postdata n° 11. reseñas

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    LA JUNTA MILITAR: PINOCHETY LA CONSTITUCIN DE 1980

    Robert Barros, Sudamericana,Santiago de Chile, 2005, 419 pginas.

    Si se nos pidiera describir y caracte-

    rizar brevemente a la ltima dictadura

    militar ocurrida en Chile entre 1973 y

    1990, podramos plantear que fue un r-

    gimen poltico dictatorial personalista, un

    rgimen autocrtico erigido fundamen-

    talmente bajo la figura emblemtica deAugusto Pinochet. A primera vista, y des-

    de un sentido comn histrico, esta afir-

    macin aparenta asentarse sobre slidos

    cimientos tericos. Es ms, profundizan-

    do esta lnea argumental podramos agre-

    gar que el carcter personalista de la dic-

    tadura fue lo que le permiti ser longeva,

    y que la sancin de la Constitucin de

    1980 se explica tanto a partir de la nece-sidad de Pinochet de perpetuarse en el

    poder como de la necesidad por parte

    de las fuerzas armadas de limitar a largo

    plazo el desarrollo de un futuro gobier-

    no civil.

    Para nuestro asombro, en La junta mi-

    litar, Robert Barros (politlogo estadouni-

    dense, Doctor en Ciencia Poltica por la

    Universidad de Chicago, residente en Ar-gentina) se encarga de derribar una a una

    esas visiones, a partir de una pregunta te-

    rica y de derecho constitucional central:

    es posible que un poder absoluto, como

    lo es el de una dictadura, se autolimite

    mediante una norma institucional, como

    puede ser una constitucin? La dictadura

    militar que gobern Chile entre 1973 y

    1990 muestra que s.

    En forma sinttica, entonces, se po-

    dra afirmar que el tema central de La jun-

    ta militar es la autolimitacin del poder

    absoluto o, en otras palabras, laautorrestriccin autocrtica. La hiptesis

    que Barros establece para estructurar su

    trabajo es que el pluralismo al interior

    de un bloque gobernante es la condicin

    fundamental para que un gobierno pueda

    ser limitado a travs de ciertas institucio-

    nes, incluso en un contexto no democrti-

    co (26). Segn el autor, la autolimitacin

    de la dictadura chilena se asienta sobretres pilares: en primera instancia, una se-

    paracin de poderes al interior de la jun-

    ta, con un poder ejecutivo unipersonal y

    un poder legislativo colegiado; en segun-

    do lugar, la existencia de la regla de unani-

    midad, es decir, que para la toma de deci-

    siones era necesario el consenso de esa

    Junta, mecanismo que permita bloquear

    cualquier personalizacin significativa delpoder y que por ende desdibuja la ima-

    gen de un Pinochet omnipotente; y por

    ltimo, la Constitucin de 1980 fij lmi-

    tes definitivos a la autoridad legislativa de

    la Junta y luego permiti la consolidacin

    de ciertas instituciones destinadas a ga-

    rantizar su respeto y continuidad, como

    la Corte Suprema, la Contralora General

    de la Nacin, y fundamentalmente el Tri-bunal Constitucional.

    Ahora bien, con qu sustento emp-

    rico se sostienen estas ambiciosas afir-

    maciones? Conciente de las dificultades

    que acarrea el anlisis de todo rgimen

    no democrtico (la escasez de informa-

    cin ex profeso sobre las deliberaciones

    internas), Barros realiz un minucioso

    trabajo de investigacin entre 1992 y

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    1993, que incluy desde numerosas en-

    trevistas y recoleccin de datos, hasta

    encuentros confidenciales con un oficial

    retirado (que prefiri mantenerse en elanonimato) para obtener registros por

    entonces secretos, al estilo de una nove-

    la policial britnica. Como resultado, Ba-

    rros pudo reunir un vasto material, de un

    valor histrico invaluable, como sus da-

    tos provenientes del archivo legislativo

    de la Secretara de Legislacin de la Jun-

    ta, de las Actas de Sesiones de la Hono-

    rable Junta de Gobierno, y de las actasde la Comisin Constituyente (encarga-

    da de asesorar al gobierno sobre cues-

    tiones constitucionales y de redactar el

    proyecto de la Constitucin de 1980).

    El libro cuenta con una introduccin

    donde se detallan con gran claridad con-

    ceptual las ideas principales del trabajo,

    y ocho captulos que podran dividirse

    de la siguiente manera. El primer captu-lo aborda en forma terica la problem-

    tica de la autolimitacin autocrtica, plan-

    teando un jugoso debate para la teora

    poltica. Luego, los captulos dos, tres y

    cuatro analizan el rgimen dictatorial chi-

    leno previo a la Constitucin de 1980.

    Por ltimo, los captulos cinco, seis, sietey ocho detallan el proceso de confeccin

    de la Constitucin y sus posteriores efec-

    tos para la dictadura chilena. Adems, el

    libro posee un prlogo de Carlos

    Huneeus, una seccin de abreviaturas,

    una extensa bibliografa, un siempre til

    ndice analtico y una serie de tablas que

    sirven como adicionales explicativos.

    Sin lugar a dudas este libro representaun aporte significativo a la ciencia polti-

    ca, ya que no slo nos explica minuciosa y

    detalladamente el desarrollo institucional

    de la ltima dictadura chilena con un esti-

    lo gil y ameno (sirvindose de un mate-

    rial hasta ahora casi indito) sino que tam-

    bin nos brinda un interesante planteo para

    teora poltica moderna: la compatibilidad

    entre restricciones legales y regmenes nodemocrticos.

    Guido Moscoso

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    EN EL PAS DEL NO ME ACUERDO.(DES)MEMORIA INSTITUCIONAL EHISTORIA DE LA POLTICA SOCIAL

    EN LA ARGENTINA

    Julin Bertranou, Juan ManuelPalacio y Gerardo M. Serrano(compiladores), Prometeo, BuenosAires, 2004, 292 pginas.

    Desde el retorno a la democracia,

    existe un amplio consenso entre los res-

    ponsables de la poltica social, los tcni-cos y los acadmicos sobre la importan-

    cia de la memoria institucional para me-

    jorar la gestin, el anlisis, la evaluacin y

    la transparencia de las polticas pblicas.

    No obstante, en los ltimos aos slo

    hubo esfuerzos aislados por mejorar los

    procesos de registro de la informacin

    en el mbito pblico. En la visin de los

    autores de estos textos, la historia de laspolticas sociales en tanto relato

    historiogrfico y aprendizaje social tiene

    como funcin no slo mejorar las polti-

    cas y su gestin sino preservar el patri-

    monio histrico y acrecentar la transpa-

    rencia del accionar pblico.

    Los artculos compilados por Julin

    Bertranou, Juan Manuel Palacio y Gerardo

    Serrano abordan en el campo de la polti-ca social los nexos que existen entre la

    produccin y acumulacin de informacin

    sistematizada de los problemas y las po-

    lticas sociales, su historiografa, la for-

    macin de la memoria institucional y la

    gestin pblica. Esta perspectiva destaca

    el rol de la investigacin histrica como

    fuente de recursos para el diseo de pol-

    ticas y considera los obstculos en el tra-

    bajo de los historiadores como un insumo

    para perfeccionar los procesos de reco-

    pilacin y seguimiento de la informacin.

    La obra est dividida en tres seccio-nes. La primera (Momentos y actores

    de la poltica social en Argentina) exa-

    mina la relacin entre la historia de la

    poltica social y el diseo de las polticas.

