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perspectivas ISSN 0718-4468 CENTRO CRECER EN COMUNIDAD: DESPERTANDO LA RESILIENCIA FAMILIAR Esteban Gómez María Angélica Kotliarenco Magdalena Muñoz Verónica Assef PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE CENTRO DE ESTUDIOS DE EMPRENDIMIENTOS SOLIDARIOS | CEES∙UC / 11

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Revista del Centro de Estudios de Emprendimientos Solidarios de la Pontificia Universidad Católica de Chile Editor: Daniel Diaz V.

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Page 1: Perspectivas CEES-UC | 11

perspectivas

ISSN 0718-4468

CENTRO CRECER EN COMUNIDAD: DESPERTANDO LA RESILIENCIA FAMILIAR

Esteban Gómez

María Angélica Kotliarenco

Magdalena Muñoz

Verónica Assef

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

C E N T R O D E E S T U D I O S D E E M P R E N D I M I E N T O S S O L I D A R I O S | C E E S ∙ U C

/ 11

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PERSPECTIVAS CEES-UC

La misión del Centro de Estudios de Emprendimientos Solidarios es contribuir al desarrollo de las organizaciones de acción solidaria y de las intervenciones que llevan a cabo, mediante los aportes de la reflexión, investigación y educación continua pluridisciplinaria. El centro es parte de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El objetivo de PERSPECTIVAS CEES-UC es difundir ideas, investigación y conocimiento relativo al tercer sector, así como al sector público, para el aprendizaje y la reflexión. Busca presentar análisis sobre los temas permanentes o emergentes para las organizaciones, instituciones o personas que están vinculadas o interesadas en los emprendimientos solidarios.

Editor

Daniel Díaz Vera Pontificia Universidad Católica de Chile y EBM Consulting | [email protected]

Comité Editorial

Sergio Chacón Armijo Director de Programas Sociales, Fundación (PARENTESIS) Javier Guzmán Piña Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, Gobierno de Chile

Paola Jorquera Aguayo Universidad San Sebastián, Chile

Karin Roa Tampe Pontificia Universidad Católica de Chile

CEES-UC

Facultad de Ciencias Sociales Pontificia Universidad Católica de Chile Avda. Vicuña Mackenna 4860, Macul Santiago, CHILE

Sitio Web: www.cees.cl Correo Electrónico: [email protected]

SOBRE LOS AUTORES

Esteban Gómez Muzzio Psicólogo y Magíster en Psicología Clínica, PUC. Investigador de la Unidad de Diseño y Evaluación de Programas y asesor de la Dirección Estratégica, Protectora de la Infancia. Investigador asociado a CEANIM, docente de la Escuela de Psicología de la UBO y de la Escuela de Trabajo Social de la PUC. Ha publicado sobre comprensión, evaluación e intervención con familias multiproblemáticas desde el enfoque de la resiliencia familiar.

María Angélica Kotliarenco Psicóloga, PUC; M. Sc. y Ph.D. Universidad de Londres. Investigadora Responsable y Directora Ejecutiva del Centro de Estudios y Atención del Niño y la Mujer (CEANIM). Miembro de Childwatch International. Docente Escuela de Psicología Universidad del Desarrollo. Profesora Adjunta de la Universidad de Western Sydney, Australia. Ha publicado extensamente sobre Resiliencia, Pobreza, Educación e Intervención Temprana.

Magdalena Muñoz Quinteros Psicóloga y Magíster en Psicología Clínica, PUC y Diplomada en Estrategias de Intervención en Infancia Temprana, UDD. Investigadora asociada a CEANIM. Psicóloga de la Unidad de Investigación y Extensión de la Fundación San José para la Adopción y docente de la Escuela de Psicología de la UBO. Ha publicado en las áreas de infancia, apego e intervención temprana.

Verónica Assef Educadora de Párvulos, UMCE. Licenciada en Educación, U. de Chile. Especialista en trabajo con familia, Instituto de Terapia Familiar. Especialista en Metodologías Innovadoras en Desarrollo Infantil Centro Golda Meier, Israel. Terapeuta familiar y corporal, Escuela de Terapia Corporal, México y Chile. Miembro del equipo de Investigación-Acción de CEANIM. Docente de la Escuela de Medicina Universidad Mayor.

I S S N 0 7 1 8 - 4 4 6 8 | P E R S P E C T I V A S C E E S - U C | N ° 1 1 | J U L I O 2 0 1 1

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CONTENIDO

Presentación ................................................................................................................................................. 4

INTR ODUCC IÓN ...................................................................................................................................... 5

UN M A R C O P A R A L A IN TE RV E N C I Ó N TE M P R A N A ................................................................. 5

PAR TIC IPANTES ..................................................................................................................................... 7

C A R A C TE R I Z A C I ÓN D E L A S F A M I L I A S ..................................................................................... 8

IMPL EMEN TAC IÓN .............................................................................................................................. 10

EVAL UACIÓN DE RE SUL TADOS ...................................................................................................... 14

M E T O D O L O G Í A ......................................................................................................................... 14

IN S T R U M E N T O S ....................................................................................................................... 14

PR O C E D I M I E N T O ...................................................................................................................... 16

A S P E C T O S É T I C O S ................................................................................................................... 17

A N Á L I S I S D E D A T O S ................................................................................................................ 17

RESUL TA DOS ......................................................................................................................................... 18

C O M P E T E N C I A S PA R E N TA L E S ................................................................................................ 18

DE S A R R O L L O PS I C O M O T O R ................................................................................................... 19

R E L A C I O N E S D E A P E G O S E GU R O Y B U E N T R A T O ................................................................. 20

OT R O S R E S U L T A D O S A C O N S I D E R A R .................................................................................... 23

SA T I S F A C C I Ó N US U A R I A ......................................................................................................... 24

¿C Ó M O V E N A L A M O N I T O RA C O M U N I T A R I A ? .................................................... 24

¿Q U É V A L O R A N M Á S D E L P R O Y E C T O ? ................................................................. 25

¿C U Á L E S F U E R O N L O S L O G R O S P A R A E L L A S ? .................................................... 26

CONCL USIONES .................................................................................................................................... 28

REFLE XIONE S FIN ALE S ..................................................................................................................... 31

REFERENC IA S ....................................................................................................................................... 34

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PRESENTACIÓN

Centro Crecer en Comunidad: despertando la resiliencia familiar

En octubre del año 2006 se anunció la creación del Sistema de Protección Integral a la Infancia Chile Crece Contigo, como una acción enmarcada en las iniciativas de protección social llevadas adelante por el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet (2006 – 2010). Uno de los aspectos más interesantes de esa propuesta fue la lógica de intervención, pues buscó generar una articulación completa entre los diversos organismos públicos y privados, de modo tal de generar una suerte de “conspiración” por la protección de la infancia. Este desafío tenía dos supuestos importantes: por una parte la voluntad efectiva de los convocados a hacerse parte de esta iniciativa, y por otro, la calidad de la actividad ejecutada por cada uno de aquellos que se harían parte de esta política. Este escrito se ubica en este segundo supuesto.

Cualquier política pública se juega en balance entre la cobertura y la calidad. El supuesto del ciudadano es que ambos aspectos estarán suficientemente cubiertos, función en la cual el estado ha de jugar un rol fundamental. Sin embargo, visto el alcance de algunas acciones, es factible imaginar que algunas líneas de trabajo quedarán insuficientemente supervisadas, libradas a su suerte en la efectividad última de esa acción. Financiadas por los impuestos de todos, pero sin certeza que esa vía tenga los resultados que proclaman.

Este artículo representa un ejercicio de responsabilidad profesional encomiable. Puede que resulte un tanto complejo para algunos lectores, o que la abundancia de datos estadísticos resulte abrumadora, sin embargo son esos datos –y su disponibilidad- la que le brinda un carácter poco habitual en el escenario de las evaluaciones de intervenciones sociales.

El ejercicio fue “sencillo”. Se partió por detectar un campo de intervención, se levantó evidencia técnica y científica que informara el diseño de las líneas de acción, se constituyeron equipos técnicamente habilitados, se hicieron mediciones iniciales con una batería que cumple con criterios de validez psicométrica, se llevaron a cabo las actividades consideradas en el diseño, se levantó información cualitativa sobre el impacto y se volvió a medir las dimensiones relevantes pre establecidas en el diseño, buscando responder a la interrogante sobre la efectividad de la intervención. Y ahora –en este escrito- se reportan los hallazgos de los análisis efectuados sobre toda esa información.

La práctica profesional basada en evidencia es una corriente cuya preponderancia va en alza. Se trata de que cada acción profesional se encuentre suficientemente respaldada por la investigación básica y aplicada que se encuentre disponible. El desafío para uno de nosotros no consiste tan solo en decodificar esos datos y ponerlos al servicio del diseño de la intervención que se llevará a cabo, sino también hacer de cada experiencia una oportunidad para generar nueva evidencia. Y en ello cobra relevancia el manejo de técnicas de medición, evaluación y reporte; competencias cuyo dominio no está suficientemente extendido como quisiéramos.

Saber por qué se llevan adelante las intervenciones actuales puede aún una pregunta un tanto incómoda, pero cada vez será más central sustentar cada decisión profesional o técnica en evidencia válida y confiable. Y no se trata de un positivismo renovado, sino de un preocupación genuina por llevar adelante intervenciones sociales que prueban su valor, permitiendo la toma de decisiones responsable y seria.

Los emprendimientos solidarios cada vez tienen menos espacio para la sola buena voluntad y las mejores intenciones. Las personas que reciben nuestra acción merecen calidad, y es nuestro deber probarla en cada paso que damos.

Daniel Díaz V. | Editor

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CENTRO CRECER EN COMUNIDAD:

DESPERTANDO LA RESILIENCIA FAMILIAR

INTRODUCCIÓN

UN MARCO PARA LA INTERVENCIÓN TEMPRANA

Dentro del abanico existente de programas de intervención infantil temprana (IT) es

posible identificar como objetivo común el apoyo al desarrollo social, cognitivo, biológico y

mental de infantes y niños preescolares, mediante servicios integrales ofrecidos a ellos y a sus

familias. Con independencia de su foco de acción, la investigación ha demostrado que los

factores críticos para explicar los resultados obtenidos por estos programas son (Love et al.,

2006; Gray & McCormick, 2005; Olds, Sadler & Kitzman, 2007):

la claridad del diseño metodológico,

la calidad de los servicios ofrecidos,

el nivel de competencia de los equipos profesionales y técnicos,

la fidelidad de los operadores al diseño del programa, y

los procesos de involucramiento y participación de los usuarios.

Tras una vasta investigación multidisciplinaria y transcultural, hoy no cabe duda

respecto a la importancia crucial del embarazo y primeros años de vida para todo el desarrollo

humano posterior (Lecannelier, 2006, 2009; Shonkoff & Phillips, 2000; Schore, 2001). Lo que

podamos hacer en esta etapa para nivelar factores de riesgo o condiciones de desventaja para un

adecuado desarrollo infantil, tendrá repercusiones de largo alcance en la persona, la familia e

incluso el desarrollo económico del país y la superación de la pobreza

(Fundación Superación de la Pobreza, 2010).

