política de juventud en venezuela
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Red de la Calle, colectivo de investigación social, despliega un análisis sobre el estado del arte de la política pública de juventud en Venezuela, así como sus perspectivas y desafíos, para la construcción de una agenda participativa desde y con lo(a)s jóvenes.TRANSCRIPT
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LA POLTICA PBLICA DE JUVENTUD EN VENEZUELARecorridos, enfoques y desafosApuntes para una agenda estratgica localde adolescencia y juventud RED DE LA CALLE
COLECCIN
APORTES COMUNES
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ContEniDo
Presentacin [ 7 ]Resumen ejecutivo [ 9 ]Introduccin [ 11 ]
PARtE iLas polticas de juventud en la democracia representativa [19]
1. Tipos de polticas pblicas de juventud y modalidades de aplicacin [19]
2. El joven como amenaza poltica [25]
3. Creacin de institucionalidad y emergencia del joven como amenaza social [29]
4. Desaparicin del Estado y reinado del mercado [32]
PARtE iiLas polticas de juventud en la Revolucin Bolivariana [41]
1. Derechos humanos, recuperacin del rol social del Estado y confrontacin poltica [44]
2. Imgenes de juventud y accin poltica [51]
a. De medios, malandros, pobrezas y diversidad [52]
b. Jvenes legtimos. De estudiantes, jvenes tricolor y vinotinto [61]
c. Polticas cientfico-tecnolgicas para la juventud [68]
d. Nuevo modelo policial, Universidad y polticas locales de juventud [72]
e. Un Ministerio de la Juventud [78]
PARtE iiiSntesis y recomendaciones [93]
Rererencias [ 103]
Ministerio del Poder PoPular Para relaciones interiores y Justicia
Ministro Tareck El Aissami
Ministerio del Poder PoPular Para la educacin uniVersitaria
Ministra Yadira Crdova
autoridades uniVersidad nacional exPeriMental de la seguridad
rectora Soraya Beatriz El Achkar Gousoub
Vicerrectora de desarrollo acadMico Aimara Aguilar
Vicerrector de creacin intelectual y Vinculacin social
Antonio Gonzlez Plessmann
secretario Frank Bermdez Sanabria
la Poltica PBlica de JuVentud en VeneZuela RecoRRidos, enfoques y desafos
Programa Juventud y Transformacin (UNES)Convenio UNICEF-Universidad Nacional Experimental de la Seguridad
textos e inVestigacin Red de la Calle
resPonsaBle Irama La Rosa
correccin Maira Rojas Nelba Garca
Larry Pea
diseo grfico de coleccin John Mendoza
diagraMacin y MontaJe Yildre Romaris
iMPresin Imprenta Unes
uniVersidad nacionalexPeriMental de la seguridad (unes)Direccin: Calle La Lnea, zona industrial L, Catia.
Apartado postal: Caracas 1030 Venezuela | Caracas, octubre de 2012WWW.UNES.EDU.VE
COLECCIN
APORTES COMUNES
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PREsEntACin
Como uno de los logros del Convenio Unicef-Unes, pre-sentamos en esta publicacin los resultados de la in-vestigacin sobre los estilos de polticas de juventud en Venezuela, en el marco de los eventos sociopolticos que las ca-
racterizaron durante el perodo de la democracia representati-
va, as como los enfoques y prcticas de poltica pblica luego
de promulgada la Constitucin de la Repblica Bolivariana de
Venezuela en el ao 1999.
En un pas como Venezuela, donde el 60% de la poblacin
es joven y en el contexto de un bono demogrfico, es pertinente
dedicarnos a pensar y revisar las estrategias y polticas sobre
juventud(es) en sus mltiples y polimorfas expresiones. Es ne-
cesario reconstruir los enfoques con los cuales se pensaron a
los/as adolescentes desde el Estado e identificar aqullos tradi-
cionales y tutelares que le restan capacidad transformadora a
jvenes que muchas veces no encajan en patrones estandariza-
dos de la poltica pblica y programas sociales.
Nos planteamos el reto de ver hacia atrs y dibujar desafos
para entender los vnculos entre el contexto social donde viven
los/as jvenes y los planes y polticas pensados para ellos/as y
muchas veces sin ellos/as. Analizamos lo que implica construir
una poltica considerando que las diversas manifestaciones de
la(s) juventud(es) representan agencias activas, potencialmen-
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REsUMEn EJECUtiVo Esta investigacin sobre pol-ticas pblicas de juventud en Venezuela se susten-t en una indagacin documental realizada por el equipo de trabajo de Red de la Calle, a partir de la lectura de informes, planes de la nacin, revistas especializadas y entrevistas a expertos, que nos permiti identificar los estilos de poltica pblica de juventud desde el perodo de la democracia re-presentativa a los enfoques utilizados en el marco de la Revolucin Bolivariana, para sugerir, a partir de all, cules son los desafos actuales para una poltica local de juventud.
Vale aclarar que el tema sobre niez y adoles-cencia se menciona en el documento en la medi-da en que se identifican algunos hitos legislativos e institucionales importantes sobre el tema, pero sin realizar una caracterizacin muy exhaustiva, dados los requerimientos de la UNES para el desarrollo de una investigacin dirigida fundamentalmente al grupo de poblacin entre 15-30 aos, identifica-do como el ms vulnerable dentro de la parroquia Sucre, producto de la exclusin social.
En tal sentido, se espera, de acuerdo con las cualidades y desafos actuales que se plantea la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad y en general, el Estado venezolano para la polti-ca pblica local para adolescencia y juventud, que esta investigacin represente un insumo bsico en los procesos de diseo de tales polticas, desde un enfoque territorial integral con nfasis en la pre-vencin e inclusin social como va para el ejercicio pleno de los derechos humanos de las y los ado-lescentes y jvenes ms vulnerables de nuestras comunidades.
te cambiantes y heterogneas, y es a partir de ellas que debemos
pensar la poltica pblica.
Este recorrido que hacemos de ellas en materia de juventud, es
un ejercicio exploratorio, que no queda cerrado. Es un intento
por evidenciar que en los/as jvenes hay voces polifnicas, mu-
chas veces atadas por fuerzas externas que le restan participa-
cin y protagonismo. No todo est dicho en estas lneas; no todo
est hecho, all est el desafo.
Vicerrectorado de Creacin Intelectual y Vinculacin Social
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10 | Introduccin La poltica pblica de juventud en Venezuela | 11
intRoDUCCin
La celebracin del Ao Internacional de la Juventud en el 2010 fue como ocurri cuando se celebr por primera vez en 1986 un acontecimiento de especial importan-cia para colocar en lugar protagnico, en la agenda pblica de
los pases, el tema de polticas pblicas de juventud como tema
fundamental para el logro de los objetivos de Desarrollo del Mi-
lenio.
