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REHABILITACION DEL TEATRO METROPOL (1908-1913, Josep Jujol). TARRAGONA Arquitectos: Aparejador: Estructura: Colaboradores estructura: Instal-lacions: Caja escénica: Acústica: Constructor: Promotor: Fecha de restauración: Josep Llinàs. Jaume Martí. BOMA R. Brufau, A. Obiol, Ll. Moya. Teresa Celda Arq Instalacions Arquitectòniques S.A. Santi Serrate. Higini Arau. Foment de Construccion s y Contratas, S.A. Ayuntamiento de Tarragona. 1993-95. : , . o e El antiguo Teatro del Patronato Obrero de Tarragona fue proyectado el año 1908 por el arquitecto tarragonés Josep Jujol (1879-1949), por aquellos años colaborador habitual de Antoni Gaudí. El propietario del teatro era el Obispado de Tarragona, y se trataba de una obra modesta, construida con poco presupuesto y con la idea de disponer de un local de reunión, adecuado para hacer en él representaciones ocasionales y actos de carácter institucional. A lo largo de su vida el edificio sufrió frecuentes e infortunados cambios de propietario y de uso, lo que aceleró su degradación, estando, en el momento de iniciarse su restauración, en situación próxima a la ruina constructiva. La construcción inicial se realizó con medios muy precarios y con sistemas edificatorios estrictamente locales, si bien con el ingenio habitual y la imaginación que siempre caracterizaron el trabajo del genial arquitecto. A finales de los años 80, el Ayuntamiento de Tarragona, a instancias de diversas Instituciones se decidió a comprar el local para convertirlo, aprovechando su espléndido emplazamiento urbano, en el principal Teatro Municipal. Esta actuación se concretó en un Proyecto, redactado por el equipo encabezado por el Arquitecto Josep Llinàs, que también dirigió los trabajos de rehabilitación, llevados a término durante el período 1993-95. El principio básico que guió la restauración fue el mantenimiento del espíritu, de los materiales y de la modestia constructiva del mundo jujoliano. Como ejemplo de esta actitud se puede resaltar la restauración de la vieja escalera que bajaba a la platea, totalmente irreconocible cuando se iniciaron los trabajos, y que se redescubrió con gran sorpresa por parte de todos, cuando al retirar materiales añadidos, se pudieron recuperar los tres soportes iniciales, formados por tres tramos paralelos de pared de ladrillo macizo que definían tres “V” en alzado, tanto lateral como frontalmente, con reducción de todas sus dimensiones a medida que el soporte se aproximaba al suelo. Así, las dos piezas centrales, que en su parte superior la planta tenía una sección de 300x35 cm², y a media altura de 180x15 cm², al llegar al suelo escasamente medía 50x10 cm². Esta disposición de la masa resistente es completamente ilógica si se analiza con criterios de estricto rendimiento estructural, pero se puede entender a partir de las reflexiones de Jujol, que interpretaba el edificio como una alegoría religiosa, entendiendo el escenario y la Sala como “…la Nave de la Iglesia que navega luchando contra las olas del mar de la vida…” , anteponiendo la idea de una barca entre aguas a la de un edificio sobre el suelo. Este tipo de conceptos guiaron el equipo de restauración desde el principio de los trabajos, y así, ante contingencias como ésta, se decidió el mantenimiento absoluto del aspecto original y su recuperación como imagen claramente identificadora de una quilla. Si la base del soporte era insuficiente desde un punto de vista estructural, y razonablemente lo era, no se aceptaría la opción de regruesarla. Haría falta, pues, realizar un esfuerzo imaginativo para modificar los mecanismos de transmisión de las cargas, reconduciéndolas de otra manera o reforzando otros elementos próximos, pero nunca alterando el espíritu de la geometría inicial. Muy próxima a esta escalera se encuentra la esquina de la galería, claramente tratada como la proa de una nave, con una muy interesante solución de encuentro entre el pilar y las jácenas. Es conveniente resaltar la solución de enmarcado del fuste de las columnas con planta en cruz, formada por cuatro angulares roblonados que se dan la espalda. Entendida como solución estructural, esta forma de pilar es, ciertamente, de bajo rendimiento, pero como solución formal es brillante y expresiva. En ningún momento nos planteamos alteración alguna, limitándonos a su estricta restauración funcional. La misma situación se repitió en varias zonas del conjunto. Así, por ejemplo, éste