portada abril 2010 - passiochristi | congregatio … · revista pasionario/112 ción como hijo en...

36
Comunidad Pasionista • Santuario de Santa Gema Abril 2010 - Nº 956 - Año XCIII - 28002 Madrid

Upload: trandien

Post on 27-Sep-2018

213 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Comunidad Pasionista • Santuario de Santa GemaAbril 2010 - Nº 956 - Año XCIII - 28002 Madrid

Revista PASIONARIOEdita:

PASIONISTAS - MadridDirector:

MIGUEL GONZÁLEZ, C. P.Administrador:

MIGUEL MATILLA, C. P.Promotor:

VICENTE FERNÁNDEZ, C. P.Dirección, Redacción y Administración:

Leizarán, 24 y Bidasoa, 1128002 MadridTeléfs.: 915 635 407 - 915 635 068Fax: 915 635 431E-Mail: [email protected]: www.sangabriel.net

Horario de oficina:De 10 a 13 y de 17 a 20 horas.

Colaboran:ALBERTO BUSTOEUTIQUIO LÓPEZJ. L. QUINTEROPABLO GARCÍAANTONIO SAN JUANJULIA MERODIOJUAN PEDRO ALCARAZ MORENOJUAN CARLOS PRIETO

Fotógrafo Artístico:CLISOS

SUSCRIPCIONESORDINARIA .......... 13 €EUROPA ................ 20 €DE APOYO ............ 20 €BIENHECHOR ...... 25 €AMÉRICA .............. 30 $

MODO DE PAGO ADELANTADO:

– Por Giro Postal a Revista Pasionario.

– Por Domiciliación Bancaria.

– Por Transferencia Bancaria a Revista Pasionario:

BANCO POPULAR ESPAÑOLENTIDAD OFICINA D.C. Nº DE CUENTA

0075 1331 23 0600027186

– Por Talón o cheque nominal a Revista Pasionario.

Agradecemos su colaboración.

Depósito Legal: SA Nº 1 - 1978

Imprime: GRÁFICAS DEHON

PP. Reparadores - Tel. 916 751 536

Preimpresión: Francisco Antón

Abril 2010 - AÑO XCIII - N.º 956

Punto de VistaMi carta de amor a Chile

Miguel González, C.P.

La Gloria del CrucificadoEngendrado en su muerte obediente y filial

José Luis Quintero Sánchez, C.P.

En Tierra Santa, los lugares más sagradosAniceto Rey

Familia y VidaLa familia necesita resucitar

Julia Merodio

Palabra y VidaAleluya por Jesús Resucitado

Antonio San Juan

Santa Gema en Semana Santa

Rincón FamiliarSantuario de Santa Gema

Año SacerdotalEl Santo Cura de Ars

y el P. Germán de S. EstanislaoSor Cati de la Trinidad, C.P.

Beatificación del Cardenal NewmanP. Ottaviano D’Egidio, C.P.

Conocer a Jesucristo, su Palabra y su MensajeLa Cruz Peregrina y el Icono de María

La santidad es Amor Madre María Magdalenade Jesús Sacramentado, religiosa pasionista

de Clausura (1888-1960)José Luis Q.

2010, Año Santo JacobeoSantiago, Apóstol y testigo

Aniceto Rey

María junto a Jesús en el CalvarioP. Eutiquio López, C.P.

La Palabra del PapaLa sabiduría de los pobres

El mundo, la vida, la IglesiaEn Cuba, crece la esperanza (I)

P. Carlos Elizalde

Otra JuventudUn recorrido con la Cruz a cuestas

Alberto Busto

Por los caminos del mundoEl Señor del Árbol

José Fernández del Cacho

Revista Pasionario/111

Chile, país entrañable, país cercano,país hermano, siempre en la memo-

ria y en el corazón siempre: desde Es-paña, mi sincera condolencia, y una lá-grima mía, para fundirse en tus maresde lágrimas, a raíz del terremoto queha desfigurado tu rostro, tu piel y tusentrañas, el 27 de febrero. Mi lágrima,que quiere ser también abrazo fuerte yprolongado, y oración ferviente al Cris-to de la Vida, nunca al Cristo de laMuerte.

Yo sé bien, Chile ahora dolorido y en-sangrentado, que eres un país acostum-brado al dolor y a la tragedia, pero unpaís noble, esforzado y generoso, quesabe convertir el dolor en fuente deenergía de cara a un mañana mejor,desde tu capacidad de resistencia, y, meatrevo a decir, desde la convicción cre-yente, y cristiana, que ha alumbradosiempre tu historia.

Sé también que, entre tus hijos, tam-poco han faltado reproches al Dios Bue-no por no haber asentado suficiente y de-finitivamente, desde el principio, y hastahoy, los cimientos de tu tierra larga y es-trecha. Pero son los menos. A ellos tam-bién quiero invitarlos a, desde mi lejaníay mi pequeñez, a reparar en el cúmulo debondades que el Eterno ha sembrado enti, y que tu himno nacional no cesa deproclamar, cantando: La cordillera impo-nente, los campos sembrados de frutos yde flores, los ríos que los fecundan, y, porsobre todo, tus gentes, que te pueblan, tecultivan y te adoran, y que por ti, Chile,la misma vida darían.

PUNTO DE VISTA

Mi carta de amor a Chile

Solamente esto quería decirte hoy,cuando tu duelo y tu llanto aún perdu-ran. Con mi pequeña palabra de con-dolencia, mi invitación, también pe-queña, a la esperanza. Y mi grito, lan-

zado al cielo, para que un te-rremoto así jamás vuelva aremoverse en tus entrañas, ypara que tú, Chile, prosigassiempre, con mucho esfuerzo,pero sin desalientos, por ca-minos de progreso y bienan-danza.

Con todo mi cariño,

✒ Miguel González, C.P.

Revista Pasionario/112

ción como Hijo en plenitud, asumiendosu humanidad y a toda la humanidad.Su misión se realiza en un proceso de fi-lialización; se hace Hijo en la historia,haciéndonos a su vez hijos. Este procesovital es obra de Dios en Él. Jesús seconstituye Salvador al realizarse en supersona la salvación; es decir, en esa co-munión con el Padre que con anteriori-dad a su muerte no era plena en todossus aspectos. La salvación no se realizaa través de unos actos externos a supersona, como saldo de una deuda antela justicia ofendida de Dios, sino que serealiza en sí mismo. Aunque Hijo, ya eníntima comunión con el Padre, podía Je-sús entrar aún en más intensa comu-nión con Él, como podía igualmente in-tensificarse su conciencia hasta una su-prema incandescencia a través de lamuerte, por la que la comunión con elPadre vendría ya a ser plena y absolu-ta. Su existencia histórica fue toma deconciencia de la misión que el Padre leencomendaba, así como de los medioscon que realizarla. Dicha conciencia me-siánica era inseparable de su concienciafilial y en ella venía implicada, ya quesu misión era vivir como Hijo de Diospara salvación de todos, hasta la pleni-tud del misterio filial en su muerte glo-rificadora. La eterna bienaventuranzade Jesús es ser el Engendrado por el Pa-dre y saberse tal. Lo vivido en su ser ra-dical toma la forma de irse haciendoconciencia en su humanidad.

En el lenguaje bíblico, la obedienciaimplica y expresa una total receptivi-dad. Es la específica “virtud filial”: Sehizo obediente hasta la muerte. Con suinfinito asentimiento a la paternidad deDios, Jesús se hace oración, la oración dela humanidad. Resucitándolo, Dios lo es-cucha en sí mismo y por la humani-dad: “por nosotros murió y resucitó”(2ª Cort 5,15). La muerte de Jesús fueasí una liturgia de comunión. La última

ENGENDRADO EN SU MUERTE OBEDIENTE Y FILIAL

LA GLORIA DEL CRUCIFICADO

A los ojos de la fe, la muerte de Jesúses engendramiento, nacimiento en pleni-tud obrado por Dios Padre. Él lo engen-dra en el acto obediente de su morir. Lagloria del Crucificado es desvelación deeste nacimiento. Un verso de Miguel deUnamuno en su obra El Cristo de Veláz-quez nos puede dar la clave: “Es tumuerte parto” y el libro de los Hechos delos apóstoles lo señala como nueva ges-tación: “Os anunciamos la Buena Nueva,Dios… ha resucitado a Jesús, según loescrito en el salmo segundo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy”(Hc 13,32-33).

LA OBEDIENCIA COMO CAMINODE FILIACIÓN

La existencia de Jesús es el procesoobediencial e histórico de su constitu-

Revista Pasionario/113

oración según Lucas fue un acto de filialabandono en las manos del Padre: Pa-dre, a tus manos encomiendo mi espíritu(cf. Lc 23,56). Tal es, según el evangelis-ta, el sentido de la muerte de Jesús.

LA MUERTE, MISTERIO FILIAL

El Padre engendra al Hijo en la muerte.Es una muerte “gloriosa” que realiza un“nacimiento glorioso”. En la muerte, Jesússe deja despojar, “obediente hasta la muer-te, y muerte de cruz” (Filp 2,8), entregán-dose al que lo engendra. En adelante, yano vive sino para aquel que lo resucita. Enla resurrección se revela el sentido de lamuerte y su gran alcance. Por llevar en síel principio de infinita acogida, pudo morirJesús de muerte inmensa: Era el Hijoeterno y engendrado hasta en su mismamuerte humana. La resurrección no anulala obediencia hasta la muerte, ni el don desi con que Jesús se une a su Padre que esamor, sino que lo plenifica.

¿Qué aconteció en la muertede Jesús? Nadie fue testigo paracontarlo. En el Calvario, los es-pectadores presenciaban el dra-ma desde fuera, ante un velotras el cual se estaba todo reali-zando. Vieron a un hombre quemoría; luego, a un hombre muer-to. Solamente el Padre fue testi-go de la muerte del Hijo. Peronos ha revelado el misterio resu-citándolo: “en la muerte, Jesúsnació divinamente” (Durwell).

Pero no era el Padre un sim-ple testigo; fue también el pri-mer actor. Al decir que “no per-donó a su propio Hijo” (Rm 8,32;Gen 22,16), evoca San Pablo aAbraham, dispuesto a sacrificara Isaac. Fue Judas “el que lo en-tregó”; lo entregaron los sumossacerdotes y los jefes del pueblo;lo entregó Pilatos. También elPadre “lo entregó por todos noso-tros” (Rm 8,32). Jesús se recono-cía “entregado” por el Padre: “

Esto es mi cuerpo entregado por voso-tros”. El verbo, en pasiva, atribuye aDios esta acción, “tanto amó Dios almundo, que le entregó a su propio Hijo”(Jn 3,16). Pero Dios lo entrego de otramanera. Ellos para matarlo y arrojarlofuera de Israel y fuera de la historia. Élpara engendrarlo y entronizarlo en el co-razón de todo lo existente. Pedro distin-gue así los papeles: “Vosotros lo matas-teis, pero Dios lo ha resucitado”. Dios noimpidió que los hombres lo mataran;pero esa muerte no la quiso Él como laquisieron ellos. Como Padre, quiso en-gendrar a Jesús “en” la muerte. Dios nocondena a la muerte, sino que salva alHijo “en” la muerte.