Si bien resulta de indudable valor para las familias y la

población infantil chilena los avances recientemente conquistados en

salud y educación (por ejemplo, el aumento masivo de salas cuna),

no puede pretenderse una respuesta unitaria a las múltiples

realidades que se constatan en el país (FUSUPO, 2010). En la

actualidad, ni el sistema de salud ni el sistema de educación están en

condiciones de abordar los desafíos específicos que plantea la

intervención infantil temprana, ya sea producto de la sobrecarga de

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tareas que implica la incorporación de nuevos servicios (con personal e infraestructura

insuficientes en número y en capacitación), o bien por problemas derivados del diseño mismo de

los programas, que no están pensados para intervenir en temáticas como la sensibilidad de

respuesta del cuidador, el apego seguro o el fortalecimiento de las competencias parentales.

Esta necesidad se torna particularmente relevante en poblaciones desfavorecidas, en

familias pobres y muchas veces excluidas de los servicios de excelencia (Fernández & Riquelme,

2006). Se ha argumentado que si bien Chile cuenta con igualdad de condiciones biológicas al

momento de nacer, persisten grandes brechas en los logros de aprendizaje; esta diferencia

resulta explicable en gran medida desde la estimulación y oportunidades que brinda el entorno

sociofamiliar del niño en sus primeros años de vida, pero también desde el acceso a servicios,

programas de apoyo, educación de calidad, condiciones de habitabilidad y capacitación laboral

entre otros (FUSUPO, 2010).

Contar con programas de IT especialmente diseñados para abordar las complejidades

del trabajo con niños y niñas en situación de alta vulnerabilidad, pobreza y riesgo psicosocial,

emerge como un desafío país de primera prioridad (Vegas et al., 2006; FUSUPO, 2010),

especialmente en el contexto de la nueva política de un Sistema de Protección Integral a la

Infancia (Consejo Infancia, 2006). Por ello se torna fundamental que el Gobierno y los privados

asuman el fomento, financiamiento, evaluación y difusión de servicios dirigidos al apoyo integral

de la infancia temprana en Chile.

El presente proyecto “Centro de Buenas Prácticas en Infancia Temprana: Crecer en

Comunidad”, diseñado e implementado por CEANIM y supervisado por FUSUPO responde a esta

necesidad y pretende constituirse en un referente para el desarrollo de una oferta nacional de

intervención integral en infancia temprana. El proyecto se construyó sobre la mejor evidencia

disponible a nivel internacional (teniendo como criterio de búsqueda publicación en revistas

revisadas por pares y su focalización en infancia temprana) y sobre la experiencia acumulada y

evaluada por CEANIM en una experiencia piloto anterior denominada “Centros de Desarrollo

Infantil Temprano”, ejecutada entre 2006-2008 con financiamiento de Fundación Integra

(Kotliarenco, Gómez & Muñoz, 2009). Dicha experiencia mostró resultados positivos y

estadísticamente significativos tanto en apego seguro como en desarrollo psicomotor infantil

respecto a la línea de base (Kotliarenco, Gómez, Muñoz & Armijo, 2009), respaldando

preliminarmente la incorporación de mujeres de la comunidad como agentes de cambio.

Asimismo, dejó importantes aprendizajes que fueron recogidos en la presente propuesta,

especialmente en las áreas de: (a) asegurar una mayor especialización del equipo para intervenir

en temáticas de mayor complejidad (ej., apego, desarrollo socioemocional, maltrato infantil), (b)

el abordaje específico de la relación vincular madre/hijo, (c) desarrollar una evaluación más

comprehensiva del programa, y (d) promover un mayor involucramiento de la comunidad.

Entonces, el proyecto Crecer en Comunidad se diseñó como un programa de IT

orientado a promover el desarrollo integral infantil en contextos de vulnerabilidad psicosocial

(Kotliarenco, Gómez, Muñoz & Aracena, 2010), sobre la base de tres ejes técnicos centrales: (a)

coordinación e intervenciones de mayor complejidad – como terapia de interacción guiada, juego

mediado o medidas de protección - realizadas por un equipo multidisciplinario de profesionales

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especializadas en infancia temprana; (b) visitas domiciliarias semanales realizadas por monitoras

comunitarias seleccionadas, capacitadas intensivamente y supervisadas semanalmente; y (c)

coordinación permanente con otros servicios de la comunidad.

La presente publicación se enmarca en el esfuerzo de evaluación sistemática del

proyecto Crecer en Comunidad, abarcando la totalidad de su ejecución entre marzo y diciembre

de 2010, en función de los objetivos, metas, actividades, tiempos y recursos comprometidos.

PARTICIPANTES

El programa fue diseñado para la atención de 150 niños y niñas entre 0 y 3 años de edad

y sus familias. Se ingresaron administrativamente 150 niños, de los cuales 15 abandonaron antes

de completar la ficha de ingreso. Por ello, el proyecto consideró como población efectivamente

ingresada 135 niños(as) y sus familias. Sobre este total, se registró 86 casos que completaron

toda la intervención y 49 que abandonaron el proyecto en diversos momentos, lo que significó

un 36% de deserción total.

Se comparó la duración de la intervención para ambos grupos por separado. Esto

mostró que el grupo que abandonó el proyecto promedió 29,9 días (DS=21,8) o un mes, con un

mínimo de 0 meses y un máximo de 3 meses. En cambio, el grupo que completó la intervención

promedió 213,4 días (DS=29,5) o 7 meses, con un mínimo de 5 meses y un máximo de 8 meses.

Esta diferencia fue altamente significativa, con t(75) = 4,343, p = .000. Es decir, se trató de dos

grupos con una dinámica de participación claramente diferente.

Se compararon ambos grupos en diversas variables de caracterización sociodemográfica

y de funcionamiento familiar inicial. No se observaron diferencias significativas en la edad del

niño, F(1,123) = 0,028, p =.868, el sexo, χ2

(1, N = 134) = 0,003, p = 0,957, su peso al nacer, F(1,70)

= 0,084, p =.772, su estatura al nacer, F(1,67) = 0,407, p =.526 o el tiempo de lactancia, F(1,73) =

0,492, p =.485. Tampoco se registraron diferencias para la edad del cuidador, F(1,100) = 1,360, p

=.868, el sexo, χ2

(1, N = 130) = 1,970, p = 0,160, el número de hijos, F(1,83) = 0,291, p =.591, o el

puntaje en la ficha CAS, F(1,36) = 0,311, p =.580. No se registraron diferencias en el número total

de habitantes en la vivienda, F(1,70) = 0,035, p =.852, ni en la estructura familiar, χ2

(5, N = 83) =

2,866, p = 0,721.

Respecto al funcionamiento familiar al momento de ingresar al programa, no se

registraron diferencias en el Entorno, F(1,84) = 0,739, p =.392, en las Competencias Parentales,

F(1,81) = 0,046, p =.830, Interacciones Familiares, F(1,83) = 0,108, p =.743, Seguridad Familiar,

F(1,82) = 0,036, p =.850, Autonomía familiar, F(1,83) = 0,002, p =.969 y Salud Familiar, F(1,79) =

3,896, p =.052, si bien este último indicador se ubicó en el límite de la significancia. Sí se observó

diferencias significativas al ingreso en el Bienestar del Niño, F(1,82) = 4,189, p =.044, con un

promedio de -0,78 (DS=1,48) para el grupo deserción versus 0,17 (DS=1,29) para el grupo egreso;

y en la Vida Social Comunitaria, F(1,79) = 10,177, p =.002, con un promedio de -1,11 (DS=1,36)

para el grupo deserción versus 0,10 (DS=1,03) para el grupo egreso. Sin embargo, al mirar los

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indicadores específicos de la vida social comunitaria de las familias, sorprende que no se

observaron diferencias en la aceptación inicial de la ayuda ofrecida, con F(1,82) = 0,301, p =.585.

Es decir, el grupo de familias que abandonó la intervención se habría diferenciado por

presentar peores niveles de bienestar en los niños y mayores niveles de aislamiento social, tanto

con su red formal como informal, pero igual disposición inicial a ser ayudados. Esto generó el

interés por identificar claramente las razones de abandono del proyecto, contactándose a cada

uno de estos casos (N=49). Los resultados se muestran en la siguiente tabla, y en síntesis señalan

que en la mitad de los casos no hubo un ajuste entre lo que esperaban y lo que el proyecto

ofrecía; y en uno de cada cuatro casos fue por motivos ajenos al proyecto (cambio de trabajo o

domicilio).

Tabla 1: Razón entregada por las usuarias para explicar su abandono del proyecto

Motivo %

falta de interés por participar en el proyecto 35%

desertó por problemas personales 20%

motivos laborales 14%

cambio de domicilio 12%

proyecto no cumplió sus expectativas (entrega de beneficios) 10%

no cumplir con el perfil de las madres participantes 8%

CARACTERIZACIÓN DE LAS FAMILIAS

Los niños atendidos promediaron 1 año y 8 meses de edad (DS=11,9), con 50,6% de sexo

femenino, peso y estatura normal al nacer (3.891 gramos y 48,9 centímetros), registrando una

media de 6,6 meses de lactancia materna (DS=5,2). Las figuras parentales promediaron 29,1 años

de edad (DS=11,9), un 100% de sexo femenino, 1,87 hijos (DS=0,94), con una mayoría de

educación media y dedicación a labores domésticas. Las familias se ubicaron mayormente en

condición de precariedad económica, presentando un puntaje promedio en la ficha CAS de 3.801

(DS=2.838), con 5,8 habitantes promedio por hogar (DS=3,05). El 100% de los casos ingresó

voluntariamente al proyecto, fuese por invitación del equipo, demanda espontánea o invitación

de otras usuarias del centro.

De acuerdo a un primer análisis de proceso realizado en julio de 2010, el programa se

focalizó en la población para la cual fue diseñado, mostrando las condiciones necesarias para

poder plantearse como una intervención integral que apuntase a la prevención de condiciones

perjudiciales para el desarrollo infantil, si bien pudieron identificarse múltiples condiciones de

vulnerabilidad (como la pobreza, el hacinamiento, la violencia intrafamiliar, el estrés parental, la

disforia, entre otros) que significaron un notable desafío para el logro de los objetivos del

proyecto.

Más allá de las condiciones de vulnerabilidad psicosocial de las familias atendidas, se

pudo identificar que el foco de las estrategias debía apuntar a fortalecer el sentimiento de

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competencia y autoeficacia parental en las madres respecto al cuidado, crianza, estimulación y

vínculo con sus hijos e hijas. Las múltiples fuentes de información consideradas resultaron

coherentes entre sí al mostrar en forma triangulada que para la mayoría de las madres sus hijos

no eran un “problema”, sino más bien una responsabilidad y un desafío para el cual no se sentían

preparadas ni competentes. Esto se traducía en mayores niveles de estrés, menor disponibilidad

de energía psicológica para la crianza y mayor riesgo para el maltrato infantil o el abandono de la

responsabilidad (negligencia parental).