    As, el trabajo de Laura Golbert subraya

    la escasez de escritos historiogrficos

    sobre la poltica social destacando su

    importancia para la formulacin de pol-

    ticas. Las ventajas de incorporar un enfo-que histrico que contemple el entrama-

    do histrico-social y el legado institucional

    en el que se disean e implementan las

    polticas se hace evidente en su argumen-

    tacin. Al mismo tiempo, sugiere reas

    de investigacin para seguir explorando

    sobre experiencias pasadas. Por su par-

    te, Juan Suriano repasa la produccin de

    trabajos historiogrficos sobre la polti-ca social desde la conformacin del Esta-

    do nacional hasta los primeros gobier-

    nos peronistas. Su trabajo coincide con el

    diagnstico elaborado por Golbert y por

    ello explora las causas de la exigua pro-

    duccin histrica. Su revisin no preten-

    de ser exhaustiva ni cronolgica sino des-

    tacar los temas y enfoques ms interesan-

    tes de los trabajos revisados. MarceloCavarozzi estudia el vnculo entre la pol-

    tica social y las frmulas polticas a partir

    del trnsito de la poltica oligrquica a la

    poltica de masas con especial nfasis en

    Argentina, Brasil, Chile, Mxico y Uru-

    guay. Su exposicin ilumina la relacin

    entre los diseos y los modos de

    implementacin de las polticas sociales

    y los aparatos estatales. A su turno, Jos

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    Luis Morenorealiza una mirada pano-rmica(79) de la poltica social en la

    Argentina desde el perodo colonial has-

    ta la actualidad. Las conclusiones del tra-bajo sealan el debilitamiento del rol del

    Estado en el diseo e implementacin de

    las polticas sociales en nuestros das. Las

    rupturas que supusieron las polticas so-

    ciales del peronismo clsico sin duda re-

    queran una evaluacin exclusiva. Es el

    trabajo de Luciano Andrenacci, Fernan-

    do Falappa y Daniel Lvovich el que da

    cuenta de ellas. Los autores exponen con gran claridad y detalle la historia

    institucional y la accin social del Estado

    argentino desde 1880 a 1955. Un aspec-

    to por dems interesante es la reflexin

    sobre el Estado de Bienestar construido

    por los primeros gobiernos peronistas.

    La segunda parte (Gestin y memo-

    ria institucional de la poltica social) co-

    mienza con un estudio de Julin Bertranousobre el concepto de memoria

    institucional. El autor despliega un anli-

    sis descriptivo de las variables que per-

    miten comprender los procesos de cons-

    truccin y debilitamiento de la memoria

    institucional. El autor explica claramente

    cmo la memoria institucional cumple las

    funciones de reduccin de la incertidum-

    bre al generar criterios compartidos parala intervencin pblica y de cohesin de

    los agentes involucrados a partir del com-

    promiso colectivo. No obstante, seala

    que las memorias pueden consolidar no

    solamente buenas prcticas sino tambin

    pautas ineficaces e ineficientes. Por ello,

    ensaya un conjunto de apreciaciones nor-

    mativas que avalan la generacin de una

    memoria institucional abierta al apren-

    dizaje (134) cuya funcin es mejorar

    progresivamente los procesos de gestin

    pblica. En esta lnea Roberto Martnez

    Nogueirapresenta un artculo que desta-ca los factores histricos, institucionalesy organizacionales que inciden en la ge-

    neracin, incorporacin y acumulacin de

    saberes a todo el ciclo vital de las polti-

    cas pblicas de lucha contra la pobreza.

    Entre los obstculos para la construccin

    de un aprendizaje social identifica la d-

    bil institucionalidad del Estado argenti-

    no, su naturaleza remanente, la presen-cia de proyectos aislados en detrimento

    de una poltica social planificada, la

    tercerizacin del trabajo institucional y

    el desarrollo todava embrionario de una

    comunidad de polticas. A continuacin,

    Fabin Repetto y Javier Moro empren-

    den el desafo de analizar las consecuen-

    cias de los procesos de descentralizacin

    y focalizacin de las polticas socialesimpulsados principalmente en la dcada

    de los 90 con el objetivo de reducir el

    gasto social. El trabajo se concentra en

    las reas de salud, alimentacin, vivienda

    y educacin a partir de la descentraliza-

    cin y en las polticas focalizadas depen-

    dientes del gobierno nacional. Desde esta

    perspectiva destacan los principales atri-

    butos del concepto de capacidadinstitucional que hubiesen permitido re-

    formas exitosas y generado prcticas p-

    blicas realmente eficientes y eficaces.

    Guillermo V. Alonso examina la historia

    institucional de los organismos de con-

    trol y fiscalizacin del seguro social de

    salud en Argentina como el legado que

    debe afrontar la Superintendencia de Ser-

    vicios de Salud. Si bien contempla el enfo-

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    que institucional, el trabajo subraya

    principalmente las relaciones entre los

    organismos pblicos reguladores y los

    actores no estatales vinculados a la pres-tacin de servicios de salud. Estas re-

    laciones consolidadas en arreglos

    institucionales condicionaron fuertemen-

    te la efectiva labor pblica. No obstante,

    el autor expone ciertas oportunidades que

    se presentan para articular una mayor

    autonoma poltica y organizacional en

    este rea. El artculo de Enrique Tandeter

    y Andrs Pak Linares descompone a par-tir de un estudio de caso los problemas

    presentes en la gestin pblica para lle-

    var adelante la tarea archivstica de ma-

    nera efectiva. El caso del Ministerio de

    Desarrollo Social y Medio Ambiente

    (MDSMA) argentino es considerado por

    los autores representativo de la situacin

    en otros sectores de la administracin

    pblica. Bajo esta premisa evidencian lasdificultades para el cumplimiento de la

    legislacin vigente en materia de archivo,

    la escasa voluntad poltica y los exiguos

    recursos materiales y humanos que en-

    torpecen no slo la posibilidad de mejo-

    rar la conservacin del patrimonio nacio-

    nal sino las oportunidades de agilizar los

    trmites administrativos, de fomentar la

    transparencia del sector pblico y de apro-vechar la documentacin existente para

    delinear mejores polticas. El trabajo de

    Gustavo Gamalloproporciona un puntode partida para la reflexin sobre los sis-

    temas de valoracin y percepcin sobre

    los que se construye la informacin y su

    uso como forma de control social. Por

    otro lado, agrega un nuevo caso de estu-

    dio que ejemplifica las dificultades para

    el relevamiento, construccin y uso de la

    informacin pblica a partir del Sistema

    de Informacin, Monitoreo y Evaluacin

    de Programas Sociales (SIEMPRO-MDSMA).

    La ltima parte del libro se titula Po-

    ltica y cuestin social. Un elemento co-

    mn a los trabajos comprendidos en esta

    seccin es que destacan la necesidad de

    repensar las particularidades del merca-

    do de trabajo actual y de la pobreza. Las

    conclusiones sealan la importancia de

    replantear las estrategias que debe asu-mir la poltica social en el perodo actual.

    El trabajo de Eduardo Amadeo rene re-

    flexiones en torno a los cambios en el

    mercado de trabajo y en las caractersti-

    cas que asume la pobreza en el presente.

