piketty y el capital en el siglo xxi. ¿el marx de los nuevos tiempos (iii de iv)

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1 PIKETTY Y EL CAPITAL EN EL SIGLO XXI. ¿EL MARX DE LOS NUEVOS TIEMPOS? (III de IV) Francisco José Fernández-Cruz Sequera Abril 2015. Publicado en: http://lagranpartida.blogspot.com.es Las primeras críticas liberales en defensa del capitalismo. El Capital en el siglo XXI fue recibido con escepticismo en Francia, pero el apoyo de los partidarios de revertir las reducciones de impuestos a las rentas altas efectuadas por los republicanos durante la primera presidencia de Bush hijo, consiguió que la obra de Thomas Piketty se convirtiese en un éxito de ventas. Momento desde el que se ha convertido en el blanco de todas las críticas a derecha e izquierda. En su libro Piketty ha constatado con argumentos científicos, lo que a simple vista podemos comprobar a diario sin esfuerzo: la “contradicción central del capitalismo” es una inexorable e inevitable concentración de riqueza en manos de una minoría, el capitalismo no es un sistema de distribución de riqueza sino de concentración de la misma, que no premia ni el mérito, ni el esfuerzo, ni la capacidad, ni tampoco recompensa el trabajo, sino que es un sistema de concentración de la riqueza en unas pocas manos que se ven privilegiadas por el mero hecho de la tenencia del capital, que les atribuye además la primacía sobre el poder político. La idea extendida durante la crisis de que el 1% de las personas se benefician del sistema mientras el 99% se ven en mayor o menor medida sometidas a sus intereses, se demuestra científicamente en la obra de Thomas Piketty, que en su libro repasa

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PIKETTY Y EL CAPITAL EN EL SIGLO XXI.¿EL MARX DE LOS NUEVOS TIEMPOS? (III de IV)

Francisco José Fernández-Cruz SequeraAbril 2015.Publicado en: http://lagranpartida.blogspot.com.es

Las primeras críticas liberales en defensa del capitalismo.

El Capital en el siglo XXI fue recibido con escepticismo en Francia, pero el apoyode los partidarios de revertir las reducciones de impuestos a las rentas altasefectuadas por los republicanos durante la primera presidencia de Bush hijo,consiguió que la obra de Thomas Piketty se convirtiese en un éxito de ventas.Momento desde el que se ha convertido en el blanco de todas las críticas aderecha e izquierda. En su libro Piketty ha constatado con argumentoscientíficos, lo que a simple vista podemos comprobar a diario sin esfuerzo: la“contradicción central del capitalismo” es una inexorable e inevitableconcentración de riqueza en manos de una minoría, el capitalismo no es unsistema de distribución de riqueza sino de concentración de la misma, que nopremia ni el mérito, ni el esfuerzo, ni la capacidad, ni tampoco recompensa eltrabajo, sino que es un sistema de concentración de la riqueza en unas pocasmanos que se ven privilegiadas por el mero hecho de la tenencia del capital, queles atribuye además la primacía sobre el poder político. La idea extendidadurante la crisis de que el 1% de las personas se benefician del sistema mientrasel 99% se ven en mayor o menor medida sometidas a sus intereses, sedemuestra científicamente en la obra de Thomas Piketty, que en su libro repasa

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un ingente volumen de datos de los últimos 200 años, para concluir que elmundo vive desde los años 70 un proceso de aceleración de la concentración dela riqueza, que nos conduce a niveles de desigualdad vividos a finales del S XIX.La obra del economista francés ha convertido el debate sobre la desigualdad enuna cuestión polémica, y las reacciones críticas frente al mismo no se han hechoesperar. Desde la derecha se han denunciado presuntas incongruencias en losdatos que expone en El Capital en el siglo XXI, buscando minar la tesisfundamental del libro: la creciente desigualdad de la riqueza es inherente alsistema capitalista. Evidentemente, cuando se recopilan grandes cantidades dedatos es posible que se puedan cometer errores de medida, de interpretación oincurrir en análisis parciales y por ello distorsionados, sin que en ningúnmomento se pueda hablar de manipulación. Si a lo anterior añadimos quePiketty se remonta en el tiempo a una época en la que los datos no serecopilaban de forma sistemática, ni con los mismos criterios científicos y demétodo que en la actualidad, ni suregistro se producía con unaperiodicidad determinada, es fácilllegar a la conclusión de que si seconsigue desacreditar este aspectode la investigación, se podríansocavar y deslegitimar lasconclusiones del economistafrancés. Por lo tanto, no es deextrañar que sea a este aspectohacia el que se han dirigido lascríticas liberales.La primera reacción de la derechaneoliberal se ha producido en lamisma Francia. El ensayista liberalNicolás Baverez1, autor de libroscomo Francia en declive, comienzadescalificando moralmente a la propiapersona de Piketty del que apunta enlas páginas de Le Point que "es unsocialista avergonzado que opta porponerse bajo la sombra de Karl Marxy esconder sus ideas bajo unapretendida independencia". Es decir,