El programa llegó en un momento oportuno por cuanto los factores de riesgo

identificados aun no impactaban significativamente el bienestar del niño ni su desarrollo según lo

esperado para su edad. El desafío para la intervención, por tanto, radicó en cómo estimular la

confianza de las madres en su propia capacidad para ser madres, en cómo ofrecer contención y

apoyo emocional que les permitiera aliviar sus niveles de estrés, y en cómo profundizar su

sensibilidad parental a las características y necesidades específicas de sus hijos e hijas,

desarrollando alternativas de respuesta adecuadas a cada rango de edad.

El enfoque desde la resiliencia personal y familiar (Gómez & Kotliarenco, 2010) que

adoptó el proyecto “Crecer en Comunidad” resultó especialmente pertinente, por cuanto

permitió identificar las fortalezas (por ejemplo, usando la Escala de Evaluación Familiar NCFAS-G)

de cada grupo familiar y potenciarlas sistemáticamente, por sobre la aceptación del peso

evidente de variables más estructurales como la pobreza, el hacinamiento o los bajos niveles de

escolaridad.

Esto no implicó que el equipo no debiese considerar intervenciones sociales dirigidas a

conectar en forma racional a las familias con el sistema de protección social existente (ejemplo,

Chile Solidario, Chile Crece Contigo); de hecho, los primeros análisis detectaron una brecha

importante entre el número de familias en condición de pobreza o extrema pobreza (cuatro de

cada cinco) y el número de familias participantes del Chile Solidario o el Programa Puente (una

de cada cinco).

Lo que significó adoptar el enfoque de Resiliencia personal y familiar, fue una posición

del equipo de profesionales, monitoras y pasantes del Crecer en Comunidad a no aceptar el

determinismo de la pobreza sobre las posibilidades de cambio y empoderamiento de las familias.

Existían múltiples indicadores que permitían asumir que las díadas madre/hijo(a) conservaban un

potencial relacional importante, que podía actuar como un mecanismo de resiliencia frente a la

adversidad objetiva en que les tocaba vivir. Es este potencial el que requería ser explorado,

asimilado y elaborado en los distintos espacios de intervención que ofrecía el centro.

Es importante señalar que los primeros análisis de la información (realizados como parte

de la evaluación de proceso) permitieron identificar un sub-grupo de mayor riesgo y complejidad,

donde la intervención requería mayores niveles de especialización y cuidado. Si bien no se realizó

un cruce entre variables, sí se observó en múltiples indicadores una tasa entre un 15% a 45% que

se posicionaba en rango clínico de problema. Por ejemplo, en el diagnóstico DSM-IV un 19%

presentaba algún tipo de trastorno, particularmente Depresión Mayor. Un 26% de los casos

sufría violencia intrafamiliar. En la escala NCFAS-G, se observó para el rango moderado a grave

de problemas un 14% en Competencias Parentales, 19% en Interacciones Familiares y 18% en

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Seguridad Familiar (malos tratos, negligencia, VIF). En el Índice de Estrés PSI, el 45% se ubicó en

rango alto de estrés total, mientras que en el Inventario Potencial de Maltrato el 44% se ubicó en

el rango clínico de riesgo. Finalmente, en el ASQ-3 el grupo de niños y niñas que se posicionó en

zona de monitoreo o rezago, es decir, que no alcanzaba los hitos de desarrollo esperados para su

edad fluctuaba entre un 17% y un 28% de los casos.

IMPLEMENTACIÓN

El diseño del Centro de Buenas Prácticas en Infancia Temprana (CBP), consideró 5

servicios nucleares en torno a los cuales se organizaron todas las prestaciones ofrecidas a las

familias: a) visitas domiciliarias, b) talleres de fortalecimiento parental, c) terapia de interacción

guiada, d) juego mediado en una sala de estimulación, y e) derivaciones asistidas a la red local.

Cada caso ingresado fue rigurosamente evaluado, con una batería de instrumentos que incluyó el

ASQ-3, PMF, PSI-SF y la escala NCFAS-G (ver apartado metodológico para detalles sobre estos

instrumentos). En el caso de la terapia de interacción guiada, se agregó además el cuestionario

de evaluación de resultados en psicoterapia, OQ-45.2. Tras realizar esta evaluación, el equipo a

cargo definía un Plan de Intervención Familiar Personalizado, especificando metas, acciones,

plazos y responsables.

S

S

Se calculó los porcentajes de participación en cada metodología, sobre la base de los

casos egresados (N=86). El 100% de las familias recibieron visitas domiciliarias; un 63% participó

en al menos uno de los talleres de fortalecimiento parental; 40% participó en terapia de

interacción guiada; mientras que un 35% participó en Juego Mediado; y en 49% de los casos se

realizó consejería parental. En 24% de los casos se requirió realizar una derivación asistida a la

red formal; 43% de las familias recibió control de salud a domicilio, llevado a cabo por alumnos

en práctica de medicina.

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Las visitas domiciliarias fueron realizadas por monitoras comunitarias, mujeres

seleccionadas y capacitadas durante un mes en forma intensiva y luego semanalmente en

reuniones de supervisión, en diversos temas de importancia para la ejecución del proyecto, tales

como: genograma, vulnerabilidad y resiliencia, redes locales y su vinculación con el proyecto CBP,

intervención en crisis y protocolos de acción frente al riesgo infantil, desarrollo del niño/a, el

juego y su aporte al desarrollo, proceso motivacional en las usuarias y su apertura al cambio, el

sentido del acompañamiento en las visitas domiciliarias, y la relación de cierre.

Cabe destacar que se implementó una modalidad innovadora de

visita domiciliaria, ya que la mayoría de las experiencias documentadas

nacional e internacionalmente sobre visita domiciliaria han trabajado sin una

organización clara de contenidos o marco teórico y sin herramientas

estructuradas de soporte para guiar la intervención del agente visitador

(Kotliarenco, Gómez, Muñoz & Aracena, 2010). En cambio, la propuesta del

Centro Crecer en Comunidad consistió en definir un proceso global de

intervención, guiado por el marco teórico de la resiliencia, con tres etapas

claramente identificadas: (1) foco en la familia, (2) foco en la figura parental y

(3) foco en el niño o niña, siendo este último al cual se le dedicó más tiempo.

Específicamente, se dividió el proceso de intervención en 6 planes de trabajo; cada plan

contemplaba 3-4 visitas y se proyectó un máximo de 24 visitas. Se registró por escrito un total de

1.336 visitas domiciliarias, promediando 14,4 visitas (DS=6,4) por niño o niña ingresada, con un

mínimo de 2 y un máximo de 30 visitas. Considerando que la intervención promedió 7 meses,

con un rango entre 5 y 8 meses, se estima que se realizó entre 2 y 3 visitas mensuales por caso.

Los planes de visita fueron: Plan 1: “Conociendo a mi familia”; Plan 2: “La importancia de

mi rol parental”; Plan 3A: “Conociendo a mi hijo/a”; Plan 3B: “Fortaleciendo la relación con mi

hijo/a”; Plan 3C: “Favoreciendo su desarrollo socioemocional”; y Plan 3D: “Estimulando nuevos

aprendizajes en mi hijo/a”. Cada etapa contó con material de apoyo diseñado especialmente

para el proyecto por el equipo profesional, llamado “Bitácora de la Visita Domiciliaria”,

elaborando un documento para cada una de las etapas del proceso de intervención domiciliaria y

diferenciando un formato para la familia y otro para la monitora comunitaria. Cada visita

domiciliaria tuvo un orden estándar: (a) compartir situaciones generales (5-10 minutos); (b)

trabajar la Bitácora correspondiente (20 minutos); (c) desarrollar ejercicios específicos orientados

a la díada madre-hijo; y (d) cierre. Los contenidos y situaciones ocurridos en las visitas

domiciliarias fueron supervisados semanalmente por una profesional especialista (educadora

preescolar y terapeuta familiar), incorporando además elementos de autocuidado y capacitación

en forma sistemática.

Los talleres de fortalecimiento parental fueron espacios de intercambio de

experiencias, vivencias y conocimientos entre las participantes y entre el equipo del CBP y las

participantes. En todos los casos se privilegió el generar un espacio para el desarrollo de nuevas

habilidades o perspectivas sobre el tema abordado, por sobre la sola exposición teórica. Los

talleres contemplaron 6 modalidades distintas: a) competencias parentales; b) apego y buen

trato; c) apego, estrés y pataletas; d) destete; e) arte terapia; y f) masaje infantil. En promedio,

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cada figura parental asistió a 1 de estos talleres; si se considera solo el

grupo de familias que participó (63%), este promedio aumenta a 2, con un

mínimo de 1 y un máximo de 4 talleres.

La terapia de interacción guiada se trata de una modalidad de

intervención clínica, fundamentada en la teoría sistémica y la teoría del

apego que, mediante la grabación en video de secuencias de interacción y

juego para su posterior revisión y reflexión con la figura parental, permite

retroalimentar a la familia sobre sus fortalezas y recursos parentales y

relacionales disponibles (Suárez et al., 2009; Gómez & Muñoz, 2010). Esto

permite mejorar la sensibilidad parental y la capacidad de mentalización, fortaleciendo el apego

y las posibilidades de resiliencia relacional posterior. En este proyecto, se iniciaron 34 procesos

psicoterapéuticos a cargo de psicólogas pasantes entrenadas en el modelo y supervisadas

semanalmente por una psicóloga con grado de magíster en psicología clínica y 4 años de

experiencia en esta terapia pionera en Chile. Se finalizaron 25 procesos con éxito. Los resultados

específicos de esta intervención serán evaluados en un estudio que tuvo un protocolo de

investigación especial.

El juego mediado es una intervención pedagógica que mediante el modelamiento en

vivo utiliza el juego con el fin de mejorar el comportamiento del niño, la tonalidad afectiva del

adulto y su nivel de conocimiento sobre el desarrollo de su hijo o hija. Se les pide jugar y la

Mediadora Guía va modelando en vivo dicha interacción. En el proyecto CBP se ocupó un

formato que comenzó con dos sesiones grupales, luego dos sesiones individuales y para finalizar

una nueva sesión grupal, totalizando 5 sesiones por díada. El juego mediado fue implementado

por una educadora preescolar con formación como terapeuta corporal y terapeuta familiar. Se

contó con diversos protocolos de implementación y registro de aspectos relevantes. En total, 30

mamás participaron en esta intervención, usando como criterio de indicación no estar en terapia

IG, presentar rezago o riesgo en el desarrollo y ser madres con escasos recursos lúdicos

personales.

Respecto a las derivaciones asistidas a la red formal, se constató un total de 35

derivaciones para 21 usuarias, promediando 1,7 derivaciones. Las derivaciones específicas, se

muestran en la siguiente tabla.