El balance actual1 para las ocho metas hacia el ao 2015,
que incluyen promocin de la educacin en todos sus niveles,
la salud materna, la reduccin drstica de la pobreza y de la
mortalidad infantil, la igualdad de los gneros, as como la
erradicacin del VIH/SIDA y de otras enfermedades endmicas
como el paludismo, demuestra que hace falta un esfuerzo an
mayor para alcanzar los objetivos definidos en la Declaracin
suscrita por los 189 pases miembros de las Naciones Unidas
el ao 2000. Se admite que se han producido avances impor-
tantes, pero los mismos han sido desiguales y escasamente ar-
1 En el informe Objetivos de Desarrollo del Milenio (Naciones Unidas, New York, 2010) se afirma que se sigue progresando en lo que respecta a reduccin de la pobreza, a pesar del importante revs que ha supuesto la crisis econmica, energtica y alimenticia del 2008-2009. Los pases en vas de desarrollo en su conjunto todava permanecen en ca-mino de alcanzar la meta de reduccin de la pobreza para 2015. Se espera que la tasa total de pobreza caiga a un 15 por ciento para entonces, lo que supondra que habra unos 920 millones de personas viviendo bajo la lnea internacional de la pobreza; es decir, la mitad de los que haba en 1990.
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12 | Introduccin La poltica pblica de juventud en Venezuela | 13
ticulados, en cuanto a estrategias comunes sustentadas en las
buenas experiencias de los pases que han alcanzado logros en
menos tiempo del requerido.
El caso venezolano se destaca por haber cumplido siete de las
ocho metas definidas, con la implementacin de programas so-
ciales masivos conocidos como Misiones, que han incidido signi-
ficativamente en la disminucin de la inequidad a travs de una
mayor inclusin de la poblacin ms vulnerable en reas como
educacin y salud2, no obstante, an se requieren esfuerzos en
otros mbitos para la definicin de un mapa estratgico especfi-
co que le permita lograr la meta de pobreza cero al 2015.
En consonancia con lo anterior, las Naciones Unidas plan-
tea que el tema juventud es una de las estrategias ms eficaces
para abordar la cantidad de problemas que dificultan el logro de
las metas del milenio, especialmente por la cantidad de venta-
jas que los jvenes ofrecen en cuanto al desarrollo de acciones
creativas y sustentables para afrontarlos, pero tambin porque
actualmente los jvenes, particularmente en edades entre 15
y 24 aos, representan 18% de la poblacin mundial, es de-
cir: 1.200 millones de seres humanos, que representan 87%
de ellos, viven en pases con mayores dificultades para afron-
tar problemas generados por el acceso limitado a los recursos,
la atencin de la salud, la educacin, la capacitacin, el em-
pleo y las oportunidades econmicas (http://www.un.org/es/
events/youth2010), lo cual comporta un riesgo de inestimables
consecuencias para alcanzar sus metas de desarrollo.
2 En el informe Cumpliendo las Metas del Mileno (2010) publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se muestran los resultados exitosos de Venezuela para cada una de las metas, especialmente en la reduccin de la pobreza extrema, acceso al empleo productivo, disminucin del hambre, aumento de la ma-trcula en todos los niveles educativos, atencin integral y gratuita a enfermedades graves como VIH-SIDA, acceso a agua potable y saneamiento, reduccin de tasas de morbilidad-mortalidad por enfermedades endmicas y acceso a las nuevas tecnologas de informacin y comunicacin.
En Venezuela, la experiencia indica que los programas como
las Misiones cumplen con los criterios de una poltica pblica
de carcter universal, que ofrece innumerables oportunidades
para la inclusin social de los jvenes; sin embargo, es impor-
tante ver que existen necesidades especficas que plantean como
reto al pas reformular polticas con mayor nfasis en el enfo-
que de derechos y las necesidades particulares de cada grupo
de edad, considerando las identidades culturales, lo local-terri-
torial y comunitario como ejes transversales para el desarrollo
de programas y proyectos con mayor pertinencia social.
De acuerdo con lo anterior, el caso venezolano nos indica
que existen datos con caractersticas de gnero, que deben eva-
luarse para el abordaje de tales polticas, por ejemplo que los
jvenes varones entre 15 y 24 aos de edad, que provienen de
sectores populares urbanos, suelen ser los que sufren mayor
cantidad de muertes violentas y que somos el tercer pas de La-
tinoamrica y primero de Suramrica que tiene mayor nmero
de embarazos adolescentes en jvenes mujeres entre 10 y 193
aos de edad con una tasa de 20,5%.4
Las explicaciones sobre estos fenmenos que afectan a la
juventud venezolana, especialmente a las y los jvenes en si-
tuacin de exclusin social, pasan por entender la influencia
que ha tenido la prdida de condiciones materiales y valor sim-
blico de factores de cohesin social como la educacin para la
movilidad social y el desarrollo de mejores condiciones de vida.
3 De acuerdo con la definicin de la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), el emba-razo adolescente se corresponde a la gestacin que ocurre durante los primeros aos ginecolgicos de la mujer, que van desde el inicio de la funcin reproductiva o mens-truacin, y que tiene ms incidencia entre los 10 y los 19 aos de edad. Disponible en www.oms.org
4 Algunas de las investigaciones ms recientes que reportan la trayectoria de estas ci-fras sobre violencia urbana se encuentran en la Comisin Nacional para el Control de Armas, Municiones y Desarme (2012), mientras que sobre embarazos adolescentes, las cifras comparativas entre los pases de Amrica Latina pueden apreciarse en: Informe United Nations Population Division. World Population Prospects: The 2002 Revision. Po-pulation Database. Disponible en: http:/esa.un.org/unpp/index.asp?panel=2
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Algunos comportamientos asociados a la violencia delincuen-
cial en jvenes varones y situaciones que afectan los derechos
sexuales y reproductivos de jvenes mujeres como el embarazo
temprano, encuentran su explicacin adems de las causas es-
tructurales asociadas a la pobreza y exclusin en la influencia
que ejercen los medios de comunicacin en la configuracin de
identidades de gnero, que se definen a partir de la valoracin
del consumo para obtener reconocimiento social y autoestima
personal. Por ejemplo, masculinidades que deben demostrarse
con el uso de la fuerza, el poder y el dinero, y modelos de conduc-
ta femenina, que promueven, como los valores ms excelsos de
la mujer, el ejercicio de la maternidad o la posesin de atributos
de belleza fsica, que fundamentalmente se corresponden ms
con estereotipos anglosajones que con atributos reales de belle-
za de la mujer latinoamericana.
En ese marco, toma fuerza la idea de que las polticas pbli-
cas para la juventud, en nuestro contexto, deben considerar
una serie de factores para establecer prioridades de atencin, sin
descartar la existencia de elementos de tipo universal y cultural
dirigidos a atender de manera igualitaria a la diversidad identi-
taria y socioeconmica de la poblacin juvenil en su totalidad.
