perfil histórico de la población negra

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  • 7/21/2019 Perfil histrico de la poblacin negra

    1/13

    Coleccin Regiones de Mxico

    ociedad y ostumbres

    Lecturas histricas de Guadalajara II

    Jos Mara Muri y Jaime Olveda

    Compiladores

    Qf

    _._Q

    EL COLEG10 DEO

    JI_ LIS

    e

    iblioteoa

    Programa de Estudios Jaliscienses

    Instituto Nacional de ntropologa e Historia

  • 7/21/2019 Perfil histrico de la poblacin negra

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    Perfil histrico de la poblacin negra,

    esclava

    libre 1635-1699

    Asuncin Lavnn

    Desde que Gonzalo Aguirre Beltrn inici en Mxico los

    estudios sobre la poblacin negra en el perodo colonial,

    varios otros autores han profundizado nuestro conocimiento

    de ese elemento de la poblacin.1 Si bien numricamente

    inferior al indgena, el elemento africano dej una huella

    histrica de importancia al convrtirse en el tercer compo

    nente del proceso de mestizaje, la base socio-econmica de

    ciertas formas de mano de obra como el trabajo de plantacin

    azucarera e importante eslabn en otros engranajes labo

    rales. La eventual contraccin numrica de la etnia africana

    durante el siglo XIX hace an ms intrigante su presencia en

    los siglos XVII

    XVIII.

    El ambiente ecolgico de Nueva Galicia impidi que en

    esta regin se implantara un sistema de explotacin intensiva

    de la mano de obra negra. Sin embargo, la esclavitud

    la

    Boletn delArchivo Histrico de Jalisco, Guadalajara, Secretara General de Gobierno, vol.

    VI, nm. 1, enero-abri11982, pp. 2-7.

    Adriana Naveda Chvez, Trabajadores esclavos en las haciendas azucareras de Crdoba,

    Veracruz, 1714-1763 , en EIsa Cecilia Frost,

    al. pp. 162-182.

    Black Laborers and their Experience in Colonial Jalapa , en EIsa Cecilia Frosl, et al.

    Colin Palmer Slaves ofthe White God, Cambridge, Harvard University Press, 1976.

    Edgar F. Love, Marriage Patterns of persons of African Deseent in a Colonial M

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    poblacin africana o sus mezclas, para hablar ms propia

    mente, fueron parte importante del desarrollo histrico de la

    regin, como varios tipos de fuentes histricas lo indican.

    Pocos estudios se han dedicado a trazar el perfil de la po

    blacin de origen africano en Nueva Galicia, a pesar de que

    sera posible utilizando el acervo de diversos archivos de la

    ciudad. Para ilustrar esa posibilidad, en este trabajo nos pro

    ponemos examinar las oportunidades de investigacin del

    tpico utilizando una de las fuentes histricas de Guadalajara,

    los protocolos notariales. Los numerosos detalles provedos

    por los protocolos permiten reconstruir varios de los elemen

    tos bsicos de la vida de un grupo social que ha recibido escasa

    atencin histrica en Jalisco. Para la investigacin he utili

    zado los libros de protocolos de: Toms de Orendin, 1653 a

    1655, 1658 a 1670; Remando Enrquez del Castillo, 1654-55;

    Diego P. de Rivera, 1664 a 1666; Miguel Toms de Ascoide,

    1674-1683; Jos L. Ramrez, 1682; Pedro de Agundiz Zamo

    ra 1694 y 1696; Nicols del Castillo, 1695, y Felipe de Silva,

    1699.2

    La notarizacin obligatoria de las operaciones de compra

    y venta de esclavos provee un nmero de datos esenciales que

    describen tanto a los vendedores como a los vendidos. De los

    primeros se obtiene siempre ~u nombre y su ubicacin geo

    grfica. Tambin, aunque no siempre, se puede encontrar su

    ocupacin u oficio. Usualmente se menciona de quin se

    compr el esclavo anteriormente, o la fecha, lo que pennite

    establecer en muchos casos, qu tiempo ha estado un esclavo

    en posesin de la persona que lo vende. Si el esclavo ha naci

    do y se ha criado en la casa del vendedor, este hecho se

    meciona para subrayar la confiabilidad del mismo. El precio y

    el nombre del esclavo siempre se mencionan. Su edad aproxi

    mada es muy frecuente, as como color, su estado general de

    salud sano y sin enfermedad secreta , y si est sujeto o no a

    hipoteca. Con este tipo de informacin se puede establecer la

    correlacin entre sexo, edad y precio. En estudios de largos

    periodos de tiempo tambin se puede observar la evolucin

    2Estos protocolos notariales se pueden c~nsultar en los Estados Unidos a travs del servicio

    de microfilm de la Iglesia de los Santos del Ultimo Da, mormones, en Salt Lake City.

