problema de la maduracion en comprension historica* · 2018-06-01 · el problema de la maduracion...
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É L P R O B L E M A D E L A M A D U R A C I O N E N L A C O M P R E N S I O N H I S T O R I C A *
Ha sido punto neurálgico en la Pedagogía el llegar a definir si la Historia es o no materia escolar. Unas preguntas se han hecho los pedagogos : ¿ Debe enseñarse la Historia en la_ Escuela ? ¿ Es posible enseñar al niño Ja Historia ?
Las opiniones en este punto no andan divididas con las del gran pedagogo italiano Lombardo Radice, quien opina que la Historia no puede ser materia escolar, ya que es una formidable síntesis ele elementos de cultura que pertenecen a diversas materias, todas las de la activi<lacl humana, y es <lifícil Üegar a formar la conciencia histórica del niño. El que no exista en realidad en la Escuela una enseñanza d.e la Historia hecha de este modo, sino que se transmita a los alumnos con el título de Historia un grupo de datos históricos, no significa que Ja Historia no sea esencialmente unidad_ y organización.
Pero no creamos que los pedagogos excluyen a la Historia de la Escuela, no; los niños, apunta Lombardo Radice, necesitan empezar a formar esa conciencia histórica que tiene que ser estimada corno uno de los fines esenciales de toda cultura escolar.
· Al enfrentarnos con estos problemas planteados desde el punto de vista teórico, y pensando que nosotros sabemos poco de las reacciones .de nuestros niños en cada edad escolar ante los hechos históricos, y que, por otra parte, el empleo de tests especiales, en relación con los métodos estadísticos de la Pedagogía Experimental, podría darnos algunos resultados, abordamos el pequeño trabajo de investigación sobre «El problema de Ja maduración en la com�rensión histórica» .
PROCESO SEGCJD() E N L A lNVESTJGACIÓN
Nuestro trabajo es de tipo experimental. consistente en la aplicación de pruebas de Historia, que hemos tenido que elaborar. Tres han sido las pruebas elaboradas y aplicadas :
l .• Prueba de Contenido histórico. 2." Prueba de Vocabulario histórico. 3." Prueba de Interpretación histórica.
* Conste nuestra gratitud para los profesores García Hoz y Fernández Huerta, j unto a Jos Colegios y Grupos Escolares que facilitaron este humilde estudio ..
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Consta cada una de ellas de cincuenta elementos . Los de la primera se refieren a conocimientos concretos, fechas, sucesos ocurridos, lugares donde se desenvolvieron fos mismos, etc.
Los elementos de la prueba de Vocabulario han sido seleccionados de textos de Historia y de un diccionario histórico. Se les pedía a las alumnas que eligieran entre cinco palabras dadas el signi ficado correcto de cada elemento.
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En la prueba de Interpertación histórica 110 sólo se les pedía ttn hecho concreto, que habían de elegir entre los cinco propuestos, como en la prueba de contenido, sino que l levaba implícito, además, el análisis de las cau-sas, efectos, etc . ; interpretar el hecho, en una palabra. .
Se pone más en juego el razonamiento del sujeto examinando, aunque no pretendemos deducir de esta sola prueba su madurez mental para Ja comprensión histórica, sino que considerando, entre otros muchos aspectos que pueden ser tenidos en cuenta en la Historia, como más importantes, los tres mencionados, pretendemos observar en un resultado conjunto, y nunca con la pretensión de sentar conclusiones definitivas, la eficiencia de los sujetos para la comprensión histórica.
Las pruebas han sido aplicadas a niñas de distintas edades, las comprendidas entre diez y trece años, ambos inclusive. y de <listinto ambiente, Escuelas Nacionales y Colegios.
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Al querer seleccionar del conjunto de niñas de los Colegios a las comprendidas entre diez y trece años, nos encontramos que seguían ya Jos estudios del Bachillerato, y como en primer curso y segundo no hay Historia, no hemos aplicado en segundo curso, sino solamente en primero y tercero, pensando que como estas niñas de primero habían cursado la disciplina en Ingreso, la recordarían más fácilmente, o por lo menos intentaba ver los resultados.
Antes de elaborar los dato$ obtenidos, e interpretar los resultados, teníamos que resolver dos cuestiones : una de ellas, la normalidad del conjunto de escolares experimentados, ya que no habíamos seleccionado los grupos cientí ficamente ; segunda, hallar la fiabili"dad de las pruebas aplicadas.
El doctor Fern�ndez Huerta hace una declaración de normalidad, dicieñdo : «Un grupo de sujetos se distribuye de acuerdo con una normal . en una investigación didáctico-pedagógica, cuando :
l .º La media es distinta de cero. 2.° La simetría es perfecta o la asimetría no sobrepasa los límites de
confianza. 3 .° La «kurtosis» no existe o no sobrepasa en valor absoluto al límite
correspondiente. Con pureza sólo puede hablarse de nórmalidad cuando se _cumplen las tres condiciones antedichas» (1).
