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¿Por qué es importante este documento?
Porque presenta evidencia de las consecuencias y riesgos de una política criminal que utiliza la cárcel como el mecanismo predominante de sanción.
Y cuestiona fuertemente su función y utilidad en su condición actual, en tanto se enfoca en incrementar penas, abusar en el uso de la prisión y no facilitar alternativas de reinserción a internos que han purgado penas.
El uso y abuso de la cárcel en México
No están en las cárceles quienes nos imaginamos que tendrían que estar ahí.
Las cárceles en México están abarrotadas y no por ello somos un país en el que la justicia prevalezca.
México tiene 242 mil 754 internos en 420 centros penitenciarios
Sentenciados
57.7%
No sentenciados
41.3%
Fuente: Secretaría de Gobernación, “Estadísticas del Sistema Penitenciario Nacional”, al 2 de julio de 2013. http://www.ssp. gob.mx/portalWebApp/ ShowBinary?nodeId=/BEA%20 Repository/365162//archivo
1. La dimensión de la población penitenciaria
Tasas de internos por cada 100 mil habitantes (fuero común + fuero federal), 2013.
Fuente: Estadísticas del Sistema Penitenciario Nacional, Secretaría de Gobernación, enero de 2013. Nota: La población para 2013 se determinó con base en un cálculo de crecimiento geométrico de los Censos de Población y Vivienda del INEGI.
D.F. (466.0)
Colima (434.0)
BC (484.9)
Sonora (442.7)
Nacional (207.1)
Los porcentajes de internos en prisión preventiva son particularmente preocupantes en cuatro estados.
66.7
64.3
62
61
QuintanaRoo BCS
Durango Oaxaca
Porcentaje de internos sin sentencia en el ámbito de competencia local
Fuente: Estadísticas del Sistema Penitenciario Nacional, Secretaría de Gobernación. Enero de 2013.
2. Abusamos de la prisión preventiva a tal grado que 41.3% de los internos no tienen sentencia
Ello nos ubica en el lugar 148 de 208 países en cuanto al uso intensivo de esta medida cautelar.
Fuente: Elaboración propia con base en información del Centro Internacional de Estudios Penitenciarios, Disponible en: prisonstudies.org (fecha de acceso: 4 de julio de 2013). Los números en paréntesis indican los años a los que se refiere la información para cada país.
Lugar País Internos sin sentencia (%)
1 San Marino (2011)a 0.0% 3 Laos (2004) 1.0% 8 Taiwán (2013) 6.3% 15 Singapur (2012) 8.8% 47 Rusia (2009) 15.2% 52 Alemania (2012) 16.7% 73 Estados Unidos (2010) 21.5% 78 Costa Rica (2012) 22.4% 84 Chile (2013) 23.6% 89 El Salvador (2013) 24.7% 93 Francia (2013) 25.3% 107 Sudáfrica (2012) 28.2% 114 Colombia (2013) 30.8% 116 Corea del Sur (2012) 31.1% 132 Ecuador (2012) 37.0% 135 Brasil (2012) 38.0% 148 México (2013) 41.3% 164 Argentina (2011) 50.4% 170 República Dominicana (2013) 52.7% 173 Honduras (2012) 54.0%
Comparativo internacional del porcentaje de la población penitenciaria sin condena, varios años.
Tenemos un rango de penas desproporcionado
Rango de penas en los códigos penales (Homicidio vs. Robo)
Homicidio simple Robo s/violencia
30 años
7 años
15 años
0 años
En Baja California, la pena máxima por homicidio doloso simple es un año mayor que la pena máxima por robo.
En Tamaulipas, un robo por un monto mayor a 500 salarios mínimos puede significar una pena mayor (15 años) que la de un homicidio doloso simple.
3.