La muerte del Hijo en obediencia, esdecir, en receptividad, es el acto deabrir en sí un espacio ilimitado paraacoger la plenitud de la divinidad. Enla muerte y en la resurrección coinci-den dos infinitos. Jesús se deja despo-jar “obediente hasta la muerte, y muer-

Revista Pasionario/114

te de Cruz” (Filp 2,8), pero en-tregándose al que lo engen-dra. El trance doloroso deeste engendramiento tiene suorigen en el abrirse de estahumanidad a la infinitud deDios, ajustarse a su santidady acoger en sí toda la huma-nidad pecadora para englo-barla en su santidad. Él queaprendió “a través de los su-frimientos la obediencia hasido convertido en causa desalvación para todos” (cf. Hb5,8-9). Por llevar en sí el prin-cipio de infinita acogida, pudomorir Jesús de muerte inmen-sa: era el Hijo eterno y engen-drado hasta en su mismamuerte humana. En ese ins-tante es asumido con todo su ser hu-mano en la ilimitada receptividad de lafiliación divina. El Padre ejerce lo queél realiza en el misterio trinitario: en-gendra al Hijo, concediéndole el dejar-se engendrar infinitamente. El despojodel Hijo –la kénosis de que habla Pablo(Flp 2,6)– hasta en la muerte es elpunto final de la generación del Hijoen el mundo. Lo mataron los verdugos;pero su muerte en infinita filialidad ysu morir hacia el Padre es el supremodon otorgado por el Padre al Hijo en-gendrándolo en el mundo. La resurrec-ción no anula la obediencia hasta lamuerte, ni el don de sí con que Jesús seune a su Padre, que es amor. La encar-nación es total al final del descenso desu condición humana, es decir, en lamuerte. El Hijo no abandona esa pro-fundidad de su encarnación en la quele engendra el Padre en su humanidad.“El misterio pascual es trinitario. ElHijo se abre al Padre, se deja engen-drar. El Padre, de quien todo procede,se le da al morir como muere, lo en-gendra en la muerte. El único Espíritude Dios es a la vez el de la paternidady el de la filiación, el poder de la muer-te y de la resurrección” (Durwell).

La muerte de Jesús es un hecho his-tórico que está desbordando plenitud di-vina; el eterno hoy de la generación delHijo y el tiempo de este mundo ahí esdonde se encuentran. La unidad demuerte y resurrección, teológicamentecierta, no deberá negarse por el solo he-cho de resultar problemática para la ra-zón. Porque insondable es el misteriopor el que el Padre da un morir a Jesúspor entero hacia él, engendrándolo en laplenitud del Espíritu Santo.

ENGENDRADO EN LA CRUZ

La gloria del Crucificado se hace des-velación de la acción del Dios que en-gendra. Su morir fue un acto de obe-diencia en tanto que aceptación doloro-sa y gozosa de la filiación que el Padrele ofrecía y en Él a toda la humanidad.En su morir hacia el Padre, Jesús asu-me y purifica lo que en su morir habíade violencia impuesta. Su amor solida-rio y su perdón transformó la violenciasufrida en vida ofrecida, trasacoger del Padre el don de sufiliación.

✒ José Luis Quintero Sánchez, C.P.

Revista Pasionario/115

No he conocido un solo cris-tiano que, visitando los lugaressantos, la tierra de Jesús, no sehaya sentido impactado. Confrecuencia, hasta las lágrimas.

Se llaman “lugares santos”aquellos lugares en los queCristo vivió y, sobre todo, murióy resucitó. Son lugares santos,porque fueron santificados porla presencia, la sangre derra-mada, y el misterio que en ellostuvo lugar.

Ahora, en la “Gran Semana”,señalamos algunos, solamente:

– Cenáculo-Jueves Santo. Aquí,Jesús, el Maestro Único, instituyó laEucaristía, y pronunció palabras so-bre el amor, cual nadie las pronun-ció jamás (repasarlas en el evange-lio de Juan, capítulos 13 al 18).

– Montículo Calvario. ViernesSanto. Llegada de Jesús a sumeta. Aquí, su muerte, generadorade vida para todos. Y también pa-labras, pocas pero definitivas. En-

En Tierra Santa, los lugares más sagrados

tre otras, “Padre perdónalos”, pala-bra-súplica dirigida al Dios Padre.“Mujer, ahí tienes a tu Hijo, Juan,ahí tiene a tu Madre”, dirigida aMaría. “Hoy mismo estarás conmi-go en el paraíso”, a un ladrónarrepentido.

– Y finalmente, el sepulcro, allímismo. Y luego, la Resurrección.Y palabras de ángeles: “¡Resucitó,

Vive, ya no está aquí,en el sepulcro.”

Que los días de laGran Semana, los lu-gares Sacros, y las pa-labras inolvidables,mantengan nuestro es-píritu en tensión, que-dándonos en vela, enreflexión profunda, ala escucha de aquellaspalabras, y a la esperade la Luz Nueva de laPascua.

✒ Aniceto Rey

Peregrinos con la Cruz, como Jesús,

por las mismas calles de Jerusalén.

La Última Cena de Jesús,

misterio de amor y de total entrega.

Revista Pasionario/116

Estamos en Pascua de Resurrección,punto clave, donde se apoya la grandezade nuestra vida y nuestra fe.

Cuando Jesús resucita, el sentir de lavida cambia. La alegría y el gozo se fundenen una unidad, el miedo desaparece, la fese afianza y el amor florece en los corazo-nes que han sido capaces de creer en Él.

Es lo mismo que necesita la familia dehoy: RESUCITAR para CREER.

Resucitar a la novedad:• De resurgir.• De recuperar la confianza.• De dejar a un lado el desasosiego

que paraliza.• De romper el cerco que nos protege

y salir al encuentro de los otrospara sentir al unísono con ellos.

Resucitar supone volver a la vida ple-na de relación. “Esperar a la orilla”, comoJesús esperó a los suyos “con las brasasencendidas y el pescado asado para al-morzar…” porque, si no somos capaces de“esperarnos”, de salir al encuentro de losotros, de encender las brasas y brindarlesnuestro alimento… estaremos empeque-ñeciendo nuestro Sacramento, olvidandoque, en los otros también habita Dios.

LA FAMILIA NECESITA RESUCITAR

FAMILIA Y VIDA

Por eso es necesario hacer un nuevo in-tento, mirar de frente, abrir los brazospara poder abrazar, tender las manospara acoger y fortificar el corazón. Sa-biendo que para ello se necesita:

– Mucha valentía.– Y mucho desprendimiento.

VIVIR COMO RESUCITADOS

No es fácil dejar lo que me gusta y em-prender una vida en común; pero necesi-to tener en cuenta que vivir la resurrec-ción es aceptar un reto; y eso, no siemprees fácil de llevar a cabo, pues como digo,supone: voluntad y renuncia.

• Vivir de manera resucitada, no esacoger a los otros manteniendo ladistancia “por lo que pueda pasar” ydejándolos en el umbral de la puertapor precaución, sino abrirles mi inte-rior para que entren a tomar pose-sión y se queden vivir en él.

• Vivir de manera resucitada, no con-siste en dar a los que viven conmigo,lo justo, para que no les falte lo ne-cesario para subsistir, sino en darlesel calor de mi ofrecimiento desinte-resado.

• Vivir de manera resucitada, es ver-dadero cuando nos acoge-mos, no sólo porque tene-mos necesidad de estarunos al lado de otros, sinoporque tenemos necesidadde vivir juntos y amarnossiempre.

Entonces sí. Entonces seharán realidad, los signosde resurrección en nuestravida. Y lo notaremos:

• En la alegría de estarjuntos.

• De comunicarnos.• De gozarnos en nues-

tro interior.

Vivir en familia la alegría de ser hijos de Dios,

resucitados también.

Revista Pasionario/117

• Y de sentir esa presencia de los queviven a nuestro lado.

Esta manera de vivir, es la única capazde hacernos acoger “el misterio” de los de-más, con un corazón renovado y sincero,nacido de haber vuelto a la luz de la Re-surrección.

¡VOLVED A ECHAR LAS REDES!

Todos sabemos que echar las redes denuevo, cuando no se ha pescado nada,cuesta demasiado y es más cómodo seguircomo estábamos.

Por eso, cuando observamos nuestravida, comprobamos con pena, que nuestrared sigue vacía. Es verdad que estábamosdispuestos a echarla de nuevo, pero re-quería demasiado esfuerzo y no fuimoscapaces de hacerlo.

Pero hoy, queremos escuchar a Jesús yecharlas, no sólo una vez, sino todas lasque sea necesario.

También nos hemos dado cuenta de to-das esas veces que al levantar los ojos,allá lejos, sólo vimos a un desconocido.¡Cuántas cosas han de suceder, para vivircomo perfectos desconocidos!

Pero, a pesar de todo, no hemos dejadode luchar por nuestra relación, por nues-

tra familia… y, aquí estamos echando denuevo las redes. Mirando, con deteni-miento al “desconocido”

Y viendo que, poco a poco, su figuraempieza a tomar forma. Fijamos la mira-da en él. Vemos que nos espera. “Las bra-sas están encendidas, la comida a punto yel pan caliente” ¡Ven, comamos juntos!

Siempre existe un momento en el que tecuesta dar el primer paso, pero notas queel corazón te late con más fuerza, de formadistinta a la habitual; intuyes que, el cora-zón, no engaña y corres a su encuentro.

Todos, vosotros y vuestros hijos, estáisdispuestos a celebrar esa gracia tan espe-cial. Por eso habéis roto barreras y os ha-béis acercado. Es un momento único:

• Comunicaros vuestra alegría.• Recorrer el camino, de vuelta, juntos.• Vivir como personas nuevas.• Deciros, el unos a otros: ¡no tengas

miedo! Siempre te protegeré.• Mostraros, sin desconfianza, las he-

ridas causantes de vuestro distan-ciamiento.

• Y curadlas con el ungüento de la co-municación, la acogida yel perdón.

✒ Julia [email protected]

La familia, como la naturaleza,

proclaman la resurrección, la vida.

Revista Pasionario/118

ban con las puertas cerradas por miedo alos judíos”. Como nosotros que nos mori-mos de miedo, estando el Señor en medio.Vuelve El para llenar de vida a su comu-nidad, y Tomás no estaba allí. Como no-sotros, empeñados tantas veces en viviral margen de la comunidad. Pero la Bue-na Noticia es que Jesús vuelve para sacara los suyos al mundo y confiarles su pro-pia misión. Cuando le abran las puertas,serán para todos los testigos de esa vidanueva que tanta paz nos da. ¿El primermilagro del Resucitado? Sacar del cená-culo a sus discípulos como portadores de

su Paz. Paz a vosotros, esel saludo del que ha ven-cido la muerte… el regalode su presencia… la mi-sión de vivir pacificados yser pacificadores. Vivir te-merosos sería señal deque no estamos segurosde que él vive para noso-tros. El testigo de Jesúsno puede ser un apóstolapocado. Si vive en nues-tro corazón y contamoscon su Espíritu, ¿cómo nosentirnos reconciliados y

reconciliadores? Jesús nos deja el perdóny la paz al transmitirnos su mismo alien-to, para vivir de su mismo Espíritu. ¡Di-chosos si nos fiamos de él sin haberle vis-to!