    36

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    de los precios. Igualmente se puede determinar el sexo y la

    ocupacin de los vendedores y compradores. Datos sobre

    evaluacin y ventas de esclavos tambin se pueden obtener

    de los testamentos e inventarias de bienes de difuntos.

    Utilizando este material y a manera de ilustracin de sus

    posibilidades para la investigacin histrica he logrado deter-

    minar algunos rasgos generales en cuanto a precios sexo y

    edad de los esclavos vendidos en Guadalajara en el periodo

    bajo estudio.3 El precio de los nios menores de un ao es

    generalmente de 100 pesos no habindose encontrado una

    evaluacin mayor. De un ao hasta los 10 el precio corriente

    era de 200 pesos como mximo. Los esclavos entre 10 y 18

    aos se vendan entre 200 y 400 pesos. El precio ms bajo

    registrado fue de 200 pesos por un nio de entre 11y 12 aos.

    No hay diferencia alguna en cuanto al sexo y las variaciones

    de precios tienen que haber estado relacionadas con algn

    factor personal del comprador o el escalvo que no registran

    los protocolos. El precio aumentaba notablemente entre los

    18 y 20 aos cuando el esclavo alcanzaba su mximo desarro-

    llo fsico. Luis un esclavo comprado por Albnso de Ulloa a la

    edad de 12 aos por 260 pesos en 1663 fue vendido diez aos

    ms tarde por 400 pesos.4 El precio mximo alcanzado por un

    esclavo durante la segunda mitad del siglo XVII entre las

    edades de 19 a 35 aos fue de 500 pesos. Entre los hombres el

    precio ms bajo se registr en un esclavo de 20 aos dado en

    pago de una deuda y los ms altos de 450 y 500 pesos fueron

    pagados por jvenes de 19 a 25 aos. Los precios de las

    mujeres de edad similar fluctuaron entre 200 pesos por una

    mujer de 23 aos en una vent a de favor y un mximo de 550

    pesos. En el ltimo caso Luca la esclava fue vendida con su

    hija de un ao. Los precios de mujeres vendidas con sus hijos

    variaban de acuerdo a la edad del menor. En 1666 Gertrudis

    de 36 aos fue vendida por 800 pesos con dos hijos de 7 y un

    ao respectivamente. Luca de 40 aos y un hijo de 16 se

    vendi por el mismo precio. Se puede generalizar que el

    3Este mueslreocomprende 132casos deventas. Otras operaciones de evaluacin testamen-

    taria se tuvieron en cuenla para llegar a estas conclusiones. En vista del nmero de protocolos

    consultados no citar las fuentes en detalle excepto cuando se trate de casos especficos.

    4 Protocolos de Toms Orendin

    01. lO

    1663 foL 37.

    37

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    precio medio para mujeres y hombres entre 19 y 35 aos era

    de 395 pesos. Las mujeres mayores de 35 aos se vendan

    entre 250 y 350 pesos.

    Los precios ms bajos fueron pagados por mujeres ma

    yores de 40 aos, que nunca alcanzaron ms de 250 pesos en

    su venta. En un corto muestreo de 132 ventas no se encontr

    caso alguno de hombres mayores de 35 aos, ya que algunos

    protocolos no especifican la edad del esclavo. Es de espe

    rarse, sin embargo, que los precios tambin disminuan con la

    edad en los hombres.

    Un hecho interesante respecto a los precios es la super

    evaluacin del precio de algunos esclavos que formaban parte

    de dotes de novias. No siempre se sigui esta prctica, lo cual

    se ha corroborado con otros ejemplos en que el precio de

    nios, por ejemplo, reflejan la usual evaluacin de 200 a 250

    pesos. Pero en algunas cartas de dote de 1654 y 1658 se

    evaluaron esclavas de 14 y 16 aos en 450 pesos, un precio

    dudoso para jvenes de esa edad. El objetivo de tal inflacin

    era beneficiar a la futura esposa, ya que el marido se haca

    responsable por el valor total de la misma.5

    Una sucinta consideracin de los vendedores permite apuntar

    que en 107 ventas, 32 vendedoras fueron mujeres 20.5 ).

