside en entrar en contacto can ellos, en iniciaruna discusi6n; pues, en el mundo de las maravillas no ha y ningunmotive para que las discusiones corniencen. No se sabe par queuno se dirige a otro. A veccs, Alicia toma la iniciativa y utilizasimplemente el vocative: joh, ratonl I. Considera un exito el: habe r podido intercambiar algunas palabras indiferentes con la du-"quesa 2. En cambio, al hablar con la oruga, pronto se lIega a unpunta muetto: Creo que, prirnero, deberia decirme quien es usted;ILewis Carroll, Alice's AdventuresIn Wonderland, pag. 41,r t, pag. 82.

    AR(JU. . .f tHACION. - 4

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    50 Tratado de fa argumeutacion-i.Y po r que? -p rcgl l l l t6 la oruga? J. En nuestro mundo jcrar-

    ... quizado, ordcnado, ..ex is tcn geuerahncn tc rcglas que estableccn c o -mo sc pucdc cnt ablar la convcrsacion, \111acuer do previa que pro-cede de las mismas normas de la vida social. Entre Alicia y los:habitantes del pais de las maravillas no ha y ni jerarquia, ni prcla-cion, ni Iunciones que hagan quc uno dcba responder antes queotro, Incluso Jas conversaciones, una VCl. iniciadas, a menudo separan en scco, como la conversation can cl Jor ito, quien sc valede su cdad:

    Pcro Alicia no quiso que sigulcra hablando sin dccir antes suedad, y, como cl lorilO se ncgara a confcsar su cdad, no selc penni-li6 dccir nada mas ".

    La unica condicion previa que se cum pie cs el dcsco de Aliciade iniciar la conversacion COli los scres de cste nuevo universe.

    EI conjunto de aqucllos a qulcnes uno dcsea dirigirse es muyvariable. Esta lcjos de comprcndcr, para cada uno, a todos los sereshumanos, En cambia. cI universe al cual quicrc dirigirse cl niiioaumenta, en la mcdida ell que cl mundo de los adultos le esta cerra-do. con In adjuncion de los animales y de todos los objetos inani-mados a los que considcra sus intcrlocutorcs naturales ~.

    Ha y scres COil los cualcs todo contacto pucde parcccr supcrlluoo pOCO dcscable. Hay sercs a los que no nos prcocupamos por diri-girlcs la palabra. Hay tambicn sercs con los que no queremos discu-tir , sino que nos contentamos can ordcnarles,

    P ar a a rg um cn ta r, es precise, en cfccto, atribuir un valor a Inadhesion del interlocutor, a su conscntimicnto, a su concurso men-tal. Par tanto, una distincion aprcciada a veces cs la de ser unapersona can la que se lIega a discutir , EI racionalismo y el hum allis-

    I

    J Ib . pag. 65. lb .. pag , M.s E . Ca s5 ir e r- . ~ L e langag e et la construction d u r no nd e des o bjets , e n J. dePsycbotoe!, 1933, XXX, pag. 39.

    2. EI contacto intelectual 5 1mo de los lil,Limossiglos haccn que parezca cxtralla la idea de quesca. una cualidad el scr alguicn cuya opinloncucnra, Y. en muchassociedades, no sc Ie dirige Ia palabra a cualquiera, igual que nose batlan en duclo con cualquiera. Adcmas, cabe senalar que clqucrcr convencer a alguicn s icmpre implica ei erta modes tla por par-te de la persona que argumcnta: 1 0 que dice no constituyc un dog .ma de fen, no dispone de la autoridad que haec que 10 que SC dice

    (sea i.ndiscutible y lIevc inmediatamente a la convicclon, EI ora'doradmite que debe persuadir al interlocutor, pensar en los argurnen-

    los que puedcn influir en c l. preocuparse par el, interesarsc persu cstado de animo.,'

    Los'seres que quieren que los dernas, adultos a nines, 105 tenganen cuentan, desean que no se Ies ordene mas, que se Ies razone,que se preste atencion a sus reacciones, sue se los__fousiderc micm-~s de una socicdad nuis 0 m e nDS i g ua li J. ar ia , A quien le im~lepoco un contacto semejante can los dernas, se Ie tachara de altivo,antlpatico, al contrario de los que, fuerc cual fucre la relevanciade sus Iunciones, no dudan en mostrar, a traves de los discursosal publico, el valor que atribuyen a su apreciacion.