1 Nicolás Baverez, nacido el 8 de mayo de 1961 en Lyon, es un ensayista francés yabogado desde 1998, titulado en la Escuela Normal Superior de Ulm (promoción 1980)y graduado en la elitista Escuela Nacional de Administración ENA (clase de Michel deMontaigne, 1988). También es doctor en Historia y profesor asociado en la Escuela deCiencias Sociales. Es un ferviente liberal desde su ingreso en la ENA en 1986. Para él:"El anti-liberalismo es un flagelo que es el principio de la decadencia y la regresión deFrancia". Es uno de los principales representantes de la corriente conocida por suscríticos como "decadentista". Baverez ha denunciado un descenso relativo de Franciaante el resto del mundo causado por la intervención excesiva y desacertada del Estadoen la economía y los altos impuestos. Según él, Francia es el único país desarrollado quese esfuerza por mantener el modelo obsoleto de economía cerrada de los años sesenta.

Nicolás Baverez

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un hipócrita y un falsario, pobre argumento a la altura de quién lo sostiene. Ademásafirma que la tesis de una creciente desigualdad "recuerdan a Malthus" ydenuncia que "los propios datos de Piketty muestran que la riqueza no tiene porqué seguir un camino de creciente concentración. Por ejemplo, el 1% más rico deFrancia maneja el 20% de la riqueza nacional desde la década de 1970 [...] pero acomienzos del siglo XX, este porcentaje era del 60%"2, y que Piketty "no tiene encuenta la cuestión clave de la desigualdad: el despegue de los países emergentes,que ha dado luz a una nueva clase media y ha reducido en un tercio lasdesigualdades Norte/Sur a lo largo de las dos últimas décadas". Argumentos todosellos cuya realidad estadística es incontestable, pero cuya falsedad moral esmanifiesta, si una persona vive con un dólar al día y se emplea para trabajar en unamultinacional y dobla su renta a dos dólares diarios el aumento de su renta seráexcepcional, pero gracias a la deslocalización de la fábrica a ese país logra el recortede costes salariales y a pesar del aumento logístico del transporte de las mercancías,los capitalistas aumenta su margen de beneficios y aumenta aún más su riqueza. Porlo que sostener esta cuestión como “la cuestión clave de la desigualdad”, por lainconsistencia del argumento es algo propio de la hipocresía liberal. Sigue Baverezdiciendo respecto de las políticas de los socialdemócratas franceses deHollande, que: "las soluciones aportadas reducen la economía a un juego en el queel actor central es un Estado que simplemente recoge y redistribuye. Sin embargo,las teorías que sueña Piketty ya las está aplicando François Hollande. Losresultados son conocidos: tras continuos "shocks" fiscales basados en impuestosconfiscatorios, la economía gala está estancada, el paro es masivo, ladesestabilización entre las clases medias va a más y el radicalismo político estácreciendo", y abunda señalando la inoportunidad de la publicación del libro dePiketty diciendo: "es irónico que Piketty publique su catecismo justo cuandoHollande empieza a pensar en replegar las subidas de impuestos, consciente de ladevastación que están causando sus políticas". Y hacer esta afirmación pone demanifiesto la mala fe de Baverez, pues para cualquiera que haya leído de formasuperficial la obra de Piketty, sabe que las soluciones que propone, además deirrealizables en todo caso, no han podido ser aplicadas por la propia naturalezaglobal de las mismas. Lo que las críticas de Baverez ponen de relieve, no es ladebilidad de la tesis de Piketty, sino la visceralidad y la alarma con las que laderecha neoliberal ha reaccionado frente a las mismas.La pretendida y falsaria refutación de las tesis de Piketty por el FinancialTimes3.La denuncia de la injusticia intrínseca al capitalismo por el autor francés, no hagustado a los defensores del sistema económico, por lo que sus portavoces nohan tardado en contraatacar, a sabiendas de que al menos deben suscitar unmargen de duda, si no razonable, sí al menos suficiente por su reiteración paradesacreditar el trabajo de Piketty entre el mayor número de personas y privar2 www.libremercado.com/2014-05-03/asi-es-thomas-piketty-el-nuevo-fetiche-economico-de-la-izquierda-1276517386/3 www.ft.com/cms/s/2/e1f343ca-e281-11e3-89fd-00144feabdc0.html#axzz3VhYPrD2p

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de legitimidad a cualquier reflexión sobre la necesidad de la sustitución delcapitalismo.Los ataques a la obra de Piketty no se hicieron esperar. Robert Shrimsley,articulista del Financial Times, publicó el día 30 de Abril de 2014, una columnatitulada “The nine stages of the Piketty bubble”4, en la que decía que: "Nosencontramos ante una burbuja intelectual que lo único que hace es subir lacotización del autor... desde la nada más absoluta. Pura economía financiera, dehecho". Un ataque burdo sin apoyo en dato alguno.