    En tre los vendedores de esclavos en tre 19 y 35 aos, 10 de 59

    ventas fueron hechas por mujeres. En 13 ventas para las

    cuales no hay edad del esclavo, siete vendedores fueron

    mujeres. En el grupo de compradores, de un total de 59 que

    adquirieron esclavos entre 19 y 35 aos hubo siete del sexo

    femenino. En el grupo de compradores de esclavos menores

    de 19 o mayores de 35 aos hubo ocho mujeres de un total de

    46. La inferencia, que puede ser comprobada con un muestreo

    ms amplio, es que la compra y venta de esclavos era un

    asunto manejado predominantemente por hombres, pero en

    el que las mujeres constituyen un, quizs sorprendente, entre

    15 y 20 del total.

    Otra observacin interesante es que esclavos hombres

    adultos no se adjudican frecuentemente en las dotes. Muje-

    5 Protocolos de Hernando Enriquez de Rivera, vol. 4,1654, foL 129; Toms de Orendin,

    vol. 9,1658, fol. 4, 10,78 v; 1664, fol. 75; Diego P. de Rivera, vol. 11, 1664, fol. 252; 1666, fol.

    378 v; Jos

    Ramrez, vol. 1, 1682, foL 150.

    38

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    res de varias edades y nios de ambos sexos son los casos ms

    frecuentes. En los dos nicos casos de hombres adultos como

    parte de cartas dotales parte de los mismos fueron vendidos

    para sufragar gastos de la familia. Las mujeres esclavas eran

    posiblemente parte del servicio y se esperaba que procrearan.

    A los nios se les consideraba probablemente como inver-

    siones para el fututro.6

    El nmero de manumisiones fue mucho menor que el de

    las ventas logrando acumular solo 35 ejemplos y provisiones

    para otras siete previo pago de una suma estipulada. Estas

    cifras son correlativas a la menor frecuencia del acto de

    manumisin. Del nmero total 20 fueron dadas como ltima

    voluntad testamentaria. Igualmente las provisiones de liber-

    tad. De las 20 14 fueron mujeres. Slo se encontraron dos

    casos de redencin por auto compra y tres pagados por otra

    persona interesada aunque en otro testamento se menciona

    una esclava que est acumulaI1do dinero para su libertad.

    Entre los libertas slo se puede determinar el sexo 22 mujeres

    13 hombres ya que la edad slo se menciona ocasional-

    mente cuando se trata de un nio o una persona de edad

    avanzada. Slo seis nias y cinco ancianos fueron denotados

    en cuanto a edad.

    Cuando la manumisin no fue prometida sino real la

    misma fue completa quedando el esclavo en una situacin

    similar al individuo nacido libre. Slo en un caso requiri la

    duea que el esclavo favorecido sirviera por dos aos en el

    convento de Santo Domingo antes de gozar de su ltima

    libertad.7 Los motivos de manumisin son escuetamente des-

    critos en los testamentos y actas notariales por ejemplo se

    citan razones como por haberse criado en mi casa o por

    quererlo como a un hijo o por amor y voluntad y el mucho

    servicio desde la niez . En estos casos se puede inferir el es-

    tablecimiento de un lazo emocional entre el amo y el esclavo

    a travs de varios o muchos aos de convivencia. El rico

    minero y terrateniente Francisco Rodrguez Poncc duco dc

    unos 65 esclavos liber slo a uno en su testamento el mulato

    6 Protocolos de Toms de Orendin vol. 16 1666. rol. 33; Miguel Toms de Ascoide. vol.

    1 1675.

    rol.

    170

    v; Jos L. Ramrez vol.

    1 16S~.

    rol.

    159.