    Rcpetidas veces, sin embargo, se ha indicado que no siemprc_es Ioable guerer persuacii r o o l " " ' 8 t g t l i e n : en efeGto_puedcn parccer p o c ohonorables las condiciones en las tuales se cfectua e J CQntaclo inte-Icctual. Conocida C5 Ja celebre anecdota de Aristipo, a quien scIe rcprochaba que se habfa rebajado ante c I tirana Dionisio, has ta

    . cl punto de ponerse a sus pies para que 10 oyera. Aristipo se dcfcn-di6 diciendo que no era culpa suya, sino de Dionisio par tener los

    . "oldos en los pies. lEra, pues, indiferente el lugar en que se encon-. traban los oidos? 6_ .(,/-:'""7""-~ar~~l.Rclig.ro d~ discutir Call cicr tas personas cst i_~ que :COI1 ella se pierde In calidad de la propia argumelltad6n;I I ' . . . ::.:: j . I...)o hay que discutir con todo cl mundo, ni hay que ejercitarse. [rente a un individuo cualquicra. Pues, frente a algunos, los argu-

    Bacon, 01 the advancement of learning, pag. 25.

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    e n< t:0..oo, . . . _lC), .._~

    52 Tratado de la argumentacionmenlo~ se loman necesariamente viciados: en cf'ecto, contra el queintcnta por (OUOS los medics parecer que evita el cncuentro, es [usrointcntar por lOuOS los medics .probar aJgo por razonamiento, perono es elcgante 1.

    . 3. El orador y SII auditorio 53

    No bas ta con hablar ni escrlbir, tambien es preciso que escuchensus paiabras, que lean sus textos. De nada sirve que Ie oigan, quetenga mucha audiencia, que 1 0 inviten a tomar la palabra en ciertascircunstancias, en ciertas asarnbleas, en ciertos medias; pues, noolvidcmos que escuchar a alguien es mostrarse dispuesto a admitir_cycnUtalmente s~oCi\Urcl1i1l r e s - prohibi6 alos diplornaticos ingleses incluso que escucharan las proposicionesde paz que pudieran hacerles los ernisarlos alcmanes, 0 cuando unpart ido polltico cornunica que es ta dispuesto a ai r las proposicionesque pudiera presentarle la persona encargada de formar gobierno,estamos ante dos actitudes s ignificativas, porque impiden el es table-cimienlo 0 rcconocen la existencia de las condiciones previas a unaargumentaci6n eventual. :

    Formar parte de un mismo media, tratarsc, mantener relacionessociales, todo esto Iacilita la realizaci6n de las condiciones previasa l contac to intelectua l. Las d iscusiones fr ivclas y sin interes aparen-te no sicrnpre carecen de importancia, dado que cantribuyen al buenfuncionamiento de un mecanismo social: indispensable.

    3. EL ORADOR Y su AUDITORIO

    Con trecuencia, los autores de comunicaciones a de memoriasc icnt lficas piensan que es suf icien te con relatar c iertas expcriencias,mencionar cicrtos hcchos, enunciar ci erto ruirnero de verdades parasuscitar i nfaliblemcnte el interes de los posibles oycntcs 0 lectores,

    1 Arls tctetes , Topic05, l64b.

    : Esta actitud precede de la ilusicn, muy extcndida en diversos am-bientes racionalistas 0cicntificistas, de que los hechos hablan porsf solos e imprimen un sello indeleble en todo ser humano, euyaadhesion provocan, cualesqulera que sean sus disposiciones. K. F.Bruner, secreta rio de redaccion de una revista psicol6gica, comparaestos autores, pecos interesados por el auditorio, con un vlsitantedescortes:

    Se desp lo rnan en una sll la , apoyando sosamente los zapatos, yanuncian bruscamente, a ellos mismos a 0(r05, nunca se sabe, 10siguiente: Fulano y mengano han dcmostrado [. .. J que 1a hembrade la rata blanca responde ncgatlvarnente al cheque elec tr ico [. .. 1 > ; .Muy bien, senor -Ies di je- i,y que? Diganme pr lmero por que de-bo -preocuparrne por este hecho, .entonces escuchare 8.

