propiedades biológicas e hipoten soras de las hojas de olivo

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Propiedades biológicas e hipoten- soras de las hojas de ovo J. Lluís Berdonces (médico naturista) En muchos casos la investigación clínica y experimental ha ido a la zaga de los usos populares con respecto a ciertas plantas medicinales. El caso de las hojas de olivo es uno de ellos, ya que, aunque hoy en día parece desterrado su uso en la práctica de la Medicina Oficial , se han realizado estudios serios y profundos, con premisas cienticamente aceptables. En este sentido, merecen destacarse los estudios realizados en los años 40 por el Dr. Giovanni Capretti, del Instituto de Farmacología de la Universidad de Parma (2, 5) y por el Dr. Renato De Nunno, director del Instituto de Patología Médica Especial y Metodología Clínica de la Universidad de Perugia (6 , 7). HISTORIA El uso popular de las hojas de olivo con fines medici- nales parece remontarse a varios miles de años, debido seguramente a la utilización de esta planta con fines ali- mentarios. La primera documentación histórica de importancia al respecto nos la ofrece Plinio, que dice "Una virtud que le es peculiar (del olivo) es que la decoración de sus hojas es eficaz para parar las hemorragias. Aplicadas con vino cocido son utilizadas para los panadizos, el carbunco y los abscesos" . Oribase, en sus "Synopsis" indica que las hojas de olivo hervidas en vino o agua son buenas para las pústulas y el ántrax (8). También Discórides nos indi- ca sus propiedades contra las llagas, en el capítulo 1 16 del libro 1 {Fnt i Quer). Francois Faure, oficial médico de Napoléon, pudo comprobar clínicamente, durante la guerra con España, la eficacia de las hojas de oliva en los accesos febriles, realizando su tesis doctoral en la Universidad de Estras- burgo con el título "L'Usage Médica! des feuilles d'oli- vier dans le traitement de vres intermittente s" (9), que constituyó el primer trabajo científico publicado sobre el tema. A partir de este trabajo inicial se inició el estudio y uti- lización de las propiedades de la hoja de olivo por nume- rosos médicos como Pallas, Merat, Casale, Bidot (que realizó estudios clínicos en el "Hópital de La Charite'), Aran, Jardon, etc. Con la llegada de los nuevos fármacos de síntesis, a partir de los años 40 y 50 de nuestro siglo, pareció quedar relegado el uso de las hojas de olivo en el tratamiento de diversas patologías. Sin embargo, y a pesar �: olvido oficial, la medicina popular ha sido fiel a esta pianta medicinal, y existen da- tos de su utilización en Grecia (lO), en Italia (2, 5), en la Provenza y el Mediodía franceses (9) y en Catalunya y el resto de España, con el fin de "rebajar" la sangre, o sea, como hipotensor. Es de destacar que en Cata!unya se tiene la creencia de que las propiedades medicinales resi- den especialmente en las hojas de olivo silvestre (ace- buche), teniendo un menor poder curativo las del olivo cultivado. COMPOSICIÓN Se ha podido comprobar la presencia de diversos com� puestos como: Tanoidé del ácido gáli co, Manita cristali- zada, Oleuropeína, compuestos amiláceos, etc. Brunet (1) comprobó la existencia de un compuesto de fórmula C3 2 H500 4 que cristalizaba sus romboedros y que denominó Esteroleósido. También se concentró en las nervaduras de las hojas con cuerpos resinosos, materias odorizantes, saponinas hemolíticas y una peroxidiastasa que tenía una acción hidrolizante en las funciones glicosídicas. No encontró, sin embargo, vitamina A, y la cantidad de vitamina D hallada fue ínfima. No se hallaron alca- loides (7). Finalmente, destaca la unidad armoniosa en la cristali- zación de gran parte de los compuestos hallados, que tiende a formar romboedros. PREPARACIONES Y POSOLOGÍA Generalmente, se utilizan la infusión y la decocción de las hojas de olivo. Algunos autores (1, 6) han utilizado en su experimentación p reparaciones diferentes en ' forma de tracto alcohólico por vía oral, y extracto total por vía endovenosa (en experiencias con animales) a fin de evitar una posible termolabilidad de los componentes del pro- ducto, especialmente los glucósidos de acción cardiaca (2). Los diferentes autores muestran una posología similar en la forma de administración del preparado. Capretti (4) aconseja poner en ebullición 65 hojas con 1 .200 ce. de agua, hasta reducirlo a la mitad, filtrarlo y embotellarlo, tomando una cucharada sopera del prepa- rado en las tres comidas, en curas de 10, 20 ó 30 días. Mazet (9) aconseja aproximadamente la misma pro- porción, reduciendo el líquido a dos tercios del inicial, y tomando el producto a la mañana y la noche (no especifi- ca la cantidad), en curas de 15 días de duración, seguidas de un período de 8 días de reposó. De Nunno (6) aconseja una dosis terapéutica de 0,60 g./día de extracto alcohólico, o bien 5 g./día de hojas frescas. También prepara una decocción con 750 ce. de agua y 5 g. de hojas frescas finamente trituradas y sin filtrar posteriormente. Lima y Garret (8) recomiendan hervir durante 20 mi- nutos 50 g. de hojas en 1 litro de agua, reconstituyendo luego el volumen inicial, después de filtrarlo, y tomando de 1 50 a 200 ce. diarios. Natura Medicatrix. Verano 1984 (n . o 6) - 31