    7 Protocolos de Jos L. Ramrez vol. I. 16S~ rol. l3~.

    39

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    Lucas de Varela por lo bien que lesirviyporel mucho amor

    que tena tanto al como a su madre a quien los padres de

    Rodrguez Ponce haban concedido su libertad s Es difcil de-

    terminar con precisin cules son las fuerzas emotivas tras la

    decisin de liberar a un esclavo En varias testamentaras se

    liberan a unos y no a otros sin que exista la ms mnima

    indicacin en cuanto a motivacin Lo que s se ha observado

    es que en casos de redenciones mltiples a las mujeres se les

    libera de favor mientras a los hombres se les exige pago de

    cierta suma Por ejemplo doa Gabriela Fernndez de Se-

    plveda en 1682 redime a un nio de una parte cuya madre

    no se menciona yauna madre ysushijas de otra Sin embargo

    al hijo varn de la ltima exige la suma de 100 pesos para

    su libertad 9 Luisa de Alcaraz liberta a una mujer pero a su

    hermano le requiere 200 pesos por el mismo privilegio lO

    Algunas promesas de redencin se posponen hasta des-

    pus de la muerte de una segunda o tercera persona lo que

    equivale a la libertad en la vejez del esclavo cuando ya na-

    da poda hacer con la misma En un caso diferente la misma

    Luisa de Alcaraz citada anteriormente no redime a una es-

    clava anciana sino que encarga a su hija la trate como a una

    madre por haberla criado Otro tipo de conducta respecto

    a los esclavos se observa en algunos casos en que no se libera

    al esclavo pero se le hace un obsequio de dinero o ropas Las

    cantidades de dinero variaron de 20 a 50 pesos 11

    Quizs el caso ms notable de manumisin encontrad en

    las fuentes fue el de Ana de Gamboa mulata esclava del

    capitn Agustn de Gamboa Su madre era una de las esclavas

    de Gamboa y por las caractersticas del caso no sera sor-

    prendente que Ana fuera hija del capitn La redencin se

    llev a cabo antes del matrimonio de Ana con Francisco

    Prez vecino cuya filiacin tnica no se especifica y la ex-

    esclava recibi no slo la libertad sino una dote de 400 pesos

    que consisti en un vestido de raso bordado varias otras

    S Protocolos de Toms de Orendin vol 9 1660 fol 12

    9 Protocolos de Jos L Ramrez vol 1 1682 fol 151 v

    10Protocolos de Hernando Enrquez del Castillo vol 4 1654 fol 48

    11Protocolos de Pedro de Agundiz Zamora vol 1 1694 fol 159;Jos L Ramrez Vol 1

    1682 fol 151 v; Hernando Enrquez del Castillo vol 4 1654 fol 48

    40

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    piezas de vestir, tela para ropa de cama y 200 pesos en

    efectivo.12 La posibilidad de una relacin con la familia tam

    bin es fuerte en otro caso de libertad a un mulatillo morisco

    blanco y rubio de seis aos, hijo de una mulata esclava de otra

    casa, a quien tanto la viuda como la hija que hacen la donacin

    declaran querer con tanto amory voluntad como si fuera hijo

    propio .13

    A pesar de la posibilidad de redencin dentro del sistema y

    de ejemplos de magnimidad y sentimiento hay otros aspectos

    sombros en el sistema esclavista. El tema de la separacin de

    madres e hijos como corolario de la trata aparece en los

    protocolos notariales con cierta persistencia deshumanizante.

    La donacin de una esclavita de dos aos por un clrigo a su

    hermana viuda signific la separacin de la primera de

    su madre natural para consolar a la segunda por la prdida

    de su marido.14 Luisa de Alcaraz enva a su sobrina una nia de

    seis a siete aos y dona a una infante de dos aos una esclavita

    de la misma edad para que se cten juntas.15 Los nios que

    aparecen en las dotes de mujeres fueron tambin separados

    de sus madres, pasando a un nuevo ncleo familiar a servir y

    acumular en valor.16 Como para toda regla hay excepciones,

    tambin hay ejemplos en que la redencin de nios -fue

    admitida para reunidos con sus madres, o provisiones para

    que la madre permaneciera junto a sus hijos, especialmente si

    eran pequeos. As, doa Teresa de Contreras, viuda de un

    oidar de la Audiencia dispuso que su esclava Petrona pasara

    a un familiar junto con sus hijos, uno de los cuales era de poco

    tiempo .J7Tambin ya se mencion la venta de esclavas con su

    prole, que evitaba la separacin.

