y líderes comunitarios por trasmitir noticias y eventos de barrio. Pero pasaron 40 años para que un grupo pequeño e independiente die-ra vida al primer canal comunitario o local del país: en octubre de 1997, en la población La Victoria de Santiago, un puñado de empren-dedores sociales puso al aire su “señal popu-lar”, el Canal 3 La Victoria.

Su apuesta era crear un espacio para los pobladores y las organizaciones que desea-ban expresar sus ideas e inquietudes, todos esos contenidos que en las señales de alcance nacional no tenían “cabida, ni interés”, como explica Luis “Polo” Lillo, uno de los fundadores.

Los chilenos quieren verse en la TV

El sol está a tope a inicios de una tarde de diciembre. La comuna de La Pintana vive los primeros días de calor, y en las calles algunos niños juegan con el agua que sale a borboto-nes de un grifo. De pronto, a la botillería Bar-celona, un local grande y todavía poco con-currido a esa hora, llegan un periodista y un camarógrafo. Comienzan a grabar, y un cliente le pregunta al vendedor: “¿Quiénes son?”. El vendedor responde: “Los del Canal 39”. “¡Ah!,

está bien”, remata el vecino.Luego el dependiente habla frente a la cá-

mara y cuenta: “Hay días relajados y otros de bastante trabajo. No tenemos reja, porque a don Rodolfo Anabalón (el dueño de la boti-llería) lo respetan mucho por sus 20 años de labor. Yo atiendo, mientras él sale a buscar pro-ductos”.

Como ésa son las historias que se cubren en un canal local. Es la crónica de barrio sobre un conocido vende-dor de la comuna, que para el Gran Santiago es un completo des-conocido. Como ésa podrían ser las notas de los canales que se espera cundan gracias a la Ley de Televisión Digital Terrestre (TDT).

Hoy, en Chile hay 104 canales locales: 58 transmiten simultáneamente por cable y señal abierta, y 46 sólo por señal abierta. Represen-tantes de esa centena de pequeñas televisoras tienen toda su fe puesta en la llegada de la TDT.

Creen que, a pesar de los altos costos que sig-nificará cambiar los transmisores analógicos actuales por los digitales, la nueva tecnología hará que la oferta y variedad de contenidos se incremente. Será, a fin de cuentas, una oportu-nidad para ellos.

Edgar Bosisio, director general de la red del Canal Nuevo Tiempo de la Iglesia Adventista,

que llega a Antofagas-ta, Viña del Mar, Valpa-raíso, Los Andes, Te-muco y Santiago, tiene claro que el espectro de señal que hoy ocu-pa un solo canal, con la TDT será multiplicado: “tendríamos seis cana-les en la misma señal que tenemos ahora; habrá mucha gente in-teresada”.

La Ley que regula-rá la TDT aún está en trámite en el Congreso. Pone énfasis en los tamaños de las futuras televisoras, diferenciando incluso la televisión local de la comunitaria. El proyecto establece que un canal es local si llega, como máximo,

Los canales locales pueden contribuir a campañas

sociales de vacunación y a programas de educación a distancia que el Estado quiera desarrollar para las comunidades alejadas de

las grandes ciudades.

Un centenar de estUdiantes y la prodUcción del canal 39 de la pintana se preparan para iniciar la grabación del primero de seis capítUlos del concUrso

televisivo estrellas de la ciencia. seis liceos mUnicipalizados de la comUna

con la televisión digital:

En pocos años puedenir al aire cientos de

canales locales

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La televisión local y comunitaria es un fenómeno nuevo en Chile. Los contenidos que se ven en las parrillas de programación son temas barriales, con un gran auge

de crecimiento en tan sólo una década, cuando inició operaciones el primer canal de este tipo en el país. Con la

nueva Televisión Digital Terrestre se espera que la oferta crezca ante la posibilidad de tener seis canales en la misma frecuencia en la que hoy funciona uno. El 40% del espectro

de transmisión está reservado por ley para estos canales.por: Sergio david acevedo valencia

El problema de los canales de televisión nacional es que te traen el mundo al instan-te. Uno sabe al instante qué pasa en Irak con algún atentado terrorista, y en vivo ve el acci-dente de un avión en Nueva York, pero no tie-ne idea qué pasó en la esquina de su casa está mañana. Esa historia sólo se la cuenta un canal local o comunitario.