Pero el 24 de Mayo de 2014 el Financial Times5 inició la ofensiva contra las tesisde Piketty tratando de dar cierto fundamento a la misma. Chris Giles, editoreconómico del diario, afirmaba en su primera plana, en una elaboradainformación, que Piketty había incurrido en una serie de errores estadísticosque, según Giles, invalidan sus tesis. “Una vez que se limpian y se simplifican losdatos, los resultados sobre Europa no muestran ninguna tendencia a uncrecimiento de la desigualdad en la riqueza después de 1970”6. El diariofinanciero señala una serie de incoherencias y de posibles errores en los datosrelativos a Estados Unidos y, sobre todo, a Reino Unido. Piketty habría cometidoerrores al transcribir partes de los datos utilizados, en aspectos como lasproyecciones que hace para épocas en las que no había información, en elmétodo comparativo que usa para distintos países y en el un uso tendencioso oarbitrario de las estadísticas para probar su principal tesis, lo que se conocecomo “cherry-picking”7. En concreto, frente a los datos de acumulación y control4 http://www.ft.com/intl/cms/s/0/2d492786-cf90-11e3-bec6-00144feabdc0.html#axzz3WOGwBgcM5 www.ft.com/cms/s/2/e1f343ca-e281-11e3-89fd-00144feabdc0.html#axzz3VhYPrD2p6 www.abc.es/economia/20140604/abci-capitalismo-contra-guru-piketty-201406032035.html7 El “cherry-picking” (literalmente, selección de cerezas) es el sesgo en el cual uninvestigador escoge únicamente los datos que confirman su hipótesis previa. Por tanto,no está mostrando datos representativos, sino únicamente aquellos que le van a dar larazón. La metáfora sería la de considerar que la cesta de cerezas que se vende en el

Artículo de Financial Times sobre la obra de Piketty

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de la riqueza por una minoría en el Reino Unido que señala Piketty, Gilles oponelas cifras oficiales publicadas por la Oficina Nacional de Estadísticas, lo que parael francés es el 10% poseyendo el 71% de la riqueza, para el británico es el 44%.Además, según este diario, en las hojas de cálculo del francés “hay errores detranscripción de las fuentes originales y fórmulas incorrectas. También da lasensación de que algunos de los datos están construidos sin una fuente original”. Yañade: "Una vez que el Financial Times ha limpiado y simplificado sus datos, lascifras europeas no muestran ninguna tendencia hacia el aumento de ladesigualdad de la riqueza a partir de 1970" le acusan, incluso, de copiar datos deSuecia en 1908 y pegarlos en la tabla relativa a EE.UU. y Europa en 1920. Entotal, Giles asegura haber encontrado errores en 114 en las 142 líneas de datosque contienen las tablas sobre desigualdad empleadas por Piketty. El diariobritánico afirma que su investigación socava la tesis de la desigualdad creciente,y asegura que hay “poca evidencia en las fuentes originales del economista paraconfirmar su tesis de que una proporción creciente de la riqueza total está enmanos de una minoría de ricos”8, para terminar acusando a Piketty de ser“deshonesto”.

El artículo de Gilles en el Financial Times provocó una cierta euforia en losprincipales diarios de derecha del mundo anglosajón, que tomaron la crítica deGiles como la refutación definitiva de las tesis de Piketty, con la excepción de unmedio de incuestionable ideología capitalista: la revista The Economist. Estapublicación señaló que las críticas de Giles eran cuestionables y que esteignoraba en su artículo que la mayoría de los datos de Piketty provenían delWorld Top Income Database, fuente que nadie cuestiona, reduciendo los fallosque pudiera haber cometido Piketty a: “un par de errores que parecen ser detranscripción o de ajustes hechos a datos que requieren una evaluación delinvestigador”. Pero no fue sólo este semanario el que puso de manifiesto la faltasupermercado es representativa de todas las cerezas, cuando en realidad ha pasado porun proceso de selección.8www.elconfidencial.com/economia/2014-05-24/el-financial-times-refuta-la-tesis-economica-de-piketty_135939/

