raymond brown - el evangelio segun juan 02

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El Evangelio según Juan km-xxí RAYMOND E, BROWN, S.S. lEOJCIONE, C^STÍANDAD

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El Evangelio segn Juan

km-xx

RAYMOND E, BROWN, S.S.

lEOJCIONE, C^STANDAD

EL EVANGELIO SEGNJUANXIII - XXIINTRODUCCIN, TRADUCCIN Y NOTAS por RAYMOND E. BROWN, S.S. Segunda edicin

EDICIONES CRISTIANDAD Srrrmto, 51 - l." MADRID

Ttulo original THE COSPEL ACCORDIJVG TOJOHN

(XIII-XXI)

CONTENIDO DE ESTE VOLUMEN Prefacio III. EL LIBRO DE LA GLORIA 835

Fue publicado por Doubleday Se Company, Inc., Carden City, Nueva York 2 1978, despus de doce reimpresiones. 1979, primera edicin en espaol Traduccin de J. VALIENTE MALLA Nihil obstat Males M. Bourke, SSL, S T D Imprimatur Joseph P. O'Brien, S T D Nueva York, 27 junio, 1970

Primera parte: La Ultima Cena 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. La cena. El lavatorio de los pies (13,1-20) La cena. Prediccin de la traicin (13,21-30) El ltimo discurso: observaciones generales El ltimo discurso: primera seccin, introduccin (13,3138) El ltimo discurso: primera seccin, primera unidad (14,1-14) El ltimo discurso: primera seccin, segunda unidad (14,15-24) El ltimo discurso: primera seccin, tercera unidad (14,25-31) El ltimo discurso: segunda seccin, primera subdivisin (15,1-17) El ltimo discurso: segunda seccin, segunda subdivisin (15,18-16,4a) El ltimo discurso: segunda seccin, tercera subdivisin, primera unidad (16,4b-15) El ltimo discurso: segunda seccin, tercera subdivisin, segunda unidad (16,16-33) El ltimo discurso: tercera seccin, primera unidad (17, 1-8) El ltimo discurso: tercera seccin, segunda unidad (17,919) El ltimo discurso: tercera seccin, tercera unidad (17,2026) Segunda parte: El relato de la Pasin 60. 61. Kl relato de la Pasin: observaciones generales 1.157 El relato de la Pasin: primera seccin, primera unidad (IKJ-12) 1.180 850 882 892 922 938 963 979 991 1.026 1.050 1.069 1.096 1.119 1.133

Derechos para todos los pases de lengua espaola en LUICIONES CRISTIANDAD, S. L. Segunda edicin, Madrid 2000 ISBN: 84-7057-425-6 (Obra completa) ISBN: 84-7057-427-2 (Tomo II) Depsito legal: M. 44.718-1999 (II)

57. 58. 59.

Printed in Spain Grafomedia, S.A. - Lanuza, 17 - 28028 Madrid

II

CONTKNIIM)

62. 63. (i 1. 65. 66.

El relato de la Pasin: primera seccin, segunda unidad (18,13-27) El relato de la Pasin: segunda seccin, episodios 1-3 (18,28-40) El relato de la Pasin: segunda seccin, episodios 4-7 (19,l-16a) El relato de la Pasin: tercera seccin, introduccin, episodios l-4(19,16b-30) El relato de la Pasin: tercera seccin, episodio 5 y conclusin (19,31-42) Tercera parte: La resurreccin de Jess

1.198 1.227 1.265 1.296 1.341 La idea original de esta obra era desarrollar el comentario al Evangelio y las Cartas de Juan en dos volmenes. Sin embargo, la ampliacin de la serie para incluir en ella los Apcrifos hizo posible un reajuste, y los editores han tenido a bien aprobar un tercer volumen para los escritosjonicos, de forma que el comentario al Evangelio ocupa los dos primeros, mientras que el ltimo estar dedicado a las Cartas. El autor agradece vivamente la posibilidad de consagrar un volumen entero a los captulos 13-21 del Evangelio, pues si bien son ms breves que los anteriores, los relatos de la pasin y resurreccin contenidos en ellos exigen una comparacin pormenorizada con los sinpticos. Los ndices de este segundo volumen se refieren a los dos tomos de la obra. El primer volumen fue publicado en 1966, de forma que han pasado cuatro aos hasta la terminacin de todo el comentario. Durante este intervalo dedic el autor parte de su tiempo a cumplir otro compromiso previamente adquirido, concretamente, su intervencin como director del Comentario Bblico San Jernimo (5 vols., Ediciones Cristiandad, Madrid 1971-72). Pero ese lapso de tiempo fue tambin necesario para desarrollar todo el trabajo que exiga el presente volumen. El autor agradece a los editores la paciencia que mostraron al no urgirle para que entregara el volumen hasta su total preparacin. Recordando la lista de investigadores fallecidos antes de terminar su obra sobre el cuarto Evangelio (Bernard, Hoskyns, Lightfoot, Sanders, Van den Bussche, por no mencionar al propio autor del Evangelio), se siente uno afortunado por haber visto al menos en la imprenta sus 1.400 pginas de comentario. En este volumen se ha tenido en cuenta la bibliografa publicada sobre la segunda parte del cuarto Evangelio (caps. 13-21) hasta mediados de I96). Pero en el lapso transcurrido desde el primer volumen han aparecido importantes trabajos pertinentes a la Introduccin y a la primera parle del Evangelio. I lemos de mencionar ante todo la magnfica bibliografa de E. Malalesla. .S7. Jo/nt's Cospel, 1920-65 (Analecta PREFACIO

67. 68. 69.

La resurreccin: observaciones generales La resurreccin de Jess: primera escena (20,1-18) La resurreccin de Jess: segunda escena (20,19-29) Conclusin: Declaracin de las intenciones del autor

1.384 1.402 1.453

70.

Declaracin de las intenciones del autor (20,30-31)

1.501

IV. 71. 72. 73.

EL EPLOGO

Jess resucitado se aparece a los discpulos junto al Mar de Tiberades (21,1-14) 1.512 Jess resucitado habla a Pedro (21,15-23) 1.558 La (segunda) conclusin (21,24-25) 1.585 APNDICES

I. II. III. IV. V.

Vocabulariojonico La Palabra Signos y obras Ego eimi, Yo soy El Parclito

1.599 1.635 1.645 1.657 1.667 i ggi 1.695

ndice onomstico ndice analtico

s:(

l'KIIACIO

PREFACIO

837

bblica .'32; Roma 1967). Completando esta obra con el material referente a Juan recogido por I}. Metzger, Index to Periodical Literature on Clnisl and the Gospels (New Testument Tools and Studies 6, Leiden I 966), se tiene prcticamente a la vista todo cuanto se ha escrito sobre el tema. En las pginas 33-38 analizbamos y rechazbamos la teora de (|iie el cuarto Evangelio fue compuesto mediante el recurso de combinar tres o ms fuentes anteriormente escritas e independientes unas de otras. La nica de estas supuestas fuentes preevanglicas a la que atribuamos cierta plausibilidad era una relacionada con los signos (p. 34); hoy tenemos una fuente laboriosamente reconstruida y defendida por R. T. Fortuna, The Cospel of Signs (Cambridge Univ. Press 1970). El motivo de la oposicin a la sinagoga en este evangelio (pp. 87-94) ha sido estudiado a fondo por J. L. Martyn, History and Theology in the Fourth Gospel (Nueva York 1968). La escatologajonica (pp. 147-156 del vol. anterior) ha sido tema de investigacin para un discpulo de O. Cullmann, concretamente, P. Ricca, Die Eschatologie des vierten Evangeliums (Zurich 1966). La tradicin textual de este evangelio (pp. 168170 del volumen anterior) ha sido analizada con mucho detalle por R. Kieffer, Au del des recensions (Upsala 1968), quien ha desarrollado una teora de las relaciones textuales basada en un estudio minucioso de Jn 6,52-71. H. Leroy, Ratsel und Missverstdndnis (Bonner Biblische Beitrge 30; Bonn 1968) ha examinado desde la perspectiva de la crtica de las formas el fenmeno jonico del malentendido (p. 175 del vol. anterior). Muy importante ha sido la aportacin de W. A. Meeks, The Prophet-King (SNT XIV, 1967), que ha estudiado al Jess jonico a la luz de las tradiciones sobre Moiss en el pensamiento judo y samaritano. El tema de Moiss fue mencionado frecuentemente en el volumen anterior (pp. 75, 254-255, 304, 495, 609, etc.), pero Meeks ha aportado nuevas pruebas y ha ofrecido una lcida exposicin del cap. 7. F.-M. Braun ha aadido a su impresionante obra Jean le Thologien (Bibliografa selecta general del vol. anterior) un tercer volumen titulado Sa thologie: Le mystere de Jsus-Christ (Pars 1966). La enumeracin de todos los trabajos sobre pasajes aislados de Jn 1-12 sera demasiado extensa, pero hay dos monografas que merecen especial atencin: A. Feuillet, Le prologue du quatrime vangile (Pars 1968), y O. Kiefer, Die Hirtenrede (sobre Jn 10; Stuttgart 1967). Entre

los comentarios generales al cuarto Evangelio aparecidos desde 1966 hemos de mencionar: H. van den Bussche, Jean (Brujas 1967); J. Marsh, Saint John (Pelican Commentaries; Harmondsworth 1968); J. N. Sanders y B. A. Mastin, The Gospel According to St. John (Harper's Commentaries; Nueva York 1968). Facile princeps es la primera parte del impresionante comentario de R. Schnackenburg, cuyo original alemn (Introduccin, caps. 1-4) apareci en 1965; tambin se ha publicado la versin inglesa (Nueva York 1968) *. Para finalizar esas observaciones preliminares, el autor desea mostrar su gratitud a las muchas personas que le ayudaron. Michael Kinney y Judith Dollenmayer, as como su predecesora Susan Burchardt Watt, junto con el equipo de Doubleday, fueron magnficos colaboradores en todo momento. David Noel Frecdmen cuid la publicacin y aport valiosas sugerencias. Una vez ms dedic mucho tiempo a revisar el manuscrito John Kselman, el cual contribuy con su ayuda a mejorar esta obra. Lawrence Plutko acept la tediosa tarea de comprobar miles de referencias bblicas. Numerosos estudiantes del St. Mary's Seminary de Baltimore colaboraron en la lectura de las pruebas. A todos ellos y a cuantos le sugirieron ideas expresa el autor su gratitud.

* Despus de publicarse este volumen aparecieron la segunda y tercera parte de esa magna obra de Schnackenburg.

III EL LIBRO DE LA GLORIALa hora de Jess en que ser elevado hasta el Padre y glorificado de forma que pueda dar el Espritu a los que creen en l y de este modo engendrarlos como hijos de Dios. Pero a los que la aceptaron les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.

