relajación, tranquilidad
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Las culturas orientales, han traído las mándalas como objeto de relajación, tranquilidad y
reflexión, mientras se trabaja una mándala el niño permanece relajado y concentrado en su
trabajo, favorece, por lo tanto, la concentración, el equilibrio, la relajación, el desarrollo de la
psicomotricidad fina de manos y dedos, la creatividad e imaginación. Fomentan la atención y la
concentración. Promueven el bienestar interior del niño, al centrarse en una actividad placentera
como es el hecho de pintar.
Las emociones que se trabajan son:
Reflexión.
Tranquilidad.
Concentración artística.
Estado de ánimo.
Desarrollo de la paciencia.
Confianza y seguridad.
Trabaja con mucha tranquilidad, reflexión y concentración.