Este enfoque por los derechos fundamentales, se hace especial-
mente vigente, en momentos en los que emergen movimientos
como los indignados en Europa y EEUU, los estudiantes en Chile
y los jvenes universitarios mexicanos con el movimiento anti-
derecha, Somos 132, quienes adems reivindican con parti-
cular inters la democratizacin de los medios.5
5 La investigadora Rossana Reguillo comenta sobre este movimiento: Ubicar como causa central la democratizacin de los medios ha sido un acierto muy importante. Sus certeras crticas a los monopolios informativos les han trado un capital poltico nada despreciable. El desafo es hacer de esta agenda una que les permita abordar con sus ritmos y estilos, con sus modos y voces propias muchas de las cosas que han sido silenciadas e invisibilizadas en el cotidiano ejercicio de fabricar un pas a la medida de los poderes fcticos. Mantenerse centrados en su crtica a Televisa mina su energa para emprender la visibilizacin necesaria de los problemas del pas: la violencia, la pobreza,
En tal sentido, el Estado venezolano ha venido creando ins-
trumentos especializados en materia de juventud, a partir de los
cuales se estn formulando propuestas que apuntan a atender
integralmente los problemas de la poblacin juvenil, reciente-
mente se destacan: el Programa Juventud y Transformacin de
la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (2009),
que define un abordaje de la seguridad desde un enfoque emi-
nentemente preventivo y de respeto a los Derechos Humanos
y el Ministerio del Poder Popular para la Juventud (2011), que
promueve la formulacin participativa de las polticas pblicas
de juventud en reas especialmente sensibles como empleo,
educacin, embarazo temprano, recreacin y tiempo libre.
En ambos casos, se reportan aciertos y resultados intere-
santes que ameritan apuntalar las experiencias a gran escala,
sin embargo, debido a la importancia estratgica que reporta el
tema juventud para el logro de las Metas del Milenio, la poltica
pblica de juventud debe superar los enfoques restringidos por
reas sin ninguna articulacin o los que son meramente asis-
tencialistas y a corto plazo, por visiones otras que incluyan los
propios saberes y propuestas metodolgicas de los y las jvenes
para la consulta sobre sus necesidades y expectativas, hasta la
creacin de una plataforma pblica interinstitucional que per-
mita transversalizar las polticas de cada sector (salud, educa-
cin, empleo, tiempo libre etc.) desde una visin integral que
sea sustentable a largo plazo.
En ese sentido, pese a que existe cierta claridad sobre algunos
factores claves de xito para esas polticas pblicas de juventud
en el contexto actual, no debe subestimarse la importancia que
tiene conocer la historia de los procesos institucionales y socia-
les que se han vivido en nuestro pas en esta materia, con la
la exclusin y, de manera importante y urgente, su accionar en torno a los jvenes que estn por fuera del sistema educativo y laboral, los mal llamados NiNis. Disponible en: http://viaductosur.blogspot.com/
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16 | Introduccin La poltica pblica de juventud en Venezuela | 17
finalidad de extraer cules son las lecciones tiles al contexto
actual. Sea porque las experiencias fueron positivas para supe-
rar problemas especficos de la juventud o porque no lo fueron,
pero igual ofrecen lecciones para no repetir los errores cometi-
dos en el pasado.
En la presente investigacin esbozamos un estado del arte
de las polticas pblicas de Juventud en Venezuela, a partir de la
caracterizacin de algunos elementos socio-polticos, que permi-
ten, ms all de exponer con detalle cada programa o proyecto
especfico de juventud que se ha desarrollado, caracterizar de
manera muy panormica cul ha sido el rol del Estado en de-
terminados momentos de nuestra historia como pas, especial-
mente en lo tocante a su accin como garante de los derechos
humanos, ello con la finalidad de vislumbrar cules son los desa-
fos actuales para el desarrollo de una poltica local de juventud.
En la investigacin comenzamos por definir lo que se entien-
de por poltica pblica de juventud, con la finalidad de carac-
terizar el rol que ha desempeado el Estado venezolano para
abordar el tema en nuestro pas desde distintas concepciones y
maneras de entender la juventud, para comprender por qu su
accin en determinados momentos histricos ha sido represiva,
de carcter proselitista o realmente promotora de la participa-
cin social de los y las jvenes en la formulacin de la poltica.
Para ello, mencionamos algunos eventos que describen el rol
del Estado venezolano desde el enfoque que promovi la Comi-
sin Econmica para Amrica Latina (CEPAL) durante los pri-
meros perodos de gobierno de la Democracia Representativa,
con el fin de identificar, ms all de polticas pblicas especia-
lizadas en juventud, las concepciones prevalecientes sobre este
tema para el perodo entre 1958 y 1976, como perodo previo a
la creacin del Ministerio de la Juventud, que fue la plataforma
institucional donde por primera vez en el pas, se comenzaron a
formular polticas pblicas en esa materia.
Describimos de manera general lo que fue el desarrollo de
las polticas pblicas de juventud evolucin y discontinui-
dades institucionales desde 1976 hasta el inicio del perodo
sustentado en el modelo de la democracia participativa expre-
sado en la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Vene-
zuela (CRBV) de 1999. Consideramos, entre otros eventos, la
creacin de una serie de instrumentos legales e institucionales
como la primera Ley Nacional de la Juventud, como anteceden-
tes que cristalizan en una serie de programas especiales para la
Juventud dentro de instituciones como la UNES y la creacin
del actual Ministerio de la Juventud en el ao 2011.
Finalmente, aportamos algunas recomendaciones sobre lo
que debera ser una poltica pblica de juventud de carcter
integral y local, para nutrir los programas que actualmente
desarrolla la Universidad Nacional Experimental de la Seguri-
dad en la parroquia Sucre, pero fundamentalmente para ofrecer
experiencias que, a modo de proyectos pilotos, sirvan de referen-
cia para la gestin institucional de las otras sedes universitarias
regionales de la UNES e incluso para el recientemente creado
Ministerio de la Juventud, al cual le corresponde cumplir un rol
fundamental para el logro de las Metas de Desarrollo del Milenio.
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18 | Introduccin La poltica pblica de juventud en Venezuela | 19
ParTE ILAs PoLtiCAs DE JUVEntUD En LA DEMoCRACiA REPREsEntAtiVA
1. Tipos de polticas pblicas de juventud y modalidades de aplicacin
La primera pregunta que se nos plantea, al momento de es-tablecer de qu estamos hablando cuando nos referimos a una poltica de juventud, es comprender cmo se ha com-portado histricamente el Estado, en trminos de lo que ha sido su rol como garante de los derechos fundamentales de la pobla-cin y especialmente de las y los jvenes venezolanas(os).
Si bien algunos enfoques consideran que las polticas de ju-ventud pueden rastrearse desde la revolucin industrial, cuan-do comenz a hablarse de juventud como categora social, de acuerdo con Balardini, de la Facultad Latinoamericana de Cien-cias Sociales (FLACSO) sede Argentina, lo primero que hay que tener claro es qu se entiende por poltica pblica de juventud:
un marco y compromiso poltico de largo plazo, que posibilite los
procesos sociales necesarios para la consolidacin de un contexto
nacional equitativo integrado, que tiene como meta ser el marco
articulador de las polticas y la legislacin nacional, para propiciar y
concretar en un Plan de Accin el abordaje de las personas jvenes
de manera integral, estratgica y palpable. (Balardini, 2004)
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20 | Democracia representativa La poltica pblica de juventud en Venezuela | 21
Tambin es necesario identificar las modalidades de accin del Estado en esta materia:
1. Polticas PARA la juventud cuando se hacen a partir de un comportamiento paternalista y una visin de sujeto pasivo receptor del beneficio, porque el Estado ve a los y las jve-nes como sujetos vulnerables, sin experiencia y potenciales amenazas, haciendo nfasis en los programas educativos pero desde una visin del control adulto del joven.