En el volumen anterior (pp. 179-180) manifestamos las razones existentes para dividir el cuarto Evangelio en Libro de los Signos (1,19-12,50) y Libro de la Gloria (13,1-20,31). Hay notables diferencias entre los dos libros. Primera, durante el ministerio pblico, tal como se describe en el Libro de los Signos, las palabras y las obras de Jess iban dirigidas a un amplio auditorio, provocando una crisis de fe: unos creyeron y otros se negaron a creer. El Libro de la Gloria, por el contrario, va dirigido al grupo reducido de los que creyeron. Segunda, los signos del primer libro anticipaban lo que Jess iba a hacer en favor de los hombres una vez glorificado. El segundo libro describe la glorificacin, es decir, la hora de la pasin, crucifixin, resurreccin y ascensin en que Jess es elevado hasta el Padre para gozar nuevamente de la gloria que tuvo junto a l antes de que existiera el mundo (17,5). Estas diferencias se manifiestan ya en el primer versculo del Libro de la Gloria: Saba Jess que haba llegado para l la hora de pasar de este mundo al Padre; haba amado a los suyos que vivan en el mundo y los am hasta el extremo (13,1). La vida del Jess jonico ha sido comparada con la oscilacin de un pndulo, que pasa de un punto ms elevado a otro ms bajo, para subir de nuevo a lo alto. Ciertamente, as lo podemos comprobar en el himno que llamamos Prlogo, que comienza en el cielo: La Palabra estaba en la presencia de Dios (1,1). Luego viene la crisis del ministerio: Estaba en el mundo... pero el mundo no la reconoci (1,10) y Nosotros hemos visto su gloria, la gloria de un Hijo nico que procede del Padre (1,14). Finalmente, la mirada se eleva de nuevo al cielo: Es Dios el Hijo nico, siempre junto al Padre (1,18). En el evangelio propiamente dicho se advierte la misma oscilacin pendular. El Hijo es el nico que ha descendido del cielo (3,13), pero es rechazado por muchos que prefieren las tinieblas a la luz (3,19); su curso llega al nadir cuando es rechazado por su propio pueblo: A pesar de tantos signos como Jess haba realizado ante ellos, no crean en l (12,37). El Libro de los Signos describa esta primera parte de la carrera del pndulo, concretamente, la trayectoria descendente. El Libro de la Gloria es la descripcin de la subida. La elevacin del

842

EL LIBRO DL LA GLORIA

EL LIBRO DE LA GLORIA

843

Hijo del Hombre, que atraer hacia s a todos los hombres (segn se predice en 12,32), comienza en la cruz, cuando Jess es materialmente alzado sobre la tierra. Para otros pudo ser la crucifixin un abatimiento, pero Jess entrega su vida con poder para tomarla de nuevo (10,18), y por ello la idea jonica de la crucifixin entraa un elemento de triunfo. Es sta una muerte que produce la glorificacin; Jess crucificado es proclamado rey en los principales idiomas del mundo (19,19-20). La elevacin de Jess prosigue en la resurreccin, interpretada como parte de su ascensin al Padre (20,17). Pero Juan no concluye el relato evanglico cuando el pndulo ha remontado del todo su curso y Jess se encuentra ya junto al Padre. Si Jess es Hijo de Dios, es un Hijo consagrado a aumentar la familia de Dios y a conseguir que otros hombres participen del amor divino del mismo modo que l participa. Por eso lo primero que hace el Jess glorificado es dar a los discpulos el Espritu Santo (20,22) que los engendra de lo alto (3,3.5), de forma que Dios es ya su Padre y Jess su hermano (20,17). Hemos dicho que la elevacin comienza con la crucifixin y culmina con la resurreccin y ascensin. Por qu, pues, incluimos en el Libro de la Gloria los captulos 13-17, en que se describe la Ultima Cena de Jess con sus discpulos y su extenso discurso final? En el Libro de los Signos veamos cmo los discursos de Jess, que iban a continuacin de los signos, servan para interpretarlos. En el Libro de la Gloria, la Ultima Cena y el discurso que precede a la glorificacin sirven de interpretacin a sta. El lavatorio del captulo 13 expone dramticamente el significado de la muerte de Jess: se trata de una muerte que limpia a los discpulos y los hace coherederos con Jess. El majestuoso discurso final asegura a los discpulos que la muerte de Jess no es el final. Significa su marcha hacia el Padre, pero una y otra vez les promete que retornar (en la resurreccin, al morar en ellos, en el Parclito, en la parusa) y que su retorno estar marcado por la paz y la alegra. Este retorno har posible que los discpulos permanezcan unidos ajess (15,1-17), y esta unin ser semejante ala que hay entre Jess y el Padre (17,21). La solemnidad del pensamiento y el estilo jonicos se evidencia una vez ms en el Libro de la Gloria; la presentacin de Jess en sus ltimas horas es una de las ms bellas composiciones de toda la literatura religiosa de la humanidad. El redactor jonico dir que no es posible escribir un libro ni muchos libros capaces de captar ntegramente la figura de Jess de Nazaret (21,25), pero el Libro de la Gloria est a la altura

de la empresa de dar testimonio a favor de Jess, tal como se lo propuso aquel discpulo al que l am de manera especial y que ms cerca que nadie estuvo de su corazn (19,35; 21,24; 13,23.25). Para estudiar el Libro de la Gloria, lo dividiremos en tres partes y una conclusin: Primera parte: la Ultima Cena (13-17); Segunda parte: el relato de la pasin (18-19); Tercera parte: la resurreccin de Jess (20,1-29); Conclusin (20,30-31). En cada una de ellas se dar una sinopsis detallada.

EL LIBRO DE LA GLORIA

PRIMERA PARTE

LA LTIMA CENA

CONTENIDO

PRIMERA PARTE: LA LTIMA CENA

(caps. 13-17)

I.

13,1-30: (1-20)

La cena ( 46-47).

El lavatorio ( 46). 1: Introduccin al Libro de la Gloria. 2-11: El lavatorio, interpretado como smbolo de la muerte de Jess, con referencia secundaria al bautismo. 2-3: Introduccin. 4-5: Lavatorio. 6-10a: Interpretacin en dilogo. 1 0 b - l l : Alusin a Judas. 12-20: Otra interpretacin del lavatorio, como ejemplo de un humilde servicio. 12-15.17: Interpretacin en discurso. 16 y 20: Sentencias aisladas con paralelos en Mateo. 18-19: Alusin a Judas. (21-30) Prediccin de la traicin ( 47). II. 13,31-17,26: (13,31-14,31): El ltimo discurso (48-59). Primera seccin: La partida de Jess y el futuro de los discpulos ( 49-52). Introduccin: El tema de la partida de Jess y el mandamiento del amor. Negacin de Pedro ( 49). Primera unidad: Jess es el camino hacia el Padre para todos los que creen en l ( 50). 1-4: Partida y retorno de Jess. 5: Transicin mediante una pregunta. 6-11: Jess como camino. 12-14: Poder de la fe en Jess (transicin a lo siguiente).

13,31-38:

14,1-14:

84815-24:

EL LIBRO DE LA GLORIA CONTENIDO

849

Segunda unidad: El Parclito, Jess y el Padre vendrn a los que aman ajess ( 51). 15-17: La venida del Parclito (pero no al mundo). El retorno de Jess. 18-21 Transicin mediante una pregunta. 22 La venida del Padre (con Jess). 23-24 Tercera unidad: Pensamientos finales de Jess antes de la partida ( 52). 25-26: Envo del Parclito como maestro. 27ab: El don de la paz como despedida. 27c-29: La partida de Jess. 30-31: La lucha con el Prncipe de este mundo.

4b-15:

Primera unidad: Partida de Jess y venida del Parclito (55). Transicin. Partida de Jess y tristeza de los discpulos. 8-11: El Parclito contra el mundo. 12-15: El Parclito como gua de los discpulos. Segunda unidad: El retorno de Jess traer gozo y conocimiento a los discpulos ( 56). Los discpulos vern de nuevo ajess y se alegrarn. 23b-33: Sus peticiones sern odas y entendern del todo ajess. 16-23a: 4b: 5-7:

25-31:

16-33:

(15-16)

Segunda seccin: La vida de los discpulos y su encuentro con el mundo despus de la partida de Jess ( 53-56). Primera ( 53)1-6: 7-17: El mashal. Desarrollo parentico sobre el amor. 7-10: Permanecer en Jess y en su amor. 11: Alusin al gozo como transicin. 12-17: El mandamiento del amor mutuo. subdivisin: La vid y los sarmientos

(17)

Tercera seccin: La oracin final de Jess ( 5759). Primera unidad: Jess, habiendo concluido su obra, pide ser glorificado ( 57). 1-5: 6-8: Jess pide ser glorificado. La obra de revelacin de Jess entre los discpulos.

1-8: 15,1-17:

9-19:

Segunda unidad: Jess ora por aquellos que el Padre le ha confiado ( 58). 9-16: Los discpulos y el mundo. 17-19: La consagracin de los discpulos y de

15,18-16,4a:

Segunda subdivisin: Odio del mundo ajess y a sus discpulos ( 54). 15,18-21: El mundo odia y persigue a los discpulos. 22-25: El pecado del mundo 26-27: El testimonio del Parclito. 16,1-4a: La persecucin de los discpulos. Tercera subdivisin: Duplicado de la primera seccin ( 55-56).

Jess.20-26: Tercera unidad: Jess ora por cuantos crean en l por la palabra de los discpulos ( 59). 20-23: La unidad de los que creen en Jess. 24-26: Jess desea que los creyentes permanezcan unidos a el.

16,4b-33:

JN 13.1-20

851

46.

LA CENA. EL LAVATORIO DE LOS PIES (13,1-20)

13 1 Era antes de Pascua. Saba Jess que haba llegado para l la hora de pasar de este mundo al Padre; haba amado a los suyos que vivan en el mundo y los am hasta el extremo. Estaban cenando. El diablo le haba metido ya en la cabeza a Judas, hijo de Simn Iscariote, entregar a Jess. 3 Jess, sabiendo que el Padre haba puesto todo en su mano, y sabiendo que haba venido de Dios y a Dios volva, 4 se levant de la mesa, se quit el manto y se ci una toalla; 5 ech agua en una jofaina y se puso a lavar los pies a los discpulos, secndoselos con la toalla que llevaba ceida. 6 Al llegar a Simn Pedro, ste le dijo: Seor, t lavarme los pies a m? 7 Jess le replic: Lo que yo estoy haciendo no lo entiendes ahora; lo comprenders ms tarde. 8 Replic Pedro: Lavarme t los pies? Jams. Jess le contest: Si no te lavo, no compartirs la herencia conmigo. 9 Simn Pedro le dijo: Seor, no slo los pies, tambin las manos y la cabeza. 1 0 Jess le contest: Uno que se ha baado no necesita lavarse [ms que los pies]; est limpio todo. Tambin vosotros estis limpios, aunque no todos. ( n Dijo que no todos estaban limpios porque saba quin lo iba a entregar.) Cuando acab de lavarles los pies se puso otra vez el manto, volvi a ocupar su puesto y les dijo: Comprendis lo que he hecho con vosotros? 13 Vosotros me llamis Maestro y Seor y con razn, porque lo soy. 14 Si yo os he lavado los pies, el Maestro y el Seor, tambin vosotros debis lavaros los pies unos a otros. 15 Porque os he dado ejemplo para que hagis vosotros lo mismo que yo he hecho.12 2

' " S , os lo aseguro: Un criado no es ms que su amo ni un enviado ms que el que lo enva. 17 Lo sabis? Pues dichosos vosotros si lo cumpls. ' 8 No lo digo por todos vosotros; yo s bien a quines eleg, pero tiene que cumplirse la Escritura: El que come de mi pan me ha puesto la zancadilla. 19 Os lo digo ya ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creis que YO SOY. 2() S, os lo aseguro: quien recibe a uno cualquiera que yo enve, me recibe a m, y quien me recibe a m, recibe al que me ha enviado.