Tabla 2: Derivaciones realizadas a la red formal de Macul

Servicio/Organización N

CESFAM 11

COSAM 10

OPD – para casos de protección 3

Fundación (PARÉNTESIS) – para atención en drogas 1

Fiscalía – en casos de VIF 1

Corporación de Asistencia Judicial 1

Jardines Infantiles – se logró ingresos preferenciales 8

Page 13: Perspectivas CEES-UC | 11

Simultáneamente, el programa “Crecer en Comunidad” tuvo una serie de servicios

dirigidos a la comunidad local, tanto formal como informal. Se realizaron inicialmente 3 grupos

focales en Jardines Infantiles con figuras parentales no usuarias del programa, levantando

diversos temas de interés, como estimulación infantil, normas y límites, buen trato, manejo del

estrés. Sobre esta información, se diseñó e implementó un taller de competencias parentales en

4 Jardines Infantiles para padres y apoderados, con un total de 64 asistentes. Asimismo, se

propuso instancias de capacitación para el personal de Jardines Infantiles (JI) y Salas Cuna (SC),

incluyendo técnicos, educadoras y directoras, concretando las siguientes capacitaciones:

Tabla 3: Capacitaciones realizadas a personal de Jardines Infantiles y Salas Cuna de Macul

Tema Establecimiento Asistentes

Buen Trato y Autocuidado JI Reina de la Paz; JI Osito Regalón 45

Sexualidad Infantil comisión mixta 40

Mediación Educativa SC Perucho 20

Protagonismo Infantil SC Perucho 20

Tutores de Resiliencia JI Semillita 12

Masaje Shantalla JI Intercultural 10

7 capacitaciones 6 establecimientos distintos 147

Con la red amplia de infancia de Macul, se realizaron diversas actividades, desde

presentar el proyecto y sus fundamentos teóricos (de por si una acción de sensibilización) a las

direcciones de salud y educación de la comuna, a la comisión mixta, a representantes de JI y SC,

CESFAM, OPD, SERNAM y COSAM; pasando por reuniones de coordinación técnica en la

intervención de los casos con estas redes; hasta la entrega del catastro de servicios de infancia a

la red local. El niño o niña participante y su familia, al mismo tiempo que usuario del proyecto

CBP, era asistente a estas otras organizaciones; la visión eco-sistémica y comunitaria del

programa permitió visualizar permanentemente esta realidad multidimensional e

interconectada. Al finalizar la intervención, se entregaron a las redes pertinentes informes de

proceso, avances logrados y áreas a reforzar en los casos de usuarios compartidos, como una

forma de dar proyección en el tiempo y sustentabilidad a los cambios.

El aspecto de Territorialidad propio de la dimensión

comunitaria de este proyecto, implicó conocer las condiciones

físicas, sociales, económicas y culturales que se daban en el espacio

geográfico de la comuna de Macul, específicamente en las

Poblaciones Santa Julia y Jaime Eyzaguirre. Al constituirse el

territorio en un espacio heterogéneo, la presencia de las Monitoras

“in situ” en los hogares, y las capacitaciones directas en los locales

de los Jardines infantiles y Salas Cunas, fue de especial importancia

para comprender las interrelaciones que se daban entre los actores

Page 14: Perspectivas CEES-UC | 11

comunitarios, sus formas de organizarse, temas de interés, así como reconocer sus recursos,

potencialidades e intereses vinculados a la niñez. Este criterio fue fundamental, ya que la apuesta

fue potenciar el rol de las comunidades en el bienestar del niño/a y su familia, constituyéndose el

CBP en un puente entre las diferentes organizaciones, vinculando los jardines infantiles, centro

de salud y organizaciones de trabajo de derechos del niño/a y mujeres.

En el caso de la prevención comunitaria, se destaca la sinergia que se originó a través de

las capacitaciones, los contenidos fueron respondiendo a necesidades inmediatas de los sectores

de salud y educación. Esto da cuenta de la asociatividad lograda, entendida como lazos de

cooperación tendientes al desarrollo de fines comunes, en este caso, vinculados al enfoque de

bienestar de la niñez.

Aunque estas acciones se valoran en sí mismas como una importante tarea de difusión y

transferencia de conocimiento hacia las redes de infancia de Macul, el proyecto no logró evaluar

los cambios que se pretendía evaluar, por falta de tiempo y de recursos técnicos para poder

identificar los avances en las tres áreas meta del trabajo comunitario: conocimientos, trabajo

colaborativo, y herramientas para favorecer el desarrollo infantil. Este aspecto queda entonces

como un área a fortalecer en futuras réplicas del diseño en nuevas comunas o en la comuna de

Macul.

EVALUACIÓN DE RESULTADOS

METODOLOGÍA

El presente estudio utilizó una metodología cuantitativa de evaluación de resultados,

con un diseño pre-post de grupo único. El proyecto contó con una matriz lógica elaborada antes

de implementar el programa, definiendo un objetivo general y cuatro objetivos específicos, en

las áreas de competencias parentales, desarrollo infantil, apego y buen trato y transferencia de

buenas prácticas en infancia temprana a la comunidad. En la matriz lógica se definieron

objetivos, metas, indicadores de resultado, medios de verificación, acciones y tiempos de

implementación. Los resultados cuantitativos además se enriquecen con la opinión de los

propios usuarios recolectada en una encuesta de satisfacción usuaria y testimonios al finalizar la

intervención.

INSTRUMENTOS

Cuestionario electrónico de caracterización socio-demográfica y ficha de postulación:

recogió información descriptiva básica de los niños, sus cuidadores y las familias atendidas, como

edad, sexo, escolaridad, nivel socioeconómico, situación laboral, entre otras. Asimismo, definió

criterios de inclusión y de exclusión que permitieron a los equipos clarificar la pertinencia de la

Page 15: Perspectivas CEES-UC | 11

postulación al foco técnico del programa, o su eventual derivación a otros servicios cuando

correspondiera.

Escala de evaluación familiar integral de Carolina del Norte (NCFAS): es un instrumento

de evaluación familiar multidimensional, que a partir de la triangulación de diversas fuentes de

información (visitas domiciliarias, entrevistas, informes de redes derivantes y participantes,

grupos focales y diagrama familiar), recoge el juicio experto de los operadores del programa

respecto a diversas dimensiones del funcionamiento familiar, siendo cada ítem evaluado en un

continuo de 6 puntos, desde “problema serio” hasta “clara fortaleza” (Reed-Ashcraft, Kirk &

Fraser, 2001; Kirk, Kim & Griffith, 2005). La NCFAS fue ubicada en el primer lugar entre 85

instrumentos evaluados por investigadores de la Universidad de California en Berkeley (Johnson

et al., 2006) y hoy es usada en más de 650 organizaciones en el mundo. Los estudios realizados

en EE.UU. reportan una consistencia interna con alfa de Cronbach entre .767 y .922 (Kirk &

Griffith, 2007) y un estudio realizado en Chile reportó una consistencia interna entre .782 y .868,

robustas propiedades psicométricas y una validez estructural adecuada según un análisis

factorial (Valencia & Gómez, 2010), hallazgos que fueron replicados y ampliados en un segundo

estudio (Gómez, 2010). Además, se encontró en un estudio en Chile una buena confiabilidad

inter-evaluadores de la NCFAS medida con el índice Kappa (Pino, 2011). En el proyecto “Crecer

en Comunidad” se utiliza la versión NCFAS-G para programas comunitarios con un enfoque

familiar ecológico, la cual consta de 8 dimensiones y sus respectivos ítems: (a) Entorno, (b)

Competencias Parentales, (c) Interacciones Familiares, (d) Seguridad Familiar, (e) Bienestar del

Niño, (f) Vida Social/Comunitaria, (g) Autonomía, (i) Salud Familiar. En el presente estudio, se

obtuvo una confiabilidad de la NCFAS-G al ingreso y egreso de .845 y .838 en Entorno, .822 y .862

en Competencias Parentales, .849 y 868 en Interacciones Familiares, .878 y .835 en Seguridad

Familiar, .860 y .917 en Bienestar del Niño, .848 y .766 en Vida Social Comunitaria, .848 y .871 en

Autonomía y .648 y .799 en Salud Familiar.

Inventario potencial de maltrato físico infantil (PMF): es la adaptación -desarrollada por

académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile- del Child Abuse Potential Inventory,

uno de los instrumentos más validados y utilizados en el mundo para la detección de potencial

de maltrato infantil y en investigaciones científicas sobre el tema (Haz & Ramírez, 2002). Consiste

en un instrumento descriptivo de sondeo que permite alertar sobre un potencial de maltrato

infantil en el cuidador, conformándose por 114 ítems que se agrupan en una escala de maltrato y

tres escalas de validez (consistencia interna, mentira y azar). A su vez, estos ítems se reagrupan

en siete factores de riesgo que permiten caracterizar a los cuidadores: depresión, expectativas

rígidas hacia los niños, malas relaciones con los padres, malas relaciones de pareja y familiares,

irritabilidad e impulsividad, disforia y problemas con el niño. Los estudios realizados en Chile

mostraron una confiabilidad de entre .95 y .98 (Haz & Ramírez, 2002), medida con el alfa de

Cronbach. En el presente estudio, se observó una consistencia interna de .898 al ingreso y .892 al

egreso.

Page 16: Perspectivas CEES-UC | 11

Parenting Stress Index (PSI): este cuestionario desarrollado por Abidin (1995) evalúa

características del niño y de sus padres, y puede aplicarse desde el mes de edad. Considera 6

escalas para las características del niño y 7 para las características de los padres. La forma

abreviada (PSI-SF, que es la que se usó en esta investigación) contiene 36 ítems y su aplicación

toma 10-15 minutos. Entrega puntajes en 3 escalas: Estrés Parental (PD), Interacción disfuncional

padres-niños (P-CDI) y Niño difícil (DC). Esta versión cuenta con estudios de confiabilidad y

validez. La confiabilidad fue estudiada en una muestra de 800 casos, tanto con estudios de test-

retest (indicadores entre .68 a .85) y de confiabilidad interna (indicadores de .80 a .91) (Abidin,

1995). Su validez concurrente se estableció con la versión completa del PSI, obteniendo

correlaciones entre .73 a .95 (Abidin, 1995). El percentil 85 discrimina entre población clínica y

normal; para la escala total equivale a 86 puntos, para la escala PD equivale a 33 puntos, para la

P-CDI a 26 puntos y para la DC a 33 puntos. También se considera el percentil 20 hacia abajo

como riesgoso; para la escala total es 59 puntos, para la PD es 20 puntos, para la P-CDI es 14

puntos y para la DC es 19 puntos. En el presente estudio, la consistencia interna medida con el

Alfa de Cronbach al ingreso y egreso fue de .906 y .893 para el estrés total, .782 y .799 para

estrés parental, .856 y .915 para interacción disfuncional padre-niño, y .851 y .782 para niño

difícil.

Ages and Stages Questionnaire-III (ASQ-III): Cuestionario escrito de autorreporte para

padres, que chequea el nivel de desarrollo psicomotor para niños desde el nacimiento hasta los 6

años de edad. Se encuentra traducido a varios idiomas. Se dispone de cuestionarios para 21

etapas en este rango de edad. Consta de tres secciones: i) preguntas demográficas, ii) 30

preguntas enfocadas a cinco áreas del desarrollo (comunicación, motor grueso, motor fino,

solución de problemas y personal/social) y iii) siete preguntas libres orientadas a recoger la

preocupación de los padres. Sus propiedades psicométricas están avaladas por numerosos

estudios (Squires, Twombly, Bricker & Potter, 2009), con una muestra total de 18.232

cuestionarios correspondientes a 15.138 niños. La confiabilidad test-retest es de 0,92, la

confiabilidad inter-jueces es de 0.93; la consistencia interna varía entre 0,51 y 0,87; la validez

oscila entre 0,82 y 0,88; la sensibilidad es de 0,86 y la especificidad es de 0,85; la sub-

identificación de casos fue de 6% y la sobre-identificación fue de 8,1%. Recientemente, el ASQ

fue validado en Chile con una muestra de más de 2.000 casos, por un equipo de investigación de

la Universidad del Desarrollo, liderado por Iván Armijo y con financiamiento del FONIS,

replicando las excelentes propiedades psicométricas del instrumento (Shonhaut, Salinas, Armijo,

et al., 2009).