    Otro aspecto importante de la esclavitud fue la exclusiva

    filiacin materna que se usaba en las actas notariales. En las

    ventas, si se menciona a algn familiar, es la madre, y slo

    12Protocolos de Jos L. Ramrez, vol. 1, 1682, fol. 155 v.

    13Protocolos de Toms deOrendin, vol. 9, 1658, fol. 20. La licencia con que muchos amos

    trataban a sus esclavas mujeres de pie a estas inferencias.

    14Protocolos de Toms de Orendin, vol.

    9, 1662,

    fol.

    29.

    15Protocolos de Hernando Enrquez del Castillo. Vol. 4, 1654, fol. 488.

    16Protocolos de Jos L. Ramrez, vol. 11,1682, fol. 150. En la dote de Ins de Arriola

    aparecen dos nios de

    8

    11 aos evaluados ambos en

    600

    pesos. Vase tambin, Hernando

    Enr~uez del Castillo, vol. 4, 1654, fol. 48.

    1 Protocolos d eToms de Orendin, vol.

    9, 1660,

    fol.

    60.

    41

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    excepcionalmente el padre sea en casos de ventas de nios

    como de adultos. No se ha encontrado ningn ejemplo de

    venta de padre e hijo. La mujer estableca la filiacin posible-

    mente debido al concepto de que el vientre esclavo deter-

    minaba la condicin del hijo. La visin de la mujer esclava

    como un ente reproductor se escapa en dos ocasiones de los

    estrechos lmites de la fraseologa notarial. Doa Mara de

    Ziga menciona en su testamento a una esclava de 12 a 13

    aos estipulando que cualquier esclavo que produjera pasara

    a sus herederos.

    Andrs de Ribero y Paz declara que dos de sus negras

    esclavas parte de la dote de su tercera mujer han procreado

    todos sus esclavos que eran las nicas posesiones de valor en

    su testamento.18 Este tcito entendimiento del valor pro-

    creativo de la mujer esclava reafirma la filiacin materna de la

    prole esclava.

    Uno de los usos legales de la poca fue el de utilizar a los

    esclavos como colaterales o finanzas de deudas lo que oblig

    a especificar en los formularios de venta que el esclavo estaba

    libre de hipoteca. Llama la atencin que aun nios eran utili-

    zados como fianzas. En 1662 una esclava mulata de nueve o

    10 aos fue dada como colateral. Hasta que la deuda se

    pagara la nia servira en casa del prestamista. Al cancelar-

    se la deuda se descontara de la misma el servicio de la esclava

    estipulado a razn de un peso por cada mes de trabajo.

    Debido a la bajsima evaluacin del trabajo de la nia es

    posible que este tipo de arreglo tuviera ms bien el fin

    de servir de incentivo para un rpido [pago] que la explo-

    tacin del trabajo de la menor.19 En casos de esclavos de

    mayor edad el salario fue evaluado en dos pesos mensuales.

    Este tipo de operacin parece haber sido bastante frecuente

    en Guadalajara en el siglo XVII pues aun personas de la lite

    social como doa Juana de Aylln y Monroy la practicaron.2o

    18 Protocolos de Pedro de Agundiz Zamora voL 1 1694 fol. 184; Diego P. de Rivera voL

    12 1665 foL 56.

    19 Protocolos de Toms de Orendin voL 9 1660 foL 60.

    20Prolocolos de Toms de Orendin voL 8 1653 foL 31; vol. 9 1662 fol. 48; vol. 10 1666

    foL 3v.

    y

    1669 foL 55v. 57; Jos L. Ramrez voL 1 1676 fol. 14; 1682 foL 83v; Diego P. de

    Rivera vol. 1 1664 roL 53.