Esta reflexión, que está detrás de la im-portancia de los medios locales, pertenece a Ricardo Galán, ex presidente de la Comisión Nacional de Televisión de Colombia, y apunta

al corazón de las comunicaciones en el mun-do globalizado de hoy.

Un ciudadano puede ver las noticias, los reportajes sobre gente de otras culturas y per-sonajes de alcance nacional. Pero esas mismas temáticas no las ve en pantalla para retratar el lugar que habita o el sitio donde trabaja y desarrolla su vida. No tiene noticias de su ba-rrio, del equipo de fútbol de la comuna o de los cientos de eventos que ocurren a escasas cuadras de su hogar.

En Chile los canales televisivos locales que

están surgiendo cambian esa percepción. Por ejemplo, el Canal 39 de La Pintana muestra los hechos de la comuna ubicada en la zona sur de Santiago. El noticiero del canal pintanino informa sobre la exhibición de la escuela de tenis de mesa con la participación de 100 ni-ños del sector o historias de los comerciantes y personajes de la localidad.

Ya desde la primera transmisión de televi-sión en Chile, el 5 de octubre de 1957, realiza-da por la Universidad Católica de Valparaíso, se despertó el interés de productores, periodistas

al 25% de la población de la región donde se localiza o al 50% de las comunas de la región, y puede sostenerse por venta de publicidad. Un canal comunitario, en cambio, cubre lo mismo que el local, sólo que no puede vender publicidad y debe costearse a través de algu-na organización de derecho privado sin fines de lucro que tenga entre sus objetivos la pro-moción de programas cívicos, culturales o de los derechos y principios constitucionales.

Según este proyecto de Ley, los canales co-munitarios y locales son factores de “un país con un mayor pluralismo informativo y cultu-ral, una adecuada expresión de la identidad y problemáticas locales y comunitarias”.

Valerio Fuenzalida, investigador de la Uni-versidad Católica, no es optimista respecto del futuro. Según él, hay un nulo incentivo para desarrollar cana-les comunitarios, debi-do a la concentración del poder en Santiago, situación muy distin-ta de otros países de la región, que están descentralizados y han generado un desarrollo local importan-te, que toca a los medios de comunicación. “Este fenómeno de congregación de la TV en la capital es ayudado por el sistema político. Los políticos no tienen el menor interés en descentralizar, para no tener crítica en las re-giones, perder liderazgo o que surjan compe-tencias para ellos”, subraya Fuenzalida.

¿Cómo me veo?

“Bacán salir en la tele”, dice un grupo de niños que esperan participar en el programa concurso “Estrellas de la ciencia”, del Canal 39 de La Pintana. Un centenar de estudiantes de dos colegios municipalizados esperan en un auditorio el inicio de la grabación, mientras el grupo de producción termina de adecuar las luces del escenario y las cámaras. El director prueba de nuevo los planos, la conductora afi-na su voz, y todo queda registrado por cuatro cámaras. Serán seis programas eliminatorios entre los colegios, con una emisión semanal,

La filosofía de lo local manda en los progra-mas que emiten las estaciones. Por ejemplo, el canal de La Pintana, en sus 10 horas diarias de programación, tiene contenido propio como el noticiero “Mirada local”; el programa “Sabo-res caseros”, realizado por doña Cristina des-de la cocina de su casa; el musical de la radio comunitaria Radio Siglo XXI; un ciclo de cine conducido por un joven pintanino, y transmi-siones en vivo de acontecimientos de interés popular, entre ellos los partidos del Club De-portes Municipales La Pintana, de la Tercera División del fútbol. Los reportajes tienen espa-cio en “Relato barrial”, que ofrece la historia de la comuna desde sus inicios.

El canal La Victoria se asoció con la Fun-

dación Víctor Jara, para llevar en vivo todo el funeral del cantante popular: fue una trans-misión de dos días sin parar, con entrevistas, recuentos de la historia del artista y un set en el sitio del velatorio. Además, sacó el evento al mundo, al subir la transmisión en internet de forma gratuita y sin pedir permisos a cable operadores o gobiernos para mostrar el acon-tecimiento.

