quijano- colonialidad del poder

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5/27/2018 Quijano-ColonialidadDelPoder-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/quijano-colonialidad-del-poder 1/30  BIBLIOTECA VIRTUAL DE CIENCIAS SOCIALES DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE, DE LA RED DE CENTROS MIEMBROS DE CLACSO http://www.clacso.org.ar/biblioteca Como citar este documento Quijano, Aníbal.Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina.  En libro: La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas . Edgardo Lander (comp.) CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires,  Argentina. Julio de 2000. p. 246. Disponible en la World Wide Web: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/lander/quijano.rtf Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina1 Aníbal Quijano2 2 Centro de Investigaciones sociales (CIES), Lima. La globalización en curso es, en primer término, la culminación de un proceso que comenzó con la constitución de América y la del capitalismo colonial/moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial. Uno de los ejes fundamentales de ese patrón de poder es la clasificación social de la población mundial sobre la idea de raza, una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad específica, el eurocentrismo. Dicho eje tiene, pues, origen y carácter colonial, pero ha probado ser más duradero y estable que el colonialismo en cuya matriz fue establecido. Implica, en consecuencia, un elemento de colonialidad en el patrón de poder hoy mundialmente hegemónico. En lo que sigue, el propósito principal es abrir algunas de las cuestiones teóricamente necesarias acerca de las implicancias de esa colonialidad del poder respecto de la historia de América Latina3. I. América y el nuevo patrón de poder mundial   América se constituyó como el primer espacio/tiempo de un nuevo patrón de poder de vocación mundial y, de ese modo y por eso, como la primera id-entidad de la modernidad. Dos procesos históricos convergieron y se asociaron en la producción de dicho espacio/tiempo y se establecieron como los dos ejes fundamentales del nuevo patrón de poder. De una parte, la codificación de las diferencias entre conquistadores y conquistados en la idea de raza, es decir, una supuesta diferente estructura biológica que ubicaba a los unos en situación natural de inferioridad respecto de los otros. Esa idea fue asumida por los conquistadores como el principal elemento constitutivo, fundante, de las relaciones de dominación que la conquista imponía. Sobre esa base, en consecuencia, fue clasificada la población de América, y del mundo después, en dicho nuevo patrón de poder". De otra parte, la articulación de todas las formas históricas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital y del mercado mundial4. Raza, una categoría mental de la modernidad La idea de raza, en su sentido moderno, no tiene historia conocida antes de América5. Quizás se originó como referencia a las diferencias fenotípicas entre conquistadores y conquistados, pero lo que importa es que muy pronto fue construida como referencia a supuestas estructuras biológicas diferenciales entre esos grupos. La formación de relaciones sociales fundadas en dicha idea, produjo en América identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y mestizos y redefinió otras. Así términos como español y portugués, más tarde europeo, que hasta entonces indicaban solamente procedencia geográfica o país de origen, desde entonces cobraron también, en referencia a las nuevas identidades, una connotación racial. Y en la medida en que las relaciones sociales que estaban configurándose eran relaciones de dominación, tales identidades fueron asociadas a las  jerarquías, lugares y roles sociales correspondientes, como constitutivas de ellas y, en

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    BIBLIOTECA VIRTUAL DE CIENCIAS SOCIALES DE AMERICA LATINA Y ELCARIBE, DE LA RED DE CENTROS MIEMBROS DE CLACSO

    http://www.clacso.org.ar/biblioteca

    Como citar este documento

    Quijano, Anbal.Colonialidad del poder, eurocentrismo y Amrica Latina.En libro: Lacolonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas.

    Edgardo Lander (comp.) CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires,Argentina. Julio de 2000. p. 246.Disponible en la World Wide Web:http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/lander/quijano.rtf

    Colonialidad del poder, eurocentrismo y Amrica Latina1

    Anbal Quijano2

    2 Centro de Investigaciones sociales (CIES), Lima.

    La globalizacin en curso es, en primer trmino, la culminacin de un proceso que comenzcon la constitucin de Amrica y la del capitalismo colonial/moderno y eurocentrado como unnuevo patrn de poder mundial. Uno de los ejes fundamentales de ese patrn de poder es laclasificacin social de la poblacin mundial sobre la idea de raza, una construccin mental queexpresa la experiencia bsica de la dominacin colonial y que desde entonces permea lasdimensiones ms importantes del poder mundial, incluyendo su racionalidad especfica, eleurocentrismo. Dicho eje tiene, pues, origen y carcter colonial, pero ha probado ser msduradero y estable que el colonialismo en cuya matriz fue establecido. Implica, enconsecuencia, un elemento de colonialidad en el patrn de poder hoy mundialmentehegemnico. En lo que sigue, el propsito principal es abrir algunas de las cuestionestericamente necesarias acerca de las implicancias de esa colonialidad del poder respecto dela historia de Amrica Latina3.

    I. Amrica y el nuevo patrn de poder mundial

    Amrica se constituy como el primer espacio/tiempo de un nuevo patrn de poder de vocacinmundial y, de ese modo y por eso, como la primera id-entidad de la modernidad. Dos procesoshistricos convergieron y se asociaron en la produccin de dicho espacio/tiempo y seestablecieron como los dos ejes fundamentales del nuevo patrn de poder. De una parte, lacodificacin de las diferencias entre conquistadores y conquistados en la idea de raza, es decir,una supuesta diferente estructura biolgica que ubicaba a los unos en situacin natural deinferioridad respecto de los otros. Esa idea fue asumida por los conquistadores como elprincipal elemento constitutivo, fundante, de las relaciones de dominacin que la conquistaimpona. Sobre esa base, en consecuencia, fue clasificada la poblacin de Amrica, y delmundo despus, en dicho nuevo patrn de poder". De otra parte, la articulacin de todas lasformas histricas de control del trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital

    y del mercado mundial4.

    Raza, una categora mental de la modernidad

    La idea de raza, en su sentido moderno, no tiene historia conocida antes de Amrica5. Quizsse origin como referencia a las diferencias fenotpicas entre conquistadores y conquistados,pero lo que importa es que muy pronto fue construida como referencia a supuestas estructurasbiolgicas diferenciales entre esos grupos.

    La formacin de relaciones sociales fundadas en dicha idea, produjo en Amrica identidadessociales histricamente nuevas: indios, negros y mestizos y redefini otras. As trminos comoespaol y portugus, ms tarde europeo, que hasta entonces indicaban solamente procedenciageogrfica o pas de origen, desde entonces cobraron tambin, en referencia a las nuevas

    identidades, una connotacin racial. Y en la medida en que las relaciones sociales que estabanconfigurndose eran relaciones de dominacin, tales identidades fueron asociadas a las

    jerarquas, lugares y roles sociales correspondientes, como constitutivas de ellas y, en

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    consecuencia, al patrn de dominacin colonial que se impona. En otros trminos, raza eidentidad racial fueron establecidas como instrumentos de clasificacin social bsica de lapoblacin.

    Con el tiempo, los colonizadores codificaron como color los rasgos fenotpicos de loscolonizados y lo asumieron como la caracterstica emblemtica de la categora racial. Esa

    codificacin fue inicialmente establecida, probablemente, en el rea britano-americana. Losnegros eran all no solamente los explotados ms importantes, pues la parte principal de laeconoma reposaba en su trabajo. Eran, sobre todo, la raza colonizada ms importante, ya quelos indios no formaban parte de esa sociedad colonial. En consecuencia, los dominantes sellamaron a s mismos blancos6.

    En Amrica, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a las relaciones de dominacinimpuestas por la conquista. La posterior constitucin de Europa como nueva id-entidaddespus de Amrica y la expansin del colonialismo europeo sobre el resto del mundo, llevarona la elaboracin de la perspectiva eurocntrica de conocimiento y con ella a la elaboracinterica de la idea de raza como naturalizacin de esas relaciones coloniales de dominacinentre europeos y no-europeos. Histricamente, eso signific una nueva manera de legitimar lasya antiguas ideas y prcticas de relaciones de superioridad/inferioridad entre dominados y

    dominantes. Desde entonces ha demostrado ser el ms eficaz y perdurable instrumento dedominacin social universal, pues de l pas a depender inclusive otro igualmente universal,pero ms antiguo, el inter-sexual o de gnero: los pueblos conquistados y dominados fueronsituados en una posicin natural de inferioridad y, en consecuencia, tambin sus rasgosfenotpicos, as como sus descubrimientos mentales y culturales7. De ese modo, raza seconvirti en el primer criterio fundamental para la distribucin de la poblacin mundial en losrangos, lugares y roles en la estructura de poder de la nueva sociedad. En otros trminos, en elmodo bsico de clasificacin social universal de la poblacin mundial.

    El Capitalismo: la nueva estructura de control del trabajo

    De otro lado, en el proceso de constitucin histrica de Amrica, todas las formas de control yde explotacin del trabajo y de control de la produccin-apropiacin-distribucin de productos,

    fueron articuladas alrededor de la relacin capital-salario (en adelante capital) y del mercadomundial. Quedaron incluidas la esclavitud, la servidumbre, la pequea produccin mercantil, lareciprocidad y el salario. En tal ensamblaje, cada una de dichas formas de control del trabajono era una mera extensin de sus antecedentes histricos. Todas eran histrica ysociolgicamente nuevas. En primer lugar, porque fueron deliberadamente establecidas yorganizadas para producir mercaderas para el mercado mundial. En segundo lugar, porque noexistan slo de manera simultnea en el mismo espacio/tiempo, sino todas y cada unaarticuladas al capital y a su mercado, y por ese medio entre s. Configuraron as un nuevopatrn global de control del trabajo, a su vez un elemento fundamental de un nuevo patrn depoder, del cual eran conjunta e individualmente dependientes histrico-estructuralmente. Estoes, no slo por su lugar y funcin como partes subordinadas de una totalidad, sino porque sinperder sus respectivas caractersticas especficas y sin perjuicio de las discontinuidades de susrelaciones con el orden conjunto y entre ellas mismas, su movimiento histrico dependa en

    adelante de su pertenencia al patrn global de poder. En tercer lugar, y como consecuencia,para colmar las nuevas funciones cada una de ellas desarroll nuevos rasgos y nuevasconfiguraciones histrico-estructurales.

    En la medida en que aquella estructura de control del trabajo, de recursos y de productos,consista en la articulacin conjunta de todas las respectivas formas histricamente conocidas,se estableca, por primera vez en la historia conocida, un patrn global de control del trabajo,de sus recursos y de sus productos. Y en tanto que se constitua en torno a y en funcin delcapital, su carcter de conjunto se estableca tambin con carcter capitalista. De ese modo seestableca una nueva, original y singular estructura de relaciones de produccin en laexperiencia histrica del mundo: el capitalismo mundial.

    Colonialidad del poder y capitalismo mundial

    Las nuevas identidades histricas producidas sobre la base de la idea de raza, fueron

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    asociadas a la naturaleza de los roles y lugares en la nueva estructura global de control deltrabajo. As, ambos elementos, raza y divisin del trabajo, quedaron estructuralmenteasociados y reforzndose mutuamente, a pesar de que ninguno de los dos era necesariamentedependiente el uno del otro para existir o para cambiar.

