¿podremos hablar de reglas básicas Índice o de un … · dra. ma. macarita elizondo gasperÍn...

16
Noviembre - diciembre 2004 Boletín del Centro de Capacitación Judicial Electoral Año 10 No. 6 ISSN 1405-3403 Secciones Internet: http://www.trife.org.mx ¿Podremos hablar de reglas básicas o de un código de ética de los sujetos procesales? a se cumplieron tres años de que tuvo lu- gar en España, con- cretamente en Santa Cruz de Tenerife, Canarias, la VI Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes Su- premas y Tribunales Supre- mos de Justicia, 1 donde se aprobó y promulgó el Esta- tuto del Juez Iberoamericano. Dicho estatuto tomó en cuenta que la evolu- ción de nuestras sociedades ha llegado a un mayor protagonismo del juez, lo cual exige que el Poder Judicial responda a la demanda de aper- tura y sensibilidad en relación con las necesida- des expresadas por diversos sectores y agentes sociales, para que adapte sus tradicionales mé- todos de trabajo y actitudes a esas nuevas nece- sidades. Por ello advierte que es indispensable dar respuesta a la exigencia de nuestros pueblos de poner la justicia en manos de jueces de clara idoneidad técnica, profesional y ética, de quie- nes depende, en último término, la calidad de la justicia. En esta Cumbre Iberoamericana los Presiden- tes de las Cortes Supremas coincidieron en que para el mejor desempeño de la función jurisdiccional, es necesario que los jueces, aplicando las disposiciones constitucionales y legales de cada uno de los Estados in- tegrantes de la comunidad iberoamericana, indepen- dientemente de su orden je- rárquico, dispongan de un instrumento que condense, lo más precisamente posible, los derechos, deberes, condiciones y re- quisitos que han de acompañarlos y orientarlos en el ejercicio de sus delicadas tareas. El año pasado México fue sede del XII Con- greso Mundial de Derecho Procesal, 2 con la afluencia de cientos de congresistas (ministros, magistrados, jueces, abogados postulantes, aca- démicos e interesados en general) que aportaron sus valiosas ideas en los diferentes temas agendados. 1 Celebrada los días 23 a 25 de mayo de 2001. 3 Dra. Ma. Macarita ELIZONDO GASPERÍN Magistrada del TEPJF 2 Los anteriores congresos se llevaron a cabo en Bolonia (1950), Viena (en 1953 y 1999), Venecia (1962), Atenas (1967), Gante (1977), Würzburg (1983), Utrecht (1987), Coimbra-Lisboa (1991) y Taormina (1995); en México por primera vez en 1972 y después en el 2003. ÍNDICE ¿Podremos hablar de reglas básicas o de un código de ética de los sujetos procesales? 1, 3 a 6 El Boletín del Centro de Capacitación Judicial Electoral: a diez años de su existencia 7 a 11 Reseñas: Control de la Constitucionalidad y elecciones indígenas 12 y 13 Foro “Gobernabilidad democrática, ¿qué reforma? 14 y 15 Estadística electoral 16 Transparencia y Acceso a la Información 2004

Upload: trinhdan

Post on 19-Sep-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Noviembre - diciembre 2004 Boletín del Centro de Capacitación Judicial Electoral Año 10 No. 6

ISSN 1405-3403

Secciones Internet:http://www.trife.org.mx

¿Podremos hablar de reglas básicaso de un código de ética de los

sujetos procesales?

a se cumplieron tresaños de que tuvo lu-gar en España, con-

cretamente en Santa Cruzde Tenerife, Canarias, la VICumbre Iberoamericana dePresidentes de Cortes Su-premas y Tribunales Supre-mos de Justicia,1 donde seaprobó y promulgó el Esta-tuto del Juez Iberoamericano.

Dicho estatuto tomó en cuenta que la evolu-ción de nuestras sociedades ha llegado a unmayor protagonismo del juez, lo cual exige queel Poder Judicial responda a la demanda de aper-tura y sensibilidad en relación con las necesida-des expresadas por diversos sectores y agentessociales, para que adapte sus tradicionales mé-todos de trabajo y actitudes a esas nuevas nece-sidades. Por ello advierte que es indispensabledar respuesta a la exigencia de nuestros pueblosde poner la justicia en manos de jueces de claraidoneidad técnica, profesional y ética, de quie-nes depende, en último término, la calidad de lajusticia.

En esta Cumbre Iberoamericana los Presiden-tes de las Cortes Supremas coincidieron en que

para el mejor desempeño dela función jurisdiccional, esnecesario que los jueces,aplicando las disposicionesconstitucionales y legales decada uno de los Estados in-tegrantes de la comunidadiberoamericana, indepen-dientemente de su orden je-rárquico, dispongan de un

instrumento que condense, lo más precisamenteposible, los derechos, deberes, condiciones y re-quisitos que han de acompañarlos y orientarlosen el ejercicio de sus delicadas tareas.

El año pasado México fue sede del XII Con-greso Mundial de Derecho Procesal,2 con laafluencia de cientos de congresistas (ministros,magistrados, jueces, abogados postulantes, aca-démicos e interesados en general) que aportaronsus valiosas ideas en los diferentes temasagendados.

1 Celebrada los días 23 a 25 de mayo de 2001. 3

Dra. Ma. Macarita ELIZONDO GASPERÍNMagistrada del TEPJF

2 Los anteriores congresos se llevaron a cabo en Bolonia(1950), Viena (en 1953 y 1999), Venecia (1962), Atenas(1967), Gante (1977), Würzburg (1983), Utrecht (1987),Coimbra-Lisboa (1991) y Taormina (1995); en Méxicopor primera vez en 1972 y después en el 2003.

ÍNDICE

¿Podremos hablarde reglas básicaso de un código deética de los sujetosprocesales? 1, 3 a 6

El Boletín del Centro deCapacitación JudicialElectoral: a diez añosde su existencia 7 a 11

Reseñas:• Control de la

Constitucionalidady eleccionesindígenas 12 y 13

• Foro “Gobernabilidaddemocrática,¿qué reforma? 14 y 15

Estadística electoral 16

• Transparencia y Accesoa la Información 2004

Noviembre - diciembre de 20042

DIRECTORIO

CONSEJO EDITORIAL:Presidente: Magdo. José Fernando Ojesto Martínez Porcayo; Vocales: Magdo. Mauro MiguelReyes Zapata, Dr. Héctor Fix Zamudio, Dr. Jaime del Arenal, Dr. Rodolfo Vázquez Cardozo,Mtro. Jaime del Río Salcedo, Lic. Jorge Tlatelpa Meléndez, Lic. Fernando Hernández de la Peña;Secretario Técnico: Lic. José Jacinto Díaz Careaga.

COORDINACIÓN DE INFORMACIÓN: Mtro. Jaime del Río Salcedo.EDICIÓN E IMPRESIÓN: Coordinación de Documentación y Apoyo Técnico.

Boletín del Centro de Capacitación Judicial Electoral es una publicación bimestral del TribunalElectoral del Poder Judicial de la Federación.Noviembre-diciembre de 2004

Título registrado en el Instituto Nacional del Derecho de Autor, mediante certificado de reservade derechos al uso exclusivo 04-2002-072216043000-106, Certificado de licitud de título9185 y de contenido 6431 ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradasde la Secretaría de Gobernación.

D.R. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación

Carlota Armero No. 5000, Edif. “C”, CTM Culhuacán, Delegación Coyoacán, México, D.F.,C.P. 04480, tels: 5728-2300 y 5728-2400, exts. 2195 y 2206.

Distribución: Coordinación de Documentación y Apoyo Técnico, y Secretaría Administrativa.Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Carlota Armero No. 5000, Edifs. "C" y"B", Col. CTM Culhuacán, Delegación Coyoacán, México, D.F., C.P. 04480, tel: 5728-2300,ext. 2023.

Las opiniones expresadas en los artículos publicados en este boletín son responsabilidadexclusiva de los autores.

Distribución Gratuita

ditorial

oncluye un ciclo de la publicación del Boletín del Centro deCapacitación Judicial Electoral, el cual inició sus actividadesen el año 1995, con el impulso del entonces Magistrado Presi-dente José Fernando Franco González Salas, quien al dar la

bienvenida al primer ejemplar destacó: “... considerando que el De-recho Electoral es un elemento esencial de nuestra realidad política ypuente entre el ‘ser’ y el ‘deber ser’ de la democracia en el país, resultaimprescindible que la educación cívico-política en México incluyaentre sus contenidos una importante proporción de conocimientosjurídicos-electorales”.

