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GÉNESIS DEL «QUIJOTE»

PRIMER ESTUDIO:

LO DE «BENENGELI» POR

RICARDO M. UNCITI

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DEPÓSITOS E N M A D R I D :

Librería de G A B R I E L MOLINA Travesía del Arenal, 1

Librería «FERNANDO FE» Puerta del Sol, 16

V A L L A D O L I D Talleres Tipográficos «CUESTA»

Macías Picavea, 40 1918

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GÉNESIS DEL «QUIJOTE»

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GÉNESIS DEL «QUIJOTE»

PRIMER ESTUDIO:

LO DE «BENENGELI )) POR

RICARDO M. UNC1TI

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DEPÓSITOS EN MADRID:

Librería de GABRIEL MOLINA - Travesía del Arena), 1

Librería «FERNANDO FE» Puerta del Sol, 16

VALLADOLID Talleres Tipográficos «CUESTA»

Macías Picavea, 40 1918

Es propiedad de su autor, cuya firma acompaña a cada ejemplar.

#. riisfii

Al Exorno. Sr. D.

FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN, de la F^eal Academia Española; Director de la Biblioteca flacional; eruditísimo comentarista y acertado anotador de las inmortales obras cer­vantinas; poeta insigne, g, en fin, preclaro e ilustre por otros muchos conceptos g motivos que, con toda justicia, le han elevado a uno de los primeros lugares en la mentalidad g las Lietras españolas contemporáneas,

dedica este pequeño Primer Estudio su devo­tísimo amigo g entusiasta admirador

RICARDO M- IÍNCITI

9 de Febrero de 1918.

GÉNESIS DEL «QUIJOTE PRIMER ESTUDIO:

Lo de «BENENGELI»

x Breve reseña histórica de la derivación de BENENGELI.

1.—De diferentes modos se ha intentado derivar la cervantina voz

BENENGELI, que apareció por primera vez, como se sabe, en el pri­mer tomo del Quijote, por los años de 1605 (edic. princ, cap. IX, fol. 32 vuelto).

Recuérdese que CIDE HAMETE BENENGELI

es el nombre arábigo del supuesto primer autor de la inmortal novela.

2.—Pero todos los anotadores y comentaristas de las obras cervantescas están de acuerdo respecto al evi­dente prefijo arábigo

BEN-, que traducen al castellano por

HIJO DE, única equivalencia exacta admisible en los comentarios y notas de aquéllos.

En su consecuencia, de la voz BENENGELI

8 GÉNESIS DEL «QUIJOTE»

podremos separar el BEN-,

quedándonos para cuanto aquí signe con el ENGBLI,

por ser aquel prefijo una cantidad constante. 3.—¿Qué significa, en castellano, la palabra, al pare­

cer árabe, ENGELI?

Desgraciadamente para los entusiastas cervantistas deseosos de que significase algo concreto o determi­nado, el

ENGELI, así escrito sin alteración de letras y sin metátesis, no tiene equivalencia exacta ni aún aproximada en nuestro idioma. Ello ha constituido y constituye una verdadera desesperación para tan rendidos admiradores del porten­toso ingenio cervantino.

4.—Pero vayamos con cierto orden cronológico en la exposición de opiniones, comenzando por la del sabio orientalista don José Antonio Conde. Este señor ex­plicó que

BENENGELI quiere decir

HIJO DEL CIERVO, CERVAL o CERVANTEÑO. 5.—Don Diego Clemencín aceptó la explicación de

Conde, observando en una de sus notas al capítulo IX del primer tomo del Quijote que, con el

BENENGELI, «se designó a sí mismo Cervantes, que habiendo resi­dido en Argel cinco años, no pudo menos de alcanzar algún conocimiento del idioma común del país». (Nueva edición anotada por Miguel de Toro Gomes, tomo I, pág. 141, nota 2.—París, 1910).

RICARDO M. UNC1TI

6.—Siguióse durante bastantes años creyendo en la explicación de Conde, ya consagrada por segura y defi­nitiva con el autorizado parecer de Ciemencín.

La tal derivación, sin embargo, no despertó entu­siasmo alguno entre los cervantófilos.

