reflejo - lucia gonzalez

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Prólogo

Miedo, eso es lo que veo en la cara de Rebecca. Está temblando. Sus

manosseagarranamícon fuerzayapesardeque leaseguroque todosaldrábien,quenadamaloleocurrirá,nomeescucha.Las lágrimasmojan susmejillas yme pongo delante de ella.Con una

mano intento crear cierta distancia entre el peligro que nos acecha ynosotras.Yalavezdoyunpardepasoshaciaatrás,intentandoagrandarlas distancias, esperando cualquier momento, deseando encontrar lamínimaoportunidadparaescapar.Pero un disparo detiene mis movimientos. El estruendo aún martillea

mistímpanos,peromásdolorosomeresultaelllantodeRebecca.Va a por ella, lo sé. Sabe que provocándole elmenor dañome herirá

másquesimelohicieraamí.Nopuedopermitirlo.Tengoqueevitarquemueraymelanzocontralaamenaza.Me enfrento a mi vida, mis miedos e incluso rememoro todos mis

errores.Eshoradehacerlesfrente.Ambos forcejeamos, luchamos ferozmente y el arma acaba

disparándose. Al instante el lugar se inunda con el olor a pólvora y elinconfundiblearomadeóxidoquetanfamiliarmeresultaba.¡Sangre!Unosdelosdosharesultadoherido…pero,¿quién?

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Sue

DiezdíasantesComoveníasiendohabitualdesde lasúltimassemanas, ladiscusiónde

padre e hija despertó a Sue. Estaba casada con Clark desde hacía cincoaños. Un respetado cirujano del Hospital New York-Presbyterian queenviudó diez años atrás, cuando Rebecca, su hija adolescente de quinceaños,soloteníacincodeedad.Ella y Clark se conocieron cuando trabajaba en una cafetería librería

cercana al centro. No había mañana que Clark no fuese a desayunarmientrasleíaensue-book,algoquesorprendióaSue;eratanextrañovera un reconocido médico no leer periódicos o estar pendiente de lasnoticias.Élnecesitabaesemomentopararelajarseyenfrentarsealdíaqueleesperabaenelhospital.Pocoapocosefueronconociendo.Primerosehicieron amigos, después compartieron sueños, inquietudes, y de esamaneraClarkdescubriómuchosdelostalentosdeSue.OriginariadeLosÁngelessehabíatrasladadoaNuevaYorkañosatrás

para estudiar arte y especializarse en las nuevas tecnologías,convirtiéndoseenunajovenilustradoraquecompaginabasutrabajoenlacafeteríaconlacreacióndeportadasparapequeñaseditorialesytrabajospropios:librosilustradosynovelasgráficas.Casi sin darse cuenta comenzaron las citas, se fueron a vivir juntos y

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pocodespuéssecasaron,convirtiéndoseenlamadrastradeRebecca,porentoncesunaniñadulce,tímida,quelaacogiódebuenagana.Incluso hubo un tiempo que la llamaba “mamá” hasta que comenzó a

creceryesevínculoempezóarompersetanrápidocomocaeuncastillodenaipestrasunsoplido.Suenopodíaencontrar larazón.Quizásfueselaedad.Supadreeraun

hombredetreintaysieteaños,ella teníaveinteseis;sindudaeramuchomás joven que lasmadres del resto de sus amigas y en la adolescencia,hastaelmínimodetalleseconvertíaenunacrisisdevidaomuerte.La relación se había enfriado con el tiempo y poco a poco estaba

sucediendolomismoconpadreehija.Tras recoger su cabello en una coleta, ponerse unos leggins y una

sudadera,Suebajóadesayunar.Rebeccaestabadepiejuntoalaislaquedecorabaelcentrodelacocina.

Anteellateníauntazóndecerealesquenodejabadeagitar.Eraunachicaaltaydelgada.Teníalosmismosojosquesupadre,grandesyverdes.Encambio la jovenhabía heredado el cabello rojizoy rizadode sumadre.Vestíavaquerosyunacamisaabotonadadecolorazul.Ibamásrecatadadelohabitual,observóSue,peronoledioimportancia.FrenteaellaestabaClark,atractivo,apesardeestarenfadado.Teníael

cabello rubio oscuro y al igual que su hija, poseía una preciosamiradaverde.Esamañananosehabíaafeitadoyelincipientevelloensombrecíasu mentón. Llevaba vaqueros y una camisa azul por fuera de lospantalones.EntresusmanosteníaunatazadecaféySueestabaseguradequealmenoseralasegundadelamañana.—¿De verdad pensabas que no me enteraría?—preguntó ligeramente

enfadado—.Lasemanapasada faltaste tresdíasaclaseyhassuspendidodosexámenes.Ylopeordetodoesquehasfalsificadomifirmaalegandoqueestabasenfermaconunjustificantefalso.—Noquieroseguirestudiando.Noquierovolveraeseinstituto.¿Note

has parado a pensar que puede que no sea como tú? ¡Prácticamente hasdedicado tu vida al trabajo! No deseo eso. Quiero una vida normal,trabajarenalgocomúneirmedeaquí,deestaciudadydesaparecer.—¿Quéteestápasando?—inquirióClarkcontonopreocupado—.Túno

eresasí.Hasdejadolasclasesdeballet,elperiódico.Siemprehasqueridoserperiodista.¿Sufresacoso,cariño?¿Eseso?Porfavor,cuéntamelo.—¡Porsupuestoqueno!—gritóRebecca—.Noquieroseguirhaciendo

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nadamásdeloquehaocupadomitiempohastaahora.Eneseinstanteelpitidodeuncocheinterrumpióladiscusióndepadree

hija.—¿Tengoqueiraclase?—preguntólachica.—No estás enferma, solo tienes quince años. Por supuesto que vas—

lanzó un amargo suspiro—. No hagas esperar a Derek. Él no puedepermitirseloquetúestáshaciendo.Deberíasaprendermásdetunovio.Haconseguido una beca gracias al atletismo. Irá a una gran universidad,estudiaráypodráaspiraraunbuentrabajo.Rebecca no dijo nada. Subió a su habitación para al cabo de unos

segundosbajarymarcharsesintansiquieradespedirse.—¿Quéleestápasando?Noloentiendo.Tienebuenascompañías,nose

droga,porquecréeme,conozcolossíntomasynolohace.—Puede que solo sea una mala racha. Aunque ya no lo recuerdes, la

adolescencia suele ser bastante complicada. Todo se magnifica hastaconvertirseenungranproblema.El hombre sonrió, se acercó a su mujer, la rodeó por la cintura y la

atrajohaciaél.—Esecomentariohacequemesientaunpocomayor.—Bueno,paraquénegarlo.Mientrastútedejabaslavistaenlibrossobre

medicina, yo paseaba mi palmito sobre los pasillos de un institutorebosantedehormonasytestosterona.Clark rió y la besó. Entonces miró su reloj y presuroso se tomó el

últimosorbodecafé.—He de irme. Hoy tengo una gran operación. Escucha, la tutora de

Beccamehacitadoalasdoce,peromevaaserimposibleir.¿Podríaisirtú?—Tranquilo,veysalvavidas.Yointentaréaveriguarquéleocurreatu

hijaparavolveraencarrilarsuvida.Lapareja sedespidióconunbesoySuepusoenmarchasudía.Hacía

dosañosquehabíadejadodetrabajarenlacafetería.PorsupuestoClarklepidióquedejasesutrabajoencuantosecasaron,peroellasenegó.Noleimportabahacermalabares con su tiempopara trabajar, ilustrar, dedicartiempo a sus libros, además de cuidar a su hijastra. Quería seguiraportando dinero a casa —a pesar de que con el sueldo de Clark erasuficiente— pero no le gustaba sentir que dependía económicamente dealguien,muchomenosdeunhombre.Debíatenerpacienciayllegaríaun

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día en que cosecharía sus frutos en la ilustración y escritura y lepermitiríanvivirdeello.Asífue.Ganóunconcursodenovelagráficayconeldinerodelpremio,

se permitió dejar de servir mesas, para dedicarse exclusivamente a suverdadera pasión. Desde entonces no había dejado de trabajar. Muchoseran los escritores que deseaban que ella realizase las portadas de susnovelas, algunas editoriales la habían contratado y por supuesto seguíatrabajandoensuspropiashistorias.Elgénerodeterroryfantasíaeransuspreferidos.Leencantabaescapar

de la realidad y adentrarse enmundos donde la vida eramuy diferente.Peroahoranopodíapermitirsefantasear.Comocadamañana,salióacorrerunahora.Vivíanlejosdelaciudad,en

unbarriodecasasconvalladosblancos,unaceradoque llegabahasta lacocheraymuchaszonasverdes.Sueloadmitía.Vivíaenunodeesosbarriosquetantasveceshabíavisto

en decenas de películas. Pero le gustaba.Adoraba la tranquilidad que serespiraba, muy diferente del piso en el Bronx donde vivió al poco detrasladarse a la ciudad, aunque años más tarde su situación económicamejoróylepermitiómudarseaBrooklyn,dondevivióhastacasarseconClark.Su rutina diaria se interrumpió cuando el relojmarcó las once.Debía

estar en el instituto a las doce y dejó a medias el trabajo que estabarealizandoparaprepararse.Trasducharse,secósuscabellos.Teníaelpeloporloshombros,castaño

contonalidadesenmielyondulado.Eligióunosfinospantalonesdelinoblanco y un jersey rosa con cuello de pico. Dio algo de color a susmejillas,aplicórímelasuspestañaslograndoresaltarmuchomássusojosverdesycondujohaciaelcentro.Rebecca asistía al High School Styles. Sue sabía que el instituto

anteriormenterecibíaotronombre,perosecambióporeldeAlisaStyles,bailarinaqueseformóenlaescuela.Erareconocidamundialmente,hastasirviódeinspiraciónparaRebecca,peroAlisafallecióenunaccidentedetráfico. La tragedia hizo que el profesorado le brindara un homenajeponiéndoleelnombrealcentro.Trastreintaminutosdeconducción,Suellegóasudestino.Aparcó,yal

instanteescuchóeltimbrequeindicabaelcambiodeclase.Nopudoevitarlanzarungruñidodeprotesta.Aligualqueamuchaspersonas,elperiodo

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delinstitutonoerasupreferido.Mientrascaminabaendirecciónasecretaría,contemplóqueapesarde

losaños lascosasnoeranmuydiferentesacuandoellaestudiaba.Habíaanimadoras, chicos del equipo de baloncesto mostrando orgullosos suschaquetas,gruposdemarginadosqueseapoyabanentreellos, aunque lagran mayoría compartían algo en común. Tenían la vista pegada a losmóviles. Muchos estarían riéndose de algún video en la red ocompartiendo cotilleos de sus compañeros. Pero la mayoría estaríachateando con algún compañero que posiblemente no estaría ni a diezmetrosyenlugardehablarcaraacaralohacíanatravésdeunapantalla.Sue lanzóunamargo suspiro.Comprendía la importanciade las redes

sociales y como estas eran de utilidad en muchas circunstancias, peroaborrecíaquesehubieranconvertidoenunobstáculoenlacomunicacióndirecta.—¡SeñoraKenyon!—escuchóasuespaldaycuandosegiróseencontró

con Tyler, el mejor amigo de Rebecca. Era un joven un pocoindisciplinadoquesiemprehacíaloquequería.Erainteligenteygentil,apesar de que vistiera de manera chulesca intentando aparentar ser másduro de lo que en realidad era—. ¿Qué hace aquí? ¿Se encuentra bienBecca?—Cuando me llamas señora hace que me sienta realmente mayor —

añadióSue,lograndoarrancarleunasonrisaalchico—.Sututoranoshahechollamarparahablardesuscambios.—Últimamente parece que esté con el síndrome menstrual

constantemente.—Esecomentariopuedehacerquealgunaschicastecojanmástirriade

lohabitual,asíquecontrolaesabocayloquedices.Tylerasintióysugestosevolviómásserio.Eraunchicoguapo.Muy

altoydeporteatlético.Teníaelcabellolargo,castaño,ylecaíaenondashastalaalturadeloshombros.Susojoseranmarronesyunadesuscejasestabapartidadebidoaunacicatriz.—Sue…—añadió cabizbajo. Estabamuy serio y a ella le pareció que

cuandolallamabaporsunombredepilaerapeorquecuandolallamabaseñora—.AlgolesucedeaBecca.Noséquées,últimamentecasinoselepuedehablarydeambulaporlospasilloscomounzombie.Noshaalejadoatodosdesualrededorycuandointentamosacercarnos,dealgunamaneranosrechaza.

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—Losé.Clarkyyotambiénhemosnotadocomportamientosextrañosenella, aunque mi marido asegura que no se está drogando. Es médico yconoce los síntomas de antemano—confesó, pero como esperaba, suspalabrasnoapaciguaronalchico—.TranquiloTy,averiguaréquépasa.Más inquieta por los comentarios del mejor amigo de Rebecca, se

dirigió al despacho de la tutora. Allí escuchó atentamente. Variosprofesores se habían quejado de la bajada de notas de su hijastra, sucontinuadistracciónenclaseademásdelaescasaparticipación.Noerapropiode ella, el profesorado lo sabíay tambiénSue.Aun así

hizo algo por Rebecca y cuando la maestra le mostró los justificantesfirmadosporlapropiaadolescentedondehabíafalsificadolafirmadesupadre,elladijoquenoeranfalsoscomopensabanyqueenefectohabíaestadoenferma.Gracias aDiosClark no había dicho nada por teléfono respecto a ese

temayhabíasalvadoaBeccadelaexpulsión.Trasgarantizarqueobservaríandecercaalachica,sedespidiódeellay

cuálfuesusorpresaalencontrarseaDerekenelpasillo.Vestíalaropadelequipodeatletismoeibasudado.Eraunjovendeporteatlético;saltabaalavistaquecuidabamuchoelfísicoydedicabahorasalgimnasio.Teníaelcabellomorenoycorto;susojos tambiéneranoscuros,yreconocíaqueeraguapo.No leextrañabaqueBeccaestuvieseenamoradadeély fueraunodeloschicosmáspopularesdelcentro.—¡Señora Kenyon! —exclamó sorprendido, arrancando un suspiro a

Sue.Eramejor que se fuera acostumbrando a que la llamaran señora, apesardesucortaedad—.¿Sucedealgo?¿EstábienRebecca?—No lo sé —confesó inquieta—. Estamos algo preocupados por su

comportamiento.¿Túnosabesquélepuedeestarpasando?Supadreyyohemosdescartadodrogas,peroaunasí…—Puedequedejarelballetlehayaafectadomásdeloqueadmite.Enfin,

era su pasión, pero había alcanzado su límite y decidió dejarlo antes dehacerelridículo.—¿Quéquieresdecir?—Bueno, las chicas nuevas le estaban comiendo terreno. Se sentía

bastante avergonzada al respecto y prefirió tirar la toalla antes que serhumillada. Esas chicas habían empezado a bailar mucho antes que ella,teníanmáspráctica,másflexibilidadylosdossabemosloperfeccionistaque es Rebecca. Y después de todos los logros que había conseguido,

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prefiriódejarlocuandoestabaenloalto,quetiradaporelfangodebidoaunasmocosas—hizounabrevepausaalavezquemirabasureloj—.LosientoseñoraKenyon,solotengounosminutosantesdelasiguienteclaseyhededucharme.Porcierto,¿estáRebeccacastigada?Meencantaríaqueestudiásemos juntos esta noche. Le prometo ser una buena influencia eintentarhacerleverloserroresqueestácometiendo.—¡Hablaréconsupadre!—leprometióypocodespuéssonóel timbre

deliniciodeclase.Sue se dirigió a la puerta.La portada de un libro amedio terminar le

esperaba en casa. Pero no podía irse sin más. Tenía que averiguar quésucedíaycaminóalaescueladebailedelcentro.Para su sorpresa encontró allí aRebecca.No sabía si eraporque tenía

alguna hora libre o porque de nuevo se había saltado alguna clase,últimamente,conellatodoeraunmisterio.Aunasí,laobservóensilencio.Siempre le gustó verla bailar; mover sus brazos con gracia, saltardesafiandolasleyesdelagravedadysosteniendotodosupesosobrelaspuntasdesuspies.Mientrasdanzaba,surostroestabaencalma,sereno.Erafeliz,losabíay

noentendíaporquéhabíadejadoaquelloquetantolegustaba.Quizáslaspalabras de Derek fueran ciertas; es triste ser devorada por las nuevasgeneraciones,peroRebeccaseengrandecíaconlosretos,noalcontrarioysiempresequejabadenoencontrarbailarinastancapacitadascomoellasenelcentro.Enesemomento lachicagirabasobresímisma,unayotravez,unay

otravez.Manteniéndosefirme,hastaquetropezó,ycayóalsuelolanzandoungemidoyagarrándosealpie.—¿Estásbien?—seinteresóSue.—¿Quéhacesaquí?—fuelarespuestadeRebecca.Sutonosonóserio,

conbrusquedad.—Terecuerdoquetututorahacitadoatupadre.Élnohapodidovenir

—leexplicómientrastomabaasientofrenteaella—.Noteexpulsarán.Lehedichoquelosjustificanteseranrealesyestabasenfermaesosdías.—¡No deberías haber hecho eso!—exclamó enfadada, poniéndose en

pie,peroSue tiródesubrazoy laobligóasentarsedenuevo—.Queríaque me echasen. No quiero volver aquí nunca más y encontraré otramaneradelograrlo.—¿Esciertoquehasdejadoelballetporquetesientesempequeñecerpor

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lasnuevaschicasquedanzancontigo?—¿¡Qué!?—preguntóconlosojosmuyabiertos.—Me he encontrado a Derek en el pasillo y es lo que me ha dicho.

¡Escúchame!—ledijo tomándolade labarbillacuandoevitabamirarlaalacara—.Alolargodelavidateencontrarásmuchasadversidades,perosideverdadtegustaloquehaces,lucharásporello,sinimportanteloquehaya en juego. Mira, quiero enseñarte algo—continuó a la vez que sesubíalamangadelbrazoderecho,dejandoaldescubiertounagrancicatrizquelellegabadesdelamuñecahastaelcodo—.Séquesabesquemehiceeste corte en el accidente de tráfico que tuve hace años, pero lo queignorasfueronlassecuelas.Durantemuchotiempofuiincapazdesostenerun lápiz. ¿Sabes lo que significó eso para mí? ¿Renunciar a dibujar, aexpresarme? Pero no me rendí. Pasé incontables horas haciendorehabilitación y al final todomi esfuerzo valió la pena, porque volví ahacer lo que me gustaba. Es cierto que me cuesta más, no puedo estartantashorascomoantes,perohagoloquemehacefeliz—hizounabrevepausa—.Becca,atitegustabailar,siguehaciéndolo.Nopiensesenserlamejor,soloenpasarlobienyserfeliz.—Noquieroescuchartussentimentalesconsejos.Nosoycomotú,sino

puedo ser la mejor, prefiero no ser nada. No puedo conformarme conmenos, así que ahórrate la saliva.Noeresmimadre.Noquieroquemeayudescontuexperienciaaafrontarmisproblemas.Suesepusoenpieylelanzóunamiradaalachica.—Sicreesquemehierescontuspalabras,estásmuyequivocada,perosi

asíaliviastudolor.¡Hazlo!Insúltame,búrlatedemí.Yanosoyunaniña,Rebecca,ypuedo soportar todas esasnimiedades.Pero tediréunacosa.Hayalgoqueelserhumanonoseperdonayesnoserunomismo.Ynohay nadamás triste que estar enfadado todo el tiempo—se dirigió a lapuerta, pero antes se volvió de nuevo a su hijastra—.Vederecha a casadespuésdeclase.Estáscastigada.—¡Pero he quedado conDerek para estudiar! Se lo prometí. Íbamos a

pasartodalatardejuntos.—Estoy segura de que lo entenderá. No te retrases o iré a buscarte a

dondeseaytetraeréacasa.Sindecirnadamás,Suesiguióconsudíaadía.Regresóacasaysepuso

cómoda.Trastomarunatazadeté,tomóasientofrentealordenadoryconhorror observó que tenía cinco correos electrónicos sin leer. Estaba

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seguradequetodoserandesueditorial.Llevabadosdíasderetrasoysinoseponíalaspilaspronto,tendríaproblemas.Evitarlosnoibaaservirdenadaehizo“clic”enlabandejadeentrada.

En efecto, dos correos eran de la editorial.Otros dos de escritores quepedíantrabajosyunodesconocido.Primero leyó los de las editoriales. Respiró aliviada. No expresaban

malestar por su retraso, sino que le informaban de otros posiblesencargossisuagendaselopermitía.Trasaceptarlostrabajosyresponderalosescritoresconlosqueyahabíatrabajadoenotrasocasiones,leyóeldesconocido,queademásnollevabaasunto.Alabrirlo,loprimeroqueviofueunafotosuyadehacíaunaño.Estaba

enunalibreríapresentandosuúltimanovelagráfica.Estabafeliz,radiante,encompañíadeunorgullosoClarkyunarisueñaRebecca.Alfinaldelafotofigurabauntexto:Teheencontrado

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Sue

La mano derecha de Sue comenzó a temblar al leer tales palabras.

Asustadasepusoenpie,alejándosedelordenador,comosiestefueraungranpeligroyconesaacciónpudieraescapar.Aterradacaminóatrásydiovariasvueltasporlahabitaciónpensandoen

quéibaahacerapartirdeahora.Unaspalabrasyunafotoyyalecostabarespirar.Ademássentíalosojosarderyfuriosadiounapatadaalaparedparafinalmenteapoyarlaespaldaenellaydejarsecaerhastaelsuelo.No supo cuánto tiempo permaneció ahí, aterrada porque su pasado la

hubieravueltoaalcanzar,hastaqueunavozlatrajodevuelta.—¡¿Sue?!—susurróRebecca.Había perdido la noción del tiempo y la palidez en el rostro de su

hijastra le hizo saber el mal aspecto que representaba. Rápidamente sepuso en pie y se dirigió al ordenador. No quería que Rebecca viera elmensaje,porloqueapagóelmonitor.—Seme ha pasado por completo la hora. Cámbiate y comeremos en

unosminutos.Durante un instante Sue vio como los labios de Becca se abrían

dispuestos a formular una pregunta e interesarse por qué la habíaencontrado tan asustada, pero no lo hizo. Sin duda la adolescente había

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cambiadoyyanosepreocupabaporlosdemáscomosiemprehabíahechoyúnicamenteasintió.Yaasolas,Sueencendióelmonitore imprimióunacopiadelmensaje

paradespuésguardareloriginalensucuentadecorreo.Algoledecíaensuinteriorqueestenoibaaserelúnicomensajequerecibiría.Mástardecomíanunaensaladadepastaenlacocina.Estabanensilencio,

aunque la tranquilidad se rompía en ocasiones con el pitido de algúnmensajeque lachicarecibíaensumóvil.Al instante tomabael teléfono,respondíayvolvíaadevorarlacomidaconrapidez.Así continuamente.Sue estabamásque cansadadel sonido, por loque

alcanzó el aparato y lo guardó en un cajón, ganándose una mirada dedesprecio.—Sabes que tu padre detesta que estés pendiente del teléfonomientras

comemos—añadióconlavistaensucomida—.Yaunqueélnoestéaquí,respetarássusnormas.—No estaría tan pendiente de mi vida social si no fuera porque me

habéiscastigado.Derekmeibaaayudar.Esloquequeréis,¿no?Queseacomoél.Asíquedejaquevayaasucasaparaestudiaryponermealdíaconlastareas.—Becca,podrásengañaratupadretodoloquequieras,peronoamí.Si

te dejo ir a casa deDerek acabarás haciendo cualquier otra cosamenosestudiar,asíquemenosprotestarycomeencondiciones.—¡Nopaguesconmigotuenfadoporloqueseaquetehayapasado!—

refunfuñó Rebecca poniéndose en pie y lanzando la servilleta a laencimera—.Séquehasestadollorando,loviencuantoteencontréentuestudio. ¿Por qué no nos haces un favor a mi padre y a mí y dejas tutrabajo?—¿Quéquieresdecir?—preguntóSueapartando lacomida.Suapetito

había desaparecido—. Espero que seas lo suficiente valiente como pararesponderamipregunta.DuranteuninstanteRebeccavaciló.Semordióellabio.Noibaahablar,

peroalescucharquesuteléfonorecibíamensajessinparar,prosiguió.—Siempre te derrumbas cuando recibes críticas aplastantes pensando

queconesonovolveránacontratarte. ¡Abre losojos,Sue!Estáscasadaconuncirujano. ¡Todounchollo!Hazcomo lasdemásmujerescasadas

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conmédicos y pásate el día parloteando y en el spa. Vive demi padrecomo las demás zorras que están casadas con hombres adinerados tantontoscomoél.Tras sus palabras abrió el cajón, tomó el teléfono y se dirigió a su

habitación. Al instante escuchó el fuerte portazo de la puerta de sudormitorio.Sue se había quedado sin palabras. No podía creer lo que Rebecca le

había dicho.Era cierto que enmuchas ocasiones se entristecía al ver sutrabajo despreciado y eran Clark y Becca quienes le animaban. Pero lodemás,lasuperficialidadconlaqueveíasumatrimonioconsupadre,esosílehabíadolido.Traslanzarunamargosuspiro,recogiólacocina.Despuésdeesosiguió

coneltrabajo.Novolvióapensarenele-mail.Nopodíapermitirseellujodehacerloytrasacabarlaportadaenlaqueestabatrabajando,escribióunmensajeaClark.Noestaréparalacena.Voyafisioterapia.Esperonollegarmuytarde.Tequiero.Agotadasemasajeólamanoderecha.Sehabíaesforzadodemasiadoen

elúltimoencargoparaterminarloapuntoyesoteníasusconsecuencias.Lamanoquemássufriótraselaccidenteleestabadandoproblemasyunbuenmasajelevendríabien.Unavez lista sedirigióa lahabitacióndeRebecca.Comoesperabano

recibiórespuestaalgunaasullamada,porloqueabriólapuerta.Encontró a la chica tirada en la cama, con el portátil y los cascos

puestos.Nodejabadeescribirysentíainterrumpirsuconcentración.Algoensu intencióndeartista ledecíaquenoestaba tecleandoun trabajodelinstituto,sinoqueestabaescribiendo.Lonotabaensurostro,lacalmaquetrasmitíayalavezlaausenciaqueveíaenél.Comosinoestuvieraenestemundo, sino en otro, en la historia que estaba trazando en el ordenadorconlaescritura.—Voyasalir.Túpadreestaráalllegar.Nomeesperéisparacenar.Rebecca se había echado hacia atrás los cascos. La había escuchado,

asentidoyahoralamirabafijamente.—Novoyadecirnadadelodeantessiesloquetepreocupa—añadió

Sue.Yobservócomolachicatragabasaliva.Estabaseguradequeteníaun

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nudoenlagarganta,quesentíahaberlehechodaño,perosuorgullonoibaapermitirpedirleperdón—.Notemolestomás.Sigueescribiendo.Cerrólapuerta,semarchóalrecibidorytomólasllavesdesuvehículo.

Esperabaque tras la sesióndemasaje su resentidocuerpo se encontrasemejor.Tres horasmás tarde Sue regresaba a casa. Aparcó en el camino que

llegabaalacochera,lacualsecomunicabaconlacasa.Unavezcerróelvehículo sedirigió a la entradade la viviendabuscando en subolso lasllavesyapesardeencontrarseenelexterior,yaescuchabalosgritosdepadreehija.Cuando entró se dirigió al salón, una estancia situada a la derecha

decoradaconunagranmesaentonopinoqueutilizabanparacenartodosjuntos y en otra punta, un sofá en forma de L frente a una mesa contelevisor.ClarkyRebeccaestabandepie,acadaladodelamesa.Élteníaen su mano el teléfono de la chica, que no dejaba de sonar. Ella teníalágrimasenlosojosyelrostrodescompuesto.—¡EsDerek!Estápreocupadopormí.Déjamehablarconél.—¡Telohedichocientosdeveces!Lacenaesparaqueestemosjuntosy

hablemos.Prácticamenteeselúnicomomentodeldíaenelquenosvemos.—¡Noquierocomer!—gritólajovenalavezquetirabalosplatosdela

mesa.Clarksequedósinhabla.Nuncahabíavistounaactitudtanviolentaensu

hija.¿Quédemoniosleestabapasando?¿Porquéactuabaasí?—¡Devuélvememiteléfono!—exigiódescompuesta.EneseinstanteintervinoSue.LequitóaClarkeldichosoaparatoyselo

devolvió.—Atúhabitación.Túyyohablaremosmástarde.Sorbiéndoselanariz,Rebeccaasintióalavezquerespondíalallamada

deDerek.Mientrassubíalaescaleraleescucharondecir:—El gilipollas de mi padre me lo había quitado. No he podido

responderteantes.EsaspalabrasenfadaronaClarkeibaairtrassuhija,perolamanode

Sueledetuvo.—¿Quéestoyhaciendomal,Sue?Dímelo—lerogó—.¿Esporquepaso

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mucho tiempo fuera? Si es así… puedo cambiar de hospital, dejar deoperarydedicarmesoloaveralospacientes.—Cariño,tieneslahabilidaddesalvarvidas,asíquehazlo.SobreBecca,

aunqueahora está enuna fasequeno le caigomuybien,dejaquehableconella.Esposiblequeconmigoseabramásquecontigo.—¡Odiolasnuevastecnologías!Esunanuevaadición.Mihijaesadictaa

esaporquería.Yaunqueteparezcaextraño,yahayexpertosquesededicana desintoxicar a gente comoBecca. Tengo un amigo en el hospital quesabemásdeltema—añadiónerviosomientrasaccedíaalteléfono—.Voyallamarleaverquémecuenta.Soloseránunosminutos,ahorarecojoestedesastre.DuranteuninstanteSuenodijonada.VioaClarkdirigirsealestudioque

él tenía en la planta baja y ella fue a la cocina a recoger el cepillo y elcogedor.Aunqueantesechóunvistazoa lacomidaquesumaridohabíapreparado:pastarellenadecarne.Supreferida.LanzóunamargosuspiroysubióalahabitacióndeRebecca.Sedispuso

a llamar a la puerta, pero no lo hizo. A través de esta escuchó comodiscutíaconDerekynoeraelmomentoparadarleunsermón.BajóalsalónyencontróaClarkrecogiendoeldestrozo.—Miamigoconoceaunprofesionalquepuedeorientarnosunpocomás

sobre todo loque le pasa aRebecca.Nos concertaráuna cita e imaginoque querrá verla y hablar con ella detenidamente. Estoy seguro de queacabaráenuncentroespecializadoparaestaadicciónelectrónica,perosiconello recuperoamihija, créeme,voyahacer todo loquemedigan.Aunquedebaingresarlaenalgúnlugarespecial.—Creoque a ella le pasaotra cosa…—interrumpióSue—.Tedoy la

razónenladependenciaquetienehaciasuteléfono,perohayotrascosas.Faltadeapetito,pérdidadeinterésensusaficionesy,¿tehasfijadoensuformadevestirúltimamente?—Yolaveobastantenormal—interrumpióelhombre.—¡Clark!Noséquiénvamásrecatada,siellaounamonja.—Estecambionomedesagrada—añadiócaminandohacia lacocinay

echandoloscristalesenlapapelera.Algirarseseencontróasumujerdebrazoscruzados—.¡¿Qué?!Hesidounadolescenteyquemihijavayaaclaseconfaldasquenosediferenciandeuncinturónanchoypintorreada,pues no me hace gracia. Por mí perfecto que vista vaqueros y camisasabotonadashastaelcuello.

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—Sabesqué,¡mevoyadormir!Estoycansada.Hasidoundíamuylargoynohaterminadonadabien.Más tarde, la pareja se relajaba unos minutos leyendo un buen libro,

hastaqueelsueñolesvenció.Tendríantodalamañanasiguienteparaestarjuntos,yaqueClarkteníaguardiaenelhospitaldurantelanoche.A ambos les despertó un fuerte estruendo. Provenía de la puerta de la

vivienda y cuandomiraron la hora, ambos sabían queRebecca se habíamarchadoyaprovechandosuausencia,Sueseacurrucójuntoalcuerpodesumaridoyalinstantesusmanoscomenzaronaacariciarelcuerpodesumujerconcariño.Eltimbredeliniciosonó,aunqueRebeccanoestabaenclasedelengua,

queera su siguienteasignatura, sinoenelbaño.Sus temblorosasmanossosteníanuntestdeembarazoysuplicantesusurrabaquedieranegativo.—¡Por favor, por favor, por favor! —rogó con los ojos cerrados,

sintiendo como una pequeña lágrima se deslizaba por su mejilla. Yahabíanpasado cincominutos. Sin dudadebía tener los resultados, y traslanzarun largo suspiro, abrió losojos—. ¡Negativo!—añadió.Lomiróhastaunadecenadeveceseinclusoleyóelprospectoparaversiestabaenlociertoynohabíadudas.¡Eranegativo!Trasarrojarloa labasurasalióyseenfrentóasu reflejoenelespejo.

Estaba pálida, ojerosa y más delgada. Además no había dormido bien,aunquealmenosyasabíaquenoestabaembarazada.Mientras tomaba sumochila no podía dejar de pensar enDerek. ¿Tan

difícil le era utilizar precauciones? Ella siempre llevaba preservativos,peroDerekera incapazdecontrolarsupasión,ycuandolefrenabapararecordarlequeaúnnoestabanusandomedios,sehabíapuestohechounafuriaconellaydebíasoportarsumalhumoreindiferenciadurantehoraseinclusodías.Y cada vez que le tocaba su periodo y se retrasaba aunque fuera unos

días, se ponía enferma.Volvió a suspirar y al ver que todavía quedabanmás de cuarenta minutos para la siguiente clase, decidió aprovechar eltiempo. Se puso unos leggins, una camisa de tirantes y corrió hacia elsalóndebaile.Sindudalashorasdeclaseeranlasmejores.Todoestabaensilencioy

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porsupuestocontabacontodalapistaparaella.Traslanzarsumochilaaunlado,comenzóconalgunosentrenamientos

de calentamiento, pero su concentración se interrumpió cuando escuchóque lapuertadel aula seabríay secerrababruscamente.AlmirarvioaTylerquelaobservabaembobado.—Penséqueestarías expulsada.Teestásganandounamala reputación,

Rebby—dijo, apodándola Rebby, como hacía cuando eran niños—. Lahijadelmédicohafalsificadosufirma.—¡Márchate, Ty! —protestó, a la vez que seguía calentando. Llevaba

horasesperandopisarlasaladelbaileynoqueríaquenadieleprivasedesumomento—.Niquetúnolohubierashechonunca.—Yo al menos tenía buenas razones —respondió. Se colocó tras

Rebeccaylalevantócondelicadezacuandoellateníalosbrazosalzados,peroellaseremovióobligandoasoltarla—.¡Podríashabertehechodaño!¿Quépasa?—preguntóconlosbrazosenjarras—.¿Ahoraquesalesconlaestrelladeatletismosoloéltepuedeayudarahacerlosejerciciosenlosquenecesitasunbailarín?—quisosaber.Peronoesperóaquerespondiera—.Antesnoteimportabaqueyopasaseunmalratocontaldeayudarteensaltosyasímejorarparaconvertirteenunagranbailarina.Aunqueahoranosédóndehanquedadotusaspiraciones.Rebecca miró a la puerta. Era doble y una de ellas tenía un pequeño

cuadradoconcristalqueservíaparaobservarel interiordelaula.Alverquenadielescontemplaba,sedirigióasuamigo.—Tienesrazón,hesidoimprudente.Hepodidohacermedaño.Suspalabras llegabandemasiado tarde.Elmuchachoya sedirigía a la

salida.—OyeTy,¿teapetecehacerunDirtyDancing?—preguntó,obteniendo

suobjetivo,Tylersedetuvo.Cuandonombraba “hacer unDirtyDancing” se refería a interpretar la

escenadelbailefinal,cuandoellacorre,saltayéllasostieneenelaire.ATylerleencantabahacerloyporsupuestotambiénaRebecca.—Deacuerdo—accedióél—.Perosolo lohagoporquemantenerteen

elaireunossegundosequivaleacasiunatardeenelgimnasio.—¡Muygracioso!—añadiósonriendocomonohacíaentiempo.Se preparó, caminó hacia atrás, tomó aire y empezó a correr para

cuando se encontraba a escasa distancia de Tyler, saltar. Él la tomó enbrazosylaalzó.Enelaire,Rebeccamantuvolaposturarecta,sinvacilar,

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disfrutandodelmomento,delcontroldesucuerpo.Entonces Tyler comenzó a balancearse. Cayó hacia atrás, con ella

encima.—¿Sepuedesaberquéhaces?—preguntó,molesta,levantándoseaprisa

—. Lo has hecho aposta. Te has dejado caer —gruñó con los brazoscruzados.—Vamos Rebby, sabes que lo he hecho en otras ocasiones. Hubo un

momentoenqueeradivertido.—Sí y dejamos de hacerlo cuando comenzaste a salir con Sophia.Me

diste de lado, ¿recuerdas? Ella se ponía celosa y lo entiendo. ¡Tengonovio!Siseenteradequemehetiradoencimadeti…—Hasidounaccidente…soloqueríarememorarlosviejostiempos—

añadióacercándoseaella.Hizoamagodeacariciarlelamejilla,peroellase alejó—. Salir con Sophia fue el peor error de mi vida. Estabasenamoradademíynolovi.—MedesenamoréyconocíaDerek.¡Minovio!—Sí,tunovioyuncapullo—confesóyalverelgestomohíndelachica

no desaparecía, se dio por vencido—. Vale, daremos por terminado laclasedehoy.¿Esperoquenoteimportequevayaamear?MientrasTyler sedirigía al bañode la sala,Rebecca caminóhacia las

barrasparahacerotroejercicio.DenuevosutrabajofueinterrumpidoporelfuerteportazoyDerekentró.Tylerrefunfuñabamientrasselavabalasmanos.Duranteunossegundos

había vuelto a acercarse a Rebecca y lo había echado a perder por unabroma.Eraimbécil.Noteníadudadeello.Queríarecuperarasuamigayloúnicoqueestabahaciendoeraalejarla.Eneseinstantesuspensamientosseinterrumpieronporunfuertegolpe

provenientedelasala.LosdelicadosdedosdeClarksedeslizaronporelvientredeSue,quien

en ocasiones reía debido a las cosquillas que le arrancaba. Aunque losdedosdesumaridonolaestabanacariciando,sinotocandolascicatricesdesuestómago.Aligualquesumanoderecha,tambiénsufriólesionesenel accidente de hace unos años, donde parte de su cuerpo se vieron

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afectadas.—Hevistocicatricesdetodotipo,hesanadomilesynopuedoentender

enquéclasedeaccidentetevisteinvolucradaparaestaslesiones.Parecenhechasporuncuchillo.—Fui acuchillada por la chapa del vehículo.Era un coche antiguo, no

comolosdeahora…—Si no fuera porqueme has dicho una y otra vez que te saliste de la

carretera,juraríaqueteapuñalaron.LaconversaciónsobrelascicatricesdeSueseviointerrumpidacuando

sonóelteléfonodelamujer.Almirarlapantallaobservóquelallamabandelinstitutoyloatendióenseguida.—Soy Sue, la madrastra de Rebecca —añadió nerviosa. Tras unos

segundosvolvióahablar—.Deacuerdo,enseguidaestamosahí.—¿Qué ocurre? —se interesó Clark, observando como su mujer se

poníaenpieycomenzabaavestirse.—EsRebecca.Hatenidounaccidente.

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3

Sue

ASuelecostabaseguirelpasodeClark,quecaminabapresurosoporel

pasillo del instituto hacia la oficina de la directora. Tras la llamadarecibidahacíapocomásdemediahora,Clarkhabíavueltoallamarparasaber lo sucedido, pero no le habían contado nada por teléfono, ya quepreferíanquesepresentaseenpersona.Finalmente llegaron a la sala y al abrir la puerta se toparon con una

ampliamesaderecepcióndondetrabajabantrespersonas.Fueunamujerjovenquienlesatendió.—SoyClarkKenyonyellaesSue,mimujer.Noshanhechollamarpor

mihija.Clarkhablabatanrápidoquelamuchachanoparecíasabermuybiena

quéserefería,porloqueSueloapartóyseencargóella.—Venimos por Rebecca Kenyon. Nos llamó la directora hace media

hora—añadióSue.Elgestodelarecepcionistaserelajó.—Pasad—dijo señalando una puerta a poca distancia a su espalda—,

estáconladirectora.La pareja rodeó el mostrador y fue Clark quien llamó a la puerta.

Esperaron unos segundos hasta recibir la orden de entrada y cuando la

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imponente voz de Elizabeth James, la directora, les dio permiso, elhombreentrópresuroso.ASue no le pasó desapercibido la tensión que se respiraba en la sala.

