PROPUESTA PARA EL USO DE LA BICICLETA Y LA MOVILIDAD SOSTENIBLE

Desde la “Plataforma Pro Carril Bici” estamos a favor de una movilidad sostenible que proponga desplazamientos activos como andar por zonas peatonales y en bicicleta en condiciones de seguridad, por ejemplo, con un carril bici. Y sobre todo, compatible con un transporte público de calidad que complemente a los anteriores. Es más, dentro de un plan estratégico tendría una prioridad el transporte público, las zonas peatonales y por último el carril bici. Pero desde un buen plan, los tres aspectos debe tenerse en cuenta, pues se retroalimentan.

La ciudad de Melilla es predominantemente urbanita y muy compacta por su reducido tamaño. Comienza a mostrar un colapso de coches que producen una contaminación acústica (ruido) y atmosférica (humo). Quién no se ha sentado en una terraza y ha sufrido los cláxones, motores… Ha subido andando o en bicicleta por la cuesta de Alfonso XIII hacia Farhana o Barrio de la Victoria y ha respirado un humo cancerígeno.

Por un momento imagine una ciudad sin coches: los niños saldrán de sus casas y/o urbanizaciones, recuperando las calles sin riesgos de atropello, la gente paseando o trotando sin miedo a contaminar sus pulmones, los clientes de los bares sentados en las terrazas disfrutando del buen clima y sin soportar los bocinazos de los coches en doble fila… y, sobre todo, una ciudad plagada de personas que quieren disfrutar de la ciudad de Melilla. Es una utopía o un futuro que podemos acoger antes o después.

Avenida de la Constitución. Sevilla«En Inglaterra mueren 58.000 personas al año por falta de ejercicio físico,

28.000 por cánceres debidos al mismo motivo y 3.000 en accidentes de tráfico».Las hijas/os de los afortunados que pueden estudiar fuera de Melilla no se

asombran tanto del uso de la bicicleta. No es una moda hippy o ecologista. Debemos

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romper con la idea que adquirir un utilitario nos hará parecer más modernos y ricos ante los demás, creyendo que el coche es un símbolo de distintivo social, debemos dejar de estar sumidos en el complejo del nuevo rico. «Es un residuo de la época en que los ricos viajaban en carromatos con muchos caballos».

«Nunca han existido entidades de defensa del peatón, así que al final hemos tenido que ser nosotras, las asociaciones de ciclistas, quienes defendiéramos ante las administraciones la necesidad de ensanchar las aceras, algo de lo que se han acabado beneficiando también los transeúntes». El carril bici no pretende reducir las zonas peatonales, todo lo contrario.

Dentro de la movilidad sostenible que proponemos, nos centramos en la bicicleta sin olvidar los otros dos que son compatibles y “simbióticos“: a pie y en transporte público. Ya dijimos que si algo fuera prioritario sería el transporte público de calidad -aunque no se entendería si los otros dos-.

Como todo desplazamiento activo, la bicicleta puede tener unos beneficios saludables tanto físicos, psíquicos y sociales que toda actividad física bien orientada puede tener. Esta actividad cumple dos de los muchos requisitos para ser saludable, se puede realizar de manera cotidiana (ej. ir al trabajo) y a una intensidad moderada.

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No contamina atmosféricamente ni acústicamente, con el beneficio que eso conlleva a la salud también. ¿Cómo estar sano en un mundo enfermo?

Es accesible económicamente. Una bicicleta de una mínima calidad comienza en los 200-300 euros, que comparada con el precio de cualquier vehículo a motor no es ni la entrada, sin sumarle gastos de mantenimiento (ej. ITV), seguro, etc.

Es discreta en cuanto a que no ocupa mucho espacio. Comparen el estacionamiento y vías para automóviles con las de las bicicletas (¡el 75% del suelo público es para los coches!). De esto si se puede ocupar el PGOU. La bicicleta, al ser compatible con el peatón, promueve recuperar el espacio que el coche ha robado al ciudadano.

Algunas personas la consideran divertida y lo que es indiscutibles es que es más eficiente en trayectos cortos, dotando de independencia y flexibilidad a las ciudadanas.

Nos sugiere una facilidad en su uso, que comparada con el carnet y su coste para un vehículo a motor, edades permitidas, etc., viene a corroborar otra ventaja más.

Facilitaremos el uso del gran parque de bicicletas privadas infrautilizadas que ya tienen las ciudadanas.

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El apoyo a la bicicleta, y a la movilidad sostenible en general, no está vinculado a una opción política. De ahí que surjan grupos de diferentes representaciones políticas que pueden cooperar, por ejemplo, el Intergrupo de Apoyo a la Bicicleta del Parlamento Catalán formado por políticos, técnicos de la administración y colectivos ciudadanos.

La promoción de una movilidad sostenible puede fomentar el pequeño negocio, que es una seña de identidad de Melilla. Así lo constatan en Lyon, que duplicaron las ventas en pequeños negocios en las zonas donde pasaba el carril bici.