NOTAS 1 .'5,1. Era antes de la Pascua. Traduccin libre. Literalmente hay una frase preposicional seguida de dos participios y un verbo principal: Antes de la fiesta de Pascua, Jess, sabiendo..., habiendo amado..., demostr ahora su amor. Bultmann, 352, siguiendo a W. Bauer y a algunos Padres griegos, argumenta que la frase cronolgica debe modificar al primer participio (= Jess saba antes de la Pascua), ya que no se puede asignar una fecha al amor de Jess. Jeremas, EWJ 80, como piensa que la Ultima Cena fue una comida pascual, acepta esta opinin, para evitar que en virtud de esta frase se feche la Ultima Cena en un momento anterior a la Pascua. Sin embargo, Grossouw, I 28, opina que la frase ha de ser construida gramaticalmente con el verbo principal y que lo que se fecha antes de la Pascua no es el sentimiento del amor, sino una de sus expresiones concretas, es decir, la muerte de Jess (incluyendo el lavatorio de los pies como accin simblica de esa muerte). Quiz debamos renunciar a una total exactitud, ya que la frase modifica probablemente tanto el conocimiento como el acto del amor. Se inserta para dar una situacin tanto teolgica como cronolgica a toda la pasin de Jess, no NIO u la cena. Juan lia venido estructurando hasta este momento su relato mediante referencias a la prxima Pascua, en 11,55 y sobre todo en 12,1 (seis das antes de la Pascua; sobre las actividades de los das intermedios,

852

LA CENA. EL LAVATORIO DE LOS PIES

JN 13,1-20

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cf. 12,12.36). La tarde de esta comida y el da siguiente, en el que Jess morir, constituyen la vspera de la Pascua; cf. comentario. pasar. Metalambanein se usa en 5,24 y en 1 J n 3,14 con el significado de pasar de la muerte a la vida. Beda el Venerable vio aqu un juego de palabras con el nombre de la fiesta de Pascua (tambin Nestorio; cf. C. A. Phillips y J. R. Harris, E T 38 [1926-27] 233); algunos autores modernos le siguen. Pero ni en el uso de los LXX ni en Josefo hay indicios de que este verbo estuviera relacionado con la idea de pasar sobre. Parece ms bien que en 13,1 se refunden simplemente las palabras de Jess en 16,28: Ahora dejo el mundo y me vuelvo con el Padre. de este mundo. El mundo aparecer frecuentemente en estos captulos, casi siempre con el significado de mbito del mal. El mundo tiene a los suyos y los ama (15,19), del mismo modo que Jess tiene a los suyos y los ama tambin. Aqu, sin embargo, el contraste entre el mundo y el Padre no tiene el sentido de una oposicin entre el bien y el mal, sino ms bien entre lo de abajo y lo de arriba (3,31). haba amado. En el original, un participio que es un aoristo complexivo que abarca todo el ministerio pblico. que vivan en el mundo. Se anticipa 17,15: No te ruego que los saques del mundo. los am. El aoristo indica un acto terminante. Este versculo ha sido estudiado por C. Spicq, RB 65 (1958) 360-62. hasta el extremo. La expresin eis telos tiene un doble significado: total, absolutamente y hasta el fin de la vida, es decir, hasta la muerte. En 15,13 se presenta la muerte voluntaria como la expresin suprema del amor. El verbo telein aparece en labios de Jess en el momento de morir: Est cumplido (19,30). En el vol. I (823, 830-33) hemos visto las semejanzas existentes entre el relato jonico del final del ministerio pblico y la parte final del Deuteronomio. Ahora podramos recordar Dt 31,24: Cuando Moiss termin de escribir los artculos de esta ley hasta el final [LXX: eis telos]... 2. Estaban cenando. Esta frase forma parte de una construccin con dos genitivos absolutos consecutivos: Desarrollndose la cena, habiendo metido el diablo en la cabeza..., 3 Jess, sabiendo... Hay otra lectura que cuenta con buenos testimonios a su favor: Cuando la cena ya estaba acabada. Sin embargo, el v. 26 indica que todava hay sobre la mesa algunos platos con alimentos. Juan no utiliza el artculo antes de cena, como sera de esperar si estuviera hablando de la comida pascual. Los sinpticos no se refieren a esta comida como si fuese una cena, pero Pablo habla en 1 Cor 11,20 del banquete eucarstico conmemorativo como la cena del Seor. Juan no aporta precisiones sobre el lugar en que se celebraba la comida. Es de suponer que fue en

Ji-rusaln, teniendo en cuenta 18,1. Nada se dice de una estancia en el piso alto (Me 14,14-15). ya. Me 14,10-11 y par. narran la entrega de Jess por Judas a los sumos sacerdotes como ocurrida antes de la Ultima Cena. Juan podra estar de acuerdo, aunque este versculo significara simplemente que Judas haba llegado a la etapa en que estaba tramando sus planes. le haba metido ya en la cabeza a Judas. Hay dos lecturas en el original: a) El diablo haba metido (ballein) ya en el corazn que Judas lo entregara, b) El diablo haba metido ya en el corazn de Judas que lo entregara. Bultmann, 353% sugiere que b) es la lectura original y que los escribas la cambiaron por a), ms ambigua, porque al parecer estaba en contradiccin con el v. 27. Sin embargo, a) est mejor atestiguada ( P 6 6 , Vaticano, Sinatico) y debera preferirse como lectura ms difcil; b) representa probablemente un intento de aclame ion de los escribas. Pero si aceptamos a), a quin pertenece este corazn? Harret, 365, piensa que es el corazn del propio diablo (= el diablo se decidi), pero el hecho de que el verbo est en activa supone una dificultad. Otros sugieren que se alude al corazn de Judas: el diablo haba puesto en el corazn (de Judas) que Judas entregara a Jess. La construccin resulta torpe, pero W. Bauer piensa que se dej para el final de la sentencia la mencin del nombre de Judas para acentuar el efecto dramtico. Hay realmente escasa diferencia entre las dos interpretaciones de a). Judas, hijo de Simn Iscariote. Los manuscritos estn divididos acerca de .si Iscariote modifica a Judas o a Simn. Preferimos la primera posibilidad, siguiendo a P 6 6 , Vaticano y Sinatico. Cf. nota a 6,71. Se leera: Judas, hijo de Simn, el Iscariote. entregar a Jess. Cf. nota a 6,64. 3. le haba puesto todo en su mano. Literalmente, haba dado en sus iiuinos; la misma expresin aparece en 3,35. haba venido de Dios y a Dios volva. Ignacio, Magnesios, 7, 2, parece hacerse eco de estas palabras: ...Jesucristo, que vino del Padre nico, el nico con el que est y el nico al que retorn. Cf. segunda nota a 5,19. 4. se quit. Literalmente, depuso; es el mismo verbo (tithenai) usado en 10,1 1.1 5.1 7.18 para la entrega de la vida. No se puede excluir un paralelismo deliberado, ya que la accin correspondiente de tomar (el manto y la vida) NC expresa tambin con un mismo verbo (lambanein) en 13,12 y 10,17.18. De cute modo se ponen en relacin el lavatorio de los pies y la muerte del Seor. manto. Era de esperar el empleo del singular himation, ya que obviamente se hace referencia a la prenda exterior, pero Juan emplea el plural topas tanto aqu como en el v. I 2.

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se ci. Jess se cie l mismo, como un siervo (Le 12,37; 17,8). 5. una jofaina. Literalmente, la jofaina; el artculo indica que se trata de un recipiente de uso habitual en las comidas (lajarra). Jeremas, EWJ 100 , considera el uso del artculo como uno de los numerosos semitismos de estos versculos. Fuera de este pasaje, el trmino nipter slo aparece en una inscripcin chipriota de poca romana, pero como niptein significa lavar, debe de tratarse de un recipiente destinado a lavar algo (el sufijo -tr indica instrumentalidad o accin). En el Prximo Oriente antiguo, la accin de lavarse no se realizaba habitualmente con un recipiente para contener el agua, sino derramando sta sobre las diferentes partes del cuerpo (2 Re 3,11). a los discpulos. Quines asistieron a la Ultima Cena? Se requera la presencia de al menos diez personas para celebrar la comida pascual. Me 14,17 y M 26,20 mencionan a los Doce (Le 22,14, los apstoles). Jeremas, EWJ 46, indica que esto no supone necesariamente la exclusin de las mujeres que haban seguido ajess desde Galilea (Me 15,40-41).Juan no menciona a los Doce, pero una comparacin entre 1.3,18 (a quines eleg) y 6,70 (no os eleg yo a los doce?) hace plausible la idea de que Juan pensara aqu en los Doce. Los nombres propios mencionados en el relato jonico de la cena aparecen tambin en las listas de los Doce de los sinpticos: Judas Iscariote, Pedro, Toms, Felipe, otro Judas (lista de Lucas) y hasta el discpulo amado, si es que se trata de Juan de Zebedeo (vol. I, 122-123). los pies. Parece que los discpulos estaban reclinados en lechos, sobre el costado izquierdo. Con el brazo izquierdo se apoyaran y el derecho les servira para alcanzar los manjares puestos en los platos que haba sobre una mesa colocada en el centro de los lechos (cf. nota al v. 2.3). Jess tendra que moverse alrededor del crculo de lechos para lavar los pies de los discpulos. No era normal que los comensales estuvieran reclinados en lechos durante las comidas normales, sino que se trata de una costumbre peculiar de la Pascua (Jeremias, EWJ 48-49). 6. Al llegar a Simn Pedro. Es ms verosmil que Pedro fuera el ltimo (Orgenes) y no el primero (Agustn). Los datos aducidos no son suficientes a favor de lo segundo. Despus de discutir con Pedro, Jess dice: Vosotros estis limpios. Cf. tambin nota al v. 23. 7. ahora. Falta en V S s l n y en algunas copias de la VL; P 6 6 parece confuso. ms tarde. Literalmente, despus de estas cosas \tauta\. La expresin resulta vaga en s (cf. nota a 2,12), pero el sentido es probablemente el mismo que en 12,16: Los discpulos no comprendieron esto = estas cosas a la primera; pero, cuando Jess fue glorificado, recordaron que haban hecho con l [estas cosas, y que estas cosas eran precisamente] lo que estaba escrito [acerca de l].

8. Jams. El ou me tiene aqu la fuerza de un juramento (Jeremias, EWJ 209-10). no compartirs. Segn P. Joon, RSR 17 (1927) 214, el presente tiene aqu valor de futuro y es un aramasmo. 9. Simn Pedro. Los testimonios textuales varan en cuanto a la forma del nombre; es posible que se trate de una aclaracin de los escribas en sustitucin de un l original. 10. baado. Hasta este momento, la conversacin ha girado en torno a la idea de lavarse (niptein); a partir de aqu se introduce el tema de baarse (louein). El primer verbo suele utilizarse en relacin con la limpieza de una parte del cuerpo, el segundo se aplica a la de todo el cuerpo. Niptein se utiliz en 9,7.11, donde es probable que el ciego se lavara nicamente los ojos o el rostro. lavarse [ms que los pies]. M.-E. Boismard, RB 60 (1953) 353-56, est a favor del texto ms breve posible, omitiendo todas estas palabras, como hacen el manuscrito minsculo griego 579, Tertuliano y algunos testigos de la VL. Lo ms frecuente es dudar de las palabras encerradas entre corchetes, cuya omisin cuenta con el apoyo del Sinatico, algunos testigos de la Vg. e importantes Padres de la Iglesia. De hecho, los Padres latinos no manifiestan ningn conocimiento de las palabras entre corchetes antes de la poca de Ambrosio, a finales del siglo IV, cuando esta lectura se introdujo en Occidente desde Oriente (cf. Haring, art. cit.). En el Cdice de Beza hay una amplificacin peculiar, as como en algunos testigos de la VL: lavar la cabeza, sino slo los pies. vosotros estis limpios, aunque no todos. T. H. Weir, E T 2 4 (1912-13)476, sugiere la posibilidad de un doble sentido en la expresin semtica subyacente, en la que se reflejara la ambigedad del hebreo kol y el arameo ^nir, que significan todo, entero, total. Los discpulos habran entendido que Jess les deca que estaban limpios, pero no del todo (sus pies estaban sucios), mientras que la intencin real de Jess era decir que no todos estaban limpios, porque uno de ellos era pecador. 11. (Dijo que no todos...) En vez de este versculo entero, el Cdice de Beza lee simplemente: Porque saba quin le traicionaba. quin lo iba a entregar. En el original, un participio presente que sugiere la idea de que la traicin ya estaba en marcha (cf. primera nota al v. 2). Sin embargo, Jeremias, EWJ 1 79 2 , cree que se trata de un aramasmo, concretamente, de un present' usado con valor de futuro. 1 2. volvi a ocupar su puesto. I literalmente, se recost de nuevo.