    De ese modo se impuso una sistemtica divisin racial del trabajo. En el rea hispana, la

    Corona de Castilla decidi temprano el cese de la esclavitud de los indios, para prevenir sutotal exterminio. Entonces fueron confinados a la servidumbre. A los que vivan en suscomunidades, les fue permitida la prctica de su antigua reciprocidad -i.e. el intercambio defuerza de trabajo y de trabajo sin mercado- como una manera de reproducir su fuerza detrabajo en tanto siervos. En algunos casos, la nobleza india, una reducida minora, fue eximidade la servidumbre y recibi un trato especial, debido a sus roles como intermediaria con la razadominante y le fue tambin permitido participar en algunos de los oficios en los cuales eranempleados los espaoles que no pertenecan a la nobleza. En cambio, los negros fueronreducidos a la esclavitud. Los espaoles y los portugueses, como raza dominante, podanrecibir salario, ser comerciantes independientes, artesanos independientes o agricultoresindependientes, en suma, productores independientes de mercancas. No obstante, slo losnobles podan participar en los puestos altos y medios de la administracin colonial, civil ymilitar.

    Desde el siglo XVIII, en la Amrica hispnica muchos de los mestizos de espaoles y mujeresindias, ya un estrato social extendido e importante en la sociedad colonial, comenzaron aparticipar en los mismos oficios y actividades que ejercan los ibricos que no eran nobles. Enmenor medida y sobre todo en actividades de servicio o que requeran de talentos ohabilidades especiales (msica, por ejemplo), tambin los ms "ablancados" entre los mestizosde mujeres negras e ibricos (espaoles o portugueses), pero tardaron en legitimar sus nuevosroles ya que sus madres eran esclavas. La distribucin racista del trabajo al interior delcapitalismo colonial/moderno se mantuvo a lo largo de todo el perodo colonial.En el curso de la expansin mundial de la dominacin colonial por parte de la misma razadominante -los blancos (o a partir del siglo XVIII en adelante, los europeos)- fue impuesto elmismo criterio de clasificacin social a toda la poblacin mundial a escala global. Enconsecuencia, nuevas identidades histricas y sociales fueron producidas: amarillos y

    aceitunados (u olivceos) fueron sumados a blancos, indios, negros y mestizos. Dichadistribucin racista de nuevas identidades sociales fue combinada, tal como haba sido tanexitosamente lograda en Amrica, con una distribucin racista del trabajo y de las formas deexplotacin del capitalismo colonial. Esto se expres, sobre todo, en una cuasi exclusivaasociacin de la blanquitud social con el salario y por supuesto con los puestos de mando de laadministracin colonial.

    As, cada forma de control del trabajo estuvo articulada con una raza particular.Consecuentemente, el control de una forma especfica de trabajo poda ser al mismo tiempo elcontrol de un grupo especfico de gente dominada. Una nueva tecnologa dedominacin/explotacin, en este caso raza/trabajo, se articul de manera que apareciera comonaturalmente asociada. Lo cual, hasta ahora, ha sido excepcionalmente exitoso.

    Colonialidad y eurocentramiento del capitalismo mundial

    La privilegiada posicin ganada con Amrica para el control del oro, la plata y otras mercancasproducidas por medio del trabajo gratuito de indios, negros y mestizos, y su ventajosaubicacin en la vertiente del Atlntico por donde, necesariamente, tena que hacerse el trficode esas mercancas para el mercado mundial, otorg a dichos blancos una ventaja decisivapara disputar el control del trfico comercial mundial. La progresiva monetizacin del mercadomundial que los metales preciosos de Amrica estimulaban y permitan, as como el control detan ingentes recursos, hizo que a tales blancos les fuera posible el control de la vasta redpreexistente de intercambio comercial que inclua, sobre todo, China, India, Ceyln, Egipto,Siria, los futuros Lejano y Medio Oriente. Eso tambin les hizo posible concentrar el control delcapital comercial, del trabajo y de los recursos de produccin en el conjunto del mercadomundial. Y todo ello fue, posteriormente, reforzado y consolidado a travs de la expansin de la

    dominacin colonial blanca sobre la diversa poblacin mundial.Como es sabido, el control del trfico comercial mundial por los grupos dominantes, nuevos o

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    no, en las zonas del Atlntico donde tenan sus sedes, impuls un nuevo proceso deurbanizacin en esos lugares, la expansin del trfico comercial entre ellos, y de ese modo laformacin de un mercado regional crecientemente integrado y monetizado gracias al flujo demetales preciosos procedentes de Amrica. Una regin histricamente nueva se constituacomo una nueva id-entidad geocultural: Europa y ms especficamente Europa Occidental8.Esa nueva id-entidad geocultural, emerga como la sede central del control del mercado

    mundial. En el mismo movimiento histrico se produca tambin el desplazamiento dehegemona desde las costas del Mediterrneo y desde las costas ibricas, hacia las del

    Atlntico Noroccidental.

    Esa condicin de sede central del nuevo mercado mundial, no permite explicar por s misma, opor s sola, por qu Europa se convirti tambin, hasta el siglo XIX y virtualmente hasta la crisismundial alrededor de 1870, en la sede central del proceso de mercantilizacin de la fuerza detrabajo, es decir del desarrollo de la relacin capital-salario como forma especfica de controldel trabajo, de sus recursos y de sus productos. Mientras, en cambio, todo el resto de lasregiones y poblaciones incorporadas al nuevo mercado mundial y colonizadas o en curso decolonizacin bajo dominio europeo, permanecan bsicamente bajo relaciones no-salariales detrabajo, aunque, desde luego ese trabajo, sus recursos y sus productos, se articulaban en unacadena de transferencia de valor y de beneficios cuyo control corresponda a Europa

    Occidental. En las regiones no-europeas, el trabajo asalariado se concentraba cuasiexclusivamente entre los blancos.

    No hay nada en la relacin social misma del capital, o en los mecanismos del mercadomundial, en general en el capitalismo, que implique la necesariedad histrica de laconcentracin, no slo, pero sobre todo en Europa, del trabajo asalariado y despus,precisamente sobre esa base, de la concentracin de la produccin industrial capitalistadurante ms de dos siglos. Habra sido perfectamente factible, como lo demuestra el hecho deque as ocurriera en verdad despus de 1870, el control europeo-occidental del trabajoasalariado de cualquier sector de la poblacin mundial. Y probablemente ms beneficioso paralos europeo-occidentales. La explicacin debe ser, pues, buscada en otra parte de la historia.El hecho es que ya desde el comienzo mismo de Amrica, los futuros europeos asociaron eltrabajo no pagado o no-asalariado con las razas dominadas, porque eran razas inferiores. El

    vasto genocidio de los indios en las primeras dcadas de la colonizacin no fue causadoprincipalmente por la violencia de la conquista, ni por las enfermedades que los conquistadoresportaban, sino porque tales indios fueron usados como mano de obra desechable, forzados atrabajar hasta morir. La eliminacin de esa prctica colonial no culmina, de hecho, sino con laderrota de los encomenderos, a mediados del siglo XVI. La subsiguiente reorganizacin polticadel colonialismo ibrico, implic una nueva poltica de reorganizacin poblacional de los indiosy de sus relaciones con los colonizadores. Pero no por eso los indios fueron en adelantetrabajadores libres y asalariados. En adelante fueron adscritos a la servidumbre no pagada. Laservidumbre de los indios en Amrica no puede ser, por otro lado, simplemente equiparada a laservidumbre en el feudalismo europeo, puesto que no inclua la supuesta proteccin de ningnseor feudal, ni siempre, ni necesariamente, la tenencia de una porcin de tierra para cultivar,en lugar de salario. Sobre todo antes de la Independencia, la reproduccin de la fuerza detrabajo del siervo indio se haca en las comunidades. Pero inclusive ms de cien aos despus

    de la Independencia, una parte amplia de la servidumbre india estaba obligada a reproducir sufuerza de trabajo por su propia cuenta9. Y la otra forma de trabajo no-asalariado, o no pagadosimplemente, el trabajo esclavo, fue adscrita, exclusivamente, a la poblacin trada desde lafutura Africa y llamada negra.

    La clasificacin racial de la poblacin y la temprana asociacin de las nuevas identidadesraciales de los colonizados con las formas de control no pagado, no asalariado, del trabajo,desarroll entre los europeos o blancos la especfica percepcin de que el trabajo pagado eraprivilegio de los blancos. La inferioridad racial de los colonizados implicaba que no eran dignosdel pago de salario. Estaban naturalmente obligados a trabajar en beneficio de sus amos. Noes muy difcil encontrar, hoy mismo, esa actitud extendida entre los terratenientes blancos decualquier lugar del mundo. Y el menor salario de las razas inferiores por igual trabajo que el delos blancos, en los actuales centros capitalistas, no podra ser, tampoco, explicado al margen

    de la clasificacin social racista de la poblacin del mundo. En otros trminos, por separado dela colonialidad del poder capitalista mundial.

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    El control del trabajo en el nuevo patrn de poder mundial se constituy, as, articulando todaslas formas histricas de control del trabajo en torno de la relacin capital-trabajo asalariado, yde ese modo bajo el dominio de sta. Pero dicha articulacin fue constitutivamente colonial,pues se fund, primero, en la adscripcin de todas las formas de trabajo no pagadas a lasrazas colonizadas, originalmente indios, negros y de modo ms complejo, los mestizos, en

    Amrica y ms tarde a las dems razas colonizadas en el resto del mundo, olivceos y

    amarillos. Y, segundo, en la adscripcin del trabajo pagado, asalariado, a la raza colonizadora,los blancos.

    Esa colonialidad del control del trabajo determin la distribucin geogrfica de cada una de lasformas integradas en el capitalismo mundial. En otros trminos, decidi la geografa social delcapitalismo: el capital, en tanto que relacin social de control del trabajo asalariado, era el ejeen torno del cual se articulaban todas las dems formas de control del trabajo, de sus recursosy de sus productos. Eso lo haca dominante sobre todas ellas y daba carcter capitalista alconjunto de dicha estructura de control del trabajo. Pero al mismo tiempo, dicha relacin socialespecfica fue geogrficamente concentrada en Europa, sobre todo, y socialmente entre loseuropeos en todo el mundo del capitalismo. Y en esas medida y manera, Europa y lo europeose constituyeron en el centro del mundo capitalista.

    Cuando Ral Prebisch10 acu la clebre imagen de "Centro-Periferia", para describir laconfiguracin mundial del capitalismo despus de la Segunda Guerra Mundial, apunt,sabindolo o sin saber, al ncleo principal del carcter histrico del patrn de control deltrabajo, de sus recursos y de sus productos, que formaba parte central del nuevo patrnmundial de poder constituido a partir de Amrica. El capitalismo mundial fue, desde la partida,colonial/moderno y eurocentrado. Sin relacin clara con esas especficas caractersticashistricas del capitalismo, el propio concepto de "moderno sistema-mundo" desarrollado,principalmente, por Immanuel Wallerstein11 a partir de Prebisch y del concepto marxiano decapitalismo mundial, no podra ser apropiada y plenamente entendido.