    Es vcrdad que estos autores, por mucho que tomen la palabraen una sociedad cultn a pubJiquen un articulo en una }evista espe-ci~li~acla, pucden ignorar los medics de entrar en coritacto can elubhco, porque la instituci6n cientifica, sociedad 0 rcvista, ya pro-orciona el vinculo indispensable entre el orad or y el auditorio,I papel del autor s610 consiste en mantener, entre cl y el publico,contacto que In instituci6n cientiflca ha pcrmitido establecer ,Todo eI mundo, empero, no se halla en una situacion tan privi-

    Jegiada. Para que se desarrolle una argumentaci6n, es preciso, en.efccto, ue Ie presten alguna atenci6n aquellos a " '-qulenes le s cstn .

    . .:-c: dcslinada. La mayor parte de los medias de publicidad y e propa-ganda sc esfuerzan, ante todo, por atraer el interes de un publico

    I.. ind, ifcrente. cond ic i6n imprescindible para la ap licacion de c~l ;JquTcr': a rgumentacion. No hay que ignorar la importancia de este preble-

    : : rna previo por el mera hecho de que, en un gran numero de campos. . ; ' -: - y n sea cducacion, po li tica l c iencia a administ raci6n de la justicia- ,' : : ! i; toda sociedad posea ins tituciones que faciIitcn y organicen el con-: '. tac to intclec tua l,:. j, .

    I~~;. . .: .: t . : . F. Hruner, Of psychological wri ting, en Journal of abnormal and social1942, vel, 37, pag. 62.

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    Tratado de la argumentacionNormalmcntc, cs ncccsario teller eierta calidad para tamar 1a

    ' - " ' l ja1abr~ '" 'I scr - (!scu eh ad U.E n n uc str a civ illz acio n, en In cu al cI im -pr cso, conver tido cn m er cancfa, apr ovccha In or ganiz acion econo-mica para captal" In maxima-atcncion, esta condicion solo aparcceCOil daridauCillm-f..'1lsos -cn-iorqllc ci contacto cntre cI or adory cl auditorio 110 pueda establcccrse gracias a las tecnicas de distri-bucion, Pdr tanh), s :_ pe r c ib c l !! j. o r l a argll!l1ellladon clIando I

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    56 . Tratado de la argumentacion 4. EI auditorio como construccion del orodor 57~ La argumcntacion cfectiva ernana del hecho de concebir al pre-'{.-sunto auditorio 10 m a s ccrca posible de la realidad , Una imagen

    inadecuada del auditorlo, ya la cause la ignorancia 0 c1 concursoi rnprcvisto de diversas ci rcunstanclas, puedc tcner las mas larnenta-b lcs consccuenc ia s . Una ar g um en tac io n c on si de ra da p er su asiv a co-rre cI riesgo de provocar un efeeto revulsivo en un auditorlo parael que las razones a favor son, de heche, razoncs en contra . Laque se diga en favor de una medida, alcgando que es susceptiblede disminuir la tension social , levan lara contra esta medida a todosaquellos que deseen que se produzcan confusiones.

    El conocimiento, por parte del orador, de aquellos cuya adhe-sion picnsa obtener e s, p ue s, u na c on dic io n previa a toda argumen-taci6n eficaz.

    La preocupaci6n par el auditorio transforma ciertos capltulosde los antiguos tratados de retorica en verdaderos estudios de psico-logla. En la Retorica, Arist6teles, al hablar de auditorios clasifica-dos segun la edad y la fortuna, inserta varias descripciones, suti lesy siempre validas, de psicologia difercncial 12, Cicer6n demuestraque es precise hablar de manera distinta a la especie humana igno-rante y vulgar, que prefiere siempre 10 utll a 10 honesto, y a Iaotra, ilustrada y culta que pone l a d ig n id ad moral p or c nci rn a detodo 1], A' su o vez, Quintiliano estudia las diferencias de caracter,irnportantes para el orad or 14.