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de fundamento de las críticas de Gilles. Según James Henry, autor de The price ofoffshore revisited y profesor de la Universidad de Columbia, los errores detranscripción de datos de Piketty son triviales, y añadió que el error del francéses el cálculo que hace sobre la riqueza oculta en paraísos fiscales, pues “Hay unos21 millones de millones de dólares ocultos en guaridas fiscales. La mitad de estasuma está en manos de las 91.000 personas más ricas del mundo, un 0,001 porciento de la población mundial, que controla una tercera parte de toda la riquezamundial. Piketty ha subestimado esta cifra. Este es el principal cuestionamientoque se le puede hacer. El resto es trivial”9 Una crítica que ya el propio Pikettyreconocía en una carta de respuesta publicada en el Financial Times junto con supolémica artículo, en la que reconoce la necesidad de una mejor contabilizaciónde la riqueza oculta en estos paraísos fiscales: “En realidad es muy posible quemis propias estimaciones no tomen plenamente en cuenta la riqueza offshore o enguaridas fiscales, algo que profundizaría la desigualdad”10 Pero no debeolvidarse, que los datos utilizados por Piketty provienen de otro investigador dela Paris School of Economics, Gabriel Zucman, quien estima en unos 8 millonesde millones de dólares la riqueza oculta en los paraísos fiscales, un cálculorealizado tomando como punto de partida los datos macroeconómicosdisponibles y los activos financieros, dejando fuera todo otro tipo deacumulación de riqueza como obras de arte o bienes muebles.

No es una casualidad que Chris Gilles eligiera los datos de Piketty sobre losEE.UU. y el Reino Unido para tratar de descalificar las tesis sobre la desigualdadcreciente. El diario británico The Guardian entró en liza el 26 de Mayo de 2014,cuando Paul Mason, editor económico de Channel4 de televisión, señaló que lascríticas de Giles y de los medios de comunicación de la derecha, se apoyan encifras oficiales erróneas. Masón decía: “Las conclusiones del Financial Timesapenas se diferencian de las de Piketty en el análisis de Suecia y Francia. Lo hacenen el del Reino Unido y Estados Unidos. La razón es obvia. Desde tiempos

9 www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-247297-2014-05-29.html10 www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-247297-2014-05-29.html

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inmemoriales los ricos tienen una especial aversión a declarar su riqueza. Con lareestructuración capitalista de 1979 se ha promovido la acumulación de riquezaoculta que obligó a Piketty a una mezcla de datos de herencia y encuestas junto acálculos” Lo cierto es que en el Reino Unido, ni siquiera los datos oficiales soncoincidentes. El HMRC, el fisco británico, estima que el 10% más rico del paístiene un 70% de la riqueza. Pero para la Oficina Nacional de Estadísticas, sólotienen el 44%. El aumento del número de paraísos fiscales desde que comenzóla ofensiva neoliberal a comienzos de los años 70, ha hecho cada vez más difícilcalcular la riqueza de las élites capitalistas. Ante esta situación, el único dato alque se puede acceder con menor dificultad, es el de los ingresos, pero ladiferencia entre ingresos y acumulación de la riqueza, hace muy difícil verificarla evolución de la desigualdad, generando incongruencias los datos obtenidosdependiendo de la fuente de la que se obtienen.En cuanto a los datos referidos a los Estados Unidos, ocurre lo mismo que en elcaso británico. Sam Pizzigati, del Institute for Policy Studies11 de Washington,habla de una “paradoja americana” para explicar la incongruencia de algunos delos datos que contiene la obra de Piketty sobre este país. Pizzigati vuelve aseñalar a los paraísos fiscales como el origen de la desconexión entre ingresos yriqueza, diciendo que: “Entre los datos que tenemos sobre la desigualdad deingresos y de riqueza hay una profunda desconexión que equivale a una paradoja.El análisis de la curva de ingresos nos dice que ha habido un enorme crecimientode la desigualdad entre los más ricos y el resto. Pero cuando analizamos ladesigualdad de riqueza, vemos que la diferencia es ínfima. La explicación máslógica de esta diferencia es la riqueza oculta en paraísos fiscales. Si no, habría quepensar que esta gente se gasta 5000 dólares en cenas cada noche del año”12La primera reacción en respuesta al artículo de Gilles, fue la del propio Pikettyen forma de carta, publicada en este mismo diario unos días después depublicarse el artículo de Gilles, en la que formulaba una dura réplica de diezpáginas. Acusa al diario de estar haciendo el “ridículo” y de ser “deshonesto”, yreivindica la validez de sus hallazgos estadísticos, aunque admitiendo siempreque son mejorables. Piketty se defiende diciendo que: “me sorprendería muchoque cualquiera de mis conclusiones sustantivas sobre la evolución al largo plazode las distribuciones de riqueza se vean muy afectadas por estas mejoras”. Síreconoció la necesidad de una mejor contabilización de la riqueza oculta: “Enrealidad es muy posible que mis propias estimaciones no tomen plenamente encuenta la riqueza offshore o en guaridas fiscales, algo que profundizaría ladesigualdad” 13 ya que “no tengo duda de que mis series de datos históricospueden ser mejorados y serán mejorados en el futuro” aunque no cree que lasconclusiones de su trabajo se vayan a ver afectadas por una eventual correcciónde los datos. De hecho, la edición británica de la obra, se incluye un anexo digital11 El Instituto de Estudios Políticos (IPS) es un think tank con sede en Washington, DC.Es uno de las cinco grandes think tanks norteamericanos de izquierda próximos alpartido demócrata.12 www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-247297-2014-05-29.html13 www.elconfidencial.com/economia/2014-05-24/el-financial-times-refuta-la-tesis-economica-de-piketty_135939/