Asimismo, en clara alusión a los objetivos que desde entoncesorientan al Boletín, mencionó lo siguiente: “Hoy, entender, ejercer yperfeccionar la democracia mexicana, es en gran medida sinónimode entender, ejercer y perfeccionar al Derecho Electoral. El Centro deCapacitación Judicial Electoral del Tribunal Federal Electoral preten-de coadyuvar a la gran tarea nacional de difundir el Derecho Electo-ral, los valores democráticos consagrados en nuestro marco normativoy el desarrollo de nuestra vida política”.

En este mismo sentido, el Magistrado José Fernando Ojesto MartínezPorcayo, quien fuera el primer Director del Centro, con una claraconcepción de la importancia de la capacitación electoral y el desarro-llo de los valores de la democracia destacó, en ese mismo ejemplar,que la capacitación electoral no se limita a la profesionalización de losfuncionarios electorales, sino que necesariamente debe trascender alos ciudadanos. Lo anterior, como resultado del intercambio de ideasexpresadas por connotados juristas, sociólogos, politólogos y

comunicadores que asistieron a las Mesas Redondas, convocadoscon motivo de la inauguración de las Salas Regionales enGuadalajara, Durango, Xalapa y Toluca.

Al hacer un recuento de estos años, se puede afirmar que, a travésde cada uno de los números del Boletín, se logró dar a conocer, conclaridad, objetividad y oportunidad, los avances en la construcción yconsolidación de la democracia en el país, mediante el seguimiento yanálisis riguroso de las iniciativas y reformas legales aprobadas porlos órganos legislativos federales y locales, además de informar larealización y temática abordada en diversos eventos académicos, ta-les como cursos, talleres, seminarios, conferencias, así como en son-deos y encuestas en la materia.

Resulta inevitable evocar aquellos primeros ejemplares en los que,no obstante la sencillez de su presentación, los diversos temas electo-rales presentados eran resultado de un cuidadoso estudio.

La variedad y riqueza de los temas analizados en cada uno de losnúmeros del Boletín implicaría un listado interminable; sin embargo,no puede omitirse mencionar algunos de los que consideramos másimportantes: “La Importancia de la Capacitación Electoral y los Valo-res de la Democracia”, “Reflexiones en Torno a la Ley Federal deTransparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental”,“Generalidades del Cambio Político en México”, “Carrera JudicialElectoral”, “Quince años de la jurisdicción electoral en México”, “Par-ticipación de las Comunidades Indígenas en los Procesos ElectoralesFederales”, “Semblanza histórica de las organizaciones político-elec-torales en México”, “Riesgos en el proceso de cambio político enMéxico”, “La cláusula de gobernabilidad en el Derecho Electoralmexicano”, “La primera calificación de la elección presidencial por elTribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación”, etcétera.

Si intentáramos realizar una síntesis apretada de la vida editorialdel Boletín, consideraríamos que se invirtieron infinidad de horas enla preparación, revisión y corrección de todos los temas publicados,pero lo más importante es que esta noble actividad trajo consigo unimportante beneficio para la sociedad mexicana, consistente en crearvínculos entre los diferentes actores electorales (partidos y agrupacio-nes políticas, institutos, tribunales y salas), así como universidades einstituciones de educación superior interesadas en la materia electo-ral; es decir, fungió como un verdadero medio de comunicación, deintercambio de ideas, conocimientos y experiencias de personas einstituciones. De ahí puede concluirse que el Tribunal Electoral delPoder Judicial de la Federación, a través del Centro de CapacitaciónJudicial Electoral, cumplió con uno de sus fines esenciales, como es ladifusión del fenómeno político, la función jurisdiccional y lanormatividad electoral, siempre en búsqueda de su constante perfec-cionamiento y fortalecimiento de las instituciones, procedimientos einstrumentos democráticos.

Finalmente, corresponde agradecer a nuestros lectores el interésmostrado en cada uno de los artículos, reseñas, informes, ensayos,entrevistas, etc., que se publicaron en los distintos números del Bole-tín. Asimismo, expresamos nuestra sincera gratitud a todos los cola-boradores del Centro de Capacitación Judicial Electoral por su valiosoapoyo, permanente esfuerzo y contagioso entusiasmo, así como a losintegrantes del Consejo Editorial por su atinada y oportuna supervi-sión y a todos aquellos que hicieron posible que esta publicaciónllegara a los diversos destinatarios; sin estas aportaciones no hubierasido posible que esta publicación viera la luz durante una fructíferadécada.

Noviembre - diciembre de 20043

Un tema convergente en el ámbito procesal fue tratado endicho Congreso Mundial: “Las relaciones entre las partes, losjueces y los abogados”, y mereció sin duda un conjunto de re-flexiones propositivas, situadas en el contexto actual, bajo unaóptica amplia, pues se abordaron cuestiones que tradicionalmentehan sido motivo de gran controversia.

Entre las diversas formas propuestas para dignificar el proce-so, está la aplicación de los principios rectores de las relacionesentre los sujetos procesales. Sin embargo, se constató que existenpaíses en los que hay dificultad extrema de pensar en algo que sepudiera definir como un “código de ética”, o sistema de normascomunes, aplicables débilmente a la regulación de la conductade todas las partes, los jueces y los abogados en un proceso, porla diversidad insuperable de los papeles y de los objetivos decada una de ellas; aunque por su parte, algunos otros países sícuentan con códigos de ética, no sólo para sus abogados, sinopara los jueces mismos. 3

La Comisión designada por el Pleno de nuestra Suprema Cor-te de Justicia de la Nación y la Sala Superior de este TribunalElectoral del Poder Judicial de la Federación, en su carácter deinstancias orgánicamente superiores (conjuntamente con el Ple-no del Consejo de la Judicatura Federal), aprobó el ProyectoDefinitivo del Código de Ética del Poder Judicial de la Federa-ción,4 que contiene los referentes que identifican los valores yprincipios relativos al ejercicio de la función jurisdiccional, paraque ésta sea realizada por personas en las que se sumen la con-fianza y la calidad ética. Después, mediante sesión solemne delpasado 9 de noviembre de 2004, ya se dio a conocer a la socie-dad mexicana como Código de Ética del Poder Judicial de laFederación.

Se consideró conveniente establecer los principios rectores dela ética judicial, dirigidos a los juzgadores que integran el PoderJudicial de la Federación, para hacer patente en todo momentola garantía constitucional prevista en el artículo 17 de nuestraCarta Magna, sabedores de la alta responsabilidad social quetienen los impartidores de justicia ante el Estado de Derecho y losjusticiables.

En las nociones previas expuestas en el Código de Ética delPoder Judicial de la Federación se reconoce que, aunque suestructura no es propiamente un cuerpo de normas dispuestassegún un plan metódico y sistemático, utiliza el vocablo “códi-

go” en su sentido figurado para denominar un conjunto de prin-cipios y reglas que sirven de guía a la conducta de los jueces ysus auxiliares (dado que constituye un referente deontológico),mismos que no son elaborados con la finalidad de complemen-tar o reglamentar la legislación vigente en cuanto a las respon-sabilidades jurídicas de los miembros del Poder Judicial. Estecódigo constituye un punto de partida para la reflexión éticapersonal de cada juzgador y no pretende ser, de ninguna mane-ra, un catálogo taxativo y exhaustivo de deberes morales, sinosólo proporcionar una visión institucional de los valores y virtu-des que rigen el sistema de impartición de justicia en México.“Si bien la ética se traduce en un comportamiento humano quese caracteriza en ser unilateral, inherente a la conciencia delsujeto y sólo imperativo para él, resulta vital para la sana con-vivencia dentro de una colectividad, y particularmente impor-tante en la función judicial por la trascendencia social queadquiere, pues en este quehacer debe imperar en el juzgador unsentido ético que equilibre el poder que el Estado deposita en supersona, para que al conocer de los procedimientos emita susresoluciones conforme a la técnica jurídica y los principios éti-cos, procurando ser justo desde el Derecho”.5

Actualmente se encuentran como destinatarios de dicho códi-go de ética no solo a los titulares de los órganos del Poder Judi-cial de la Federación, así como a sus auxiliares o demás integrantesde los mencionados órganos (en la medida en que tales princi-pios, reglas y virtudes judiciales resulten aplicables a la funciónque desempeñan), dado que se abordan y desarrollan los princi-pios que rigen a la carrera judicial y que fueron recogidos delartículo 100, párrafo séptimo, de la Constitución Política de losEstados Unidos Mexicanos. Estos principios reconocidos y acep-tados por los propios juzgadores y por la sociedad en generalcomo directrices de la función jurisdiccional, se refieren a la acti-tud del juzgador frente a influencias extrañas al Derecho, ya seaprovenientes del sistema social ( independencia) o de las partes enlos procesos sometidos a su potestad (imparcialidad) o bien pro-venientes del propio juzgador (objetividad). Por su parte, el princi-pio conocido como profesionalismo se refiere al ejercicioresponsable y serio de la función jurisdiccional. Además se inclu-ye un capítulo dedicado a la “excelencia judicial”, por conside-rarla el arquetipo al que deben aspirar los juzgadores, medianteel cultivo de las virtudes judiciales que se definen en este instru-mento. “Este documento se formula con el propósito de ayudara los juzgadores a resolver los conflictos éticos que, con motivode su trabajo se les presentan”.6

1

¿Podremos hablar de reglas básicas o de un código de ética de los sujetos procesales?