7.—Dice don Julio Cejador en su notable Diccionario del Quijote (Madrid, 1905) que

BENENGELI pudiera significar

HIJO DEL ÁNGEL, ANGELICAL,

por el compuesto arábigo BEN-ANDJELI.

Este insigne filólogo español, rechaza, pues, lo que él tan donosamente llama «árabe de Conde».

A nuestro entender, no está mal la explicación de Cejador, especialmente porque con ella se establece la congruencia de

ÁNGEL y de MIGUEL, la cual no aparecía en la derivación de Conde.

8.—Don Leopoldo Eguilaz, en sus Notas etimoló­gicas a a El Ingenioso Hidalgo D. Quijote de la Mancha» (Homenaje a Menéndez y Pelayo, tomo II, pág. 121), da para el

BENENGELI la traducción

ABERENJENADO, que corresponde a la voz arábiga

BEDENCHELI. Y considera desatinada la etimología que Conde

nos legó.

10 GÉNESIS DEL, «QUIJOTE»

9.—Rodríguez Marín, finalmente, en su preciosa edición del Quijote de Clásicos Castellanos, («La Lec­tura», Madrid, 1911; tomo I, pág. 219, nota 9), hace suya la explicación de Eguilaz y concluye diciendo por cuenta propia: «Ahora se explica bien que el bachiller Sansón Carrasco (II, 2) dijese, según Sancho Panza, que el autor de la historia se llamase «Cide Hamete Berenjena».

Y este nuestro insigne maestro de cervantógrafos acierta, en verdad, con su observación, porque lo de aberenjenado es seguro, aunque escrito con g por la derivación que vamos a exponer en el presente estudio. Pero esta derivación nuestra nada debe al descubri­miento de Eguilaz, pues se funda en consideraciones y hechos de otro orden, bien ajenos por cierto a la erudición que hasta hoy se ha tenido por incontestable al tratar de materias cervantinas.

No podemos dudar, ni aún por asomo, de que Cer­vantes conociera la voz arábiga

BEDENCHELI, descubierta por Eguilaz, y nos afirma más en esa nues­tra creencia el hecho documentado de la terminación

- E L I , idéntica a la de

BENENGELI. No entraremos en discusión acerca del cambio de la

D por la N, y mucho menos acerca del de la CH por la G, acaso intercambiables al pasar de una a otra foné­tica. Quédese este importante asunto para las autori­dades Cejador, Casares y otros maestros en Filología.

10.—La derivación de Cejador BEN-ANDJELI,

se aproxima más que la de Eguilaz al BEN-ENGELI

RICARDO M. UNCITI 11

cervantino, y es congruente, como ya hemos dicho, con el

BEN-MIGUEL, por lo del ángel (a).

I X

Derivación exacta de la voz cervantina BENENGELI.

1.—Desde que en La Ilustración Española y Ameri­cana tuvimos el honor de descubrir el famoso

CALEPINO en once lenguas (con entrada por la latina), ya se consi­dera a Cervantes como poliglota, puesto que éste hubo seguramente de manejar aquel famoso libro, fuente pri­mera y única de erudición entonces. Lo decimos por­que ya forman legión las personas que nos han felici­tado por nuestro hallazgo del

CALEPINO, cual si hubiéramos descubierto algo en lo cual nadie pensó, aún tratándose del inmortal autor del Quijote. Pero ¿no era harto elemental que al estudiarse la men­talidad de Cervantes, prescindiendo de su ingenio, se

(a) La solución Ben-Andjeli, de Cejador, nos llevaría, pro­cediendo a la inversa, a la expresión originaria

Cide-Anjhel benite ad me, de 20 letras, especie de salutación bilingüe que muy bien pudo ocurrirsele a Cervantes. La expresión de éste, Cide Hamete Benengeli, carece de la d.

Si Cervantes escribió en un principio Cide Ángel benite ad me,

la forma primeramente resultante pudo ser Cide Ámete Ben-Andgeli.

