reciente modificaciÓn a la ley de jornada del trabajo
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RECIENTE MODIFICACIÓN A LA LEY DE JORNADA DEL TRABAJO -LEY
26.597-
Silvia E.
Pinto Varela
I-INTRODUCCIÓN:
La jornada conforma, junto con la remuneración,
las dos condiciones esenciales del contrato de trabajo. De
ambos institutos se derivan las dos obligaciones más
importantes que asumen las partes: la realización de actos,
ejecución de obras y prestación de servicios por parte del
trabajador y el pago de la remuneración por parte del
empleador, conforme art. 21 y concordantes de la ley de
contrato de trabajo.
Ahora bien, la limitación de la jornada fue uno
de los puntos cruciales en la lucha de la clase trabajadora,
fue una de las primeras reivindicaciones del movimiento obrero
ante los abusos sufridos en esta materia luego de la
Revolución Industrial, durante el siglo XIX. En efecto, la
ausencia del Estado en las relaciones laborales sumado a la
aparición de la máquina y por ende la cantidad de mano de obra
disponible, dio lugar a la prestación -por parte de quienes
conseguían laborar- de extenuantes jornadas de catorce o
quince horas diarias, de lunes a lunes, de “sol a sol”. Así,
los trabajadores librados al juego de la oferta y la demanda,
se incorporaban al sistema productor de bienes y servicios
aceptando sin posibilidad de discusión alguna, las condiciones
que se le imponían. La aparición de nuevas ideas filosóficas y
políticas trajo consigo las primeras luchas obreras, las
primeras huelgas, que derivó en la llamada “cuestión social”
que llevó a que los Estados tomaran conciencia de la
necesaria regulación de este tipo de contratación, en las que
las partes no estaban en igualdad para negociar las
condiciones de trabajo, sino que existía una hiposuficiencia
concreta por parte del trabajador.
Se dictan así las primeras leyes laborales en
los distintos Estados, todas ellas referidas a la limitación
de la jornada y los descansos. Finalizada la primera guerra
mundial, al firmarse el Tratado de Paz de Versalles en 1919,
se indicó en la parte XIII del Preámbulo, en el art. 427,
entre las medidas imprescindibles para mejorar las condiciones
de trabajo “…la reglamentación de las horas de trabajo y la
fijación de la duración máxima de la jornada y de la semana de
labor…” para agregar más adelante la necesidad de adoptar la
“…la jornada de 8 hs. o la semana de 48 hs…”. Se crea la
Organización Internacional del Trabajo.
Y, de hecho, el primer convenio de la OIT se
refiere a la limitación de jornada. En efecto, el Convenio
Nro. 1 de Washington consagra las horas de trabajo máximas en
la industria, al establecer como límite máximo admisible el de
ocho horas diarias y cuarenta y ocho horas semanales.
Asimismo, el Convenio Nro. 30 de 1930 reitera la extensión de
dicha jornada para los trabajadores de comercio, ambos
ratificados por nuestro país mediante las leyes 11.726 -1933-
y ley 13.560 -1949-, respectivamente. La preocupación por el
límite de la jornada se materializó no sólo con la aprobación,
entre 1919 y 2005 de treinta y cinco convenios, sino también
mediante estudios generales sobre el tiempo de trabajo,
efectuados por la Comisión de Expertos; el último en el año
2005.
El Convenio 47 de 1935 estableció que todo país
que ratifique dicho convenio se declara a favor del principio
de la semana de cuarenta horas, convenio no ratificado por
nuestro país, el cual tampoco adhirió a las recomendaciones
posteriores de similar contenido.
Ahora bien, la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre de las Naciones Unidas de 1948 consignó en
el art. 24 el precepto de “limitación razonable de la duración
del trabajo”; la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre -1948- establece el derecho a descansar; el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales -1966- reconoce el derecho a la limitación
razonable de las horas de trabajo incorporados todos ellos a
la Constitución Nacional, a partir de 1994 (art. 75 inc. 22
CN).