3 Elizondo Gasperín, Ma. Macarita. Relaciones entre las Partes, los Juecesy los Abogados, México, Instituto Nacional de Estudios Superiores en Derecho.División Editorial, 2003, p. 45.

4 La Comisión de Redacción del Código de Ética del Poder Judicial de laFederación aprobó el proyecto el pasado 14 de mayo de 2004.

5 Punto 2, apartado VII de la presentación del Código de Ética, op. cit. p.7 y entonces punto VI, párrafo segundo, de la exposición de motivos delproyecto de Código de Ética del Poder Judicial de la Federación. Verwww.scjn.gob.mx

6 Punto VI, último párrafo, de la presentación. Código de Ética del PoderJudicial de la Federación, Grupo Gráfico Arenal, septiembre de 2004, p. 7.

Noviembre - diciembre de 20044

El último párrafo de la presentación sostiene que, este códigoes un referente objetivo para la valoración de la conducta personalde cada uno de quienes tene-mos el honor de servir a nuestraPatria en la judicatura. Es “...un documento no sólo informa-tivo sino formativo, a tal puntoque su práctica reiterada se con-vierta en la segunda naturale-za del juzgador, para que, através de su vida, dé conteni-do, claridad y sistematizacióna tales postulados; porque elconocimiento de la ética noes innato, sino por el contra-rio, es adquirido; lo innato estan sólo la disposición paraadquirirlo”.7

El Código de Ética delPoder Judicial de la Fede-ración es un instrumentovalioso, que merece todo elapoyo de la comunidad deabogados y de la sociedaden general, por los indu-dables resultados benéfi-cos que ya desde suplanteamiento produceen la conciencia de jue-ces y justiciables, vincu-lados en la relación dela administración de jus-ticia en todas sus manifestaciones, locales, federales e interna-cionales. Bien lo dijera don Mariano Azuela Güitrón, MinistroPresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y delConsejo de la Judicatura Federal: “El Código de Ética, sin dudaalguna, es un documento de suma importancia... por el altogrado de legitimación de que goza..., al estar redactado por losórganos depositarios del ejercicio del Poder Judicial Federal asícomo por el de su administración, vigilancia y disciplina, yal haberse elaborado con la participación de todos sus miem-bros y de la comunidad jurídica nacional”.8

Como se reconoció en su momento (en el punto VI de laExposición de Motivos del entonces proyecto del Código de Éti-ca), se trata de normas imperfectas, de la misma naturaleza delas normas morales y sociales, en que no se da la dualidad denorma primaria y secundaria que caracteriza a las normas jurídi-cas. No obstante, puede asegurarse que en toda norma jurídica,

coexiste una norma ética9, 10 y resultaría muy interesante adver-tir la trascendencia al campo del derecho positivo, que tiene ne-

cesariamente la infracción de lasnormas éticas, propuestas en el Có-digo de mérito. Ello nos hace pensaren la importancia que tendría un es-tudio más profundo, tendiente a unTratado de Ética Jurídica, en el quese analice el respaldo ético de todonuestro derecho positivo, como ungran “haz de luz” o “faro” inspi-rador, no sólo para los jueces,sino para los legisladores, los go-bernantes y la sociedad en ge-neral, estrechamente vinculada,como parte, a través de losjusticiables, en todo el fenóme-no social de la administraciónde justicia.

Sería recomendable incluiren lo futuro, específicamenteen el punto 5 in fine delapartado VII de la presen-tación, que el propósito deeste instrumento, no sóloes ayudar a los juzgadores,sino también a losjusticiables, en la comple-ja relación de la adminis-tración de justicia entodas sus manifestacio-

¿Podremos hablar de reglas básicas o de un código de ética de los sujetos procesales?

7 Presentación, antepenúltimo párrafo, op. cit, p. 12.8 Carta dirigida a la suscrita, de fecha 9 de noviembre de 2004.

9 Incluso hay quienes afirman que se puede hablar de validez de unanorma jurídica en un triple sentido: sociológico, jurídico y ético. Vid.Dreier, Ralf. “Derecho y Moral”, Derecho y Filosofía, compilador ErnestoGarzón Valdés, México, Biblioteca de Ética, Filosofía del Derecho y Política,1999, p. 90.

10 Por ejemplo, el artículo 1º del Código de Procedimientos Civiles para elDistrito Federal precisa que “Sólo puede iniciar un procedimiento judicial ointervenir en él, quien tenga interés en que la autoridad judicial declare oconstituya un derecho o imponga una condena y quien tenga el interéscontrario. Podrán promover los interesados, por sí o por sus representantes oapoderados, el Ministerio Público y aquellos cuya intervención esté autorizadapor la ley en casos especiales”. Norma Ética Subyacente: No debe permitirsela intervención en un procedimiento judicial, más que a las personas quetengan interés en pedir la intervención del Poder Público, para que declare oconstituya un derecho o imponga una condena y a la persona que tenga elinterés contrario, o bien a las personas que expresamente autorice la ley encasos especiales. El interés jurídico es el hilo rector del procedimiento judicial,para evitar que se desvíe de la recta impartición de justicia y se aparte de suobjetivo esencial, que es la solución de los conflictos de derecho, con apego alvalor justicia. En la exposición de motivos de los ordenamientos legales, seencuentran por lo general las consideraciones éticas subyacentes a las normasque los integran, o debe acudirse al derecho natural, para descubrirlas.

Noviembre - diciembre de 20045

nes, obligándose entonces a profundizar un poco más en la éticade los justiciables, al intervenir como partes del quehacer en lafunción judicial en general.

La premisa es velar por una auténtica tutela en el equili-brio de todas las fuerzas (de las partes, los jueces y los abo-gados) que permita igualar su participación en la contienda,para que ninguno de ellos tenga mayor peso frente a los de-más y que contrabalancee el valor sublime que es la justicia.Cada quien debe actuar según su papel, dentro del marco deinteracción. Cada parte (demandante y demandado) debehacer valer sus recíprocos derechos, sin abusar en su ejerci-cio, evitando beneficios velados y reconocidos posteriormen-te en el fallo. Siempre han existido múltiples inquietudes derivadasde lo anterior, por dar un ejemplo nos preguntamos: ¿Hasta dóndeson responsables jurídica y socialmente las partes que por dife-rencias viscerales mueven toda una maquinaria jurídica (aboga-dos) y judicial (jueces) distrayéndola del estudio de los casosauténticamente conflictuales, o peor aún, cuando la temeridado mala fe de las partes se ve encubierta en el proceso por unasupuesta habilidad del abogado?, y ¿hasta dónde el sistema ju-rídico permite la filtración ante el órgano jurisdiccional de estetipo de eventos?, ¿hasta dónde son responsables jurídica y so-cialmente aquellos abogados que obstaculizan o entorpecen elacuerdo o conciliación de las partes, generando la intervencióndel Estado (a través del juez en el proceso) con el gasto socialque ello implica?, o ¿hasta qué punto es justificable la actitudconciliadora entre abogados, cuando ello implica mediatizar laverdadera voluntad de las partes?, ¿hasta dónde la carga excesi-va de trabajo ante el órgano jurisdiccional repercute en la cali-dad de la impartición de justicia, ya que ello disminuye laposibilidad del juez de realizar con mayor tiempo un estudiopormenorizado de cada caso planteado?11

En fin, hay quienes incluso han llegado al extremo deconsiderar que lo importante no está en hablar de reglasbásicas procesales o de un código de ética de los sujetosprocesales, sino que dentro del juicio o proceso se esta-blezca el deber del juez de valorar la conducta procesal delas partes y que llegado el momento deduzca los indicios ne-cesarios para —en su caso— imponer las sanciones a las con-ductas temerarias o de mala fe que haya advertido, o bien

resaltar de ser notoria la ineptitud, negligencia o impericia delabogado bajo un sistema de sanciones graduadas que inclu-yan desde la suspensión temporal hasta la definitiva del ejer-cicio de la profesión.12

Efectivamente, existe en el sistema jurídico de cada naciónun régimen especial para cada uno de dichos sujetos proce-sales respecto al control de actividades maliciosas realizadaspor éstos, que busquen torcer el fin primario y último de lafunción jurisdiccional; pero hay que tener en cuenta que aun-que no todas las disposiciones legales contemplantaxativamente la manera como deben realizarse estas rela-ciones entre sí dentro del juicio, ellas tienen que ser fruto delrespeto a los principios y deberes procesales de honestidad,ética y comportamiento de buena fe.13

Todo Estado de Derecho, cuando presta el servicio público dejusticia, debe exigir como obligación de los funcionarios un ade-cuado comportamiento, pues un buen sistema judicial debe te-ner sus cimientos sólidamente afirmados en ciertos presupuestoséticos, como basamento de una adecuada conducta, para queno triunfe en el proceso la astucia y habilidad, sino la razón y lajusticia.