2. Polticas POR la juventud, donde el Estado enfatiza la movili-zacin de la juventud con fines de adoctrinamiento y suele ser pasiva por parte de los jvenes. Son caractersticos los programas de corte estudiantil.
3. Polticas CON la juventud, como la tendencia ms reciente e innovadora, basada en el principio de la solidaridad y la par-ticipacin, donde se incorpora a los jvenes no slo en la eje-cucin sino en el diseo y toma de decisiones de las polticas.
4. Polticas DESDE la juventud, que se refieren a aquellas acti-vidades e iniciativas imaginadas, diseadas y realizadas por los mismos jvenes en condicin autogestionaria que incor-pora su rol relevante a la hora de la gestin de proyectos so-ciales y culturales. Otorga la primaca a colectivos de accin juveniles. Se trata de iniciativas autnomas, de grupos juve-niles ms o menos formales o informales.
Lo anterior permite comprender que cada una de esas mo-dalidades de hacer y formular poltica pblica responde a cier-tas concepciones, creencias y maneras de entender qu es la ju-ventud, que determinan que su aplicacin por parte del Estado sea ms asistencialista, proselitista, punitiva o que, por el con-trario, promueva mayor participacin de los jvenes como su-jetos protagonistas de su destino. En un documento publicado por el Fondo de Poblacin (UNFPA),1 se afirma que los enfoques
1 UNFPA (2005). Polticas pblicas de juventud y derechos reproductivos: limitaciones, oportunidades y desafios en Amrica Latina y El Caribe. New York. Equipo de Apoyo Tc-nico para Amrica Latina y el Caribe.
de poltica pblica predominantes durante gran parte del siglo XX en Latinoamrica, se apoyaron centralmente en perspecti-vas demogrficas y estadsticas, as como en enfoques biolgi-cos y psicolgicos. De la dcada de los noventa al dos mil diez, se han afianzado los enfoques sociolgicos y politolgicos, as como otras contribuciones provenientes de perspectivas cultu-rales y antropolgicas, junto a ciertos enfoques economicistas. (UNFPA, 2005: 9)
En ese marco, en un primer momento las polticas pblicas de juventud de nuestro continente se preocuparon por estable-cer rangos de edades para ubicar a los grupos de la poblacin considerados jvenes; si la clasificacin es de adolescentes co-rresponde al grupo entre 10 y 19 aos y si es de jvenes, al gru-po entre 15 y 24, tal como lo establece la Unesco.
Puede decirse que esas clasificaciones, responden a la pre-misa que describe la situacin juvenil como una condicin de trnsito en el que se cumplen determinados procesos fisiolgi-cos, psicolgicos, educativos e incluso econmicos, para alcan-zar la adultez. En este punto es interesante ver, que para algu-nos pases el rango de edad de los jvenes puede extenderse a mayores de 24 aos, incluso hasta 30 aos de edad2, dadas si-tuaciones que inhiben lo que se supone el desarrollo normal de un joven para alcanzar su independencia econmica. Respecto a este tema BASE Investigaciones Sociales, plantea que:
En un contexto de relativa movilidad ascendente de las juventudes
de clase media, favorecidas por el desarrollo econmico que expe-
riment la mayora de los pases durante la fase final del estado de
bienestar y, simultneamente, por la alta politizacin de la juventud
a finales de los aos 60 y la dcada del 70, es cuando aparece una
2 Esta extensin en la edad juvenil es lo que Margulis y Urresti definen como Moratoria Social, es decir como un perodo de permisividad que media entre la madurez biol-gica y la madurez social; esta Moratoria es un privilegio para ciertos jvenes, aquellos que pertenecen a sectores sociales relativamente acomodados () postergando exi-gencias vinculadas con un ingreso pleno a la madurez social: formar un hogar, trabajar, tener hijos (Margulis y Urresti, 1998: 4).
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nueva significacin de la nocin de juventud: el modelo morato-
ria, un perodo cronolgico que comienza con la finalizacin de la
niez, destinada exclusivamente a preparar al pber, adolescente,
joven, para su incorporacin exitosa a la etapa de la vida adulta. La
juventud es as, trnsito. Para esta teora, las personas jvenes se en-
contraran en una etapa de la vida de suspensin social, ya que no
seran nios ni tampoco adultos, slo transicin. (BASE IS, 2002: 3)
La tendencia prevaleciente en las polticas pblicas de ju-
ventud dentro del estado de bienestar, se ubicaba fundamen-
talmente en polticas educativas y de recreacin dirigidas a la
formacin y capacitacin de los y las jvenes para la insercin
al mundo laboral y en segundo trmino, en polticas de salud y
otras polticas sectoriales dedicadas a atender demandas espe-
cficas del Estado y del mismo mercado respecto al sujeto joven,
que a atender las necesidades reales de este actor social.
Precisamente en el documento producido por la CEPAL
(2005) denominado Juventud, Poblacin y Desarrollo, se plantea
que un primer tipo de modelo de poltica pblica de juventud en
Amrica Latina, se ubicaba en el mbito de la educacin y tiempo
libre para jvenes integrados:
cuyas caractersticas fundamentales se hicieron patentes duran-
te las tres dcadas de ms amplio y sostenido crecimiento econ-
mico, entre los aos 1950-1980, se concentr en dos esferas par-
ticularmente importantes de la condicin juvenil: la educacin y
el tiempo libre: los logros obtenidos son evidentes, especialmente
respecto a la creciente incorporacin de amplios sectores juveni-
les a los beneficios de la educacin, sobre todo a nivel bsico y
luego en los niveles medio y superior. As mientras a comienzos
de los aos cincuenta las tasas de escolarizacin se situaban cerca
del 48% a fines de los aos noventa llegaron a 98%; en el mismo
lapso, las tasas brutas de escolarizacin secundaria aumentaron de
36% a casi 60% y las de educacin superior de 6% a 30%. Puede
decirse que se logr la universalizacin de la educacin primaria, la
incorporacin de ms de la mitad a la educacin secundaria y casi
un tercio en educacin superior. (CEPAL, 2005: 338)
Otro elemento a considerar es el impacto sociopoltico que tuvieron los jvenes finalizando los sesenta y durante toda la dcada de los setenta, en la formulacin de polticas y accio-nes dirigidas a contener la arremetida juvenil en contra de los intereses del capital, inicindose as, la tendencia por parte del Estado de asumir al joven como una amenaza al statu quo. La CEPAL denomina este modelo: Control social de los sectores ju-veniles movilizados (CEPAL, 2005: 339), describiendo sus or-genes de la siguiente manera:
Con la creciente incorporacin de jvenes al sistema educativo, es-
pecialmente en los niveles medio y superior, comenz a gestarse
una gran movilizacin juvenil organizada en torno a la condicin
de estudiante. En las races de esa movilizacin est la confluen-
cia histrica de una variedad de fenmenos: los cambios en la
composicin social del estudiantado universitario, asociados a la
expansin de la matrcula en esos aos; las primeras seales de
agotamiento del modelo de sustitucin de importaciones y la con-
secuente reduccin de las oportunidades de movilidad en el mer-
cado laboral; la vigencia de dos visiones antagnicas en el marco
de la Guerra Fra; la resonancia en toda la regin de la Revolucin
cubana. En este contexto la movilizacin juvenil asumi rpida-
mente marcados sesgos contestatarios, en abierto desafo al sis-
tema poltico y social establecido, y en respuesta a la preocupante
situacin por la que atravesaban las sociedades latinoamericanas
hacia finales de los aos sesenta. (CEPAL, 2005: 340)
Al respecto, es interesante notar que el modelo de poltica pblica basada en el control social de los sectores juveniles se ve reforzada luego de la crisis del estado de bienestar durante los ochenta-noventa, cuando surgen polticas de represin sistemti-ca a la amenaza juvenil, ya no solamente como amenaza poltica sino como amenaza social, sobre todo en contra de la figura de los jvenes varones pobres, que comenzaron a protagonizar he-
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chos de violencia que transgredan las normas sociales a travs de acciones delictivas. Esta modalidad es denominada por la CEPAL como Enfrentamiento de la pobreza y prevencin del delito.