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Page 1: Propiedades biológicas e hipoten soras de las hojas de olivo

Propiedades biológicas e hipoten­soras de las hojas de olivo J. Lluís Berdonces

(médico naturista)

En muchos casos la investigación clínica y experimental ha ido a la zaga de los usos populares con respecto a ciertas plantas medicinales. El caso de las hojas de olivo es uno de ellos, ya que, aunque hoy en día parece desterrado su uso en la práctica de la Medicina Oficial, se han realizado estudios serios y profundos, con premisas científicamente aceptables. En este sentido, merecen destacarse los estudios realizados en los años 40 por el Dr. Giovanni Capretti, del Instituto de Farmacología de la Universidad de Parma (2, 5) y por el Dr. Renato De Nunno, director del Instituto de Patología Médica Especial y Metodología Clínica de la Universidad de Perugia (6, 7).

HISTORIA

El uso popular de las hojas de olivo con fines medici­nales parece remontarse a varios miles de años, debido seguramente a la utilización de esta planta con fines ali­mentarios.

La primera documentación histórica de importancia al respecto nos la ofrece Plinio, que dice "Una virtud que le es peculiar (del olivo) es que la decoración de sus hojas es eficaz para parar las hemorragias. Aplicadas con vino cocido son utilizadas para los panadizos, el carbunco y los abscesos" . Oribase, en sus "Synopsis" indica que las hojas de olivo hervidas en vino o agua son buenas para las pústulas y el ántrax (8). También Discórides nos indi­ca sus propiedades contra las llagas, en el capítulo 1 16 del libro 1 {Fcint i Quer).

Francois Faure, oficial médico de Napoléon, pudo comprobar clínicamente, durante la guerra con España, la eficacia de las hojas de oliva en los accesos febriles, realizando su tesis doctoral en la Universidad de Estras­burgo con el título " L'Usage Médica! des feuilles d'oli­vier dans le traitement de w�vres intermittentes" (9), que constituyó el primer trabajo científico publicado sobre el tema.

A partir de este trabajo inicial se inició el estudio y uti­lización de las propiedades de la hoja de olivo por nume­rosos médicos como Pallas, Merat, Casale, Bidot (que realizó estudios clínicos en el "Hópital de La Charite '), Aran, Jardon, etc.

Con la llegada de los nuevos fármacos de síntesis, a partir de los años 40 y 50 de nuestro siglo, pareció quedar relegado el uso de las hojas de olivo en el tratamiento de diversas patologías .