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Comprendis? Podra interpretarse como un imperativo: Entended lo que he hecho con vosotros. Hemos puesto lo que sigue en forma potica (vol. 1,170ss), pero no es seguro que todos los versculos comprendidos entre el 12 y el 20 vayan en el estilo propio de un discurso solemne. SB nicamente considera tales los vv. 16,19 y 20. 13. Maestro y Seor. Ambos ttulos (rab, mar) eran dados a los rabinos por sus discpulos (StB II, 558). El orden en que son mencionados podra reflejar un avance en su conocimiento por parte de los discpulos, ya que Maestro es ms frecuente en los primeros caps, del Evangelio, mientras que Seor lo es en los finales. 14. Siyo... tambin vosotros. Podra ser significativo el hecho de quejess cambie el orden de los ttulos, pues aqu se trata de quin es l realmente. Por otra parte, este cambio de orden podra ser simplemente una variacin estilstica. 16. criado... amo. O esclavo y dueo. En la comparacin parablica de base, kyrios se utiliza con el significado de dueo o amo, pero probablemente se juega tambin con el significado de kyrios como Seor, tal como se utiliz en el v. 14. enviado. El trmino apostlos tiene el sentido de emisario en la comparacin parablica de base, pero no es imposible que Juan piense en los discpulos como apstoles, es decir, como enviados a predicar la resurreccin. Cf. nota a 2,2. 17. Lo sabis? Literalmente, si..., con referencia a una realidad presente (BDF 372 l a ) : ahora lo entienden; en el futuro debern ponerlo en prctica. dichosos. El griego makarios se traduce frecuentemente por bendito, pero esto se presta a confusin. Es preciso mantener la distincin de los dos conjuntos de palabras (y de ideas), uno que podramos llamar participial y el otro adjetival: Participio pasivo: hebreo bafk, griego eulogetos, latn benedictus, castellano bendito. Adjetivo: hebreo 'asre, griego makarios, latn beatus, castellano dichoso (o bendito como adjetivo, pero en este caso no es posible mantener la distincin con respecto al participio). En su sentido propio, como participio pasivo, brk se aplica nicamente a Dios. Bendito sea el Seor (Sal 28,6) significa: que el Seor sea bendecido por los hombres; que le adoren y den culto. Cuando este participio se aplica por extensin a los hombres, sirve para invocar sobre ellos la benevolencia de Dios y de los otros hombres. As, una bendicin es una invocacin

pidiendo que alguien sea bendecido, alabado o colmado de favores. Por otra parte, el conjunto adjetival de palabras representado por 'asre no forma parte de un deseo ni invoca una bendicin. Ms bien reconoce una situacin ya existente de felicidad o buena fortuna. En el AT se aplican estos trminos adjetivales slo a los hombres, si bien en el N T se aplica makarios dos veces a Dios (1 Tim 1,11; 6,15). El reconocimiento de la buena fortuna de los hombres es muchas veces implcito desde el punto de vista de Dios; ocasionalmente la felicidad es un gozo futuro que ser recibido en el juicio, pero hacia el que alguien puede ya encaminarse y del que ya se tiene como una posesin incipiente. En consecuencia, un macarismo o bienaventuranza (= dichosos) es propiamente una proclamacin aprobatoria de hecho, que implica un juicio valorativo. En el NT, el macarismo refleja el juicio de que un estado escatolgico ha sido hecho posible en virtud del anuncio del reino. Mateo y Lucas contienen muchos macarismos de Jess; Juan slo consigna dos (aqu y en 20,29); el Apocalipsis contiene siete. 18. eleg. La idea es aparentemente quejess eligi a Judas a pesar de que saba la clase de hombre que era ste, lo que supondra quejess, segn Juan no se equivoc. Barrett, 370, indica otra posibilidad gramatical: Jess saba a quines haba elegido realmente, y entre stos no se contaba J u d a s . Sin embargo, comprese con 6,70: No os eleg yo a los doce? Y, sin embargo, uno de vosotros es un traicionero. (Recurdese que 6,70 se relaciona con el pasaje eucarstico de 6,51-58, que pudo hallarse originariamente en el contexto de la ltima Cena; cf. vol. I, 562.) tiene que. Literalmente, una oracin subordinada con hia. Esta frase ha sido interpretada tambin como un imperativo de tercera persona: Cmplase la Escritura (BDF 387 3 ). La idea de Juan en estos casos, sin embargo, suele tener sentido de finalidad: las cosas ocurren para que se cumpla el AT (cf. nota a 12,38). cumplirse. El uso del aoristo pasivo de pleroun referido al cumplimiento de las palabras sagradas previamente pronunciadas es comn en Mateo (doce veces) y en Juan (ocho veces); en Marcos se usa una sola vez (14,49, ya que 15,28 podra no ser autntico) y lo mismo en Lucas (24,44; cf. 4,21; 21,22). Este tipo de frmula de cumplimiento no aparece en Qumrn (J. A. Fitzmyer, N T S 7 [1960-61] 303). En casi todas las ocasiones en que emplean los evangelios esta frmula se hace referencia al cumplimiento del AT, concretamente a lo que fue dicho por el Seor, o a lo que fue dicho por los profetas o simplemente la Escritura. Pero hemos de advertir que Mt 2,22 consigna el cumplimiento de una profeca inidentificable, mientras que J n 18,9 y 32 se refiere al de unas palabras del mismo Jess. En Mateo indica el cumplimiento el mismo evangelista (sin embargo, cf. 26,56), y estos textos de cumplimiento aparecen dispersos por todo csic evangelio. En tres casos jonicos (ste,

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15,2.5 y 17,12), como en uno de Marcos y otro de Lucas, es Jess mismo el que seala el cumplimiento. Todos los textos jonicos de cumplimiento se encuentran en el contexto de la hora, es decir, de la pasin; ello es cierto incluso en 12,38, el nico texto de cumplimiento que aparece en el Libro de los Signos. Cf. J. O'Rourke, John's Fulfillment Texts: ScEccl 19 (1967) 43343; C. F. D. Moule, Fulfillment-Words in the New Testament: Use and Abuse: N T S 14(1967-68)293-320. la Escritura. Marcos tiene diecisiete citas del AT en su relato de la pasin; Juan tiene nueve, y sta es una de las cuatro que les son comunes. Ni Mateo ni Lucas la citan (cf. Dodd, Tradicin, 31-33). Los rabinos entendan que este pasaje se refera a la conspiracin de Ajitfel con Absalon contra David (2 Sm 15,12). come de mi pan. La mayor parte de los testimonios textuales est a favor de la lectura come pan conmigo, con la excepcin del Cdice Vaticano, que dice mi pan, pero podra tratarse de una armonizacin de los escribas con el pasaje del salmo 40,10 [9], tanto en los LXX como en el T M (si, como es normal, el sufijo hebreo lahmi se toma como un genitivo; realmente podra leerse como un dativo, conmigo). Por otra parte, el conmigo de Juan podra deberse a que los escribas se hicieron eco de Me 14,18. La cita de Juan difiere de los LXX en que usa alimentarse (trgein) en vez de comer (esthiein) y en el singular de pan (como el TM) en vez del plural. Tanto el T M como los LXX dicen exalt en vez de alz. me ha puesto la zancadilla. Literalmente, alz su taln contra m. Ensear a alguien la planta del pie es una muestra de desprecio en el Prximo Oriente; cf. E. F. Bishop, E T 70 (1958-59) 331-32. Tal accin se consideraba especialmente grave en un amigo que haba compartido la mesa del ofendido. La comida est llena de la tensin que supone la lucha entre Jess y el diablo (13,2.27), por lo que algunos ven en estas palabras un eco de Gn 3,15: Cuando t hieras [LXX: "aceches"] su taln, pero esta interpretacin parece muy rebuscada. 19. os lo digo... cuando suceda. El mismo tema aparece en 14,29; 16,4; tambin en Mt 24,25. Es un eco del AT: Por eso te lo anuncio de antemano, antes de que suceda... (Is 48,5). ya ahora. Literalmente, desde ahora (ap' arti), aunque el significado parece ser simplemente en este momento; en 14,29 se usa un ambiguo nyn. Sin embargo, BDF 12 3 , piensa que significa con seguridad (= amen) y lo compara con el uso de Mt 26,29.64. creis. Est mejor atestiguado el aoristo de subjuntivo (que indica una accin nica: la llegada a la fe plena) que el presente (que indica una fe continua). La pasin, muerte, resurreccin y ascensin, entendidas corno un todo, llevarn a los discpulos a un acto de fe completa en Jess.

que YO SOY. Algunos son partidarios de suplir un predicado implcito, el Mesas, a causa de la forma en que los rabinos entendan Sal 4 1 , que se acaba de mencionar. Sin embargo, en Juan no se insina la conexin del salmo con el Mesas davdico, por lo que probablemente debamos interpretar estas palabras en el sentido de un ego eimi absoluto (p. 1.657, infra) sobre la base de la analoga con otros pasajes como Jn 8,58, en que nada sugiere que haya de suplirse Mesas como predicado.

COMENTARIO Fecha y naturaleza

GENERAL de la Ultima Cena

Segn ios sinpticos (Me 14,12 y par.), J e s s tom u n a c o m i d a pascual con sus d i s c p u l o s la n o c h e antes d e su m u e r t e ; J e r e m a s , EWJ 41 ss, lo h a d e m o s t r a d o c o n t o d o detalle. La legislacin del A T (Lv 23,5) prescriba c o m e r la cena pascual en la tarde con q u e finalizaba el 14 y c o m e n z a b a el 15 de Nisn (en el calendario lunar, el c o m i e n z o del nuevo da e m p e z a b a a contarse a partir d e la puesta del sol). En consecuencia, para los sinpticos, la tarde en q u e fue c o n s u m i d a la ltima cena, j u n t o con la m a a n a y el m e d i o d a en q u e Jess fue crucificado, constituan el 15 d e Nisn, la fiesta de la Pascua. En c u a n t o al da de la semana, Me 15,42 especifica q u e la tarde de la crucifixin p r e c e d i a un s b a d o ; en c o n s e c u e n c i a , el 15 de Nisn abarc aquel ao d e s d e la puesta del sol de u n j u e v e s hasta la de u n viernes. J u a n nos presenta u n c u a d r o distinto. La ltima Cena se sita en u n tiempo anterior ala Pascua (nota al v. 1), mientras que la c o n d e n a y crucifixin d e J e s s se fechan claramente en la vspera de la Pascua, el 14 de Nisn ( 1 8 , 2 8 ; 1 9 , 1 4 ) . Slo u n a vez q u e el cuerpo d e J e s s estuvo d e p o s i t a d o en el sepulcro se p r o d u j o la p u e s t a del sol q u e sealaba el comienzo de la fiesta en q u e haba q u e c o m e r el b a n q u e t e p a s c u a l . A pesar de las diferencias en cuanto a las fechas del calendario, J n 19,31 c o n c u e r d a con Marcos en q u e el da d e la semana fue el q u e iba de la tarde del jueves a la del viernes. ,;(itil d e las dos versiones es la correcta? Cul fue el d a mas importante en la vida d e j e s s , el 15 de Nisn (Pascua) o el 14 d e Nisn (vspera d e la Pascua)? Y, en consecuencia, fue o no la Ultima Cena tina comida pascual? Puede q u e sea sta la cuestin de fechas m s discutida del N T , q u e s e g u r a m e n t e no p o d r e m o s resolver en el breve f.tludio q u e sigue. Para empezar, p o d e m o s referirnos a una teora

