pertinencia de la teoria del restauro salvador munoz vinas

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Salvador Muñoz Viñas Pertinencia de la Teoria del restauro 1 Pertinencia de la Teoria del restauro Salvador Muñoz Viñas Publicado en Roig, P. et al. (eds.), Interim Meeting on Conservation Training. Jornada Internacional “A 100 anni della nascita di Cesare Brandi”, Valencia: Universidad Politécnica de Valencia, 2007, pp. 212-133. (ISBN: 978-84-8363-113-3). En la década de 1930, Europa vivía tiempos convulsos. En 1933, Adolf Hitler ganó las elecciones que lo llevaron al Reichstag. En 1936, una importante fracción del ejército español se levantó en armas contra el gobierno republicano, iniciando una guerra sangrienta que concluyó en 1939. En ese año, Alemania invadía Polonia y comenzaba la segunda guerra mundial, una guerra que en buena medida determinó cómo sería el mundo en los siguientes cincuenta años: el auge de la Unión Soviética como gigante militar y político, la creación del estado de Israel, la desaparición de Japón como potencia militar en Asia, la división de Europa y el mundo en dos mitades políticamente enfrentadas, fueron algunas de las consecuencias de los acontecimientos que se produjeron en esta década. Italia tampoco fue ajena a todo ello. La aparición del movimiento fascista, encabezado por Benito Mussolini, supuso un vuelco en el panorama político y social de un país sumido en un cierto estado de melancolía. Mussolini había accedido al poder en 1922, después de la célebre “marcha sobre Roma”, y pronto estableció una dictadura basada en un ideario populista y ambiguo. Con Mussolini se suprimieron la libertad de prensa y los partidos políticos, hasta que en 1943, en plena guerra mundial, un golpe de estado acabó con su mandato. La huella de Mussolini en Italia fue importante, tanto en lo ideológico como en lo material. Partidario de recuperar un pasado de grandeza, Mussolini promovió grandes proyectos emblemáticos, que incluyeron tanto la construcción de modernas autopistas, estaciones, y aeropuertos como la creación de un recinto para albergar eventos deportivos o políticos a imitación del foro de la Roma imperial. La grandeza del imperio romano fue de hecho un referente constante en el imaginario fascista.

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Pertinencia de la teoria del restauro Salvador Munoz Vinas

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  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 1

    Pertinencia de la Teoria del restauro

    Salvador Muoz Vias

    Publicado en Roig, P. et al. (eds.), Interim Meeting on Conservation Training. Jornada

    Internacional A 100 anni della nascita di Cesare Brandi, Valencia: Universidad

    Politcnica de Valencia, 2007, pp. 212-133. (ISBN: 978-84-8363-113-3).

    En la dcada de 1930, Europa viva tiempos convulsos. En 1933, Adolf Hitler gan

    las elecciones que lo llevaron al Reichstag. En 1936, una importante fraccin del

    ejrcito espaol se levant en armas contra el gobierno republicano, iniciando una

    guerra sangrienta que concluy en 1939. En ese ao, Alemania invada Polonia y

    comenzaba la segunda guerra mundial, una guerra que en buena medida determin

    cmo sera el mundo en los siguientes cincuenta aos: el auge de la Unin Sovitica

    como gigante militar y poltico, la creacin del estado de Israel, la desaparicin de

    Japn como potencia militar en Asia, la divisin de Europa y el mundo en dos

    mitades polticamente enfrentadas, fueron algunas de las consecuencias de los

    acontecimientos que se produjeron en esta dcada.

    Italia tampoco fue ajena a todo ello. La aparicin del movimiento fascista,

    encabezado por Benito Mussolini, supuso un vuelco en el panorama poltico y social

    de un pas sumido en un cierto estado de melancola. Mussolini haba accedido al

    poder en 1922, despus de la clebre marcha sobre Roma, y pronto estableci una

    dictadura basada en un ideario populista y ambiguo. Con Mussolini se suprimieron la

    libertad de prensa y los partidos polticos, hasta que en 1943, en plena guerra

    mundial, un golpe de estado acab con su mandato.