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    10/13

    En otros casos menos afortunados para el prestatario las

    deudas se cancelaron con el traspaso de los esclavos al pres-

    tamista Si el esclavo mora o hua durante el periodo en que

    serva de fianza el prestatario estaba obligado a reemplazado

    por otro 21

    Las donaciones de esclavos ya mencionadas como partes

    de dotes o testamentos tambin se hicieron a monjas de los

    conventos de la ciudad Estas donaciones ilustran otro as-

    pecto de la esclavitud femenina Las esclavas no hacan voto

    de profesin pero de hecho pasaban el resto de sus vidas en

    los conventos sirviendo a sus dueas y tras de su muerte al

    resto de la comunidad ya que para entonces haban perdido

    el contacto con el mundo exterior Los conventos de mujeres

    siempre alojaron una poblacin esclava relativamente nu-

    merosa lo que al parecer no existi con el mismo grado de

    intensidad en los conventos de hombres 22

    Tal y como madres y padres

    muchachos libres ponan a

    sus hijos de aprendices bajo un maestro artesano algunos

    esclavos fueron entrenados de este modo fuera para proveer

    a sus amos con mejores entradas o para alcanzar un mayor

    precio en su venta En 1659 Juana de los Reyes puso a un

    mulato esclavo suyo de aprendiz de zapatero en casa de

    Gabriel Altamirano El contrato es similar al de los mucha-

    chos espaoles estipulando la residencia del esclavo aprendiz

    por dos aos en casa del maestro quien le dara de comer yde

    vestir y atendera sus enfermedades cuando stas no duraran

    ms de 15 das 23

    Los protocolos notariales tambin permiten seguir cierto

    nmero de actividades de negros y mulatos libres Estas ac-

    tividades son muy similares a los de espaoles pero aparecencon mucho menor frecuencia debido a la ms limitada ca-

    pacidad econmica de los primeros Negros y mulatos libres

    aparecen comprando y vendiendo casas o en operaciones de

    arrendamiento Usualmente son propiedades de pequeo

    21

    Protocolos de Toms de Orendin vol 10 1669 fol 70; Nicols del Castillo vol 3 1695

    fol 215

    22 Protocolos de Pedro 1 Ramrez vol 1 1682 fol 157; Hernando del Castillo vol 4 1654

    fol 48

    23 Protocolos de Toms de Orendin vol 9 1659 fol 6Ov

    43

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    valor raramente de ms de 100 200 pesos. Sin embargo

    cabe anotar que al llevar a cabo el acto de compra o venta

    esos hombres mujeres estaban ejerciendo uno de los dere

    chos bsicos de la libertad personal de acuerdo con el derecho

    espaol que era el de poder tratary comerciar. Es importante

    observar que las mujeres estn bien representadas en este

    tipo de operaciones. Ni hombres ni mujeres saban firmar su

    nombre en casi todos los casos pero su analfabetismo no era

    bice para el entendimiento de sta y otras acciones comer

    ciales. En este sentido los libertos no eran diferentes del resto

    de la poblacin que careca de toda educacin forma1.Z4

    Hasta qu punto le era posible a un negro o mulato libre o

    mujeres de idntica condicin hacerse de bienes y mejorar su

    condicin es una pregunta dificil de contestar por la par

    quedad de las fuentes. Las mujeres podan recibir mercedes

    como Magdalena de la Cruz que recibi una merced de un

    cuarto de dlar del Cabildo o heredar de sus padres o ma

    ridos o algn bienhechor. Los hombres podan hacerse de

    ciertos medios a travs de actividades artes anales. Varias

    de las ocupaciones mencionadas en los protocolos notariales

    son las de arriero sastre trata lte o mercader y zapatero.

    Como corrobor Fernando Winfield Capitaine para la zona

    veracruzana algunos miembros de las llamadas castas lo

    graron establecer una posicin econmica que si bien ;ara

    mente pudiera llamarse acomodada les permita establecer

    relaciones econmicas -de dependencia- con miembfos de

    esferas sociales ms altas que las suyas.25 Nicols de Santiago

    mulato vecino de la villa de Autln dej como su albacea y fi

    deicomisario al capitn de milicia y factor de la real hacienda

    don Manuel de Lara. Su testamento le seala como dueo de

    20 yeguas cerreras 3 mulas 15 caballos mansos y otras pose

    siones materiales. Jos de Balmaceda pidi ser enterrado en

    la catedral y dej pagados misas y funeral. Sus bienes eran seis

    24Vanse como ejemplos los casos de Juliana de la Cruz que vende solar por valor de 200

    pesos; el de Magdalena de la Cruz que en 1694 vende a otra mulata un cuarto de solar

    Protocolos de Pedro de Agundiz Zamora vol. 1 1694 fol. 209 fol. 282 302; Miguel Toms

    Ascoide vol. 1 1683 fol. 16; Toms de Orendin vol. 8 1653 fol. 27; vol. 11 1670 fol. 40.