    EI estudio de los auditorios podda c o ns ti tu ir i g ua lr n en te un ca-pitulo de sociologfa, pues, mas que de su caracter propio, las opi-- - - - - - - - - -liones de un hombre de enden de SlI medio social, de su entorno,_ 4 . . .)a gen e con a que trata y enlre la que vive. orno a'Ccf~Millioud: Voulez-vous que l'homme incufte-arange d'opinions?.Transplantez-le 1.5 U.Quiere listed que el hombre inculto carnbie de

    1Z Arlsrcreles, Retorica, nsse . 1391b. Vease el estudio de S. De Coster, L'Idea-lisme des jeunes, CIl Morale et enseignement, 1951-52, n.:" 2 y 3.u Ciceron, Partitiones oratoriae, 90.14 Quintiliano, .De Institutions Oratoric, lib. III, cap. VIII, 38 Y sigs,IS M. Millioud,'" op. cit. vol, 70. r a g . 173.

    opini6n? Transplantclo), Cad a rnedio podrfa caractcrizarse por susopiniones dorninanres, por sus convicciones no discutidas, par laspremisas que admire sin vacilar: estas concepciones forman partede su cultura, y a todo orador que qui ra*rwadir a un auditorioparticular no Ie qucda otro remedio q u c .@ .p??ihta.~1 e r. Tambi.cn~YDI._P...IQQia de cada auditorio seltran:na~JUravcs de los ..discursos que Ie destinan, de tal modo que, de muchos de estosdiScursos, nos creernos autor izados a extraer cualquier informacionsobre las civilizaciones desaparecidas.

    Las consideraciones sociologicas que son utiles para el orador.pueden aludir a un objeto particularmente concreto, a saber: lasfunciones sociales desempenadas pa~ los oyentes . En efec to, a me-nuda: estes adoptan actitudes relacionadas can el papel que se lescanna en cicrtas instituciones sociales, heche que senalo el creadorde la: psicologfa de la Gestalt:

    I Sc pucdcn observar cambios maravil losos en los individuos, co-.mo cuando una persona apaslonadarnente sectar ia se convier tc enimiembro de un jurado, arbitro 0 juez, y entonces sus accioncs mues-.tran el delicado paso de la actitud sectaria a un esfuerzo honesto'!por tratnr el problema en cuestion de forma justa y objetiva ".

    Lo mismo sucede can la rnentalldad de un hombre politico, cu-ya vision cambia cuando, despues de haber pasado anos en la ope-sicion, se convierte en miembro dei gobierno.

    El oycnte, dentro de sus nuevas funciones, adopta una nuevapcrsonalidad que el orador mo pucde ignorar. Y 16 que sirve paracada oyente en concreto no es, por eso.menos val ido 'para los oycn-tcs, tornados globalmente, hasta tal unto incluso .que los te6ricosd.e l~rLcLcLe~r.oJ)_P_Q asific~ ]05 cncros oraloriossegtin

    \ cI papel que cumple el au -q e se dlrige elora or. os~onos, tal como los dehnian los antiguos (genera delibe-

    ~tivo, judicial, epiaictico), correspond ian rcspcctiVamchtc segmr--

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    58 Tratado de la argunientacioncspcciador del desarrollo oratorio, todo cllo sill teller que pronun-ciarse accrca del fonda del asunro 11.

    S c tr ata, aqui, de una- distincion pur am entc pr actica cuvos derectos c insuficiencias son manifiestas, sobre todo dcntro de la c on -ccpcion que dicha dlstincion prescnta del gcncro cpidictico; dcbcrc-m os v olv cr soh ... c st e p un to 18. Pcro, si quicn est u diu la tccnicade la ar g umcntacion no pucdc accptar esta clasificacion de la argu-mcnracion tal cual, esta ticnc, si 11 embargo, el mer ito de resalt arIn importancla que ha de conceder cl orad or a las funcioncs delauditorio.

    En rnuchas ocasiones, succde que el orador debe persuadir aIn auditorio hetcrogeueo, cI cual rcu l ie a personas difercnciadasentre S I por su caractcr, rclacioncs 0 funciones. EI orador habrale utilizar multiples argumcntos para conquistar a lo s divers os miem-bros del auditorio , Prccisamcntc, cl arte de tcuer en cucnta, en laargumcntacion, a cste auditori o hctcrogcneo caractcriza al buen ora-dar. Se podrian cucontrar mucstras de este arte analizando los dis-cursos pronunciados en lo s Parlamcntos, en los cuales es Iacil dis-cernir los elementos del auditorio hctcrogenco,