    La huella de Mussolini en Italia fue importante, tanto en lo ideolgico como en lo

    material. Partidario de recuperar un pasado de grandeza, Mussolini promovi

    grandes proyectos emblemticos, que incluyeron tanto la construccin de modernas

    autopistas, estaciones, y aeropuertos como la creacin de un recinto para albergar

    eventos deportivos o polticos a imitacin del foro de la Roma imperial. La grandeza

    del imperio romano fue de hecho un referente constante en el imaginario fascista.

  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 2

    El Regio Istituto del Restauro fue creado en 1939 en este entorno cultural y poltico,

    coincidiendo con el inicio de la segunda guerra mundial. Su primer director fue

    Cesare Brandi, un joven historiador y crtico del arte de slo treinta y tres aos. En

    1945, la instauracin de la repblica supuso que Regio Istituto del Restauro pas a

    llamarse Istituto Centrale del Restauro, denominacin que en lo esencial ha

    mantenido hoy. A pesar de todos estos avatares, Brandi se mantuvo como director de

    Istituto hasta 1960, es decir, que estuvo dirigiendo los destinos de este centro durante

    ms de veinte aos.

    Pese a que las tareas administrativas debieron de absorber buena parte de su tiempo,

    la produccin intelectual de Cesare Brandi fue muy abundante a lo largo de toda su

    vida. Esta produccin est dedicada a temas de esttica e historia del arte, y tambin,

    con un carcter menos acadmico, a libros de viaje. En total, Brandi public entre

    diez y quince libros de viaje, y ms de treinta volmenes sobre historia y crtica del

    arte. Sus dialoghi dElicona (Celso o dell Poesia, Arcadio o dell Scultura, Eliante o

    dellArchitterura, y Carmine o della Pittura), Struttura e architettura, La fine

    dellavanguardia e larte doggi, Struttura e architettura o su Teoria generale della

    critica, son algunas de estas obras, y una indicacin clara de cules fueron sus

    principales campos de inters intelectual.

    Sin embargo, y quiz tambin paradjicamente, Cesare Brandi es en buena medida

    recordado por un opsculo titulado Teoria del restauro. En s misma, la Teoria del

    restauro es un texto extraordinariamente breve para lo ambicioso de su

    planteamiento (por su brevedad, las ediciones de la Teoria del restauro suelen

    completarse con artculos sueltos del autor, ms o menos vinculados al tema de la

    restauracin pero ajenos a la teoria propiamente dicha; por ejemplo, de las escasas

    140 pginas de texto de que consta la edicin espaola (Brandi, 1999), la Teoria del

    restauro slo ocupa las cincuenta primeras, es decir, aproximadamente un tercio de

    volumen). La teoria fue publicada por primera vez en 1963 (Brandi, 1963), pero

    como el mismo Brandi indica, en realidad est compuesta por lecciones y

    escritos redactados durante los aos que estuvo al frente del ICR, es decir, durante

    las dcadas de 1940 y 1950. Si exceptuamos una recopilacin pstuma de textos y

    artculos realizada por Michele Cordaro (Brandi, 1994), la Teoria del restauro es el

    nico volumen que Brandi dedic a la restauracin.

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  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 3

    Sin embargo, la Teoria del restauro tuvo una importante repercusin en Italia y en

    otros pases mediterrneos. En Espaa tuvo un impacto especialmente notable, que se

    extendi tambin a Amrica latina. Sin embargo, en pases de mbito anglosajn su

    impacto fue, y sigue siendo, muy escaso. La nica edicin en ingls de la Teoria del

    restauro ha sido publicada en Italia, y slo muy recientemente (Brandi, 2005): fuera

    de Italia, slo se han traducido al ingls unos pocos fragmentos de la Teoria del

    restauro, publicados como parte dentro de una voluminosa recopilacin de textos

    histricos sobre restauracin (Price et al., 1996).

    La Teoria del restauro es un texto breve, s, pero extraordinariamente complejo.

    Quizs por estar compuesta por textos y escritos fragmentarios, o porque no estaba

    pensada su publicacin, Brandi emple reiteradamente nociones como esquema

    preconceptual, tiempo extemporneo, o unidad orgnico-funcional de la realidad

    existencial, muy parecidas a las que Merle Brown (1976) encontr en la otra teoria

    de Brandi (la Teoria generale della critica), y que describi acremente como

    consignas particulares [de Brandi] (his own slogans). Desgraciadamente, estas

    nociones no estn claramente definidas en la Teoria del restauro, lo que complica

    notablemente la comprensin del discurso.