    Nuevo patrn de poder mundial y nueva intersubjetividad mundial

    Ya en su condicin de centro del capitalismo mundial, Europa no solamente tena el control del

    mercado mundial, sino que pudo imponer su dominio colonial sobre todas las regiones ypoblaciones del planeta, incorporndolas al "sistema-mundo" que as se constitua, y a suespecfico patrn de poder. Para tales regiones y poblaciones, eso implic un proceso de re-identificacin histrica, pues desde Europa les fueron atribuidas nuevas identidadesgeoculturales. De ese modo, despus de Amrica y de Europa, fueron establecidas Africa, Asiay eventualmente Oceana. En la produccin de esas nuevas identidades, la colonialidad delnuevo patrn de poder fue, sin duda, una de las ms activas determinaciones. Pero las formasy el nivel de desarrollo poltico y cultural, ms especficamente intelectual, en cada caso,

    jugaron tambin un papel de primer plano. Sin esos factores, la categora Oriente no habrasido elaborada como la nica con la dignidad suficiente para ser el Otro, aunque por definicininferior, de Occidente, sin que alguna equivalente fuera acuada para indios o negros12. Peroesta misma omisin pone al descubierto que esos otros factores actuaron tambin dentro delpatrn racista de clasificacin social universal de la poblacin mundial.

    La incorporacin de tan diversas y heterogneas historias culturales a un nico mundodominado por Europa, signific para ese mundo una configuracin cultural, intelectual, en sumaintersubjetiva, equivalente a la articulacin de todas las formas de control del trabajo en tornodel capital, para establecer el capitalismo mundial. En efecto, todas las experiencias, historias,recursos y productos culturales, terminaron tambin articulados en un slo orden cultural globalen torno de la hegemona europea u occidental. En otros trminos, como parte del nuevopatrn de poder mundial, Europa tambin concentr bajo su hegemona el control de todas lasformas de control de la subjetividad, de la cultura, y en especial del conocimiento, de laproduccin del conocimiento.

    En el proceso que llev a ese resultado, los colonizadores ejercieron diversas operaciones quedan cuenta de las condiciones que llevaron a la configuracin de un nuevo universo de

    relaciones intersubjetivas de dominacin entre Europa y lo europeo y las dems regiones ypoblaciones del mundo, a las cuales les estaban siendo atribuidas, en el mismo proceso,

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    nuevas identidades geoculturales. En primer lugar, expropiaron a las poblaciones colonizadas -entre sus descubrimientos culturales- aquellos que resultaban ms aptos para el desarrollo delcapitalismo y en beneficio del centro europeo. En segundo lugar, reprimieron tanto comopudieron, es decir en variables medidas segn los casos, las formas de produccin deconocimiento de los colonizados, sus patrones de produccin de sentidos, su universosimblico, sus patrones de expresin y de objetivacin de la subjetividad. La represin en este

    campo fue conocidamente ms violenta, profunda y duradera entre los indios de Amricaibrica, a los que condenaron a ser una subcultura campesina, iletrada, despojndolos de suherencia intelectual objetivada. Algo equivalente ocurri en Africa. Sin duda mucho menor fuela represin en el caso de Asia, en donde por lo tanto una parte importante de la historia y de laherencia intelectual, escrita, pudo ser preservada. Y fue eso, precisamente, lo que dio origen ala categora de Oriente. En tercer lugar, forzaron -tambin en medidas variables en cada caso-a los colonizados a aprender parcialmente la cultura de los dominadores en todo lo que fueratil para la reproduccin de la dominacin, sea en el campo de la actividad material,tecnolgica, como de la subjetiva, especialmente religiosa. Es este el caso de la religiosidad

    judeo-cristiana. Todo ese accidentado proceso implic a largo plazo una colonizacin de lasperspectivas cognitivas, de los modos de producir u otorgar sentido a los resultados de laexperiencia material o intersubjetiva, del imaginario, del universo de relaciones intersubjetivasdel mundo, de la cultura en suma13.

    En fin, el xito de Europa Occidental en convertirse en el centro del moderno sistema-mundo,segn la apta formulacin de Wallerstein, desarroll en los europeos un rasgo comn a todoslos dominadores coloniales e imperiales de la historia, el etnocentrismo. Pero en el casoeuropeo ese rasgo tena un fundamento y una justificacin peculiar: la clasificacin racial de lapoblacin del mundo despus de Amrica. La asociacin entre ambos fenmenos, eletnocentrismo colonial y la clasificacin racial universal, ayuda a explicar por qu los europeosfueron llevados a sentirse no slo superiores a todos los dems pueblos del mundo, sino, enparticular, naturalmente superiores. Esa instancia histrica se expres en una operacin mentalde fundamental importancia para todo el patrn de poder mundial, sobre todo respecto de lasrelaciones intersubjetivas que le son hegemnicas y en especial de su perspectiva deconocimiento: los europeos generaron una nueva perspectiva temporal de la historia y re-ubicaron a los pueblos colonizados, y a sus respectivas historias y culturas, en el pasado de

    una trayectoria histrica cuya culminacin era Europa14. Pero, notablemente, no en una mismalnea de continuidad con los europeos, sino en otra categora naturalmente diferente. Lospueblos colonizados eran razas inferiores y -por ello- anteriores a los europeos.

    Con acuerdo a esa perspectiva, la modernidad y la racionalidad fueron imaginadas comoexperiencias y productos exclusivamente europeos. Desde ese punto de vista, las relacionesintersubjetivas y culturales entre Europa, es decir Europa Occidental, y el resto del mundo,fueron codificadas en un juego entero de nuevas categoras: Oriente-Occidente, primitivo-civilizado, mgico/mtico-cientfico, irracional-racional, tradicional-moderno. En suma, Europa yno-Europa. Incluso as, la nica categora con el debido honor de ser reconocida como el Otrode Europa u "Occidente", fue "Oriente". No los "indios" de Amrica, tampoco los "negros" del

    Africa. Estos eran simplemente "primitivos". Por debajo de esa codificacin de las relacionesentre europeo/no-europeo, raza es, sin duda, la categora bsica15. Esa perspectiva binaria,

    dualista, de conocimiento, peculiar del eurocentrismo, se impuso como mundialmentehegemnica en el mismo cauce de la expansin del dominio colonial de Europa sobre elmundo. No sera posible explicar de otro modo, satisfactoriamente en todo caso, la elaboracindel eurocentrismo como perspectiva hegemnica de conocimiento, de la versin eurocntricade la modernidad y sus dos principales mitos fundantes: uno, la idea-imagen de la historia de lacivilizacin humana como una trayectoria que parte de un estado de naturaleza y culmina enEuropa. Y dos, otorgar sentido a las diferencias entre Europa y no-Europa como diferencias denaturaleza (racial) y no de historia del poder. Ambos mitos pueden ser reconocidos,inequvocamente, en el fundamento del evolucionismo y del dualismo, dos de los elementosnucleares del eurocentrismo.

    La cuestin de la modernidad

    No me propongo aqu entrar en una discusin detenida de la cuestin de la modernidad y de suversin eurocntrica. Le he dedicado antes otros estudios y volver sobre ella despus. En

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    particular, no prolongar este trabajo con una discusin acerca del debate modernidad-postmodernidad y su vasta bibliografa. Pero es pertinente, para los fines de este trabajo, enespecial de la parte siguiente, insistir en algunas cuestiones16.

    El hecho de que los europeos occidentales imaginaran ser la culminacin de una trayectoriacivilizatoria desde un estado de naturaleza, les llev tambin a pensarse como los modernos

    de la humanidad y de su historia, esto es, como lo nuevo y al mismo tiempo lo ms avanzadode la especie. Pero puesto que al mismo tiempo atribuan al resto de la especie la pertenenciaa una categora, por naturaleza, inferior y por eso anterior, esto es, el pasado en el proceso dela especie, los europeos imaginaron tambin ser no solamente los portadores exclusivos de talmodernidad, sino igualmente sus exclusivos creadores y protagonistas. Lo notable de eso noes que los europeos se imaginaran y pensaran a s mismos y al resto de la especie de esemodo -eso no es un privilegio de los europeos- sino el hecho de que fueran capaces de difundiry de establecer esa perspectiva histrica como hegemnica dentro del nuevo universointersubjetivo del patrn mundial de poder.

    Desde luego, la resistencia intelectual a esa perspectiva histrica no tard en emerger. EnAmrica Latina desde fines del siglo XIX, pero se afirm sobre todo durante el siglo XX y enespecial despus de la Segunda Guerra Mundial, en vinculacin con el debate sobre la

    cuestin del desarrollo-subdesarrollo. Como ese debate fue dominado durante un buen tiempopor la denominada teora de la modernizacin17, en sus vertientes opuestas, para sostenerque la modernizacin no implica necesariamente la occidentalizacin de las sociedades y delas culturas no-europeas, uno de los argumentos ms usados fue que la modernidad es unfenmeno de todas las culturas, no slo de la europea u occidental.

    Si el concepto de modernidad es referido, slo o fundamentalmente, a las ideas de novedad,de lo avanzado, de lo racional-cientfico, laico, secular, que son las ideas y experienciasnormalmente asociadas a ese concepto, no cabe duda de que es necesario admitir que es unfenmeno posible en todas las culturas y en todas las pocas histricas. Con todas susrespectivas particularidades y diferencias, todas las llamadas altas culturas (China, India,Egipto, Grecia, Maya-Azteca, Tawantinsuyo) anteriores al actual sistema-mundo, muestraninequvocamente las seales de esa modernidad, incluido lo racional cientfico, la

    secularizacin del pensamiento, etc. En verdad, a estas alturas de la investigacin histricasera casi ridculo atribuir a las altas culturas no-europeas una mentalidad mtico-mgica comorasgo definitorio, por ejemplo, en oposicin a la racionalidad y a la ciencia como caractersticasde Europa, pues aparte de los posibles o ms bien conjeturados contenidos simblicos, lasciudades, los templos y palacios, las pirmides, o las ciudades monumentales, sea MachuPichu o Boro Budur, las irrigaciones, las grandes vas de trasporte, las tecnologas metalferas,agropecuarias, las matemticas, los calendarios, la escritura, la filosofa, las historias, lasarmas y las guerras, dan cuenta del desarrollo cientfico y tecnolgico en cada una de talesaltas culturas, desde mucho antes de la formacin de Europa como nueva id-entidad. Lo msque realmente puede decirse es que, en el actual perodo, se ha ido ms lejos en el desarrollocientfico-tecnolgico y se han hecho mayores descubrimientos y realizaciones, con el papelhegemnico de Europa y, en general, de Occidente.

