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www.unperiodico.unal.edu.co [email protected] Bogotá D. C., n.º 168, julio de 2013 Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 4 Como las sirenas en la mitología, la mezzosoprano hispano-venezolana ha cautivado los principales escenarios de la lírica con su voz privilegiada y cali- dad interpretativa. El canto hipnótico de Nancy Herrera 24 Especial Pacífico Páginas 2 a 8 La corrupción, la burocracia, la deficiente infraestructura y la exigua inversión en ciencia, tecnología e innovación ponen a Colombia en la cola de América Latina en la conquista de Asia. Es el Estado el que debe producir los grandes cambios que se requieren para tener un país real- mente competitivo. Reconocer nuestra región pacífica –sus procesos sociales y culturales– es otra deuda de la nación. Foto: cortesía Carlos Andrey Patiño/Unimedios Mirar al Pacífico, más obstáculos que salidas fáciles

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Page 1: Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN ... · • un_periodico@unal.edu.co Bogotá D. C., n.º 168, julio de 2013 Publicación de la Universidad Nacional de

www.unperiodico.unal.edu.co • [email protected]á D. C., n.º 168, julio de 2013

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

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Como las sirenas en la mitología, la mezzosoprano hispano-venezolana ha cautivado los principales escenarios de la lírica con su voz privilegiada y cali-dad interpretativa.

El canto hipnótico deNancy Herrera

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Especial PacíficoPáginas 2 a 8

La corrupción, la burocracia, la deficiente infraestructura y la exigua inversión en ciencia, tecnología e innovación ponen a Colombia en la cola de América Latina en la conquista de Asia. Es el Estado el que debe producir los grandes cambios que se requieren para tener un país real-mente competitivo. Reconocer nuestra región pacífica –sus procesos sociales y culturales– es otra deuda de la nación.

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Mirar al Pacífico,más obstáculos que salidas fáciles

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168 julio de 2013

Director: Jaime Franky RodríguezCoordinación periodística: Nelly Mendivelso Rodríguez Coordinación editorial: Carlos Andrey Patiño Guzmán

Comité editorial: Astrid Ulloa, Jorge Echavarria Carvajal, Horacio Torres, Luis Carlos Colón,André N. Roth, Juan Álvaro Echeverri, Álvaro Zerda

Diseño y diagramación: Ricardo González Angulo Corrección de estilo: Fernando Gaspar DueñasGestión administrativa: Jaime Lesmes Fonseca Impresión: CEET, Casa Editorial El Tiempo

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico

Versión digital: www.unperiodico.unal.edu.co • Correo electrónico: [email protected] Teléfonos: 316 5348 y 316 5000, extensión: 18384 • Fax: 316 5232 • Edificio Uriel Gutiérrez, carrera 45 n.º 26-85, piso 5.º • ISSN 1657-0987

Especial Pacífico

Las lecciones culturales de OrienteDejar los estereotipos y lograr un conocimiento profundo de las sociedades de Asia del este es una tarea que aún no ha emprendido Colombia. Países como Argentina, Brasil, Chile y México, en cambio, tienen maestrías y doctorados en la materia desde hace años. Incluso China ha sabido cultivar un conocimiento amplio de América Latina.

Diana Andrea Gómez Díaz,Directora de la Cátedra China

Universidad Nacional de Colombia

En Japón hay un concepto que resume el espíritu de Asia oriental: amae (depender de la benevolencia del otro). Para los asiáticos, tener un sentido de sumisión, recono-cer la experiencia de otra persona, aceptar su protección y respetarla es una parte integral del ser. Esta palabra expresa la importancia que tiene la acción colectiva para el progreso de la sociedad.

Todo lo contrario sucede en los países occidentales, en donde el mayor logro personal es alcan-zar la independencia individual: cuanto más autosuficiente y es-pecializada sea una persona, más valor tiene.

En momentos en que Colom-bia pretende acercarse a las mile-narias culturas del Pacífico orien-tal, es fundamental conocerlas en su más amplio horizonte. Sin embargo, subsiste la tendencia a enmarcar las relaciones en el plano comercial antes que en el político, económico y cultural.

Los medios de comunicación y el mismo Gobierno colombiano parecieran centrarse en lo más ac-cesible, hablar solo de comercio. Por ejemplo, sobre la más reciente visita del presidente Juan Manuel Santos a China, el registro noticio-so se centró en los acuerdos co-merciales firmados, solo uno de los seis puntos tratados por los dos Gobiernos.

Los medios chinos, en cambio, se interesaron en otros aspectos: intercambios políticos, educativos, culturales, de juventudes y socia-les, etc. Ellos han estado dispues-tos a conocer y a entender a Amé-rica Latina, más allá de los lugares comunes. ¿Qué sabemos acá de las naciones asiáticas? Seguramente, solo clichés.

Una muestra clara de la visión china es que desde 1949 se en-seña el español, además de otras cincuenta lenguas, de manera ex-haustiva (incluso hay necesidad de profesores de nuestro idioma).

En Colombia, solo hasta el año 2004 llegó la primera profesora ofi-cial de chino y, hasta el momento, no existen programas de educa-ción superior sobre Asia. Argenti-na, Brasil y Chile llevan la delante-ra con maestrías, y México está a la cabeza con doctorados.

El enfoque reduccionista co-lombiano torna los vínculos más inmediatistas, más del corto plazo. Latinoamérica tiende a presentar-se como un bloque fragmentado frente a escenarios y oportunida-des que pueden ser mejor aprove-chados. Las relaciones bilaterales se magnifican y eclipsan opciones de integración.

Faltan expertos

Superar el abismo cultural es un gran reto para el país. No se trata simplemente de falta de infor-mación sobre las respectivas cultu-ras de negocios.

Hacen falta expertos conoce-dores de ambas culturas que sepan interpretar los códigos de la otra orilla. Es perentorio comprender el contexto de ambas regiones.

Para ello, es necesario que las universidades y centros de investi-gación ahonden en el conocimien-to de las culturas, los idiomas y las relaciones entre Asia-Pacífico y América Latina.

Hay que conocer las parti-cularidades de cada nación. Por ejemplo, el núcleo del libro blanco del Gobierno de Singapur dice: “La nación viene del grupo, la sociedad está por encima del yo” y “Consen-so en lugar de controversia”.

El eslogan del Gobierno mala-yo ha sido “Look east!” (¡Miren al este!): contemplar los ejemplos y valores de Asia del este y aprender de ellos.

Y el Gobierno chino se ha con-centrado en construir una sociedad armoniosa haciendo clara alusión al valor confuciano de la armo-nía (un vocablo occidental que no traduce con precisión el concepto chino).

Estos ideales permiten enten-der su evolución económica. Allá, el sentido de empresa refleja los

valores sociales del trabajo colecti-vo, del compromiso y liderazgo que cada persona tiene con su labor.

No se trata de lo que yo sé, sino de lo que todos sabemos. Esto ex-plica porque dichos países tienen menos capataces y directivos que Occidente. Un estudio halló que en China, por cada cinco mil emplea-dos, solo hay quince jefes. Por eso, los procesos se demoran menos y hay más productividad.

Esto evidencia que en Asia del este la tradición no choca con la modernización. Ambas conviven y se complementan.

En los últimos años, sus socie-dades han adelantado un proceso de recuperación de su propio le-gado como medio para manejar los problemas originados por la comprensión ciega del crecimiento económico y para impulsar el de-sarrollo. Aquí el confucionismo ha sido un elemento dinamizador.

Su concepción del tiempo tam-bién es destacable: mantienen una mirada a largo plazo, entendida como periodos de cincuenta a cien años. Esta visión determina el en-foque y el impacto de las políticas estatales y de las iniciativas de la empresa privada.

Además, en su comprensión del espacio, la meditada planifi-cación de las urbes, la construc-ción oportuna de infraestructura (las ciudades invisibles chinas, aún sin poblar) y el aprovechamiento de zonas geográficas estratégicas,

como ríos y puertos, le han permi-tido maximizar el ordenamiento del territorio y facilitar el progreso económico.

La construcción de confianza a partir de darle importancia a las relaciones cara a cara y a crear vín-culos de largo plazo es un aspecto esencial de la diplomacia asiática.

Dispuestos al cambio

La educación tradicionalmen-te ha sido medio de movilidad y ascenso social, gracias al cultivo de la disciplina y el talento, inser-tos en una cultura del trabajo. De ahí que la mano de obra no solo sea barata, sino de alta calidad en términos de desarrollar una gran capacidad de autogestión y res-ponsabilidad.

Otros valores tradicionales, co-mo la austeridad, permiten maxi-mizar el uso de los recursos.

Para construir las relaciones transpacíficas, e incluso para ela-borar las políticas de los Estados la-tinoamericanos, ahondar en apren-dizajes asociados a estos principios puede ser muy valioso.

El interrogante por responder para emprender este camino es el siguiente: ¿estamos preparados pa-ra aprender de estas civilizaciones, del mismo modo que los orientales están dispuestos a aprender de Oc-cidente?

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La ciudad china de Shanghái es uno de los nuevos grandes centros culturales del mundo.

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Tumaco es uno de los municipios más pobres del país por el abandono y la corrupción estatal.

El chocó biogeográfico, que comprende tierras de los departa-mentos de Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Chocó, solo existe para el país como referencia geográfica. Sus conflictos, sus necesidades, los sueños y esperanzas de sus habitantes pasan inadvertidos para toda una nación. Es un caso único en América Latina, el de un país que le da la espalda a una de sus regiones más ricas.

Carlos Andrey Patiño,Unimedios

El pasado 21 de abril, un gru-po de niños llamado Semillas de Mangle, del municipio de Tumaco, en el extremo sur de la región Pa-cífica de Colombia, se apoderó de la playa El Bajito. Tomaron fotos a los crustáceos y aves del lugar, en-contraron semillas de una especie de manglar conocida como nato, nadaron en el agua baja y recogie-ron las basuras que llegan desde el puerto.

La sencilla historia quedó re-gistrada en el blog de la líder am-biental y comunitaria Adelín Var-gas del Castillo. Ella es la directora de Etnia Verde, una fundación que tiene el monumental propósito de quitarle víctimas a la violencia y encaminarlas por el sendero de la conservación étnica y biológica.

Su misión va más allá, y es la de visibilizar una región que nunca muestran los medios de comuni-cación: la de gente que quiere salir adelante; la de una comunidad que vive en armonía con su entorno; la de un territorio que sobrevive a pe-sar de un país que le da la espalda.

Y esto último, según el desta-cado historiador Álvaro Tirado Me-jía, es literal: Colombia siempre ha ignorado al Pacífico en su conjun-to, desde Tumaco, en Nariño, hasta Bahía Solano, en Chocó. Ese olvi-do, dice, obedece tanto al centra-lismo andino como a un racismo endémico y solapado, así como a una visión mediocre de los líderes políticos, económicos y sociales.

“El país se abrió un poco con la Constitución de 1991. Sin embargo, a pesar de que han pasado veinti-dós años, no se han producido los desarrollos regionales planteados en ella. Uno de los principales pro-blemas es que no se ve al Pacífico como una sola región, con particu-laridades biológicas, ambientales y culturales, sino como un conjunto de territorios adheridos a unos de-partamentos. Y esto hace invisibles a sus habitantes”.

Conceptos como los de diver-sidad, derechos, territorio y juris-dicción (indígena y de comunida-des negras) están mínimamente desarrollados en la práctica. Cómo viven los de “allá” no le interesa a los de “acá”. Las consecuencias: una pobreza que cobija al 95% de su población; una violencia que consume a las generaciones más jóvenes; y una muy precaria infra-estructura que, incluso, retrocedió en los últimos cincuenta años.

El profesor Tirado, de 72 años, recuerda sus paseos de niño en tren desde Buenaventura hasta Medellín. ¿Cómo un país retroce-de tanto?, se lamenta. “La región nunca ha tenido vías de comuni-cación, sino de penetración; unos pocos caminos para llevar y traer mercancías desde los puertos, pe-ro no para integrar el Pacífico a la nación”. Incluso, se atreve a con-jeturar que, durante décadas, el objetivo fue contener la migración de gentes negras hacia el interior.

Hoy, el proyecto de Tren de Occidente pretende revivir ese co-rredor férreo con fines de carga, por lo menos hasta el municipio de Filadelfia, en el departamento de Caldas. Sin embargo, aún no se encarrilla, luego de 12 años de trabajos, 140 millones de dólares invertidos y una gran carga de líos jurídicos.

Así, el Puerto de Buenaventura sigue estando muy lejos. Y habitan-tes como Yénifer Piedrahita (de 17 años), Rosa Bustamante (de 25), Luis Eduardo Gamboa (de 30) y

Emilcenda Asprilla (de 36) siguen a la espera de que llegue algo más que mercancías.

Estos cuatro jóvenes tienen en común su fe (son miembros de una iglesia cristiana), su escepticismo (no creen en instituciones ni polí-ticos) y sus ganas de tener oportu-nidades, algo sumamente difícil en su contexto.

Yénifer, todos los días, tiene que correr y encerrarse en su casa antes de las cinco de la tarde por orden de las bandas criminales que mandan en los barrios. “Las ame-nazas son serias”, dice.

Rosa y Emilcenda ruegan para que llegue algún curso o diploma-do que las prepare para conseguir un trabajo digno, pues la universi-dad está lejos de sus posibilidades. Luis Eduardo reniega de los alcal-des que ha tenido su ciudad: “Se han robado todo. ¿Cuánta plata le entra al puerto? ¿Qué tenemos no-sotros? ¡Nada!”.

El profesor Tirado insiste: “Si queremos conquistar la gran cuen-ca del Pacífico, primero tenemos que descubrir el nuestro. Queda más cerca Quibdó, Buenaventura o Tumaco, que Hong Kong, Seúl o Tokio. ¿Cómo pretendemos inte-grarnos con el mundo cuando ig-noramos lo que pasa con nuestros compatriotas?”.

De espaldas

El caso colombiano es particu-lar en América Latina. Por un lado, es la única nación que se desarrolló a espaldas de sus mares –si acaso hemos mirado al Caribe, critica el profesor Tirado–. El Pacífico, por obvias razones, es parte fundamen-tal para la identidad y progreso de Chile, Perú y Ecuador, Centroamé-rica y México.

Por otro, el segmento colom-biano tiene unas características únicas por su inmensa biodiver-sidad, riqueza mineral e hídrica. El Chocó biogeográfico, de unos 71.000 kilómetros cuadrados (que comprende partes de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño) es la región en donde más llueve en el planeta (hasta 12.000 mm3 al año) y más reservas de oro hay para el país.

En el año 2011, solo el Cho-có produjo 27.915 kg, equivalente al 47% de la producción nacional, según una investigación de la orga-nización Gomiam, dedicada a ha-cer seguimiento de la devastación ambiental causada por la minería a pequeña escala en varios países de Latinoamérica.

Este metal, según el historia-dor antioqueño, ha determinado la conformación del territorio: el

tipo de poblamiento (descendien-tes de esclavos africanos), la eco-nomía extractiva (que nunca deja nada a la región) y la cultura de la ilegalidad (buena parte del oro es invisible para los ingresos formales del Estado).

“Es la caldera del diablo, y al Gobierno le importa muy poco”, dice el profesor Tirado. Añade que el criterio racial ha incidido en que las actitudes políticas e ideológicas, así como la falta de integración físi-ca, se perpetúen aún hoy.

El exembajador asegura que las fórmulas para integrar el Pacífi-co a la nación son las mismas que requiere el desarrollo integral del país: inversión en infraestructura, educación, seguridad y presencia estatal.

“El reto es que los Gobiernos entiendan que debe existir un pro-yecto nacional para esa región, unas políticas específicas y efectivas. No veo que con integraciones como la de la Alianza del Pacífico haya una mirada profunda. Lo que se plantea es, simplemente, mejorar unas vías de comunicación para un circuito de mercancías”.

Ante esa realidad, la ambien-talista tumaqueña Adelín Vargas no desiste en hacer lo que no procura el Estado: crear pertenencia y es-peranzas.

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La corrupción, la burocracia, la deficiente infraestructura y la exigua inversión en ciencia, tecnología e innovación ponen a Colombia en la cola de América Latina en la conquista de Asia. Es el Estado el que debe producir los grandes cambios que se requieren para tener un país realmente competitivo. Reconocer nuestra región pacífica –sus procesos sociales y culturales– es otra deuda de la nación.

Ricardo Mosquera M.,Exrector y profesor asociado

Universidad Nacional de Colombia

El anuncio del presidente Juan Manuel Santos, publicado en el diario británico Financial Times (2011), sobre el interés chino de construir un canal seco (conexión ferroviaria de 220 km) que uniría el Pacifico colombiano con una ciudad del Atlántico advierte la in-tención de alinearse con el actual eje del comercio mundial.

Al tiempo, China espera que se adecue la infraestructura para pasar de la retórica a la práctica en la integración con Asia-Pacífico y establecer una alternativa de paso interoceánico al canal de Panamá.

El poder político y económi-co en el mundo ha dado un giro transcendental en la última déca-da: países rezagados, con poca par-ticipación en el escenario político y comercial internacional, llevaron a cabo grandes transformaciones sociales y económicas; es el caso de las economías emergentes –so-porte de la crisis económica que empezó en el año 2008–, que no tenían peso décadas atrás.

Realizaron profundas restruc-turaciones, planificaron a largo plazo y encontraron que la base para su desarrollo dependía del fortalecimiento de sus estructu-ras económicas, apoyadas en la capacidad del recurso humano, su formación al más alto nivel, el avance científico y tecnológico con gran impulso estatal para lograr una modernización industrial y de infraestructura, requisito para la competitividad.

Según Gabriel Restrepo, soció-logo de la Universidad Nacional de Colombia: “Un gran desplazamien-to del eje geopolítico ha ocurrido, desde hace unos treinta años, se-mejante al que sucediera en el siglo XVI, cuando el Atlántico desplazó al Mediterráneo como escenario de la primacía mundial, y similar al que en el siglo XXI desplazó el centro de gravedad de la esquina noroccidental de Europa (Inglate-rra y Francia)...