fue el condicionante básico a la hora de reproyectar las galerías de acceso y el techo de platea próximo a la escalera. Se trataba de un ingenioso conjunto de pequeñas cáscaras laminares colgadas normalmente hacia abajo, identificando en unas ocasiones la carcasa sumergida de un barco y, en otras, la visión del agua desde abajo. Un bombardeo durante la Guerra Civil española destruyó una buena parte de estas galerías, que fueron reconstruidas sin ninguna sensibilidad. Afortunadamente algunas piezas resultaron ilesas, y, aunque muy estropeadas, ello posibilitó el que se hiciera una reconstrucción minuciosa de todas las restantes a partir del reconocimiento de las pocas que se salvaron. Los elementos supervivientes se inspeccionaron con detenimiento, procediendo a un respetuoso refuerzo integral, siempre con la intención de que su aspecto final no resultase alterado. Para que así fuese, se actuó principalmente por el interior de esas estructuras laminares, interviniendo especialmente en la recuperación de la capacidad portante de las cruces de platabanda traccionadas y en la mejora de sus condiciones de enlace con los elementos estructurales receptores.Curiosamente,, y a pesar de la potencia visual de estas estructuras laminares, el elemento más singular del Teatro Metropol es, sin duda, el sugerente pilar central aislado, de una funcionalidad arquitectónica y estructural sumamente compleja. Construido con fábrica de ladrillo esculpida con motivos alegóricos diversos, estaba totalmente enmascarado en el momento de iniciar los trabajos. Al descubrir que recogía y vertebraba la mayor parte de los elementos principales de la zona central, su recuperación y su consolidación se convirtieron en uno de los capítulos más apasionantes de todo el proceso.La viguería metálica principal estaba formada por los perfiles convencionales de la época, con IPN de ala estrecha, calculados según la costumbre de la época para una carga total de 450 Kg./m², cantidad claramente insuficiente para el uso que se propone al nuevo Teatro. Estos perfiles reciben bóvedas o cúpulas que se entregan en la altura de su alma, dejando a la vista únicamente la fina cara inferior de su ala. A lo largo de todo el proceso de análisis se detectaron numerosos perfiles insuficientes. El recurso de aumentar su resistencia añadiendo gruesas pletinas horizontales de refuerzo, de mayor anchura que la propia ala, nos parecía una opción poco adecuada, y nos decidimos por la adición, solo donde fuera necesario, de pletinas verticales separadas algunos centímetros de las viejas viguetas y paralelas a ellas, con las que se conectaban a través de unos pequeños montantes planos verticales, convenientemente espaciados de acuerdo con la cuantificación del refuerzo necesario, definido una especie de minúsculas vigas del tipo Vierendeel. Esta solución permite, a pesar del “añadido” apreciar adecuadamente el detalle del encuentro entre láminas y perfiles tal como lo decidió Jujol. Esta solución, realmente poco convencional, aporta una apreciable definición jerárquica del papel resistente de cada pieza, sin alterar apenas las proporciones.Las primitivas vigas de palastro del techo superior quedaron inutilizadas al cambiar la cubierta para adaptarla a la nueva funcionalidad teatral. No obstante, se decidió mantenerlas visualmente, por la importante imagen que otorgaban al plano superior de la gran sala. Se dejaron relegadas para funciones secundarias, como soporte de algunas pasarelas de iluminación, siendo en realidad substituidas por un conjunto de nuevas cerchas que se apoyan en cuatro grandes pilares de hormigón armado, de nueva planta, que se sitúan en las cuatro esquinas de la platea, quedando ocultos por la nueva piel de cerramiento interior, pasando totalmente inadvertidos. Este recurso posibilitó que los finísimos pilares metálicos circulares que anteriormente soportaban los anfiteatros y la cubierta, y que debían ser modificados al no poder cumplir con los nuevos requisitos estructurales, pudiesen conservarse en su estado inicial, al quitarles la parte de carga de cubierta que anteriormente les llegaba. Las exigencias funcionales de evacuación de emergencia de un teatro moderno nos obligaron a redimensionar la escalera de comunicación entre niveles, inicialmente adosada a la medianera lateral de la sala. Dado su mal Planta Amfiteatro Sección perpendicular en la escena ( Proyecto ) Sección perpendicular en la escena ( antes de la reforma )