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recientemente propuesta sobre la base del calendario solar que, segn sabemos, utilizaban los esenios de Qumrn. En este calendario, la Pascua, el 15 de Nisn, caa siempre en martes por la tarde/mircoles. De acuerdo con esto, se ha tratado de demostrar que Jess celebr la Utima Cena en la tarde de un martes, que fue apresado aquella misma noche, que los distintos juicios se celebraron en los das siguientes y que finalmente fue muerto en viernes, el 14 de Nisn oficial. Esta teora ha sido enrgicamente defendida por A. Jaubert, The Date of the Last Supper (Staten Island, Nueva York 1965; cf. tambin N T S 7 [1960-61] 1-30) y por E. Ruckstuhl, Chronology of the Last Supper (Nueva York 1965). Sin embargo, junto con Benoit, Gchter, Jeremas y Blmzler, este autor no encuentra suficientes pruebas escritursticas para una reconstruccin tan elaborada y considera sumamente inverosmil que Jess, que no era un esenio, se hubiera atenido al calendario de esta secta (ya que la aceptacin de un determinado calendario era una cuestin religiosa). Cf. R. E. Brown, The Date ofthe Last Supper: BiTod 11 (1964) 727-33; cf. tambin N T E 160-67 207-17. Jeremas, EWJ 75-79, que se atiene a la cronologa de los sinpticos, ha realizado un heroico esfuerzo por demostrar que todas y cada una de las acciones que los evangelios sitan en el viernes (juicios, flagelacin, llevar la cruz, los hombres que regresan del campo, la crucifixin, la compra de aromas, la preparacin de la tumba y la sepultura) pudieron realizarse en Pascua sin que ello significara una violacin de la leyjuda. Sin embargo, tanta actividad en un da de fiesta supone una dificultad. Parece, por tanto, ms plausible aceptar la cronologa de Juan, conforme a la cual todas esas actividades habran tenido lugar en un da ordinario, no en una fiesta. La verdadera razn por la que Jeremias adopta esta postura es su conviccin de que la Ultima Cena fue una comida pascual. Es innegable que, incluso en Juan, aquella comida tiene ciertos rasgos pascuales; cf. tambin P. Benoit, The Holy Eucharist: Scripture 8 (1956) 97-108. Pero esta realidad no deja zanjada la cuestin cronolgica. Adelant Jess la comida pascual porque conoca que Judas estaba tramando entregarle para ser muerto antes de Pascua? Se atuvo Jess a un calendario distinto del oficial, de forma que para l la tarde del jueves era ya el 15 de Nisn, mientras que para el calendario oficial era todava el 14? (Lagrange ha sugerido que la cuenta de los das era distinta en Galilea y en Jerusaln; tambin Billerbeck ha sugerido que los fariseos y los saduceos contaban los das de manera distinta. Pero los datos aducidos como prueba son muy dbiles.)

Nosotros sugerimos que, por razones desconocidas, en la tarde del jueves, el 14 de Nisn del calendario oficial, el da antes de la Pascua, Jess hizo con sus discpulos una comida que revesta rasgos pascuales. Los sinpticos o su tradicin, influidos por estos rasgos pascuales, aceptaron apresuradamente la suposicin de que se trataba realmente de la Pascua; Juan, sin embargo, conserv los datos cronolgicos correctos. Por supuesto, tanto la tradicin sinptica como la jonica estaban interesadas en las posibilidades teolgicas que implicaba el contexto pascual en que muri Jess. Si Juan no identifica aquel da como el de Pascua, al menos presenta la condena a muerte de Jess como ocurrida en la vspera de la Pascua (19,14), la hora misma en que los sacerdotes empezaban a sacrificar los corderos pascuales en la explanada del templo. Las referencias de 19,29 al hisopo y de 19,36 a los huesos que no podan quebrantarse pueden ser tambin alusiones pascuales. (Sobre la relacin entre la cronologa pascual de Juan y la posterior contienda cuartodecimana en la Iglesia, cf. K. A. Strand,JBL 84 [1965] 251-58.)

Comparacin de los relatos jonicoy sinptico de la cena El relato jonico de la Ultima Cena difiere del que ofrecen los sinpticos en algo ms que la cronologa. Por hablar de las omisiones, Juan no narra los preparativos de la comida (Me 14,12-16 y par.) ni las palabras eucarsticas de Jess sobre el pan y el vino (Me 14,23-25 y par.; cf., sin embargo, vol. I, 562). En cuanto a los materiales peculiares, Juan narra el lavatorio de los pies (13,1-20) y recoge un extenso discurso (13,31-17,26); nada de todo esto aparece en los sinpticos. Sin embargo, hay algunos detalles interesantes acerca de lo ocurrido durante la comida que son comunes a ambas tradiciones:

DETALLES COMUNES A JUAN Y A LOS TRES SINPTICOS

I.

Un aviso en relacin con la traicin (de Judas): Jn 13,1819.2 1-23; antes de la eucarista en Me 14,17-21; Mt 26,20-25; despus de la eucarista en Le 22,22-23. El terna de que el traidor es alguien que lia comido con Jess aparece bajo formas

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distintas en Me 14,18 y Jn 13,18. En Marcos, Mateo y Juan aparece el anuncio uno de vosotros me entregar. La referencia a mojar el pan en el mismo plato aparece en Me 14,20, Mt 26,23 y j n 13,26-27, pero el relato jonico resulta ms dramtico. Por otra parte, la reaccin de sorpresa ante lo que dice Jess es ms dramtica en Me 14,19 y par., comparados conjn 13,22. 2. Un anuncio de la negacin de Pedro, durante la cena en Jn 13,38 y Le 22,31-34; despus de dejar la sala de la cena y en camino hacia el monte de los Olivos en Me 14,29-31 y Mt 26,33. 3. Una referencia al fruto de la vid: Jn 15,1-6; Me 14,25 y par., pero con un tratamiento muy distinto. 4. El tema de la alianza est implcito en la alusin de Juan a un (nuevo) mandamiento (13,34; 15,12.17, cf. p . 932, infra) y explcito en la descripcin sinptica de la sangre de la (nueva) alianza en Me 14,24 y par.

aproxima tanto a Lucas en el relato de la ltima Cena como en el de la pasin. Parece, por consiguiente, que Juan no depende de los relatos sinpticos sobre la cena, sino que arranca de una tradicin independiente.

Significado del lavatorio de los pies A primera vista parece que no hay dificultad alguna para interpretar el significado de la escena con que Juan abre el relato de la Ultima (.lena. Los vv. 14-17 afirman explcitamente que Jess, al lavar los pies a sus discpulos, les dio un ejemplo de humildad abnegada que deba ser imitado por ellos. Algunas pequeas sectas cristianas han entendido esta imitacin en sentido literal y han convertido el lavatorio de los pies en una prctica obligatoria; otros grupos la consideran una costumbre laudable, por ejemplo, como parte de la liturgia del Jueves Santo o, en el caso de los monasterios benedictinos, como parte de la hospitalidad debida a los invitados. Pero la mayor parte de los cristianos han estimado ya desde los comienzos que en los vv. 14-17, Jess trata de inculcar la imitacin del espritu con que l lav los pies a los discpulos. Incluso donde el lavatorio de los pies ha pasado a integrarse en la liturgia, ha sido entendido como un sacramental ms que un sacramento, es decir, como un rito sagrado de menor importancia. Muchos comentaristas de Juan se contentan con el simbolismo de l.i humildad, sugerido por el mismo relato, y no ven otro significado. Antiguamente as lo entendieron Crisstomo y Teodoro de Mopsueslia: modernamente han opinado lo mismo Lagrange, Bernard, Fiebigy van den Bussche, por no mencionar a otros muchos. J. Michl, art. cit., ha defendido enrgicamente esta posicin. Pero hay algunas dificultades. Los vv. 6-10 indican que lo hecho por Jess en el lavatorio de los pus es esencial si es que quieren compartir con l su herencia (v. 8) y, al parecer, esta accin los limpia del pecado (10). Todo ello implicara Igo ms que un ejemplo de humildad. Por otra parte, el relato adolece le una falta de armona; el v. 7 afirma que ms tarde llegarn al conocimiento de lo all realizado, aludiendo verosmilmente a un tiempo posterior a la resurreccin (el. nota), pero los vv. 12 y 17 indican cjue ya es posible entenderlo, como parece que sera el caso si slo se hubiera pretendido dar un ejemplo de humildad.

DETALLES COMUNES A JUAN Y A MARCOS/MATEO:

5.

Un anuncio de la dispersin de los discpulos, durante la cena en Jn 16,32 y despus de abandonar la sala de la cena en Me 14,27; Mt 26,31.

DETALLES COMUNES A JUAN Y A LUCAS:

6.

7.

Una leccin sobre la humildad a los discpulos: Jn 13,12-17; Le 22,24-27. La fraseologa es muy diferente, pero Le 22,27 describe algo que se parece mucho a lo que hace Jess en el relato jonico del lavatorio de los pies (cf. p. 875, infra). Una referencia al futuro de los discpulos en el reino o en la casa del Padre: Jn 14,2-3; Le 22,30. Tambin en este caso es muy distinta la fraseologa.

Las semejanzas ms estrechas se dan en 1, 2 y 5, pero aun en estos casos hay diferencias significativas entre Juan y los sinpticos. Si bien hay interesantes peculiaridades comunes a Juan y Linas, |uan no se

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Estas dificultades han llevado a algunos investigadores a buscar otro simbolismo en el lavatorio de los pies, aparte del ejemplo de humildad. Ello no resulta extrao, ya que no es raro que en Juan aparezcan estos simbolismos dobles, por ejemplo, a propsito del pan de vida. Orgenes relacionaba el lavatorio de los pies con la preparacin para predicar el evangelio. Bultmann ve en los vv. 6-11 una accin parablica que simboliza la purificacin de los discpulos en virtud de la palabra de Jess (15,3); Schwank, Exemplum, incluye el ejemplo de humildad en un smbolo de unin por el amor y ve en el mismo unas profundas implicaciones eclesiolgicas. Hoskyns y Richter consideran el lavatorio de los pies como un smbolo de la muerte de Jess. Otros investigadores han explorado las posibilidades sacramentales del simbolismo. El uso del agua sugiere con naturalidad el bautismo; ms adelante analizaremos las pruebas patrsticas en apoyo de una interpretacin bautismal del lavatorio de los pies. Algunos autores modernos (Goguel, Macgregor) han visto una alusin a la eucarista, ya que en Juan el lavatorio de los pies (un acto de amor) reemplaza a la accin de Jess sobre el pan y el vino (otra accin que tambin implica el amor de unos a otros; cf. 1 Cor 11,20-22). Cullmann ha expuesto nuevamente la teora de Loisy y W. Bauer, en el sentido de que el lavatorio de los pies se refiere a la vez al bautismo y a la eucarista. Siguiendo a Agustn, los escritores latinos a partir del siglo iv y los autores catlicos modernos han visto alusiones a la penitencia en el v. 10: ... no necesita lavarse ms que los pies, ya que la penitencia limpia los pecados cometidos despus del bautismo (cf. Grelot, art. cit.). Lohmeyer ha visto en el lavatorio de los pies incluso una especie de ordenacin apostlica (cf. nota al v. 16). No podemos analizar todas estas teoras. De las sugerencias sacramentales, nicamente una alusin al bautismo podra cumplir los criterios que hemos sugerido acerca del sacramentalismo jonico (vol. I, 123-126). Por ejemplo, la posible referencia a la eucarista no cumple el criterio externo del reconocimiento temprano y ampliamente difundido en la antigedad (Hugo de San Vctor en la Edad Media es uno de los primeros en proponer esta significacin). Tampoco hay pruebas internas a favor de que el autor tratara de hacer una referencia a la eucarista, ya que no se mencionan el pan, el vino o las acciones de comer y beber. Ms adelante analizaremos la referencia bautismal pero con ello no tratamos en modo alguno de sugerir que Jess bautizara a sus discpulos mediante el lavatorio de los pies. Ni damos a entender necesana-

mente que Jess realizara el lavatorio de los pies como un smbolo del bautismo, pues tratamos nicamente de las intenciones del autor. En otros pasajes de Juan aparece el simbolismo sacramental en un segundo plano, como una reinterpretacin de hechos o palabras de Jess que poseen un significado primario y relacionado con el mismo ministerio. En consecuencia, si el lavatorio de los pies es un smbolo del bautismo, tendra que haber sido primariamente un smbolo de la muerte de Jess. Tambin analizaremos esta posibilidad.