Puede ser un valor añadido positivo como imagen para el turismo, aumentando la oferta centrada en el patrimonio y la multiculturalidad a una medida de innovación y calidad de vida.

Puede ser una medida para la igualdad de sexos al haberse constatado en el alquiler público de bicicletas en Barcelona, “Bicing”, que hay un 50% de mujeres que usan este servicio.

Pero también tiene sus riesgos. Los problemas de la bicicleta se centran en la seguridad del ciclista que debe lidiar con el resto de vehículos a motor, evitando accidentes de tráfico (algunos mortales). Y el robo de la bicicleta al estacionarla.

En Melilla no partimos con buenas infraestructuras, ni servicios, ni sensibilización y promoción de una movilidad sostenible, etc. Pero si podemos partir de los aciertos de otras ciudad y emprender un plan ambicioso de una manera más global.

Realizado el análisis sobre la justificación y situación de la bicicleta, es momento de proponer SOLUCIONES.

Aunque no parezca relacionado, nuestra primera medida es prestar un servicio de transporte público de calidad y compatible con la bicicleta. Este transporte aliviará los accesos en bicicleta con desniveles superiores al 4%, distancias mayores a 5 km, así como las inclemencias meteorológicas (viento y/o lluvia). Facilitaría a la ciudadanía el uso de una movilidad sostenible y se podría empezar a recuperar espacios peatonales. Como infraestructura sería necesario reservar espacios de prioridad en la calzada para el transporte público.

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Desde un punto de vista técnico, investigación y difusión sobre la movilidad sostenible. Creación de congresos, comisiones, intergrupos, grupos de trabajo y/o seminarios docentes, etc.

Con la perspectiva ejecutiva, colaboración entre instituciones (Consejerías, partidos políticos, Delegación de Gobierno, Dirección Provincial de Educación de Melilla, Federación Melillense de Ciclismo, etc.), así como con otras ciudades: Barcelona, Sevilla, San Sebastian, Lyon, Estrasburgo, etc. , propiciando la participación ciudadana. Un ejemplo puede ser la aprobación por unanimidad de todo el Parlamento Catalán de una resolución de adhesión a la “Declaración de Amsterdam” a favor de la bicicleta, la creación del Intergrupo de Apoyo a la Bicicleta, o la Red de ciudades por la bicicleta.

Combinar la voluntad ciudadana e institucional, con un marco normativo referente y recursos.

Sensibilización. Campañas de concienciación y promoción a través de medios de información, centros sanitarios, centros educativos, instituciones públicas, ejército… Por ejemplo, la semana de la movilidad sostenible vs. Día sin coche; programas educativos, etc.

Una de las medidas que podrían ser más efectivas en cuanto a la infraestructura necesaria sería la creación de aparcamientos vigilados. El carril bici debe ser una relación “simbiótica” con el número de usuarios. El aumento de usuarios demandarán seguridad y carril bici, así como la instalación de carril bici aumentará el número de usuarios; todo ello, con un aumento y mejora de la señalización de tráfico. Nunca estaremos a favor de un carril bici que elimine espacios peatonales; estamos a favor de más espacios peatonales. Es fundamental crear más espacios peatonales y compatibles con carriles bicis. Crear zonas 30. Como ejemplo, tenemos el Plan de Infraestructuras Ciclistas de Alicante (2010-2013).

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Facilitar la accesibilidad a los centros de trabajos y estudio. Por ejemplo, asegurar una red de carril bici a los centros educativos y aparcamientos vigilados. Sin que ocurran situaciones como la del Parque Hernández, en la que la Consejería de Medio Ambiente prohíbe la bicicleta; la prohibición de  entrar con bicicletas en Instalaciones Deportivas como la de la Espiguera responsabilidad de la Consejería de Deportes; o en el Centro del Profesores y Recursos de Melilla donde se impide el estacionamiento de bicicletas en su amplio patio interior.

Promover la venta y alquiler de bicicletas y de los accesorios de seguridad y confort de los ciclistas, por ejemplo, desde ayudas fiscales.

Otro servicio puede ser el alquiler público de bicicletas. Para ello hay dos grandes empresas: “Clear Channel” (americana) que opera en Barcelona; y “JCDecaux” (francesa) que opera en Sevilla, Lyon, París… Se basan en la publicidad que puede generar toda movilidad, en este caso, la bicicleta.

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Desde un punto de vista técnico se precisaría de una fase proactiva en la que proponer, presentar proyectos, etc. Pero sobre todo, de una concreción que debe tener otro grupo ejecutivo, en este caso con clara representación política.

Podemos pensar que no se debería cambiar nada de nuestro modelo de movilidad orientada al vehículo a motor. Que todo está bien, que la bicicleta dará problemas. Pero una verdadera visión de futuro para una ciudad mejor, es pensar que las ventajas que proporciona la bicicleta y, en general, una movilidad sostenible, son infinitamente superiores a los inconvenientes que pueda generar.

PLATAFORMA PRO CARRIL BICIJosé Emilio Pérez Sevilla

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