relato corto

CONCURSO RELATO CORTO____________________________________________________

INDICE:

EL EJERCITO ROEDORo AUTOR/A: DAVID ÁVILA GARCÍAo CURSO: 1º E.S.O.

EL HADA EXIMIo AUTOR/A: AZUCENA ÁVILA RAMÍREZo CURSO: 5º PRIMARIA

EL GRAN EQUIPOo AUTOR/A: JOSÉ MORENO PASADASo CURSO: 6º PRIMARIA

NIEVEo AUTOR/A: OLGA AGEA CARRILLOo CURSO: 2º E.S.O.

HISTORIA DE MOCLÍNo AUTOR/A: LIDIA PÉREZ MARTIN DE

VILLODRESo CURSO: 5º PRIMARIA

EL SAPITOo AUTOR/A: LAURA GARCÍA MARTÍNo CURSO: 2º E.S.O.

EL EJÉRCITO ROEDOR

Érase una vez un ratón que vivía en un pueblo. El ratón se llamaba Pérez. Un día por la noche lo perseguía un gato y, se metió, al tropezar en un agujero que daba a una alcantarilla. Iba muy asustado, porque sabía que en las alcantarillas vivían las ratas.

C.P.R. LAS ATALAYASPUERTO LOPE 2.007-08


Quería salir, pero no podía. De repente, se encontró con la reina de las ratas. Ella le pregunto:-¿Qué haces tu aquí?El le dijo muy asustado y temblándole la voz:- Estoy aquí porque me estaba persiguiendo un gato y al tropezar caí.Ella le dijo:- No te asustes porque vamos a solucionar ese problema. Vamos a reunirnos todas las ratas y los ratones para que los gatos no puedan con nosotros.

Entonces todas las ratas al oír eso con una especie de eco, fueron al lugar en el que estaban. Dijeron que ellas opinaban lo mismo y que también querían unirse a ellos. Fuera de la

alcantarilla, los gatos seguían cazando ratones y los que se escapaban se metían en una alcantarilla llena de ratas que, ya conocían las noticias de la guerra.Ellas preguntaban:-¿Conocéis la noticia?- Ellos respondían que no.Ellas explicaron que las ratas y los ratones vamos a intentar eliminar a los gatos de pueblo. “Venid que vamos con nuestros jefes Pérez y Reina,” les dijeron.

Ellos fueron hacia donde se encontraban y Pérez dijo:- “Avisad a todos los ratones y ratas del pueblo para que vengan esta noche a este mismo lugar”.

Esa noche fueron a la alcantarilla todas las ratas y ratones del pueblo. El les dijo:- Esta noche nos hemos reunido aquí nada más y nada menos que 20000 ratas y ratones. Esta noche, cuando menos se lo esperen los gatos vamos a ir a por ellos, y les vamos a morder hasta quitarles el pelo y una pequeña parte de la piel.

Salieron y les quitaron la piel a 30 gatos. Después de dos semanas, todos los gatos del pueblo, se asustaban de los ratones.



Ellos entraban a las casa como los gatos lo hacían, porque las personas no querían a los gatos.

Y así fue como los ratones de ese pueblo se quitaron la obligación de esconderse de los gatos si no querían morir. Los ratones fueron la mejor mascota después del perro para los humanos.

Texto: David Ávila García

EL HADA EXIMI

Había una vez un hada que se llamaba Eximí , ella era pequeñita, morena, guapa y siempre era cariñosa con los demás. Un día ella estaba en su casa cuando vio a un hombre con una sierra mecánica. Eximí no sabía qué iba a hacer el hombre. Él cogió la sierra y empezó a talar los árboles. Eximí aviso a todas las hadas para que se escondieran en una cueva que tenía un oso, que era amigo de ellas.

Cuando pasaron unas cuatro horas estaban casi todos los árboles cortados, no había ninguna planta ni flores, y cuando todas las hadas vieron aquello se entristecieron. Ellas se fueron a vivir a los árboles que no estaban



cortados, que eran muy pocos. Eximí vivía con sus titos y con unas amigas.

Al día siguiente, el hada Eximí fue a dar un paseo y vio algunas plantas secas y, mientras iba por el camino, la vio una niña, Eximí se dio cuenta y se escondió en un árbol que había cerca y el hada se asustó. La niña dijo: -No te escondas te he visto, ¿eres un hada?