    La oscuridad de la teoria tiene al menos dos efectos de inters. Por un lado, hace que

    lo que se dice resulte ambiguo y moldeable: se puede interpretar un mensaje pero

    tambin otro mensaje distinto. Por otro lado, lo arcano del texto hace que proliferen

    las exgesis que buscan un sentido a la teoria de modo que pueda resultar

    comprensible a los dems. Con toda la modestia, este pequeo artculo ofrecer

    tambin una exgesis de la Teoria del restauro eso s, deliberadamente breve y

    amable. Si tenemos xito en este empeo, seguramente ser tambin posible un

    anlisis que permita entender hasta qu punto la teoria del restauro es pertinente en

    la actualidad, medio siglo despus de su creacin.

    Quiz la mejor manera de entender la teoria del restauro sea verla como hija de su

    tiempo este ser, en todo caso, el enfoque que aqu se ofrecer. Cuando las

    autoridades nombraron a Brandi director del ICR (o cuando el propio Brandi cre el

    ICR, como l mismo afirma), Europa entera se enfrentaba a un panorama sombro.

    Las sombras de la catstrofe empezaban a cernirse sobre el continente, y la historia

    (y las novelas, y el cine) han dedicado a estos momentos decisivos una atencin casi

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  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 4

    obsesiva. Tan obsesiva ha sido esta atencin, y tan graves y cruciales fueron estos

    acontecimientos, que por comparacin con ellos la cultura del momento puede

    parecer irrelevante. A quin, por ejemplo, le podran preocupar que unos pocos

    operarios limpiaran unas cuantas pinturas con mayor o menor celo mientras que en

    Alemania un ejrcito formidable se preparaba para arrasar Europa? La respuesta, la

    feliz respuesta, es: a mucha gente. O al menos, a la gente necesaria para que an hoy

    sigamos recordando lo que se ha dado en llamar la cleaning controversy.

    En 1938 la Galera Nacional de Londres cre su propio departamento cientfico.

    Kenneth Clark, que entonces era director de este museo, hablaba de ello en su

    autobiografa:

    Hasta haca muy poco, la limpieza de pinturas ha levantado una ola de

    indignacin pblica, y por lo tanto se hizo aconsejable tener en la recmara lo

    que pretenda ser una evidencia cientfica que probase que se haban tomado

    todas las precauciones. (Beck, 1994: 131; la traduccin es nuestra).

    Efectivamente, las limpiezas que espordicamente se haban venido realizando en la

    Galera Nacional haban resultado excesivamente agresivas para muchas personas,

    como hacan patente las reiteradas cartas de protesta que se escriban a los

    peridicos. Durante el transcurso de la segunda guerra mundial, sin embargo, y

    cuando las pinturas estaban lejos de Londres (y de la vista del pblico), Helmut

    Ruhemann y otro restaurador fueron contratados para restaurar los fondos de la

    Galera. En total, durante este periodo se restauraron cerca de sesenta pinturas.

    Cuando las pinturas fueron devueltas a la galera, el pblico qued, una vez ms,

    muy disgustado por los excesos cometidos durante el desbarnizado. De nuevo, las

    pinturas haban sido limpiadas demasiado agresivamente, y haban perdido buena

    parte de los matices ms delicados. Los colores ahora aparecan vivos y duros, y

    buena parte de los sfumati parecan haber desaparecido. De nuevo, las quejas se

    publicaron en los peridicos de mayor tirada (que en aquella poca constituan el

    medio de comunicacin ms influyente y poderoso). La sospecha generalizada era

    que durante el desbarnizado se estaba eliminando no slo los barnices envejecidos,

    sino tambin parte de las capas pictricas superficiales es decir, aquellas que

    conferan a las pinturas sus acabados ms sutiles.