En este contexto, hay que considerar la profunda crisis que provoc el desmantelamiento del estado de bienestar con la asuncin de los modelos neoliberales en las economas de los pases latinoamericanos, fundamentalmente las regresiones sociales en mbitos como la educacin, la salud y la calidad de vida en general, que contribuyeron con el crecimiento de la po-breza y la emergencia del joven transgresor excluido, pero tam-bin del joven aptico, despolitizado, que ya no se interesaba en participar, la generacin boba la llam el tristemente recor-dado rector de la UCV en 1984: doctor Edmundo Chirinos.3
Dentro de esta modalidad de poltica pblica, el concepto de moratoria para explicar el retraso de los jvenes al mun-do laboral para alcanzar a plenitud la adultez y la autonoma, no aplicaba ms all de las realidades de los jvenes de los sec-tores medios y altos, porque los jvenes de sectores populares que vivan situaciones de absoluta precariedad, normalmente asuman obligaciones laborales y familiares a muy corta edad, lo que les impeda el disfrute de la educacin, la salud y la im-posibilidad de plantearse proyectos de vida a muy largo plazo.
Para afrontar la situacin provocada por los ajustes estruc-turales de la economa, en Amrica Latina se implementaron una serie de paliativos sociales de carcter coyuntural y asis-tencialista, a la vez que programas de seguridad ciudadana directamente enfocados a la represin de los jvenes pobres. El fenmeno de la segregacin socio-espacial urbana de muchas
3 Ramn Casanova refiere, con respecto a esta generacin de la clase media, que su rechazo a la gestin gubernamental y evaluacin negativa de la clase poltica llevar progresivamente la poltica a una desdramatizacin y a una prdida de su valor utpi-co, yendo a aumentar permanentemente la voluntad de extraarse en el abstencionis-mo electoral, que se confunde con la indiferencia y que hace de sta el terreno de un posible conformismo a fuerza de perder la capacidad de elaborar opinin. El orden es vivido en la aceptacin pasiva del sistema democrtico. Hay pues, separacin del ho-gar pblico, tal vez por el debilitamiento de las ofertas deliberativas y a la conversin de la poltica en espectculo meditico. (Casanova, 2005: 477)
ciudades latinoamericanas se inscribe dentro de este modelo de seguridad ciudadana que profundiza las diferencias socia-les, en el espacio geogrfico, cuando ofrece seguridad en las zonas donde se ubican los sectores integrados y represin en las zonas donde se ubican los jvenes pobres.
En tal sentido y quiz para responder a las graves conse-cuencias generadas por las polticas neoliberales y las exigen-cias de un mundo globalizado, con creciente influencia de las nuevas tecnologas de informacin y comunicacin, en el do-cumento de la CEPAL se plantea que desde los aos noventa co-menz a operar una cuarta tendencia, que sera la de Formacin de capital humano e insercin laboral de los jvenes. Esta tenden-cia consiste en considerar que los jvenes son definitivamente actores estratgicos del desarrollo y, por ese motivo, es impres-cindible generarles condiciones adecuadas para la creacin o reforzamiento de capacidades, que les sean tiles a su insercin exitosa en el mercado laboral.
En un contexto ms cercano, en este documento podemos agregar que la tendencia ms reciente en cuanto a modalidades de polticas pblicas de juventud, tiene que ver con los procesos de democratizacin de las decisiones, que se sustentan en una mayor participacin social y poltica de los jvenes. De acuerdo con ello, se est generando un nuevo tipo de polticas pblicas con mayor nfasis en lo cultural-local que le da protagonismo a la voz de los y las jvenes desde la diversidad de sus experiencias de vida, condi-cin de clase, gnero e identificaciones culturales especficas.
2. El joven como amenaza poltica
Si examinamos de manera muy esquemtica las caracters-ticas de la poltica pblica de juventud en el contexto histrico latinoamericano, es importante ver que para el tema de juven-tud como en otros mbitos de la vida econmica, poltica y social de la regin los modelos de poltica pblica y desarro-llo, normalmente han sido diseados por organismos como la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL) y en par-
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ticular por su Instituto Latinoamericano de Planificacin Eco-nmica y Social (ILPES), por lo tanto, muchos de los criterios de poltica pblica de juventud antes esbozados han respondido a esas lgicas multilaterales, como respuesta a la necesidad de problematizar y prestarle atencin al tema juventud, debido a lo que ha sido una presencia cada vez ms acentuada, no slo demogrfica sino fundamentalmente poltica.
En ese contexto, al Estado tambin se le ha asignado un rol en la definicin, ejecucin y seguimiento de las polticas pblicas de juventud, en distintos momentos de la historia de nuestro continente. En una primera instancia dentro del mo-delo de desarrollo por sustitucin de importaciones, el estado social de bienestar cumpla un rol de conductor y prestador de servicios sociales para las reas directamente asociadas a la atencin a la infancia y juventud como son educacin, salud, cultura y recreacin, desde una concepcin universal y de atencin al beneficiario.
En el caso de Venezuela, puede decirse que fue uno de los pases de la regin latinoamericana que ms tempranamente se insert dentro de las pautas de los organismos multilatera-les en materia de juventud, lo que obviamente, tuvo que ver con las singularidades polticas que viva, y que de acuerdo al esquema de desarrollo que planteaba la CEPAL, requera con-tar con un rgimen poltico basado en la democracia repre-sentativa y en un modelo de desarrollo social de acuerdo con un esquema de estado social de bienestar.