”El giro del mundo torna al Índico y al Pacífico como tránsitos dinámicos de la economía: de Su-ráfrica a India, así como a China, Japón y Corea. Al tiempo que se habilita el Atlántico sur, con Brasil y el Mercosur, para configurar un mundo multipolar. Pero en todo caso, con el ritmo más dinámico desde el corazón del Oriente, ante cuyas recientes arritmias tiembla el mundo entero”.

El papel latinoamericano

La Alianza del Pacífico (Méxi-co, Chile, Perú y Colombia) selló el gran acuerdo respecto de la globa-lización y el libre mercado. Como

Colombia pretende competir en un mundo de libre comercio, pero sin bases sólidas para enfrentar a los gran-des que mueven el mundo.

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lo señaló el presidente de Chile, Sebastián Piñera: “En los países es fuerte el compromiso con la democracia, con el Estado de dere-cho, con el respeto a la propiedad privada y a la economía social de mercado”.

Su impulso es decidido: elimi-nará un 90% del arancel aduanero y el otro 10% de manera progresiva en siete años para mirar en firme hacia el Pacífico. Su importancia es evidente: representa el 35% del PIB de América Latina, la octa-va economía del mundo, realiza el 50% del comercio de la región y sus exportaciones superan los 550.000 millones de dólares, sien-do la quinta población más grande del planeta (209 millones).

Su misión: el acercamiento económico con Asia-Pacífico, in-tegrada por cuarenta países (Chi-na, Japón, Corea, Indonesia, India, Nueva Zelanda, Vietnam, Singapur y Australia, entre otros), que crecen a pasos a agigantados. China, se-gunda economía mundial, lo hace al 7% anual y desplazará a EE. UU. en el año 2017. Su presencia en América Latina hace que para al-gunas naciones sea el primer socio comercial y de inversiones.

Hace solo cincuenta años la re-

gión iba a la zaga, pero el alto creci-miento se convirtió en un milagro. Primero fueron los tigres asiáticos: Corea, Taiwán, Japón, Singapur y Hong Kong. Luego China, India, Vietnam y Brasil, que crecen por encima del 8% anual, el doble del promedio mundial.

Sin embargo, Asia carece de recursos naturales y su peso en la economía mundial demanda re-cursos energéticos mineros y ali-mentarios (commodities), lo que beneficia a Oriente Medio, África y Suramérica, exportadores netos de materias primas. Además, existe un flujo de inversión hacia paí-ses ricos en recursos naturales que vuelcan la mirada a Asia-Pacífico.

Las tendencias

China se ha convertido en una caja de pandora que podría ser ejemplo para los países en vías de desarrollo. Entender este proceso es fundamental para Colombia.

El país ha mejorado algunos de sus indicadores económicos (resul-tado de una situación coyuntural: los altos precios del petróleo y de los commodities). Pero se encuentra atrasado para afrontar los nuevos retos de un mundo cada vez más

globalizado y competitivo.A pesar de incrementar su co-

mercio con Asia, sigue por debajo de su potencial en comparación con otros países de América Lati-na. En efecto, mientras el comercio con China siempre ha sido defici-tario para Colombia, otras regiones tienen una balanza superavitaria, como Brasil, Perú y Chile.

En el periodo 2005-2006, las importaciones chinas registraron 1.462 millones de dólares, mien-tras que nuestras exportaciones solo llegaron a 236,6 millones de dólares. La tendencia se mantuvo durante la última década. En el periodo interanual 2012-2013 (con corte en abril) las importaciones alcanzaron los 9.565 millones de dólares, mientras que las expor-taciones apenas llegaron a 3.343 millones.

El primer destino de nuestras exportaciones en el año 2012, con el 36,6% del total, fue EE. UU. (USD 60.208 millones), seguido por la Unión Europea, con el 15,09%, y China, con el 5,6%. Por el lado de las importaciones (USD 58.632 millones), EE. UU. participa con el 24%; China, con el 16,3%; México, con el 10,9%; y Brasil, con el 4,8%.

Para empezar una integración

Mirar al Pacífico,más obstáculos que salidas fáciles

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El giro del mundo torna al Índico y al Pacífico como tránsitos diná-micos de la economía: de Suráfrica a India, así como a China, Japón y Corea.

profunda con el gigante asiáti-co se debe entender que somos economías complementarias, con oferta de commodities (alimentos, hidrocarburos, petróleo y gas) al-tamente demandados por China. Pero el boom de estos insumos está llegando a su fin, por el ciclo de precios a la baja.

Por eso, se requiere inversión productiva, un salto en materia de infraestructura vial y portuaria pa-ra ampliar el mercado doméstico y no repetir el experimento de ser exportadores de materias primas y manufacturas e importadores de bienes de capital y tecnología.

La tendencia registra una caí-da de las exportaciones, en el pe-riodo enero-abril del año 2013, a USD 4.949 millones (1,2%); mien-tras que las importaciones suben a USD 4.913 millones (16,5%). Esto evidencia un superávit comercial en vía de extinción causado por la crisis internacional, dada la alta dependencia de las ventas de ma-terias primas.

Cambia la dirección

El eje geopolítico mundial se desplaza al otro lado del Pacífico, y es muy probable que Shanghái se convierta en la capital financiera del mundo, lo que han entendido otros países de América Latina que ya iniciaron este recorrido, como Brasil, Chile, Perú, Argentina y Ve-nezuela. La economía China, con más de 1.300 millones de personas, es la segunda del mundo, y según el FMI llegará al primer lugar en el año 2017.

Hoy, el 10% de las exporta-ciones latinoamericanas se diri-gen a ese destino. Las perspectivas son duplicarlas en el año 2020. En cuanto a inversión extranjera di-recta (IED), en el año 2011, el prin-cipal receptor fue Brasil, con 66.660 millones de dólares (43,8% del to-tal), seguido por México (19.440 millones), Chile (17.299 millones) y Colombia (13.234 millones).

El crecimiento dinámico de Latinoamérica en la déca-da pasada refleja la conexión con China, tanto en forma directa (comercio y la IED) como de forma indirecta, a través del impacto en los pre-cios de los bienes primarios en los mercados internacio-nales.

La pregunta es la siguien-te: ¿puede la región aprove-char las estrechas relaciones con China, que la convierten en una fuente importante pero no única de desarrollo a largo plazo?

El gigante asiático ha transformado su comercio

en las tres últimas décadas, como lo hizo Japón en la posguerra. En los años ochenta sus exportacio-nes eran típicas de un país en vías de desarrollo, (productos agrícolas, materias primas y manufacturas básicas), mientras importaba ma-quinaria y equipo de transporte.

A partir del año 2000, sus ex-portaciones han sido manufacturas (70%), mientras las importaciones cambiaron de dirección con alta participación de productos agrí-colas y materias primas. En este contexto se debe evaluar el rol de China como polo de crecimiento para Latinoamérica.

Educación y CyT son vitales

Según el informe del Consejo Privado de Competitividad (2011-2012), la educación, seguridad so-cial, formalización del trabajo, cien-cia, tecnología e innovación, la infra-estructura y el transporte muestran un panorama desalentador frente a Brasil, México, Chile y Panamá.

Cifras del Foro Económico Mundial (2011) evidencian que Co-lombia perdió competitividad fren-te a diez países latinoamericanos, al pasar del quinto lugar, en los años 2006 y 2007, al octavo, en los años 2011 y 2012.

Según la medición de la com-petitividad del International Insti-tute for Management Development (IMD) para 59 países –basada en el desempeño económico, la eficien-cia gubernamental y empresarial e infraestructura–, se observa el des-censo del país en el periodo 2003-2012, al pasar del puesto 34 (2004) al 52 (2012).

Los factores más problemáticos para hacer negocios en Colombia son en su orden: corrupción, 18%; inadecuada infraestructura, 12,1%; burocracia ineficiente, 10,6%; y po-co acceso al financiamiento (véase infografía).

Para el nobel de economía Jo-seph Stiglitz, “en la economía glo-bal que vendrá después de la crisis que empezó en 2008, la educación, la ciencia y la tecnología serán las claves del desarrollo económico”.

Con la globalización se ha mi-nimizado el papel del Estado y se le asigna importancia al libre comercio, desconociendo que los grandes desarrollos de los países avanzados fueron iniciativas del “capitalista colectivo ideal”, el Es-tado. El repunte de las economías emergentes, como China, India y Brasil, se explica por la focaliza-ción que le han dado a la inversión en ciencia, tecnología e innova-ción (CTeI).

Según el Banco Mundial, los países deben invertir como míni-mo el 2% de su PIB. Pese a la crisis, varias naciones superan esta reco-mendación: Suecia (3,75%), Japón (3,44%), EE. UU. (3,04%), Austria (2,66%) y Alemania (2,54%). Por debajo del promedio se encuen-tra América Latina y el Caribe, en donde ha sido del orden del 0,68% del PIB; se destacan Brasil (1,19%), Chile (0,39%), Cuba (0,64%), Ar-gentina (0,60%), México (0,40%) y Colombia, con solo un 0,14%.

Consciente de su evolución económica, China le ha apostado decididamente al campo del co-nocimiento. Incentiva el desarrollo en CTeI, considerado de vital im-portancia para su crecimiento. Las universidades se han incorporado al proceso de innovación, lo que permite aumentar el número de patentes por año y es utilizado para incrementar sus ingresos.

La gran mayoría de empresas de internet se dirigen a este país para abrir centros de innovación y desarrollo, que ofrece mano de obra calificada. “China tiene más de tres millones y medio de pro-fesionales en ciencia y tecnolo-gía, y sus universidades gradúan 350.000 ingenieros por año, casi

tres veces más que las de EE. UU.” (Oppenheimer, 2010).

La estrategia china es mejorar su imagen internacional, mostrar-se como una nación rica cultu-ralmente, próspera y progresista, dispuesta a mirar su realidad ob-jetivamente. Esto con el propósito de avanzar en lo social, no como fachada atractiva para crear rela-ciones diplomáticas, sino como un país que ofrece armonía y bienes-tar a su sociedad. El exprimer mi-nistro Zhu Rongji señala: “China será la fábrica del mundo; Estados Unidos, el líder en alta tecnología; y Europa, museos y turistas”.

¿Cómo compite Colombia sin transporte ferroviario, fluvial y sin puertos marítimos modernos, con atraso científico y tecnológico in-merso en la región que crece con más desigualdad? Según la ONU, 180 millones de latinos se debaten en la pobreza (más de 1/3 de la población), y de ellos 71 millones están en la indigencia.

En Latinoamérica, el 20% más rico tiene un ingreso per cápita veinte veces superior al 20% más pobre. Para el caso colombiano, el índice de Gini es de los más altos (0,539), con factores de violencia campesina e inseguridad que ha-cen más costosos nuestros produc-tos y concentra la tierra en pocas manos.

Se advierte un cambio histó-rico, un renacer del campo colom-biano con los vientos de paz que soplan en La Habana.

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Perú y Chile demuestran que un intercambio bien diseñado con China puede llevar a una balanza comercial positiva y a un desarrollo económico de largo plazo. Pero en Colombia, la nación asiática solo ha sido un conveniente chivo expiatorio.

Benjamin Creutzfeldt,Sinólogo y profesor del Colegio

de Estudios Superiores de Administración

Desde el 2001, cuando China empezó a pisar fuerte en América Latina, las prioridades del tradi-cional hegemón, Estados Unidos, se han enfocado en otras regiones del mundo.

Además de sostener guerras en Oriente Medio, Washington renovó sus compromisos con sus aliados en Asia oriental.

Sin embargo, con la elevada cantidad de visitas chinas de alto nivel, la creciente presencia de em-presas de ese país en las naciones de la región y las consiguientes in-versiones e intereses económicos, el gobierno de Barack Obama mira nuevamente a sus vecinos sureños y a sus relaciones con el gran poder del siglo XXI: la República Popular China.

¿Está surgiendo una rivalidad entre los dos grandes poderes por la atención y el futuro de América Latina? ¿Qué implica esta dinámi-ca para Colombia y sus vecinos?

Oportunidades y riesgos

Es evidente que el ascenso de China ha significado para América Latina un incremento del valor y volumen de venta de sus materias primas, pero al mismo tiempo una competencia fuerte para sus secto-res manufactureros.

La fuerte demanda del país asiático de recursos naturales do-mina la agenda del comercio bila-teral, y se observa una reducción de la diversidad de las canastas de exportación de muchos países de la región.

Están en evidencia elementos de una relación de dependencia. Países con un sector manufacturero poco desarrollado –como es el caso de Colombia– se están quedando atrás, mientras que, por ejemplo, Perú y Chile –ambos armados con un TLC con China– incrementaron sus exportaciones industriales y de materias primas.

El 79% de las ventas colom-bianas a Europa, Asia y los países del Nafta se vienen concentrando en hidrocarburos, mientras que otras regiones de Suramérica es-tán desarrollando productos no relacionados con el sector minero-energético.

Más aún, el aumento de expor-taciones colombianas entre 2008 y 2012 se explica más por el incre-mento de precios de las materias primas que por un incremento de su volumen. Esta limitación se ex-plica por las severas restricciones que presentan los puertos y la red vial y ferroviaria del país.

Empresas e inversionistas de China no son los únicos pero sí los más recientes y más pudientes ju-gadores en la explotación minera y petrolera. Para Colombia y sus ve-cinos, este interés constituye una amenaza para el desarrollo soste-nible a largo plazo. En esto coinci-den tanto los principales modelos económicos como las organizacio-nes internacionales.

Especial Pacífico

América Latina,punto estratégico para las hegemonías

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Bien manejado, el actual auge de las materias primas puede re-portarle ingresos considerables al Estado, impulsar la construcción de infraestructura y facilitar una mayor integración social, los fun-damentos para crear sociedades más estables.

Sin tal dirección, el país corre el riesgo de sufrir daños ambienta-les irreparables y de consolidar la desigualdad social y el deterioro de la economía.

El camino no depende ni de China ni de los demás países que participan en la apuesta por los recursos naturales, sino de la estra-tegia nacional o de las políticas de Estado.

EE. UU. y China:

intereses comunes

Como recientemente reafir-maron analistas y funcionarios du-rante un simposio cerrado en Was-hington, EE. UU. tiene un interés estratégico en la estabilidad social y el desarrollo sostenible de los países de la región.

Pekín, consciente de tener mu-cho menos experiencia en su trato con América Latina, tiene los mis-mos intereses, como sus represen-tantes lo han declarado en múl-tiples ocasiones: el “Documento sobre la política de China hacia América Latina y el Caribe”, del año 2008, hace hincapié en la relevan-cia de la cooperación internacional y la coordinación bilateral.

Por lo tanto, los intereses geopolíticos de China no están en competencia con los de EE. UU., para el cual el nuevo dinamismo en la región presenta una opor-tunidad para retomar el protago-nismo y definir puntos de con-vergencia para unas políticas bien diseñadas.

Los ejemplos de Perú y Chile demuestran que un intercambio bien diseñado con el país asiático puede llevar a una colaboración provechosa que redunde en una balanza comercial positiva y en un desarrollo económico de largo plazo que no exponga a los secto-res más sensibles a la competencia directa de la llamada fábrica del mundo.

Cierto, existen brechas cultu-rales y retos de gobernanza local que resultan desafíos para comu-nidades locales y empresas forá-neas. Pero los casos examinados muestran que se puede lograr el consenso.

Retos para Colombia

Un fundamento de la políti-ca exterior china desde los años cincuenta es la no injerencia en asuntos internos de otros países y la no imposición de sus modelos –en contraste con la propuesta mi-sionera estadounidense–.

Esto implica que el Gobierno chino y, en gran medida, sus empre-sas estatales responden y se ajustan a lineamientos claros y prioridades

nacionales, en la medida en que estén bien diseñadas y conduzcan a un intercambio provechoso.

Pero, si no existen tales priori-dades y lineamientos, faltan los in-centivos para mejorar la situación desde afuera por iniciativa propia. Los chinos, desde Deng Xiaoping, se han mostrado pragmáticos. Y es dentro de esta lógica como interac-túan con sus socios locales.

Desafortunadamente, en Co-lombia, en varios casos, como el fallo de La Haya o las marchas con-tra productos asiáticos, China ha resultado ser un conveniente chivo expiatorio para las fallas sistémicas y de individuos en cargos de res-ponsabilidad.

Pero, más bien, el enemigo es interno y reside en la falta de una planificación coherente y en la reducida presencia institucio-nal en extensas partes del país, en concierto con intereses privados y cortoplacistas que caracterizan la sociedad.

Colombia, en vez de desperdi-ciar el momento que vive la región, puede apoyarse en las experiencias de los nuevos aliados en la Alian-za del Pacífico para aumentar sus exportaciones a corto plazo, inte-grar el territorio nacional y crear los fundamentos para un país más próspero en el futuro.

China puede, entonces, ofre-cer su experiencia y capacidad de inversión en infraestructura para la unión del país.

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7Especial Pacífico

El grupo conformado por Chile, Perú, Colombia y México agrega muy poco al circuito de ventas e inversiones del que ya disfrutan entre sí. Sus acciones se dirigen a participar en el TPP (Trans-Pacific Partnership), el acuerdo comercial liderado por EE. UU. que busca crear el área de libre comercio entre las “economías abiertas”, es decir, aquellas menos afectas a Pekín.

Pío García,Docente e investigador

Universidad Externado de Colombia

Tras dos décadas del hundi-miento del bloque socialista, la competencia por el poder global continúa incólume, si bien se da cierta variación de sus protagonis-tas. Desde la desintegración de la URSS y con una Europa en franca decadencia, la disputa por el poder ha pasado de la cuenca atlántica a la pacífica.

Eso de “Pacífico” es mucho decir, pues ese ámbito sufre las conmociones tectónicas de una dualidad estratégica restructura-da. La pregonada multipolaridad del sistema mundial, que muchos plantean más con el deseo que con los pies en la realidad, no deja de ser por ahora un bello sueño.

La dicotomía del poder tam-bién se impone sobre el cínico y triunfalista unipolarismo preten-dido por el Pentágono, ante la vista del cadáver del enemigo de posguerra en 1991.