La trilogía juzgador, postulante y parte es sistémica, en tantolas relaciones entre ellos son prácticas funcionales y están orien-tadas a la administración de justicia. En la actualidad, existenvarios controles a disposición de los postulantes y las partesdel juicio respecto a la actuación de los juzgadores, como sonla posibilidad legal de presentar denuncias de índole penal,quejas o denuncias administrativas ante el Consejo de la Ju-dicatura o institutos afines, denuncia de un posible juicio po-lítico o inclusive demandar la responsabilidad civil del juzgador;pero en sentido inverso, del juez hacia postulantes o partes,los controles son mínimos e inadecuados, y sólo le resta la-mentarse y quedarse con un muy amargo sabor de boca. Estoya no puede ni debe continuar. Es necesario crear controlescon los cuales el juzgador pueda cooperar en el correcto ejer-cicio de la abogacía postulante.14

Sin embargo, para mejorar la administración de justicia nobasta con reformar al Poder Judicial y exigir responsabilidad alos jueces por su desempeño, sino que también es indispensa-ble reformar la manera y las condiciones en que se ejerce laabogacía en la actualidad, que se caracterizan, entre otras cir-cunstancias negativas, por el casi nulo sistema de responsabili-dades frente al cliente a que están sujetos los abogados

¿Podremos hablar de reglas básicas o de un código de ética de los sujetos procesales?

Norberto Bobbio sostuvo que: “Finalmente, cuando se presentan como dosformas diferentes de aproximarse a la experiencia jurídica: el modo de latoma de posición y el modo de conocimiento, el jusnaturalismo y el positivismojurídico son perfectamente compatibles ya que operan sobre dos planosdiversos: por un lado, el de la valoración de la justicia de las leyes con mirasa su reforma, por otro, el de la interpretación de las leyes con miras a unamejor sistematización teórica y, por consiguiente una mejor aplicaciónpráctica; en este caso la controversia entre los partidarios de una y otraposición es totalmente estéril”. El Problema del Positivismo Jurídico, México,Biblioteca de Ética, Filosofía del Derecho y Política, 2001, p. 87.

11 Elizondo Gasperín, Ma. Macarita. op. cit. p. 22.

12 Ídem, p. 51, con especial referencia a la ponencia por Colombia deJairo Parra Quijano, Conjuez de la Corte Constitucional.

13 Ídem, p. 44, con especial referencia a la ponencia por Perú, presentadapor Carlos Parodi Remón, Presidente del Consejo Nacional de la Magistratura.

14 Ídem, pp. 77 y 78, con especial referencia a la ponencia por México,presentada por José de Jesús Gudiño Pelayo, Ministro de la Suprema Cortede Justicia de la Nación.

Noviembre - diciembre de 20046

postulantes. El juez no es el único, y en ocasiones tampoco elprincipal responsable de una deficiente calidad en la administra-ción de justicia, ni de la falta de credibilidad en ella. En el mejorde los casos, la responsabilidad es compartida. Es indispensablefortalecer un sistema de controles recíprocos; así la responsabi-lidad de tener y conservar un sistema de justicia de calidad técni-ca y moral estaría compartida por todos los que intervienen enella. La calidad de la justicia, o su ausencia, sería unacorresponsabilidad de jueces, litigantes y partes, y no habría aquién imputar culpas de los propósitos frustrados, sólo a sí mis-mos.15

El litigio es una tarea de alto riesgo social, es una manifestaciónde la abogacía que entra en juego con valores fundamentales de lasociedad, el Estado y la persona, como la defensa del patrimonio,la libertad, el respeto, la dignidad, y tal vez la vida, por eso sudesempeño es neurálgico para el sistema de justicia, de ahí que sediga que el litigio debe ser considerado como una actividad de inte-rés público, con la cual se ejecuta la función pública de acceso a lajusticia. En sus orígenes, la abogacía surge en servicio del interésprivado cuando el proceso se entendía como un duelo legalizadoentre dos intereses particulares; pero la función del abogado cam-bia cuando el Estado constitucional reivindica la función jurisdiccio-nal y reafirma con la sentencia su autoridad; en consecuencia, sepercibe hoy día que el resultado del proceso no es extraño al interéspúblico. La existencia de los profesionales del foro jurídico no sejustifica sino cuando se les ve como colaboradores y no como bur-ladores del Juez, y cuyo oficio no estriba en batirse por el clientesino por hacer imperar el derecho y la justicia, pues la profesión dela abogacía cumple un papel complementario de la del juez.16

Más aún, no caigamos en un exagerado positivismo ideológi-co o formalismo ético, donde la justificación se centra en consi-derar que los sujetos procesales no necesitan preocuparse por laética, pues lo que tienen que hacer es exclusivamente aplicar oacatar el derecho, en eso consiste su moral, en seguir el derecho.Ese planteamiento es equívoco, pues por lo que hace al queha-cer de los jueces, esa es “una forma usual de negar la éticajudicial consistente en postular su no necesidad... Muchos pare-cen pensar que un código sin sanciones (como tendría que ser uncódigo de ética judicial) es inútil; o como decía Ihering a propó-sito de un derecho sin coacción: ‘un fuego que no quema, unaluz que no alumbra’. Pero no tiene por qué ser así”.17 Su utili-dad es evidente, máxime que la complejidad de la sociedad con-temporánea y el cambio acelerado que estamos viviendo en losúltimos tiempos generan en el mundo de las profesiones unadesorientación basada, al parecer, en que hemos dejado de sa-

15 Ídem.16 Loc. cit. p. 55.17 Atienza, Manuel. Cuestiones Judiciales, México, Biblioteca de Ética,

Filosofía del Derecho y Política, 2001, pp. 153 y 155.18 Cfr. Ídem, pág. 151.

19 Wróblewski llegó a sostener que “La inmediata correspondencia entrenorma y situación factual se produce más frecuentemente cuando el derechoestá mejor adaptado a la ‘vida’ en general y es formulado en un nivel técnicoapropiado. Obviamente no se puede formular el derecho de modo que seexcluya la posibilidad de duda acerca de si ciertas normas sean adecuadas ono a situaciones de hecho. Las razones más obvias son la asimetría que existeentre los cambios en el derecho y los cambios en la vida social que tiene en elderecho su propia disciplina, así como el acontecimiento de situacionesatípicas, los conflictos entre las valoraciones intrínsecas del derecho y lasrealizadas en las actividades de aplicación del derecho.” Wróblewski, Jerzy,.Sentido y hecho en el derecho, México, Doctrina Jurídica Contemporánea,2001, p. 116.

20 Párrafo tercero. op. cit. p. 12.21 Kelsen, Hans, ¿Qué es la Justicia?, México, Biblioteca de Ética, Filosofía

del Derecho y Política, ed, 2004, pp. 59 y 60.

¿Podremos hablar de reglas básicas o de un código de ética de los sujetos procesales?

ber con alguna precisión qué significa ser un buen juez, un buenabogado o un buen ciudadano18, 19. De ahí que se enfatice enel preámbulo de este Código de Ética del Poder Judicial de laFederación,20 que la labor del juzgador, “... no sólo requiere elconocimiento de la ciencia jurídica, porque hay espacios en losque su única directriz es su propia conciencia. Ésta requiere serilustrada a partir de patrones de conducta asumidos libremente,que tiendan a hacer efectivos los valores, que si bien están ínsitosen el propio quehacer del juez y en el ordenamiento jurídico, esindispensable explicitar, pues debe tenerse presente que lo calla-do, aunque obvio, se olvida, se disimula o se desdeña”.