    Los defensores de la patente europea de la modernidad suelen apelar a la historia cultural delantiguo mundo heleno-romnico y al mundo del Mediterrneo antes de Amrica, para legitimarsu reclamo a la exclusividad de esa patente. Lo que es curioso de ese argumento es queescamotea, primero, el hecho de que la parte realmente avanzada de ese mundo delMediterrneo, antes de Amrica, rea por rea de esa modernidad, era islamo-judaica.Segundo, que fue dentro de ese mundo que se mantuvo la herencia cultural greco-romana, lasciudades, el comercio, la agricultura comercial, la minera, la textilera, la filosofa, la historia,cuando la futura Europa Occidental estaba dominada por el feudalismo y su oscurantismocultural. Tercero que, muy probablemente, la mercantilizacin de la fuerza de trabajo, larelacin capital-salario, emergi, precisamente, en esa rea y fue en su desarrollo que seexpandi posteriormente hacia el norte de la futura Europa. Cuarto, que solamente a partir dela derrota del Islam y del posterior desplazamiento de la hegemona sobre el mercado mundialal centro-norte de la futura Europa, gracias a Amrica, comienza tambin a desplazarse el

    centro de la actividad cultural a esa nueva regin. Por eso, la nueva perspectiva geogrfica dela historia y de la cultura, que all es elaborada y que se impone como mundialmente

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    hegemnica, implica, por supuesto, una nueva geografa del poder. La idea misma deOccidente-Oriente es tarda y parte desde la hegemona britnica. O an hace falta recordarque el meridiano de Greenwich atraviesa Londres y no Sevilla o Venecia?18

    En ese sentido, la pretensin eurocntrica de ser la exclusiva productora y protagonista de lamodernidad, y de que toda modernizacin de poblaciones no-europeas es, por lo tanto, una

    europeizacin, es una pretensin etnocentrista y a la postre provinciana. Pero, de otro lado, sise admite que el concepto de modernidad se refiere solamente a la racionalidad, a la ciencia, ala tecnologa, etc., la cuestin que le estaramos planteando a la experiencia histrica no seradiferente de la propuesta por el etnocentrismo europeo, el debate consistira apenas en ladisputa por la originalidad y la exclusividad de la propiedad del fenmeno as llamadomodernidad, y, en consecuencia, movindose en el mismo terreno y segn la mismaperspectiva del eurocentrismo.

    Hay, sin embargo, un conjunto de elementos demostrables que apuntan a un concepto demodernidad diferente, que da cuenta de un proceso histrico especfico al actual sistema-mundo. En ese concepto no estn, obviamente, ausentes sus referencias y sus rasgosanteriores. Pero ms bien en tanto y en cuanto forman parte de un universo de relacionessociales, materiales e intersubjetivas, cuya cuestin central es la liberacin humana como

    inters histrico de la sociedad y tambin, en consecuencia, su campo central de conflicto. Enlos lmites de este trabajo, me restringir solamente a adelantar, de modo breve y esquemtico,algunas proposiciones19.

    En primer trmino, el actual patrn de poder mundial es el primero efectivamente global de lahistoria conocida. En varios sentidos especficos. Uno, es el primero donde en cada uno de losmbitos de la existencia social estn articuladas todas las formas histricamente conocidas decontrol de las relaciones sociales correspondientes, configurando en cada rea una solaestructura con relaciones sistemticas entre sus componentes y del mismo modo en suconjunto. Dos, es el primero donde cada una de esas estructuras de cada mbito de existenciasocial, est bajo la hegemona de una institucin producida dentro del proceso de formacin ydesarrollo de este mismo patrn de poder. As, en el control del trabajo, de sus recursos y desus productos, est la empresa capitalista; en el control del sexo, de sus recursos y productos,

    la familia burguesa; en el control de la autoridad, sus recursos y productos, el Estado-nacin;en el control de la intersubjetividad, el eurocentrismo20. Tres, cada una de esas institucionesexiste en relaciones de interdependencia con cada una de las otras. Por lo cual el patrn depoder est configurado como un sistema21. Cuatro, en fin, este patrn de poder mundial es elprimero que cubre a la totalidad de la poblacin del planeta.

    En ese especfico sentido, la humanidad actual en su conjunto constituye el primer sistema-mundo global histricamente conocido, no solamente un mundo como el que quizs fueron elchino, el hind, el egipcio, el helnico-romnico, el maya-azteca o el tawantinsuyano. Ningunode esos posibles mundos tuvo en comn sino un dominador colonial/imperial y, aunque as sepropone desde la visin colonial eurocntrica, no es seguro que todos los pueblos incorporadosa uno de aquellos mundos tuvieran tambin en comn una perspectiva bsica respecto de lasrelaciones entre lo humano y el resto del universo. Los dominadores coloniales de cada uno de

    esos mundos, no tenan las condiciones, ni probablemente el inters, de homogenizar lasformas bsicas de existencia social de todas las poblaciones de sus dominios. En cambio, elactual, el que comenz a formarse con Amrica, tiene en comn tres elementos centrales queafectan la vida cotidiana de la totalidad de la poblacin mundial: la colonialidad del poder, elcapitalismo y el eurocentrismo. Por supuesto que este patrn de poder, ni otro alguno, puedeimplicar que la heterogeneidad histrico-estructural haya sido erradicada dentro de susdominios. Lo que su globalidad implica es un piso bsico de prcticas sociales comunes paratodo el mundo, y una esfera intersubjetiva que existe y acta como esfera central deorientacin valrica del conjunto. Por lo cual las instituciones hegemnicas de cada mbito deexistencia social, son universales a la poblacin del mundo como modelos intersubjetivos. As,el Estado-nacin, la familia burguesa, la empresa, la racionalidad eurocntrica.

    Por lo tanto, sea lo que sea lo que el trmino modernidad mienta, hoy involucra al conjunto de

    la poblacin mundial y a toda su historia de los ltimos 500 aos, a todos los mundos o ex-mundos articulados en el patrn global de poder, a cada uno de sus segmentos diferenciados o

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    diferenciables, pues se constituy junto con, como parte de, la redefinicin o reconstitucinhistrica de cada uno de ellos por su incorporacin al nuevo y comn patrn de poder mundial.Por lo tanto, tambin como articulacin de muchas racionalidades. En otros trminos, puestoque se trata de una historia nueva y diferente, con experiencias especficas, las cuestiones queesta historia permite y obliga a abrir no pueden ser indagadas, mucho menos contestadas, conel concepto eurocntrico de modernidad. Por lo mismo, decir que es un fenmeno puramente

    europeo o que ocurre en todas las culturas, tendra hoy un imposible sentido. Se trata de algonuevo y diferente, especfico de este patrn de poder mundial. Si hay que preservar el nombre,debe tratarse, de todos modos, de otra modernidad.

    La cuestin central que nos interesa aqu es la siguiente: qu es lo realmente nuevo respectode la modernidad? No solamente lo que desarrolla y redefine experiencias, tendencias yprocesos de otros mundos, sino lo que fue producido en la historia propia del actual patrn depoder mundial?

    Dussel ha propuesto la categora de transmodernidad como alternativa a la pretensineurocntrica de que Europa es la productora original de la modernidad22. Segn esapropuesta, la constitucin del Ego individual diferenciado es lo nuevo que ocurre con Amrica yes la marca de la modernidad, pero tiene lugar no slo en Europa sino en todo el mundo que se

    configura a partir de Amrica. Dussel da en el blanco al recusar uno de los mitos predilectos deleurocentrismo. Pero no es seguro que el ego individual diferenciado sea un fenmenoexclusivamente perteneciente al perodo iniciado con Amrica.

    Hay, por supuesto, una relacin umbilical entre los procesos histricos que se generan a partirde Amrica y los cambios de la subjetividad o, mejor dicho, de la intersubjetividad de todos lospueblos que se van integrando en el nuevo patrn de poder mundial. Y esos cambios llevan ala constitucin de una nueva subjetividad, no slo individual, sino colectiva, de una nuevaintersubjetividad. Ese es, por lo tanto, un fenmeno nuevo que ingresa a la historia con

    Amrica y en ese sentido hace parte de la modernidad. Pero cualesquiera que fuesen, esoscambios no se constituyen desde la subjetividad individual, ni colectiva, del mundopreexistente, vuelta sobre s misma, o, para repetir la vieja imagen, esos cambios no nacencomo Minerva de la cabeza de Zeus, sino que son la expresin subjetiva o intersubjetiva de lo

    que las gentes del mundo estn haciendo en ese momento.

    Desde esa perspectiva, es necesario admitir que Amrica y sus consecuencias inmediatas enel mercado mundial y en la formacin de un nuevo patrn de poder mundial, son un cambiohistrico verdaderamente enorme y que no afecta solamente a Europa sino al conjunto delmundo. No se trata de cambios dentro del mundo conocido, que no alteran sino algunos de susrasgos. Se trata del cambio del mundo como tal. Este es, sin duda, el elemento fundante de lanueva subjetividad: la percepcin del cambio histrico. Es ese elemento lo que desencadena elproceso de constitucin de una nueva perspectiva sobre el tiempo y sobre la historia. Lapercepcin del cambio lleva a la idea del futuro, puesto que es el nico territorio del tiempodonde pueden ocurrir los cambios. El futuro es un territorio temporal abierto. El tiempo puedeser nuevo, pues no es solamente la extensin del pasado. Y, de esa manera, la historia puedeser percibida ya no slo como algo que ocurre, sea como algo natural o producido por

    decisiones divinas o misteriosas como el destino, sino como algo que puede ser producido porla accin de las gentes, por sus clculos, sus intenciones, sus decisiones, por lo tanto comoalgo que puede ser proyectado, y, en consecuencia, tener sentido23.

    Con Amrica se inicia, pues, un entero universo de nuevas relaciones materiales eintersubjetivas. Es pertinente, por todo eso, admitir que el concepto de modernidad no serefiere solamente a lo que ocurre con la subjetividad, no obstante toda la tremenda importanciade ese proceso, sea que se trate de la emergencia del ego individual, o de un nuevo universode relaciones intersubjetivas entre los individuos y entre los pueblos integrados o que seintegran en el nuevo sistema-mundo y su especfico patrn de poder mundial. El concepto demodernidad da cuenta, igualmente, de los cambios en la dimensin material de las relacionessociales. Es decir, los cambios ocurren en todos los mbitos de la existencia social de lospueblos y, por tanto de sus miembros individuales, lo mismo en la dimensin material que en la

    dimensin subjetiva de esas relaciones. Y puesto que se trata de procesos que se inician conla constitucin de Amrica, de un nuevo patrn de poder mundial y de la integracin de los

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    pueblos de todo el mundo en ese proceso, de un entero y complejo sistema-mundo, es tambinimprescindible admitir que se trata de todo un perodo histrico. En otros trminos, a partir de

    Amrica un nuevo espacio/tiempo se constituye, material y subjetivamente: eso es lo quemienta el concepto de modernidad.

    No obstante, fue decisivo para el proceso de modernidad que el centro hegemnico de ese

    mundo estuviera localizado en las zonas centro-norte de Europa Occidental. Eso ayuda aexplicar por qu el centro de elaboracin intelectual de ese proceso se localizar tambin all, ypor qu esa versin fue la que gan hegemona mundial. Ayuda igualmente a explicar por qula colonialidad del poder jugar un papel de primer orden en esa elaboracin eurocntrica de lamodernidad. Esto ltimo no es muy difcil de percibir si se tiene en cuenta lo que ya ha sidomostrado antes, el modo como la colonialidad del poder est vinculada a la concentracin enEuropa del capital, del salariado, del mercado del capital, en fin, de la sociedad y de la culturaasociadas a esas determinaciones. En ese sentido, la modernidad fue tambin colonial desdesu punto de partida. Pero ayuda tambin a entender por qu fue en Europa mucho ms directoe inmediato el impacto del proceso mundial de modernizacin.