    126

  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 5

    La Galera Nacional no se movi mucho de sus posiciones, aunque se cre una

    comisin (la comisin Weaver) para estudiar el caso. La comisin intent actuar de

    la manera ms objetiva posible, descartando criterios personales y no demostrables

    (como el gusto de los espectadores), y atenindose exclusivamente a criterios

    tcnicos y verificables. As, y segn el propio Weaver, los argumentos cientficos, las

    puebas industriales y los hechos comprobables demostraban que los disolventes

    de los restauradores no podan daar la pintura: slo podan disolver los barnices que

    la cubran, que no formaban parte de la misma. De hecho, Ruhemann, que haba sido

    nombrado jefe del departamento cientfico del museo una vez acabada la guerra,

    permaneci en su cargo, desde donde sigui promoviendo la poltica de limpieza y

    desbarnizado que, con matices, an hoy sigue prevaleciendo en la Galera Nacional

    de Londres (cfr. Ruhemann, H., 1988).

    La polmica, sin embargo, trascendi los lmites de Inglaterra. En el continente,

    muchos estudiosos se sintieron igualmente impactados por las restauraciones que se

    estaban desarrollando en Londres. La discusin se prolong durante aos, y e

    involucr a historiadores como Blunt, Gombrich, Conti, o Kurz, convirtindose en

    unos de los temas estrella del mundo, del pequeo mundo, de la restauracin (cfr.,

    p.ej., Conti, 1988, Walden, 1985, o Daley, 1994).

    La Teoria del restauro no puede aislarse de este contexto. Brandi no poda

    desconocer la cleaning controversy, y de hecho no la desconoca. Algunos de los

    artculos de Brandi que se aaden a la teoria para que pueda tener extensin

    suficiente para ser publicada tratan de hecho de este tema y son ciertamente

    interesantes. Como es previsible, su posicin es abiertamente crtica hacia las

    restauraciones de la Galera de Londres. Es muy fcil sospechar que tena Brandi

    cuando compuso su Teoria del restauro era evitar que los restauradores del ICR se

    viesen atrados por la restauracin de base cientfica que prevaleca en Trafalgar

    Square. Siendo el director de una entidad pblica, seguramente habra bastado con

    hacer valer su jerarqua sobre los operarios; pero siendo adems un pensador, y

    probablemente un pensador honesto, era de esperar una reflexin terica en torno al

    problema: una reflexin que permitiese fundamentar el tipo de restauracin que se

    haca en el ICR, y de hecho en muchos otros pases; una reflexin que le permitiese

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  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 6

    justificar una serie de elecciones ante el pblico, ante sus propios operarios y, quiz,

    tambin ante s mismo.

    La Teoria del restauro responde a estas premisas. Lo que Brandi dice en ella es: la

    restauracin debe respetar los valores histricos de la obra de arte, pero tambin sus

    valores estticos; se debe respetar la historia de la obra, pero tambin, y sobre todo,

    debe resultar un objeto estticamente agradable bello, hermoso, sublime, bonito:

    sese el trmino que se prefiera. Este es el mensaje crucial de la Teoria del restauro,

    la principal idea que se esconde detrs de todo aparato retrico.

    Por supuesto, esto era un disparo directo a la lnea argumental de los restauradores de

    la Galera Nacional. Se estaba diciendo: no importa lo que los anlisis digan o lo que

    alguien crea que dicen, no importa lo que alguien crea ver por el microscopio; de

    hecho, ninguna verdad cientfica justifica esa restauracin, porque la restauracin se

    basa en que unos cuantos objetos son reconocidos como artsticos por algunos

    sujetos. Cuando se restaura algo, se hace porque es una obra de arte, y la artisticidad

    es lo que se valora, y lo que se quiere recuperar. Criterios objetivos? Para qu? Esa

    artisticidad no es ningn fenmeno cientfico: ni puede serlo, ni aspira a serlo. El

    sueo de la razn produce monstruos: creer en que nuestro intelecto racional puede

    conocer y explicar hasta el ms mnimo aspecto de la realidad no slo es un acto de

    enorme soberbia, sino que puede llegar a producir resultados desastrosos. La

    restauracin, por supuesto, no escapa a este problema, y, para muchos, los cuadros

    que salan de los talleres de la Galera Nacional de Londres como carteles recin

    impresos, llenos de vivos colores y vacos de matices, eran una buena prueba de ello.