Unidad de la escena Estrechamente relacionado con el problema de si hay uno o ms significados simblicos en el lavatorio de los pies est el de si los vv. 120 constituyen una unidad original. Si el nico significado del lavatorio de los pies es un ejemplo de humildad, la escena podra representar una combinacin, nada extraa en Juan, de accin (1-11) y subsecuente interpretacin mediante un discurso (12-20). Hirsch y Lohmeyer se cuentan entre los partidarios de la unidad, postura que ha sido defendida recientemente por Weiser, art. cit. Pero, si los vv. 6-11 constituyen otra interpretacin del lavatorio de los pies, parece poco verosmil que ambas interpretaciones, una mediante un dilogo (vv. 6-11) y otra mediante un discurso (vv. 12-20), formaran desde siempre parte de la escena. Otro argumento en contra de la unidad es la indicacin conflictiva, a que antes nos hemos referido, de si el significado del lavatorio de los pies ser entendido nicamente en el futuro (v. 7) o puede ser comprendido ya (vv. 12, 17). Los partidarios de que se trata de una escena compuesta ofrecen explicaciones conforme a las diversas teoras de la composicin de este evangelio (vol. I, 29ss). Veamos cmo aplican Bultmann y Boismard sus teoras a esta escena (cf. vol. 1,279-281). Bultmann, 351-54, opina que el relato del lavatorio de los pies representa una fuente escrita especial que fue sometida a un proceso tcdaccional. En esta fuente, los vv. 4-5 iban originalmente unidos a los vv. 12-20, mientras que los vv. 7-11 fueron aadidos ms tarde por el evangelista. En los versculos introductorios (1-3), en que aparecen ciertas repeticiones, slo son originales parte del v. 1 y todo el v. 3; el resto del v. 1 era una introduccin a la plegaria del cap. 17, mientras que el v. 2 era una glosa redaccional. Una crtica de esta postura puede vcr.se cu (roos.souw, art. cit.

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Boismard, art. cit., piensa que no se trata de una redaccin secundaria de un relato original, sino de dos relatos completos que han sido combinados. Da a estos dos relatos los ttulos de moralizante y sacramental, segn que el lavatorio de los pies se interprete como smbolo de humildad o del bautismo. Cada uno de los dos relatos tiene una introduccin, una descripcin del lavatorio de los pies y una interpretacin; a cada uno de ellos segua un anuncio de la traicin. Relato Relato m o ral iza n te sa era m en tal Introduccin Lavatorio de los pies Interpretacin Anuncio de la traicin 1-2 4-5 12-15,17 18-19 3 4-5 6-10(11) 21-30

parte con el prlogo de este evangelio el tema de los suyos, y del mismo modo que el prlogo es la introduccin a todo el evangelio y al I abro de los Signos en particular, el redactor pudo introducir este versculo para recordar el Prlogo y para presentar el Libro de la Gloria. En este caso, los vv. 2-3 constituiran la verdadera introduccin al lavalorio de los pies. El nico punto de la teora de Boismard que cuenta con rotundas pruebas a su favor es la sugerencia de que hay una doble interpretacin del lavatorio de los pies. La siguiente modificacin de la teora de Boismard pone de relieve el paralelismo de los vv. 6-11 con los vv. 12-20 como dos interpretaciones: (i-11 7 8 10a importancia de entender el lavatorio de los pies importancia de lo que Jess ha hecho: una herencia que deja o un ejemplo que ha de ser imitado efecto salvfico sobre los discpulos: la misma limpieza o la felicidad de quienes imiten su espritu pero no afecta a todos los discpulos la excepcin es el traidor 12-20 12 15 17 18a 18b-19.

(Los vv. 16 y 20 se consideran redaccionales) En opinin de Boismard, la interpretacin moralizante del lavatorio de los pies es la original; en esto concuerda con Bultmann, Merx, Wellhausen, W. Bauer y muchos otros, mientras que Spitta y Richter estiman que la interpretacin (sacramental) de los vv. 6-10 es la ms original. Personalmente opino que la reconstruccin de dos relatos propuesta por Boismard es demasiado sistemtica. Por ejemplo, los vv. 21 30 parecen representar un material tradicional relacionado con la ltima Cena, que posee paralelos en la tradicin sinptica; incluirlos como parte integrante de un relato del lavatorio de los pies parece artificial, especialmente si se admite que no hay razones convincentes para referirlo al relato sacramental. Groussouw, art. cit., ha criticado convincentemente el esfuerzo por hallar la introduccin a los dos relatos en los vv. 1-3. Admitimos que hay un duplicado entre los vv. 1 y 3; pero si el v. 1 constituye una introduccin distinta del v. 3, parece ms plausible considerarlo como una introduccin a todo el Libro de la Gloria. El acto supremo de amor a que alude el v. 1 es, como indica la alusin a la hora, el acto de la pasin, la muerte, la resurreccin y la ascensin. (El v. 1 no est tan estrechamente relacionado con los vv. 12-20 como sostiene Boismard, ya que estos versculos se refieren a un ejemplo de humildad y no mencionan explcitamente el amor.) El v. I com-

10b 1 1

(I temos puesto entre corchetes las dos ltimas lneas teniendo en lienta la posibilidad de la tesis propuesta por Richter, 309, en el sentido de que 10b-l 1 no fueran originales, sino que se hubieran introducido como una imitacin redaccional de 18-19.) Si en la actualidad tenemos juntas dos interpretaciones completas del lavatorio de los pies cu la escenajonica, cul de ellas pertenece a la redaccin original del evangelio? (lo cual no equivale a plantear la cuestin de cul es la ms antigua: en el vol. I, 40ss, sugerimos que el redactor pudo a veces aadir al evangelio unos materiales genuinamente antiguos). La misma forma parece sugerir que la primera interpretacin (6-11) es ms original. Ya liemos visto que, cuando en el curso de la redaccin se ha aadido al evangelio otra unidad de material jonico, la tendencia dominante era a aadirlo al final de una seccin en vez de interrumpir la unidad ya existente (cf. 3,31-36; 6,51-58; 12,44-50; tambin 15-16, infla). En el caso que estudiarnos, los vv. 6-11 van ligados ms estrecliamenle a la accin de lavar los pies que los vv. 12-20, que fcilmente pudieron ser aadidos. El dilogo de 6-10 no tiene otra posible refe-

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rencia que el lavatorio de los pies, mientras que algunas de las sentencias contenidas en 12-20 son de carcter general y podran adecuarse a otros momentos de la vida de Jess. El mismo Boismard y otros autores, que consideran los vv. 16 y 20 como adiciones redaccionales, admiten que 12-20 es hasta cierto punto una coleccin de materiales miscelneos, dado su estrecho paralelismo con Mt 10 (cf. pp. 877-881, infra). Richter, art. cit., ha llevado a cabo un interesante estudio de la relacin existente entre los vv. 12-20 y las sentencias de los caps. 1516. (Podemos comparar 13,16 con 15,15.20, sobre el tema del siervo y el amo; 13,18 con 15,16, sobre el tema de la eleccin de los discpulos por Jess. Si Jn 13,16.20 se relaciona con Mt 10, lo mismo ocurre con Jn 15,18-16,2 [cf. p. 1.039, infra].) Ms adelante sugeriremos (cf. pp. 899-900, infra) que los caps. 15-16 no formaban parte del discurso final en la primera redaccin del evangelio, por lo que el paralelismo con ellos podra indicar que 13,12-20 no era la primera explicacin del lavatorio de los pies. En la misma lnea de razonamiento, el verbo trogein del v. 18 relacionara 13,12-20 con la interpretacin secundaria del pan de vida en 6,51-58, el nico pasaje de Juan, aparte del que comentamos ahora, en que aparece trogein (cuatro veces). La razn de que Boismard opine que los vv. 12-17 representan una interpretacin del lavatorio anterior a la de los vv. 6-10 consiste, en parte al menos, en que este autor explica sacramentalmente los vv. 610. Hemos visto que, en general, las referencias sacramentales constituyen en Juan un estrato secundario de su simbolismo. En este caso sugerimos que la referencia al bautismo contenida en 6-10 es secundaria, semejante a la alusin, tambin secundaria, a la eucarista en 6,3550 (cf. vol. I, 547), y que en 6-10 hay una referencia primaria al lavatorio de los pies como accin simblica y proftica de la pasin y muerte de Jess (as Hoskyns, 437; Richter, art. cit.). Al dignarse lavar los pies a sus discpulos,Jess representa anticipadamente su humillacin en la muerte, del mismo modo que Mara represent anticipadamente la uncin de su cuerpo para la sepultura (12,1-8). El lavatorio de los pies es una accin en servicio de los dems y simboliza el servicio que Jess rendir al entregar su vida por los dems (cf. nota al v. 4); por eso afirma Jess que el lavatorio de los pies es necesario para que los discpulos participen de su herencia (8) y que dejar limpios a los discpulos (10). Naturalmente, los discpulos no entendern este simbolismo hasta que haya pasado la hora (7). Esta interpretacin primariamente cristolgica y slo secundariamente sacramental de 6-10 es otra razn para

considerar estos versculos como ms originales que 12-20, ya que concuerda mejor con la intencin de este evangelio (20,31) insistir en lo cristolgico ms que en lo moral. Resumimos nuestra postura con respecto a los vv. 1-20 como sigue: el v. 1 es una introduccin al Libro de la Gloria; los vv. 2-11 son una unidad consistente en una introduccin, el relato del lavatorio de los pies y la interpretacin. El lavatorio de los pies es presentado como una accin proftica que simboliza la muerte de Jess en la humillacin para salvar a los dems. En el texto se ha entreverado adems un simbolismo bautismal secundario. Los vv. 210a aparecan en una primera redaccin del evangelio; los vv. 10b-11 pueden ser una adicin que se corresponde con 18-19, introducida cuando se aadieron los vv. 12-20; los vv. 12-20 contienen otra interpretacin del lavatorio de los pies, conocida en los crculos jonicos, en los que aquella accin era considerada como un ejemplo de humildad que deba ser imitado por otros. A esta interpretacin se aadieron unos materiales miscelneos (w. 16 y 20). Esta seccin fue aadida a 2-10a probablemente al mismo tiempo que se aadieron los caps. 15-16 al cap. 14 para formar el discurso final.

COMENTARIO ESPECIAL Versculo 1: Introduccin al Libro de la Gloria La hora, tema del Libro de la Gloria (cf. p. 841, supra), traer consigo la muerte de Jess; con este versculo se afirma claramente que en la concepcin jonica se acerca Jess a la muerte como a un acto de amor hacia los que creen en l (cf. nota a hasta el extremo). Tambin se afirma que esa muerte es una victoria, ya que es realmente un retorno a su Padre. (Funcionalmente, Jn 13-1 tiene alguna semejanza con Le 9,51: Cuando iba llegando el tiempo de que se lo llevaran, Jess decidi irrevocablemente ir a Jerusaln. En Lucas, estas palabras sealan el termino del ministerio en Galilea y el comienzo del avance hacia la muerte que llevar a Jess al cielo; les sigue el extenso discurso que dirige Jess a sus discpulos cuando van de camino hacia Jerusaln.) listas dos ideas del amor a los discpulos que deja atrs y del retorno al Padre se entremezclan hasta formar el leit motiv del Libro de la Gloria. Desde el versculo inicial subraya Juan que Jess tena conciencia de

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todo lo que iba a sucederle, tema que se repite en el v. 3 y en 18,4; 19,28. Todo ello concuerda con lo que dijera Jess en 10,18: nadie puede quitarle la vida hasta que l mismo decida entregarla por propia voluntad. Sobre la posibilidad de que 13,1 siguiera en algn momento alO,42,cf.vol.I,7S2.

