rafael argullol 'cazador de instantes

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El cazado r de instan tes

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Page 1: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

El cazador

deinstantes

Page 2: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

- Para reír de verdad, con libertad absoluta, es necesario creer que Dios no existe, o que, de existir, es un magnifico burlón, un gran reidor que suelta sus divinas carcajadas para ahuyentar el pánico que siente por ser Dios.

EL GRAN REIDOR

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- Todos somos Damocles, todos tenemos la espada que pende sobre nuestras cabezas.

- Lo auténticamente distinto, sin embargo, es tañer el solitario cabello que la sostiene y escuchar así el sonido de la vida.

DAMOCLES

Page 4: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

A medida que hemos avanzado en nuestra sofisticada tecnología de la simulación y, sobre todo, a medida que hemos creído en ella con una fe cada vez más inconmovible, se han ido invirtiendo los personajes de la parábola platónica: ahora las sombras que desfilan al fondo de la caverna son lo único verdaderamente real, mientras que han dejado de existir los hombres que paseaban libremente por el exterior de la cueva.

Lo que, sin embargo, no ha cambiado es la ignorancia de los prisioneros, justamente condenados a permanecer en el error por ser demasiado creyentes.

Page 5: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

- El obseso del Absoluto antes o después acaba extirpando el detalle, es decir, la vida.

EL DETALLE

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- Lo profundamente desconocido no es lo que todavía no sabemos, sino lo que jamás podremos saber. Aquello demasiado perverso para nuestra inteligencia, demasiado brutal para nuestra sensibilidad. Aquello demasiado sabio pero de una sabiduría vuelta al revés, oscura belleza del trance que repele y maniata a nuestra acobardada razón.

TRANCE

Page 7: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

- Siniestro oficio el del sacerdote de cualquier época: castrar a Dios, presentar el misterio domesticado, envilecido, cubierto con la mordaza del dogma. Para liberar al misterio, para sumergirnos en sus escondrijos fascinantes y terribles debemos matar al guardián que vigila la puerta de nuestros corazones Debemos eliminar al sacerdote.

MYSTERIUM TERRIBILE ET FASCINANS

Page 8: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

- Qué importan los lectores, el público, la humanidad, esos títulos que utilizamos para ocultar el espanto que nos producen los anónimos habitantes del vacío. Ellos no importan. Importas tú, el único destinatario de ese momento irrepetible.

Page 9: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

- Durante esos períodos de placer en que nos sometemos gustosamente al caos de los sentidos, el mundo desaparece de nuestra perspectiva. Mas bien: no cabe en ella, porque ya todo el espacio está ocupado. No hay mayor tiranía que la del cuerpo cuando se arroga la pretensión de ser él, y únicamente él, la voz del mundo.

FUERA DEL MUNDO

Page 10: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

- Nunca se escribe con tanta libertad como cuando uno lo hace bajo el dictado del instante. Sin un plan premeditado, sin voluntad de arte, sin pensar en las consecuencias de lo que se esta escribiendo. Simplemente porque, en aquel momento, la hoja de papel es el único interlocutor. En esas circunstancias no importa la literatura, importa la compañía.

COMPAÑÍA

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ESTALLIDOCada momento estalla en múltiples caminos, pero esas explosiones nos asustan tanto que preferimos situar la vida en la sórdida paz de un callejón sin salida.

Page 12: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

VER MUNDOCuando las circunstancias nos lo exigen, debemos quemar las naves, sin temer que esta acción nos vaya a impedir el regreso a la patria.

La Tierra es redonda y siempre podemos regresar por el otro lado con la ventaja de que, gracias al largo rodeo, veremos mundo.

Page 13: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

FUEGO CRUZADOLa vida es más simple para los que se aferran a un único punto de vista, pero resulta más rica para los que la abordan desde múltiples trincheras.

El riesgo, en este caso, es quedar atrapado en el fuego cruzado que tú mismo estás disparando.

Page 14: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

LA IGNORANCIALa abrumadora información a que se nos somete a cada instante embota el cerebro y adormece la sensibilidad.

Deberíamos administrar la ignorancia contra la tiranía de los informados.

Page 15: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

LA ESPUMA DE LAS OLASHablamos mucho pero decimos poco, oímos mucho pero escuchamos poco: lo superfluo rodea el reino de lo auténtico como la espuma de las olas rodea la boca del remolino.

Y sentimos pavor de ser engullidos.

Page 16: Rafael Argullol 'Cazador de instantes

V EL ENCANTADOR DE SERPIENTES

Cuando el encantador de serpientes toma las riendas de la ciudad los súbditos expresan su satisfacción.

Piensan que mientras dure la danza de las serpientes no hay que temer la picadura. No saben todavía que es precisamente a través de su danza que se inocula el veneno

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CATÁBASISHay que desconfiar de aquellos que no han descendido a los infiernos al menos una vez en su vida. Sobre todo, no sirve para el oficio de seres humanos: no han pasado la prueba que permite alcanzar el título de hombre.

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Rafael Argullol Murgadas (Barcelona, 1949), narrador, poeta y ensayista, es catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. Es autor de 25 libros en distintos ámbitos literarios

Ha estudiado Filosofía, Medicina, Economía y Ciencias de la Información en la Universidad de Barcelona y ha asistido a cursos en la Universidad de Roma, en el Warburg Institute de Londres y en la Universidad Libre de Berlín, doctorándose en Filosofía (1979) en su ciudad natal. Como profesor ha enseñado en universidades europeas y americanas y ha dado conferencias en ciudades de Europa, América y Asia. Colaborador habitual de diarios y revistas, ha vinculado con frecuencia su faceta de viajero y su estética literaria. Ha intervenido en diversos proyectos teatrales y cinematográficos. Ha ganado el Premio Nadal con su novela La razón del mal (1993), y el Premio Ensayo de Fondo de Cultura Económica con Una educación sensorial (2002)

La ‘caza de instantes’ de DOUCE