repercusión de la situación cultural en la teología fundamental
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Repercusión de la situación cultural en la Teología Fundamental
• Desarrollo La clase trata la problemática de la fe y la
revelación en la cultura, por ejemplo; la obediencia de la fe por temor o por recompensa.
La fe como respuesta al llamado de Dios en la cultura.
La cultura tradicional y la aceptación de Dios bajo un profundo sentido religioso.
La cultura moderna habla de la hominización, de la dignidad del ser humano y su rol en el mundo, presentando los peligros del Ateísmo, la dominación exagerada de la naturaleza, y la pérdida del sentido de trascendencia.
Finalmente, la cultura pos moderna aparece impregnada de escepticismo.
• Objetivo
Que los alumnos reflexionen en torno a la propia experiencia creyente en la cultura contemporánea aceptando el desafío que significa la recuperación del sentido de la trascendencia (de Dios)
Se trata de percibir qué pasa en la(s) cultura(s) actual(es) con los dos grandes
temas de la Teología Fundamental, la revelación y la fe y con sus dos preguntas
propias: por la posibilidad y credibilidad de lo que se afirma en la revelación;
haciendo claridad en los riesgos que corre la fe y en las puertas que se le abren Se trata
también de formular cuáles son las preguntas de fondo de cada cultura
Zonas tradicionales de la cultura
A) las preguntas de la teología fundamental
no se plantean, porque la posibilidad de una revelación de Dios y de la respuesta de fe del ser humano está de antemano respondida afirmativamente.
No sólo no se plantean; incluso se llega a pensar que no se deben plantear, pues Dios supera totalmente a nuestra razón y su capacidad de preguntarse
B) Riesgos de desviación:
Dios, Ser Supremo heterónomo, que mantiene al ser humano en servidumbre.
Revelación, dictado de verdades “sobre-naturales”, que superan todo lo que nuestra
razón puede legítimamente criticar y someter a revisión
La fe, respuesta a esta revelación, es aceptación, por pura autoridad, de
esas verdades reveladas;
y cumplimiento obediente de las normas de conducta, motivado por temor al castigo (infierno) y deseo del premio
(cielo), no porque esa conducta sea, en sí misma, buena para el ser humano.
Consecuencia:
tendencia a evadirse de las tareas de este mundo, vividas sólo como una prueba, de cuyo resultado positivo
depende la participación en los verdaderos bienes, que son de otro
orden
Zonas tradicionales de la cultura
C) Puertas que se abren
profundo sentido religioso, que abre al ser humano auténticamente a la
trascendencia y lo impulsa a buscar a Dios.
D) Pregunta de la cultura
Es la pregunta por la salvación personal, que se da no en este mundo -que no es más que lugar de paso para lo definitivo-, sino en el más allá.
No hay preocupación mayor por el sentido de lo que hacemos en este mundo, excepto en
cuanto que aquí se decide el futuro en el más allá
Zonas modernas de la culturaA) las preguntas de la teología fundamental
se hacen absolutamente ineludibles
B) Puertas que se abren tienen que ver con la dignidad del ser humano y con el valor de su tarea en este mundo.
Corresponde a que Dios toma en serio al ser humano tal como Él lo ha creado, con una tarea en este mundo que a Él no le es indiferente
Lo que es nuevo en la historia no es necesariamente algo meramente profano, que no interesa, por lo tanto, a la fe; ni es tampoco
necesariamente algo que se opone a la fe; puede ser una primera aparición histórica de
algo que estaba en la esencia del cristianismo, pero que aún no se había manifestado
Es lo que ocurre con la “mundanización” (o secularización u hominización) del
mundo que ha tenido lugar en la modernidad. El paso de un mundo
divinizado, vivido como propiedad de poderes divinos, sobrehumanos, a un
mundo hominizado, entregado a la tarea del ser humano; es el paso correspondiente, en el nivel del
pensamiento, del cosmocentrismo al antropocentrismo.
En ambos niveles, el mundo aparece como empresa de seres humanos libres.
Y esto es de raíz cristiana: la fe desdiviniza al mundo, al verlo como creatura de Dios;
la fe entrega al ser humano a su propia libertad, en la medida en que ya no aparece como juguete de un destino impenetrable, sino que él mismo se forja libremente su
destino eterno de vida o muerte;la fe finalmente abre al futuro escatológico,
liberando la imaginación creadora de la humanidad para planificar el futuro
intrahistórico como un anticipo de ese final escatológico
C) Riesgos de desviación
1) Tres riesgos genéricosAteísmo, por acentuación exclusiva y
excluyente de la autonomía humana.Dominación irrespetuosa de la naturaleza la
sociedad y el hombre individual; que termina volviéndose contra el mismo ser humano, amenazado de muerte.
Riesgo supremo de perder el sentido de la trascendencia, amputando al ser humano del centro que lo constituye como persona y que anima todas sus restantes dimensiones
2) Riesgo específico de Hegel
Exacerba el rasgo de autonomía inmanentista del hombre moderno. En su pensamiento culmina el intento moderno por fundar al ser humano y al mundo absolutamente en sí mismos.