    No es necesario enco.nl rar.sc_ante var- iasJacciones organ iz .adaspara pensar c,n ~tc~ hcterogenco del a~~En cr~eto,sc puede consldcraf"lp:lc_gda-uno-d-e-los-eycntes-es-"ttn-a--Parte mte-grante -dcsde d iv cr so s p un to s de vista, pero s imultancamcnte=-de multiples grupos, Incluso cuando cl orador sc halla frentc a unnumcro ilimitado de oventes, hasta con un unico oycnrc , puedc queno scpa reconoccr cualcs SOil los argumcnlos mas convinccntes paraeste auditorio. En tal caso, cl orador 10 inserta, en cicrto modoIicticl amcnte, en un a ser ic de audi to rios difcrcnics. En TristramShandy =obra a la que nos rcferircrnos mas veces aun , porquela argumcntaciou constituye uno de su s ternas principalcs-, Sterne

    11 Aris16IClcs,.Reldr;cu, IJ58bl.l; Clccron, Orator, 37; Partir/ones oratoriae, 10;Q ul nt il la no , li b . .. .!", cap. IV .II cr-, ll.-"Et gcnerQ cpidtctico,

    4. EI auditorio como construcc ion del oradordescr ibe una discusion entr e los padres del hcroc y, par boca deeste, dice:

    IMi padre, qucqueria convcncer a m i mad"rii 'para que requiricr alos servicios de un partcro ], t ra to de hncer le vcr sus razoncs dcsdctodas las perspectivas; discuti6 la cucsti6n con ella como cris tiano,como pagano, como marido, como padre, como patriota, como hom-bre. M i madre le respondia a todo tan s610 como mujc r; 10 cualera bastante duro para el la; pues al no ser capaz de asumir tal va ric-dad de Iace tas y combatir proteglda por elias, la lueha era dcaigual:s iete contra uno 19.

    Ahara bien, tengamos cuidado, cl orador no es el unico qu ecambia asl de rostra, sino que ma s bien es el auditorio al que cdirige -Ia pobre esposa, en estc caso-; auditorio al que transfo -ma al caprlcho de su fantasia para captar sus puntas ma s vulncr blcs. Pero, dado que el orador posce la iniciativa de csta dcscomposicion del audilorio, a cl sc Ie aplican los tcrminos (como cristiano, C0I110 pagano, como marido, como padrcu.,; '-:-.

    Ante una asamblea, el orador uede intentar c1asificar al audl-torio de.s,d.c_c.Lr.unto e vista social. Entonces se preguntani si c~~io esta t~ite englobado en un unico grupo social 0 sidebe distribuir a los oyentes en multiples grupos, incluso opucstosentre 51. En este caso, siempre es posible la exis tcncia de varies ~puntos de partlda: se puede, en efccto, dividir de fcmla ideal O I l ....auditorio en funci6n de los gTUpOS sodalcs a los que perteneccnlos indiy.id.uos_{pQ.fcjemplo: politicos, prOfe5lOnales, "'ffngiosos), 0 -~ Ed"C8 . .Y , n_ lo _L v J! lo r esa l os q u e se adhier en cictlos oy ent.cs. stas IVIsiones ideales no son, en absoluto, independientcs entre si. No obs-tante, pueden conducir a la const ituci6n de auditorios parciales muydifcrcntes.

    La subdivision de una asamblea en subgrupos depcndcra, po rotra parte, de la propia postura del orador: si, sobre una cucstion,..

    19 Sterne, La vida y las opiniones del coballero Tristram Shandy.c., ' V ol . I , c ap .xvm. pdg. 44.: "

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    CJl-. . . . . .CJ l. . . . .oo- u> -e n

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    e nD-ool"-I.(), . . . . _co-...I.()

    60 Tratado de la argumentacion 5. Adaptacion del orador 01 auditorio 61rnantiene puntos de vista extrcmados, nada se opondra a que pienseque todos los interlocutores son integrantes de un unico auditorio.En carnbio, s i es de opinion moderada, tended. a considerarlos com-poncntes, aI menos, de dos auditorios distintos 20.

    EI conocimiento del auditorio no se concibe indcpcndienternentedel ~ciifri'ento-rel~livo a los medios slIsceptIoles (JeiifnurrenC1:-En cfecto, el problema de la naluralezaoa auaitOfio es t~ vincu-m a o at de su condicionamiento. Este vocable i