Clarkhabíaidoderechoaexaminarasuhija.Estabaenunasilla,frentealamesadeladirectora.Asimplevistaestababien,salvoporunagasaquecubríapartedesucarayqueenesemomentoClarkestabaquitando.DerekyTylertambiénestabanallí.Cadaunodeellossentadoaunlateral

deRebecca.Frente a la chica estabaElizabeth James, la directora, quienordenóaTyleryDerekqueesperasenfuera.SepusoenpieyletendiólamanoaSue.—Siento que nos conozcamos de esta manera —añadió—. Señor

Kenyon,suhijayaharecibidoloscuidadosnecesariosysiesposible,megustaríahablarconustedesasolas.—Tranquilapequeña—dijoClarkconcariñoasuhija—.Notequedará

cicatriz.Ella asintió. Sue sabía que era incapaz de hablar. Si lo hacía,

probablemente se echase a llorar.Susojos estaban a puntodehacerlo yhacíatodocuantoestabaensumanoporcontrolarse.Cuando la chica caminó hacia Sue, ella le agarró la mano derecha

cariñosamenteyconsorpresa,elapretónlefuedevuelto.—Soloseránunosminutos—lesusurró—.Enseguidaestamoscontigoy

nosiremosacasa.LaadolescenteasintiómientrasClarktomabaasiento;Suenolohizo.Se

quedó cerca de la puerta, observando entre las persianas elcomportamiento de Rebecca. De fondo escuchaba las disculpas de ladirectora,peroellanopodíaevitarapartarlamiradadesuhijastra.Derekse le había acercado y en cuanto posó sus manos sobre sus hombros,Rebecca no reaccionó.Entonces intervinoTyler, apartando aDerek a lavezquehacíaungestoconsuspuños.Eneseinstantelajovenqueleshabíaatendidoenelmostradorintervino;

apartóaRebeccadeloschicosehizollamaralguardiadeseguridad.Fueestequienpusoordenentrelosmuchachos,mientrasaBeccalaapartadaaunrincóndelasala.Sue había vistomás que suficiente. Tomó asiento junto a sumarido y

prestóatenciónalasexplicacionesdeladirectora.—Lo sentimos mucho, nunca hemos tenido un incidente como este y

créanme, el centro cubrirá todos los gastos que conlleve la curación de

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Rebecca…—¿Quéhasucedido?—leinterrumpióSue—.Quierodecir,¿cuáles la

historia?¿CómohaacabadoRebeccaconelrostroeneseestado?Ladirectorasuspiró.Tomólatazadetéquedescansabaensuescritorio,

dioungransorboylesdevolviólamirada.—Haydosversionesyesperoqueustedesmeayudenasacarlelaverdad

aRebeccaparatomarlasmedidasnecesarias—explicólamujer.Aguardóunos segundos y prosiguió—. Según TylerWoods, cuando él salió delbañodelasaladebaileencontróaDerekBlackysuhijadiscutiendo.Elmuchachosufrióunataquedeirayestrellóalachicacontraelcristal.Durante unos segundos nadie habló. Fue Clark quien interrumpió el

silencio.—No me creo ni una sola palabra de ese delincuente —confesó de

brazos cruzados y con el ceño fruncido—. Hace meses robó en unafarmacia…—¡Clark!—interrumpióSue—.EsanoeslahistoriarealsobreTyler.Su

hermana menor estaba sufriendo un ataque de asma, su medicación sehabía acabado y fue a la farmacia a por ella. Es cierto que se fue sinpagarla,peroantesdequelapolicíaestuvieraensucasaparadetenerlo,élyaestabadevueltaenlafarmaciaconeldinero—explicódefendiendoalmuchacho—.Noteníaniunsolocéntimoensucasaysuhermanacorríapeligro.La directora se le quedó mirando de hito en hito. Lo sucedido había

ocurrido como Sue lo había relatado. Era la versión oficial, casi nadieestabaaltantodeella,preferíancreerenelroboyquehabíatomadoalgomásqueun simple inhalador.Pero loque la directorano sabía, eraqueTyler se encontró con Sue cuando iba corriendo a la vivienda. Fue ellaquien lo llevó de vuelta con su hermana y quien le acompañó a lafarmacia.Esmás,fueSuequienpagólasmedicinasdelapequeña.La situación familiar de Tyler no era muy buena. Habían sido

abandonadosporsupadrehacíadosaños.Desdeentoncessumadrehacíatodos los turnos posibles en una cafetería para alimentar y vestir a sushijos.YTylertrabajabatrestardesalasemanaenuntallerdemecánica.—¡No tenía ni idea!—susurróClark desanimado. Él había crecido en

una familia con dificultadesmédicas y se oponía con todo su ser a losaltos precios de los medicamentos. La vida de una persona no podíamedirsepordólares.Poresarazónmuchosfinesdesemanaydíaslibres

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trabajabaenuncentromédicoparalosmásdesfavorecidos.Sinduda,esafue una de las muchas cualidades que enamoraron a Sue—. ¡Odio estesistema!Meencargarédelasaluddeesachiquilla,tenloporseguro.—Luegoestálaotraversión—prosiguióladirectora.Ambosnotaronel

temblor en su voz. Sin duda no le agradaba en absoluto lo que iba anarrarles—.SegúnDerek…TyleryRebeccaestabandiscutiendocuandoélentróenlasala.Loapartó,comenzaronaempujarseelunoalotroysuhijaintentósepararlos.Acabótropezandoyseestrellóconelcristal.Clark no dijo nada. Nunca le había gustado Tyler, pero conocer la

verdad sobre el chico y quizás recordarle a él, había ablandado sucorazón.Peroeramédico.Habíavistolasheridasdelacaradesuhijayparaéleradifícilenfrentarsealaposibleverdad.—¿QuédiceRebecca?—inquirióSue—.¿Cuálessuversión?—No ha pronunciado palabra sobre lo sucedido. Está demasiado

asustada y entiendo que quieran llevársela de inmediato a casa. Peronecesitosaberquéhaocurridoenesasalao laasociacióndepadresmecomerá viva. ¡Un alumno ha sido acusado de un ataque violento! Si esverdad,hayquepresentarunadenuncia—hizounabrevepausa.Volvióadar otro sorbo a su bebida y prosiguió—. En cambio, sí ha sido unincidente, por supuesto tomaremos medidas contra los chicos. Ambosseráncastigados.—Estoyseguradequeconnosotroshablará—intervinoSueponiéndose

enpie,seguidadeClark.En cuanto la pareja salió de la sala acompañada de la directora, se

encontraron lamismasituaciónquehacíaunosminutosobservóSue.Lachicaseguíaapartadaenunrincónconunvasodeaguaentresusmanosmientraseraconsoladaporlachicaderecepción.Mientrasqueloschicospermanecíansentados,conlosbrazoscruzadosyvigiladosporelguardia.Clarkcaminóhaciasuhijaagrandeszancadasylaabrazó.Laprotegió

entresusbrazos.Suenollegóaescucharlapreguntaquelehizo,perosiescuchólarespuestadelachicaenundébilsusurro.—¡Quieroirmeacasa!—Sévaliente,Rebby,¡dilaverdad!—gritóTyler—.Porfavor,habla.—Señor Woods —interrumpió la directora—, no diga ni una sola

palabramás.—¿Deverdadvana creer a estedelincuente?—preguntóDerek.No le

importabaquesolounossegundosantesladirectorahubieraincrepadoa

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Tyler.Nopodíapermitirseelnodefenderse…sielrumordequeélhabíaagredidoaRebeccasalíadeesasala,suvidaseveríagravementeafectada—.Esminovia,nuncalehubieratocadoniunosolodesuscabellos.Fueunaccidente.Éltuvolaculpaporiniciarlapelea—sedefendióatacandoaTyler.SuecaminóhaciaRebecca,casiocultadebidoasupadreyleacaricióel

brazoengestoafectuosoyledijo.—Tytienerazón.Tienesqueservalienteydecirlaverdad.Noestássola.Rebecca miró hacia Derek y Tyler. Los dos esperaban sus palabras.

Ambossemostrabanansiosos,nerviosos,eradifícilsaberquiéndecíalaverdad.—Fueunaccidente—confesó—.Sepelearon,intervineymetropecé—

suconfesiónfueapenasunmurmullo,conlacabezagachaysinsoltarenningúnmomentolamanodesupadre—.¿Podemosirnos?El hombre asintió. Padre e hija salieron de la sala mientras que Sue

permanecióunossegundosmás.LadirectorahizollamaraTyleryDerek.EsteentródeinmediatoperoTyaguardóysedirigióaSue.—Por favor, tienes que hacer algo. ¡He dicho la verdad! ¡Lo juro!—

exclamó nervioso—. Sé que no soy perfecto, tengo una terriblereputación,peroenocasionesnonosdebemosguiarporesta.PuedequeDerek sea el chico bueno, el admirado por todos, pero no es buenapersonayRebeccaacabarápagandolasconsecuencias.—Tranquilo,Ty—añadióSue—.Déjameloamí.—¡SeñorWoods!—intervinoladirectora—.Leestamosesperando.—Tienesquesertúquientomemanosenelasunto,supadrenolohará.

Los dos hemos visto su reacción. Es un gran cirujano, ha visto cosashorribles, pero cuando una desdicha afecta a su hija, se ve incapaz deactuar.SuenopodíaestarmásdeacuerdoconTy.Ytrasprometerledenuevo

encargarsedetodo,saliódelcentroyseencontróconClarkyRebeccaenelcoche.El viaje a casa trascurrió en silencio. Clark no apartaba la vista de la

carretera, Sue estaba sentada en el lado del conductor y lanzaba sendasmiradasapadreehija.Lachicateníalavistaperdidaenlanada,mirandoelparaje,aunqueSuesabíaqueenrealidadestabareviviendolosucedido.

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El resto del día trascurrió con calma. Clark examinó la herida deRebecca,lehizolascurasyagradecióinfinitamentequefuerasuperficial.Novolvióahacerpreguntassobrelosucedido,algoque,sinduda,suhijaagradeció.Mientras, Sue, se encargó de otros asuntos. El trabajo podía esperar

hasta la noche. Ahora debía tomar ciertas medidas. El incidente habíasucedidoenhorasdeclase,esdecir:Rebeccahabíavueltoafaltar.Sin duda era la excusa perfecta para ayudar a la chica, aunque fuese a

travésdeuncastigo.LequitóelteléfonomóvilycambiólacontraseñadelaredWi-Fi,loquesignificabaqueBeccaestabaincomunicada.Finalmente, y bien entrada la noche, a Sue no le sorprendió ver que

Dereklallamabaasuteléfono.—SeñoraKenyon—hablóconvozdulce—.¿PuedohablarconRebecca?

La he llamado en varias ocasiones, incluso le he escrito y no he tenidonoticiasdesdeelincidentedeestamañana.—¡Estádescansando!—respondió—.Ymetemoquevaaestarunosdías

sin teléfono, ni conexión a internet.Lo ocurrido sucediómientras debíaestarenclaseyhemostomadomedidasparaquedejedecomportarsedeestamanera.Duranteunossegundosnadaseescuchóalotroladodelalínea.—Creo que es unamedida drástica. ¿Cómopodrá hacer sus tareas sin

utilizarinternetoleerloscorreosdelosprofesores?—Tranquilo Derek, yo me encargo de todo. Todos deseamos el

bienestardeellaylacuidarémejorquenadie.—Sí…sí,escierto.Nosvemosmañanacuandovayaarecogerla.—No te preocupes por eso tampoco—añadió Sue en tono tajante—.

Duranteuntiemposeréyoquienlallevealcentroylarecojatraslasalidadeclase.Estarde—añadiómirandohacialasescalerasyobservandoqueClarkbajabaporellas—.¡Buenasnoches!—¿Quiénera?—seinteresóClarkunavezentróenlacocina.—Cosasdeltrabajo.¿Quétalestá?—Le he dado un calmante que le ayudará a dormir toda la noche—

respondiómasajeándoselavista—.Empiezamiturno,siocurrecualquiercosa,llámame.Diréenrecepciónquemetenganlocalizado.—¡Tranquilo!—añadióponiéndosedepuntillasydándoleunbeso—.Yo

meencargarédetodo.LaspalabrasdesumujertranquilizaronaClarkyapesardelossucesos

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deldía,sefuemástranquiloalhospital.DurantegranpartedelanocheSuesededicóaterminarlacubiertadeun

libro para un escritor de novelas de terror. Cuando se sumergía en eltrabajo,avecesperdíalanocióndeltiempoyeranlasseisdelamañanacuandoporfinterminó.En poco más de una hora debía llevar a Rebecca a clase, por lo que

desistiódedarunacabezadita.Preferíaducharseytomarunabuenadosisdecafé.Antesderelajarsebajoelchorrodeaguatempladaabriólabandejade

correoelectrónico.Comoerahabitual,teníaalgunossinleer,peronolesprestó atención. Escribió al autor de la novela, adjuntándole la portada.Una vez enviado, volvió a la bandeja de entrada y sintió que todo sucuerpotemblabaalverotromensajedelcontactoqueleenvíolafoto.Durante un instante dudó.No sabía si abrirlo o borrarlo directamente.

Sentía una gran tentación por hacer esto último, pero si estaba siendoamenazada, evitarlo era la mayor estupidez que podía cometer. Debíahacerfrenteaello.Traslanzarunlargosuspiro,pulsósobreele-mail…

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Sue

Sue tembló al abrir el correo electrónico. Era mucho peor que el

anterior.Yenestaocasióneltextoeramásextensoeibaacompañadodeunafotografíadeellahaciendolacompraenunsúpermercado.Por la ropa —abrigo, guantes y bufanda— fue tomada meses atrás,

duranteelinvierno.Esmás,ahoraqueSuelaexaminabacondetalle,veíarestosdenieveporlosalrededores.Elmensajedecíalosiguiente:Meperdíenlaoscuridad,lanochemetragócuandotealejastedemí.Mi

vidaseconvirtióenuninfierno.Cadavezqueveíaaalguiencontumismocabello,corríaentubusca…yalfinteheencontrado.Mispenasymisufrimientoseahogaronentrecuatroparedes,enjaulado.

Yosufríamientrastúseguíascontuvida.Teheencontradoyvolverásamí.Eresmía,siempreloserásyaligual

que mi sufrimiento se ahogó en una habitación, tu felicidad morirátambién,juntoamí,mientrascontemplasmirostro.Sueledioaimprimiryapagóelordenador.¡Quémaneramáshorribledeempezareldía!,selamentóalavezquese

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dirigíaalbaño.Unavezallísiguióconsusplanes.Empezóaducharseymientras enjabonaba su cuerpo, acarició su vientre. Las heridas quesiemprelerecordaríanloquetantosufrióañosatrásynopudoevitarquealgunaslágrimascayerandesusojos.No supo cuánto tiempo estuvo bajo el chorro del agua, dejando que

cayerasobresusagarrotadosmúsculos.Novolvióalarealidadhastaqueunestridentepitidolasacódesuspensamientos.ProveníadelaestanciadeRebecca:eralaalarmadesuteléfono.Tras salir de la ducha y secarse el pelo con rapidez, Sue tomó unos

vaqueros oscuros y una blusa blanca. Cuando bajó a la cocina con unacarpetabajosubrazo,encontróalachicadesayunando.—Buenosdías—lesaludóSue,alavezqueseservíaunatazadecafé—.

¿Cómoteencuentras?¿Quétallacara?Lachicaseencogiódehombrosysiguiócomiendoloscereales.—No es necesario que vayas hoy a clase. Tienes una excusamás que

justificadaparaausentarte.Enestaocasiónlachicaalzólacabeza.—HayunagranescueladedanzaenLosÁngeles.Esmuydifícilentrar,

yaquelamayoríadelosestudiantesqueseformanallíacabantrabajandoparaHollywood…quierointentarloysiquieropresentarmealexamendeingreso, tengo muchas cosas que cambiar, como mis notas ocomportamiento.Suediootrosorboasucafé.¡LosÁngeles!Deseabairsealaotrapunta

del país y no es que le disgustase. Le parecía estupendo que hubierarecuperadoel interésporladanza,perosiemprehabíadeseadoquedarseenNuevaYorkyconseguirpapelesparalasgrandesactuaciones.—DerekiráaestudiaraBoston,¿noesasí?Ella se encogió de hombros a la vez que tomaba sus pertenencias. La

conversaciónhabíallegadoasufinyerahoradeponerseenmarcha.Duranteeltrayecto,ningunadelasdoshabló.Ambasteníandemasiadas

cosas en la cabeza e iban sumidas en sus pensamientos. Únicamentehablaronaldespedirse,cuandoSueleaseguróqueestaríaallítraselfinaldelasclases.YmientrasRebecca sedirigíaal institutoa lavezqueel timbrede las

clasessonaba,SuecondujodirecciónaNuevaYork.Teníaquehablarconlapolicíasobrelosmensajesqueestabarecibiendo.

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Rebecca sentía la mirada fija en ella y los alumnos cuchicheaban

mientras el profesor seguía impartiendo clase. Estaba segura de querondaríadecenasdehistoriassobreelincidenteypuedequeentrealgunadeellasseencontraselaverdad.Tras lanzar un suspiro hizo oídos sordos y prestó más atención que

nunca. Tenía tomada la decisión. Deseaba ir a Los Ángeles y paraconseguirlonopodíapermitirsemássuspensos,nifaltasensuexpedienteescolar.Debíaremontarycomportarsecomounaalumnaejemplar.Sin embargo, su concentración se interrumpióde inmediato.Lapuerta

delaulacontabaconunpequeñocuadradodecristalquepermitíaaotrosdocentes echar un vistazo a la clase sin interrumpir a los profesores.Aunque esa pequeña ventana también era usada por otros alumnos paramirar. Y en ese instante la descompuesta cara de Derek ocupaba elpequeñoespacio.Rebecca se puso tensa de inmediato y bajó lamirada a la vez que un

escalofríolarecorríadepiesacabeza.Agachólacabezayfijólavistaeneltextodellibro.—Eh,Rebecca—escuchó la jovenque la llamabaunachicasentadaun

pardeasientospordelantedeella—.¡Rebecca!Ella no hizo caso. Hizo como que no la había escuchado e incluso

ignorólaboladepapelquele lanzó.Estabaseguradequeibaaavisarlasobresunovio,elqueimpacienteycomounlocolaesperabaenlapuertadeclase.—Le aburro, ¿Lecraoix?—interrumpió el profesor dirigiéndose a la

muchachaquelehabíatiradoaBeccaelpapel—.Quizásquedándoseunahoraenelinstitutotraslafinalizacióndelasclasesleayudeamostrarmásinterésporlaasignatura.—Losiento,profesor,novolveráapasar.Rebecca suspiró. Al menos la reprimenda le garantizaba no ser

molestada por otros alumnos. Con mucho cuidado alzó la vista unossegundosycondesagradoobservóqueDerekseguíaahí.Semovíadeunladoparaotro,impaciente,lanzandomiradasalinterior.Lachicasentíaqueelpechoseleibaasalirdelcorazón.Lasmanosle

sudabaneinclusolecostabatrabajorespirar.Volvióamiraralaventanaynovioalmuchacho,puedequeyahubieravueltoaclase.—¿SeñoritaKenyon?—al escuchar que la llamaban alzó la vista y se

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encontróconlarechonchacaradelprofesor—.¿Seencuentrabien?¡Estátemblando!Realmente lo estaba. No podía controlar su cuerpo, ni su respiración.

Necesitabasalirdeallí.—Lo…losiento,tengoqueiralbaño—murmurómientrasrecogíasus

pertenencias.Sin pronunciar palabra alguna salió de clase y echó a correr por el

pasilloendirecciónalasalidadelinstituto.Noleimportabaelestruendoque estaban formando sus pasos al correr, ni que otros profesores lellamasenlaatención.¡Teníaquesalirdeahí!Cuandoapenaslequedabancincometrosparaalcanzarlasalida,escuchóquelallamaban.—¡Rebecca!EraDerek.Suvozsonabaronca,llenadefuria,desesperaciónyangustia.

Peroellahizocomoquenolehabíaescuchadoysiguiócorriendo.Deunsaltosorteólosescalonesquedabanpasoalaentradaynoparóenningúnmomento.Fueentoncescuandoseatrevióamiraratrás.¡Diosmío!Dereklaseguíaaunavelocidaddeinfarto.Ahoranopodía

detenerse. Tenía que hacer como que no le había escuchado, pero elnerviosismopodíaconellaysoltó los librosy lacarpetaquellevabaensusbrazos.Asípodíacorrermásrápido,sinoencontrabaunlugardondeesconderse,acabaríasiendoalcanzada.Entonces vio su vía de escape.El autobús.Estaba estacionado a varios

metros,lospasajerosyamontabanenéleibadirecciónaNuevaYork.Unlugarperfectodondepasareldíadesapercibida.Aceleróelpasoyviocomoelvehículoiniciabalamarcha.—¡No! —sollozó—. Por favor, pare, ¡pare! —gritó a pleno pulmón,

corriendomásaún.Sentíalaspiernasarder,apenaslapodíanmantenerenpie.Ibaadesfallecerallímismo.Peroparasubuenafortuna,elautobússedetuvoyellasubiópresurosa—.Muchasgracias—añadiósacandounpardebilletesdesubolsilloypagandoelviaje.Jadeante y nerviosa avanzó hacia los asientos de atrás mientras el

conductoremprendía lamarcha.Esto lehizosoltarunsuspirodealivio,perocuando llegóal finaldelvehículo sumirada secruzócon ladeunfuriosoDerekquetodavíaintentabaalcanzarla,sabíaquesehabíametidoenungranlío.Finalmentesedejócaerenunodelosasientosparatomaraliento.

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Cuando Sue entró en la comisaría, el ajetreo que reinaba no le

sorprendió en absoluto. Un policía llevaba esposado a un hombre,mientrasqueotroagentelesdecíaadoschicasqueibanbastanteligerasderopa que esperasen hasta que les leyesen sus derechos. En un banco aapenasunosmetrosdeella,unmuchachodormíaenél.Evidentementelosagentes estaban esperando a que los efectos del alcohol se le pasaran,porqueelolorquedesprendíaeranauseabundo.—¿Puedo ayudarle? —le preguntó una joven agente. Era amable.

Llevabaeluniformeazulysucabelloibarecogidaenunacoleta.—Megustaría informarmesobre lospasosa seguirparadenunciarun

acosocibernéticoqueademásvaacompañadodeamenazas.Los labios de la joven policía se fruncieron ymiró tras ella.Había al

menosunadecenademesasrepartidasentreunladoyotro.Entodasellashabía un agente: algunos con el uniforme y otros con ropa de calle. Lamayoría estaban ocupados y atiborradas de papeleo. Aunque en eseinstante, la mesa del fondo, ocupada por un rechoncho policía, quedólibre.—Vayaalamesadelfinal.EseldetectiveSmith.Élpodráayudarle.Sueasintióyfuederechaalamesa.—Buenosdías.MellamoSueKenyonymegustaríainformarmesobre

elprocesoaseguirenelacosocibernético.Elhombredioungransorboasucaféydespuéslanzóungruñido.—Le diré una cosa, señora Kenyon. En la red hay mucho personaje

aburridoquese lopasabombaatemorizandoaotros.Lamayoríadeesagentuzasonpersonasdébiles,incapacesdetenerunavidanormaloqueensudíaadíasontratadosvilmenteporlasociedad.—Un gran porcentaje nomuestra riesgo alguno—le interrumpió una

jovenagente.Ibaconropadecalle.Pantalonesvaqueros,camisaoscurayuna chaqueta de cueromarrón que dejaba al descubierto el arnés dondeguardaba su pistola—. Pero otros son muy peligrosos y por eso esimportanteanalizarlostodosymuchomáscuandosetratadeunpersonajepúblico.El rechoncho agente sequedómirandodehito enhitodeunamujer a

otra. ¿Eraposiblequeestuviera anteunaactriz, cantanteo algo similar?En fin, estaban en Nueva York y nunca sabían cuando estaban ante unaestrellaono.

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—Esilustradorayescritora—prosiguiólaagentesacandodedudasasucompañero—.Esunplacerconocerla,admiromuchísimosutrabajo.Suetomólamanoqueletendíalapolicíaylaestrechódebuenagana.—Estábien,Daniels,yaquetudescansohaterminadoocúpatetúdeesto.

Eshorademitercercafédeldía.La agente Daniels tomó asiento frente a Sue y ella lo agradeció

infinitamente.Parecíaquemostrabamásinterésquesucompañero.—NopuedocreerquemeencuentreanteJessLockheart.Sue sonrió.Ese era sunombre artístico.Con el que firmaba todos sus

libroseilustraciones.CuandopisóNuevaYorkañosatrásotrosartistaslerecomendaronquesebuscaseunnombreconganchoyrealmenteellanoconsiderabaquesunombreartísticofuerallamativo,perolegustóyañosdespuésaúnseguíausándolo.—EnrealidadmellamoSueKenyon.Jesssoloesminombreartístico.Laagentesonrióa lavezquetomabaunosarchivos.Sindudaeramuy

joven.Tenía lapielblancay losojosdeunbonitoazulverdoso.Elpeloerarubiodoradoylecaíaenhondashastaunoscentímetrosporencimadeloshombros.—Soy la agente Lux Daniels y haré todo lo que pueda por ayudarla.

Cuénteme,¿quéesloquehapasado?Sueletendiólascopiasdeloscorreosrecibidosylaagentelosexaminó

condetalle.—Vaya,alpareceresalguienmuycercanoausted.¿Tienealgunaideade

quiénpuede ser?—preguntóyobservócómoSue semordía el labio—.Micompañerotienerazón.Enmuchasocasioneslaspersonasqueutilizanlos correos electrónicos o redes sociales para acosar no pasan de ahí.Digamos que desahogan parte de su frustración diaria atemorizando aotros, insultándolos.Haciéndolesvivir lasmismas sensacionesqueelloshanexperimentadoduranteeldía.Peroensucasoesdiferente.Esartistaypor lo tanto tiene enemigos. Escritores e ilustradores despechados quesientenquesutrabajoesmejorqueeldeusted.Algúnadmiradorquenohaya recibido laatenciónnecesariaenalgunosdesusactospúblicos.Enfin,lasposibilidadespuedensermuchas.—Ysisigoadelantecontodoesto,¿hedeinformaramifamilia?Nome

gustaríatraerlesmáspreocupacionesdelasqueyatienenactualmente.La agente Daniels tomó otra vez los papeles y se quedó un rato

observando la fotografía que habían tomado de Sue en invierno. Tras

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dejarlasobreelescritoriovolvióamiraralailustradora.—Entiendo su angustia, pero en casos como estos debemos hacer

preguntasalaspersonasmáscercanasausted.Paraversirecuerdanalgoquepuedaayudarnosoaunextrañomerodeandolosalrededores.Sue semordióel labioyagachó lacabeza.Mientrasconducíahacia la

comisaría suplicaba por mantener todo este asunto alejado de Clark yRebecca, pero ahoraque sabíaqueno iba a poder ser así, el temade ladenuncialecausabamáspavorquelasamenazasensí.Temblorosasepusoenpiesinnisiquierasercapazdemiraralajoven

policía.—He de meditar todo este asunto. No es buen momento para mi

familia…—Locomprendo,señoraKenyon,peropuedeestarenpeligro.Alguien

haestadolosuficientementecercaparatomarleesafotografía.—Puedequehayasidounpaparazzi.NuevaYorkestáplagadodeellos.—Miéntase si quiere, pero es ilustradora, no actriz. Las revistas del

corazón no muestran interés por escritores o ilustradores —hizo unapausa a la vez que lanzaba un largo suspiro—. Tomemi tarjeta. Puedellamarmea lahoraque lodesee.Peropor favor,no tardeen tomarunadecisión. Aunque el psicópata dirija las amenazas hacia usted,perfectamente podría empezar haciendo daño a su familia. Esta gentedisfrutaconelsufrimiento.Las palabras de la agente se grabaron a fuego vivo en lamemoria de

Sue. Tenía razón. Quien le enviaba eso podía hacer daño a Clark o aRebecca,porloquenodudóentomarlatarjeta.Debíaseguiradelante.Nopodíavolveraescapar.Enestaocasióndebía

hacer frente a su pasado, pero antes debía hablar con su familia sobreciertosacontecimientosdeañosatrásqueaúnleseguíanadíadehoy.Al salir del edificio se dirigió hacia su coche y tras pagar el ticket

correspondientesepusoenmarcha.Deseabaestarencasayllegarcuantoantes, pero al parecer no iba a tener tanta suerte pues sin apenas darsecuentadeello,estabaenmediodeunatasco.Frustradaobservabacuantolerodeaba,ademásdeescucharelpitidode

los otros vehículos y los insultos de los más impacientes. Su vista sedetuvo en una chica que caminaba por la acera con la cabeza gacha. Separecía tantoaRebecca,eracasi idéntica.Talconfusión lehizosalirdelautomóvil para verla mejor. Era su hijastra la que vagaba por aquellas

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calles.—¡Rebecca!—gritóenfadadaylachica,alescucharsunombre,lamiró

directamente—.¡Subealcoche!Por un instante Sue pensó que lamuchacha no le haría caso y saldría

corriendo. Pero no fue así. En realidad parecía aliviada de haberlaencontradoyensilenciotomóasientoyseabrochóelcinturón.—Deverdadquenoteentiendo—añadióSuealavezquedabagracias

porque el atasco fuera avanzando poco a poco—. Estamañana parecíasmuy ilusionadapor retomar tus estudios, inclusovolver abailar.Hacíasplanes para ir a la escuela de danza deLosÁngeles y…y te encuentroaquí, saltándote las clases y posiblemente a punto de meterte en líos.¡Malditasea!—gruñóalavezquegolpeabaelvolantefuriosa.SorprendidaobservóqueBeccanodecíanada.Teníalavistaagachaday

losojosenrojecidos.Sabíaqueponiéndosefuriosanoibaaservirdenada.Debíaayudarasu

hijastraycreíasabercómohacerlo.Asípues,enlugardedirigirseacasay una vez abandonaron la ciudad, estacionaron en una gasolinera quecontabaconcafetería.Lachicasiguióasumadrastracomosideunautómatasetrataseytomó

asientofrenteaella.—Por favor, tráiganos dos platos de tortitas con sirope, un café y un

zumodenaranja.Lacamareraasintió.UnavezasolasSueextrajoelteléfonodesubolsoyllamóalinstituto.—¿Mepuedepasar con ladirectora, por favor?—preguntóyobservó

comolachicaalzabalacabezaysurostroseteñíademiedo—.SoySueKenyon, la madre de Rebecca. La he recogido hace un rato. No seencontrababien.Nohasidobuenaideahacerlairaclasedespuésdelodeayer,porloqueestaráelrestodesemanaencasa.Porfavor,envíemesustareasyapuntesamicorreoelectrónico.Meencargaréquesigaaldía—hizounapausa.EneseinstantellególacamareraconlasbebidasySuedioun sorbo a su café—. Gracias por su comprensión. Rebecca estará devueltaellunesdelasemanaqueviene.Finalmentecolgóyobservócomolachicateníamejorcara.—Come.Hehechoestoporquevamosahacerunpequeñotrato.Tienes

todos estos días para estar en casa, meditar, pensar incluso si quierescambiardeinstituto,sincerartecontupadre,conmigooseguirsufriendo.

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—¡No sé de qué estás hablando! Ya le dije a mi padre que no sufríaningúnacoso.Soloestoyhartadelinstituto,delagente,desuscuchicheos,de todo. ¡Megustaríadesapareceryquenadie supieranadademínuncamás!Suenodijonada.Noporquenodeseasehacerlo, sinoporqueprefería

darletiempo.Además,enesemomentosonósuteléfono.—¡EsDerek!—ledijoalachicayobservócómoestapensabareplicar,

pero antes de que lo hiciera, Sue ya había descolgado el teléfono—.Buenosdías—añadiócontotaltranquilidad—.Sí,Beccaestáconmigo.Noseencontrababienyhehabladoconladirectoraparaquefalteelrestodela semana.Tienequedescansar,por supuestocualquiercosaquequierasdecirlepuedeshacerloatravésdemí.Yaconoceselcastigoquelehemosimpuestoydebecumplirloarajatabla.Hededejarte,tengootrallamada.Ante la sorpresade la chica, colgóconmucha rapidezy se sintiómás

animada.Tantoquecomenzóadarbocadosasustortitas.—Es increíble lobienquemientes.Vas a lograr quehastayome crea

quemeencuentrotanmalcomoparafaltaraclase—añadiólachicaySueapreciócomociertoaliviodominabasuvoz.—Recuerda que además de ser ilustradora, soy escritora. Invento

historias, lo que quiero decir que soy una excelente mentirosa —dijodivertida—.EscuchaBecca,esciertoquetevasaquedarhastaellunesencasa. Sé que tu padre no pondrá ninguna pega, pero hay una condición.Por muy aburrida que te parezca, por muy pocas ganas que tengas,deberásescucharunahistoria…sinoesasí,mañanamismotellevaréalcentroaunqueseaarrastrándotedelospelos.LamuchachanopusoningunapegaySuecomenzó.—Estoocurriórealmenteaunachicaqueconocícuandoeraadolescente.

Nos encontramos en un pequeño pueblo deLosÁngeles, en un institutocomoalquetúvasyconchicosychicasconlosmismosproblemasquetú.Miamigasellamaba…Ellenyestaessuhistoria…

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5

Ellen

Elgolpede lasolascontraelacantiladohabíadespertadoaEllena las

cuatrodelamañana.VivíaconsupadreenunpequeñopueblocercanoaLosÁngeles,enloaltodeunacantiladoconpreciosasvistas.Ellensentíaque elmar la estaba llamando, que susurraba su nombre y la incitaba alevantarse y eso hizo. Corrió al baño donde con cara somnolienta secepillólosdientesydespuésseechóunvistazo.Teníaunalargacabellerarubia llena de rizos que se le enredabamás de lo que deseaba. Bonitosojosverdesycuerpodedeportista.Elleneraunadelasmuchaschicasquesorteabanlasolascongranmaestría.Tras cambiarse, tomó su tabla de surf, probó una pieza de fruta y se

dirigióalaplaya.Todavíaestabadesierta,eradenoche,aunqueprontoelsolcomenzaríaavertersusrayossobrelasaguas.Entusiasmada se metió en el agua, se subió a la tabla y comenzó a

surfear. Sorteó olas con facilidad; alguna que otra le hizo caer al agua,aunqueellasiempreselevantaba.Asícontinuó,enlasoledad,disfrutandodeunadelascosasquemásle

gustaban en la vida. Ya cuando el sol dejaba caer sus rayos sobre lasaguas, Ellen se permitió relajarse y observar el amanecer sentada en sutabla.Notardóendarsecuentadequeyanoestabasola.Tresjóvenesmás

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seleacoplaban.AsuderechaestabanRemyyTracy,hermanosmellizosysusmejoresamigosdesdelaescueladeinfancia.Losdosteníandieciséisaños.Remyeramuchomásaltoquesuhermana,

atléticoysiempredebuenhumor.Cabellorojo,ligeramenterizadoyojosmarrones.Tracyerasumejoramiga,compartíaelcolordecabelloconsuhermano, aunque a diferencia de él lo llevaba liso y había heredado elcolordeojosdesumadre,unpreciosoverdeesmeralda.Y a izquierda,más rezagado, llegóSam.Era un añomenor que ellos,

tímido,decabellosmorenos,ojosazules,altoybastantedelgado.AdemásdeserelprimohermanodeEllen,tambiéneraelnoviodeRemy.Nohacíamuchoqueamboshabíanconfesadoasusamigosyfamiliares

queerangaysyteníanunarelación.Ellensealegrabamuchoporellos.Alfinselesveíafelicesyporsupuestoestabandemejorhumor.Ninguno habló. Se miraron, sonrieron y comenzaron a nadar para

sortearlasolasantesdevolveraclase.Elgruposelopasóestupendamente,comocadamañanadesdequetenían

usoderazón,peroenestaocasióneradiferente.Alaplayayallegabanlosmásmadrugadores:corredores,gentepaseandoa susperros,perohabíaalguienqueteníapuestalaatenciónenelgrupo,especialmenteenEllen.Mástarde,Ellenysusamigosseencontraronenelinstituto,aunqueno

tardaron en separarse. Remy y Sam se marcharon. Tenían clase en elmismo pasillo las primeras horas y no volverían a encontrarse hasta lahoradelalmuerzo.Solo quedaban Ellen y Tracy. Las chicas paseaban dirección a sus

taquillasparadejarsuspertenencias.—EstanocheGlenmehainvitadoaunafiestaenlaplayaconhoguera.

Iránlosdemás.Ellennopudoevitarponerlosojosenblanco.Glennolecaíamal.Era

buen tipo a pesar de ser bastante popular y jugador del equipo debaloncesto. Cumplía con el tópico americano aunque a veces secomportabacomouncretino.Nosepodíadecirlomismodelamayoríadesusamigos.Prepotentesyegocéntricos.ConGlensalían loschicosychicasmás populares del instituto y desde que Tracy comenzara a salirconél,tantoellacomoRemyySamhabíansidoinvitadosamuchasdesusfiestas. Pero por mucho que lo intentaban, no terminaban de encajar e

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inevitablementeTracyseibaalejandocadavezmásdeellos.—Veydiviértete.Yomequedaréencasa.Tengomuchatareaatrasaday

tengo que perfeccionar mi técnica con el dibujo si quiero aprobar laasignatura.—Tú y yo no somos buenas en el arte. Solo surfeando —añadió

divertida.Trasdedicarleunasonrisaasuamiga,TracysedirigióaGlen.Eljoven

estabaaescasosmetros,sentadoenunbancoconvistasalpatio.Noestabasolo.Algunasanimadorasleacompañaban,ademásdeotroscompañeros.CuandoTracyllegóhastaél,tomólamanodeellaehizoquesesentaraenelbancoylarodeóporlacintura.Eraunmuchachoatractivo,saltabaalavista que practicaba deporte. Además era muy alto, tanto, que cuandobesaba a Tracy, ella debía ponerse de puntillas. Tenía el cabello negro,cortoysusojoserangrises.Deanchamandíbula,tambiéndestacabaensurostrosunariz,ligeramenteaguileña.A lavezquesuspiraba,cerrósu taquillayseencontrócaraacaracon

Jim.EsteeraelmejoramigodeGlen.Apesardelcalorquehacía,siemprelucía la chaquetadel equipo, unamaneradeque todos conocieranquienera, qué hacía y que por lo tanto se consideraba mucho mejor que lamayoríadeellos.—Buenosdías,mipreciosorayodesol.Ellen no pudo evitar reír interiormente. Desde hacía tiempo Jim no

dejabadetontearconella.Porsupuestonoaceptabaunnoporrespuesta,nisusmotivospornosalirconél.Nolebastabaconunsimpleno,queríarazones, y cuandoEllen le confesó que le gustaban los hombres cultos,con algomás en la cabeza que deporte, cada vez que se veían intentabasorprenderla,sinningúnéxito.La chica agradecía el interésquemostraba en ellay los esfuerzosque

hacía por conquistarla. Peromuy a su pesar Jim cumplía el estereotipomás detestado de todos los institutos que existían. El ligón que deseaballevarse a la cama a toda chica que pudiera, en especial aquella que leignoraba por completo. Entendía que muchas suspirasen por él. Jimcontabaunhermanomayor,conocidopormuchasdebidoa losanunciosderopainteriorquehabíaprotagonizadoyJimhabíaheredadomuchodelos encantos de su hermano mayor. Una bonita sonrisa, el bronceadoapropiado. Sus cabellos rubios cenizas brillaban y contaba con unapreciosamelenaondulada.Poseíafaccionesarmoniosasyunosllamativos

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ojosgrises.Aligualquesusdemáscompañerosdeequipo,poseíaunbuenporteatléticodebidoalashorasquepasabaenlacanchayenelgimnasio.—¡Buenosdías,Jim!Yporfavor,novuelvasallamarmedeesamanera.—¿Porquéno?Tuscabellossoncomolosrayosdesolquesevierten

cada mañana sobre mi cuerpo, mientras pienso en ti y anhelo oler tufragancia… —Ellen le lanzó una gélida mirada—. Vale, ya lo dejo.¿Vienesalafiestadeestanoche?—No,mequedaréencasaestudiando.—Vamos, Ellen, suéltate un poco. Hazlo ahora antes de que llegues a

último curso, créeme, entonces no tendrás tiempo para pasarlo bien. Tupreciosacaraestarátodoeldíametidaentrelibros,comoesetipejo.JimseñalóaunjovendelqueEllennohabíareparadohastaahora.Iba

caminando por el pasillo con la vista en un libro. Alto, guapo ymisterioso.Teníaelpelocastañoycorto.Yevidentementeeraunblancofácil.UnodelosamigosdeJimlepusolazancadillaprovocandoquecayera.

Alhacerloelcontenidodesumochilasedesparramóporelsuelo.MientrasJimreía,Ellenseagachóycomenzóaayudarlo.—Rayitodesol,noleayudes.Esunpirado.—¡Nomellamesasí!—protestóEllen.Elchiconodecíanada.Recogíasuscosasrápidamente.—Es el loco Matthew —añadió Jim tomando del brazo a Ellen y

separándoladeél—.Sedicequeenelúltimocentroledesfigurólacaraasucompañerodequímica.Escoriacomoéldeberíaestarenlacárcel.MatthewsepusoenpieylanzóunagélidamiradaaJim.—E ignorantes como tú sois la vergüenza del país. Os lleváis las

mejoresbecasydesperdiciáislosañosdeestudiosbebiendohastacaerenlainconsciencia—eltonodevozdeMattheweraserioeinflexible—.Nomesorprendequealguiencontanpocasneuronascomotúsehayacreídoloscuentosquerondansobremí.Muchoseranlosalumnosquesehabíandetenidoyobservabanelcaraa

caraentreambos.No todo losdías sehumillabaa Jimy tal comoEllenpredijo,esteactuólanzándosecontraelchico.Peroellafuemásrápidaalinterponerseentrelosdosevitandoquelascosasfueranamás.GlenyTracynotardaronenintervenir.AgarraronaJimyesteviocomo

Ellen se interponía delante deMatthew, protegiéndolo de sus puñetazos.Duranteuninstantelachicavioeldolorreflejadoenelrostrodeljugador.