Dom. III de Pascua - 18/4/010En la mesa del Resucitado(Jn 21,1-19)

También a los apóstoles les cuesta cre-er en Cristo resucitado. También ellos ne-cesitan de la amorosa paciencia del Ma-estro, para confiar en su nueva forma devivir. Tendrá que volver El, una y otravez, a compartir la mesa con ellos. Losapóstoles vuelven a la pesca, y vuelve Je-sús a hacerse presente en sus afanes y fa-

Domingo de Pascua – 4/4/010Pascua es la plenitud (Jn 20,1-9)

¡Pascua¡ Plenitud del que nos ama has-ta entregarse en la cruz. Pascua=Paso.Pasa Jesús de la muerte a la vida, y no-sotros pasamos con él. Este es el día másgrande que hizo el Señor. ¡Aleluya! Hoy,al amanecer, tenemos que ir al sepulcrovacío con María Magdalena, y correr conella a decírselo a Pedro y Juan. Y volvercon los tres: mirar con el amor del após-tol Juan, y creer con él que el Señor haresucitado, y que la vida nueva que loshombres podemos vivirbrota de esa fuente. Esteevangelio nos relata elinicio de la fe cristiana:cómo Pedro, Juan y MaríaMagdalena se conviertenen creyentes en Jesús.Ella, llevada de su muchoamor, es la primera enhacer con ellos el caminode la fe en Jesús Resuci-tado. El discípulo amado,con el mismo amor, al verlas vendas por el suelo,cree y ayuda a creer a losdemás. En estos primeros albores de lavida cristiana, podemos constatar que elamor es la primera condición para creer:que el Señor resucitado sólo se deja en-contrar por aquellos que lo buscan conamor. Vamos a hacer ese camino con elapóstol Pedro que, en su triple compromi-so de amor, recibirá el encargo de Jesúsde sostener en la fe a sus hermanos.¡Cristo ha resucitado! Que sea enhora-buena.

II domingo de Pascua - 11/4/010Pacificados y pacificadores(Jn 20,19-31)

Esta es nuestra propia historia. Jesúsha resucitado, pero “los discípulos esta-

Aleluya por Jesús Resucitado

PALABRA Y VIDA

Dichosos

si nos fiamos de él

sin haberle visto

Revista Pasionario/119

enas. De nuevo, “aquella noche, no cogie-ron nada”, hasta que llega el Resucitado,y la pesca es tan grande que apenas sipueden sacar la barca a la orilla. En laabundancia del don estaba el Señor. Pro-clamando que estaba llegando la ahorade la Iglesia, para decir con toda la vidaque vivía el Señor de la vida. Y otra vezserá el discípulo amado el primero endescubrir la desmesura del amor: Dios esamor, el Señor es todo don. Ya lo sabemos:donde derrochamos vida y amor, allí secuela y se hace presente nuestro Dios.Qué bueno si, a la luz de esta Pascua, túy yo hacemos como Pedro: “echarnos alagua, al oír que es el Señor”… que Jesúsestá con nosotros y para nosotros. Si,cada domingo, descubrimos que el que in-vita a comer juntos es el Señor. En lamesa de su Eucaristía es donde mejor sa-bremos que VIVE el Señor y nos hace vi-vir a su manera.

IV Dom. de Pascua – 23/4/010“Conocer y dar la vida” (Jn 10,27-30)

Son palabras, de plenitud y de vida quetiene para nosotros hoy el Señor: “Yo co-nozco a mis ovejas y les doy la vida”. La fi-

gura del Buen Pastor les queda más cer-cana a los que viven en el campo. Yo nun-ca olvidaré a aquel pastor bueno que ha-bía en casa y que, un día de fuerte tor-menta de verano, hubo que buscarlo juntoa las ovejas que, lejos, lo estaban pasandofatal. Las conocía una a una y las queríade verdad. Un recuerdo y una imagen delBuen Pastor, que conoce a sus ovejas, con-vive y vive para ellas y que, por el amorque les tiene, escuchan su voz y le siguen.Más aún. Jesús llega a perder por ellas lavida, para estar seguro de no perderlasnunca. Tanto nos quiere, que necesita cui-darnos para que el Padre nos cuide comole cuida a él. Cuánta vida y cuanto gozotienen hoy para nosotros sus palabras.Aunque sus oyentes no se creían que es-tuviera dispuesto a llegar a tanto. PeroJesús no sólo está dispuesto a dar la vidapor los suyos, sino que quiere mantenersesiempre a su lado -que es el nuestro-, paravivir en intimidad con ellos. Qué suerte:que él nos conozca y nos dé la vida; escu-char su voz y seguirle. Merecela pena fiarnos del Buen Pas-tor y convivir con él.

✒ Antonio San Juan

Yo conozco a mis ovejas y les doy la vida.

Revista Pasionario/120

Santa Gema, vivió siempre la Se-mana Santa en verdad y de corazón.“Sin vacaciones”. Cabe, por otra par-te, afirmar que todo el año era paraella “semana de dolor y de compa-sión”. porque la figura del Cristo pa-ciente, que sufre y muere en la cruz,jamás se apartaba de sus días y de sucorazón. A la Pasión de Cristo, uníasiempre Gema sus propios padeceres,siempre intensos. Gema, como Jesús,con quien quiso vivir siempre configu-rada, sufría por el pecado de los hom-bres y mujeres de su tiempo, derramó

sangre por ello, llevó impresas en sucarne las llagas de Jesús.

Gema nos invita hoy a ofrendar alCristo del Getsemaní y del Calvario,la propia vida, con sus más y con susmenos, los pequeños contratiempos ylas mayores dificultades.

No siempre, al acudir a los santua-rios de Gema, uno recibe la respuestaque tal vez esperaba. Pero una cosaes cierta; el Buen Dios, siempre aco-ge, y escucha siempre, aunque de ma-nera tal vez diferente. Ya lo dijo, porotra parte, Pablo, el gran Apóstol: “Sisufrimos con Él, también con Él ycomo Él, resucitaremos a una vidanueva y perdurable”.

¡Feliz Semana Santa!¡Feliz Pascua de Resurrección!

SANTA GEMA EN SEMANA SANTA

Revista Pasionario/121

Sta. Gema, que se venera en la Iglesia

de San Isidro de Gáldar, Gran Canaria.

■ Intervención providencial “Mi niete-cita, nació con cardiopatía grave. A los cincodías de nacer, hubo de ser operada de urgen-cia. Todo muy bien, pero quedando pendienteuna segunda operación, por demás complica-da, según los médicos, que debería realizarsea los ocho o nueve meses. Nuestra preocupa-ción era muy grande. Yo recé con mucha con-fianza a Santa Gema. Lo cierto que la opera-ción, luego de ocho horas de quirófano, fuetodo un éxito. Ahora, la niña tiene ya 20 me-ses, y está preciosa, y con mucha vitalidad.¡Gracias, Santa Gema!

Lucía C. Portillo, Badalona ■

■ Gratitud sincera “Santa Gema, te doylas gracias porque me ayudaste a superar uninfarto. Intercede ante el Señor por mí, por mifamilia, y ayúdanos para seguir fielmente elcamino que Él nos ha señalado. ¡Gracias!

Una amiga de Matapozuelos,Valladolid ■

■ Santa Gema gracias a tu intercesión,estoy segura, superé mi enfermedad bipolarterrible. Te lo pedí con mucha fe, y me escu-chaste. Eternamente agradecida.

Carmen, Madrid ■

■ Gran amiga de Santa Gema “El díasiete de enero fallecía en Carballino, Orense,Doña Mercedes González Pinal. Fue una delas primeras suscriptoras de nuestra revistaen Carballino, gran difusora de la misma, ygran amiga de santa Gema y difusora tam-bién de su devoción. Su recuerdo y su testi-monio perdura vivo en cuantos la conocimos yapreciábamos mucho”

Milagros Sieiro,Corresponsal en Carballino ■

SANTUARIO DE SANTA GEMARINCÓN FAMILIAR

¿Tieneustedalgodeinterésquecomunicar-nos acerca de Santa Gema? Por ejemplo,cultosensupueblooparroquia,fotos,etc.Háganoslo llegar y lo publicaremos en su“RevistaPasionario”.

Gracias

Revista Pasionario/122

XÄ ftÇàÉ VâÜt wx TÜá

ç xÄ cA ZxÜÅöÇ wx fA XáàtÇ|áÄtÉ

XÄ ftÇàÉ VâÜt wx TÜá

ç xÄ cA ZxÜÅöÇ wx fA XáàtÇ|áÄtÉ

año 1900 y fue su director espiritual hasta el11 de abril de 1903, fecha en que murió la san-ta. Seis años después, el 11 de diciembre de1909, murió el P. Germán. Fue enterrado enRoma –en los Stos. Juan y Pablo– pero en 1948sus restos fueron trasladados a Luca, dondereposan junto a los de Sta. Gema Galbani.

A continuación transcribo parte de una car-ta que él escribió a Gema el 7-II-1900:

Gema, hija en Jesús:Poco tengo que contestar a tu larga carta. Tú

amas a Jesús, ¿verdad? Tú le amas mucho, mu-cho, ¿no es así? Entonces, ¿qué temes, de qué du-das, por qué te preocupas? ¿No sabrá Él hacerde padre, de esposo, de todo? ¿Qué importa lo

Los sacerdotes han recibido sacramental-mente el don para enseñarnos, santificarnos yguiarnos. Son maestros, padres y pastores delpueblo de Dios.

El Arzobispo secretario de la Congregaciónpara el Clero, Mons. Mauro Piacenza, dicecómo “la paternidad sacerdotal se muestra,también, mediante la paternidad espiritual detantos confesores, que, sin ruido y con fideli-dad, guían la conciencia de cada uno hacia lavoluntad de Dios”. Ejemplo claro de ello lo te-nemos en el P. Germán, pasionista, gran confe-sor y director espiritual. Con su palabra ilumi-nada, su oración y su vida santa, influyó pode-rosamente en el alma de Gema Galgani guián-dola sabiamente por el camino de la santidad.

XÄ cA ZxÜÅöÇ

íW|ÜxvàÉÜ xáÑ|Ü|àâtÄ

wx fàtA ZxÅtí

Nació el 17 de enero de 1850 en Roma. Des-de su infancia fue un enamorado de Jesús eu-carístico. Se cuenta que, un día, cuando tenía5 años, estando en Misa, comenzó a decir: “¡ElNiño Jesús, el Niño Jesús!”. Su madre le pre-guntó: “¿dónde le ves?”. Y él le contestó: “Se loacaba de comer el cura”.

A los 15 años entró en el Convento de laScala Santa (Roma) de los Pasionistas. Tuvocomo maestro de novicios al Beato BernardoM.ª Silvestrelli.