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REHABILITACION DELTEATRO METROPOL(1908-1913, Josep MªJujol). TARRAGONA

Arquitectos:

Aparejador:

Estructura:

Colaboradores estructura:

Instal-lacions:

Caja escénica:

Acústica:

Constructor:

Promotor:

Fecha de restauración:

Josep Llinàs.

Jaume Martí.

BOMA R. Brufau, A. Obiol, Ll. Moya.

Teresa Celda Arq

Instalacions Arquitectòniques S.A.

Santi Serrate.

Higini Arau.

Foment de Construccion s y

Contratas, S.A.

Ayuntamiento de Tarragona.

1993-95.

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o e

El antiguo Teatro del Patronato Obrero de Tarragona fueproyectado el año 1908 por el arquitecto tarragonés JosepMª Jujol (1879-1949), por aquellos años colaboradorhabitual de Antoni Gaudí. El propietario del teatro era elObispado de Tarragona, y se trataba de una obra modesta,construida con poco presupuesto y con la idea de disponerde un local de reunión, adecuado para hacer en élrepresentaciones ocasionales y actos de carácterinstitucional.A lo largo de su vida el edificio sufrió frecuentese infortunados cambios de propietario y de uso, lo queaceleró su degradación, estando, en el momento deiniciarse su restauración, en situación próxima a la ruinaconstructiva. La construcción inicial se realizó con mediosmuy precarios y con sistemas edificatorios estrictamentelocales, si bien con el ingenio habitual y la imaginación quesiempre caracterizaron el trabajo del genial arquitecto.

A finales de los años 80, el Ayuntamiento de Tarragona, ainstancias de diversas Instituciones se decidió a comprar ellocal para convertirlo, aprovechando su espléndidoemplazamiento urbano, en el principal Teatro Municipal.Esta actuación se concretó en un Proyecto, redactado por elequipo encabezado por el Arquitecto Josep Llinàs, quetambién dirigió los trabajos de rehabilitación, llevados atérmino durante el período 1993-95. El principio básico queguió la restauración fue el mantenimiento del espíritu, de los

materiales y de la modestia constructiva del mundojujoliano.

Como ejemplo de esta actitud se puede resaltar larestauración de la vieja escalera que bajaba a la platea,totalmente irreconocible cuando se iniciaron los trabajos, yque se redescubrió con gran sorpresa por parte de todos,cuando al retirar materiales añadidos, se pudieronrecuperar los tres soportes iniciales, formados por trestramos paralelos de pared de ladrillo macizo que definíantres “V” en alzado, tanto lateral como frontalmente, conreducción de todas sus dimensiones a medida que elsoporte se aproximaba al suelo. Así, las dos piezascentrales, que en su parte superior la planta tenía unasección de 300x35 cm², y a media altura de 180x15 cm², alllegar al suelo escasamente medía 50x10 cm². Estadisposición de la masa resistente es completamente ilógicasi se analiza con criterios de estricto rendimiento estructural,pero se puede entender a partir de las reflexiones de Jujol,que interpretaba el edificio como una alegoría religiosa,entendiendo el escenario y la Sala como “…la Nave de laIglesia que navega luchando contra las olas del mar de lavida…” , anteponiendo la idea de una barca entre aguas a lade un edificio sobre el suelo. Este tipo de conceptos guiaronel equipo de restauración desde el principio de los trabajos,y así, ante contingencias como ésta, se decidió el

mantenimiento absoluto del aspecto original y surecuperación como imagen claramente identificadora deuna quilla. Si la base del soporte era insuficiente desde unpunto de vista estructural, y razonablemente lo era, no seaceptaría la opción de regruesarla. Haría falta, pues,realizar un esfuerzo imaginativo para modificar losmecan ismos de t ransmis ión de las cargas ,reconduciéndolas de otra manera o reforzando otroselementos próximos, pero nunca alterando el espíritu de lageometría inicial.

Muy próxima a esta escalera se encuentra la esquina de lagalería, claramente tratada como la proa de una nave, conuna muy interesante solución de encuentro entre el pilar ylas jácenas. Es conveniente resaltar la solución deenmarcado del fuste de las columnas con planta en cruz,formada por cuatro angulares roblonados que se dan laespalda. Entendida como solución estructural, esta formade pilar es, ciertamente, de bajo rendimiento, pero comosolución formal es brillante y expresiva. En ningún momentonos planteamos alteración alguna, limitándonos a suestricta restauración funcional.