Sin embargo, es importante mencionar elementos de carc-ter sociopoltico que determinaron ciertas acciones del Estado respecto al sujeto joven como amenaza poltica. De acuerdo con esto, en el perodo comprendido entre 1958 y mediados de los setenta, hubo implementacin de una serie de programas dirigidos a la juventud, desde una concepcin universal y sec-torial de la poltica social para atender reas claves como edu-cacin, salud y recreacin, que tenan como objetivo real, in-sertar al joven dentro de un esquema socio-productivo liberal,
pero tambin evitar la seduccin que ejercan otras iniciativas polticas y culturales con orientacin progresista o de izquier-da, que fueron excluidas del pacto de Punto Fijo.4
En ese sentido, del ao 1958 a 1969 correspondientes a los dos primeros perodos de gobierno de representados del partido Accin Democrtica, tambin se dieron una serie de acciones represivas por parte del Estado a sectores de izquierda, que de-finieron un estilo propio de los organismos policiales para todo el perodo de la Democracia Representativa, marcados por la corrupcin y el abuso hacia los derechos humanos, a travs de la criminalizacin del joven como amenaza poltica y social.
En una primera etapa de ese proceso, la figura del estudiante y del joven profesional, fue la que comenz a proyectarse como la de un luchador social victimizado por un Estado que lleg incluso a aplicar mecanismos como las desapariciones y la tortura para garantizar la continuidad del sistema poltico. Algunos espacios como las universidades, barrios populares y caceros rurales, se convirtieron en focos fundamentales que el Estado deba in-tervenir, para frenar la amenaza comunista representada en sus jvenes estudiantes, intelectuales progresistas y luchadores sociales,5 algunos de los cuales se inscribieron dentro de la lucha armada revolucionaria.6
El ao 1965 represent un hito importante para ese proceso de confrontacin poltica protagonizado por estos jvenes, debido
4 Especficamente los partidos Accin Democrtica, COPEI y URD, con excepcin del Partido Comunista de Venezuela que qued excluido de dicho pacto.
5 Lo cual se explica fundamentalmente debido a la aparicin de movimientos llamados contraculturales, liderados fundamentalmente por jvenes universitarios que se opo-nan al orden poltico, econmico y social establecido por las potencias occidentales y que simpatizaban con procesos revolucionarios como el de Cuba.
6 Entre otros, algunos los jvenes e intelectuales vctimas ms emblemticas de los dos primeros perodos de gobierno de la Democracia Representativa, fueron: Aurelia Prez Pulido, maestra, asesinada cuando un teniente orden abrir fuego para acallar una protesta; Juan Villegas y Rafael Gonzlez, asesinados por agentes de la Digepol en una protesta pacfica; Jos Montesinos, estudiante, abaleado y muerto en allanamiento a la Universidad Central de Venezuela. Ver: Ministerio del Poder Popular para la Comu-nicacin y la Informacin (2009). Cronologa de una implosin. La dcada final de la IV Repblica. Caracas: MPPCI.
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a la renuncia a la lucha armada por parte del partido comunista, y la crisis que provoc que, cuando inicia el gobierno de Rafael Caldera, se dieran condiciones favorables para acometer accio-nes de control en barrios, comunidades7 y universidades, desde el proceso conocido como la pacificacin. La poltica con relacin a las universidades y a otras instituciones educativas se centraba en la idea de despolitizar con la creacin de modelos educati-vos de carcter ms tecnocrtico, ejemplo de ello lo representa la creacin de la Universidad Simn Bolvar el ao 1967.
De hecho, el gobierno de Caldera se destac fundamental-mente por el cierre de las Escuelas Tcnicas y los dolorosamen-te recordados allanamientos a la Universidad Central de Vene-zuela (UCV) y a la Universidad de los Andes (ULA) en el ao 1969 con tanques y grupos policiales fuertemente armados que produjeron, como corolario de la crisis, la erradicacin de los importantes avances del proceso de renovacin universita-ria en los mbitos pedaggicos, literarios, artsticos, polticos y sociales, a travs de la imposicin de una Ley de Universidades completamente contraria a las propuestas de la renovacin.8
En ese sentido, podra decirse que el brutal allanamiento de las universidades represent un modo de actuar polticamente proclive para el cierre de una sensibilidad generacional, sobre lo cual Ramn Casanova expres:
en la potica de Vctor Valera Mora y Caupolicn Ovalles, cuan-
do hablaron de las simpatas por las gestas sociales: una sociedad
igualitaria, una humanidad solidaria, unos individuos comprome-
tidos en la pasin por la aventura colectiva de la historia; no el so-
7 Cabe recordar que durante este perodo ocurrieron masacres como la del barrio El Nazareno de Petare, la avenida Pez de El Paraso y La Victoria (Aragua). Ver http://www.aporrea.org/ddhh/a137316.html
8 En este contexto se impone un modelo de conocimiento de tipo enciclopdico, verti-cal en lo poltico y absolutamente tecnocrtico que provoc la renuncia del rector Jos Mara Bianco en 1970. Es la Ley de Universidades todava vigente que, en distintos mo-mentos, ha provocado crisis y cuestionamientos alrededor del tema de la autonoma.
litario aullido ginsbergniano sino un amanecer de bala irreverente
ante el seor Presidente que duerme. (Casanova, 2005: 474)
3. Creacin de institucionalidad y emergencia del joven como amenaz a social
Dada la experiencia previa con los temas de juventud y po-ltica, el primer gobierno de Carlos Andrs Prez se inicia con un proceso de institucionalizacin de la poltica pblica de ju-ventud como parte de una estrategia orientada a la formacin de los jvenes para el cumplimiento de objetivos de desarrollo nacional. As, para 1974 se crea mediante Decreto N 132, el programa de Becas Gran Mariscal de Ayacucho que an hoy da representa uno de los programas de becas ms conocidos y relativamente ms exitosos para la formacin de recursos hu-manos de alto nivel en Venezuela.
En esa misma tnica, se crea en el ao 1976 el primer Mi-nisterio de la Juventud en nuestro pas, a travs del Art. 39 de la Ley Orgnica de Administracin Central para cumplir funcio-nes de rectora, coordinacin y ejecucin, textualmente para formular y coordinar la poltica nacional en relacin con la infancia, la juventud y la familia, realizar acciones destinadas a su proteccin y desarrollo, garantizar la participacin de la juventud en el desarrollo econmico y social del pas, esto no signific que se eliminaran las polticas y prcticas represivas en contra de los derechos humanos y en particular, en contra de jvenes de izquierda, tal como lo demostr el asesinato, por torturas en los calabozos de la DISIP, del dirigente Jorge Rodr-guez, del partido Liga Socialista ese mismo ao de 1976.
Sin embargo, puede decirse que se inicia el ensayo de otras polticas para la juventud que, si bien no reportaron todos los resultados esperados por parte del nuevo Ministerio, plantea-ron algunos programas en mbitos como el de la formacin musical, que sembraron la semilla de proyectos tan exitosos como el actual Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Ju-veniles de Venezuela que dirige el maestro Jos Antonio Abreu.