Además de un gran sacerdote pasionista te-nía conocimiento de muchas ciencias huma-nas, como la arqueología. Bajo su dirección sehicieron excavaciones en los Stos. Juan y Pabloy se descubrió que, la Basílica, estaba levanta-da sobre la casa de estos dos santos mártires.El P. Germán conoció a Gema Galgani en el

AÑO SACERDOTAL

“NoeselpecadorelquevuelveaDiosparapedirleperdón,sinoDiosmismoquienvatraselpecadorylohacevolveraél”.“EstebuenSalvador

estátanllenodeamorquenosbuscaportodaspartes” (Sto.CuradeArs).

Revista Pasionario/123

que te ocurra a ti o a tu alrededor, si gozas o su-fres, si ves claro u oscuro? Tú eres de Jesús, tú vi-ves de Él, en Él y con Él. Nada te podrá faltar.Por tanto, si quieres mi consejo, abandona almay cuerpo en sus manos, sin pensar ni un ápice enti ni en cuanto te afecte, ni en el pasado ni en elfuturo. Sobre todo, humíllate mucho, sin salir ja-más de tu nada. Mientras estemos en el abismode nuestra nada, el enemigo no nos podrá enga-ñar de ningún modo. Como flor de esta hermosavirtud quisiera que hicieras cada día una visitade humildad a Jesús Sacramentado, para ro-garle que te haga conocer bien tu nada, llorartus pecados (...). Ofrece a Jesús tus pobres sufri-mientos por tus pecados (...). Yo ruego por ti yprometo ayudarte si eres fiel a mis pobres con-sejos. Ama mucho, mucho a Jesús, hija; (...). En-comiéndate a Dios. Te bendigo. ¡Viva Jesús!

XÄ fàÉA VâÜt wx TÜá

Cuando el Sto. Cura inició su ministerio enArs, la gente no acudía a sus sermones, cate-quesis ni a Misa. Él mismo decía “soy un sem-brador que siembra entre piedras». Fue un ami-go suyo quien le ayudó a tener esperanza con-tra toda esperanza y seguir sembrando pacien-temente entre sus feligreses la Palabra del Se-ñor. Le dijo: “Usted, Señor Cura, es hijo de la-bradores. Su padre tiene un viña y usted mismoha trabajado en ella. Sabe, pues, que hay queafanarse todo el año. Y, sin embargo, cuandollega el otoño muchas veces se ve que se ha tra-bajado en vano. Pero el viñador no se desanima.

Espera al año siguiente, que quizá no será me-jor. Pero, por fin, el cielo bendice su trabajo y lerecompensa centuplicadamente. También parausted llegará el día en que recogerá su cosecha”.

Sabemos que esto se cumplió sobradamen-te, tanto que, una noche, el Cura de Ars, escu-chó que Satanás le decía: “¡Vianney! ¡Vianney!¡Comedor de trufas...! ¡Ah, mucho me hacessufrir! ¡si hubiera tres hombres como tú en latierra, mi reino sería destruido!”.

✒ Sor Cati de la Trinidad, C.P.Oviedo

bÜtv|™Ç

wxÄ t©É ftvxÜwÉàtÄ(PronunciadaporelSto.PadreBenedictoel19-VI-2009)

Señor Jesús, Tú has querido dar a la Igle-sia, en S. Juan M.ª Vianney, una imagenviva y personal de caridad pastoral, hazque, en su compañía y ayudados por suejemplo, vivamos plenamente este Año Sa-cerdotal. Haz que, como él, podamos com-prender, delante de tu Eucaristía, tu Pala-bra diaria que nos instruye, el tierno amorcon que acoges a los pecadores arrepentidosy lo consolador que es abandonarse a tu Ma-dre Inmaculada.

Haz, Señor, que por intercesión del SantoCura de Ars, las familias cristianas lleguena ser “pequeñas Iglesias” en las que las vo-caciones y los distintos carismas del Espíri-tu sean acogidos y valorizados.

Concédenos, Señor, poder repetir, con elmismo ardor del santo cura, las palabrasque él solía dirigirte:

Te amo, mi Dios, y mi solo deseo es amartehasta el último respiro de mi vida. Te amo, ohDios infinitamente amable, y prefiero moriramándote antes que vivir un solo instante sinamarte. Te amo, Señor, y la única gracia quete pido es aquella de amarte eternamente.

Dios mío, si mi lengua no pudiera decirque te amo en cada instante, quiero que micorazón te lo repita tantas veces cuantas res-piro. Te amor, oh mi Dios Salvador, porquehas sido crucificado por mí y me tienes aquícrucificado por Ti, Dios mío, dame la graciade morir amándote y sabido que te amo.Amén.

Queridos Hermanos,

Durante el presente año 2010, proba-blemente en el mes de septiembre, serádeclarado beato el gran Cardenal JuanEnrique Newman. Se trata de un even-to que alegra a toda la Iglesia, más alláde los confines de nuestra Congrega-ción. Newman, pastor e ilustre teólogoanglicano, profesor en Oxford, entró enla Iglesia Católica en 1845, mediante elBeato Domingo Barberi y tambiéncomo católico desarrolló un muy activoapostolado en diversos campos. La pro-fundidad de su pensamiento no se com-prendió inmediatamente, pero él estaba

seguro de su rectitud y consciente de lavalidez de cuanto enseñaba. Él mismopreveía que tras su muerte sería másvalorado. Y, en efecto, su fama ha creci-do cada vez más y muchos se inspiranhoy en día en él.

Nuestra Congregación tuvo muchoque ver con su conversión. Newmanquedó impresionado antes que nadapor la oración de San Pablo de la Cruzpor Inglaterra. No podía explicarse hu-manamente esta inspiración y creíaque había algo de sobrenatural en ello.Sabía que Pablo había previsto que sushijos llegarían a Inglaterra. La amis-tad con Jorge Spencer, que después se-ría el P. Ignacio de San Pablo, incansa-ble en la promoción de una cruzada deoración por Inglaterra, favoreció aúnmás su cercanía concreta a la Iglesiade Roma.

Pero fue, ciertamente, el Beato Do-mingo el que más le impresionó por susantidad, por la certeza de haber recibi-do la misión de evangelizar Inglaterra,por la fidelidad a esta misión y por elenorme amor que profesó siempre hacialos anglicanos. La Carta a los profesoresde Oxford, escrita por el mismo Beato,es un documento de estima, afecto, y to-tal dedicación, hasta llegar a desear elmartirio en favor de Inglaterra. New-man quedó muy impresionado al cono-cer este trabajo.

Domingo, que fue probablemente elprimero que usó la expresión hermanosseparados para indicar a los cristianosno católicos, compartía con Newman ungran respeto hacia las otras iglesias, queles hacía evitar el desprecio, la hostilidady la difamación que, por desgracia, esta-

BEATIFICACIÓN DEL CARDENAL NEWMAN

Revista Pasionario/124

Cardenal Newman.

El Cardenal Newman, el gran convertido inglés, Cardenal de la Iglesia Católica,será beatificado, probablemente, en Londres, en septiembre. Ante ese anunciogozoso,elPadreOttavianoD’Egidio,SuperiorGeneraldelosPasionistas,hadiri-gidoatodala“FamiliaPasionista”lasiguientecarta:

Revista Pasionario/125

ban tan difundidas entrelos cristianos de las diver-sas denominaciones has-ta, se puede decir, el Con-cilio Vaticano II. En estesentido, los dos son pre-cursores del MovimientoEcuménico y promotoresde un escumenismo fun-dado de manera primor-dial en la estima, al escu-cha y la simpatía hacia elotro. Cor ad cor loquitur,era el lema episcopal deNewman. Y Domingo es-taba lleno de amor hacialos hermanos separados.

El Consejo General de-sea que en esta ocasión serecuerde la gran impor-tancia que tuvo la activi-dad de Domingo Barberi,de Ignacio Spencer y deotros pasionistas enaquella que Newmanmismo llamó SecondSpring, una nueva prima-vera para el cristianismoinglés. Ha sido constitui-da una comisión, con los religiosos Adol-fo Lippi (PRAES), Fernando Taccone(PIET), Giuseppe Comparelli (DOL) yBenedict Lodge (IOS) y la colaboracióndel postulador general, P. Giovanni Zu-biani, para programar publicaciones, en-cuentros y profundizaciones. Han sidocontactadas algunas casas editorialespara la publicación de la Carta a los pro-fesores de Oxford y de otras obras im-portantes del Beato. Se está programan-do un seminario de estudios con el apor-te de especialistas en los estudios new-manianos. Asimismo, serán publicadosdiversos artículos en revistas y periódi-cos nuestros y de otros.

Esta es la ocasión para volver a im-pulsar la promoción de una figura tan

importante para la historia de la Con-gregación y de la Iglesia misma comoesta del Beato Domingo Barberi, cuyagrandeza, como santo, como apóstol ycomo pensador merece ciertamente servalorada mucho más de lo que lo hasido hasta ahora.

Que San Pablo de la Cruz, nuestroPadre, nos bendiga y que el Beato Do-mingo nos acompañe.

✒ P. Ottaviano D’Egidio, C.P.Superior General

Roma, 2 de Febrero de 2010Fiesta de la Presentación

de Jesús en el Templo

Domingo Barberi.

Revista Pasionario/126

La Cruz de Jesús, la Cruz de los jóve-nes, con el Icono de laVirgen bendecidos ensu día por el PapaJuan Pablo II, sigue pe-regrinando por España,hasta alcanzar su “Cal-vario”, su meta, en agos-to 2011, cuando el En-cuentro Mundial de Jóve-nes, en Madrid.

La Cruz, ha venido pe-regrinando por diversasDiócesis de España; en Ma-drid, los primeros meses deeste año. El día 31 de marzo,tras solemne y multitudina-ria despedida, dejó la Capitalhacia otros derroteros, santosy santificadores, de otras Dió-cesis.

Los jóvenes pasionistas espa-ñoles, por su parte, han organi-zado también la peregrinaciónde “su Cruz”, por los diversos co-legios y comunidades de España.La convocatoria y el desarrollo delas respectivas “Jornadas deCruz”, con el mejor resultado.

En el Colegio Pasionista San Ga-briel de la Dolorosa, de Alcalá deHenares, la “Cruz Alzada”, que hanavegado, y seguirá navegando porciudades y campos de Castilla, y másallá, ha despertado verdadero entu-siasmo, de fe compartida. Siempre conla colaboración eficaz de la Directiva,padres, profesores y alumnos del Cole-gio.

La foto, recoge, como en síntesis, algode lo que fue la Jornada del “jornada dela Cruz”, en Alcalá de Henares.

CONOCER A JESUCRISTO. SU PALABRA Y SU MENSAJE

¡Adelante, con la Cruz¡Adelante, con la Cruz

LACRUZPEREGRINAYELICONODEMARÍA

Revista Pasionario/127

¡Adelante jóvenes!uz del 2011, y con vuestras cruces, hasta la meta!

¡Hasta el SÍ incondicional a Cristo!¡Al Cristo de la Cruz!

¡Adelante jóvenes!uz del 2011, y con vuestras cruces, hasta la meta!

¡Hasta el SÍ incondicional a Cristo!¡Al Cristo de la Cruz!