    Lo que estamos sugiriendo aqu es que la difcil tarea de comprender la Teoria del

    restauro se vuelve ms sencilla si se examina a la luz de la historia que si se examina

    el propio texto. Pero esta obra no slo es fruto de unas circunstancias determinadas,

    sino tambin del pensamiento de un individuo, con todas sus particularidades. Si se

    piensa con cuidado, la relevancia que Brandi concede a la artisticidad como criterio

    fundamental de la actividad restauratoria es algo perfectamente natural viniendo

    precisamente de un historiador y crtico del arte, del mismo modo que la querencia

    de Ruhemann por la restauracin cientfica es perfectamente natural en una persona

    con formacin cientfica. Por supuesto, aunque estas actitudes fuesen perfectamente

    honestas, aunque tanto uno como otro creyesen de manera sincera en la bondad de

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  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 7

    sus posturas, ninguna de ellas es completamente inocente. Del mismo modo que las

    ideas de Ruhemann consagran la preeminencia del cientfico sobre el restaurador, las

    ideas de Brandi consagran la preeminencia del historiador o el crtico sobre el

    restaurador. En ambos casos, el restaurador se convierte en un operario ms o menos

    diestro que implementa unas decisiones que otros, ms expertos que l en lo que de

    verdad importa (Qumica o Arte segn el caso), han tomado.

    Esta tendencia es muy fcil de rastrear en la Teoria del restauro. La inslita

    descripcin de la restauracin nada menos que como el momento metodolgico de

    reconocimiento de la obra de arte (Brandi, 1999:15) no es en absoluto neutral, ni

    debera ser aceptada sin un mnimo anlisis sobre todo por los restauradores: no

    slo representa un importante defecto en la propia teoria como construccin terica,

    sino que de hecho, y en cierto modo, representa un grave desprecio hacia el

    restaurador. En la Teoria del restauro Brandi confunde una actividad tan exigente y

    especializada como la restauracin con el momento metodolgico en que alguien

    reconoce que un objeto puede ser considerado como obra de arte. Este error es tan

    obvio que cuesta entenderlo, hasta que se observan las circunstancias de su autor: un

    historiador y crtico del arte precisamente la persona de quien se espera que indique

    qu cosas son arte y qu cosas no lo son, y en qu grado lo son. Las consecuencias

    profesionales son importantes: la restauracin es ante todo responsabilidad de

    aquellos que estn capacitados para reconocer las obras de arte, es decir, de los

    historiadores y los crticos del arte. El papel de los restauradores es por lo tanto

    secundario: el de un operador ms o menos hbil a las rdenes de aquellos que ms

    saben sobre obras de arte. En sus propias palabras, el restaurador debe contemplarse

    como un tcnico cuya obra debe ser continuamente dirigida y vigilada por el

    crtico (Basile, 2004:43).

    En Italia, de hecho, el lastre de esta idea sigue pesando an hoy en una profesin, la

    de restaurador, que sigue en busca de un reconocimiento social, acadmico y

    administrativo mnimamente coherente. En Espaa, donde la teoria goz, y an goza,

    de una gran popularidad, el impacto social y acadmico de la idea ha sido

    aparentemente menor. Una posible explicacin: puesto que la Teoria del restauro

    lleg hasta Espaa con cierto retraso, sus efectos sobre la emergente profesin del

    restaurador fueron necesariamente menores: los restauradores ya tenan, mal que

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  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 8

    bien, sus propias estructuras y sus incipientes vas de formacin reglada. El corolario

    de esta hiptesis, y una de las conclusiones que se quiere proponer en este artculo, es

    que, independientemente de otras consideraciones tericas que pudieran hacerse, en

    las circunstancias actuales de la actividad la definicin brandiana de la restauracin

    sencillamente no es pertinente: no se corresponde con la realidad del siglo XXI. Hoy,

    la restauracin es una disciplina que se ensea en la universidad y otras instituciones

    de carcter superior, y el restaurador goza de una capacitacin acadmica y

    profesional muy superior a los que Brandi pudo conocer a mediados del siglo pasado.

