predecibilidad
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Vidal Alonso Daniela
Hilario Vicente Ana
María
Hernández Saldaña
Laura Nereyda
Hernández Rodríguez
Gisela
Cetís 109
Informática
6L
Predecibilidad
Tiene por etimología el latín pre+dicere, esto es,
“decir antes”. Una vez sabido el significado
general, conviene irlo afinando para ajustarlo a
los usos que la práctica demanda. Por ello, no
se trata sólo de “decir antes”, sino de “decirlo
bien”, o sea, acertar; también, hacerlo con un
plazo suficiente para poder tomar las medidas
que se crean oportunas, y además tener una
idea de hasta cuándo es posible predecir el
futuro con cierto éxito.
Cuando se efectúa una predicción, se está
estimando un valor futuro de alguna variable
que se considere representativa de una cierta
situación. Por ejemplo, en cuestiones climáticas
podría tratarse de temperaturas medias de la
atmósfera en determinados niveles,
concentraciones de gases, precipitación, etc.
También se pueden hacer predicciones
espaciales, como la ubicación, movilidad
e intensidad local de fenómenos
extremos, caso por ejemplo de los
huracanes y tormentas tropicales.
Normalmente ambos tipos de predicción
están ligados y se realizan a la vez, como lo
prueban los productos que ofrecen las
grandes agencias e institutos de
Meteorología y Climatología.
Las estimaciones realizadas para predecir
se denominan predictores. Pueden
construirse de modos muy diversos, de
algunos de los cuales nos ocuparemos en
este trabajo, y su bondad se mide -como
es natural- por el porcentaje de aciertos
en situaciones del pasado predichas con
igual técnica.
Las bases de registros disponibles hoy día
permiten realizar experimentos de
predecibilidad con datos pasados y simular
situaciones ya conocidas mediante
diversas técnicas, estudiando y
comparando los resultados. Es claro que
para estos experimentos la tercera
propiedad de la predicción no tiene
demasiado interés, pues la predicción -o
mejor, simulación- del pasado no incita a la
prisa.
Sin embargo, en las predicciones día a día
para fenómenos meteorológicos, o
anualmente para situaciones climáticas,
es conveniente que la predicción pueda
llevarse a cabo con antelación suficiente.
Por supuesto, hay predictores que se
pueden formular de inmediato: por
ejemplo tomemos la permanencia y el
paseo aleatorio. El primero consiste en
suponer que la situación actual se
prolongará hasta el momento para el que
se quiere predecir; el segundo supone que
la predicción es una mera cuestión de
suerte.
Ambos son predictores válidos y utilizados
con frecuencia como “enemigos a batir”
por cualquier otro diseño de predicción.
Pero la predicción no todos los métodos
son tan rápidos, y lleva siempre cierto
tiempo efectuar.
Conclusión:
Las bases de registros disponibles hoy día
permiten realizar experimentos de
predecibilidad con datos pasados y
simular situaciones ya conocidas
mediante diversas técnicas, estudiando y
comparando los resultados
PREDECIBILIDAD
Tiene por etimología el
latín pre+dicere, esto es,
“decir antes”.
Por ejemplo;
En cuestiones
climáticas podría
tratarse de
temperaturas medias
de la atmósfera en
determinados niveles,
etc.
Predicciones espaciales,
como la ubicación,
movilidad e intensidad local
de fenómenos extremos,
caso por ejemplo de los
huracanes y tormentas
tropicales.