    25 Fernando Winfield Capitaine Testamentos de pardos

    mulatos La palabra y el

    ombre Rev ta de la Universidad Veracruzana

    vol. 8 oct.-dic. 1973 pp. 3-12.

  • 7/21/2019 Perfil histrico de la poblacin negra

    12/13

    mulas mansas 12 machos de carga 14 caballos mansos y siete

    yeguas. En sus negocios estuvo conectado con la mujer de un

    alguacil mayor a quien deba una pequea suma as como a

    otro vecino y mercader de conocido nombre Simn de Os-

    tia.26En ambos casos la ganadera les sirvi como medio de

    desenvolvimiento econmico. Un mulato libre

    su mujer

    pidieron prestados 200 pesos de la iglesia catedral y lo obtuvo.

    Acceso al crdito de la iglesia es otro ndice de cierto esta tus

    mci~n .

    Los testamentos de tres mulatas libres muestran simili-

    tudes y diferencias con los de los hombres. Presentan igual

    inters en ser enterradas en la catedral con las misas

    pompas

    de rigor. Dos de ellas tenan casas propias Francisca Leal y

    Bernarda Muoz posean mucha ms ropa que los hombres e

    hicieron metculosa lista de la misma. Francisca posea varios

    hilos de perlas zarcillos de oro

    pulsera de corales. Aunque

    las ropas y muebles no estn evalvados es probable que estos

    bienes alcanzaran un valor dems de 100 pesos. Bernarda

    perteneca a cuatro cofradas religiosas y tena un hijo esclavo.

    Mara Sedano tena un hijo natural. En ambos casos este dato

    sugiere un reciente despegue de la esclaVitud. Francisca quizs

    perteneca a una generacin de nacidos libres ya que estaba

    casada y tena dos hijos legtimos. Su madre haba hecho

    testamento ante notario y le haba dejado la casa que posea

    y que ella pasaba a sus hijos.28Como en el caso de los hombres

    ninguna de estas mujeres pudo firmar su testamento pero

    igual que ellos alcanzaron un modesto grado de comodidad

    material que su condicin de libres les hizo asequible.

    La mas importante diferencia entre hombres y mujeres era

    que los hombres tenan sus haberes en medios productivos

    los animales mientras que las mujeres los tenan en ropas y

    casas.

    Los datos proporcionados por los archivos notarialessugie-

    ren los variados matices de la vida individual y social de los

    26 Protocolos de Felipe de Silva vol. 1m 1669 fol. 3; Toms de Orendin vol. 8 1653 fol.

    3v; vol. 9 1660 fol. 103.

    Protocolos de Diego P. de Rivera vol. 12 1665 fol. 20.

    28 Protocolos de Toms de Orendin vol. 9 1659 fol. 2; vol. 11 1670 fol. 27; vol. lO 1666

    fol. 17v.

    45

  • 7/21/2019 Perfil histrico de la poblacin negra

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    esclavos y libertas en la ciudad de Guadalajara en la segunda

    mitad del siglo XVII. Sin embargo quedan fuera de este

    cuadro otros aspectos que es necesario buscar en otras fuen-

    tes. Datos especficos en cuanto a nmero y ubicacin geo-

    grfica de la poblacin as como su perfil en cuanto a edades

    y estado civil slo podrn ser reconstrudos a travs de los

    archivos parroquiales. Los patrones de preferencia matrimo-

    nial los incidentes de la vida diaria como matrimonios re-

    laciones socio sexuales entre hombres ymujeres desafos a las

    autoridades eclesisticas y civiles juicios en defensa de su

    propiedad o por maltratos etc. se encuentran en otros acer-

    vos como los de la Audiencia y el de la Sagrada Mitra. Tam-

    bin hay que tener en cuenta que los protocolos reflejan

    mayormente aunque no de modo exclusivo la poblacin ur-

    bana. De todos modos se impone la necesidad de un acerca-

    miento a la poblacin de orgen africano o mixto como parte

    de un inters ms amplio en la reconstruccin de la historia

    de los de abajo lasclases populares de la poblacin que casi

    siempre han recibido una medida corta en la historia pro-

    fesional pero que hoyen da se consideran justamente como

    complemento indispensable de la historia de los privilegiados

    y la historia institucional.