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Acción Testimonial Latinoamericana Santo Domingo, Mayo 2012

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Introducción Motivados por la diversidad de iniciativas de integración que se han producido en América Latina y el Caribe, un grupo de jóvenes organizados en Acción Testimonial Latinoamericana, tomamos la iniciativa de elaborar la propuesta de conmemoración de un día por la unidad latinoamericana, con el objetivo de establecer un espacio de reflexión sobre el ideario latinoamericanista de nuestro próceres libertadores e intelectuales que con suficiente visión plantearon la necesidad de la integración latinoamericana y caribeña. Observamos que a pesar de la existencia de iniciativas simultáneas de carácter panamericano (interamericano), iberoamericano y latinoamericano con mucha frecuencia diferentes deportistas, escritores, pintores, actores, músicos y cantantes aclaman con gran pasión a ¡LATINOAMÉRICA! con una gran receptividad del público lo que significa que existe el deseo de la unidad latinoamericana y caribeña que rebasa la acción política, convirtiéndose en una identificación colectiva de una gran comunidad. De igual forma hemos observado que diferentes actores sociales, políticos y religiosos han sustentado una histórica dependencia filosófica, doctrinaria e ideológica del pensamiento europeo sin indagar en la gran riqueza histórica y cultural de América Latina y el Caribe, originando así la subvaloración de nuestros pueblos y la ignorancia de nuestra realidad e idiosincrasia, por lo cual se hace imperativo fortalecer la identidad latinoamericana y caribeña con iniciativas como el establecimiento de un día conmemorativo del proceso de unidad. En una primera etapa iniciamos un proceso de exploración y consulta del personal diplomático de diferentes embajadas de los países latinoamericanos. En una segunda etapa iniciamos una serie de encuentros, foros y conferencias sobre la propuesta de establecer un día por la unidad latinoamericana y en una tercera etapa procedimos a realizar el estudio del cual elaboramos el siguiente informe.


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1 – MARCO REFERENCIAL En la educación formal cuando se estudia la cuna de la civilización se presenta Grecia, Egipto, Babilonia, China y la India. Pareciera que esta civilización estuviese desde el alba del ser humano sedentario obviando que a unos 6,500 km al oeste existieron civilizaciones tan complejas como las del “denominado viejo mundo”. Como los Olmecas y Chavines que crearon bastas y complejas culturas que serían para los demás indígenas lo que hoy para los europeos fueron Grecia y Roma. En el mundo Olmeca en Mesoamérica y el Chavín en los Andes se originaron desde muy temprano claras visiones del mundo y se generaron sociedades tan complejas y completas que luego serían la guía y la matriz para culturas de nuestros pueblos originarios. Una civilización ya un poco más joven adquirirá casi por herencia un secreto Olmeca que Europa no lo conoció si no hasta el siglo XII, la mayor expresión de lo abstracto que luego le permitiría a esta civilización desarrollar cálculos precisos y complicados, hablamos del cero en la matemática y el calendario Maya. Ni la Antigua Grecia ni la Roma Imperial conocieron el cero, pero acá en América ya existía desde tiempos de los Olmecas. Y fue justamente el conocimiento de una expresión de lo abstracto, la que pudo dar origen al calendario más exacto y perfecto que ha existido, un calendario capaz de determinar que la duración del año solar era de 365.2420. Sólo se equivocaron en 0.0002 (milésimas) de día. Tanto mayas como aztecas han generado fascinación y perplejidad por la grandeza que se manifiesta en la creación de tan espectaculares civilizaciones. Los mayas dentro de la selva, sin rueda, sin metales y sin bestias de carga, lo que hizo inimaginable para los exploradores del siglo XIX que pudiese existir tan avanzada civilización en un medio tan duro medio y con tan pocas facilidades. Mientras las ciudades aztecas conservaban sus acueductos y canales, Europa sufría la escasez de agua y esto le permitió a las ciudades aztecas llegar a ser las ciudades más densamente pobladas e higiénicas de ambos continentes. Para la época Sevilla contaba con unos 15,000 habitantes y Tenochtitlán con unos 500,000. De vuelta al sur los muiscas inspiraron la leyenda del Dorado, una ciudad hecha en oro macizo, por su arte hecha en el mismo material. Mientras los Incas se levantaban con el título de los ingenieros de este otro mundo por sus perfectas y prácticas construcciones y su organizada sociedad.