Lo cierto es que los hechos crudos muestran a Washington y a sus aliados al frente de la ofensiva política y militar para preservar el control mundial, en detrimento de sus opositores globales: Pekín en unión cada vez mayor con Moscú y otros poderes contestatarios me-nores.

Giros insospechados

La nueva bipolaridad surgió de manera espontánea como reac-ción física a la arrogancia de un po-der hegemónico, y se desencadenó en el momento mismo del colapso socialista.

El sistema capitalista mundia-lizado, por supuesto, ha conectado a los rincones del planeta sin ex-cepción, para exponer a hombres, mujeres, niños, animales, plantas, minerales, metales, agua, paisajes, lluvias, arenas, biodiversidad y cul-turas a la valoración incesante de la inversión.

Sin embargo, la división del trabajo, que especializa a los paí-ses, se monta sobre la fisura colosal estratégica entre el poder domi-nante, que declina, y el nuevo po-der emergente.

Hace pocas semanas, el De-partamento de Estado de los EE. UU. encendió las alarmas por el ingreso de hackers de Shanghái a los computadores del Pentágono. Empero, las revelaciones de Ed-ward Snowden despejan las dudas sobre la verdadera oficina del Gran Hermano y sus métodos de segui-miento.

En medio de las condiciones más precarias, Asia eleva el valor de la inversión como ningún otro continente lo puede hacer. Allí su-cede a diario el milagro de la multi-

Nobles deseos con agendas cruzadas

plicación de la riqueza en medio de odiosas condiciones laborales.

Baste recordar las dos mil mu-jeres sepultadas por el edificio de-rrumbado en Bangladesh. Pero ese trabajo precario, además de permi-tir la supervivencia de la población, genera réditos para la inversión –nacional y extranjera– y para los presupuestos estatales.

Con holgados recursos, ciertas dirigencias pulen sus intereses na-cionales mientras avizoran proyec-tos globales. El choque no es, por supuesto, de civilizaciones –como Huntington lo predica sin vergüen-za alguna–, sino de superpoderes, con el planeta entero como la lona de su contienda. China da cuenta del mayor incremento militar hoy por hoy, no sin sus debidas razo-nes.

Estos hechos tozudos han des-encadenado giros insospechados en la política exterior de los países. En el Pacífico occidental, por ejem-plo, la organización del sudeste asiático de Tailandia, Malasia, In-donesia, Vietnam, Filipinas y cinco países más, nacida en 1967 para contener el comunismo maoísta, ha convenido vincular a sus veci-nos ricos, empezando por China, luego Japón y Corea.

África tiene a China como su principal socio comercial, mien-tras los chinos aumentan allí sus programas de asistencia técnica y militar. Asimismo, el antiguo impe-rio es hoy el primer mercado para

Brasil, Argentina, Chile y Perú, lo que tiene efectos considerables en sus relaciones políticas, más procli-ves a no acompañar las reiteradas iniciativas antichinas en los foros de derechos humanos, ambientales y del trabajo.

¿El Pacífico?

El Gobierno colombiano pa-reciera sobreponerse a las ambiva-lencias para arrojarse en los brazos de la dinámica estratégica más re-ciente. Asegura que, como nunca en el pasado, va a ponerles plena atención a los países asiáticos.

Como prueba de ello ha for-jado la Alianza del Pacífico, con Chile, Perú y México. Tan nobles deseos conllevan algunas agendas no tan trasparentes, como los cá-nones del libre comercio predican. Por una parte, la Alianza agrega muy poco a un circuito de ventas e inversiones del que ya disfrutan los cuatro países, entrelazados como están por TLC mutuos.

Ya nos acostumbramos a com-prar el pan de Bimbo, el cemento de Cemex y las líneas de Telmex y Claro, de los inversionistas mexi-canos; los artículos de Falabella y la banca chilena; así como los ali-mentos y la gastronomía peruana. A cambio, Colombia les exporta bienes básicos, como café, algodón y azúcar.

En nuestra oferta, los bienes manufacturados son irrisorios. Aun

con el ingreso de Canadá, Panamá y Costa Rica, el margen de expan-sión económica es residual, dada la apertura de fronteras para el inter-cambio con ellos.

Por otra parte, la Alianza tie-ne para el cuarteto el significado literal en forma más cabal. Son go-biernos aliados para participar co-ordinados en uno de los lados del fraccionado proceso de integración del Pacífico.

En efecto, sus acciones se di-rigen a participar en el TPP (Trans-Pacific Partnership), el acuerdo comercial liderado por Estados Unidos que busca crear el área de libre comercio entre las “economías abiertas”, es decir, aquellas menos afectas a Pekín. El club de las “de-mocracias”, que se diferencia de esos “regímenes autoritarios”.

Dados esos movimientos co-losales, lo más probable es que los arreglos políticos, disfrazados de acuerdos económicos, tiendan a ser muros de contención frágiles para unas aguas que se desbordan.

En medio de sus dificultades y desaciertos, la proyección global china es real e inmodificable. No estamos ad portas del reemplazo de la hegemonía, pero sí en una fa-se de transición hacia un equilibrio en el poder mundial, cuya esperada permanencia va a depender de los compromisos concertados multi-laterales, es decir, del papel activo de la ONU.

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Los presidentes de los países integrantes de la Alianza del Pacífico junto con los observadores internacionales interesados en los avances de este naciente grupo.

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8 Especial Pacífico

Alianza del Pacíficosacude al Mercosur

Si bien la unión de Chile, Perú, Colombia y México como nuevo bloque continental empezó con firmeza, aún es temprano para asegurar que logrará la solidez institucional que ha alcanzado el Mercosur. No obstante, los obs-táculos que este enfrenta podrían hacer que países como Uruguay miren más hacia el Pacífico que hacia sus vecinos.

Luis Alejandro Ariza R.,Economista

Universidad Nacional de Colombia

La Alianza del Pacífico, el nue-vo grupo latinoamericano integra-do por Chile, Colombia, México, Perú y, próximamente, Costa Rica, busca ser una alternativa a otros bloques de tendencia proteccio-nista y adversa a la apertura.

Llama la atención de muchos países y organizaciones alrededor del mundo. Prueba de ello es que tiene como miembros observado-res a naciones como Japón, Aus-tralia, Canadá y Francia.

Al revisar sus cifras conjun-tas, se comprueba que conforma la octava economía más grande del mundo, con alrededor del 2,7% del PIB mundial y cerca del 35% del latinoamericano.

Es el séptimo receptor de in-versión extranjera directa, con 4.286 proyectos y una participa-ción del 3,2% de inversiones glo-bales. Según Proexport, entre los años 2003 y 2012, los cuatro países del bloque recibieron 381.814 mi-llones de dólares.

Además, representa más del 50% del comercio de Latinoamérica con el resto del mundo, sustentado principalmente en exportación de materias primas como alimentos, minerales e hidrocarburos.

Según información de la Or-ganización Mundial de Comercio (OMC), para el año 2010, equiva-lió a cerca de 445 mil millones de dólares, casi un 60% más que las exportaciones del Mercado Común del Sur (Mercosur) durante el mis-mo periodo.

Datos de la Comisión Econó-mica para Latinoamérica y el Cari-be de las Naciones Unidas (Cepal) indican que, en el año 2012, los países miembros de la Alianza tu-vieron un índice de crecimiento combinado del 5%, mientras que los del Mercosur crecieron a una tasa promedio del 2,9%.

El organismo también señaló que el comercio entre los países del bloque del Pacífico creció un 1,3% el año pasado, mientras que entre los del cono sur cayó un 9,4%.

Al respecto, se ha suscitado una controversia regional, pues hasta ahora los dos grupos han evitado declarar que el nuevo blo-que sea un contrapeso político y comercial o que tenga las preten-siones de serlo.

Así lo ha asegurado el embaja-dor de Colombia en Francia, Gus-tavo Carvajal: “La Alianza del Pací-fico es más comercial y pragmática que política... Es una bocanada de aire fresco en el contexto latino-americano, un eje nuevo”, indicó frente a los cuestionamientos so-bre las pretensiones de contrapeso o competencia con el Mercosur.

Por su parte, Luis Alberto Mo-reno, presidente del Banco Inte-ramericano de Desarrollo (BID), considera que, dado el potencial que presenta con respecto a su ar-ticulación a Asia, resulta más am-biciosa que el Mercosur.

Dificultades internas

Y es que, a pesar de que se pretenda crear una disputa regio-nal por sus diferencias ideológi-cas y políticas, cada proyecto tiene una perspectiva propia. La Alianza tiene como propósito promover el libre comercio entre sus países miembros e incrementar el que existe con los asiáticos.

Mercosur –con Venezuela re-cientemente integrada y Ecuador y Bolivia en negociaciones– es una unión aduanera que pretende lo-grar una unificación política. Por ello, comercialmente, firma acuer-dos con terceros países como blo-que. Sin embargo, actualmente vive

una tensa situación interna por los desacuerdos entre sus miembros.

Argentina, por ejemplo, ha elevado sus niveles de proteccio-nismo al crear barreras informales aduaneras para sus socios. Y en las cumbres regionales las manifesta-ciones de desacuerdo cada vez son más notorias.

Hace un mes, el periódico brasileño Valor Económico infor-mó que la presidenta Dilma Rous-seff tuvo un diálogo “durísimo” con la presidenta Cristina Fer-nández de Kirchner por las trabas comerciales que eran impuestas a los productos brasileños. Esto desestimuló las inversiones entre ambas naciones.

Un caso reciente fue el de la decisión de la empresa minera bra-

sileña Vale (una de las mayores exportadoras mundiales de hierro) de suspender un millonario pro-yecto en la provincia argentina de Mendoza, ante las constantes tra-bas impuestas por el Gobierno de dicho país. Este tipo de situaciones también las ha denunciado en más de una ocasión José Mujica, presi-dente de Uruguay.

Reticentes en Brasil

En tal contexto, las manifes-taciones oficiales del Mercosur sobre el nuevo grupo han sido divergentes.

El Gobierno brasileño ha ex-presado en varias oportunidades su desacuerdo. Y, cuando Uruguay ingresó como observador, el pre-sidente Mujica debió explicarle a la presidenta Rousseff que le es-taba apostando a la integración. Le sugirió que Brasil siguiera el mismo camino, el cual ya tomó Paraguay, actualmente suspendido en el Mercosur.

El vicepresidente uruguayo, Danilo Astori, en uno de sus dis-cursos para hacer posible que Uru-guay ingresara al bloque, dijo: “La Alianza del Pacífico es compatible con el Mercosur”, por cuanto “la relación con Argentina empeora día a día”.

También planteó, el pasado ju-nio en una entrevista con la Agen-cia EFE, una “integración regional abierta”, pues “no solo Uruguay, sino el Mercosur entero se debe acercar a la Alianza del Pacífico”. Y agregó: “Hoy somos un Estado observador, pretendemos llegar cuanto antes a Estado candidato a miembro pleno. Ojalá pueda darse lo antes posible”.

Por el contrario, Antonio Pa-triota, ministro de Relaciones Exte-riores de Brasil, defendió al Merco-sur al afirmar que es la “más exitosa iniciativa de integración” y negó que esté “paralizado” o sea “anticuado” respecto a la naciente Alianza.

En cambio, a esta la calificó de ser “un éxito de mercadeo, un concepto nuevo para una situa-ción existente, pues ya existe libre comercio entre todos los países integrantes”.

Por ahora, Argentina y Vene-zuela no han emitido oficialmente ningún concepto referente a su po-sición sobre el nuevo grupo con-tinental. No obstante, este puede deducirse, dada su visión sobre lo que sería un ideal de región inte-grada.

Estos países crecieron cuando los precios internacionales de las materias primas se dispararon. Pe-ro ahora están estancados y deben resolver sus problemas internos y su posición frente a su bloque.

La Alianza del Pacífico lleva un año de creada. Sería muy atre-vido decir si logrará consolidarse institucionalmente como lo está ahora el Mercosur. Pero, mientras el tiempo permita evidenciar resul-tados, es válido pensar que puede llegar a ser uno de los proyectos más exitosos de integración de la región.

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La Casa Rosada, en Argentina, no se ha pronunciado oficialmente sobre el nuevo bloque económico de América Latina.

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El desenlace que tenga la crisis en este país ten-drá profundos efectos en todo el Oriente Medio: en Líbano, Irak, Turquía, Irán, los países del golfo, en el conflicto palestino-israelí, y en la geopolítica global. No parece haber alternativas a la barbarie. La inacción de la comunidad internacional durante estos dos años las enterró todas.

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Marcos Peckel,Profesor Facultad de Relaciones Internacionales

Universidad Externado de Colombia

El conflicto en Siria, que co-menzó con unas pacíficas mani-festaciones de unos maestros de escuela en la sureña localidad de Dera, se ha transformado, en los más de dos años que ya comple-ta, en un complejo rompecabezas donde las piezas no encajan.

Este ha desnudado las limita-ciones del sistema internacional, que ha pulverizado la noción de protección de civiles en tiempos de guerra. La geopolítica y los inte-reses han prevalecido sobre la vida de cien mil civiles sacrificados y no vislumbra salida distinta a la conti-nuación de la barbarie.

Un enfrentamiento ha desata-do los demonios de una guerra sectaria entre shiitas y sunitas, con génesis hace unos 1.400 años, en estos desiertos y que demuestra, una vez más, que la humanidad se rasga la vestiduras sobre los cuer-pos de decenas de miles de civiles masacrados, pero no ha estable-cido los mecanismos para evitar que esto ocurra, un conflicto que ha confirmado una vez más que la sed de poder en ocasiones conlleva a niveles de sevicia y salvajismo que cuestionan la misma naturale-za humana.

Cortes penales internaciona-les, Naciones Unidas y otros embe-lecos no son más que observadores impotentes frente al genocidio y destrucción de proporciones bí-blicas que se lleva a cabo en ese desahuciado país.

Siria, cuna del nacionalismo árabe, aplastado por las potencias coloniales a comienzos del siglo pasado, cuando crearon los disfun-cionales estados nación que hoy implosionan en un incontenible baño de sangre.

Assad entendió desde el co-mienzo que si dejaba prosperar las manifestaciones populares po-dría correr la misma suerte que sus colegas Mubarak en Egipto y Ben Ali en Tunez, por lo que su estrategia consistió en cortar de raíz, asesinando a sangre fría a los manifestantes, primero en Dera y después en otras ciudades. El re-sultado fue el cierre total de los es-pacios de protesta dejando abierta únicamente la vía de la insurrec-ción armada. Miles de soldados desertaron y se unieron a la rebe-lión contra el régimen dominado por la minoría alauita, extracción de chiismo a la cual pertenece el presidente quien heredó el poder de su padre Hafez Al Assad tras 30 años d este en el poder.

El paraguas diplomático ex-tendido por Rusia y China al pre-sidente sirio en el consejo de segu-ridad le permitió continuar con su estrategia. lL s muertos crecían ex-ponencialmente y las masacres de civiles inocentes que al comienzo desataban alguna tímida condena, pasaron a ser parte del paisaje. El conflicto mutó de unas pacíficas protestas por apertura democráti-ca a un complejo tinglado de vario-pintas fuerzas combatientes con la omnipresente sombra de un épico conflicto regional entre Irán y el mundo sunita donde los intereses en juego y las apuestas han subido a tal nivel que nadie puede darse el lujo de perder.

Internacional

Geopolítica homicida

Mientras occidente se dedica a hacer cálculos geopolíticos, el régimen sirio goza del apoyo in-condicional de Rusia e Irán. Este último además de enviar dinero y combatientes de la guardia re-volucionaria, le ha ordenado a la milicia libanesa shiita Hezbollah involucrarse con todo en la guerra para salvar al régimen.

Para Irán la permanencia de Assad se ha convertido en un tema de vida o muerte. Los rebeldes, profundamente divididos no han podido estructurar un frente uni-do y creíble. Por el contrario la creciente presencia de yihadistas de varios países en sus filas, ha suscitado temores en occidente de que cualquier apoyo termine en facciones como la poderosa mili-cia radical sunita Jabhat Al Nusra aliado de Al Qaeda y la cual según versiones fue creado por el mismo régimen para desprestigiar y dividir a la oposición.

Combatientes veteranos de Iraq, sunitas y chiíes cruzan la fron-tera, los primeros a unirse a las filas de los rebeldes, los segundos a apoyar al dictador. Arabia Saudita, Turquía y Qatar han estimulado la revuelta desde el comienzo y cons-tituyen actualmente el principal conducto de armas a la fraccionada oposición.

El tardío anuncio por parte de Estados Unidos de proveer ar-mas a los rebeldes –está por verse qué, cuándo, cuánto, a quién y có-mo- sumado al levantamiento del embargo europeo para armar a la oposición demuestra que el único camino por ahora es la continua-ción del conflicto bélico.

La reciente retoma de la estra-tégica ciudad de Qussair por parte de Assad y Hezbollah es muestra elocuente de en qué ha degenerado la guerra. La ciudad quedó en rui-nas y sin casi ninguno de sus trein-ta mil habitantes pero” bajo control del gobierno” como pomposamen-te anunciaba la prensa oficial.

La tan anunciada y aplazada conferencia de Ginebra convoca-da por Rusia y Estados Unidos no parece tener mayor posibilidad de éxito y de darse, de la foto segura-mente no pasará.

La colosal crisis humanitaria seguirá agravándose. Dos millones de refugiados en escuálidos cam-pos en Jordania, Líbano, Turquía e Irak y otros cuantos millones de desplazados internos, amén de los ya cien mil muertos, unos 10 mil de ellos niños. Adolecentes sirias refu-giadas en Jordania vendiéndose a viejos saudíes que las compran por trescientos dólares, las abusan un par de meses y las devuelven, “usa-das”, a su miserable realidad.

A este dantesco panorama se agrega la irreversible destrucción de invaluable patrimonio histórico:

antiquísimas iglesias, sinagogas, mezquitas, ruinas romanas, asirias y babilonias, monumentos, merca-dos, ciudadelas y minaretes, todo bajo los escombros de esta guerra que le quedó muy grande a la hu-manidad.