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con enlaces a todas sus fuentes al objeto de promover “un debate abierto ytransparente” sobre la progresión de la desigualdad.La respuesta de Piketty era de esperar, pero la que verdaderamente haresultado sorprendente ha sido la del semanario neoliberal The Economist, quepublicó un artículo titulado ¿Un problema de Piketty?, en respuesta al de ChrisGilles en el Financial Times. En este artículo, The Economist cuestiona lasafirmaciones vertidas en el Financial Times: "El señor Giles -Chris Giles, editor deeconomía del periódico que ha realizado el trabajo de comprobación de la tesis delfrancés- presenta los cargos y concluye que las afirmaciones del libro de Piketty noparecen estar respaldadas por las propias fuentes del libro, una declaracióncondenatoria, de ser cierta (…) [y aunque] el análisis de Giles es impresionante noparece apoyar muchas de las alegaciones presentadas por el FT o la conclusión deque el argumento del libro es erróneo". La revista plantea, además que: "noresulta fácil verificar si los datos son, en realidad, erróneos. Hay un par de casos enlos que parece que se hubiera cometido un error en la transcripción, pero uno nopuede estar seguro". Y señalando que será necesario hacer más investigacionessobre los datos para afirmar sin duda si los datos de Piketty son correctos o no,concluye diciendo: "Con el tiempo quedará claro si Piketty es el profeta quealgunos ven o es otra cosa".

Paul KrugmanCon anterioridad al inicio de la polémica, Paul Krugman14 había publicadovarios artículos15 denunciando las reacciones desmedidas de los medios14 Paul Robin Krugman (Albany, 28 de febrero de 1953) es un economistaestadounidense de origen judío, profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la

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neoliberales frente al libro de Piketty, y había publicado algunas entradas en sublog16 en el mismo sentido. En éste, y respecto de la polémica desencadenadapor el artículo de Gilles en el Financial Times, dijo que: “Cualquiera que imagineque la noción de creciente desigualdad en la riqueza ha sido refutada sufriráseguro una decepción”. Finalmente, en un artículo publicado en The New YorkTimes, y reproducido en español en el diario El País el día 10 de Junio de 201417con el título de “Crítica fallida a Piketty”, decía sobre la polémica de los datosque:

”La cuestión principal aquí le resulta familiar a todo aquel que trabajemucho en temas de desigualdad. Existen dos tipos de datos sobre ladistribución de la renta y la riqueza: los estudios, en los que se pregunta a lagente qué hace o qué posee, y los datos fiscales.

Los datos de los estudios son mejores a la hora de describir a las familias derentas más bajas, que a menudo no están cubiertas por los impuestos; peroes bien sabido que los datos subestiman las rentas más altas y la riquezaporque, hablando en líneas generales, es difícil entrevistar a losmultimillonarios. Además, se dispone de datos de estudios desde hacebastante poco, después de la II Guerra Mundial, y con frecuencia, mucho mástarde.

Por eso Piketty trabajó principalmente con datos fiscales, aunque tambiénutilizó algunos datos de estudios; cuando los combinaba, realizaba ajustespara corregir las tendencias a la baja conocidas de los cálculos de losestudios sobre las mayores riquezas.”Y aprovechaba para denunciar la manipulación que había llevado a cabo Gillesde la diferencia entre los datos fiscales y la riqueza en poder de una minoría,poniendo en evidencia la mala fe con la que se había actuado desde el FinancialTimes, tratando de engañar a sus lectores. Y decía que: “Desde que se hizo

evidente que la desigualdad estaba aumentando – allá por la década de 1980 – enla derecha ha habido un sector bastante importante de negación de ladesigualdad. La negación no se basaba en ningún argumento, ni tampoco conteníaobjeciones coherentes. Consistía más bien en lanzar al aire muchos argumentosdistintos, con la esperanza de que algo calase: la desigualdad no estáaumentando; está aumentando, pero se ve compensada por la movilidad”; yterminaba expresando su sorpresa porque: “Tradicionalmente, la negación de ladesigualdad se ha llevado a cabo en la página de opinión de The Wall StreetJournal y en lugares de mentalidad parecida. El ver que se extiende a The