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—¡Estoy bien! —añadió librándose de los brazos de Glen—. No teacerquesaélEllen,oacabarásenproblemas.—¿Enserio?—preguntóMatthew—.¿Quédañopuedohacerleyo?Creo

queestarápeorcontigo.Yotambiénheescuchadorumoressobretiylaschicasa lasqueinvitasafiestasdondehayalcoholyvaya,vaya, losdossabemosquetelasacabastirandoyalospocosdías,yaniteacuerdasdeellas—añadiódivertido—.Ah,ytambiénheoídounrumorunpocomásantiguo,dondealparecertuliguedeturnoytúoscolocasteisbienyellaapareciómuerta.¿Acasoescierto?TalverdadsentóaJimcomounjarrodeaguafría.Nopodíacreerqueel

novato lo estuviera dejando en evidencia y sacase trapos sucios quemuchosnihabían llegadoaescuchar.Yantesdehacercualquier tonteríaquelejugaselabecaquelehabíanconcedido,semarchó.Eneseinstantesonólaalarmadelcomienzodeclase.—¡Vamos,Ellen!—añadióTracytirandodelbrazodeella.La chica miró a Matthew. El muchacho seguía recogiendo sus

pertenencias y trasmusitar unadespedida,Ellen yTracy se dirigieron aclase.Durantelamañana,elrumorsobrelosucedidoenelpasilloseextendió

conrapidezyporsupuestocambiandomientrasmásbocashablabandeél.AlfinalunabromasehabíaconvertidoenunencuentroentreMatthewyJimporEllen.A la hora del almuerzo a Ellen no le sorprendió encontrar a Jim

rodeandoaunaespectacularanimadora.Sonreíaymanoseabaa lachica.Eraevidentequesesentíahumilladoporlosrumoresydealgunamaneraqueríahacerlosdesaparecer.ConellosestabanTracyyGlen.Ambasparejasestabantancentradasen

laconversaciónquenolavieron,porloquebuscóconlamiradaaRemyySam.No tardóenencontrarlos.Loschicosestabansentados juntoaungrupodeskatersconlosquesolíansalirenalgunasocasiones,porloquenolesmolestóytomóasientoenunamesa,lamásalejadadelbullicio.Trassacarsualmuerzo,unsándwichvegetalyunamanzana,sepusoa

comer.Lediounmordiscoyextrajodesumochilaunbloc.Comobienlehabía dicho a Tracy deseaba mejorar su técnica en el dibujo si queríaaprobar laclasedearteen laquesehabíamatriculado,por loque tomólápizysiguióconeldibujoqueteníaentremanos.SetratabadeRemy,SamyTracy.Lostresestabanenlastablasdesurf,

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Sam y Tracy sentadas sobre ellas, mientras que Remy hacía equilibriossobreuna.Losrostrosdesusamigosmostrabanampliassonrisas.—Veoqueeresunagranartista,ademásdeunagransurfista.Cualidades

que nunca suelen ir tomadas de la mano. Normalmente cuando unapersonaesbuenaeneldeporte,nodestacaennadamás.CuandoEllenalzólavistaseencontróconMatthew.Enestaocasiónel

muchacho llevaba unas gafas negras de pasta, que incluso le favorecíanmuchomás.—¿Teimportasimesiento?Ellenhizoungestoalbanco,alavezqueretirabasumochila.—Ynormalmenteelchiconuevoesignoradooalabadoporlasféminas

queagradecenverunacaranueva,peroenpocasocasionesestachadodepsicópata.MatthewsonrióyEllen comprobóquealhacerlo se lemarcabanunos

graciososhoyuelos.—Mipadreesmilitarycambiaconstantementedeciudad.Perooye,eres

libredecreerlaversiónquemásteplazca.Ellen no dijo nada; guardó sus pertenencias y prestó atención al

muchacho. Era agradable tener compañía. Últimamente se sentía sola ypocoapocosusamigosseestabandistanciandomás,entrandoennuevoscírculossociales,mientrasellaseguíainadaptada.—¿Cuándoosmudasteis?—quisosaber.—Hace más de un mes. Empecé las clases hace tres semanas y hasta

ahora las cosas me han ido bastante bien. Afortunadamente he pasadodesapercibido,hastaquemehetopadoconelpsicópatadetuamigo.—Jim es inofensivo. Descerebrado, eso sí, no puedo negarlo. La

inteligenciabrillaporsuausencia,peronoesunmaltipo.—¿En serio? —preguntó llevándose el dedo al puente de las gafas

subiéndolas unos centímetros—. ¿Cómo te puede parecer buen tipoalguienqueseaprovechadesupopularidadpararllevarachicasafiestas,coquetearconellas,emborracharlasyluegoacostarseconellas?Túeresmujer, ¿cómo te sentirías si alguien como él te hiciera sentir especial,diferente y le entregases tu virginidad? Mi hermana lo ha vivido. Nollevamos ni un mes aquí y ya es incapaz de acudir a clase —bramóponiéndoseenpie—.Cuandoestamañanamehasdefendidohellegadoapensarqueerasdiferente,perono.Erescomolasdemás.—¿Teestámolestando?—preguntóJim.Eljovenhabíaaparecidodetrás

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de Matthew. Estaba recto, imponente, con los anchos hombros biencuadrados—.Friki,notevuelvasaacercaramiamiga—dijotomandoaljovendelasudaderaylanzándoloalsuelo.Desdeeste,elchicolanzóunalastimeramiradaaEllenysemarchó.Lachicaquisoirdetrásdeél,peroJimsecruzódelantedeella.—¿Sepuedesaberquétepasa?—preguntógolpeándoleenelpecho—.

Novoyasalircontigo,¿meoyes?Dejaquehableconquienquieray túsiguemanoseandoalatontadeturnoquetellevarásalacama.Ellenhabíaalzadolavozmásdeloprevisto.Losdemásalumnosestaban

pendientesdeellayJim.Estenoreaccionó.Permanecióserioycontonosuave,ledijo.—¡Acompáñame!Ellen, avergonzada por el espectáculo que había formado, agradeció

salirdeallíycabizbajasiguióaJim.Abandonaronelcomedoryentrarondenuevoeneledificioparacaminarporunlargopasilloquedabaaccesoalcampodefútbol.Mientrasalgunoschicosentrenaban,EllenyJimcaminabanporlazona,

ensilencio,hastaquelamuchachavolvióahablar.—Nopuedesseguircomportándotedeestamanera.Teherechazado,ya

hasencontradoconsueloenotrachicayporunavezquealguienseacercaahablarconmigovienestúyloalejasdemí.¡Noeresminovio,Jim!—Lo sé—respondió él cruzándose de brazos—.Pero soy tu amigo y

quiero protegerte. No es buen tipo, Ellen, no lo es. Los rumores sonciertos.Ledesfigurólacaraauncompañerosuyoensuanteriorcentro.—¡Porfavor!—exclamóconlosojosenblanco—.Cadavezquealguien

viene al centro corren todo tipode rumores cada cualmáspintorescoysolo son eso Jim, estúpidos rumores que hay que ignorar. Yo… noentiendo tu cólera hacia él, pero sí queMatthew esté enfadado contigo.¡Hasdestrozadoelcorazóndesuhermana!—¿Qué?—preguntósorprendido—.¡Esetiponotienehermana!—¿Acaso lo conoces bien? ¿Llevas un listado de todas las chicas que

lleganalinstitutooalgoasíparallevártelasalacama?—Oh, vamosEllen, haces que suene peor de lo que es.He estado con

muchaschicasyqué.Megustastú,losabesyteseréfiel,peromientrasmesigas rechazando saldré con otras y por supuesto tendré sexo —sedefendiósinalterarse—.Creoquetodaslaschicasmeconocendesobra,saben cómo soy y lo que van a encontrar cuando están conmigo. Mi

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corazónestuyo,Ellen,perohastaqueteconquiste,novoyapermaneceradosvelas.—Es cierto,muchas saben cómo eres, pero dime. ¿Nohas coqueteado

algunavezconalgunajovenquesentíaalgoporti,queinclusoeravirgenydespuéslehasrotoelcorazónalnohacerlenicaso?NomelonieguesJim,porqueséqueesverdadyentiendoelrencorquesienteMatthewporti,porquelehasrotoelcorazónasuhermana.EnestaocasiónJimempalideció.Ellennodijonadamás.Volviósobre

sus pasos para reanudar sus tareas, pero de nuevo el chico le impidiócontinuar.Latomódelamanoyellaselibródelcontactodeélcongranrapidez.—Esetiponotienehermana—bramóensudefensa—.¿Porquénome

preguntaselmotivodequé lehaga lavida imposible?Nohumilloa losnuevosylosabes,esenoesmiestilo.Peroestechicoesunpirado.EllenhizooídossordosalaspalabrasdeJim.Noqueríaescucharlomás.—¡Losiento!—gritó.Ella sabíamuy bien porqué le pedía disculpas y no era por lo que le

habíahechoaMatthewoalahermanaqueélasegurabanoexistía.LosdossabíanquesereferíanaClaire,lahermanamayordeEllen.AdiferenciadeEllen,Claireeramuytímida,encerradaensímismayle

costaba mucho hacer amistades. Además era muy ingenua, gentil einocente.YseenamorólocamentedeJim.Esofuehaceunaño,aunqueparecíaquehubierapasadomástiempo.Y

lahistoriaerasimple.ClaireseentregóaJimeinclusosehizoilusionesdequeesarelaciónibaamás.PorsupuestoEllenignorabaquesuhermanahubieraempezadounromanceconelchicoyquehabíanhechoelamor.Clairesiemprefuemuyreservada.Enunafiestaenlaplayacometióunerrorquejamásseperdonaría.Fue

laprimeraocasióndondeprobóelalcoholytambiénlaúltima.Aúnpodíarecordar aquella noche e incluso casi sentía el calor de la hogueravertiéndosesobresusbrazosylasmanosdeJimacariciándola.Entre risas, bromas y el alcohol, acabaron en los brazos del uno y el

otro,frentealfuego,besándose.Nollegaronamás.Unpardebesos,conlengua incluido, por supuesto y acabaron interrumpiéndose cuandoescucharonlavozdeClairesusurrarelnombredeJim.AmboslehabíanrotoelcorazónyEllenaúnnoseloperdonaba.Después de eso Claire cayó en una gran depresión. La madre de las

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chicasculpabaaEllenyundía,asísinmás,ambasdesaparecierondejandounacarta.LamadredeEllensellevabaaClaireaToronto,dondeestabasufamilia

yesperabaqueserecuperase,porloquedejóaEllenyasupadresolos.Unosmesesdespuésrecibieronunallamadadeunaabogadaparallegaraunacuerdodedivorcio.Finalmente Ellen se quedó con su padre, un reconocido productor

musical, por lo que viajaba bastante y Ellen pasaba la mayor parte deltiempoconelservicio.Ya había pasado un año y la chica apenas mantenía relación con su

madreyhermana.Debidoaunerrorquenuncaseperdonaría.Conlallegadadelanochelaplayasellenódeadolescentesdispuestosa

pasarlo bien, entre ellos, Tracy, Glen y Jim. Este último ya se habíatomado algunas cervezas de más y eso preocupaba a Tracy, que estabajuntoaél,frentealahoguera.—Hoyhasformadounbuenespectáculo—lereprochólachicamientras

dabaunsorboalabebida—.ConesaactitudsoloalejarasaEllendetiylosabes.—¡Vosotrosnoloentendéis!—exclamóarrastrandolaspalabras—.Ese

tipo…—¿Quépasaconél?—preguntóTracyenfadada—.Ahoralahastomado

conélporqueflirteaconEllen,sifueraotrotambiénestaríasparanoicoymontándotepelículas.Jimlanzóungruñidoysemarchó.Caminóporlaplayaalejándosecada

vezmásymásdelahoguera.Sacósumóvildelosvaquerosycomenzóaescribirunmensajedetexto.SientoeldañoquetehecausadoyloquelehiceaClaire.Ojalápudiera

volveratrás.A poca distancia donde en ese momento se celebraba la fiesta, Ellen

escaneabaeldibujoquehabíahechodesusamigosparacomenzaradarlecolor con el programadel ordenador.El proceso todavía tardaría y fueentoncescuandoescuchóelpitidodeunmensaje.Inevitablementelosojos

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se le llenaron de lágrimas al leer la disculpa de Jim. Y no tardó enresponderle.No pienses más en ello. Yo también cometí errores. Debemos seguir

adelante.Yantesdedarlealateclaenviar,recibiódosmensajesmásdeJim.Tenemos que hablar. Conozco aMatthew… es largo de explicar. No te

acerquesaél.No miento, puedo demostrarlo. Te enviaré una página que quiero que

visites.Ellen aguardó las misteriosas explicaciones de Jim, pero estas nunca

llegaron. Era evidente que había bebido de más en la fiesta y estabaintentadosolucionarlascosasconella.Peroyaestabacansada.Jimhabíasido un gran error en su vida y debía olvidarlo, por lo que volvió acentrarseenlailustración.Tracy yGlen caminabanmuy acaramelados por la playa, sin dejar de

besarseoapartarselasmanoselunodelotro.Habíanllegadoaunazonade la playa dondedestacabauna serie de rocas, perfectos para ocultarseentreellosyencontrarciertaintimidad.Sinembargo,ungemidoalertóalapareja.Pensaronqueotrosyaseles

habían adelantado y robado su nidito de amor, pero no tardaron enreconocerquelosgemidosnoerandeplacer,sinodedolor.—¡Quédateaquí!—ordenóGlenaunanerviosaTracy.Elmuchacho comenzó a caminar entre las rocas conmucho cuidado,

viendoenestasalgooscuro.Estabasegurodequéerasangreytrassortearungruporocosoqueascendíaunosmetrosymirarabajo,encontróaJim.—¡Pideayuda!—gritó—.Llamaaunaambulancia—suplicónerviosoy

saltóalaarena.EnellayacíaJim.Teníalacaraamoratada,llenadesangre

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—.Tranquiloamigo,prontollegaráunaambulancia—ledijointentandoconsolarlo,sinatreverseamoverlo.

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6

Sue

Sue hizo una pausa, bebió el último sorbo del café y como esperaba,

escuchólasimpacientespalabrasdeRebecca.—¿Qué pasó? ¿Qué le sucedió a Jim?—preguntó con los ojos muy

abiertos.Pero Sue no respondió. Tomó su cartera y dejó el dinero en lamesa,

ademásde lapropinaehizoungestoaRebeccaparaque semarcharan.Era hora de regresar a casa, aunque durante el trayecto, la muchachaseguíainterrogandoalamujer.—¿Por qué tienes interés en qué escuche esta historia? Quiero decir,

¿quéganasconello?Sue,noentiendoeste trato.Dejasquemequedeencasaacambiodeescucharte…—Tienesqueserpaciente,soloacabamosdeempezar.Sueobservócomolachicasemordíaellabioparadespuéscomenzara

observarlosalrededores.Estabapensativa,peronoparecíaturbadacomodías atrás. Quizás al fin su mente estaba descansando de todos losproblemasqueteníaconDerekyahoraestabacentradaenotracosa.EnlahistoriadeEllen,Jim,Matthew,TracyyGlen.—¿Loquemeestáscontandosucediódeverdad?—inquiriólachicacon

elceñofruncido.

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—¿Acasonotesuenanlosnombres?Rebecca comenzó a pensar y era cierto, conocía a algunas de las

personasdeesahistoria.TracyeralamejoramigadeSue.EllalallamabacariñosamentetíaTracyyporsupuestotambiénhabíaconocidoaRemyySam,quienessecasaronhacíadosaños.—¿Ytúnoaparecesenlahistoria?—quisosaber—.¿Novoyaconocer

nadadetiytuserroresdelaadolescencia?Suenopudoevitarreír.—Me temo que no.Aunque fui almismo instituto queRemy, Tracy y

Sam, no tenía relación con ellos.Digamos que…pertenecía a un grupomásmarginal,frikisquenospasábamoseldíaleyendofantasía,jugandoapartidasderolycosasasí.Nosotrosnoshicimosbuenosamigosdurantela facultad.Ysi tepreguntas si conocíaEllen, sí, así es. Íbamos juntasaclasedearte—hizounabrevepausayRebeccaobservócomoelrostrodelamujer se teñía de sombras—. ¡Nunca olvidaré ese infernal curso!Dealgunamaneranoscambióatodosysucedieroncosasterribles.No hubomás intercambio de palabras durante el camino. Rebecca no

dejaba demirar por la ventanilla. Tenía la vista perdida, sumida en suspensamientosyprobablementeenlahistoriaqueSuehabíacomenzadoarelatar.Cuando llegaron a casa a las dos le sorprendió encontrar el coche de

Clark en la puerta. Según tenían entendido las dos, no llegaría hasta lanoche.—¿Crees que se habrá enterado? —preguntó Rebecca—. ¿Le habrán

llamadodelinstitutodiciéndolequehefaltadoaclase?—Ahoramismoloaveriguaremos.Lasdossebajarondelautomóvilyentraronenlavivienda.Mientrasque

Rebeccasequedabamásrezagada,Suesubióalpisodearriba,dedondeescuchabaalgunosruidos.Sorprendidavioquesumaridoestabahaciendolamaleta.—Holacariño—lasaludódándoleunbesoydescubriendoquesuhija

estabatrasella—.¿Nodeberíasestarenclase?—leinterrogódudoso.—No se encontraba bien—añadió Sue antes de que la chica pudiera

hablar—.Ymellamóparaquefueraarecogerla.Clarkchasqueólalengua.Seacercóasuhijaytrasretirarleelvendaje

quecubríasurostro,observólaherida.—Se ha infectado un poco, pero no te preocupes cariño, no te dejará

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cicatriz.Voy a recetarte unosmedicamentos y verás cómo en unos díasestásbien.—¿Qué haces aquí? —preguntó Rebecca—. ¿No deberías estar en el

trabajo?—Sí,peromeenvíanaLosÁngeles.Tengoqueacudirauncongreso.El

cirujanoqueibaaimpartirvariasconferenciasestáenfermoytengoquecubrirlo.Estarévariosdíasfuera.Clarkobservólosrostrosdesumujerehija.Enambosapreciótristezay

eneldeSuepreocupación.Yrealmenteleinquietabadejarlassolas.Habíaintentado por todos los medios que otro compañero le cubriera. Perohabíasidoimposibleyasusjefesnoleshabíaagradadoquepusierapegasporacudiraunaconferenciadondesololosmejoresmédicosasistían.Así pues, guardó silencio y ahí estaba. Terminando de preparar la

maleta.Elcochequelellevaríaalaeropuertoestaríaahíenveinteminutos.—¿Estarásbien?—quisosaberClark.Laparejasehabíaquedadoasolas

en el dormitorio y aprovecharon para hablar—.Nome atrae la idea dedejartecontodolodeRebeccaentremanos.Créeme,heintentadocancelarlaconferencia,peroamissuperioresnoleshahechoningunagracia.—No tepreocupespornosotras, estaremosbien.Noes laprimeravez

quenosquedamosasolas.Eso era cierto. Clark había viajado en muchísimas ocasiones por

motivosdetrabajoysiempresehabíamarchadotranquilo.Peroahoraeradiferente.El hombre estaba preocupadoporRebecca.Desde el incidentedel instituto una terrible idea rondaba su mente, ¿podría estar su hijasufriendoalgúntipodemaltrato?Solo de pensarlo se le llenaban los ojos de lágrimas. No sabía cómo

lidiar con el asunto. No quería asustar a su hija, no quería perderla oalejarla de él… había visto en el hospital tantos casos de violencia ysiempre había seguido el mismo procedimiento. Pero ahora queposiblemente estaba sucediendo algo similar delante de él… no sabíacómoactuar.¡Derek!Parecíatanimpropiodeél.Eraunbuenmuchacho…puedeque

laversiónnarradaporélfueraciertayamboschicossepelearon.Estabaclaroquenecesitabahablardel temamuyen serioconRebecca,pero loharía después del viaje, se prometió Clark. Entonces todo quedaríaaclarado.Finalmenteelhombresedespidiódesumujerehijayprometióqueles

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llamaríaencuantollegaseaLosÁngeles.El resto del día trascurrió connormalidad.Rebeccahabía estadoparte

del tiempo en su habitación estudiando, mientras que Sue seguíatrabajandoenlamesadelacocina.Ahoraquehabíaterminadodeentregarlaportada,teníaunasemanapara

ella antes de ponerse a trabajar en el siguiente proyecto y aunque loidóneohubierasidoqueaprovechaseesetiempoparadescansar,aSuenole gustaba estar muchos días sin hacer nada. Eso le permitía pensar encosasqueahoramismonoestabapreparadaparaenfrentarse.Por ello mismo se dispuso a emplear el tiempo en escribir. Quería

publicarunnuevolibroilustradoporellayyaeraelmomentodeponersemanosenlaobra.Susdedossemovíanagranvelocidad,absortaporlahistoriaqueestaba

narrando, el tiempo no tenía ninguna lógica para ella. Solo existían lospersonajesysusvivencias.Estabatanabsortaeneltrabajoquenisiquieraescuchólossonidosprovenientesdelpisosuperior.Rebeccahabía terminado todas las tareasque teníapendiente.Estabaal

díaconlasasignaturaseinclusosehabíapreparadoparaunexamenquetendría la siguiente semana. Hubiera sido un buen momento paraconectarsealaredydistraersumente,peroentoncesrecordóqueSuelehabíaprivadodetodasesascomodidades.Traslanzarunsuspiroyapagarelordenadorsepusoenpieylanzóuna

miradaaunapuertablancaalfondodelahabitación.Noeraunarmario,estequedabaapocoscentímetrosalaizquierda,enrealidadesapuertalacomunicabaconotraestancia.Añosatrás, cuando ledijoa supadrequequería serbailarina,unió su

habitación a la continua e incluso hizo que se comunicasen entre ellasmedianteunapuertaensudormitorio.Yesecuartosehabíatrasformadoenunapreciosaypequeñasaladebaile.Tras cambiarse de ropa y vestir el calzado adecuado, entró en ella e

inevitablementelanzóunlargovistazoysedejóenvolverporelentorno.Eloloramaderadel suelo,el sonidodesuspasosalcaminarhacia la

barraincrustadaalapared,todaelladecoradaconespejosdesdeelsuelo

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hastaeltecho.Necesitababailarytrasactivarlamúsica,comenzóadanzar.Estabatan

concentrada en perfeccionar sus agarrotados movimientos, que no sehabíadadocuentadequeDereklaobservabadesdesudormitorio.El muchacho había subido por las cañerías y se había colado en la

habitación.Noeralaprimeravezquelohacía,aunqueahoraRebeccanoeraconscientedequeeraobservada.Derekcontemplósusmovimientos,labellezaconlaquesemovíayno

pudoseguiroculto.AllanólahabitaciónyobservócomoelsemblantedeRebeccaempalidecíaeinclusosedisponíaagritar.Derekcorrióhaciaellaylecubriólaboca,evitandoquelodelatara.—Porfavor,cariño,porfavor,nogrites.Novoyahacertedaño.No…

noqueríaentrardeestamanera,perohoyhashuidodemíyesomeestádestrozando—confesóconlosojoscubiertosenlágrimasyaflojandolamanoquecubríaloslabiosdelachica—.Losiento.Noséquémepasóynosabescuántomeodioporhabertehechodaño.Perolaideadeperdertemeatemoriza.Noséquéserádemividasitúnoestásconmigo.La angustia de Derek era real, comprendió Rebecca. El muchacho se

habíadejadocaeralsuelo,destrozado,abrazadoasuspantorrillasyentresollozosmurmuraba.—Tú me haces buena persona y no quiero perderte. Contigo he

conocidoloqueeselamor,loqueesimportarleaalguienysitepierdo,sitepierdo,moriré.¡TequieroRebecca!Porfavor,perdóname,porfavor,nomedejes.La chica se agachó frente a él. Intercambiaronmiradasy los dedosde

Derek se deslizaron con cuidadopor la herida de la chica.Undesgarrodolorosorompióenlagargantadelchicoygolpeóelsueloconrabiaalavezquelepedíaperdónunayotravez.ARebeccaselehizoañicoselalmaalverasíaDerek.Aquienlehabía

entregadosuvirginidad,quienlahizosentirseespecialdeentretodaslaschicascuandolaescogióaella,alararitabailarinaquenuncahabíaidoaunafiestaosehabíaemborrachadohastacaerinconsciente.Alajovenqueno iba a clasemaquillada,ni compraba ropa interiorpara aparentardostallasmásdepecho.Éllaqueríacomoera.Unachicacomúnycorriente.Inteligente,normal,

no una súper modelo; él había llenado el vacío que Tyler dejó en ellacuando le rompió el corazón.Él le hizo ver lo especial qué era cuando

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muchagentelediodeladopornosercomoellas,pornoirafiestas,pordedicarsealadanza…Loquehabíapasadoestatardeerasuculpa.DejarqueTylerlatocasede

esamanera… si Derek acariciase a alguna chica, no sabía que sería deella.Estaríadestrozada.—¡Lo siento! —murmuró Becca—. Si tú le prestases atención a otra

chica,si…sihicierasespecialaotracomomehacesamí,noséquéseríademí.Entonces le besó. Fue dulce, cálido y breve. Ni siquiera sabía cómo

reaccionaríaél.PeroDereklaacogiódebuenagana;abriósubocaaladeella,saboreándola,anhelandonosepararsenuncadelapersonaquemásleimportaba.Beccasedejócaer,acogiendoentresuspiernaselcuerpodeDerek,que

sin dejar de besarla, comenzaba a deslizar susmanos bajo sus prendas,acariciandosuspechos,estimulandosucuerpo.Durante un instante se miró en el espejo. Estaba bajo Derek. Era tan

grande en comparación con ella; casi le tenía cubierta por completo.Estabaasumerced,comouninsectoquehabíacaídoenunateladearaña,esperando, sin oportunidad alguna a ser devorado. Cuando esepensamientocruzósumente,laslágrimasbrotarondesusojosyapartólavistadelespejo,evitandolarealidadqueestelemostrabaydeseabaevitar.SecentróenDerek,ensuscariciasybesos.Nuncahabíasidotandulce

comoen esemomento, complaciéndola en cada instante, centrándose enella,estimulandosussentidoshastaquealcanzóelclímaxprovocandoquetodosucuerposearqueara.SugemidofuetragadoporlabocadeDerek,quesepreparabaparaintroducirseenella.Beccacomprobóquetardabamásdeloprevisto.Anhelabatenerloensu

interior,quellenaseelvacíoqueamenazabaconromperlaenpedazos,condevolverlaalarealidad.Ycomprobósutardanza.Enestaocasiónsiusabaprecaución como en tantas ocasiones ella le había pedido…entonces locomprendió.Laqueríaylaamaba.LaconcentracióndeSueseviointerrumpidacuandosumóvilemitióel

sonidodeune-mailrecibido.Alavezquetomabaelteléfonolomaldecíaporhaberinterrumpidosuconcentracióneinclusoporunmomentodeseóignorarlo,peropensóquequizáseraalgúnmensajedeClark,porloqueaccedióalabandejadecorreo.

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Nada más abrir el mensaje, el teléfono cayó al suelo a la vez que larespiracióndeSueseaceleraba.Debíaenfrentarsealarealidadyaccedióasucorreoatravésdelordenador.Soloteníaunmensajedeunremitentedesconocidoyenasuntodecía:

Estoycercadeti.Alabrirlo,leyó.Elpasadoesunfantasmadelquenuncasepuedeescaparyélsiemprete

perseguiráparahacerpagarlasinjusticias.Puedes mentirte cuando quieras, nunca te abandonaré. Estoy contigo.

Desdeahora,hastaelfinal,elcualestámáscerca.Tuataúdteespera…Alfinaldelmensajeseadjuntabaunafotoconlaimagendeunalápida.

Enellaseañadíasunombre, fechadenacimientoe inclusounafechademuerte…dentrodesietedías.Unas risas provocaron que Sue se levantara presurosa a la vez que

bajaba la tapa del ordenador. Con sorpresa observó a Rebecca y Derekbajarlasescalerasmuyacaramelados.—¿Quédemonioshacesenmicasa?—gritóSueendirecciónalchico

—.Fueradeaquíantesdequellamealapolicía.—¡Esminovio!—ledefendiólachica—.Ytúnoeresquienparadecidir

quiénentraono.Noestucasa,eslademipadre,¡élpagatodoloquenosrodea!—¿Cómo puedes defenderle? —gritó perdiendo el control ante la

adolescente—. Casi te destroza la cara. ¿Qué será lo próximo qué lehagas? —chilló en dirección a Derek—. La golpearás por ir a clase,machacarás su vientre por llevarte la contraria, la abofetearás pordedicarleunasonrisaaalguienquenoseastú…—mientrasloacusabadeposiblesacciones,Sueibaacortandodistanciacontraelmuchacho,quesemanteníarígidosinperderlacompostura—.Ocuandoalfinabralosojosyseatrevaaalejarsedeti,temancharáslasmanosconsusangrecontaldenodejarlaescapar.—¡Basta!—gritóRebeccaanteponiéndoseentrelaparejayempujandoa

Sue alejándola de Derek. El golpe pilló de sorpresa a la mujer que nomantuvo el equilibro y cayó al suelo—. Estás loca, ¿te has oído? ¿Has

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escuchado todo loquehasdicho?—preguntócon losojosmuyabiertos—.Eresunasádicaymipadre tienequesaberqué tipodepensamientosrondantumente.Firme y carente de emociones, Rebecca le lanzó una últimamirada a

Sue,tiradaenelsuelo,conlosojosenrojecidosdebidoalaslágrimas.Nohubomáspalabras.Laparejaabandonólacasa,dejándolasumidaensuspensamientos.Suereaccionóalcabodeunosminutos.Sepusoenpieycaminóhaciala

cocina. Furiosa golpeó varios objetos sobre la encimera de la cocinatirándolos al suelo e hizo lo mismo con lo que encontró frente alfregadero,paraalcabodeunossegundossentarsesobrelasillayocultarlacabezaentresusmanos.No podía creer que se hubiera enfrentado de esamanera a Rebecca y

Derek. Había perdido los nervios y con tales acusaciones no iba aconseguirnada,salvoalejarmásaBeccayacercarlaaél.Peroaunquesehabíaprometidoactuarconracionalidad,habíasidoincapazdehacerloalvolveraverasuhijastraconesetipo.Nosupocuántotiempoestuvosentadaconlacabezacasiocultaentresus

manos,nicuandosurespiraciónllegóacalmarseyhubierapermanecidoenlamismaposturasinohubierasidoporelteléfono.Sonaba en ese instante y por un momento pensó que quizás fuera

Becca…quizásnecesitaseayuda.Yrespondióalallamadasinpensarlo.—¡Sí!Al otro lado de la línea no se escuchó nada, por lo que Sue volvió a

insistir.—¡Sietedías!—respondióelmisteriosointerlocutor.Suenosupodecir

sierahombreomujer,pueslavozsonabadistorsionadagraciasaalgúntipodeprogramainformático—.Yentoncesteenterrarévivaenlatumba,comoyoheestadomuertoenvidaestosaños.Laconversaciónterminóalmismomomentoquelaslucesdelacasase

apagaron.Sue se obligó a tranquilizarse y comenzó a palpar los muebles de la

cocina,mientrasaciegas,abríauncajóntrasotro.Sabíaqueenalgunodeellos había visto alguna que otra vez una linterna y velas. Pero nada.Cuando le hacía falta no lo encontraba. Lo único que le quedaba era suteléfonomóvil,quealcogerloypulsaruna tecla iluminómásde loqueesperaba.Ya listasedispusoabajaral sótanoyaveriguarsi losplomos

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estabanbienosedebíaaotrotipodeavería.Perocuandoseñalóhaciaelmarcoqueseparabalacocinadelhall,vio

quenoestabasola.Unafiguraembutidaenropasoscurasleesperaba.Derekhabíaconducidohastaunahamburgueseríacercanaymientrasél

hacía el pedido, Rebecca esperaba fuera, en una de las muchas mesas,intentando hacer oídos sordos a los murmullos que unas compañerassuyasdeclaseledirigían.Parasumalafortunaloshabíanvistoymuchassehabíanquedadoconla

boca abierta al verlos tomados de la mano. No le importaba. Les dabaigualloquepensasendeella,peroestabacansadadesentirsumirada.—¡Ya estoy de vuelta! —anunció Derek tomando asiento junto a ella

cargandodosbandejas—.Sientohabertehechoesperar.Lachicanodijonada.Tomóelvasodelrefrescoydiounsorbo.Derek

no dejaba de mirarle a la vez que le sonreía, gesto que le resultóencantador.Nosiempredisfrutabadesubuenhumor,casisiempreestabademorrosoconelceñofruncidodebidoaalgoquehabíahechoquenoaprobase.Perohoysedecantabaencuidados.—Ademástengootracosaparati—dijoentregándoleunapequeñacaja

donde se veía el dibujo de un teléfono móvil—. No es ningún últimomodeloninadaporelestilo,perohepensadoquehastaquetumadrastratedevuelvaeltuyo,podremosestarencontactoyasínadienosseparará—añadiótomándoladelamano.—Gracias —confesó dándole un beso—. Ella no nos quiere separar,

solo está preocupada por mí. Los dos sabemos que últimamente hedescuidadolosestudiosytantoellacomomipadrequierenquevayaalauniversidad.—Peronomehadejadodisculparmecontigo,niverte,hahechotodolo

posibleparaquenosveamosypudieraexpresarcuantosiento loquehehechoycuantotequiero.¿Porquéharíaalgoasí?Cariño,nolegusto,noquierequeestemos juntos, tú laescuchastehaceunmomentoy todas lascosashorrendasquedijosobremí.—Alfinalvaaserciertoquetodaslasmadrastrassonlasmalasdelos

cuentos—dijo la chica, dando por terminada la conversación. TodavíaestabademasiadoperturbadaporlosucedidoconSuecomoparahablardeello—.Mañanairéalinstitutoymeenfrentaréatodosloquecuchichean

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denosotros,comoloqueestánhablandoesasdos—añadióseñalandoconlacabezaadoschicasqueibanalmismocentro.—¡Solo nos tienen envidia! Ellas nunca encontrarán a alguien que te

quiera tanto como yo—fueron las palabras deDerek antes de volver abesarla.Más tarde elmuchacho llevaba de vuelta aRebecca a su casa.Reían y

bromeaban,a lavezquesedevolvíanalgunaqueotracarantoña.Peroelbuen humor de Derek desapareció cuando vio un coche de policíaaparcadoenlaentradadelacasadeRebecca.—¡No puedo creer que esa puta haya llamado a la policía! —gruñó

golpeandoelvolante—.Voyamatarla.¡Voyamatarla!Apesardelosgritosdelchico,Rebeccanohabíaescuchadonada,puesa

diferenciadeélsuatenciónestabafijaenunaambulanciaaparcadafrentealavivienda,apocosmetrosdelvehículopolicial.Conmanos temblorosas se arrebató el cinturón, salió del automóvil y

echóacorrerhacialavivienda,hastaqueunpolicíaleimpidióentrar.—Losiento,nopuedepasar.—¿Qué ha pasado? —preguntó asustada, llevándose las manos a la

cabeza—.Mimadre…mimadre,¿lehapasadoalgo

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Sue

DuranteunossegundosSuesequedóparalizada.Noestabasolaencasa;

aescasadistanciahabíaunhombreyestabaseguradequeelcortedeluznohabíasidounaccidente.Cuandosusmúsculosledejaronreaccionar,segiróycomenzóacorrer

endireccióna lapuerta.Sinembargo,suacechadorfuemásrápidoysetiróencimadeella.Ambos cayeron al suelo y quedó aplastada por el peso de él. Aun así

comenzó a forcejear, intentando alcanzar algún objeto. Pero no logrónada, salvo que el hombre la tomase del cabello y le golpease la caracontraelsuelo.Cerca de la inconsciencia notó como el ladrón le arrebataba una

preciosa gargantilla que Clark le regaló hacía años. Sue esperaba quefueraesoloquequería.Quesolofueraunladrón,tomaraloquequisiera,y agradeció que Rebecca no estuviera en casa. Si ella misma no habíapodidodefenderse,cómoibaaprotegerasuhijastra.Entonces sintióqueelhombre seponíaenpie.Peroantesdeapartarse

definitivamente de ella, acarició su larga melena e incluso notó supegajosoalientosusurrarlealgoaloídoquenollegóaidentificar.Enesemomento lo supo.Noeraun ladrón.Eraél.Suacosador,yera

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muyastuto.Conel robo lapolicíano tomaríaenserio lasamenazas,norelacionaríanunhechoconelotroyesolaenfureció.Odiabasentirsetandesvalida,amerceddealguienehizoacopiodefuerzas.Quisolevantarse,peroelhombreleasestóunapatadaenelestómagoydenuevolagolpeólacabeza.Nopodíaaguantarmás,estabaallímitedesusfuerzas,aunqueparasubuenafortunaleviomarcharseporlapuertayellasucumbióalaoscuridad.Suenosupocuánto tiempoestuvo inconsciente.Puedequefueranunos

minutoso algomás, pero cuandovolvió en sí, lo primeroquehizo fuetomarsumóvilyllamaraemergencias.Tantolapolicíacomolaambulancianotardaronenllegar.Mientraslos

agentes inspeccionaban la casa, los enfermeros se hacían cargo de ella.Afortunadamenteno teníamuchoque lamentar, solounapequeñaheridaenlafrentealaqueyaestabandandopuntos.—SeñoraKenyon—añadióunjovenpolicíaquellegóhastaella—.Tras

elcordónpolicialtenemosaunachicaquedicesersuhija,¿quierequeledejepasar?—Síporfavor,déjelepasar.ElhombrediolaordenySuevioalamuchachaapocosmetrosycomo

echaba a correr en su dirección.No hubo ninguna palabra entre ambas;RebeccaabrazóaSuealavezquetemblaba.SolosesepararoncuandolaagenteLuxDanielsapareciójuntoaellas.—Todopareceindicarquehasidounrobo.Hemosencontradocajones

abiertos en la planta superior y en su dormitorio, además el intruso lerobó la gargantilla que llevaba. El equipo está analizando las posibleshuellasquehayapodidodejar.—¿Quéhapasado?—interrumpióRebecca—.Noentiendonada.La agente miró a Sue y esta hizo un gesto afirmativo para que

respondieraalamuchacha.—Sumadrastrahasidoatacadaestatardeporunhombrecorpulento.Iba

ataviado con ropas oscuras y le es imposible identificarlo. Seguimospensandoqueesunrobo,peroteniendoencuentalasamenazasrecibidas,nopodemosdescartarlaopcióndequehayasidounataque.—¡¿Amenazas?!—exclamóBeccacon sorpresa—.¿Quéamenazas?—

preguntómirandoaSue—.¿Aquéserefiere?

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—TranquilaRebecca,nadafueradelohabitual.Nadaquenohayasvistoantesoencuentrescuando indagasunpocoen la red.Acérrimos fansdeotrosescritoresquemeatacan,enfin,esascosas.Sabesquelidioconellodiariamente.—¡Peronoamenazas!Tengoquellamarapapá—anuncióalejándosede

ella,nosinantestomarelteléfonodesumadrastra.Yaasolas,laagenteDanielsySuesiguieronconversando.—¿Havueltoarecibiralgúncorreo?Duranteun instanteSueno respondió.Noapartaba lavistade lachica.

Hablabaagitadamenteporelmóvil,con lavozentrecortada.Ellaaúnnohabía informado a Clark; prefería hacerlo más tarde, cuando todoestuvieramástranquilo,peroBeccanolehabíadadoocasióndeello.—Irémañanaacomisaría—anuncióSue—.Séqueapesardequehaya

robadoalgunasjoyas,eraél.Hubounmomentoenelquemesusurróalgoal oído. Solo quiere hacerme sufrir, que sepa que está cerca y puedevulnerarmividacuandoquiera.—De acuerdo, hablaremos mañana, pero sabe que su teoría va a ser

difícil de demostrar, ya que han robado varias pertenencias —le hizosaber Lux—. Pero yo la creo. Esa persona es muy inteligente y nomeimportaloquediganmiscompañeros,estoyconustedymeharécargodeatraparlo.Sueagradecióinfinitamentelaspalabrasdelaagente.Alfin,desdeque

habíaempezadotodalapesadilla,nosesentíatansola.No fuehastacercademedianochecuandoSueyRebecca regresarona

casa. Para entonces el equipo ya había terminado de tomar todas laspruebasnecesariasysehabíanaseguradodequelacasafuerasegura.Aunasí, Sue les prometió quemañanamismo instalaría otro tipo de alarma,muchomásseguraquelaactual.ApesardequelaagenteLuxDanielsleshabíaaconsejadoquepasasenla

noche en otro sitio, Sue se había negado. Ese era su hogar y no queríacomplacer al misterioso atacante dándole la satisfacción de haberleechadodesucasaypeoraún,darleelpoderdehacerlasentir indefensa.Esonolopermitiríanunca.Yaunquesabíaqueseríaincapazdeconciliarelsueño,nohabíaotrolugarenelquequeríaestar.Más tarde, y acomodada entre almohadas y cojines, mantenía una

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conversaciónmedianteSkypeconClark.—¡Esto no habría sucedido si yo estuviera en casa! —se lamentó el

hombre—.Mañanamismoestaréahí,encuantopilleelprimervuelometendréisencasa.—¡Clark!—exclamó Sue alargando la última sílaba de su nombre—.

Llevas años esperando ser convocado para este congreso. No puedestirarloporlaborda.Tienesquehacerlesvertuformadepensar,nosololadetrabajar.PuedesayudaramuchasfamiliascomoladeTyler.—¡Ahoranopuedopensareneso!Tehanatacado…tehanherido.¿Ysi

vuelve?—No volverá. Solo ha sido un robo yme encargaré de todo.Mañana

mismoinstalaréunnuevoequipodeseguridad,elmáscaro,siesotehacesentirmásseguro—añadiólograndoarrancarleunasonrisaalavezquemiraba a la puerta y encontraba en ella a Rebecca con una taza demanzanilla—.Solotequedandosdías.Estaremosbien.Hasidounrobo,esascosaspasanyafortunadamentenohayquelamentargrandesmales—mástranquilaobservócómoClarkasentíaysefrotabaelpeloconenergía—.Beccaestáaquí,¿quiereshablarconella?ElhombreasintióySueletendióalachicalaTabletysemarchóasu

habitación.—¿Estásmástranquila?—preguntóél—.Teprometoquevoyahacerlo

queestéenmimanoparaestardevueltamañana.—¡Losiento!—susurróella.—Cariño, no tienes nada que sentir. No ha sido culpa tuya; no podías

haberhechonada.Nosabescuántomealegrodequesalierasalcineconunasamigas.AlescucharestonopudocreerqueSuehubieramentidodenuevopor

ella.SisupadreseenterabadequehabíasalidoconDerek,delapeleaconSueeinclusodelempujón,nosabíaquépensaríadeella.—Intentadescansar.Estarédevueltaantesdequeosdeiscuenta.Becca se despidió de su padre y regresó al dormitorio de Sue para

entregarlelaTablet.Entoncesmiróalamujerydesuslabiossalieronlasmismaspalabrasquelehabíadichoasupadre.Lo sentía y muchísimo, pero no podía hacer nada para volver atrás,

únicamentenocometerlosmismoserrores.Tras darle las buenas noches a Sue, la chica regresó a su habitación.