Estados Unidos y la OTAN tie-nen la capacidad de acortar el ciclo de violencia con una intervención estilo Kosovo, pero el presidente Obama esta entre la espada de con-sideraciones estratégicas y la pared de consideraciones humanitarias.

La primera le sugiere no actuar debido a lo complejo del ajedrez y la incertidumbre del resultado mientras que la segunda le podrá cobrar su inacción cuando algún día callen los cañones y se haga evidente el tamaño de la catástrofe, con el agravante de Assad aún en el poder, los ayatolas en Teherán sa-cando pecho, Hezbollah sometien-do al Líbano a sus designios persas y Siria convertido en un gigantesco campo santo.

Siria es un túnel donde la luz no puede penetrar por ningún fi-nal. La personificación de la de-gradación humana llevada a su máxima expresión en aras de un poder vacío, un capítulo más en la historia universal de la infamia, un libro de texto del que nada se aprenderá, una herida abierta sin sutura desangrándose al son de los violines desafinados de la comuni-dad de naciones.

anarquía, caos y muerte

‘El silencio también es un crimen de guerra’.

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10 Debates

En la actual coyuntura de los diálogos de paz, resulta decisivo hacer una reflexión profunda y sin prevenciones de lo que significa para una nación construir su vida institucional, social y política, según un modelo de democracia que sea pluralista e incluyente y que consolide formas de convivencia y gobernabilidad.

Carlos Medina Gallego,Integrante del Centro de Pensamiento y

Seguimiento del Proceso de PazUniversidad Nacional de Colombia

La participación política cons-tituye el segundo punto de la agen-da de conversaciones de La Habana y uno de los de mayor importancia en los acuerdos a que pueda llegar la mesa para la terminación del conflicto armado.

Es una cuestión capital dado el modelo que se ha desarrollado en el país, que carece del carácter plu-ralista, participativo e incluyente de una auténtica democracia.

Resulta paradójico que la lla-mada democracia más antigua de América Latina haya avanzado en el marco de una pugna interna que se enrareció y degradó en prácticas de terrorismo de Estado, parami-litar, guerrillero y narco que tuvo como blanco esencial a la pobla-ción civil.

Las estadísticas más modestas estiman en 5,5 millones las vícti-mas. Se suma una estela de des-plazamiento interno forzado del 10% de la población del país y nue-vos y más complejos fenómenos de violencia que comprometen el control territorial e institucional de la nación.

En este contexto, resulta deci-sivo hacer una reflexión profunda y sin prevenciones de lo que signi-fica para una nación construir su vida institucional, social y política, según un modelo de democracia que acabe con el conflicto armado, sea pluralista, incluyente y consoli-de formas de convivencia y gober-nabilidad a través de la ampliación de los escenarios de participación política y ciudadana.

Voces firmes

Tanto el Foro de Desarrollo Agrario como el de Participación Política, liderados por la Univer-sidad Nacional de Colombia y la ONU, por encargo de la Mesa de Conversaciones de Paz de La Ha-bana, han sido de la mayor impor-tancia para los avances de este pro-ceso, en la medida en que, a través de ellos, se han producido “hechos” que se derivan de la dinámica de su realización y de la utilización de sus resultados.

Primero, han permitido hacer explícita la participación pluralista, incluyente, amplia y democrática de todos los sectores de la sociedad colombiana, en una polifonía de puntos de vista e intereses distin-tos. Han dejado como enseñanza que es posible el diálogo franco y propositivo entre contrarios, cuan-do se define un propósito de inte-rés común.

Segundo, han evidenciado el hecho de que no participar es una forma de participar y que, lejos de producir inquietud e inconformi-dad, ayuda a construir democracia desde la diferencia, si se hace con respeto y argumentación solida.

Tercero, han cambiado la asi-metría de acompañamientos y ase-sorías sobre el contenido y profun-didad de las temáticas de la mesa

La democracia debe traspasarlos límites impuestos por el conflicto armado

de conversaciones. Es indiscutible aceptar que las más favorecidas han sido las Farc, pero también el Gobierno.

Cuarto, han redefinido los te-mas de cada uno de los puntos, lo que robustece su contenido al dar-les una amplitud mayor a la enun-ciada y con un gran realismo y per-tinencia. Más aún, las propuestas hechas a la mesa tienen una mayor legitimidad, en la medida en que se sustentan en el sentir y pensar del constituyente primario.

Los principales temas

El informe entregado a la mesa de conversaciones, el pasado 11 de junio, recoge y presenta de manera organizada la producción del se-

gundo foro, al articular los aspectos que contemplan los tres subtemas del punto dos de la agenda.

También recoge lo propuesto en los paneles de experiencias in-ternacionales, partidos políticos y movimientos sociales, académicos y medios de comunicación, así co-mo los aportes hechos de manera autónoma por distintas organiza-ciones de las mesas de base y las de socialización.

Si la nueva ronda de conversa-ciones sigue su camino en relación con los resultados del primer foro, lo que les espera a las delegacio-nes en materia de participación política es un largo pero fascinante esfuerzo de reflexión y de construc-ción de acuerdos. Muchos tienen que ver con la caracterización y

trasformación del régimen político y de su institucionalidad.

Es de absoluta potestad de las partes sentadas en la mesa definir la ruta temática para abordar la discusión del segundo punto de la agenda. Pero resulta pertinente y necesario para la sociedad colom-biana conocer a grandes rasgos los resultados del Foro de Participación Política y la desagregación temática que efectuaron los asistentes.

Sobre el acuerdo final

El subtema uno es el de “dere-chos y garantías para el ejercicio de la oposición política, en general, y para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del acuer-do final, en particular”.

La UN ha sido escenario de múltiples encuentros de participación ciudadana sobre temas de trascendencia nacional.

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Las propuestas e insumos a es-te respecto se ordenaron en torno a cinco ejes de reflexión y discusión: 1) estatuto de oposición; 2) ga-rantías políticas; 3) participación política de las Farc después de su disolución como grupo armado; 4) UP y garantías de no repetición; 5) acceso a los medios de comuni-cación.

Se abordaron aspectos como la consolidación de garantías ple-nas para el desarrollo de la activi-dad social y política de la pobla-ción y de todos los movimientos, con independencia de sus posturas ideológicas.

Además, se discutieron los siguientes temas: la ampliación y profundización de los escena-rios institucionales y sociales de la democracia; la inclusión de los sectores minoritarios; el respeto y reconocimiento de la diferencia; las garantías institucionales para el ejercicio de la oposición; la crea-ción de sistemas diferenciados de representación en los escenarios de decisión política, a través de cir-cunscripciones especiales; las po-sibilidades de amnistía e indultos; la libertad y el reconocimiento de los derechos ciudadanos de quie-nes son catalogados –por algunas organizaciones– como presos polí-ticos, con las respectivas garantías para su ejercicio pleno.

Se suma la apertura de espa-cios y posibilidades para la apari-ción de un partido o movimiento político resultante de la termina-ción del conflicto y de la disolución de las Farc, así como la posibilidad de acceso amplio y democrático a los medios de comunicación.

Mecanismos democráticos

Para el subtema dos, “meca-nismos democráticos de partici-pación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los dife-rentes niveles y diversos temas”, las reflexiones de las mesas de base y de socialización se organizaron a través de diez ejes de reflexión y discusión:

1) Consolidación, ampliación y desarrollo de los mecanismos de participación. 2) Participa-ción con enfoques diferenciados. 3) Participación en políticas pú-blicas, planes y presupuestos. 4) Participación en la conducción política de la economía. 5) Consulta previa. 6) Control social, rendición de cuentas y veedurías populares y ciudadanas. 7) Elección popular de dignatarios de los órganos de con-trol. 8) Creación y fortalecimiento de formas de democracia directa. 9) Participación social y procesos constituyentes. 10) Garantías para la protesta social.

Con base en la tesis de que la participación política no es un pro-ceso meramente formal reducible a la votación electoral, se formu-laron propuestas para fomentar la participación popular y ciudadana, a través de la consolidación y am-pliación de mecanismos existentes o introduciendo nuevos.

En ese sentido, se plantea re-glamentar y desarrollar los meca-nismos existentes en la Constitu-ción de 1991, para fortalecer su carácter decisorio y concretar las propuestas de participación, con independencia del desarrollo de los diálogos entre el Gobierno y las Farc.

Se señala la necesidad de las siguientes acciones: profundizar la democracia participativa, tenien-do en cuenta la acción soberana del constituyente primario, que no

puede, en ninguna circunstancia, estar condicionado por el poder constituido; garantizar la autode-terminación de las decisiones po-líticas que comprometen el interés nacional, entre ellas la construc-ción de la paz; controlar la gestión pública, incluido el derecho al libre acceso a la información oficial.

Asimismo, es necesario instau-rar mecanismos, según las particu-laridades de cada localidad, para lograr que, en todos los procesos de planeación territorial o sectorial, la ciudadanía participe, y no co-mo objeto de la socialización, sino como sujeto que identifica proble-mas, propone soluciones, las hace viables y las evalúa.

La igualdad

El subtema tres es el de “medi-das efectivas para promover mayor participación en la política nacio-nal, regional y local de todos los sectores, incluida la población más vulnerable, en igualdad de condi-ciones y con garantías de seguri-dad”.

Este fue ordenado en cuatro grandes ejes: 1) apertura del siste-ma político, garantías de inclusión y enfoque diferencial; 2) territo-rialidad, autonomía, planeación y participación; 3) equidad de géne-ro y participación política; 4) edu-cación y formación para la partici-pación política.

Aquí se insiste en la necesi-dad de pensar en reformas que ajusten la estructura institucional del Estado. Algunas propuestas im-plicarían profundas transformacio-nes del andamiaje institucional del país, mientras que otras suponen modificaciones de las estructuras existentes.

Se percibe un clamor de aper-tura del sistema político y de pro-

tección de las minorías y poblacio-nes subrepresentadas, de manera que puedan participar en igualdad de condiciones a las de los grupos mayoritarios o a los partidos y mo-vimientos más establecidos.

Se propone garantizar que to-dos los sectores de la sociedad par-ticipen en los diferentes ámbitos de toma de decisiones políticas; elimi-nar exclusiones de todo tipo; y re-conocer a los movimientos sociales locales y ciertos grupos poblacio-nales en situación de subrepresen-tatividad como sujetos políticos, con todos los derechos que aquello conlleva.

Los asistentes sugirieron mo-dificar, de manera profunda, el sis-tema electoral y de partidos para relegitimar el sistema político y crear confianza en la ciudadanía; así como introducir cambios en el diseño de las autoridades electora-les, de modo que sean autónomas frente a los partidos.

También se hicieron una serie de sugerencias y propuestas sobre las garantías de seguridad y pro-tección de la vida de quienes optan por participar en política. Se reco-noce que es una condición sine qua non para hacerlo.

Diversos sectores presentaron reclamos de inclusión e igualdad de condiciones para participar. Las mujeres hicieron un número con-siderable de propuestas tendientes a lograr la paridad de género en las instancias clave de toma de deci-siones.

Y la refrendación

En cuanto a la negociación, se pide que diferentes sectores de la sociedad civil puedan intervenir en las conversaciones, incluidas a las víctimas; la incorporación de otros actores insurgentes en el pro-

ceso (ELN, EPL); el seguimiento y conformación de una comisión de acompañamiento internacional y veeduría ciudadana; la refrenda-ción de los acuerdos en una instan-cia amplia, que les otorgue carácter vinculante; la difusión de la infor-mación sobre el desarrollo de las conversaciones; y la socialización del acuerdo a nivel nacional y en las regiones; entre muchas otras cosas.

En materia de derechos huma-nos y del derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación, los asistentes señalaron la necesi-dad de establecer una comisión de la verdad, de carácter pluralista, en la que participen las víctimas. Ade-más, solicitan la puesta en práctica de mecanismos de justicia transi-cional.

Incluyeron como prioridad to-mar medidas de reparación integral de las víctimas y garantías efectivas de no repetición; la reconstrucción y preservación de su memoria his-tórica; la depuración de las insti-tuciones del Estado, para excluir a aquellos funcionarios involucra-dos en acciones de violación de los DD. HH.; la garantía de retorno para la población en situación de desplazamiento forzado que así lo desee; y el acceso a documentos reservados del Estado relativos a la situación de violencia y al conflicto armado.

Por ahora, no se sabe hacia dónde marcharán los acuerdos. Pe-ro, seguramente, las discusiones se centraran en la necesidad de llevar la democracia mucho más allá de donde el conflicto armado le ha permitido llegar, en un proceso en el cual las formas de participación irriguen no solo al sistema político convencional, sino a todos los es-cenarios de la vida nacional.

Marcha nacional por la paz, convocada el pasado 9 de abril.

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12 Salud

Estandarizan manejo homeopáticodel asma en niños

El asma es una enfermedad de gran prevalencia infantil e impacto considerable en la salud pública que aún no cuenta con un tratamiento curativo por parte de la medi-cina alopática. Pese a que la homeopatía ha demostrado efectividad y economía, esta alternativa todavía no hace parte del Plan Obligatorio de Salud (POS) en Colombia.Sandra Uribe Pérez,

Unimedios

Martín tiene apenas tres años y ya presenta un enorme histo-rial médico lleno de rayos X, mas-carillas de oxígeno, nebulizacio-nes, lavados nasales, antibióticos, antihistamínicos, corticoides, ja-rabes e inhaladores –así como un amplio récord de ausentismo esco-lar– por cuenta de un diagnóstico “probable” de asma.

Durante siete días de hospitali-zación tuvo que pasar por un sinnú-mero de pruebas para determinar las posibles causas de su dificultad respiratoria, su tos persistente y su agitación (neumonía, sinusitis, rini-tis alérgica o asma). Incluso estuvo a punto de ingresar a la unidad de cuidados intensivos.

El padecimiento se agudiza aún más por cuanto la fórmula médica incluye medicamentos no contemplados en el POS, de los cuales depende su bienestar y cali-dad de vida y cuyos costos se salen del presupuesto familiar.

Panorama y opciones

Como él, existen en el país un 10,4% de pacientes pediátri-cos con esta enfermedad, que es la más común y crónica entre los niños y niñas, especialmente en edades de 1 a 4 años. La mayor prevalencia se encuentra en las ciudades de Medellín, San Andrés y Bucaramanga.

Otras cifras –reportadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS)– dejan al descubierto que 300 millones de personas en el pla-neta la padecen y que se registran cerca de 250.000 muertes al año por su causa.

Un estudio adelantado en Es-tados Unidos durante diez años reveló que el costo directo por pa-ciente es de 8.665 dólares anuales.

Aunque en el país no se dispo-ne de un modelo de estudio costo-enfermedad, es bien sabido que tiene serias implicaciones econó-micas, sociales y familiares que se derivan, entre otros aspectos, de la severidad de los síntomas y de la pérdida de días de trabajo de los padres de estos pacientes.

A pesar de que la medicina alo-pática ha logrado controlar bien los síntomas, disminuir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes, cada vez más países se suman a la idea de complementarla con tratamientos alternativos.

Lo anterior habida cuenta de que pueden optimizar los resulta-dos, disminuir los efectos adversos de ciertos medicamentos, abaratar los costos e incluso curar la patolo-gía. Es el caso de Europa y Estados Unidos, en donde más del 53% de los pacientes ha tenido alguna experiencia con terapias comple-mentarias.

Se puede sospechar la presencia de asma ante dificultad para respirar, tos, sibilancias (sonido que hace el aire al pasar por las vías respirato-rias congestionadas) y sensación de pecho apretado recurrentes.

Según el Artículo 19 del Acuerdo 029 de 2011 de la Comisión de Regulación en Salud, como parte del POS, las entidades Promotoras de Salud (EPS) po-drían incluir la utilización de medicinas y terapias alternativas y complementarias; sin embargo, si un paciente intenta solicitar este servicio en su EPS, solo encuentra desinformación y después de mu-chos trámites no consigue su objetivo

El papel de la medicina alternativa

En Colombia, los servicios de salud de la medicina alternativa todavía no son una opción para todos, pues, aunque está regulada por el Ministerio de Salud y Pro-tección Social, solo tienen acceso a ella los usuarios de medicina pre-pagada o quienes asumen los cos-tos en un consultorio particular.

De hecho, solo están autoriza-dos para ofrecer dichos servicios quienes se hayan titulado en me-dicina y sean especialistas en la rama. La Universidad Nacional de Colombia es una de las tres ins-tituciones de educación superior que en el país ofrecen estudios de posgrado en esta área, a través de la Maestría en Medicina Alternati-va de la Facultad de Medicina.

Dentro de los estándares de calidad que exige la ley colombiana (Resolución 1043 de abril de 2006, anexo técnico n.º 1), se establece la obligatoriedad de elaborar guías de prácticas clínicas (GPC) para todas las especialidades, incluida la homeopatía, a fin de habilitarse para ejercer.

Guía de práctica clínica en homeopatía

En este contexto, la contribu-ción que la doctora y magíster en Medicina Alternativa de la UN San-dra Liliana Ferreira propuso como tesis de grado fue redactar una GPC

específica para manejar el asma durante una consulta pediátrica y ambulatoria de homeopatía.

El resultado de su trabajo pre-tende proporcionar una directriz simple y aplicable para tomar de-cisiones médicas útiles, según los principios de la homeopatía, “pero teniendo en cuenta y aprovechan-do los conocimientos y los avances científicos de la alopatía”.

Así, es posible optimizar la ca-lidad de la atención y disminuir la variabilidad de la práctica médica, para minimizar los riesgos y lograr mejores resultados.

Según la doctora Gloria Hele-na Casas del Río, codirectora del trabajo de grado, la diferencia se encuentra en la visión de la ho-meopatía.

“No se considera al pacien-te por partes, sino al ser humano como un todo. Más que el bron-coespasmo, se tiene en cuenta el comportamiento del paciente y su aspecto emocional”, dice.

La doctora Ferreira ve en la homeopatía una valiosa alternativa

para tratar el asma, pues ofrece la posibilidad de erradicar los sínto-mas de manera definitiva.