Universidad de Princeton y en la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres ycolumnista del periódico New York Times. En 2008 fue galardonado con el PremioNobel de Economía por sus trabajos sobre la Nueva Teoría del Comercio y la NuevaGeografía Económica15 www.nytimes.com/2014/04/25/opinion/krugman-the-piketty-panic.html;www.nytimes.com/2014/03/24/opinion/krugman-wealth-over-work.html16 www.krugman.blogs.nytimes.com/2014/05/24/is-piketty-all-wrong/17 www.blogs.elpais.com/paul-krugman/2014/06/cr%C3%ADtica-fallida-a-Laspiketty.html

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Financial Times es una novedad, y es señal de que el periódico puede estarsufriendo una murdochización progresiva”Pero Krugman son tiene motivos para sorprenderse de que las críticas a Pikettyse publiquen en este diario, no hay que olvidar que, como dice el economistaGonzalo Bernardos, el “Financial Times es el periódico de los inversores, de lagente que trabaja en los mercados financieros. Y son éstos los que determinan enla actualidad cómo se tiene que gestionar la crisis, más que los políticos”18

Los ataques academicos de la derecha neoliberal.Desmontada la pretendida refutación de la obra de Piketty por el FinancialTimes, desde las filas de la derecha los ataques no se han detenido. Ya enEspaña, el alevín de la extrema derecha neoliberal y miembro del denominado“Instituto Juan de Mariana”19, Juan Ramón Rallo, ha pretendido refutar la obra dePiketty en diversos artículos, algunos publicados en su blog20, sin aportarfundamento alguno sólido para ello, señalando que Piketty yerra en su modeloteórico, en su análisis histórico y en sus propuestas políticas, debido a que elmarco teórico del libro no es adecuado y el análisis histórico del libro esequivocado, por lo

que las propuestas políticas derivadas del libro son erróneas. Es más, diceque: “Incluso aquellos Estados intervencionistas que más éxito han tenido a lahora de reducir la desigualdad –los Estados nórdicos– no se caracterizan por unaagresiva y progresiva fiscalidad sobre los ricos, sino por promover el universal

18 www.finanzas.com/noticias/economia/20140605/politicos-banqueros-como-dioses-2684852.html19 Es un think tank de ideología neoliberal fundado en el año 2005. Patrocina el Másterde Economía de la Escuela Austriaca en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de laUniversidad Rey Juan Carlos de Madrid, a cuyo cuerpo docente pertenecen susdirectivos y que han hecho de la Facultad de Ciencias Económicas de esta Universidaduna plaza fuerte del neoliberalismo en España. Guarda estrechas relaciones con eldiario digital neoconservador www.libertaddigital.com, con la webwww.liberalismo.org y el diario digital www.negocios.com, así como con el conocidoperiodistadigital.com.20 www.juanramonrallo.com/2015/01/los-tres-errores-clave-de-thomas-piketty/

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acceso a un capital humano de calidad. Por consiguiente, ni siquiera dentro de unaretórica estatista las políticas propuestas por Piketty parecen tener justificaciónalguna, como de hecho le acaban de recordar sus propios correligionarios en supropio país”. Debe ser el único europeo, que no ha debido enterarse de lapresión fiscal que se experimenta en los países del Norte de Europa sobre todala población en general y sobre las rentas altas en particular, que ha llegado amerecer por sus detractores el calificativo de confiscatoria.Ya por último, nuevamente los medios de la derecha neoliberal norteamericanase hacían eco del gran acontecimiento21 y volvían a lanzar las campanas al vuelo,lo que con gran alborozo se reproducía en la prensa del mismo tenor enEspaña22, para anunciar que un estudiante del MIT había probado que ladesigualdad no ha aumentado desde 1970, salvo en el valor de los activosinmobiliarios. El “estudio”, siendo generosos lo vamos a llamar así, nació de uncomentario de apenas 500 palabras publicado en un blog por Matthew Rognlie,un estudiante de 26 añosligado al InstitutoTecnológico deMassachusetts (MIT)23. Lascríticas de Rognlie altrabajo de Piketty fueronpublicitadas por eleconomista Tyler Cowen dela Universidad GeorgeMason, seguidor delpensamiento de Friedrichvon Hayek, quien animóRognlie a realizar untrabajo más amplio sobre la cuestión, a cuya instancia el estudiante fueampliando poco a poco el alcance de sus estimaciones, hasta componer uninforme titulado “A note on Piketty and diminishing returns to capital”24 que hasido publicado por el Instituto Brookings25, uno de los think tanks de la derecha21/www.brookings.edu/about/projects/bpea/papers/2015/land-prices-evolution-capitals-share22www.libremercado.com/2015-03-28/un-joven-de-26-anos-desmonta-a-piketty-el-guru-de-la-izquierda-1276544264/?utm_source=3&utm_medium=masleido&utm_campaign=masleido23 El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por las iniciales de su nombre enidioma inglés, Massachusetts Institute of Technology) es una universidad privadalocalizada en Cambridge, Massachusetts (Estados Unidos). Los ingresos agregados delas empresas fundadas por ex alumnos del MIT, lo situaría como la undécima economíamás grande del mundo. Es considerada como una de las más selectivas de los EEUU eincluso del mundo.24 www.mit.edu/~mrognlie/piketty_diminishing_returns.pdf25 La Institución Brookings o Brookings Institution es un think tank fundado en 1916. Susede se encuentra en Washington D.C. dedicado a la investigación en las cienciassociales, especialmente en Economía y Política Exterior. Es uno de los think tanks más