4. Se abusa del uso de la cárcel y rara vez se utilizan sanciones alternas
Fuente: Estadísticas Judiciales en Materia Penal, INEGI, 2011
Del total de sentencias registradas en 2011. 96.4% tuvieron contemplada una pena de prisión, y solo 3.6% contempló una sentencia condenatoria que no impuso una sanción privativa de la libertad.
Sentencias condenatorias en 2011
Prisión 93,640
Multa 2,479
Reparación del daño y multa
849
Reparación del daño
179
Total sentencias 97,147
La mayoría de quienes purgan sentencias en prisión están ahí por delitos con penas menores a tres años
0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%
Salida alternativa
Mayor a siete años
Entre tres y siete años
Menor a tres años 54.3
28.8
13.3
3.6
Sanciones 2011
Fuente: Estadísticas Judiciales en Materia Penal, INEGI, 2011
5. Nuestro sistema sanciona desproporcionadamente a quienes han cometido delitos menores y no violentos.
Hay estados donde 70% a 80% de las sanciones corresponden a penas menores de tres años
Fuente: Estadísticas Judiciales en Materia Penal, INEGI, 2011
60.00% 65.00% 70.00% 75.00% 80.00% 85.00%
Campeche
Nayarit
San Luis Potosí
Michoacán
Guanajuato
Baja California
Aguascalientes 83.2%
79.9%
79.3%
78.1%
72.0 %
70.9 %
70.1 %
Efectos y consecuencias
Preferimos encarcelar delincuentes menores y someterlos a condiciones infrahumanas en lugar de construir un sistema de sanciones alternativas efectivo que disminuya el hacinamiento y ponga freno a carreras delictivas en ascenso.
Sobrepoblación y hacinamiento
Nayarit 188.6% Distrito Federal 184.7% Jalisco 176.1% México 170.5% Hidalgo 167.2% Nacional (promedio) 128.7% Campeche 82.4% Tlaxcala 74.3% Guanajuato 70.6% Michoacán 58.2% Zacatecas 46.1%
En México hay 242 mil 754 reos en un espacio para 195 mil 278 personas
Sobrepoblación y hacinamiento
Cárcel Distrital Tepeaca. Puebla (46/266)
CERESO Tlapa de Comonfort. Guerrero (60/278)
CERESO Apan. Hidalgo (22/94)
Cárcel Distrital Tizayuca. Hidalgo (47/181)
Cárcel Distrital Izúcar de Matamoros (76/265)
578%
Casos extremos (capacidad/población penitenciaria)
463%
427%
385%
348%
Sobrepoblación y hacinamiento Casos extremos en capacidad vs. ocupación real
Reclusorio Preventivo Nte. (D.F.)
Reclusorio Preventivo Ote. (D.F.)
Reclusorio Preventivo Sur (D.F.)
5,631
12,256
5,376
12,143
3,500
9,596
217.6% 225.8%
274.1%+ 6,625 Internos
+ 6,767 Internos
+ 6,096 Internos
Fuente: Estadísticas del Sistema Penitenciario Nacional, Secretaría de Gobernación. Enero de 2013.
capacidad
ocupación real
capacidad
ocupación real
capacidad
ocupación real
Fuente: Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) 2011 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)
En 2011 se tenían registrados 44 mil 938 funcionarios penitenciarios para atender a 225 mil 697 internos. Equivalente a 5 internos por cada funcionario.
En seis entidades la situación es crítica
D.F. 11 internos por cada custodio Sinaloa 11.5 internos por cada custodio Sonora 12.6 internos por cada custodio Baja California 12.9 internos por cada custodio Tabasco 13.9 internos por cada custodio Quintana Roo 18.8 internos por cada custodio
Bajo estas condiciones no hay funcionarios penitenciarios suficientes
Como consecuencia, la violencia es frecuente al interior de los penales
Entre 2010 y mayo de 2013 ocurrieron 269 incidentes en el total de los centros penitenciarios en el país.