Sin embargo, y a pesar ct�: olvido oficial, la medicina popular ha sido fiel a esta pianta medicinal, y existen da­tos de su utilización en Grecia ( lO), en Italia (2, 5), en la Provenza y el Mediodía franceses (9) y en Catalunya y el resto de España, con el fin de "rebajar" la sangre, o sea,

como hipotensor. Es de destacar que en Cata! un ya se

tiene la creencia de que las propiedades medicinales resi­den especialmente en las hojas de olivo silvestre (ace­buche), teniendo un menor poder curativo las del olivo cultivado.

COMPOSICIÓN

Se ha podido comprobar la presencia de diversos com� puestos como: Tanoidé del ácido gálico, Manita cristali­zada, Oleuropeína, compuestos amiláceos, etc.

Brunet ( 1 ) comprobó la existencia de un compuesto de fórmula C32H5004 que cristalizaba sus romboedros y que denominó Esteroleósido.

También se concentró en las nervaduras de las hojas con cuerpos resinosos, materias odorizantes, saponinas hemolíticas y una peroxidiastasa que tenía una acción hidrolizante en las funciones glicosídicas .

No encontró, sin embargo, vitamina A, y la cantidad de vitamina D hallada fue ínfima. No se hallaron alca­loides (7).

Finalmente, destaca la unidad armoniosa en la cristali­zación de gran parte de los compuestos hallados, que tiende a formar romboedros.

PREPARACIONES Y POSOLOGÍA

Generalmente, se utilizan la infusión y la decocción de las hojas de olivo. Algunos autores ( 1 , 6) han utilizado en su experimentación p reparaciones diferentes en 'forma de extracto alcohólico por vía oral, y extracto total por vía en do venosa (en experiencias con animales) a fin de evitar una posible termolabilidad de los componentes del pro­ducto, especialmente los glucósidos de acción cardiaca (2).

Los diferentes autores muestran una posología similar en la forma de administración del preparado.

Capretti (4) aconseja poner en ebullición 65 hojas con 1 .200 ce. de agua, hasta reducirlo a la mitad, filtrarlo y embotellarlo, tomando una cucharada sopera del prepa­rado en las tres comidas, en curas de 10, 20 ó 30 días.

Mazet (9) aconseja aproximadamente la misma pro­porción, reduciendo el líquido a dos tercios del inicial, y tomando el producto a la mañana y la noche (no especifi­ca la cantidad), en curas de 1 5 días de duración, seguidas de un período de 8 días de reposó.

De Nunno (6) aconseja una dosis terapéutica de 0,60 g./día de extracto alcohólico, o bien 5 g./día de hojas frescas . También prepara una decocción con 750 ce. de agua y 5 g. de hojas frescas finamente trituradas y sin filtrar posteriormente.

Lima y Garret (8) recomiendan hervir durante 20 mi­nutos 50 g. de hojas en 1 litro de agua, reconstituyendo luego el volumen inicial, después de filtrarlo, y tomando de 1 50 a 200 ce. diarios.

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Brunet (1) ha calculado la DL50 (dosis letal para el 500Jo de los animales. de experimentación) en cobayas jó­venes, inyectando extrecto vegetal en el peritoneo, siendo ésta de 1 1 ce. por cada 250 g, de animal, o de 44 ce. por kg. , llegando a la conclusión de que es un producto sin toxicidad apreciable, io cual también ha sido comproba­do mediante experiencias clínicas (4, 7) que demostraron repetidamente la ausencia de efectos colaterables indese­ables.

ESTUDIOS EXPERIMENTALES

Diversos autores han experimentado los efectos bioló­gicos de las hojas de olivo sobre los animales ( 1 , 2, 3, 7), tratando de averiguar los posibles mecanismos involucra­dos en la disminución de la presión arterial observada en diferentes estudios clínicos, tal como se esperaba según los datos aportados por antiguos tratados médicos.

Los estudios realizados se podrían dividir entre los que estudiaban a ciertos animales en su totalidad, y en los es­tudios de laboratorio que indagaban las acciones de las hojas de olivo sobre órganos aislados de diversos anima­les.