    Adems, destaca a partir de su experien-

    cia las dificultades que se enfrentan en un

    sistema federal para consensuar una pol-

    tica social integral. Su propuesta reivindi-ca la necesidad de no excluir las polticas

    focalizadas ni las universales, orientndo-

    se a combinarlas con una poltica de in-

    greso mnimo. A su turno, Ernesto Aldo

    Insuanicompara las caractersticas delliberalismo, el keynesianismo y el

    neoliberalismo como etapas histricas

    sucesivas en los ltimos doscientos aos

    con especial atencin en los rasgos queasumen en el neoliberalismo las relacio-

    nes entre el mercado formal del trabajo y

    el crecimiento de la economa. Analiza

    particularmente el concepto de traba-

    jo y propone ampliarlo en la nocin que

    denomina trabajo socialmente relevan-

    te (278), que asocia el trabajo ms a la

    construccin de capital social que a la

    generacin de productos y servicios. Su

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    trabajo es un aporte al debate abierto por

    Andr Gorz y Pierre Rosanvallon sobre

    el ingreso social. Las particularidades del

    mercado formal del trabajo en la actuali-dad y el fenmeno de la exclusin lo con-

    ducen a reflexionar sobre la forma en que

    podra implementarse un ingreso social:

    incondicional para la vejez y la infancia y

    condicional fundamentalmente para los

    jefes de hogar desocupados.

    Si hay un aspecto de esta obra que

    merece una mencin especial es el con-

    senso que provoca en torno a la necesi-dad de volver a pensar la poltica social.

    No slo estn presentes en los artculos

    las deficiencias del sector pblico y los

    impedimentos y condiciones a los que

    debe enfrentarse. Tambin estn funda-

    das las razones que deben conducir a un

    nuevo abordaje de la realidad social. Las

    transformaciones en el mercado de tra-

    bajo, la pobreza, la exclusin y el debili-tamiento del sector pblico explican en

    la mayora de los casos el fracaso de las

    polticas sociales. El diagnstico expues-

    to en esta obra desafa tanto a polticos y

    tcnicos como a acadmicos y responsa-

    bles de la gestin pblica a generar nue-

    vos conocimientos y estrategias que per-

    mitan fortalecer las capacidades

    institucionales en un rea insoslayable dela accin pblica.

    Marina Calamari

    LA ECONOMA POLTICA DE LAARGENTINA EN EL SIGLO XX

    Roberto Corts Conde, Edhasa,Buenos Aires, 2005, 356 pginas.

    La evolucin de la economa argen-

    tina en el perodo que va desde las lti-

    mas dcadas del siglo XlX hasta fines

    del XX ha sido desconcertante. Con

    esta frase Roberto Corts Conde comien-

    za un detallado recorrido por la historia

    econmica argentina, intentando anali-zar su evolucin a lo largo de diferentes

    perodos muy dispares.Partiendo del es-

    pectacular crecimiento econmico de

    finales del siglo XIX, Corts Conde tran-

    sita ms de un siglo de economa polti-

    ca, en que la Argentina pas de ser un

    pas promisorio a registrar una indita

    depresin de casi dos dcadas de dura-

    cin hacia 1989. Frustracin es la sen-sacin que da impulso a la bsqueda de

    explicaciones y a la creacin de este li-

    bro, con el objetivo de hacer menos

    desconcertante la historia econmica

    argentina.

    Supervit fiscal primario, oferta

    monetaria, PBI per cpita, inversin

    bruta, son conceptos bsicos que hoy

    son familiares hasta para los nefitos entemas econmicos. Sin embargo, no re-

    sulta algo tan familiar encontrar, por ejem-

    plo, un grfico sobre la evolucin de la

    oferta monetaria en la economa argenti-

    na entre 1880 y 1914. O los valores de

    riesgo pas entre 1829 y 1880! Y preci-

    samente de eso se trata este libro: de ana-

    lizar la historia argentina desde los con-

    ceptos econmicos actuales.

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    El libro consta de cinco captulos que

    dividen la historia econmica argentina

    en sendos perodos: 1) el perodo de r-

    pida expansin: 1880-1914; 2) de la Pri-mera a la Segunda Guerra Mundial; 3) la

    economa poltica del peronismo; 4) una

    sociedad conflictiva 1955-1973; y 5) la

    Gran Depresin 1974-1989. En este re-

    corrido histrico, Corts Conde parte de

    un perodo durante el cual la Argentina

    tuvo niveles de crecimiento que duplica-

    ron a los de la economa mundial, en bue-

    na medida gracias a la incorporacin demltiples factores productivos (capital,

    tierra, mano de obra) en cantidades sig-

    nificativas. Argentina reciba una fuerte

    corriente inmigratoria en busca de mejo-

    res salarios y un importante nivel de in-

    versiones que perseguan mejores rendi-

    mientos, a la vez que la consolidacin del

    Estado nacional permita la incorporacin

    de tierras para la explotacin agrcola.Nuestro pas creca entonces al comps

    del modelo agroexportador, que se de-

    sarrolla durante este perodo y permite

    que, hasta 1930, el ingreso per cpita de

    la Argentina sea similar al de los pases

    ms desarrollados.

    La gran depresin econmica mun-

    dial marca un cambio en el modelo de

    crecimiento, que pasa de mirar hacia afue-ra a mirar hacia adentro. La baja del in-

    greso per cpita en la comparacin inter-

    nacional muestra un claro quiebre de ten-

    dencia con respecto al perodo anterior.

    Las crisis ya no son slo una consecuen-

    cia de los acontecimientos internaciona-

    les sino que ahora obedecen (la mayor

    parte de las veces) a desequilibrios

    gestados internamente. La construccin

    de un Estado que interviene en todas las

    esferas de la vida nacional, la incidencia

    cada vez menor de la Argentina en el co-

    mercio internacional y los desequilibriosno detectados, negligentemente desaten-

    didos o simple y sencillamente ocultados

    y postergados, caracterizan a esta segun-

    da etapa histrica. Inversin, poltica

    monetaria y (des)equilibrios fiscal y comer-

    cial son los ejes principales que se explo-

    ran en la bsqueda de explicaciones para

    intentar mitigar el desconcierto.

    Se adivina enorme el esfuerzo dedi-cado a la recopilacin de informacin y a

    la reconstruccin de diversos indicadores

    econmicos a partir de, en algunos ca-

    sos, escasas y dismiles fuentes. La infor-

    macin as reunida le da al libro un gran

    valor como obra de referencia. Sin em-

    bargo, ms all de la divisin cronolgica

    establecida por los captulos/perodos,

    parece no existir otro ordenamiento enla distribucin de esta vasta informacin.

    Es por esta razn que es extraa la no in-

    clusin de un ndice de grficos y cuadros,

    que habra hecho infinitamente ms til al

    libro como herramienta de consulta.

    El repaso de datos, cifras, ndices y

    hechos econmicamente relevantes es

    minucioso aunque no exhaustivo. Sin em-

    bargo, son muy pocas las deducciones quese hacen a partir de esa informacin a lo

    largo de estos cinco captulos. La infor-

    macin se mantiene bastante pura du-

    rante la mayor parte de la obra, poster-

    gando todo juicio hasta el momento de

    las conclusiones, en el eplogo. Y aun all,

    las conclusiones siguen siendo escasas,

    tmidas. Como aceptando que, a pesar

    del indiscutible valor que aportan las teo-

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    ras econmicas actuales para dilucidar

    la historia argentina, sta mantiene an su

    carcter desconcertante.

    Por la cantidad, calidad y relevanciade la informacin contenida, as como por

    la relativa pureza de la misma, el libro

    es ms una invitacin a la reflexin que un

    intento por resolver el dilema. Es el pro-

    pio Roberto Corts Conde quien dice que

    quedar para futuras investigaciones

    determinar en qu medida se pueden en-

    contrar asociaciones entre las tendencias

    de crecimiento y algunos de los otros fac-tores que aqu anotamos (330).