Versculos 2-3: Introduccin al lavatorio de los pies Si interpretamos el lavatorio de los pies como una accin proftica que simboliza la muerte de Jess, al presentar la muerte de Jess resulta que el v. 1 alude tambin al lavatorio de los pies, pero lo cierto es que los vv. 2-3 contienen una preparacin ms inmediata del lavatorio. Se menciona en el v. 2 la traicin precisamente para que el lector conecte la accin que sigue con la muerte de Jess. El mismo Jess realiza esta accin simblica de su muerte slo una vez que se han puesto enjuego las fuerzas que lo conducirn a la cruz. Hay un cierto duplicado entre los vv. 2 y 27 en cuanto al dominio que el diablo ha adquirido sobre Judas: el v. 2 dice que el diablo haba metido en la cabeza a Judas (cf. nota) que entregara a Jess, mientras que el v. 27 dice que Satans haba entrado en Judas. No se aparta Juan de la tradicin al consignar dos menciones de Judas, una al comienzo de la cena y otra ms adelante; cf. Me 14,10-11, antes de la cena, y Me 14,17-21, durante sta. Pero hay alguna progresin en las dos menciones jonicas, a semejanza de lo que advertimos en Marcos? Podramos decir que el v. 2 se refiere a la etapa de los planes, mientras que en el v. 27 Satans toma posesin de Judas, e inmediatamente despus se consuma la traicin. Boismard, sin embargo, estima que los dos versculos constituyen un duplicado y los asigna respectivamente a sus dos relatos diferentes. No podemos zanjar la cuestin, pero deseamos indicar que al hablar de Satans en vez del diablo en el v. 27, es posible que en ste se est utilizando otro vocabulario (cf. nota a 6,70). Le 22,3, entr Satans en Judas Iscariote, se aproxima ms al v. 27 en cuanto al vocabulario, pero por su situacin concuerda ms bien con el v. 2 (antes de la cena). Cf. vol. I, 782, acerca del valor relativo de las dos explicaciones jonicas de la deslealtad de Judas: vctima de la avaricia o instrumento de Satans. El v. 3 menciona que el Padre ha puesto todas las cosas en manos de Jess. A ello se hizo alusin tambin durante el ministerio (3.3/5;

6,39; 10,29), por lo que no podemos pensar que aqu se trate de un poder especial que corresponda a Jess por haber sido ya glorificado en la hora. Boismard se sirve de este versculo para defender la significacin bautismal del lavatorio de los pies; aduce Mt 28,18-19: Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra... bautizndolos en nombre del Padre... Sin embargo, en Juan la entrega de todas las cosas a Jess no es tanto cuestin de autoridad universal como de misin salvica. El lavatorio de los pies es una accin que simboliza la muerte de Jess y que ste realiza porque sabe que tiene poder para salvar a otros y para dar su vida en cumplimiento de ese propsito. El v. 3 afirma tambin que Jess actu como lo hizo porque saba que haba venido de Dios y que volva a Dios. Es un nuevo indicio de que el lavatorio dlos pies est relacionado con la muerte de Jess. Que haba venido de Dios se dice posiblemente para subrayar que era el Hijo de Dios dispuesto a someterse a la muerte, con lo que adquiere ms fuerza el elemento de humillacin visible en el lavatorio de los pies v en la muerte que ste simboliza. La insistencia en el conocimiento de Jess (v. 3) nos recuerda la insistencia semejante del v. 1. Si es acertada nuestra explicacin de que el v. 1 fue compuesto por el redactor como tina introduccin al Libro de la Gloria, pudo inspirarse en el v. 3 (del misino modo que se inspir en el Prlogo y en 15,13).

Versculos 4-5: el lavatorio Los pies calzados nicamente con sandalias se manchaban fcilmente con el polvo de los caminos sin pavimentar, por lo que las normas de hospitalidad exigan que al husped se ofreciera agua para que HV los lavara l mismo. Pero, segn nos dice el Midrash Mekilta sobre f'.x 21,2, a un esclavo judo no se puede exigir que lave los pies a su dueo. (lomo muestra de devocin, sin embargo,los discpulos podan prestar ocasionalmente este servicio a su maestro o rabino. Parece que ICN.H alude a esta costumbre en los vv. 13-14. En el lavatorio de los pies, por consiguiente, Jess se humilla y adopta la forma de un siervo. K como si llevara a la prctica las palabras de Le 12,37: Dichosos los eriliclo.s si el amo al llegar los encuentra en vela... l se pondr el delantal, ION liar recostarse y les servir uno a uno. Es posible que adems (Jr coiisuIcnirNc un acto de humilde devocin, el lavar los pies se entendiera tambin como un acto de amor. Sduvnnk Exm/phim.

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seala el cap. 20 de Jos y Asenath, un escrito judo alejandrino compuesto probablemente entre los aos 100 a.C. y 100 d.C. Cuando Asenath, prometida de Jos, se ofrece a lavarle los pies, Jos protesta, aduciendo que puede hacerlo una esclava. Asenath exclama llena de devocin: Tus pies son mis pies... Ninguna otra deber lavar tus pies (20,1-5). En el ritual del banquete pascual no hay ningn elemento que podamos comparar con el lavatorio de los pies, una accin que sola realizarse cuando se entraba en la casa, no en el curso de las comidas. El ritual de la Pascua prescriba un lavatorio de las manos despus de la segunda copa, pero no hay pruebas de que la accin de Jess fuera una variante de esta costumbre.

Versculos 6-11: interpretacin del lavatorio de los pies (dilogo) La clave para interpretar el simbolismo subyacente al lavatorio de los pies est en la conversacin que mantienen Jess y Pedro. Es difcil asegurar que, al formular su objecin, Pedro actuara como portavoz de todos los discpulos (como en 6,68) o que lo hiciera movido por un impetuoso impulso propio (como en 18,10; 21,7). Si bien la conversacin tiene resonancias simblicas, nada impide admitir el sentido obvio, a saber, que Pedro se senta embarazado por el gesto de su maestro. La primera resonancia simblica se escucha en el v. 7. Jess est haciendo algo ms que dar una leccin de humildad que los discpulos pueden comprender fcilmente; lo que all ocurre tiene implicaciones teolgicas que slo sern entendidas cuando haya pasado la hora (cf. 2,22; 12,16). Michl, 706, opina que el v. 7 significa simplemente que Pedro entender en toda su profundidad la humillacin y el amor de Jess, demostrados en el lavatorio de los pies, una vez que haya presenciado la muerte de Jess. Sin embargo, para ser exactos, el v. 7 habla de comprender el lavatorio mismo de los pies, no el espritu con que ha sido realizado. El v. 8 tiene otra resonancia de significado ms profundo: el lavatorio es tan importante que sin l un discpulo perdera su herencia con Jess. Michl afirma que Jess habla aqu de la importancia del amor. Pero una vez ms hemos de entender que el texto no se refiere a la necesidad del espritu demostrado en el lavatorio de los pies, sino a la nece-

nid.id del misino lavatorio. Ms an, Jess no dice a Pedro: Si no te dejas lavar (una expresin en que se dara primaca a la participacin de IVdro), sino Si_w no te lavo los pies..., lo que supone una accin HIVI'IK a del mismo Jess, no simplemente un ejemplo que deber ser imitado. En contraste, el v. 17 carga sobre los discpulos el peso de la acet 1 para que el lavatorio de los pies tenga su efecto. 1 Kl trmino herencia del v. 8 es significativo. La expresin griega tchfin meros puede significar simplemente tener parte con, y parece que as la entiende Michl. Pero meros significa algo ms que una simple participacin, ya que meros (tambin meris) se emplea en los LXX para traducir el trmino hebreo heleq, la palabra con que se describe la herencia otorgada por Dios a Israel (cf. P. Dreyfus, Le thme de l'hritage da>is l'Ancien Testament: RSPT 42 [1958] 3-49). Cada una de las tribus, con excepcin de Lev, habra de tener su parte en la tierra prometida, y sa era la herencia que Dios le otorgaba (Nm 18,20; Dt 12,12; 14,27). Cuando Israel lleg a poner sus esperanzas en el ms all, la parte o herencia del pueblo de Dios se describi en trminos celestes. El uso escatolgico de meros para designar el premio eterno aparece constantemente en los escritos jonicos (Ap 20,6; 21,8; 22,19). Esta interpretacin de meros en el v. 8 queda reforzada por el hecho de que Jess habla de una herencia que ha de compartirse conmigo. El tema de los discpulos unidos a Jess en el cielo aparece en el discurso final (14,3; 17,24). A modo de una semejanza lejana, es interesante sealar que en el relato lucano de la cena se suscita la cuestin del puesto reservado a los discpulos en el reino futuro: Comeris y beberis a mi mesa en el reino (Le 22,30). Recordemos tambin Le 23,43: Hoy estars conmigo en el paraso. Est claro, por consiguiente, que el lavatorio de los pies es algo que hace posible el que los discpulos compartan la vida eterna con Jess. Ello se entiende mejor si tomamos el lavatorio de los pies como un smbolo de la muerte salvfica de Jess. Grossouw, 131, compara la repulsa de Pedro en el lavatorio de los pies con su reaccin negativa ante la primera prediccin de los sufrimientos del Hijo del Hombre (Me 8,3133). Podramos tener aqu la forma peculiar de Juan para insistir en que CN preciso aceptar el escndalo de la cruz. Como argumento a favor de un simbolismo bautismal secundario del lavatorio de los pies podemos sealar que la idea de la herencia (kleronomia, no meros) se menciona en un contexto bautismal en el N T (I Pe 1,3-4; Tit 3,7). La narracin prosigue en el v. 9 con un clsico malentendido jo-

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nico (vol. 1,174 ss), pero es interesante ver cmo combina el autor esta tcnica con un elemento de la caracterstica impetuosidad de Pedro. Este se ha ido al extremo contrario: si el lavatorio de los pies asegura compartir la herencia con Jess, entonces cuanto ms lavatorio, mejor. Este malentendido da a Jess la oportunidad de indicar que el factor salvfico no est en la accin material de lavar, sino en lo que sta simboliza (v. 10a). Dejando por un momento de lado la frase puesta entre corchetes del v. 10a, podemos analizar ahora el significado de la afirmacin de Jess: Uno que se ha baado no necesita lavarse ms que los pies; est limpio todo. Si baado (cf. nota) se refiere al lavatorio de los pies, lo que Jess querra decir a Pedro es que se ha equivocado al pensar que por aumentar la extensin de lo lavado crece tambin la herencia que compartir con Jess. Slo el lavatorio de los pies es importante, precisamente porque simboliza la muerte de Jess. Numerosos autores creen que Jess deseaba vivamente impedir que los discpulos interpretaran esta accin como un mandato de practicar unas abluciones rituales del tipo que se conocan en el judaismo, y por ello ven aqu una ms de las polmicas contra las frecuentes abluciones que exigan los fariseos (W. Bauer, Lohmeyer; cf. Me 7,1-5) o contra las de los esenios (Schlatter) o las que practicaban los discpulos de Juan (Baldensperger, Dodd, Schnackenburg). El uso del verbo baar en relacin con el lavatorio es la prueba principal a favor de una interpretacin bautismal secundaria del lavatorio de los pies. El verbo louein (baar) y los emparentados con l pertenecen al vocabulario habitual del N T para hablar del bautismo. En Hch 22,16 dice Ananas a Saulo: Ahora no pierdas tiempo: levntate, bautzate y lava tus pecados invocndolo a l. Tit 3,5 proclama: Nos salv con el bao [loutron] regenerador y renovador, con el Espritu Santo... Cf. tambin 1 Cor 6,11; Ef 5,26; Heb 10,22, y la variante de Ap 1,5. Richter, art. cit., 17, y op. cit., 296-98, se muestra contrario a una referencia bautismal, afirmando que el bautismo no se describe en el pensamiento jonico en trminos de limpieza, ya que es ms bien la sangre de jess la que limpia ( l j n 1,7; Ap 7,14). Sin embargo, la limpieza por el bautismo o por la sangre de Jess no se excluyen mutuamente (cf. Heb 9,22 y 10,22; Tit 2,14 y 3,5). El hecho de que Juan no mencione explcitamente el aspecto purificatorio del bautismo no significa necesariamente que fuera desconocido este aspecto en la comunidad jonica. Lo cierto es que la purificacin del pecado era una parte importante de las expectativas judas con respecto al bao escatolgico