II-RÉGIMEN LEGAL ARGENTINO:
En 1929 se dicta una de las primeras leyes
laborales en la República Argentina: la ley 11.544
reglamentada por el decreto 16115/33, ambos vigentes en la
actualidad, aunque se tornó uniforme para todo el país a
partir del dictado de la ley 21.297.
Dicha disposición legal establecía en forma
expresa, en su art. 1ro: “La duración del trabajo no podrá
exceder de ocho horas diarias o cuarenta y ocho semanales..:”.
Existe una sutil diferencia con el texto del Convenio Nro. 1
OIT, por cuanto utiliza la conjunción disyuntiva “o” en lugar
de la copulativa “y” entre la jornada diaria y semanal, lo que
le otorga mayor flexibilidad a la ley 11.544 que permite que
se extienda más allá de las ocho horas diarias la jornada de
labor, siempre y cuando no supere las 48 hs. Semanales. Ahora
bien, el propio decreto reglamentario prevé un límite preciso
a la extensión de la jornada diaria: el art. 1ro. en su inciso
b) establece que “distribución desigual, entre los días
laborables, de las cuarenta y ocho horas de trabajo de la
semana, cuando la duración del trabajo de uno o varios días
sea inferior a ocho horas. El exceso de tiempo previsto en el
presente párrafo no podrá ser superior a una hora diaria…”.
El art. 14 bis CN establece “jornada limitada”
y “condiciones dignas y equitativas de labor”.
La ley de contrato de trabajo regula el
instituto jornada en los arts. 196 a 203 LCT. El art. 196 LCT
establece que la jornada de trabajo se rige por la ley 11.544
y en el art. 197, al definir jornada, ratifica el criterio
“nominal time” adoptado por el Convenio 30 OIT1.
Ahora bien, la ley 11.544 diferencia entre
aquellos trabajos que están excluidos de la ley ( agrícola
ganaderos, servicio doméstico y empresas en la que presten
labor sólo miembros de la familia del jefe), de aquellos que
están exceptuados de la jornada máxima legal. A estos últimos
le es aplicable todo el régimen de la ley 11.544 pero pueden
prestar tareas más allá del máximo legal antes mencionado: 8
hs. o 48 hs: en algunos casos sin que genere derecho a un
recargo salarial -horas extras- (arts. 3ro inc. A y b de la
ley 11.544 en las condiciones allí establecidas) y en otros
con el pago del recargo contemplado en el art. 201 LCT2 (como
es el supuesto del art. 203 LCT e inc. c) art. 3ro de la ley
11.544).
En efecto, el art. 3ro de la ley 11.544
menciona los trabajos en los que se admiten excepciones a la
1 El antecedente remoto de ese sistema es el Acuerdo de Londres de 1926 -Fallos 308:2569- y fue sostenido en el art. 2 del Convenio 30 OIT. Asimismo,ver CSJN 01/08/1989 en “Luna Juan Carlos c/ Compañía Naviera Perez Compac”, Fallos 312: 1234 por la cual se estable que se comprenden en la jornada aun los períodos de inactividad y las interrupciones de la jornada continua, sujeto a la condición de que esas interrupciones sean consecuencia de la prestación contratada, con exclusión de los lapsos que se produzcan por decisión unilateral del dependiente o en tanto este pueda disponer de su actividad en beneficio propio, según los arts. 197 y 103 LCT. Ver, asimismo, CNAT Sala V en autos “Llancabure José Humberto c/ Sodexho Argentina SA” SD 67011 del 22/04/2004.2 Cabe recordar que el art. 201 LCT establece: “El empleador deberá abonar al trabajador que prestare tareas en horas suplementarias, medie o no autorización del organismo administrativo competente, un recargo del 50% calculado sobre el salario habitual, si se tratare de días comunes y del 100% en días sábados después de las 13 hs, domingos y feriados”.