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Pero este mundo no podía imaginar que más allá del océano también había civilizaciones como las suyas y que esas tres carabelas que se acercaban al horizonte traerían muerte y destrucción a la vez que traían la posibilidad de generar un mundo nuevo y convertir por primera vez al planeta tierra en una unidad. Mientras Europa salía de la oscura edad media, un reino se perfilaba para ser el primer hegemón a escala mundial. Sería la conformación más vertiginosa de un imperio. Tres carabelas unirían dos mundos, uno a espaldas del otro y por primera vez harían de nuestro planeta una unidad. Por primera vez 2 mundos separados por una gran masa de agua conviviría y favorecería la construcción de un mundo nuevo. Se construiría una sociedad única, síntesis de la diversidad. Su fe la mantendría unida y su riqueza influiría en todo el mundo. En el 1492 se inició el proceso de dominación europea en lo que se conoció como el nuevo mundo, tierra donde se dieron grandes testimonios de humanismo como los de Fray Ramón Pané, quien convivió y comprendió a nuestros indígenas taínos y ciguayos, el testimonio de Fray Antón de Montesinos, quien clamó en un mensaje humanista por justicia y misericordia, así como las acciones heroicas de Enriquillo, Fray Bartolomé de las Casas, Lemba y otros tantos que de igual forma orientaron el destino de lo que es hoy Latinoamérica. Pero algo sucedería en nuestra América entre españoles, portugueses, aborígenes y africanos, algo pocas veces visto, algo que sería la génesis de un nuevo mundo, el orgullo de nuestras tierras y la riqueza de nuestra cultura, el MESTIZAJE, posible gracias al proyecto evangelizador que llevaron a cabo España y Portugal. América Latina como una síntesis cultural entre aborígenes e inmigrantes europeos y africanos originó un sentimiento de identidad común que permitió desarrollar pueblos diferenciados de las metrópolis colonialistas europeas, lo que fue asumido por una gran parte de los libertadores como un proyecto para gestar una nación continental en Hispanoamérica, proyecto frustrado por las rivalidades entre los caudillos locales y los intereses de Inglaterra y los Estados Unidos de Norteamérica en la región. En 1804 se produjo la primera independencia de un país latinoamericano, siendo Haití la primera república donde se declaró la abolición de la esclavitud en la región y desde la cual se les ofreció apoyo a los diferentes líderes independentistas como Francisco de Miranda, Simón Bolívar y José Martí.


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Francisco de Miranda, sin lugar a dudas el latinoamericano más universal, quien combatió en la independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa, concibió la propuesta de crear una gran nación cuya extensión abarcara desde el río Bravo hasta Tierra del Fuego con el nombre de Colombia para establecer un contrapeso ante el poder político y económico emergente de los Estados Unidos. Miranda promovió en 1797 la firma de un Acta de Unión Americana, en París, con el objeto de hacer realidad dicho sueño. Simón Bolívar en la Carta de Jamaica en 1815, expresa que "Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo, una sola nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; [...] ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra regeneración..." ideal plasmado en el proyecto de la Gran Colombia desde donde se convocó el Congreso Anfictiónico de Panamá, el cual se efectuó en 1826, con el objeto de buscar la unión o confederación de Hispanoamérica, lo que antes fueron los virreinatos españoles en América. Dicho congreso pretendía además una efectiva integración comercial, el cese de las disputas territoriales y una alianza militar efectiva como forma defensiva contra las tentativas de reconquista española. Así mismo Juan Pablo Duarte impulsó desde la Sociedad Secreta la Trinitaria la independencia dominicana y en su exilio en Venezuela convivió con llaneros e indígenas en una posible búsqueda de un rencuentro con los orígenes de la cultura latinoamericana y caribeña. De igual forma, José de San Martín combinó la lucha independentista y la búsqueda de la unidad continental, planteando que no se podían comprender ni desarrollarse la una sin la otra, convirtiéndose junto a Simón Bolívar en los impulsores originales de la independencia y unidad continental. También realizaron múltiples esfuerzos los chilenos Juan Egaña y Juan Martínez de Rozas quienes desarrollaron propuestas confederativas en sus textos de Monteagudo de 1824 donde expusieron la necesidad de una Federación de Estados y las propuestas del también chileno Pedro Félix Vicuña sobre la necesidad de un Congreso General de todas las repúblicas.