(1) FERNÁNDEZ HUERTA : «El criterio intrínseco en la hipótesis de normalidad
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Siguiendo, pues, estas normas, aplicando las fórmulas correspondientes para la obtención de la SK y Ku, y consultados los valores de «t» en las tablas de Fisher, vimos que, exceptuando los del grupo de niñas de trece años, por lo que respecta a la asimetría, los demás no adquirían valor significativo; por tanto, podíamos hablar de normalidad en los grupos escolares experimentados.
El segundo paso que deberíamos dar, antes de elaborar e interpretar datos, era probar la fiabilidad de las pruebas. Hemos empleado para ello los llamados métodos de consistencia interna, siguiendo las normas dadas por el doctor Fernández Hi¡erta en uno de sus artículos publicados en la R. E. P. (2). Los métodos aplicados han sido los de Rulón, SpearmanRrown, Kuder-Richardson Y. Hoyt, y respecto de todo lo expuesto alcanza-mos las siguientes conclusiones :
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l . En los tests considerados se pueden determinar diferencias individuales.
2. En los tests estudiados las preguntas son de diferente grado de dificultad.
Según la fórmula de Hoyt, y previa consulta a las tablas de Fisher, el valor de «F» empieza a tener valor a partir de 4, y los valores obtenidos van, respecto de la primera conclusión, de 4,30 hasta 13 , y respecto de la segunda, desde 14 hasta 30.
3. La fidelidad total, si bien no ha alcanzado la unidad, Ja aproximación es grande, ya que los valores oscilan entre 0,73 y 0,90.
ELAl301�ACIÓN DE LOS DATOS O,BTENIDOS E INTERPRETACIÓN DE LOS MISMOS
Las medias de las puntuaciones alcanzadas en cada edad, respecto de las tres pruebas de contenido, vocabulario e interpretación, que figuran en el cuadro general que a continuación transcribimos, con sus porcentajes correspondientes, acusan un porcentaj e que va desde el 32 por 100 en niñas de diez años, respecto al test de Interpretación histórica, hasta el 73 por 100 en niñas de tercero de Bachil lerato, respecto al test de Vocabulario.
Ahora bien, es comúnmente sabido en Estadística aplicada que una prueba no se considera vencida hasta que se obtiene un porcentaje de un 75 por 100. Según esto, las pruebas de Contenido e Interpretación en ninguna edad lo han sido, ya que los porcentajes de las de Contenido oscilan entre 44 por 100 y 56 por 100, y las de Interpretación entre 32 por 100
dentro de la experimentación didáctico pedagógica». R. E. P., núm. 44, octubre-diciembre 1953, págs. 518 y 526-27.
(2) FERNÁNDEz HUERTA : «Métodos de consistencia y equivalencia en la determinación de la fidelidad de las pruebas instructivas». R. E. P., núm. 48, octubre-diciembre 1954, pág. 143.
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y 60 por 100. Las de Vocabulario, prácticamente, podríamos considerarlas vencidas por las niñas de trece años en la Escuela Prima ria y las de tercero de Bachillerato, con un porcentaje de 70 y 73 por 1 00, respectivamente.
Años. Contenido. Vocab. lnterp. ----- ---------- ·---
10 22 26 16 44 % 52 % 32 %
1 1 22 26 19
44 % 53 % 38 % 12 23 28 20
46 % 56 % 40 % 13 29 35 27
58 % 70 % 54 % J .o .B 24 32 22
48 % 64 % 44 % 3.0 B 28 37 30
56 % 73 % 60 %
No podemos, pues, hablar de una madurez normal respecto a las pruebas aplicadas para la comprensión histórica; esto demuestra que no se estudia suficiente Historia o que no la entienden las niñas en estas edades.
Si recordamos, por una parte, que hasta los once o doce años, normalmente, no aparece el razonamiento en el niño y que su madurez plena no se alcanza hasta los catorce o quince años. y por otra parte, que la comprensión histórica requiere, entre otras cosas, experiencia de la duración temporal y de la extensión espacial, en una palabra, capacidad de abstracción, parece que la investigación corrobora el hecho de que no hay madurez plena para la comprensión histórica por lo menos en las dos primeras edades, diez y once años, porque ya a partir de los doce años hay un mayor porcentaj e en el dominio de la prueba, pues según la significación de medias halladas entre las respectivas edades, observamos un adelanto notable de doce a trece años; el porcentaje de la prueba de Contenido ha ascendido desde el 46 por 100 al 58 por 100; el de Vocabulario, del 56 por 100 al 70 por 100, y el de Interpretación histórica va desde el 40 por 100 al 54 por 100. Parece, pues, éste un momento crítico en el que la niña va siendo capaz de abordar sistemáticamente la Historia.