PROCEDIMIENTO

Se capacitó al equipo (profesionales, monitoras comunitarias y pasantes profesionales)

en el uso de los instrumentos y los protocolos de evaluación del programa. Cada caso fue

evaluado al momento del ingreso y posteriormente en el último mes previo al término del

Page 17: Perspectivas CEES-UC | 11

proyecto. Se aplicó la batería estándar de instrumentos de autorreporte en forma personalizada

(PSI-SF, PMF y ASQ-3); asimismo, cada dupla profesional/monitora evaluó el funcionamiento

familiar en la escala NCFAS-G. La información de los protocolos fue registrada en dos medios

diferentes: cada caso tuvo una carpeta en papel y al mismo tiempo una ficha electrónica en la

cual toda esta información fue transcrita. Estas fichas electrónicas fueron exportadas una vez

finalizado el proyecto, a una planilla única en Excel. Esta base de datos fue procesada y las

inconsistencias fueron analizadas y corregidas cuando fuera necesario (ejemplo, folios repetidos,

etc.). Posteriormente, dicha información fue traspasada al paquete de análisis estadísticos SPSS.

ASPECTOS ÉTICOS

Cada adulto responsable ingresado, fue consultado por su autorización para el uso con

fines de estudio, publicación y difusión de todos los registros de información levantada en el

transcurso de su participación en el proyecto (cuestionarios, fotos autorizadas, testimonios, etc.),

mediante un consentimiento informado por escrito. El consentimiento fue voluntario y se

garantizaba la participación en el programa con independencia de esta autorización. El

tratamiento de la información fue anónimo y nunca se identifica explícitamente a una familia.

ANÁLISIS DE DATOS

Se realizó análisis descriptivos básicos (frecuencias, porcentajes, promedios y desviación

estándar) para cada dimensión estudiada, según correspondiera. Asimismo, se realizó análisis de

las diferencias pre-post utilizando la prueba T de Student, con muestras pareadas, dos colas y un

alfa de .05 (o 95% de confianza).

Siguiendo las recomendaciones vigentes (Frías, Pascual & García, 2000), se calculó la

magnitud de la diferencia (tamaño de efecto) pre-post para aquellos indicadores que resultaran

estadísticamente significativos, como una forma de dimensionar el grado de avance: según los

criterios de Cohen, un d = .02 es escasa diferencia o tamaño de efecto bajo, alrededor de d = .05

es moderada y cercano o sobre d = .08 es alta o muy alta.

Page 18: Perspectivas CEES-UC | 11

RESULTADOS

COMPETENCIAS PARENTALES

El primer objetivo apuntó a favorecer el desarrollo de Competencias Parentales que

permitieran el cuidado y estimulación oportuna de los niños y niñas participantes. En este

objetivo se pretendió impactar dos áreas relacionadas: las habilidades parentales y el estrés

parental.

En las habilidades parentales, evaluadas con la escala NCFAS-G, se observó un 64% de

cuidadoras en rango adecuado al comenzar el proyecto (sumatoria de los rangos “adecuado 0”,

“fortaleza +1” y “fortaleza +2” previos a la intervención), mientras que al finalizar se llegó a un

84% adecuado a fortalecido.

C

Con independencia de su posición al comenzar, un 61% de las madres mejoraron en al

menos un nivel su funcionamiento en este dominio. El promedio inicial en el ítem global

“Competencias Parentales” fue de -0,42 al ingreso (DS=1,2), mejorando a +0,42 (DS=0,9) al

finalizar la intervención. La comparación pre-post arrojó diferencias estadísticamente

significativas, con t(37) = -4,812, p = .000; la magnitud de esta diferencia fue d = .78, siendo alta

según criterios de Cohen. Como puede observarse en la Tabla 4, también se observaron

diferencias estadísticamente significativas en los ítems específicos “Supervisión del Niño”,

“Prácticas Disciplinarias”, “Oportunidades de Desarrollo” y “Estimulación Parental”, con un p <

.001. El tamaño de estas diferencias fue moderado-alto para supervisión del niño y estimulación

parental, y alto para prácticas disciplinarias y entrega de oportunidades de desarrollo, siendo un

hallazgo coherente con los énfasis técnicos del programa.

Page 19: Perspectivas CEES-UC | 11

Tabla 4: comparación pre-post en las Competencias Parentales, según la NCFAS-G

Diferencia

Promedio Desv. Est. t df Sig. d

Competencias Parentales -,842 1,079 -4,812 37 .000 .780

Supervisión del Niño -,675 ,944 -4,521 39 ,000 .720

Prácticas Disciplinarias -,875 ,939 -5,895 39 ,000 .937

Oportunidades de Desarrollo -,972 ,971 -6,010 35 ,000 .999

Estimulación Parental -,633 ,809 -4,289 29 ,000 .779

Respecto al estrés parental, se seleccionó una muestra al azar de 50 protocolos (usando

SPSS) del PSI-SF. Un 62% de las figuras parentales estaba en rango clínico de alto estrés al inicio,

mientras que al finalizar la intervención un 42% se ubicó en este rango. Además, de las

cuidadoras que estaban en rango clínico (alto o bajo), un 43% normalizó su estrés. El análisis pre-

post del “Estrés Total” mostró una disminución de 8 puntos promedio, siendo una diferencia

estadísticamente significativa, con t(49) = 3,128, p = .003. La magnitud de esta diferencia fue de d

= 0.44 o una diferencia moderada según criterios de Cohen.

Tabla 5: comparación pre-post de los niveles de estrés asociado a la crianza (N=50) en el PSI-SF

Diferencia

Promedio Desv. Est. t df Sig. (2-tailed)

Estrés Total Pre-Post 8,000 18,085 3,128 49 .003 **

Estrés Parental Pre-Post 2,440 7,484 2,305 49 .025 *

* p < .05 ** p < .01

Como muestra la Tabla 5, también se observó una disminución estadísticamente

significativa en la sub-escala “Estrés Parental” o la sensación de “no soy competente como

madre”, con t(49) = 2,305, p = .025.

DESARROLLO PSICOMOTOR

El segundo objetivo consistió en contribuir al desarrollo psicomotor, lingüístico y

socioemocional de los niños y niñas participantes. Se identificaron tres focos de acción:

desarrollo motor grueso y fino; desarrollo del lenguaje y comunicación; y desarrollo de la

autonomía en los niños. De acuerdo a lo evaluado en el ASQ-3 los niños que se ubicaron en el

rango normal al inicio, fueron un 66% en motor grueso, 70,7% en motor fino, 62% en

comunicación, 63% en resolución de problemas y 83% en socio-individual.

Page 20: Perspectivas CEES-UC | 11

Al finalizar la intervención, mejoró el nivel de desarrollo según lo esperado para la edad,

registrándose en el rango normal un 88% en motor grueso, 82% en motor fino, 87% en

comunicación, 85% en resolución de problemas y 85,1% en socio-individual. El análisis pre-post,

mostró diferencias estadísticamente significativas en comunicación, con t(66) = -2,737, p = .008 y

en desarrollo motor grueso, con t(67) = -2,694, p = .009. No se observaron diferencias en

desarrollo motor fino, t(65) = -1,750, p = .085, resolución de problemas, t(66) = -1,752, p = .084,

ni socio-individual, t(65) = 0,000, p = 1.000.

Del grupo de niños con riesgo o rezago inicial en su desarrollo, se logró nivelar a rango

normal a un 78% en motor grueso y 59% en motor fino, 81% en comunicación, 70% en socio-

individual y 68% en resolución de problemas.

RELACIONES DE APEGO S EGURO Y BUEN TRATO

Este objetivo consistió en estimular el desarrollo de relaciones de apego seguro y buen

trato entre los niños(as) participantes y sus figuras parentales. Se definieron tres áreas de logro:

la interacción padre-hijo, el buen trato y los factores de riesgo para el maltrato o descuido.

Al comenzar la intervención, un 42% mostró en el PSI-SF rango clínico en la sub-escala

“Interacción Disfuncional Padre-Hijo” (PCDI), mientras que al finalizar la intervención la

proporción bajó a un 20%. En esta sub-escala, se observó un promedio de 23,2 (DS=8,0) puntos al

inicio y 20,5 (DS=6,1) al terminar. En la sub-escala “Niño Difícil” (DC) se observó un promedio de

30,28 (DS=8,9) puntos al inicio y 27,4 (DS=8,2) al finalizar. Estas diferencias fueron

estadísticamente significativas para PCDI, t(49) = 2,228, p = .031 y para DC, t(49) = 2,288, p =

.026, con un p < .05.

Page 21: Perspectivas CEES-UC | 11

Tabla 6: comparación pre-post de los niveles de estrés asociado a la crianza (N=50) en el PSI-SF

Diferencia

Promedio Desv. Est. t df Sig. (2-tailed)

Interacción Pre-Post 2,720 8,633 2,228 49 .031 *

Niño Difícil Pre-Post 2,840 8,777 2,288 49 .026 *

* p < .05 ** p < .01

En la escala NCFAS-G, se observó en “Interacciones Familiares” un 61,2% en el rango

adecuado/fortalecido al ingresar, mientras que al finalizar, se observó un 73,3% en dicho rango.

Específicamente en el ítem “Apego con el Niño”, se observó un 77,4% adecuado al inicio versus

un 91,1% al finalizar.

Tabla 7: cambio pre-post en interacción y apego, según la NCFAS-G

Diferencia Desv. Est. t df Sig. d

Interacciones Familiares -,610 1,093 -3,573 40 ,001 .558

Apego con el Niño -,634 ,799 -5,084 40 ,000 .788

Comunicación con el Niño -,675 ,730 -5,849 39 ,000 .932

Expectativas sobre el Niño -,725 ,716 -6,407 39 ,000 1.005

Relación del Niño con el Cuidador -1,026 1,219 -5,190 37 ,000 .836

La Tabla 7 muestra las diferencias en promedios pre-post de indicadores considerados

relevantes para iluminar el impacto sobre la meta de fortalecer el vínculo de apego seguro a

través de conductas positivas de sensibilidad parental e interacción madre-hijo. Como puede

observarse, se registraron diferencias estadísticamente significativas en “Interacciones Familiares

en general”, t(40) = -3,573, p = .001, “Apego con el Niño”, t(40) = -5,084, p =.000, “Comunicación

con el Niño”, t(39) = -5,849, p = .000, “Expectativas sobre el Niño”, t(39) = -6,407, p = .000, y

“Relación del Niño con el Cuidador”, t(37) = -5,190, p = .000. Se observó una magnitud de la

diferencia moderada para interacciones familiares, moderada-alta para apego y alta para

comunicación, expectativas y la relación madre-hijo(a).