12 GÉNESIS DHL «QUIJOTE»

conociesen muy bien las primeras materias intelectua­les, o libros, de que aquél se valió? Luego necesaria­mente teníamos que topar con el famoso

CALEPINO, obra que, si mal no recordamos, nunca fué citada por Cervantes en las suyas por él expresamente firmadas, aunque sí la mencionó en la que, como saladísimo autor alónimo, publicó en Tarragona bajo el título de

«SEGVNDO TOMO », es decir, la que hoy denominamos falso Quijote (1).

2.—Cervantes poliglota, gracias al muy buen latín que él se sabía y al Calepino, podrá ser, de aquí en adelante, un tema nuevo a desarrollar por los jóvenes estudiosos del cervantismo, en cátedras y publica­ciones.

3.—Pero es que Cervantes conocía, indudablemente, además de aquellas once lenguas del Calepino, la llamada

CHIPICALLI; las arábigas, tanto la clásica como la vulgar; la catalana; la vizcaína (hoy vascuence o baskuencej, y algunas más. Y, por de contado, Cervantes no ignoraba ninguna de las equivalencias castellanas de las voces y locuciones de

(1) La presente GÉNESIS DEL «QUIJOTE» demostrará asi­mismo, en el Estudio correspondiente, que fué Cervantes el verdadero autor de la famosísima novela tarraconense del supuesto licenciado tordesillesco.

[Véanse nuestros trabajos intitulados, Cervantes, autor de ambos Quijotes (en El Debate, diario madrileño, año 1916) y Cervantes, autor del falso Quijote (en La Ilustración Espa­ñola y Americana, años 1916 y 1917). Recuérdese también nuestra conferencia en el Ateneo de Madrid, del 22 de Marzo de 1916, cuyo tema lo intitulamos Avellaneda es Cervantes. Título ya este último de un ruidoso libro que corría por esos mundos y que ya figuraba en algunas bibliografías con nues­tro nombre de autor, siendo así que nosotros todavía no lo habíamos publicado... ¿Misterio tenemos...? ¡Quién sabe-..!]

RICARDO M. UNCITI l3

la Germania o lenguaje de los ladrones y demás gentes de mal vivir.

4.—Compárense los léxicos de Cervantes en sus obras y de Covarrubias en su Tesoro (Madrid, 1611) y veremos que la ventaja y la superioridad están de parte del primero, tanto por el número de voces como por el de sus significados y etimologías, particularmente en lo que se relaciona con los principales idiomas extran­jeros; con el caló, Chipicallí o Rom; y con el vascuence, el catalán y la Germania.

5.—No se olvide que el caló, Chipicallí o Rom, nada tiene que ver con la Germania, siquiera se apro­vechase ésta de algunas voces de aquél. La lengua gitana (Chipicallí) es, como se sabe, uno de los mu­chos dialectos del Indostán, y procede del Sánskrit o Sánscrito.

6.—Ningún comentador de las obras cervantinas se ha ocupado, poco ni mucho, del Chipicallí, cual si en aquéllas no tuviese determinadas e importantes re­presentaciones aquel dialecto indostánico. Ello prueba que nunca se pensó en que Cervantes lo conocía y hablaba, de seguro. Aunque ya lo dio a entender cuando en su primer tomo del Quijote nos presentó a Ginés de Pasamonte como políglota, haciendo naturalmente la propia apología (capítulo XXX). Y en una multitud de lugares más de sus obras, Cervantes exteriorizó sus profundos conocimientos en el caló o Chipicallí.

7.—Al hablarle en aquel famoso dialecto indostá­nico, a Cervantes le llamarían

GERINEL, porque el nombre propio castellano

MIGUEL se traduce por

GERINEL en Chipicallí.

14 GÉNESIS DEL «QUIJOTE»

Tampoco pudieron pensar en ello los comentadores, quizá porque desde un principio no se ocuparon para nada del gitanismo cervantesco, la característica perso­nal acaso más acentuada en el inmortal novelador.

8.—Gerinel de Cervantes Saavedra y Miguel de Cer­vantes Saavedra fueron, por consiguiente, una misma persona.

9.—Por más que lo hayamos buscado, no hemos podido hallar el nombre propio

GERINEL en ninguno de los muchos diccionarios que tuvimos ante nuestra vista, excepción hecha de alguno particular de la lengua gitana, en el cual, afortunadamente, se incluye aquel nombre.