Revista Pasionario/128

CELEBRACIÓNDE LOS 50 AÑOSDE SU MUERTE

El día 2 de febrero de 2010 secumplían los 50 años de su muer-te, día del nuevo y definitivo na-cimiento para los creyentes. Lacomunidad religiosa, fundada porla Madre Magdalena, celebróeste acontecimiento con una Eu-caristía presidida por Mons. An-tonio María Rouco Varela; el díaanterior se había acercado parafelicitar y orar con la comunidad.Todo un gesto de Padre y Pastorhacia esta comunidad contempla-tiva que con su vida oculta y en-tregada, en oración y silencio,son expresión de la dimensiónorante de la existencia cristiana.En la homilía de la celebracióneucarística resaltó los rasgos dela vida de la Madre Magdalena.Su nombre, Magdalena de JesúsSacramentado y su vocación pasionistaestán íntimamente unidos: El Señor Cru-cificado, contemplado en la oración, seofrece y se dona en la celebración euca-rística. Es el único Señor, Ofrecido y Con-templado, el que llena la vida de todocristiano y del alma contemplativa, sien-do ésta reflejo y expresión de la oraciónconstante y agradecida de la Iglesia a suSeñor, muerto por amor y resucitado paranuestra salvación.

UN BREVE PERFIL BIOGRÁFICODE LA MADRE MAGDALENA

María Josefina Teresa Marcucci naciómuy cerca de Luca, patria de SantaGema, el 24 de abril de 1888. Educada en

una familia cristiana y dócil a la llamadade Dios ingresa en el Monasterio de lasReligiosas Pasionistas de Luca el 10 deJunio de 1906; allí tiene como directoresespirituales a Mons. Volpi y al P. Germán,que lo habían sido de Santa Gema Galga-ni. En 1913 junto con otras religiosas via-ja a Méjico para fundar allí un nuevo mo-nasterio de Religiosas contemplativas. Nofue posible aquella fundación, y desdeMéjico viaja a España en 1916. En 1919se funda el Monasterio de las ReligiosasPasionistas de Deusto. En aquel Monas-terio, en 1922 conoce al P. Juan GonzálezArintero, op. que será su director espiri-tual y el que abra para ella un nuevo ca-

La santidad es AmorMadre María Magdalena de Jesús Sacramentado,religiosa pasionista de Clausura (1888-1960)

La santidad es AmorMadre María Magdalena de Jesús Sacramentado,religiosa pasionista de Clausura (1888-1960)

El Sr. Cardenal de Madrid preside la Eucaristía

de los 50 años de la muerte

de Madre Magdalena.

Revista Pasionario/129

mino de apostolado: escritora en la revis-ta La Vida Sobrenatural, con el seudóni-mo de “J. Pastor”. De nuevo en el año1935 volverá a la Comunidad de Luca conel servicio de Superiora. En 1941 retornaa España y funda el Monasterio de lasReligiosas Pasionistas en Madrid. El 10de Febrero de 1960 fallece en este mo-nasterio. Iniciado en 1989 la fase diocesa-na de su Proceso de Beatificación y Cano-nización, fue concluido el 5 de Noviembrede 1991. En la actualidad está en Roma.

EL CENTRO DE SU VIDA

Madre Magdalena es sobre todo una re-ligiosa pasionista de Clausura. De estedon vocacional brota su ser y su incansa-ble actividad. Su vida contemplativa, susviajes y sus escritos fluyen del don in-menso que recibe y de su correspondenciagenerosa. Escribe en su diario: “que yosea un incansable apóstol de tu amor, uncarbón encendido que pega fuego en to-das partes. Esta es la gracia que te pido,

hacerte amar, en vida, en muerte y des-pués de muerta”. El silencio y la ofrendade la propia vida por la Iglesia y la hu-manidad, la disposición a participar en laamorosa pasión de Jesucristo define lavida contemplativa y especialmente lapasionista.

MADRE MAGDALENA, ESCRITORA

El encuentro providencial con el P.Juan González Arintero en 1922 abre unnuevo horizonte de apostolado en su vida.Él le ofrece escribir en la naciente revis-ta La Vida Sobrenatural. Lo hará con elseudónimo “J. Pastor”. Sus artículos ex-presan la intensa vida espiritual, desve-lando su propio camino e invitando a tan-tos a la santidad que ella define, con ver-dad y sencillez, como amor.

Así se expresa en algunas de sus cola-boraciones:

– “¡La muerte de un Dios!; he aquí elmisterio más grande del amor. ¡UnDios muerto por el hombre!, misteriode los misterios que formará el gozoeterno de los bienaventurados en laGLoria. Si entendiéramos esto, sinnecesidad de otras consideraciones,pues ninguna tiene tanta fuerzacomo ésta, deberíamos ponernos altrabajo de nuestra santificacióncomo impelidos por la fuerza de tan-to amor. No se puede hacer más quedar la vida por los que se ama: “Na-die tiene mayor amor que éste dedar uno la vida por sus amigos” (Jn15,13) (cf. Todo lo puede el amor, dela obra la Santidad es amor, pág. 33).

– “Quiere asociarnos a Él en grandeobra de la redención... quiere quenuestra tristeza se convierta engozo; que nuestras llagas resplan-dezcan un día como las suyas glorio-sas... Acerquémonos a Él, porqueestá especialmente cerca de aquelque se acuerda de su Pasión y de sumuerte... ¡Hemos quedado heridos!Nuestro corazón, nuestra mente iráa Ti con frecuencia. Tus palabras

Sagrario de la capilla

de M. Magdalena.

Sagrario de la capilla

de M. Magdalena.

Revista Pasionario/130

‘Acuérdate de mí’ las tengo grabadasen la mente y en el corazón. Correréa socorrerte con mi amor y con eltuyo esperando me llames al marti-rio de amor y de sangre y poder de-cir: ‘Amor por amor, vida por vida’ ”.

– “La santidad es amor. El más tierno,el más delicado, y al mismo tiempoes más cierto y seguro, porque elamor tiende siempre a la semejanza.El alma que ha penetrado el inefablemisterio de amor que encierra lasantidad, ya no tiene que hacergrandes esfuerzos para conseguirla.El amor mismo la conduce... El se-creto de la santidad es el amor... ¡Se-ñor, enseñamos el Amor! Pero si to-davía no somos capaces de penetraren las profundidades de la divina ca-ridad, en el abismo sin fondo que en-cierra la Pasión y muerte de Jesús,esperemos con ardor esa hora, puesallí tendremos que llegar si quere-mos alcanzar la perfección. El Calva-

rio es y siempre ha sido la cima detoda santidad, y en lo más alto delamor es donde únicamente se podrádecir cómo Jesús ‘todo está cumplido’de nuestro amor por Él... No tema-mos. Amemos, procuremos avivar decontinuo este fuego divino en nues-tros corazones. El amor nos daráfuerza y valor... El amor me llevarádonde yo solo con mis fuerzas nopuedo. Con Teresa de Lisieux diré:Sea el amor el ascensor que suba alas almas pequeñas al Calvario” (lasantidad es amor).

La celebración del cincuenta aniversa-rio de su muerte ha sido una ocasiónpara convertir en noticia su vida y la delas hermanas pasionistas de clausuraque en el silencio de su vida orante yoculta son sabia y sentido para el mundo,testigos agradecidos del amor deslum-brante de Dios.

✒ José Luis Q.

Sepulcro de Madre Magdalena.

Revista Pasionario/131

ar la vida, toda la vida, por amor,ese es el testimonio preclaro denuestro Apóstol Santiago.

La vida es el don supremo queDios nos ha reglado. Un don, no para de-rrochar, sino para dar más vida.

Quien ama, no tergiversa, no juzga, nomiente, se entrega.

Quien ama, vive siempre actitud positi-va, de entrega. Hasta dar la vida, sin mas,amando y sirviendo.

SANTIAGO, EL APÓSTOL, actuó así,porque aprendió a amar en la escuela delÚnico Maestro, Jesús. Santiago, confirmósu amor al Señor y a los hermanos, derra-mando su sangre por amor. A lo largo detoda su vida, fue testigo, dio testimonio.Dice el Libro de los Hechos, “El Rey Hero-des, hizo pasar a cuchillo a Santiago, her-mano de Juan” (Hechos 12,2).

Santiago, nunca buscó ser estimado nialabado, ni aplaudido. Su madre, había pe-dido para él y su hermano Juan un puestoprivilegiado. Pero lo que le tocó en suertefue beber el cáliz del Señor”.

Santiago aprendió la lección del sabervivir y morir, en la escuela del Único Ma-estro, Jesús (Jn L, 38-39). De manera es-pecial también cuando fue testigo de laTransfiguración del Señor (Luc 9, 28-36).

Santiago, sólo buscó amar y servir, sinmiedo a la cruz, sin miedo al desprecio.Santiago, no sólo aprendió sino que tam-bién vivió y sembró las enseñanzas delMaestro.

Una venerable tradición afirma que,evangelizando en España, cansado, decep-cionado, dejó la tierra de Galicia... Ya enZaragoza, y con lágrimas en los ojos, mira-ba al cielo. De manera sorprendente, unamujer, diferente, se le acerca y le dirige lapalabra: “¿Hacia dónde te encaminas, San-tiago? Su respuesta, “mira, aquí no hayque hacer, estoy cansado, decepcionado”.La mujer, era María, la “Virgen del Pilar”,quien le responde, “bien, levántate y sigue,que yo iré a Galicia”. Según la tradición,Santiago la reconoce, y le contesta: “No,María, yo volveré allí, y allí me quedarépara siempre”.

Quizá Santiago recordó la otra escena,cuando las bodas de Caná, la intervenciónallí de María y su indicación a los sirvien-tes, “haced lo que Él os diga” (Jn 2,5).

Desde entonces, y luego de otras idas yvenidas, Santiago se quedó en Galicia parasiempre. Y allí sigue acogiendo peregrinos,secando lágrimas.

Santiago los anima en su “Camino”, ensu peregrinación hacia Compostela. Y yaallí, en “O monte do Gozo”, los peregrinos,ilusionados por haber alcanzado su meta,clavan ya la mirada en las torres del tem-plo-catedral, y saborean la alegría del en-cuentro, y seguramente rezan:

“Gracias, Señor Santiago, por habermeconducido hasta aquí, hasta tu sepulcro.Me siento abismado ante tantas maravi-llas. De ahora en adelante, me propongoseguir con mayor fidelidad a tu Hijo, miMaestro, la Palabra hecha Carne, Y mepropongo anunciar tu evangelio, comoSantiago, hasta dar la vida, y te diré comoPablo, “¡Hay de mi si no anuncio tu evan-gelio!”. Que toda mi vida sea, como fue latuya, Apóstol Santiago, amor y testimo-nio”. Amén.

✒ Aniceto Rey

W

2010, AÑO SANTO JACOBEO

SANTIAGO, APÓSTOL Y TESTIGOSANTIAGO, APÓSTOL Y TESTIGO

también perdona ynos recibe a todoscomo a hijos.

Ve que uno de losladrones le pide quese acuerde de él,cuando se encuentreen su reino, y oyeque Jesús le dice:“En verdad, en ver-dad, te digo que hoyestarás conmigo enel paraíso”, Lc 23,43, y María presien-te con dolor que a suHijo le quedan mi-nutos contados de

vida; pero antes pone sus ojos en su Madre y enel discípulo a quien tanto quería allí presente,y les dice:”Mujer, he ahí a tu hijo, y luego dijoal discípulo: He ahí a tu madre”, Jn 19, 26.