Riñas
Homicidio
Fugas
Suicidios
Motines
41.3%20.1%11.5%3.0%2.6%2.6%1.9%1.5%1.5%1.5%0.7%0.4%
RiñasHomicidiosFugasSuicidiosMo<nesHuelgasdehambreMuertesnaturalesIntentosdefugaEnfrentamientosIntentosdemoGnAccidentesIncendiosSecuestros
Fuente: Resultados preliminares de la Tercera Visitaduría de la CNDH, 2013. Disponible en: Prado, Henia. “Matan en penales a 12 reos al mes”. Reforma. Nacional. Junio 2013.
Dada la informalidad de los acuerdos de tal autogobierno, la violencia y la intimidación prevalecen como herramientas cotidianas para hacer cumplir reglas impuestas por algunos de los grupos.
Violencia y autogobierno
Fuente:Comisión Nacional de Derechos Humanos. “Informe especial de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en los centros de reclusión de la República Mexicana dependientes de gobiernos locales y municipales”. Gaceta, núm. 170 (2004).
Calificación general por entidad, 2011.
Fuente: Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria. Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 2011.
Los reportes 2006 a 2011 del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (CNDH) no muestran una mejoría en garantizar los derechos al interior de los penales.
Centros penitenciarios y derechos humanos
Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (2011) Calificación por entidad (máximos y mínimos)
Calificación por entidad
Aspectos que garantizan la integridad física y moral del interno
Aspectos que garantizan una estancia digna
Condiciones de gobernabilidad
Reinserción social del interno
Aguascalientes 7.96
Tabasco 4.32
Nayarit 4.27
Aguascalientes 9.42
Oaxaca 4.21
Aguascalientes 8.47
Quintana Roo 3.74
Aguascalientes 8.43
Nayarit 3.35
Aguascalientes 8.47
10
5
0
Nayarit 4.57
Guerrero 5.13Tabasco 4.86
*El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2011 (DNSP), de la CNDH contiene una muestra de los 100 establecimientos penitenciarios más poblados del país.
10
5
0
Sinaloa 4.37 Oaxaca 4. 71 Tabasco 4.19
Calif. Calif.
Aunado al deterioro de servicios al interior de los penales
Servicio médico Más del 30% de los internos reportó que la atención médica es mala o muy mala en los Centros del Distrito Federal, el Estado de México y Federales.
Internos reportaron en DF (74%) y Edo Mex (71%) no tener suficientes alimentos, y no tener agua para beber 21% en DF y 18% en Estado de México.
Fuentes: Encuestas a Población en Reclusión, CIDE 2009 y 2012. Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) 2011 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)
Las familias reportan tener que aportar “cuotas” para visitas, llamadas, correspondencia y seguridad.
Los familiares tienen que proveer insumos de uso cotidiano como comida, sábanas, cobijas, ropa, calzado.
Hemos creado comunidades que viven en un entorno permanente de violencia, depredación, deterioro de calidad de vida y degradación de la condición humana que muy probablemente generará individuos afectados por la violencia y el crimen. Son ellos, en miles, quienes se reincorporan cada año a nuestra sociedad.
Los costos de la prevalencia de la cárcel como castigo
Es fundamental preguntarnos si las cárceles cumplen su labor de reinserción y si es adecuado que la privación de la libertad en estas condiciones sea la principal sanción para todos los delitos que se cometen en nuestro país.
Tenemos problemas de contaminación criminógena
1.
El sistema permite mantener en convivencia a individuos sujetos a proceso y sentenciados por diversos tipos de delito.
Esto genera el riesgo de que los internos desarrollen habilidades y contactos para cometer otros delitos de alto impacto. Esto es contaminación criminógena.
Y en términos de reinserción…
• Se genera estigma social que obstaculiza la reinserción • Antecedentes penales dificultan obtener un trabajo • Finalmente, en algunos casos se pierden los incentivos para mantener un récord libre de antecedentes penales
Tenemos también víctimas invisibles 2.