El hada salía de su escondite asustada, la niña se quedó con la boca abierta al verla y tragó saliva, el hada dijo:-No le digas a nadie que me has visto por favor.

La niña le dijo:-Vale no le diré a nadie que te he visto, pero ¿como te llamas?-Me llamo Eximí ¿como te llamas tú?-Yo me llamo Cristina.

El hada Eximí y Cristina hablaron sobre los árboles y la naturaleza; que los hombres ensuciaban mucho la naturaleza y el porqué cortaban los árboles. Cristina vio que anochecía y le dijo al hada: -Me tengo que ir a mi casa, mi madre estará muy preocupada, adiós.-No importa ¿vas a venir mañana? -Claro que si, por supuesto.

La niña se fue y el hada se quedó sola y triste, Eximí se fue a su casa a merendar y mientras que iba a casa veía a muchas hadas plantando árboles y flores. El hada pensaba ‘por favor que nadie me haya visto con Cristina’ por que según la ley de las hadas está prohibido verse con los humanos.

Al día siguiente el hada se levantó con muy buen humor y fue a ayudar a plantar semillas y cuando terminó fue al sitio de ayer a ver si estaba su amiga Cristina, pero no la veía por ningún sitio el hada tenía miedo por si no volvía a ver a Cristina, Eximí se sentó y esperó hasta que llegó corriendo Cristina, luego el hada

Eximí le dijo:-¿Por qué has venido tan tarde, creía que no te volvería a ver?



-No pienses en eso claro que me vas a ver más.-Me alegra que nunca nos vamos a separar.

Cuando estaban hablando, las vio un hada que se llamaba María. Ella, iba para jugar con Eximí y el hada Eximí se asustó mucho. María sacó un libro mágico y leyó en el libro que Cristina era hija del hombre con la sierra (el leñador del bosque), Eximí cogió el libro y lo miró y ella dijo:-¿Es eso verdad, tú eres hija del leñador?-Si eso es verdad, lo siento-No me hables no te quiero ver más.

El hada se fue y Cristina tenía el corazón roto, pero de pronto a Cristina se le ocurrió una idea ella fue corriendo a su casa y le dijo a su padre:-Papá ¿te gusta tu trabajo? ¿no te parece malo para la naturaleza cortar tantos árboles?-Es verdad cariño voy a dejar mi trabajo.- Gracias papiAl día siguiente fue el padre de Cristina a su casa y le dijo a Cristina:-He dejado mi trabajo y ahora soy escritor y voy a escribir un cuento de hadas Cristina se fue muy contenta al bosque y le dijo a María:-Dile a Eximí que venga por favor, tengo que contarle una cosa.- Vale yo se lo diré.

Al cabo de pocos minutos llegaron las dos hadas y Cristina dijo:-No te pelees mi padre ya no trabaja en eso, trabaja de escritor y esta escribiendo un libro sobre hadas.

-Ya no estoy enfadada, estoy contenta y me gustaría conocer a tu padre.-Vale ahora te lo presento ya verás como es muy bueno. Cristina fue a su casa, cogió a su padre del brazo y lo llevó al bosque, allí todos se conocieron. El padre se quedó asombrado del mundo de las hadas y se hizo famoso escribiendo muchos

libros de hadas.

Texto:Azucena Ávila Ramírez



EL GRAN EQUIPO

Este verano, tenía una gran ilusión, era, formar un equipo de fútbol. No lo pude hacer, porque me tenía que ir de vacaciones con mi madre a la playa. Pero cual fue mi sorpresa, que allí, me encontré con unos niños que se llamaban: Pablo, Ureña, Mario, Rubén,… y a ellos también les gustaba mucho jugar al fútbol.

Empezamos a hacernos amigos, nos veíamos todos los días en la playa, jugábamos y decidimos hacer un equipo de fútbol playa, eso nos serviría de entrenamiento para, posteriormente, hacer cada uno su equipo de verdad. Todos los días a las 11 quedábamos, en el portal de la casa, para irnos a la playa y entrenarnos, en un campo de arena que había, cada vez lo hacíamos mejor.

Un día, estando entrenando, apareció un hombre, que se llamaba Amarelle, era alto, delgado, moreno, con ojos verdes, amable, cariñoso, sonriente y ¡cual fue nuestra sorpresa!, cuando nos esteramos que era un gran jugador de fútbol playa. Él, al vernos entrenar, se puso a jugar con nosotros y se ofreció a entrenarnos. Todos nos quedamos asombrados y alucinados, no nos lo podíamos creer, ¡un gran futbolista entrenándonos a nosotros!