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En cuanto a los cuestionamientos, se critic especialmente que desde su creacin, el Ministerio de la Juventud ejecut po-lticas discontinuas, superficiales y excesivamente desorganiza-das por encontrarse sectorizadas y dispersas en distintas insti-tuciones pblicas. Esto se atribuy a que no se formul un Plan Nacional de Proteccin y Desarrollo Social de la Infancia, Ju-ventud y Familia, sino que sus principales esfuerzos se centra-ron en programas de voluntariado juvenil, capacitacin para el empleo y de lderes-promotores juveniles en zonas vulnerables, con la intencionalidad de captacin y movilizacin de cuadros polticos para el partido AD, en sectores en los que se esperaba ganar mayor influencia y control como barrios y universidades.
En ese contexto y sin muchos cambios, durante la gestin de Luis Herrera Campins (1979-1984) el ministro de ese entonces, Charles Brewer Caras, le imprimi al Ministerio un estilo de joven explorador (boy scout) con la creacin de campamentos de fron-tera, ejercicios deportivos y voluntariado de proteccin civil en eventos especiales dirigidos a la diversin y recreacin, un estilo que, por cierto, se desarroll en un momento en el que irnica-mente ocurrieron hechos como la conocida masacre de Cantau-ra, donde asesinaron a treinta jvenes en el estado Anzotegui.
Durante ese perodo no slo se seguan utilizando las mis-mas polticas represivas, sino que se reforz la matriz de consi-derar todo lo tocante a las polticas de juventud como progra-mas dirigidos ms a la movilizacin poltica que a la atencin de los principales problemas de los y las jvenes, especialmente en temas como el empleo, la educacin y la salud sexual y repro-ductiva. Para ese momento comienzan a identificarse conduc-tas de recelo, por parte de los mismos jvenes, con respecto a la manipulacin partidista de la que podan ser objeto cuando les hablaban de polticas de juventud.
Con esos antecedentes, para el perodo de Jaime Lusinchi tiempo en el que tambin ocurrieron masacres de jvenes en Yumare y El Amparo se elimin el Ministerio de la Juven-tud para crear el Ministerio de la Familia, entre otras razones
porque se pensaba que esta estrategia ayudara a disminuir la dispersin de los programas sociales ejecutados por diversidad de organismos, pero tambin porque se comenz a perfilar la necesidad de una visin integral para abordar el tema de la juventud, a partir de la preocupacin que se estaba generando por la emergencia de un sujeto joven que se presentaba como amenaza social ms que poltica, es decir, el joven varn pobre que comenzaba a protagonizar hechos de violencia urbana de-lincuencial.
En ese contexto, un hito importante a nivel internacional fue en 1985 cuando se celebr por primera vez el ao Inter-nacional de la Juventud, entre otras razones porque fue un momento emblemtico para analizar cmo comenzaron a con-cebirse las polticas pblicas desde las convenciones internacio-nales que definieron qu, cmo, para qu y por qu abordar el tema de la juventud en el continente desde un enfoque integral de derechos humanos. Paralelamente, tambin comenzaron a crearse en nuestro pas una serie de organizaciones no guber-namentales (ONG) de derechos humanos, amparadas por va-rios organismos internacionales, que comenzaban a denunciar de manera sistemtica las masacres polticas y sociales de las que eran vctimas los y las jvenes venezolanos(as) por parte de los rganos represivos del Estado.
De acuerdo con ello, y debido a la participacin de jvenes profesionales que a nivel tcnico, tambin comenzaron a tener influencia en las polticas de Estado; Venezuela comenz a plan-tearse la necesidad de formular un plan de accin de carcter participativo, que cumpliera con los criterios o recomendacio-nes de esos organismos internacionales. Por ejemplo:
Establecimiento de principios de equidad, transversalidad, no discriminacin, inclusin y participacin real de sus pro-tagonistas: los y las jvenes.
Un marco normativo (ley especial).
Creacin de una Institucionalidad y de un Sistema Nacional
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de Juventud articulado en redes que garanticen una inver-sin eficiente de los recursos disponibles.
Formulacin de una oferta programtica.
Creacin de un sistema de seguimiento para la evaluacin de los resultados.
Realizacin permanente de investigaciones especializadas.
Sin embargo, ms all de lo discursivo, tampoco hubo cam-bios significativos que realmente aprovecharan la coyuntura; al contrario, ms all de lo participativo entendido como asis-tencia de los jvenes a cantidad de eventos, se siguieron imple-mentando los programas de voluntariado juvenil, capacitacin para el empleo y uso recreativo del tiempo libre, pero sin coor-dinacin real entre las instituciones para garantizar su eficacia. En ese sentido, puede decirse que el sujeto joven, comenz a desdibujarse dentro de las competencias del Ministerio de la Fa-milia, cobrando mayor protagonismo la mujer y los programas de atencin integral a la familia.
4. Desaparicin del Estado y reinado del mercado
Cuando asume el poder por segunda vez Carlos Andrs P-rez, en 1989, la situacin de los y las jvenes venezolanos(as) se agrava de una manera impensable. Con CAP, Venezuela hizo su entrada al perodo de mayor desmantelamiento de las polticas pblicas en todos los rdenes posibles, a travs de la aplicacin del paquete de medidas de ajuste estructural de la economa, propuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las necesidades de la economa trasnacional.
Durante este perodo, entr en plena vigencia el cambio de Estado benefactor a Estado promotor con enfoque corpora-tivo, que fue el modelo de Estado dibujado en las directrices del llamado consenso de Washington y que fueron perfectamente bien recogidas en el Plan Nacional conocido como el Gran
Viraje que elaboraron los tcnicos de gobierno conocidos como los Iesa-boys.9
La propuesta bsica para ese Estado era el repliegue de sus funciones sociales, para darle paso al protagonismo del control del mercado como conductor de todos los procesos econmicos y sociales de nuestros pases, incluyendo lo que fue una nueva concepcin de poltica social que le asignaba el rol protagnico a la sociedad civil a la conduccin ms all de polticas pbli-cas de juventud de programas y proyectos de corte compensa-torio-focalizado, que comenzaron a definirse para paliar los gra-ves impactos sociales que comportaba la aplicacin del esquema neoliberal (FMI), especialmente luego de ocurrida la explosin social conocida como el Caracazo, el 27 de febrero de 1989 y pos-teriormente las dos intentonas de golpe de estado en 1992.
De esa manera, el Estado comenz a jugar un rol decidi-damente de gendarme protector del mercado por medio de la represin ms brutal dirigida a la poblacin ms pobre, en el marco de lo cual, surgieron otras propuestas para la juventud, que se orientaban a controlar todo el potencial subversivo de los sectores juveniles, especialmente dentro los sectores popu-lares urbanos, a travs de la elaboracin de recetas de consumo material y simblico-cultural, instrumentadas a travs de los medios de comunicacin, que perfilaron identidades juveniles cnsonas a la fragmentacin socio-cultural y territorial, que despuntaba con la arremetida de la globalizacin neoliberal.