Respecto a fortalecer el vínculo de apego seguro a través de conductas de buen trato, se

observó en la escala NCFAS-G que al inicio un 74% mostraban conductas de buen trato

emocional y al finalizar un 94% de los casos registraron conductas de buen trato emocional. Un

70% de los casos mejoraron al menos un nivel sus conductas de buen trato emocional en la

NCFAS-G. La Tabla 8 muestra las diferencias promedio pre-post en la dimensión “Seguridad

Familiar” y sus ítems específicos.

Page 22: Perspectivas CEES-UC | 11

Tabla 8: cambio pre-post en indicadores de buen/mal trato en la NCFAS-G

Diferencia

Promedio

Desv. Est. t df Sig. d

Seguridad Familiar -,765 1,176 -4,643 50 ,000 .646

VIF cuidadores -,622 ,984 -4,243 44 ,000 .630

Maltrato Físico -,578 ,965 -4,016 44 ,000 .600

Maltrato Emocional -,936 1,169 -5,493 46 ,000 .804

Negligencia Parental -,674 ,920 -4,967 45 ,000 .728

Como puede observarse, se registraron diferencias estadísticamente significativas en

todos los indicadores considerados, p < .001, con tamaños de efecto moderados para “Seguridad

Familiar”, “VIF entre los cuidadores” y “Maltrato Físico”, moderado/alto para “Negligencia

Parental” y una magnitud de la diferencia alta para “Maltrato Emocional”.

Respecto a la meta de disminuir factores de riesgo para el maltrato infantil en el PMF,

un 44,4% mostró rango clínico al inicio versus 34,7% al finalizar. Se observaron menores

resultados comparado con la escala NCFAS, ya que solamente el 34,4% de los adultos en rango

clínico de potencial de maltrato disminuyó a rango normal. El análisis pre-post de los promedios

en la Escala de Maltrato del PMF, mostró un promedio inicial de 38,9 (DS=15,1) y un promedio

final de 33,7 (DS=16,2). Esta diferencia fue estadísticamente significativa con t(71) = 4,204, p =

.000 y una magnitud de la diferencia moderada con d = .495. La Tabla 9 muestra los cambios pre-

post en diversos factores de riesgo para el maltrato infantil, identificados en el inventario PMF.

Se observó cambios significativos en “Depresión”, t(71) = 2,650, p = .010, “Expectativas Rígidas

sobre el Niño”, t(71) = 2,150, p = .035, “Irritabilidad e Impulsividad”, t(71) = 2,000, p = .049,

“Disforia (aislamiento y soledad)”, t(71) = 3,604, p = .001 y “Problemas con el Niño”, t(71) =

3,845, p = .000. No se observaron diferencias en “Mala relación con los padres (familia de

origen)”, t(71) = 1,206, p = .232, ni en “Mala relación con la pareja”, t(71) = 0,059, p = .953.

Tabla 9: cambio pre-post en factores de riesgo para el maltrato infantil, PMF

Diferencia

Promedio

Desv. Est. t df Sig. d

Escala de Maltrato 5,167 10,427 4,204 71 ,000 .495

Depresión ,889 2,846 2,650 71 ,010 .312

Expectativas Rígidas ,528 2,083 2,150 71 ,035 .249

Mala relación padres ,250 1,758 1,206 71 ,232

Mala relación pareja ,014 1,989 ,059 71 ,953

Irritabilidad e Impulsividad ,528 2,239 2,000 71 ,049 .232

Disforia (Aislamiento) 1,181 2,780 3,604 71 ,001 .425

Problemas con Niño ,597 1,318 3,845 71 ,000 .455

Page 23: Perspectivas CEES-UC | 11

La magnitud de las diferencias medida con el indicador d de Cohen, mostró un tamaño

bajo para expectativas rígidas, y para irritabilidad e impulsividad; y moderada-baja para

depresión, disforia y problemas con el niño.

En resumen, el programa “Crecer en Comunidad” mostró resultados estadísticamente

significativos en los tres objetivos específicos evaluados en este estudio: competencias

parentales, desarrollo infantil y apego/buen trato. Los múltiples indicadores considerados dan

cuenta que, al finalizar los 10 meses de duración del proyecto, las madres muestran mayores

competencias de crianza, las díadas fortalecieron su vínculo sobre la base del buen trato, y los

niños y niñas mejoraron significativamente su desarrollo integral.

OTROS RESULTADOS A CONSIDERAR

Además de reportar resultados en los objetivos específicos del programa, se estudió el

comportamiento de otras dimensiones del funcionamiento familiar integral, según fue evaluado

en la escala NCFAS-G. El gráfico 3 muestra el cambio pre-post en la proporción de familias con

funcionamiento adecuado a fortalecido en otras dimensiones globales de la escala: entorno,

bienestar del niño, vida social comunitaria, autonomía y salud familiar.

C

Como se muestra en el gráfico, el mayor cambio ocurrió en el bienestar del niño,

seguido por la integración de la familia con sus redes formales e informales. En menor medida, se

logró mejorar la autonomía económica de los grupos familiares. El área más deteriorada al

comienzo, y que registró el nivel más bajo al finalizar, fue el entorno de vida de las familias. La

salud familiar casi no registró cambios, conservando una proporción adecuada en 3 de cada 4

casos atendidos.

Como revela la Tabla 10, la proporción de familias con problemas de rutinas y rituales

disminuyó en 10 puntos, y con problemas en recreación y ocio disminuyó en 29 puntos.

Page 24: Perspectivas CEES-UC | 11

Tabla 10: proporción de problemas al ingreso versus al egreso, NCFAS-G

Indicador Problemas al Ingreso Problemas al Egreso

Rutinas y rituales familiares 31% 21%

Recreación y juegos familiares 45% 16%

Redes informales 25% 9%

Redes formales 18% 4%

Acceso a servicios de salud 25% 2%

Conexión con el vecindario 31% 11%

Conexión con comunidad espiritual 30% 7%

Aceptación de ayuda disponible 17% 0%

Con respecto a la conexión de las familias con sus redes, se observa una disminución de

16 puntos los problemas con las redes informales y de 14 puntos en las redes formales, bajando

23 puntos la proporción de familias con problemas de acceso a los servicios de salud. Las familias

disminuyeron en 20 a 23 puntos los problemas de conexión con su comunidad. Al inicio un 17%

tenía dificultades para aceptar la ayuda disponible; al finalizar, ninguna de las familias egresadas

mostró esta dificultad, siendo un indicador de la positiva valorización que las familias hacen de la

ayuda ofrecida en el programa.

SATISFACCIÓN USUARIA

Además de la evaluación de resultados cuantitativa reportada en este informe, se

realizó una evaluación de la satisfacción de las usuarias con el proyecto. Se entrevistó a 68

usuarias durante el mes de noviembre de 2010, en torno a tres tópicos: relación con la monitora,

recibe periódicamente las visitas domiciliarias y valoración general del proyecto.

Del total de entrevistadas (N=68), 94% (n=64) describen el proyecto como “bueno” o

“excelente”; 3% (n=2) dicen no participar activamente; 3% (n=2) señalan que el proyecto no

cumple con sus expectativas.

El 100% de las usuarias califican la relación con su monitora como buena o muy buena.

96% de las usuarias (n=65) dicen recibir semanalmente visita de su monitora y que dichas visitas

duraron entre una hora y una hora y media.

¿CÓ MO V EN A LA MONI TOR A CO MUNIT ARI A?

Se realizó un análisis de contenido con los descriptores que utilizaron las 68 entrevistadas

para referirse a las monitoras. Esto arrojó un total de 56 descriptores, los cuales se agruparon en

las siguientes 9 categorías:

a) Alegre y positiva: la monitora es descrita como una persona alegre, simpática, entusiasta, amena, espontánea,

positiva, que tiene buen carácter.

Page 25: Perspectivas CEES-UC | 11

b) Cercana y cariñosa: para las usuarias del proyecto, la monitora es amorosa, cariñosa, cercana, cálida, buena, las trata

bien, les trasmite valores, las hace sentirse importantes, y este trato se trasmite en muchos casos también a la familia

toda.

c) Consejera: la monitora es descrita como una buena comunicadora, que explica lo que no entienden las madres al

trabajar las Bitácoras, que da consejos concretos, siendo franca y asertiva.

d) Acogedora: para las mujeres consultadas, las monitoras fueron acogedoras, mostrando una actitud de escucha activa,

que presta atención y las hace sentirse comprendidas.

e) Confiable: el análisis de contenido mostró este punto como central, ya que para las mujeres consultadas se podía

contar con la monitora, estando siempre presente cuando la necesitaban, preocupándose permanentemente por ellas.

f) Paciente: el trabajo realizado por las monitoras fue metódico, señalándose la puntualidad y la paciencia con que se

acompañó los procesos de cambio durante la intervención.

g) Soporte: para las entrevistadas, la monitora mostró una actitud de apoyo, de tratar por todos los medios de sacarlas

adelante, ayudándolas a “salir del hoyo donde estaba”, haciéndolas crecer en forma proactiva.

h) Amiga, hermana, madre: un hallazgo interesante es que la monitora parece haber ocupado un lugar más allá de lo

estrictamente laboral; las mujeres entrevistadas señalaron en muchos casos haber estado solas, aisladas, y que la

monitora se constituyó en una verdadera amiga, una gran compañera y compañía, llegando a ser parte de la familia, y

en algunos casos siendo descrita como una hermana o una madre.

i) Usa el compartir vivencias cotidianas como método de trabajo: al analizar los relatos de qué hacían las monitoras en

las visitas domiciliarias, queda claro que una parte lo constituyó el trabajo sobre los contenidos de la Bitácora, pero que

la forma de elaborar dichos contenidos fue a través del intercambio de vivencias cotidianas y de experiencias

personales de vida, las cuales eran luego relacionadas a la situación particular de la madre. Otra parte de las visitas se

dirigió a ayudar a resolver situaciones cotidianas, “con la palabra justa y la idea exacta”. Y otras veces en las visitas la

monitora interactuaba directamente con las hijas e hijos de las madres visitadas, ofreciendo un modeling que fue muy

valorado por la entrevistadas.

Asimismo, se realizó un análisis de contenido de los aspectos más valorados del proyecto

(107 descriptores, 68 entrevistadas); y sobre los principales resultados, cambios o logros

descritos espontáneamente por las usuarias en sus respuestas (91 descriptores, 68

entrevistadas). A continuación se revisan estos hallazgos.

¿QUÉ VALO RAN MÁS DEL P RO Y ECTO?