Ya no cabe un Absoluto (Dios) libre, un Logos ya establecido con poder, que se den a conocer libremente al ser humano; por el contrario, es el Absoluto el que se piensa a sí mismo en la reflexión de la humanidad; el Logos es engendrado en la historia de reflexión del Espíritu.
La historia de la reflexión del ser humano sobre sí mismo y de la fundamentación de la historia se convierte en paso necesario del Absoluto mismo
3) Riesgo específico de las ciencias
Riesgo que se corre por exacerbación del apetito de dominar este mundo. Es un relativismo escéptico, llevado a su
plena formulación por Karl Popper, para quien la ciencia moderna no puede demostrar definitivamente
ninguna verdad; lo que un experimento sí puede hacer es demostrar la
falsedad de alguna hipótesis o teoría
Este abandono de la posibilidad de una “verificación” experimental y su reemplazo por la sola “falsificación” hace de la verdad
algo siempre provisorio, por lo tanto “errante”. Esto es paralelo y coherente con
el triunfo del modelo “baconiano” de la ciencia (para Bacon, el saber es poder) por sobre el “newtoniano” (que busca conocer lo real): la validación de la ciencia está en la
técnica, no importa cómo son las cosas, basta con que sepamos cómo manejarlas
lo que lleva a un “tecnopositivismo”
Como ha visto claramente Karl Rahner, este escepticismo choca frontalmente
con la fe cristiana, de cuya esencia forma parte un asentimento absoluto e
incondicional a Dios, que no es comprobable empíricamente, que no es
manipulable técnicamente.
D) Pregunta de la cultura
Es por el sentido de la tarea humana en este mundo. La modernidad ha desarrollado al
máximo las capacidades humanas de construir la propia existencia (proyecto de
vida, autorrealización) y la historia (progreso de base tecnocientífica, que a
menudo ha derivado en la ideología progresista); de manera que el ser humano
queda definido como el creador de sí mismo y de la historia
Zonas posmodernas de la culturaA) La posmodernidad y los logros de la
modernidad, sorprende lo de Sto. Dgo.:
“La postmodernidad es el resultado del fracaso de la pretensión reduccionista de la
razón moderna, que lleva al hombre a cuestionar tanto algunos logros de la modernidad como la confianza en el
progreso indefinido, aunque reconozca, como lo hace también la Iglesia (cf. GS 57),
sus valores” (252.3).
Es verdad que los posmodernos hacen una crítica radical a ciertos aspectos negativos de la modernidad los relacionados con el
carácter dominador a ultranza de la ciencia y de la técnica. Y esto es un aporte positivo,
que ayuda a reconocer los límites del ser humano, Y abre así indirectamente una
puerta a la recuperación del sentido de la trascendencia (de Dios) y de nuestra propia creatureidad. Esta crítica se expresa en tres
de los movimientos actuales que más interés concitan: el ecológico, el pacifista y
el feminista
Sin embargo, la posmodernidad hace suyo el escepticismo, que es mortal para el planteo
de la Teología Fundamental, que supone que el ser humano es capaz no sólo de mostrar la falsedad de las ideas, sino
también y sobre todo su verdad.
Concretamente, este escepticismo adopta la forma de la renuncia a un único lenguaje
justificador, acompañada de la aceptación de una pluralidad de juegos de lenguaje.
Lo positivo es que tolera la presencia de las religiones y sus “juegos de lenguaje”
propios Pero es en el fondo destructor: esos “juegos” de lenguaje no tienen más
consistencia ni validez que las que les otorgan quienes los “juegan”, y mientras se
las otorguen. Ha desaparecido la posibilidad de un criterio universal y
suprasubjetivo de la verdad y validez, lo que acaba con la posibilidad misma de las
preguntas de la Teología Fundamental y reduce la revelación cristiana y la fe a lo que
ocurre cuando los cristianos juegan el juego de su religión.
B) La pregunta de la cultura me parece que es doble. Por un lado, por el sentido del goce y la fruición (el placer) de este mundo; por otro, más positivamente, la pregunta por la gratuidad y la búsqueda de ella, que se hace presente en la pertenencia que se redescubre como constitutiva de nuestra auténtica (y gozosa) experiencia humana: pertenencia a la naturaleza y al grupo humano más cercano (la “tribu”).
Habría que pensar también una tercera pregunta, derivada del deseo de autenticidad que se encuentra hoy con fuerza en
los jóvenes.
• Síntesis
La situación cultural repercute de diferentes maneras en las dos grandes preguntas de la Teología Fundamental por la fe y la revelación.
La cultura tradicional presenta un hombre con un gran sentido religioso abierto a la trascendencia.
Por su parte, la cultura moderna viene de un mundo divinizado a un mundo hominizado donde el hombre es creador de sí mismo y de su historia. Y, la cultura posmoderna que presenta el escepticismo como su verdad, reduciendo las preguntas de la Teología Fundamental a un juego de lenguaje.