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GA MAYO 2013 NUEVA ARCILASO REVISTA DE POESÍA Fundación José García Nieto O 1

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revista de poesía

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GARCILASO

MAYO 2013

NUEVA

GARCILASO

REVISTA DE POESÍA Fundación José García Nieto

GARCILASO

1111

ÍNDICE

TÚ Y YO SOBRE LA TIERRA

I

II

III

TOLEDO

Canción de amor desde lejos

Fábula

I

II

Ausencia de Toledo

I

II

Editada por la Fundación José García Nieto www.garcianieto.com

[email protected]

TÚ Y YO SOBRE LA TIERRA

I

No le digas a nadie que me hastía la rosa; cuando llega a los labios, su verdad me subleva

que el pétalo no tenga tu seda primitiva o que esté en una torre distinta a tu cintura.

No le digas a nadie que júbilos y páginas y dolores del tiempo para mi piel, resbalan sin dejar una lágrima o un mundo diminuto

donde se enciende toda tu ausencia indeclinable.

Pero vendrá un día cuando todos los libros te esperen a la puerta de su primer capítulo

para que tú les digas: "Abrid; ya soy llegada".

Y entonces aves, mundos, silencios y adjetivos llenarán a la rosa de esencias y evidencias por ti y en ti, a tu lado, maravillosamente.

II

He venido a la tierra hoy - nueve de septiembre - buscándote en la puerta de este otoño vacío. Nadie sabe que tengo menos años que nunca y que sólo conozco tu contorno inmediato.

He venido a la tierra, arrancado de un sueño donde hacía contigo los lagos y las frutas, donde la tela tersa de todas las mañanas

buscaba enamorados dardos de nuestros dedos.

Y tú no estás o vives fuera de mi costumbre. Lejanías te roban, te someten; te cercan

litorales ajenos a mi fácil llegada.

He perdido mi viaje, mi pulso y mi camino, y encuentro ahora en todo lo que te amó y amaste

el ala y la mirada de tu paso de estrella.

III

Te he llamado esta noche -cuatro de la mañana- cuando mi insomnio hacía su balance sin cifras,

cuando estaban los álamos -¡tan lejos de mi almohada!- diciéndole a la luna su verso delgadísimo.

Te he llamado esta noche y he abreviado distancias con mis ojos abiertos, casi desorbitados,

buscadores de oro, donde la sombra, entera, derramaba su vino capaz e interminable.

Te he llamado esta noche con la voz que me nace con alas y con remos desde mi cuerpo inmóvil

para buscar tu sueño deseado y distante.

Si un día te llegara, aunque ahora lo desee, yo no sería nunca para ti más que un ruido de otoño derramado dentro de tus cabellos.

- - - - - - - - - - - - - - -

TOLEDO

CANCIÓN DE AMOR DESDE LEJOS

Toledo en mi corazón y en mi soledad tus ojos

¿memoria de qué, mi amor?

¿Memoria de qué batalla, ganada en qué dura almena, levantada en qué mañana?

Madrugador el castillo dormido el río en la vega, y tú, soñando conmigo.

Para decirte, mi amor, dónde empiezan mis caminos,

a Toledo he de volver con tus ojos por testigo.

- - - - - - - - - - - - - - -

FÁBULA

IIII

Por el puente y el río, dos caballeros.

Uno era peregrino y otro guerrero.

Por el río y el puente van dos muchachas.

Una busca una estrella

y otra una espada.

Por el puente y el río dos celosías.

Una, tierra caliente,

y otra, agua fría

II

Por el río y el puente soldado y santo.

Uno marcha a la guerra

y otro a Santiago.

Por el puente y el río, lunas y peces.

Dos doncellas, herida de amores, vuelven.

- - - - - - - - - - - - - - -

AUSENCIA DE TOLEDO

I

Ya cruzarán de Alcántara a Galiana las nuevas aves de la primavera, y un sueño mío irá por la ribera del río que adelanta la mañana.

Ya escalará la hierba más temprana piedras de San Servando. ¡Oh, la primera

aventura de amor, la azul ladera y el paisaje de ayer en mi ventana!

Guardará el cigarral su sombra, y tanto retrasará la tarde su relevo

que caerán las estrellas de repente.

Y en esta soledad donde te canto llega también la voz que a ti te debo

como un agua delgada por un puente.

II

Que desconsuelo al aire de Castilla, ciudad, lleva este verso en que termino

mi voz de ti heredada, como un vino que es ya rubor sobrado en la mejilla.

Cómo creces sin mí, cómo se humilla mi sien a tu recuerdo. No hay camino que a ti no me conduzca, y falta lino para enjugar mi llanto por tu orilla.

! Oh, ascendido refugio de campanas! Tú ordenaste mi pie, y encuentro bajo mi huella los rumores de tus bronces.

Cómo añora la luz de mis mañanas al claro, curvo y descansado Tajo,

hoy buscador de mi niñez de entonces.

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