    En efecto, las nuevas prcticas sociales implicadas en el patrn de poder mundial, capitalista,la concentracin del capital y del salariado, el nuevo mercado del capital, todo ello asociado a

    la nueva perspectiva sobre el tiempo y sobre la historia, a la centralidad de la cuestin delcambio histrico en dicha perspectiva, como experiencia y como idea, requieren,necesariamente, la des-sacralizacin de las jerarquas y de las autoridades, tanto en ladimensin material de las relaciones sociales como en su intersubjetividad; la des-sacralizacin, el cambio o el desmantelamiento de las correspondientes estructuras einstituciones. La individuacin de las gentes slo adquiere su sentido en ese contexto, lanecesidad de un foro propio para pensar, para dudar, para decidir; la libertad individual, ensuma, contra las adscripciones sociales fijadas y en consecuencia la necesidad de igualdadsocial entre los individuos.

    Las determinaciones capitalistas, sin embargo, requeran tambin, y en el mismo movimientohistrico, que esos procesos sociales, materiales e intersubjetivos, no pudieran tener lugar sinodentro de relaciones sociales de explotacin y de dominacin. En consecuencia, como un

    campo de conflictos por la orientacin, es decir, los fines, los medios y los lmites de esosprocesos. Para los controladores del poder, el control del capital y del mercado eran y son losque deciden los fines, los medios y los lmites del proceso. El mercado es el piso, pero tambinel lmite de la posible igualdad social entre las gentes. Para los explotados del capital y engeneral para los dominados del patrn de poder, la modernidad gener un horizonte deliberacin de las gentes de toda relacin, estructura o institucin vinculada a la dominacin y ala explotacin, pero tambin las condiciones sociales para avanzar en direccin a esehorizonte. La modernidad es, pues, tambin una cuestin de conflicto de intereses sociales.Uno de ellos es la continuada democratizacin de la existencia social de las gentes. En esesentido, todo concepto de modernidad es necesariamente ambiguo y contradictorio24.

    Es all, precisamente, donde la historia de esos procesos diferencia tan claramente a EuropaOccidental y el resto del mundo, para el caso, Amrica Latina. En Europa Occidental, la

    concentracin de la relacin capital-salario es el eje principal de las tendencias de lasrelaciones de clasificacin social y de la correspondiente estructura de poder. Eso subyace alos enfrentamientos con el antiguo orden, con el Imperio, con el Papado, durante el perodo delllamado capital competitivo. Esos enfrentamientos permiten a los sectores no dominantes delcapital y a los explotados, mejores condiciones de negociar su lugar en el poder y la venta desu fuerza de trabajo. De otro lado, abre tambin condiciones para una secularizacinespecficamente burguesa de la cultura y de la subjetividad. El liberalismo es una de las clarasexpresiones de ese contexto material y subjetivo de la sociedad en Europa Occidental. Encambio, en el resto del mundo, en Amrica Latina en particular, las formas ms extendidas decontrol del trabajo son no-salariales, aunque en beneficio global del capital, lo que implica quelas relaciones de explotacin y de dominacin tienen carcter colonial. La Independenciapoltica, desde comienzos del siglo XIX, est acompaada en la mayora de los nuevos pasespor el estancamiento y retroceso del capital y fortalece el carcter colonial de la dominacin

    social y poltica bajo Estados formalmente independientes. El eurocentramiento del capitalismocolonial/moderno, fue en ese sentido decisivo para el destino diferente del proceso de la

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    modernidad entre Europa y el resto del mundo25.

    II. Colonialidad del poder y eurocentrismo

    La elaboracin intelectual del proceso de modernidad produjo una perspectiva de conocimientoy un modo de producir conocimiento que dan muy ceida cuenta del carcter del patrn

    mundial de poder: colonial/moderno, capitalista y eurocentrado. Esa perspectiva y modoconcreto de producir conocimiento se reconocen como eurocentrismo26.Eurocentrismo es, aqu, el nombre de una perspectiva de conocimiento cuya elaboracinsistemtica comenz en Europa Occidental antes de mediados del siglo XVII, aunque algunasde sus races son sin duda ms viejas, incluso antiguas, y que en las centurias siguientes sehizo mundialmente hegemnica recorriendo el mismo cauce del dominio de la Europaburguesa. Su constitucin ocurri asociada a la especfica secularizacin burguesa delpensamiento europeo y a la experiencia y las necesidades del patrn mundial de podercapitalista, colonial/moderno, eurocentrado, establecido a partir de Amrica.

    No se trata, en consecuencia, de una categora que implica a toda la historia cognoscitiva entoda Europa, ni en Europa Occidental en particular. En otros trminos, no se refiere a todos losmodos de conocer de todos los europeos y en todas las pocas, sino a una especfica

    racionalidad o perspectiva de conocimiento que se hace mundialmente hegemnicacolonizando y sobreponindose a todas las dems, previas o diferentes, y a sus respectivossaberes concretos, tanto en Europa como en el resto del mundo. En el marco de este trabajo loque me propongo es discutir algunas de sus cuestiones ms directamente vinculadas a laexperiencia histrica de Amrica Latina, pero que, obviamente, no se refieren solamente a ella.

    Capital y capitalismo

    Primero que nada, la teora de una secuencia histrica unilineal y universalmente vlida entrelas formas conocidas de trabajo y de control del trabajo, que fueran tambin conceptualizadascomo relaciones o modos de produccin, especialmente entre capital y pre-capital, precisa ser,en todo caso respecto de Amrica, abierta de nuevo como cuestin mayor del debate cientfico-social contemporneo.

    Desde el punto de vista eurocntrico, reciprocidad, esclavitud, servidumbre y produccinmercantil independiente, son todas percibidas como una secuencia histrica previa a lamercantilizacin de la fuerza de trabajo. Son pre-capital. Y son consideradas no slo comodiferentes sino como radicalmente incompatibles con el capital. El hecho es, sin embargo, queen Amrica ellas no emergieron en una secuencia histrica unilineal; ninguna de ellas fue unamera extensin de antiguas formas precapitalistas, ni fueron tampoco incompatibles con elcapital.

    En Amrica la esclavitud fue deliberadamente establecida y organizada como mercanca paraproducir mercancas para el mercado mundial y, de ese modo, para servir a los propsitos ynecesidades del capitalismo. As mismo, la servidumbre impuesta sobre los indios, inclusive laredefinicin de las instituciones de la reciprocidad, para servir los mismos fines, i.e. para

    producir mercancas para el mercado mundial. Y en fin, la produccin mercantil independientefue establecida y expandida para los mismos propsitos.

    Eso significa que todas esas formas de trabajo y de control del trabajo en Amrica no sloactuaban simultneamente, sino que estuvieron articuladas alrededor del eje del capital y delmercado mundial. Consecuentemente, fueron parte de un nuevo patrn de organizacin y decontrol del trabajo en todas sus formas histricamente conocidas, juntas y alrededor del capital.Juntas configuraron un nuevo sistema: el capitalismo.

    El capital, como relacin social basada en la mercantilizacin de la fuerza de trabajo, naciprobablemente en algn momento circa los siglos XI-XII, en algn lugar en la regin meridionalde las pennsulas ibrica y/o itlica y por consecuencia, y por conocidas razones, en el mundoislmico. Es pues bastante ms antiguo que Amrica. Pero antes de la emergencia de Amrica,

    no est en ningn lugar estructuralmente articulado a todas las dems formas de organizaciny control de la fuerza de trabajo y del trabajo, ni tampoco era an predominante sobre ninguna

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    de ellas. Slo con Amrica pudo el capital consolidarse y obtener predominancia mundial,deviniendo precisamente en el eje alrededor del cual todas las dems formas fueronarticuladas para los fines del mercado mundial. Slo de ese modo, el capital se convirti en elmodo de produccin dominante. As, el capital existi mucho tiempo antes que Amrica. Sinembargo, el capitalismo como sistema de relaciones de produccin, esto es, el heterogneoengranaje de todas las formas de control del trabajo y de sus productos bajo el dominio del

    capital, en que de all en adelante consisti la economa mundial y su mercado, se constituyen la historia slo con la emergencia de Amrica. A partir de ese momento, el capital siempreha existido y contina existiendo hoy en da slo como el eje central del capitalismo, no demanera separada, mucho menos aislada. Nunca ha sido predominante de otro modo, a escalamundial y global, y con toda probabilidad no habra podido desarrollarse de otro modo.

    Evolucionismo y dualismo

    Como en el caso de las relaciones entre capital y pre-capital, una lnea similar de ideas fueelaborada acerca de las relaciones entre Europa y no-Europa. Como ya fue sealado, el mitofundacional de la versin eurocntrica de la modernidad es la idea del estado de naturalezacomo punto de partida del curso civilizatorio cuya culminacin es la civilizacin europea uoccidental. De ese mito se origina la especficamente eurocntrica perspectiva evolucionista,

    de movimiento y de cambio unilineal y unidireccional de la historia humana. Dicho mito fueasociado con la clasificacin racial de la poblacin del mundo. Esa asociacin produjo unavisin en la cual se amalgaman, paradjicamente, evolucionismo y dualismo. Esa visin sloadquiere sentido como expresin del exacerbado etnocentrismo de la recin constituidaEuropa, por su lugar central y dominante en el capitalismo mundial colonial/moderno, de lavigencia nueva de las ideas mitificadas de humanidad y de progreso, entraables productos dela Ilustracin, y e la vigencia de la idea de raza como criterio bsico de clasificacin socialuniversal de la poblacin del mundo.

    La historia es, sin embargo, muy distinta. Por un lado, en el momento en que los ibricosconquistaron, nombraron y colonizaron Amrica (cuya regin norte o Norte Amrica,colonizarn los britnicos un siglo ms tarde), hallaron un gran nmero de diferentes pueblos,cada uno con su propia historia, lenguaje, descubrimientos y productos culturales, memoria e

    identidad. Son conocidos los nombres de los ms desarrollados y sofisticados de ellos:aztecas, mayas, chims, aymaras, incas, chibchas, etc. Trescientos aos ms tarde todos ellosquedaban reunidos en una sola identidad: indios. Esta nueva identidad era racial, colonial ynegativa. As tambin sucedi con las gentes tradas forzadamente desde la futura Africa comoesclavas: ashantis, yorubas, zuls, congos, bacongos, etc. En el lapso de trescientos aos,todos ellos no eran ya sino negros.

    Ese resultado de la historia del poder colonial tuvo dos implicaciones decisivas. La primera esobvia: todos aquellos pueblos fueron despojados de sus propias y singulares identidadeshistricas. La segunda es, quizs, menos obvia, pero no es menos decisiva: su nueva identidadracial, colonial y negativa, implicaba el despojo de su lugar en la historia de la produccincultural de la humanidad. En adelante no eran sino razas inferiores, capaces slo de producirculturas inferiores. Implicaba tambin su reubicacin en el nuevo tiempo histrico constituido

    con Amrica primero y con Europa despus: en adelante eran el pasado. En otros trminos, elpatrn de poder fundado en la colonialidad implicaba tambin un patrn cognitivo, una nuevaperspectiva de conocimiento dentro de la cual lo no-europeo era el pasado y de ese modoinferior, siempre primitivo.