(vol. I, 257), por lo que difcilmente hubiera podido estar ausente de la idea cristiana del bautismo. Qu pruebas externas hay a favor de la interpretacin bautismal del lavatorio de los pies? Haring, art. cit., documenta una firme adhesin patrstica a la referencia bautismal, especialmente en Occidente, pero Richter, op. cit., 1-36, argumenta que hemos de valorar cuidadosamente esa adhesin. Muchos de los Padres latinos que ven una alusin al bautismo en las palabras Uno que se ha baado no necesita lavarse [ms que los pies] lo hacen porque distinguen entre el bao (un bautismo de los discpulos que habra tenido lugar anteriormente, con Juan Bautista, por ejemplo) y el lavatorio de los pies (el perdn de los pecados posteriores). Entre los Padres ms antiguos, slo interpretan el lavatorio de los pies como un smbolo de la purificacin bautismal Tertuliano, Cipriano, Afraates y Cirilo de Alejandra, e incluso la interpretacin que dan no carece de ambigedades. Por ejemplo, Tertuliano, Tratado sobre el bautismo, XII,3; SC 35:83, interpreta claramente el bao d e j n 13,10a como un bautismo previo, por lo que implcitamente no atribuye valor bautismal al lavatorio de los pies. Sin embargo, en el mismo escrito, IX,4; SC 35:79, Tertuliano cita entre los tipos neotestamentarios del bautismo el hecho de que Cristo administr el agua a sus discpulos, en que con toda probabilidad se alude a que el Maestro (13,14) lav los pies a los discpulos (si bien no puede excluirse del todo una posible referencia a 4,14). Hay, por consiguiente, algunas pruebas externas antiguas a favor del lavatorio como smbolo del bautismo, pero son mnimas. Al repasar las pruebas patrsticas, hallamos la sugerencia de que el bao de 13,10a no es el mismo que el lavatorio de los pies. Algunos investigadores modernos piensan tambin de este modo. Jeremias, EWJ 49, cree que Jess alude al bao ritual exigido antes de la Pascua por las leyes levticas de purificacin (Nm 19,19). Otros, como Fridrichsen, art. cit., creen que el bao se refiere a algn tipo de accin espiritual, por ejemplo, a la purificacin en virtud de la palabra de Jess (15,3) y que sta hace innecesario cualquier otro lavatorio, incluso el de los pies. Grossouw, art. cit., seala que no se nos ha dicho que ya le hubieran sido lavados los pies a Pedro, pero se afirma que est limpio, igual que los dems. Sin embargo, esta interpretacin parece reducir la conversacin sobre el lavatorio en los w. 6-8 a un contrasentido: si el lavatorio de los pies, una accin que simboliza la muerte de Jess, no es el bao que purifica, por qu insistejess en que sin ste no podr tener l'edro herencia con Jess?

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La inclusin de la frase ms que los pies en algunos manuscritos del v. 10a est relacionada probablemente con este problema. La explicacin ms plausible es que un copista, ante la afirmacin Uno que se ha baado no necesita lavarse, y no advirtiendo que el bao es el lavatorio de los pies, pens que deba incluir una frase exceptiva para aclarar que Jess no pretenda excluir el lavatorio de los pies al decir que no haba necesidad de lavarse. De este modo, sin pretenderlo, ofreci a los telogos posteriores una doctrina sacramental an ms rica, pues la frase se presta a ser interpretada en el sentido de la necesidad de la penitencia despus del bao bautismal. W. Knox, art. cit, tiene por autntica la frase ms que los pies (que pertenecera al evangelio, pero no a la tradicin ms antigua) y sugiere que Juan prev aqu una purificacin para los cristianos que son bsicamente limpios, pero que han cado en pecados que no les quitan del todo su pureza bautismal (a diferencia de Judas, que realmente no est limpio). Knox recuerda la distincin de 1 Jn 5,16 entre pecados que no son de muerte y pecados que lo son. Esta teora concuerda con la interpretacin posterior que refiere la frase a la penitencia, pero pensamos que la adicin de la frase por el copista se entiende mejor que su omisin. La explicacin ms sencilla del lavatorio de los pies, por consiguiente, es que Jess realiz esta obra servil para anunciar simblicamente la necesidad salvfica de su muerte, que dara a los hombres la posibilidad de tener parte en su herencia y los limpiara del pecado. Puede que el lector se haya planteado el problema de si realmente realiz Jess esta accin de tan elevado simbolismo, ya que no tenemos nada que lo corrobore en los sinpticos. Barrett, 363, al igual que D. F. Strauss antes que l, ha sugerido que el lavatorio de los pies es una ilustracin imaginaria y ficticia de la sentencia consignada en el relato de Lucas (22,27) sobre la Ultima Cena: Vamos a ver, quin es ms grande, el que est a la mesa o el que sirve? El que est a la mesa, verdad? Pues yo estoy entre vosotros como quien sirve. Sin embargo, en otros pasajes de este evangelio hemos visto ya que la genialidad del evangelista consiste en explicitar el significado teolgico de lo que lleg hasta l por el cauce de la tradicin, ms que en inventarse ilustraciones. Y si en los crculos jonicos surgi una doble interpretacin del lavatorio de los pies, ello significa que deba de ser antigua la tradicin de aquel episodio. A los ojos modernos puede parecer poco plausible esta accin proftica, pero podemos sealar acciones mucho ms extraas de Jeremas o Ezequiel para predecir la cada de Jerusaln.

Tambin en la tradicin sinptica encontramos acciones profticas de Jrs.s, como vemos en el relato de la maldicin de la higuera estril. En los vv. 10b y 11 se da a entender claramente que Judas no ha experimentado ningn cambio con el lavatorio de los pies. Pedro protest ante las intenciones de Jess, pero luego acept rpidamente el lavatorio de los pies al advertirle Jess sobre la finalidad salvfica de aquella accin. Pero el corazn de Judas (v. 2) ya estaba lleno de malos propsitos y por ello no se abri al amor que Jess le ofreca. Muchos comentaristas han sugerido que los vv. 1 Ob-11 son redaccionales y que, i diferencia de los vv. 2-10a, no forman parte del relato original.

Versculos 12-20: interpretacin del lavatorio de los pies (en un discurso) La segunda interpretacin del lavatorio de los pies es que Jess ha realizado ante sus discpulos una accin ejemplar que ellos deben estar dispuestos a imitar. El Maestro ha prestado a sus discpulos un servicio . cit., 308-9, defiende enrgicamente que la conexin entre I 8-1 9 y I 7 no es original, que 18-19 segua en otro tiempo a 10a y que su rcinscrcin en el lugar actual dio ocasin a la insercin redac-

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cional de 1 0 b - l l ) . En los w . 11 y 18 hace saber Juan que Jess tena plena conciencia de que Judas se haba vuelto irrevocablemente contra l. Sin embargo, en el v. 18 se nos dice por qu acept Jess esta traicin: porque la Escritura tena que cumplirse. La misma explicacin se dio en 12,38ss a propsito de la negativa que el pueblo judo opone a Jess. El recurso a Sal 41,10(9) pudo tener carcter tradicional entre los primeros cristianos, ya que se cita implcitamente este pasaje en Me 14,18: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar: uno que est comiendo [esthiein] conmigo. (De 14,21: El Hijo del Hombre se va, como est escrito de l, se deduce que Marcos tena conciencia del trasfondo escriturstico de lo que estaba ocurriendo.) La cita implcita de Marcos se hace eco de la redaccin del salmo en los LXX; la cita explcita de Juan se aproxima ms al TM que a los LXX (cf. nota a El que come de mi pan). Estamos de acuerdo con Dodd, Tradicin *, 56-57 (contra Freed, O T Q 92), en que Juan utiliza el salmo independientemente de Marcos. En concreto podemos sealar el uso de trgein (comer) en Juan, que tambin lo utiliza en 6,51-58. Se tratara de un nuevo indicio de que 6,51-58 estuvo alguna vez en el mismo contexto que 13,12-20? Si aceptamos la forma breve de la institucin de la eucarista en Lucas, la sentencia Esto es mi cuerpo habra de ir seguida inmediatamente por la mano del que me entrega est en la mesa a mi lado (Le 22,19a y 21). Vase tambin la estrecha relacin entre eucarista y traicin en 1 Cor 11,23. No sera, por consiguiente, ilgico asociar la referencia jonica a la traicin, El que come de mi pan me ha puesto la zancadilla, con una seccin eucarstica como 6,51: El pan que voy a dar es mi carne, para que el mundo viva. En cualquier caso, 13,18 es el nico pasaje del relato jonico de la ltima cena en que se habla de que se ha comido pan. El versculo siguiente del salmo dice as: Pero t, Seor, apidate de m y haz que me levante. El versculo siguiente de Juan se refiere a creer en Jess, que dice YO SOY, pero esa fe slo es posible despus de la crucifixin y la resurreccin: Cuando levantis en alto al Hijo del Hombre, entonces comprenderis que YO SOY (8,28; sobre levantar, cf. vol. I, 382). La predicacin de la traicin de Judas, accin con la que se inicia el proceso de la muerte y resurreccin, servir para que* Se cita esta obra de Dodd segn la edicin espaola: La tradicin histrica en el cuarto Evangelio (Madrid, Ediciones Cristiandad, 1978).

los discpulos empiecen a creer en Jess que ha sido elevado hasta su Padre. En el tema de la prediccin del v. 19,Juan se aproxima mucho a lo que Dios proclama en Ez 24,24: Y cuando suceda sabris que yo soy el Seor, y en Is 43,10: Vosotros sois mis testigos y mis siervos, a quienes escog para que supierais y creyerais que YO SOY [ego eimi]. En esta secuencia sobre Judas, el v. 20 parece extraamente fuera de lugar. Richter, art. cit., 26, sugiere con mucha imaginacin que la traicin de Judas podra haber provocado sospechas sobre los discpulos enviados por Jess, por lo que el v. 20 tratara de asegurar su aceptacin a los apstoles. Tambin resultan forzados los intentos de relacionar el v. 20 con el contexto general del lavatorio de los pies, por ejemplo, sugiriendo que se mantiene aqu el tema del servicio a los dems por amor. Una explicacin ms plausible podra ser que el v. 20, con paralelo en Mt 10,40, tena anteriormente una relacin ms directa con el v. 16, que tambin tiene paralelo en Mt 10,24-25, y que cuando el v. I (j fue trado a este contexto, lo mismo se hizo con el v. 20. De ser esto cierto, el v. 16 habra sido encajado ms directamente en la secuencia del lavatorio de los pies, mientras que el v. 20 sera aadido de manera ms libre al final. Ntese que ambos versculos empiezan con la expresin os aseguro (Amen, amen) y que ambos tratan de la misin. El paralelo del v. 20 en Mateo dice as: Jn 13,20: Quien recibe a uno cualquiera que yo enve, me recibe a m, y quien me recibe a m, recibe al que me ha enviado [pempein]. Mt 10,40: El q