Todas las diferencias halladas entre Contenido, Vocabulario e Interpretación son significativas a un nivel del 1 por 100, y esto se C!bserva en todas las edades; han sido, pues, vencidas unas pruebas antes que otras; parece, pues, que, didácticamente, debiera empezarse la enseñanza de la
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Historia por el Vocabulario histórico; \'endrían después el Contenido e Interpretación.
En realidad estamos observando aquí lo que pasa en todas las disciplinas, ya que el Vocabulario se halla en el fondo de todas ellas; como apunta el doctor Ga_réía Hoz, constituye el elemento material del lenguaje, y echando una mirada a los aspectos pedagógicos de éste, le vemos en el fondo de toda actividad escolar (3).
Las diferencias de medias entre las niñas de diez años de los Grupos Esco1ares y las de los Colegios es muy significativa en las pruebas de Vocabulario e Interpretación, a favor de las niñas de Bachillerato ; sin embargo, no hay significación respecto del Contenido histórico; pero no olvidemos que estas niñas no manejan conocimientos históricos en los estudios de primero de Bachillerato.
En cuanto a las niñas de doce años de uno y otro ambiente, se nota una significación alta en la diferencia de medias, respecto de las tres prue- bas, a favor de las niñas que cursan estudios de Bachillerato en los Colegios. ¿ Podemos hablar de una influencia de ambiente ? Por lo que respecta al vocabulario, el doctor García Hoz habla «de una fisonomía lexicográfica propia de cada tipo de vida social» ; en este caso no puede extrañarnos que haya una diferenciación en las pruebas ele Vocabulario, e incluso en las 4,e Interpretación, pues el mismo ambiente cultural de los estudios del Bachillerato lo favorece.
Todos los coeficientes de correlación entre Contenido-Vocabulario, Contenido-Interpretación y Vocabulario-Interpretación son altos; exceptuando el coeficiente de correlación entre Contenido y Vocabulario en niñas de once años, que alcanza 0,54, los demás oscilan .�ntre 0,60 y 0,80. Todo lo cual parece ponernos en evidencia la existencia de una conexión entre unas pruebas y otras y que no es posible considerarlas aisladas, como algo que no guarda relación entre sí. La comprensión histórica requiere no sólo el acopio de datos que nos permjta recorrer analíticamente una serie de hechos, sino también tomar conciencia de ellos para analizarlos, para aprehenderlos, enlazándolos en una visión total del desenvolvimiento humano.
De todo lo expuesto anteriormente obtenemos las siguientes
CONCLUSIONES
.L Respecto de las pruebas aplicadas a niñas de diez a trece años sobre Contenido histórico, Vocabulario e Interpretación, no hemos encontrado madurez normal para la comprensión histórica. Se nota un avance lento en
(3) GARCÍA Hoz, V. : Vocabulario usual, V ocabitlario comúti y Vocabulario fundar mental. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1953, págs. 6 y 9.
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las primeras edades de diez a once años y de once a doce, y un momento crítico de adelanto de doce a trece años.
Hemos observado también una diferencia significativa resr..ecto al porcentaje de medias obtenido por las niñas de diferentes ambientes.
II . De acuerdo con la madurez encontrada según el orden en que han sido vencidas las pruebas, pudiéramos hablar de un orden didáctico en la enseñanza de la Historia :
1 . Vocabulario histórico. 2. Contenido histórico. 3. Interpretación histórica.
III . Una buena enseñanza de la Historia exige que atendamos a los tres aspectos considerados en ella, como se pone de manifiesta en las correlaciones halladas.
IV. El que la enseñanza de la Historia no consista simplemente en la transmisión de datos históricos, no nos autoriza a prescindir de ellos; la misma correlación elevada nos habla de que se hace necesario un contenido para la mejor comprensión de la Historia.
Después de sentada la primera conclusión, podría parecer, a primera vista, que sobraban las demás, ya que si no hay maduración, debíéraµios haber concluído tajantemente : luego no cabe hablar de una enseñanza de la Historia en la Escuela Primaria. Sin embargo, queremos dejar const;itado que estamos de acuerdo con los autores que nos hablan de una necesidad de introducir la Historia en la Escuela. El niño necesita comenzar a preparar su conciencia histórica, que tiene que ser estimada como uno de los fines de toda cultura escolar: ya que si es cierto que en la Escuela Primaria no se puede hablar de adquisición de las Ciencias en sentido estricto, sin embargo, como apunta el doctor García Hoz, forma- parte del contenido de la formación escolar la adquisición de elementos de las Ciencias, y es en este sentido en el que podemos hablar de una enseñanza de la Historia en la Escuela.
¿ Cómo resolver el problemá ? Creemos que en este punto es el Maestro quien desempeña el papel principal, preparando el bagaje histórico de sus alumnos, adaptándolo a su mentalidad infantil, siempre que su enseñanza no sea arbitraria ni deformadora, para que los estudios de años sucesivos vengan a completar lo que en estos períodos básicos se había consfruído.
AGUSTINA MARTÍN y MARTÍN. Licenciada en Pedagogía.