En un estudio realizado con conejos (7) se comprobó el efecto hipotensor tras la inyección endovenosa en la ca­rótida de 3 ce. de decocción al 3 % (no así con infusión al 10%), hallando además un aumento de la amplitud de la pulsación cardiaca, y una conservación de la conducción nerviosa vaga! ; este efecto era mayor en animales horneo­térmicos, puesto que en la rana los efectos hallados fueron menores, pudiendo observarse una vasodilatación periférica (2, 7) .

En otro estudio realizado con perros ( 1 ) se inyectaron soluciones de extracto total al 80Jo , en cantidad de O, 1 a 2 cc ./kg . , hallándose en todos los casos una caída de la presión arterial proporcional a la dosis inyectada, no hallándose tolerancia al medicamento. La hipotensión no fue debida a excitación vaga! ni a excitación de los ór­ganos vagales terminales , ni a depresión cardiaca.

Sobre el corazón, se pudo hallar -una acción inotropa y cronotropa negativa de tipo pasajero, tras inyectar dosis fuertes (3 cc. /kg.), sin embargo, pudo observar que so­metiendo a los animales a una faradización que en condi­ciones normales provocaría una parada cardiaca, sólo se presentaba una ligera bradicardia si habían sido inyecta­dos con 5 cc ./kg . , y no se notaba ninguna alteración del ritmo si la dosis inyectada era de 10 cc ./kg. La inyección de 2 cc ./kg. provocó una triplicación del débito de la ve­na femoral, medido por pietismografía, lo que lleva al autor a la conclusión de que la actividad hipotensora es debida primordialmente a una vasodilatación periférica ( 1 ' 2) .

Es interesante destacar otro estudio orientado hacia la observación de los efectos fisiológicos del preparado (in­fusión de hojas de olivo) sobre el sistema cardiovascular (2). En este estudio se observó que la administración re­petida en breve lapso de tiempo provoca un agotamiento del mecanismo miolítico de la hipotensión. Se observó también una ligera hiperpnea atribuible a la ligera acidez del preparado. Mediante experimentos, como la atropi­nización o la sección del vago, se pudo confirmar la

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ausencia de un componente central o neurovegetativo en la acción farmacológica de las hoja� de olivo. Se conclu­yó que el preparado ejerce una acción depresiva sobre la periferia muscular.

En estudios realizados sobre vasos aislados de conejo y de rana se afirma que el producto es un enérgico vasodi­latador.

En experiencias con corazón aislado de rana se obser­vó una mejoría evidente de la actividad cardiaca con aumento de la amplitud de las contracciones. Cuando se realizó el mismo experimento con corazón aislado de co­nejo se observó una depresión de la actividad cardiaca, sin alteración en la frecuencia, y, lo que es más importan­te, se observó un muy notable aumento de/flujo corona­rio, que llegaba incluso a duplicarse, persistiendo este efecto por bastante tiempo después de cesar la perfusión del medicamento . No dependían estos efectos de un influjo sobre la inervación vascular, ya que la inervación cardiaca está invertida con respecto a la periférica. El autor concluye que el uso de la infusión de hojas d.e olivo está altamente indicado en pacientes hipertensos que puedan presentar algún problema isquémico al reducir la tensión arterial , por sus propiedades hipotensoras y an­tiestenocárdicas. También indica que mientras que la ac­ción depresiva cardiaca es muy moderada, la acción va­sodilatadora coronaria es muy notable (2).

En otro estudio realizado sobre órganos aislados se comprobaron diferentes datos biológicos . Se partió de la hipótesis de que la infusión de hojas de olivo ejerce un efecto "miolítico_ " sobre la musculatura vascular, me­diante una accion directa sobre la fibrocélula muscular, sin intervención de mecanismos neurovegetativos . La in­fusión de hojas de olivo provocó, sobre el intestino aisla­do del conejo, una depresión de la actividad fásica y tóni­ca por acción directa sobre la fibrocélula muscular. No se pudo demostrar que las terminaciones nerviosas para­simpáticas fueran indiferentes al preparado. Cuando el preparado se aplicó al útero aislado de cabra, se halló una disminución del tono y de la amplitud de las contrac­ciones, y un aumento de su frecuencia, proporcionales a !a dosis suministrada. Con contradiciones muy fuertes , se pudo observar una supresión de los movimientos auto-