“Es indispensable respetar el tratamiento del médico alopático. Si el paciente mejora, el neumólo-go o el pediatra le van a ir quitando los medicamentos”, manifiesta.

Según ella, los padres no de-ben pensar que esta enfermedad es una sentencia: “No hay que temer-le al diagnóstico, sino conocer las diferentes presentaciones clínicas y posibilidades de tratamiento”.

El control de la alergia es esen-cial, pero también son importantes la parte emocional y la psicología. “Es un aspecto que toca la medici-na alternativa y que funciona”.

Ahora que los padres de Mar-tín lo saben, pueden buscar nuevas alternativas, aunque estas tengan que correr por su cuenta. Queda esperar que el sistema de salud colombiano no tarde mucho en incorporarlas, pues son muchos los pacientes (y familias) a los cuales podría cambiarles la vida.

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13Salud

Membranalíquida

Proteínade la envolturaexterna

Proteínade la matriz

ARN

CÁPSIDE

Membranalíquida

Proteínade la envolturaexterna

Proteínade la matriz

ARN

Cápside

Descifran “cascarón” del VIH

Con datos experimentales y mediante simulaciones en la supercomputadora Blue Waters, un grupo internacional de científicos, entre ellos un físico de la UN, determinó la estruc-tura química de la cápside que “empaqueta” el material genético del VIH/sida. El avance permitirá desarrollar nuevos medicamentos para combatir el virus.

Leidy Castaño,Unimedios

Datos de la Organización Mun-dial de la Salud (OMS) indican que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ha cobrado la vida de casi 25 millones de personas durante los últimos treinta años. Se convierte, así, en uno de los agen-tes infecciosos más nocivos para la salud pública mundial.

En el año 2011 había 34 mi-llones de personas infectadas (las cifras varían entre 31,4 y 35,9 millo-nes). La preocupación es tal que su prevención se ha incluido dentro de los objetivos del milenio. La meta es combatirlo, garantizar el acceso universal al tratamiento y reducir y detener su propagación en el año 2015.

En la actualidad, aunque no existe una cura, los pacientes pue-den mantener controlado el virus y llevar una vida sana y productiva si siguen un tratamiento eficaz con fármacos antirretrovíricos (medi-camentos antivirales).

Avance

A fin de entender, a nivel ató-mico, cómo ocurre el proceso infec-tivo del VIH, un equipo científico multidisciplinar de la Universidad de Illinois (EE. UU.) desentrañó la estructura atómica de su cápside, que es la cubierta proteínica que envuelve su ácido nucleico (ma-terial genético). En general, esta tiene dos funciones: protegerlo y liberarlo.

Juan R. Perilla, físico egresado de la Universidad Nacional de Co-lombia en Bogotá hace parte del grupo, integrado por físicos con es-tudios doctorales y posdoctorales en biofísica y biología estructural e inmunólogos que realizan experi-mentos en células vivas.

La cápside está compuesta por más de mil proteínas. Para deta-llarlas a nivel atómico era necesa-rio un equipo único.

Al respecto, informa el cientí-fico colombiano: “Tuvimos la po-sibilidad de trabajar con el Blue Waters, una supercomputadora capaz de hacer la simulación más grande y exacta en el mundo. Ella optimizó la estructura que noso-tros elaboramos con una base fí-sica”.

Y precisa: “Nos tomó un mes simular los 64 millones de átomos que la conforman para descifrar su ensamble proteínico. Para hacerlo integramos la información reco-gida por nuestros colegas de las

Universidades de Pittsburgh y de Vanderbilt (EE. UU.)”.

El profesor de física Klaus Schulten, líder de la investigación junto con Perilla, añade que “el Blue Waters, que pertenece al Cen-tro Nacional para Aplicaciones de Supercomputación de la Universi-dad de Illinois, está en capacidad de representar un máximo de 100 millones de sistemas atómicos, por lo que 64 millones encajan perfec-tamente”.

Procedimiento

Perilla cuenta que el trabajo previo de sus colegas consistió en recolectar durante dos años da-tos de tomografía crioelectrónica (cryo-EM, un tipo de microscopía electrónica que se efectúa a muy bajas temperaturas) de la cápside completa para reconstruir su en-tramado.

“Sabíamos que era una estruc-tura polimorfa (compuesta por unidades de varias formas) de pen-tágonos y hexágonos. Pero esa era una información aislada, no tenía-mos la estructura global. En otros experimentos podíamos observar las piezas en diferentes tamaños y resoluciones y ver las partes más pequeñas de las proteínas, pero no el conjunto”, aclara.

Otros experimentos que hicie-ron revelaron interacciones entre regiones específicas de las proteí-nas que son fundamentales para su

ensamblaje y estabilidad, así como para su virulencia.

“Con los datos de la cryo-EM simulamos las interacciones entre los pentágonos y los hexágonos que constituyen los bloques de su construcción. Así determinamos sus propiedades estructurales”, puntualiza Perilla (véase gráfico).

Las simulaciones, según ma-nifiesta el profesor Schulten, com-probaron que tiene 216 hexágonos y 12 pentágonos distribuidos tal como los datos experimentales ha-bían indicado.

Las proteínas que los confor-man son todas idénticas. Sin em-bargo, los ángulos de unión entre estas varían de una región a otra.

Gracias a tales hallazgos se puede determinar cómo interve-nirla más adecuadamente y dise-ñar medicamentos más eficaces.

“Durante los últimos años se han desarrollado varias terapias contra el VIH. El problema es que, por cada terapia única, el virus se hizo inmune. Ahora tenemos la oportunidad de desarrollar nue-vos fármacos con información más precisa sobre cómo atacarlo”, des-taca.

No obstante, insiste: “Aunque estamos trabajando con varios fár-macos que interactúan con la cáp-side, aún no tenemos resultados concretos. Vamos por buen cami-no, pero hablar de una cura en esta etapa es más ciencia ficción que otra cosa”.

Y agrega que han observado cosas increíbles que aún no han publicado. “Simular algo del tama-ño de un virus nos pone cada vez más cerca de simular una forma viviente completa. Es increíble lo que ocurre a niveles atómicos en sistemas vivos”.

Científico UN

“Siempre quise ser científico”, afirma. Perilla es hijo de dos in-genieros químicos de la UN, por lo cual creció rodeado de textos y experimentos científicos, lo que determinó su inclinación por la in-vestigación y la academia.

“La física es una carrera apa-sionante que no tiene nada que ver con lo que se enseña en los colegios. Claramente fue la cien-cia que más me interesó, aunque más adelante y por obvias razones terminé atraído por la biología, la química y la computación”, cuenta el joven investigador, que reconoce la trascendencia de haber estudia-do en la UN.

“La verdad me siento privile-giado de haber estudiado en ella y de que se me hubieran abierto las oportunidades que tuve cuando me gradué. Obviamente, hay co-sas que pueden mejorar, pero mi formación básica en ciencias fue excelente”.

Todo ese conocimiento ahora está al servicio de la humanidad.

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Estructura del virus del sida según el nuevo hallazgo en el que participó Juan Perilla, físico de la UN.

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Licencias ambientales a la cartaLina Leal,

Unimedios

En Colombia, el proceso para conceder una licencia ambiental ha variado múltiples veces. En die-cinueve años ha sido modificado en siete ocasiones, lo que ha per-mitido que actividades económi-cas perjudiciales no cumplan con los requisitos pertinentes.

En 1994, el Decreto 1753 esti-puló que 42 sectores debían obte-ner permisos ambientales; entre ellos la industria de textiles, las granjas pecuarias, avícolas y acuí-feras, la manipulación genética, el cultivo intensivo de flores y la mi-nería, entre otros.

Adicionalmente, estableció pólizas de cumplimiento para ga-rantizar que los planes de manejo, cuyo objetivo es prevenir los im-pactos, se llevaran a cabo. Estas abarcaron un amplio número de actividades y resultaron significa-tivas para disminuir los efectos ad-versos.

Un año después, en 1995, se intentó modificar dicha norma mediante la Ley 2150. Bajo esta, el Gobierno podía determinar en qué casos se podían iniciar operacio-nes sin licencia.

“Esto debilitó la ley, proba-blemente por la presión del sector productivo para acortar el tiempo para obtener el permiso, que, en comparación con otros países, no es realmente muy extenso”, afirma el profesor José Javier Toro, líder de los estudios que el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA), de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, desarrolla con respecto a la evaluación del impacto.

Con todo, en 1996 la Corte Constitucional emitió una senten-cia que declaró inexequible la Ley 2150 y mantuvo vigente el Decreto 1753, que, finalmente, se derogó en el año 2002. Entró en vigor, en-tonces, el Decreto 1728, que, según Toro, “es uno de los más lesivos”.

Dicho decreto eliminó 21 de los 42 sectores obligados a some-terse al proceso de licenciamien-to ambiental, sin socialización ni valoración de la eficiencia de la normativa anterior.

Desde ese momento, las acti-vidades liberadas (industria textil, manipulación genética o explora-ción minera, entre otras) tuvieron que seguir guías que no eran de obligatorio cumplimiento y cuyo alcance era muy limitado.

“Llama la atención que cada Gobierno cambia el marco legal sin participación de la comunidad ni el respaldo de estudios”, ase-gura el investigador. Agrega que 48 países, que han sido objeto de estudio del IDEA, sí exigen licencia para todas las actividades que en Colombia no lo requieren.

En el año 2003, entró en vigen-cia el Decreto 1180, que autorizó el desarrollo sin licenciamiento de proyectos asentados en donde es-tuviera en marcha un plan de orde-namiento territorial (POT).

Era algo impertinente, pues estos planes ordenan el territorio, pero no incluyen estudios sobre impactos en los ecosistemas. Dos años después, el Decreto 1220 rati-

Una regulación que varía en cada periodo presidencial y que excluye actividades de alto impacto ambiental da cuenta de la necesidad de una política más contundente y de largo plazo para conservar el patrimonio medioam-biental del país. En los últimos diecinueve años las leyes se han amoldado al gusto de los sectores económicos.

ficó la eliminación del requisito de licencias para proyectos que tenían POT aceptados.

La ley tuvo un nuevo com-ponente en el año 2010, cuando el Decreto 2820 derogó los diag-nósticos ambientales para varias actividades que hasta el momento lo requerían. Así, se permite, por ejemplo, que oleoductos de menos de 15,24 cm se construyan y fun-cionen sin importar el riesgo que representan.

El investigador se pregunta “¿dónde está el trabajo científico que pueda refrendar que los oleo-ductos por debajo de los 15 a 24 cm de diámetro no ofrecen riesgos?”.

La Contraloría General de la Nación ha hecho varios llamados al respecto. El último de ellos lo hizo en el año 2012, al advertir que no se dispone de evaluaciones sobre el tema de licencias en el país que permitan establecer las repercusio-nes reales de su aplicación o no con respecto al manejo de los procesos productivos y su efecto sobre los recursos naturales y el medioam-biente.

La última modificación vigen-te es la del año 2011, por medio de la Ley 1450. “Pero esta lo único que

hace es disminuir los tiempos que tiene la autoridad para emitir la licencia, lo que produce presiones sobre los funcionarios”, resalta el profesor.

Entonces, ¿qué hay actual-mente? Múltiples sectores lesivos que no necesitan permiso y otros tantos que, si bien lo requieren, pueden obtenerlo fácilmente de-bido a los vacíos existentes en el proceso.

Desatinos en el manejo actual

El IDEA desarrolló un estudio entre los años 2010 y 2012 sobre las licencias otorgadas por el Mi-nisterio de Ambiente y Desarrollo Sostenible durante ese periodo.

Encontró que el ciento por ciento de las metodologías para identificar y valorar riesgos –y de-cidir así si se entrega o no el permi-so– se fundamenta en los criterios del evaluado, sin utilizar indicado-res del ambiente y del potencial de los peligros.

Según explica el estudio, exis-ten otras falencias. Por ejemplo, en algunos casos se elimina el aná-lisis de la sinergia, que permite

determinar si un impacto podría interactuar con otro y aumentar el daño final.

Al dar algunas licencias en el sector petrolero se utiliza un mé-todo matemático erróneo para cal-cular la probabilidad de que un perjuicio se presente o no: se suma la probabilidad de ocurrencia, en lugar de multiplicarla, lo que sin duda disminuye los resultados fi-nales.

En últimas, el estudio señala que los métodos se caracterizan por un alto nivel de incertidumbre y sesgo que reduce la efectividad del proceso.

Por eso, advierte que es tanto urgente como prioritario crear un sistema más efectivo.

En ese sentido, Toro afirma que es necesario trabajar con la comunidad, con base en estudios y análisis de los sectores producti-vos, la academia y otros actores que permitan reglamentar con claridad y con sentido de largo plazo –y no al ritmo del Gobierno de turno– la normativa vigente.

Solo así será posible configurar una reglamentación más adecua-da para preservar el patrimonio medioambiental colombiano.

En la actualidad, el solicitante de una licencia ambiental escoge el método con el cual se le evaluará.

Foto: Víctor Manuel Holguín/Unimedios

Medioambiente

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15Medioambiente

Un estudio llevado a cabo en tierras arroceras del Tolima determinó que el glifosato tiene un periodo de actividad mucho más largo del que se pensaba y que se reactiva cuando los suelos son fertilizados con fosfatos. Se creía que el 50% del herbicida se degradaba entre 90 y 180 días, pero se demostró que dura hasta 300 días.

Giovanni Clavijo Figueroa,Unimedios

En Colombia, el arroz es el ter-cer producto de extensión agrícola, después del café y el maíz. Sem-brarlo requiere usar agroquímicos y una infraestructura de distritos de riego, molinos y centros de aco-pio. Su principal subproducto es la cascarilla.

Además, es indispensable em-plear herbicidas, de los cuales no existen estudios suficientes acerca de sus efectos secundarios sobre los suelos.

“En la industria arrocera es tan larga la lista de sustancias que se pueden utilizar que no alcanzan las investigaciones para analizarlas”, asegura Martha Cristina Bustos López, profesora del Departamen-to de Ingeniería Civil y Agrícola de la Universidad Nacional de Colom-bia en Bogotá.

El glifosato es el químico más usado y comercializado en el mundo para esta clase de plan-tas. Inhibe una enzima que tiene relación con la fotosíntesis, lo que impide que crezca la maleza. También tiene aplicaciones en el proceso de maduración de la ca-ña, el café y los cultivos ilícitos, entre otros.

Por tal razón, la profesora Bus-tos lideró una investigación en la cual evaluó, durante todo un ciclo de cultivo (que es de cuatro me-ses), el contenido de glifosato y AMPA (subproducto de degrada-ción del herbicida) en muestras de suelos y aguas en el Distrito de Rie-go del Río Saldaña (Usosaldaña), zona arrocera del departamento de Tolima.

Igualmente, hizo dos mues-treos regionales para detectar su presencia en los cuerpos de agua

Glifosatono tiene fecha de caducidad

El Tolima es una de las principales zonas arroceras de Colombia. El buen manejo de los suelos es un reto para los agroindustriales.

de la región a los cuales llega el drenado de los cultivos de arroz.

Encontró las dos sustancias en algunas muestras de sedimentos (sólidos acumulados sobre la su-perficie terrestre). El trabajo fue financiado por la División de In-vestigaciones Biológicas de la UN y contó con la colaboración del Ideam.

Uso del herbicida

El estudio se hizo en terrenos en los cuales desde hace más de treinta años se cultiva arroz. “Estos tienen un uso intensivo, no se rotan y, por lo tanto, se desgastan a ritmo acelerado. De ahí que se hagan dos siembras al año y se aplique de forma intensiva glifosato (quema química) para limpiarlos y acabar con la maleza antes de cada una”, dice la investigadora.

Así se da paso a la producción del cereal. El proceso es vital por-que una de las malezas que más ataca al grano en esta región del Tolima es el arroz rojo.

Este es un dolor de cabeza para los agricultores porque afecta el rendimiento y la calidad de la

gramínea, pues compite con ella por agua, luz y nutrientes.

Destino del glifosato

Según los reportes agrícolas tradicionales, el herbicida es ab-sorbido por el suelo y queda inacti-vo. Asimismo, según la bibliografía, el tiempo de degradación del 50% de sus componentes activos (mo-léculas) es de 90 a 180 días. Pero la profesora Bustos halló que puede ser de hasta 300 días.

La investigación se centró en dos campos: el análisis de aguas y el de suelos. En cuanto al pri-mero, en el río no se encontraron vestigios de glifosato, aunque sí en los sedimentos de las quebradas aledañas.

Los residuos llegan al río Chen-che y luego van al río Magdalena. Sin embargo, se encontraron otros plaguicidas muy usados en la región, como el VHT, y rastros de plásticos.

En las quebradas se encon-tró presencia de benzofenona, compuesto esencial en fotoquími-ca orgánica, perfumería y, como reactivo, en síntesis orgánicas (por ejemplo, en filtros solares).

En cuanto al segundo, se es-timó el riesgo ambiental sobre el ecosistema epigeo (suelo superfi-cial) y sobre el hipogeo (los prime-ros cinco centímetros por debajo del suelo).

“Según los reportes, en este último tenemos un riesgo agudo medio que puede intoxicar a algu-nos organismos. En el epigeo y las aguas superficiales constatamos un riesgo muy alto de afectar al ecosistema”, destaca la experta.

Así, la investigación demostró que había presencia de glifosato. “Encontramos que con el tiempo vuelve a aparecer en concentra-ciones muy altas. La lógica indica que debería de quedarse fijo en un sitio y empezar a degradarse. Sin embargo, comprobamos que sus componentes activos empiezan a liberarse de nuevo porque entran en contacto con el fosfato que usan para fertilizar el suelo”.

Esto sucede, explica la cientí-fica, porque el glifosato contiene un grupo fosfato que, todo indica, comienza a competir con el que es aplicado. Como consecuencia, se produce un intercambio de nu-trientes y de otros elementos en el suelo que crearían las condiciones para que una cantidad considera-ble se reactive.

“Lo anterior evidencia que el herbicida se está acumulando en el suelo y podría tener otras con-secuencias. Una de ellas es causar fitotoxicidad, lo que significa que cuando se reactiva mata a la plan-ta”, advierte la docente.