Todos los días, estábamos deseando que llegara la hora, para poder ir a la playa y seguir jugando. Pero un día, Amarelle nos dijo que tenía una sorpresa para nosotros. ¿Qué sería? Estaba preparando un torneo de fútbol playa con otro amigo suyo, también futbolista. Lo convocaron y se fueron apuntando equipos y más equipos, en total eran 16.

Nuestro equipo se llamaba “el gran equipo de fútbol playa” y empezamos la competición contra otro que se llamaba “los terremotos”, les ganamos 12-2 y así en los días posteriores fuimos jugando contra los otros equipos y a todos les ganamos.

Pasamos todas las eliminatorias y en la final jugamos contra “los amigos” que era el equipo que entrenaba el amigo de Amarelle y ¿sabéis lo que pasó? Que ganamos en la prórroga por 13-12. Estábamos todos contentísimos y cuando fuimos a cambiarnos al vestuario Amarelle nos dijo: ¡Tengo una sorpresa para vosotros! Todos nos quedamos mudos, esperando a que él empezara a hablar.

De pronto, nos dijo: -“Os ha estado viendo un gran entrenador y a dos de vosotros os quiere fichar para la selección española de fútbol”. Todos estábamos esperando que dijera los nombres, pero él no lo hacia. Nos indicó que nos



cambiáramos y que durante la celebración del triunfo con nuestros padres y madres nos diría los nombres de los dos seleccionados.

Todos estábamos muy nerviosos, deseábamos que el tiempo pasara volando. Nos fuimos al hotel, donde en la celebración, allí estaban nuestros padres esperándonos para darnos la enhorabuena. Cuando todo el mundo se estaba divirtiendo, Amarelle llamó la atención a todos y dijo a los padres:

- Os tengo que dar una buena noticia, dos de vuestros hijos han sido elegidos para ir a jugar con la selección española de fútbol playa, a continuación diré los nombres, que son Pepe y Miguel. Desearía que sus padres vinieran mañana a hablar conmigo para ver las condiciones. Os espero a las 12 en la playa.

Así que, al día siguiente, mi madre y los padres de Miguel fueron a la playa a hablar con Amarelle y el seleccionador español y nos dijo que teníamos que irnos a vivir a Mallorca durante un año. Eso no le gustó mucho a nuestros padres, pero al final nos dejaron, siempre que ellos pudieran venir con nosotros. Amarelle les dijo que por supuesto, que eran muy pequeños para ir solos.

Fue el mejor verano de mi vida, nunca imaginé que en la playa, a la que en un principio, no me quería ir, podría sucederme todo aquello. Volví a mi pueblo y se lo conté a todos mis amigos. No se lo podían creer, pero era verdad.

Al final, mi madre y yo

comenzamos a hacer las maletas para trasladarnos junto a Miguel a Mallorca. Nos fuimos en un vuelo desde el aeropuerto de Granada. Nuestra vida había cambiado por completo, tanto para nosotros como para nuestros padres. Comenzábamos una nueva etapa lejos de nuestro pueblo, al que volveríamos en vacaciones. Todos éramos felices, habíamos conseguido algo inimaginable.



Texto:José Moreno Pasadas

NIEVE

La casa era muy cómoda, la temperatura dentro de ella, ideal, la comida exquisita. Pero a él ya nadie lo quería, lo habían olvidado como si jamás hubiese existido. Sobre todo ella lo ignoraba. Ella que tantas veces le había contado sus secretos, como aquel en que un día Zaida fue de excursión con su pandilla al bosque.

Llevaban bocadillos y bebidas para todo el día, porque era verano y pensaban ir a bañarse a una piscina que el abuelo de Zaida tenía junto a una cabaña en la que guardaba cosas viejas que ya no necesitaban en su casa.

La piscina era enorme y el agua estaba muy limpia, además el entorno era súper bonito porque en medio del bosque todo era verde, había árboles frutales y unas hierbas muy espesas. Su abuelo solía ir mucho por allí porque todo estaba muy bien cuidado.