Peroantesdemeterseenlacamacomprobóquelaventanaestuvierabien

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cerrada,miródesdeesta,esperandoveraalguien,peroniunalmapaseabaaesashorasporlascalles.Agotadasemetióenlacamayunpitidolaalarmó.Veníadesubolsoy

entonces recordó el teléfono queDerek le había regalado. Presurosa lotomóantesdequeelsonidoalarmaseaSue.InquietavioqueteníadiezllamadasperdidasdeDerek,aquienllamóde

inmediato.—¿Cómo estás? —preguntó el muchacho nada más ser atendido—.

Cariño, siento mucho no haber estado contigo, haberme ido sin tansiquiera despedirme. Pero después del encuentro de esta tarde con tumadrastra,nocreíoportunoestarallí.—¡No pasa nada! Sue está bien. Alguien ha entrado a robar y le han

atacado,pero…—bruscamente,fueinterrumpida.—Vaya, cuanto lo siento.Y qué has estado haciendo hasta ahora. ¡Han

pasadohorasdesdequemefui!Tehellamadomuchasveces.—Suehasidoatacada—repitióconciertotonodeenfadoensuvoz—.

Lapolicíahaestadoaquí,hantomadopruebas,noshanhechopreguntas.—Estabatanpreocupado.Tequierotantoquesolopensarquetehubiera

ocurridoalgo…noséquéhabríasidodemí.—¡Estábien!—añadióRebeccasuspirando—.Hasidoundíamuylargo.

Yahablamosmañana.—¿Por qué estás deseando colgarme? Yo… he estado de los nervios,

deseandopoderhablarcontigo,escuchartuvozyahoramequierescolgaralamínima.¿Tienesalgoquéhacer?¿Hasquedadoconalguien?—Estás paranoico. ¡Estoy cansada! Durante horas la policía ha estado

hurgandoennuestrascosas,sacandohuellasdetodoymehepasadootropar de horas intentando borrar todo lo que ha pasado esta noche,intentandoqueSueesté tranquilayolvide loque lehapasado.Porquesiyoestuvieraensulugar,estaríatemblandodepiesacabeza.—Perdonacariño…teheechadotantodemenos.Trasunosminutosmásde insulsa conversación,que almenospareció

complaceraDerek,logródarlelasbuenasnocheseirseadormir.Estabatanagotadaquecayórendidaalmomento;nofuelomismoenelcasodeSue.Lamujerdabavueltasporlahabitación,pensandoenlosucedidounay

otra vez y en lo que mañana tendría que hablar con la policía. Perotambién pensaba en Rebecca y Derek. El muchacho había vuelto a

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engatusarlaycuandolosviojuntosyexplotó,sabíaqueloúnicoquehabíahechoeraunirlosmás.Hacersuamormáspoderoso.Nopodíaseguirporesecamino.Rebeccateníaqueabrirlosojos,peroporsuspropiosmediosoacabaríaalejada.Soloseleocurrióunamaneradehacerlo.Agotadade intentar dormir, sepuso enpiey fuederecha a su estudio.

Tomóasientofrentealordenadorycomenzóaescribir.Noerauncuentomásounlibro,eraalgoqueviviódecercatiempoatrás.TodolosucedidoaEllen, la historia que había comenzado a relatarle aBecca, pero sabíaqueahoranovolveríaaescuchardesuslabios.Denuevoseencontrabaenla telaraña deDerek y lo poco que había avanzado con ella, había sidodestrozadoenunsegundo.Esperaba,quealmenos,loleyera.Unahoramás tardedejaba loescritoen lahabitaciónde suhijastra.Y

regresóasudormitorio.Escribirlehabíaresultadogratificante,liberadoreinclusoleayudóadormir.Nodespertóhastaporlamañanadebidoaunportazo.Alinstanteescuchócomouncochearrancaba.SabíaquecuandoselevantaseyfuesealahabitacióndeRebecca,nolaencontraríaallí.Habíavueltoalinstituto…yconDerek.La vuelta a clase había sido mucho peor de lo que Rebecca supuso.

CuandoentróenelcentrocogidadelamanodeDerek,nohabíaalumnoque no la mirase. Algunos a la cara, a la cicatriz provocada por loscristales,mientrasqueotrosmirabansusmanosunidasycuchicheaban.—No hagas caso de esas miradas —añadió Derek deteniéndose,

tomandoaBeccadelmentónydándoleunbesoeneljustomomentoenelquesonabalacampana—.Nosvemoseneldescanso.Ella asintió y al igual que los demás alumnos comenzó a dispersarse

para asistir a la siguiente clase. No le sorprendió encontrarse a Tylerparadoenmediodelpasillo,conlosbrazoscruzadosyelceñofruncido.Lo evitó. Siguió su camino haciendo oídos sordos a sus palabras. Noqueríaescucharnadadeloquedijese,noqueríaverlo,nihablarconél…eso enfadaría mucho a Derek y quería que su novio siguieracomportándosecomolohizoayer,comolohabíasidohacíauninstante.Bueno,cariñoso,gentil,siempreatentoaellayparaseguirasí,nodebíadisgustarlo.PeroTylerseinterpusoensucamino,evitandoquesiguieraadelante.

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—¿Dime que lo que he visto hace un instante no es verdad?—gruñóenfadado—.¿Hasvueltoconél?Diosmío,Rebby,estrellótucaracontraelespejo,teagredió.—¡Lefuiinfiel!Tonteécontigo.Esnormalqueestuvieraenfadado.—Por favor, Rebby, no hiciste nada y aunque así fuera, aunque nos

hubiéramosacostadoolehubieraspuestoloscuernosaesegilipollas,esono esmotivopara una agresión. ¿Meoyes?Una agresión.Tepegó, esofueloquepasó,tepegó.—¡Élmequiere!Ledefraudé.—¡Dejadedecirtonterías!—gritóelchico—.Túereslista, inteligente.

Por favor, Rebby, abre los ojos, ábrelos. Los demás no podemos hacernadasitúnodaselprimerpaso.Tepegóyloharáotravez.Tealejarádetus seres queridos, te harámuchodaño. ¡Tienes que ser fuerte!Él no esbuenoparatiylosabes.—¿Acasotúloeres?—preguntóensupropiadefensa—.¿Aquelqueme

rompióel corazón?Contigoderramémás lágrimasde lasquenuncahederramadoconDerek;tútambiénmehicistedaño,asíquenoeresmejorqueél.Su defensa dejó sin palabras a Tyler, que permitió a Rebecca irse. La

parejahabíaestadotancentradaenladiscusiónquenovieronqueDereklohabíaescuchadotodo.Era la hora de educación física y Tyler estaba jugando al béisbol, en

posicióndebateador.Quizáfueralarabia,elenfadoolaimpotenciaquesentía,peroesohizoquenofallaseniunsologolpe.Unavezfinalizadalaclase,elprofesorloatrajounosminutos.Hasta esemismomomento, la idea de estudiar en una facultad era un

sueñoimposibleparaTyler.Sumadrenopodríapermitírseloypensarenuna beca le parecía también muy lejana, pues aunque no era malestudiante,noeradesobresaliente.Cuandoelprofesor lehablódeojeadoresyposibilidaddeobteneruna

becagraciasaldeporte,losojosseleiluminarondesorpresa.Alfinveíala luz al final del túnel, veía la posibilidad de cambiar su vida, la de sumadreyhermanayharíaloqueestuvieraensumanoporconseguirlo.Radiante se dirigió al baño. No le sorprendió encontrarse solo. Los

demásyaestaríanderegresoenclase.Presurososedirigióalasduchas.

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Ahoraqueelprofesorlehabíahabladodeunaposibilidadparacambiarsufuturo,noqueríadarmalaimpresiónanteelrestodelprofesoradoydebíacomportarselomejorposible.Sinembargo,noestabasolo.Alguienseacercabahaciaélporlaespalda

yllevabaconsigounbatedebéisbol.Ycuandoestuvolosuficientementecerca,legolpeó.Tylercayóalsuelosinconcienciaysuagresornoseconformóconun

únicoataque.Leasestóalgunaspatadasenlascostillasyunpuñetazoenlacara.Hubieraseguidoagrediéndoledenoserporlospasosqueescuchó.Sigilososeescabullóantesdeserdescubierto.—¡Estosmuchachos son unos irresponsables!—refunfuñó el profesor

deeducaciónfísicaalverqueunadelasduchasseguíaabierta—.Deberíanpensarmásenelmedioambiente.Cuandopusoelpieenelenormeplatodeducha,comprobóquenosolo

habíaagua,sinotambiénsangreyqueTyleryacíaenelsuelo.

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8

Sue

Las clases de los alumnos se interrumpieron cuando escucharon la

sirenadeunaambulanciayladeuncochedepolicía.Apesardequelosprofesoresllamaronalorden,loschicosychicasno

hicieroncaso,entreellosRebecca,ycuál fue susorpresaalencontrarsequesacabanaTylermalheridodelbañodeloschicos.Tenía la cara llena de magulladuras y una mascarilla. Estaba

inconsciente o eso esperaba Rebecca, porque estaba tan pálido.Inevitablemente se sobresaltó cuando unas manos se posaron en sushombros; no le hizo falta girarse, sabía que era Derek. Y angustiadaentrelazósusmanosconlasdeél.—¡Lehandadounapaliza!—añadió el joveny aunqueBeccadeseaba

preguntarelmotivo,nolohizo.Habíaempezadoaconocerasunovio,simostrabainterésporotrochico,seenfurecía,asíquenodijonada.Peroélqueríaseguirhablando—.Alparecernohagustadonadaqueelprofesorlo quisiera en el partido de la semana que viene, al que vendrán unosojeadores.—Nonosecheselmuerto—interrumpióunjovenalqueRebeccahabía

vistoenmuchasocasionesconTyler.EraTristán,sumejoramigo,conelquesehabíacriadoenelmismobarrioyquetambiénjugabaalbéisbol—.

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Estohasidocosatuya.Eresunputopsicópataycréeme,demostraréquecasimatasamiamigo.—¡Yo!—exclamódivertido—.Noteníanadaqueperdercontraél,todo

locontrarioatiomeequivoco.¿Losojeadorestambiénteníanpuestolosojosenti?Nohasdejadodealardeardeelloydelagranoportunidadqueteníasentretusmanos,asípodríassalirdelbarriodemalamuertedondevives.Becca observó cómo las manos de Tristán se cerraban en un puño

conteniendodeesamanerasurabia.—Oh, lo olvidaba—prosiguió Derek provocándolo—. ¡Eres latino y

contáisconmásbeneficiosquenosotros!Deberíasvolveratupaís.Había tocado la fibra débil de Tristán, observó Becca al ver como el

muchachose lanzabaenposdeDerek.Ysiellanosehubierametidoenmedio,habríanacabadoapuñetazos.—Dale las gracias a tu novia, ella te ha salvado el culo —añadió

mirando a la chica—.Voy al hospital, ¿vienes?—añadió tendiéndole lamano—. Tyler es tu amigo y se alegrarámucho de verte—pero comoesperaba,ellanoreaccionó—.Estábien.OjalátuvieralamismafequeTytieneenti.Séquenuncaseráslobastantevalientecomoescapardedondetehasmetido.MientrasTristánsemarchabadelinstituto,losprofesoresindicabanalos

demás que volvieran a sus clases y estuvieran en contacto. Era evidentequelapolicíaqueríaconocerquienhabíaprovocadolaagresiónycabíalaposibilidaddequelehicieranalgunaspreguntas.—¡Has dudado!—añadió Derek la mientras la acompañaba a clase—.

¿Acaso te sigue gustando Tyler? He visto cómo te preocupabas. Aúnsiguessintiendoalgoporél.Rebeccalanzóunamargosuspiroalavezqueseapartabaelcabellode

lacara.—No,Derek,nosientonadaporTylerysí,Derek,estoypreocupadapor

élporqueesmiamigoylehandadounapaliza.Perdonasimuestroalgode caridad humana, un sentimiento que empiezo a darme cuenta del quécareces. ¡Te has comportado como un gilipollas conTristán!—confesósorprendiéndose por la dureza de sus palabras, por todo cuanto habíadicho.Yhuyendode la reaccióndelchico,entróenclase, rodeadadealmenosunadecenadeadolescentesmás.—¡Rebecca!—gritóllamandolaatencióndetodos—.Venaquí—exigió.

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Perolachicanolohizo.Leaguantólamirada,firmeyserena,aunqueenrealidadestabatemblando.Temerosaobservóqueentrabaenelaulaeibaacortandopasoshaciaella,perounamanoseposósobresuhombro.Erala profesora deGeografía.Unamujer robusta, demirada severa y grancarácter. Una de los pocos profesores con los que los alumnos no seatrevíanahacerbromas.—Vuelvaasuclaseinmediatamentesinoquiereunagranmanchaensu

brillanteexpediente.Derekrefunfuñóygolpeólaparedantesdemarcharse.Rebeccalanzóunsuspiroytomóasiento.Agitadaagachólacabezaala

vez que aspiraba y expiraba lamentándose en el lío en el que se habíametido. Los ojos de Derek irradiaban odio, mucho más que el día delincidente en el aula de ballet. Estaba muerta de miedo, sus manos nodejabande temblary las frotócon taldecalmarse.Fueentoncescuandonotó algo pegajoso… algo rojo, había sangre en ellas. Y lo supo deinmediato,lasangreproveníadelasmanosdeDerek,decuandoletomólassuyasparacalmarla:¡ÉlhabíaagredidoaTyler!Derepentelasnáuseasdominaronsucuerpoeignorandolosgritosdela

profesoracorrióalbañodelaschicas.Seencerróenunodeloscubículosy vomitó. No pudo reprimirsemás y algunos sollozos escaparon de sugarganta. Se quedó allí, sentada, mientras las lágrimas recorrían susmejillas.Supoquellevabacercadeunahoracuandollegóaescucharelbullicio

dechicasentrandoysaliendo.Noleimportabaloquehablaban,hastaquereconoció dos voces: Emma y Callie, quienes fueron sus dos mejoresamigashastahacíamuypoco…hastaqueempezóasalirconDerek.—Hehablado conTristán—añadióEmma—.Aúnno tienenoticias de

Tyler. No sabe ni dónde está. Ya sabes cómo son estas cosas, soloinformaránalafamilia.—Notepreocupes,estarábien.Laambulanciahavenidoenseguida—le

reconfortóCallie—.QuienmepreocupaesRebby.Todossabemosquehasido Derek quien le ha pegado y él fue quien le hizo eso en la cara.¡Malditasea,Emma!Séqueellanoshaalejadodesuvida,perotenemosquehaceralgo.—Lo sé —susurró Emma—. Pero seamos realistas, nosotras no

podemos hacer nada.No nos escuchará.Aunque puede que si habla conNadia,laexdeDerek…

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—¿Dequédemonios estáishablando?—preguntóRebeccaabriendo lapuertadelcubículo,sorprendiendoalaschicas.Unavezinstaladoelnuevoprogramadeseguridad,Suesaliódecasay

fue a comisaría. Tenía mucho que hablar con la agente Lux Daniels,remover mucha historia e incluso dar explicaciones sobre motivos queprefería no recordar. Pero cada vez que revivía lo sucedido la nocheanterior,supoqueteníaqueconfesar.Suacosadorteníarazón.Elpasadosiemprevuelveydealgunamanerao

de otra, el suyo había vuelto para atormentarla.Así pues, una horamástarde se vio delante de la agente relatando una historia que creía yaolvidadayquetraíaconsigorecuerdosqueanhelabavolveraenterrar.—De acuerdo, señoraKenyon. Le aseguro que investigaré también su

pasado,aunqueporelmomentonosvamosacentrarenaveriguarquiénseesconde tras la cuenta de correo electrónico desde donde recibe lasamenazas.—¿Hanaveriguadoalgo?—preguntóSuepresurosa.—Nada… siento decirle que la persona que está tras esa identidad es

bastante listay sabecómodespistar anuestros agentes.Pero le aseguro,queloencontraremos.Realmente esas palabras no calmaban a Sue, pero sabía que no podía

hacer nada.Tenía que esperar.Almenos le caía bienLuxDaniels. Se laveíainteresadaenelcasoyteníalamismaropaquelanocheanterior,loquesignificabaquehabíaestadotrabajandotodalanoche.Yloagradeció.Sabíaqueestabapreocupadaporsubienestarydealgunamanera,esolatranquilizó.Cuando salía de la comisaría escuchó su teléfono y observó que la

llamaban del hospital donde trabajaba Clark. Con sorpresa atendió lallamada, reconociendo de inmediato aWendy, una de las recepcionistasdelcentro.—Sí,conozcoaTylerWoods.Esamigodemihijastra.¿Porqué?¿Leha

sucedidoalgo?—EscuchaSue—añadióenvozbaja—.Haingresadohaceunratoysu

madremehapedidoquetellame,quetúpuedesayudarlos.Almuchacholehandadounagranpaliza.Suenohizomáspreguntas.Presurosaregresóasuvehículoysepusoen

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marcha deseando saber qué había pasado y rezando porque Tyler seencontrasebien.Rebeccaobservó la sorpresaen los rostrosde susamigas.Nosabía si

porque las había escuchado a escondidas, porque volvía a hablarlesdespuésde tanto tiempooporel interésquemostrabapor laexnoviadeDerekydelaquenoteníaconocimientohastaelmomento.—¿QuiénesNadia?—preguntóenapenasunsusurro.Teníaunterrible

dolordecabezaquelepedíaunayotravezquesefueraacasaydurmieraalmenosunashoras,peronecesitabarespuestas—.¿PorquéconocerqueDerekhatenidonoviameibaahacercambiardeidea?Emmanodijonada.Lamirócondesdénysemarchóalinstante.Nole

sorprendió la actitud. Era normal que la culpara de la paliza que TylerhabíarecibidoydesdequehabíaempezadoasalirconTristán,alostresselesveíamuyunidos.SoloquedabaCallie,yesperabaqueellarespondierasuspreguntas.—HaceunassemanasEmmayyohicimosalgunasaveriguacionessobre

Derek.Nonosgustabasucomportamientotanobsesivoylamaneraenlaquetecontrolaba.—¡Élno…!—¡Bastaya,Rebby!—replicóCallie—.Dejadementirteodefenderle.Si

quieressaberquiénesNadiayporquébuscamosdatossobreella,tendrásqueescucharmesin interrumpirmeenningúnmomento, tegusteono loquediga.Rebecca sentía lapresiónde lasuñasmarcándoseen laspalmasde las

manos.¿Quépasaría?¿Quélecontaría?¿Podríasoportarlo?Decidiósacarfuerzadelomáshondodesuseryasintió.Miróalfrente

yalzóbienlacabeza,contemplandoasuamiga.Eratanmenudaydelgadacomo ella. A fin y al cabo las dos eran bailarinas. Callie era jovial,despreocupada, pero muy madura para su edad. Poseía un rostroarmonioso, ovalado, y de pequeñas facciones. Algunas pecas rosadasensombrecíansusmejillasynariz.Teníaelcabellocastaño, recogidoenunatrenza.—Entiendo que Tyler te rompió el corazón y que te enamoraste

locamente deDerek.Rebby, soy tu amiga.Nosotras no somos como lasdemás,nospasamoshorasbailando,nonosdivertimosen fiestasninos

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emborrachamos,porquenuestracarreraesmásimportantequetodoeso.Ysí,yotambiénheescuchadoloquetodoelinstitutodicesobrenosotras,que si somos unas frikis, unas frígidas y amuchas de nosotras nos hanroto el corazón. Así que comprendo que cuando un chico comenzase aprestarte atención, te volcases por completo en él, hasta llegar a hacertodoloquetepedíacontaldenoperderlo.—¡Esonoescierto!—¿No?—preguntócon losbrazosen jarras—.¿Cuándocomenzaste a

vestirprácticamentecomounamonja?Siesacamisatuvieramásbotones,los llevaríasabrochadoshastaquetecubrieranlacara.Valequeningunade nosotras haya vestido provocativamente, pero tu nuevo cambio en laropasedebeaDerekytodoporqueéltecomentóquenolegustabacomotemirabanlosotroschicos.—Peroahoratengonovio.—¿Yqué,Rebecca?Esoesunaexcusaparadejarlotododelado,parano

maquillarte, para no ponerte faldas, hasta para dejar el ballet. ¿A quiénquieres engañar?Yoestabadelantede ti cuandoDerek te dijoqueno legustaba que los chicos te levantasen y manoseasen tu cuerpo mientrasdanzábamos.Pormuchoque le explicaste lo que es la danza y queparanosotrasesecontactonosignificanada,élnoloaceptó.Selemetióenlacabeza que nuestros compañeros bailarines solo eran tal por laoportunidaddetocaralaschicas.Porfavor,sidijoqueGreg,queesgay,tambiénleinteresabatocaratodalaquepudiera.Fueinsultanteparaél.TúmejorquenadiesabesloqueaGreglecostóconfesarquelegustabanloschicosyelcapullodetunoviolehizosentirfatal.¡Derekestáenfermo!—Soloentiendosupostura.Amítampocomegustaríaquetocaseaotras

chicas…le tengoquecomprender—sedefendióagachandolacabeza—.Soysunovia,esnormalquesoloélquieratocarme.—Y entiendo lo que dices, pero Rebby, en la danza, cuando nuestros

compañerosnos levantan,enesecontactonohaynadasexual,peroparaDerek,todoloes,hastaquealguientesaludeconunpequeñogolpecitoenel hombro —protestó alzando la voz—. ¡Somos bailarinas! Llevamosañosluchandoporeso,poralcanzarnuestrosueñoylohasdejadoytodoporélysus incontrolablescelos. ¡Dimelaverdad!—exigió—.¿Porquélodejaste?Rebecca no dijo nada. Estaba tan avergonzada que se veía incapaz de

alzarlavista.Noqueríaadmitirnada,noqueríahablar.Solollorareirsea

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unrincónoscurodondeabrazarseyescapardetododuranteunashoras.—Tylernosdijoquetepegó.Queélestrellótucaracontraelespejoy

sabes qué, cuando vi que no acudías a clase pensé que quizás habíasabierto los ojos. Derek estaba fuera de sí, era evidente que no habíasvuelto a hablar con él y le ignorabas. Todos nos alegramos, habíasescapado de él, aunque a un gran precio. Pero hoy apareces en sucompañía,agarradosdelamano,comosinada,¡despuésdeloquetehizo!¿Quécoñotepasa?—Me lomerecía—murmuró—.Estuve coqueteandoconTy…pero te

juroquenolohiceapropósito.—¡Bastaya!—gritóCallie,enfurecidaygolpeandoloslavabos—.Estoy

seguradequeesonofueasí,queelgilipollasquetienespornoviotehizocreer que ligabas, pero aunque fuera verdad, aunque estuvieras ligandoconotrochico, sonriéndoleo loquesea,dimeRebecca,¿esesomotivoparapegarleaalguien?¡¿Loes?!—gritóconfuerza—.No,Rebby,noesmotivo.Fuisteuna idiotaalnodenunciarlo.Siguesatrapadaconél,cadavez que das un paso hacia adelante mostrando un mínimo de valor alalejarte, al poco tiempo vuelves a caer —hizo una breve pausa ycontempló a su amiga, empequeñecida, con las lágrimas desbordándolelasmejillas—.Por favor,Rebby, déjanos ayudarte.Estamos contigo.Notienesporquévolvera tenermiedo.Abrelosojos.Dereknoesunbuenchico y tienes que sacar el valor suficiente para denunciarlo—aguardóunos segundos, pero ella no dijo nada. Era lo que esperaba, por lo quetomóunanotaguardadaensucarpetayselaentregóaRebecca—.NadiaeslaantiguanoviadeDerek.ViveenBrooklyn.Trabajaenlacafeteríadeunasaladearte.Terecomiendoquevayasahablarconella;conocemuybienaDerekypuedequecuandolemiresalacara,despiertes.Sin más, Rebecca se quedó sola en el baño. Al momento volvió a

escucharjaleo.HabíallegadolahoradelalmuerzoyseguroqueDereklaestabaesperando.Ydespuésdelnumeritosucedidoenclasenoteníaganasde volver a encontrárselo, por lo que la opción de ir aBrooklyn no leparecíatandescabellada.QueríaconocerquiéneraesatalNadia,porquéDerek nunca le había hablado de ella y si era cierto que habían sidonovios.CuandoSuellegóalarecepcióndelhospitalencontróallíalamadrede

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Tyler.Laenfermeraquelahabíallamadointentabatranquilizarla,alavezqueleexplicabalosdatosqueteníaquerellenar.PeroellasabíaloquelesucedíaalamadredeTy,noteníanseguro,porloqueacudióensuayuda.—¡Sonamigosdelafamilia!—añadióguiñándoleunojoaWendy—.Yo

meencargodetodo.CuandolaseñoraWoodssegiró,abrazóaSueycomenzóallorar.Más

tarde, y mientras la mujer descansaba en la sala de espera, fue Tristánquien puso al día sobre lo poco que conocían y le hizo saber sussospechassobreDerek.ASuetampocolepareciótandescabelladalaidea.Ellatambiénpensaba

queeraélquienlehabíapropinadounapalizaaTyler.Finalmente un doctor llamó a la madre del chico y tanto Sue como

Tristánlarodearonparaconocersuestadodesalud.—Tienedoscostillasrotasyunesguinceenelbrazoderecho,peroestá

despierto. Aun así lo mantendremos veinticuatro horas en observación,paraasegurarnosdequeelgolperecibidoenlacabezanoesgrave.—¡Muchasgracias,doctor!—añadiólamujertomándolodelamano—.

¿Puedoentraraverlo?ElhombreasintióySuelaacompañó.Cuandovioelestadoenelqueel

muchachoestaba,noleimportabaloqueRebeccaquisiera,seencargaríade que nunca más viese a Derek, pues temía que en algún arrebato decóleradeljovenellapudierasufriralgúndaño.Finalmente,y trasdespedirsedelmuchacho,fuederechaalparkingdel

hospital.Habíatenidoquedejarelvehículoenlaterceraplanta,yaquenohabíaencontradonadaenlasanterioresyesoledisgustaba,pueselajetreoallíeramenoryaúnestabaasustadaporlosucedidolanocheanterior.Así pues, cuando las puertas del ascensor se abrieron, caminó deprisa

haciasucoche,sinvacilarenningúnmomentoybuscandolasllavesenelbolso.Elsonidodesuspasoserasuúnicoacompañante,ademásdealgúnqueotrogoteodeunatubería.Respiróaliviadaalverqueapenaslequedabantresmetrosparallegaral

vehículo,peroalacortardistanciascomprobóquealguienlehabíadejadounmensajeconpinturaenlalunatrasera.

“Seisdías,puta”Asustadamiró de un lado para otro, buscando a la persona que había

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hechoeso.Peronoteníadudaalguna,estabasolaysedejó llevarpor ladesesperación. Tras sacar un pañuelo de su bolso intentó hacerdesaparecer el mensaje, pero era imposible. La pintura no salía ydominadaporlarabiafuehastaunextintor,lotomóehizotrizaselcristalalavezquegritabafuriosa.Desesperaba se dejó caer en el suelo, dominada por un llanto atroz.

Sentíaquenoteníaescapatoria,queesosmensajesibanacumplirseyquesolo le quedaban días de vida antes de que el cobarde que la estabaatemorizandoacabaseconella.A Rebecca se le estaba haciendo eterno el viaje en metro. Necesitaba

algoconloquedistraerseeintentareliminarlaspalabrasdeCallie,puesestasserepetíanunayotravez,enespecialsuspreguntas.Queríasaberporquéhabíadejadoladanza,cuáleraelmotivo,aunque

lasdossabíanqueeraDerek.Alprincipio,élcomenzóamostrarcelosydecidiócentrarseenbailesen

solitario.Podíaserunabuenabailarinasinacompañanteydeesamaneracontentabaasunovioyseguíaconladanza.DuranteuntiempoDereksemostrócomplacido,aunquenoduróeternamente.Comenzó a criticar sus prendas, lo ajustadas que eran, que todos los

chicos la miraban, la devoraban y que sus movimientos eran muyprovocadores. No había día que no discutiesen por alguno de esosmotivos y a pesar de cuanto lo intentó Rebecca, nada le complacía.Siempre estaba de morros, enfadado, le gritaba, la reprendía y cuandoestaba mal, cuando necesitaba buscar consuelo y pedía amargamenteperdónporalgoquenohabíahecho,élsiempreledabalaespalda.El dolor era tan amargo, tan angustioso, que Becca cortó de raíz el

problema. Dejó la danza. Solo quería descansar, les dijo a sus amigas,centrarse en sus estudios ahora que la universidad estaba cada vez máscercana.Deesamaneraalejóloquemáshabíaamadoensuvida.Traslanzarunamargosuspirodecidiónodarlemásvueltasalomismo,

soloibaaconseguirsentirsepeor.Necesitabadistraerse,porloquemetiólamanoensumochilaenbuscadelteléfonoqueDereklehabíaregalado.Conunpocodesuerteeraposiblequetuvierainstaladaalgunaaplicaciónconlaquepudierapasarelrato.Peromientrashurgaballegóaencontrarseunahojahechaunabolayla

sacóextrañada.Aldesenvolverlacomprobóqueeralanotaencontradaesa

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mañana encima de su ordenador. Sue la había dejado allí, no podía sernadiemásycontinuabalahistoriadelachicaquecomenzóarelatarledíasatrás…Ellen.Dejándosellevarporlacuriosidad,comenzóaleer.

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9

Ellen

Laestridentesirenadeunaambulanciainterrumpiólaconcentraciónde

Ellen.Habíacomenzadoadarlecolordigitalmentealdibujo,peroapartóunos instantes la vista del ordenador y echóunvistazohacia la ventana.Desdeellateníaunagranvistadelaplaya,hastallegabaaverlahogueradondehoyTracy,Glen,Jimylosdemásorganizabanlafiesta.Consorpresaobservóquelaambulanciasedeteníaenelpaseomarítimo

yaunquesuvistanoalcanzabaamás,seimaginóqueelserviciomédicoiríaalaplaya.Yesolainquietó.¿Lehabríasucedidoalgoasusamigos?Nerviosa alcanzó su teléfono móvil y llamó a Tracy. No recibió

respuesta.LointentóconGleneinclusoconJim.PorsupuestodescartóaRemyySam,yaquesabíaquelosdosteníanotrosplanesenlaciudad.Guiadaporunmalpresagiosedirigióalaplaya,perounavezllegóala

zona donde estaba estacionada la ambulancia, además de dos coches depolicía, no la dejaron pasar. Se agolpó junto a vecinos y curiosos yentoncesobservóqueunaagentetomabadeclaraciónaGlenyasuamiga.—¡Tracy!—gritó.La chica se giró en su dirección y corrió hacia ella. Se lanzó a sus

brazosylloró.Nodejabademurmurar,peroEllennocomprendíanada.

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Entonces,aligualqueunaveintenadepersonas,vieronlacamilla.Enellaiba Jim, con una mascarilla en la boca y rodeado de al menos trespersonas que susurraban diagnósticos e instrucciones que Ellen nocomprendía.—¡Jim!—susurró.JuntoaGlenyTracysedirigióalhospital.Jimhabíarecibidoungran

golpeenlacabezayestabaenelquirófano.Mientrasesperabanlasúltimasnovedades sobre su estado, Ellen, Tracy y Glen se marcharon a lacafetería,dondetraspedirtrescafés,tomaronasiento.—¿Estaba muy bebido? —se interesó Ellen—. Esta tarde discutimos,

estabadisgustado.Meescribióalgunosmensajesyparecíadesconsolado.Quizásfuimuyduraconél.TracyseencogiódehombrosmientrasqueGlenpermanecíapensativo,

conlasmanoscruzadasdelantedeloslabios.—¿Glen?—dijoEllencaptandosuatención—.¿Cómoestaba?El muchacho le dirigió la mirada. Estaba llena de cólera y Ellen se

arrepintió de haberle preguntado. Era su mejor amigo; de los tres, sindudaeraquienpeorloestabapasando,puesqueríaaJimtantocomoasushermanos.—¿Porquémelopreguntas?Deantemanosabesqueestácolgadoporti.

Se esforzaba por agradarte, siempre te brindaba de elogios y cuidados.Ayerlehumillastefrenteaesegilipollasdelquenoconocesnada.Puedeque estuvieramuybebido, no lo sé, perode lo que estoy seguro es quetodoesculpatuya.EsperoqueJimsalgadeestoytedelapatadaquetantotemereces.Furioso,Glensepusoenpiedejandoalaschicasasolas.—¿Tútambiénpiensasqueesculpamía?¿TancruelhesidoconJim?Tracydiounlargosorboasucaféantesderesponder.—Escucha, sé que te sientes culpable por haberle roto el corazón a tu

hermana,peroyanohayvueltaatrás.Yteestáshaciendodañonegandoloquesientes.¡TegustaJim!¿Porquénoloaceptas?Sihubierasidoasí…Tracynosiguió,aunqueaEllennolehicieronfaltamáspalabras.Siella

hubieraadmitidosussentimientoshacetiempo,hubieraestadoenlafiestacon Jim y él no habría estado entre las rocas, probablemente bebido demás.Alejadade su amiga caminó tras ella a corta distancia hasta la sala de

espera. Allí mantuvo la distancia, incluso cuando llegó el médico a

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informarles. El doctor les dijo que la operación había salido bien, peroqueelestadodeJimseguíacríticoylaspróximashorasseríancruciales.Glen y Tracy se abrazaron desconsolados, al igual que los padres del

muchacho. Mientras que ella se quedó apartada, con un nudo en lagarganta,hastaqueunamanoposadasobresuhombrolehizosalirdesuensimismamiento.CuandosegiróseencontróconMatthew.—Hola—lesaludóenapenasunsusurro—.¿Tútambiéntehasenterado

delodeJim?ÉlfruncióelceñoyporuninstanteEllenolvidóquelamañanadeldía

anteriorhabíaexpresadofrenteamásdeunatreintenadealumnoscuantoodiabaaJim.—¡Miabuelaestáingresada!—leexplicó,sinnisiquieramostrarinterés

por el chico—. Mi padre está fuera y esta noche he remplazado a mimadre para que pudiera dormir en su cama, en lugar de un incómodosillón.—Lo…losiento—susurrócabizbaja—.Esperoqueserepongapronto.Lanzó un vistazo a su amiga, pero esta ni siquiera lemiraba.Todo lo

contrarioaGlen,quelelanzabaunamiradallenaderencor.Estabaclaroqueahíyanoerabienvenida,porloquedecidióvolveracasa.—Escucha—añadióMatthew—.Aúnmeesperaunalarganocheaquíe

iba ahoramismo a la cafetería. ¿Te gustaría acompañarme? Parece quenecesitas alguienconquienhablarymiabuelaestádescansando.Estaríabien pasar un rato fuera de esa habitación y su nauseabundo olor aenfermoymedicina.Asintióymástardeestabanfrenteafrenteenunamesa,conunatazade

café y unos croissants rellenos de chocolate, que por su rigidez, eraevidentequellevabanenlamáquinaexpendedorademasiadotiempo.Matthew cumplió con su promesa de escuchar aEllen y ella habló sin

parar.LecontótodolodeJim,larelaciónquelosuníaaamboseinclusocomounpequeñodesliznosololerompióelcorazónasuhermana,sinoquetambiénhizopedazossufamilia,dejándolaaellasolayalejadadesupadre,queahoramásquenuncabuscabarefugioeneltrabajo.La chica sabía que el joven no sentía predilección por Jim. Eso había

quedado claro el día anterior. Pero necesitaba hablar, soltar todo lo quellevaba dentro, aunque fuera a un desconocido y derramar lágrimascuando confesaba echar demenos a sumadre y hermana.Hacía tiempo

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que ya no hablaba de ello con sus amigos. Quizás porque habíanescuchadoesahistoriademasiadotiempo,quizásporqueteníamiedoaquesu tristeza los acabase alejando de su lado, al fin y al cabo ya habíacambiadobastantedesdelaseparacióndesusprogenitores.Sorprendida,sevioconfesándolealchicolosucedidoenelhospital,la

discusión con Glen y Tracy. No supo cuando Matthew arrastró la sillajunto a ella, la rodeó por los hombros y ella encontró consuelo en supecho.—Túnotieneslaculpadenada,¿meoyes,Ellen?Ynoesmaduroquete

culpenatideloquelehapasadoaJim.¡Escúchame!—exigiótomándoladelmentón—.¡Tusamigossonidiotas!Solorespóndemeaunacosaantesdereplicarydefenderlosacapayespada.¿QuégarantizaquesihubierasaceptadolaspropuestasdeJim,hoyestaríaisaúnjuntos?—inquirió.La pregunta hizo que Ellen pensara en el asunto con la cabeza más

despejadayescuchaseconatenciónalmuchacho.—Imaginemosquehubierasempezadoasalirconeseidiota,elcual,por

muchoqueloniegues,esungolfo.Puedequealprincipiotebrindaratodotipo de atención e ignorase a las demás chicas. Pero acaso piensas quepodría controlar sus impulsos para siempre. Las personas como él nocambian. Se obsesionan con lo que no pueden tener y cuando loconsiguen, con el tiempo acaban perdiendo interés y vuelven a susantiguoshábitos.Además—añadióantesdequelachicahablase—,túnoleobligasteabeber.Fuesudecisión,oacasodime,¿lemetisteunembudoporlabocayderramastebebidaporél?Ellen negó con la cabeza a la vez que su boca dibujaba una pequeña

sonrisa.—Entonces deja de martirizarte —añadió dando por finalizada la

conversación,dandounsorboalatazadecafé—.Tengoqueregresarconmi abuela. Si despierta y se encuentra sola, entra en pánico. Hazme unfavorynotesientasculpable—dijodándoleunapretóndemano.Esegestoleenternecióehizoquelacongojaquedominabatodosuser

amainara.Terminódebeberelcaféy regresóa lasaladeespera.HablóconlospadresdeJimyfueronmuchomásamablesqueGlenyTracy.Aquienes no se dirigió, pues sus miradas despectivas la alejaron a todaprisa.

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Esanoche,Ellen,volvíaaestarsola.ErasábadoyalmenosSamyRemyhabíanaccedidoadarlecompañía.Noteníanningúnplanalrespecto;soloverunapelículamientrascomíanpalomitas.Loschicos fueronpuntualesymientraspreparabanel salónparapasar

unanochedivertida,Ellenseencargabadelosaperitivos.Cuandoregresó,encontró a su amigo y primo muy acaramelados a la vez que hacíanmanitas,porloquetomóasientoentrelosdosrefunfuñando.—Se supone que habéis venido a hacerme compañía, no a refregarme

vuestroamorporlacara.—Losiento—sedisculpóSamalavezqueunruborcubríasusmejillas

—. Aquí no sentimos las miradas de muchos juzgándonos y además,gozamosdeintimidad,túsiempreestássola.Ellenpusolosojosenblancoylessugirió.—¿Por quénovais al piso de arriba y bajáis cuando tengáis ganas de

acompañarme?Nohuborespuestaporpartedelosmuchachos.Obedecieronylachica

escuchó sus presurosos pasos subir las escaleras, acompañados de unasrisas, a la vez que la puerta de unade las estancias del piso superior secerrabadegolpe.Soloesperabaquenohubieranelegidosuhabitación.Mástarde,lostresveíanlapelícula,aunquelamentedeEllennoestaba

muy centrada en el argumento, y se dirigió a Remy. Esperaba que sumelliza—Tracy—lehubieradichoalgorespectoaJimosobreella.—¿Cómoestátuhermana?—Apenas ha estado en casa. Vino a recoger algo de ropa y le dijo a

nuestrospadresqueibaapasarelfindesemanaencasadeGlenparadarleconsuelo.—¡Todos sabemos que consuelo le va a dar a ese gilipollas! —

interrumpióSam,aloqueRemyasintióponiendolosojosenblanco.—PenséqueGleneravuestroamigo—añadióEllen.Alcanzóelmando

del televisor y lo apagó. Era evidente que ninguno de los tres estabaprestandoatenciónalapelícula.—Tú siempre andas en tu mundo o regodeándote en los errores del

pasado—intervinoRemy—.Ynoestásmuypendientede loqueocurre,peroGlennonoscaenadabien.Yojalámihermanaabralosojos.Eseltípico gilipollas que se creemejor que nadie por ser una súper estrelladeportiva.Ellen interrogó a su amigo y primo sobre por qué, de repente, no les

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caía nada bien el joven, pero ninguno confesó. Y cuando ya era demadrugada,losacompañóalapuerta.—¡Yonoteabandonaré!—dijoSamalavezqueleabrazaba—.YTracy

estáequivocada.Túnotieneslaculpadeloquehasucedido,soloJimesresponsabledesusactos.TambiénrecibióapoyoporpartedeRemyysedespidiódeambos.FinalmentellegóellunesylasnoticiassobreJimnollegaban.Seguíasin

despertaryesoteníaa todossusamigosmuyentristecidos.Muchoserantambién los que hablaban de que era probable que el joven perdiera labeca,yaquesidespertabadeberíahacerrehabilitaciónparaquesucuerporespondiese como antes, siempre y cuando el coma no le provocaseninguna secuela más. En cambio los más negativos o quizás realistas,afirmabanqueparaJimeldeportesehabíaacabado.La semana no empezó nada bien para Ellen. Su taquilla había sido

pintada con la palabra “Calientap…” el resto ya había sido borradograciasaSamyRemyyjuntoaella,eliminaronelresto.Ellennuncahabíasidounachicapopular,peroalmenosnuncalehabían

gastadobromaspesadas.Peroelinstitutoeraungranrebañodeovejasyunagranmayoríaseguíaalequipodebaloncesto.AlosgrandesamigosdeJim.SesentíanmejorculpandoaalguienporlosucedidoyesaeraEllen.Aunque no le importaba las simplonas bromas de esa panda de idiotas.Teníaasusamigos.SamyRemysiemprecomíanconellayMatthewselehabíaacopladoúltimamente,mientrasqueTracysehabíaalejadocadavezmás. También había intentado convencer a Remy y Sam para que lehicieranelvacío,peroloschicosseguíanfielesasuamistad.Había llegadoeldescansoySamyRemy iban juntosparaencontrarse

conEllenenelcomedor,peroalpasarporlaspuertasdelbaño,SamentrómientrasqueRemyfuealencuentrodesuamiga.El muchacho estaba lavándose las manos cuando vio que Glen y dos

compañerosmássecolocabanenlapuerta.—¿Medejáispasar?—preguntóelchico.—Elmaricónnospidesalir—rióGlenendirecciónasusamigos—.No,

notedejamospasar—añadióalavezqueloempujó.