- máticos . Cuando realizó el experimento con esófago por­cino pudo observar una depresión de la actividad física y tónica, y de la amplitud y frecuencia de las contrac­ciones, observando que tras la supresión del preparado, se retornaba rápidamente a la normalidad. Para descar­tar una posible acción de tipo acetilcolínico, repitió el ex­perimento con músculo dorsal de Hírudo Medicinalis (sanguijuela), que fue insensible al preparado (3) .

Es de destacar que en el mismo estudio se comprobó una acción broncodilatadora constante, incluso en solu­ciones muy diluidas, que tenía un mecanismo de origen exclusivamente muscular. La función renal también aumentó, y se provocó una dilatación de lecho vascular renal , provocando un aumento de la secreción. El autor concluye que la infusión de hojas de olivo tienen una ac­ción inhibidora y antiespástica sobre la musculatura lisa por acción directa sobre el músculo, sin acción similar a la acetilcolina y sin intervención neurovegetativa, provo­cando una importante yasodilatación (3) .

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INVESTIGACIONES CLÍNICAS

El estudio clínico de las propiedades biológicas de las hojas de olivo ha despertado interés entre médicos de los países de la cuenca mediterránea ( 1 - 10) . A partir de un estudio inicial realizado en Grecia ( 10), y publicado en

los individuos normotensos. Cuando éstos individuos de­jaban de tomar los cocimientos, la presión arterial subía. Se comprobó que los cocimientos de hojas secas eran, a veces, inoperantes (8).

En otro trabajo realizado en Francia (9) sobre 38 pa­cientes hipertensos, se observaron 8 casos en que no fue efectiva la tisana de hojas de olivo. De estos 8 casos, 5 habían sido tratados sin éxito con otros diversos métodos (una lesión nerviosa, dos disendocrinias graves y dos sífilis antiguas). El autor cree que no es útil /a hoja de oli­vo en la hipertensión luética. El mismo autor insiste en que no encontró en ningún caso una acción depresiva sobre el miocardio, de forma que las crisis de angor pec­toris mejoraron ostensiblemente. También hubo na ma­yor diuresis que no era debida a la mayor ingestión de agua caliente, puesto que el polvo de hoja de olivo y el

· una revista esperantista, se inició una fructífera investi­gación clínica sobre el tema.

Las experiencias clínicas mencionadas se hicieron con infusión o decocción de hojas de olivo, preferentemente frescas.

En un estudio realizado en Portugal (8), se llegó a la conclusión de que el uso de los cocimientos de hojas fres­cas ocasiona una notable disminución de la tensión arte­rial en los individuos hipertensos, con gran mejoría de la sintomatología acompañante . La acción hipotensora también se presenta, aunque con menos intensidad, en

� ""' Diagnóstico Antes de{ tralamiemo .S¡ ·'= "' j� n o .S ·� Diuresis Azotemia T. A.