Es el testamento que Jesús hace antes demorir, en favor de su Madre, dejando en susmanos y confiando a sus cuidados todo cuantodejaba en la tierra: sus discípulos y su Iglesia.

San Juan, “desde aquella hora la recibió ensu casa”, Jn 19, 27, y esta es la respuesta quela Iglesia nos pide que le demos a Jesús, todoscuantos nos confesamos sus discípulos: que re-cibamos a su Madre, muy dentro de nuestrocorazón, como Madre nuestra.

MARÍA EN EL DESCENDIMIENTODE JESÚS

La Iglesia recuerda y celebra el Descendi-miento de Jesús en la XIII de las estacionesdel Vía crucis, con este emocionante anuncio:“Jesús bajado de la Cruz y puesto en brazosde su dolorosísima Madre”.

San Mateo nos presenta a José de Arimateacomo único protagonista de la escena: “Llegadala tarde, vino un hombre de Arimatea, discípu-lo de Jesús. Se presentó a Pilato y le pidió elcuerpo de Jesús. Pilato entonces, ordenó que lefuese entregado. Él tomando el cuerpo, lo en-volvió en una sábana limpia y lo depositó en supropio sepulcro, nuevo del todo, que había sidocavado en la peña, y corriendo una gran piedraa la puerta del sepulcro, se fue”, Mt 27, 57-60.

San Juan nos habla de Nicodemo, tambiéndiscípulo oculto de Jesús quien se acercó al Cal-vario con cien libras de mezcla de mirra y áloe,y que uniéndose a José de Arimatea, le bajaronde la cruz y le amortajaron; “Tomaron pues, elcuerpo de Jesús y lo fajaron con fajas y aromas,

MARÍA JUNTO A JESÚS EN EL CALVARIOHemos contem-

plado a María enBelén, embelesada yradiante, con suHijo, el Niño Dios,en sus brazos ape-nas nacido, rebosan-te de ternura y deamor reconfortante.Hoy la vemos sobreel Calvario, transidade dolor y con la es-pada de dolor profe-tizada en aquel en-tonces, por el ancia-no Simeón, traspa-sando inmisericordesu sensible corazón.

La misma iglesia reconoce la inmensidad desus penas y en sus celebraciones litúrgicaspone en sus labios las palabras lastimosas delprofeta Jeremías: “Oh, vosotros cuantos pasáispor el camino, mirad y ved si hay dolor seme-jante a mi dolor, al dolor con que yo soy ator-mentada”. Lam 1, 12.

MARÍA, A LOS PIES DE LA CRUZ DE JESÚS

El evangelista San Juan nos presenta a laMadre de Jesús con María Magdalena y laotra María, junto a la Cruz de Jesús en el Cal-vario: “Estaban junto a la Cruz de Jesús, suMadre y la hermana de su Madre, María deCleofás y María Magdalena, en el Calvario”,Jn 19, 25.

San Mateo cuenta también entre las muje-res, a “la madre de los hijos de Zebedeo”, Mt27, 56, de la cual San Juan no hace memoriaquizá por tratarse de su madre, como tampo-co nos lo dice de si mismo.

María tiene sus ojos clavados en Jesús quesufre el desgarro de todo su cuerpo que se de-sangra, clavado en la Cruz y sufre en su almael abandono de sus discípulos, la injusticia detodos los grandes del pueblo y la ingratitud ytraición de Judas y de cuantos se habían sen-tido favorecidos por sus milagros.

María sufre en su corazón cuanto su Hijo pa-dece en su cuerpo, y Ella misma se ofrece al Pa-dre como víctima, al igual que le ofrece al Hijo;porque más que conservar su vida y la del Hijo,quiere que todos los hombres se salven.

Oye a su Hijo Jesús que le pide perdón alPadre, por quienes le están matando y Ella

Revista Pasionario/132

según es costumbre sepultar entre los judíos”.Jn 19, 40.

No nos dice nada, sin embargo, de sí mismo,ni de María y las mujeres que no tenemos porqué pensar que estuvieron allí sin hacer nada.

Tampoco es admisible presentar en exclusi-va a Nicodemo, José de Arimatea y Juan,como los únicos implicados en el descendi-miento de Jesús y ver como simples especta-doras a María como desfallecida y sostenidapor las otras dos Marías, como lo hacen algu-nos artistas nada afortunados.

María, por el contrario, recibe con toda en-tereza de Madre, en sus brazos, al cuerpomuerto de su Hijo Jesús, le reclina con ternu-ra sobre sus rodillas, le riega con sus lágrimasy le abraza contra su corazón traspasado.Contempla a su Hijo muerto, y piensa en no-sotros a quienes Jesús nos ha confiado a suamor y a sus cuidados. Su muerte nos ha dadola vida y quiere que su propia Madre nos cui-de como a hijos, para que nadie de cuantoscrean en El se vea privado de estar con El enel Reino del Padre para siempre.

MARÍA EN LA SEPULTURA DE JESÚS

El evangelista San Juan es quien nos diceque Jesús fue sepultado en aquel monte delCalvario muy cerca del lugar de la crucifixión:“Había cerca del sitio donde fue crucificado,un huerto y en el huerto un sepulcro nuevo enel cual nadie había sido enterrado. Allí, a cau- sa de la Parasceve de los judíos, por estar cer-

ca del monumento, le pusieron a Jesús”, Jn.19, 41-42.

En el enterramiento de Jesús, solamente sehabla de José de Arimatea y Nicodemo.

De María no se nos dice nada y a María Mag-dalena y María de José se las presenta comosimples espectadoras, Mt. 27, 61; Mc. 15, 47.

Es muy lógico, sin embargo, pensar que fue-ron ellas, María y las otras dos mujeres, lasencargadas de limpiar y embalsamar el cuer-po de Jesús y de amortajarle con las fajas, loslienzos y la sábana.

Para María con la muerte de Jesús no todoha terminado. Sabe que su Hijo antes de mo-rir nos ha confiado a cuantos íbamos a creeren El, a su amor y a sus cuidados, y Ella nosabre sus brazos de Madre fiel y cumplidora,consciente de que esta nueva misión que Je-sús le ha confiado, ha de prolongarse en favorde todos los hombres, hasta el finde los tiempos. Y por eso, a la Vir-gen Dolorosa, la llamamos tam-bién: Madre de la Santa Espe-ranza.

✒ P. Eutiquio López, C.P.

Revista Pasionario/133

Revista Pasionario/134

LA PALABRA DEL PAPA

LA SABIDURÍA DE LOS POBRES(HomilíadelPapaBenedicto,enlaEucaristíaconlosmiembros

delaComisiónTeológicaInternacional-Roma,diciembrede2009)

Durante toda la vidapública del Señor nos en-contramos con la mismacuestión. No está al al-cance de los doctos com-prender que ese hombreindocto, galileo, pueda serrealmente el Hijo de Dios.Para ellos sigue siendoinadmisible que Dios, elgrande, el único, el Diosdel cielo y de la tierra,pueda estar presente enese hombre. Lo sabentodo; conocen tambiénIsaías 53, todas las gran-des profecías, pero el mis-terio permanece oculto. Yes revelado, en cambio, alos pequeños: desde laVirgen hasta los pescado-res del Lago de Galilea.Éstos lo saben, como también lo sabe el ca-pitán romano al pie de la cruz: ése es elHijo de Dios.

DIOS, SE REVELAA LOS HUMILDES

Los hechos esenciales de la vida de Jesúsno pertenecen únicamente al pasado, sinoque están presentes, de diferentes maneras,en todas las generaciones. Así también ennuestro tiempo, durante losúltimos doscientos años, ob-servamos el mismo fenómeno.Hay grandes doctos, grandesespecialistas, grandes teólo-gos, maestros en la fe, quenos han enseñado muchas co-sas. Han penetrado en los de-talles de la Sagrada Escritu-ra, de la historia de la salva-ción, pero no han podido verel misterio en sí, el núcleo au-téntico: que Jesús era real-mente Hijo de Dios, que elDios trinitario entra en nues-

tra historia, en un mo-mento histórico determi-nado, a través de un hom-bre como nosotros. ¡Loesencial ha permanecidooculto! Podríamos fácil-mente citar grandes nom-bres de la historia de lateología de estos doscien-tos años de los que hemosaprendido mucho, pero acuyos ojos del corazón nose ha abierto el misterio.

TAMBIÉN HOY

Por el contrario, tam-bién en nuestro tiempohay pequeños que han co-nocido ese misterio. Pen-semos en Santa Bernardi-

ta Soubirous; en Santa Teresa de Lisieux,con su nueva lectura de la Biblia «no cien-tífica», pero que penetra en el corazón de laSagrada Escritura, y en los santos y beatosde nuestro tiempo: Santa Joséfina Bakhita,la beata Teresa de Calcuta, San Damián deVeuster. ¡Podríamos citar a tantos!

Pero de todo ello surge la pregunta: ¿Porqué es así? ¿Es el cristianismo la religión delos ignorantes, de las personas sin cultura,sin formación? ¿Se extingue la fe allí dondese despierta la razón? ¿Cómo se explica

esto? Quizá tengamos que re-currir una vez más a la histo-ria. Es verdad lo que Jesúsdijo, lo que podemos observaren todos los siglos. Y, sin em-bargo, hay una «especie» depequeños que son tambiéndoctos. Al pie de la cruz estála Virgen, la humilde esclavade Dios y la gran mujer porDios iluminada. Y está tam-bién Juan, pescador del Lagode Galilea, pero se trata pre-cisamente de ese Juan al quela Iglesia llamará a justo tí-

Revista Pasionario/135

tulo «el Teólogo», pues en verdad supo ver elmisterio de Dios y anunciarlo, penetrandocon ojos de águila en la luz inaccesible delmisterio divino. Así, también el Señor, des-pués de su resurrección, en el camino deDamasco, toca el corazón de Saulo, uno delos doctos que no ven. Este mismo, en suPrimera Carta a Timoteo, se define «igno-rante» en aquel tiempo, pese a sus conoci-mientos. Pero el Resucitado lo toca: se vuel-ve ciego y, al mismo tiempo, se vuelve real-mente vidente, empieza a ver. El gran doctose hace pequeño, y precisamente por eso veesa necedad de Dios que es sabiduría, cono-cimiento mayor que toda ciencia humana.

