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Ponte místico: las 10 catedrales más espectaculares de Europa Hay algo mágico en el eco de tus pasos al pisar el silencio de una catedral. Una extraña emoción con olor a cirio, un lenguaje secreto camuflado por los ecos de sus rezos, una sombra que aletea inquieta entre los pliegues de la sillería pulida por los siglos. Porque quizá sea su franco anhelo de eternidad el que convierte la visita a una catedral en una experiencia tan deliciosamente turbadora. Europa es la cuna de las catedrales, y por eso hemos elegido diez, para que te pongas místico por una buena causa. Catedral de Chartres (Francia) Los cazadores de leyendas disfrutarán de lo lindo interpretando los muchos símbolos de esta joya del gótico, especialmente en su fachada norte. Construida en tiempo récord, en 1220 ya lucía en todo su esplendor, y era un ejemplo a seguir para todas las Catedrales europeas. Cargada de misterio desde la publicación por Louis Charpentier del libro El enigma de la Catedral de Chartres cuenta con un buen puñado de rincones dónde emparejarte con la magia de los hermanos canteros. Que al parecer no estuvieron solos en su construcción: astrónomos, geómetras, enlosadores y vidrieros combinaron su saber para mayor gloria del templo. El hecho de que tenga una torre de su madre y otra de su padre añade mucho morbo a los aficionados a las teorías conspiranóicas pero en realidad lo que más sobrecoge es su enorme cripta. No te vayas sin visitarla.

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Ponte místico: las 10 catedrales más espectaculares de Europa Hay algo mágico en el eco de tus pasos al pisar el silencio de una catedral. Una extraña emoción con olor a cirio, un lenguaje secreto camuflado por los ecos de sus rezos, una sombra que aletea inquieta entre los pliegues de la sillería pulida por los siglos. Porque quizá sea su franco anhelo de eternidad el que convierte la visita a una catedral en una experiencia tan deliciosamente turbadora. Europa es la cuna de las catedrales, y por eso hemos elegido diez, para que te pongas místico por una buena causa.

Catedral de Chartres (Francia)

Los cazadores de leyendas disfrutarán de lo lindo interpretando los muchos símbolos de esta joya del gótico, especialmente en su fachada norte. Construida en tiempo récord, en 1220 ya lucía en todo su esplendor, y era un ejemplo a seguir para todas las Catedrales europeas. Cargada de misterio desde la publicación por Louis Charpentier del libro El enigma de la Catedral de Chartres cuenta con un buen puñado de rincones dónde emparejarte con la magia de los hermanos canteros. Que al parecer no estuvieron solos en su construcción: astrónomos, geómetras, enlosadores y vidrieros combinaron su saber para mayor gloria del templo. El hecho de que tenga una torre de su madre y otra de su padre añade mucho morbo a los aficionados a las teorías conspiranóicas pero en realidad lo que más sobrecoge es su enorme cripta. No te vayas sin visitarla.

Catedral de Santiago de Compostela (España)

Estén o no sus santos huesos en la cripta de la Catedral, lo cierto es que la culpa de tanta belleza pétrea la tiene la tumba del Apóstol Santiago. El mismo que convirtió a la pequeña ciudad de Compostela en el destino final de la peregrinación iniciática mundialmente conocida como su Camino, el de Santiago. Una ruta que sigue los pasos de las estrellas de la Vía Láctea, y sirve de cordón umbilical entre la Península Ibérica y el Viejo Continente. Un viaje del que nadie vuelve siendo el mismo. Algo parecido pasa cuando levantas la vista y te encuentras frente a frente con el Pórtico de la Gloria y tontamente te pones a descifrar las virguerías de la Puerta del Obradoiro, para finalmente buscar la Puerta del Perdón con la pena del que abandona un amor imposible. Una vez dentro la procesión de impactos visuales sigue su curso y para amenizar tanto festival de emociones el Botafumeiro se encargará de grabar en tu memoria el deseado y esquivo olor de la esperanza.

Catedral de Hallgrimskirkja, Reikiavik, Islandia

Definitivamente es rara. Sobre todo si la buscamos por la C de Catedral. Otra cosa es que de puro extraña resulte inolvidable. Pero también es joven y tiene mucho camino por recorrer para entrar en los libros de historia con tantas páginas como sus hermanas europeas. Quizá, esta muestra de cómo se entendía una catedral a mediados del siglo XX, sea la más bella expresión artística del frío que ha creado nunca Islandia. Nívea y sobrecogedora dicen que pretende emular el paisaje islandés, y quizá por eso tenga usos para todos, fieles o no, porque esta catedral de nombre impronunciable también funciona como Observatorio, no dejes de subir a lo más alto.

Catedral de San Basilio, Moscú (Rusia)

De colores. Para contrarrestar la sobria monotonía cromática de una ciudad que pese a haber vivido con intensidad el culto al rojo, en arquitectura entona sin complejos un canto a toda la paleta de los grises. La Catedral pertenece junto con el Kremlin, la Torre del Salvador y la Iglesia de San Juan Bautista a la muy fotografiada Plaza del Kremlin, parada obligatoria para todo el que pase por Moscú. Plantados ante las juguetonas y coloristas cúpulas-cebolla del monumento y listos para la foto, sin querer se colará en ese instante congelado la exhibicionista opulencia de los zares. Si, el famoso Zar Iván, el Terrible, es quien encargó la construcción de esta obra de factura inolvidable que colocó sus últimos ladrillos a finales del siglo XVI. En realidad su nombre completo es Catedral de la Intersección de la Vírgen del Montículo pero hace tanto frío en invierno que para abreviar simplemente se la conoce como la Catedral de San Basilio.