El futuro promisorio

Si bien tienen formas de financiación, obje-tivos y públicos muy distintos, los canales lo-cales perfectamente pueden transformarse en una competencia para los nacionales porque,

Crear un canal local cuesta 10 millones de pesos, con todos los equipos

necesarios para salir al aire; y su mantención mensual,

en promedio 300 mil pesos.

los canales locales, a pesar de la baja inversión, trabajan con tecnología de pUnta,

prodUciendo contenidos de calidad. el componente hUmano de Un canal pUede ser

mínimo de cUatro personas, para realizar las tareas de grabación, reporteo y transmisión.

y a final de año habrá un liceo campeón. Todo igual que en los grandes concursos juveniles de las tardes de los canales nacionales.

Verónica Campos, estudiante del Liceo Pa-blo de Rokha, con una sonrisa de oreja a oreja comenta que el canal le da mucha diversión. Le encanta, porque ve a sus vecinos en las no-ticias y en algunos programas deportivos. Lo-rena Vega, de 11 años y estudiante del Liceo Víctor Jara, interrumpe a Verónica para decir: “Yo ví en la tele a mi mamita. Ella es peluque-ra y hace unos días le hicieron una noticia de cómo cortaban el pelo a la gente de acá”.

Complementando a las estudiantes, Ma-nuel Calvelo, docente en Comunicación para

el Desarrollo de la Universidad de Chile, afirma: “Una televisora comunitaria tiene éxi-to si refleja la cultura local, entendida como la vivencia propia de sus habitantes en cual-quier momento”.

La TV participativa

En los países don-de hay un desarrollo

amplio de los canales locales, el mundo de la televisión ha cambiado: se está volviendo más horizontal, a través del diálogo entre las televisoras y las comunidades. Es allí donde radica el valor agregado de los canales locales, que ofrecen contacto inmediato y fácil con su audiencia, conociéndola y sabiendo lo que su público quiere ver en pantalla.

La Pintana es una población sin historia grupal: es el cúmulo de la vida de muchas fa-milias que llegaron de distintas partes del país para poblar esa zona. Gastón Muñoz, director del Canal 39, recalca con orgullo que entre sus objetivos está construir la “identidad pin-tanina” y evitar la estigmatización que hacen los medios nacionales de la comuna como lu-gar peligroso: “Los canales nacionales vienen cuando hay un episodio de violencia, pero nunca cuando estamos en las actividades habituales, que son la cara buena de nuestra comunidad”, afirma Muñoz.

Ejemplo de esa vida habitual es una nota televisiva de su estación, que da cuenta de la

capacitación de 60 feriantes de la comuna: “Ti-tular a nuestros colegas de la feria libre de San-to Tomás era el objetivo. Ellos trabajan duro, y después de la pega venían a los cursos hasta las 10 de la noche. Estamos súper complaci-dos: ahora ya llegan a la feria a limpiar con una escoba y no dejan sucio”, dice orgulloso frente a la cámara René Freire, dirigente de la Feria Los Conciertos.

En el año 2007, el canal local de Yungay, en la Región del Biobío, vivió la primera prueba de la TDT fuera de Santiago. Fue una experien-cia realizada por los europeos, con el objetivo de enseñar al gobierno nacional su tecnolo-gía. Mariano Arana, director del canal de Yun-gay, se queja de lo difícil que es mantener la estación, pero no renuncia a seguir operando por las voces de ánimo que —afirma— a dia-rio encuentra en su pueblo.

Arana puntualiza que los contenidos loca-les son muy vistos y que eso se refleja en las llamadas que reciben a diario en los progra-mas que emiten en vivo desde sus pequeños estudios. Él cree que la gente se ve irradiada en el televisor cuando muestran los documen-tales sobre su comuna.

Hoy, la comuna de Peñalolén es la más avanzada del país en temas digitales, y no se ha quedado atrás en el tema de televisión co-munitaria. En junio de 2007, la organización social Buenos Días América inició transmisio-nes. Con la antena que poseen cubren un ra-

dio de dos kilómetros a la redonda, en el sector de Lo Hermida. Su programación es emitida sábados y domingos: “Queríamos tener un medio de comunicación propio, y no estar al alero de una municipalidad. Como levantar una señal de radio era un gran problema por impedimentos de ley, preferimos un canal de TV”, dice Carlos León, directivo de TV8.