    Daniela Duverne

    ORGANIZACIONES DE LASOCIEDAD CIVIL. TENSIONES DEUNA AGENDA EN CONSTRUCCIN

    Sergio De Piero, Paids, Buenos Ai-res, 2005, 270 pginas.

    Tal vez la precisin y el buen uso de las

    palabras de Daniel Garca Delgado

    prologando este libro sirvan para

    caracterizarlo, al mencionar la necesidad

    de enfocar el Tercer Sector desde una pers-

    pectiva ms endgena. Trataremos aqu deenunciar las claves ms significativas del

    libro, incluyendo el anlisis de algunas de

    las expectativas ms significativas forjadas

    por los movimientos sociales y populares,

    y la reflexin sobre las caractersticas que

    asume la conflictividad social.

    En las ltimas dcadas, la sociedad ci-

    vil ha emergido como un actor clave en el

    marco de las transformaciones del Estadoy de los procesos de globalizacin. Esto

    se ha manifestado en organizaciones cada

    vez ms heterogneas y complejas, que

    expresan pertenencias sociales, polticas,

    culturales e ideolgicas diversas; a su vez,

    se han debilitado las formas de cohesin

    tradicionales de los partidos polticos y

    los sindicatos, as como tambin el meca-

    nismo de inclusin social del Estado deBienestar. En este marco, la cuestin so-

    cial est signada por la exclusin, y por la

    emergencia de grupos de desempleados,

    redes sociales, ONGs y piqueteros, que

    inciden en la construccin del espacio p-

    blico y en la orientacin de las polticas

    pblicas. Conceptos como pueblo, gru-

    pos sociales y sociedad civil son expli-

    cados por el autor como construcciones

  • 8/3/2019 POSTData N 11. Reseas

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    POSTDataDataDataDataData11,

    281

    sociales de cada poca y cuyo contenido

    es la solidaridad, los espacios comparti-

    dos y la identidad. Su propsito es muy

    ambicioso ya que logra realizar un mapeode todo el escenario social reflejando las

    tensiones y la dinmica de la sociedad.

    El libro logra superar sus objetivos, ya

    que apelando a distintos enfoques aborda

    los cambios de las organizaciones sociales

    civiles y demuestra que el universo de ellas

    no es homogneo ni neutro, y que se repro-

    ducen las mismas disputas polticas que en

    el Estado y que en el mercado. En el captu-lo 1 el primer aspecto a destacar es su pers-

    pectiva terica, donde De Piero asume que

    el concepto de sociedad civil no puede ser

    estirado sin caer en vaguedades, como tam-

    poco se puede tomar la impronta que la

    historia de Europa construye sobre el con-

    cepto, que no se puede extrapolar a Amri-

    ca Latina. Para ello atraviesa los lineamientos

    tericos que Arendt y Habermas utilizanpara superar la relacin dicotmica entre

    sociedad civil y Estado, utilizando concep-

    tos como comunidad y accin

    comunicativa. El autor adems indaga acer-

    ca de las diferentes perspectivas desde las

    cuales se aborda a la sociedad civil: la pers-

    pectiva liberal, para la que la sociedad civil

    es el espacio privado y de libertad que se

    contrapone al Estado y a aquello conside-rado pblico; la vertiente comunitaria, que

    ve a la sociedad civil como una comunidad

    donde las personas poseen una pertenen-

    cia cercana y definida que favorece la for-

    macin de grupos y como el espacio de la

    solidaridad y el intercambio entre perso-

    nas vinculadas por lazo comunes; y por lti-

    mo la perspectiva radical, para la que la

    sociedad civil es el espacio de una radical

    transformacin, el fin del capitalismo y la

    llegada de una nueva sociedad motorizada

    por el marxismo. En la Argentina pos-dicta-

    dura el concepto de sociedad civil comien-za a tomar envergadura cuando el nuevo

    contexto econmico y social marca la im-

    portancia de la cada de las ideologas y de

    los proyectos populares transformadores

    y el inicio de un marcado individualismo; y

    es cuando precisamente la sociedad civil se

    convierte en el lugar de solucin de los con-

    flictos, y cuando ya no es interpretada como

    el lugar de la democratizacin sino como ellugar de una mayor contencin social.

    De Piero se pregunta qu son las orga-

    nizaciones de la sociedad civil, ya que exis-

    ten diferentes acepciones: ONGs, tercer

    sector, organizaciones sin fines de lucro,

    organizaciones de desarrollo, trminos

    que dejan entrever diferentes visiones acer-

    ca de la sociedad en su conjunto. Cual-

    quiera de estas categoras tiene un objeti-vo claramente poltico: modificar la cons-

    truccin del espacio pblico. Frente a los

    cambios globales y con un Estado en re-

    troceso, la bsqueda de proteccin co-

    mienza a concentrarse en la sociedad y en

    la apelacin a la solidaridad de los cerca-

    nos, a la formacin de grupos de amena-

    zados. Lo que comienza a unir a todos es

    entonces la lucha contra la exclusin.En el capitulo 2 se realiza un breve an-

    lisis del perodo represivo que gener

    desmovilizacin y retraccin de la partici-

    pacin poltica y social, y se emprende un

    recorrido histrico del papel de la socie-

    dad civil (sus orgenes y debates, y la

    contracara entre Europa y Amrica Latina

    acerca de la temtica que impuls el ac-

    cionar de la sociedad civil) fundamental-

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    282

    mente en Argentina, donde los movimien-

    tos se conforman a partir de la ruptura del

    Estado de derecho y la violacin de los

    derechos humanos. Los nuevos movimien-tos sociales no son presentados por el au-

    tor en contracara a los partidos polticos.

    Por el contrario, se visualiza la aparicin

    de militantes renovadores en los partidos;

    pero al mismo tiempo que los partidos

    abran sus plataformas a temas nuevos, no

    conformaban un modelo de desarrollo

    para articular polticas. De Piero marca

    con claridad la bsqueda por parte de losmovimientos sociales de una autonoma

    tanto del Estado como de la propia orga-

    nizacin. Adems, realiza un profundo an-

    lisis de cada uno de los movimientos so-

    ciales, que construyen un nuevo nosotros

    que tiene que ver con la identidad como

    una nueva voluntad colectiva, definida por

    intereses y subjetividades de los grupos y

    fundamentalmente la toma de esa identi-dad como una clave de proteccin y de

    resguardo ante la embestida de la

    globalizacin.

    En el captulo 3 emergen desarrollos

    tericos y propuestas para tratar de re-

    construir lo social, y cmo las organiza-

    ciones sociales se insertan en las polticas

    pblicas, antes reservadas al Estado (por-

    que tienen determinados atributos de losque el Estado carece). Es as que apare-

    cen distintos modelos de beneficencia

    donde se producen dicotomas tajantes

    entre lo social y lo econmico, y donde la

    lgica del mercado considera que la so-

    lucin a la ineficiencia del Estado es el

    gerenciamiento y el ver a la sociedad civil

    como el espacio para resolver las cues-

    tiones.