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—¡Eh tío! —bramó Sam, pero no pudo replicar más. Los chicos lotomarondelosbrazosyloarrastraronaunodelosretretes.YahabíanpasadodiezminutosdesdequesedespidiódeSam,observó

Remy.YtrasexcusarseconEllenyMatthew,fuealbaño.Nadamásentrarescuchóunos sollozosqueno tardóen reconocer.Al abrir lapuertadelprimercubículoencontróaSam.Enunprincipioelchicoseasustó,peroalreconocerlonopudocontrolarelllanto.AngustiadoRemyobservósupelomojadoypartedesuropa.Teníaun

corteenellabioyestabasangrando.Nolehacíafaltapalabrasparasaberque le habían metido la cabeza en el váter y a la vez que maldecía aldesgraciadoquelehabíahechoeso,loabrazóconfuerza.—Ve a buscar a Ellen, por favor—susurró el chico—. ¡Tráeme ami

prima!Noqueríadejarlo solo,peroaccedió,puessabía lounidoqueestabaa

ella.Corrióaprisaycuandoentróenelcomedor,llamóaEllenalarmandoa algunos alumnos.Mas no le importaba, hasta ignoró la preocupaciónque expresaba Tracy, que los había dejado tirados por el grupo de lasanimadoras.—¡Dejaatuhermano!—intervinoGlenentrerisas—.Seguroquetiene

muchoquéhacerenelbaño.—¿Qué coño has hecho? —le increpó Tracy, pero Glen la ignoró y

juntoaalgunosamigossemarchóalacanchaalairelibredebaloncesto.Durante un instante Tracy dudó. Quería acompañar a su hermano y

averiguarquéhabíapasado,perono lohizo.Sequedóen suasiento, ensilencio. En cambio Ellen y Matthew si acompañaron a Remy. Cuandoentraron,EllenabrazóaSammientrasqueMattseofrecióabuscarropalimpia.—¿Quiéntehahechoesto?—preguntóEllen,limpiándolelaslágrimasa

suprimo—.Dímelo,Sammy,¿quiéntehahechodaño?—¿Deverdadtienesquepreguntarlo?—bramóRemyenfadado,cruzado

debrazosyandandodeunladoparaotro—.HansidoGlenysusamigos.¡Malditos xenófobos!Losmuy idiotas nos llamanmaricones entre risascuandopasamos juntoaellos.¿Porquécreesquenosdejamosde juntarconesapandadegilipollas?Porquenonosaceptan.Ellen sintió que la rabia recorría cada centímetro de su ser. Sam era

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comounhermanoparaella.Sustíoslehabíandadotodoelapoyoquesuspadresnolehabíandadotraslaseparacióndeestosylahabíanacogidoensucasaycriadocomounahijadesdequesumadresefuedelaciudadysupadrecomenzóaactuarcomosinotuvieraunaadolescenteasucargo.PoresonosoportabaquenadielehicieradañoaSam.Furiosasaliódel

bañoy se encaminóhacia la canchadebaloncesto.Allí estabaGlen contreschicosmás,pasándoseelbalón.Secolóensujuego,tomólapelotaylesplantócara.—¿PorquéaSam?—preguntófuriosa—.Esmuchomáspequeñoquetú

ymásdébil.¿Acasoteponepegarleaalguienmásdébil?¿Esesoloquetepasa?¿Teasustaqueenrealidadtegustenloshombresyporesoleatacaseinsultas?—¡Puta!—bramóGlen—.Tevoyademostrarloqueesunhombre.Antes de darse cuenta, Ellen estaba rodeada por todos ellos y Glen

delante de ella. La acercó a él, pero la muchacha logró liberarse algolpearlo en la entrepierna. Se giró y quiso escapar, pero los demás lecortaban el camino.Aunque eso no impresionó a Ellen, que también seencarócontraellos,peroeracomogolpearmurosderocas.Entonces sintió las manos de Glen en su cintura que no tardaron en

ascenderyestrujarlelospechos.Ellenseremovióparaliberarse,peroloúnicoqueconsiguiófuequela

presión aumentase más e hiciera trizas su camisa cuando sus uñas seengancharonaellacomounbuitresobresupresa.—¡Suéltala!—exclamóMatthew.ElmuchachoteníaunbatedebéisbolyconélgolpeóenelpieaGlen.

Nofueungolpemuyfuerte,perosilosuficienteparaarrancarleungritoyalejarlodelachica.Losdemásreaccionarondelamismamanera,momentoqueaprovechó

paraagacharsejuntoaEllen,queestabaderodillasenelsuelo,intentandocubrirseconlosjironesenlosquesehabíaconvertidosublusa.CuandoMattestababuscandoensutaquillaalgunaprendaparaSam,vio

alamuchachacorrerendirecciónaGlen.Setemiólopeoryduranteuninstantepensónoseguirla,peroahorasealegraba.—¡Sialgunomásseacercaosgolpearésinpiedad!—lesamenazó.Sin embargo, Glen y los demás no hicieron nada. Al parecer ya no

estabandeánimoparamásjuergaysealejaron.Peromientraslohacían,eldeportistalanzóunmensajealachica.

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—¡Atacaré lo quemás quieres, Ellen! ¿Me escuchas? ¡Quienesmás teimportansufriránportuculpa!—Tenemos que irnos, tienes que ir al director y denunciar lo que ha

pasado—añadióelchicoayudandoaEllenaponerseenpie—.Nopuedesguardarsilencio.Pero ella no dijo nada. Al levantarse vio que Remy y Sam lo habían

observadotodoaciertadistanciaycorrióhaciaellos.Abrazóasuprimo.LlorósobresuhombroyRemylosconsolóalosdos.El chico dijo algo que Matt no entendió y los tres se marcharon del

instituto, dejándolo a él fuera, como si no hubiera participado en todoaquello.PasabanlasdiezdelanocheyTracyesperabanerviosaenlapuertadela

casadeEllen.Suhermano lahabíacitadoallí; alparecer tantoél, comoSamyEllendebíancomunicarlealgo.Porsupuestoalprincipiosenegó,peroRemyleamenazóconquesino

iba, acudiría al director del instituto y denunciaría aGlen por algo quehabíahecho.Yantetalamenaza,notuvomásopción.Finalmentepulsóeltimbre.Eramejoracabarconesocuantoantes.Fue

Remyquienabriólapuertaylaacompañóalsalón.Unaestanciaenorme,congrandesventanalesconvistasalaplaya.Ladecoracióneramuysencilla,tresampliossofásunidosqueformaban

unagranUfrenteaunamesabajadondeestabaeltelevisor.HabíavarioscojinesrepartidosporelsueloyobservóqueEllenySamestabansobreellos,conversandoyRemyacabótomandoasientojuntoasunovio.Malhumoradaydebrazoscruzados,sesentófrenteaellos.—MiraloquelehahechotunovioaSam—comenzóRemyseñalando

ellabiohinchadodelchico—.Ademásdeinsultarlellamándolomaricón,lemetiólacabezaenelváteryleasestóunpuñetazo.Ymiraloquelehizoatuamiga.EllensequitóunpañueloquellevabaalrededordelagargantayTracy

observóunosarañazos.—¡Nooscreo!Glennoesasí.Noharíaesetipodecosas,¿cómoséque

estonooslohabéishechovosotrosmismoscontaldealejarmedeél?¿Opuede que os lo haya hecho el rarito ese…Matthew?Todavía recuerdoqueJimdijoqueeraunpirado.

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—¿Teestásescuchando?—gritóRemy—.¿Cómoseteocurreacusarnosdecosascomoesas?YMattnohatenidonadaquevercontodo,élnoshaayudado, no como tú que ni siquiera viniste al baño cuando grité en elcomedorelnombredeEllen.Estabahechounmanojodenervios.Soytuhermanoynotepreocupastepormí.—¿Hemosacabado?—preguntólachicaponiéndoseenpieyalverque

nadiedecíanada,semarchó.Enelexteriorycuandoestabalosuficientealejadadelacasa,rompióa

llorar.Sabíaque suhermanodecía laverdad…pero…nopodíadejar aGlen. Lo quería y estaba segura de que era buena persona, que solo seestabacomportandodeesamaneraportodolosucedidoaJim.Al día siguiente, las clases trascurrieron con normalidad. Ellen estaba

acostumbrándose al vacío y en ese momento, con tantas cosas en lacabeza, era lo que más deseaba. Sin embargo, a la hora del almuerzoRemy y Sam le acompañaban y no pudo evitar recordar la amenaza deGlen.No quería que su mejor amigo y su primo sufrieran, por lo que se

despidiódeellosyfueacomeraunadelasaulas.Aldíasiguientehizolomismo,aunqueenestaocasióntuvocompañía:Matthew.—Piensoqueseríamáslógicoquecomentasesloocurridoyechasena

Glen,perosinoteatreves,almenosnovoyadejarquecomassolatodoslosdías—añadióelmuchacho,tomandoasientoenunpupitrecercano.—¿Notienesmiedodeconvertirteenunpariaoquetepartanlacara?—

preguntó,conlamiradaensucomida.—Ellen—dijoelmuchachocondulzura—.Hicecaraa treschicosque

medoblabanenconstituciónconunbatedebéisbol.¿Deverdadcreesquetengomiedo?—inquirió, aunque no dejó que respondiera—.No, no lotengoynodejaréquetesucedanadamalo.Sus palabras enternecieron a la chica. Además, su compañía era muy

grataynohabíadíaquenodeseasequellegaselamismahoraparapasarunratoconél.Legustaba,noteníadudas,yseestabaenamorando,aunquenosabíasiélsentíalomismoporella.EsamismamañanacoincidieronenEducaciónFísicaydurantelaclase,

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Ellenpidióiralbaño.CuandosaliódeestosencontróaMattbebiendodelafuente,quienlededicóunasonrisa.—Antesolvidédecirteunacosa—añadióMatthewcaminandohaciaella

—.MegustasEllen,megustasmucho.Sus palabras dejaron sin habla a la muchacha y al instante tenía los

labios del chico sobre los suyos. Entre caricias y besos entraron en elbaño,dondesedirigieronaunodeloscubículos.Allísedeleitaronenmásbesosycaricias,hastaqueeltimbresonó,señalandoelfindelaclase.—Tútambiénmegustas—confesó,depositandootrobesoensuslabios

—.Yhepensadoqueestanochepodríasveniracasa.Matthewasintióyenelpasillosedespidieron.Cuandoibaalataquillase

encontróconRemyyporuninstantedeseósalircorriendo.EsperabaquesuamigonoestuvieramuyenfadadoporignorarloaélyaSamdurantelas clases, pero deseaba que Glen los dejase tranquilo y no habíaencontradootrasoluciónparaconseguirlo.—Tenemosquehablar—dijoRemyabruptamente.—¡Lo hago por vuestro bien!—se defendió la chica—.No os quiero

hacer daño, pero hasta que las cosas se calmen, es mejor quemantengamoslasdistancias.—Noesnadadeeso—hizounabrevepausa—.Jimhadespertadoesta

noche. Tracy y Glen llevan desde esta mañana en el hospital. Casi estábien…quizásquierasiraverlo.Una horamás tarde, Ellen llegaba al hospital. Afortunadamente no se

encontró conGlenoTracy, ni siquiera con lospadresde Jimypara subuenafortunaeljoventeníapermitidolasvisitas.Cuandoentróenlahabitaciónyduranteuninstante,cuandointercambió

unamiradaconJim,no loreconoció.Habíasidoafeitadoporcompleto,estaba más delgado y su palidez hacía juego con las sábanas que lecubrían.—Hola —susurró Ellen—. ¿Cómo te encuentras? —preguntó

arrastrando una silla junto a la cama—. Me alegro de que hayasdespertado.Convoztriste,Jimleconfesóqueleesperabaunaduraterapiaencuanto

sepusieramejor,conunpocodetrabajovolveríaaestarenforma.—Todamivida tiradaalcuerno—bramóenfadado—.Ojalá lapolicía

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encuentreaquienmegolpeó…—Yopenséquetehabíascaído.Losdemásdijeronqueibasalgobebido

—leinterrumpióEllen.—Sí,sí, toméunascopas,peronoestabacomounacuba.Memantenía

en pie perfectamente y sé lo que pasó.Alguienme golpeó y sé que fueMatthew.Soloesperoquelospolisencuentrenlaspruebasnecesariasparahacerlepagarloquemehahecho.—Quizásnohayasidoél—murmuróEllen—.Séque losdos tuvisteis

un encuentro esamañana, pero no esmal chico. Lo he podido conocermuchomejorestosdías.—¡Joder Ellen! —exclamó enfadado—. Te dije que te mantuvieras

alejadodeél.Esmuypeligroso.Losé.—Yo… me gusta y mucho. Y creo que estás equivocado. A veces

juzgamosmalalaspersonasyquiencreesqueesungrantipo,enrealidaddescubresquenoloes.—¡Tengoquehablarconlapolicía!—exclamóelmuchachointentando

controlar los nervios—.No puedo permitir que salgas con él. ¡Tú vidaestáenpeligro!—Cálmate Jim, te estás comportando como un paranoico. Matt es un

gran chico.Ha estado conmigo estos días, cuandoGlenme ha hecho lavida imposible —confesó y tan rápido como lo dijo, se arrepintió dehaberhablado.Loúltimoquequeríaeraentristecerlo—.Olvidaloquehedicho.Tengoqueirmeyporfavor,notepreocupespormí.—¡Sí,márchate!Aquínoeresbienvenida—dijoGlendesdelapuertade

lahabitación—.Yniseteocurravolveravisitarlo.Lachicanodijonada.SedespidiódeJimdeseándolequesepusierabien.Ya a solas, los amigos tuvieron una gran charla.Acorralado,Glen no

tuvootraopciónqueconfesarlossucesosdelosúltimosdíasycomotodoelcentrohabíaculpadoalachicaporqueélhubieraestadoebriocuandosecayóentrelasrocas.—Se lomerece, tío.Mírate cómo estás.Este año no podrás jugar, has

perdidolabeca.—YtúhasconseguidoqueacabeenamoradadeMatthew.—¿Por qué no la olvidas de unamaldita vez?Deja que salga con ese

pringadoyrepontedeunavez.Haymuchasmujeres.—¡Túnoloentiendes!—exclamóJim—.Sabesqueconozcoaesetipoy

espeligroso.Ellennoestáasalvoconél—hizounabrevepausa—.Tengo

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quecontarlealapolicíaloquepasóelveranopasado,deesamaneralesdirélarelaciónquemeuneconMattysalvaréaEllen.—¡No!—gritóGlenmientras cerraba la puerta de la habitación de un

golpe—. No puedes hacer eso. Me joderás, Jim, joderás mi vida. Mifamilianoestaninfluyentecomola tuyaysisedescubreloquepasóelveranopasado…¡mividaestáacabada!—Losiento,tío,perotengoqueconfesar.Atónito, Glen miraba a su amigo. No podía creer que lo estuviera

traicionando por una chica. No tenía palabras. Estaba furioso. Yenloquecidosaliódelahabitacióndandoungranportazo.Jimlanzóunamargosuspiroyagradecióestarsolo.Noeragratopara

él recordar lo que ocurrió el verano pasado, pero tenía que hacer locorrecto,delocontrarioEllenacabaríamuymal.Agotado cerró los ojos. Puede que hubiera estado días en coma, pero

estabarealmentecansado.Aunquealparecerlasvisitasnohabíanacabado.ConsorpresaobservóaMatthew.—Mealegroquehayasdespertado,aunquesientoloqueheoído.Esuna

pena que al menos este año no puedas jugar —dijo Matt, cruzado debrazosyapoyadoenlapuerta—.Extrañamaneraladeactuardelkarma.Esto te lohasbuscadopor todos los corazonesquehas roto estos años.Por las humillaciones a las que has sometido a tantas chicas. Ahora tequitanloquemásquieres.¡Túvidacomojugadorprofesional!—¡Estonotienenadaqueverconelkarma,puñeteropsicópata!Hassido

tú.Séquemegolpeaste.—¡Buenasuerteprobándolo!—Voyahablar,¿meoyes?Diré loquesucedióelañopasado,porqué

nosconocemosyentoncesEllenabrirálosojos.—Cuéntalo—leanimóMatthew—.CuandoEllendescubraloquehiciste

tedarálaespaldaparasiempre.Terepudiará—confesócomplacidoalvercómoJimrecapacitabalasconsecuenciassicontabalaverdad—.Unacosamás.DalelasgraciasatuamigoGlen,siélnohubieraconvertidoaEllenenunaparia,estoysegurodequeconquistarlanohubierasidotanfácil.Jimnodijonada.Desconsoladosesumióensuspensamientosyenlas

posibles consecuencias de su confesión. Pormucho que le doliese,Matttenía razón. Ellen le odiaría, pero no importaba. Debía salvarla de esetipejo,costaseloquecostaseymañanaaprimerahoraconfesaría.Durante las siguientes horas las pasó con la vista en el televisor. Su

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madre había insistido en acompañarlo, pero él se negó. Por su terribleaspectointuíaquehabíapasadomuymalasnochesjuntoaélypreferíaquedurmieraencasa.Pasarunanocheasolaslevendríabien.Finalmente,Jimdecidióapagar

eltelevisoreintentarconciliarelsueño.Sinembargo,cuandoapagólaluzobservóquenoestabasolo.Quisogritar,perounaalmohadasobresucaraseloimpidió.Agitó las manos, se movió bruscamente, pero no consiguió zafarse.

Poco a poco las fuerzas le abandonaron y tras unos segundosmás, susmanoscayeroninertes.¡Había dejado de respirar! Y antes de que las enfermeras lo

descubrieran,suasesinoescapó.

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Rebecca

CuandoRebeccaleyólasúltimaspalabrasdel textoescritoporSue,no

podía creer lo que había sucedido. La historia la tenía atrapada de talmanera que el viaje había pasadomás rápido de lo pensado y ya habíallegadoasuestación.Guardóensumochila los foliosysedirigióa la salida.SegúnCallie,

Nadia trabajaba en una cafetería que contaba con galería de arte. Unnegociopococomúnyesperabanotardarenencontrarlo.Tras preguntar a algunos transeúntes, encontró el local con facilidad.

Teníaungranescaparateconvistasalacalle.Parecíaunacafeteríacomúny corriente, salvo que de las paredes colgaban cuadros de artistas noconocidosquedeseabanabrirseunhuecoenelmundillo.Beccaentróycomprobóqueestabadivididoendosestancias.Mientras

quelaprimeraeralatípicacafetería,alfondoaladerecha,trascruzarungran arco comenzaba la galería por la que llegó a atisbar a gentepaseando.Fue derecha a la barra, donde la atendió un hombre demediana edad,

educado,canosoyconunaampliasonrisaensuslabios.—¿Quépuedohacerporti?—seinteresóelhombre.—¿TrabajaaquíNadia?

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Alpronunciarelnombredelachica,elsemblantedelhombrecambióysusonrisasetrasformóenunamáscaradehielo.Rebecca leviodudarydedujoporelmovimientode sus labiosque le

ibaadecirqueno,sinembargo,algolehizocambiardeidea.Nosupoelqué,peroellargovistazoquelelanzófuesuficienteparagirarseyhablarconalguienqueestabaenlacocina.—Hugo,preguntanportuhermana.Elhombrenodijomás.Semarchóaatenderaotrosclientes,mientras

queRebeccaesperabaser recibida.Entoncessalióun jovende lacocina.Llevabaundelantalblancoyestabasecandosusmanosenunpañoquenodudóencolocarsobresushombros.Eraaltoymuyfuerte.Depielcanela,ojosmarronesyllevabalacabeza

casi rapada; lachicanopudomenosquesentirse intimidadaporalguiencomo él. E hizo el mismo gesto que el hombre que le atendió conanterioridad. La miró con detenimiento y sus ojos se pararon unosinstantesenlasmarcasdesucara.—Déjameadivinar,¿salesconalguienllamadoDerek?Rebecca no articuló palabra alguna. ¿Por qué lo sabía? ¿Quién se lo

habíadicho?Peronopudoresponderningunadesuspreguntas.Antesdedarsecuenta,Hugohabíavueltoa lacocinay regresabaencompañíadeunachicaysupusoeraNadia.Sindudaera lahermanadelmuchacho.Compartían losmismosojosy

ella también era muy alta, aunque nada intimidante. En su rostro seapreciabamiedo. Vestía una falda larga de muchos colores y un jerseytonocrema.Decabellonegro,rizadoyunpañuelo—delmismotonoquela falda— que cubría parte de su frente y cabeza. Al igual que hicieraHugo,sumiradasedetuvoduranteunlargoinstanteenlaslesionesdesucara.—Noestoyseguradesíconocemosalamismapersona…hansidomis

amigas las que han hecho algunas averiguaciones y la verdad no sé sicreerlas, a ellas no les agradami novio—confesó y observó como enningún momento el serio semblante de la chica cambiaba—. Se llamaDerekydicenquesalisteconél.Nadiavolvióalacocinayatravésdelapequeñaventanarectangularque

comunicaba ambas estancias, Rebecca observó cómo los hermanosmanteníanunabreveconversación.Nosabíadequéhablaban,peroteníanlavistaenella.

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HugoabrazóaNadiaylachicavolvióasalir.—Vayamosatomaralgo,tenemosmuchodequéhablar.Laschicascaminaronporlacalleapenasunosmetros,aunacafeteríaa

laqueseaccedíabajandounasescaleras.Ellugarerasolitario,peroalavez desprendía un aire hogareño. Por toda la estancia había repartidasmesasancladasalsuelofrenteacómodossillonestapizadosencuerorojo.Tambiénhabíasillasyotrasmesasrepartidas,ademásdetaburetesjuntoalabarra.NadiayRebeccatomaronasientoenunodelossillones—launafrentea

la otra— al final de la estancia, y tras pedir unos capuchinos que lessirvieronalinstante,fueNadialaquecomenzóahablar.—Puede que ahora no lo veas, pero deberías escuchar a tus amigas y

aunque no me hace ninguna gracia que indaguen sobre mí o esténvigilándome,enestecasomealegrodequeasísea.RebeccadiounsorboasubebidamientrasNadiamirabaensuteléfono

móvil.CuandoselomostrólavioaellajuntoaDerek,quienaparentabaunosañosmenos.—Sí,Derekfueminovio.Nosconocíamosdetodalavida.Noscriamos

juntos,asistimosjuntosalparvulario,alcolegiodeprimariaysecundaria.Fue entonces cuando comenzamos a salir. Los dos tendríamos unoscatorceaños—hizounabrevepausa.Teníalamiradaperdidaenlabebiday con tono ausente, prosiguió—. Vivimos una época estupenda, perocuando su madre lo abandonó a él y a su padre por otro hombre,enloqueció. E incluso durante un tiempo fue a un psicólogo, pero algohabíacambiadoenélylosmédicosnoparecíanservirledeningunaayuda.Porsupuestoyoestuveasu ladoen todomomento,apoyándole,perosevolvióinseguro.Teníamiedodeacabar tansolocomosupadre,quemeacabaseenamorandodeotro.Yantesdedarmecuentamehabíaaislado.—¡Noteentiendo!—leinterrumpióRebecca.—Yosentíamucha lástimaporél.Fueronmuchas lasnochesque lloró

sobre mis hombros porque su madre le hubiera abandonado.Sinceramente,supadreesuncabrónquepegabaalamujer,asíqueselomerecía,perosuabandonocambióaDerek.Noqueríaestarsolo,deseabasiempre estar conmigo, compartir cada minuto a mi lado y me fueapartando de nuestros amigos —confesó alzando la vista—. Estabaaterrado y pensó que controlándome nome alejaría de él. Y consiguiótodo locontrario.Estabaviendo loque intentabahaceryno loconsentí,

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Rebecca. No lo consentí y me fui alejando de él. Eso le enfureció. Sevolvióviolento,tantocomosupadreyduranteuntiempopermanecíjuntoaél.Peroenunaocasiónmediounafuertebofetadaporayudaraunjovenquebuscabaunadirección—murmuró,evitandolamiradadeBeccaysinpodercontrolarqueellabioletemblase—.Durantemuchotiempocrecióbajoelmantodelosmalostratos,viocomosupadretratabaasumadreyqueellapermanecióconéldurantemuchos,muchosañosyquizás,quizáspensóqueutilizandolasmismastécnicas,podríatenermeasulado.Nosécómopiensaunmaltratador,porquecréeme,Derekloes.Esafuelaúnicaocasiónquemelevantólamano.Nadieibaapegarme,aempequeñecermeoanularme,aunasílasconsecuenciasquepaguéfueronmuycaras.Rebeccasepusoenpiealavezquesacabadesucarteraeldineropara

pagar.—Hoyendíaesmuyfácilmanipularunafotografíaynosésimeestás

diciendolaverdadono,soloséquemisamigosquierenalejarmedeél.—Si crees que todo esto es un montaje, ¿por qué has venido? ¿Qué

buscabas, Rebecca? ¿Alguien que pudiera ayudarte? O, ¿una historiasimilar a la tuya? —preguntó, aunque no permitió que respondiera—.Dereknuncamealejódemifamiliaoamigos.Nocontrolómiropa,missalidas o forma de ser. No se lo permití y sabes qué hizo —entoncescomenzó a quitarse el pañuelo que cubría parte de su frente dejando aldescubiertosupiel.Con horror Rebecca observó que la prenda ocultaba marcas de

quemadurasenlafrenteycabeza,dondeyanocrecíaelcuerocabelludo.—¡Casi me quema viva! Y por las marcas de tu cara veo que sigue

sintiendo predilección por desfigurar los rostros de las personas quesupuestamenteama.LajovenapartólavistamientrasNadiavolvíaaponerseelpañuelo.La

creía,muyasupesarcreíaaesadesconocidayvalorabaquehubierasidotanvaliente.Aunasí,habíacosasquenollegabaacomprenderycabezotadesímisma,aúnintentabaconvencersedequeestuvieranhablandodeotrojoven.—Dicesquenotedejastearrastrarporél,pero…pero¡notecreo!¡No

lodenunciaste!Casitemataysiguelibre.QuizásnoseaelmismoDerekdelqueestamoshablando.Lachicatorcióunasonrisa,recogiósuspertenenciasycaminóhaciala

puerta.PeroantessedetuvoaescasoscentímetrosdeRebecca.

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—Cuando desperté de las heridas queme había infligido, tu novio yahabía abandonado el país. Su padre lo ingresó en un internado parajóvenes indisciplinados en Reino Unido. Y ¿sabes qué? Tuve el valorsuficiente paramantenerme fuerte con él, para que nome anulase, perotras el ataque, flaqueé y no encontré las fuerzas necesarias paradenunciarlo. Seguro que tú conoces esa sensación tan bien como yo—confesó Nadia, tomando las manos de la chica y dejando en ellas unaservilletaconunnúmerodeteléfono—.Hazmecaso,aléjatedeél.Rebeccaguardólaservilletaytrassalirdellocalsedirigióalaestación

de metro. Mientras esperaba el tren, observó el teléfono móvil que elchico le había regalado, un número que solo él conocía. Tenía trecellamadasperdidasymásdeunadecenademensajes.Nisiquierasemolestóenleeralgunodeellos.Lanzóelobjetoalasvías.

Eralahoradetomarlasriendasdesuvida.Casi una horamás tarde, estaba en la puerta del hospital donde Tyler

estabaingresado.Nerviosanosabíasientrarovolveracasa.Ladecisiónque tomase cambiaría su vida para siempre, porque ya no habría vueltaatrás.Si se reunía con Tyler, si iba a verlo, estaría dando un portazo a su

relación con Derek, e inevitablemente un torbellino de preguntasatormentabansucabeza.¿Eraesoloquequería?¿Estabalista?¿Seríalosuficientementevaliente

paranovolveratrás?¿Podríaalejarsedeél?Perono sepermitiómáspreguntas.Pensóenel rostrodeNadia, en la

imagen de Tyler entubado en la camilla e inevitablemente sus dedosfueronasurostro,alaheridaqueéllehabíaprovocado.No podía volver atrás. Nadia tenía razón. Era peligroso. Y puede que

nuncamásestuvieratanpreparadacomoenesemomentoparadarelpasoyhabíaunapersonaconquienqueríacompartirlo:Tyler.Dominada por la angustia y el miedo, entró en el hospital. Vio a

compañerosdesupadreeinclusoenfermerasqueenmuchasocasiones—antesdequeSuesecasaraconsupadre—lehicierondecanguro,queleindicaron lahabitacióndeTyyencontróal chico,despierto,mirandoeltelevisor.—Vaya…mealegraverquenotienestanmalaspectocomopensaba—

añadióRebeccaintentandoromperelhielo—.Cuandotevienlacamilla,parecíamuchopeor.

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Tylersonrióyesegestofue tomadopor lachicacomouna invitación.Cerrólapuertatrasella,arrastróunasillajuntoalacamaylemiróalosojos.—SéquefueDerekquienteatacó.PorsupuestoTylertambiénhabíapensadoenél,perolesorprendíaque

lachicaestuvieratansegura.Enesemomento,confesó.LedijolodelasmanchasdesangrequeencontróensusdedoscuandoDerekletomódelamano.Su historia fue breve.Habló cabizbaja, avergonzada, y cuando seatrevió,miróaTyler.—¿Notienesnadaquedecirme?—Soloquierosaberquéesloquevasahacer—seinteresóeljoven—.

¿Hablarásocallaráscomohashechohastaahora?—Estoymuertademiedo…pero,voyairalapolicía.Esloquetengo

quehacer.TylerabrazóaRebeccaalavezqueledabalasgraciasysusurrabaunay

otra vez que por fin había vuelto, tenía los ojos abiertos y veía conclaridad.Becca sonrió y Tyler le dio la tarjeta de la policía que estaba

investigandosuaccidente.EraLuxDanielsydecidió llamarla.Laagentesemostrómuyamableyparasubuenafortunaseencontrabadecaminoalhospitalparahacermáspreguntasalchico,porloquenoeraobligatorioquefueraalacomisaría.—¿No preferirías que te acompañase alguien? ¿Sue, quizás? —se

interesóTyler.—Lahellamado,peronocogeelteléfono.Puedequeestétrabajandoy

lohayadesconectado.Notepreocupes—añadióintentandotranquilizarlo—.Estarébien.Tylediounapretónypocodespuésseencontróconlaagente.Lamujer

fue muy agradable y le hizo detallar todo lo que recordaba. En quémomentollegóDerekjuntoaelladespuésdeloocurrido,cuandoletomólamanoyhastaqueropallevabaelchico.—¿Hayalgomásquequierasdecirme?—seinteresóLux.—¡Rebby!—exclamóTyler—.Estuoportunidad.Habla.SabíamuybienaquésereferíaTy.Alaccidenteocurridoenlasalade

baile. Y durante un instante los labios de la chica se abrieron paraconfesar,perofinalmentenolohizoynegóconungestodecabeza.—¡Estábien!—añadiólaagentecerrandolalibretadondehabíatomado

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notas—. Iremos a interrogar a Derek y averiguaremos que estabahaciendocuandoTylerfuegolpeado.Muchasgracias,Rebecca,cualquiercosaquecreaspuedasernosdeayuda,porfavor,llámame.Ya a solas, la chica evitó lamirada de reproche de Tyler y tomó sus

pertenencias.Erahoraderegresaracasa.—¡Nopudehacerlo!—exclamóenfadada—.Yo…no tengonadaclaro

sobreloquesucedióenlasaladebaile…noloséTy,nosésiyomelobusquéoqué.¡Nolosé!—gritó.—¡Estábien!—añadió el joven convoz calmada—.Hasdadoungran

pasoRebby,ungranpaso.Porfavor,noretrocedasynovuelvasaveraDerek.Espeligroso.Ellaasintióconlágrimasenlosojos.Yasemarchabacuandosegiróyle

dedicóunaspalabrasaTyler.—¡Voyaromperconél!Hoymismo.Sinolohago,metemoquenunca

serécapazdeescapar.RebeccasemarchóhaciendooídossordosalaspalabrasdeTylerquele

pedíaunayotravezquenohicieranadahastaqueélsalieradelhospital.Ahorateníavalor,debíadarelpasoysemarchóacasa.Cuandollegó,nolesorprendióencontraraDerekesperandocercadelavivienda.Semovíade un lado para otro nervioso y cuando sus miradas se cruzaron, ellatemblódemiedo,mientrasqueelgestodeélseendureciómuchomás.—¿Dónde has estado? —preguntó tomándola del brazo—. ¡Te he

llamadounadecenadeveces!¿Paraquétienesmóvil?¡Telodiparasaberdóndeestabas!—¡Bastaya!—gruñóRebeccaliberándosedeélyencaminándosehacia

la entrada de la vivienda. Estaba huyendo y decidió no hacerlomás. Segiróyseencaróconél—.HeestadoconNadiaymehaayudadoaabrirlosojos.Yonosoyimportanteparati,estoyseguradequenisiquieramequieres, porque las personasque se aman, no sedañan.Ymirami cara.¡Túmelohiciste!—¡Tehanlavadoelcerebro!Esazorralopagarácaro.—¿Qué vas a hacer?—protestó con los brazos cruzados—. ¿Pegarle?

¿No te bastó con quemarle la cara? Esto se acabó, no quiero volver asabernadade ti,¿meoyes?Lonuestrosehaacabado,ha terminado.Noquierovolver a verte y si vuelves a acercarte amí, te arrepentirás, ¿meoyes?¡Notequieroamilado!Pero sus palabras no asustaban a Derek, sino todo lo contrario, pero

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entoncesuncochenegroaparcóenelcaminodeentradaydeélsalió laagenteLuxDanielsencompañíadeunrobustopolicía.—Tupadrenosdijoquepodríamosencontrarteaquí—añadiómirando

alchico.—¿Has llamado a la poli?—preguntó aBecca, pero ella negó con un

gestodecabeza.—Tenemos que hacerte unas preguntas sobre Tyler Woods y dónde

estabascuandofueatacado.—¡Subealcoche,chaval!—ordenóelagente.Rebecca dio gracias porque los policías hubieran aparecido en ese

momento. Temía echarse atrás, pero ya había dado el paso. Por fin eralibre.Sue no llegó hasta bien entrada la noche y con sorpresa encontró a

Rebeccaenlacocina,preparandolacena.—¡Porfinllegas!—exclamóBecca—.Tehellamadounpardeveces.—Lo siento, no he tenido cobertura. He esperado horas en un taller

mecánicomientrasarreglabanelcoche—confesótomandoasientoenuntaburete, sin dar más explicaciones. No quería decirle a nadie que ellamisma había roto el cristal tras leer un mensaje que la perturbóconsiderablemente—.Pareces…no sé, diferente y veo que has hecho lacena.¿Quécelebramos?Rebeccaguardósilenciouninstantemientrasservíalaensalada.—¡HedejadoaDerek!—admitióysesintióbien.Erareal,ahoraquelo

decíaenvozalta,queseloconfesabaalaspersonasqueleimportaban,leparecíamásrealquenunca—.Puedequeseaduro,peroséquehetomadoladecisióncorrecta…porque…porqueapesardetodo,desaberquenoesbuenapersona,deldañoquemehahecho,derompermeelcorazónypartirme en mil pedazos, no puedo evitar sentir algo hacia él einevitablementemepreguntoquéesloquemepasaysiconseguirésaliradelante.Suetomólasmanosdelachicaparareconfortarla.—Sécómotesientes.Tienesmiedo,alegría,tesienteslibreyalavezte

vesincapazdecreerloqueestásucediendo.Peroesreal,Becca,loesyescierto que vendrán momentos difíciles, pero estamos contigo. Todos teapoyaremos—laanimódeslizandoelbrazoporloshombros—.Hassido

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muyvaliente.Rebeccaasintió.Eraincapazdehablar;temíaquesilohacía,nodejaría

de llorar en mucho tiempo y no quería hacer eso. Deseaba ser fuerte.Teníaqueserlo.—Quieroqueescuchesloquetevoyadecirylorecuerdescadadíaal

levantarteycadanochealacostarte—dijotomandoelrostrodelachicaentre susmanos—.Puedequeahoraestéshechamilpedazosy séque tecerrarás,queteampararásenlasoledad,yesonoesmalo,séquelovasanecesitarduranteuntiempo.Estarsolacontigomisma,puesenlosúltimosmesesnohassido túy tienesquevolvera rescatarte.Escucha,Becca,séque teprometerásnoamar,quedesearásnoenamorartenuncamásparano volver a hacerte pedazos e incluso lucharás contra tus sentimientos.Perocréeme,algúndía,todoestoquedaráatrásyhallarásalapersonaquelograrárecomponertualmaypegarcadatrozodetucorazón—susurrómientras la estrechaba entre sus brazos—. No tengas prisa, algún díallegará, pero sobre todo, recuerda que no estás sola. Siempre podráscontarconmigo,tupadreyamigos.

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Sue

Tras la cena de la noche anterior, Sue y Rebecca compartieron más

momentoscomolosdehaceaños,hastavieronunapelículaycomentaronsobre ella. Después se fueron a descansar y durante una noche, Sue noaccedióalcorreo.Temíaencontrarseelmensajedealgúnpiradoodesuacosador, y no deseaba volver a esa realidad. Estaba eufórica porqueRebeccahubierapuestofinalarelaciónconDerekyeraloqueimportaba.Yaligualquehicieradurantelasúltimasmañanas,lamujerllevóencochealachicaenelinstituto.—¡Vendréarecogerte!—lerecordóSue—.Elcastigoaúnsigueenpie.Rebeccasonrióyasintió.Cualfuelasorpresadelachicaalencontrarse

trasellaaCallie,EmmayTristán.Los treshabían recibido lanoticiadeTylersobresudecisióndedejaraDerekylahistoriaeralacomidilladelcentro.Hacíaunratolehabíavistoenactitudmuycariñosaconunanovataquehacíagrandesesfuerzosporentrarenelequipodeanimadoras.—¿Volverásadanzar?—seinteresóEmma.—¡Para!—leordenóCallie.—Nohedichonadamalo—sedefendióEmma—.Peroahoraquepor

fin ha echado de su vida a ese gilipollas es normal queme pregunte sivolveráapracticarloquemáslegusta.

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EltimbredeliniciodeclasesalvóaRebeccaderesponderalapreguntadeEmma,puesellayTristánsemarcharonatodaprisaaclase,mientrasqueenelpasillosoloquedaronBeccayCallie.—Ledijequenofuera tanbrusca,peroyasabescomoes.Yrealmente

nosotrasno sabemosquées loquehapasado…puedeque fueraverdadquetecansarásdebailar.RebeccatomólasmanosdeCallie.—Volveréadanzar…enrealidad,nuncalohedejado.Lacarade lachica se iluminóydecidieronencontrarseen lahoradel

almuerzoenlasaladedanza.Callieleprometióqueleayudaríaaponerseenforma.Ytrasdespedirse,lasamigasfueronasusrespectivasclases.Tras dar un par de vueltas, finalmente Sue logró encontrar un

aparcamientocercadelacomisaría.LaagenteLuxlahabíacitadoparaesamañanayteníaalgoquemostrarle.Unnuevomensajedesuacosador.En esta ocasión no decía nada, ni siquiera adjuntaba fotos, solo le

acompañaba la dirección a una página externa. Cuando Sue clicó en elenlace, apareció una Web donde únicamente había una cuenta atrás. Ysegúnloscálculos,eserelojdenúmerosdigitalesdeunintensorojosobrefondonegro,llegaríaasufinencuatrodías.Era una cuenta atrás y eso le asustaba. Esperaba que la agente tuviera

algunasnoticiasypudieraayudarla.Finalmenteaccedióa lacomisaríaycuál fue lasorpresaalverqueno

estabasola:Tracy,SamyRemyestabanallí.Eufóricacorrióhaciasusamigosylosabrazó.Normalmentechateaban

cadaquincedíasysolíanverseenocasionesespeciales,comoNavidadoAccióndeGraciasyparanadaesperabaverlosallí,muchomenosporqueSuenoleshabíadichonadacontaldenopreocuparlos.—Nos hemos enterado de las amenazas—confesóRemy—. ¿Cómo te

encuentras?SuesequedósinpalabrasymiródirectamenteaLux.—Tengonoticiasparatodos.Vayamosaunasaladondepodamoshablar.Elgrupofuellevadoaunahabitaciónylaagentelesdejóasolasunos

minutos.EsetiempofueaprovechadoparaponersealdíaySuelesrelatólosucedidoenlosúltimosdías.Cuandolapolicíaregresó,lohizoconcaféyalgunosdulces.