La misma situación se repitió en varias zonas del conjunto.Así, por ejemplo, éste fue el condicionante básico a la horade reproyectar las galerías de acceso y el techo de platea

próximo a la escalera. Se trataba de un ingenioso conjuntode pequeñas cáscaras laminares colgadas normalmentehacia abajo, identificando en unas ocasiones la carcasasumergida de un barco y, en otras, la visión del agua desdeabajo. Un bombardeo durante la Guerra Civil españoladestruyó una buena parte de estas galerías, que fueronreconstruidas sin ninguna sensibilidad. Afortunadamentealgunas piezas resultaron ilesas, y, aunque muyestropeadas, ello posibilitó el que se hiciera unareconstrucción minuciosa de todas las restantes a partir delreconocimiento de las pocas que se salvaron. Loselementos supervivientes se inspeccionaron condetenimiento, procediendo a un respetuoso refuerzointegral, siempre con la intención de que su aspecto final noresultase alterado. Para que así fuese, se actuóprincipalmente por el interior de esas estructuras laminares,interviniendo especialmente en la recuperación de lacapacidad portante de las cruces de platabandatraccionadas y en la mejora de sus condiciones de enlacecon los elementos estructurales receptores.Curiosamente,,y a pesar de la potencia visual de estas estructuraslaminares, el elemento más singular del Teatro Metropol es,sin duda, el sugerente pilar central aislado, de unafuncionalidad arquitectónica y estructural sumamentecompleja. Construido con fábrica de ladrillo esculpida conmotivos alegóricos diversos, estaba totalmenteenmascarado en el momento de iniciar los trabajos. Aldescubrir que recogía y vertebraba la mayor parte de loselementos principales de la zona central, su recuperación ysu consolidación se convirtieron en uno de los capítulos másapasionantes de todo el proceso.La viguería metálicaprincipal estaba formada por los perfiles convencionales dela época, con IPN de ala estrecha, calculados según lacostumbre de la época para una carga total de 450 Kg./m²,cantidad claramente insuficiente para el uso que se proponeal nuevo Teatro. Estos perfiles reciben bóvedas o cúpulasque se entregan en la altura de su alma, dejando a la vistaúnicamente la fina cara inferior de su ala.A lo largo de todo elproceso de análisis se detectaron numerosos perfilesinsuficientes. El recurso de aumentar su resistenciaañadiendo gruesas pletinas horizontales de refuerzo, demayor anchura que la propia ala, nos parecía una opciónpoco adecuada, y nos decidimos por la adición, solo dondefuera necesario, de pletinas verticales separadas algunoscentímetros de las viejas viguetas y paralelas a ellas, con lasque se conectaban a través de unos pequeños montantesplanos verticales, convenientemente espaciados deacuerdo con la cuantificación del refuerzo necesario,definido una especie de minúsculas vigas del tipoVierendeel. Esta solución permite, a pesar del “añadido”apreciar adecuadamente el detalle del encuentro entreláminas y perfiles tal como lo decidió Jujol. Esta solución,realmente poco convencional, aporta una apreciabledefinición jerárquica del papel resistente de cada pieza, sinalterar apenas las proporciones.Las primitivas vigas depalastro del techo superior quedaron inutilizadas al cambiarla cubierta para adaptarla a la nueva funcionalidad teatral.No obstante, se decidió mantenerlas visualmente, por laimportante imagen que otorgaban al plano superior de lagran sala. Se dejaron relegadas para funcionessecundarias, como soporte de algunas pasarelas deiluminación, siendo en realidad substituidas por un conjuntode nuevas cerchas que se apoyan en cuatro grandes pilaresde hormigón armado, de nueva planta, que se sitúan en lascuatro esquinas de la platea, quedando ocultos por la nuevapiel de cerramiento interior, pasando totalmenteinadvertidos. Este recurso posibilitó que los finísimos pilaresmetálicos circulares que anteriormente soportaban losanfiteatros y la cubierta, y que debían ser modificados al nopoder cumplir con los nuevos requisitos estructurales,pudiesen conservarse en su estado inicial, al quitarles laparte de carga de cubierta que anteriormente les llegaba.Las exigencias funcionales de evacuación de emergenciade un teatro moderno nos obligaron a redimensionar laescalera de comunicación entre niveles, inicialmenteadosada a la medianera lateral de la sala. Dado su mal

Planta AmfiteatroSección perpendicular en la escena ( Proyecto ) Sección perpendicular en la escena ( antes de la reforma )