Durante todo este perodo, el joven ya no se asociaba ex-clusivamente a la figura del estudiante, sino que emergi la del joven transgresor o malandro y aludiendo a Reguillo (2006) tambin se profundizaron los imaginarios de miedo territorial que describan al barrio, favela o villa miseria don-de vivan los jvenes pobres como territorios peligrosos, in-
9 Este grupo de profesionales del gobierno de Prez comenz a darse a conocer como Iesa-boys porque en su mayora haban sido formados en el Instituto de Estudios Supe-riores de Administracin (IESA), homologndose a lo que fue un proceso similar en los EEUU con los tecncratas de Chicago, conocidos como los Chicago-boys.
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cluyendo las crceles como lugares convertidos en depsitos humanos de muchos de esos jvenes transgresores. Un hecho especialmente doloroso fue la ocurrencia de la denominada masacre del Retn de Catia en 1992.
A partir de este momento, cobraron fuerza la realizacin de investigaciones acadmicas y polticas de juventud, interesadas en conocer y frenar la amenaza juvenil, entendida ya no como amenaza poltica sino como amenaza de transgresin social.
En Venezuela por ejemplo, se destaca la realizacin de una Encuesta Nacional de Juventud el ao 1992 dirigida por el pro-fesor Mario Angulo, apoyada por un relevante grupo de inves-tigadores de la UCV (Gabriela Bronfenmajer, Ramn Casanova, Gregorio Castro y Orlando Albornoz) en el marco de un proyec-to para el Ministerio de la Familia. En su momento, el equipo coordinador determin que la importancia del estudio para la formulacin de una poltica pblica, resida en que:
La juventud actual y su proyeccin hacia los aos 90 manifiesta
una dinmica de cambio integral que va del proceso de homoge-
neizacin de las generaciones anteriores, hacia una creciente hete-
rogeneizacin crtica en el presente y el porvenir. De esta manera,
se plantea la existencia de una juventud que, a partir de la crisis,
presenta caractersticas cada vez ms particulares y diferenciadas,
constituyndose una poblacin juvenil de naturaleza enftica-
mente variada. (ENJUVE, 1993)
Sin embargo, los resultados valiosos que arroj esta impor-tante consulta, donde se consideraron las dimensiones tales como condiciones de vida, educacin, empleo, familia, poltica, conflictividad y tiempo libre, no slo no se aplicaron a ninguna poltica pblica de juventud durante lo que rest del perodo de CAP hasta 1993, menos durante el segundo perodo de gobier-no de Caldera (1994-1999), por lo que la encuesta conocida como ENJUVE prcticamente representa la nica encuesta de alcance nacional realizada a la fecha, que siendo lnea base de datos sobre juventud, an no ha servido siquiera para hacer
seguimiento de indicadores como s ha ocurrido con encuestas similares en otros pases de Amrica Latina.
De hecho, puede decirse que durante el segundo perodo de Caldera, el agravamiento de la crisis y el desmantelamiento de polticas pblicas con la aplicacin de la Agenda Venezue-la, sigui siendo la tendencia ms marcada, pese a que en ese gobierno se retom la idea del Ministerio de la Juventud y la creacin de la Fundacin Juventud y Cambio, incorporando la idea de una mayor participacin de los jvenes en la formula-cin de la poltica, en realidad tales polticas no pasaron de ser las tradicionales polticas para la juventud, a travs de los acos-tumbrados programas de voluntariado y capacitacin laboral.
Tambin es importante destacar que para ese momento, el agravamiento de la situacin social de los jvenes varones de los sectores populares urbanos, comienza a propiciar la cuasi- especializacin de la delincuencia, observndose tipologas de malandro, que tal como describe Andrs Antillano (2005), le da entrada al malandro pran, que es quien controla el territorio en trminos de mercado e incluso llega a sustituir a la autori-dad ausente del Estado, creando sus propias reglas para el fun-cionamiento comunitario del barrio.
De acuerdo con lo anteriormente descrito y a efectos de sinte-tizar cmo se han definido, aplicado y caracterizado las polticas pblicas de juventud (en trminos de para, por, con y desde) du-rante el perodo de la democracia representativa, a la luz de de-terminados eventos socio-polticos, tenemos el siguiente cuadro:
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38 | Democracia representativa La poltica pblica de juventud en Venezuela | 39
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40 | Democracia representativa La poltica pblica de juventud en Venezuela | 41
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E l perodo de la Democracia Participativa se caracte-riza por la diversidad de eventos y experiencias que visibilizan no slo distintas modalidades de poltica pblica de juventud, sino cantidad de instituciones que de-
sarrollan acciones en el marco de procesos marcados por la
polarizacin poltica.
En tal sentido, es interesante ver que existe gran cantidad
de experiencias que se pueden comentar, muchas de las cuales
han estado asociadas a determinados mbitos de gestin, co-
yunturas, conflictos y figuras que han desarrollado diferentes
tipos de polticas, en grados y combinaciones diferentes a las
descritas en el primer punto de este documento, es decir: para,
por, con y desde los jvenes.
Otro elemento es que este perodo despunta por lo que ha
sido una intensa participacin poltica de los y las jvenes e in-
clusive su incorporacin en importantes cargos pblicos o de
eleccin popular: diputados, directores generales, gerentes, vi-
ceministros y ministros.
En ese contexto y para guiar el anlisis de experiencias du-
rante este perodo, en este documento se mencionan algunas
de las experiencias directamente vinculadas con la visin que
-
42 | Revolucin Bolivariana La poltica pblica de juventud en Venezuela | 43
establece la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Vene-
zuela sobre la juventud en su Art. 79 y determinados hitos nor-
mativos e institucionales como:
Aprobacin de la Ley Orgnica de Proteccin del Nio, Nia
y Adolescentes (Lopna) en el ao 2000, que incluye las eda-
des adolescentes (13-17).
Aprobacin de la primera Ley Nacional de la Juventud, en el
ao 2001, que define el rango de edades entre 18 y 28 aos.
Creacin del Instituto Nacional de la Juventud, en el ao 2003.
Creacin del Ministerio del Deporte, en el ao 2006.
Ley de Reforma Parcial de la Ley Nacional de la Juventud
como Ley del Poder Popular de la Juventud, ao 2009, que
establece las edades juveniles entre 15 y 30 aos.
La reciente creacin, en el ao 2011, del Ministerio de la Ju-
ventud, que eleva el rango institucional y de accin del Esta-
do en esta materia.
Sin embargo, adems de los eventos concretos que dan cuen-
ta del marco jurdico institucional para el tema juventud, desde
el anlisis de coyuntura, se trata de realizar una historiografa,
utilizando como recurso el manejo meditico de determinadas
figuras juveniles que han marcado maneras de pensar, hacer
y actuar por parte del Estado en relacin con los y las jvenes,
respecto a sus problemas y singularidades.
Este abordaje se hace desde la visin que plantea el investi-
gador Jos Manuel Valenzuela (2004), en torno a la existencia
de una tipologa juvenil que describe las caractersticas de los
jvenes por su adscripcin a una clase e identidades particula-
res. Esto es el joven proscrito, ilegtimo, pobre, transgresor, po-
pular, que normalmente es invisibilizado socialmente y en los
medios de comunicacin, y el joven legtimo, heredero, blanco,
que posee atributos que