1 B . A . 5 1 Hipertensión renal ! .000 0,52"1oo 250o l25 secundaria

2 A . A . 3 5 ídem 900 0,64 )) 205- 1 1 5

3 B.A. 48 ídem 800 2,35 )l 2 1 0- 1 1 0

4 N.G. 42 ídem 700 0,69 , 205- 1 00

5 D . G . 55 ídem 800 . ·1 ,?5 » 245- 1 20

6 G . L . 43 ídem 850 0,8 1 )) 225- 1 50

7 C. F. 32 ídem 1 .000 0;55 )) 2 10- 1 70

8 F . L . 52 ídem 900 1 , 10 )) 1 90- 1 00

9 P . M . 3 7 ídem 70 0,9 \) 2 1 5� 1 20

1 0 L . l . 56 Hipertensión esencial 800 0,32 )) 195 - 1 00

1 1 R.P. 5 1 íem 900 0,29 )) 20- 1 40

1 2 A . R . 60 Ídem 1 . 1 00 0,55 )) 205� 1 00

1 3 B.G. 55 ídem 1 .050 0,33 )) 235- 1 50

1 4 P.R. 49 ídem 1 .200 0,28 >> 2 1 0- 1 30

1 5 S . B. 50 Hipertensión nienopáusica 800 0,30 )) 1 90- 1 05

1 6 F .A. 44 ídem 700 0,34 " 1 7- 95

1 7 L . L . 45 ídem 50 0,3

18 P.P . 48 ídem 900 0.42 " 1 80- 105

1 9 M . R. 52 ídem 00 0, 1 )) 1 85- 1 20

20 M . A . 6 5 H ipertensión 900 0, 5 1 )) 1 90- 1 00 arterlosclerótlca

2 1 P .A. 61 id e m 1 .000 0,35 )) 200- J 1 0

2 2 G . M . 58 ídem 0,4 » 1 85- 1 05

23 P.E. 76 ídem 1 .050 0,60 )) 1 80- 1 05

24 M .S . 65 ídem 80 038 " 1 85- 1 1 5

25 L.G. 64 ídem 90() 0,4 1 >¡ 1 90- 1 05

Terapia Después lel tratamiento

Diüresis Azoiemia T. A.

Decocción al 3 (t]o , l OO ce. por día J .500 0,40()]� 200- 1 05 duran t e 25 días

ídem durante 20 oías 1 . 1 00 0 ,53 )) . 1 60- 95

ídem durante 20 días L200 t ,55 1 65- 90

l h fusión al 31r/o, I OO n: . /día 900 ctu·rante 20 días

0,45 )) 1 60- 85

ídem durante 25 días 900 1 ,05 )) ) 90- 1 05 -

Decocción al 3 (t]o , 1 00 ce./ día 1 .050 .0,60 )) 2 1 0- 1 40 durante· 1 8 días

ídem dUrant e 15 dias 1 .200 0 ,48 ·" 1 85- 1 30.

Infusión al 50Jo , 100 cc./día 1 . f oo 0,80 )) 1 70- 90 dúrante 1 O dí·as

ídem durante 1 5 días 700 0.90 )) ! 90- 1 00

Decocción al 3 (t]o , 1 00 ce./ día 1 .000 0,34 )) 1 60- 70 durante 8 días

ídem durante 22 días 1 : 1 00 0,30 )) ! 70- 1 20

I n fusión al J07o , 100 cc. /dí<! . 1 . 1 00 0, 5() )) . 1 65- 80 durante 1 9 días

ídem durante 20 día;; 1 . 1 00 0,32 )) 1 95- 1 25

Decocción al 3(t]o , l OO ce / día 1 .050 0,27 )) 1 60- 1 05 duran te 1 5 días

Decocción al 3 "7o , 1 00 cc./día 1 �400 0.3 1 )) 1 60- 85 durante 1 5 días

ídem durante 20 días 900 0 , 34 )) 1 40- 80

ídem durante 2 1 días 700 0,33 ,., 1 40- 75

ídem duran t e 20 días R50 0,40 " 1 50- 90 I n fusión al 3 1r!o , '100. cc . /dia 900 0,34 " 1 60- 1 05 durant e 1 5 día'

ídem durante 20 días HOO 0.45 )) 1 65- 85

ídem durante 22 días 900 ,0 ,32 )) 1 70- 90

Décocción al J Ofo , l OO cc./día 1 .000 . 0,40)) 1 60- 90 durante 1 5 días

ídem du rante 1 5 días 1 .050 . 0,53 )) 1 50- 75

f n fusión al J lt/o , 100 cc ./día. 1 . 1 00 0,39 >) 1 55 - 1 00 durant e 20 días

idem durante 1 5 días 1 .000 0,40 )) 1 65- 90

Natura Medicatrix. Verano 1984 (n . 0 6) - 33

Page 4: Propiedades biológicas e hipoten soras de las hojas de olivo

extracto hidroalcohólico ejerció el mismo efecto fisioló­gico (9).