Es necesario plantear todo un esquema de deberes, dere-chos y facultades de los sujetos procesales. En los procedimien-tos en que intervengan las partes, los jueces y los abogadosdeben observarse los principios y reglas básicas que propicien elbuen entendimiento de su interacción, y logren en cada uno deellos el alcance de sus objetivos.

Manuel Kant formuló su célebre imperativo categórico: con-dúcete de acuerdo con aquella máxima que tú desearías seconvirtiera en ley general, mismo que en palabras de Kelsense traduce en considerar que la conducta humana es buena ojusta cuando está determinada por normas que los hombresque actúan pueden o deben desear que sean obligatorias paratodos.21

Por lo pronto, este código de ética que se comenta refiere (enel citado punto VI, último párrafo, de su presentación) que: Seráexclusivamente la conciencia de cada uno de ellos, el intérpretey aplicador del Código, en tanto que la sociedad será quien cali-fique los aspectos observables de su conducta.

Noviembre - diciembre de 20047

oda obra escrita tiene la tarea primordial de asegurar laperdurabilidad de las ideas, estemos o no de acuerdocon ellas. Los testimonios escritos garantizan que, aúndespués de generaciones, el pensamiento y conocimien-

to de cualquier disciplina se transmitan y se enriquezcan in-agotablemente.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, através de su Centro de Capacitación, realiza una ardua laborpara cumplir con las tareas de capacitación y difusión de lacultura democrática. Con esa finalidad, inició la publicación, enseptiembre de 1995, del Boletín del Centro de Capacitación Ju-dicial Electoral.

Con esta edición se cierra un ciclo de publicaciones del Bole-tín, en tal virtud, se ha preparado un breve recuento sobre algu-nos artículos que vistieron sus páginas a lo largo de casi diezaños de vida, y que se presenta como un reconocimiento a todosaquellos colaboradores que bimestralmente lo hicieron posible.

El Boletín contó en sus páginas con artículos profundos yde vanguardia, elaborados con entusiasmo y profesionalismopor magistrados, personal jurídico y académico del TribunalElectoral.

Para esta edición se seleccionaron algunos temas que, porsu contenido, se consideran de mayor interés para nuestroslectores.

El Boletín del Centro de CapacitaciónJudicial Electoral:

a diez años de su existenciaLics. Silvia Katia GÓMEZ HIDALGO y Darío MORA JURADO

Profesores investigadores del CCJE

En el artículo denominado “Semblanza histórica de las orga-nizaciones político electorales en México” (año 6, número 1, ene-ro-febrero 2000), elaborado por Yolli García Álvarez, afirma quedesde el año de 1821 aparecen los primeros grupos y tendenciaspolíticas que participaron activamente en los destinos del país.Refiere que en el imperio de Iturbide existieron tres grandes co-rrientes: los iturbidistas, los borbonistas y los republicanos, for-madas alrededor de personalidades y caudillos. De 1830 a 1854

existieron dos tendencias,los centralistas y losfederalistas, y a partir dela última dictadura deSanta Anna, cambian dedenominación a partidoconservador y liberal,considerando que éstostampoco fueron autén-ticos, ya que una vezmás se organizaron entorno a caudillos o des-tacados jefes militares.Durante la época delporfiriato existieronnumerosos clubes,

Noviembre - diciembre de 20048

en la organización de las elecciones federales en su conjunto, ex-pectativas que no fueron cumplidas en su totalidad por lo novedo-so de la materia y las limitaciones jurídicas y humanas con las quese enfrentó.

En 1990 surge el Tribunal Federal Electoral, como órgano ju-risdiccional autónomo, para resolver los conflictos electorales, yel Instituto Federal Electoral encargado de organizar las eleccio-nes. Esta reforma modificó el artículo 41 y trajo consigo el esta-blecimiento de nuevas reglas para la organización de laselecciones, se acotaron las facultades de los colegios electo-rales en materia de calificación de elecciones y se ampliaronlas facultades a favor de un tribunal independiente que for-mara parte del Poder Judicial.

Con esta tendencia, en 1993 se dan nuevas reformas a losartículos 41 y 60 constitucionales para fortalecer al Tribunal Fe-deral Electoral, reorganizándolo con una Sala de Segunda Ins-tancia, y se suprime del sistema político la autocalificación delas elecciones de diputados y senadores. Sin embargo, la legisla-ción electoral, con todas sus mejoras, fue insuficiente ya que laelección presidencial todavía era calificada en última instanciapor el Poder Legislativo y el Tribunal sólo era un órgano jurisdic-cional de legalidad, sin atribuciones para garantizar laconstitucionalidad de los actos y resoluciones de las autoridadeselectorales. El autor considera que fue durante los años de fun-cionamiento de este tribunal cuando se inició el período vertigi-noso de los estudios en materia electoral.

Resalta que la reforma de 1996 provocó dos impactos: por unlado llenó un vacío reclamado en el sistema de control constitu-cional, e indudablemente constituye un avance en la construc-ción de un Estado de Derecho, en el que se cuenta con garantíasconstitucionales para reclamar las leyes, actos o resolucioneselectorales, que sufran de vicios de inconstitucionalidad y, porotro, se incrementaron las atribuciones conferidas a los órganosjurisdiccionales encargados de la justicia electoral responsabili-dad, como una muestra de confianza de los actores políticos yde la sociedad en general.

Un tema de vital importancia, en nuestro concepto, es elrelativo a la “Carrera judicial electoral” (año 7, número 6, no-viembre-diciembre 2001), desarrollado por Beatriz Guerrero Mo-rales, en el que comenta que la convivencia social enregímenes democráticos exige tanto el cumplimiento de laley como el establecimiento de órganos de justicia que res-pondan a los requerimientos que se les planteen, no sóloaplicando los ordenamientos legales en el contexto de laconstitucionalidad, sino también teniendo en cuenta los prin-cipios generales del derecho, el orden y la paz social necesa-rios para la preservación del Estado de Derecho.

Razones por las que considera indispensable la adecua-da y cabal preparación de los recursos humanos integran-tes de los órganos impartidores de justicia, a la que no sesubstrae la materia electoral, ya que los juzgadores, en sucaso, tendrán que conocer no sólo conflictos de intereses

El Boletín del Centro de Capacitación Judicial Electoral: a diez años de su existencia

los cuales fueron captados en su mayoría por el gobierno y losque se oponían a éste nunca prosperaron.

En el artículo se señala que una vez que triunfó la Revolu-ción, se organizaron varios partidos como el Democrático, elNacional Reeleccionista, el Constitucionalista Progresista, elNacional Independiente, el Nacional Socialista, entre otros, perotuvieron una vida efímera y aislada, por lo que finalmente des-aparecieron.

Fue a partir de 1929, cuando se promueve la creación delPartido Nacional Revolucionario, primer partido con una estruc-tura sólida y una plataforma de principios con base en las nece-sidades políticas, sociales y económicas del país. En 1938 cambióde nombre al de Partido de la Revolución Mexicana, y en 1946se convirtió en el Partido Revolucionario Institucional, como loconocemos actualmente.

El Partido Acción Nacional se constituyó en 1939, paradar continuidad a la línea ideológica de intereses que prove-nían del Partido Conservador, el cual representaba los intere-ses de un sector de la sociedad inconforme con las limitacionesa las prácticas religiosas y educativas que se establecían en laConstitución.

Con relación al Partido Popular Socialista, que se creó en1948, se considera que ha sido uno de los esfuerzos más seriospara obtener la unificación de los grupos izquierdistas mexica-nos; sin embargo, fue el Partido Socialista de los Trabajadores,en la época de los setenta, el que lucha por la instauración deun gobierno de trabajadores, el cual durante la contienda elec-toral de 1988 cambió su nombre por el de Frente Cardenista deReconstrucción Nacional, apoyando la candidatura deCuauhtémoc Cárdenas.

Concluye la autora, que los partidos políticos paulatinamentehan modificado la estructura política del país, la concienciacívica de la ciudadanía y que a través de ellos, han demandadoa las instituciones del Estado una nada fácil negociación quese orienta hacia la existencia en México de un régimenpluripartidista.

Un artículo esencial dentro de este recorrido temático es elintitulado “Quince años de la jurisdicción electoral en México”(año 8, número 3, mayo-junio 2002), elaborado por José LuisRebollo Fernández, con moti-vo de la celebración del vigési-mo quinto aniversario de lacreación del Tribunal de loContencioso Electoral.