En el caso de los aspectos más valorados del proyecto, se identificaron las siguientes

categorías:

Page 26: Perspectivas CEES-UC | 11

a) Conversaciones con la monitora: lo más valorado son las conversaciones que una vez por semana, y por espacio

promedio de una hora, sostenía la monitora comunitaria con la madre, acumulando un 30% de los descriptores.

b) La labor de la psicóloga: acumula un 21% de los descriptores, identificándose dos áreas igualmente reconocidas de

acción: los espacios de orientación psicológica (consejerías, 12%) y la intervención con videos (terapia de interacción

guiada, 9%).

c) Talleres: en tercer lugar, las usuarias identifican como un aporte valioso el espacio de taller, con un 20%, nombrándose

dentro de estos talleres el masaje infantil (3%) y el arte-terapia (2%).

d) El equipo de profesionales: uno de los aspectos que se menciona reiteradamente con un 18% es la calidad humana del

equipo de profesionales del centro, destacando como cualidades su acogida, buen trato, comunión y alegría, su

apertura al diálogo, al ofrecimiento de consejos prácticos y el apoyo en las dudas sobre el hijo o hija.

e) Valoración global positiva: con independencia de destacar algún espacio o técnica particular, un 6% de las

entrevistadas señaló que el proyecto es una ayuda integral y completa, en que todo gustó: “hacen una linda tarea”, “la

mejor idea que se pueda haber inventado”, “me gustaría que siguiera mucho tiempo más”.

f) Bitácoras: por último, se valora positivamente las bitácoras como material de apoyo y trabajo en las visitas

domiciliarias, nombrándose en 5% de los descriptores.

¿CUÁLES FUERO N LO S LOG RO S P AR A ELLAS?

Respecto a los logros obtenidos en su proceso de intervención, se identificaron 5 áreas:

competencias parentales, relación madre-hijo, mujer, niño y familia.

a) Competencias Parentales: las entrevistadas describen espontáneamente una mejoría en sus competencias parentales

con un 26% de los descriptores. Esta categoría se descompone en la percepción de contar con más y mejores técnicas

de crianza y educación de los hijos (15%), un mayor conocimiento y entendimiento de su hijo/a (7%) y un aumento en

su capacidad de ser paciente y de controlarse en situaciones de estrés con su hijo/a (4%).

b) Relación madre-hijo/a: las usuarias identifican una evidente mejoría en la relación e interacción diádica, con un 23%.

Aspectos específicos lo constituyen una mejor comunicación, más y mejor juego, un acercamiento al hijo a través del

juego, y un apego más seguro.

c) Mujer: las entrevistadas reconocen un apoyo emocional hacia ellas por parte del centro, con un 22% de descriptores.

En un contexto de alto aislamiento social, se sienten apoyadas como mujeres, mediante consejos que les ayudan a

resolver situaciones cotidianas (11%), y perciben un crecimiento personal tras finalizar el proceso (11%).

Page 27: Perspectivas CEES-UC | 11

d) Niño: las madres identifican cambios notorios en sus hijos e hijas, con una mejoría en diversas áreas de su desarrollo,

con 16% de los descriptores. Los ejemplos que se destacan son mayores habilidades sociales, menos llanto y pataletas,

mejoría en el lenguaje y comunicación y destete.

e) Familia: en menor medida, se describen cambios en la familia completa (9%), existiendo mejores relaciones, mayor

diálogo, menos gritos y más cooperación en las distintas tareas de crianza. El marido y otras personas de su entorno

familiar, reconocen que los cambios observados son gracias al centro.

f) Otros logros: en un caso particular, la entrevistada señala que el proyecto la ayudó en muchas áreas, pero

especialmente a entrar a la Universidad, lo cual siente ella fue su mayor logro.

Page 28: Perspectivas CEES-UC | 11

CONCLUSIONES

Considerando todos los elementos, tanto cuantitativos como cualitativos aportados en

este artículo, es posible concluir que el proyecto Centro de Buenas Prácticas en Infancia

Temprana “Crecer en Comunidad” fue una experiencia exitosa, que logró cumplir sus objetivos,

en algunos casos excediendo lo esperado.

Esta evaluación de resultados utilizó instrumentos válidos y confiables, con robustas

propiedades psicométricas demostradas en estudios internacionales y nacionales. Al disponer de

tres instrumentos de auto-reporte (ASQ-3, PMF, PSI-SF) y una escala de evaluación por

observación de conductas (NCFAS-G) aplicados pre-post intervención, sumado a una encuesta de

satisfacción usuaria, se pudo triangular fuentes de información y perspectivas (De Souza,

Goncalves & Ramos, 2005). Esto permitió consolidar la conclusión sobre la efectividad del

proyecto, aun sin la presencia de un grupo de control.

En los análisis de datos se utilizó tres indicadores distintos de resultado para cada

instrumento: proporción de casos adecuados al ingreso versus al egreso, análisis de la

significancia estadística de las diferencias pre-post y cálculo de la magnitud (baja, moderada,

alta) de las diferencias significativas. Así, se puede afirmar que las díadas atendidas en el

proyecto sí mostraron cambios al finalizar la intervención (N=86), con respecto a la línea de base

evaluada al comienzo.

Es interesante que se observara una configuración específica de resultados, con

mayores logros en la díada madre-hijo(a), y menores resultados en otros miembros del sistema

familiar (ejemplo, la pareja o la familia de origen). Esto era esperable a partir del diseño técnico

del proyecto, cuyo foco principal fue efectivamente la relación madre-hijo, y en segunda

instancia el sistema familiar completo y las redes formales e informales.

En general, se observaron mayores logros en los aspectos relacionales o interaccionales

que en aspectos sociales (ej., la vivienda), lo cual es coherente con el foco global del proyecto,

que precisamente trabajó con y en las relaciones y que no dispuso de recursos para ofrecer

soluciones inmediatas a estos problemas, más allá de la conexión con las redes formales

pertinentes. Aun así, es sorprendente que se hayan logrado mayores niveles de

autonomía económica de la familia (un 21% más con respecto al nivel inicial), aspecto que

puede atribuirse al trabajo esmerado de las monitoras comunitarias quienes en muchos

casos apoyaron la iniciativa de las madres para incorporarse al mundo laboral o generar

fuentes propias de ingreso.

Una tercera observación es que los cambios conductuales (medidos con la

NCFAS-G) fueron más notorios que los cambios representacionales en las figuras

parentales (medidos con los instrumentos de auto-reporte), con tamaños de efecto

moderado-altos, y altos en el primer caso, y tamaños de efecto moderados, moderado-

bajos, y bajos en el segundo caso. Esto puede mostrar que a estas madres les costó

reconocer en sí mismas la magnitud de sus cambios con respecto a cómo comenzaron, o

bien puede ser que las evaluadoras del programa hayan sobrevalorado dicha diferencia en

Page 29: Perspectivas CEES-UC | 11

la escala NCFAS-G. Otra posibilidad es que los cambios conductuales

hayan ocurrido más rápido que los cambios en sus representaciones

sobre diversos temas (crianza, niño, familia, etc.). Esto supondría la

necesidad de reforzar durante más tiempo la vinculación

conducta/representación en las figuras parentales. Es posible que un

proyecto como el CBP, con todo su abanico de metodologías

dirigidas a la adquisición de nuevas habilidades y comportamientos

en la crianza (juego mediado, interacción guiada, modelamiento en

las visitas domiciliarias) sea altamente efectivo para gatillar cambios

conductuales reales, pero que se requiera un tiempo más

prolongado y otro tipo de herramientas (ej., psicoterapia) para reflexionar e internalizar

progresivamente las nuevas representaciones, creencias o teorías subjetivas.

Indudablemente, uno de los cambios que más enfatizó el proyecto CBP fue incorporar el

juego en la relación de las figuras parentales con el niño o niña, fuese en las visitas domiciliarias,

el juego mediado o la interacción guiada. Esto se vio reflejado en el indicador “Recreación y

Juegos Familiares de la NCFAS”, donde casi la mitad de las usuarias mostraban problemas al

ingreso, versus solamente un 16% al finalizar. Otro énfasis del proyecto en las visitas domiciliarias

estuvo en la estimulación del lenguaje (por ejemplo, se incorporó el trabajo con cuentos

infantiles escogidos y se dedicó una Bitácora completa a este tema); no es sorprendente

entonces, que el mayor cambio registrado en el desarrollo infantil, según el ASQ-3, fuera en las

habilidades de comunicación del niño/a. La otra área que mostró avances importantes en el

desarrollo infantil fue las habilidades motoras gruesas; nuevamente, el énfasis en el juego y la

estimulación podría estar asociado a este cambio.

Además, las madres entrevistadas (N=68) refirieron logros importantes en las mismas

áreas evaluadas mediante los instrumentos: (a) competencias parentales, (b) relación madre-

hijo, (c) desarrollo personal, (d) desarrollo del hijo, y (e) mejorías en el grupo familiar. Los

aspectos más valorados del proyecto coinciden con los elementos centrales del diseño: visitas

domiciliarias, interacción guiada, juego mediado, talleres parentales. No se mencionó la

derivación a la red, aunque la NCFAS-G mostró una mejoría en la conexión con las redes formales

e informales. Es posible que el trato dado en la red formal (CESFAM, COSAM, OPD, etc.) sea

menos acogedor que aquel recibido en el proyecto, un aspecto especialmente destacado por las

usuarias.

Aunque sea un aspecto muy valorado por las participantes del proyecto, el buen trato,

acogida y amabilidad no se visualiza como el único factor explicativo de los resultados obtenidos

(fenómeno placebo frecuente en los programas sociales). Las usuarias distinguen claramente la

importancia de los espacios técnicos, como los talleres, la terapia de interacción guiada, el uso de

las bitácoras en las visitas domiciliarias, entre otros. Los logros identificados por las usuarias son

también muy específicos y concordantes con los objetivos y metas del proyecto.

La identificación de una serie de áreas a mejorar durante el segundo semestre de

implementación del proyecto, fruto de una evaluación de proceso realizada a medio camino, fue

fundamental para mejorar la calidad del trabajo, alcanzando los niveles de excelencia deseados.

Page 30: Perspectivas CEES-UC | 11

Se completaron todos los planes de visita domiciliaria, se realizaron todos los talleres

planificados, se completaron las intervenciones especializadas (interacción guiada y juego

mediado) en porcentajes superiores a los planificados, se realizaron las capacitaciones a la red

local de infancia, se terminó el catastro de servicios en infancia y se entregó a la red, y se

finalizaron con éxito las pasantías y prácticas profesionales, logrando una muy buena evaluación

por parte de las alumnas.

Todo el material requerido fue diseñado a tiempo, un aspecto crítico para poder

completar en los plazos establecidos los compromisos del proyecto. El equipo logró consolidar

una dinámica de trabajo basada en el respeto mutuo (aun manteniendo diferencias en cuento a

visiones y énfasis) y el compromiso con los niños y las familias atendidas. Esto quedó claramente

reflejado tanto en la encuesta de satisfacción usuaria como en los testimonios finales de las

madres.

Se logró mejorar el registro de información hasta completar la mayor parte de lo

planificado, aunque este fue un aspecto que requirió una constante supervisión, coordinación y

énfasis del equipo profesional hacia las monitoras comunitarias y profesionales. En nuevos

proyectos que buscasen replicar la experiencia compartida en este documento, debiese

considerarse este aspecto como una variable crítica, ya que no se da de forma natural en las

operadoras del servicio.