    En resumen, no necesita ya ser continuamente dirigido y vigilado, sino que es capaz

    de dialogar en un plano de igualdad con especialistas de otras disciplinas como la

    historia del arte o la qumica.

    Encajar la Teoria del restauro en su contexto histrico permite entender otros

    aspectos de relevancia. Con la luminosa excepcin de Alois Riegl (Riegl, 1999), en

    la primera mitad del siglo pasado todas las reflexiones tericas de relevancia se

    ocupaban de la restauracin de obras de arte, y en particular, de la restauracin de

    obras de arquitectura. Precisamente, el mbito de aplicacin de la Teoria del restauro

    es uno de sus mritos principales: fue una de las pocas reflexiones sobre restauracin

    que no se centr en la restauracin de la arquitectura. Y sin embargo, precisamente el

    mbito es tambin uno de sus principales problemas. La restauracin es una actividad

    cambiante y en desarrollo. Ciertamente, al margen de otros aspectos de la actividad,

    como el reconocimiento social, o la calidad de los trabajos, la restauracin ha

    experimentado un crecimiento muy notable en cuanto a su mbito de aplicacin. Si

    bien en un principio la restauracin se ocupaba de monumentos o edificios antiguos,

    y luego tambin de pinturas y esculturas, pronto pas a ocuparse de muchas ms

    cosas. Cuando en 1950 se cre una asociacin de restauradores de mbito

    (pretendidamente) mundial, se le dio el nombre de International Institute for the

    Conservation of Museum Objects. Esta denominacin que reconoca el hecho de que

    la restauracin se ocupaba ya de objetos tales como vestidos ceremoniales, o vieja

    maquinaria industrial es decir, del tipo de objetos que pueden encontrarse en

    museos etnogrficos, y no slo en museos de arte. Muy poco despus, en 1954, se

    firm en La Haya un tratado internacional por el que se establecan una serie de

    normas sobre la proteccin especial que algunos tipos de objetos deberan recibir en

    130

  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 9

    caso de conflicto armado: estos objetos se denominaron bienes culturales, y se

    definieron como

    Los bienes, muebles o inmuebles, que tengan una gran importancia para el

    patrimonio cultural de los pueblos, tales como los monumentos de

    arquitectura, de arte o de historia, religiosos o seculares, los campos

    arqueolgicos, los grupos de construcciones que por su conjunto ofrezcan un

    gran inters histrico o artstico, las obras de arte, manuscritos, libros y otros

    objetos de inters histrico, artstico o arqueolgico, as como las colecciones

    cientficas y las colecciones importantes de libros de archivos o de

    reproducciones de los bienes antes definidos (Art.1).

    En realidad, la definicin de bien cultural que se establece en el Convenio de La

    Haya es incluso un poco ms amplia, pero esta cita basta para reconocer en la nocin

    de bien cultural una imagen bastante fidedigna de la enorme variedad de objetos de

    los que hoy en da se ocupa la restauracin. De hecho, la expresin bien cultural

    fue ganando popularidad en el mundo de la restauracin, y en la actualidad es uno de

    los trminos ms habitualmente empleados para describir los objetos de los que se

    ocupa: la restauracin se ocupa, es cierto, de edificios, pinturas o esculturas, pero

    tambin, y con igual dignidad, de libros, de documentos, de piezas arqueolgicas, de

    objetos etnogrficos, de colecciones cientficas, de objetos religiosos o de pelculas

    de cine. Este mero hecho (el hecho de que la restauracin ya no slo se ocupa de

    objetos artsticos) debera bastar para poner en evidencia que la Teoria del restauro

    no es en realidad una teora de la restauracin. Es otra cosa distinta, menos

    ambiciosa, diferente: es tan slo (o nada menos que) una teora de la restauracin de

    obras de arte.