Si sigue acumulándose, pue-de deteriorarse el suelo de baja productividad. Además, afecta a los microorganismos. Sin embargo, queda por estudiar el riesgo rela-cionado con la exposición de los alimentos.

La lógica indica que el glifosato debería de quedarse fijo en un sitio y empezar a degra-darse. Sin embargo, se comprobó que sus componentes activos empiezan a liberarse de nuevo porque entran en contacto con el fosfato que usan para fertilizar el suelo”.

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Si bien el Estado tiene el derecho de usar las muestras genéticas de los ciudadanos para investigaciones penales, en Colombia no existe una normativa que delimite los criterios para usarlas luego de que son almacenadas. Urge un tratamiento especial, pues, de por medio, están los derechos fundamentales de las personas.

Giovanni Clavijo Figueroa,Unimedios

Disponer de un sistema que almacene perfiles de ADN de per-sonas vinculadas a procesos ju-diciales, condenadas, víctimas de violación sexual o de desaparición forzada y familiares de personas desaparecidas puede resultar deci-sivo en una investigación o juicio.

Sin embargo, es necesario considerar dos aspectos. De un la-do, cómo implementar bases de datos genéticos de investigación criminal (BDG-IC) afecta los de-rechos fundamentales (entre los cuales se encuentran la intimidad, la integridad física y la libertad de movimiento).

De otro lado, se debe pensar en las implicaciones que tiene al-macenar y administrar perfiles de ADN, información que es consi-derada sensible por constituir un dato personal.

Según lo demostró Paola An-drea Paz Karaman en su tesis de maestría en Biociencias y Derecho, de la Facultad de Derecho y Cien-cias Políticas de la Universidad Na-cional de Colombia en Bogotá, la legislación colombiana no delimita los criterios para manejar este tipo de información, pues solo la regula dentro de un proceso penal.

Pero “¿qué pasa después con esas muestras genéticas almace-nadas?”. Esa fue la pregunta que se hizo la investigadora.

Falta legislación

En el país, la base de perfiles de ADN funciona en una platafor-ma denominada Codis, un soft-ware desarrollado por el FBI de EE. UU. para apoyar el Plan Colombia. El Laboratorio de Genética del Ins-tituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF), en

En el país, la toma de muestras de ADN y su uso en una investigación penal está regulado por la Ley 906 de 2004 (Código de Procedimiento Penal). Para investigaciones por desaparición forzada se aplica la Ley 1408 de 2010.

Archivos de ADN

sus sedes de Bogotá, Medellín y Cali, es el encargado de cotejar e ingresar los datos.

También están autorizados los Laboratorios del CTI de la Fiscalía (en Bogotá y Barranquilla) y el La-boratorio de Genética de la Dijín (en Bogotá).

La base de datos contiene seis tipos de índices: desaparecidos, sus familiares, personas vincu-ladas judicialmente a un hecho, condenados, mezclas y elementos de la escena del crimen (fluidos corporales, cabellos, vello púbico, semen, sangre u otro vestigio).

Sin embargo, su ingreso, bús-queda y eliminación no está regu-lada por una normativa de carácter nacional que proteja a los propie-tarios de la información.

“La genética, en cuanto cien-cia experimental, rebasa los límites normativos de un sistema social. No obstante, el almacenamiento de este tipo de datos requiere un marco jurídico que regule su ma-nejo, para garantizar los derechos de quienes se obtuvieron las mues-tras y la información asociada”, ad-vierte Paz.

En ese sentido, formula algu-nos interrogantes sobre la ausen-cia de una legislación al respecto. ¿El ordenamiento constitucional permite esta intromisión en el ám-bito de la privacidad? ¿A quién se le debe tomar la muestra biológica: al vinculado a un proceso, al impu-tado o al condenado? ¿Cuál es el organismo que debe administrarla, quién puede acceder a ella y según qué reglas o condiciones?

Información sensible

Paz halló que, hasta marzo del año 2012, en el país no había in-vestigaciones que resolvieran esta problemática, que podría llevar a que diversos derechos se vieran

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Según Paz: “A estos efectos, tanto Medicina Legal como el en-te investigador (Policía judicial, Fiscalía General de la Nación) de-ben tomar las medidas necesa-rias para no poner en riesgo los derechos de las personas. Debe darse protección desde la toma de la muestra biológica, durante su posterior análisis y extracción del ADN, hasta el almacenamiento y cotejos ulteriores”.

La propuesta normativa de la magíster de la UN contiene los si-guientes criterios de uso: ingreso, almacenamiento, búsqueda, eli-minación, acceso y rectificación y cesión de datos. Tales pasos permiten administrarla correcta-mente.

“Medicina Legal debe diseñar y reglamentar un manual que espe-cifique y delimite los procedimien-tos de los peritos involucrados en el proceso de toma de la muestra y su análisis subsiguiente”, declara la investigadora.

Es un asunto que debe ser dis-cutido en el Congreso de la Repú-blica, la sociedad civil y la acade-mia. “La protección de los datos de carácter personal repercute en el ejercicio efectivo de los derechos fundamentales y en tener una vida privada”, advierte.

Dueños de nuestro ADN

La mayor parte de los Estados europeos y algunos países de América Latina han implementado bases de datos de perfiles de ADN. Esto ha hecho necesarias las re-gulaciones de tipo normativo y técnico que faciliten su administración. En ellas, reposa información personal de ciudada-nos que gozan de la titularidad de su perfil genético, lo que los hace acreedores del derecho a conocer el tratamiento que se dará a sus datos personales.

afectados (por ejemplo, la integri-dad personal y a no declarar contra sí mismo).

“Al entregar la muestra de ADN, con fines judiciales, es in-dispensable firmar el Formato de Consentimiento Informado, para que exista un adecuado manejo del perfil almacenado”, advierte.

Sin embargo, indica que los factores limitantes están dados por el funcionamiento mismo del sis-tema de justicia. En este se impi-de el uso adecuado de los datos, en función de la identificación, en casos como el de las víctimas de desaparición forzada.

“El trabajo forense se ha lleva-do a cabo en medio del conflicto, lo que dificulta la labor. Otro in-conveniente se refleja en que Me-dicina Legal se niega a recibir las muestras de ADN obtenidas por el CTI en el lugar del crimen si estas no están relacionadas con un pre-sunto agresor”, detalla.

Por todo esto, es necesario dar un manejo claro, enmarcado en los estándares técnico-científicos ela-borados y aprobados por las socie-dades científicas internacionales de genética humana forense.

La experta destaca que, en el orden jurídico internacional y trans-nacional, sí existe regulación, lo que simplifica la negociación de acuerdos de coopera-ción entre Estados.

En los países de refe-rencia del estudio (Reino Unido, España y Argen-tina), la reglamentación deja claro que no es sufi-ciente el consentimiento informado por parte del titular de la muestra y de los datos, sino que tam-bién se requiere una or-den judicial para tomarla (con algunas excepcio-nes según la normativa nacional respectiva).

de uso forense carecen de regulación

Ciencia y tecnología

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Equipo determina si gafas filtranla radiación ultravioleta

Los pacientes o personas que utilizan lentes para protegerse del sol ahora podrán co-nocer si estos en realidad atenúan esta radiación, que causa enfermedades cutáneas y oculares. Científicos de la Universidad Nacional de Colombia desarrollaron un equipo ágil y portátil que, instantáneamente, estima el porcentaje de la que los traspasa.

Harrison Rentería,Unimedios

¿Desconfía de los lentes co-merciales de protección visual? Si es así, ahora podrá estar más tranquilo, gracias a un medidor de transmitencia de radiación ultra-violeta (la cantidad de esta energía que los atraviesa) desarrollado por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia en Mede-llín.

El equipo, informan sus auto-res, permite analizar los rayos sola-res de manera precisa, a fin de que los usuarios, en el momento de la compra o la formulación, tengan la certeza de que sus ojos no recibi-rán más del 4% de radiación, pues una cantidad más alta trae compli-caciones para la salud visual.

El profesor Álvaro Bastidas, in-vestigador principal y director del Grupo de Láseres y Espectroscopía Óptica (GLEO), destaca que el va-lor agregado del medidor es que es portátil y está respaldado por todo el rigor científico de la UN. Ade-más, dice, hay muy pocos de esa calidad a nivel mundial.

Su uso es tan sencillo como verificar si un billete es falso. En cualquier tienda, centro oftalmo-lógico o planta de producción po-drán utilizar el sistema, que, de inmediato, da una respuesta sobre la calidad del producto.

Según el índice UV solar mun-dial (IUV, un indicador de la capa-cidad del sol para producir lesio-nes), cuando hay una exposición de intervalos mayores de siete se-gundos, se pueden presentar efec-tos nocivos sobre la salud.

Por tanto, poder hacer unas me-diciones confiables y seguras ayuda-rá a contrarrestar el problema.

Situación de la salud visualpor radiación

El cáncer cutáneo es causado por la exposición a radiaciones ultravioleta (UV), procedentes del sol o de fuentes artificia-les (como las camas de bronceado).

En el año 2000, en el mundo se diag-nosticaron 200.000 casos de melanoma maligno y hubo 65.000 defunciones rela-cionadas con este tipo de cáncer.

Es probable que la exposición excesi-va de los niños y adolescentes a los rayos solares incida en la aparición del cáncer en una etapa posterior de la vida.

La protección solar se recomienda cuando el índice de radiación ultravioleta es de tres o mayor.

Tecnología de avanzada

El profesor Bastidas indica que “el equipo tiene unas di-mensiones que no superan los diez centímetros cúbicos de vo-lumen y es liviano, compacto y autónomo”. Esto, en términos comerciales y de practicidad pa-ra el uso cotidiano, es de suma trascendencia.

Para evaluar el comporta-miento de las propiedades de la radiación ultravioleta, el hom-bre ha explorado longitudes de ondas grandes (radiales, de mi-croondas e infrarrojas). Pero los avances en un rango más fino, como el de las ultravioleta, son relativamente recientes.

Por tal razón, los investi-gadores de la UN crearon un instrumento que contiene una fuente de luz especializada muy fiel a los componentes espec-trales del sol (radiación directa y difusa).

La intensidad de dicha fuen-te es controlada por una estruc-tura electrónica exclusiva, desa-rrollada por los científicos de la UN, que se encarga de recoger información de unos sensores que envían la señal tan pronto se ubica el lente que se va a probar.

Luego, un microcontrolador efectúa un procesamiento esta-dístico interno para calcular el porcentaje de transmitencia, que puede visualizarse fácilmente en una pantalla.

Hernando Ávila, gerente re-gional de Shamir Optical Indus-try (compañía internacional que comercializa elementos ópticos), celebra que el trabajo de la UN abra la posibilidad de “tener una medida más objetiva de cómo se está comportando la radiación ultravioleta en pacientes que usan gafas”.

Asegura que su mercado evoluciona permanente, pero se desconoce si en realidad son efectivos o qué tanto lo son.

“Unos lentes pueden no funcionar igual en Medellín que en Cartagena; pues, cuanto más alto esté el sol en el cielo, más intensa es esta radiación, un as-pecto desconocido por los con-sumidores”.

Lo mismo ocurre con los lentes Transition, por cuanto son materiales importados y están-dar que no tienen en cuenta las variaciones de altitud, por lo me-nos no para Colombia.

Problema mundial

Habida cuenta de que enfer-medades cancerígenas, cataratas

y otras patologías de la visión es-tán en aumento, la contribución científica de la UN se constituye en una revolución tecnológica de alto impacto en la salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que “18 millones de personas en el mun-do han quedado ciegas a causa de las cataratas; y, en números redondos, el 5% de la carga de morbilidad relacionada con di-cho mal se puede atribuir di-rectamente a la exposición a las radiaciones ultravioleta”.

El profesor Bastidas asegura que trabajó en este avance tec-nológico para responder a una sentida necesidad de la industria óptica.

Los resultados son tan sa-tisfactorios que el grupo tiene la capacidad de hacer evaluaciones de alta calidad, incluso del mis-mo nivel que el de las hechas con los equipos fabricados en Europa y Estados Unidos, que son de punta.

La investigación, que se adelantó en la Facultad de Ciencias de la UN en Mede-llín, obtuvo recientemente la patente de la Superintenden-cia de Industria y Comercio de Colombia. Es un ejemplo de la cooperación entre empresa privada y academia.

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Peces mejor nutridoscon vísceras de pollo

Los altos costos de las materias primas de los concentrados para la piscicultura son el talón de Aquiles para fabricantes y productores. Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia encontraron en los desechos de la industria avícola una opción rentable y ecológica para suplir el requerimiento proteínico de dicha alimentación.

Jeinst Campo Rivera,Unimedios

Encontrar insumos buenos y asequibles para elaborar alimentos balanceados para los peces es una de las barreras que enfrentan los piscicultores del país. Los concen-trados que ofrece el mercado exhi-ben una calidad deficiente, y sus precios crecen constantemente.

Entre abril del año 2002 y mar-zo del año 2003, los costos de pro-ducción aumentaron de 2.263 dó-lares a 2.959. Los precios pagados al productor de pescado aumenta-ron un 7%, mientras que los costos del concentrado crecieron un 11%.

Según el Observatorio Agro-cadenas Colombia, a pesar de que el alimento balanceado es fabrica-do por empresas instaladas en el país, la mayor parte de las materias primas para elaborarlos (torta de soya, salvado de trigo y almidón de yuca, entre otras) se obtienen del mercado internacional.

Por tal motivo, científicos de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira adelantaron una inves-tigación para evaluar la viabilidad biológica y económica de las vísce-ras blancas de pollo (consideradas desecho por la industria avícola) como fuente alimenticia de la ca-chama, la segunda especie más producida en el país.

El profesor José Ader Gómez, doctor en Ciencia Animal y docen-te de la UN en Palmira, señala que un problema particular de la ali-mentación animal es la provisión de proteínas, debido a la limitada disponibilidad de insumos ricos en ellas y su alto costo.

Según Cristóbal Botero, biólo-go marino integrante del proyec-to, “tales vísceras, por ejemplo, se pueden convertir en una alternati-va de reciclaje de nutrientes, como fuente de proteínas para peces y como estrategia de disminución de los costos”.

Poder aprovecharlas no es solo un aporte para el sector piscícola, sino también para la industria aví-cola colombiana, pues el 8% de las 1.066.942 toneladas de su produc-ción del año 2010 correspondió a este subproducto.

Sector incipiente,pero prometedor

En Colombia, la piscicultura es una fuente alternativa de empleo rural. Según cifras del Ministerio de Agricultura, alcanzó, en el año 2003, la cantidad de 1.820.342 jornales, equi-valentes a 10.343 empleos.

Esta cifra es poco significativa si se la compara, en el mismo año, con el empleo directo producido por los cultivos de maíz (119.332), palma africana (92.290), cacao (56.806) y algodón (19.141).

No obstante, registra un mayor número de empleo que la camaronicultura (5.937) y la siembra de soya (4.966). Además, se-gún algunos piscicultores, la mano de obra utilizada en cultivos de mediana y pequeña extensión es, por lo general, familiar.

A pesar de que el alimento balanceado para peces es fabricado por empresas nacionales, la mayor parte de sus materias primas se obtienen del mercado internacional.

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En busca de proteína

Para conocer si es ade-cuado, los investigadores ela-boraron cuatro mezclas con diferentes niveles de adición de vísceras blancas de pollo (10%, 20%, 30% y 40%) y cinco tiempos de fermentación: 1, 3, 7, 14 y 21 días.

“A estos llamados núcleos se les efectuaron análisis or-ganolépticos (de sabor y olor), químicos (medición del pH mediante potenciómetro en diferentes tiempos), bromato-lógicos y bacteriológicos (re-cuento de microorganismos). Los niveles de 10%, 20% y 30% presentaron los mejores re-sultados. Por tal razón, fueron escogidos para ser usados en la prueba de digestibilidad en vivo”, precisa el profesor Gó-mez.

En esa prueba, diseñaron cuatro tratamientos experi-mentales: tres con los nive-

les de adición seleccionados (10%, 20% y 30%, respectiva-mente) y uno de control (0% de vísceras). Así, evaluaron su desempeño nutricional en hí-bridos de cachama con un pe-so promedio de 277 gramos.

Al final, informa Botero, “se pudo establecer que es un producto inocuo que puede ser utilizado sin ningún pro-blema para alimentar peces, pues carece de población mi-crobiana contaminante (no muestra presencia ni de coli-formes ni de salmonela)”.

Igualmente, las mezclas son de buena calidad, por cuanto alcanzan los niveles de pH ideales (por debajo de 4,5) en corto tiempo (tres días) y logran un olor y color agrada-bles, o ligeramente agradables, entre el tercer y el séptimo día de fermentación.

El profesor Gómez cuen-ta, además, que la digestibi-lidad de las proteínas, los lí-pidos y la energía fue cercana al 90%, un nivel alto que no

varió significativamente entre los diferentes tratamientos.

Aporte económico

Los expertos aseguran que, al aumentar la adición de vísceras blancas de pollo, los costos de fabricación se redu-cen en un 40% con respecto al valor de un concentrado co-mercial. Por eso, es una opción económicamente viable y eco-lógicamente sostenible.

“Buscamos demostrar que esta tecnología es sencilla, de bajo costo, escasa mano de obra y que permite reciclar nu-trientes”, concluye el profesor.

En Colombia, el creci-miento de la acuicultura en el periodo 1985-2010 fue po-sitivo: creció a un 20,44% anual promedio (al pasar de 572 toneladas en 1985 a cerca de 73.000 en el año 2010). No obstante, ha sido menos ace-lerado que en otros países de América Latina.

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Los mares colombianos albergan gran cantidad de objetos anti-guos que forman parte del patrimonio sumergido. Con la nueva ley, aprobada el 20 de junio pasado, muchos vestigios dejan de estar protegidos y podrían ser comercializados.