    Por otro lado, la primera identidad geocultural moderna y mundial fue Amrica. Europa fue lasegunda y fue constituida como consecuencia de Amrica, no a la inversa. La constitucin deEuropa como nueva entidad/identidad histrica se hizo posible, en primer lugar, con el trabajogratuito de los indios, negros y mestizos de Amrica, con su avanzada tecnologa en la mineray en la agricultura, y con sus respectivos productos, el oro, la plata, la papa, el tomate, eltabaco, etc., etc27. Porque fue sobre esa base que se configur una regin como sede delcontrol de las rutas atlnticas, a su vez convertidas, precisamente sobre esa misma base, enlas decisivas del mercado mundial. Esa regin no tard en emerger como Europa. Amrica y

    Europa se produjeron histricamente, as, mutuamente, como las dos primeras nuevasidentidades geoculturales del mundo moderno.

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    Sin embargo, los europeos se persuadieron a s mismos, desde mediados del siglo XVII, perosobre todo durante el siglo XVIII, no slo de que de algn modo se haban autoproducido a smismos como civilizacin, al margen de la historia iniciada con Amrica, culminando una lneaindependiente que empezaba con Grecia como nica fuente original. Tambin concluyeron queeran naturalmente (i.e., racialmente) superiores a todos los dems, puesto que habanconquistado a todos y les haban impuesto su dominio.

    La confrontacin entre la experiencia histrica y la perspectiva eurocntrica de conocimientopermite sealar algunos de los elementos ms importantes del eurocentrismo: a) unaarticulacin peculiar entre un dualismo (precapital-capital, no europeo-europeo, primitivo-civilizado, tradicional-moderno, etc.) y un evolucionismo lineal, unidireccional, desde algnestado de naturaleza a la sociedad moderna europea; b) la naturalizacin de las diferenciasculturales entre grupos humanos por medio de su codificacin con la idea de raza; y c) ladistorsionada reubicacin temporal de todas esas diferencias, de modo que todo lo no-europeoes percibido como pasado. Todas estas operaciones intelectuales son claramenteinterdependientes. Y no habran podido ser cultivadas y desarrolladas sin la colonialidad delpoder.

    Homogeneidad/continuidad y heterogeneidad/discontinuidad

    Como es observable ahora, la perspectiva eurocntrica de conocimiento, debido a su radicalcrisis, es hoy un campo pletrico de cuestiones. Aqu es pertinente an dejar planteadas dosde ellas. Primero, una idea del cambio histrico como un proceso o un momento en el cual unaentidad o unidad se transforma de manera continua, homognea y completa en otra cosa yabandona de manera absoluta la escena histrica. Esto le permite a otra entidad equivalenteocupar el lugar, y todo esto contina en una cadena secuencial. De otro modo no tendrasentido, ni lugar, la idea de la historia como una evolucin unidireccional y unilineal. Segundo,de all se desprende que cada unidad diferenciada, por ejemplo una "economa/sociedad" o un"modo de produccin" en el caso del control del trabajo (capital o esclavitud) o una"raza/civilizacin" en el caso de grupos humanos, es una entidad/identidad homognea. Masan, que son, cada una, estructuras de elementos homogneos relacionados de maneracontinua y sistmica (lo que es distinto de sistemtica).

    La experiencia histrica demuestra sin embargo que el capitalismo mundial est lejos de seruna totalidad homognea y continua. Al contrario, como lo demuestra Amrica, el patrn depoder mundial que se conoce como capitalismo es, en lo fundamental, una estructura deelementos heterogneos, tanto en trminos de las formas de control del trabajo-recursos-productos (o relaciones de produccin) o en trminos de los pueblos e historias articulados enl. En consecuencia, tales elementos se relacionan entre s y con el conjunto de maneratambin heterognea y discontinua, incluso conflictiva. Y son ellos mismos, cada uno,configurados del mismo modo.

    As, cada una de esas relaciones de produccin es en s misma una estructura heterognea.Especialmente el capital, desde que todos los estadios y formas histricas de produccin devalor y de apropiacin de plusvalor (por ejemplo, acumulacin primitiva, plusvala absoluta y

    relativa, extensiva o intensiva, o en otra nomenclatura, manufactura, capital competitivo, capitalmonoplico, capital transnacional o global, o prefordista, fordista, de mano de obra intensiva,de capital intensivo, de informacin intensiva, etc., etc.) estn simultneamente en actividad ytrabajan juntos en una compleja malla de transferencia de valor y de plusvalor. Esto esigualmente cierto respecto de las razas, ya que tantos pueblos diversos y heterogneos, conheterogneas historias y tendencias histricas de movimiento y de cambio fueron reunidos bajoun solo membrete racial, por ejemplo indio o negro.

    Esta heterogeneidad no es simplemente estructural, basada en las relaciones entre elementoscoetneos. Ya que historias diversas y heterogneas de este tipo fueron articuladas en unasola estructura de poder, es pertinente admitir el carcter histrico- estructural de esaheterogeneidad. Consecuentemente, el proceso de cambio de dicha totalidad capitalista nopuede, de ningn modo, ser una transformacin homognea y continua del sistema entero, ni

    tampoco de cada uno de sus componentes mayores. Tampoco podra dicha totalidaddesvanecerse completa y homogneamente de la escena histrica y ser reemplazada por otra

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    equivalente. El cambio histrico no puede ser unilineal, unidireccional, secuencial o total. Elsistema, o el especfico patrn de articulacin estructural, podra ser desmantelado. Pero anas cada uno o algunos de sus elementos puede y habr de rearticularse en algn otro patrnestructural, como ocurri, obviamente, con los componentes del patrn de poder pre-colonialen, digamos, el Tawantinsuyu28.

    El nuevo dualismo

    Finalmente, por el momento y para nuestros propsitos aqu, es pertinente abrir la cuestin delas relaciones entre el cuerpo y el no-cuerpo en la perspectiva eurocntrica, tanto por sugravitacin en el modo eurocntrico de producir conocimiento, como debido a que en nuestraexperiencia tiene una estrecha relacin con las de raza y gnero.

    La idea de la diferenciacin entre el "cuerpo" y el "no-cuerpo" en la experiencia humana esvirtualmente universal a la historia de la humanidad, comn a todas las "culturas" o"civilizaciones" histricamente conocidas. Pero es tambin comn a todas -hasta la aparicindel eurocentrismo- la permanente co-presencia de los dos elementos como dos dimensionesno separables del ser humano, en cualquier aspecto, instancia o comportamiento.El proceso de separacin de estos elementos del ser humano es parte de una larga historia del

    mundo cristiano sobre la base de la idea de la primaca del "alma" sobre el "cuerpo". Pero estahistoria muestra tambin una larga e irresuelta ambivalencia de la teologa cristiana sobre estepunto en particular. Ciertamente, es el "alma" el objeto privilegiado de salvacin. Pero al final,es el "cuerpo" el resurrecto, como culminacin de la salvacin.

    Ciertamente, tambin, fue durante la cultura represiva del cristianismo, como resultado de losconflictos con musulmanes y judos, sobre todo entre los siglos XV y XVI en plena Inquisicin,que la primaca del "alma" fue enfatizada, quizs exasperada. Y porque el "cuerpo" fue elobjeto bsico de la represin, el "alma" pudo aparecer casi separada de las relacionesintersubjetivas al interior del mundo cristiano. Pero esto no fue teorizado, es decir,sistemticamente discutido y elaborado hasta Descartes, culminando el proceso de lasecularizacin burguesa del pensamiento cristiano29.

    Con Descartes30 lo que sucede es la mutacin del antiguo abordaje dualista sobre el "cuerpo"y el "no-cuerpo". Lo que era una co-presencia permanente de ambos elementos en cada etapadel ser humano, en Descartes se convierte en una radical separacin entre "razn/sujeto" y"cuerpo". La razn no es solamente una secularizacin de la idea de "alma" en el sentidoteolgico, sino que es una mutacin en una nueva id-entidad, la "razn/sujeto", la nica entidadcapaz de conocimiento "racional", respecto del cual el "cuerpo" es y no puede ser otra cosa que"objeto" de conocimiento. Desde ese punto de vista el ser humano es, por excelencia, un serdotado de "razn", y ese don se concibe como localizado exclusivamente en el alma. As el"cuerpo", por definicin incapaz de razonar, no tiene nada que ver con la razon/sujeto.Producida esa separacin radical entre "razon/sujeto" y "cuerpo", las relaciones entre ambosdeben ser vistas nicamente como relaciones entre la razn/sujeto humana y elcuerpo/naturaleza humana, o entre "espritu" y "naturaleza". De este modo, en la racionalidadeurocntrica el "cuerpo" fue fijado como "objeto" de conocimiento, fuera del entorno del

    "sujeto/razn".

    Sin esa "objetivizacin" del "cuerpo" como "naturaleza", de su expulsin del mbito del"espritu", difcilmente hubiera sido posible intentar la teorizacin "cientfica" del problema de laraza, como fue el caso del Conde de Gobineau durante el siglo XIX31. Desde esa perspectivaeurocntrica, ciertas razas son condenadas como "inferiores" por no ser sujetos "racionales".Son objetos de estudio, "cuerpo" en consecuencia, ms prximos a la "naturaleza". En unsentido, esto los convierte en dominables y explotables. De acuerdo al mito del estado denaturaleza y de la cadena del proceso civilizatorio que culmina en la civilizacin europea,algunas razas negros (o africanos), indios, olivceos, amarillos (o asiticos) y en esasecuencia- estn ms prximas a la "naturaleza" que los blancos32. Slo desde esa peculiarperspectiva fue posible que los pueblos no-europeos fueran considerados, virtualmente hastala Segunda Guerra Mundial, ante todo como objeto de conocimiento y de

    dominacin/explotacin por los europeos.

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    Ese nuevo y radical dualismo no afect solamente a las relaciones raciales de dominacin, sinotambin a las ms antiguas, las relaciones sexuales de dominacin. En adelante, el lugar delas mujeres, muy en especial el de las mujeres de las razas inferiores, qued estereotipado

    junto con el resto de los cuerpos, y tanto ms inferiores fueran sus razas, tanto ms cerca de lanaturaleza o directamente, como en el caso de las esclavas negras, dentro de la naturaleza. Esprobable, aunque la cuestin queda por indagar, que la idea de gnero se haya elaborado

    despus del nuevo y radical dualismo como parte de la perspectiva cognitiva eurocentrista.Durante el siglo XVIII, ese nuevo dualismo radical fue amalgamado con las ideas mitificadas de"progreso" y de un estado de naturaleza en la trayectoria humana, los mitos fundacionales de laversin eurocentrista de la modernidad. Esto dio pie a la peculiar perspectiva histricadualista/evolucionista. As todos los no-europeos pudieron ser considerados, de un lado, comopre-europeos y al mismo tiempo dispuestos en cierta cadena histrica y continua desde loprimitivo a lo civilizado, de lo irracional a lo racional, de lo tradicional a lo moderno, de lomgico-mtico a lo cientfico. En otras palabras, desde lo no-europeo/pre-europeo a algo queen el tiempo se europeizar o "modernizar".

