Primer domingo, día 5 Cuarenta días de pasión: Venga tu reino Salmo 145

1. Tenemos un reino ― Salmo 145:11, 13

De acuerdo con estos versículos el reino de Dios es glorioso y eterno. Mientras los reyes, reinos

y países vienen y van, el reino de Dios es diferente en muchas maneras. Aquí el salmista enfatiza

que es un reino glorioso, y que es justo y eterno. ¡Tenemos un reino glorioso!

2. Tenemos un Rey ― Salmo 145:1, 3

Todo reino debe tener un rey. De acuerdo con el Salmo 145:1 y 3 nuestro Rey es Dios y Jehová

(el SEÑOR). Dios, elohiym, es el Dios de la creación (Génesis 1). Jehovah, el SEÑOR, es el

Dios de la relación de pacto (Génesis 2). Considere todas las palabras que se usan para describir

a Dios, el SEÑOR. Simplemente considérelas versículo por versículo: grande (grandeza),

poderoso, glorioso, bueno, justo, misericordioso, compasivo, amante, majestuoso, proveedor de

nuestras necesidades, está cerca de los que le aman y protege a los que le aman. ¡Tenemos un

reino glorioso!

3. Somos ciudadanos de su reino ― Salmo 145:1-21

Según el Salmo 145:5 debemos meditar en Dios, su grandeza y sus hechos bondadosos. En las

Escrituras se nos pide: “Considerad a aquel” (Hebreos 12:3); “en esto pensad” (Filipenses 4:8);

“haya, pues, en vosotros este sentir…” (Filipenses 2:5). Como ciudadanos del reino de Dios

debemos considerar, evaluar, reflexionar, meditar y sacar conclusiones acerca de Dios, el

SEÑOR, y acerca de nosotros mismos. Como resultado de nuestra meditación diariamente hemos

de exaltar, alabar, proclamar, compartir, cantar, agradecer, orar (invocar el nombre de Dios) y

bendecir al SEÑOR.

¡Tenemos un reino, tenemos un Rey y debemos vivir como ciudadanos del reino glorioso de

Dios!

Segundo domingo, día 12 Cuarenta días de pasión: Venga tu reino Mateo 5:1-20

1. Las características del reino ― Mateo 5:1-12

Humildad, compartir el dolor, amabilidad, anhelar justicia, misericordia, pureza, perseverancia y

gozo.

Estas cualidades deben hallarse en cada ciudadano del reino.

2. El llamado del reino ― Mateo 5:13-16

El llamado para cada ciudadano del reino es ser sal y luz. Lleno de amor, gracia y buenas obras.

3. El desafío del reino ― Mateo 5:17-20

¡A menos que su justicia sea superior a la de los fariseos usted no entrará al reino!

“Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia” (Romanos 4:3). ¡Confíe en Dios!

Tercer domingo, día 19 Cuarenta días de pasión: Venga tu reino Mateo 21:28-32

1. Entramos al reino por medio del remordimiento ― Mateo 21:28-32

Después de leer este pasaje, enfóquese en el concepto de “remordimiento santo” en Mateo 21:32.

El remordimiento es estar verdadera y suficientemente apenado como para hacer un cambio de

corazón y de vida.

2. Entramos al reino por medio del arrepentimiento ― Marcos 1:14-20

Después de leer este pasaje enfóquese en el concepto de arrepentimiento en Marcos 1:15. El

arrepentimiento verdadero es un giro y cambio de la mente. Jesús lo dijo: “…arrepentíos, y creed

en el evangelio”.

3. Entramos al reino por medio de la justicia ― Lucas 18:9-14

Después de leer Lucas 18:9-14, enfóquese en el concepto de justicia, o “justificado” (Lucas

18:14).

“Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17). Ver Efesios 2:8-10.

¡Tenemos un reino que demanda justicia, y se entra en él por medio del arrepentimiento y

la fe!

Cuarto domingo, día 26 Cuarenta días de pasión: Venga tu reino Hechos 14:1-28

Durante su primer viaje misionero Pablo enfrentó grandes desafíos. Como lo hizo Pablo,

nosotros debemos perseverar.

1. “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”.

Hechos 14:22

Lea las porciones señaladas de la experiencia de Pablo y Bernabé que están registradas en

Hechos 14:1-22.

Use lecturas selectas de los siguientes pasajes: Mateo 5:10-12; Filipenses 1:29, 30; 2 Timoteo

3―4; y Santiago 1:2-4. La idea central de este mensaje es que a través de dificultades y

tribulaciones es que entramos al reino de Dios.

2. “Todas las cosas les ayudan a bien…”. Romanos 8:28

Lea Romanos 8:28. Muchos lo han llamado: “El secreto de la familia cristiana”. “Sabemos” que

Dios está obrando en todas las cosas para nuestro bien, y para su gloria y reino. Comparta con la

congregación el concepto de “bendiciones de la puerta trasera”. Estas son las “bendiciones” en la

vida que Dios trae a nuestro camino cuando él nos lleva por tribulaciones y dificultades.

3. Cuente sus bendiciones. 1 Tesalonicenses 5:16-18

¡Elija hoy resistir las tribulaciones, soportar los sufrimientos y ser un santo agradecido!

Quinto domingo, día 33 Cuarenta días de pasión: Venga tu reino Colosenses 4:2-18

1. La obra del reino es un trabajo de oración. Colosenses 4:2-4, 12.

Repase las cualidades de un santo que ora: alerta, dedicado, agradecido y espiritual. Debemos

“luchar” en oración (Colosenses 4:12), y nuestras oraciones deben ser más espirituales que

materiales.

2. La obra del reino es un trabajo de testimonio. Colosenses 4:3-6.

¡Debemos orar para que haya “puertas abiertas” y que seamos personas que hablen de su fe! Ver

Hechos 1:8.

3. La obra del reino es un trabajo de equipo. Colosenses 4:7-18.

Resalte las descripciones de Tíquico, Onésimo, Aristarco, Bernabé, Marcos, Jesús (Justo),

Epafras, Lucas, Demas, Ninfas, Arquipo y Pablo. ¡Para hacer que el sueño funcione se necesita

un trabajo de equipo! Pregúntese: ¿Juego mi papel a favor de Cristo? Si es así, ¿cuál es su papel?

¡La obra del reino es trabajo del reino por medio de la oración, el testimonio y el trabajo de

equipo!

Sexto domingo, día 40 Cuarenta días de pasión: Venga tu reino Apocalipsis 22:1-21

1. ¡Jesús resucitó de los muertos el domingo de Pascua de resurrección! Mateo 28; 1

Corintios 15.

La esencia del evangelio es 1 Corintios 15:3, 4. ¡Predíquela!

2. ¡Jesús caminó sobre la tierra 40 días en su cuerpo resucitado y luego ascendió a los

cielos!

Predique acerca de las realidades de Hechos 1:1-11. ¡Debe ser un testigo de Jesús! Hechos 1:8.

3. ¡Jesucristo viene pronto! ¡Actúe en consecuencia! ¡Apocalipsis 22:7, 12, 20, 21!

Debemos trabajar, testificar, estar alerta y orar: “Sí, ven, Señor Jesús”. ¡Maranatha!

“Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús” (Apocalipsis 22:20).