Los estudios realizados en Italia, sin embargo, son los más completos. En el primero de ellos (17) , se comprobó que el medicamento comenzaba a ejercer su efecto a los 20-30 minutos de su ingestión, y persistía durante unas 24 horas. Si el tratamiento se había realizado durante un período prolongado, el efecto persistía durante muchos días, especialmente sobre la presión sistólica. La acción hipotensora era mayor en los individuos hipertensos que en los normotensos; y entre los hipertensos, era eficaz en la hipertensión por nefroesclerosis, por arteriosclerosis y en la esencial, y poco relevante en la hipertensión aso­ciada coo diabetes . El estudio se realizó con extracto a dosis de ,60 g. por día (7) . . En el primero de los trabajos clínicos de Capretti (4) también se observa una mayor acción hipotensora en los hipertensos que en los normotensos . Se observa también una notable vasodilatación coronaria (2,4) y una ino­cuidad total. El efecto hipotensor más marcado se halló en la hipertensión secundaria a glomerulonefritis, en la esencial, en la menopáusica y en la arteriosclerótica. An­tes del tratamiento se realizó un control clínico minu­cioso para cumplir con un protocolo científico adecuado . Los resultados se exponen en la tabla de la pág. anterior .

Las hojas de olivo no sólo disminuyeron;· sin excep­ción, la tensión arterial , sino que además mejoraron no­tablemente la sintomatología subjetiva de la hiperten­sión. Merece especial atención el efecto ejercido sobre la presión diastólica, que suele ser rebelde ante el trata­miento de muchos fármacos hipotensores. El autor reco­mienda hacer curas en forma de ciclos, alternando períodos de descanso . Se observó algún efecto colateral en forma de episodio diarreico fugaz sin relevancia clínica.

Se observó una bradisfigmia en el pulso , y la explora­-ción de la funcionalidad cardiaca demostró una discretu mejoría de .la eficiencia miocárdica al esfuerzo (2,4) , asi como de su recuperación, aunque no se encontraron va­riaciones en el trazado electrocardiográfico . También se halló una mejoría en ·la funcionalidad del parenquima re­nal, ya de por sí afectado en este tipo de patología. La azotemia sufrió modificaciones beneficiosas en los indi­viduos hiperazotémicos, excepto en algunos casos grave> en los que la intoxicación urémica acabó con la vida de los pacientes . De estos últimos datos adelanta la hipótesis de que el preparado actúa a nivel de los emunctorios, y en especial sobre el riñón (4) .

En un estudio posterior, ·sobre 10 pacientes , el mismo autor trató de evaluar los efectos de la infusión y decoc­ción de hojas de olivo sobre diversas constantes sanguíneas (5) . Los resultados fueron verdaderamente espectaculares . Los pacientes fueron sometidos a una dieta estándar de 2.000 calorías diarias, y las extracciones se realizar�m tras un mínimo de 12 horas de ayuno; la diuresis se controló diariamente. Los datos evaluados fueron: Viscosidad y tensión superficial sérica, cloruros en orina y sangre, potasemia, natremia, uricemia, urico­suria y diuresis total.

En todos los casos tratados se obtuvo un aumento de la diuresis que oscilaba entre los 1 00 y 450 ce. diarios

34 - Natura Medicatrix. Verano 1984 (n. o 6)

(fig. 1 ) , siendo especialmente evidente este efecto los pri­meros días de tratamiento .

El peso especifico de la orina permaneció inalterable o mostró una ligera tendencia hacia la disminución.

La uricemia mostró un ligero descenso en individuos normouricémicos, siendo éste más evidente en los sujetos hiperuricémicos (fig. 2) , no estando ninguno de los pa­cientes sometido a una dieta restrictiva de purinas.

La excreción de ácido úrico urinario aumentó notable­mente en la mayor parte de los sujetos, siendo éste aumento proporcional a la disminución de la uricemia (fig. 3).