    Sin considerar la experiencia entera del colonialismo y de la colonialidad, esa marca intelectualsera difcilmente explicable, as como la duradera hegemona mundial del eurocentrismo. Lassolas necesidades del capital como tal, no agotan, no podran agotar, la explicacin del

    carcter y de la trayectoria de esa perspectiva de conocimiento.

    III. Eurocentrismo y experiencia histrica en Amrica Latina

    Aplicada de manera especfica a la experiencia histrica latinoamericana, la perspectivaeurocntrica de conocimiento opera como un espejo que distorsiona lo que refleja. Es decir, laimagen que encontramos en ese espejo no es del todo quimrica, ya que poseemos tantos ytan importantes rasgos histricos europeos en tantos aspectos, materiales e intersubjetivos.Pero, al mismo tiempo, somos tan profundamente distintos. De ah que cuando miramos anuestro espejo eurocntrico, la imagen que vemos sea necesariamente parcial y distorsionada.

    Aqu la tragedia es que todos hemos sido conducidos, sabindolo o no, querindolo o no, a very aceptar aquella imagen como nuestra y como perteneciente a nosotros solamente. De esamanera seguimos siendo lo que no somos. Y como resultado no podemos nunca identificar

    nuestros verdaderos problemas, mucho menos resolverlos, a no ser de una manera parcial ydistorsionada.

    El eurocentrismo y la "cuestin nacional": El Estado-nacin

    Uno de los ejemplos ms claros de esta tragedia de equivocaciones en Amrica Latina es lahistoria de la llamada cuestin nacional. Dicho de otro modo, del problema del modernoEstado-nacin en Amrica Latina.

    Naciones y Estados son un viejo fenmeno. Sin embargo, aquello que llamamos el modernoEstado-nacin es una experiencia muy especfica. Se trata de una sociedad nacionalizada ypor eso polticamente organizada como un Estado-nacin. Implica a las instituciones modernasde ciudadana y democracia poltica. Es decir, implica una cierta democracia, dado que cada

    proceso conocido de nacionalizacin societal en los tiempos modernos ha ocurrido solamente atravs de una relativa (o sea, dentro de los lmites del capitalismo) pero importante y realdemocratizacin del control del trabajo, de los recursos productivos y del control de lageneracin y gestin de las instituciones polticas. De este modo, la ciudadana puede llegar aservir como igualdad legal, civil y poltica para gentes socialmente desiguales33.Un Estado-nacin es una suerte de sociedad individualizada entre las dems. Por eso, entresus miembros puede ser sentida como identidad. Sin embargo, toda sociedad es unaestructura de poder. Es el poder aquello que articula formas de existencia social dispersas ydiversas en una totalidad nica, una sociedad. Toda estructura de poder es siempre, parcial ototalmente, la imposicin de algunos, a menudo cierto grupo, sobre los dems.Consecuentemente, todo Estado-nacin posible es una estructura de poder, del mismo modoen que es producto del poder. En otros trminos, del modo en que han quedado configuradaslas disputas por el control del trabajo, sus recursos y productos; del sexo, sus recursos y

    productos; de la autoridad y de su especfica violencia; de la intersubjetividad y delconocimiento.

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    No obstante, si un Estado-nacin moderno puede expresarse en sus miembros como unaidentidad, no es solamente debido a que puede ser imaginado como una comunidad34. Losmiembros precisan tener en comn algo real, no slo imaginado, algo que compartir. Y eso, entodos los reales Estados-nacin modernos, es una participacin ms o menos democrtica enla distribucin del control del poder. Esta es la manera especfica de homogeneizacin de lagente en un Estado-nacin moderno. Toda homogeneizacin de la poblacin de un Estado-

    nacin moderno, es desde luego parcial y temporal y consiste en la comn participacindemocrtica en el control de la generacin y de la gestin de las instituciones de autoridadpblica y de sus especficos mecanismos de violencia. Esto es, se ejerce, en lo fundamental,en todo el mbito de la existencia social vinculado al Estado y que por ello se asume como loexplcitamente poltico. Pero dicho mbito no podra ser democrtico, esto es, implicarciudadana como igualdad jurdica y civil de gentes desigualmente ubicadas en las relacionesde poder, si las relaciones sociales en todos los otros mbitos de la existencia social fueranradicalmente no democrticas o antidemocrticas35.

    Puesto que todo Estado-nacin es una estructura de poder, eso implica que se trata de unpoder que se configura en ese sentido. El proceso empieza siempre con un poder polticocentral sobre un territorio y su poblacin, porque cualquier proceso de nacionalizacin posibleslo puede ocurrir en un espacio dado, a lo largo de un prolongado perodo de tiempo. Dicho

    espacio precisa ser ms o menos estable por un largo perodo. En consecuencia, se precisa deun poder poltico estable y centralizado. Este espacio es, en ese sentido, necesariamente unespacio de dominacin disputado y ganado frente a otros rivales.

    En Europa el proceso que llev a la formacin de estructuras de poder configuradas comoEstado-nacin, empez con la emergencia de algunos pocos ncleos polticos queconquistaron su espacio de dominacin y se impusieron sobre los diversos y heterogneospueblos e identidades que lo habitaban. De este modo el Estado-nacin empez como unproceso de colonizacin de algunos pueblos sobre otros que, en ese sentido, eran pueblosextranjeros. En algunos casos particulares, como en la Espaa que se constitua sobre la basede Amrica y sus ingentes y gratuitos recursos, el proceso incluy la expulsin de algunosgrupos, como los musulmanes y judos, considerados como extranjeros indeseables. Esta fuela primera experiencia de limpieza tnica en el perodo moderno, seguida por la imposicin de

    esa peculiar institucin llamada "certificado de limpieza de sangre"36.

    Por otro lado, el proceso de centralizacin estatal que antecedi en Europa Occidental a laformacin de Estados-nacin, fue paralelo a la imposicin de la dominacin colonial quecomenz con Amrica. Es decir, simultneamente con la formacin de los imperios colonialesde esos primeros Estados centrales europeos. El proceso tiene, pues, un doble movimientohistrico. Comenz como una colonizacin interna de pueblos con identidades diferentes, peroque habitaban los mismos territorios convertidos en espacios de dominacin interna, es decir,en los mismos territorios de los futuros Estados-nacin. Y sigui paralelamente a lacolonizacin imperial o externa de pueblos que no slo tenan identidades diferentes a las delos colonizadores, sino que habitaban territorios que no eran considerados como los espaciosde dominacin interna de los colonizadores, es decir no eran los mismos territorios de losfuturos Estados-nacin de los colonizadores.

    Si indagamos desde nuestra actual perspectiva histrica aquello que sucedi con los primerosEstados centrales europeos, sus espacios de dominacin (poblaciones y territorios) y susrespectivos procesos de nacionalizacin, se observa que las diferencias son muy visibles. Laexistencia de un fuerte Estado central no es suficiente para producir un proceso de relativahomogeneizacin de una poblacin previamente diversa y heterognea, para producir as unaidentidad comn y una fuerte y duradera lealtad a dicha identidad. Entre esos casos, Francia esprobablemente la ms lograda experiencia, as como Espaa es la menos exitosa.

    Por qu Francia s y Espaa no? Espaa era en sus inicios mucho ms rica y poderosa quesus pares. Sin embargo, luego de la expulsin de los musulmanes y judos dej de serproductiva y prspera para convertirse en correa de trasmisin de los recursos de Amrica alos centros emergentes del capital financiero mercantil. Al mismo tiempo, luego del violento y

    exitoso ataque en contra de la autonoma de las comunidades campesinas y de las ciudades yburgos, qued atrapada en una estructura seorial de poder y bajo la autoridad de una

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    monarqua y de una iglesia represivas y corruptas. La Monarqua de Espaa se dedic,adems, a una poltica blica en busca de la expansin de su poder seorial en Europa, enlugar de una hegemona sobre el mercado mundial y el capital comercial y financiero comohicieran luego Inglaterra o Francia. Todas las luchas por forzar a los controladores del poder aadmitir o negociar alguna democratizacin de la sociedad y del Estado fueron derrotadas,notablemente la revolucin liberal de 1810-12. De este modo, el colonialismo interno y los

    patrones seoriales de poder poltico y social, combinados, demostraron ser fatales para lanacionalizacin de la sociedad y el Estado espaoles, en la medida en que ese tipo de poderno slo prob ser incapaz de sostener cualquier ventaja proveniente de ese rico y vastocolonialismo imperial o externo: prob igualmente que era muy poderosa valla a todo procesodemocratizador de las relaciones sociales y polticas y no slo dentro del espacio propio dedominacin.

    Por el contrario, en Francia, a travs de la democratizacin radical de las relaciones sociales ypolticas con la Revolucin Francesa, el previo colonialismo interno evolucion hacia una"francesizacin" efectiva, aunque no total, de los pueblos que habitaban el territorio de Francia,originalmente tan diversos e histrico-estructuralmente heterogneos como en el espacio dedominacin que se llamara Espaa. Los vascos franceses, por ejemplo son, en primer lugar,franceses, como los occitanos o los navarros. No as en Espaa.

    En cada uno de los casos de exitosa nacionalizacin de sociedades y Estados en Europa, laexperiencia es la misma: un importante proceso de democratizacin de la sociedad es lacondicin bsica para la nacionalizacin de esa sociedad y de su organizacin poltica en unEstado-nacin moderno. No hay, en verdad, excepcin conocida a esa trayectoria histrica delproceso que conduce a la formacin del Estado-nacin.

    El Estado-nacin en Amrica: Estados Unidos

    Si examinamos la experiencia de Amrica, sea en sus reas hispnica o britnica, podemosreconocer diferencias y factores bsicos equivalentes. En el rea britano-americana, laocupacin del territorio fue desde el comienzo violenta. Pero antes de la Independencia,conocida en Estados Unidos como la Revolucin Americana, el territorio ocupado era muy

    pequeo. Por eso los indios no fueron habitantes del territorio ocupado, no estabancolonizados. Por eso, los diversos pueblos indios fueron formalmente reconocidos comonaciones y con ellos se practic relaciones comerciales inter-naciones, inclusive se formaronalianzas militares en las guerras entre colonialistas ingleses y franceses, sobre todo. Los indiosno eran parte de la poblacin incorporada al espacio de dominacin colonial britano-americana.Por eso mismo, cuando se inicia la historia del nuevo Estado-nacin llamado Estados Unidosde Amrica del Norte, los indios fueron excluidos de esa nueva sociedad. Fueron consideradosextranjeros. Pero ms adelante sus tierras fueron conquistadas y ellos casi exterminados. Sloentonces, los sobrevivientes fueron encerrados en la sociedad norteamericana como razacolonizada. En el comienzo, pues, relaciones colonial/raciales existieron solamente entreblancos y negros. Este ltimo grupo era fundamental para la economa de la sociedad colonial,como durante un primer largo momento para la economa de la nueva nacin. Sin embargo,demogrficamente los negros eran una relativamente reducida minora, mientras que los

    blancos componan la gran mayora.