    El Captulo 4 analiza a los diferentes

    actores que conforman el espacio social, y

    separa los del orden local de aquellos de

    orden global expresados en el Foro SocialMundial. La gran pregunta que se hace es

    si se da una ruptura o una continuidad en-

    tre los actores sociales nuevos y los ante-

    riores. Incluye en los nuevos movimientos

    a los grupos piqueteros y a la irrupcin de

    la clase media en el escenario social pro-

    ducto del corralito y que se evidencia

    con el cacerolazo y en la revalorizacin

    del espacio pblico.En el ltimo captulo el autor trabaja el

    concepto de democracia restringida, la

    causa que las organizaciones sociales civi-

    les sean las autnticas representantes de la

    sociedad civil. Tambin aborda la impor-

    tancia de la opinin pblica y los medios

    como filtros de las demandas y con poder

    de construccin de agendas, y alerta so-

    bre el peligro que la heterogeneidad delas organizaciones se transforme en frag-

    mentacin.

    En sntesis, el libro logra resignificar la

    categora de organizaciones sociales por-

    que atraviesa todas las variables necesa-

    rias para realizar un trabajo que se trans-

    forme en una herramienta que permita

    generar un espacio de interaccin crtica

    acerca de indagar colectivamente respec-to a la bsqueda de una nueva construc-

    cin social. Indudablemente es un libro sin-

    gular que combina acertadamente rigor

    intelectual y una mirada profunda acerca

    de la emergencia de esta nueva sociedad,

    caracterizada por la polarizacin y la he-

    terogeneidad.

    Morena Quiroz

    Reseas

  • 8/3/2019 POSTData N 11. Reseas

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    POSTDataDataDataDataData11,

    283

    LA ARGENTINA POLTICA.UNA NACIN PUESTA A PRUEBA

    Carlos Floria y Csar A. GarcaBelsunce, El Ateneo, Buenos Aires,2005, 351 pginas.

    Carlos Floria y Csar Garca Belsunce

    acaban de publicar un nuevo intento de

    sntesis de la historia argentina. No es este

    libro una mera reedicin de su trabajo

    anterior (Historia poltica de la Argentina

    contempornea), ya que se introducencorrecciones y se incorporan nuevas dis-

    cusiones, pero tambin porque el pero-

    do abordado es distinto: el anlisis se ex-

    tienda ahora hasta 2004. El texto, orde-

    nado en diez secciones cronolgicamente

    organizadas, hace del devenir de la po-

    ltica argentina su materia principal.

    Comienza con una discusin de los albo-

    res de la nacin y concluye en la actualpresidencia de Nstor Kirchner. Se de-

    tiene en detalle en el examen del

    peronismo, y en particular en el conflicto

    maniqueo que sigui a su proscripcin.

    Revisa los denominados aos del juego

    imposible, la escalada posterior de la

    violencia y aborda la experiencia demo-

    crtica. Las pginas finales, las que con

    ms fluidez se leen, constituyen un mesu-rado anlisis de los desafos que enfrenta

    la Argentina en el contexto de la

    globalizacin. Unpostfacio incluye una

    reflexin de la tragedia de Cromagnon a

    travs de la figura del escndalo. La inclu-

    sin no responde a un modismo sino que

    se relaciona con algunas de las preocupa-

    ciones centrales de los autores. Para

    Floria quien firma esta seccin la for-

    ma de procesar el escndalo no es slo

    un desafo a la clase poltica sino tambin

    un indicador del nivel de calidad repu-

    blicana y democrtica de un rgimenpoltico (323).

    La reconstruccin de la historia ar-

    gentina propuesta en el trabajo de Garca

    Belsunce y Floria se basa en el supuesto

    que es en la poltica donde se encuentran

    las claves para descifrar los acontecimien-

    tos que fueron convirtiendo al pas de una

    gran potencia en una sociedad con ham-

    bre (12). En el texto, la poltica apareceimponiendo tiempos y humores a otras

    dimensiones de la realidad como la vida

    econmica, cultural y social, que

    intencionalmente ocupan un lugar subor-

    dinado en el relato provisto. En sintona

    con esta visin, las relaciones cvico-mili-

    tares son una clave de lectura que sobre-

    sale. Es notorio adems el deliberado y

    cuidado esfuerzo de los autores de vincu-lar la situacin local con el contexto in-

    ternacional, aquello que denominan como

    el vnculo necesario entre la dimensin

    internacional y la interior. Se traen ade-

    ms a colacin procesos exteriores para

    dar luz a la situacin argentina. Se citan

    anlisis y opiniones provenientes de di-

    versas perspectivas disciplinarias, aunque

    priman las miradas originadas por la cien-cia poltica. En la reconstruccin, los su-

    cesivos integrantes de la clase poltica y

    el partido militar son juzgados por su ci-

    nismo, faccionalismo, falta de grandeza y

    flexibilidad. La sociedad tampoco apare-

    ce como un actor pasivo exento de cul-

    pas, aunque el texto nos deja sospechar

    que hay culpables ms culpables que

    otros. Por ejemplo, la voz de la Iglesia y

  • 8/3/2019 POSTData N 11. Reseas

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    de los sectores eclesisticos re-

    currentemente recogida en el texto

    aparece en una reconstruccin de mar-

    cado signo positivo: de este sector sur- gen generalmente las advertencias

    mesuradas en medio del caos. La conclu-

    sin de los autores es que el pas ha vivi-

    do desde hace ms de medio siglo una

    degradacin constante de sus institucio-

    nes, lo que ha hecho de la Argentina una

    repblica incompleta (322). El texto lla-

    ma a revertir la decadencia a travs de

    la invencin de una cultura poltica apartir de una mejor educacin ciudada-

    na (315).

    La Argentina poltica est escrito con

    una pluma estilizada, erudita, que tiene

    como modelo la tradicin ensaystica,

    sobre todo su vertiente francesa. Esto mis-

    mo es virtud y defecto: el estilo de ensayo

    a la vez que permite a los autores la licen-

    cia para presentar lcidas conjeturas, auncuando se puede disentir con ellas, vuel-

    ve en partes la lectura difcil. Prrafos

    penetrantes que estimulan la reflexin se

    suman a otros intrincados y crpticos. El

    texto est habitado por un interesante

    esfuerzo denominativo procesos, mo-

    mentos, e instituciones adquieren nom-

    bre propio sin embargo el esfuerzo se

    opaca a veces cuando no se encuentranexplicaciones ms claras de aquello que

    se nombra. Algunos errores lamentable-

    mente omitidos por el editor quitan flui-

    dez al esfuerzo narrativo.

    Es claro que el texto privilegia ciertas

    cuestiones y pasa por alto algunos deba-

    tes historiogrficos importantes de los

    ltimos aos, escoge ciertas lecturas y

    voces e ignora otras. Sin embargo, la vio-

    lencia de la sntesis es inherente a una

    empresa como la que se proponen Floria

    y Garca Belsunce. Reclamarles aquello

    que no est en su libro es casi improce-dente dada la naturaleza del mismo.

    Cmo situarse entonces ante un trabajo

    que se propone condensar en 350 pgi-

    nas la historia de la Argentina poltica?

    Cmo evaluarlo? Juzgarlo por la pers-

    pectiva ideolgica y metodolgica de

    quienes escriben? Por su capacidad de

    decir cosas nuevas o por su habilidad de

    condensar los debates historiogrficosms salientes de la disciplina y proveer a

    la vez un relato histrico articulado? Sin

    nimo de desestimar la ardua labor de

    los autores, un libro como La Argentina

    poltica exento casi en su totalidad de

    fuentes primarias es mejor asirlo de

    acuerdo al ltimo de dichos objetivos: el

    de construir un relato histrico articula-

    do; incluso cuando los autores proveenanlisis ciertamente originales. El mencio-

    nado propsito resulta sumamente opor-

    tuno en momentos en que la sociedad asis-

    te atnita a una querella que sita de un

    lado a los historiadores profesionales y

    del otro a una serie de autores (entre los

    que despunta la figura de Felipe Pigna)

    que se han abocado a la tarea de la divul-

    gacin de la historia. Acusaciones mutuasalimentan una discusin en la que no abun-

    da la reflexin desinteresada. Beatriz Sarlo

    lo resumi con admirable precisin al

    sealar la oposicin entre historias de

    circulacin masiva e historias profesio-

    nales como inevitable, ya que la his-

    toria masiva obtiene una repercusin p-

    blica que la disciplina histrica busc y

    conoci en algunos momentos, pero a la

    Reseas

  • 8/3/2019 POSTData N 11. Reseas

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    285

    vez aspira a una respetabilidad intelec-

    tual que la academia no va a concederle.