Lina Leal,Unimedios

El 1 de noviembre de 1605, parte de la flota del Tierra Firme zarpó de Cartagena de Indias rum-bo a La Habana, al mando del ge-neral Luis Felipe de Córdova. La escuadra incluyó los galeones San Roque, Santo Domingo, San Am-brosio, Nuestra Señora de Begoña y otros cuatro más.

Cargaban 80 toneladas de oro, 50 de plata, 70 kilos de esmeraldas y otros valores extraídos del nuevo continente. Al sexto día de via-je, durante el amanecer, intensos vientos –originados tras un hura-cán– desviaron a las embarcacio-nes, les ocasionaron daños graves e hicieron que cuatro de ellas nau-fragaran en aguas colombianas.

Además de esta flota, se han hecho más de 350 hallazgos ar-queológicos en los mares colom-bianos, indica Carlos del Cairo, antropólogo de la Universidad Na-cional de Colombia y director de la Fundación Terra Firme.

Precisa que estos incluyen restos de fortificaciones, obras de ingeniería, basureros arqueológi-cos y sitios prehispánicos que hoy están bajo el agua por la elevación del mar. “Un universo grande que trasciende los naufragios”.

Desde esos barcos se tira-ban cañones, platos, recipientes y cubiertos, entre otros utensilios. Asimismo, los indígenas lanzaban objetos ceremoniales hechos de metal, hueso, madera o barro que podrían ayudar a comprender sus culturas.

Bajo el mar pueden existir ca-sas y calles de hace más de un siglo, como la gran muralla de piedra, que los españoles construyeron en Bocagrande (Cartagena) para de-fender el puerto y a la isla de Tierra Bomba —que evitaba la entrada de barcos enemigos (una obra de ingeniería única sumergida en el litoral atlántico)—.

“Pueden existir puentes muy antiguos o restos de castillos o de puertos que aún se desconocen”, añade Del Cairo.

Patrimonio sumergido,

¿Dinero o patrimonio?

Cada pieza hace parte del pa-trimonio cultural sumergido del país y es crucial para la reconstruc-ción histórica.

No obstante, Juan Felipe Pérez, antropólogo de la UN, director de la Fundación Proyecto Navío y autor de Naufragios y puertos marítimos en el Caribe colombiano, denuncia que no se ha podido hacer enten-der que, en agua o en tierra, todo es patrimonio. Por eso, se cree que lo que está en tierra es arqueológico, pero que lo sumergido es dinero.

Por tal creencia, se mantuvo una discusión de más de tres déca-das sobre el “rescate” de los navíos hundidos, pues –según la leyenda– albergarían tesoros inmensos.

Al respecto, aclara que la ma-yoría de elementos transportados eran materiales sin valor moneta-rio. Considerarlos riqueza o tesoros implica negarles su carácter pa-trimonial, que les da un valor his-tórico y cultural, y no el de bienes cambiables y comercializables.

La reglamentación

La confusión duró hasta que el pasado 20 de junio se aprobó una ley al respecto. Según el Ministe-rio de Cultura, le permitirá al país fortalecer la protección porque lo declara parte de su soberanía y lo incorpora de manera autónoma.

Pero el debate persiste, pues la ley excluye de ser patrimonio sumergido a los bienes de menos de cien años.

Y eso, según la profesora Marta Zambrano, directora del Departa-mento de Antropología de la UN en Bogotá, riñe con la noción de patrimonio cultural consagrada

por el Estado, en línea con la Cons-titución y las Leyes 397 de 1997 y 1185 de 2008; que dictan que los bienes y las manifestaciones cultu-rales forman parte de la identidad nacional.

“No se entiende por qué el patrimonio sumergido debe ser exceptuado en estas leyes, que no excluyen los bienes y manifesta-ciones patrimoniales por tiempo o procedencia geográfica o territo-rial. Su aprobación supone y exige modificar tres artículos de la Cons-titución (63, 70 y 72), que declaran que el patrimonio arqueológico de la nación es inalienable, im-prescriptible e inembargable”, se manifiesta en un documento del Departamento que fue enviado el pasado 11 de junio a sus principa-les promotores.

En el caso de bienes contem-plados como susceptibles de de-claración patrimonial (de hundi-mientos, naufragios o echazones de más de cien años), la profesora arguye que la norma es “incon-sistente porque dicta que solo los bienes singulares o no repetidos ni repetibles serán parte del patrimo-nio cultural sumergido”.

Por ende, de ser halladas cien monedas de oro o plata, se abre pa-so para que parte de ellas se venda o funda.

El Ministerio de Cultura asegu-ra que este patrimonio debe tratar-se de manera diferente al terrestre, porque, al estar a más de doscien-tos metros de profundidad, no es posible extraerlo sin recursos tec-nológicos.

En consecuencia, se podrían contratar empresas que posean tecnología especial y que, a cam-bio, obtendrían el 50% de lo ex-traído. En caso de no ser piezas

únicas o protegidas, se dividirían en partes iguales.

Del Cairo advierte: “Existe un viso de inconstitucionalidad al tra-tar de dividir el patrimonio, porque se fomenta el saqueo, la fragmen-tación y la destrucción de sitios arqueológicos. Estas empresas po-drán sacar del país los objetos y venderlos. Su aprobación es total-mente nociva”.

Pérez añade que, si la ley se aplicara en tierra, en unos años sería factible comercializar piezas del Museo del Oro como bienes “repetidos y repetibles”.

Ernesto Montenegro, subdirec-tor científico del Instituto Colom-biano de Antropología e Historia (ICANH) —entidad que participó en la elaboración de la ley y aban-dera la protección del patrimonio nacional—, la defiende.

En el programa UN Análisis de UN Radio afirmó que es decisivo su aporte con respecto a la so-beranía de los bienes, al contexto arqueológico como parte del pa-trimonio cultural y a la posibilidad de establecer zonas subacuáticas protegidas.

Asimismo, destacó la prioridad que le otorga a la exploración e in-tervención por parte de entidades públicas, como las universidades, “siempre y cuando tengan las capa-cidades humanas y tecnológicas” o se alíen con empresas que posean la tecnología.

En últimas, el profesor Monte-negro la considera un avance en la materia. Pero la profesora Zambra-no contrapuntea: “Es cierto que ne-cesitamos una legislación de patri-monio sumergido. El problema es cómo la hacemos. Esta ley va a ser demandada porque tiene muchos visos de inconstitucionalidad”.

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Ascenso social no es suficiente

para acabar el racismoLas profesiones liberales –principalmente medicina, derecho y docencia– han perdi-do fuerza como canales de movilidad. En cambio, persisten las actividades ligadas a lo corporal.

Alberto Fernández R.,Unimedios

En Colombia, el color de la piel sigue siendo importante. Solo así se explica que, mientras la vir-tuosa Teresita Gómez toca el pia-no, muchos se concentran en su apariencia. Les sorprende que una “negra” interprete música clásica mejor que muchos blancos.

Su historia es un claro ejem-plo de la relación entre ascenso social y raza. Fue adoptada por los conserjes de la Escuela de Bellas Artes de Medellín, estudió música y se convirtió en una destacada pianista. Aun así, no ha escapado al racismo.

Mara Viveros, de la Escuela de Estudios de Género de la Univer-sidad Nacional de Colombia en Bogotá, señala que “las personas negras que ascienden socialmente también son víctimas de racismo y enfrentan problemas de discrimi-nación, incluso si ocupan un lugar social destacado”.

Esta es una de las principales conclusiones de la investigación que un grupo de académicos de la UN, liderados por la profesora Viveros, adelantó sobre el surgi-miento y participación de las cla-ses medias negras en la vida na-cional colombiana entre los años 1920 y 2000.

Para ello, evaluaron los dife-rentes canales de movilidad social en la isla de San Andrés y en las ciudades de Cartagena y Quibdó a través de entrevistas, árboles ge-nealógicos, ejercicios con fotogra-fías familiares y revisión de prensa. Este trabajo da continuidad a un programa de estudios que comen-zó con la comparación de los casos de Bogotá y Cali en el año 2008.

Si bien el ascenso social no soluciona el racismo, según el co-investigador Franklin Gil, “es in-dispensable visibilizar este proce-so y multiplicar las representacio-nes que se tienen de las personas negras”.

Esta etapa antecede a la ne-cesidad de transformar de manera más ambiciosa la sociedad en los órdenes racial y de clase.

La promesa de la educación

Según el censo nacional hecho por el Departamento Administra-tivo Nacional de Estadísticas (DA-NE) en el año 2005, el 10,62% de los cerca de 42 millones de colom-bianos se identifican como afroco-lombianos.

Esa categoría reúne, principal-mente, a cuatro grupos: las co-munidades negras ubicadas en la región del Pacífico; los raizales del Archipiélago de San Andrés, Provi-dencia y Santa Catalina; los habi-tantes de San Basilio de Palenque, en Bolívar; y la población que vive en las zonas urbanas.

Los académicos señalan que, sobre todo para la gente negra del Pacífico, las profesiones liberales –principalmente derecho, medici-na y docencia– fueron nichos de trabajo considerables entre los años cuarenta y ochenta del siglo pasado.

Esto supuso grandes esfuerzos familiares para que al menos uno de sus miembros accediera a la universidad, que se justificaban en la promesa de mayores niveles de bienestar.

Lo anterior se refleja, por ejem-plo, en el porcentaje de personas con educación superior en Quibdó, que es del 12,5%. La capital de Cho-có supera la media nacional (7%) y a ciudades como Medellín y Cali (ambas con el 9,5%).

Pero esa promesa cada vez se cumple menos. “Se observa que algunas de esas familias alcanza-ron cierto confort material y pu-

dieron educar a una generación importante de hijos. Pero

sus descendientes, las generaciones más nue-vas, no necesariamente tienen esa posibilidad debido a las adversas condiciones econó-micas”, señala Gil.

Aunque es-tán calificados, las continuas crisis dificultan que las personas ne-gras se vinculen al mercado labo-ral. En otras pa-labras, el esfuerzo

por instruirse no siempre se ve re-

compensado.

La consecuen-cia, según Viveros, es que “la educación, aun-que sigue siendo un requi-sito, ha perdido fuerza como factor de movilidad social”.

Este panorama se com-pleta con los obstáculos para integrarse a otros sectores co-mo el empresarial, canal que permite un ascenso de gru-po y mayor acumulación. Los investigadores dicen que esto se debe a que históricamente la gente negra ha carecido de la cre-dibilidad y de las redes sociales que se requieren en los negocios.

El efecto observado es el de-crecimiento de las clases medias, sobre todo en los últimos diez años. Los académicos señalan la existencia de estudios naciona-les e internacionales recientes que dan cuenta de un declive de su calidad de vida.

El cuerpo como diferencia

Entre los canales tradicionales de ascenso social que aún persis-ten están el deporte, la belleza y las artes. Todas son profesiones y acti-vidades relacionadas con el cuerpo o en las que la diferencia cultural es decisiva.

Precisamente, apunta Viveros, gran parte de la gente negra exitosa se desempeña en estos campos. Se trata de personas que viven en la ciudad y tienen un alto capital escolar, social y, en algunos casos, físico al encarnar modelos desea-bles de belleza.

“Son un grupo muy pequeño, sobreseleccionado si se quiere, que incluso puede vivir mejor que la gente blanco-mestiza con el mis-mo nivel educativo”, detalla.

De todos modos, estos secto-res tienen en común con el resto de la población negra, en su mayoría proletarizada, que pueden ser ob-jeto de racismo.

Por ejemplo, el análisis de prensa hecho por Pietro Pisano para el estudio muestra que el caso de Teresita Gómez se representaba como extraordinario. Así, se insi-nuaba una supuesta incompati-bilidad entre su color de piel y la música clásica.

Una posible explicación esta-ría en la “naturaleza” de los cam-pos en los cuales se les ha permiti-do destacarse.

Gil explica que, en el sistema de jerarquías de Occidente, en el cual lo intelectual es superior a lo corporal, el grupo dominante se identifica con la mente y el domi-nado, con el cuerpo. La experiencia de la esclavización es central en esta distribución, cuando se les re-duce a cuerpos que trabajan.

El examen de los sectores me-dios expresa una tensión que Vive-ros describe así: “Se están abrien-do unos espacios sociales para la gente negra, ligados al multicul-turalismo. Pero la persistencia de la discriminación funciona como una especie de filtro que evita que lleguen demasiados a lugares des-tacados y asegura que permanezca la jerarquía racial”.

Aunque su deseo es que cada vez más personas negras superen la pobreza, los investigadores con-cluyen que el aumento de las cla-ses medias negras no acabará con las desigualdades raciales si la so-ciedad no se interesa en terminar con el problema.

En síntesis, el ascenso social, por sí solo, no acaba el racismo.Fo

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La educación, aunque sigue siendo un requisito, ha perdido fuerza como factor de movilidad social.

Investigadores de la UN rastrearon el surgimiento y participación de las clases medias negras en Colombia entre los años 1920 y 2000.

Sociedad

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Sociedad

Matoneo escolar: En el caso de dos localidades de Bogotá, este fenómeno, que a diario afecta a estudiantes de todo el mundo, no dife-rencia estratos sociales, cursos o instituciones académicas y adquiere visos epidémicos. El panorama es inquietante, pues significa la reproducción de la violencia.

Lina Leal,Unimedios

Todos los días sus compañe-ros la llamaban “cara de perro” y, en ocasiones, le lanzaban huesos u otros objetos propios de los ca-ninos. Juanita Pérez decidió en-tonces no regresar a su colegio. Sin embargo, su padre la obligó a asistir sin preguntar razones.

Ese día, tras permanecer en la Institución durante toda la jornada y ser víctima nuevamente de acoso, al llegar a casa trató de agredirse y atentar contra su vida.

Como Juanita, cada vez son más los niños y adolescentes que a diario se ven sometidos a mato-neo escolar en Colombia y en el mundo.

Según el experto noruego Dan Olweus –pionero en estudios de intimidación–, se define como el maltrato o agresión de la que es objeto un niño por parte de otro u otros estudiantes, de manera siste-mática y repetida.

Edilberto Cepeda Cuervo, pro-fesor del Departamento de Esta-dística de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, lideró una investigación con 3.226 estudian-tes, entre los 10 y 20 años, de ins-tituciones educativas oficiales de la localidad de Ciudad Bolívar. Les hizo una encuesta de 22 ítems rela-cionados con situaciones de acoso o matoneo que se pueden presen-tar en su entorno.

Las estadísticas obtenidas re-velan que el 11,5% de los jóvenes es víctima frecuente de actos de violencia escolar y que estos se dan con independencia del nivel socioeconómico: en todos los es-tratos considerados (1, 2 y 3) se presentan con la misma intensidad y frecuencia.

No obstante, sí resultan de-pendientes del grado escolar, pues los alumnos que con más recu-rrencia son objeto de ellas cursan los grados séptimo, octavo y nove-no, mientras que en décimo y once los casos disminuyen.

Así puede apreciarse en la fi-gura, en donde valores grandes del índice indican que los alumnos son víctimas frecuentes de varias de las clases de acoso consideradas.

La investigación demuestra que la exclusión se presenta con frecuencia en el 13,7% de los alum-nos y, algunas veces, en el 25,91%. Esta es una de las figuras de mato-neo más comunes.

También son altamente recu-rrentes las burlas sobre el aspecto físico (el 11,50% de los estudian-tes son víctimas con frecuencia y el 35,96%, algunas veces), el uso de apodos (el 26,10% lo son con frecuencia y el 30,04%, algunas veces), la humillación en público y las burlas (el 17,79% lo son con frecuencia y el 23,71%, algunas veces).

¿Qué pasa con el victimario?

Un análisis de Julio Calderón Moncayo, magíster en Educación de la UN, identifica el escenario de las agresiones. Estas se presentan con mayor frecuencia en los hora-

huella del maltrato familiar

rios de clase, en el 55% de los casos, y directamente en los salones, en el 60% (muestra de 200 encuestas y 20 entrevistas).

En tales circunstancias, ad-vierte el profesor Cepeda: “posi-blemente el niño acosado termina saliendo rápidamente del sistema educativo; el que queda es el que ha llevado su vida académica tran-quila”.

Por otra parte, asegura que también se debe prestar atención al victimario, para reconocer sus pro-blemas y establecer qué lo mueve a agredir a sus compañeros.

Para obtener mayor informa-ción al respecto, el profesor Cepeda –con el apoyo de las estadísticas Evelyn Moncada-Sánchez y Viviana P. Álvarez– determinó el nivel de violencia intrafamiliar que viven los estudiantes de los colegios eva-luados en Ciudad Bolívar.

Encontró que un alto porcen-taje de ellos tiene dificultades en los procesos de comunicación con sus padres y siente rechazo y falta de amor de parte de algunos de los miembros de su hogar.

Los datos evidencian que un 28,4% de los encuestados es víc-tima de más de veinte clases de situaciones de violencia y que un 35% vive en ambientes familiares caracterizados por altos niveles de rudeza.

Los adolescentes que sostie-nen ser maltratados físicamen-te cursan mayormente los grados séptimo y octavo. Según concluyen los investigadores: “esto muestra

que un alto porcentaje de la comu-nidad estudiantil de la localidad de Ciudad Bolívar está afectada por frecuentes e intensas condiciones de agresión intrafamiliar”.

Violencia genera violencia

De otro lado, en el barrio Codi-to, Calderón halló que este tipo de problemáticas familiares parecen incidir directamente en la repro-ducción de acciones como el ma-toneo en el espacio escolar.

Es el caso de un estudiante de bachillerato de 1,70 de estatura, cuyo liderazgo lo ubica como un punto de referencia para sus com-pañeros y es identificado como la persona que más ejerce burlas y acoso.

No obstante, él reconoce en entrevista que tiene problemas sig-nificativos con su madre. Según los maestros, lo anterior repercute directamente en las relaciones de acoso que ha establecido con sus compañeros.

Y, sin querer exculpar a la insti-tución educativa en el desarrollo de los niños y adolescentes, Calderón advierte:

“La escuela no puede cumplir, así lo desee, el papel natural de la familia. Cuando un niño o adoles-cente –sin importar su condición socioeconómica– no recibe el cui-dado y el afecto necesarios para su desarrollo personal, algo sucede con este ser en desarrollo. En la escuela, reproduce las percepcio-nes que tiene en su cotidianidad,

se impacta y tramite sus triunfos, derrotas, ideologías, amores y des-amores. Un sujeto comunica al otro su realidad y su forma de ver el mundo, construidas a su vez en la formación radical y en la cir-culación del afecto en el entorno familiar.”