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La línea de pensamiento expuesta por José Martí, en sus ensayos de profundo sentimiento latinoamericanista lo llevaron a enfrentarse desde sus orígenes a las manipuladoras doctrinas panamericanistas y a ratificar la tesis de la integración de Nuestra América como parte del equilibrio indispensable para el mundo ante la emergencia del imperialismo estadounidense. Para Martí, Nuestra América en contraposición a la América Anglosajona quedan irrefutablemente diferenciadas y bajo el concepto de que “Patria es humanidad” este territorio que comprende continente e islas, pueblos que comparten comunidad de intereses, etnias, tradiciones, culturas e historia, han de unificarse en un proyecto orgánico como propósito realizable en favor de las masas más humildes y populares. Durante el proyecto independentista cubano prevaleció una visión antillanista de unidad y hermandad, puertorriqueños y cubanos, incluyendo al dominicano Máximo Gómez, lucharon por una causa común, mientras José Martí escribía, cuando preparaba la guerra que él llamó necesaria, que Patria es Humanidad, el gran pedagogo Eugenio María de Hostos, en su peregrinación por el continente, iba articulando el ideario de su proyecto, el de la Confederación de las Antillas. La visión integradora de la "americanidad" involucra a ambos dentro del pensamiento fundacional de América Latina, junto al ideario de Miranda, Bolívar, Hidalgo y San Martín, alentados con las inmortales palabras de Lola Rodríguez de Tió “Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas; reciben flores o balas sobre el mismo corazón.” Los esfuerzos comunitarios han seguido incansables y ejemplo de ello han sido la Carta de Quito, firmada en 1948 entre los antiguos integrantes de la Gran Colombia (Colombia, Ecuador y Venezuela), en donde reconocieron los “vínculos especiales que unen entre sí a los Estados hispanoamericanos por su comunidad de origen y cultura” con el objeto de dar nacimiento a la Organización Económica Grancolombiana. Honduras, Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua, sintiéndose partes disgregadas de una nación, firmaron la Carta Fundacional de la Organización de Estados Centroamericanos en 1951. Chile y Argentina constituyeron su proyecto de Unión Económica en 1953. En 1969 se firma el Acuerdo de Cartagena que desembocó en la creación de la Comunidad Andina de Naciones. De igual forma, Argentina y Brasil firmaron el Acta de Integración Argentino-Brasileña, en 1986, hasta organizar en 1991 el Mercado Común del Sur.


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En el Caribe, en especial en el angloparlante, se ha gestado desde 1973 la Comunidad del Caribe (CARICOM) como una iniciativa vital que permite el desarrollo de los diferentes pueblos que habitan en las islas y territorios continentales caribeños y que en muchos casos por la pequeña dimensión geográfica y la reducida población tienen dificultad para organizar un verdadero Estado-Nación. En el 2008 se constituyó la Unión de las Naciones del Sur (UNASUR) y en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe efectuada en las playas de Quintana Roo, México, se creó La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en el 2010. En el 2011 se celebró la I Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Caracas, Venezuela, donde se constituyó definitivamente la organización y se establecieron los objetivos a seguir por esta. Frente a la constante amenaza de quedar excluidos del mercado internacional y acrecentar vertiginosamente la situación de pobreza extrema y producir irreversibles daños ecológicos y ambientales, la mejor opción no son los tratados de libre comercio, sino la consolidación de la unidad de América Latina y el Caribe, lo cual se convierte más que en un anhelo, en una necesidad imperiosa e impostergable. La alta concentración de los medios de comunicación por parte de las grandes cadenas informativas han sido históricamente un limitante para el flujo de información entre los diferentes pueblos de América Latina y el Caribe, provocando un desconocimiento y separaciones infundadas que acrecientan la dependencia de Estados Unidos y Europa, razón por la cual iniciativas como la de Telesur deben ser fortalecidas, siempre y cuando conserven la ética profesional y la suficiente imparcialidad informativa. En la región se observa como los organismos de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos (OEA), promueven modelos jurídicos y leyes válidas para Estados Unidos y Europa para implantarlas en Nuestra América Latina a través del condicionamiento de proyectos y préstamos, provocando la desnaturalización y desorientación jurídica, lo que constituye un reto para que nuestra intelectualidad, partiendo del análisis del derecho comparado, produzca un ordenamiento jurídico acorde con las tradiciones, costumbres y valores propios de la cultura latinoamericana. América Latina y el Caribe requieren de una profunda reflexión y reordenamiento del modelo de Estado-Nación excluyente de las poblaciones autóctonas y de organizaciones y estructuras de la sociedad civil para dar origen a nuevas fórmulas integradoras que