    A esto se suma el hecho que la historia

    profesional percibe que sus esfuerzos deinvestigacin son utilizados por las histo-

    rias de circulacin masiva sin reconoci-

    miento. Lo que ha percibido la historia

    de circulacin masiva o mejor dicho,

    el mercado es una demanda social de

    un gran relato. Por cuestiones de mtodo

    y reglas de legitimacin internas al cam-

    po, la historia acadmica ha dejado de

    lado los grandes relatos. Est el texto deFloria y Garca Belsunce, dos autores

    pertenecientes al mundo acadmico,

    llamado a cumplir ese doble rol que se

    revela tan urgente de divulgacin pero de

    respeto por un mtodo? Este objetivo, si

    estaba en el nimo de los autores y sos-

    pechamos que lo estaba por algunas aco-

    taciones del prefacio, como aquella que

    justifica el texto en la necesidad de con-tribuir a esclarecer el problema de iden-

    tidad que vive hoy (12) el pas es lo-

    grado a medias. Y eso es as porque el

    libro interpela a un lector imaginado

    con el cual se comparte la complicidad

    de conocimientos precedentes, de ideas

    visitadas y de un aparato conceptual co-

    mn, especficamente el de la ciencia po-

    ltica. El texto se adapta mejor a la cte-dra universitaria que a un pblico con in-

    tereses profanos. Por otro lado, se lee

    mejor como un ensayo de reflexin so-

    bre laArgentina poltica que como un tra-

    bajo que informa sobre la historia nacio-

    nal.

    Flavia Fiorucci

    APORTES PARA LA DISCUSINDE LA REFORMA POLTICABONAERENSE

    Mara Ins Tula (editora), PrometeoLibros, Buenos Aires, 2004,211 pginas.

    Los textos compilados por Mara Ins

    Tula recorren las diversas aristas de un tema

    al que todava no se le ha dado un trata-

    miento integral a pesar de diversos impul-

    sos realizados desde el mbito guberna-mental y que luego de la crisis de 2001 se

    coloc en el tapete de discusin de la agen-

    da pblica: la reforma poltica.

    El libro hace un aporte importante tra-

    tando de limpiar la cancha embarrada

    por la accin de medios de comunicacin

    o de campaas impulsadas por el tercer

    sector (por ejemplo, convocando a con-

    vertir en hroe nacional a aquel ciudada-no que apoyara con su firma la causa re-

    formista). As, la compilacin hecha luz

    sobre la complejidad que rodea a la refor-

    ma poltica evitando reduccionismos te-

    mticos y analizando las posibles conse-

    cuencias de cada una de las alternativas

    planteadas.

    En este sentido, el artculo de Tula

    (Discutiendo la reforma poltica) sealalos problemas que podran traer apareja-

    dos las alternativas al reemplazo de una

    mal denominada lista sbana. As, la re-

    duccin de la magnitud de distrito favore-

    ciendo la formacin de sistemas mayori-

    tarios como la incorporacin de listas

    desbloqueadas o abiertas, amenazando

    la transparencia y legitimidad de los

    comicios y aumentando la competencia

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    intrapartidaria, parecieran poner en evi-

    dencia la necesidad de ampliar la agenda

    de la reforma poltica, ms all de los de-

    bates acerca de la eliminacin o no de lalista sbana.

    El artculo de Javier Varani (La im-

    prescindible reforma de la ley electoral

    bonaerense. El caso de la integracin de

    los Concejos Deliberantes), por su par-

    te, expone los problemas que presenta la

    tan discutida frmula electoral existente

    en la provincia de Buenos Aires, que favo-

    rece a los partidos que obtienen mayorcantidad de votos. En este contexto, se

    propicia la formacin de un sistema de par-

    tidos mayoritario, contrario a la

    representatividad promulgada por la cons-

    titucin provincial, generando una preocu-

    pante distorsin entre votos y bancas, y la

    expansin de municipios monocolores

    erosionando los controles interpoderes.

    Ante esta situacin, el autor resalta la ne-cesidad de reformular el mecanismo de

    asignacin de bancas de modo que todos

    los votos tengan el mismo valor.

    El texto de Eduardo Passalaqua (El voto

    electrnico: ni tanto ni tan poco. Aposti-

    llas a un debate con sesgos y lagunas) re-

    sulta acertado en tratar de advertirnos

    sobre los peligros de la exaltacin acrtica

    de la tecnologa al hablar del voto electr-nico. En el camino de evitar otro posible

    reduccionismo, el autor destaca las venta-

    jas de estos sistemas en el procesamiento

    de datos a la vez que hace hincapi en la

    necesidad de depurar y mejorar la confec-

    cin de los padrones electorales y la nece-

    sidad de tener en cuenta aspectos cultura-

    les y de costos al evaluar la implementacin

    de estos mecanismos.

    El artculo de Andrs Malamud

    (Federalismo distorsionado y

    desequilibrios poltcos) constituye segu-

    ramente uno de los ms controvertidos dela compilacin debido a su propuesta de

    dividir la provincia en dos o ms unidades

    polticas ante los desequilibrios externos

    (desproporcin en la cantidad de repre-

    sentantes en el congreso nacional en rela-

    cin al resto de las unidades federales) e

    internos (desproporcin entre poblacin

    y representacin electoral de las seccio-

    nes electorales provinciales) presentes enla provincia de Buenos Aires. Pese a la

    dudosa viabilidad poltica de esta propues-

    ta, el texto resulta de gran utilidad al escla-

    recer cules son las posibles alternativas

    para la resolucin de estos desequilibrios

    y marcar las coaliciones de apoyo y de

    resistencia a cada una de ellas.

    Marcelo Escolar, Sandra Minvielle y

    Luis Castro (Sobrerrepresentacinperifrica y compresin partidaria. El sis-

    tema electoral de la Provincia de Buenos

    Aires en las categoras legislativas) cen-

    tran su atencin en el impacto de la des-

    proporcin entre poblacin y representa-

    dos (malapportionment) y en el mecanis-

    mo de asignacin de bancas presentes en

    la Provincia de Buenos Aires sobre el

    funcionamiento del sistema de partidos yla formacin de mayoras legislativas. A tal

    fin, los autores plantean distintos escena-

    rios de simulacin de manera de poder

    analizar las distorsiones producidas por

    el malapportionment, la magnitud de dis-

    trito y la frmula electoral sobre la pro-

    porcionalidad.

    El artculo de Damin Staffa (La es-

    tructura del Poder Legislativo en la Pro-

    Reseas

  • 8/3/2019 POSTData N 11. Reseas

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    vincia de Buenos Aires y la bsqueda del

    equilibrio geopoltico en la representa-

    cin) se centra en la discusin sobre la

    reestructuracin del poder legislativo bo-naerense, el cual es criticado por su carc-

    ter dbil debido a la congruencia de sus

    cmaras. As, desechando de raz argumen-

    tos basados en el costo de la

    bicameralidad y teniendo en cuenta la ne-

    cesidad de integrar el interior de la pro-

    vincia y el conurbano, el autor propone la

    formacin de un senado de base territo-

    rial de manera de mejorar los problemasde representacin existentes.

