reflexión - día del libro

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“Los libros van siendo el único lugar de la casa donde todavía se puede estar tranquilo” Los premios, Julio Cortázar. Cotidianamente, en nuestro día a día, y de seguro también, en muchísimos otros momentos de nuestra vida, las personas tenemos experiencias de lectura. Al entrar a un negocio; al caminar por la vereda; viajando en colectivo o en auto; sentados frente a la computadora; al pasar por un puesto de diarios; o simplemente, sentados en algún lugar de nuestra casa. En esos momentos, la lectura se hace presente; vive. Quizás, lo más frecuente es que no nos detengamos a reflexionar sobre ello, y directamente lo hagamos por inercia o necesidad: leer un cartel, una noticia en un diario o en un portal de internet, o un párrafo de alguna novela… Todas las lecturas, condicionan nuestra forma de ver e interactuar con el mundo. En ese aspecto, pensar en algún libro que haya pasado por nuestras manos, es inevitable. Todos, o casi todos, hemos pasado por esa experiencia, ese momento de encontrarnos con ese objeto, físico, palpable; incómodo a veces, denso, difícil… o tan liviano, tan ameno y disfrutable que llegamos incluso a no darnos cuenta de que lo tenemos en la mano… Por necesidad, alguna vez tuvimos que leer o atravesar alguna obra clásica para la escuela, la universidad o el profesorado; por placer, hemos tenido la suerte de estar acompañados en un viaje o en alguna espera por algún librito. O en algún café simplemente, sumergidos en una realidad que nos abstrae, pero que no nos ata… quizás por suerte o quizás por desgracia. Hoy, justamente, citando a Julio (si, Julio, así con la confianza y la cercanía que te regala alguien que te confía sus obras para que las leas) en una de sus primeras novelas publicadas, la invitación se extiende a cualquiera que haya experimentado alguna vez, un libro: la idea es poder revivir, en nuestro interior, esa sensación de escape, de sosiego; de adrenalina y misterio; de aventura o de tranquilidad... y que sirva como disparador para reencontrar, para compartir, para acercar y para celebrar aquel objeto preciado de la lectura: el libro.

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Reflexión escrita de Matias Brezovsky para un acto institucional escolar, con motivo de la celebración del Día Del Libro (15/06/2015)

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Page 1: Reflexión - Día Del Libro

“Los libros van siendo el único lugar de la casa donde todavía se puede estar tranquilo”

Los premios, Julio Cortázar.

Cotidianamente, en nuestro día a día, y de seguro también, en muchísimos otros momentos de nuestra vida, las personas tenemos experiencias de lectura. Al entrar a un negocio; al caminar por la vereda; viajando en colectivo o en auto; sentados frente a la computadora; al pasar por un puesto de diarios; o simplemente, sentados en algún lugar de nuestra casa. En esos momentos, la lectura se hace presente; vive. Quizás, lo más frecuente es que no nos detengamos a reflexionar sobre ello, y directamente lo hagamos por inercia o necesidad: leer un cartel, una noticia en un diario o en un portal de internet, o un párrafo de alguna novela… Todas las lecturas, condicionan nuestra forma de ver e interactuar con el mundo.

En ese aspecto, pensar en algún libro que haya pasado por nuestras manos, es inevitable. Todos, o casi todos, hemos pasado por esa experiencia, ese momento de encontrarnos con ese objeto, físico, palpable; incómodo a veces, denso, difícil… o tan liviano, tan ameno y disfrutable que llegamos incluso a no darnos cuenta de que lo tenemos en la mano… Por necesidad, alguna vez tuvimos que leer o atravesar alguna obra clásica para la escuela, la universidad o el profesorado; por placer, hemos tenido la suerte de estar acompañados en un viaje o en alguna espera por algún librito. O en algún café simplemente, sumergidos en una realidad que nos abstrae, pero que no nos ata… quizás por suerte o quizás por desgracia.

Hoy, justamente, citando a Julio (si, Julio, así con la confianza y la cercanía que te regala alguien que te confía sus obras para que las leas) en una de sus primeras novelas publicadas, la invitación se extiende a cualquiera que haya experimentado alguna vez, un libro: la idea es poder revivir, en nuestro interior, esa sensación de escape, de sosiego; de adrenalina y misterio; de aventura o de tranquilidad... y que sirva como disparador para reencontrar, para compartir, para acercar y para celebrar aquel objeto preciado de la lectura: el libro.

M.B.