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—Graciaspordarmelainformacióndelúltimocorreo—añadióLuxendirección a Sue—. En efecto, tienes razón. La cuenta atrás termina encuatrodías.¿Esafechaosdicealgo?ElgrupointercambiómiradasyfueSamquienrespondió.—EncuatrodíasharáotroañomásdesdeloquelesucedióaEllen—en

estemomento intercambióunamiradaconSue—.Elmomentoenelquetodoterminó.Laagenteasintió.Porsupuestoellayahabíarelacionadolafecha,pero

queríasabersialguienmáspensabadelamismamanera.—Si os he reunido a todos es porque necesito que los próximos días

seáis más cuidadosos y aunque solo Sue ha recibido amenazas, todosestuvisteisinvolucradosenloscrímenesquesesucedieroncuandoEllen…bueno,cuandosucediótodo—añadióojeandounarchivoqueteníaensusmanos—.Séqueesunaépocaquenodeseáisrecordar,vivisteisuncursomuydifícilyeraismuy jóvenes,perodadas las circunstancias,me temoquetengoqueremoverelpasado.Todaslasmiradasdelgrupoestabanfijasenlaagente.Estaaguardóun

instanteycuandoelgrupoasintió,prosiguió.—Uno de los implicados en los acontecimientos de aquel año está

muerto,yoloséyvosotrostambién.Séqueacudisteisasuentierro.—¡Necesitábamos saber que ese gran hijo de puta estaba muerto! —

protestó Remy y solo la mano de Sam entrelazada con la suya, logrócalmarlo.—Perohacedosmeseshuboun incidenteen…—Luxsuspiróa lavez

que lanzaba el archivo a la mesa—. El otro implicado, quizás el máspeligroso,escapó.Nolohesabidohastaahora,yaqueesuncasoantiguoynoperteneceanuestrajurisdicción.—¡Dosmeses!—exclamóTracyasustada,alavezquetomabalamano

deSue—.Tiemposuficienteparalocalizarnos,conocernuestrasrutinasyterminarloqueensumomentotodosevitamos.LaagenteLuxasintió.Rebeccahacíatiempoquenoreíacomoeneseinstante.Habíapasadoun

grato momento con Emma y Callie. Habían bailado y practicado susmovimientospreferidos,erafelizyningunaquisoenturbiaresemomentohablandodelosucedidodesdequesuamistadserompiera.

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Nohuboreproches,nipreguntas,actuaroncomosilosúltimosmesesnohubieranexistidoyRebeccaloagradeció.Sabíaquenosiemprepodríaserasí. Debía hacer frente a la realidad; también estaba pensando en ir aterapia, pero por elmomento, solo quería olvidar y cuando bailaba, noexistíanadamás.Así pues, no le importó quedarse sola unosminutosmásmientras sus

amigasseguíanconsuvidasocial.Lahabíaninvitadoairalcine,dondeles esperaba Tristán, pero Becca rechazó la oferta y prometió que severíanmañana.ElhorarioescolaryahabíaterminadoyaunqueSuelehabíaprometido

recogerla, lachica leescribiópidiéndolepermisoparaestarmás tiempoconsusamigasyalamujerleparecióbien.Sin embargo, Emma y Callie ya se habían ido. En el centro solo

quedaban los alumnos que practicaban deportes o alguna actividadextraescolarydecidióqueeramomentodevolveracasa.Comenzóarecogersuspertenenciasysedirigióalapuerta,peroenese

instante,Derekentróenlasala.—Nopuedo creer queme estés haciendo esto—dijo caminandohacia

ella—.Contodoloquehesacrificadoporti.Hededicadocadaminutoaestar contigo, hasta dejé de salir con mis amigos por compartir cadaalientodemividayasímelopagas—protestótomándoladelosbrazos—. ¡Dejándome! ¡Tratándomecomoun criminal!Diciendo a la poli quemismanosestabanllenasdesangre,queyogolpeéaTyler.—Basta Derek, me estás haciendo daño. ¡Suéltame! Si no lo haces,

gritaré,¿meoyes?¿Esloquequieres?—¡Lo que quiero saber es qué ha pasado! ¿Por qué has dejado de

quererme, Rebecca? ¿Por qué? ¿Te estás follando a otro? Eso es, ¿no?EstásconTyler,siemprehasestadocoladaporélysiempreteenfadabasconmigocuandotepedíaquenolemirases,quenolehablases.¡Yolohehechoporti!¡Hedejadodemiraraotrasmujeres!—¡Socorro! ¡Quealguienmeayude!—gritóe intentóchillarmásalto,

perolamanodeDerekleimpidióhablar.—Yo teamo,Rebecca,eresmivida, ¡mivida!Ynopuedoestar sin ti;

pensarenestaralejadodetuslabios,tusmanos,¡mevuelveloco!Rebecca comenzó a forcejear. Intentó liberarse del joven, pero él era

muchomásfuerte.Conunodesusbrazoslarodeóporlacintura,mientrasqueconlaotramanoaúnlecubríalaboca.Yapesardetodaslaspataletas

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de Rebecca y los puñetazos que le propinó, no consiguió nada. Dereklogróarrastrarlaalbañoycerrólapuertatrasellos.Trasuna largaconversacióncon la agenteLuxy lasprecaucionesque

tomaríanapartirdeahora,Sue,Tracy,RemyySam,tomabanunatazadecaféenunlocalcercano.—¡Nopuedocreerqueestésucediendodenuevo!—selamentóTracy,a

lavezquesemasajeabalassienes—.Penséqueyahabíaacabado.Todosasintieron,peroningunodijonada.Eraevidentequenodeseaban

removermás el pasado y esperaban que todo el asunto llegase a su fincuantoantes.—¿Estarásbien?—lepreguntóRemyaSue—.Nosestamosquedandoen

un hotel, pero si no te sientes segura o necesitas algo, solo tienes quedecírmelo.—Clarkyaestádecamino.Llegaráendoshorasyhededecirqueme

sientorealmentemolestaporqueosestéisquedandoenunhotel,enlugardemicasa,cuandosabéisquetenemosespaciodesobra.—¡Queríamos darte una sorpresa! —confesó Sam—. Aunque

encontrarnosenlacomisaríanohasidoagradable.Suetomóunsorbodesucaféymiróasusamigos.—EstanochehablaréconClark.Tengoquecontarlelaverdad,incluido

loquepasóaquelcurso…peromañanaosquieroatodosencasa.SusamigosapoyaronsusmanossobrelasdeSue,alavezqueasentían.—Tengoquedejaros.EstoypreocupadaporBecca;ayerdejóasunovio

ymegustaríasaberquesiguebien.Sedespidieron,aunqueprometieronversemañanaaprimerahoraenel

hoteldondesehospedaban.Cuando Sue llegó a casa, escuchó cierto revuelo en la habitación de

Rebeccaypresurosacorrióaella.Encontróalachicavistiendounampliochándalyrodeadadevariascajas,ademásderopaporelsuelo.Enel interiorde las cajas lanzabademalagana todos los regalosque

Dereklehabíaobsequiadodurantesurelación,inclusoropa.—¡Becca!—susurróSue—.¿Teencuentrasbien?—Soloestoyhaciendoalgodelimpiezaydeshaciéndomedetodoloque

me recuerde a él —confesó con rabia en la voz, pero este tono seconvirtióendesesperaciónylachicaacabótiradaenelsuelo,conlamano

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cubriéndole la cara donde intentaba amortiguar un sollozo—. Hecometidoungranerror.Sue tomó asiento junto a la muchacha y deslizó su brazo por los

hombros.Gratamentecomprobóquenolarechazaba.—¡MeheacostadoconDerek!—mintió.NoseatrevióamiraraSueala

cara.Nopodíahacerlo.Temíaquesilohacía,descubriríaqueelsexonohabíasidoconsentido…queenrealidadlahabíaviolado—.Losiento…tehe decepcionado… yo, no sé cómo ha pasado, pero estoy muyavergonzadadeello.¡Deverdadquelosiento!Sue no dijo nada. La chica estaba desamparada. Necesitaba apoyo y

ánimos,yfueloqueledio.—No te preocupes, cariño, todos cometemos errores. Quizás este

encuentrotehayaservidoparaaclarartussentimientosydescubrirquenoloamas.Beccaseseparódelamujer.Aspiróyexpiróunpardevecescontalde

calmarseylamiró.—Lotengoclaro,noquierovolveraverlonuncamás—hizounabreve

pausa.AúnteníaqueconfesaralgomásynosabíacómoselotomaríaSue—.¡Notomamosprecauciones!¡Deverdadquelosiento!—confesóalavezquesollozaba—.¿Quéharésiestoyembarazada?Suevolvióaabrazarla.Ahoranoeraelmomentoparahablarsobresexo

seguro.Rebeccaestabadestrozada;lanecesitabaypensabadarlesuapoyo.—Estábien,notepreocupes.Esteseránuestrosecreto.Noquieroquese

locuentesatupadre,perovoyairaporlapíldoradeldíadespués.Perotienesqueprometermequenunca,nuncamás,harásalgocomolodehoy.La chica asintió aliviada. Al menos no debería preocuparse por un

embarazonodeseado…perotodavíaestabaeltemadelaviolación.¿Quéhacía?¿Denunciabaoguardabasilencio?Muchaseran laspreguntasqueagolpabansumente.El restode la tarde, tantoSuecomoRebecca intentaronseguirconsus

rutinas. La muchacha seguía en su habitación, haciendo limpieza yredecorándola, mientras que Sue estaba encerrada en su estudio,adelantando trabajo. Pero ambas interrumpieron sus quehaceres cuandoescucharonlapuertaabrirseydeseguidolavozdeClarkanunciandoqueestabaencasa.

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Lasdosfueronalaentrada,dondeRebeccaselanzóalosbrazosdesupadrealavezqueleconfesabaqueleechabademenos.Unavezpadreehija se separaron, fue el turno del matrimonio, que tras un beso, sedirigieronalacocina.Clarkleshablóasuhijaymujersobreelviaje,laexperienciayatodos

losdoctoresquehabíaconocido.Por supuestoestabapreocupadoporelataquedehaceunosdías,perohacía tanto tiempoquenoveíaaRebeccasiendoamableconellos,queprefiriódejaresetemaparacuandoSueyélestuvieranasolas.Unavezterminarondeponersealdíaconelviaje,comenzaronahablar

de temas triviales.Habíanpedidocomidachinay laestabansirviendoenplatosparacomertodosjuntosenlamesadelacocina.—HoyhellamadoaTracy—añadióSue.Demomentonoqueríadecirla

verdad y explicar por qué se había encontrado con sus amigos en lacomisaría—.Vanapasarunosdíasenlaciudad.Ella,RemyySam…hepensadoquepodíanquedarseaquí.—Hacíamuchoquenonosvisitaban—añadióRebecca—.Seríagenial

pasarunosdíasconellos.—Sabes que tus amigos siempre son bienvenidos—añadióClark—, y

estaestucasa,cariño,notienesquepedirmepermisoparainvitaranadie.Además,tengoganasdeverlos,hacetiempoquenovienen…—Losé…tienenmuchotrabajo,peroestánpreocupadospormí…por

elataqueyhanpedidounosdíaslibres.En esemomento la conversación se interrumpió cuandoClark recibió

una llamada a su teléfono móvil. Tras disculpare, se dirigió al salón.Mientras esperaba, Rebecca y Sue comenzaron a recoger la mesa. Elhombrenotardóenllegaryalgoenélhabíacambiado,puessugestoeraserio.—Rebecca,veatuhabitación.TengoquehablarconSue.Lachicanoreplicó.Conocíaesetonodevozyestabamuyenfadado,por

loqueobedeció.Aunqueen lugarde irasudormitorio,sequedóen lasescaleras,dondeescuchólaconversación.—¡Dimequelapíldoradeldíadespuésquehascompradohoynoespara

mi hija! —exigió y Sue no pudo evitar preguntarse cómo lo habíadescubierto. Pero era médico, tenía muchos contactos y probablementehastaconocíaalfarmacéuticoqueleatendió—.¿Deverdadpensabasquenoibaenterarme?

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—Pensabacontártelo…—¡Esmihija!—replicóClark—.Eraunadecisión importantey lahas

tomadosinconsultarme.Confiabaenti,Sue,penséqueestabaseducandocorrectamenteamihija,perolodehoy,quenomelohayaspreguntado…—¡Papá!—interrumpióBecca en la cocina—.Estás siendo injusto con

Sue.Ellanohasidoquienhacometidoelerror,sinoyoymehaayudadoentodoloquehapodido.—¡Tú no digas nada! —gruñó sin tan siquiera mirarla—. Sabía que

tenías relacionesperono teconsideraba tan irresponsablecomoparanotomarprecauciones.Teeduquémejorqueeso.Teenseñéatenerencuentalas consecuencias, te hablé de las enfermedades de transmisión sexual,perosolomehasdemostradoquenopuedoconfiarenti.Yahoravete.Rebecca quiso protestar, pero observó el gesto que Sue hacía con la

cabezayvolvióalrellanodelasescaleras.—Siento haberte mentido—confesó Sue—. Pero no he podido hacer

otracosa.Aunquenolocreas,entiendomuybienatuhijayhehechotodocuantohaestadoenmismanosporayudarla,paraqueconfiaseenmí.—¿Esosignificaquetodoservía?¿Quéestabasdispuestasahacerloque

fueraparaseraceptada,paraganartesuconfianza?—preguntóenfadado—.Mehasfallado.SabíaqueloestabaspasandomalconloscambiosqueRebeccaestabasufriendoenlaadolescencia.Séquenosoportabasquedeprontohubieraspasadodeserconsideradasumadre,asumadrastrayquete faltase el respeto. Pero has cometido el peor error que todo padre omadrepuedecometeryeshacerseamigodesushijos.¡Nolosomos,Sue!¡Somossuspadresyesevínculosiemprehadeestarpresente!Sue no dijo nada. Sabía que Clark no comprendería porque había

actuadode talmaneraconRebecca;queríaayudarlaycreíaque lohabíahecho.—¿Hayalgomásquenosepa?—leinterrogóClark—.¿Quémásmehas

ocultado?Dímelo,Sue,prefieroqueloconfiesesantesdequeloaverigüepor mí mismo, porque créeme, acabaré desentrañando todos vuestrossecretos.Lamujernotuvootraopciónquehablar.Leconfesóquehabíacubierto

aRebeccaenlosdíasquehabíafaltadoalosestudioseinclusocuandolaprofesoralemostróeljustificantequeBeccahabíafalsificado.—¿Por qué lo has hecho?—quiso saber Clark. En su tono de voz se

apreciabadesilusión—.Depositélaeducacióndemihijaentiy…ynosé

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porquéhashechotodoesto.—Créeme,tieneunaexplicaciónyconeltiempoloentenderás,perono

puedoarrancarle laverdadaRebecca.Solohequeridoacercarmeaellapara ayudarla y sabía que si era severa con ella, la alejaría más denosotros.—Yporesemotivohasdecididodarletodoloquequiere,malcriándola.

Algo que no he hecho en mi vida —le recriminó—. Yo… dejémoslo,estoycansado,yahablaremosmañana.ClarklediolaespaldaaSue,aunqueescuchólaspalabrasdeestaclaroy

alto.—Laestoyayudando,Clark,losé.Túnolaentiendes,peroyosí.Note

hefallado…nooshefalladoaningunodelosdos.Desde las escaleras, Rebecca escuchó las ahogadas palabras de Sue e

intercambióunamiradaconsupadrecuandoestecaminójuntoaella.—Túyyohablaremosmañana.Nohubomáspalabras.Lachicaescuchócomolapuertadeldormitorio

de supadreySue se cerrabadegolpey ella sedirigió a la cocina.Sueestabaintroduciendolosplatosenellavavajillasysurostroestabateñidoporeldolor.—¡Lo siento!—se disculpó Rebecca—. Hablaré con mi padre. Tú no

tieneslaculpadenada.—EscuchaBecca, no quiero que pienses que todo lo que he hecho ha

sidoparaconvertirmeentuamigayacercarmeati.Megustapensarquenuestra relación pueda ser demadre e hija, porque tumadre ya no estácontigo y me hago una idea de lo sola que debes sentirte en algunascircunstancias—confesó.Sentíalosojosllorososyhacíacuantoestabaensumanopor controlar el llanto—.No importa lo quemehayadicho tupadre, sé por qué he actuado de esta manera que a él le parece tanirresponsable y sé que estoy haciendo lo correcto, sé que te estoyayudando.Rebeccaquisohablar,deciralgo,peroSuenoselopermitió.—Prefieroestarasolas.La chica se marchó a su habitación, donde intentó concentrase en las

tareasqueteníapendiente.El resto de la noche trascurrió con normalidad y aunque era de

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madrugada,Rebeccaeraincapazdeconciliarelsueño.HacíatiempoqueSuehabíasubidoalpisosuperior;trabajabaensuestudioyenunaocasiónqueBeccasalióparairalbaño,observóalamujerconloscascospuestosytrabajandoenunailustración.Perodeesohacíahoras.Nohabíaescuchadolapuertadeldormitoriode

supadreabrirseymuertadecuriosidad,salióalpasillo.ElestudiodeSueestabaalfinaldelpasillo,frentealbañoycuandollegóaél,contemplólapuertacasicerrada.MuydespaciolaabrióyobservóaSuetumbadaenelsofá,cubiertaconunamanta.—¡Eh!—susurróRebecca,llamandosuatención.—¿Quéhacesdespierta?—preguntóSueincorporándose—.Sonlastres

de la madrugada, deberías dormir. Tu padre no te permitirá quedartemañanaencasa.Lachicatomóasientojuntoalamujer.—¿Noteirásalacama?—seinteresó.—Soloestoy tomándomeunapausaconel trabajo.Enbrevevolveréa

ponermeconello.—Sientomucholadiscusióndehoyyqueestéisenfadados.Nuncaoshe

vistodeestamanera.—Bueno,losmatrimoniosdiscuten.Nopuedenestardeacuerdoentodo.RebeccaasintióyevitólamiradadeSue.Ledolíadevolverlelavista.En

surostrosolohabíadolorymuestrasdellantoysesentíaculpableporqueellafueralacausadeladiscusión.—He leído la historia de Ellen—murmuró—. Y me gustaría que me

contaseselresto—confesóehizounapausa—.Sue,nomeengañas.Yanoestás trabajando.Tienes el ordenador apagado. ¿Por qué no vienes amihabitación? Mi cama es lo suficiente amplia para las dos. Sé que estásenfadadaconpapáynoquieresdormirconél.Sue sonrió e hizo caso de la chica. Fue a su habitación. Ambas se

tumbaronenlacamaysecubrieronconlasmantas.Yyaqueningunadelasdoseracapazdeconciliarelsueño,SueaccedióalapeticióndeBecca.YcontinúoconlahistoriadeEllen.

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12

Ellen

Más nerviosa de lo habitual, Ellen no dejaba demirar el reloj. Había

quedadoconMatt a lasnueveyyaeranycuarto. ¿Puedeque sehubieraarrepentidodesucita?Noleextrañaba.Serelnuevonuncaeranadafácily aunque ambos habían encajado muy bien, ahora no era la mejorcompañíasideseabaquesuvidaenelcentrofueramejor.Sus amargos pensamientos se interrumpieron cuando llamaron a la

puerta. Nerviosa corrió hacia ella y al abrirla se encontró conMatt. Elchico llevaba un ramo demargaritas. Un gesto entrañable que provocóquelosojosdeEllensellenasendelágrimas.Hacía mucho tiempo que nadie era tan amable con ella… y ahora

encontraba a alguien a quien no le importaba los errores que habíacometido.Dejándose llevarpor sus sentimientos, se abalanzóhacia elmuchacho,

loabrazóylebesó.Ytrasunossegundosdealocadapasión,seseparódeél,pensandoensucomportamiento.Diounospasoshaciaatrás,peronollegómuchomás,pueselchicolarodeóporlacinturaylaatrajohaciaél.Ambossebesaronmientrasentrabanenlaviviendaycerrabanlapuerta

tras ellos. A trompicones subieron las escaleras hacia la habitación deEllen,dondehicieronelamor.

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No fue hasta las dos de lamañana cuandoEllen despertó y observó aMattvistiéndose.—Mispadres sepreocuparan sipaso toda lanoche fuera—confesó,y

acercándoseaellalebrindóuncariñosobeso—.Peroelfindesemanaesmuylargo.Yestoydeseandocompartircadasegundocontigo.—¡Yo también!—confesó ella, entrelazando susmanos—.Detesto que

tengamosquesepararnos.Hacíatantotiempoquenoeratanfeliz.Elmuchachodeslizósumanopor lanucadeElleny laatrajohaciaél

parabesarladenuevo.Despuésdeesosedespidieron.Ellaregresóasudormitorioysedejócaersobrelacama.Lassábanas

aúndesprendíanlafraganciadeMattyfeliz,seenvolvióconellasalavezque rememoraba elmomento.Lasmanos del joven deslizándose por sucuerpo,mientras ella se deleitaba en conocerlomejor y poco a poco sedesprendían de las prendas que les impedían sentirse. El encuentro fuemuy grato. No era la primera vez para Ellen e intuía que para Matttampoco,debidoalaexperienciaconlaquesehabíadesenvuelto.Había sido especial y no quería volver a la realidad.Así pues cuando

recibióunmensajeensuteléfonomóvil,loignoró.Noqueríasabernadadenadie.Y trasunosminutos recibióuna llamada.LanzandounamargosuspirótomóelteléfonoyobservóquéeraRemyquienllamaba.—¡Sonlastresdelamadrugada!—replicóenfurruñada.—Meimaginoquenohasleídomimensaje—confesó,yEllenadvirtió

tristezaensuvoz—.Estonoesfácildedeciryestoyyendodecaminoatucasa.—¡Me estás asustando! —confesó y Remy no dijo nada. Ellen solo

escuchaba su respiración acelerada, debido a su caminar. Intuía quedeseaballegarcuantoantesjuntoaella—.Remy,¿quéestápasando?—¡Jimhamuerto!¡Hamuerto!¡Hamuerto!¡Hamuerto!Esas dos palabras se repetían una y otra vez en su cabeza. Entonces

llamaron a la puerta y cuando la abrió se encontró a Remy. Respirabaforzosamenteyteníalosojosenrojecidos.—¡Lo siento!—confesó el muchacho y envolvió en sus brazos a una

desconsoladaEllen.Segúnlosmédicos,Jimmuriódebidoaunainsuficienciarespiratoriay

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fueron incapaces de reanimarlo. Para Ellen y sus amigos fue un golpeduro.Todospensabanqueibaasaliradelante,peroseequivocaronylossiguientesdíasnofueronmejores.Conmotivo del entierro, lamadre y hermana de Ellen acudieron a la

ciudad.Eralaprimeravezquevolvíaaencontrarseconambasenunañoypensaba que el tiempo, quizás, había curado las heridas, pero no habíasidoasí.Sumadre se comportaba con ella demanera indiferente,mientras que

Claire ni tan siquiera le dirigía la palabra. Por eso mismo, desde sullegada,Ellenhabíapasadomástiempoencasadesustíosytambiénenelmar,sorteandolasolasintentandoahogarsuspenas.Alahoradelentierrotodosestabanenelcementerio:lospadresdeJim,

el equipo de baloncesto, Glen, Tracy, Sam, Claire, los padres de EllenademásdelosdeotroschicosytambiénRemy,juntoalamuchacha.Por supuestoMatthewhabíaquerido estar con ella enunmomento tan

difícil,pero losdoscoincidíanenquenoeraapropiado,enespecialporGlen,queandabamásdescontroladodesdelamuertedeljoven.La mano de Remy se cerró con fuerza sobre la de Ellen cuando

comenzaron a bajar el ataúd. En ese instante los ojos de la chicaderramaronlágrimassilenciosasymásquenuncaensuvidadeseóestarenotrolugar.Peronopodíaescapardeaquelloyaligualquelosdemás,sedirigióalvelatorio.—Voy a saludar al hermano de Jim —le dijo Remy, una vez en la

vivienda—.¿Estarásbien?Asintióycaminóhaciaunamesaaporunabebidaymiróasualrededor.

Parte de lamayoría de losmuebles del salón habían desaparecido paradejarespacioalasmesasconcomidaysalvoporalgúnsofáysillas,nohabíanadamás.ApocodistanciareparóenGlen.Tracyibaconél,agarradoasubrazoy

ambas intercambiaron una mirada. No se habían vuelto a hablar. Nisiquiera un suceso tan triste había logrado arrancarle unas palabras deánimoyesoladesconsolabamuchomás.SuhermanatambiénestabaconellosyparecíasentirsemuyagustoencompañíadeGlen.Sinduda,Clairehabía cambiado.Yano semostraba tímida, nimiedosa…en realidad, nisiquierareconocíaasuhermana.Sintiendoquelefaltabaelaire,salióalporchedelanterodondeaspiróy

expiróunpardevecescontalderespirarconnormalidad.

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—¿CómotesientesalsaberqueereslaculpabledequeJimacabaseenelhospital?—preguntóClairetrasella.Cuandosegiró,tuvoquemirarbienasuhermana,puesleresultabaimposiblequetantoodiosalieradesuboca—.Vaaserciertoesoquedicenqueelkarmaesunagranzorra.Túmejodiste,peroalmenosmiconcienciapuededescansar tranquila todas lasnoches.Ellensedirigióalasalida.Yabajabalosprimerosescalonesdelporche,

perosedetuvo.Noibaadejarsemaltratardeesamanera.—Parece que has madurado durante este año y me alegro, y siento

muchohabertehechodaño.Peroabrelosojosdeunamalditavez.NolegustabasaJimylosiento.Ysinosehubieraenrolladoconmigo,habríasidootra.Maduradeunavez—escupiódemalamaneraysefue.Mientras caminaba le envió un mensaje a Remy explicándole que no

aguantabamásestarallí.Alllegarasucasadescubrióquenoestabasola.Sus padres ya habían vuelto y como era habitual en ellos, estabandiscutiendo.—¡Hapasadomásdeunaño!—dijosupadre—.Todavíapodemosparar

el divorcio, por favor, Alice, dame otra oportunidad. Ellen y yo nos lamerecemos.—¿Sabescuántohasufridotuhijaenesteaño?—preguntólamujersin

permitirleresponder—.Intentósuicidarse,John,casisequitólavida.Heestadoveinticuatrohoraspendientedeelladurantetodoelañoyahoraporfinvuelveavivirysecomportacomounaadolescentecomúnycorriente.Pero no sé cómo le afectará esta visita… yo no quería venir, pero ellainsistió.—PeroEllen tambiénes tuhija.YClaire tienequehacersemás fuerte.

Nopuedocreerquehayaactuadodeestamaneraporunchico.—¡No te das cuenta!—gritó—. Todo esto ha sido por culpa de Ellen.

Elladestrozóanuestrahija,John.Aúnmepreguntocómolehizoesoasuhermana sabiendo lo sensibleyvulnerablequees—confesó, incapazdeaguantar el llanto. En este punto, Ellen comprendió por quien sentíapredilecciónsumadreyquenadadeloquehicieraibaadevolvérsela—.Nohaymásquéhablar,mañananosmarchamos.Lamuchachanoquisoescucharnadamás.Supadreseguía replicando,

intentando arreglar algo que evidentemente su madre había zanjado.Sigilosa fue a su habitación, se cambió y tras vestir un bikini, unosvaqueros y una camisa, se marchó a la playa. Antes de irse envío un

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mensajeaMatthewesperandoquepudieraencontrarseconella.Lehubieragustadohabersepresentadoencasadeél,peronoconocíasuviviendaysiemprequeseencontrabanlohacíanensucasaoenotrosespacios.Dejóunatoallaenelsuelo,selanzóalaguaparanadarypermanecióen

elmar largo tiempo, hasta que escuchó que la llamaban.Matthew habíaacudidoyeufóricanadóalaorilla.Cuandosalióleesperabaconlatoallaen mano y la envolvió con ella, en el mismo instante en el que dosadolescentes caminaron junto a ellos y lanzaron lujuriosasmiradas a lachica.—Nomegustaquenadiemiredeesamaneraaminovia—confesóMatt

mientras frotaba los brazos de la chica—. ¡Eres mía y solo yo quieromirarte!LaeuforiadeElleneratalporqueelchicolaconsiderasesunovia,que

nohabíaescuchadoelrestodelaspalabrasdeljovennieltonoautoritarioconelquesereferíaaella.HabíantrascurridotressemanasdesdelamuertedeJimylavidaseguía

para los demás, casi con normalidad. Ellen seguía excluida de la vidasocial en el instituto; apenas nadie hablaba con ella, pero al menos lasbromaspesadashabían terminadoyyanomolestabanaSam,por loqueen alguna que otra ocasión, ella yMatthew se permitían comer con loschicos.Yesamañanaeraunade tantasotras, aunque lanoche seríaespecialy

Ellen estaba deseando que llegase. Habría una gran luna llena y sepredecían enormes olas. Habría una fiesta en la playa con fuegosartificiales, hogueras y surf, por supuesto. No veía el momento decompartirlasolasconRemyySam,puessienalgonohabíancambiadolascosas,eralarelaciónqueTracymanteníaconellos.Lachicaseguíaalejadadelgrupo,aunqueúltimamenteselehabíavisto

solamás de lo común y aGlen acompañada de una de las animadoras.Habíarumoresalrespecto,sobreunaalocadafiestadondeGlenbebiódemásyacabóconlaatractivapelirroja.Peroporelmomento,soloerauncotilleo.—¡Estoydeseandoquepaseeldía!—confesóEllen.Juntoaellaestaba

Matthew, coqueteando con los botones de la camisa de la chica yobservandoelcanalillodeesta—.Eh,quizásdeberíamosdejarlasmanitasparamás tarde, cuandoestemos solos—añadiócerrandodeungolpe la

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taquillaydevolviendolamiradaalchico.—Meencantatupiel,estansuave.Yverquéocultaestaprendasolohace

quemeexcitemuchomásyquieraarrancártela,aunquenomegustaqueotrospuedan sentirdeseospor loque tusprendasdejanver—murmuróconelceñofruncido,alavezquecerrabatodolosbotonesdelacamisadelachica.—Oye,rubia,nosveremosestanoche,¿verdad?—preguntóunjovende

ojos ligeramente rasgados y piel tostada debido a las horas que pasabasurfeando—.Estanochevoyadarteunapaliza.¡Nomeganarás!—¡Miracomo tiemblo!—exclamóEllenmostrándole la firmezade su

mano—.Quizásenestaocasióndeberíamosapostar.Meencantatutabla,Lou,esoscolorestanllamativossonespectaculares.—Tú lo has querido, rubia —añadió estrellando el puño con ella—.

Quien gane esta noche, se llevará la tabla del otro. Ah —continuóimpidiéndole hablar—. Pero añado una condición. Deberás llevar unbonitotrajedebañoquehagajuegoconmitabla.Ellen puso los ojos en blanco y asintió. Sin embargo, su buen humor

desapareciócuandoseencontróconelgestoceñudodeMatthew.—Pensabaquehoyiríamosalcine—murmuróelchicoconvozapenada

—.Vamostodoslosviernes.—¡Losiento!—sedisculpópresurosa—.Loheolvidadoporcompleto.

Eres nuevo y no lo sabes, pero hoy es una gran noche para todos lossurfistas. Una gran luna, el océano iluminado por sus rayos, hoguera,fuegosartificiales.¡Nuncamelopierdo!—Yo nunca olvido nuestras citas. Es más, estoy deseando que llegue

cadamomentoquepodemosdisfrutarasolas.Tequiero…peroalparecertúnomequieresdelamismamanera.—¡Matt!—añadióellademaneradulce—.Claroquetequieroynosabes

cuánto, perohepensadoqueunviernespodríamoshacer algodiferente.Venalafiestayhastapuedoenseñarteasurfear.Élrespondióconunresoplido.Eltimbredeliniciodelasclasesdiopor

terminadalaconversación.Ellennitansiquierapudoreplicar,yaqueMattlediolaespalda.Yconunatristesensaciónrecorriendocadacentímetrodesucuerpo,continuóconlarutinadeldía.Unade las clases preferidas deEllen era la de literatura.Le encantaba

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leer,conocerotrashistorias,amores,desamores,dramas, finales felices.Sentíainterésporlamentedeescritoresyelsentimientoquelesllevabaaplasmar lo que veían en su cabeza. En parte se sentía identificada conellos,yaquesentíaalgosimilarcuandoilustraba.Pero hoy no estaba centrada. La conversación con Matt la había

perturbado y no podía olvidarse de su cara de decepción. No veía elmomento de que acabaran las clases y llegase la hora del almuerzo.Entoncespodríahablarconéleintentarsolucionarlascosas.Trasmediahoramás,queaEllenleparecióundíacompleto,eltimbre

sonó y salió de clase. Aún quedaba otra hora para el descanso delmediodía y esperaba que la siguiente asignatura no se le hiciera tanpesada. Siempre podría hacer pellas, pero no era buena idea si queríaconseguirbuenasnotasparamarcharseaestudiaralaotrapuntadelpaís,lomáslejosdesufamilia.Descartó la idea, fue al baño y escuchó un llanto que le resultaba

familiar.—¡¿Tracy?!—inquirió,acercándosealprimercubículo—.¿Estásbien?Entonceslapuertaseabrióyencontróasuamigallorando.—¡Glen me ha engañado! —confesó—. Lo siento —se disculpó

echándose a llorar y lanzándose a los brazos de su amiga—.Por favor,perdóname. Tú siempre has sido mi mejor amiga y yo… te he tratadofatal…—Tranquila,nopasanada—laconsolóyaunqueleentristecióalverla

tandesconsolada,sesentíafelizporhaberrecuperadoasumejoramiga.Finalmente, ni Tracy ni Ellen acudieron a la siguiente clase. Ellen no

podíadejarasuamigaentalestado,necesitabahablar,encontrarconsueloyellayabuscaríaalgunaexcusaparajustificarsufalta.Trascasiunahorade palabras de ánimos, abrazos y más disculpas por parte de Tracy, lachicaestabamuchomejoryllególahoradelalmuerzo.—Remyyalosabe—confesóTracy—.Ynohapuestoningunapegaen

que lo acompañe a él y a Sam a la hora de comer, pero estoy tanavergonzada.¿CómovoyamiraraSamdespuésdenohacernadaporél?—Conozcoamiprimoyséqueteperdonará.Ysitesientesmejor,Matt

yyotambiénosacompañaremos.Tracyasintióyprometieronencontrarseenunosminutos.Rebosantede

alegría,EllenfueenbuscadeMatthew,quecomoesperaba,yaestabaenelcomedor,enunaapartadamesa.

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—¡Rubia!—escuchó que la llamabaLou captando la atención de granpartedelosalumnos,incluidosunovio—.Noolvideslaapuesta.Yollevolatablaytúunatuendosexy.Ellenselimitóaresponderconunasonrisa.Matthewyaestabaenfadado

ynoqueríamolestarlomásañadiendomássala laherida.Ahora loquemás deseaba era confesarle que estaba recuperando a sus amigos y quetrassemanasinfernales,porfinsuvidavolvíaasucauce.—Tracyme ha pedido perdón—confesó con voz dulce—.Glen la ha

dejado,estabaenelbañoylohemossolucionado.Matt le lanzó una severa mirada. Dejó la bandeja de su comida en la

mesa y sin tan siquiera dirigirle la palabra, volvió a los pasillos delcentro.Ellen, enfadada, lo siguió y ya alejados de los ojos curiosos de los

demás,letomódelbrazoobligándoleadetenerseygirarse.—¿Se puede saber qué te pasa? Sé que estás enfadado por lo de esta

noche…—¡Eso no es cierto! —le interrumpió—. Estoy dolido, que es un

sentimiento muy diferente. El viernes es un día especial, es cuandoempieza el fin de semana, cuando podemos pasar más tiempo juntos yparamí iralcinealaire libre todos losviernes, significaqueempiezannuestrosmomentos—hizounabrevepausa—.Ysientomuchoqueparatinosignifiquelomismoqueparamí.LaspalabrasdeMatthewprovocaronungransentimientodetristezaen

Ellen.Unterriblenudoenlagargantaleimpedíahablarysentíalosojosarder.—SobreTracy…¿realmenteestuamiga?Quierodecir,ahoraqueseha

quedadosolaescuandoporfinseacuerdadeti,cuandovuelveasolicitartuamistadynoolvidesquetediolaespalda.Nocreyóquesuexnovioteatacase ni te reconfortó cuando tu madre y hermana estuvieron aquí,sabiendolodifícilqueteníaqueserparati—lanzóunsuspiroysequitólasgafasparafrotarselosojos—.Noestoyenfadado,Ellen,solodolidoporque no seas capaz de ver a las personas a las que realmente leimportas,comoamí.Despuésdeeso,elmuchachonodijonadamásysemarchó.Lachicalo

buscódurantelashorasrestantes,peronoloencontróporloquededujoquesehabíamarchadoacasa.Entristecidaytrasllegaralfindeundíaagotador,seencaminóhaciasu

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casa.PeroensucaminosecruzóTracy.—¿Dónde has estado?—preguntómuchomás animada que cuando la

encontróenelbaño—.Tebusquédurantelacomida.Oye,hepensadoquepodríamos ir de tiendas y comprarnos unos bonitos bikinis para estanoche.Esomeanimará.—Ve tú, no tengoganas—confesó y siguió su camino, peroTracy se

pusodelanteeimpidióquecontinuase.—¿Quéteocurre?Estabaspletóricahaceunashoras,porfinvolvíamos

aseramigasyahoraeresincapazdemirarmealacara.EscuchaEllen,hesido una necia y lo siento.Me arrepientomucho de lo que te he hecho,peroserémejoramigaapartirdeahora,tecompensaré.—No te molestes —respondió Ellen, evitando su mirada y con los

brazoscruzados—.Noquieroaalguiencomotúamiladoquenoestéenlosmalosmomentos,quesedeshagademícomosituvieralapeste.Ahoraque estás sola recurres a nuestra amistad, pero ya es demasiado tarde.¡Ahorasoyyolaquenodeseasertuamiga!Tracy no dijo nada. Se apartó cuando Ellen comenzó a caminar e

inmediatamentetomósuteléfonoyempezóaescribiraMatt.Herecapacitadoyteníasrazón.Laspersonasalasquelesimportonose

alejandemí.Teesperoencasaalasdiez.Iremosalcine.Conlallegadadelanocheungrangrupodeadolescentessereunióenla

playa.Variashoguerasiluminabanlazonayungrannúmerodechicosychicasestabanenelagua,consustablas,esperandolasolas.RemyySamestabanallí,einclusoTracy,aquienprácticamentehabían

tenidoquearrastrar.Loschicossabíanqueunratodediversiónlevendríabien; esperaban que olvidase al necio deGlen y la discusión conEllen.Estoúltimolesteníamáspreocupado,peroesperabaquelariñaentreellasnofuesenadaserioyprontovolvieranaserlasmejoresamigas.En ese instante se les acercó Lou, que al igual que los demás, tomó

asientoenlatablamientrasesperabanlasolas.—¿Ellennohavenido?—seinteresó,recordandolaapuesta.—No se encontraba bien—confesó Remy. Era lo único que le había

dichoEllenypormuchosmensajesqueél lehabíaenviadoe incluso lallamó hasta en una decena de ocasiones, ella no respondió—. Soloestamoslostres.

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—Tú y Ellen sois tontas eligiendo a los chicos —añadió LoudirigiéndoseaTracy—.TúconCopodeNieveyEllenconeseantisocial.Noséquiéndelasdoseligiópeor.—¿Copo de Nieve? —preguntó Sam—. ¿Por qué le llamáis de esa

manera?Suenaridículo.Lou hizo un gesto sorbiendo la nariz y todos comprendieron el

significado de tal mote. Sin embargo, a Tracy no le importaba haberdescubierto que Glen tomaba drogas. En realidad lo sospechaba desdehacía tiempo. Lo que en verdad le inquietaba era lo dicho por LoureferenteaMatthewyquelohubieracatalogadocomoantisocial.PornadadelmundodeseabaquesuamigaseconvirtieraenuntaciturnocomoMattysealejaradelaspersonasalasquesiempreleshabíaimportado.Puntual,MatthewrecogióaEllenalasdiezdelanocheyaellalegustó

lamiradaquevioenél.Sindudaaprobabasuvestuario,vaquerosyunacamisa abotonada, casi cerrada del todo. De esa manera, nadie más sedecantaríaconsuescote, largaspiernasosucinturayombligocomoenlasocasionesquehabíallevadotop.Todaellaestabareservadaparaél.—¡Tengounasorpresa!—confesóéltendiéndoleunpañuelo—.Cúbrete

losojosydamelamano.Esperoquetegusteloquetetengopreparado.Lachicaobedecióyunavezsecubriólavista,tomólamanodelchicoy

siguiósusindicaciones.Matthew laguíopor el senderoque llegabahasta suvivienda.Bajaron

unosmetros,paragiraraladerechayadentrarseenelbosquequerodeabalazona,hastallegaralfinaldelmismo,alacantilado.Entonceslequitóelpañuelo.Ellen lanzó una exclamación de sorpresa al ver el picnic que le había

preparado. Tenía de todo, incluso velas, ya encendidas. Emocionada loabrazóconfuerzayél le tomóelrostroentresusmanosa lavezquelabesaba.—Séqueteníasmuchasganasdeverlosfuegosartificialesydesdeaquí

tendremosunavistaestupenda,losdossolos.Le besó agradecida por el gesto y disfrutaron de una grata noche.