    En la seccin sobre partidos polticos,

    Mara Soledad Longhi y Emilio Raffo (Parti-

    dos polticos: su rgimen legal y constitucio-

    nal) hacen referencia a la problemtica su-

    perposicin de normas nacionales y provin-

    ciales sobre partidos polticos lo cual lleva a

    una prdida de autonoma y competencia

    provincial en dicha materia que se hace im-perioso revertir. En la misma seccin, De

    Luca (Desventajas y riesgos de las internas

    abiertas, simultneas y obligatorias) expo-

    ne su posicin sobre las elecciones abiertas,

    simultneas y obligatorias, las cuales consti-

    tuyen un punto de ruptura con la tradicin de

    los partidos polticos para organizarse en

    forma autnoma y discrecional en lo que

    hace a los mecanismos de seleccin de can-didatos. Dicha intromisin en la vida interna

    de los partidos polticos conlleva, para el

    autor, un debilitamiento del papel del afilia-

    do tanto hacia afuera como hacia adentro

    de los partidos, lo cual puede erosionar las

    funciones de integracin y de representacin

    de estas organizaciones.

    En la parte final del libro, Hugo Cueli

    (Reforma poltica y reforma del Estado)

    hace un recuento de las instituciones posi-

    bles de ser modificadas ante una eventual

    reforma constitucional como ser la estruc-

    tura del sistema legislativo (unicameral obicameral), la renovacin parcial o total

    de las cmaras, la reglamentacin de las

    instituciones de democracia semidirecta y

    de las facultades legislativas del poder eje-

    cutivo o la modificacin del rgimen muni-

    cipal.

    Por ltimo, Gonzlo Diguez (Los pro-

    yectos sobre Reforma Poltica de la Legis-

    latura bonaerense 1999-2004) hace unanlisis sucinto de los proyectos de ley de

    reforma poltica presentados por las cma-

    ras de la legislatura entre 1999 y 2004. De

    dicho anlisis surge que los temas que han

    acaparado la atencin de los legisladores

    durante ese perodo han sido, en orden de

    importancia cuantitativa, los siguientes: re-

    glamentacin de las normas de democra-

    cia semidirecta, reforma de la constitucin,reforma del sistema electoral de manera de

    mejorar la relacin entre votos y bancas, y

    seleccin de candidatos a travs de inter-

    nas abiertas simultneas y obligatorias. Ms

    relegados quedan la cantidad de proyectos

    sobre financiamiento partidario y reestruc-

    turacin del poder legislativo.

    Si hay algo que queda claro luego de la

    lectura de los artculos precedentes es que lareforma poltica no se circunscribe solamen-

    te a la discusin en torno a los perjuicios de la

    lista sbana. Es ms, su eliminacin parecie-

    ra estar lejos de constituirse en una sublime

    solucin a los problemas del sistema polti-

    co argentino para pasar a constituirse en una

    grotesca disrupcin del mismo.

    Jimena Rubio

  • 8/3/2019 POSTData N 11. Reseas

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    Reseas

    REFLEXIONES SOBRE LA TEORAPOLTICA DEL SIGLO XX.

    Julio Pinto y Juan Carlos Corbetta(comps.), Prometeo, Buenos Aires,2005, 396 pginas.

    En agosto de 2001 la Carrera de Cien-

    cia Poltica de la Universidad de Buenos

    Aires organiz unas jornadas internacio-

    nales centradas en la obra y la poca de

    Carl Schmitt. De las mismas surgi el

    libro colectivo Carl Schmitt. Su poca y supensamiento. Solidariamente con esa ins-

    tancia, en el ao 2004 se realiz una ex-

    periencia anloga, centrada esta vez en

    un conjunto de autores clsicos que

    constituyeron, en grandes rasgos, el cor-

    pus de la teora poltica del siglo XX. As,

    se plante un conjunto de ponencias

    en las que participaron investigadores

    locales y forneos de diversas universi-dades y que fueron evaluadas por un

    comit acadmico de excelencia con

    una relacin de continuidad respecto a

    la experiencia anterior. Fruto de dicho

    evento es el libro Reflexiones sobre la teo-

    ra poltica del siglo XX.

    As, podemos encontrarnos con una

    gran cantidad de artculos divididos en cin-

    co bloques. El primero de ellos es la diser- tacin de Gianfranco Pasquino quien

    para los compiladores ha asumido ya hoy

    el estatus de clsico la cual versa so-

    bre un conjunto de crticas a la obra de

    Arend Lijphart, que le permiten al autor

    establecer un conjunto de planteos a ser

    resueltos por la investigacin emprica y

    que se centra en un problema crucial de

    las ciencias sociales y de los estudios so-

    bre la poltica en especial: los sistemas

    de clasificacin, los conceptos con los

    que estos se elaboran y las oposiciones

    que establecen. De este modo Pasquinosienta una posicin epistemolgica y su

    inclusin en el texto, al igual que los te-

    mas tratados en su artculo tambin nos

    hablan de una perspectiva sobre las

    ciencias sociales en nuestro continente:

    aquella que se asienta sobre la nocin

    de objeto discreto y que, por ende,

    comprende a las instituciones polticas

    como un conjunto de fenmenos suigeneris.

    El segundo bloque del texto se titula

    La irrupcin de la teora poltica en el

    debate institucional. All encontramos

    referencias heterogneas a distintos auto-

    res considerados como clsicos, en los

    cuales se busca, antes que nada, resaltar

    la originalidad de los autores menciona-

    dos. De este modo, el artculo de CsarPen sobre Weber intenta enfatizar tanto

    la singularidad de la obra weberiana,

    como su distancia en relacin a los

    paradigmas positivistas y crticos

    dentro de las ciencias sociales, anclando

    su anlisis en el concepto de dominacin

    burocrtica. Luego, el texto de Ricardo

    Forster sobre Adorno corre por un cami-

    no paralelo, centrndose en el trmino dederiva como una manera de sintetizar

    la produccin de un autor que siempre es

    difcil de ubicar en lmites conceptua-

    les. Finalmente, los textos de Hernando

    Nieto y Claudia Hilb sobre Strauss, de

    manera similar, se colocan tanto en su li-

    gazn con el pensamiento conservador

    norteamericano en realidad, segn

    Hernando Nieto, esta es una relacin es-

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    POSTDataDataDataDataData11,

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    puria y no permite clasificar a Strauss den-

    tro de dicha corriente al igual que en la

    tensin entre teologa y filosofa poltica

    dentro de su obra. Tanto Nieto como Hilbcoinciden en ver a Strauss ms como un

    filsofo que como un idelogo. Y de all

    que, por distintas operaciones

    metodolgicas, llegan a la conclusin que

    permite refutar imputaciones apresuradas

    sobre el carcter poltico de su obra.

    Ahora bien, si comparamos este blo-

    que con la mencionada conferencia de

    Pasquino, vemos que se establece a prin-cipios del texto una tensin entre dos

    posiciones, la cual sigue desarrollndose

    en los siguientes apartados.