Así, destaca que la mayoría de colegios (sino todos) sirven de es-pacio para dichas formas de vio-lencia (no obstante la escuela no es solo un escenario de violencia), que sumado a escenarios como la familia y el barrio, entre otros, se retroalimentan constantemente en diferentes escenarios.

“Los niños las construyen y/o deconstruyen en sus estructuras simbólicas a través de dinámicas diarias, o las perpetúan mediante acciones como las del matoneo, que se convierten en hábitos socia-les y en formas comunes de relacio-narse. A través de la aceptación de las conductas de acoso como una forma de socialización (violenta), el matoneo se transforma en un régimen de verdad y de visibilidad, pues controla mental, física y so-cialmente”.

Tras estos resultados, el profe-sor Cepeda advierte que los docen-tes de los colegios del país deben tener un conocimiento claro de qué es el acoso escolar o matoneo, deben saber identificarlo y deben reconocer los casos que se dan, a fin de reaccionar oportunamente, pues “la sociedad no puede pro-gresar cuando sus niños son mal-tratados”.

El 11,5% de los jóvenes es víctima frecuente de actos de violencia escolar.

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Políticas públicas asfixian a las mipymes

A pesar de que en Colombia el 96,4% de las empresas son micro, pequeñas y medianas, las políticas actuales de financiación, co-mercio exterior, innovación y formalización contribuyen a que, de cada diez de ellas, siete mueran durante el primer año. Una inves-tigación de la UN propone cambiar radicalmente este panorama.

Economía

Jeinst Campo Rivera,Unimedios

Según la Encuesta Anual Ma-nufacturera, el peso de las mipymes (micro, pequeñas y medianas em-presas) en el panorama colombia-no es fundamental: representan el 96,4% de la industria del país, cerca del 63% del empleo, el 45% de la producción manufacturera, el 40% de los salarios y el 37% del va-lor agregado. En total, son 650.000 empresarios los que contribuyen al sistema de seguridad social.

Sin embargo, siete de cada diez mueren durante sus primeros años de existencia. Un estudio de la Fa-cultad de Ingeniería y Administra-ción de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira evidencia que, si existieran políticas públicas eficientes, buena parte de dichas mipymes no cerraría.

La investigación, que uso in-dicadores de hasta el 30 de abril pasado, se encargó de identificar, caracterizar y analizar las actuales políticas públicas, para lo cual se remitió a fuentes oficiales (Minis-terio de Comercio, Industria y Tu-rismo; Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio; Depar-tamento Administrativo Nacional de Estadística, entre otras). El re-sultado fue una serie de estrate-gias encaminadas a enfrentar el problema.

Políticas deficientes

A partir del año 2004, en la Ley 905 se estableció la política nacional de mipymes, que definió su concepto y creó proyectos enca-minados a apoyarlas.

La profesora Alexandra Euge-nia Arellano, doctora en Ingeniería de Producción de la Universidad de São Paulo y directora del estu-dio, dice que las políticas no han suplido las necesidades reales y que el problema no es su ausencia, sino su deficiencia.

“Luego del análisis encontra-mos muchos problemas en su fun-cionamiento. El primer factor limi-tante es el acceso a la información de los microempresarios. La poca que existe se encuentra en plata-formas virtuales complejas que les causan dificultades, pues la mayor parte de ellos no tiene formación en tecnologías”, sostiene.

Además, indica, en aspectos cruciales (que van desde el acceso a créditos, la formalización y el co-mercio exterior hasta la innovación y el sostenimiento), las políticas tienen grandes falencias.

Financiación y formalización

El estudio muestra que las mi-pymes no usan los sistemas de cré-dito que les ofrece el Gobierno, de-bido a que, por la intermediación, los intereses son exageradamente altos y hay muchos requisitos.

“Para que los empresarios puedan acceder a los créditos ne-cesitan un respaldo financiero en haberes bancarios, una interme-diación fiduciaria (contar activos fijos establecidos) y cumplir con una cadena interminable de requi-sitos insertos en una plataforma virtual que muchos desconocen. Existe la política pública. Pero, a la hora de la verdad, los únicos que acceden a ellos son las compañías medianas y aquellas que pertene-cen a los grandes grupos empresa-riales, que tienen un gran sustento financiero”, precisa la profesora Arellano.

Asimismo, la política de for-malización también cojea. Según Jesús David Perdomo, del Grupo de Estudios en Gestión Empresarial, Tecnología, Innovación y Conoci-miento (Getic), que realizó el estu-dio, cerca del 70% de las microem-presas operan en la informalidad, pues los impuestos que deben pa-gar si están formalizadas no son calculados de manera acorde con sus capacidades.

“Esta política las incentiva a tributar como se debe. Y eso no está mal. Pero, cuando las pequeñas y medianas empresas comienzan el proceso, desaparecen porque no hay una estructura para que asu-

man tal carga tributaria: casi un 40% de sus ingresos debe ir a im-puestos”, dice Perdomo.

Aquellos que alcanzan a for-malizarse y comienzan a tributar sufren para salir adelante porque semejante porcentaje les hace un daño enorme. Por eso, desaparecen con el tiempo.

Comercio exterior e innovación

Oficialmente, solo existen las anteriores dos políticas públicas para las mipymes, que desde el comienzo no fueron bien pensadas para este segmento empresarial.

“En cuanto a las iniciativas de innovación, ligadas a Colciencias (entidad encargada de ejecutar la política pública en esta materia), las nacientes mipymes tienen una estructura que no les permite for-mular un buen proyecto para ac-ceder a las convocatorias, que son exigentes”, señala la docente Are-llano.

Esta ineficiencia las deja en una desventaja abismal frente a los TLC. En cambio, en países como Estados Unidos se impulsan meca-nismos claros de protección de sus mercados y ámbitos de actividad, dicen los expertos.

Propuestas para considerar

Los investigadores proponen reformas estructurales que benefi-cien al sector, plantean implemen-tar planes, programas y proyectos transversales.

“Se debe procurar, de primera mano, un inventario claro de las políticas existentes, sus aplicacio-nes, requisitos de acceso, uso y todas las condiciones para fortale-cerlas”, afirma Perdomo.

Por eso, proponen establecer un modelo de gobierno integral que garantice la inclusión y parti-cipación de todos los actores, que deben ser estudiados para estruc-turar las políticas generales.

Además, plantean consolidar la relación estratégica academia-empresa-Estado, por cuanto nin-guna política puede construirse de manera individual, sino reuniendo a representantes de todos los secto-res sociales y económicos.

También proponen crear un diagrama que ofrezca una propues-ta de desarrollo integral, a través de planes, programas y proyectos que van desde la creación partici-pativa e incluyente de las políticas públicas en Colombia hasta el for-talecimiento de los programas de investigación.

La ineficiencia de las políticas para las mipymes las deja en una desventaja abismal frente a los TLC.

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23Reseñas

Información: 316 5290, extensiones 17638 y [email protected] • Oficina de Promoción y Mercadeo de la Editorial UN

Locomotoras normativas anti-ambientales:algunos análisis de caso por afectación

a derechos colectivos y ambientalesGrupo de Investigación en Derechos Colectivos y Ambientales - GIDCA

Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, sede BogotáUniversidad Nacional de Colombia

Vanguardia y antivanguardia en la críticay en las publicaciones culturales colombianas

de los años veinteJineth Ardila Ariza

Facultad de Ciencias Humanas, sede BogotáUniversidad Nacional de Colombia

El siglo XVIII americano.Estudios de historia colonial

Editores: Ana Catalina Reyes Cárdenas, Juan David Montoya Guzmány Sebastián Gómez González.

Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, sede MedellínUniversidad Nacional de Colombia

A la luz de un nuevo concepto.El lenguaje para aprender

Deisy Johana Galvis Vásquez y Rita Flórez RomeroDirección de Investigación, sede Bogotá

Universidad Nacional de Colombia

Esta obra da continuidad al traba-jo desarrollado por más de veinte años por un grupo de profesoras del Depar-tamento de Comunicación Humana, en el campo del lenguaje en la edu-cación, específicamente del concepto Lenguaje para Aprender –LPA–, que aunque no es de reciente aparición tiene una limitada comprensión y apli-cación en los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula de clase.

Se reconoce el LPA como un con-cepto o estrategia que activa las di-námicas entre la comunicación oral y escrita y el aprendizaje, a partir de la reflexividad y la interacción comuni-cativa que se da con pares y otros más conocedores, dentro y fuera del aula de clase.

El siglo XVIII fue una época de consolidación, pero a su vez, de in-numerables fracasos, que impulsaron la decadencia del dominio europeo en una vastísima porción del Nuevo Mundo, que dio paso a la cristalización de procesos revolucionarios e inde-pendentistas. Esta obra es una contri-bución a investigadores preocupados por temáticas similares y a lectores interesados en conocer aspectos de la historia colonial americana.

Se recogen investigaciones re-cientes para la comprensión y estudio del siglo XVIII en diferentes lugares: Nueva Inglaterra, la cuenca del mar Caribe, Nueva España, el Nuevo Reino de Granada, Quito y Brasil.

Hipertensión pulmonar y el desarrollo vascular en el pollo comercial. Un modelo experimental

Rafael Alfonso Areiza Rojas y Aureliano Hernández VásquezDirección de Investigación, sede Bogotá

Universidad Nacional de Colombia

Estrategias de inversión para pequeños caficultores colombianos: una aproximación

con dinámica de sistemasFelipe Abaunza Osorio, Santiago Arango Aramburo e Yris Olaya Morales

Comisión para la Celebración del Bicentenario de la IndependenciaUniversidad Nacional de Colombia

El café de Colombia es un negocio de larga tradición cultural y económi-ca que proporciona sustento a medio millón de caficultores y sus familias. Sin embargo, la gran mayoría cultiva menos de cinco hectáreas y es cada vez más vulnerable a múltiples factores externos. Estrategias como la diferen-ciación y la disminución de costos, son alternativas para enfrentar aspectos como la volatilidad en el precio y fac-tores climáticos.

En vista de que en la vida diaria es difícil aplicar una estrategia y modifi-carla a partir de experiencias pasadas, este libro propone acelerar el proceso de análisis y aprendizaje por medio de modelos de simulación.

El desarrollo vascular pulmonar –bajo condiciones de hipoxia en indivi-duos susceptibles– como mecanismo de adaptación, se ha abordado solo de ma-nera tangencial en las investigaciones, a diferencia de lo que ha ocurrido con otros temas, como los inherentes a las respuestas hemática y cardiopulmonar.

El libro hace una revisión crítica de los antecedentes en el tema, como posible respuesta a la hipoxia hipo-bárica, donde se presentan resultados obtenidos, a lo largo de varios años, por el grupo de investigación en Bio-logía de la Adaptación de los Animales al Trópico. Se destacan hallazgos en el pollo de engorde, que ha sido conside-rado como un modelo válido para el estudio de la hipertensión pulmonar en humanos.

Vanguardia y antivanguardia es una investigación seria y minuciosa de uno de los momentos más cruciales de la literatura colombiana. Este tiene que ver con la aparición (en la década de los veinte del siglo XX) de una serie de escritores y sus publicaciones que intentaron modernizar la literatura del país, con su filiación directa o indirecta a las vanguardias latinoamericanas y europeas.

Es igualmente primordial esta dé-cada porque es en ella donde fracasa la consolidación de una literatura que se mostró abierta a las tendencias mo-dernizantes que sacudían al mundo de la cultura y de la política a nivel internacional.

Las acciones humanas sobre el ambiente (tanto las que ejerce el Esta-do como las de las empresas o los par-ticulares) se enmarcan o pueden ser interpretadas desde teorías del derecho y la justicia, y ellas orientan los debates y la comprensión de la complejidad de la crisis ambiental y civilizatoria que en los últimos tiempos afecta con ma-yor rigor a los pueblos, comunidades y grupos humanos empobrecidos en Colombia y en el mundo.

En este libro, que corresponde a la segunda parte del Informe de Investi-gación 2012, GIDCA analiza en contex-tos específicos las relaciones entre los derechos, la producción legislativa y la manera como el modelo económico hegemónico vigente se expresa en el discurso de las locomotoras desarro-llistas y su relación con los impactos ambientales negativos y las afectacio-nes a los derechos colectivos y ambien-tales en casos específicos.

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24 Cultura

Alberto Fernández R.,Unimedios

En la mitología griega, las si-renas se distinguían por tener una voz tan hermosa que eran capaces de hipnotizar a quien las oía. En la Odisea, por ejemplo, el héroe grie-go Ulises se hizo amarrar al mástil de un barco para poder apreciar su canto y no lanzarse al mar.

Nancy Herrera no tiene una cola escamada, pero sí una voz que cautiva. Y, mientras que las sirenas conducían a los marineros a la muerte, el canto de esta mezzo-soprano lleva al éxtasis tanto a los desentendidos en la materia como a los públicos más exigentes.

Saltó a la fama tras su debut en la Metropolitan Opera House de Nueva York, en el año 2005. Lo hizo dándole vida a la protagonista de la ópera Carmen, una gitana que utiliza su belleza para sobrevi-vir en una sociedad dominada por los hombres sin medir las conse-cuencias mortales que tal actitud le traería.

No podía ser de otra manera, pues la mujer gitana, ampliamente retratada en el mundo lírico, es una de sus obsesiones.

“La comunidad gitana me pa-rece fascinante. A la mujer de esta etnia siempre la representan con carácter fuerte y en contacto con su naturaleza, su sensualidad y la magia. Me siento muy atraída ha-cia este tipo de personajes, co-mo que los entiendo. Quizás sea porque hay algo de gitana en mí”, manifiesta.

Desde entonces, se dedica a recorrer los principales teatros de Europa y América. Pero este año hizo un espacio en su agenda para cantar en las aulas –en calidad de profesora del curso intersemestral de Interpretación Vocal– y en el Auditorio León de Greiff de la Uni-versidad Nacional de Colombia en Bogotá.

“Venir a una universidad co-mo artista es algo muy hermoso porque me gustaría pensar que servimos de inspiración para los estudiantes que desean que la mú-sica sea su medio de vida. Hay que dejarles saber que sí es posible”, asegura.

Voz, extensión del ser

Nació en Caracas en el año de 1968. Con sus profundos ojos verdes, largo cabello castaño y fi-gura curvilínea, pudo haber sido una Miss Venezuela. “La belleza, aunque no es determinante, sí puede ayudar en algunos casos. Pero más que a lo físico, por be-lleza me refiero a eso que emana de ti”.

Pero no fue reina por su pro-digiosa voz: “Tenía catorce años, estaba en el bachillerato y había una coral femenina, a la cual me uní porque me gustaba cantar. Mi maestro me alentó a estudiar al ver posibilidades en mi voz”.

Pero su exitosa carrera no se apoya principalmente en los do-nes con los cuales la naturaleza la bendijo. Mac McClure, direc-tor del Conservatorio de Música de la UN, da luces al respecto: “Es maravillosa, como intérprete y, sobre todo, como ser huma-no. Eso se complementa con una gran dedicación”.

Para ella, “la voz es una ex-tensión del ser”. Y, si su canto es un reflejo de su interior, enton-ces no hay duda de que su alma es tanto o más hermosa que el cuerpo que la contiene. Muestra de ello es que el profesor McClu-re –su amigo desde hace muchos

años– no escatima adjetivos para describir su calidad humana.

El ingrediente final de esta fórmula es su consagración. La cantante creció y comenzó sus estudios musicales en España, el país de sus padres, y continuó su formación en Estados Unidos. Asistió a la prestigiosa Juilliard School of Music, de Nueva York, y a la Academy of Vocal Arts, de Filadelfia.

“Cuando estudiante, soñé en cantar por todo el mundo y for-mar parte de grandes produccio-nes. Siempre hay que tener claro cuáles son tus metas, trabajar pa-so a paso y no querer saltárselos. Hoy sufrimos del mal de la prisa. Hay que entender que todo lleva su proceso”, expresa.

Una dedicación que tiene raíces en el amor que siente por cantar: “Esta carrera es hermo-sa cuando tienes pasión por la música, ya no solo por la voz, sino por cualquier instrumento. Y es así en todos los ámbito de la vida”.

Entre la ópera y la zarzuela

En toda esta historia, la ópe-ra tiene un lugar central. “Es el vehículo que mi voz ha encon-trado para expresarse. Cuando un artista canta, en el género que sea, siempre comunica algo. Y la

ópera, de todos los géneros, es el más sublime, sin desmerecer los otros”.

Es sublime, pues, como nin-guno, le permite explotar los atri-butos de su voz y, sobre todo, su potencial como intérprete. Por-que más que cantar, que seguir una partitura, en el arte lírico hay que meterse en la piel de un per-sonaje. A ella eso le viene como por añadidura.

El otro gran componente de su repertorio es la zarzuela, una forma de música teatrali-zada originaria de España que, en términos muy simplificados, se diferencia de la ópera en que no es totalmente musicalizado. Es decir, alterna diálogos y can-ciones.

“La zarzuela es latina, nues-tra y única. Siento que no se la conoce –muchos la ven como un género menor–, y algunas veces no se ha representado de la me-jor manera. Se necesita promo-verla, pero como Dios manda”, resalta.

En todo caso, dice: “la ope-ra y la zarzuela no riñen en mi repertorio; al contrario, se com-plementan”. Y es que, en uno u otro género, ella siempre llena el escenario con su fuerza, intensi-dad y sensualidad.

Así como cuando las sirenas, mientras peinaban su cabello, cantaban a la orilla del mar.

Como las sirenas en la mitología,la mezzosoprano hispano-venezolana ha cautivado los principales escenarios de la lírica con su voz privilegiaday calidad interpretativa.

Fotos: Víctor Manuel Holguín y Andrés Felipe Castaño/Unimedios

El canto hipnótico deNancy Herrera