El cierre de este proyecto deja múltiples vivencias en el equipo de CEANIM. Ha sido un

proceso gradual de despedida de una oportunidad única para poner en práctica principios

teóricos y técnicos de vanguardia a nivel mundial, conjugándolos en lo que fue un proyecto

extraordinario en el contexto latinoamericano de intervención en infancia temprana

(Kotliarenco, Gómez, Muñoz & Aracena, 2010). Hasta donde llega nuestro conocimiento, no

existe ninguna experiencia publicada que haya articulado todos estos servicios basados en

evidencia en un único programa: visita domiciliaria manualizada, video-feedback, juego mediado,

talleres psicoeducativos, masaje infantil, arte-terapia, derivaciones asistidas a la red formal,

capacitación a la comunidad, pasantías profesionales e investigación. Creemos que los positivos

resultados obtenidos hablan por sí solos, aun anteponiendo la necesaria nota de precaución al no

tratarse de un diseño de evaluación experimental.

Es la voz de las propias participantes lo que viene a reforzar estos análisis para llegar a una

conclusión robusta: este programa significó una diferencia en su vida y en la de sus hijos e

incluso, en numerosas situaciones, de la familia completa:

- “Me ha ayudado mucho con las niñitas, a darme cuenta de las

cosas que hago bien y mal. Poder tratar mis problemas con la psicóloga y

con Lucila, afianzar los lazos con mis hijas. Me gustan los videos que hemos

hecho, pues nos han ayudado mucho”.

- “Me parece excelente, me ha servido mucho, porque como tengo

edad, me acostumbré a criar a mis hijos a la antigua. He aprendido a

comunicarme, antes una daba órdenes. Ahora hay que ceder… rescato el

diálogo y la importancia del juego”.

Page 31: Perspectivas CEES-UC | 11

- “Ha aportado muchas cosas, sobre todo en la enseñanza de mi hijo, superando muchas cosas que me costaban, como el

destete, el control de llantos, y otras”.

- “Me parece la mejor idea que se puede haber inventado. Mi hijo ha tenido un montón de cambios, ahora está más

sociable, no llora tanto… He trabajado en ser menos sobreprotectora. He aprendido mucho en los talleres, con la

psicóloga he mejorado mucho”.

- “En mi caso ha sido favorable participar, se nota a nivel familiar. Mejorar la educación que le he dado a mi hijo, que era

poco pero de mala calidad. Ahora, el tiempo sigue siendo poco, pero he aprendido a aprovecharlo. A través del juego

nos hemos acercado más... Ojalá hubiera tenido ese conocimiento antes, para haber formado así a mis hijos mayores.

En mi casa ahora hemos priorizado por el diálogo, ya no se grita y existe mucha cooperación. Mi marido reconoce que

es gracias al centro. Quienes me rodean se han dado cuenta de mi cambio positivo”.

En la ceremonia de clausura del proyecto, realizada en diciembre de 2010, una

madre quiso compartir un testimonio en extenso de lo que fue su experiencia en el

centro. Para cerrar, se transcribe este testimonio en su totalidad:

“Cuando comencé a venir al Centro “Crecer en Comunidad”, me sentí nerviosa y

emocionada, no podía creer que lo que estuve esperando desde hace tanto tiempo,

había llegado por fin a mi vida, y no exagero… si esto hubiese existido antes, todas

las cosas que viví con mi maternidad hubiesen sido muy distintas, pero lo vivido no

se puede cambiar ni borrar….

Con este proyecto logré sanar heridas, aceptar mi vida y reconciliarme con mi espíritu. Aprendí que todo tiene su por

qué, todo tiene su tiempo, que las cosas pueden siempre mejorar si uno así se lo propone y lo quiere sin importar las

dificultades que se crucen en el camino. Aprendí a valorar mi vida, a valorarme por lo buena madre que soy para mi hija

y así espero que todas puedan sentirlo ahora, porque con estas palabras quisiera haber representado un poquito a cada

mamá que está aquí presente.

De todo corazón quiero agradecer a este proyecto y todas las personas que lo hicieron posible, gracias por el cariño,

las ganas y la importancia que le dieron a este trabajo maravilloso, que no cambió mi vida… pero si cambio en un cien

por ciento mi manera de verla y vivirla.

Muchas gracias”.

REFLEXIONES FINALES

Los resultados del presente programa, su respectivo análisis y discusión muestran una vez

más las ventajas que trae consigo el trabajo realizado por organizaciones no gubernamentales

papel a través de los últimos 30 años ha sido aportar, crear y validar (ONG) como CEANIM. Su

diferentes metodologías innovadoras que respondan a lo complejo y dinámico de familias y

comunidades en contextos vulnerables (Kotliarenco, Gómez, Muñoz & Armijo, 2009). Desde esta

óptica, el proyecto “Crecer en Comunidad” ofrece un sistema especializado expresado en

diferentes metodologías que se complementan y articulan, para contribuir al mejoramiento del

bienestar y desarrollo infantil y familiar.

Page 32: Perspectivas CEES-UC | 11

El proyecto ha determinado que el foco se encuentra en acciones preventivas y promotoras

centradas en las condiciones de desarrollo de niños y niñas y características de su contexto, con

el fin de asegurar el correcto abordaje de los riesgos, el reconocimiento y la potenciación de

fortalezas y procurar niveles adecuados de bienestar. En este sentido, las líneas ejes buscan

fortalecer una comprensión efectiva en: las dinámicas familiares, los contextos barriales-

comunitarios y las redes sociales.

A través del proyecto se distingue a la familia con la confianza y desafío de transformarse o

potenciarse en contextos de cuidado y protección. Por su parte, la función de los contextos

locales -como dimensión compuesta por variables espaciales y culturales- estriba en la capacidad

que tienen para proteger a sus habitantes, a partir de la construcción de una base de confianza

recíproca, en donde se desarrolla la solidaridad, identidad y el encuentro positivo. Es por ello

que, como segundo eje, el barrio o comunidad local fue para este proyecto el contexto

responsable de proteger comunitariamente los derechos humanos básicos de los niños y niñas.

En tercer lugar, la protección social en los niños y niñas se concentró

sustantivamente en el trabajo de la red de infancia institucional. Las redes

locales son los observadores que intercambian comunicaciones con las

familias que son parte en forma dinámica también del proyecto, para

asegurar con ellas, la protección sistémica de los niños y niñas. Las redes

locales fortalecidas y conectadas son las encargadas de generar condiciones

sociales y humanas para que se creen seguridades básicas y respuestas al

sistema familiar y comunidad.

Esta publicación invita a pensar, a reflexionar sobre la metodología y la

intervención que el proyecto implementó, a la luz de diferentes estrategias

que se entrelazan desde los ejes antes mencionados. Es posible percibir que los proyectos

implementados por organizaciones como CEANIM ocurren en un espacio caracterizado por

mayores grados de libertad, i.e. el número de personas o familias cubiertas por el programa no

marca el éxito/fracaso de la iniciativa, tampoco la frecuencia con la cual se realizan las

actividades, ni responde necesariamente a marcos pre-establecidos desde una realidad social y

cultural que puede ser diferente al marco referencial de donde se interviene. Desarrollar este

tipo de programas de intervención temprana desde las ONG da mayor espacio a la innovación

metódica y reflexiva, al concentrar su acción en un grupo reducido de personas y con un

territorio acotado, donde todos los aspectos pueden calibrarse en una delicada balanza entre la

“variable a estudiar” versus la “variable sentida”, aspecto que muchas veces se pierde al escalar

nacionalmente un programa sin la debida preparación, retroalimentando constantemente ambas

dimensiones como pilares de un programa exitoso: pasión y razón, método y empatía, teoría que

dirige la praxis mientras que la praxis alimenta nuevas ideas y conceptos y demanda ajustes en

los marcos metodológicos del trabajo realizado.

Otra consideración interesante del trabajo de las ONG con estas iniciativas de innovación, es

que los equipos de trabajo son más bien pequeños, lo que facilita la interacción, la dinámica, la

discusión y por sobretodo el logro de mayor homogeneidad en las ideas, compromisos y metas.

Las posibilidades de interacción con los distintos actores del programa son más cercanas, más

Page 33: Perspectivas CEES-UC | 11

frecuentes, más profundas y coherentes si se toma en serio el desafío. Es el compromiso y la

pasión por el proyecto lo que marca la agenda de trabajo y de mejoramiento de la calidad, sin las

infinitas trabas burocráticas y/o políticas que muchas veces entorpecen replicar este tipo de

experiencias exitosas a gran escala o incluso de una comuna a otra.

En términos de políticas sociales se recomienda proceder, tal como ha hecho el presente

equipo, tomando contacto cercano con la experiencia y revisar el significado, sentido e

implicancias de los datos recogidos. Este documento aporta una sistematización completa de una

experiencia piloto exitosa, pero el trabajo de proyectar los aprendizajes recogidos hacia nuevos

desafíos para Chile sigue siendo una ardua tarea que queda pendiente en manos de quienes

deban asumir esta importante responsabilidad.

Finalmente, no podemos como equipo CEANIM dejar de agradecer a la Fundación

Superación de la Pobreza y a quienes entregaron los recursos de financiamiento, por haber

creído en este proyecto y por haber hecho posible este encuentro mágico de vocación y método,

ciencia y artesanía, humanidad y rigor técnico, con la única visión de ofrecer a niños y niñas, y

familias en situación de vulnerabilidad, una mejor oportunidad de resiliencia y desarrollo.

Esperamos que esta experiencia logre despertar el interés de encargados de política pública y

financistas públicos y privados, para que pueda replicarse, ayudando así a nuevos niños y niñas

en sus primeros años de crecimiento, a sus padres y madres, a sus familias y en última instancia,

a la comunidad toda.

C E N T R O D E E S T U D I O S D E E M P R E N D I M I E N T O S S O L I D A R I O S

Page 34: Perspectivas CEES-UC | 11

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EQUIPO DEL PROGRAMA “CRECER EN COMUNIDAD”

Coordinadora:

María Angélica Kotliarenco, psicóloga, M.Cs., Ph.D.

Equipo profesional:

María Magdalena Muñoz, psicóloga clínica, M.Cs.

Verónica Assef, licenciada en educación, terapeuta familiar.

Constanza Baeza, psicóloga educacional.

Estela Ortiz, trabajadora social.

Monitoras Comunitarias:

Virginia Gallardo, Lucila Zúñiga, Aurora Tapia, Beatriz Álvarez, Rodhe Contreras, Brisa Riffo, Paola

Fernández.

Secretaria:

Claudia Gutiérrez

Equipo Pasantía Profesional:

Mariel Mendoza, Katitza Marincovic, María Paz Badilla, Lua Grimaldi, Francisca Soto, María Paz

Ramírez

Alumnos(as) en práctica, Escuela de Educación de Párvulos, Universidad Alberto Hurtado, y

Escuela de Medicina, Universidad Mayor.

Apoyo CEANIM: Luis Tapia, Mónica Villavicencio y Lorena Cáceres.

Evaluación del Programa:

Esteban Gómez Muzzio, Psicólogo Clínico, M.Cs.

Centro de Buenas Prácticas en Infancia Temprana “Crecer en Comunidad” fue un proyecto

implementado en 2010 por el Centro de Estudios y Atención al Niño y la Mujer, CEANIM, con

financiamiento de la Fundación para la Superación de la Pobreza, FUSUPO. Página web:

www.resiliencia.cl www.parentalidad.com e-mail: [email protected]

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reproducción.