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contemplen las diferentes realidades y reduzcan las rivalidades y descalificaciones entre pueblos hermanos que en gran medida poseen un mismo origen, lengua, cultura y un mismo destino. El sueño de la unidad latinoamericana no se ha realizado, pero las iniciativas de integración regional, como las mencionadas anteriormente han demostrado ser un paso significativo hacia una unidad continental, que lenta, gradualmente y olvidando prejuicios, se abre paso en la empresa de forjar una comunidad. El mejor recuerdo y homenaje a nuestros próceres independentistas, propulsores de la unidad latinoamericana, es luchar cotidianamente por la creación de una patria latinoamericana independiente. Hoy con los avances tecnológicos poseemos los recursos para afianzar la integridad regional y con ella defender nuestra cultura en este mundo interdependiente que trata de ahogar las identidades e idearios regionales de múltiples maneras. El proceso de globalización debe constituir un desafío para descubrir la riqueza política y cultural de la Región Latinoamericana y estrechar los vínculos de todos los pueblos que la habitan. La creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) constituye una oportunidad para desarrollar el proceso de acercamiento, unidad e integración de todos los países y poblaciones que componen la región de América Latina y el Caribe mediante el apoyo a las iniciativas de integración y sobre todo planteando nuevos proyectos que contemplen el ámbito económico, político y social con la participación de los Estados y la Sociedad Civil organizada en América Latina y el Caribe, anhelo histórico arraigado en el ideario político y social de la región. Preocupados por las limitadas relaciones comerciales, políticas y sociales que existen entre los países y poblaciones de la región de América Latina y el Caribe y conscientes de que somos un gran pueblo es necesario dedicar un día para conmemorar los hechos y aportes al proceso de unidad e integración de América Latina, el cual debe servir para fortalecer la identidad cultural mediante el conocimiento de la región y para poder reflexionar y evaluar los avances y retrocesos que se han producido en el anhelo de forjar la Patria Grande Latinoamericana-Caribeña sueño de todos nuestros próceres libertadores.


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2 – METODOLOGÍA Para determinar la pertinencia de establecer el día por la unidad de América Latina y el Caribe y la fecha más apropiada, se aplicó una encuesta a jóvenes, profesores, escritores e intelectuales dominicanos y extranjeros. La muestra utilizada fue de carácter no probabilístico, aplicada a 240 personas.

Cuestionario utilizado:

Cuestionario sobre la pertinencia del establecimiento de un Día

Conmemorativo de la Unidad Latinoamericana

Nombre completo: Profesión: Organización: Correo electrónico:

Teléfonos:

Con la finalidad de contribuir al establecimiento de un día conmemorativo del

proceso de unidad e integración de América Latina y el Caribe, un grupo de jóvenes, organizados en la Acción Testimonial Latinoamericana, estamos elaborando un estudio para la sustentación teórica de la propuesta que será sometida ante el Estado dominicano y los demás Estados latinoamericanos y caribeños. Le agradeceríamos que nos de su parecer sobre los siguientes aspectos.

1. ¿Considera que es pertinente el establecimiento de un día conmemorativo del proceso de unidad latinoamericana?

Si___ No__


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2. ¿De considerar que es pertinente, cuál debería ser la denominación? (Indicar sólo una)

Día por la Unidad Latinoamericana ___ Día de Latinoamérica y el Caribe____ Día por la Unidad de América Latina y el Caribe ____ Otra________________________________________________________

3. ¿Qué fecha considera que es más oportuna?

__ El 3 de agosto de 1806, día en el cual Francisco de Miranda llegó al puerto de La Vela de Coro, Venezuela, donde fue izada por primera vez la bandera de la Gran Colombia, __ el 5 de julio de 1811, coincidiendo con la conmemoración de la Independencia de Venezuela donde se planteó con suficiente claridad la necesidad de la integración de todos los países de América Latina, __ el 22 de junio de 1826, cuando se instala el Congreso Anfictiónico de Panamá, convocado por Simón Bolívar, con el objeto de buscar la unión o confederación de Hispanoamérica, Otra _____________________________________________________

4. ¿Cuál de esta estrategia considera que es más conveniente?

Que la República Dominicana, de manera unilateral, establezca un día dedicado a la conmemoración de la Unidad Latinoamericana como una efeméride nacional y con ello ser el primer país latinoamericano que lo establece. ____ Motorizar desde la República Dominicana una propuesta general para que simultáneamente diferentes países latinoamericanos establezcan un día conmemorativo de la Unidad Latinoamericana, el cual serviría como un símbolo y que a la vez permita la participación de diferentes sectores de la población para afianzar el conocimiento y la identidad latinoamericana. ___ Otra ________________________________________________________

5. ¿Qué opinión general tiene sobre la propuesta?