El estudiante Rognlie

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neoliberal más poderosos de los EE.UU. y del que se hizo eco rápidamente TheWashington Post26 la prensa capitalista tras el fiasco del Financial Times.

El estudiante Rognlie, dice haber encontrado tres grandes errores en la obra dePiketty:1º Niega que la tasa de retorno del capital arroje un rumbo ascendente a lo largodel tiempo;antiguos y declara que su objetivo principal es "ayudar al desarrollo de políticaspúblicas sólidas y promover la comprensión del público de cuestiones de importancianacional." La organización se describe a sí misma como independiente, pero en realidades una organización neoliberal que apoyó fervientemente a la administración Bush y ala política de reducción de impuestos a los ricos. La organización está dirigidaactualmente por Strobe Talbott, ex Secretario adjunto de Estado bajo la presidencia deClinton. Carlos Pascual, el antiguo embajador en Ucrania, actúa como vicepresidente dela Institución Brookings y como Director del programa de Estudios de Política Exterior.26 www.washingtonpost.com/blogs/wonkblog/wp/2015/03/19/meet-the-26-year-old-whos-taking-on-thomas-pikettys-ominous-warnings-about-inequality/

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2º Apunta que los cálculos de Piketty sobreestiman la rentabilidad futura quepodrán obtener los más acaudalados a base de reinvertir su capital.;3º Explica que "los ingresos derivados de las rentas del capital se han mantenidoestables de 1970: el único aspecto que ha cambiado y que ha ido a más son losprecios de los activos inmobiliarios, pero al margen de esa apreciación no seobserva repunte alguno de la desigualdad".Una vez su tesis salió a la luz, el estudiante intercambió varios correoselectrónicos con Piketty, quien ha declarado a los medios que "existen aspectospoco comprendidos de su libro". En opinión de Rognlie, la respuesta del galo fue"densa" e "inconsistente", sin un argumento concreto capaz de refutar su trabajocrítico ahora promocionado por el Instituto BrookingsNo ha sido sólo un joven estudiante como Rognlie el que ha continuado ladescalificación del trabajo de Piketty, también el profesor Lawrence H.Summers, profesor de Economía de la Universidad de Harvard y antiguoSecretario de Hacienda durante la presidencia de Clinton, ha salido a la palestra,escribiendo un extenso artículo27 cuestionando muchas de las suposiciones dePiketty que, según dice, supone que la rentabilidad de capital se mantieneestable, es decir, ignorando los diminishing returns o ley de los rendimientosdecrecientes28.Tanto Rognlie como Summers, afirman que es posible que la tasa derentabilidad del capital no sea tan elevada como dice Piketty, porque el francésno ha tenido en cuenta la fuerte depreciación que sufre dicho factor en losmomentos actuales respecto de otros tiempos, por lo que la tasa neta, una vezdescontada dicha depreciación, puede hacer que la conclusión a la que llegaPiketty sobre un futuro en el que las rentas del capital absorban proporcionesmás elevadas del producto total, puede no cumplirse. Pero ambas críticas a lastesis de Piketty se equivocan en dos puntos esenciales:27www.larrysummers.com/2014/05/14/piketty-book-review-the-inequality-puzzle/&prev=search28 La ley de los rendimientos decrecientes (en inglés: diminishing returns) es una de lasleyes más difundidas de la economía. Afirma que a medida que se añaden cantidadesadicionales de un factor productivo en la producción de un bien, manteniendo elempleo del resto de los factores sin variación, se alcanza un punto a partir del que laproducción total aumenta cada vez menos hasta que incluso empieza a disminuir. Estaley es central en la teoría de la producción, una de las principales divisiones de la teoríamicroeconómica neoclásica. El concepto de rendimientos decrecientes se remonta a losprimeros economistas como Johann Heinrich von Thünen, Anne Robert Jacques Turgot,Thomas Malthus y David Ricardo. Sin embargo los economistas clásicos como Malthus yRicardo atribuirán el decrecimiento de los rendimientos en los resultados (outputs) enla disminución de la calidad de las entradas (inputs). Los economistas neoclásicosasumían que cada "unidad" de trabajo es idéntica = perfectamente homogénea. Losrendimientos decrecientes eran debidos a la interrupción de todo el procesoproductivo a medida que unidades adicionales de trabajo se añadían a una cantidad fijade capital. Karl Marx desarrolló una versión de la ley de rendimientos decrecientes ensu teoría de la tendencia de la tasa de ganancia en su obra El Capital (volumen III).