Los hijos y familiares de los presos sufren del estigma de la criminalidad.
Sufren en su salud física; tienden a caer en conductas antisociales; a tener dificultades financieras; a desplazarse o separarse de sus hermanos; y a sufrir de abandono, abuso o violencia.
Alrededor de una cuarta parte de los niños con un padre en prisión está en alto riesgo de presentar problemas de salud mental (UE, 2004).
71% de los hombres y 86% de las mujeres en prisión tienen hijos.
Fuentes: Encuestas a Población en Reclusión, CIDE 2009 y 2012.
3. Y por último, un costo monetario
Fuente:CensoNacionaldeGobierno,SeguridadPúblicaySistemaPenitenciarioEstatales,2012.(datosde2011).INEGI.
El INEGI reportó que tan solo en 2012, los estados destinaron 8 mil 658 millones de pesos para el mantenimiento de sus centros penitenciarios.
Con ello, el costo diario por cada interno se estima en alrededor de 137 pesos.
El costo para el erario de mantener en la cárcel a quien cometió un delito menor o no violento puede ser mayor al daño que infringió, (50 mil 800 pesos por interno en 2011).
¿Podemos transformar el uso actual de la cárcel?
Sí podemos.
Se requiere una transformación del sistema penitenciario y del uso actual que se hace del mismo.
6 Recomendaciones de política pública para mejorar el sistema
penitenciario
Las penas privativas de libertad deben ser la última respuesta de la sociedad, sobre todo para delitos menores y no violentos.
No abogamos por impunidad, sino por penas proporcionales para delitos menores.
La cárcel debe ser el último recurso. No concebirlo de esta forma tiene consecuencias para todos.
1 Revisar la legislación penal vigente
La autoridades deben considerar alternativas al encarcelamiento, entendiendo la distinción de tipo de delito y su gravedad. Opciones como multas económicas más severas y el servicio a favor de la comunidad por parte de delincuentes menores, deben ser rutas alternativas viables.
2 Desarrollar normativa y funcionalmente las sanciones no privativas de libertad
Uso prudente de la prisión preventiva
3
Se estima que un uso más adecuado de la prisión preventiva despresurizaría los centros penitenciarios entre 16% y 25%. Ello sin poner en riesgo la reparación del daño ni la seguridad de la víctima y la sociedad.
Mejorar e institucionalizar los programas y las técnicas de reinserción
4
Se trata de determinar y homologar definiciones, contenidos y alcances de las actividades educativas, deportivas, de salud, laborales y de capacitación en los centros penitenciarios. Y una vez que el interno sale de la cárcel, continuar con la evaluación del proceso de reinserción mediante un sistema de seguimiento post- penitenciario.
Revisar la infraestructura con que cuenta el sistema penitenciario nacional
5
Se deben rehabilitar, optimizar, ampliar, adecuar y modernizar espacios penitenciarios acorde con las características y número de internos que ahí habitan.
Profesionalizar al personal administrativo, técnico y de custodia
6
El personal del sistema penitenciario es clave para la seguridad dentro y fuera de la cárcel. Se requiere un programa rector de profesionalización que desarrolle las características de los puestos de trabajo, genere los perfiles de quienes deban ocuparlos y sirva como referente y guía para los programas de capacitación y especialización del personal.
Podemos decir que dos de nuestros mayores pendientes en México son nuestra política criminal y nuestra política penitenciaria. La evidencia expuesta en este documento requiere ser evaluada por los tres Poderes y órdenes de gobierno.
Las consecuencias de privar de la libertad a quienes están a tiempo de alejarse de una carrera delictiva cada vez más nociva ya las empieza a pagar la sociedad.
Ante la situación actual de violencia, resulta necesario entender para qué deben servir nuestras cárceles y para qué están sirviendo en realidad.
Es hora de hacernos la pregunta:
Cárceles: ¿para qué?