Aunquedurantelosfuegos,lamiradadeEllennopudoevitariralocéano,dondegraciasalaslucesdesprendidascontemplóaunadecenadechicosychicas en el agua, haciendo surf. Y aunque lo estaba pasando bien con

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Matthew,lehubieragustadoestarconsusamigos.DuranteunmesTracyhabíaintentadoarreglarlascosasconEllen,pero

sedioporvencida.Loúnicoque lograbacadaacercamientoeraalejarlamásyyanosolodeella,sinotambiéndeRemyySam.Demomentodejaríaquelascosasseenfriasen.Ellateníaotrosasuntos

delosquepreocuparse.Durantesemanashabíaaplazadounayotravezira casa de Glen a recoger las cosas que había dejado allí en ciertasocasiones,comoMP3,librosyalgunasprendas.AúnnoteníafuerzasparahablarconGlen,porloquehabíasidoRemy

quienlehabíapreguntadosileparecíabienquefueranasucasaarecogerlaspertenenciasdesuhermana.Aélleparecióbienyhabíanquedadoesatardealassiete.Allí estaban los mellizos, frente a la puerta de Glen. Tras lanzar un

suspiro, Tracy llamó al timbre y la madre del joven la recibió con unfuerteabrazo.Alfinyalcabo,habíanestadomuyunidas.—¿Cómoestáscariño?—seinteresó,convozdulce.MeganDelacroix,

madredeGlen,eraunapreciosaamadecasadedicadaasuhogarehijos.Era menuda y delgada. Saltaba a la vista que se cuidaba mucho. Tracynunca había visto su larga cabellera rubia despeinada ni a elladesmaquillada.Teníaunrostroovalado,defaccionespequeñas,quejuntoa la tez blanca de su piel, le hacían parecer más joven. Siempre ibaperfecta,conatuendossencillos,peroalavezelegantes—.SientomuchoqueGlen tehayadejado.Esachicacon laquesaleahora…nomegustanada.Noescomotú,cariño.—Gracias,señoraDelacroix—leagradeciólachica—.¿EstáGlen?He

venidoarecogermiscosas.—¡No,aúnnohallegado!Perosube,Tracy,veycogetuscosas.Sé lo

dolorosoquedebeserestoparati,asíquecuantoantestermines,mejor.LajovenasintióyseguidadeRemyfueronalahabitacióndeldeportista.

Laestanciaeraamplia,decoradaconunacamayunescritorioal fondo,juntoaunaventanaquedabapasoaunaampliaterraza.Elarmarioquedabaenlapareddelaizquierdaytraslanzarlamochilaa

lacama,Tracysedirigióasuhermano.—Túencárgatedelarmario.Seráfácilencontrarropafemenina.—¡Hecho!—respondióRemy.

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—Yobuscaréenelescritorio.Tracy abrió el primer cajóny encontró suMP3, ademásde algomás

quellamósuatención.ElteléfonodeJim.¿PorquétendríaGlenelmóvildeljoven?¿Nodeberíatenerlolapolicía?SegúnEllen,éllehabíaestadoenviandomensajespocoantesdelaccidenteyelteléfonoteníalapantallarota.Aquello no le gustónadayguardó el aparato.Siguió abriendo losdemáscajonesesperandoencontraralgunamásdesuspertenencias,peronohallónada.Aunqueenelúltimocajónencontróunafotoquecaptótodasuatención.EradeJim.Vestíaeltípicocamisóndeunhospitalyteníasubrazoalrededordeunchico.Tracynopodíacreerloqueveía,porloquellamóasuhermano.—¡Miraesto!—exigiómostrándolelafoto—.EsMatthew,¿verdad?Jim

estáconMatthew.Remy asintió tan confuso como ella, pero los ojos del muchacho se

abrieronconsorpresa.—¡Joder!—exclamó—.Mira esto, Tracy—añadió señalando un logo

queaparecíaenunaparedtrasellos—.HospitalpsiquiátricoSilverLake.—Nosolovaaserciertoqueseconocían—murmuró—.SinoqueJim

ibaatenerrazónyMatthewyahatenidoproblemasconanterioridad.

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Sue

Cuando Sue dio por terminado el relato, Rebecca no supo qué decir.

EntendíaaEllen,elsentimientodesoledad,lasensacióndeserqueridayespecialparaalguien.Lanecesidaddecomplaceraesapersona,pues suenfermizoafectocomplacíamásquecualquierotraexperiencia.Nocomprendíacomopersonasasílograbanaislarasusvíctimasdesus

seres queridos, de la sociedad y poco a poco iban consumiendo lapersonalidaddequiensegúnellosamaban,anulándolas.Inclusosinfuerzabrutaconseguíanquehicierantodocuantoquisieran—¿Qué sucedió? —se interesó Rebecca—. No puedes dejarme así.

Quieroconocerelfinal.—Becca, son las cuatro de la mañana. ¿No crees que deberíamos

dormir? —preguntó y al ver que la chica no decía nada, lo interpretócomo un sí—. Ellen fue un blanco fácil. Se sentía sola, desamparada yaunqueeraautosuficienteeindependiente,cuandoalguienlogróarrancarlasoledaddesucorazón,seaferróaMatthewconfuerza.—Conoceslahistoriaalaperfeccióneinclusodetallesdeloquehacían

Remy,TracyySamenesosmomentos.Tuvistequevivirlahistoriamuydecerca.DimeSue,¿acababien?LamujernorespondióyBeccanoinsistió.Intentóconciliarelsueñoy

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cuando las luces del alba ya se filtraban por las rendijas de su ventana,cayórendida.Fueunintensogolpeloquedespertóalasdos.Eranlassieteymediay

Sue enseguida supo que les había despertado el golpe de la puerta deentradaalcerrarse.Clarkyasehabíamarchadoeimaginóquenoestabadehumorparahablarconella.—Vamos,Rebecca.Tetengoquellevaraclase—murmurófrotándosela

cara—.Sifaltashoy,tendréseriosproblemascontupadre.Lachicalanzóunamargosuspiroyfuederechaaladucha.Suesedirigióa sudormitoriocon laesperanzadehallarenél alguna

nota o mensaje, pero nada. La cama estaba hecha y si no fuera por lamaletaqueasomababajolacama,juraríaquenadiehabríadormidoallí.Agotadasedirigióaladucha.Dejólapuertaentreabiertayunavezbajo

el chorro de agua templada, cerró los ojos y disfrutó de la gratasensación. Estaba tan absorta que no escuchó como las tablas de lahabitacióncontinuasonabandebidoalpesodeunapersona,nisiquieravioaestaexpiándola.Ya en el pasillo se encontraron las dos y mientras se quejaban de lo

agotadasqueestaban,bajaronalpisoinferiorysedirigieronalacocina.—¡No os mováis!—dijo un hombre. Estaba en medio de la estancia,

apuntándolasconunapistola.Ibavestidodenegroyunacapuchaocultabasus rasgos—. Me temo que tus días se han agotado —murmuró endirecciónaSue,quesigilosa,secolocódelantedeRebecca.—Tranquila,Becca,saldremosdeesta.Cálmate.—Sí,eso,sueltamásmentirasportuboca,suciaperra.¡Nopuedocreer

quetufamilianoconozcalaverdad!—Escucha —murmuró Sue—. Déjala. No le hagas daño. No sé qué

quieres,peronolehagasdañoaRebecca.Nolametasenesto.—¿Quéquiero?—preguntó—.¡Mivida!—gritó—.Esoesloquequiero

y no vas a poder devolvérmela. He disfrutadomucho haciéndote sufrirestos días, viendo cómo te desmoronabas y me hubiera encantadotorturarte hasta la cuenta atrás. Pero he de confesar que la discusión deayermeasustó.Nomegustanloscambios;teníasunmatrimoniocercadelaperfección,perolodeayer…lodeayerlocambiótodoynoqueríaquesalieras de casa, fuera de mi control—mientras hablaba, no dejaba decaminar, acortando distancia con ellas. A su vez, Rebecca ibaretrocediendoyacercándosecadavezmásalpasillo,dondequizástuviera

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unaoportunidaddeescapar.—Sea loquesea,aelladéjala ir—sugirióSue—.Dejaquemihija se

vaya.Esamíaquienquieres.—¡Cállate,zorra!—gritó,alavezquedisparóalaire.DelsustoRebecca

lanzó un lastimero sollozo—. Te arrebataré todo lo que te importa,empezandoporlachica.Pero no tenían más tiempo, dedujo Sue al ver como el dedo del

desconocidosedisponíaaapretarelgatillo.Ynopensóennadamás.Selanzóaporélyamboscomenzaronaforcejear,mientrasRebeccachillabasinparar.No obstante, repentinamente, los gritos cesaron cuando escucharon el

sonidodeundisparo.Sue cayó al suelo,mal herida. La bala le había atravesado el hombro

derecho y sangraba abundantemente. Era solo cuestión de minutos quemuriera desangrada y al parecer, al asesino no le bastaba con un únicodisparo.Atravésdelaneblinaquelaslágrimashabíanformadodelantedelos ojos de Sue, observó cómo el cañón le apuntaba directamente a lafrente.Ibaamorirynosoloella,tambiénBecca.Yllevabaporsusimpulsos,le

dio una fuerte patada al hombre en la rodilla que le hizo caer.Aprovechandoelmomento,sepusoenpieyabrióunodeloscajonesdelacocinadedondeextrajounspraydepimienta.Desde que las amenazas comenzasen, Sue había protegido su casa lo

mejorposible,muchomásdesdequefueraatacada.Trascogerelobjeto,rociólacaradelhombre,quiencomenzóagritaralavezqueseretorcíaenelsuelo.Sue corrió hacia Rebecca, le ayudó a ponerse en pie y corrieron a la

puerta. Pero estaba cerrada. La chica tomó las llaves de una cómodacercana,peronoentrabaenlacerradura.Elintrusolahabíamanipulado.—¡Tenemosqueiralgaraje!—murmuróSue,mareada.—No…no—gimoteóRebecca.—Esnuestraúnicaoportunidad.Vamos,Becca,loconseguiremos.Sue se apoyóen la chicay echarona correr.Alpasarpor el arcoque

dividíalacocinadelpasillo,elhombrelesdisparóentresocasiones.Peroafortunadamenteningunabalalashirióypudieronllegaralgaraje.—Tendrás que conducir tú—dijo Sue, dejándose caer en los asientos

traseros,alavezquesecubríalaherida—.Conduceynopares.Tenemos

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quealejarnosdeél.Rebecca asintióy tras accionar elmandoque levantaba lapuertade la

cochera, arrancó el vehículo. Salió presurosa de la vivienda e hizo loindicado por Sue.Conducirmientras semaldecía por haberse dejado elteléfono en la vivienda. Aunque era posible que los vecinos hubieranescuchado los disparos y esperaba que fuera así y se encontrasen conalgúnvehículodepolicíaduranteeltrayectooinclusounaambulancia.Pero los pensamientos deRebecca se vieron interrumpidos cuando un

cochelaembistiópordetrás.Almirarporelespejoretrovisornollegóaverlacaradelconductor,perosupoqueeraelhombredelacasa,puessusprendaslodelataban.La chica aceleró mucho más. Tenía que perderlo de vista. Estaban a

salvo, se dijo. Solo debía asegurarse de no perder el control, de noestrellarse.Entoncesundisparolearrancóungrito.Elhombrelesestabadisparando.Aplenaluzdeldía.Enlacalle.Yhabía

dadoenlalunatrasera.—¡Sue,Sue!—gritómuertademiedo,aunquenorecibiórespuestayal

miraratrásobservóquelamujerhabíaperdidoelsentido.Otrodisparócruzóalaireacertandoenestaocasiónenunadelasruedas

traseras,descontrolandoelvehículo.Rebeccaintentómantenerelcontrol,perolefueimposibleyacabóestrellándosecontraunárbol.El impacto había provocado que el airbag saltase y durante unos

segundosno supodóndeestaba.Todo ledabavueltas.Escuchabamuchoruidoasualrededor:sirenas,gritosytaljaleoladevolvióalarealidad.Cuando abrió los ojos encontró al hombre a poca distancia. Se había

bajado del automóvil y caminaba hacia ella con pistola en mano.Presurosasedesbrochóelcinturónyselanzóalasientodelpasajeroenelmomento en el que la bala se estrelló contra la ventanilla, haciéndolapedazos.Iba a morir, iba a morir. No tenía escapatoria. Ese psicópata la iba a

matarycuandoRebeccalevantólamiradaloencontrójuntoalapuertadelconductor, señalándola con la pistola. Dominada por el pánico hizo loúnicoquepensóquepodíasalvarlelavida.Seincorporóyabriólapuertacontalvelocidadquegolpeóalhombre.Estecayóalsuelo,perdiendoelarma.Durante un instante, ambos se quedaron paralizados, hasta que el

estridentesonidodelassirenasdevolvióalhombrealarealidad,quetras

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ponerseenpiesedirigióasuvehículoysemarchó.SoloenesemomentoRebeccasepermitióllorar.Noescuchabanada,ni

sentía nada. Pero ya no estaban solas. Los agentes habían llegado y lasestabanatendiendo.Eraunamañanacomootraenelhospital,aunqueClarkestabadeseando

llegar a casa. Deseaba hablar con Sue y pedirle perdón. Conocía a sumujerysabíaquesiemprehabíasidomuyresponsablecuidandoasuhijayquizásella,consusmaneras,estabaayudandomuchomásaRebeccaqueél. Al menos la había notado diferente y no tan arisca como antes demarcharsedeviaje.—¡Preparadelquirófano!—escuchóaunaenfermera—.Tenemosauna

mujerheridadebala.—Yomeencargaré—dijoClark,perolaenfermera,Cinthia,unamujer

quellevabatrabajandoenelhospitalmásdeveinteaños,seinterpusoensucamino.—Noesbuena idea,doctorKenyon—hizounapausay le tomóde las

manos—.EsSue.¡Hasidoatacada!EldoctorSmithseencargarádeella,estaráenbuenasmanos.PeroClarknoescuchónadade loquedecía.Sedirigióa laentradade

emergencias en el momento en el que llegaba la ambulancia. Vio a sumujertendidaenlacamilla,condosenfermosocupándosedeella.Estabainconscientey teníapuestaunamascarilla.Parasusorpresa,no ibasola.Rebeccatambiénestabaenlaambulancia.—¡Papá!—sollozólachica.En estado de shock, el hombre abrazó a su hija. No comprendía qué

habíapasadoysuplicabaporqueSuesepusierabien.No fue hasta una hora más tarde cuando Clark recibió alguno de los

detallesde losucedido.Alhospitalhabíaacudido laagenteLuxDaniels,quienlepusoaldíadelasamenazasqueSuehabíarecibido.Consternado estuvo junto a Rebecca en todo momento, mientras le

relatabaalaagentelosucedidoenlaviviendaycómolograronescapar.Lachicaestababien, aunqueasustaday teníaalgunoscortesen lacara

debidoalaroturadelcristal.PeroaúnseguíansinnoticiasdeSue.Apesar

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dequeClarkconocíaatodoelpersonaldelhospital,nadielehabíadichonadarelevante,salvoquesumujerestabaenquirófano.YhastaellugartambiénsehabíanacercadoTracy,RemyySam.—¡Muchasgraciasporvenir!—confesóClark, tomandoelcaféque le

ofrecía Remy—. No me puedo creer que esto haya pasado de verdad.¿Cómohaentradoese tipoencasa?HacedíasqueSue instalóunnuevosistemadeseguridad.—Notetorturesmás—leanimóSam—.Lapolicíaloaveriguarátodoy

encontraremosaesehijodeputa.Rebecca se alejó de su padre y fue a la máquina de bebidas. Estaba

muerta de sed, necesitaba un refresco. Y mientras seleccionaba el quedeseaba, apoyó la cabeza en el cristal de la máquina, sintiendo que elfrescordelamismalecalmaba.—¡Rebby!Enseguida reconoció la voz. Era Tyler y no estaba solo. Con él iban

Callie,EmmayTristán.—¿No deberías estar descansando?—fue lo único que surgió de los

labiosdelachicaantesdederrumbarseensusbrazos.Éllaconsolóalavezqueleasegurabaquetodosaldríabien.—¡FamiliaresdeSueEllenRoob!Beccaabrió losojosconsorpresaalescuchar talnombre.Yalgirarse

vio que era el doctor Smith quien lo pronunciaba, el encargado de laoperacióndeSue.—Esmimujer—confesóClark—.Es su nombre de soltera.Ahora es

SueKenyon.Rebeccacaminómuydespaciohaciasupadre.Nosoloporestaransiosa

portenernoticiassobreSue,sinoporqueSueeraEllen.Sumadrastraeralaprotagonistadelahistoriaquehabíaempezadoarelatarledíasatrás.—Hasidounaheridalimpia,Clark.Notienesnadadequépreocuparte.

Todo ha salido bien, aunque ha perdidomucha sangre. Pero te aseguroquesaldrádeesta.Elhombrediolasgraciasaldoctorydeseguidoabrazóasuhija,para

despuésgirarsehacialosamigosdesumujer.Rebecca también recibiópalabrasdeánimoporpartedeTyler,Emma,

Callie y Tristán. Pero ella ni siquiera las había escuchado. Estabademasiadoaturdidaporlaverdad.Mástarde,padreehijahablabanenlacafetería.

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—VoyaquedarmetodalanocheconSue.Quieroestarconellacuandodespierte,siemprequeestésbien.—Pasaré la noche en casa de Callie —confesó—. Pero llámame en

cuantosepasalgo.Él asintió y volvió a la habitación de Sue. Rebecca se dirigió a sus

amigos.—Hemos preguntado a la policía y dejan que puedas coger objetos

personales de casa—le anunció Tyler—. Pero todavía están reuniendotodaslaspistasquepuedan.Ella asintió a la vez que sentía comoun temblor la recorría de pies a

cabezas.—Nosotrosiremosaporropalimpiayloquenecesites—añadióEmma

—.Iremosloscuatro.Notienesporquévolverapisaresacasahastaquetodo esté bien. Volveremos enseguida, mientras, quédate con tu padre.QuizásSuedespierteantesdequeterecojamos.Alachicaleparecióunagranidea.Ysequedósola.Peronofueahacer

compañíaasupadre, sinoaRemy,quegritabaenfurecidoaalguienporteléfono.Unavezterminódehablar,Rebeccaseacercóaél.—Quieroconocerlaverdad.Saberquéesloquesucedió—exigióyal

verqueelhombrenoentendíaaloqueserefería,fuemásclara—.Hacedías Sue comenzó a contarme la historia de una tal Ellen que fue convosotros al instituto y conoció a un chico llamado Matthew. Y hoydescubroqueellaesesachicayquieroconocerquésucedióyporquénohemossabidohastaelmomentonadadeesahistoria,porquededuzcoquenadabuenosurgiódetodoaquello.Remysuspiróyunratomástarde,ambosseencontrabancaraacaraen

unamesadelacafetería.Elhombreteníaunatazadetéensusmanos.—Voy a contarte la historia, pero antes respóndeme a algo. ¿Tienes

alguna idea de por qué Sue te contaría todo aquello? Créeme, todoshicimosloquepudimosporolvidarlo.Rebeccadeslizólosdedosporlaheridadesucara,aquellaqueDerekle

provocócuandolaestrellócontraelcristal.—Tuve un incidente con mi exnovio. Se enfadó y actuó de manera

violenta.Yoloneguétodo—¡Ya!—leinterrumpióRemy—.PeroSuenocreyóniunasolapalabra.

Supongoquevioentielreflejodeelladehaceunosaños—murmuróydiounsorboasubebida—.Estábien,quéesloquetehacontado.

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Una vez la chica puso al día al hombre sobre hasta dónde Sue habíallegadoconelrelato,élempezóahablar.Eraelmomentodeconocereldesenlaceyquizás,encontraralgunarespuestaalataquedehoy.

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Ellen

Una vez salieron de casa de Glen y mucho antes de que este viniera,

Tracy yRemy se encontraron conSamy lemostraron la fotografía.Aligual que Ellen, Sam es un gran apasionado del arte, aunque él sedecantabaporlafotografía.—No,noesunmontaje. ¡Esreal!—confirmóelmuchachomirandola

foto en su ordenador, la cual había escaneado—. Es más, ese hospitalexiste.PeroniseospaseporlacabezallamareintentaraveriguarporquéJimyMatthewestuvieroningresados,nooslodirán.—También encontré esto en la habitación de Glen —confesó Tracy

mostrándole a Sam el teléfono móvil—. Era de Jim y lo tenía él. ¿Nodeberíaestarenposesióndelapolicía?Ambos chicos intercambiaronunamiradayRemyalcanzó el teléfono.

Leextrajolatarjetaylaintrodujoenelsuyo.Apesardequeelaparatolepedía contraseña, para él no supuso ningún esfuerzo adivinarla. Era elcumpleañosdeEllen.—Estoydentro—respondió.—¡Mira los mensajes! —dijo Tracy—. Ellen dijo que Jim le estaba

escribiendodesdelaplaya,sobrelahoradelataque.Remyasintióyenlacarpetadeenviadosobservóunbreveintercambio

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de mensajes con Ellen, pero fue en borrador donde encontró algoalarmanteyselomostróaSam.MiraesteenlaceysabrásporqueMatthewnoesdefiar.—Introduceestasdireccionesenelordenador.MientrasSamlohacía,Tracyechabaunvistazoalmensaje:—Yalostengo—interrumpióSam—.¡Alucinad!Losmellizosseacercaronalordenadoryleyeroneltitular.Jovende14añosagredeacompañeroenclasedequímica.El periódico no les era conocido, ya que pertenecía a una pequeña

población de Alaska, donde al parecer Matthew había estado viviendo.Segúnlanoticia,habíaperdidolosnerviosconunchicoquesesobrepasóconsunoviaylehiriógravementeenlacara.Porlovistoelmuchachohabíavividounasituaciónfamiliarmuydifícil

ytrashacerlealgunaspruebas,enlugardepararaunreformatorio,fueaunpsiquiátricodonde esperabanque sanara y cumpliera condenapor losucedido.—Ellentienequesaberesto.Puedeserpeligroso—añadióTracy—.¿Y

silehacedaño?—¿Quéproponesquéhagamos?—inquirióSam—.Nonosescucharáy

aunque lo hiciera, nada nos garantiza que haga algo al respecto. Puedeinclusoquesehayareformado.—¿Deverdad locrees?—preguntóRemy—. ¡Noshaapartadodeella!

Alguiensanonohacenadadeeso.—¡Hayquehablarconella!—intervinoTracy—.Ydespuésveremosqué

ocurre.RecordadqueJimfuegolpeadoylapolicíaestábuscandoaquienlohizo.Puedequefueraél,¿nolohabéispensado?Soloeracuestióndetiempo que Jim confesara que ambos habían estado en un psiquiátrico,muchomásalverqueseacercabaaEllenyélnodejabadeinsistirenqueerapeligroso.—De acuerdo —interrumpió Sam—. Yo soy el primero que quiero

recuperar ami prima, aunque si las cosas se ponenmal y no cree ni lanoticia,ni lafoto,deberíamosbuscaraunapersonaquevieraaMatthewinternado.

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Losmellizosasintieronysemarcharonacasadelachica.LamiradadeEllenestabafijaenlailustraciónenlaquetrabajaba.Erala

queempezósemanasatrásdondeestabanSam,RemyyTracyencimadelastablas,momentodeaquellamañana,justoantesdequelavidadetodossecomplicase.Aúnnopodíacreerquedesdeentoncessuamistadpendieradeunhiloy

Jimestuvieramuerto.Extenuadasefrotólosojosconlamanoyapagóelordenador. No estaba lo suficiente concentrada en terminar el trabajo yMattnotardaríaenllegar.Yeneseinstantellamaronalapuerta.CuálfuesusorpresaalencontrarseaTracy,SamyRemy.La visita le cogió por sorpresa, pero los dejó pasar y nomuchomás

tarde, se arrepintió de ello. No podía creer las mentiras que le estabancontando.ElencierrodeMatthew,elmontajedelafoto.—¿Porquéhacéisesto?—quisosaberEllen—.¿Túestásdetrásdetodo?

—preguntóaTracy—.Ahoraquesoyyolaquenoquierehablarcontigo,todosmepresionáis.Tracynorespondió,sololanzóunvistazoasuhermanoesperandoque

éllahicieseentrarenrazón.—¿Qué sabes de él? —inquirió el chico—. Solo respóndenos a eso,

Ellen, ¿qué conoces de tu novio? ¿De su pasado o familia? Escucha,deseamoslomejorparatiyquehayamosdescubiertoestonospreocupa.¿AcasonorecuerdasqueaJimlegolpearon?En ese momento volvieron a llamar a la puerta, pero Ellen estaba

demasiadoimpresionadaporlaspalabrasdeRemy.NisiquierasemovióyfueSamquiencaminóalaentrada.—¿EstásinsinuandoqueMattatacóaJim?—preguntósorprendida,con

losbrazoscruzados—.¡Secayóentrelasrocas!Ibaborracho.—¡Basta ya! —replicó Tracy—. Lo golpearon y lo sabes. Solo es

cuestióndetiempoquelapolicíaencuentreaquienlohizoyestoysegurade que fue él. Hemos leído el mensaje que te iba a enviar antes de sergolpeado.Enélno solo te revelabaqueélhabíaestado ingresadoenunhospitalpsiquiátrico,sinoqueteadjuntabalafotodondeselesveíajuntos.—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Matt. Iba con Sam, quien se

mostraba preocupado. Tanto Tracy como Remy estaban seguros de quehabía hecho cuanto podía por entretenerlo—. ¿Qué sartas de mentiras

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estáiscontandosobremí?—Nosonmentiras—añadióRemymostrándoleelmaterial recopilado

—.Explícanoslo.El muchacho miró la foto y la hoja impresa de la noticia de un

periódico.FuriosolanzólashojasalsueloyseencaróconRemy.—¿Tehasdivertido?—preguntó—.¿Porquémehacéisesto?Yonoos

hehechonadayosestáisinventandotodotipodehistoriassobremí.—No lo son—intervinoSam—.Ellen, busca la noticia enGoogle.La

encontrarásycomprobarásquenotehemosmentido.—¡Me queréis alejar de ella!—gritó elmuchacho, acercándosemás a

Remy. Tenía los puños cerrados y Ellen se interpuso entre los dos—.¿Estás de su parte? —inquirió furioso—. Ya te has olvidado de todocuantotehanhechosufrir.¡Túamigatediolaespalda!—Callaostodos—gritóEllen—.Ylargaos.Fuera.Quieroestarsola.—Ellen—susurróSam.—¡No! —interrumpió ella—. Quiero estar sola —les hizo saber,

mirandoespecialmenteaMatthew—.Yestovaparatodos.Pocoapocosefueronmarchando,aunqueMattfueelmásrezagadode

todos.Seacercóalachica.Enlaentradadelapuertaesperabanlosdemás,conlosojospuestoseneljoven.—Teamo,deverdadque lohago.Tequieroyeres lomás importante

paramí—confesó tomándolade losbrazosconfuerza—.¡Nodejesquenosseparen!—¡Suéltame! —murmuró entre dientes Ellen, intentando no llamar la

atencióndesusamigos—.Mehacesdaño.Trasestaspalabras,eljovensemarchójuntoalosdemás.Durante el resto del día Ellen meditó sobre lo averiguado por sus

amigos,inclusobuscólanoticiaenGoogle,talcomoSamlesugirió.Ynotardóenencontrarla,asípuesnoteníadudasdequeerareal.InevitablementesepreguntósiconocíaaMatthewrealmente.ATracy,SamyRemynolessorprendióqueEllennoacudieraaclaseal

díasiguiente.EncambioMatthewsílohizoylesevitóentodomomento.Yaenlahoradelamerienda,losamigossereunieron.—Voy a ir a hablar con el hermano de Jim—anuncióTracy—.Estoy

seguradequeélvioaMatthewduranteelingresoenelhospitaljuntoasuhermano.

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—¿AúnsiguespensandoqueEllendudarádenosotros?—preguntóSam—.Hadebidodeinvestigar.Habráencontradolaverdad.Tracy se encogió de hombros. Puede que Sam tuviera razón, pero si

queríanconocermuchomejoraMattdebíanhacerpreguntasyyaqueJimestabamuerto,esperabaquealmenossuhermanolesaclarasesusdudas.—Irécontigo—añadióSam.—Yo intentaré hablar con Ellen de nuevo—les anunció Remy—.Me

pasarémástardeporsucasa.Yaorganizados,sedespidieronhastaelfinaldelasclases.Peronoeran

los únicos que tenían planes. Ellen también pensaba hacer sus propiasaveriguaciones.Yporello, traselfinaldelasclases,esperóensucochehastaqueviosaliraMatt.Guardandolasdistanciaslosiguió.Susamigosteníanrazón.Nosabíanadadeél,nidondevivíaydeseabahacerlo.Trasunosminutosdeconducciónllegaronaunapequeñaurbanización

decasasdeunasolaplanta,queademáscontabanconunjardín.Matthewaparcófrenteaunaviviendapintadadeazulyentró.Aguardó

unosminutos.Unapartedeelladeseabavolverasucasa,peronopodíaseguirasí,sinsabernadadeéloconocerelmotivodesuhospitalización.Si ya estaba fuera, significaba que estaba bien, aun así… las dudas erandemasiadasydecidióiralacasa.Justocuandoseacercabaa lapuertavioaunhombresalirdeella. Iba

vestidoconeluniformede los serviciosdeurgencia.Era tanalto comoMatthew y guardaba parecido con él. Tenía losmismos ojos, aunque elpeloeranegro,ligeramenteencanecido,aligualqueelbigotequecubríasulabio.Estabaenforma,aunqueunaincipientebarrigasedejabaentreveratravésdeluniforme.—Perdone,¿esustedelpadredeMatt?Elhombrelelanzóunlargovistazoantesderesponder.—Soysutío.—Encantada—dijomostrándolelamano—.SoyEllen,sunovia.—¡Vaya! Mi sobrino no me había dicho nada. Cuánto me alegro, me

tenía muy preocupado. En realidad a todos. Sus padres temían que nopudieravolverarehacersuvida.—Imaginoentonces,quelesgustaráconocerme.—Estoysegurodequesí,Ellen,perometemoqueserácomplicado.Sus

padressiguenenAlaska;pensaronqueaMattlevendríabienuncambio,élinsistíaenestudiarenestaciudadyamínomeimportaocuparmedeél.

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—Pero… —tartamudeó Ellen—. Yo creí que su madre estaba aquí,cuidandoasuabuelaingresadaenelhospital…—Hmm… creo que estás equivocada. Todos los abuelos de Matthew

estánmuertosymihermana,sumadre,estáenAlaska.—¿Y su hermana? —le interrogó sorprendida—. ¿También sigue en

Alaska?—Quizás te hayas equivocado de chico; mi sobrino no tiene ninguna

hermana. Es hijo único —confesó, contemplando como la sorpresadominabaelrostrodelachica—.PerdonaEllen,tengoqueiratrabajar.—¡TíoJames!—añadióMattalsalirdelavivienda,sorprendidoalver

allíaEllen—.Hola.—¿Cómonomehabíasdichoqueteníasnovia?—preguntóelhombre,

radiante de felicidad al ver que su sobrino reconocía a Ellen—. He deirme,nosvemosmástarde.Tíoy sobrino se despidieron,mientras queEllenpermaneció allí, con

losbrazoscruzadosymirandoseveramentealchico.Estelehizoungestoalamuchachaparaqueentrase.—¡No puedo creer queme hayasmentido!—exclamó enfadada—.No

tienesabuela,noteníasanadieingresadoenelhospital…entonces,¿quédemonioshacíasallí?—quisosaberyalavezqueformulabalapregunta,llegóaunaconclusión—.RealmentegolpeasteaJim,poresoestabasallí.¡Para saber si lomataste!Diosmío, él estaba bien, iba a confesar y derepentemurió.¡Loasesinaste!Matthew no respondió. Se acercó a ella y la golpeó con fuerza

estrellándolacontralapared.DelgolpeEllencayóalsuelo.—Teequivocasenalgo,yonomatéaJim.Ylepropinóunapatadaenelrostroprovocándolelainconsciencia.TracyySamhabíanconducidohastaelcampusdelauniversidaddearte

dramático.SabíanqueThomas,elhermanomayordeJim,estudiabaallí,aunquedesconocíandondeencontrarloyningunodeellosteníasunúmerodeteléfono.Asípues,searriesgaronyunavezenlazonacomenzaronapreguntar e incluso se pasearon por el interior de la facultad esperandoencontrarlo.Peronotuvieronsuerte.Yadecaídos,fuerona lacafeteríaapediralgodecomer.Aguardabanenlafilacuandounavozreconocidalesllamólaatención.

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—¡Nuncameimaginéqueestuvieraisinteresadosenactuar!Cuando lapareja segiró, seencontraroncaraacaraconThomas.Era

comoverelreflejodeJim,aunqueThomaseramásaltoysusfaccionesmás armoniosas. Cuidaba mucho su físico, pues ya desde muy jovenllevabaparticipandoenanuncios.Y sucabello, rubioceniza, iba inclusomejor peinado que el de Tracy, pues se veía que el chico cuidaba sumelena,lacual,enesemomento,llevabarecogidaenunacoleta.—Enrealidad—continúoTracy—.Teestábamosbuscando.Tras unas breves explicaciones, el grupo tomó asiento en una de las

mesas exteriores, rodeados de césped y luz natural. En ese instante, lapareja lemostraban aThomas la foto de su hermano junto aMattheweincluso el recorte de periódico donde hablaban de Matt y el incidentesucedidoenAlaska.—Ni siquiera sabíamos que Jimhabía estado ingresado en un hospital

psiquiátrico —confesó Tracy—. Lo hemos descubierto por puracasualidad.Thomasnodecíanada.EraincapazdeapartarlavistadelafotodeJim.—Sentimos mucho la muerte de tu hermano—continuó Sam—. Y si

estamosaquíesporqueesperamosquenospuedasconfirmarsiconocesalchicodelafoto,sicoincidisteconélenalgunadelasvisitas…—¿Porqué?—preguntóThomasescuetamente—.Loúltimoquedeseo

esremoverloserroresquecometiómihermano.EnestaocasiónfueTracyquienhabló.Leexplicólomásresumidamente

posiblelarelacióndeEllenconMattyquenohabíacreídoaningunodeellos cuando lemostraron el periódico o la foto.Necesitaban a alguienque pudiera confirmar que el joven había estado allí, pues temía de suestabilidad.—NosabemosquelepasabaaJim—prosiguióSam—.Perotambiénera

nuestroamigoyloúltimoquequeremosesdañarlo.Sinoscuentasalgo,si nos confirmasque conoces aMatthew,que loviste en el hospital conJim, créeme, no diremos nada. Solo queremos que nuestra amiga estéprevenida.RecuerdaquetuhermanofuegolpeadoyélyMatttuvieronunapeleaesamañana.Thomaslanzóunamargosuspiroycomenzóahablar.—Todosucedióelañoanterior,pocoantesdelverano.Porentoncesmi

hermanoestabamuydeprimidotraslosucedidoconlahermanadeEllen.Nosolo sentíahaberle rotoel corazóna la chica, sinoperdera sugran

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amor—lesrelató,mirándolealacara—.Vosotroslosabéistanbiencomoyo.Mi hermano estaba colado porEllen, la quería y cuando vio que suerrorlahabíaalejadodeélparasiempre,sedeprimiómuchísimo.Yunfinde semana organizó una pequeña fiesta, unos pocos amigos —en estepuntohizounapausaydiounsorbodelrefrescoquehabíapedidoenlacafetería—. Había alcohol, marihuana y cocaína. Como suponéis, mihermanosecolocóypocoapocolagentesefue.Peroquedóunachica:Daniela.Ylosdossiguieronconlacoca,hastaqueDanielacayómuertadeunasobredosis.Laparejasemirósorprendida.ElnombredeDanielalessonaba.Elaño

anterior, una chica con el mismo nombre acudía al mismo instituto,aunquepocoantesdelasvacacionesdejódeasistir.—Mis padres se ocuparon de todo —prosiguió Thomas—.

Compensaronalafamiliadelachicayamihermanolointernaronenelhospitalesperandoqueserecompusiera,puesnodejabadeculparsedelamuertedeDaniela.Ehicieronquelanoticianollegaseaningúnmedio,enfin,yasabéisloinfluyentequeesmifamilia—confesó—.Ysí,conozcoalchicoeste…Matthew.Eraelcompañerodehabitacióndemihermanoysehicierongrandesamigos.¿Deverdadpensáisqueélpudogolpearlo?—Jimestaba escribiendoaEllen justo antesdel accidente—le explicó

Tracy—.EinsistíaenqueMatterapeligroso.Lepedíaquesealejasedeél.—Deacuerdo—añadióThomasponiéndoseenpie—.Iréconvosotrosy

hablaréconEllen,acambiodequeledigáistodasestassuposicionesalapolicía.Tienenqueinvestigaresaposibilidad.LostressepusieronenmarchaysedirigieronalvehículodeTracy.Ya

enél,Thomassedirigióalachica.—Mesorprendequenoconozcasestahistoria.—¿Por qué debería hacerlo? —inquirió la chica, con la vista en la

carreteraydeseandollegaracasadeEllencuantoantes.—PorqueGlen también estaba en la fiesta. Junto a Jim.Ambos vieron

moriraDaniela.MispadrestambiéncubrieronaGlen,aunquenoséporquélohicieron.Élfuequiencompróladrogaylallevó.Simihermanohubieraconfesado,asuamigolehabríacaídounagrancondena.Talespalabrassegrabaronafuegoenlamentedelachica.Habíaalgo

queledesconcertabadelaverdadreveladayqueríahablarconGlen.

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CuandoEllendespertó,lohizodesorientada.Nosabíaquehabíapasado,nidondeestaba.Aunqueelintensodolordecabezaquesentíanotardóendevolverlelosrecuerdos.¡Matthewlahabíaatacado!Alabrirlosojoslovio.Ambosestabanenunsótanollenodebártulosy

ellatiradasobreunamanta.Aescasosmetrosestabasubolso,juntoalasescalerasquesubíanalpisosuperior.—¿Porquélohasestropeadotodo?—gritóMattgolpeandoaEllenenla

cara,arrancándoleunsollozo—.¿Acasonosoybuenoparati?¿Notehecuidado, mimado o prestado la atención suficiente? —preguntó,tomándoladeloshombros,levantándolayacorralándolacontralapared.—¡Basta!—suplicó—.¿Porquémehacesesto?—¡Porquetequiero!—confesóelchico—.Yteibasaalejardemí.Lo

sé. ¿Por qué has tenido que seguirme? Ahora has descubierto que mispadresnomequieren,quenos les importonadayvivoaquíconmi tío,perotodoporti,Ellen,porti.Lohesacrificadoporti.—¡No… no te entiendo! —tartamudeó, intentando alargar la

conversación de alguna manera. Él la había soltado y comenzaba acaminar de un lado para otro. Si se alejaba un poco más tendría unaoportunidaddetomarelteléfonodesumochilaypedirayuda.—Jim y yo nos conocimos en el hospital psiquiátrico. Sí, cariño, es

cierto.Tusentrometidosamigosteníanrazón.Casimatoaunchico,peroélselobuscó.Ligóconmianteriornoviadelantedemispropiasnarices,¡delante de mi cara! —chilló acercándose de nuevo a Ellen—. Era minovia,¡mía!Yélnoparecíaentenderlo.Nodebíahablarconella,estarasu lado o tan siquiera mirarla. Pero no me hacía caso, así que le dejéciego.Asínovolveríaamiraralasnoviasdeotros.—¿QuélepasóaJim?—murmuró,lograndoquesealejasedeella.—Seibaairdelalengua,asíquetuvequeactuarylegolpeéenlaplaya.

No podía permitir que te contase la verdad. ¿Cómo si no te ibas aenamorardeunenfermocomoyo?¡Tenecesitaba,Ellen!Tequeríaamilado. Lo supe en el momento en el que Jim me mostró tu foto en elhospitalycomenzóahablarmedelachicaquelehabíarobadoelcorazón.Yotambiénmeenamorédeti.—¿Porquéestabaingresadocontigo?¿Quéhizo?—¡Vaya! —exclamó el joven—. Me sorprende. Pensé que erais muy

buenos amigos y os conocíais muy bien —alardeó, observando el

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temblante aterrado de la joven—. Fue el culpable de la muerte de unachica.¡Sobredosis!Ellen se lanzó contra Matthew. Lo empujó provocando que cayera al

suelo. Tomó sumochila y subió las escaleras todo lo deprisa que pudomientrasbuscabasuteléfonomóvil.Unavezsehizoconélmarcólateclade rellamada. Estaba demasiado nerviosa paramarcar y solo necesitabapedir ayuda. Afortunadamente para ella, había sido Remy la últimapersonaconlaquehabíahablado.—¡Ayúdame!—gritó—.Vaamatarme.Mevaamatar—chillócorriendo

hacia lapuertade lacasa. Intentóabrirla,peroelpomonocedía.Estabacerradaconllave—.¡Mehaencerrado!—Estoyenelcoche—dijoRemy—.Dimeladirecciónyvoyparaallá.Ellen respondió de inmediato, le dio las indicaciones mientras corría

hacia la cocina. Para sumala fortuna, las ventanas tenían rejas. Se girópara buscar otra salida y se encontró cara a cara conMatt. Llevaba uncuchilloenlamanoylevantóelbrazoparaprotegerse.A través del teléfono, Remy escuchó los desesperados gritos de su

amiga.Notuvootraopciónquecolgaryllamaralapolicía.Tracy había dejado aSamyThomas en casa de este último.Noquiso

decirles que tenía una conversación pendiente con Glen. Además, sabíaque Ellen no quería verla, por lo que eramuchomejor que los chicosfueranacasadesuamigaeintentasenhablarconella.Después irían a la policía. Se lo habían prometido a Thomas y les

relataríanalosagentessusteorías.Ellossabríanquehaceralrespecto.Una vez en casa deGlen, llamó y fue sumadre quien le abrió.Como

siempre fue muy educada, además de cariñosa. Y la acompañó hasta elsalón,dondeestabaelmuchacho.—¡Traeréalgoparacomer!—añadiólamujer,dejándolosasolas.Tracy fue muy directa. Lanzó el teléfono móvil de Jim al regazo de

Glen,quienlomirósorprendido.—¿Hashurgadoenmiscosas?—Creoquelapreguntaes,¿quéhacesconsuteléfono?Lodeberíatener

lapolicía.Hemosencontradounosmensajesmuyreveladores.¿SabíasqueJimloibaacontartodo?—¡No sé de qué estás hablando! —exclamó, intentando mostrar

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indiferencia.—Túllevastelacocaalafiesta,Glen,túfuisteelculpabledelamuerte

de esa chica. Y me pregunto si no tuviste algo que ver en el oportunoaccidentedetuamigo,¿logolpeaste,Glen?¿Poresohastenidotodoestetiemposu teléfonoescondido?Unobjetoque lapolicíaestababuscando,queseguroencontrastecuandohallamosaJimmalheridoyloguardasteparacubrirtelasespaldas.—¡Cállate!—gruñóacercándoseaella—.Cierralaputaboca.—Ibaaconfesary tendríasquepagar lasconsecuencias. ¡Ibasa ir a la

cárcel!—Deja de hablar o cerrarémismanos sobre tu garganta hasta que el

último aliento escape de tus labios. Lo hice con mi mejor amigo y notendréinconvenienteenhacerlelomismoaunafurciacomotú.Elgolpedevasosdecristalalestrellarsecontraelsuelohizoqueambos

mirasenalaentradadelsalón.Lamadredelmuchachohabíadejadocaerlabandejaymirabahorrorizadaasuhijo.—¿Esesocierto,Glen?¿Matasteatuamigo?—¡Mamá…!—susurróelmuchacho—.Yosoloqueríaunavidamejor.