DÓCILES AL ESPÍRITU

Podríamos seguir leyendo toda la historiade esta manera. Sólo una última observa-ción. Estos doctos sabios, en la Primera Lec-tura se presentan de otra manera. Ahí sofíay sínesis son dones del Espíritu Santo queresiden en el Mesías, en Cristo. ¿Qué signi-fica esto? De ello se desprende que existeun doble uso de la razón y una doble formade ser sabios o pequeños. Hay una forma deusar la razón que es autónoma, que se sitúapor encima de Dios, en toda la gama de lasciencias, empezando por las naturales, don-de se universaliza un método apto para lainvestigación de la materia: un método enel que Dios no entra, y por lo tanto no está.Y así sucede, por último, también en la teo-logía: se pesca en las aguas de la SagradaEscritura con una red que permite cogersólo peces de un determinado tamaño, y loque no se corresponde con éste no entra en

la red y, por lo tanto, nopuede existir. De esta for-ma, el gran misterio de Je-sús, del Hijo humanado, sereduce a un Jesús históri-co: una figura trágica, unfantasma sin carne ni hue-sos, un hombre que perma-neció en el sepulcro, se co-rrompió y murió realmen-te. El método sabe «captar»determinados peces, peroexcluye el gran misterio,porque el hombre hace desí mismo su medida: tiene

esa soberbia, que al mismo tiempo es tam-bién una gran necesidad, ya que absolutizaciertos métodos inadecuados para lo gran-de; entra dentro de ese espíritu académicoque hemos visto en los escribas, quienesrespondan a los Reyes Magos: No me con-cierne, permanezco enclaustrado en miexistencia, que no queda alcanzada. Es laespecialización que ve todos los detalles,pero que es incapaz de ver ya la totalidad.

LA GRANDEZA DE DIOSY LA PEQUEÑEZ DEL HOMBRE

Hay otra forma, sin embargo, de emplearla razón, de ser sabio: la del hombre que sereconoce a sí mismo, que reconoce su propiamedida y la grandeza de Dios, abriéndoseen humildad a la novedad de la acción deDios. Y así, precisamente aceptando su pe-queñez, haciéndose pequeño como realmen-te es, alcanza la verdad. De esta manera,también la razón puede expresar todas susposibilidades; lejos de extinguirse, se dilata,se hace mayor. Se trata de otra sofía y síne-sis, que no excluye del misterio, sino que esprecisamente comunión con el Señor, en elque residen ciencia y sabiduría, con sus co-rrespondientes verdades.

Queremos orar en este momento paraque el Señor nos dé la humildad auténtica.Que nos conceda la gracia de ser pequeñospara poder ser realmente sabios; que nosilumine, que nos muestre su misterio degozo en el Espíritu Santo; que nos ayude aser teólogos auténticos que pueden anun-ciar su misterio por haber sido alcanzadospor él en el hondón de su corazón, de suexistencia. Amén.

El Papa Benedicto,

con el Padre Martín Bialas,

antiguo alumno suyo,

y siempre amigo.

Revista Pasionario/136Revista Pasionario/136

DOS DATOS SIGNIFICATIVOS

Dos visitas, importante una, sin relieveespecial la otra, motivan el tema y el tí-tulo de este artículo. Me refiero a la pre-sentación de sus credenciales al Papa elnuevo Embajador de Cuba ante la SantaSede y la visita de cortesía que hemos te-nido los Pasionistas este mes de enero dela Directora de Asuntos Religiosos. Portercera vez en los últimos siete años ha

venido a dialogar con nosotros acompaña-da de los principales miembros de su Ga-binete. Una visita más de la que realiza aObispados, Seminarios, Congregaciones yCentros de la Iglesia.

Esta segunda noticia que en España notendría la menor importancia, en Cubatiene gran significado. Más que el conoci-miento de nuestros problemas y dificulta-des revela signos de cambio y apertura.Entre otros asuntos, expusimos la incon-veniencia el depósito de escombro que seha formado al costado de la iglesia, desafi-nando la belleza no sólo del templo sino dela calle que debe hacer honor a su nombrepues se llama Vista Alegre. Terminada lavisita fuimos todos a ver el basurero: con-vinieron con nosotros en la urgencia deeliminarlo y prometieron solución.

SIGNOS DE APERTURA

Cumplan o no la promesa, lo más sig-nificativo de estas visitas es el cambioque se está obrando. Desde que en 1998se oyeron las palabras de Juan Pablo II:“Que Cuba se abra al mundo y el mundose abra a Cuba”, se viene potenciando elentramado de relaciones con las nacionesy con organismos internacionales...

Desde que tomó el poder Raúl Castro,esta apertura ha tomado notable impulso.Es evidente la importancia de establecerun vínculo mayor con todos los países ycon todas las entidades internacionales yregionales. Por otra parte hay que desta-car la sabiduría política y buena voluntadde líderes de otras naciones que corres-ponden a esta apertura de nuestro gobier-no. Con el poderoso vecino del Norte si-guen los conflictos. Es verdad que EstadosUnidos ha manifestado la disposición demejorar las relaciones con Cuba pero in-curren en contradicciones enormes.

IGLESIA-GOBIERNO,NUEVAS RELACIONES

Quiero destacar hoy el cambio entre elGobierno y la Iglesia desde los primerosaños de revolución. Quedan lejos aquellos

EL MUNDO, LA VIDA, LA IGLESIA

En Cuba,crecela esperanza (I)

En Cuba,crecela esperanza (I)

Revista Pasionario/137

días tristes que recordaba hace unos me-ses el obispo emérito de Pinar del Río,José Siro González, en la homilía de susBodas de Oro Sacerdotales: «...He cruza-do el desierto y el Mar Rojo, acompa-ñado de hombres y mujeres que vie-ron de pronto cambiar sus vidas pe-reciendo algunos en la cárcel o en elparedón de fusilamiento: buscandootros un exilio involuntario que seconvierte en destierro: otros per-diendo sus bienes y con ellos su ho-rizonte; muchos abandonando la fede sus padres o, peor aún, cambián-dola por un puesto en el tren de lostriunfantes: y tantos mareados y en-cerrados por las nuevas estructurasaceptando impasible los vuelcos deuna realidad desconcertante y deses-peranzadora...” Quedan lejos tantas si-tuaciones parecidas que tanto afectaron ala Iglesia.

Cuando se proclamó la condición socia-lista de la Revolución y su adhesión a la

Unión Soviética se apoderó de los católi-cos cubanos el temor de que pudiera pro-ducirse el aislamiento de nuestra Iglesiacomo sucedió en los países de EuropaOriental. Perder la comunicación con elPapa y las relaciones tradicionales conotras Iglesias tan cercanas a nosotros,como España, América Latina, EstadosUnidos y Canadá, hubiera sido doloroso.Pero fue providencial, –casi sorprenden-te–, que no se rompieran las relacionescon la Santa Sede. El Cardenal de La Ha-bana, Jaime Ortega, ha reconocido la di-ferencia en una conferencia pronunciadael año pasado en Alemania: “...Pronto nosdimos cuenta en Cuba que si muchas delas medidas que se aplicaban a la Iglesiaen nuestro país tenían el mismo sabor ycolor del estalinismo que pervivía aún enlos países de Europa del Este y en la mis-ma Unión Soviética, las situaciones nollegaban generalmente a ser una enverga-dura tan trágica como las que aquejabana los países satélites de Moscú”.

“GRACIAS SEAN DADAS A DIOS...”

Y el mismo añade: “Podemos dar gra-cias a Dios por haber mantenido siemprela Iglesia en Cuba esa relación con laSanta Sede Apostólica que posibilitó vivirla catolicidad y mantener la libertad paranombrar a sus obispos sin ningún retogubernamental, sin que hubiera nuncarupturas en la comunión esencial entre elsucesor de Pedro y los Obispos, como haocurrido en China”.

Es verdad que hubo grandes dificulta-des para la Iglesia en relación con el go-bierno, si bien la comunidad eclesial no sevio aislada de la Iglesia universal por elbuen hacer de la Santa Sede y del Papa,ya que no se rompieron las relaciones conel Vaticano. La Nunciatura Apostólica lle-gó a ser en estos tiempos el único puentede comunicación entre la Iglesia en Cubay el Poder Civil. Ciertamente, aunque nose rompió no fue fácil la comunicacióneclesial y mucho menos amplia.

✒ P. Carlos ElizaldeMisionero en Cuba

Mesa familiar en La Habana.

El acto tuvo lugar el sábado, 20 de fe-brero. En el patio interior del Colegio

San Gabriel de Alcalá de Henares, en losjardines de Educación Primaria, reclina-da sobre un abeto gigante, el equipo dePastoral había colocado una cruz sencillade madera. Los niños llenaron los brazosde esa cruz de pequeños trozos de papelen los que primero habían escrito un pro-pósito o una sencilla oración.

Fueron llegando poco a poco los papásde los niños. Se unieron enseguida a laprocesión que se detendría, apenas inicia-da, ante las estatuas de san Pablo de laCruz y de san Gabriel de la Dolorosa queadornan el jardín. Nadie hablaba. Rezá-bamos todos. Los curas, delante de laimagen de nuestro Fundador musitába-mos interiormente: “Oh Dios, que paraanunciar la palabra de la Cruz, inflamas-te de ardiente celo al sacerdote San Pablode la Cruz, nuestro Padre…”

Y al poner los ojos en el joven de Asís,pedíamos con fe: “Oh Dios, que imprimis-te tan profundamente en el corazón deSan Gabriel de la Dolorosa las penas deCristo tu Hijo y los dolores de la VirgenMadre…”

La Cruz cubría la cabeza de quienes lallevaban en procesión camino de la capi-lla de Colegio. Después, y antes de entraren el templo, sería levantada en alto paraque los ojos de todos se clavaran en ella:“Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimosporque con tu Santa Cruz redimiste almundo”.

Nos acercamos todos y besamos laCruz.

Hacia las diez y media de la noche nosjuntábamos otra vez para vivir intensa-mente una vigilia de oración. Uno de losalumnos mayores lo contaba así: “La aco-gida fue enorme por parte de padres yalumnos. Y el ambiente, de absoluto reco-gimiento. Los que tuvimos el honor depreparar aquella función pudimos sentir-nos orgullosos.

La gente, es verdad, contribuyó con suasistencia, pero también y sobre todo, consu disposición interior. Me atrevo a decirque en aquellos momentos de oración to-dos los sentimos más cerca de Dios. So-mos muy jóvenes, pero, así y todo, me pa-rece que logramos crear un clima de me-ditación”.

Un recorridocon la Cruza cuestas

OTRA JUVENTUD

Revista Pasionario/138

Revista Pasionario/139

da del Papa a Madrid, no podemos disi-mular nuestra tristeza al dejarla en bra-zos otros compañeros, novicios pasionis-tas de Daimiel que se la llevan a CiudadReal.

Y es que esa Cruz nos ha dado muchasalegrías y ha hecho que brotaran ennuestra alma los mejores deseos. Sobretodo desde que los sacerdotes de aquí nosexplicaron cómo precisamente la Cruz esla mayor prueba de amor que Dios sientepor el hombre.

Tampoco yo sabría explicarlo. Pero algoadivino cuando levanto los ojos al crucifi-jo y, como me han explicado, esa sangre,esas heridas, esas llagas y esa muerte deDios son sencillamente una prueba, es-tremecedora por cierto, del cariño que Élsiente por el hombre. Y me pa-rece que sobran las palabras”.

✒ Alberto [email protected]

También es cierto que en la celebraciónde este Itinerario de la Cruz no se encon-traban solos los jóvenes de Alcalá. Habí-an llegado compañeros de Santander, Bil-bao, Valencia, Valladolid y Ciudad Real.Tres de ellos, novicios pasionistas.

Al día siguiente comenzábamos la jor-nada del domingo con la misma ilusión ycon idéntico entusiasmo. Presidía la Eu-caristía el padre Provincial, José MaríaSáez, acompañado en el altar de variossacerdotes, hijos todos de San Pablo de laCruz.