Catedral de San Esteban, Viena (Austria)

En plano corazón de la cosmopolita y variada Viena, destacan los mosaicos de colores de los tejados de la Catedral de San Esteban, una potente mezcla de estilos, desde el románico tardío hasta el barroco, incapaz de pasar desapercibida. Cuando entres en el templo te sorprenderá su calidad etérea, de muros casi intuídos, pero recuerda que están ahí, y que todo tiene una razón de ser, empezando por sus elementos decorativos. Todos tienen una traducción simbólica, pero sin duda destacan sus oscuras gárgolas que dicen ahuyentan a los malos espíritus. Date unas cuantas vueltas por debajo de sus espantosas cabezas y espanta de una vez por todas a tus peores yuyus, incluyendo una oración especial por los que no recuerdes en ese momento.

Catedral de Canterbury (Gran Bretaña)

La Catedral de Canterbury, que efecto parece recién salida de los cuentos del mismo nombre, es una de las antiguas y famosas de Gran Bretaña y seguro que a primer golpe de vista, su estructura sobria y equilibrada, te recuerda al edificio de las Casas del Parlamento londinense. Es el foco de la religión anglicana, ésa que creó Enrique VIII para poder divorciarse, y un bello ejemplo de cómo los ingleses supieron interpretar el gótico, como siempre a su manera, allá por el siglo XI. En su historia existe un negro capítulo, haber servido de marco para la decapitación del sacerdote Thomas Becket, hoy una gloria nacional. Pero a pesar de sus encuentros y desencuentros con el destino sigue siendo la reina de las Catedrales británicas.

Catedral de Colonia, Alemania

Los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, que con tanta saña destruyeron la coqueta ciudad de Colonia, tuvieron el buen gusto o la mala puntería de preservar al menos la estructura de esta esbelta muestra del gótico alemán que tan concienzudamente se construyó a lo largo de los siglos –desde 1248 hasta 1880- Aunque herida, hoy totalmente renovada, es el monumento más visitado del país. 187 metros de filigranas que durante mucho tiempo ostentaron el título de “edificio más alto del mundo”. Mira a ver si tienes suerte y consigues escuchar el tañido de Der Dicke Pitter, en dialecto la campana de Pedro el gordo, sin duda una de sus curiosidades más celebradas.

Catedral de Milán, Italia

Realmente no se sabe si se construyó la Catedral para que siglos después fuera defendida por un ejército de tiendas de lujo o si las selectas boutiques de Milán crecieron alrededor del monumento para mayor gloria de todos. Lo cierto es que es imposible disociar una cosa de la otra. Sea como fuere, los maestros canteros tuvieron una exelente visión de futuro porque ya desde la época de los romanos el punto geográfico dónde se encuentra Il Duomo aparecía como el centro de la ciudad en sus planos. Esta extensa obra de arquitectura gótica comenzó su andadura pública en 1075 cuando un devastador incendio arrasó con una antigua Basílica. Sus magníficos muros son capaces de albergar a 40.000 almas y su coro es uno de los más grandes del mundo.

La Sagrada Familia, Barcelona (España)

Alternativa como la ciudad, tanto, que ni siquiera tiene el título de Catedral, pero para nosotros se lo ha ganado, y también para los más de 3 millones de almas que la convierten en el monumento más visitado de España. Visionaria como el genial Gaudí, que improvisó durante toda su construcción, y que al morir en 1926 sólo había dejado una torre levantada –hoy son seis- dejando que el punto y final de su obra maestra lo pusieran otros. Por eso, la Sagrada Familia, el máximo exponente de arquitectura modernista, sigue en construcción, como la vida y como la historia, permitiendo que cada época añada una piedra de costumbrismo a su cada vez más larga leyenda.

Catedral de Notre Dame, París (Francia)

La atracción del equilibrio encuentra en el gótico ejemplar de Notre Dame de París su máxima expresión de belleza. Blanca y acogedora, la suave armonía de sus curvas inmediatamente guía por otros derroteros al coleccionista de postales que ante esta visión y casi por reflejo, comienza a pensar desde cuántos ángulos distintos puede tirar la foto que le encumbre en sus reuniones sociales. En pleno corazón de la Ile de la Cité, el viajero inquieto esta de enhorabuena. Hay muchos puntos de vista para inmortalizar una de las catedrales góticas más antiguas de Europa –sus primeras piedras datan de 1163- y también muchos detalles que guardar en la retina, empezando por sus amenazantes gárgolas. Si te gustan las alturas no dudes en tramitar los 387 escalones necesarios para asomar la cabeza en sus torres de 69 metros de altura. Entenderás por qué Napoleón eligió esta Catedral para protagonizar aquí su coronación.