jornada màxima legal. En el inciso a), antes de la reforma que
aquì comentamos, establecìa “…cuando se trate de empleos de
dirección y vigilancia…”. A su vez, el art. 11 del decreto
16.115/33 reglamentaba el inciso en cuestión del art. 3ro
señalando “…Se entenderán comprendidos dentro de la
denominación de empleados de dirección o vigilancia: a) el
jefe, gerente, director o habilitado principal.
b) los altos empleados administrativos o técnicos que
sustituyan a las personas indicadas en el inciso anterior en
la dirección o mando del lugar de trabajo: subgerente, los
profesionales liberales dedicados exclusivamente al ejercicio
de las funciones de su competencia o que acumulen a su
cometido algún cargo de dirección o vigilancia: personal de
secretaría que se halle afecto a la dirección o gerencia y que
no sea meramente subalterno; jefes de sección, de
departamento, de taller, de equipos, de personal de máquinas,
de personal de calderas o de personal de cuadrillas y
subjefes, mientras reemplacen al jefe respectivo; capataces,
apuntadores, inspectores, mientras reemplacen al titular y
siempre que efectúen trabajos de dirección o vigilancia.
Estàn comprendidos en las excepciones de la ley, los
cobradores o investigadores de cobranzas y corredores que son
temporarios exclusivamente a comisión. Las personas enumeradas
en ese artículo se considerarán exceptuadas a condición de que
ejerzan exclusivamente los trabajos inherentes a su
denominación…”.
A lo expuesto cabe agregar que se ha discutido
la vigencia de algunos artículos del decreto del 11/03/1930,
entre ellos el art. 8vo que establecía “Por empleado de
dirección o vigilancia se entenderán: a)las personas citadas
en el art. 1ro de la ley, esto es, jefe o dueño, empresario,
gerente, director o habilitado principal b)los altos empleados
administrativos o técnicos que sustituyen a las personas
arriba mencionadas en la dirección o mando en el lugar de
trabajo: subgerente, personal de secretaría, jefes de sección,
de departamentos o de taller, jefe de equipo, capataces,
inspectores, subinspectores, apuntadores y, en general, el
personal dedicado a la vigilancia superior o subalterna a
cargo esta última de los serenos, porteros, ascensoristas y
otros similares…”. Observo, que el decreto 16115/33, en su
art. 23, establecía que “en todo lo que no haya sido
reglamentado pro los arts…11...de este decreto seguirá en
vigor el decreto de fecha 11 de marzo de 1930 hasta tanto el
Poder Ejecutivo no haya dictado los reglamentos especiales
para cada actividad de que se trate y no se oponga a los
preceptos contenidos en el presente decreto…”. Con lo cual, en
el caso, al haber sido reglamentado el art. 3ro inc. A) de la
ley 11.544, esta norma no estaría vigente.
Los Convenios 1 y 30 OIT preveían también
excepciones para aquellas pe rsonas que ocuparen un puesto de
inspección o de dirección o en un puesto de confianza.
Sin embargo, con fecha 11 de junio de 2010 se
publicó en el Boletín Oficial la ley 26597, que modifica el
inc a) del art. 3ro de la ley 11.544, del siguiente modo: “…
a)Cuando se trate de directores o gerentes…”.
III-INTERPRETACION JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINARIA :
En doctrina y jurisprudencia se ha discutido
durante años el alcance del concepto “vigilancia”, esto es si
la excepción prevista en el art. 3ro inc. A) de la ley 11544
comprende sólo a la vigilancia superior o también a la
vigilancia subalterna: serenos y vigiladores en general. El
origen de la discusión radica en el texto del viejo decreto de
1930 trascripto pàrrafos anteriores que incluía la vigilancia
subalterna dentro de las excepciones a la jornada máxima
legal. Sin embargo, como antes dijimos, dicho aspecto de la
norma habría sido derogado por el art. 23 del decreto
16115/33, a pesar de lo cual siguió tomándose como pauta
interpretativa al momento de resolver sobre el derecho a
percibir horas extras por tareas fuera de la jornada legal.
De hecho, la jurisprudencia en general ha
incluido a la vigilancia subalterna dentro de los trabajos
exceptuados. Así, este fue el criterio del Fallo Plenario Nro.