    Al fundarse Estados Unidos como pas independiente, el proceso de constitucin del nuevopatrn de poder llev desde el comienzo a la configuracin de un Estado-nacin. En primertrmino, a pesar de la relacin colonial de dominacin entre blancos y negros y del exterminiocolonialista de la poblacin india, dada la condicin abrumadoramente mayoritaria de losblancos, es inevitable admitir que dicho nuevo Estado-nacin era genuinamente representativode la mayora de la poblacin. Esa blanquitud social de la sociedad norteamericana fue inclusoms lejos con la inmigracin de millones de europeos durante el siglo XIX. En segundo trmino,la conquista de los territorios indios result en la abundancia de la oferta de un recurso bsicode produccin, la tierra. Este pudo ser, por consecuencia, apropiado y distribuido de manera nonicamente concentrada bajo el control de muy pocas gentes, sino por el contrario pudo ser, almismo tiempo, parcialmente concentrado en grandes latifundios y tambin apropiado o

    distribuido en una vasta proporcin de mediana y pequea propiedad. Equivalente, pues, a unadistribucin democrtica del recurso. Eso fund para los blancos una participacin

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    notablemente democrtica en el control de la generacin y la gestin de la autoridad publica.La colonialidad del nuevo patrn de poder no fue anulada, sin embargo, ya que negros e indiosno podan tener lugar, en absoluto, en el control de los recursos de produccin, ni de lasinstituciones y mecanismos de la autoridad pblica.

    Hacia mediados del siglo XIX, Tocqueville37 observ que en Estados Unidos de Amrica,

    gente de orgenes tan diversos cultural, tnica e incluso nacionalmente, eran incorporadostodos en algo parecido a una mquina de re-identificacin nacional; rpidamente se convertanen ciudadanos estadounidenses y adquiran una nueva identidad nacional, incluso preservandopor algn tiempo sus identidades originales. Tocqueville encontr que el mecanismo bsico deese proceso de nacionalizacin era la apertura de la participacin democrtica en la vidapoltica para todos los recin llegados. Todos ellos eran atrados hacia una intensaparticipacin poltica y con la libertad de decisin de participar o no. Pero vio tambin que dosgrupos especficos no estaban autorizados a de participar en la vida poltica. Estos eran,evidentemente, negros e indios. Esa discriminacin era, pues, el lmite de ese impresionante ymasivo proceso de formacin del Estado-nacin moderno en la joven repblica de EstadosUnidos de Amrica. Tocqueville no dej de advertir que a menos que esa discriminacin socialy poltica fuera eliminada, el proceso de construccin nacional se vera limitado. Un siglo mstarde, otro europeo, Gunnar Myrdall38, observ esas mismas limitaciones en el proceso

    nacional de Estados Unidos. Vio tambin que debido a que los nuevos inmigrantes eran no-blancos (provenan de Amrica Latina y de Asia, en su mayora), las relaciones coloniales delos blancos con esos otros pueblos podran ser un serio riesgo para la reproduccin de esanacin. Sin duda esos riesgos van en aumento hoy en da, a medida en que el viejo mito delmelting pot ha sido abandonado forzosamente y el racismo tiende a ser de nuevo agudo yviolento.

    En suma, la colonialidad de las relaciones de dominacin/explotacin/conflicto entre blancos yno-blancos, no obstante su intensa vigencia, dada la condicin vastamente mayoritaria de losprimeros no fue tan fuerte como para impedir la relativa, pero real e importante,democratizacin del control de recursos de produccin y del Estado, entre blancos, es verdad,pero con el vigor necesario para que pudiera ser reclamada ms tarde tambin por los no-blancos. El poder pudo ser configurado en la trayectoria y la orientacin de un Estado-nacin.

    Es a eso que se refiere, sin duda, la idea de la Revolucin Americana.

    Amrica Latina: Cono Sur y mayora blanca

    A primera vista, la situacin en los pases del llamado Cono Sur de Amrica Latina (Argentina,Chile y Uruguay) fue similar a la ocurrida en Estados Unidos. Los indios, en su mayora,tampoco fueron integrados a la sociedad colonial, en la medida en que eran pueblos de ms omenos la misma estructura que aquellos de Norteamrica, sin disponibilidad para convertirseen trabajadores explotados, no condenables a trabajar forzosamente y de manera disciplinadapara los colonos. En esos tres pases, tambin la poblacin negra fue una minora durante elperodo colonial, en comparacin con otras regiones dominadas por espaoles o portugueses.Y los dominantes de los nuevos pases del Cono Sur consideraron, como en el caso de losEstados Unidos, necesaria la conquista del territorio que los indios poblaban y el exterminio de

    stos como forma expeditiva de homogenizar la poblacin nacional y de ese modo facilitar elproceso de constitucin de un Estado-nacin moderno, a la europea. En Argentina y Uruguayeso fue hecho en el siglo XIX. Y en Chile durante las tres primeras dcadas del siglo XX. Estospases atrajeron tambin millones de inmigrantes europeos, consolidando en apariencia lablanquitud de las sociedades de Argentina, Chile y Uruguay. En un sentido, esto tambinconsolid en apariencia el proceso de homogeneizacin en dichos pases.

    Un elemento crucial introdujo, sin embargo, una diferencia bsica en esos pases encomparacin con el caso norteamericano, muy en especial en Argentina. Mientras en EstadosUnidos la distribucin de la tierra se produjo de una manera menos concentrada durante unimportante perodo, en Argentina la apropiacin de la tierra ocurri de una maneracompletamente distinta. La extrema concentracin de la tenencia de la tierra, en particular delas tierras conquistadas a los indios, hizo imposible cualquier tipo de relaciones sociales

    democrticas entre los propios blancos y en consecuencia de toda relacin polticademocrtica. Sobre esa base, en lugar de una sociedad democrtica, capaz de representarse y

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    organizarse polticamente en un Estado democrtico, lo que se constituy fue una sociedad yun Estado oligrquicos, slo parcialmente desmantelados desde la Segunda Guerra Mundial.Sin duda, esas determinaciones se asociaron al hecho de que la sociedad colonial en eseterritorio, sobre todo en la costa atlntica que devino hegemnica sobre el resto, fue pocodesarrollada y por eso su reconocimiento como sede de un Virreinato fue tardo (segunda mitaddel Siglo XVIII). Su emergencia como una de las reas prsperas del mercado mundial fue

    rpida desde el ltimo cuarto del siglo XVIII, lo que impuls en el siglo siguiente una masivamigracin desde Europa del Sur, del Centro y del Este. Pero esa vasta poblacin migratoria noencontr una sociedad con estructura, historia e identidad suficientemente densas y estables,para incorporarse a ella e identificarse con ella, como ocurri en el caso de Estados Unidos ysin duda en Chile y Uruguay. A fines del XIX la poblacin de Buenos Aires estaba formada enms de un 80% por migrantes de origen europeo. Tardaron, por eso probablemente, enconsiderarse con identidad nacional y cultural propias diferentes de la europea, mientrasrechazaban explcitamente la identidad asociada a la herencia histrica latinoamericana y, enparticular, cualquier parentesco con la poblacin india39.

    La concentracin de la tierra fue igualmente fuerte en Chile y algo menor en Uruguay. De todosmodos, a diferencia de Argentina, los migrantes europeos encontraron en esos pases unasociedad, un Estado, una identidad, ya suficientemente densos y constituidos, a los cuales

    incorporarse y con los cuales identificarse ms pronto y ms completamente que en el otrocaso. En el caso de Chile, por otra parte, la expansin territorial a costa de Bolivia y de Per,permiti a la burguesa chilena el control de recursos cuya importancia ha marcado desdeentonces la historia del pas: salitre primero, y cobre poco despus. En las pampas salitreras seform el primer gran contingente de asalariados obreros de Amrica Latina, desde mediadosdel siglo XIX, y ms tarde fue en el cobre que se form la columna vertebral de lasorganizaciones sociales y polticas de los obreros chilenos de la vieja repblica. Los beneficios,distribuidos entre la burguesa britnica y la chilena, permitieron el impulso de la agriculturacomercial y de la economa comercial urbana. Se formaron nuevas capas de asalariadosurbanos y nuevas capas medias relativamente amplias, junto con la modernizacin de unaparte importante de la burguesa seorial. Fueron esas condiciones las que hicieron posibleque los trabajadores y las capas medias pudieran negociar con algn xito, desde 1930-35, lascondiciones de la dominacin/explotacin/conflicto. Esto es, de la democracia en las

    condiciones del capitalismo. De ese modo, pudo ser establecido un poder configurado comoEstado-nacin de blancos, por supuesto. Los indios, exigua minora de sobrevivienteshabitando las tierras ms pobres e inhspitas del pas, fueron excluidos de ese Estado-nacin.Hasta hace poco eran sociolgicamente invisibles. Ahora no lo son tanto, comienzan amovilizarse en defensa de esas mismas tierras que tambin arriesgan perder frente al capitalglobal.

    El proceso de homogeneizacin de los miembros de la sociedad imaginada desde unaperspectiva eurocntrica como caracterstica y condicin de los Estados-nacin modernos, fuellevado a cabo en los pases del Cono Sur latinoamericano no por medio de la descolonizacinde las relaciones sociales y polticas entre los diversos componentes de la poblacin, sino porla eliminacin masiva de unos de ellos (indios, negros y mestizos). Es decir, no por medio de lademocratizacin fundamental de las relaciones sociales y polticas, sino por la exclusin de una

    parte de la poblacin. Dadas esas condiciones originales, la democracia alcanzada y el Estado-nacin constituido, no podan ser afirmados y estables. La historia poltica de esos pases, muyespecial desde fines de los 60 hasta hoy, no podra ser explicada al margen de esasdeterminaciones40.

    Mayora india, negra y mestiza: el imposible "moderno Estado-nacin"

    En el resto de pases latinoamericanos, esa trayectoria eurocntrica hacia el Estado-nacin seha demostrado hasta ahora imposible de culminar. Tras la derrota de Tupac Amaru y de Hait,slo en los casos de Mxico y de Bolivia se lleg tan lejos como se pudo en el camino de ladescolonizacin social, a travs de un proceso revolucionario ms o menos radical, durante elcual la descolonizacin del poder pudo recorrer un trecho importante antes de ser contenida yderrotada. En esos pases, al comenzar la Independencia, principalmente aquellos que fueron

    demogrfica y territorialmente extensos a principios del siglo XIX, aproximadamente poco msdel 90% del total de la poblacin estaba compuesta de negros, indios y mestizos. Sin embargo,

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    en todos estos pases, durante el proceso de organizacin de los nuevos Estados, a dichasrazas les fue negada toda posible participacin en las decisiones sobre la organizacin social ypoltica. La pequea minora blanca que asumi el control de esos Estados se encontrinclusive con la ventaja de estar libre de las restricciones d