Me permito destacar entre ellos la fi-gura del padre Juan Manuel Benito, infa-tigable apóstol de la juventud en el Cole-gio, que consagra su vida al apostolado dela promoción vocacional. Él había adorna-do con anterioridad el hall de entrada coninvitaciones a seguir más de cerca de aJesús.

Había llenado la pared de crucifijos,precisamente cuando en muchos Colegiosy lugares públicos han decidido retirarlosde la circulación. Aquí, no. Aquí la figurade un Dios que sufre y muere por noso-tros tiene la mejor acogida. ¡Y tan felices!

Uno de los jóvenes asistentes a este en-cuentro comentaba después: “Ya ha em-pezado en nuestro Colegio el Itinerario dela Cruz. Y aunque ésta nos la devuelvanel próximo año, coincidiendo con la veni-

Revista Pasionario/140

En la sierra de Chilla, un ramal de lacordillera occidental de los Andes, en

la provincia del volcán Cotopaxi, y en lacolina de Yugsiloma está el caserío deCuicuno. Aquí es donde se sitúa el mila-gro del Señor del Árbol que llega hastanosotros desde el siglo XVII.

¿Leyenda o realidad?

Antaño, Yugsiloma no era sino un olvi-dado pajonal peinado y despeinado por elviento helado que llega desde el volcánCotopaxi, de 5.897 metros de altitud. Atal soledad, cuenta la leyenda, llegó el in-dio Domingo, antiguo guasicama, con sumujer Feliciana y dos hijos aún niños. De-cidieron quedarse en aquel despoblado ycompraron a un español llamado Rovayo,dueño de las tierras, un lote de terrenopor el valor de dos pesos y medio, el aho-

rro de toda su vida. Domingo levantó suchoza, sembró algunos árboles para tem-blar el viento y cuidó un pequeño rebañode ovejas. De los árboles plantados soloarraigó un quíshuar molle, un árbol de lazona andina.

Árbol quíshuar molle

El árbol desarrolló un poderoso tronco,fuertes ramas y una fonda tupida enpoco tiempo, lo cual fue motivo de admi-ración. Un mal día, Domingo notó que sele había perdido una oveja y culpó al ár-bol. “Aquí se han de esconder malos espí-ritus”, dijo muy enfadado y fue en buscadel hacha. Desgajó la primer rama y alhacerlo pudo ver con claridad el milagroperfectamente tallado en el tronco, Cris-to Crucificado lo miraba. Sus brazos eranlas dos ramas del árbol aún ilesas, llenasde hojas. Domingo, corriendo, llamó a Fe-liciana y a los niños, tiró el hacha y derodillas, con los suyos, adoraron al Señordel Árbol.

¿Nacido o hechizo?

Al poco tiempo, frente a la increíbleimagen, llegó la discusión de si era “naci-do o hechizo”. El Obispo de aquel lugar,Monseñor Alfonso Sarzosa explicó que elpueblo creía firmemente que era “naci-da”, que no intervino mano humana ensu talla, y lo comparaba al poncho del in-dio Juan Diego que quedó reflejada laimagen de Nuestra Señora de Guadalu-pe. L os que se opusieron al caso, recuer-dan que el propio Domingo recibió en lamañana del día del milagro a un “desco-nocido” con quien no habló por sospecharque se trataba del ladrón de su oveja. Yen lugar de ir en su busca fue a por el ha-cha y atacar al árbol; cuando lo buscaronel desconocido había desaparecido. Segúnlos que creen que la imagen es “hechiza”,o sea obra de mano humana, suponen queese desconocido fue el escultor que al ter-minar su talla fue en busca del indio Do-mingo para mostrársela. En estos térmi-

EL SEÑOR DEL ÁRBOL

Las procesiones con acerbo popular

son notorias en la fiesta del Señor del Árbol.

POR LOS CAMINOS DEL MUNDO

Revista Pasionario/141

lejanía. A alguien que le consuele y seacuerde de él”.

Milagros

No es posible relatar todos los milagrosdel Señor del Árbol de Cuicuno. Ha pro-ducido el arrepentimiento de muchas per-sonas, ha curado la infidelidad de mari-dos y mujeres, ha vuelto al hogar a mu-chos hijos pródigos, ha devuelto la fe a in-crédulos, ha dado fin a sequías, ha cura-do enfermos, ha salvado a muchos de lamiseria, ha encontrado a animales perdi-dos, ha ayudado a trabajadores humildesa escapar de las garras de los usureros...y su devoción llega hoy a muchos pueblosde Ecuador, como Pomasqui y a otros depaíses latinoamericanos. Su fiesta se ce-lebra en los días 13 y 14 de diciembre ysu santuario pertenece al Obispado y alos descendientes de la Familia Rovayo.

¡Señor del Árbol, ruega por nosotros!

✒ José Fernández del Cacho

nos queda la cuestión, pero se hace notarque el pretendido escultor desapareció ynunca más volvió, y que los escultores notrabajan tallando árboles vivos, su mate-ria siempre es madera seca.

Descripción de la imagen

He aquí la descripción que hace Mon-señor Sarzosa del Señor del Árbol: “Comoprotegido por la cavidad del tronco estátallado el cuerpo del Señor. Sus brazos seextienden hacia las dos ramas en longi-tud desproporcionada. Tiene su cabeza er-guida, sus labios entreabiertos, sus ojosopacados de infinita tristeza. Sus pies es-tán juntos, uno sobre otro. Todo su cuerpoestá plagado de llagas. Sus rodillas, hom-bros y tobillos presentan muchas heridas.Su rostro y cuerpo surcados por sangre.Su rostro amoratado, renegrido, sus cabe-llos mesados y humedecidos por la sangreque la corona de espinas arranca de sucabeza. La expresión de su rostro es deangustia y sus ojos buscan a alguien en la

En Ecuador son varios

los Santuarios

con el Señor del Árbol

como titular,

ésta es la fachada principal

del Santuario

de Pomasqui (Quito).

Revista Pasionario/142

Beca a Santa Gema Galgani(En memoria del Padre Leandro G. Monge, Pasionista)

Agradecen y piden Favores a Santa Gema

Descansan para siempre en el Señor

Angela Padorno (Madrid) 20 €

Milagros Urizarna (Burgos) 20 €

Flor Urizarna (Burgos) 20 €

Mercedes Martín Jiménez (Madrid) 37 €

Eutimia Muñoz Martín (Barcelona) 12 €

Catalina Castro Sánchez (Granada) 13 €

Francisca Fite (Madrid) 20 €

Una devota (Madrid) 20 €

Devotas (La Torre de Esteban, Toledo) 15 €

Ana Carrillo Iglesias (Madrid) 10 €

Gema Rosillo Gimenez (Gandia, Valencia) 03 €

Carmen Canet Moran (Gandia, Valencia) 05 €

Rosario Gema Juan Nogueroles (Gandia, Valencia) 22 €

Consuelo Catala Escriva (Fuente Encarroz, Valencia) 25 €

Una devotas (Zamora) 20 €

Emiliana Cavero Benito (Zamora) 26,50 €

María San Gregorio Sánchez (Madrid) 20 €

Ana Mari Fernández Redondo (León) 10 €

María Carmen Provencio (Encinas, Segovia) 24 €

Gema Lorenzo (Valladolid) 75 €

Una devotas (Monovar, Alicante) 18 €

Sra. Vda. Gali (Andorra) 38 €

Marcel Marfany (Andorra) 38 €

Pepita Boronat de Cátala (Xábia, Alicante) 50 €

María Guerrero Alvarez (Badajoz) 03 €

Natividad Maqueda Lozano (Badajoz) 04 €

Rosario Alvarez Borrell (Badajoz) 03 €

Gema Rosillo Gimenez (Gandia, Valencia) 03 €

Carmen Canet Moran (Gandia, Valencia) 05 €

Rosario Gema Juan Nogueroles (Gandia, Valencia) 22 €

Consuelo Catala Escriva (Fuente Encarroz, Valencia) 25 €

Carmen Arandilla (Aranda del Duero, Burgos) 20 €

C.G. () 80 €

Julian Charrada Torres () 10 €

Isabel Arenas Cabezas (Toledo) 04 €

Paulina y Arsenio (Madrid) 10 €

Luisa Muñoz Oñoro (Guadalajara) 30 €

Esta Beca se destina a la formación de jóvenes aspirantes al sacerdocio y a la vida pasionista, en España yAmérica. Colaboradores y amigos de nuestras Misiones, ¡muchas gracias!

Carlota Carrasco Guirao (Murcia), María Lourdes Garde Varona (Burgos), Teresa Ay-llon Calzado (Bolaños, C. Real),

Cuantos agradecen y piden favores a Santa Gema, si deseansalir en esta página, deben dirigirse a REVISTA PASIONARIO,

C/ Leizarán, 24. 28002. Madrid.

Julián Muelas (Torrelobaton, Valladolid), Gloria Moran LLopis (Almoines, Valencia),Carmen Caballos Vélez (Sevilla), Juan Cano Aguilar (Guadalajara), Antonio Be-landino Cano (Madrid), Antonia Jurado Hidalgo (Córdoba), Lauren Sancho (Za-ragoza), Nieves Gómez Martínez (Alicante), María Delgado Bachiller (Madrid),Carmen Ortuño Ortuño (Finestrat), Manuela Jiménez Real (Jaén), Angelines delas Heras (El Espinar, Segovia), Gloria Morant (Gandia, Valencia), Carmen TelloBay (Guadasuar, Valencia), Alejandro Tortosa Boj (Monovar, Alicante), Moisés Ba-quero Bolaño (Badajoz), Tomasa López Martín (Madrid), Angelita Garcia Valero(Ibi, Alicante).

Por su eterno descanso celebramos la Santa Misaen el Santuario el último sábado de mes a las seis de la tarde.

JESÚS, MAESTRO Y SEÑOR, TODAVÍA EN EL SUELO, TORTURADO,CRUCIFICADO, PERO CON LA MIRADA YA EN EL CIELO,

RESUCITADOR Y RESUCITADO

“Confesaremos, por tanto, intrépidamente, hermanos, y declaremos bien a lasclaras que Cristo fue crucificado por nosotros: hagámoslo no con miedo, sino conjúbilo, no con vergüenza, sino con orgullo”.

El apóstol Pablo, que cayó en la cuenta de esta misterio, lo proclamó como títulode gloria. Y, siendo así que podía reclamar muchos aspectos grandiosos y divinos deCristo, no dijo que se gloriaba de estas maravillas –que hubiese creado el mundocomo Dios que era, se hallaba junto al Padre, y que hubiese imperado sobre elmundo, cuando era hombre como nosotros– sino que dijo: “Dios me libre de gloriarmesi no es en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo”.

(San Agustín)

SANPABLODELACRUZCARTAS(Asusreligiosospasionistas)

Másdemilpáginas.Excelentepresentación.(20euros).

226SantuariosMarianosdeEspaña

P.EutiquioLópezSanz,C.P.(25euros).

EDITORIAL“ELPASIONARIO”Leizarán,24-28002MADRID-Tels.:915635407/915635068