El autor refiere que dichotribunal tuvo como finalidadotorgar a los ciudadanos y alos partidos y asociacionespolíticas, un medio de con-trol legal para garantizar laautenticidad del sufragiopopular y la imparcialidad

Noviembre - diciembre de 20049

cuyas resolucionesi n d u d a b l e m e n t eafectarán a una delas partes del litigio,sino que tal vez sevea maximizadala controversiapor factores po-líticos que ha-rán trascender,incluso al ám-bito nacional,los efectos delos fallos.

En cuantoa la capaci-tación de losjuzgadores,indica que

podría lograrse a través de la continua pre-paración, en tanto que la solvencia moral, aun cuando podríaresultar complejo calificarla por implicar consideraciones subjeti-vas, de valores, de conducta, etc., también suele hacerse mani-fiesta con el transcurso del tiempo.

Por último menciona que la función del Tribunal Electoralha significado un avance en la impartición de justicia y resul-ta conveniente la profesionalización del personal jurídico, porlo que es recomendable que se provea lo necesario para supreparación que pudiera integrar las ponencias de este órga-no, a efecto de garantizar su capacidad técnica y moral.

Otro interesante artículo, es el que lleva como título “Latransformación de asociaciones civiles en agrupaciones políti-cas nacionales. Un caso detransformación ex judice”(año 3, número 4, julio-agosto 1997), cuyo au-tor es Felipe de la MataPizaña, quien resaltaque se ha vuelto co-tidiano ver en el de-recho electoral y,específicamente,en las resolucio-nes del TribunalElectoral delPoder Judicialde la Federa-ción, cómouna perso-na de dere-cho privado seconvierte en una persona moral

de derecho público, al transformarse una asociación civil enuna agrupación política nacional, aunque la naturaleza de talacto podría parecer a primera vista totalmente incompatible.

Señala que la transformación de una persona moral a untipo social diferente, surgió en el derecho mercantil, contandocon una vasta regulación; sin embargo, al trasladarnos alderecho electoral encontramos que sólo tres artículos son apli-cables: 33, 34 y 35 del Código Federal de Instituciones yProcedimientos Electorales, de los cuales se puede deducirque las agrupaciones políticas nacionales son verdaderas per-sonas morales de orden público.

Ante esta situación el autor se pregunta: ¿es posible la trans-formación de personas morales de carácter privado a tipos so-ciales de derecho público? Al no estar totalmente regulada estatransformación en el derecho electoral ¿nos enfrentamos a unalaguna legal?

Apoyándose en Kelsen, da respuesta a estos cuestionamientosy considera que no se trata de una “laguna legal” como lo afir-man otros tratadistas, porque no se puede hablar de ésta “si uncomportamiento humano no está regulado en forma positiva onegativa, la conducta no está normada y por lo mismo tocará aljuez completar hermenéuticamente el sistema, estableciendo paraello claramente la norma que ha de seguirse”.

Señala que ante esta situación, el Tribunal Electoral se con-vierte en un verdadero creador de las normas y al no existir unaforma de transformación prevista en ley o ex lege, nos encontra-mos ante un supuesto quizá único en el derecho societario, don-de la norma que permite la transformación es ex judice. Y enestos casos la personalidad de la asociación civil se continúa ysólo se transforma de tipo social, abandonando sus cualidades ycaracterísticas del derecho privado para regularlas por normasimperativas de orden público.

En el trabajo “La cláusula de gobernabilidad en el Dere-cho Electoral Mexicano” (año 5, número 1, enero-febrero1999), escrito por Humberto Zárate Pérez y Alejandro JuárezCruz, se precisa que la cláusula de gobernabilidad es “unaestipulación elevada arango constitucional olegal, a través de la cualse pretende garantizarla mayoría absoluta deun solo partido en uncuerpo legislativo, afin de evitar el des-acuerdo en la tomade decisiones quepuede provocar laf r a g m e n t a c i ó npartidista queacontecería comoresultado de unproceso electoral

El Boletín del Centro de Capacitación Judicial Electoral: a diez años de su existencia

Noviembre - diciembre de 200410

particularmente combatido”. En tal virtud, afirman que sólocon una medida como ésta se lograría el consenso entre lasfuerzas políticas representadas en los órganos parlamenta-rios, y se evitaría caer en la ingobernabilidad.

Refieren que en nuestro país se reconoció la cláusula citadaen el artículo 54, fracción IV, inciso c), de la Constitución, apartir de la reforma constitucional de 1986, y estuvo vigentehasta 1993.

Por último, hacen mención a un caso concreto (Acción deInconstitucionalidad 6/98), en la que la Suprema Corte deJusticia analizó diversos artículos del Código de Institucio-nes y Procedimientos Electorales del Estado de QuintanaRoo, declarándolos contrarios al espíritu y letra de la Consti-tución, toda vez que incluían la aplicación de la cláusula degobernabilidad. Sin embargo, los autores ponen de mani-fiesto que en el apartado C, Base Primera, fracción III, delartículo 122 constitucional, persiste dicha cláusula aplicablea la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, dejando en eltintero la duda de su inconstitucionalidad.

Otro importante artículo es el elaborado por Rodolfo OrozcoMartínez denominado “La primera calificación de la elecciónpresidencial por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de laFederación” (año 6, número 4, julio-agosto 2000), en el que re-fiere la histórica sesión pública del 2 de agosto de 2000, celebra-da en el Salón de Ple- nos de la Sala Superior del TribunalElectoral, en la cual sellevó al cabo el dicta-men, declaración devalidez y calificaciónde la elección presi-dencial de ese año.

En el trabajo, seinicia con el estudiohistórico del siste-ma de califica-ción de laselecciones, remi-tiéndose a losorígenes de laConstituciónde 1917, en laque surgenlos sistemasde autocalificación paralas Cámaras de Senadores y Diputados, y el sistema deheterocalificación por parte de un órgano político para la elec-ción presidencial, hasta llegar a la reforma constitucional del 21de agosto de 1996, en la que se reconoce al Tribunal Electoraldel Poder Judicial de la Federación como la instancia última ydefinitiva en la calificación de todos los comicios federales.

El autor menciona que, en sesión solemne, se hizo una des-cripción a partir de las etapas posteriores a la jornada electoral

hasta la calificación de la elección, en la cual el candidato FoxQuesada obtuvo el mayor número de votos en los comicios del 2de julio. El Secretario General leyó el dictamen de la elección ydio a conocer los resultados, para que finalmente el MagistradoJosé Luis de la Peza, en su carácter de Presidente del TribunalElectoral entregara la constancia de Presidente Electo de los Es-tados Unidos Mexicanos al licenciado Vicente Fox Quesada, parael período comprendido del 1º de diciembre de 2000 al 30 denoviembre de 2006.

En el trabajo intitulado “Riesgos en el proceso de cambiopolítico en México” (año 7, número 1, enero-febrero 2001),realizado por Adín de León Gálvez se afirma la presencia deelecciones cada vezmás competidas y quelos partidos de oposi-ción difícilmente seconforman con vere-dictos oficiales, espu-rios o cuestionados,haciendo uso de laresistencia civilcomo vía de protes-ta e inconformidadpudiendo generarinestabilidad políti-ca, económica ysocial.

Asevera que latransición demo-crática en Méxicoha requerido deun sistema de partidos, que garantice la representatividadde las distintas corrientes de pensamiento y búsqueda de lasfórmulas que permitan la transparencia de los resultados delos procesos electorales, a través del diseño, creación y for-talecimiento de autoridades electorales y de la expedición deun marco normativo, que minuciosamente precise la formacomo se deben llevar a cabo los comicios. Explica que todolo anterior se ha dado como consecuencia de la mecánicadel cambio político que está experimentando el país.

El autor refiere que la reforma político-electoral de 1996fortaleció de tal modo al sistema de partidos políticos, que lacompetencia hoy en día es real, como se pudo observar enlas elecciones del 2 de julio de 2000, y que dieron como resul-tado la alternancia en el poder y un equilibrio entre las fuer-zas políticas de mayor presencia en el país al interior delCongreso.

Asume que la verdadera transición a la democracia se estáviviendo actualmente, al contar con un nuevo régimen, por elloserán determinantes para valorar el factor de riesgo, las deci-siones que se tomen por parte del Poder Ejecutivo, con relacióna los demás poderes, tanto federales como locales del país.