La pandilla de amigos se llevaba muy bien, eran cuatro niñas y tres niños. Las chicas, una vez que llegaron se metieron en la cabaña para cambiarse de ropa y ponerse el bañador, mientras que los niños colgaban las hamacas debajo de los árboles y esperaban a las chicas impacientes para bañarse todos juntos.

Así que el día transcurrió muy bien y a la hora de volver ya lo habían dejado todo tal y como estaba a su llegada.



Zaida un poco antes de marcharse había cogido una araña pequeña y la había metido en la mochila de uno de los chicos, jamás pensó que aquella araña fuera venenosa. Al llegar a su casa, Carlos, empezó a sentirse mal, tenía fiebre y la piel muy roja.

La araña le había picado en la espalda y tuvo que estar tres días ingresado en el hospital. Zaida estaba muy preocupada, todo había sido por su culpa y se sentía muy mal. Si ella no hubiera cogido aquella araña, nada de esto estaría pasando. Pero ella lo hizo solo por gastarle una broma, no sabía que era venenosa.

Al final, se puso bien pero Zaida había pasado los peores días de su vida y ese secreto sólo se lo reveló a su amigo del alma, ese al que hoy ya no quería, ni mimaba, ni cuidaba... Ahora lo había olvidado por completo.

Así que se sentía tan mal, que decidió marcharse de aquel lugar que, hasta hacia muy poquito tiempo, había sido su hermoso hogar. Salió fuera sin mirar atrás.

En la calle hacia muchísimo frío, era invierno, y la nieve caía en grandes copos.

El

viento azotaba con fuerza y empezaba a anochecer, pero eso no le importó en absoluto porque ahora sentía la sensación de libertad y disfrutaba de ese deseo de ser libre, que alguna vez había imaginado.

Siguió andando, hundiendo sus fríos pies sobre la nieve, y mirando de vez en cuando hacia atrás para ver la marca que iba



dejando, y eso le proporcionaba más felicidad porque sabía que iba a empezar una nueva vida.

Conforme iba avanzando, una luz amarillenta se hacia cada vez más brillante.

Había llegado a una casita donde todo era pobreza, sólo la luz que el había visto era potente. Empujó a la puerta y alguien muy pequeñito le recibió. Estaba sentado al lado de un fuego y sus padres junto a él.

Disponían de muy poca comida y su casa no tenía ningún lujo para disfrutar. Pero el amor y la paz que desprendían hizo que él lo captara y sin dudarlo un momento pensó que ese sería el hogar que el siempre había imaginado.

Decidió quedarse a vivir allí con aquella humilde familia.

Fue el mejor regalo que jamás tuvo el pequeño. Porque el perro Nieve jugaba con él y protegía siempre a toda la familia.

Texto:Olga Agea Carrillo

HISTORIA DE MOCLÍN

Moclín es un pueblo muy bonito, situado al lado de una montañita. Hay muy pocos habitantes, aproximadamente 500 personas; todos nos tratamos como una familia. Moclín es más o menos como un cortijillo mediano. Te levantas nada más escuchar a



los pajaritos cantar a José, un vecino que esta todo el día dando vueltas por Moclín, y al que su hermana Pepa le dice siempre:- ¡¡¡Joséééé!!! ¿A donde vas? Ya estas por ahí todo el rato.

Allí los perros y los gatos no están encerrados como en las ciudades, donde los pobres, no tienen para corretear. Andan sueltos por el pueblo. ¡Como en un cortijillo! Pero un cortijo un poco abuelillo, digo esto porque solo hay abuelillos en el pueblo. La gente joven cuando se casa se va a otro pueblo o a Granada. Hay tan poquitos niños que se ha tenido que cerrar la escuela. Ahora os voy a contar como eran los últimos años en la escuela de Moclín.

Al principio había bastantes niños, con solo decir que las dos grandes clases que hay estaban llenas. Pero una familia se fue a Almería, otra a Maracena, otros ya eran grandes y se tenían que ir al colegio de Puerto Lope. Nos quedamos tan solo doce niños en el colegio. Al año siguiente se fue otra niña a Puerto Lope, y como había más niños pequeños que de primaria las madres pensaron en llevarse a sus hijos al colegio de Puerto Lope; nos quedamos ocho niños. Al año siguiente se fueron otras dos niñas porque sus padres compraron una casa en Puerto Lope, y en Septiembre del año siguiente curso, se fueron otros dos niños, uno porque vendieron la casa de Moclin y se fueron a vivir a Puerto Lope y otro porque ya tenía que hacer la E.S.O.