__________________________________________________________________ __________________________________________________________________

__________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________

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3 – RESULTADOS Los resultados de la encuesta aplicada fueron los siguientes:

1. Pertinencia el establecimiento de un día conmemorativo del proceso de unidad latinoamericana.

El 89% de la población encuestada contestó favorablemente a la propuesta del establecimiento de un día conmemorativo del proceso de unidad latinoamericana.

2. Denominación del día.

Un 49% consideró que la denominación más oportuna es Día por la Unidad de América Latina y el Caribe, un 27% consideró que la denominación debería ser

Día por la Unidad Latinoamericana

27%

Día de Latinoamérica

8%

Día por la Unidad de América Latina

y el Caribe 49%

Otra 16%

Denominación del día

Afirmativo 89%

Negativo 11%

Pertinencia del día


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Día por la Unidad Latinoamericana, un 8% decidió por un Día de Latinoamérica mientras un 16% propuso otra opción.

3. Fecha más oportuna.

En lo relativo a la fecha más oportuna un 53% se decidió por el 3 de Agosto, un 34% escogió el 22 de Junio, un 2% prefirió el 5 de Julio mientras que un 11% propuso otras fechas.

4. Estrategia más conveniente

Un 52% consideró que la estrategia a seguir debe ser que República

Dominicana establezca el día como una

efeméride nacional, un

30% planteó la segunda estrategia en base a hacer un esfuerzo conjunto y un 18% prefirió otras opciones.

22 de Junio 34%

5 de Julio 2%

3 de Agosto 53%

Otra 11%

Fecha más oportuna

RD unilateral 52%

General 30%

Otra 18%

Estrategia a seguir


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5. Opiniones diversas En cuanto a las opiniones, las más relevantes fueron las siguientes.

1) Es necesario mayor comprensión como latinoamericanos y promover el intercambio social y cultural en la región.

2) Es una propuesta bastante interesante ya que esta arroja lo que por siglos se ha buscado, una propuesta concreta para promover la unificación de la “Gran Colombia” de Miranda, la cual sería una potencia desde lo cultural, social y económico. Una América Latina más abierta y desarrollada sería lo que todos los latinos siempre hemos soñado.

3) Es una necesidad urgente, que hace ya mucho ha sido gestada y que las circunstancias históricas han impedido. Pero la historia sugiere que es una idea que se resiste a morir y es ya el tiempo de resurgir.

4) Es importante que Latinoamérica y el Caribe se unan y compartan sus experiencias de vida y políticas para unificar esfuerzos y ayudar a los demás países que lo necesiten. Con esto se vuelve a hacer luchas compartidas y desarrollar virtudes que sobrepasen las fronteras.

5) Las rivalidades de los líderes han dividido a América Latina, es necesario que los pueblos hagan esfuerzos por la unidad.

6) América Latina y el Caribe tienen un destino común, por lo que es necesario compartir a nivel comercial, político, cultural y social entre toda la región.

7) La unidad hace a América Latina fuerte y crea un contrapoder contra Estados Unidos y Europa.

8) La unidad de América Latina no es solo un tema político, es un tema humanitario. 9) Es necesario que América Latina y el Caribe se unan para hacerle frente al

imperialismo yanqui y sus pretensiones hegemónicas y arrogantes en la región. Solo la unión hará a Nuestra América libre e independiente.


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4 – RECOMENDACIONES La propuesta de establecer y conmemorar un día dedicado al proceso de unidad de América Latina y el Caribe, como una propuesta de política general debe servir para que las diferentes entidades gubernamentales, los partidos políticos, las organizaciones empresariales, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales (ONG’s) y la ciudadanía asuman la importancia de incrementar los vínculos políticos, sociales, comerciales, educativos y culturales entre los diferentes pueblos de la región. Las diferencias y rivalidades que existen a lo interno de América Latina y el Caribe deben ser superadas en base al diálogo y al respeto mutuo para evitar divisiones y fraccionamientos. El establecimiento por parte de la República Dominicana de un día conmemorativo del proceso de unidad de América Latina y el Caribe permitiría que un país como este, caracterizado por una acción internacional amistosa y una diplomacia respetuosa de la autodeterminación de los pueblos, asuma la promoción de la identidad de la región y fomente los múltiples vínculos comunes de la región. El establecimiento del día conmemorativo de la unidad e integración de América Latina y el Caribe, constituye un homenaje y reconocimiento a nuestros próceres libertadores, a nuestros intelectuales y en especial a los líderes que han hecho esfuerzos por la integración regional y el establecimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

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