10.—No hemos tenido tiempo de estudiar el por qué del famoso nombre

GERINELDO de nuestros antiguos romances; pero sospechamos que procede en línea recta etimológica del nombre propio gitano

GERINEL. 11.—Escribiendo, a lo gitano,

GERINEL, en lugar del españolísimo

MIGUEL, y anteponiéndole el

BEN-arábigo, siempre traducido por «hijo de», tendremos exactamente la voz compuesta

BENGERINEL, la cual consta, como puede verse, de 10 letras.

fcíCARDO It. UNCItl 15

12.—Permutemos ahora, de todas las maneras posi­bles, las 10 letras de la voz compuesta

BENGBRINEL, y llegaremos, después de no pequeño trabajo y bastante paciencia, a la forma literal equivalente

BERENGENIL, es decir, a un anagrama exacto de la voz o forma literal que podemos denominar matriz.

13.—Teniendo en cuenta las repeticiones de las letras E y N, el número máximo posible de permutaciones con aquel mismo total de 10 letras estará dado por el cociente 10X9X8X7X6X5X4X8X2,, 1 0 X 9 X 8 X 7 X 6 X 6 X 4 = m m .

Resultado numérico que manifiesta que para hallar la forma literal deseada

BERENGENIL, partiendo de la originaria o matriz

BENGERINEL, habríamos podido tener necesidad de componer hasta

604 800 — 1 = 604 799

anagramas distintos de las mismas 10 letras, siendo el último de ellos el únicamente aprovechable:

BERENGENIL. Mas afortunadamente no hemos necesitado hacer

tan extraordinario trabajo, porque en cuanto por nuestras

ECUACIONES (1)

(1) De las cuales nos ocuparemos formalmente en otro de nuestros estudios de la GÉNESIS DEL «QUIJOTE». Estas ECUACIONES nos han proporcionado

43 letras que LO DICEN TODO.

16 GÉNESIS DEL «QUIJOTE»

vimos con toda claridad que las siete letras de una de ellas eran las mismas de la voz gitana

GERINEL, entramos en sospecha (por la existencia de la R que tanto buscábamos) de que lo de

BBRENGENA (con G) no pudo derivarlo Cervantes sino de

BERENGENIL. 14.—

BERENGENIL, por aberengenado (con g), es palabra evidentemente despectiva, como lo son asimismo, verbigracia, aboga­dil, quijotil, etc. Respecto al adjetivo quijotil, recorda­mos ahora que primeramente lo empleó en una de sus comedias el Maestro Tirso de Molina; al cual, por ser fraile Mercenario, no pudo Cervantes tener ni tratar como a enemigo. Antes bien, en algunas de las obras de aquel famoso comediógrafo, hay clarísimas pruebas de que consideró y estimó en mucho a Cervantes; y acaso más que a Lope, envidioso rival al cabo y al fin de cuantos pretendieron imitarle en las comedias. Y el gran Mercenario, a lo que creemos, harto sabía lo del

BERENGENIL, como igualmente lo supieron cuantos estaban en el secreto de la génesis del Quijote.

15. —Y como a los habitantes de Toledo se les lla­maba por entonces

BERENGENEROS (1), (1) En el Quijote, Segunda Parte, edición príncipe, capí­

tulo X X V I I , folio 106 vuelto, líneas 7 y 8: «verengeneros».

Les llamaban así por lo aficionados que eran a las beren­jenas y «usar su pasto en diferentes guisados.,.» (Covarrubias en su Tesoro).

RICARDO M. UNC1TI 17

ello explica el por qué del HAMETE

con que Cervantes acompañó su BENENGELI,

deducido éste, evidentemente, de BENGERINEL,

equivalente por la Anagramatopeya a BERENGENIL,

formas entrambas que perdieron la R de origen. Aquel supuesto autor moro del Quijote, tenía que

ser, por fuerza, del propio Toledo, por lo de berengenero fberengenil o aberengenado (l)].

16.—Procediendo inversamente llegaríamos con su­ma facilidad a la forma matriz.