Nopodíadesperdiciarmifuturoporunerror.ATracyno le importaban lasexcusasdel joven.Salióde lavivienday

llamóa lapolicía.Alcabodeunosminutosestabanallíyse lo llevaronarrestado.RemyllegóalaviviendadeMatthewalmismotiempoquelapolicía.El

revuelohizosaliraMatt.Llevabalaropaymanosensangrentadas.—¡Ellaselohabuscado!—gritómientrasunagentelotirabaalcésped

—.Ellaloestropeótodo.¡Todo!Con horror, Remy vio que la sangre no pertenecía al chico y

desobedeciendo las órdenes de los agentes entró en la casa gritando elnombre de su amiga. En la cocina halló un cuchillo, además de sangre.Esta seguía por el pasillo hasta una puerta que daba al sótano. Es estepuntodospolicíasleapartaron,peroapesardeesovioasuamigatiradaalfinaldelasescalerasconvariasheridasenunbrazoyelabdomen.Habíatantasangrequeperdióelconocimiento.

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Rebecca

Sorprendida, Becca escuchó el final del relato de Remy y todo lo

sucedido a Sue. No podía creer que su madrastra hubiera vivido unaexperiencia tan dura, algo que seguro deseaba olvidar, pero que habíavueltoadesenterrardelomásprofundodesumemoriaporella,paraqueabriera los ojos y comprobase por sí misma que tanto Matthew comoDerek,enocasiones,secomportabandemaneramuysimilares.—¿Quésucediódespués?—preguntóconunnudoenlagarganta.—Suesobrevivióyaunquelasheridasfísicassanaron,lasmentaleseran

másprofundas.Porsupuesto, todosleapoyamos.Estuvimosjuntoaella,peronecesitabauncambioy la ideadealejarsedeesaciudadera loquemásleatraía.Asíqueunavezqueserecuperó,secentróenlosestudios,en el arte, y conseguir dinero para irse lo más lejos posible. Y loconsiguió,sevinoaNuevaYork—denuevosetomóunrespiroparadarunsorboasubebida—.Aunasí,muchascosasnocambiaron.Larelaciónconsufamilianomejoró.Esciertoquesumadreyhermanalavisitarondurantesuestanciaenelhospital,perolehacíanmásdañoquebienyellamisma prohibió su acceso. Sobre su padre… no sabía cómo actuar ycuando ledijoque sevenía aNuevaYork, séque se sintió aliviado.Sinellacerca,podríarehacersuvidayasífue,secasóyformóunafamiliade

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nuevo.Paraél,Sueescomosinoexistiera,¿acasolovisteacompañarlaalaltar cuando se casó?No—respondió él por lamuchacha—.Yo fui supadrinoyconquiendiscutíaanteseraconél.Comoimaginarás,noquieresaber nada de lo sucedido. Y ni se me pasa por la cabeza llamar a sumadre.ParaSue,nosotrossomossufamiliayahora,tambiénvosotros.Beccaguardósilenciocon lamirada fijaensusmanos.Rememorando

laspalabrasdeRemyeinclusopensandoenlossucesosmáscrudosdelahistoria. No obstante, el hombre prosiguió, ya que al parecer aún teníaalgomásquecontar.—Despuésdetodoaquello,Suenospidióquedejásemosdellamarlapor

susegundonombreylohiciéramosporelprimero.Suabuelapaterna,alaqueellaqueríamuchísimo,siemprelallamabaEllenytodoshacíamoslomismo.PeroellaintentabaseguiradelanteyoptóporenterraraEllen.Ycuando conoció a tu padre… ¡estaba aterrada!Muerta de miedo. Luchóconsussentimientostodocuantopudo.—¿Porqué?—seinteresóRebecca.—Bueno,nohabíaestadoconnadiedesdelosucedidoconMatthew.Le

costabaconfiarensímismayporsupuestotambiénenloshombres.Perotu padre la conquistó y créeme, estaba muy, muy asustada. No deseabaquereratupadre,teníamiedodevolveraequivocarse,devolveraamarysufrir tantocomo lohizoduranteesosaños.Y luchabacontra símisma,contraloquesentía.Laveíataninfeliz,quedecidíconoceratupadreyversieraunbuen tíoyhacerlesaber,quesialgomalo lesucedíaaSue,yoestaría allí para darle su merecido. Como bien sabes, de momento mispuñosnohantenidoquedestrozarlacaradetupadre.RebeccasonrióysesobresaltócuandolasmanosdeRemyrodearonlas

suyas.Enesemomentoalzólavistaymirócaraacaraalhombre.—YoaniméaSueaconfiar,aquedieraunaoportunidadaClark.Ellase

merecía ser feliz y me alegro de que siguiera mi consejo, porque havueltoasonreír.Yporesomismoesperoquetútambiénmeescuches—añadió,dándoleuncálidoapretón—.Estoy segurodequeSue sabíaquetarde o temprano descubrirías que te estaba contando su historia, unasvivenciasquenisiquieratupadreconoce.Ycréeme,paraellanoesnadafácilremoveresosrecuerdos.Perosilohahecho,hasidoporunabuenacausa.Escucha,Becca,comportamientoscomolosquevivióSueocomolosquetúestásviviendo,nosonnormales,nodebenseraceptadosyhayque frenarlos. Una relación no se basa en el control del otro, en el

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aislamientodelapersonaalaquesesuponequeamasymuchomenoslaagredes. Ninguno de esos comportamientos puede ser perdonado.¡Ninguno,Rebecca,ninguno!—expresómásaltode loquequeríaalverquelachicaibaahablar—.Imaginoqueloestaráspasandomal,tesentirásperdida,perosolohazcasoa tucorazónyconfíaen laspersonasque tequieren de verdad. Ellos nunca te defraudarán —añadió, mirando porencima del hombro de la chica, observando a Tyler, Emma, Callie yTristán—.Vete,tusamigosteesperan.Teinformarédecualquiernoticia.Rebeccasepusoenpieycaminóhaciasusamigos,peroantesde iral

encuentrodeellos,segiróyledijoaRemyaquelloqueantesleimpidiócomunicar.—SoloqueríadartelasgraciasporcontármelotodoytambiénaSue.No

sécómopodrécompensarostodoloquehabéishechopormí.El hombre abrazó a la chica y alborotó su cabellera en un gesto

cariñoso.—Estoy seguro de que encontrarás la manera de hacerlo. Eres

inteligente, valiente y harás lo correcto. Ahora ve con tus amigos ydescansa.Rebeccaasintió,peroantesdemarcharseaúnqueríasaberalgomás.—Remy,¿quéfuedeellos?¿DeGlenyMatthew?—Bueno,Glenfuecondenadoporasesinatoyentróenprisión,aunque

murióañosdespués,cuandounsectordelacárcelsequemó.FuelaúnicavezqueSueregresóalaciudad,alentierrodeesebastardo.SobreMatt…—lanzó un amargo suspiro—. Se le diagnosticó algún tipo deesquizofreniayfueaunpsiquiátricodealtaseguridady…y…lapolicíatodavíanolohacomunicado,peroescapóhacedosmeses.—¡¿Qué?!—preguntóaterrorizada—.¡Estálibre!Él…él…seguroque

hasidoélquienhaintentadomataraSue.—Cálmate—lepidióelhombreposandolasmanossobresushombros

—. Lo están buscando y lo encontrarán. Esta vez lo pagará muy caro.Ahoraveydescansa.Eldíadehoytambiénhasidomuyduroparati.Rebeccaasintió,aunqueporunapartedeseabaquedarseallíyestarcerca

cuandoSuedespertase,peroestabaagotadayencompañíadesusamigosabandonóelhospital.En casa de Callie pidieron pedir pizza para cenar. Emma también se

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quedaríaadormir,mientrasqueTyleryTristáncenaríanconellasy lasacompañaríanhastaque lospadresdeCallie estuvierandevuelta.Todoshabíanvistocomolachicasemostrabanerviosatraslasalidadelhospital;al fin y al cabo, la policía no había capturado al atacante de Sue y eranormalquetuvieramiedo.Mientras Rebecca se daba un baño, el grupo organizó la comida

mientras buscaban en la televisión algo que les ayudase a desconectar.Peroalvercuántotardabalachica,Tyseofrecióairabuscarla.HacíaunosminutosBeccahabíaterminadodeducharse.Estabaenropa

interior, pero no podía dejar de mirarse en el espejo, o más bien, losmoratones que lucía su cuerpo debido a la fuerza a la que Derek lasometiócuandolavioló.Horrorizadamiró su cuerpo, lasmarcasque lucía.Yanopodía seguir

guardandosilencio.Estabatancentradamirándose,quenoescuchócomoTylerlallamabayledecíaquelapizzayaestabaallí.Elmuchacho,alnorecibirrespuestadiounpardegolpesenlapuertadelbaño,peroestanoestababiencerradayseabrióligeramente,permitiendoaTyveralachicaenropainterior.Ibaaapartarlavistadeinmediato,masnolohizoalverlos enormes cardenales que lucía su espalda. Y sumido por una grantristeza,entróenelbaño.—¿Qué haces? —preguntó la chica, tomando una camisa con la que

cubrirse—.Sal,Ty.Lárgateahoramismo.El muchacho no respondió. Se acercó a ella y vio otro cardenal de

formaalargada,comosifueranlasmarcasdeunamano,alaalturadeloshombrosdelachica.—¡Rebby!—susurróapenado—.¿Quétehahecho?Ellaleapartólavista.Ellabiohabíacomenzadoatemblarleylosojos

estaban inundados en lágrimas. Pero Tyler seguía ahí. Sus dedos sedeslizaronporsumentón,obligandoaqueambossemirasencaraacara.Nopudoarticularpalabra.Susmanostemblaban,todosucuerpolohacía

y la camisaquecubríapartede losdañosqueDerek lehabía infringidocayódesusmanos.Ahoraestabaaldescubierto,frenteaTyycomenzóallorar.Élnodijonada,laatrajoconcariñoalavezquelesusurrabapalabrasde

cariñoylacubríaconlacamisa.

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Más tarde, sentados en la cama donde Becca dormiría esa noche,esperabanensilencio.Entresollozos,lachicalehabíaconfesadoaTylerlosucedidoenelbañodelasaladebaile.—¿Lo denunciarás?—preguntó Tyler y complacido observó que ella

asentía.Elmuchachosepusoenpieycomenzóacaminardeunladoparaotro,nervioso,dominadoporlarabia,perocuandosedirigióaRebeccaseobligóa tranquilizarse.Estabaasustadayparecíamuchomáspequeñadeloqueyaeraenvueltaenelalbornoz—.¡Joder!—maldijofurioso.—¿Quévasahacer?—leinterrogó.—¡Nada! —bramó enfadado—. Nada, aunque créeme, me encantaría

estrellarmispuñoscontrasucuerpo,perosinolohago,esporti,porqueotroactodeviolencianoharádesaparecerloquetehahecho,sinoqueloempeorará.Y…¡Diosmío!—exclamófurioso—.Meencantaríapatearlo,pero la violencia ya ha formado parte de tu vida durante demasiadotiempoynoquieroquemeveascomounbruto,sinocomoalguienenquesiemprepodrásconfiar—confesó,arrodillándosefrenteaellaytomandosusmanos—.Dejaremosquela justiciaactúe.Eresmenoryélmayordeedad,nosaldrábienparadodeesta.Rebeccaasintió.—Vístete y baja. Esperemos que los demás nos hayan dejado algo de

comer—añadió,sonriendo,intentandoaparentarcalmafrenteaella—.Teesperoabajo.—¡Ty!—susurró—.¿Vendrásmañanaconmigoalacomisaría?ElmuchachoasintióydejósolaaRebecca.Ellasevistiódeinmediatoy

entre las pertenecías que sus amigos le habían traído de casa estaba suteléfonomóvil.LocogióymarcóelnúmerodeNadia.—SoyRebecca…laexdeDerek—dijocuandoelladescolgóelteléfono

—.MañanadenunciaréaDerek,voy…voyaservalienteydarelpaso.Megustaríanohacerlosolayesperabaquemeacompañases.Lasdos juntastendremos más fuerza y podemos impedir que Derek siga haciendodaño…Huboun largosilencioalotro ladode la línea.Nadianodecíanaday

Rebeccaentendíasumiedo,perosabíaquesinohacíanlocorrectonuncaseguiríanadelanteysiempreviviríanconmiedo.—Estábien.Irécontigo.

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LuxDaniels

La agente Lux había pasado la noche en comisaría, analizando las

amenazas que Sue había recibido, esperando encontrar en ellas algunarespuesta.Ademásnodejabade revisarunayotravez ladeclaracióndeRebecca.ElhombrehabíahabladolargoytendidoantesdedispararaSuey puede que en sus palabras dejara entrever algomás, quizás donde seescondía.Todavía estaba esperando los informes del hospital sobre Matthew e

incluso había pedido el listado de las últimas personas que lo habíanvisitado. Ese psicópata no había podido escapar solo, alguien debíahaberlo ayudado, pero quién.Deseaba encontrar alguna respuesta en losinformeso inclusoalgoen lacasadeSue,pues lapolicíacientíficaaúnestabatrabajandoenella.—Lux —añadió Sandra, una joven policía—. Preguntan por ti. Unos

jóvenes,entreellosseencuentralahijastradeSue.Cuando la mujer miró al mostrador de la comisaría, en efecto vio a

Rebecca,acompañadadeotroschicosmás.Una vez les saludó, los acompañó a una sala para hablar con

tranquilidad.Peroantesdesaberloquedeseaban,lesinvitóatomarunosrefrescosypidióaBeccaqueleacompañase.

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—¿Cómoteencuentras?—quisosaberlaagente.—Intento no pensarmucho en ello.La buena noticia es queSue ya ha

despertadoeiréaverlaencuantotermineaquí—dijo,alavezquetomabaelrefrescoqueleofrecíalaagente—.CapturareisaMatthew,¿verdad?—¿Cómo sabes…? —no terminó la pregunta. Necesitaba posibles

respuestas,nosaberquiénlehabíadichoalachicaqueesepsicópatahabíaescapado—.Estabarepasandotuconfesiónymepreguntaba,siahoraqueyahapasadoundía,recuerdasalgomás.—Bueno…parecíaqueconocíatodoslospasosdeSue.Dijoquequería

haberlahechosufrirdurantecuatrodíasmás,perolosucedidoeldíaanteslehizoacelerarelplan.—¿Quéocurrió?—Hmm… mi padre y Sue discutieron por mi culpa. Esa noche Sue

durmió conmigo y por la mañana mi padre se marchó al trabajar sindespedirse.Luxmeditó sobre las palabras de la chica y le pidió que volviera a la

salaconsusamigosmientrasellahacíaunasllamadas.¿AcasoeraposiblequeSueestuvieraespiadaensupropiacasa?¿PodíapensarMatthewqueladiscusióndelmatrimoniopodíaalejaralamujerdesualcance?Con teléfono enmano llamó a la encargada de la investigación en la

viviendadelamujer.—Hola Garrido, soy la agente Daniels. Quiero que envíes al equipo

informativo y busquéis la posibilidad de que la casa tenga cámaras omicrófonos.Traslaorden,volvióalencuentroconRebeccaylosdemás.Cuandovio

alachicapensóqueestabaallíparaponersealdíasobrelainvestigación,algodeloquenopodríahablar.NuncaimaginóqueBeccahubieravividounasituación tanduraamanosdeDerekyqueestuvieraallíparaponerunadenunciaporviolaciónyqueno fuera laúnicachicaquehabíasidomaltratadaporeljoven.Nadia—acompañadapor suhermanoHugo— tambiénestabaallí para

presentarcargos.Todoparecíaserunamañanacomocualquierotraenelinstitutodonde

asistíaRebecca.Derekestabaentercerahora,recibiendoclasedelengua,

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cuandofueinterrumpidaporladirectoradelcentro.Todos los alumnos observaron a la mujer y al profesor hablar unos

segundos,perotambiénvieronqueenlapuertahabíadospolicías,quienesunavezelprofesoradoterminaron,entraronenelaula.CaminaronhaciaDerek,lopusieronenpieyleesposarondeinmediato.—DerekBlack,seleacusadeviolacióndeunamenoryagresión…El agente siguió informándole de sus cargos, además de leerle sus

derechos.Eljovennodijoehizonadaenningúnmomento.Conlacabezagachaabandonóelcentro,con lamiradademuchosalumnosfijasenél,mientrasloscuchicheosllenabanlospasillos.Una vez en comisaría vio a Nadia en compañía de su hermano y a

Rebecca junto aTyler.Quiso decirle algo a esas dos zorras, pero sabíaqueensituacionescomoesaseramejorguardarsilencio.Saldríadeahí,demostraríaqueesasdossehabíanganadotodoloqueleshabíahecho.TantoBeccacomoNadiasuspiraronaliviadasalvercomoeljovenera

llevadoaloscalabozos.Ambaseranconscientesdequehabríaunjuicio,que esto solo acababa de empezar, pero juntas lo superarían. Derekacabaríaentrerejasynuncamásdañaríaaotraschicas.En esemomento, un alteradoClark entró en comisaría buscando a su

hija.LaagenteLuxlehabíainformadodelosucedidoyhabíaidolomásrápido posible.En cuanto vio aRebecca, caminó hacia ella y la abrazó.Aunquealmomentosedirigióalaagente.—¿Dóndeestáesehijodeperra?—preguntófurioso—.¡Voyamatarlo!—Papá…—susurróRebecca,perofueTylerquienlogrócalmarlo.—Señor Kenyon —añadió el muchacho posando una mano sobre su

hombro—.Créame,leentiendoperfectamente.Yotambiéndeseoqueesecanallasufraymeencantaríagolpearlo,peroRebbyyahavistodemasiadaviolenciayconellanoconseguiremosnada.Lajusticiaseharácargo.—¡Hágale caso!—le recomendó Lux—.No empeoré la situación. No

saldrádeesta, suhijaesmenoryél lavioló.Ademáscontamoscon loscargos que también ha presentadoNadia. Ella también fue agredida porDerek.Créame,no saldrábienparado.Aunasí,megustaríahablarunosminutosasolasconusted.Muy a su pesar, Clark le dio la razón a Tyler, aunque no veía el

momento de ver a ese canalla pagar por todo lo que había hecho. Perocomobiendecían,lajusticiaseencargaríadetodo.Ya a solas con la agente, esta le informó en más profundidad sobre

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Rebeccayloscargospresentados,aunquetambiénlehizounasugerencia.Lo mejor para la chica era que comenzase terapia, eso le ayudaría asuperartodolovividodurantelosúltimosmeses.Elmédicoasintió.Porsupuestoélseencargaríadeello.Conocíaa los

mejoresdoctoresyloquemásdeseabaeraelbienestardeRebecca.YtrasdarlelasgraciasaLux,elhombreencompañíadeBecca,Tyler,NadiayHugo,abandonaronlacomisaría.La agente aún tenía mucho trabajo qué hacer, pues debía atrapar al

hombrequehabíaintentadomataraSue.Más tarde laagenteAndreaGarridose reuníaconellaensudespacho.

Pertenecía a la policía científica traía noticias sobre la casa de Sue.Alguien había jaqueado los ordenadores de la ilustradora, lo que lepermitíaconectarlascámarasdelosaparatoscuandoquisieran,pudiendovera lamujeryelentorno.Nosoloeraespiadaa travésde losequiposinformáticos, sino también por las cámaras del nuevo equipo deseguridad.Almenos esto último le dio una pista, ya que el sistema fueinstalado tras el ataque y era posible que el asesino se encontrase en elequipoqueseencargódeinstalarlo.Mientras la agenteGarrido se encargaba de estas averiguaciones, Lux

observó que tenía varias llamadas de un número de teléfono de LosÁngeles, que no tardó en reconocer. Era de la comisaría que se habíaencargado del caso de Matthew y quienes le habían informado que elhombrehabíaescapadodelhospitalpsiquiátrico.Suplicando por tener buenas noticias, llamó y tras unos minutos de

espera,finalmentelepasaronconelencargadodelcaso.—Metemo,agenteDaniels,quenotenemosgratasnoticias—añadióel

mismopolicíaconelquehabíahabladoenotrassituaciones—.Ayerporla tarde unos excursionistas paseaban por la zona boscosa cercana alhospitaly superrodesenterróunamanohumana.Enseguidaenviamosanuestro equipo y ya hemos realizado la autopsia. Es nuestro hombre…Matthew.Llevabamuertodosmeses.Lehabíanacuchilladoconsaña.Lux se frotó las sienes. Este hallazgo ponía patas arriba todo el caso.

Siempre había pensado que ese psicópata era quien había intentadoasesinaraSue,perosiyaestabamuerto,ahoradebíaempezardeceroparaaveriguarquéestabapasando.Tras darle las gracias al agente y pedirle que le enviase a su correo

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electrónicolosresultadosdelaautopsia,comenzóarepasarlosarchivosque tenía hasta el momento e indagó más en la investigación sobre elincendioenlaprisióndondeestuvoencerradoGlen.El informe era breve, conciso y la investigación se había cerrado

demasiadoaprisa.Losinformesdeautopsianodesvelabannadaenclaro.Los cuerpos de los presos que murieron en el incendio no eran muyexactos.Ysuintuicióncomopolicíaledecíaquealgonoibabien.Buscó el nombre del agente encargado del caso y no tardó en

encontrarlo:NathanLeBlanc,por loque llamóa lacomisaríaencargadadel caso y pidió hablar con él.Cuál fue su sorpresa al descubrir que eljovenagentehabíasidotrasladadoenmediodelcasoaAlaska.Tras soltar una maldición hizo las averiguaciones pertinentes para

localizar al policía.Seguía enAlaska, por loquedejóunmensaje en lacomisaríaparaquelallamasecuandopudiera.MientrasesperabaquellegaseinformaciónporpartedeAlaskaoporla

agenciaqueinstalóelserviciodealarmasencasadeSue,Luxsetomóunrespiro. Fue a los baños, donde se dio una gran ducha, además decambiarsederopaysefueaunrestaurantecercanoacomer.Cuando regresó, enseguida la abordóSandra, sobrequien recaían casi

todaslaslaboresderecepcionista.—Tienes a un talNathanLeBlanc esperándote por Skype. Parece algo

inquieto y he intentado localizarte, pero he visto que te has dejado elteléfonoentudespacho.—¡Gracias,Sandra!Luxsedirigióaldespachoytrasencenderelordenadorvioaunhombre

de unos treinta cinco años. Tenía el cabello rubio oscuro, ligeramenteondulado, el cual caía despeinado hasta su nuca. Una incipiente barbaensombrecía su mentón y sus ojos, de un gris claro, mostrabanmelancolía.—¡LeBlanc!—añadió el hombre presentándose—.Me ha sorprendido

quealguienestéremoviendoesecasoynohepodidoevitarpreguntarmeelmotivo.Luxlepusoaldíalomásrápidoyresumidamenteposible,ycomopor

relaciónaSue,elnombredelreclusoGlenhabíasalidoacoacción,unodelospresosquemurieronquemadosenlacárcel.Tras decir esto, lamujer observó como el hombre se recostaba en el

sillónalavezquesefrotabalosojos.

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—AgenteDaniels,me temoque no voy a resultarle de gran ayuda.Nisiquierapudecerrarelcaso.Enmediodelainvestigaciónmetrasladaronaquí.—Eso puede explicar que los informes sean tan inconclusos—añadió

Luxojeandolainformación—.¿Porquésetrasladó?—En realidad, me obligaron. Sabe qué, todo ese caso me olía a

chamusquina. La prisión quería cerrarlo cuanto antes y evitar másinspecciones en las instalaciones y mis jefes también me presionaronporque lo dejase correr. Pero amí nomegustó nada lo que hallé, solocuatrocuerposdeloscincocadáveresquedeberíamoshaberencontrado.La policía científica habló sobre productos químicos y un montón deexcusasbaratasparaexplicarporquenohallamosnadadelquintohombre,¡absolutamentenada!Ynomelocreía,elincendioseapagóenseguida.Noeratiemposuficienteparaqueunodeloscuerposseconvirtieraenceniza.—¿Alguienmanipulólaspruebas?—Creo que les pagaron por ello. En fin, no sería la primera vez que

alguien recibe dinero a cambio de hacer algo—añadió indignado—.Ycreo que uno de los reclusos escapó, hasta pienso que el incendio fueprovocado.—¿Porqué?¿Quiénpodríatenertantopodercomoparahacereso?—¿Me puede decir el nombre del recluso que le ha llevado hasta ese

caso?—GlenDelacroix.Nathantecleóelnombreytorcióunasonrisaalverlosresultados.—Sabíaqueeseapellidomesonabayrecuerdoperfectamentealchico.

Yomismolodetuvecuandonoeramásqueunnovato—confesó—.Añosmástarde,elpadredeestetipoentróenpolíticaysinceramente,creoqueunhijomuertoenunterribleaccidenteesmuchomejorquetenerunhijoencerradoenprisiónporasesinato…siesquerealmentemurió.ALux le sorprendieron las palabras del agente y sumente comenzó a

cavilarsobretalteoría.—¡Muchasgracias!Mehasidodemuchaayuda.—UnacosaDaniels, tengacuidadodondesemete.¡YoacabéenAlaska

porindagardondenodebía!Luxasintióyunavezdioporterminadalaconversación,observóqueel

serviciodeinformáticayalehabíaenviadoasucorreolainformacióndetodoslosempleadosquetrabajabanenlacompañíadeseguridad,incluso

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los eventuales. Eran demasiados, pero aún estaba a la espera de que ledijeranlosnombresdelaspersonasquehabíanpisadolacasadeSue.Mientrastantoechóunvistazoallistadoquelehabíaenviadoelhospital

psiquiátrico dondeMatthewLerman había estado ingresado y las visitasquehabíarecibido.Soloaparecíantresnombres.Eldesumadre,quienalparecer lo visitaba desde el primer momento en el que ingresó, suabogado,dequienimaginóqueríacomprobarsuestadomentalysipodíasacarlo de allí. Y otro nombremás. Este comenzó a aparecer hacía tansolodosaños:JimMarshal.¡JimMarshal!¿De qué le sonaba ese nombre? Se preguntó Luxmientras ojeaba los

informes de prisión, forenses, policía científica. Y cuando en estos nohallóningúndatofuealadeclaracióndeSue.—¡Nopuedeser!—exclamó.Pero tuvo que desviar la atención cuando observó que recibía otro

correo electrónico con la información de las personas que le habíaninstaladoelnuevosistemadealarmaaSue.¡Elnombrecoincidía!Estabaenellistadoytambiénsufoto.Tras tomar su chaqueta y pistola, además de alertar a varios agentes,

condujerondirecciónalhospital.Cuando Rebecca entró en la habitación de Sue, encontró a la mujer

sentadafrenteaunabandejaconlacomida.Aunquepálida,mostrababuenaspectoapesardelgestomohínporelmenúdeesedía.Teníaelhombroizquierdovendado,allídondelehabíandisparadoytambiénelbrazo.Al alzar la vista vio a la chica y apartó la bandeja para que ambas

pudieranestarmáscómodas.—Losientomucho,Becca,deverdadquelosiento.Nosécómonovilo

queDerektehizo.Debíhaberlosupuestoportuactitud…LachicatomóasientojuntoaSueyagarrólamanodelamujer.—Ya le he denunciado… lo he visto esposado y creo que si no me

hubierascontadotuhistoria,nuncamehubieradadocuentadeloquemeestabapasando.Seguiríaconél;perocuandomerelatabas loquevivistedeadolescente,enmuchasocasionesqueríagritartequealguienayudaseaEllen,quenolepermitieranqueesetipolaalejasedelascosasquemáslegustaban.Peronolohice,yoestabaviviendolomismo.

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SuelemirósorprendidayRebeccasupoloqueestabapensando.¿CómohabíadeducidoqueellaeraEllen?—Dijeron tu nombre de soltera cuando esperábamos noticias sobre ti.

DespuésdeesorecurríaRemyparaquemecontaseelfinaldelahistoria—confesó, observando las marcas que asomaban a través del camisón.Aquellas que Matthew le provocó cuando la atacó—. ¿Le contarás laverdadamipadre?—Sí—confesó evitando lamirada de la chica, ya que no deseaba que

viera suvista inundada en lágrimas—.En realidadestaba esperandoquellegasede suviajepara contarte toda laverdad,perounabala aplazóelmomento—añadióintentandoquitarlehierroalasunto.—Nuncahuboningúnaccidentedecoche—susurrólachica,deslizando

susdedosporlasmarcasdelbrazo—.Todaslasvecesquemipadredijoqueteníanaspectodepuñaladas,eranciertas.—Sí.Esmédico,sabeidentificar todaclasedeheridas.Perosidecía la

verdaddebíacontarlahistoriaynoestabalistaparaello.—¿Losuperaréyo?—susurróRebecca—.¿Volveréaserfelizenalguna

ocasión?¿Podrérehacermividadespuésde loqueDerekmehahecho?¿Podré…podréhacerelamorconotrochicosinpensarencómoélmeforzó?ErestanvalienteSue…yyo…Lamujeratrajoalachicahaciaella.Lareconfortóalavezquedejaba

quesedesahogara.—Tú también eres valiente. Puede que estuviera cerca de la

inconsciencia,peromesalvastelavida,Rebecca.Huimosdelhombrequeintentabamatarnos; no perdiste los nervios, ni cuando te apuntó con elarma—confesó,apartándoladeellay limpiándoleel rastrode lágrimas—. ¡Eres una chicamuy fuerte! Lo has demostrado y por supuesto quereharástuvida.Siyopude,túloharás.En esemomento la mirada de Sue fue a la puerta. Durante un par de

ocasiones había visto que un hombre pasaba por la misma en variasocasiones, lanzando un vistazo, pero cada vez que lo hacía, no estabansolas.Obienalgunaenfermerahabíaentradoavercómoestabaeinclusoelmédicodeguardiaarevisarsusdatos.Pero ya estaban solas y cuando entró, cerró la puerta tras él. Vestía

vaquerosyunasudadera.Unagorrallegabaaocultarpartedesusrasgos,pero Sue siempre los reconocería e inmediatamente se puso en pie ycolocóaRebeccatrasella.

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—¡Glen!—exclamósorprendida—.Nopuedeser…¡estásmuerto!Elhombrenorespondió.Sacóunarmadesupantalónyleapuntó.—Hassidotútodoestetiempo—comprendióSue—.Túhasestadotras

lasamenazaseintentastematarnos.CuandoLuxllegóalhospitalinformóalaseguridaddelmismoalavez

queleentregabafotosrecientesdelsospechoso.—Se hace llamar Jim Marshal, como un amigo que tuvo en la

adolescencia y al que asesinó. En realidad se llama Glen y es muypeligroso.Puedequenoestéaquí,peroesunaposibilidad.QuieremuertaaSueKenyonyyahacorridoriesgosenotrasocasiones.—¡Agente Daniels! —interrumpió uno de los jóvenes que venía

corriendo por el pasillo—. Lleva en el hospital un buen rato. Se pusonervioso con recepción por no facilitarle la habitación de la pacienteKenyon.—¿Dóndeestáahora?—preguntólapolicía.—Haencontradolahabitación.Lapuertaestácerradayhacenloposible

porabrirla.Tanto Sue como Rebecca intentaban mostrarse tranquilas. Ambas

escuchaban como intentaban abrir la puerta, seguro que el personal delhospitalintuíaquealgonoibabienysoloeracuestióndetiempoquelassacarandeahí.Mientrastanto,debíandistraeralhombrecomofuera.—Acudíatufuneral.Todosteenterramos.¡Tufamiliaestabadestrozada!—Enrealidadenterrasteisunmontóndecenizas—confesó,sindejarde

apuntarla—.Y no todami familia estaba tan destrozada. ¿Sabías quemipadre lo arregló todo?Él quería vermemuerto, quemado.No era gratopara su campaña política tener a un hijo acusado de asesinato. Queríalibrarse demí y se ganaría muchosmás votantes si de repente tanto élcomosufamiliasufríanunagranydolorosapérdida.—Cambiódeidea,imagino.Teveobastantebien,nisiquieraveorastros

dequemadurasporloquededuzcoquenuncaestuvisteeneseincendio.—Eldineroloestodo,Ellen,¡todo!Ymueveelmundo.Elfuncionario

mevinoconelsoplo.Queríamásdineroysiyoselodaba,quedaríalibre.

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Puedequeestuvierapreso,perolaherenciaquemiabuelodejósobremíse ingresó directamente a mi cuenta en cuanto cumplí los veintiuno. Ycréeme,hehechobuenusodeella.Graciasaesedineroestoyaquíparamatarte.Porquetúereslaculpabledemidesgraciadavida.Portiasesinéamimejoramigoycondenémivida.Ycréeme,nohubodíaenprisiónqueno desease verte muerta. Me juré, que cuando saliera, no pararía hastaverte en la tumba y he de reconocer que has sido muy inteligente. Tucambiodenombremedespistó,eracomosi la tierra tehubiera tragado,peroundíaviunodetuslibros.AlguienloestabaleyendoenelmetroydigamosqueInternetmefacilitóelrestodelainformación.—¡Suelta el arma!—gritó Lux apuntando directamente a la cabeza de

Glen—.Teestoyapuntando.Yanotienesescapatoria.Antesdequepuedasapretarelgatillo,yoyalohabréhechoytussesosestaránesparcidosporlahabitación.PeroapesardelaamenazadeLux,Glenparecíanohaberlaescuchadoy

seguíamirandoaSue.—¿YMatthew?—preguntóella—.Éltambiénestácontigoenesto.—Esepringadonodurónicincominutosfueradelhospital.Loacuchillé

hastaacabarconsuvida.Soloerauncabezadeturco,alguienconquienlapolisedistrajeramientrasyoteacechaba.—¡Sueltalapistola!—gritóLux—.Eslaúltimaoportunidadqueledoy.—He soñado con este momento—confesó un alocado Glen, como si

soloSueyélestuvieranen lahabitación—.Deseoverelmomentoenelquelavidaabandonatucuerpo…Y tras decir estas palabras, Lux apretó el gatillo. El cuerpo inerte del

hombrecayóalsueloalavezqueRebeccagritabadeterror.Cuandolosagentes entraron en la habitación, también lo hizo Clark y abrazó a sumujer e hija y las instó a salir. Gustosamente lo hicieron, pero Sue sedetuvojuntoaGlen.Porfin,todohabíaterminado.

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Epílogo

UnañoymediodespuésEl tiempo había pasado y no habían sido meses fáciles para Sue o

Rebecca,enespecialparaestaúltima,pueshabíatenidoqueenfrentarseaDerek en juicio y relatar ante un jurado todo lo que el chico le habíahecho.Pero fue valiente, no estaba sola. Nadia también se presentó contra el

joven y eso reforzó el caso. Fue favorable hacia las chicas yDerek fuecondenadoporsusdelitos.Suepor fin había podidodejar atrás el pasado.Unavez la agenteLux

supodelaidentidadqueGlenhabíautilizadoduranteestosaños,fuemásfácilseguirsupistaeinclusoaveriguardóndevivía.El joven estaba lleno de rabia e ira. Planificaba sus movimientos al

milímetroe incluso llevabaundiariocon todos lospasosquedaba.Esoles ayudó a concretar los detalles que le quedaban sobre Matthew. Alparecer, el odio que ambos muchachos sentían por Sue los unió yplanificaronunamaneraparaqueelhombreescaparadelpsiquiátrico.PerocomobiendijoGlenantesdemorir,Matt solo fueunacabezade

turcoparadistraeralapolicía.Alfinyalcabo,tambiénloculpabaaélde

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sudesgraciadavida.Y fue gracias a la meticulosidad de Glen lo que había ayudado a

descubrir las personas que le ayudaron a escapar de prisión e inclusodestaparaaquellosagentesqueencubrieronsuhuida.EinclusoGlenteníaguardadodocumentoquemostrabanlosmovimientosquehabíarealizadocon el dinero y las transferencias realizadas a todos aquellos que leayudaban.Sin duda, el hombre se había protegido bien las espaldas y todo eso

ayudóaLuxaencerraralosqueaceptaronelsobornoydejaronlibreaunpeligrosodelincuente.Había llegado el verano y las esperadas vacaciones e iban a reunirse

todosenunacasaenVancouver.LaverdaderafamiliadeSue.YesoseranClark,Remy,Tracy,Samyporsupuesto,Rebecca,aunquetambiénhabíaninvitadoalosamigosdeestaúltima,paraquelachicadisfrutasetambiéndesucompañía.—¡Rebecca!—la llamó su padre desde la planta inferior—.Baja o no

llegaremosalaeropuerto.—¡Solocincominutos!—Nadamásotendremosqueirnossinti.La chica puso los ojos en blanco. Su padre era malísimo para los

faroles.Aunasísedioprisaenterminarloqueteníaentremanos,aunqueantes echó un vistazo a la ventana.Había dos coches que les llevaría alaeropuerto. En uno de ellos esperaban unos impacientes Tristán, Tyler,EmmayCallie,mientrasqueenelsegundovioasupadre,muycariñososonSue.De nuevo desvió la atención al ordenador. Muchas cosas habían

cambiadoenelúltimoaño.Habíarecuperadosuvida.Denuevovolvíaabailaryretomadosucargoenelperiódico.Enesemismomomentoreleíaelúltimoartículopublicado.Desdehacetiemponopuedoevitarrecapacitarsobrelasrelacionesyen

especialsobrelaqueyovivíytodosenestecentroconocen.Séquemuchosnopuedencomprenderelpoderqueejerceunapersonasobreotraparaque

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consiga alejarte de las personas que a uno le importan, deje su vida delado y abandone todo lo que le gusta. Que sin tan siquiera utilizar lafuerzabrutapuedancontrolarloquevistes,tusamistadesycadapasoquedasentuvida.Yolohevividoynoséexplicarcómolleguéaesepunto.Miexmeanuló

comopersonayyohacíacuantoélquería,controlabamispasoseinclusopensamientosparanodecepcionarlo,porquequeríacomplacerloyqueélmetrataseconcariño.Sé cómo empezó todo, con cosas que parecían insignificantes, como

mostrarsemolestoporquehablase conun chico, ¡los celos! y pormuchoque me duela, lo confieso. Me sentí halagada. Si sentía celos de quehablaseconotrochicoesqueleimportaba,noqueríaperderme,yo,laquesiemprehabíasidorechazada,por fin teníaaalguienque le importabayporesomismolecomplací.¡Dejédehablarconotroschicos!Y creedme, eso no es amor. Los celos no pueden traer nada bueno y

cuando cedes en algo, cuando le das a tu pareja la posibilidad decontrolarte,lacosanoquedaráahí.Seguiráyvendránotrosdetallesmás.Elmaquillaje,laropa,lascompañías…querrácontrolarlotodoyesonoesamor.Loscelosnosonsanos,nisignificaque le importesaunapersonamás

porexpresartalessentimientos.Unarelaciónsebasaenelrespetomutuo,el cariño y la aceptación al cien por cien de una persona, no querercambiarla,nimuchomenoscontrolarla.Este artículo va dirigido a todas aquellas chicas que en ocasiones se

pueden llegar a sentir tan pérdidas como yo y decirle que no aceptencomportamientosqueincluyancelosycontrol.¡Esonoesamor!Lasrelacionesnosebasaneneso,sinoenelmutuorespetoycariño.Rebeccasonrió.Estabacontentaconelresultadoyhabíarecibidomucho

apoyo.Aunque loquemásdeseaba erapoder ayudaryque suspalabrasabrieran los ojos a otras jóvenes que estuvieran viviendo una situaciónsimilar.Finalmente apagó el ordenador y se encontró aTyler.Elmuchacho la

rodeóporlacinturaylabesóconcariño.—Tupadremehapedidoquevengaaporti.¡Perderemoselvuelo!La chica le devolvió el beso y agarrados de la mano salieron de la

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habitación.HubountiempoenqueRebeccasepreguntabasipodríasaliradelante, si volvería a amar o sentirse segura, y con ayuda lo habíalogrado.AhoramanteníaunarelaciónsanaconTy.Susamigosestabanasulado,contabaconelapoyodesupadre,deSueynohabíaabandonadoningunodesussueñosoaficiones.

Reflejo©LucíaGonzálezLavadowww.luciag le z .com©Portada:AlexiaJorqueshttp://infoalexiajorques.wix.com/alexiajorques©Encabezadeloscapítulos:LorennTyrhttp://lore nntyr.blogspot.com.e sMaquetacióninterior:LucíaGonzálezLavadoPrimeraedición:Octubre2015