Respecto a éstos dos últimos parámetros, el autor pos­tula que las hojas de olivo favorecen el transporte del áci­do úrico desde los tejidos de almacenamiento hasta el filtro renal.

· El potasio, cloro, sodio y cloruros sanguíneos no pre­

sentaron variaciones de relevancia clínica. Los cloruros urinarios sufrieron un notable aumento

(excepto en dos casos) debido, en parte, al aumento de la diuresis, y en parte, al efecto farmacológico del producto administrado.

La colesterina sufrió una disminución leve en gran par­te de los casos, aunque se observaron algunos aumentos muy moderados.

Ni la viscosidad del suero ni la tensión superficial sufrieron modificaciones de relevancia.

A la luz de todos estos datos, el autor indica la posible acción sobre el hígado como factor etiológico de la dis­minución de la uricemia y aumento de la uricosuria, ya que éste órgano está estrechamente relacionado con el metabolismo purínico , e�tableciendo que su acción bene-

FIGURA 1: Comportamiento de la diuresis en algunos casos demostrativos

En las 6 figuras de las páginas 34-36, las variaciones se expresan en valores porcentuales (en las ordenadas) en función

de la duración del tratamiento (en las abcisas).

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Page 5: Propiedades biológicas e hipoten soras de las hojas de olivo

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D Í AS DE T R ATAMI E NTO

FIGURA 2: Comportamiento de la uricemla en algunos casos demostrativos

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DÍAS DE T R AT A M I ENTO

FIGURA 4: Comportamiento de los cloruros totales urinarios en algunos casos demostrativos

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D Í A S DE T R AT A M I ENTO

FIGURA 3: Comportamiento de la uricosuria en algunos casos demostrativos

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D Í A S DE T R ATA M I ENTO

FIGURA S: Comportamiento de la colesterlnemia en algunos casos demostrativos

Natura Medicatrix. Verano 1984 (n. o 6) - 35

Page 6: Propiedades biológicas e hipoten soras de las hojas de olivo

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DÍAS DE TR ATAM I E NTO

FIGURA 6: Comportamiento de la diuresis, uricemia, uricosuria, cloruros urinarios totales y colesterinemia en uno de

los casos más demostrativos.

factora podría efectuarse potenciando los mecanismos enzimáticos que operan en la fase terminal del recambio purínico a nivel enzimático, ya que éste es el órgano central de la uricolisis normal; no siendo probable que se elimine éste por vía enterótropa. También se establece un posible mecanismo hepático de eliminación de la coleste­rina (5).

CONCLUSIONES Y RESUMEN

Las hojas de olivo han sido utilizadas desde tiempos muy remotos en diversos padecimientos por los médicos y por las gentes de toda la cuenca mediterránea.

Los primeros trabajos clínicos sobre su uso como febrífugo datan de las guerras napoleónicas.

Las hojas de olivo se suelen preparan en forma de in­fusión o decocción al 3-50Jo , aunque también se han utili­zado los extractos.

Diferentes estudios experimentales y clínicos han de­mostrado la importante acción hipotensora debida a una vasodilatación periférica de acción directa sobre la fibra muscular vascular; se ha observado, asimismo, un aumento de la diuresis, una vasodilatación de las corona­rias, una broncodilatación y una disminución del tono muscular a nivel digestivo y uterino, en animales de expe­rimentación.

36 - Natura Medicatrix. Verano 1984 (n. o 6)

La eficacia y duración del efecto hipotensor depende primordialmente de la duración del tratamiento y secun­dariamente de la dosis terapéutica (estableciendo una do­sis mínima eficaz) .

La observación de diversas constantes sanguíneas ha demostrado una disminución importante de muchos de los factores de riesgo morboso que suelen presentar los pacientes hipertensos (uricemia, colesterinemia; cloruros urinarios y diuresis).

La ausencia de efectos colaterales, y la inocuidad del preparado, unido a su efectividad clínica, nos hacen de este producto un medicamento de elección en el trata­miento de la gran mayoría de pacientes hipertensos (a exclusión de los hipertensos luéticos y, en menor grado, de los diabéticos).

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