BENGERINEL, o lo que es lo mismo, a su equivalente

BENMIGUEL, que significa, como sabemos, por el bilingüe árabe castellano,

HIJO DE MIGUEL. En efecto: Sumando la R con las 9 letras de

BENENGELI y, permutándolas de manera conveniente, obtendríamos

BERENGENIL, de donde pasaríamos a la forma matriz

BENGERINEL, según pretendíamos demostrar.

(1) En el Quijote, Segunda parte, capítulo XLVII, folio 177 vuelto, línea final: «anerengenado» (con u r-or b).

18 GÉNESIS DEL «QUIJOTE»

XXX

Importancia del nuevo elemento literal GERINEL en la GÉNESIS DEL «QUIJOTE».

1.—Sin restar méritos ni importancia a cuantos trabajos de crítica histórico-literaria de las obras cer­vantinas han visto la pública luz con anterioridad a los nuestros, no podemos ni debemos callar ante los hechos consumados de tan felices hallazgos, acaso definitivos para descubrir por completo la GÉNESIS DEL «QUI­JOTE», propósito principal de estos estudios.

Sirva como simple ejemplo el nombre propio GERINEL

del Chipicallí: ¿quién tenía de él noticia? Y aunque alguien la tuviese, hecho siempre posible: ¿por qué no intentó, como nosotros, utilizarlo en sus búsquedas para probar si con él era posible llegar a algo determinado o concreto en cualquiera de los muchos puntos obscuros en la exégesis del Quijote?

2.—Los grandes descubrimientos científicos, en Quí­mica principalmente, no han tenido, por lo general, otro origen, puesto que casi siempre se debieron a la feliz idea de probar con cuerpos cuyas propiedades, en combinación o en mezcla, se desconocían. Así ha suce­dido con nuestro

GERINEL, al mezclarlo con

BEN y suprimiendo luego una R, que no há estorbado ni estorbará en la forma derivada

BERENGENIL,

RICARDO M. UNC1TI 19

la cual explica satisfactoriamente lo de

BBRENGENA (1), lo de

HAMETB y lo de Toledo.

3.—Esa benéfica R no podía darla el nombre propio MIGUEL,

aparte de que Cervantes la necesitaba para completar las tres que le hacían falta en el total de 43 letras con que se propuso DECIRLO TODO.

4.—Es indiscutible, pues, la importancia del nuevo elemento literal

GERINEL en la GÉNESIS DEL «QUIJOTE». Basta lo apuntado hasta aquí para comprenderla. Pero de ello nos daremos cabal cuenta en nuestros sucesivos estudios, porque utilizaremos esa R ahora sobrante y, sobre todo, porque el lector se acostumbrará, como nosotros, a manejar las

43 letras famosas del ingeniosísimo escritor

GERINEL DE CERVANTES SAAVEDRA. .

Fin del PRIMER ESTUDIO DE LA

GÉNESIS DEL «QUIJOTE»

(1) En el Quijote, Segunda parte, edición príncipe, capítu­lo II, folio 9, líneas penúltima y última: «que el autor de la Historia se llama Cide Hamete Berégena. Este nombre es de Moro, respondió don Quixote». Y continúa del siguiente modo en las primeras líneas del folio 9 vuelto: «Assi será, respondió Sancho: porque por la mayor parte he oydo dezir, que los Moros son amigos de berengenas»,

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Págs.

DEDICATORIA — 5 I—Breve reseña histórica de la derivación de BE-

NENGELI 7 II.—Derivación exacta de la voz cervantina BENEN-

GELI 11 III.—Importancia del nuevo elemento literal GERINEL

en la GÉNESIS DEL «QUIJOTE» 18

* Este primer Estudio se acabó de imprimir

en Valladolid en los Talleres Tipográficos «Cuesta»

el día 7 de Marzo de

M.CM.XVIII LAUS DEO

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EN PRENSA Génesis del «QUIJOTE».—2.' Estudio: Quién fué

DON QUIJOTE

PRECIO DE CADA EJEMPLAR

1 p e s e t a e n t o d a E s p a ñ a . 1,SO p e s e t a s e n e l E x t r a n j e r o .