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En primer lugar, lo único que necesita Piketty para tener razón en suspronósticos, aun asumiendo rendimientos decrecientes y escasa capacidad desustitución del capital, es que haya un progreso tecnológico dentro de lasestructuras del capital, lo suficientemente intenso como para compensar laentrada de los rendimientos decrecientes. Summers y Rognlie no incluyen lainfluencia de ese progreso técnico, pero Piketty sí, de ahí que la evidenciaempírica que aportan no sirva para refutar el modelo de Piketty;En segundo lugar, la elasticidad de sustitución mide la capacidad de sustituciónentre el capital y el trabajo en el corto plazo: es una elasticidad de sustituciónpara unas circunstancias técnicas y temporales concretas, pero no unaelasticidad de sustitución en el largo plazo. La distinción es relevante ya que lacreación de nuevos bienes de capital permite a largo plazo generar nuevasestructuras de bienes de capital más productivas que las anteriores, y esteefecto no es recogido por las estimaciones empíricas que apuntan Summers yRognlie. La capacidad de un sistema productivo de reemplazar trabajo porcapital es bastante limitada en el corto plazo, lo que no implica que a largo plazotambién lo sea, tal y como reconoce Rognlie en su trabajo. Y la elasticidadverdaderamente relevante para las conclusiones de Piketty es la de largo plazo.

En suma, las críticas que se han dirigido hasta la fecha contra Piketty por partede quienes aceptan que el tipo de interés depende de la productividad marginaldel capital no son válidas. Si lo fueran, debería haberse observado un tipo deinterés del capital fuertemente decreciente desde el s. XVIII pero, tal comodocumenta Piketty, esa tasa de retorno se ha mantenido constante en el entornodel 4-5%. Por lo que para que las conclusiones del economista francés seanverosímiles, basta con asumir que la tasa de retorno sobre el capital se va amantener estable en torno a los niveles en los que se ha ubicado en los últimostrescientos años.Al combinar todas estas líneas de la crítica neoliberal, salta a la vista el verdaderoproblema de la derecha con el libro de Piketty: que su autor es un extranjero

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“comunista” que pretende privar a los ricos de lo que por mandato divino lespertenece. Como dice el economista español Gonzalo Bernardos: “Piketty hapuesto mucho énfasis en el principal problema que hay en el mundo desarrollado,que es la distribución de la renta. Por qué para algunos la crisis ha sido unaoportunidad, para los más ricos, para los inversores, y en cambio, para muchos,para la mayoría, la crisis ha sido una maldad. Desde esta perspectiva, Pikettyargumenta que cuando los rendimientos del capital superan a los rendimientos dela economía, el capital está absorbiendo una parte de la renta que no lecorresponde, que le corresponde a los más desfavorecidos, lo que empeora ladesigualdad de la renta“29Obviamente, en una obra tan extensa como la de Piketty, cabe discrepar en un10% o un 20% de sus argumentos y análisis, pero de lo que no cabe duda algunaes de la casi unanimidad que provoca su afirmación básica de que la desigualdadaumenta y la riqueza se está concentrando cada vez en un menor número depersonas. Es decir, hay un consenso mayoritario en que el libro de Piketty esbásicamente correcto, lo que no supone que haya una coincidencia en laspropuestas de Piketty para corregir la deriva del capitalismo.Pero las discrepancias puntuales sobre uno u otro aspecto del análisis dePiketty, no le impide al profesor Bernardos decir que: “El libro de Piketty es unaamenaza. Ahora bien, los economistas jugamos con los años. Seguramente,algunas cifras pueden no ser del todo exactas, pero esto no invalida susargumentos. Se puede decir que el libro de Piketty es oportunista, pero yo diríaque es un libro oportuno. Es un libro que no es de actualidad económica, sino dehistoria económica y marca, sobre todo, un aspecto muy importante: estamosvolviendo a finales del siglo XIX y a principios del XX. Y esto tiene implicacionesmuy importantes socialmente. Porque esta situación, si sigue así, va a llevar a unalucha de clases, algo que se había olvidado”30

29www.finanzas.com/noticias/economia/20140605/politicos-banqueros-como-dioses-2684852.html30 www.finanzas.com/noticias/economia/20140605/politicos-banqueros-como-dioses-2684852.html