    Muchos de los problemas que los restauradores encuentran para aplicar la teora de

    Brandi a su quehacer se derivan de este hecho tan simple. La instancia esttica, o el

    valor esttico si se prefiere, slo es aplicable en unas cuantas restauraciones. Cuando

    se restaura, por ejemplo, una vasija de la edad de bronce, la instancia esttica (que es

    el puntal de toda la Teoria del restauro) es sencillamente irrelevante, inaplicable: no

    pertinente. El crecimiento de la restauracin como disciplina ha dejado obsoleta a la

    teoria del restauro como tal. El marco de discusin en el que debiera insertarse esta

    teora no es propiamente la restauracin tal y como se entiende en la actualidad, sino

    131

  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 10

    slo unas cuantas especialidades dentro de la restauracin, o unos cuantos tipos de

    restauracin: en concreto, aquellos en los que lo que se restaura tiene un valor

    primordialmente artstico. Cuando el valor del objeto es esencialmente histrico

    (como en el caso de un documento escrito, o un resto arqueolgico), la teoria de

    Brandi no puede aspirar a funcionar bien. Cuando el objeto tiene una utilidad

    prctica de otro tipo (por ejemplo, un edificio histrico destinado a sede

    administrativa, o una escultura empleada en un ritual religioso, o un resto fosilizado

    de un animal extinguido), la teoria es an menos aplicable, porque como se afirma

    en el propio texto, no es ni siquiera necesario llegar a la instancia de la utilidad, ()

    porque esta utilidad () no podr ser tomada en consideracin por s (Brandi,

    1999:15). En definitiva, hoy, a principios del siglo XXI, la teora de Brandi no

    resulta pertinente en un gran nmero de casos; sencillamente, el desarrollo de la

    actividad la ha dejado atrs.

    Existen otras muchas nociones en la teoria que merecen anlisis: el rechazo

    avergonzado a la subjetividad, la nocin de falso storico, o la pretendidamente

    axiomtica idea de que se restaura slo la materia de la obra de arte, han sido

    analizados y rebatidos por diversos autores (cfr., p.ej., Kirby Talley Jr., 1997;

    Alcntara Hewit, 2000; Muoz Vias, 2003; Muoz Vias 2004). Sin embargo, esto

    forma parte de un debate argumental que no se pretende tratar aqu. En este artculo

    se aspira slo a sealar cmo el transcurso del tiempo, y el propio desarrollo de esta

    actividad compleja y fascinante que llamamos restauracin, han dejado en fuera de

    juego esa pequea pero influyente pieza de pensamiento que es la Teoria del

    restauro. Por si alguien es perezoso, o tiene poco tiempo, o para evitar

    malentendidos, resumir las ideas que se han descrito aqu, y que son en realidad

    muy sencillas: la Teoria del restauro no es ya pertinente porque el restauro del que

    habla no es el que hoy da existe; ni la restauracin se ocupa slo de obras de arte, ni

    los restauradores son ya meros operarios manuales sin capacidad de discernimiento

    esttico o histrico.

    Qu queda entonces de la Teoria del restauro? Queda el recuerdo de un intento de

    teorizacin con pocos precedentes; queda la reflexin terica sobre una profesin que

    hasta entonces era considerada propia de artesanos en el peor sentido de esta

  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 11

    palabra tan noble; queda un empujn hacia las alturas acadmicas a esta actividad a

    la que algunos dedicamos tantos esfuerzos.

    Queda tambin una cierta llamada al sentido comn. Queda la idea de que la Verdad

    cientfica no debe prevalecer necesariamente primero porque la ciencia, como toda

    disciplina humana, no es necesariamente perfecta y puede equivocarse; y despus

    porque quiz no siempre nos interese lo que algunos describen como Verdad: si el

    aspecto pretendidamente verdadero de una obra artstica es desagradable, por qu

    deberamos intentar hacerlo prevalecer?

    La Teoria del restauro merece un lugar en la historia. De hecho, tiene su lugar en la

    historia; ms an: es en la historia donde tiene su lugar. La mejor manera de

    reconocer el mrito de la Teoria del restauro no es intentar mantenerla vigente a toda

    costa, sino reconocer la grandeza de la aportacin que represent. Ha pasado medio

    siglo desde su creacin, y en este medio siglo la teoria ha sido sobrepasada no slo

    por los argumentos, sino tambin por la realidad. En el taller del restaurador la

    Teoria del restauro no es ya pertinente; en la historia de la restauracin, s.

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  • Salvador Muoz Vias Pertinencia de la Teoria del restauro 12

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