220 del 07/03/1980 en autos “Quiroga c/ E.F.A.” en el que se
dispuso que “el personal integrante del cuerpo de seguridad de
policía ferroviaria se encuentra exceptuado del régimen legal
de jornada máxima…”.
Claro está que dicha interpretación cedía ante
la existencia de una disposición de orden público que, con
carácter imperativo, colocara a un determinado grupo de
trabajadores que cumpla funciones de vigilancia subalterna, al
margen de la excepción legal, como es el caso de los
trabajadores alcanzados por el convenio colectivo Nro. 194/92
referido al servicio de seguridad y vigilancia a terceros que
prevé el pago con recargo de las horas que superan la máxima
legal (esto es, ocho horas diarias o cuarenta y ocho
semanales) o el régimen especial allí previsto3.
Respecto de la vigilancia superior, como hemos
visto, el texto de la ley 11544 y su decreto reglamentario,
presentaba una amplitud tal que incluía a todos aquellos
trabajadores jerarquizados dentro de la empresa. Basta leer su
texto para observar que se menciona desde gerentes a altos
empleados, jefes, capataces, inspectores, subjefes. En este
contexto, la jurisprudencia de la Excma. Càmara Nacional de
3 El art. 9 del CCT 194/92 prevé expresamente la posibilidad de que la jornada diaria del vigilador se extienda hasta 12 horas sin que deban abonarse recargos salariales siempre que goce del descanso allí establecido -36 horas- y que no exceda el tope semanal de 48 hs.
Apelaciones del Trabajo ha desestimado el derecho al cobro de
horas extraordinarias al personal con facultades de contralor
de la labor de otros empleados del establecimiento y con la
posibilidad de impartir instrucciones, sosteniéndose que en el
plano retributivo se halla compensada con ingresos comúnmente
más abultados que los del resto de empleados. En este sentido,
se ha considerado personal excluido de la percepción de horas
extras: encargados de locales comerciales4; encargado de
compras de una empresa5; jefe de caja6, jefe del sector
electrodomésticos de un supermercado7, etc.
IV-LEY 25697
Ahora bien, con la reforma al inciso a) del
artículo 3 de la ley de jornada, cuyo texto se limita a
considera exceptuados de la jornada máxima legal a “Directores
o Gerentes”, se ha tornado abstracta la discusión en torno a
si los trabajadores que realizaban vigilancia subalterna están
o no incluidos en las excepciones: no hay duda de que en la
actualidad la norma no los menciona, ni siquiera utiliza la
palabra “vigilancia”, sino que se limita a enumerar dos
categorías contractuales precisas. Por ende, a partir del
dictado de la ley 26.597, todos aquellos dependientes que
realicen labores de vigilancia subalterna, serenos,
ascensoristas, se rigen por las disposiciones generales en
materia de jornada. De manera tal que, el exceso de la jornada
diaria -más allá de la novena hora- o de la jornada semanal -
que supere las cuarenta y ocho horas- ha de generar derecho a
la percepción de horas extras con un recargo del 50% o del
100% según cuando se produzca el trabajo en exceso y los días
que efectivamente preste tareas.
4 CNAT Sala III en autos “Trayay Carín c/ Urgan Trent SA” SD 88898 del 29/06/07.5 CNAT Sala VII “Paiva Julio c/ Rodó Hogar SA” SD 40021 del 12/04/07.6 CNAT Sala I in re “Funes, Laura c/ Supermercados Norte” SD 84482 del 27/06/077 CNAT Sala II “Boderman César c/ Supermercado Norte SA” SD 91881 del 13/08/03.
La discusión y, en todo caso, la preocupación
de los distintos actores sociales, ha de ser el alcance de la
norma en cuestión respecto de aquellos empleados
jerarquizados que desempeñan un rol relevante dentro de la
empresa generalmente con personal a cargo, que no están
expresamente mencionados en la norma. Aunque la nueva
disposición legal, en verdad, no presenta fisuras ni un
lenguaje ambiguo en la descripción de las categorías de
trabajadores exceptuados de la jornada máxima legal sino que,
por el contrario, en forma precisa y expresa se limita a
incluir dentro de dicha excepción sólo a Directores o Gerentes
de la empresa. Con lo cual, en principio, el resto de los
dependientes no estaría dentro de la excepción, con las
consecuencias que ello trae consigo: el pago con recargo de
las horas extras.