Los integrantes del canal de Peñalolén tienen como filosofía hacer partícipes de su pequeña televisora a los vecinos. Su apuesta es que la gente no sea sólo un receptor de un proceso unidireccional, como ocurre tra-dicionalmente, sino que sean activos en los distintos programas: con las llamadas a los conductores, la participación en los estudios o simplemente con comentarios afuera del canal.

Gente común en la TV

El profesor Manuel Calvelo explica que la gente quiere verse reflejada en la pantalla: el ciudadano común quiere ver su realidad. Ése es el potencial que poseen los medios comu-nitarios, que llenan la necesidad de informar del entorno y hacen que los problemas de la gente aparezcan en la televisión. En la mis-ma dirección apunta Edgar Bosisio, del canal religioso Nuevo Tiempo: “El valor de nuestros canales es plantear temas que no están muy concurridos en los nacionales”.

clientes en el sector de acción del canal y que pueden subsidiar los costos de producción sin mayores problemas.

Con la nueva TDT, Chile tendrá la tarea de sumar la TV local en la tarea de la diversifica-ción de los medios de comunicación, como ya sucede en otros países latinoamericanos, don-de estos canales pequeños se han convertido en dinamizadores del desarrollo local. Tanto que en un pueblo puede haber hasta tres ca-nales locales conviviendo.

En el futuro otras personas, como Pablo Rodríguez, vendedor ambulante de la aveni-da Santa Rosa en La Pintana, tendrán la po-sibilidad de dejar de ver los grandes canales para privilegiar el “canal propio”: “El Canal 39 es importante por dar información de lo que nos pasa a nosotros, sea bueno o malo. Porque los nacionales, sólo pasan noticias de violencia, porque lo bueno de La Pintana no lo muestran”.

Santiagoliv tv.tv nuevo tiempo.más canal 22.canal 29.

Peñaloléntv8 peñalolén.

Iquiquetarapacá televisión.

Antofagastaantofagasta tv.

Pucónpucón tv.

Puerto Ayséncanal 11.

TemucoUa televisión.

algunos de los 46 canales locales que transmiten en señal abierta en el país:

como afirma el investigador Cervelo, “se que-dan con mucha audiencia”. Cuando una señal comunitaria comienza a cubrir los problemas de su colectividad y abre sus micrófonos para que la gente se exprese, hace que el público cercano esté atento a su canal.

Según estudios de la Subsecretaría de Tele-comunicaciones, en Chile, el 65,4% de los ho-gares ve televisión por señal abierta o no tiene televisión por cable. La señal del Canal 3 de La Victoria cubre nueve kilómetros a la redonda y llega aproximadamente a 350.000 hogares, arropando a toda la comuna de Pedro Agui-rre Cerda y algunas vecinas. El Canal 39 de La Pintana llega a 43.500 viviendas, exceptuando 1.500 hogares que tienen televisión satelital. El canal cubre así una audiencia de 217.000 per-sonas, o sea, al 96,4% de los habitantes de la comuna.

Hoy, una estación comunitaria debe ser sostenida por la organización sin ánimo de lucro que la haya fundado, sea una corpora-ción, una fundación, una iglesia, una univer-sidad, una junta de vecinos u otros. Una es-tación local, en cambio, debe apoyarse en la venta de publicidad, la creación de material audiovisual o lo que el ingenio empresarial pueda hacer para generar ingresos mone-tarios. Las televisoras pequeñas recurren entonces a tener como clientes a farmacias, ferreterías, tiendas, carnicerías, botillerías, bares, negocios pequeños que tienen sus

www.cntv.clwww.observatoriofucatel.cl

www.subtel.clProyecto de Ley TDT:

http://sil.congreso.cl/cgi-bin/sil_proyec-tos.pl?6190-19

Televisión en Chile:http://es.wikipedia.org/wiki/

Televisi%C3%B3n_de_Chile#Regionales

En la WEB

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