El Boletín del Centro de Capacitación Judicial Electoral: a diez años de su existencia

Noviembre - diciembre de 200411

Uno de los temas torales que se trataron dentro de las páginasde esta publicación, que sin duda también describe los riesgos dela transición democrática que se vive actualmente en nuestropaís, es el denominado “Generalidades del cambio político enMéxico” (año 7, número 4, julio-agosto 2001), en donde MarcoAntonio Pérez de los Reyes señala que en el nuevo milenio Méxi-co enfrenta, entre otros muchos retos, el llevar a cabo un cam-bio en el orden político, y enfatiza que este cambio debe implicaruna transformación profunda, real y ascendente, orientada aalcanzar mejores niveles de desarrollo en la vida democrática,para lo cual se requiere propiciar vías de participación plural yprocedimientos electivos y jurisdiccionales suficientemente ági-les, como para permitir la efectividad en el cumplimiento de lavoluntad ciudadana manifestada en el voto, así como la crea-ción de mecanismos que impliquen el compromiso de gobernan-tes y gobernados para un ejercicio responsable en sus respectivosencargos de mandatarios y mandantes.

Finalmente, establece que los retos más importantes a corto

plazo en materia política son los de presentar a la opinión públi-ca un programa de reformas al Estado en la que todas las fuer-zas vivas se vean involucradas y comprometidas. A largo plazose requiere la reestructuración profunda de los partidos políticos,los que ahora sin excepción, atraviesan por una crisis, para locual se debe tomar en cuenta para desarrollar una auténticaética política la educación cívica de todos los sectores de la po-blación, para que sean practicantes y exigentes de la aplicaciónde reglas que determinen la nueva relación entre gobernantes ygobernados.

La contribución de las ideas y reflexiones de estos y otrosestudios, publicados en los 55 números del Boletín del Centro deCapacitación Judicial Electoral son sin duda de alto valor acadé-mico y garantizan que el esfuerzo de todos aquellos que enrique-cieron con su pluma cada una de sus páginas serán perdurables.La publicación cumplió un ciclo, pero estamos seguros que latarea continuará con instrumentos más modernos de difusión.

El Boletín del Centro de Capacitación Judicial Electoral: a diez años de su existencia

Noviembre - diciembre de 200412

n la obra Control de la Constitucionalidad yelecciones indígenas confluyen doctrina y ju-risprudencia, complementándose la una conla otra: la doctrina le da a la jurisprudencia

coherencia discursiva, y la jurisprudencia transmitea la doctrina su fuerza obligatoria. No podría serde otro modo considerando que el autor de estaobra es el maestro Juan Carlos Silva Adaya, des-tacado académico y Secretario de Estudio y Cuentadel Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Fe-deración, quien no sólo es conocedor, sino enbuena medida, artífice de la doctrina y la jurispru-dencia en materia electoral en México.

Las elecciones de autoridades tradicionales, quese llevan a cabo en las comunidades indígenassiguiendo los usos y costumbres, es un tema deindudable interés para aquellos Estados de la Re-pública en donde hay presencia de poblaciónindígena que ha conservado formas tradiciona-les de elección de autoridades, como es el caso,de Oaxaca, Chiapas o Durango. Pero esto deninguna manera agota la relevancia de la obraque aquí se reseña, pues su alcance va muchomás allá.

Incluso me atrevo a decir que esta obra,publicada este año por la Editorial Porrúa, den-tro de su colección “Breviarios Jurídicos”, esde importancia general para todo el foro jurí-dico interesado en los temas de interpretación y control constitu-cional, así como en el tema electoral en general, sin que se le

pueda encasillar como de ex-clusivo interés para los espe-cialistas en eleccionesindígenas.

Lo anterior, debido a queen la obra se examinan te-mas básicos de la doctrinaconstitucional moderna,como por ejemplo, determi-nar cuáles son los conteni-dos de los derechosconstitucionales fundamen-tales: el derecho a la tutelajudicial efectiva, a la identi-dad cultural, y al voto libree igual en elecciones demo-cráticas; con particular re-ferencia a las poblacionesindígenas.

Los anteriores derechosfundamentales, ciertamen-te, son universales y apli-cables a todos los hombres;sin embargo, esto no im-plica que las condicionesde acceso a la jurisdiccióny al proceso judicial, quelos mecanismos y garan-

tías para preservar y promover la cultura, ni que las eleccionesdemocráticas deban tener una regulación jurídica idéntica entodos los países del mundo, debido a que las diversas realidadesde cada país deben reflejarse en diferentes configuraciones de losderechos fundamentales. Incluso, dentro de cualquier país, comoocurre en México, sus diversas realidades internas deben tam-bién reflejarse en regímenes jurídicos que den a los derechos fun-

Control de la constitucionalidady elecciones indígenas*

Mtro. Carlos Emilio ARENAS BÁTIZMagistrado del TEPJF

* Silva Adaya, Juan Carlos. Control de la Constitucionalidad y eleccionesindígenas, México, Colección Breviarios Jurídicos, Porrúa, 2004, p. 116.

eseñas

Noviembre - diciembre de 200413

damentales una configuración diferenciada, según el diverso con-texto en donde se aplicará el derecho, o las particularidades desus destinatarios cuando estos sean poblaciones minoritarias ovulnerables, como es el caso de los indígenas. Esto es así, por-que los derechos fundamentales no deben tener a la igualdadentre los hombres como presupuesto o punto de partida, sinocomo punto de llegada y para lograr esta igualdad se requierecompensar las desventajas en que unos se encuentran respectode otros.

Los derechos a la tutela judicial efectiva, a la identidad cultu-ral, y al voto libre e igual en elecciones democráticas, no puedentener el mismo contenido normativo cuando se están referidos ala población mexicana en general, que cuando se trata de indí-genas que eligen a sus autoridades tradicionales aplicando underecho consuetudinario indisolublemente ligado a su identidadcultural. Sin embargo, como señala el autor, el contenido deesos derechos fundamentales en la parte específicamente aplica-ble a las elecciones indígenas, no ha sido aún completamenteconfigurado por la ley, de tal manera que el Tribunal Electoraldel Poder Judicial de la Federación se ha visto en la imperativanecesidad de integrarlo judicialmente, como ocurrió, por ejem-plo, en la sentencia dictada en el juicio para la protección de losderechos político-electorales del ciudadano, (expediente SUP-JDC-037/99), relativo a la elección de Tlacolulita, Oaxaca, sentenciaen la que participó como secretario precisamente el autor de estelibro.

En su obra, Silva Adaya refiere cómo el Tribunal Electoral delPoder Judicial de la Federación ha ido conformado una impor-tante doctrina judicial relativa a los derechos fundamentalesaplicables a las elecciones indígenas. Al hacer la presentacióndel libro, Javier Ortiz Flores refirió como ejemplos de esta doctri-na judicial, los siguientes:

a) La Sala Superior ha establecido que las normas procesa-les, especialmente aquellas por las que se imponen cargas, de-ben interpretarse de la forma que resulten más favorables paralas comunidades indígenas, atendiendo al carácter tuitivo o tute-lar de los medios procesales encaminados a la protección de los

derechos político-electorales del ciudadano y para garantizar atales comunidades el acceso efectivo a la jurisdicción del Estado.

b) El Tribunal Electoral ha conferido legitimación a cual-quier ciudadano miembro de alguna comunidad indígena parapromover cualquier medio de impugnación para controlar la re-gularidad de comicios bajo el sistema tradicional de usos y cos-tumbres, como ocurrió en el caso de Tlacolulita, Oaxaca.

c) El Tribunal Electoral ha resuelto que en los comicios quese lleven a cabo por usos, costumbres o derecho consuetudi-nario, para la renovación de los representantes de los pueblos ycomunidades indígenas, aunque no resultan exactamente apli-cables los principios rectores de corte constitucional que rigen atoda elección, para que se les reconozca validez a los procedi-mientos o prácticas que se sigan, éstos no deben ser incompati-bles con los derechos fundamentales establecidos en laConstitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ni conlos derechos humanos contenidos en los instrumentos interna-cionales suscritos y ratificados por México.

d) En particular, el reconocimiento constitucional de laselecciones por el sistema de usos y costumbres no implicaconvalidar situaciones o conductas tendentes a perpetuar oreinstaurar viejas desigualdades, que tradicionalmente hanperjudicado a individuos (en particular a las mujeres) o mino-rías pertenecientes a los conglomerados indígenas, por serirreconciliables con los valores, principios y reglas de un Es-tado Constitucional Democrático de Derecho.