Se observa que el art. 11 del decreto 16115/33
que reglamenta el art. 3ro de la ley 11544 no fue expresamente
derogado y de su texto se desprende la inclusión de distintas
categorías contractuales, todas propias de lo que se
denominaba puestos de dirección y vigilancia superior.
Corresponderá examinar, al respecto, la vigencia de dicha
norma que estaba destinada a reglamentar un texto hoy derogado
y, en su caso, su razonabilidad en función de lo dispuesto por
el art. 28 de la Constitución Nacional, en la medida en que se
excede en la reglamentación de la actual disposición legal.
Se ha criticado la técnica legislativa de la
ley 26597 pues se ha sostenido que lo que la ley quiso
determinar eran las tareas excluidas y no el cargo con que se
denominaba al trabajador que resultaba excluido. Sin embargo,
en verdad en sí no es cuestionable pues, de hecho, en forma
expresa determina qué trabajadores incluye, conjurando
cualquier duda interpretativa.
V-COLOFÓN:
La modificación legal citada, a mi juicio,
enhorabuena despeja cualquier duda respecto de la vigilancia
subalterna. En efecto, a partir de ahora es muy claro que
aquellos que realicen dichas tareas están fuera de las
excepciones a la jornada máxima legal. Y es terminante y
concreta al definir las únicas categorías de dependientes que
carecen de derecho al reclamo del recargo por horas extras por
las tareas realizadas más allá de la jornada legal. Con lo
cual, es harto estrecho el margen de dudas que puede generar
respecto de quienes son los trabajadores exceptuados por la
ley. En efecto, la modificación legislativa termina con la
ambigüedad del texto anterior y, más allá de que se comparta o
no la restricción impuesta por la ley respecto de la categoría
de trabajadores a que se refiere, lo cierto es que la norma en
forma expresa acota la excepción a directores o gerentes, lo
que evita, reitero, cualquier duda interpretativa.
No soslayo que algún sector de la doctrina
cuestiona la reforma pues aduce que a partir de su dictado las
empresas deberán extender el pago de horas extras a una serie
de personal jerárquico como jefe y capataces, etc. y que los
servicios de vigilancia incrementarán los costos de sus
servicios8. Pero no debemos olvidar que la realización de
trabajo suplementario, esto es la prestación de labores más
allá de la jornada legal, debe ser, en toda empresa, la
excepción. Máxime, teniendo en consideración que la duración
de la jornada en nuestro régimen legal es, de por sí, extensa,
manteniéndose la dispuesta a comienzos del siglo pasado por la
OIT. Con lo cual, en caso de laborarse horas extras, deberá
abonarse a la gran mayoría de los trabajadores dependientes,
8 Etala, Juan José en “La nueva ley 26597 de Jornada de Trabajo” Derecho del Trabajo julio 2010- Año LXX pag.1723.
aun jerarquizados, con los recargos correspondientes (art. 201
LCT).
Finalmente, en el supuesto en que alguna norma
convencional contemplase algún adicional para el exceso de la
jornada de personal jerárquico, comparto lo manifestado por
Etala en cuanto a que habría que compatibilizar lo allí
establecido y, en todo caso, el adicional deberá ser
considerado como a cuenta de cualquier recargo derivado del
exceso de jornada que realice dicho personal, en la medida,
claro que no exista duda alguna en cuanto a que ese plus
salarial era abonado por tal concepto.
En definitiva, la ley 26597 reduce el ámbito
subjetivo de los trabajadores exceptuados de la jornada máxima
legal lo que constituye un avance positivo en el ámbito
legislativo en pos de la uniformidad de la aplicación de la
ley de jornada de trabajo.