    De este modo, prosigue el recorrido

    con un bloque titulado La presencia del

    poder en el discurso poltico. Nuevamen-

    te, la heterogeneidad es el rasgo que

    subyace a los rescates crticos de clsi-

    cos. Y, de manera anloga a los autoresdel apartado anterior, nos encontramos

    con trabajos que buscan resaltar en su

    mayora la originalidad y la incorrec-

    cin de caracterizaciones polticas apre-

    suradas. As, Enrique Aguilar explora la

    inasimilable trayectoria intelectual de un

    autor que, lamentablemente y no casual-

    mente, hace dcadas que ha sido olvida-

    do en muchas universidades argentinas, apesar de haber posedo una gran influen-

    cia en tiempos pasados: Jos Ortega y

    Gasset. A travs de su anlisis Aguilar bus-

    ca demostrar cmo la actuacin pblica

    del filsofo espaol guarda corresponden-

    cia con sus postulados filosficos. Luego,

    Vicente Massot trabaja una interesante y

    necesaria hiptesis sobre la obra de

    Oswald Spengler: las consideraciones so-

    bre el pensador alemn como terico de

    la decadencia son incorrectas, en tanto

    sus premisas apuntan a diagnosticar el

    carcter histrico, y por ende, particularde un imaginario liberal-positivista

    decimonnico que se funda en una racio-

    nalidad con pretensiones de universa-

    lismo. Por su parte, Claudio Contreras

    busca desarrollar un argumento con ras-

    gos similares en relacin a un terico apa-

    rentemente opuesto al anterior: Hermann

    Heller. As, para Contreras el pensamien-

    to de Heller se sita entre dosparadigmas de la Europa de entreguerras:

    el materialismo histrico y el vitalismo

    antirracionalista, generando una perspec-

    tiva comunitarista singular, que rescata

    algunos aspectos humanistas solidarios

    con vertientes del pensamiento socialista.

    Le sigue el artculo de Arturo Fernndez

    sobre Raymond Aron. Nuevamente aqu

    tenemos una recuperacin de un intelec-tual que habiendo tenido una fuerte pre-

    sencia durante aos, parece hoy dejado

    de lado. El argumento de Fernndez en-

    tonces destaca cmo el concepto de so-

    ciedad industrial creado por Aron para

    dar cuenta de manera no determinista

    un conjunto de rasgos de las sociedades

    contemporneas, se encuentra ligado tan-

    to a una praxis intelectual marcada por lamoderacin como a una osada relectura

    e inclusin en el pensamiento sociolgico

    de autores como Tocqueville y

    Montesquieu. Y de all a la primaca de lo

    poltico como respuesta a las visiones

    sistmicas de las escuelas anglosajonas. El

    mdulo cierra con un rescate de la obra

    de Julian Freund, por parte de Juan Carlos

    Corbetta. Nos encontramos as con un

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    socilogo del conflicto que, habiendo sido

    maqu, se aventura a introducir la pol-

    mica obra de Carl Schmitt en un medio

    acadmico francs cerrado tanto al pen-samiento alemn como a otras escuelas

    forneas. A partir de all Corbetta se abo-

    ca a realizar una rigurosa sntesis concep-

    tual de la polemologa de Freund y a

    dialogar crticamente con otros comen-

    taristas.

    Vale la pena destacar que el bloque

    cuenta con un texto de Humberto Quiroga

    Lavi que, de algn modo, escapa a losrasgos sealados, buscando extender los

    razonamientos weberianos hacia un con-

    junto de clasificaciones para caracterizar

    el funcionamiento institucional de la Ar-

    gentina, de acuerdo a los modos de domi-

    nacin conceptualizados por el autor ger-

    mano, abriendo el debate en sus conclu-

    siones en torno al concepto de gestin

    de calidad como uno de los rasgos a te-ner en cuenta a la hora de evaluar los d-

    ficits de la organizacin institucional ar-

    gentina.

    El mdulo siguiente se titula La

    historicidad de lo poltico, situando

    otro foco de tensin: una lectura que se

    desplaza de algn modo hacia la filosofa

    de la historia y a la historia de los con-

    ceptos. As, encontramos referencias ala obra de Nietzsche en un escrupuloso

    ensayo de Miguel Rossi, quien adems

    reconstruye un posible marco

    argumentativo sobre la mirada

    nietzscheana acerca del Estado. Igual de

    interesante resulta el trabajo de Diego

    Boriosi y Gabriela Rodrguez sobre la

    hermenetica que realiz Hannah Arendt

    del pensamiento griego. Les sigue un pre-

    ciso artculo de Cecilia Lesgart que gira

    en torno al problema de la dimensin

    histrica de los conceptos polticos, en

    el cual la autora hace importantes refe-rencias a los argumentos de Quentin

    Skinner y Reinhart Koselleck. Despus

    nos encontramos con un texto de

    Horacio Cagni que hace una importante

    referencia a dos cientficos sociales poco

    trabajados en nuestro medio: George

    Mosse y Ernest Nolte. El conocimiento

    de las conceptualizaciones y los argumen-

    tos de ambos sobre el fascismo y el na-zismo son sumamente tiles y necesarios

    en ambientes intelectuales como el ar-

    gentino, donde la utilizacin de dichos

    trminos suele ser apresurada y vaga y,

    por ende, incorrecta. De all que la con-

    tribucin de Cagni es fundamental. Algo

    similar hace Hctor Zimerman al tratar

    la cuestin del antisemitismo a partir

    de la obra Jean-Paul Sastre.Finalmente, el libro cierra con un blo-

    que titulado Arquitectura del poder,

    que parece resituar las tensiones, de al-

    guna manera, en torno a la problemtica

    del objeto discreto. All vemos traba-

    jos como el de Julio Pinto, quien explora

    la relectura que hace Norberto Bobbio

    de la obra de Wilfredo Pareto, a la vez

    que seala de manera muy convincentela vigencia de ste para comprender los

    procesos de integracin lo cual es con-

    secuente con las investigaciones de Pinto

    en la Universidad de Buenos Aires. Nos

    sorprende luego el trabajo de Jernimo

    Molina Cano sobre la obra de Wilhelm

    Rpke, sobre el cual conceptualiza un

    trnsito de la crtica econmica a la cul-

    tura hacia el humanismo econmico y a

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    POSTDataDataDataDataData11,modalidades de tercera va, lo cual

    resulta, por un lado solidario con el ori-

    gen catlico de Rpke, pero, a la vez

    singular a partir de su vinculacin con las teoras que se suelen denominar

    neoliberales.

    La profusin y diversidad de auto-

    res recuperados y situados como clsi-

    cos que presenta el texto nos permite

    formular una pregunta: esto es un signo

    de pluralismo, heterogeneidad y com-

    plejidad que han alcanzado la teora y

    la ciencia poltica en nuestro continentey en la Argentina, o bien es la expresin

    de una dispersin y una fragmentacin

    epistemolgica? Rescatando las palabras

    de los compiladores se puede optar por

    la primera alternativa, lo cual es y ser

    fructfero para las reflexiones sobre lo

    poltico en un pas como la Argentina

    que, de manera recurrente, presenta de-

    safos empricos a las ciencias sociales.Por ende, slo puede hacerse un seala-

    miento al libro: a diferencia de lo que

    ocurre en disciplinas como la sociologa,

    en la teora poltica existen clsicos

    latinoamericanos y argentinos que tam-

    bin pueden ser objeto de recuperacin

    crtica. Mencionarlos en esta resea sig-

    nificara entrometerse en el texto, pero

    la referencia apunta a generar nuevas ins-tancias de debate. De todos modos, esta

    apreciacin apunta a una cuestin que

    escapa tanto a la voluntad de los autores

    como de los compiladores y sobre la cual

    se podr seguir avanzando.

    Luis Miguel Donatello