Mención aparte merece el agudo análisis que el autor hacerespecto de la naturaleza y alcance de la labor interpretativa queen esta materia realiza el Tribunal Electoral, ya sea aplicandodirectamente los preceptos constitucionales para colmar las la-gunas de la ley o realizando una interpretación conforme a lasdisposiciones legales cuando las hay, pero nunca desaplicandola ley, ni aun bajo el pretexto de su inconstitucionalidad, puesestas atribuciones de control difuso de la constitucionalidad leestán vedadas al Tribunal Electoral, atendiendo a la resoluciónque la Suprema Corte dictó al resolver la contradicción de tesis2/2000, la que también es objeto del riguroso análisis en la obra.

Reseñas

Noviembre - diciembre de 200414

a Comisión Especial para la Reforma del Estado de laCámara de Diputados, en coordinación con el Institu-to de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Na-

cional Autónoma de México organizaron el Foro“Gobernabilidad democrática.¿Qué reforma?”, que se llevó acabo del 27 al 30 de septiembredel año en curso, en el Salón Pro-tocolo de la Cámara de Diputa-dos. El evento tuvo comoobjetivo que legisladores, cate-dráticos y líderes de la sociedadfijaran su postura respecto almomento político que vive elpaís, y formularan las propues-tas que consideraban indispen-sab les para re fo rmar la sinstituciones nacionales.

El evento contó con la parti-cipación de más de 120 ponen-tes , ent re los cua les seencontraban líderes políticos, religiosos, académicos y so-ciales, quienes coincidieron mayoritariamente en la necesi-dad de restaurar la política y las instituciones para fortalecerla República: En el caso del Poder Legislativo se propusieroncambios estructurales, como sería la modernización de susleyes y reglamentos, así como la reducción del número dediputados y senadores de representación proporcional; se con-sideró también la importancia de alcanzar las reformas parael Poder Judicial; modificar el régimen presidencialista, yaumentar los requisitos para lograr y mantener el registro delos partidos políticos.

En el inicio del Foro, que inauguraron el diputado ManlioFabio Beltrones, Presidente de la Mesa Directiva de la Cá-

mara de Diputados, y el doctor Juan Ramón de la Fuente,Rector de la UNAM, se puso de manifiesto lo indispensableque es sentar las bases, a través de reformas constituciona-les, para consolidar la gobernabilidad que requiere nuestro

país en los próximos años y es-pecialmente para las eleccionesdel año 2006.

Cada uno de los participantesdefinió de manera concreta suspropuestas de reforma. A mane-ra de ejemplo podemos citar aldoctor De la Fuente, quien pro-puso los puntos siguientes: ase-gurar el cumplimiento estricto dela Constitución, garantizar laneutralidad política de los gobier-nos en los procesos electorales;controlar y transparentar los re-cursos de partidos políticos y can-didatos, incluyendo la regulaciónde precampañas; fortalecer al

Poder Judicial y dar autonomía al Ministerio Público, y adop-tar una modalidad de gobierno que propicie la relación fun-cional entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Una de las participaciones que despertó mayor interés fueaquella en donde se reconoció que el sistema presidencialestaba agotado, por lo que se propuso la creación de la figu-ra alternativa del semipresidencialismo. Este tópico fue abor-dado por Santiago Creel, Secretario de Gobernación, quienaseguró que “...tenemos un sistema presidencial que privile-gia la competencia y la fragmentación política por encimadel trabajo legislativo y la cooperación entre los poderes delEstado...”, por lo que resulta necesaria la creación del “Jefede Gabinete”. Idea compartida por Cuauhtémoc Cárdenas,

Foro “Gobernabilidad democrática, ¿qué reforma?”

Lic. Alfredo JUÁREZ VELAZQUEZLicenciado en Derecho, colaborador del CCJE

Reseñas

Noviembre - diciembre de 200415

Luis Carlos Ugalde, Luis Felipe Bravo Mena y Alberto NúñezEsteva, quienes, por su lado, propusieron crear un Jefe deEstado, el cual garantizaría el funcionamiento de las institu-ciones públicas, se encargaría de la política exterior, la segu-ridad pública, la procuración de justicia y las fuerzasarmadas, y un Jefe de Gabinete, quien coordinaría las ac-ciones de los demás secretarios de estado, llevaría la rela-ción entre el Ejecutivo y el Legislativo, coordinaría el debatede los asuntos de relevancia para el gobierno en el seno delgabinete y cuidaría que sus miembros rindieran cuentas demanera regular.

En lo relativo a los temas electorales, sobresalen las pro-puestas que, entre otros, hicieron Beatriz Paredes, FranciscoBarrio, Dante Delgado, José Woldenberg, Abelardo AlvaradoAlcántara y Emilio Chuayffet, que tienen como objetivo lareducción del número de diputados y senadores, la posibili-dad de reelección de los mismos, la regulación de lasprecampañas, el establecimiento de la segunda vuelta parael caso de la elección presidencial, la definición del voto delos mexicanos en el extranjero, la disminución de costos enlos gastos de campañas y que las jornadas electorales que secelebren en un año se hagan todas en un sólo día.

Reseñas

La participación de personalidades como Olga SánchezCordero, Andrés Manuel López Obrador, Arturo Montiel, Fe-lipe Calderón, Enrique Jackson, Carlos Monsiváis y GilbertoRincón Gallardo, son muestra de la diversidad de puntos devista que escuchamos durante esa semana.

El 3 de octubre pasado, de manera conjunta, el diputadoManuel Camacho Solís y el doctor Diego Valadés presenta-ron las conclusiones del Foro. El primero destacó cuatro pro-puestas: La reforma electoral, del Congreso, la modificacióndel régimen presidencial y del sistema de seguridad y justiciaen México. Ambos reconocieron lo difícil que será materiali-zar las mismas, pero el segundo manifestó su confianza paraque las propuestas presentadas se conviertan en leyes.

Las conclusiones del evento quedaron recopiladas en relatorías,que estuvieron a cargo de los especialistas Lorenzo CórdovaVianello, Pedro Salazar, José María Serna y Daniel Barceló, siendoagrupadas en temas electorales, de gobierno, de estrategias y delsistema federal, las cuales serán presentadas al Congreso de laUnión para que sean analizadas en el primer período de sesionesde 2005. Cabe destacar, que las ponencias presentadas queda-rán integradas en una obra que editará el Congreso de la Unióny la Universidad Nacional Autónoma de México.

Noviembre - diciembre de 200416

Durante 2004 la actividad en el módulo de Transparencia yAcceso a la Información del TEPJF fue dinámica como lo señalanlos siguientes indicadores:

De enero a diciembre de 2004 se recibieron 1,019 solicitudes.

Los primeros meses mostraron una tendencia ascendente,hasta llegar a junio, mes con mayor número de solicitudes(134). A partir de ahí se ha presentado una tendencialigeramente descendente.

888

72 57 2

0200400600800

1,000

Sistema deGestión

CorreoElectrónico

Telefónicas Oficio

SOLICITUDES POR VÍA DE INGRESO(Enero a diciembre 2004)

En prácticamente todo el año consignado el rubro de sentenciasfue el mayoritario en los requerimientos de la ciudadanía; durante2004 representó casi el 70% de las solicitudes (710 de 1,019).

Entre las entidades de la República desde donde se remitió elmayor número de solicitudes destacan: DF con 30%, Veracruzcon poco más del 10% y Estado de México con casi 9%. A lolargo de 2004 el porcentaje de quienes no proporcionan su lugarde residencia se mantuvo estable, en cerca de 8%. Asimismo,solamente se presentaron 2 solicitudes de mexicanos remitidasdesde el extranjero (Alemania y España).

710

75 7339 58

33 25 6

Sentencias Tesis yJurisprudencia

Informacióndiversa (1)

Informaciónrelevante (3)

Otros (3) Recursoshumanos

Estadísticajudicial

Informaciónfuncionarios

SOLICITUDES POR TIPO DE INFORMACIÓN

stadística electoral

SOLICITUDES POR MES2004

1742

87

5777

134

88

131 122

90 87 87

0

50

100

150

Ene Feb M zo Abr M ay Jun Jul Ag t Sep Oct Nov Dic

(1) Información en general de la Institución(2) Eventos vinculados a Magistrados e Informes del Tribunal

(3) Asuntos no competencia del TEPJF

NacionalDel extranjero

1,017

20

200400600800

1,0001,200

SOLICITUDES POR PROCEDENCIA(Enero a diciembre 2004)

Transparencia y Acceso a la Información(Informe 2004)

SOLICITUDES POR TIPO DE INOFORMACIÓN