Total, que nos quedamos tan solo cuatro. Pero la madre de dos niños empezó a trabajar en Puerto Lope y como solo quedaban dos



decidieron cerrar la escuela y llevar a todos los niños de Moclin al colegio de Puerto Lope.

La escuela ahora está cerrada por el día, pero por las tardes las asociación de mujeres de Moclín hacen trabajos manuales, por ejemplo sábanas, manteles, platos pintados por ellas y hasta gimnasia terapéutica para las más ancianas.

Texto:Lidia Pérez Martín de Villodres

EL SAPITO

Érase una vez, un pozo donde vivía una familia de sapos, y el más pequeño soñaba por conocer el mundo que había más arriba.

Al pozo acudía a sacar agua mucha gente. Un día, el sapito se metió en el cubo, para poder salir a la superficie.- ¡Que bicho más feo!- dijo un campesino que vivía cerca del pozo.

Luego el campesino quiso darle un pisotón, pero el sapito pudo escapar.- ¿Por qué habrá querido

pisarme? ¡Yo a él no le he hecho nada!- se decía el sapito, temblando de susto. Pero pronto se le olvidó lo sucedido y encontró un sitio precioso.



- ¡Este lugar sí que es bonito, y no el pozo tan oscuro!-exclamó.Entonces vio mariposas volando hacia el cielo, haciendo brillar sus colores al sol.

-¡Es fantástico, parecen flores volando!- grito el sapito. Y luego pensó: si nada más salir del pozo ya he visto cosas tan hermosas, ¿Qué maravillas me esperan?Al llegar a una huerta, oyó una voz que decía:-Tú eres nuevo aquí ¿no?- Miró el sapito a una col a una pequeña oruga.- ¿Qué haces ahí?- le preguntó el sapito a la oruga.-¡Esta es mi casa!- Dijo la oruga. Entonces llegó una gallina, y de un picotazo la tiró al suelo. La oruga al caer al suelo se enroscó, formando

una bola pequeña. Ya iba la gallina a comérsela, cuando el sapito se puso en medio dando saltos.

-¡Qué bicho más feo!- chillo la gallina. Y como el sapito le daba asco, se fue de allí. -¡De buena te he librado, amiga oruga!- dijo el sapito.- ¿Pero que dices?-protesto la oruga.- ¿No te has dado cuenta de que me he salvado gracias a mi inteligencia y a mi habilidad?- Y dicho esto, la oruga se fue y lo dejó plantado.

El sapito se quedó triste al estar solo. Pero decidió olvidarlo y seguir adelante. ¡El mundo seguía siendo hermoso! Poco después, tumbado

en una seta, vio a un par de cigüeñas volando, y exclamó:-¡Como me gustaría volar así! ¡Tal vez si me hiciera su amigo podrían enseñarme!- Estaba siguiéndolas con la vista, para averiguar en donde tenían el nido, cuando de repente dos sombras gigantescas le quitaron el sol de la tarde. Muy asustado, el sapito, se ocultó bajo una hoja. Pero de pronto se vio rodeado de cuatro enormes zapatos.- ¿Qué sapo más raro?-dijo

uno de los hombres.- ¡Voy a meterlo en una botella para mi colección!-



¡Déjalo en paz!- dijo el otro.- ¿No te has parado a pensar que quizás sienta lo mismo que nosotros?-

Los hombres siguieron el camino y el sapito se libró de morir en la botella. -¡Si supiera volar como las cigüeñas, estaría más seguro!- pensó.- ¡Voy a intentar hacerme su amigo!- En el nido la cigüeña le decía a sus hijos:

-Iré a buscaros el desayuno. Vaya, me parece que por ahí veo un sapo de los más apetitosos…

Cuando el sapito vio llegar a la cigüeña, pensó:-¡Qué bien! ¡Viene a buscarme para ser su amigo!- y dio un salto de alegría, que le salvó de la muerte, pues el afilado pico, ¡rasss!, sólo le rozó.

El sapito había vuelto a escapar. Entonces se hizo de noche, y al ver la luna pensó:-El mundo está lleno de peligros, pero hay cosas maravillosas y merece la pena descubrirlas. El sapito se puso a esperar con ilusión las sorpresas que le traería el nuevo día.

Texto:Laura García Martín

Ilustraciones:Laura García MartínMaría Algarra Costela


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